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30 DE SEPTIEMBRE 1821-2011 190 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO “Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen Padre Coindre nos constituyó en Congregación…” (De las memorias del Hermano Javier) Queridos Hermanos: Os presentamos unos materiales para la celebración del 30 de septiembre, 190 Aniversario de la Fundación del Instituto. a) Una semana antes de la fecha de fundación el Padre Andrés Coindre juntó a sus diez primeros hermanos para darles un retiro. Vamos a “invitarle”, nosotros también, a que dirija la meditación de los días 26, 27, 28 y 29. El tema de las mismas serán los cuatro textos del evangelio presentes en la primitiva Regla. b) Para el día 30 hay unos textos para laudes, eucaristía y vísperas (Algunos de ellos están inspirados en las oraciones que preparó el Hermano Conrad Pelletier para este día y que ya fueron publicadas en un folleto titulado: 30 de septiembre. FIESTA DEL INSTITUTO). c) Finalmente hay una oración para poder hacerla con los alumnos. Os deseamos una feliz fiesta de aniversario. Comisión para la promoción del carisma de Andrés Coindre 1 A) MEDITACIONES PARA PREPARAR EL ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN DEL INSTITUTO DÍA 26: «APRENDED DE MÍ, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN» 0. PREPARACIÓN Querido hermano, prepárate para este momento de oración. Como en aquel retiro de fines de septiembre de 1821, la cruz te predicará en mi lugar y te hará conocer el precio de tu persona, el valor de tu salvación; una lanza traspasó su corazón, y quiso tener esta herida para herirte y para que muestres un amor recíproco. La espiritualidad brotará de la contemplación de Cristo, cuyo corazón abierto significa y manifiesta el amor trinitario a los hombres. Ilumina mis ojos, oh Señor. Hazme conocer lo que me falta. Muéstrame tus caminos y dirígeme en tu verdad. María, abogada y mediadora entre tu Hijo y la humanidad entera, recoge mis buenos deseos y preséntalos ante el Corazón de Jesús. 1. LECTURA: ¿Qué dice el texto bíblico? Leo el texto Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera». (Mateo 11,25-30) Jesús experimenta en su vida la resistencia, el fracaso, la oposición por parte de sus vecinos, de las autoridades civiles y religiosas, e incluso de 2 su familia. Y de pronto en un pequeño grupo de personas que no importan a nadie, que todos consideran como “dejados de la mano de Dios”, descubre una nueva revelación de su Padre. Y por medio de ellos, los más pequeños, todos nosotros vamos a descubrir cómo es el Corazón de Jesús, porque su corazón es como el de esos niños, sencillo y humilde. 2. MEDITACIÓN ¿Qué me dice el texto bíblico? El Padre Andrés Coindre nos ayuda a descubrir qué nos dice el texto Todo comenzó de manera muy sencilla, por eso viendo al pequeño grupo de mis hermanos no podía dejar de pensar en las palabras del evangelio «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón» y tomé la decisión que ese sería el lema de los hermanos. Mi más grande deseo era que dedicarán toda su vida a conocer, amar y practicar estas palabras del evangelio. Para poder dedicarse a la educación de los niños es fundamental vivir hasta el fondo la virtud de la humildad. No se puede ser educador cristiano, educador corazonista, y querer ser considerado como el mejor, el más prestigioso. Quizás no te suenen muy bien estas palabras de mi Regla, pero pienso que siguen teniendo validez: “Es una bajeza del orgullo el querer hacerse notar en aquello que creen tener de ventajoso sobre los demás, tanto en espíritu, talentos y éxitos como en los dones naturales de su cuerpo. Se considerarán gozosos de ser tenidos por nada”. No olvides que tu consagración es una respuesta de amor a la benevolencia de Dios en una vida totalmente orientada hacia Cristo manso y humilde. Así fue el estilo de Jesús, así tiene que seguir siendo el estilo de mis hermanos. 3. ORACIÓN: ¿Qué le digo al Señor como respuesta a su Palabra? Rezando con Andrés Coindre ¡Ah, quién me permitirá, pues, grabar en vuestros corazones con una pluma de hierro estas grandes palabras: «Si no os hacéis como este niño, no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mt 18, 3). Cualesquiera que sean vuestro rango, vuestra dignidad, vuestros empleos, aunque fueseis apóstoles, si no sois humildes, no sois nada. Por eso os invito a repetir, siguiendo el rito de 3 nuestra respiración, una y otra vez la invocación: “Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo”. 4. CONTEMPLACIÓN Asume como don de Dios su misma mirada para contemplar y juzgar la realidad y pregúntate: 1 ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor en el texto de Mateo que has meditado? ¿Sigues siendo fiel al primitivo espíritu de humildad presente en los orígenes de la Congregación? 2 El lema de los Hermanos es el del Corazón de Jesús: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”: ¿cómo traducir este lema que di desde los comienzos de la Congregación en actitudes y acciones concretas de tu vida diaria? 4 DÍA 27: «HE VENIDO A TRAER FUEGO A LA TIERRA» 0. PREPARACIÓN San Agustín dice que la cruz es una escuela donde Jesucristo enseña, un púlpito desde donde predica todas las verdades de la salvación. Preparando este momento de oración pide al Señor ser atraído desde su corazón para que por su corazón, vengamos todos a sacar agua “con alegría a las fuentes de la salvación”. Un muerto está atado a ella, pero es un muerto que habla. “Cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Ilumina mis ojos, oh Señor. Hazme conocer lo que me falta. Muéstrame tus caminos y dirígeme en tu verdad. María, abogada y mediadora entre tu Hijo y la humanidad entera, recoge mis buenos deseos y preséntalos ante el Corazón de Jesús. 