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9 días de oración con el Hno. Policarpo Reglas para los Directores (Superiores) De la relación con sus hermanos. 1. Su principal deber consiste en tener un gran celo y una vigilancia continua para que avancen espiritualmente los hermanos confiados a sus cuidados. 2. Continuarán formando a los hermanos en la vida religiosa buscando mantener y aumentar el fervor del noviciado. 3. Necesitan atraerse la confianza, la estima y el respeto de todos los hermanos mediante sus virtudes. 4. No manifestarán hacia ellos un espíritu de dominación, sino, más bien, serán los modelos y los amigos de cada uno de ellos, sin aprovecharse nunca de su posición, sino es para sobresalir en virtud, en celo y en abnegación. 5. Si están obligados a reprenderlos, a advertirlos por alguna falta, la caridad regulará de tal modo su conducta, que las advertencias serán siempre recibidas con sumisión y reconocimiento, como un servicio, como el cumplimiento de un deber; imitando en todo ello al divino Salvador, tan bueno, tan compasivo con las almas débiles y con los pecadores. 6. En una palabra, deben de obrar con los demás como quisieran ellos que obraran consigo mismo. 7. Prevenir las faltas es mejor que corregirlas. Cuando se toleran las pequeñas transgresiones, pronto aparecerán las grandes que introducen la relajación. 8. En el supuesto de que las advertencias sean inútiles, se guardarán mucho de desalentarse. 9. Después de haber agotado todos los medios que sugiere la caridad, advertirán a los Superiores. 8 El Corazón de Cristo Diciembre 2010 PARA ESTE MES, UNA PALABRA DEL SUPERIOR GENERAL Carisma de Andrés Coindre, carisma de Instituto. El Padre Coindre intuía de alguna manera que su familia religiosa naciente tenía un carisma particular y, por lo tanto, una riqueza que aportar a la sociedad y a la Iglesia de su tiempo. En su peregrinar, el Padre Coindre se deja conducir por el Espíritu que le hace descubrir cada vez con más claridad, el Corazón de Dios y, al contemplarlo, se va encendiendo un fuego de amor creciente en su propio corazón. Dicho fuego le impulsa a ser todo para Él y para los niños y jóvenes que encuentra en las cárceles y en las calles de Lyon; poco después incluirá también en su plan a los niños y jóvenes del medio rural. Carisma de Andrés Coindre, carisma de Instituto. Un carisma que debe perdurar. Hemos de buscar nuestro carisma de instituto no sólo mirando directamente al Padre Coindre sino también prestando atención a la historia del instituto, especialmente a sus momentos claves como la elección del hermano Policarpo como Superior general, la decisión de éste de enviar hermanos a América, la disolución del instituto en Francia en el año 1903, la admirable expansión misionera del mismo en el siglo XX, etc. Carisma de Andrés Coindre, carisma de Instituto. Para que el carisma se continúe, hemos de estar atentos al Espíritu. Los nuevos tiempos nos llaman a encarnar nuestro carisma con fe, con confianza, con disponibilidad, con fidelidad y audacia, dando las respuestas nuevas y válidas. Hoy, Jesús nos llama a avivar nuestra fe y a tener confianza en Él. Hoy como ayer, el Padre André Coindre nos invita a permanecer a la escucha, a proseguir la historia, a hacer nuestro camino, a tener valor, a hacer nuevos proyectos, a soñar, a luchar, a abrir nuevos caminos. Carisma de Andrés Coindre, carisma de Instituto. 1 MEMORIAS DEL HERMANO JAVIER 150 años de su muerte El Hermano Javier “Salvador del Instituto”, el defensor de la obra del Padre Andrés. UN ESTILO DE ORACIÓN INSPIRADO EN EL HERMANO MAURICE RATTÉ Compartir la oración En 1970 el Instituto estrenó no sólo un nuevo Superior general sino también una nueva Regla, que desde luego no era un simple retoque o evolución de la anterior. Se podía decir aquellas palabras del Apocalipsis “Yo hago nuevas todas las cosas”. El Instituto recibió con alegría el nuevo texto pero también es verdad que muchos estaban desorientados. Acostumbrados al texto anterior detallista y legalista el nuevo les parecía poco concreto y definido en lo “que había que hacer”. Había que empezar una labor de difusión del nuevo texto, de que los Hermanos lo conocieran, lo asimilaran y le dieran vida en sus vidas. Esto se aplicaba también al tema de la oración: del “Devocionario” se pasó a la Liturgia de las Horas; de los libros con puntos de meditación a la invitación a orar con la Palabra de Dios; de la dimensión individualista al desarrollo de aspecto más comunitarios y apostólicos, con una clara invitación a “compartir la palabra y la oración”. ¡Qué gran desafío para el Instituto! A la pregunta sobre nuestro carisma propio de oración yo destacaría dos aspectos a los que nos invitaba el nuevo texto de la Regla: la dimensión comunitaria y apostólica de la oración personal y comunitaria de los Hermanos; el saber conjugar la fidelidad y la creatividad en la oración. “ENTREVISTA” ¿Qué significado le daría a la invitación de los Capítulos a hacer una oración fraterna y apostólica? Vida de comunidad que no desemboca en verdadera oración colectiva y fraterna todavía no está realmente fundamentada