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Carlos A. Romero
LAS RELACIONES ECONÓMICAS Y COMERCIALES
ENTRE VENEZUELA Y ESTADOS UNIDOS (1994-2009): DE
SOCIO “CONFIABLE” A SOCIO “NECESARIO”
RESUMEN
ABSTRACT
Hasta bien entrada la década de los
noventa, Venezuela era un “socio
confiable” para EE.UU., un promotor
de la democracia representativa y un
fiel proveedor de petróleo para ese país.
Hoy, por el contrario, estamos en una
circunstancia en la cual el Gobierno de
Venezuela es tan sólo un “socio necesario” de EE.UU. y cuyos actuales dirigentes cuestionan el liberalismo y
mantienen algunas reservas sobre su
relación con EE.UU. De igual forma, las
relaciones bilaterales tienen ahora un
carácter más heterogéneo ya que participan numerosas agencias gubernamentales, hay nuevos y activos actores
privados, las vinculaciones económicas y sobre todo comerciales son más
estables que las políticas y en el plano
académico, compiten diversas visiones
sobre el tema.
Venezuela was a «reliable partner» for
the U.S. during the nineties, a promoter
of representative democracy and a
faithful provider of oil to that country.
However, we are today in a circumstance in which the Government of
Venezuela is just a “necessary partner”
of U.S. and whose current leaders
question the liberalism mode of politics
and maintain some reservations about
his relationship with the U.S. Indeed,
bilateral relations are now more
heterogeneous and involve many
government agencies and new and
active private actors. On the other
hand, economic and trade links are more
stable than the political ones and there
are several competing academic views
about the issue.
Palabras clave: Estados Unidos,
Venezuela, petróleo, energía, economía,
comercio bilateral, cooperación y
conflicto.
Keywords: United States, Venezuela,
oil, energy, economy, bilateral trade,
cooperation and conflict.
439
1.-
Introducción
En diversos estudios sobre el intercambio comercial entre América Latina y
Estados Unidos es un lugar común encontrarse con la siguiente interrogante: ¿por qué el flujo comercial entre Venezuela y Estados Unidos no se ha
visto afectado por el deterioro de las relaciones diplomáticas entre estos
países?1
Esto ha sido una constante presente por más de una década en los estudios
de las relaciones bilaterales, razón por la cual nos proponemos en este papel
de trabajo analizar las diversas variables que de alguna forma pueden contestar dicha pregunta.
La literatura sobre el comercio y en general sobre la economía internacional
observa como casos excepcionales entre dos países, el crecimiento de sus
relaciones comerciales bilaterales o algunos cambios significativos positivos en volúmenes y cifras, cuando se da un deterioro de las vinculaciones
políticas y la reducción de los contactos diplomáticos.2
Por lo tanto, consideramos como conjetura preliminar que en el caso que
nos ocupa no es común y esas relaciones tiene una explicación que está
poco condicionada por la variable política.
Para ir adelantando en nuestro propósito recordemos que hasta bien entrada
la década de los noventa, Venezuela era un “socio confiable” para EE.UU.,
un promotor de la democracia representativa y un fiel proveedor de petróleo
para ese país. Hoy, por el contrario, estamos en una circunstancia en la cual
el Gobierno de Venezuela es tan sólo un “socio necesario” de EE.UU. y
cuyos actuales dirigentes cuestionan el liberalismo y mantienen algunas reservas sobre su relación con EE.UU.3
1.
Cole Blasier, The Hovering Giant: U.S Responses to Revolutionary Change in Latin
America. (Pittsburgh. Pittsburgh University Press. 1976)
2.
Dominick Salvatore, Economía Internacional. (México, Prentice Hall. 1998. Sexta
edición)
3.
Veánse: Steve Ellner, Recent Venezuelan Political Studies: A Return to Third World
Realities. Latin American Research Review. (Volumen 32 (2), 1997); Judith Ewell,
Venezuela and the United States. From Monroe’s Hemisphere to Petroleum’s Empire.
440
Las relaciones bilaterales llegaron a enmarcarse entre los años de 1958 y
1999 dentro de la perspectiva de “unas coincidencias estratégicas y unas
diferencias tácticas”. Es decir, no existían unas diferencias estructurales de
carácter bilateral, aunque se registraron algunas fricciones en el plano coyuntural.
De 1958 hasta 1999, ambos países fundamentaron sus relaciones bajo los
siguientes parámetros: 1) que el caso venezolano era diferente al resto de los
países latinoamericanos, dados el peso económico del petróleo y la estabilidad del sistema político; 2) que Venezuela no calzaba bien dentro de los
diversos intentos de clasificación provenientes de los estudios de política
comparada sobre América Latina; 3) que nuestro país estaba exento, desde
el año 1963, de graves acontecimientos políticos, como una revolución o un
intento de golpe de Estado; 4) que entre Venezuela y EE.UU. existía una
relación amistosa, dado el tradicional papel de Venezuela como suplidor seguro y estratégico de EE.UU. en materia petrolera.
Sin embargo, muchos de esos parámetros se han visto sometidos a revisión
desde 1999. Venezuela es un país distinto ya que: 1) se experimenta un
cambio político y económico; 2) el modelo de democracia representativa
venezolano apoyado por EE.UU. es cuestionado reiteradamente por un gobierno que promueve el modelo de democracia participativa.
La actual política exterior de Venezuela se basa en una visión del mundo de
corte anti-occidental. Desde el punto de vista mundial, se busca mantener
relaciones con todos los países, haciendo énfasis en los aliados no tradicionales de Venezuela, tales como los países miembros de la OPEP y países
progresistas e incómodos, –de acuerdo a la óptica estadounidense–, como
Cuba, China, Irán, Bielorrusia, Libia, Rusia y hasta el año 2002, Irak. Igualmente, se busca la promoción de una serie de iniciativas para desarrollar una
diplomacia oficiosa y paralela, de apoyo a movimientos, partidos, agrupaciones y personalidades ligadas al radicalismo mundial y a los circuitos de
izquierda.4
(Athens.The University of Georgia Press, 1996); Janet Kelly; Carlos A. Romero,
The United States and Venezuela. Rethinking a Relationship. (New York. Routledge
Press, 2002); Tomás Polanco Alcántara; Simón Alberto Consalvi; y Edgardo Mondolfi
Gudat, Venezuela y Estados Unidos a través de dos siglos. (Caracas. Venamcham,
2000);
4.
Carlos A. Romero, Jugando con el Globo. La Política Exterior de Hugo Chávez.
(Caracas. Ediciones B, 2006)
441
En el plano de las relaciones interamericanas, el gobierno del presidente
Chávez ha tenido una postura controversial al oponerse a las posiciones
estadounidenses en el seno de la OEA, en referencia al papel de ese organismo como garante de la democracia en América Latina y el Caribe; en materia de promoción de la democracia y de los derechos humanos; y al criticar
la agenda misma de la OEA y el papel de las misiones observadoras y de las
organizaciones no gubernamentales en los procesos electorales en la región.
Desde Caracas se ha tratado de definir un tipo de democracia participativa,
directa y plebiscitaria, diferente a la tesis hemisférica de la democracia representativa.
Al mismo tiempo, surge a la vista la escasa participación de la Fuerza Armada Venezolana en el sistema de cooperación militar interamericano (conferencias militares, códigos compartidos, labores de la Junta Interamericana
de Defensa, participación de oficiales venezolanos en cursos militares y
ejercicios militares, como Unitas y Red Flag) y la reducción de las compras
militares de Venezuela en Estados Unidos. A esto hay que agregar los estrechos vínculos militares que Venezuela tiene con Rusia, en materia de cooperación y compra de armamento y en un menor grado con Bielorrusia, Cuba
y China.
En este marco, destacan diversas controversias entre los dos países, tales
como las críticas venezolanas a la Guerra de Irak, la tardanza en el reconocimiento de Venezuela al nuevo Gobierno de Irak, la posición venezolana de
favorecer una política de precios altos del barril de petróleo a un nivel mundial, las críticas del gobierno del presidente Chávez a la creación del ALCA,
al Plan Colombia, a la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos,
al uso por parte de las fuerzas armadas estadounidenses de bases militares
colombianas y las críticas venezolanas al manejo hemisférico de la crisis
política en Haití.5
Es en este contexto en donde tratamos de analizar este caso. Para ello se
dará en primer lugar, un recuento de las relaciones económicas y comerciales entre los dos países; posteriormente se analizará con detalle el comercio
entre los dos países y otros indicadores económicos durante el año 2009como una oportunidad de ilustrar nuestras interrogantes- y finalmente se
darán algunas proyecciones y conclusiones.
5.
Carlos A. Romero, Venezuela y Estados Unidos. ¿una relación esquizofrénica?.
Nueva Sociedad, Nº 206, (noviembre- diciembre, 2006) 79-93.
442
2.-
Aspectos económicos y comerciales en los últimos quince años.
2.1.- Un largo camino recorrido.
Al compararse las proyecciones de las relaciones bilaterales económicocomerciales entre 1999 y 2010, aquellas proyectan un panorama más optimista sobre todo en el área energética, aunque se hayan presentado
importantes contratiempos coyunturales en los años 1994-1999.
En octubre de 1994, el Departamento de Comercio de EE.UU. amenazó con
aplicar la sección 301 de la Ley de Comercio para imponer sanciones comerciales a Venezuela y a otros productores de banano que habían firmado
un acuerdo marco con la Unión Europea sobre la comercialización de ese
producto. A fines del mes de abril de 1997 se conoció que la Organización
Mundial de Comercio (OMC) había desaprobado el sistema de cuotas acordado entre la Unión Europea y los países signatarios de ese acuerdo marco.
Posteriormente, en el mes de noviembre de ese mismo año, EE.UU. condicionó la entrega de trigo a Venezuela. Dada la investigación anti-dumping
que algunas agencias del Gobierno venezolano llevaron adelante sobre el
trigo estadounidense subsidiado, y dada la prohibición de Venezuela desde
1993 de importación de productos avícolas, porcinos y vacunos estadounidenses, el Departamento de Comercio condicionó la inclusión de Venezuela
en el Programa de Promoción de Exportaciones (EEP) del Departamento de
Agricultura de EE.UU.