1. LECTURA: ¿Qué dice el texto bíblico en sí? Leo el texto «He venido a traer fuego a la tierra, ¡y qué quiero sino que arda! Tengo que recibir un bautismo de dolores, y estoy angustiado hasta que se realice. (Lucas 12,49-50) Jesús ha venido a traer fuego, y la llama del mensaje evangélico provoca contradicciones y fracturas, inclusive en las familias; es la triste experiencia de los cristianos de la primera época. También en sus días Jesús sufrió el rechazo de su entorno familiar. Radicalismo y seriedad. Hay que dejar las cosas claras. Este Jesús, todo él misericordia, no es 5 blando y melifluo (como a veces se ha representado en la iconografía del Corazón de Jesús). Ha venido a traer fuego, sus proclamas de la inminencia del Reino provocan rupturas. ¿El Padre Andrés Coindre nos ayuda a descubrir qué nos dice el texto? Cuando miraba los rostros de mis diez primeros hermanos veía en sus ojos la ilusión por el nuevo proyecto que iban a comenzar, pero también un poco de miedo, de incertidumbre por la viabilidad de ese mismo proyecto. Cuando subía al púlpito para predicar la palabra de Dios sentía en mi corazón como un fuego que me devoraba por dentro y que quería prender los corazones de todos los hombres. Ahora cuando les estaba predicando el retiro pedí al Señor con todas mis fuerzas para que ellos sintieran ese mismo fuego cuando educaran a los niños que les iba a encomendar. Solamente tenía una preocupación, el momento en que llegara ese gran enemigo que es la rutina, el acostumbrarse, el enfriarse… No olvides nunca estas palabras que escribí en mi Regla para ti y para los hermanos de todos los tiempos: La salvación y la preocupación por la perfección de las almas es uno de los fines de la congregación. Los Hermanos del Corazón de Jesús recordarán a menudo estas palabras de Jesucristo: He venido a traer fuego a la tierra y no deseo sino que arda. Procurarán extender este fuego en todos los corazones, después de haberlo prendido ellos mismos del Corazón sagrado de Jesucristo. Vuestro celo deberá ser siempre instruido, prudente y subordinado a la Regla y a la voluntad de los superiores. 3. ORACIÓN ¿Qué le digo al Señor como respuesta a su Palabra? Repite conmigo estas palabras de uno de mis sermones sobre el Corazón de Jesús. Siente que tu corazón arde también, aunque sólo sea como una chispa. ¡Oh, Corazón divino de mi Jesús, Corazón santuario de la divinidad, Corazón cuyo amor lanza fuegos mil veces más ardientes que el sol! ¿Quién soy yo para atreverme a hablar de ti? ¿Quién podría representarte ardiendo continuamente de amor y no consumirse, 6 muriendo de amor y no amarte sin cesar? ¡Tesoro siempre abierto haz fluir de ti en nuestros corazones torrentes de llamas de amor! ¡Cuántos torrentes de gracias fluyen hacia todos los corazones de los que me escuchan! Sí, Padre, te presento a este Corazón ardiente de tu amor. ¿Acaso no lo reconoces en la herida que el amor le ha producido? Sí, desde este preciso momento formamos una sola voz para decirte: «¡Amor por amor, vida por vida, todos nuestros corazones para Dios!» 4. CONTEMPLACIÓN Asume como don de Dios su misma mirada para contemplar y juzgar la realidad y pregúntate: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor en el texto de Lucas? El artículo 118 de la Regla es la traducción en nuestros días del texto de la Regla de 1821 que acabamos de meditar: “He venido a traer fuego a la tierra y, ¿qué quiero sino que arda?” (Lc 12, 49). Este ardiente deseo de Jesús no puede menos de inflamar nuestro corazón y estimular nuestro celo. El amor a nuestros hermanos y a los jóvenes que nos están confiados se enraíza de esta forma en el amor que Jesús nos tiene. Nuestra entrega, marcada de respeto, gratuidad y misericordia, hará presentir la solicitud de Cristo hacia los hombres”. ¿Cómo el fuego puede transformarse en esa entrega hecha de respeto, gratuidad y misericordia? 7 DÍA 28: «DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ» 0. PREPARACIÓN Prepárate para escuchar la Palabra. Esta cruz te va a predicar en mi lugar, y ¿qué te dirá? Todas las grandes verdades que ya se han anunciado y las que podrán anunciarse en el futuro. La meditación de la Sagrada Escritura te hará descubrir el amoroso designio de Dios, cuya expresión culmina en la muerte redentora del Hijo. Ilumina mis ojos, oh Señor. Hazme conocer lo que me falta. Muéstrame tus caminos y dirígeme en tu verdad. María, abogada y mediadora entre tu Hijo y la humanidad entera, recoge mis buenos deseos y preséntalos ante el Corazón de Jesús. 1. LECTURA: ¿Qué dice el texto bíblico en sí? Leo el texto Le presentaron unos niños para que les impusiera las manos. Los discípulos los regañaban. Pero Jesús, al verlo, se indignó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño no entrará en él». Los tenía en brazos y los bendecía imponiéndoles las manos (Marcos 10,13-16). Yendo de camino, le presentan a Jesús unos niños y niñas. Los niños que están alrededor de Jesús, y corretean entre sus seguidores, son, probablemente, los niños de los caminos y campos por donde pasaba Jesús, hijos de sus amigos, los pobres y las prostitutas, los enfermos y 8 los expulsados de la buena sociedad. Los discípulos, que quieren mandar e imponer su autoridad, tratan de impedir que se acerquen a Jesús. No pueden permitir que Jesús pierda su tiempo, que abandone sus misiones importantes, para dedicarse a los niños, tarea que les parecía poco digna, propia de mujeres. Ellos tienen en sus mentes formar otra vez un grupo de poder, controlado por ellos. Por eso quieren que Jesús se ocupe de cosas importantes, que no pierda su tiempo con los niños. La reacción es inmediata. Enfadado, rechaza la actuación de sus discípulos: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». El Reino de Dios les pertenece a los niños, sencillamente porque son los más débiles y necesitados. 