De igual modo, Venezuela trató de evitar el embargo de los camarones venezolanos ante la denuncia del Departamento de Comercio sobre la mortandad
de las tortugas. Sobre esto, el Gobierno venezolano, conjuntamente con
funcionarios estadounidenses, inspeccionaron las flotas camaroneras que
se encontraban en puertos venezolanos, sin detectar irregularidades en la
conservación de las tortugas marinas. El 28 de abril de 1995, el Gobierno de
EE.UU. extendió a Venezuela la certificación necesaria para seguir exportando camarones hasta mayo de 1996. En el 2004 se certificó nuevamente a
Venezuela.6
En mayo de 1995, se conoció que Venezuela no fue incluida en la Priority
Wacht List (Lista de Países Prioritarios en Observación) de la Sección Espe6.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Libro Amarillo. Memoria y Cuenta
del Ministerio de Relaciones Exteriores. 1995 (Caracas. Ministerio de Relaciones
Exteriores de Venezuela, 1995); Embajada de los Estados Unidos en Caracas, Venezuela.
http://embajadausa.org.ve.
443
cial 301 de la Ley Ómnibus de Comercio y Competitividad, pero sí en la
Wacht List, a pesar de la entrada en vigencia de las decisiones 344 y 345 de
la Comisión del Acuerdo de Cartagena, referentes a las leyes sobre Propiedad Industrial y Derechos de Autor. Venezuela continuó dentro de la lista de
veinticuatro países en observación desde 1990. Al mismo tiempo, se recalcó que no se había establecido la oficina para atender los casos sobre derechos de autor en Venezuela, ni se había revisado el régimen sobre uso de
patentes y el reglamento sobre propiedad industrial.7
Por otra parte, Venezuela, en su condición de miembro de la Comisión
Interamericana del Atún Tropical (CIAT), firmó junto con EE.UU. y otros
países una declaración de carácter regional en la ciudad de Panamá sobre la
necesidad de reducir progresivamente la mortandad de delfines. Esto se
consideró como un avance para suspender el embargo estadounidense al
atún venezolano.8
En los mismos términos, Venezuela confrontó otros problemas comerciales
con EE.UU., como la investigación sobre el cumplimiento del Acuerdo de
Suspensión de Subsidios a las exportaciones venezolanas de cemento tipo
Clinker y Portland; al mismo tiempo, se permitió la entrada a EE.UU. de los
Carbon Steel Welded Pipe Fittings, producto elaborado en Venezuela a partir del hierro, cuya exportación desde Venezuela estaba suspendida, y se
aprobó el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) por un período de
cinco años. Este sistema permitió que productos venezolanos petroquímicos
y químicos, el hierro, el cemento y los camarones pudieran ser exportados
sin problemas al mercado estadounidense.
El tema que caracterizó las tensiones comerciales entre ambos países durante esos años fue el caso de la gasolina reformulada. El problema se originó a fines de 1993, cuando la agencia gubernamental estadounidense, la
Environment Protection Agency (EPA), reglamentó los “componentes y
aditivos para combustibles: pautas para la gasolina reformulada y convencional”, lo que significó que ese reglamento afectaría las gasolinas
reformuladas y convencionales venezolanas que se exportaban a la costa
este de EE.UU. El reglamento, basado en la Ley estadounidense de Purificación del Ambiente, afectaba un producto que ya había alcanzado sus pro-
7.
Economía Hoy, 6 de mayo de 1995, p. 23, y 19 de mayo de 1995, p. 23.
8.
Economía Hoy, 12 de octubre de 1995, p. 22.
444
pios parámetros de limpieza desde el año 1990, 22% de oleofina, 6,4% de
azufre y bajos niveles de benceno.
El Gobierno de Venezuela alertó que el tema de la gasolina reformulada reflejaba las diferencias existentes entre el Congreso estadounidense, la EPA y el
Gobierno Federal sobre el comercio con Venezuela, y utilizó como argumento a favor, la puesta en marcha de un proyecto de inversión en las
refinerías de propiedad de Venezuela para mejorar la composición de la gasolina venezolana.9
En febrero de 1994, Venezuela procuró llegar a un acuerdo con el gobierno
del presidente Clinton y en principio se vio la posibilidad de una solución al
decretarse en abril de ese año una reglamentación transitoria que favorecía
a la gasolina reformulada, a fin de evitar las sanciones al combustible venezolano. En septiembre de 1994 se conoció que el Congreso de los EE.UU.
había decidido mantener las restricciones aplicadas a la gasolina reformulada
y bloquear los fondos para cambiar el reglamento del año 1993, lo que en la
práctica significó sacar del mercado estadounidense de la costa este de
EE.UU. a la gasolina venezolana. Desde la óptica estadounidense, la gasolina
venezolana era objetable por la EPA, por alegar que el combustible no cumplía con los requisitos de protección ambiental al tener niveles altos de oleofina.
Esto motivó a que el Gobierno de Venezuela decidiera plantear el caso junto
con Brasil en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y
Comercio (en inglés, “General Agreement on Tariffs and Trade”, GATT). El
8 de septiembre de 1994, el Gobierno venezolano denunció la medida exigiendo un trato igualitario ante lo que se consideraba como una discriminación a los productos de exportación en el marco de “un proteccionismo
comercial disfrazado de ambiental”.10
El GATT admitió la demanda de Venezuela el 4 de octubre de ese mismo año
y el gobierno del presidente Caldera amenazó con no comprar más trigo
proveniente de EE.UU., en respuesta a la decisión del Congreso estadounidense. El 25 de octubre del año 1994, Venezuela y EE.UU. acordaron la
constitución del panel del GATT conformado por tres expertos de Hong
Kong, Nueva Zelanda y Finlandia. Dicho proceso fue suspendido al termi-
9.
El Diario de Caracas, 26 de abril de 1994, p. 15.
10.
El Diario de Caracas, 7 de septiembre de 1994, p. 3; 15 de septiembre de 1994, p. 3;
16 de septiembre de 1994, p. 3; 20 de septiembre de 1994, p. 16; 21 de octubre de
1994, p. 29; 7 de diciembre de 1994, p. 4.
445
narse la labor del GATT y al comenzar la actuación de la Organización
Mundial de Comercio (OMC)
Venezuela y Brasil introdujeron, en marzo de 1995, una denuncia en la OMC
solicitando el establecimiento de un grupo especial para la solución de controversias, de acuerdo a las disposiciones de la OMC, al no llegarse a un
acuerdo amistoso en el ámbito bilateral. Debe destacarse que esta acción de
Venezuela y Brasil fue la primera realizada por dos países miembros ante la
nueva organización internacional y se concretó en la constitución de un
Grupo Especial formado por los expertos ya escogidos en la etapa final del
GATT.11
En el mes de abril de 1996 se dio a conocer el Informe Anual del Departamento de Comercio del Gobierno de los EE.UU. al Congreso estadounidense, en donde nuevamente se indicaba que Venezuela imponía barreras
comerciales a productos y servicios estadounidenses, al tiempo que se subrayó que Caracas no había perfeccionado los mecanismos pertinentes para
combatir la piratería comercial. El 29 de abril de ese mismo año, el panel de
apelaciones de la OMC afirmó que ciertas normas ambientales de los EE.UU.
obstaculizaban la importación de la gasolina proveniente de Venezuela y Brasil, en lo que se consideró como una limitación al libre comercio.12
De esta forma, la demanda de Venezuela y Brasil, introducida en marzo de
1995 y decretada como procedente por un panel de expertos, fue ratificada
por una instancia superior, ya que la interpretación que hacía el Gobierno
estadounidense de la ley de ese país, la Clean Air Act, era “discriminatoria e
injustificable y restringía de manera disfrazada el comercio internacional” A
partir de esa resolución de la OMC se le indicó a EE.UU. que debían informar sobre las medidas necesarias para cambiar las reglas sobre la importación de la gasolina reformulada y reparar los daños comerciales ocasionados
a Venezuela y Brasil. En este orden de cosas, se conoció en el mes de mayo
de 1997 que el Congreso de EE.UU. no estaría dispuesto a enmendar a
tiempo la reglamentación de la EPA, de lo cual tenía plazo hasta el 20 de
agosto de ese mismo año.13
11.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Libro Amarillo. Memoria y Cuenta
del Ministerio de Relaciones Exteriores 1995. (Caracas. Ministerio de Relaciones
Exteriores de Venezuela, 1995)
12.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Libro Amarillo. Memoria y Cuenta
del Ministerio de Relaciones Exteriores, 1995. (Caracas. Ministerio de Relaciones
Exteriores de Venezuela, 1995)
13.
El Nacional, 1º de abril de 1996, p. D/4.
446
A fines del mes abril de 1996, la legislatura del estado estadounidense de la
Florida aprobó una resolución vetando la posibilidad de que la Florida Power
and Light Company pudiera refinar lo que entonces se conocía como
orimulsión, lo que produjo la pérdida transitoria de ese mercado y el retraso
de la entrada de ese combustible pesado a EE.UU.14
Por otra parte, EE.UU. colocó nuevamente a Venezuela en la lista de observación de países que no protegían adecuadamente los derechos de autor y la
propiedad intelectual (Watch List), según el informe presentado por la Oficina del Representante Comercial de ese país. En este sentido, se dice en ese
informe que “”os esfuerzos del Gobierno venezolano siguen siendo modestos en lo que respecta a represión de la piratería”, y se expresa que “Venezuela no ha aprobado para esa fecha la Ley de Propiedad Intelectual”. Por
otra parte se dice que, “se observan diferencias en el sistema de marcas y
patentes, una ausencia de normas contra las importaciones paralelas y la
implementación parcial de las normas contempladas en los TRIPS” (Acuerdo sobre los aspectos de propiedad intelectual relacionados con el comercio) consagrados en el Tratado de la OMC).15
En la segunda mitad del año 1996 se conoció el creciente descontento de la
Agencia Federal de Aviación (FAA), adscrita al Departamento de Transporte
del Gobierno estadounidense, sobre el escaso cumplimiento por parte de las
líneas aéreas venezolanas de las regulaciones federales de aviación estadounidenses. La FAA ratificó a Venezuela en la categoría 2, amenazó con pasarla a la categoría 3, y suspendió por varios días los vuelos comerciales
entre Venezuela y EE.UU. en agosto de 1996. Luego de varias negociaciones, Venezuela se comprometió a cumplir con las normas de la FAA, y esta
agencia estadounidense dio un plazo de 30 días de prueba a las líneas aéreas
venezolanas, a las que se les permitió operar nuevamente, dejándolas en la
categoría 2. Posteriormente, Venezuela pasó en 2006 a la categoría 1, vale
decir, las líneas aéreas venezolanas están autorizadas a efectuar operaciones
en EE.UU., pero deben someterse a mayores inspecciones y supervisiones.16
A fines de ese año de 1996 se conoció que el Eximbank restituiría los préstamos al sector público venezolano, suspendidos desde principios de 1995,
14.
El Nacional, 30 de abril de 1996, p. D/4.
15.
El Nacional, 24 de mayo de 1996, p. E/5.
16.
El Nacional, 7 de julio de 1996, p. E/6; El Nacional, 7 de agosto de 1996, p. A/1; 8 de
agosto de 1996, p. E/1; El Nacional, 9 de agosto de 1996, p. E/2; El Nacional, 25 de
septiembre de 1996, p. E/3; El Nacional, 22 de abril de 2006, p. A/12.
447
como consecuencia de la nueva política económica de apertura iniciada en
el mes de marzo de 1996 por el gobierno del presidente Caldera. En el año
2000 se volvió a cerrar esta posibilidad.
En 1996, varios bancos y otros entes financieros estadounidenses como el
J. P. Morgan, Bank of Boston, Citicorp, NBD, Bancorp, First Fidelity, Chase,
y Liberty Mutual comenzaron a operar en Venezuela y se asociaron con la
banca y otras instituciones financieras venezolanas.
De la misma manera, compañías petroleras estadounidenses, tales como
Mobil, Arco, Philips, Conoco, Amoco, la entonces Chevron-Texaco y Exxon
participaron en convenios operativos, de asociación estratégica y de ganancias compartidas, en joint-ventures y en contratos de otra índole, tales como
los convenios de exploración a riesgo, con Pdvsa y sus filiales. Desde el año
2007, en el marco de las nuevas compañías mixtas formadas entre Pdvsa y
algunas compañías extranjeras, sólo está participando una de origen estadounidense, Chevron.17
Este proceso se complementó con la política de Pdvsa de expandir su participación accionaria en refinerías estadounidenses a fin de asegurarse un
mercado seguro para el petróleo pesado venezolano. Así, se ratificó la participación accionaria de Pdvsa en las compañías petroleras norteamericanas, Citgo (con totalidad accionaria venezolana), Champlin y Unoven, y se
negoció la compra de algunas refinerías estadounidenses en los estados de
Texas, Illinois y Louisiana.18
A raíz de la visita del presidente estadounidense Bill Clinton a Caracas, en el
mes de octubre de 1997, el Gobierno venezolano y el Gobierno estadounidense llegaron a algunos acuerdos sobre materia comercial. Para esa fecha
se había superado el bloqueo del Gobierno estadounidense al atún venezolano; se había suspendido el reclamo estadounidense sobre la presunta práctica desleal del alambrón fabricado por Sidor; el Gobierno estadounidense
había ratificado la permanencia de Venezuela en el Sistema Generalizado de
Preferencias, y se habían superado los problemas técnicos y comerciales en
referencia a la gasolina reformulada.
17).
El Nacional, 1º de septiembre de 1996, p. E/12; El Nacional, 5 de noviembre de 1996,
p. A/4; El Nacional, 30 de diciembre de 1996, p. E/8.
18).
El Nacional, 15 de enero de 1997, p. D/17.
448
Sin embargo, los obstáculos para la firma de un tratado de promoción y
protección recíproca de inversiones entre Venezuela y EE.UU. han continuado hasta este año de 2010, a pesar de algunas conversaciones dadas en
el año 1998 y 2000, la firma entre los dos gobiernos y la existencia de un
Acuerdo (Nº CJTI – 175), sobre Incentivos para las Inversiones entre el
Gobierno de la República de Venezuela y el Gobierno de los Estados Unidos
de América, publicado en la Gaceta Oficial Nº 34.511 del 17 de julio de
1990.
Desde la óptica de Washington, Venezuela estaba retrasada en relación con
la adopción de los cánones internacionales sobre propiedad intelectual. Cabe
recordar que Venezuela tenía plazo hasta el año 2000 para acogerse
integralmente a los acuerdos sobre derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (Trips) suscritos ante la OMC. En segundo lugar,
Venezuela se ha negado a incluir en las negociaciones sobre el tratado, los
temas laboral y ambiental, ya que esto podía perjudicar la posibilidad de la
aprobación del Fast-Track en el Congreso para beneficiar el ALCA. En tercer
lugar, EE.UU. insistía en relacionar la posibilidad de la firma de un tratado de
esta naturaleza con el tema de la propiedad intelectual. En este sentido, Washington exigía el cabal funcionamiento del Servicio Autónomo de Propiedad
Intelectual del Gobierno de Venezuela, la revisión de la Decisión 344 ante la
Comisión del Acuerdo de Cartagena e impulsar al poder legislativo de Venezuela
para que sus parlamentarios aprobaran los proyectos de la Ley de Propiedad
Intelectual y Ley Orgánica de Aduanas. Por último, el Gobierno estadounidense
sostuvo algunas reservas sobre las inversiones de Pdvsa en EE.UU., principalmente en Citgo y por lo tanto, se congelaron las negociaciones.
En cuanto a la posibilidad de la firma de un tratado de doble tributación, este
tampoco se pudo formalizar en ocasión de la visita del presidente Clinton a
Caracas, aunque se firmó finalmente en enero de 1999 y se puso en práctica
en enero del año 2000, con la excepción referida al tema de la renta global y
la fuente de enriquecimiento.
El acuerdo para evitar la doble tributación entró en vigencia casi en la totalidad de sus partes, en referencia al intercambio de información fiscal y
tributaria, así como en materia de establecimiento permanente (más de 183
días) o temporal, que se impone a empresas de ambos países para que
paguen los impuestos en donde se originó la actividad.
Sin embargo, el tema de pechar la exportación de capitales enviados a EE.UU.
fue diferido a fin de evitar la exportación de capitales a un sistema tributario
de menor impacto como es el de EE.UU., hasta tanto no se modificara la
449
Ley del Impuesto sobre la Renta en Venezuela. Venezuela sostiene la tesis de
que la fuente que grava es el lugar en donde se produce el enriquecimiento.
Por el contrario, EE.UU. sostienen que debe aplicarse el principio de la renta
mundial, que indica que toda empresa norteamericana debe pagar impuestos
en EE.UU., sin importar en cuál país se origina el enriquecimiento. En relación con esto último, se estima que hay más de 200 mil millones de dólares
depositados en EE.UU., propiedad de empresas públicas y privadas y de
particulares venezolanos.
En el mes de julio de 1997 se concluyeron las negociaciones del Tratado de
Asistencia Mutua en el campo penal entre EE.UU. y Venezuela, firmado por
los presidentes Caldera y Clinton, en ocasión de la visita de este último a
Venezuela. Sobre esto, hay que recordar que el Fiscal General de Venezuela
planteó, en 1995, un convenio de extradición que contemplara los delitos
bancarios. El Gobierno estadounidense lo consideró innecesario, ya que
ambos países habían suscrito un acuerdo multilateral sobre el tema en el
marco de “La Convención Interamericana sobre Ayuda Mutua en Cuestiones Penales”, aprobada en 1992. Ya en marzo de 1995, ambos gobiernos
suscribieron un Acuerdo de Asistencia Mutua para la administración de justicia, a fin de procesar las detenciones, juicios y extradiciones de ciudadanos venezolanos residentes en EE.UU. incursos en delitos bancarios y
financieros.19
Hugo Chávez, en su condición de presidente electo de Venezuela, dispensó
una visita al presidente Clinton y se reunió con varios de sus colaboradores
en enero de 1999. En el mes de junio de ese mismo año, ya como presidente
constitucional, Hugo Chávez visitó las ciudades de Nueva York y Houston,
en donde se reunió con inversionistas y representantes de las finanzas y
visitó la Bolsa de Valores de Nueva York y otras instituciones privadas. De
igual modo lo hizo en el mes de septiembre de ese mismo año, cuando visitó
nuevamente la ciudad de Nueva York y, por primera vez, la ciudad de Washington. En ambas ocasiones el contacto con inversionistas privados fue
fundamental.
Durante 1999, los negocios estadounidenses en Venezuela tuvieron una reducción en cuanto a la inversión extranjera directa, dada la recesión económica y la desaceleración de la apertura petrolera. En octubre de 1999 se
19.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Libro Amarillo. Memoria y Cuenta
del Ministerio de Relaciones Exteriores 1998. (Caracas. Ministerio de Relaciones
Exteriores de Venezuela, 1995)
450
comentó de nuevo sobre la posibilidad de que Venezuela pudiera ingresar al
grupo de países que gozan de reducciones arancelarias si se prorrogaba la
Ley de Preferencias Arancelarias Andinas, posibilidad que se discutió nuevamente en el año 2000, pero sin resultado alguno, y cuya medida de excluir
de Venezuela de esa Ley se ha prolongado hasta este año 2010. Al mismo
tiempo, en el mes de diciembre de 1999 se conoció que las inversiones
estadounidenses en Venezuela habían caído en un 73%, aunque compañías
estadounidenses habían participado en el proceso de privatización de industrias estatales como la Electricidad de Caracas EDC y sus filiales, hoy nacionalizada, como la Compañía Nacional Teléfonos de Venezuela –Cantv-,
(nacionalizada nuevamente en el año 2007 por compra del Estado venezolano al principal accionista, la compañía estadounidense Verizon), en telefonía
celular, en centrales azucareras, en turismo y otras áreas, formando así el
40% de las inversiones totales extranjeras en el país para 1999.20
Durante el mes de febrero del año 2000, un grupo de venezolanos residenciados en el estado de Florida pidió el apoyo del Gobierno venezolano a fin
de conseguir que el Gobierno estadounidense les otorgara un “Estatus de
Protección Temporal”, una medida administrativa contemplada en la legislación estadounidense para beneficiarse con un permiso para trabajar y obtener la seguridad social en EE.UU. por 18 meses. Este estatus se les da a los
ciudadanos que sufren las consecuencias de desastres naturales o confrontaciones bélicas en sus países de origen. La búsqueda de apoyo por parte de
este grupo de venezolanos constituyó la primera acción colectiva que hacían los inmigrantes venezolanos que se encuentran en EE.UU., y reveló el
creciente número de venezolanos que están residenciados en el estado de
Florida y en otros estados de EE.UU., cuya cifra entre “legales e ilegales” se
calcula para el año 2010 en unos 250.000 personas.21
Ante el aumento de los precios del petróleo, el gobierno del presidente Clinton
exhortó a los países productores de petróleo en el año 2000 a que elevaran
la producción de barriles diarios, a fin de disminuir la cotización del crudo la
cual había llegado a 30 dólares por barril. En un encuentro en la ciudad de
Londres, el secretario de Energía de EE.UU., Bill Richardson, y el entonces
ministro de Energía y Minas de Venezuela, Alí Rodríguez, firmaron una
declaración conjunta en la cual coincidían en que la volatilidad de los precios
20.
El Nacional, 16 de diciembre de 1999, p. E/1.
21.
El Nacional, 14 de febrero de 2000, p. A/2.