2. MEDITACIÓN ¿Qué me dice el texto bíblico? ¿El Padre Andrés Coindre nos ayuda a descubrir qué nos dice el texto? Cuando comencé a ocuparme de los niños del Pío Socorro, y más tarde, de las escuelas de los pueblos, los vicarios de Lyon me decían que estaba perdiendo el tiempo con esas “obrillas”. Lo importante para ellos era la predicación. Ser maestro y ser hermano era ser de una categoría inferior. Y sin embargo, ¡era tan importante la educación! Cuando preparaba a mis hermanos para la misión les invité a que contemplaran a Jesús con los niños, a que grabaran en su corazón las mismas palabras de Jesús: “Dejad que los niños vengan a mí”. Que no les importara ocupar en la iglesia un lugar entre los pequeños, porque ese fue también el puesto de Jesús. Escucha con atención lo que escribí en la primitiva Regla: Repetirán a menudo con Jesucristo: Dejad que los niños vengan a mí; el Reino de los cielos es para aquéllos que se les asemejan. Se considerarán infinitamente honrados de participar, por medio de su vocación, en uno de los fines que Jesucristo se propuso al hacerse hombre. Sí, por medio de tu vocación, haces posible que Jesús siga repitiendo estas mismas palabras a los niños y jóvenes de hoy en día. Sí, “vuestra entrega desinteresada y benévola puede revelar a los niños y jóvenes el corazón compasivo del Señor y atraerlos de nuevo a él”. 9 3. ORACIÓN ¿Qué le digo al Señor como respuesta a su Palabra? Señor tú nos dices: - Dejad que los niños se acerquen a mí; te doy gracias porque cuando los niños se acercan, tú te acercas en ellos. - Haceos como niños por vuestra humildad, confianza, capacidad de asombro, vuestra risa y alegría; te pido un corazón sencillo como el de un niño. - Acoged a los niños en mi nombre; acompáñame para poder acompañar. - No los despreciéis, ni los escandalicéis; te pido perdón por las veces que he sido para los alumnos causa de tropiezo y nos les he apoyado en su fe. - tened siempre presente que sus ángeles (sus educadores) están viendo constantemente el rostro del Padre; te doy gracias por haberme llamado a la misión de educador cristiano de la infancia y de la juventud. Señor, necesito ojos como los tuyos. Señor, necesito un corazón como el tuyo. Señor, necesito de tu Vida, para que la mía sea entregada, al servicio de tu Reino en el corazón de los jóvenes. 4. CONTEMPLACIÓN Asume como don de Dios su misma mirada para contemplar y juzgar la realidad y pregúntate: 1 ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor en este texto del evangelio? 2 ¿Cómo haces palpable tu cercanía a los niños o jóvenes a los que educas? O bien ¿cómo ayudas a los hermanos y seglares que están cada día en contacto con los niños y jóvenes? En ambos casos ¿cómo encarnas en tu vida las palabras “dejad que los niños vengan a mí”? 3 ¿Cómo “hacerse niños” (si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos), siendo personas adultas y maduras? 10 DÍA 29: SED PRUDENTES COMO LAS SERPIENTES Y SENCILLOS COMO LAS PALOMAS 0. PREPARACIÓN La cruz te predicará en mi lugar, y te dirá que existe un Dios en tres personas: el Padre que por amor ha creado el mundo ha hecho al hombre a su imagen y ha enviado a su Hijo muy amado entre los hombres para que todos sean salvados; el Hijo que por su encarnación, muerte y resurrección lleva a cabo el designio de su Padre, instaurar el Reino de los cielos; el Espíritu Santo que dirige y santifica a los hombres mediante sus dones. La Palabra te introducirá hasta lo más profundo del corazón del Hijo en el que se nos ha manifestado “la bondad de Dios y su amor hacia los hombres”. Ilumina mis ojos, oh Señor. Hazme conocer lo que me falta. Muéstrame tus caminos y dirígeme en tu verdad. María, abogada y mediadora entre tu Hijo y la humanidad entera, recoge mis buenos deseos y preséntalos ante el Corazón de Jesús. 1. LECTURA: ¿Qué dice el texto bíblico en sí? Leo el texto Os envío como ovejas en medio de lobos. Sed astutos como las serpientes y sencillos como las palomas. Tened cuidado con la gente, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis. (Mateo 10,16-19) Jesús envía a sus discípulos en misión en medio del mundo. Pero es consciente de lo que les espera: van a sentirse como una oveja en medio 11 de una manada de lobos. O sea, que aparentemente, no hay ningún futuro. ¡Qué va a hacer una pobre ovejita en medio de tanto lobo! Pero su mensaje va acompañado de una llamada de esperanza. A pesar de lo que parece ilógico la pobre ovejita puede conservar la calma. Pero ese final feliz no es fruto de una visión idílica de la realidad, porque Jesús es consciente de que los lobos siguen siendo lobos; por eso si les pide a los discípulos la sencillez y la inocencia de una paloma les recomienda también la astucia de la serpiente. ¿Cómo se pueden compaginar las dos cosas? 