451
en los mercados mundiales “era perjudicial para las naciones productoras y
consumidoras”, lo cual se observó como una ratificación del acuerdo energético entre las dos naciones, a pesar de la advertencia del presidente Clinton
sobre la posibilidad de usar la reserva estratégica norteamericana.22
Una delegación de parlamentarios estadounidenses y técnicos pertenecientes al Comité Ejecutivo del Consejo de Energía de los EE.UU., así como un
grupo de empresarios estadounidenses, visitaron Venezuela en el mes de
junio del año 2000, con el fin de intensificar el intercambio bilateral en materia energética. La visita coincidió con la celebración de un seminario sobre
integración hemisférica energética y la política de promover asociaciones
entre empresas venezolanas y estadounidenses en petróleo y gas. Venezuela
está afiliada al Consejo de Energía estadounidense, una organización de carácter no gubernamental, desde 1997.23
Durante el año 2000, las exportaciones no tradicionales de Venezuela a EE.UU.
aumentaron en un 40% con respecto a 1999, el monto fue del orden de los
1.760 millones de dólares americanos, siendo los principales productos colocados en EE.UU. aceites, derivados del petróleo o mineral bituminoso,
productos férreos, aleaciones de aluminio, éter, cemento y mariscos.
En cuanto a las importaciones no tradicionales de Venezuela desde EE.UU.,
éstas estuvieron en 2000 por el orden de los 4.543 millones de dólares americanos, un 15,1% menos que en 1999, siendo los productos principales
importados por Venezuela: aparatos de radiofonía, vehículos automotores y
maquinarias industriales.24
Entre los años 2001 y 2004 se presentaron menos problemas tácticos entre
ambos países durante esos años. De hecho, las diferencias entre Venezuela
y EE.UU. se trasladaron más del plano comercial hacia el plano económico,
en cuanto a las diferencias doctrinales en relación con el papel del Estado en
la economía y desde luego al plano político.
La repercusión económica del turismo venezolano en el estado de Florida, y
específicamente en Miami, se estimó en 2003 que estaba por el orden de
1.000 millones de dólares. Este nuevo auge de los turistas venezolanos se
debió principalmente a los altos precios internacionales del petróleo, lo que
22.
El Universal, 18 de febrero de 2000, p. 2/1; El Nacional, 1º de marzo de 2000, p. D/5.
23.
Economía Hoy, 6 de junio de 2000, p. 9.
24.
El Universal, 11 de marzo de 2001, p. 2/1.
452
generó una mayor circulación de dinero en la economía venezolana, y a su
vez estimuló las compras en el exterior, a pesar del control de las divisas que
entró en vigencia en Venezuela en febrero de 2003.
Según la Cámara Venezolano-Americana de la Florida, las inversiones privadas venezolanas repuntaron en el año 2004, principalmente en el área de la
construcción, así como también las importaciones desde el estado de la
Florida a Venezuela, patrón que se mantuvo hasta el año 2008. Ahora la cosa
está más difícil.25
Por otra parte, la Cámara Venezolano-Americana de Industria y Comercio
(Venamcham) afirmó en su balance anual del año 2004 que las exportaciones venezolanas no petroleras a EE.UU. crecieron en un 9% los primeros
nueve meses de ese año y las inversiones directas de EE.UU. en Venezuela
llegaron a alcanzar la cifra de 47 millones en el período enero-septiembre de
2004, lo que significó una caída de un 34% en relación con el mismo período en 2003.
El comercio entre Venezuela y los Estados Unidos logró récord en 2005. La
balanza comercial llegó cerca de los 40.000 millones de dólares. Las exportaciones venezolanas a los Estados Unidos subieron un 26% con respecto a
2004, un total de 32.000 millones de dólares. Las importaciones venezolanas desde los Estados Unidos subieron un 20% con respecto a 2004, lo que
significó el total de 6.300 millones de dólares.26
En el año 2006, las exportaciones venezolanas a Estados Unidos estuvieron
en el orden de los 37.133 millones de dólares y las importaciones de Venezuela desde Estados Unidos estuvieron en el orden de los 9.325 millones de
dólares.
Al cierre del año 2007, el intercambio comercial entre Venezuela y Estados
Unidos llegó a la suma de 50.096 millones de dólares Ese año, las exportaciones de Venezuela hacia EEUU totalizaron 39.897 millones de dólares, lo
que implicó una variación superior a 7,35%, con respecto al año 2006. En
cuanto a las importaciones venezolanas desde EEUU en el año 2007, estas
sumaron 10.199 millones de dólares.
25.
El Universal, 7 de diciembre de 2004, p. 1/14.
26.
Reproducido en El Nacional, 17 de diciembre de 2004, p. A/20; Embajada de Estados
Unidos en Caracas, Venezuela, http://embajadausa.org.ve; Edmond Saade, Comercio
Récord de EE.UU. y Venezuela. Declaraciones reproducidas en: Reporte Económico,
22-05-06: 11
453
Para el año 2008 el comercio total entre los dos países fue de 62.892 millones de dólares, 50.281 en exportaciones y 12.611 en importaciones venezolanas.27
Estas cifras confirman un déficit comercial para Estados Unidos y que la
relación comercial entre los dos países es asimétrica, un patrón poco visto
en las relaciones de Estados Unidos con los países latinoamericanos y
caribeños.
Dentro de este contexto, se sabe que Pdvsa se encuentra entre las corporaciones más importantes en lo que se refiere al negocio de refinación en el
mundo, con una red de 24 refinerías: seis complejos petroquímicos en Venezuela, uno en el Caribe, ocho en EE.UU. y nueve en Europa. Citgo procesa de manera directa 749.000 barriles diarios. Las refinerías que pertenecen
a Citgo producen un amplio margen de gasolinas convencionales y
reformuladas: 140 millones de barriles diarios de gasolina, 55 millones de
barriles diarios de destilados y 30 millones de barriles anuales de fuel para
aeronaves. Los complejos de Citgo en EE.UU. han sido los siguientes: Refinería de Lake Charles, Refinería de Corpus Christi, Refinería de Lemont ,
Refinería de Lyondell-Citgo (donde vendida la participación venezolana),
Refinería de Paulsboro y la Refinería de Savannah (Estas últimas vendidas a
la empresa Nustar).
Citgo es una compañía refinadora y de transporte que comercializa combustibles, lubricantes y productos petroquímicos, ceras refinadas, asfalto y
otros productos industriales, y fue propietaria y concesionaria de 12.300
estaciones de gasolina por varios años y hasta principios del año 2008.
Ahora en el año 2010 Citgo tiene 7.500 estaciones de servicio en el territorio
estadounidense. Citgo va emitir este año una deuda por el orden de los 1.500
millones de dólares.28
En el año 2004, Venezuela, una economía orientada hacia el desarrollo
endógeno según el Gobierno del presidente Chávez, tuvo un flujo de inversiones extranjeras directas no-petroleras por el orden de los 492 millones de
27.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors) Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
28.
Janet Kelly; Carlos A. Romero, The United States and Venezuela. Rethinking a
Relationship. (New York. Routledge Press, 2002)
454
dólares, de los cuales 174 millones fueron aportados por inversiones provenientes de EE.UU. Las inversiones extranjeras en Venezuela-no petroleras en
el año 2007 estuvieron en el orden de los 400 millones de dólares y en el año
2008, estuvieron en el orden de los 349 millones de dólares.29
En el plano hemisférico, tanto económico como comercial, la situación entre Venezuela y Estados Unidos es de mayor tensión, ya que ha estado signada
por la negativa de Venezuela de apoyar plenamente el ALCA y los tratados de
libre comercio bilaterales promovidos por Washington. Venezuela ha manifestado serias reservas sobre los temas de acceso a mercados, propiedad
intelectual y dumping; en promover el cuestionamiento del papel de los organismos multilaterales de carácter financiero, Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en la implementación de esquemas
neoliberales en las economías nacionales; sobre la ayuda especial en materia
energética y comercial otorgada a Cuba; y en presentar una alternativa regional, creada en el año 2004 como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA) y conocida desde el año 2009 como la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América, organización regional que va más allá de lo comercial, y que incluya materias políticas,
culturales, sociales y de infraestructura.
También está presente en la agenda comercial bilateral el debate sobre el
arbitraje en materia de inversiones entre el Estado venezolano, a través de
Pdvsa y compañías estadounidenses. Aunque no siempre se incluyen cláusulas arbítrales en los contratos, las empresas extranjeras pueden demandar
a Venezuela ante un conflicto de esa naturaleza en el Centro Internacional de
Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), organismo del Banco
Mundial, siempre y cuando el Estado del cual son nacionales las compañías
extranjeras tengan vigentes acuerdos bilaterales en materia de promoción y
protección de inversiones con el Estado venezolano. En el caso de Venezuela y Estados Unidos, como se dijo previamente, no está vigente un tratado
de esa naturaleza. No obstante, las empresas petroleras de capital
mayoritariamente estadounidenses, Exxon y Conoco solicitaron arbitrajes
en contra del Estado venezolano ante el Ciadi. Se invocó en ambos casos el
acuerdo bilateral.
29.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors) Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
455
suscrito por Venezuela y el Reino de los Países Bajos. Esto fue posible ya
que estas compañías involucraron en las actividades que dieron origen a las
diferencias planteadas, sucursales constituidas en dicho Estado.30
2.2.
Un largo camino por recorrer.
Conocidos los resultados electorales presidenciales en EE.UU. de 2008., el
Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela
emitió un comunicado, de donde Caracas felicitaba al nuevo gobierno estadounidense. Pero la “primavera” entre Washington y Caracas duró poco
tiempo.
El Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos publicó durante
el mes de febrero de 2009, dos informes, uno sobre los derechos humanos
de 2008, en donde se puntualiza que en Venezuela la “politización del poder
judicial y las amenazas oficiales a la oposición política y los medios de comunicación caracterizaron la situación de los derechos humanos durante el
año 2008”.31
En el informe del año 2008 sobre la estrategia de control internacional de
narcóticos del Departamento de Estado, se estima que “Venezuela se mantiene como un país importante de tránsito de drogas con altos niveles de
corrupción y un débil sistema judicial. El creciente tránsito de drogas a
través del territorio venezolano se facilita por la carencia en Venezuela de
una cooperación internacional anti- narcóticos”.32
Venezuela reaccionó a estos informes. El Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Exteriores emitió un comunicado en donde se expresa que “El
gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, en defensa de la soberanía del pueblo venezolano, rechaza de la forma más categórica y firme, la
publicación por parte del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de
30.
U.S Census Bureau. Foreign Trade Department. Foreign Trade Stadistics. Trade in
Goods (Imports, Exports and Trade Balance) with Venezuela. www.census.gov/foreigntrade/balance/c3070.html
31.
U.S. Department of State. (2009). Bureau of Democracy, Human Rights and Labor.
(2008). 2008. Country Reports on Human Rights Practices. Venezuela. February 25,
2009. www.state.gov/
32.
U.S. Department OF State. (2009). Bureau of International and Law Enforcement
Affairs. Release of the 2008 International Narcotics Control Strategy Report.
Washington, DC. February 27, 2009.
456
un informe en el cual se pretende evaluar el estado general de los derechos
humanos en diversos países del mundo, entre ellos Venezuela.”.33
El presidente Chávez al hacer un comentario sobre esas posiciones del gobierno estadounidense sobre Venezuela dijo, “Obama, encárguese de lo suyo
que yo me encargo aquí de lo mío… no siga el mismo camino torpe y
estúpido del anterior gobierno de Estados Unidos”.34
Durante la Quinta Cumbre Hemisférica realizada en Puerto España, los días
17, 18 y 19 de abril de 2009, se dieron unos encuentros casuales entre el
presidente de Estados Unidos y el presidente de Venezuela, manifestándole el
presidente Chávez al presidente Obama que “quería ser su amigo”, en lo que se
interpretó como un relajamiento de las tensiones entre ambos gobiernos.
Posteriormente, los países miembros de la OEA llegaron a un acuerdo en el
mes de junio de 2009, para revocar la resolución de 1962 que suspendió a
Cuba de la organización, en el marco de la XXXIX Asamblea General de la
OEA realizada en San Pedro Sula, Honduras. Venezuela y Estados Unidos
coincidieron en votar a favor de esa resolución y se abrió un espacio para el
retorno de los embajadores de cada país a sus funciones.
En el mes de junio de 2009, quedaron sin efecto las medidas que pesaban
sobre los embajadores en Caracas y Washington. El embajador venezolano
Bernardo Álvarez retomó posesión de su cargo el 26 de junio de 2009 y el
embajador estadounidense regresó a Caracas el 1 de julio de 2009, creándose un ambiente positivo para la buena marcha de las relaciones.
Recordemos que a fines de septiembre de 2008, Venezuela declaró al embajador estadounidense, Patrick Duddy, persona non grata y le dio un plazo de
72 horas para irse del país. El gobierno ofreció dos razones. Primero, acusó
a los EE.UU. de participar en unos supuestos intentos de golpe de Estado y
en los preparativos de un supuesto magnicidio al presidente Chávez.
En segundo lugar, Caracas justificó la expulsión como acto de solidaridad
con la expulsión ese mismo mes del embajador estadounidense en Bolivia
por parte del gobierno del presidente Evo Morales. El gobierno de Estados
Unidos respondió de igual modo, procediendo a declarar persona non grata
33.
Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela (2010).
www.mre.gov.ve/
34.
Venezolana de Televisión. (2010). Página web. www.vtv.gov.ve/noticias-nacionales/
30085
457
al embajador venezolano Bernardo Álvarez, a quien el presidente Chávez ya
había retirado de su puesto cuando se expulsó al embajador Duddy.35
Pero esta expectativa positiva alcanzada en junio de 2009, se vio afectada
por la crisis originada en Honduras ese mismo mes, dada la abrupta salida
del poder, con la activa participación del ejército hondureño, del presidente
Manuel Zelaya y por la intención de Estados Unidos de usar unas instalaciones militares colombianas para las labores de cooperación militar con ese
país.
A partir de ese momento, se ha dado una escalada de enfrentamientos diplomáticos entre los dos países. Por una parte, el gobierno de Estados Unidos
ha descalificado la labor antinarcóticos del gobierno de Venezuela y las presuntas vinculaciones del gobierno de Venezuela con la narcoguerrilla en
Colombia y en el propio territorio venezolano y por la otra, el gobierno de
Venezuela ha vuelto a retomar las acusaciones en contra del “imperio”.36
En el mes de octubre de 2009 salió a la luz pública un informe de de la
Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos (U.S.
Government Accountability Office, GAO) en donde se estima una falta de
cooperación de Venezuela en la lucha antidrogas con ese país.37
El gobierno de Venezuela trata de influir en el desarrollo de la política exterior de Washington hacia América Latina y hacia Venezuela sobre la base de
dos objetivos: 1) Que el gobierno de Obama no le dé un apoyo especial a la
oposición venezolana; 2) que no prospere la política de defensa y la alianza
con Colombia. Sobre esto último, el gobierno de Venezuela ha denunciado la
extensión del Plan Colombia y de la presencia estadounidense en América
Latina, a través de la puesta en práctica de la tesis ideada en el Comando Sur
35.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors) Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
36.
THEIS, Reyes. (2010). Alianza china con Venezuela es comercial y no ideológica».
El Universal, www.eluniversal.com, 07-04-2010.
37.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors) Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
458
de la “Acción Estratégica integrada” en donde se pone énfasis en las labores
sociales de contrainsurgencia y no en las propiamente militares.
Las iniciativas venezolanas en contra de Estados Unidos aspiran a proteger
a los países de la ALBA, a fin de evitar que se repita una situación como la de
Honduras. Venezuela ha doblado su relación ideológica y estra-tégica y su
colaboración económica con Cuba, a fin de presionar para que el gobierno
de Raúl Castro no ceda sus posiciones frente a EE.UU., en cuanto a la
materia comercial y el tema migratorio.
En Estados Unidos existen al menos tres grupos que quieren participar en
las decisiones del presidente Obama sobre Venezuela. En primer lugar, está
el grupo de la “seguridad”, que desde el Pentágono y a través de la Secretaría de Defensa mantiene una “línea dura” en contra del gobierno venezolano, apoyando al gobierno de Colombia en su política de seguridad
democrática, advirtiendo sobre las relaciones de Caracas con Teherán, denunciando las supuestas vinculaciones de Venezuela con grupos
insurreccionales y en particular con la guerrilla colombiana y alertando sobre las crecientes compras militares de Venezuela.
En segundo término está un grupo “diplomático”, que a través del Departamento de Estado mantiene la política de “esperar y ver”, en cuanto a mantener las relaciones diplomáticas entre los dos países al menos en un mínimo
y sostener el flujo comercial y el intercambio energético, pero a la vez promoviendo un aislamiento diplomático de Venezuela en el Hemisferio, a través de la creación de alianzas con gobiernos que se alejen de Venezuela,
penetrar aliados del presidente Chávez como Ecuador y presionar a Cuba
para que deje sus vinculaciones con Venezuela, si La Habana quisiera mantener un diálogo con Washington.
Un tercer grupo es partidario de presionar al gobierno de Obama para que
trabaje conjuntamente con algunos gobiernos, a fin de reestablecer un diálogo bilateral entre Washington y Caracas.
Las recientes conversaciones entre Venezuela y Estado Unidos en el aspecto
energético, las cuales no se daban desde el año 2004, apuntan a que Estados
Unidos, a través de empresas petroleras privadas negocie a futuro con Pdvsa
una mayor participación estadounidense en la Faja del Orinoco y para ello,
Rafael Ramírez, Presidente de Pdvsa y Ministro de Energía y Petróleo se
reunió en el mes de abril de 2010 con el secretario de Energía del gobierno
de Obama, Steven Chu, a fin de intercambiar opiniones sobre el tema, comenzar de nuevo un sistema bilateral de información petrolera y explorar las
posibilidad de nuevas inversiones estadounidenses en Venezuela.
459
En el mes de junio de 2010 se conoció que el Embajador Patrick Duddy iba
a ser reemplazado por el embajador Larry Palmer, diplomático de carrera
estadounidense experto en cooperación y “soft power”. En su despedida en
el mes de julio de 2010 y en ocasión del aniversario de la independencia de
su país, Duddy afirmó que “eran “tiempos difíciles para la relación bilateral”
y que le preocupaba que “los lazos comerciales de largos años se debiliten,
que el gobierno de Venezuela defina su agenda económica, política y social
en términos de una oposición a los Estados Unidos en vez de buscar una
senda de cooperación”. A pesar de este viento favorable para la relaciones,
hubo un incidente diplomático de consideración. El embajador designado,
Larry Palmer dijo en ocasión de su comparecencia en la Cámara del Senado
del Congreso estadounidense que la moral de los militares venezolanos era
“considerablemente baja, particularmente debido a designaciones orientadas
por lo político”, lo que produjo un comunicado de la Cancillería venezolana
en el cual Ante las declaraciones emitidas por el candidato a embajador de
Estados Unidos en Venezuela, el gobierno del presidente Chávez emitió un
comunicado en donde sentenció que: “El Gobierno Revolucionario de Venezuela se encuentra evaluando las consecuencias de esta declaración inaceptable, la cual rechaza enérgicamente en todas sus partes, y ha solicitado
explicaciones al gobierno de los Estados Unidos antes de tomar una decisión
definitiva sobre este asunto”. El ministerio de la Defensa de Venezuela emitió
otro comunicado en donde se plantea con respecto a las declaraciones del
embajador Palmer que “Indudablemente, una mente mezquina, perversa y
retorcida es la única que podría confundir la colaboración de pueblos hermanos con intromisión, es el caso de la República de Cuba, con la cual
hemos alcanzado múltiples acuerdos y convenios en los que se han puesto
de manifiesto los principios de solidaridad, cooperación, complementariedad
y reciprocidad, ejes fundamentales de la política exterior del Estado venezolano, impulsadas por nuestro Comandante en Jefe Hugo Chávez, la cual
tiene como único propósito alcanzar la mayor suma de felicidad posible para
el bienestar de los pueblos de la patria grande enmarcados en el más profundo sentir bolivariano.38
38.
En: www. informe21.com/rafael-ramirez/venezuela-eeuu-abordan-posibilidadrestablecer-dialogo-energetico. 2010. Las declaraciones del embajador Duddy están
en: REPORTE. Diario de la Economía. Caracas,1 de julio de 2010, p. 22. Las
declaraciones del embajador Palmer y el comunicado del la Cancillería venezolana se
encuentran en Informe 21. com: informe21.com/larry-palmer. El comunicado del
Ministerio de la Defensa de Venezuela se consigue en: www.radiofeyalegrianoticias.net/
460
En un futuro, son de particular interés para el análisis de las relaciones
bilaterales económicas y comerciales, el creciente espacio transnacional
migratorio de venezolanos en y desde EE.UU., con comportamientos parecidos a otras experiencias de igual índole: remesas de dinero,
transculturización, ayuda transnacional y flujos migratorios sistemáticos entre
Venezuela y EE.UU.
3.
Consideraciones sobre el comercio y la economía bilateral en el año
2009.