2. MEDITACIÓN ¿Qué me dice el texto bíblico? ¿El Padre Andrés Coindre nos ayuda a descubrir qué nos dice el texto? En ese momento en que hablaba a mis primeros hermanos yo sabía que su misión no iba a ser fácil. Yo, como Jesús a sus discípulos, les enviaba en medio del mundo. No estarían protegidos por los muros de un convento, sino que tendrían que salir a las calles y a las plazas. ¡Cuántas veces se sentirían también como una oveja en medio de tantos lobos dispuestos a devorarlos! ¿Quién les protegería cuando yo les faltara? Les previne de los peligros que iban a presentarse en su vida y les repetí la “fórmula” que el mismo Jesús dio a sus discípulos: “sed sencillos como palomas y astutos como serpientes”. ¿Cómo hacerlo? Yo mismo no lo sabía del todo, pero si se dejaban guiar por el Espíritu él es lo enseñaría y pondrán en sus bocas sus mismas palabras. Hermano, pienso que hoy las palabras de la Regla siguen teniendo actualidad: “Sed sencillos como palomas, pero tened la prudencia de la serpiente, decía Jesucristo, y esto debe observarse estrictamente cuando tengáis que tratar con el mundo. Pediréis a Dios esta prudencia, que es uno de los frutos del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría y de consejo. Dos grandes enemigos de la prudencia son: una excesiva precipitación en juzgar y la presunción, que hace hablar sin reflexión cuando se debería guardar silencio”. Hoy te toca también vivir tiempos difíciles, pero ante todo no tengas miedo. ¡Vencerás al mundo! 3. ORACIÓN ¿Qué le digo al Señor como respuesta a su Palabra? 12 Te invito a escuchar esta oración de Jesús por sus discípulos. Padre, yo te pido por los que tú me has confiado, pues son tuyos; Ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo. Guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa; como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean una sola cosa en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Escúchala como dirigida a ti, personalmente. A continuación experimenta que esta misma oración la dirijo yo al Padre por ti y por cada uno de los hermanos. Finalmente haz esta oración por todos aquellos que el Señor te ha confiado. 4. CONTEMPLACIÓN Asume como don de Dios su misma mirada para contemplar y juzgar la realidad y pregúntate: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor en este texto del evangelio? Te invito a leer este artículo de la Regla que dice algo parecido a lo que yo recomendaba a los primeros hermanos: “De cara a los acontecimientos y a los hombres, nuestra caridad se hace comprensión, discernimiento y compromiso”. Busca en tu vida cómo y cuándo tu caridad se hace comprensión, discernimiento, compromiso. ¿Eres más cordero o serpiente? ¿Cómo puedes vivir la inocencia desde la astucia y la astucia desde la inocencia? 13 B) CELEBRACIONES COMUNITARIAS PARA EL 30 DE SEPTIEMBRE ORACIÓN DE LA MAÑANA 1. OFRECIMIENTO DE OBRAS DEL PADRE ANDRÉS COINDRE Divino Salvador, nos presentamos ante Ti en nombre de todos nuestros Hermanos, en nombre de toda la cristiandad, de la que nos sentimos como sus delegados. Te rogamos, amable Salvador, por todas las necesidades de los seres humanos: los pueblos, el Papa, los obispos, nuestros superiores, nuestros alumnos, nuestro Instituto y por todas las intenciones encomendadas. Venimos a rogarte por los justos y por los pecadores. Te rogamos también por nuestras familias, por nuestros amigos, y por los difuntos. Te rogamos que este día y todas nuestras acciones sirvan para tu gloria, el bien de los niños y jóvenes y nuestra propia santificación. Amén. 2. HIMNO O Cœur de mon Jésus, environné de flammes, source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs. Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme, je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs. Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie, mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours. Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours, oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours. 3. SALMODIA (texto inspirado en el sermón sobre el Amor de Dios del Padre André Coindre) Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón ardiente con una intensa y luminosa llama. Al crearte, Dios te amó como un padre, mucho más que un padre terrestre, cuyo amor comienza con el nacimiento del hijo. El amor de Dios para contigo viene de mucho más lejos. Dios te ama desde toda la eternidad. Tú ya estabas presente en su corazón siglos y siglos antes de tu nacimiento. Tú estabas en lo más profundo del Corazón de Dios 14 antes del comienzo de los tiempos. El sueño de Dios siempre fue que camines en su presencia, que vivas de su amor. Dios te ama como un padre, o mucho más todavía, porque el amor de un padre de la tierra está mezclado con el egoísmo y la obligación. El amor de Dios es gratuito, único, sin condiciones. Te quería y te quiere personalmente; te quiso entre millones de otros; te deseó antes que a otros que habrían sabido, quién sabe, ser más amable que tú. Y tu corazón, tan sencillo, pequeño y frágil, Dios lo ha preferido a todos aquellos que Él podría haber creado. ¡Nunca dudes del amor del Corazón de Dios para contigo! No olvides nunca que Dios es padre, que está enamorado de ti, Como un padre que quiere abrazarte eternamente. Gloria al Padre… Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón ardiente con una intensa y luminosa llama. 4. LECTURA: RELATO DE LA FUNDACIÓN Al término del retiro, nos condujo a Nuestra Señora de Fourvière donde celebró la santa misa por nosotros con el fin de ponernos bajo la protección de tan buena madre. Nos dio después un nombre de religión para darnos a entender que abandonando el nombre que nosotros teníamos en el mundo, no debíamos vivir sino para Dios. Así, dio el nombre de Hermano Javier a Guillaume Arnaud, el nombre de Hermano Borja a Victor Guillet, el nombre de Hermano Ignacio a Antoine Dufour, el nombre de Hermano Agustín a François Rimoux, el nombre de Hermano Francisco a Claude Mélinond, el nombre de Hermano Pablo a François Porchet. Una vez finalizado todo, distribuyó el trabajo que cada uno debía desempeñar. Nombró director de la casa de Lyon al Hermano Borja y al Hermano Ignacio, director de la casa de Valbenoîte. Éste partió enseguida con sus cuatro compañeros. El Hermano Borja, el Hermano Javier, el Hermano Agustín, el Hermano Francisco y el Hermano Pablo permanecieron en Lyon. Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen padre Andrés Coindre nos constituyó en congregación bajo la regla de San Agustín y las constituciones de San Ignacio (Memorias del Hermano Javier). 15 5. BENEDICTUS PARA ESTE DÍA Ant/ Este es el día en que actúo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Bendito seas, Señor, Dios de de nuestros padres, porque un 30 de septiembre de 1821, visitaste y redimiste a tu pueblo, suscitando, en la persona de Andrés Coindre y de nuestros primeros Hermanos, un camino de esperanza para los niños y jóvenes que llenaban las cárceles y los hospitales de Lyon. Ellos fueron, para esos niños y jóvenes, mensaje de salvación para librarles de sus enemigos y de la mano de todos los que no los tenían en cuenta; y, de este modo, tu corazón compasivo se hizo presente entre ellos. Para concederles que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, te sirvieran con santidad y justicia, en su presencia, todos los días de una vida, que apenas estaba comenzando. Y tú, Andrés, eres recordado por nosotros como un profeta, porque fuiste delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a los niños y jóvenes la salvación, el perdón de sus pecados. Por tu entrañable misericordia, Señor, nos sigues visitando como sol que nace de lo alto, para seguir iluminando en nuestros días, a los niños y jóvenes que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar sus pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre… 6. PRECES Señor, la imagen de la peregrinación, a la que estamos convocados, nos remite a la del camino. En el evangelio y en la Regla de vida Tú te presentas como camino para responder a llamada del Padre que te envía entre los hombres para que sean salvados. Estamos invitados a dirigir la mirada hacia ti con tu costado traspasado, camino y signo del amor divino. R/ Emprendamos, junto con el Fundador, una peregrinación de esperanza. Señor, es verdad que nuestra vida conoce ya la tentación de la mediocridad en la vida espiritual, de la mentalidad consumista y del activismo, que pueden ofuscar la originalidad evangélica y de debilitar 16 las motivaciones espirituales. Pero estas dificultades e interrogantes pueden traer un nuevo tiempo de gracia porque en ellos se oculta una auténtica llamada de tu Espíritu a volver a descubrir las riquezas y las potencialidades de nuestra vocación. R/ Siguiendo tus pasos, el Padre Andrés Coindre sintió la llamada de instruir a la juventud abandonada; siguiendo al Fundador, el Hermano Policarpo, el Hermano Javier y demás antepasados nuestros caminaron por las sendas de la mansedumbre y la humildad, se santificaron haciendo realidad nuestra divisa y común esperanza, AMETUR COR JESU, hicieron de la caridad el todo de su vida y la inspiración de su actividad apostólica y misionera. Cada uno de nosotros somos los herederos de ese carisma. R/ Cada uno de nosotros está llamado, revestido de los sentimientos de tu Corazón, a seguirte en tu existencia al servicio del Reino y, por este camino, tender a la caridad perfecta de la que Tú eres modelo. Esta búsqueda del progreso de la caridad nos hace signos en la Iglesia y recuerda a todos la exigencia de la conversión de corazón, de la amistad cristiana, de la fraternidad universal. R/ Queremos construir una comunión más sólida con nuestros colaboradores en el carisma educativo de Andrés Coindre y convencernos de que son como nosotros signos de esperanza para los niños y jóvenes. R/ Intenciones comunitarias y personales… R/ Padre nuestro... Señor y Padre nuestro, que por mediación del Padre Andrés Coindre has dado a la Iglesia la gracia de nuestro Instituto para instruir a la juventud abandonada e iniciarla en tu conocimiento y amor, te pedimos que fieles al carisma de fundación, continuemos propagando en la tierra el fuego del amor redentor, cuya fuente es el Corazón de Cristo. Te lo pedimos por el mismo Cristo, nuestro Señor. AMÉN. 7. BENDICIÓN (inspirada en palabras de Andrés Coindre) Que nadie se desanime ni se atormente. Que mi lema, “animo y confianza”, sea también el lema de los Hermanos. Tarde o temprano tendremos algún consuelo por nuestros sacrificios, y también, algún descanso. El Señor les bendice y les quiere. AMÉN. 17 EUCARISTÍA Monición de entrada Para librar a los jóvenes de la ignorancia, prepararlos para la vida y procurarles el conocimiento y el amor de la religión, el Padre Andrés Coindre funda en 1821 el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón. La fundación del Instituto se inscribe en el contexto misionero de la época como una respuesta a las necesidades de los tiempos y lugares a favor de una juventud abandonada y descristianizada. El Padre Andrés Coindre quiere que los miembros del Instituto sean hermanos que vivan los valores específicos de la vida religiosa y se comprometan de manera estable a servir a la Iglesia y a la sociedad (Preámbulo de la Regla de vida). Hoy, 190 años después, damos gracias por este acontecimiento y pedimos ser fieles al carisma de fundación. Los Hermanos de hoy somos custodios del carisma de Andrés Coindre, transmitido por nuestros antepasados. Herederos de una educación de la compasión y de la confianza, estamos llamados a vivir dicho carisma en una entrega sin límites a la misión educativa a favor de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza, dándoles razones para creer y motivos para esperar. Oración colecta Padre, estamos contentos de reunirnos para celebrar el aniversario de la Fundación de la Congregación. Que este 190 aniversario nos ayude a tomar conciencia de que cuentas con cada uno de nosotros para ocuparnos de la educación cristiana de los niños y los jóvenes. Haznos disponibles a tu voluntad sobre nosotros para que tu Reino se realice a través de nosotros. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que reina contigo y en el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Primera lectura Como la Iglesia, el Instituto es una comunidad de personas unidas por el amor. Pero esta unión, que hace brotar un clima de paz y alegría, debemos reavivarla incesantemente compartiendo y perdonando. Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3,12-17 Dios os ama y os ha elegido para que seáis miembros de su pueblo. Por tanto, sed compasivos, bondadosos, humildes, pacientes y comprensivos. Soportaos unos a otros y perdonaos si alguno tiene queja contra otro. Del mismo modo que el Señor os perdonó, así también vosotros debéis 18 perdonaros. Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la perfección. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la que fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos. Que la palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad a Dios salmos, himnos y canciones religiosas. Y todo lo que hagáis o digáis, hacedlo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Salmo responsorial (117) R/ Éste es el día que el Señor ha hecho; sea nuestra alegría y nuestro gozo. Te doy gracias porque me has escuchado, a ti te debo la victoria. La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular; esto ha sido obra del Señor, una maravilla a nuestros ojos. R/ Danos la victoria, dánosla, Señor; danos el triunfo, dánoslo, Señor. Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa del Señor. R/ Tú eres mi Dios, yo te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. R/ Proclamación del Evangelio Yugo y carga evocan la ley, pero el yugo que Jesús nos pide llevar no consiste en una cadena de costumbres, obligaciones o conveniencias, sino sobre todo en un compartir la vida, en el aprendizaje del amor. Aleluya. V/ Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,28-30 Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». * (Para la homilía puede utilizarse el mensaje que el Beato Juan Pablo II dirigió a los hermanos con ocasión del 175 aniversario de la fundación del Instituto. Un resumen en diez puntos puede encontrarse al final de los textos de la eucaristía). 19 Oración de los fieles Continuemos nuestra oración pidiendo por nosotros, por nuestros Hermanos y por toda la Iglesia, para que permanezcamos fieles a la amistad que Dios nos ofrece sin cesar. R/ Guárdanos, Señor, en tu amor. Para que nuestra consagración en el Instituto sea una respuesta de amor a la benevolencia de Dios, en una vida totalmente orientada hacia Cristo manso y humilde, roguemos al Señor. R/ Para que irradiemos por todas partes el amor, tanto por la caridad que nos une como por la entrega a la educación cristiana, roguemos al Señor. R/ Para que Cristo, en su misterio de amor, ocupe un lugar primordial en nuestra vida de Hermanos del Sagrado Corazón y esté en el principio de nuestro don total y de nuestra acción apostólica, roguemos al Señor. R/ Para que todos los miembros del Instituto tengan la voluntad de caminar sobre las huellas de nuestros primeros hermanos que, en la mansedumbre y la humildad, se santificaron haciendo realidad el “Ametur Cor Jesu” nuestra divisa y común esperanza, roguemos al Señor. R/ Para que nuestras comunidades fraternas sean signo de la presencia de Dios; para que nuestras vidas constituyan para los jóvenes la mejor invitación a abrazar el estado religioso, roguemos al Señor. R/ Por nuestro Superior general y todos los que ejercen el servicio de la autoridad: que sean los instrumentos del Señor para reafirmar en nosotros la vocación de bautizados y de Hermanos del Sagrado Corazón en el corazón de la Iglesia, roguemos al Señor. R/ En tu amor, Señor, concédenos beber siempre de la fuente de tu Corazón traspasado y de ser los testigos de tu amor misericordioso para todos los seres humanos. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Oración sobre las ofrendas Señor, junto con este pan y este vino depositados en el altar y que van a convertirse en tu Cuerpo y tu Sangre, te ofrecemos todo cuanto somos y todo el bien que se realiza en el mundo a través de los que llamas a tu servicio, y te pedimos que su trabajo sea también transformado en frutos de eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor. 20 h Oración después de la comunión Señor Jesús, te damos gracias por los dones de tu Cuerpo y de tu sangre, que sostuvieron a nuestros antepasados y les permitieron continuar la obra del Padre Andrés Coindre, del Hermano Javier y del Venerable Hermano Policarpo. Que tu Eucaristía siga siendo nuestra fuerza para que podamos darte gracias siempre con nuestras palabras y acciones, y podamos experimentar qué bueno y agradable es vivir juntos como hermanos. Te lo pedimos a Ti, que reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Mensaje de Juan Pablo II a los Hermanos del Sagrado Corazón en la fiesta de su Fundación 1. Con ocasión del aniversario de la fundación de su Instituto me uno gustoso a la alegría y a la acción de gracias de los Hermanos extendidos por todos los continentes y a todos los que se han beneficiado de su apostolado. En 1821, el Padre Andrés Coindre, de la archidiócesis de Lyon y después, Vicario general de la diócesis de Blois, fundó el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón, con la preocupación de educar cristianamente a la infancia y juventud pobre de aquel tiempo. 