La crisis de la economía financiera y de la economía real mundial en los
años 2007 y 2008, tuvieron una importante repercusión negativa en la economía y el comercio de América Latina y el Caribe. La caída del producto
interno bruto regional fue de -2%, lo que puso fin al ciclo positivo de crecimiento que caracterizó el período de 2003-2008.
En el año de 2008, el comercio mundial de América Latina estuvo en el
orden de los 1.712.238 millones de dólares y en 2009 en el orden de los
1.299.857 millones de dólares, lo que significó una reducción del año 2008
al año 2009 de un 24 %, un 15% en los precios y un 9% en el volumen, dada
la caída de los mercados de bienes y servicios y el deterioro financiero
mundial. Las exportaciones regionales cayeron de 2008 a 2009 un 31%. Las
importaciones cayeron en 2009, con respecto al año 2008, en un 17%.39
En el año 2008, el comercio de América Latina y el Caribe, incluyendo a
México, con EEUU fue de unos 668.000 millones de dólares, un 39% del
comercio total de América Latina y el Caribe con el mundo y un 15% del
total del comercio mundial de Estados Unidos. En el año 2009, el comercio
de América Latina y el Caribe, (incluyendo a México), con EE.UU. fue de
unos 501.784 millones de dólares, un 38% del comercio total de América
Latina y el Caribe y un 14% del total del comercio mundial de Estados
Unidos.
Estados Unidos sigue teniendo el mayor porcentaje del comercio de América Latina por regiones y países, aunque también cayó en 2009 su comercio
con la región en un 24%. Su participación en el total mundial de América
Latina y Estados Unidos se mantuvo casi igual.40
39.
Naciones Unidas, CEPAL. (2009). El Comercio Internacional en América Latina y
el Caribe en 2009. Crisis y Recuperación. LC/l 3184. Diciembre 2009, Versión
preliminar actualizada. (Mayo de 2010). www.eclac.org/comercio/
40.
Ibídem.
461
Las exportaciones de América Latina y el Caribe hacia Estados Unidos en el
año 2008 estuvieron por el orden de los 376.900 millones, un 57% del total
de la región y un 9% del total del comercio mundial de EE.UU. En 2009 las
exportaciones de América Latina y el Caribe a Estados Unidos fueron de
275.812 millones de dólares, un 26% menos que en 2008, un 42.3 % del
total de la región.
Las importaciones de América Latina y el Caribe desde EE.UU. en 2008
fueron de 289.400 millones de dólares, un 43 % del total de ese año de la
región, y en 2009 de 225.973 millones de dólares, un 22% menos que en
2008.41
En medio de la crisis, la política comercial del gobierno de Obama ha oscilado entre el proteccionismo que permita la reactivación de la economía
doméstica y la negligencia de sacar adelante una agenda pro-activa con
América Latina y el Caribe.
Esto da lugar a que se de una especie de parálisis en el comercio hemisférico.
Hasta la fecha no se han aprobado los Tratados de Libre Comercio con
Colombia y Panamá, no se han iniciado nuevas negociaciones comerciales,
se han reducido las facilidades y estímulos fiscales para exportar a EE.UU.
desde la región, se han estancado las negociaciones con México en torno a
la cláusula de Nafta para que Estados Unidos importe automóviles de carga
de México y se mantiene la disputa en la Organización Mundial de Comercio
(OMC) sobre la entrada del algodón brasileño al mercado estadounidense.
De igual modo, Estados Unidos, al igual que muchos países en el hemisferio
ha reglamentado nuevas medidas ambientales aduaneras y fiscales, como el
proyecto de ley sobre cambio climático, (proteccionismo verde), alzas arancelarias, valores aduaneros mínimos, restricción de las licencias de importación automáticas y no automáticas, proliferación de investigaciones y
medidas antidumping, la cláusula “Buy American” y la fijación de cuotas de
importación.42
41.
U.S Census Bureau. Foreign Trade Department. Foreign Trade Stadistics. Trade in
Goods (Imports, Exports and Trade Balance) with Venezuela. www.census.gov/foreigntrade/balance/c3070.html
42.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors), Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
462
Washington no va a contrariar a los sindicatos y lobbies que favorecen la
industria nacional y va a centrar su política comercial en Asia, lo que coloca
a América Latina y el Caribe en un segundo lugar, en cuanto a sus prioridades. Los programas de la Iniciativa de la Cuenca Caribeña (CBI), el Sistema
General de Preferencias (GPS y el ATTPA aunque están renovados encuentran algunas dificultades como la no incorporación de Venezuela en el ATTPA,
la exclusión de Bolivia en el ATTPA y la presión sobre Brasil en el GPS para
que flexibilice su posiciones en la Ronda de Doha. De igual forma no se
terminan de concretar las iniciativas comerciales de Estados Unidos, “Camino la Prosperidad de las Américas” (Pathways to Prosperity iniciative)
formada por los países de la región que tienen un TLC con Estados Unidos,
más Brasil y Uruguay como observadores (grupo que es conocido como el
“mini-ALCA”) y el Acuerdo Transpacífico de Asociación Estratégica (TPP)
en donde participan Chile y Perú y eventualmente Colombia y Costa Rica.43
Como puede observarse, el cuadro no favoreció a la economía regional en
2009 y esto se vio también en el caso venezolano. En el año 2008, Venezuela
tuvo un comercio mundial de alrededor de los 138.600 millones de dólares,
de los cuales, 93.500 fueron exportaciones, y 45.100 por importaciones. En
el año 2009, Venezuela tuvo un comercio mundial de alrededor de los 72.424
millones de dólares, de los cuales 40.760 fueron por exportaciones, (de ellas
38.320 petroleras) y 31.664 por importaciones. Esto significa que en el año
2009, Venezuela redujo en cifras su comercio mundial en un -48%, tuvo una
brusca caída en sus exportaciones, sobre un -57% con respecto al año
2008 y las importaciones cayeron un -30% con respecto al año 2008.44
El total del comercio bilateral entre Venezuela y Estados Unidos estuvo en el
año 2008 en el orden de los 64.033 millones de dólares, con unas exportaciones venezolanas a EEUU de 51.423 millones de dólares y unas importaciones de 12.610 millones de dólares.
En el año 2009 el comercio bilateral estuvo en el orden de los 37.454 millones de dólares, 28.094 millones de exportaciones y 9.360 de importaciones,
notándose una asimetría a favor de Venezuela de 18.735 millones de dólares,
43.
Patrick Duddy. Ambassador of the United States of America in Venezuela, Perspective
of the United States’Trade Policy towards Latin America and the Caribbean. (Caracas.
SELASP/SRRRC-EEUU-ALC-PAAO/ Di Nº 3-10. www.sela.org)
44.
Naciones Unidas. CEPAL (2009). El Comercio Internacional en América Latina y el
Caribe en 2009. Crisis y Recuperación. LC/l 3184. (Diciembre 2009). Versión
preliminar actualizada. (Mayo de 2010) www.eclac.org/comercio/
463
en cuanto que las exportaciones venezolanas significaron el 75% del total
del comercio bilateral y las importaciones, el 25% del total del comercio
bilateral. Esto significa una caída en dólares del comercio bilateral en 2009
en un 42 % con respecto al 2008.
Durante 2009, las exportaciones de petróleo y derivados de Venezuela a
Estados Unidos alcanzaron los 27.120 millones de dólares, constituyendo el
96.5% del total de las exportaciones venezolanas a EE.UU. y el 66.5% del
total de las exportaciones venezolanas al mundo.45
En el año 2008 el porcentaje de las exportaciones estadounidenses sobre el
total de las exportaciones venezolanas fue de un 55%. A su vez el crecimiento del porcentaje de las exportaciones a Estados Unidos en 2009, fue de un
69%, un 14% más que en 2008, comparándolo con el total de exportaciones
venezolanas en ese año. En cuanto a Estados Unidos, el total del comercio
con Venezuela significó en 2009 el 0.8% del total del comercio mundial de
EE.UU., las importaciones venezolanas, el 0.4% de las exportaciones totales
de EE.UU. y las exportaciones venezolanas, el 1.5% de sus importaciones
mundiales de EE.UU.46
El porcentaje que tienen las exportaciones venezolanas a Estados Unidos,
del total de las exportaciones venezolanas por año, estas significaron en
2004: 45.2%; en 2005: 61.3%; en 2006: 57.0%; en 2007: 56.4%; en 2008:
55.2% y en 2009: 69%, lo que da un promedio entre los años 2004 y 2009
de 57.3%.
Las exportaciones venezolanas a Estados Unidos en 2009 se componen
fundamentalmente de petróleo crudo, 23.370 millones de dólares; productos de la industria petrolera, 1.437; gases petroleros licuados, 1.306; gasolina 958; bauxita y aluminio, 306; fertilizantes, pesticidas y e insecticidas,
128; químicos orgánicos, 126,4; carbón, 108,6; productos semielaborados
de la industria del hierro y el acero, 86 y pescados y otros productos alimenticios del mar, 54 millones de dólares.47
Las exportaciones de Venezuela a Estados Unidos representaron en el año
2009 el 4% de las exportaciones de América Latina y el Caribe a Estados
45.
U.S Census Bureau. Foreign Trade Department. Foreign Trade Stadistics. Trade in
Goods (Imports, Exports and Trade Balance) with Venezuela. www.census.gov/foreigntrade/balance/c3070.html
46.
Ibidem.
47.
Ibidem
464
Unidos. (México capta el 55% de las exportaciones de América Latina y el
Caribe a Estados Unidos).48
Lo energético es el núcleo central en la materia económica y comercial
bilateral. Durante 2009, las exportaciones petroleras de Venezuela a Estados
Unidos alcanzaron los 27.120 millones de dólares, constituyendo el 96.5%
del total de las exportaciones venezolanas a EE.UU. y el 66.5% del total de
las exportaciones venezolanas al mundo. El 3.47% restante lo constituyeron las exportaciones no petroleras, que llegaron a 974 millones.
Venezuela tiene las reservas probadas más grandes de petróleo en el hemisferio occidental: 78 billones de barriles de crudo liviano y pudiera llegar a
tener reservas de 235 millones de crudo pesado y extrapesado, así como
tiene 170.9 billones de pies cúbicos de gas asociado o no asociado con
yacimientos petrolíferos, lo que la ubica en el noveno lugar en importancia a
nivel mundial, como país con reservas de gas probadas, y en el segundo a
nivel hemisférico, después de EE.UU.49
La capacidad actual de producción de Pdvsa es de 2.3 millones de barriles diarios. Esta cifra incluye las asociaciones estratégicas y los acuerdos operacionales, ahora bajo el esquema de empresas mixtas.
Venezuela tuvo en el año 2004 una producción de 2.7 millones de barriles
diarios de petróleo, con un valor en promedio anual de 33,61 dólares el
barril, en el año 2005 de 48,37 dólares por barril, en el año 2007 el precio se
cotizó en casi 65 dólares el barril. En mayo de 2008 se cotizaba en 113
dólares el barril venezolano, 53,15 dólares el barril, en mayo de 2009 y a
principios de junio de 2010, en 64,67 dólares el barril.50
Venezuela pudiera desarrollar aún más el papel como proveedor confiable
para Washington, en el marco de la política de apertura petrolera, gasífera y
carbonífera, lo cual ha permitido la presencia en el país de compañías como
Exxon Mobil, hoy retirada del negocio petrolero venezolano desde el año
2007. Exxon pidió un arbitraje ante el Centro Internacional de Arreglo de
48.
Ibidem
49.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors), Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010)
50.
Ibidem
465
Diferencias Relativas a la Inversión, CIADI en relación a una compensación
que la empresa estadounidense exige por parte de Pdvsa por unas inversiones preliminares que hizo en el país: el mejorador Cerro Negro en la Faja del
Orinoco y le convenio de exploración a riesgo en La Ceiba en el Occidente
de Venezuela. Conoco-Phillips (hoy Conoco), retirada en 2007 del negocio
petrolero en Venezuela y con un arbitraje en el CIADI. La empresa estadounidense aspira a una indemnización por la nacionalización de dos proyectos en la Faja del Orinoco y dos convenios de exploración a riego en el Golfo
de Paria.
Chevron si aceptó el esquema de empresas mixtas. Chevron mantiene su
presencia en Venezuela y participa en la empresa Chevron Carabobo Holdings ApS con un 34% de acciones, con el fin de realizar actividades de
explotación y mejoramiento en de petróleo extrapesado de los bloques
Carabobo 2 Sur, Carabobo 3 Norte y Carabobo5 de la Faja Petrolífera del
Orinoco. Chevron también participa en el negocio del gas enviando desde
Colombia entre 50 y 200 millones de pies cúbicos de gas a Venezuela. Empresas estadounidenses pudiera también negociar con el gobierno venezolano para participar en el esquema de empresa mixta acordado con China,
Rusia y otros países, de los cuales las transnacionales públicas, privadas o
mixtas le pagan por adelantado un aporte financiero a Pdvsa por venta a
futuro de petróleo.51
Actualmente se discute también la posibilidad que compañías estadounidenses participen en la exploración y futura explotación offshore de gas para
exportar a los EE.UU., a corto plazo en la Plataforma Deltana, en el Golfo de
Venezuela y en las costas del estado Falcón, a través de tanqueros transportando gas natural licuado (GNL); y, a mediano plazo, a través de un gasoducto por Colombia, o uno subterráneo a través del mar Caribe hacia la
Florida, conjuntamente con Trinidad y Tobago.
EE.UU. consume alrededor de 21.1 millones de barriles de petróleo diarios
y depende de un 57% de crudo importado y derivados para satisfacer su
demanda de petróleo, unos 11.2 millones de barriles diarios (según cifras del
año 2009). De sus importaciones, Venezuela aporta entre 950.000 y 1,200.000
barriles diarios, lo que oscila entre un 10% y un 12% el total del petróleo
importado por EE.UU., lo que la convierte en el cuarto país suplidor de
51.
Ibidem. Otras empresas estadounidenses del área de servicios petroleros que solicitaron
un arbitraje ante el CIADE son Tidewater y Universal por la expropiación de sus
activos en Venezuela.
466
petróleo y derivados a los EE.UU., después de Arabia Saudita, Canadá y
México, y a veces en el quinto, cuando es sobrepasado por Nigeria.52
Venezuela envía a EE.UU. el 74% de su producción petrolera exportable,
pero los barriles venezolanos significan sólo, como se dijo previamente, el
12% de las importaciones estadounidenses de petróleo. Por otra parte, de
acuerdo al Departamento de Energía de Estados Unidos, el envío de petróleo y derivados de Venezuela a Estados Unidos se redujo a 1.140.000 barriles de petróleo diarios a fines de 2009, por fallas de Venezuela.
Pdvsa plantea enviar este año 2010, unos 900.000 barriles de gasolina
reformulada RBOB, una mezcla de de gasolina adecuada a normas ambientales estadounidenses.53
En cuanto a las importaciones de Venezuela a Estados Unidos, estas estuvieron en el orden de los 9.360 millones de dólares en 2009 y se componen
fundamentalmente de derivados, insumos equipos y accesorios relacionados con la industria petrolera y maquinaria aunque de forma menos concentrada que las exportaciones. Así tenemos que los derivados del petróleo
alcanzaron la suma de 700,929 millones de dólares, los repuestos y accesorios para la industria automotriz, 544,709; productos químicos orgánicos,
482,267; maquinaria industrial, 429,533; bienes para el hogar, 413,552; accesorios para la industria y servicios del área de la computación, 379,239;
equipos para las telecomunicaciones, 341, 875 y equipos especializados para
la industria petrolera, 318,562 dólares americanos. La suma de estos diez
productos importados es de 3,611 dólares, un 39% del total de las importaciones venezolanas desde Estados Unidos. Del resto de las importaciones
destacan la de alimentos, trigo, maíz, alimentos para animales, equipos industriales, generadores eléctricos, materiales plásticos, equipos médicos,
alimentos industrializados, otros productos químicos y equipos y armamento militar, que están por el orden de los 65 millones de dólares.54
Las importaciones de Venezuela de Estados Unidos representaron en el año
2009, el 27% del total del total las importaciones de Venezuela y el 0.9 % del
52.
U.S Administration. Energy Information. Oil Market Basics. 2010. www.eia.doe.gov.
Petroleum Publications.
53.
Ibidem
54.
U.S Census Bureau. Foreign Trade Department. Foreign Trade Stadistics. Trade in
Goods (Imports, Exports and Trade Balance) with Venezuela. www.census.gov/foreigntrade/balance/c3070.html
467
total de las exportaciones totales de Estados Unidos. Las importaciones venezolanas de Estados Unidos representaron en el año 2009, un 26% menos
de lo registrado en 2008.55
En cuanto al porcentaje de las importaciones venezolanas de Estados Unidos, del total de las importaciones venezolanas por año, estas significaron
en 2004: 33.4%; en 2005: 25.5%; en 2006: 19.2%; en 2007: 19.2 %; en
2008: 28.1% y en 2009: 27.0%, lo que da un promedio entre los años 2004
y 2009 de 25.4%.
Para fines del primer trimestre de 2010, el intercambio comercial entre Venezuela y Estados Unidos estuvo en un 41.5% superior al primer trimestre
del año 2009, totalizándose 10.270 millones de dólares de intercambio comercial. Las exportaciones estuvieron en el orden de los 8.092 millones y
las importaciones en 2.178 millones de dólares, dándose así un superávit
para Venezuela de 5.914 millones de dólares. 7.805 millones de dólares correspondieron a la exportación y venta de petróleo y derivados, lo que significa el 96.45% del total de las exportaciones venezolana a EE.UU.56
En el año 2009, la inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe
fue de 76.681 millones de dólares, un 42% menos que el año 2008, que
estuvo en el orden de los 131.938 millones de dólares. La inversión de capitales estadounidenses en 2009 fue de 28.371 millones, un 37% del total de
las IED en la región.57
Esta tendencia se dio de forma dramática en Venezuela. Las inversiones
extranjeras totales en Venezuela estuvieron en 2009 un saldo negativo de 3105 millones de dólares, una desinversión y una salida neta originadas por
las nacionalizaciones efectuadas, entre ellas empresas de servicio estadounidense que trabajaban con Pdvsa, la existencia de un ambiente legal y
económico no propicio para la iniciativa privada y transferencias de acciones de compañías extranjeras privadas al sector público. Las inversiones
extranjeras en Venezuela-no petroleras en el año 2009 estuvieron en el orden
de los – 3.005 millones de dólares.
55.
U.S Census Bureau. Foreign Trade Department. Foreign Trade Stadistics. Trade in
Goods (Imports, Exports and Trade Balance) with Venezuela. www.census.gov/foreigntrade/balance/c3070.html
56.
Ibidem
57.
Naciones Unidas. CEPAL. La inversión extranjera directa en América Latina y el
Caribe. 2009. Santiago de Chile. Naciones Unidas. (Santiago de Chile. CEPAL. 2010).
www.eclac.org/
468
El monto de las inversiones estadounidenses en Venezuela en el año 2009 se
concentró en la empresa Chevron, empresas de la industria automotriz y de
tecnología de la información que aun mantienen operaciones en Venezuela y
que se sitúan en unos 100 millones de dólares.
Ese mismo año de 2009, Venezuela aumentó un 44% sus inversiones en el
exterior, alcanzando unos 1.800 millones de dólares, de las cuales un 98%
fueron inversiones estatales-petroleras, fundamentalmente de Pdvsa y sus
empresas filiales y empresas con participación accionaria de la misma Pdvsa
o sus filiales.58
4.
Conclusiones y proyecciones.
Venezuela tiene unas de las mayores reservas de petróleo y gas natural en el
mundo y se encuentra entre los diez primeros productores de petróleo a
nivel mundial. Venezuela es un importante proveedor de energía de EE.UU.
y es considerado, todavía por Washington, como un socio “necesario”.
Venezuela es el cuarto socio comercial hemisférico de Estados Unidos, después de Canadá, México y Brasil. Venezuela no figura en ningún plano particular de la estrategia de seguridad estadounidense, salvo en la materia
energética.
En este marco, la configuración de un espacio no tradicional entre ambos
países, signado anteriormente por la vinculación petrolera, se proyecta ahora como una vinculación energética más amplia, incluyendo la relación terrestre por el establecimiento de futuros gasoductos y poliductos.
Esto no resta que en las actuales circunstancias se den algunas diferencias
de carácter internacional que planteen la intensificación de unas diferencias
estratégicas y no tácticas. En términos generales, se puede argumentar que
en la medida en que se han dado políticas bilaterales consensúales han bajado las percepciones negativas; y cuando Washington ha querido imponer
políticas regionales “Prêt-à-Porter” a Venezuela, han aumentado las percepciones negativas. A Venezuela no le conviene que EE.UU.
“latinoamericanice” las relaciones, es decir, que Caracas no pierda su condición de socio privilegiado, pero al mismo tiempo, el Gobierno de Venezuela
se presenta como una alternativa regional diferente a la política estadounidense en América Latina.
58.