2. El Padre Andrés Coindre, que personalmente se gastó hasta agotarse en el servicio de la Iglesia con “valor y confianza” según su lema, es para los miembros del Instituto un ejemplo. Deseo pues animar a sus Hermanos a cumplir con fidelidad sus compromisos religiosos. 3. Viviendo hoy la espiritualidad del Corazón de Jesús, seguiréis una escuela admirable para vuestra vida personal así como para vuestra misión; os dejaréis guiar por el Espíritu, a fin de servir en la Iglesia según el Corazón de Dios, entregándoos totalmente, por amor. 4. Por la oración comunitaria, por la escucha y la meditación de la Palabra de la que el Padre Andrés Coindre “hacía su constante y más querido estudio”, por la participación en la Eucaristía, estáis unidos unos con otros en torno a Cristo y contribuís a edificar vuestra comunidad y la Iglesia entera. 5. La intimidad con Jesús ensancha el corazón del hombre a las dimensiones del mundo, pues la oración nos acerca a Dios y a los hombres. Os exhorto 21 pues, a beber en la vida de intimidad con Cristo las gracias para responder a vuestra vocación cristiana y apostólica específica. 6. Nuestros contemporáneos tienen necesidad de testigos para descubrir el amor que viene de Cristo, a fin de conocer a Dios y conocerse a sí mismos, “un amor que nos empuja a amarnos los unos a los otros”, para participar en la construcción de la civilización del amor. 7. Por vuestra vida fraterna, como Hermanos del Sagrado Corazón, mostráis a los hombres de nuestro tiempo que Cristo es el fermento de vuestra unidad y que, gracias a Él, se crea una mayor solidaridad. 8. Estáis llamados a realizar el ideal de vuestra Regla de Vida: “Creer en el amor de Dios, vivir de él y difundirlo” (n. 13). En vuestra vida comunitaria, atentos a cada uno y respetuosos los unos de los otros, podéis dar lo mejor de vosotros mismos y formar una auténtica familia, aplicándoos con delicadeza a la corrección fraterna y al perdón mutuo. 9. En muchos países, los jóvenes carecen de entorno familiar, de afecto y de estructuras donde llevar a cabo su instrucción y su maduración interior. Es necesario proporcionarles los medios para construir su personalidad, mediante una formación humana y, una educación espiritual y moral apropiadas, para que sepan encontrar su puesto en medio de sus hermanos, asumir responsabilidades en la sociedad y ser fieles discípulos de Cristo. 10.La Iglesia anima y sostiene fuertemente todos los movimientos e instituciones que se dedican a la educación de la juventud. En efecto, la educación de la juventud es una obra de evangelización por excelencia, pues, valorando los talentos propios de cada uno, el educador permite el desarrollo de la persona, que tiene un precio infinito a los ojos de Dios, le manifiesta el amor misericordioso del Señor y le invita a ponerse al servicio de sus hermanos. Como lo recordaba San Ambrosio de Milán, “antes de subir al cielo, Jesús nos ha dejado como vicarios de su amor”. 22 ORACIÓN DE LA TARDE 1. APERTURA (alternando un solista con la asamblea) - ¡Dios mío, ven en mi auxilio! ¡Señor, date prisa en socorrerme! - Venimos ante Ti al finalizar esta jornada. La ponemos entre tus manos. - Lo que hemos hecho bien, se lo debemos a tu bondad. - Lo que hemos hecho mal, que tu gracia lo repare. - Con nuestro fundador, el Padre Andrés Coindre, y todos nuestros antepasados imploramos tu ayuda: «Míranos, Señor, en tu gran misericordia; como tus apóstoles, nosotros esperamos al Espíritu Santo. Haz que descienda sobre nosotros y nuestro Instituto con toda la plenitud de sus dones. Que Él nos ilumine, nos abrase y nos consuma, para que, al contemplarte sin cesar, seamos devorados por el deseo de imitarte». - Honor y gloria a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. 2. HIMNO O Cœur de mon Jésus, environné de flammes, source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs. Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme, je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs. Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie, mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours. Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours, oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours. 3. SALMODIA: Salmo 26 «La protección de Jesús hace esperar que esta Congregación crecerá sin cesar, sostenida y vivificada siempre por la entrega y el sacrificio de sus miembros». Antífona: «La mirada de Jesús planea con amor sobre esta Congregación». El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. 23 Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda el día del peligro; yo cantaré y tocaré para el Señor. Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente; espera en el Señor. Gloria al Padre… 4. TIEMPO DE LA PALABRA «Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» San Mateo 11, 28-30. «Mi queridísimo Hermano y entrañable amigo: El buen Dios ama a los sencillos, a los humildes, a los sacrificados» Andrés Coindre. «Que este espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de cordialidad llegue a ser el carácter distintivo de nuestra pequeña Congregación y pueda perpetuarse en ella de generación en generación» Hermano Policarpo. «Un espíritu de caridad caracteriza a nuestro Instituto. Este espíritu se manifiesta por la sencillez, la acogida, la fraternidad» Rdv 15. Oración en silencio 5. CÁNTICO DE MARÍA Antífona: «Dios ha bendecido visiblemente nuestros débiles esfuerzos: ¡sea por siempre alabado!» 6. ALABANZA E INTERCESIÓN Con nuestros antepasados que están junto al Padre, con todos nuestros Hermanos que trabajan en el mundo, con los que el Señor en su bondad nos enviará, alabemos al Señor y supliquémosle. 