Ibidem
469
En este marco, sobresalen las diferencias relacionadas con los temas de
apertura petrolera, la OPEP, los sobrevuelos de naves norteamericanas sobre territorio venezolano, las relaciones de Venezuela con gobiernos considerados por EE.UU. como países “parias”, la posición venezolana sobre el
conflicto colombiano, las relaciones especiales con Cuba, el tipo de votación venezolana en el seno de la ONU, la permanencia de Venezuela en el
Grupo de los 21, la crítica venezolana al ALCA y la creación y desarrollo de
la ALBA.
La posibilidad de profundizar una visión multipolar de la política exterior de
Venezuela por parte del gobierno del presidente Chávez, junto con el acercamiento venezolano a Cuba, Rusia y China, la promoción de un esquema de
seguridad hemisférica sin la participación de EE.UU., la idea de reimpulsar a
la OPEP, las supuestas iniciativas del Gobierno estadounidense para derrocar al presidente Chávez en el año 2002 y las reservas venezolanas sobre la
política comercial hemisférica, se convierten en los ingredientes de una relación cada día más difícil de pronosticar.
No se puede dejar de mencionar que la política sectorial, no energética, que
mejor funciona en el marco bilateral, es la política antinarcóticos. Sólo basta
decir que está firmado un acuerdo antinarcóticos, renovado en el año 2004,
con un apoyo financiero de 12.5 millones de dólares, y el Gobierno de Venezuela se ha convertido en el país andino con más frecuencia de capturas de
cargamentos de drogas, tanto a nivel de alijos, como a nivel de personas
“mulas” en los aeropuertos y puertos del país.59
También, en referencia a este tema, el Departamento de Estado del Gobierno estadounidense ha mencionado que Venezuela es un país no tan importante en el tráfico de cocaína y coca, pero sí un importante país de tránsito
para la cocaína y la heroína. El lavado de dinero y la corrupción judicial en
Venezuela también son objeto de preocupación para Washington.60
Esto ha dado lugar a que se suscite un conjunto de malentendidos entre
Venezuela y EE.UU. basado en:
59.
Carlos A Romero and Javier Corrales, Relations between the United States and
Venezuela, 2001-2009. A bridge in need of repairs. En: Jorge Dominguez and Rafael
Fernández de Castro (Editors) Contemporary U.S.-Latin American Relations:
Cooperation or Conflict in the Twenty-First Century? (New York. Routledge Press
2010).
60.
Ibidem
470
1)
Diferentes visiones del mundo. El gobierno del presidente Chávez plantea
un mundo multilateral. En EE.UU. se reafirma la idea de la búsqueda de
soluciones unilaterales y/o en alianza con otros países occidentales; el
presidente Chávez se opone a la presunta violación del principio de no
intervención y EE.UU. refuerza la idea de la intervención por causas humanitarias, y para desarrollar acciones colectivas para la protección, defensa y promoción de la democracia, así como también para la
reconstrucción democrática de países que presenten una crisis interna.
2)
Diferentes visiones hemisféricas. El gobierno del presidente Chávez se
opone a la participación no regulada, de los observadores internacionales en los procesos electorales; Washington las promueve y apoya la
defensa de la democracia representativa. El Gobierno del presidente
Chávez insiste en la prioridad de la no intervención y vigencia de la
soberanía; Washington plantea que las amenazas principales a la democracia son de carácter interno, (corrupción, fraude electoral). Venezuela plantea que las amenazas principales son de carácter externo
(capitalismo salvaje, mundo unipolar, las acciones del “imperio”).
3)
Diferentes visiones sobre las relaciones bilaterales. Para EE.UU., el
Gobierno del presidente Chávez no ha formulado una respuesta sólida
relativa a los temas de la transparencia electoral, la seguridad jurídica
para los negocios privados y sobre el rol de la empresa privada en el
desarrollo de Venezuela. Para Caracas, en el Gobierno estadounidense
hay un grupo de decisores y otras personas con influencia que aspiran
a sacar al presidente Chávez del poder por cualquier medio.
Por los momentos, EE.UU. transita de una política de “esperar y ver” a una
política de “reservas” sobre la actuación internacional y doméstica del gobierno de Chávez, tratando de evitar que el proceso venezolano se radicalice.
Por otra parte, para Caracas, las exportaciones de petróleo venezolanas a
Estados Unidos se vuelven vitales para obtener recursos en monedas fuertes con los cuales financiar los programas públicos, las importaciones, el
servicio de la deuda y la cooperación internacional. En este marco, Venezuela no depende de las inversiones extranjeras directas ni las inversiones locales privadas para obtener recursos. Depende casi exclusivamente de la renta
petrolera.
De hecho, las relaciones entre Venezuela y EE.UU. se mantienen en un nivel
estable y las importaciones estadounidenses de petróleo y derivados venezolanos fluyen positivamente, a pesar de la actitud, autocalificada de nacionalista, anti-imperialista y socialista del gobierno del presidente Chávez y el
incremento de percepciones mutuas negativas entre ambos países.
471
Venezuela posee, cada día más, ventajas comparativas en cuanto a los recursos energéticos en términos de la seguridad global de EE.UU. De igual
forma, la economía venezolana tiene como característica estructural un
equilibrio externo dado por la capacidad de cubrir sus importaciones con las
ventas de petróleo al Estados Unidos. Para Washington, las reservas y la
industria del petróleo, el gas y el carbón venezolanos tienen un carácter
estratégico.
Sin embargo, tal como hemos observado, esto no es una garantía para unas
relaciones óptimas entre ambos países, ya que, por un lado, en Washington
se tienen serias dudas sobre el carácter democrático del gobierno de Chávez,
sobre su política de profundizar la revolución en Venezuela y sobre su deseo
de exportarla al continente. Por el otro, el Gobierno venezolano mantiene
ciertas reservas sobre la conducta del Gobierno estadounidense en el Hemisferio y sobre su participación en la crisis política de abril de 2002, cuando el presidente Chávez salió del poder por unas pocas y difíciles horas.
El Gobierno venezolano ha planteado la discusión sobre la fase socialista de
la revolución venezolana, la cual, en términos generales, significaría la
profundización de los esquemas estatistas, comunales y cooperativistas de
la economía y la transformación del esquema de las relaciones cívico-militares a favor de la creación y el desarrollo de las reservas militares.
Temas sensibles como el Plan Colombia, el acercamiento de Caracas hacia
el régimen de Fidel Castro, la actitud venezolana de colaboración limitada a
la política de combate al narcotráfico según Washington, las alusiones a la
necesidad de crear un polo de poder latinoamericano y una confederación
de ejércitos latinoamericanos sin el concurso de EE.UU., las referencias y
definiciones tercermundistas y antiimperialistas del gobierno de Chávez, más
el acercamiento político a los países miembros de la OPEP, a los países
árabes, Rusia, China e Irán, son apenas algunas de las iniciativas venezolanas que preocupan a EE.UU.
El gobierno del presidente Chávez ha hecho uso de la política clásica del
brinkmanship, que se aplica en tiempo de crisis para amenazar a un adversario, a tal punto que lo obligue a desarrollar un gesto de conciliación. Hasta
ahora, el gobierno del presidente Chávez ha aplicado esta táctica amenazando a EE.UU. de cortar el suministro de petróleo, de profundizar la revolución socialista en Venezuela y de exportarla al resto del continente, en el
marco de la idea de que EE.UU. experimenta su decadencia como superpoder,
que está ocupado con los problemas asiáticos y del Medio Oriente y que
prefiere negociar.
472
De lo anterior se desprende otra conducta clásica que Venezuela proyecta en
su contexto de seguridad con EE.UU. Se trata de esperar de EE.UU. una
conducta de “apaciguamiento”, vale decir, la táctica de quienes, al estar
defendiendo el status quo, se enfrentan a un país que quiere quebrantar el
orden.61
¿Estará EE.UU. dispuesto a continuar su política de riesgo calculado en
jugar con Venezuela dentro de la conducta del Gobierno del presidente Chávez
del brinkmanship y responder con el apaciguamiento, o se colocará en el
marco de un enfrentamiento inevitable con una potencia revolucionaria?
Frente a este dilema, destacan tres escenarios: 1) que se den las condiciones
para reconstruir las relaciones con base en mecanismos generadores de una
confianza mutua; 2) que se profundicen las diferencias entre ambos países
y se de una ruptura definitiva entre ambos gobiernos; 3) que la situación se
mantenga dentro de un plano inestable, pero que no genere necesariamente
la ruptura entre los dos países.
En cuanto al primer escenario, las particularidades de los vínculos bilaterales de Venezuela con EE.UU. generarían la necesidad de una plataforma de
diálogo y de compromisos mutuos que, tanto desde el punto de vista bilateral como desde el punto de vista hemisférico, sirva de amortiguación frente
a cualquier episodio negativo en las relaciones. En este marco, el petróleo y
la proyección de sus compromisos internacionales son factores claves para
garantizar el desarrollo de una vinculación estable.
En cuanto al segundo escenario, la puesta en práctica de unas políticas
exteriores diferentes y con visones distintas han profundizado las divergencias entre los dos países, a la par que se han generado algunos desencuentros
en torno la representación de la situación interna de Venezuela. Estados Unidos aspira a proteger sus intereses, garantizando rutas marítimas libres y
procurando una estabilidad regional. En caso contrario, y dada la presencia
de una Venezuela radicalizada, eso tendría efectos negativos en el comercio
de ese país. Pudiera pensarse entonces a manera de conjetura -si se mantiene este escenario– en una crisis definitiva.
61.
Graham Evans and R. Newham. The Penguin Dictionary of International Relations.
(London. Penguin Books) 1998: 57; Henry Kissinger. Un Mundo Restaurado.
(México. Fondo de Cultura Económica, 1973) 13.
473
El tercer escenario, es el más difícil de predecir por su complejidad y falta
de precisión, en cuanto se estima que las relaciones se orientan en una
especie de zig zag hacia un marco de cooperación y a la vez, un marco de
enfrentamiento.
Lo cierto es que en este momento éste último es el escenario más factual, el
cual está ligado fuertemente a condicionamientos externos e internos, de
tipo coyuntural, tal como la situación política hemisférica y el proceso político
doméstico en Venezuela. Para EE.UU., es paradójico reconocer que Venezuela
está estable bajo el gobierno del presidente Chávez y no se ha interrumpido el
suministro de petróleo venezolano al mercado estadounidense.
En este artículo se han evaluado las relaciones comerciales entre Venezuela
y EE.UU. en los últimos años, lo que permite establecer unas condiciones en
las cuales los gobiernos de cada país han establecido unos parámetros de
cooperación y de conflicto.
En este marco, cabe destacar la observación de que las relaciones bilaterales
económicas y comerciales se mantienen en un punto de equilibrio, a pesar del
deterioro de las relaciones diplomáticas y políticas entre ambos gobiernos.
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