24 Porque Tú, oh Dios, te has dignado bendecir nuestros esfuerzos y has derramado tu misericordia sobre nuestro Instituto. Alabado seas, Señor. - Por las faltas de estima de nuestra vocación y por nuestras negligencias. Perdónanos, Señor. - Por la protección de Jesús, cuya mirada planea con amor sobre nuestra Congregación. Te damos gracias, Señor. - Para que cada casa sea una escuela de fe, de regularidad, de fervor y de celo. Te rogamos, Señor. - Por el carisma de fundador del Padre Andrés Coindre y por la acción salvadora del Venerable Hermano Policarpo, del Hermano Javier y de nuestros primeros Hermanos. Te bendecimos, Señor. - Para que el espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de caridad sea el carácter distintivo de nuestro Instituto. Te rogamos, Señor. (otras intenciones...) Uniéndonos a todos nuestros Hermanos, a nuestros colaboradores y a todos nuestros alumnos, recemos con ellos y por ellos; digamos: Padre Nuestro... - 7. ORACIÓN (inspirada en un texto del V. H. Policarpo) «Nuestra Congregación, Señor, ha estado sometida a tan grandes pruebas que ya habría dejado de existir varias veces si no hubiese estado sostenida por los especiales designios de tu Providencia». Por esta misma Providencia, haz que sobreviva en el momento de la prueba y que se extienda por todo el mundo, tan necesitado de la buena noticia de la solicitud de Jesucristo, tu Hijo y hermano nuestro. Amén. Animés de l´amour dont on s´aime entre frères, qu´il est bon, qu´il est doux d ´habiter un seul lieu! Qu´il est bon, qu´il est doux au sein de nos misères, de n´avoir qu´un seul cœur pour bénir un seul Dieu! Être unis par l´amour; quel sort plus désirable! Que l´âme goûte en paix ce plein contentement! Le monde n´en a point qui lui soit comparable. Restons unis toujours comme en ce doux moment! (bis). 25 C) ORACIÓN CON LOS ALUMNOS ANDRÉS BUSCA “HERMANOS” PARA EDUCAR A LOS NIÑOS Andrés Coindre había recogido niños abandonados en la calle, en los hospitales y en las cárceles. Había comprado una casa en donde acogerles. Había contratado empleados para cuidar de los niños pero la cosa no funcionaba. Entonces se le ocurrió fundar una Congregación religiosa de Hermanos. Y comenzó a llamar a jóvenes para que formaran parte de la misma: Javier, Claudio, Pablo, Borja, Ignacio… Así hizo también Jesús. Lectura del evangelio de Jesús Después subió al monte, llamó a los que él quiso y ellos se acercaron a él. Y designó a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de arrojar los demonios. Designó a estos doce: Simón, al que llamó Pedro; Santiago y Juan; Andrés y Felipe; Bartolomé y Mateo; Tomás y Santiago el de Alfeo; Tadeo y Simón el Cananeo; y Judas el Iscariote (Mc. 3, 13-19). Andrés nos cuenta… Ya había un buen número de niños a los que educar, ya tenía una casa para acogerlos, pero había una cosa que me faltaba, ¡buenos educadores! Ya habían pasado unos cuantos, pero no duraban casi nada. Además no sabían cómo tratar a esos niños. Cuando todo parecía perdido, de nuevo sentí esas voces que iban guiando mi vida. Fundaría una Congregación de Hermanos que asegurara la continuidad de la obra emprendida, Hermanos que estuvieran inflamados por el fuego del amor del Corazón de Jesús y, a la vez, de los sentimientos de mansedumbre y humildad de ese mismo Corazón. ¡Verdad que era una buena idea! Había que ponerse a trabajar de nuevo y encontrar a “mis Hermanos”. Propuse mi proyecto a dos trabajadores del Hogar, Antonio y Guillermo. El primero no quiso saber nada, el segundo me dijo que le diera una semana para pensarlo. Qué alegría cuando su respuesta fue que estaba dispuesto. La primera cosa que se me ocurrió fue darle un gran abrazo. ¡Ya tenía uno! Guillermo tenía 20 años y era tejedor de oficio. Poco después me encontré con otros dos jóvenes, Claudio y Francisco, que eran maestros. Poco más tarde encontré otros siete. Ya eran diez, ya podía empezar. 26 Durante una semana nos reunimos para rezar, luego les conduje al Santuario de Nuestra Señora de Fourvière en donde celebré la santa misa por todos ellos con el fin de ponerlos bajo la protección de tan buena Madre. A cada uno les di un nuevo nombre para darles a entender que abandonando el que tenían hasta ese momento comenzaban una nueva vida enteramente dedicada a Dios y a los niños que iban a educar. El 30 de septiembre, bajo la mirada amorosa de Nuestra Señora de Fourvière, Patrona de Lyon, nacieron los Hermanos del Sagrado Corazón ¡El Señor me había dado Hermanos! Rezamos con Andrés Hermanos(Salmo 132) que da gracias por sus ¡Qué bueno y agradable es, Dios mío, vivir juntos todos los hermanos! ¡Qué bonito amarse como hermanos que se quieren! Es como un perfume que se derrama en la cabeza y hace que te sientas bien. ¡Qué bonito amarse como hermanos que se quieren! Es como una lluvia fina que refresca, después de muchos días de calor y sin caer una gota. ¡Qué bonito amarse como hermanos que se quieren! Es tu familia que bendices y le das vida para siempre. ¡Qué bonito amarse como hermanos que se quieren! Así quiero que sean para siempre mis hermanos corazonistas, así quiero que sean todos los educadores corazonistas, así quiero que sean los alumnos corazonistas. ¡Qué bonito amarse como hermanos que se quieren! Padre nuestro… Para librar a los niños y a los jóvenes de la ignorancia, prepararlos para la vida y procurarles el conocimiento de la religión, el Padre Andrés Coindre fundó un 30 de septiembre de 1821 la Congregación de los Hermanos del Sagrado Corazón. Hoy se cumplen los 190 años de esa fecha. Te damos gracias, Padre, por el Padre Andrés y por los primeros hermanos. Te pedimos que siga habiendo jóvenes, como aquellos diez primeros, que dejando todo sigan a Jesús como educadores cristianos de la infancia y de la juventud. Te lo pedimos por Jesús, nuestro hermano. AMÉN. 27