en Cristo. Si la comunidad local es incapaz de reunirse para orar en común, tiene motivos sobrados para inquietarse y buscar las causas de tan anómala situación. Se trata de la eterna tensión entre oración y trabajo, entre oración y abnegación, entre vida comunitaria y compromiso apostólico. La gracia nos hará solucionar este problema: unir oración y acción, integrar la una en la otra. 2 En 1830, un cierto número de Hermanos se habían dispersado por temor a los acontecimientos revolucionarios. En todas las obras que el señor Coindre1 mandaba hacer, empleaba casi todos los novicios, de tal manera que éstos no podían formarse para la enseñanza. El señor Coindre estaba a punto de sacrificar sus propiedades a sus acreedores y de abandonar todo. Lo habría hecho si no hubiera encontrado allí al Hermano Javier que, hasta entonces, no se había ocupado más que de los talleres. Pero viendo que la congregación iba a perecer si no se evitaba el descalabro, se armó de valor y prometió al señor Coindre resolver los problemas a condición de que él dejara de construir, cosa que el señor Coindre le prometió. La primera preocupación del Hermano Javier fue la de levantar el ánimo del señor Coindre; sin duda que le costó lo suyo; durante varios meses, le paseaba del brazo por el jardín, exhortándole a cobrar ánimos, a confiar en la Providencia. A partir de este momento el Hermano Javier tomó la dirección general de todos los asuntos. Visitó las casas, recomendó a los Hermanos una gran economía; remontó la moral de los que se habían dejado abatir; se preocupó de la formación de los novicios. Activó el trabajo en los talleres, comprometió a los antiguos suscriptores para que continuaran haciendo algunos pequeños sacrificios en favor de la obra del Piadoso Socorro. El señor Coindre recuperó su primitiva tranquilidad y pronto olvidó la promesa que había hecho. La primera preocupación del Hermano Javier era la de animar: animaba al Padre Francisco en sus momentos de depresión; animaba a los hermanos en los momentos de crisis. En cada comunidad educativa se necesitan personas como él. ¿Tu presencia es capaz de animar o eres causa de desánimo por tu actitud de crítica destructiva? 1 Cuando se habla del Señor Coindre es el Padre Francisco Vicente Coindre. 7 Rezamos por los hermanos de la comunidad (y por los miembros de la comunidad educativa) por medio de los cuales se nos revela el amor del Corazón de Jesús. Padre nuestro… Señor Jesús, André Coindre fue un profeta de su tiempo: te pedimos que nuestras comunidades y obras apostólicas sean signos proféticos desde su sencillez carismática. Señor Jesús, André Coindre fue un hombre apasionado: frente a nuestra mediocridad, comodidad, y medianía, ayúdanos a ser hombres apasionados, que se gasten y se desgasten literalmente por la promoción humana y cristiana de niños y jóvenes necesitados. Señor Jesús, André Coindre fue un hombre con entrañas de misericordia: que como él seamos hombres de compasión y de misericordia, con los mismos sentimientos del Corazón de Cristo. Señor Jesús, André Coindre fue el impulsor de una nueva pedagogía: haz que nuestro estilo educativo se inspire en una "pedagogía de la confianza", que se expresa en una relación educativa cordial, próxima y dinámica con los jóvenes. Señor Jesús, André Coindre fue un evangelizador de su tiempo: ayúdanos a priorizar nuestro ser de evangelizadores, y a aprender, hoy como siempre, a transmitir valores cristianos inculturados en los valores de cada tiempo y lugar. Señor Jesús, André Coindre fue el hombre que creyó en la fraternidad: que consideremos la comunidad fraterna como algo inherente a nuestra tarea evangelizadora; perteneciente a la esencia de nuestro ministerio. Señor Jesús, André Coindre fue el hombre que creyó en los laicos: ayúdanos a responder a su invitación a compartir nuestra misión con nuestros colaboradores seglares. Para la lectura espiritual Circular del Superior General nº 5, “El fuego del carisma”. Capítulo 3 Carisma de Andrés Coindre, carisma del Instituto (pp. 19-28). ¿Cuáles son los elementos del carisma fundador de Andrés Coindre? ¿Cómo mantener vivo hoy el carisma del Fundador? 6 ¿Qué aspectos destacaría en nuestra práctica orante? Por una parte la fidelidad al programa de oración presentado en la Regla de vida. Los Hermanos, en todo el Instituto, cada día y en cada casa, juntos participan en la Eucaristía, recitan en comunidad la Liturgia de las Horas y hacen la oración personal. Pero tampoco podemos olvidar otro principio presente también en la Regla, el de la creatividad. ¿Podría desarrollar un poco este aspecto de la creatividad? La vida de oración es una llamada constante a la creatividad. Lógicamente, no se trata de hacer de cada oración un acontecimiento sensacional, conmovedor y patético. En nuestras oraciones comunes hay que buscar sencillamente encontrar juntos a Cristo y realimentarnos en Él. Concebida así la oración, caen por tierra las dificultades humanas y sicológicas del grupo comunitario imposibles de resolver con intercambios y diálogos. En una verdadera comunidad orante, las relaciones interpersonales serán, por lo común, cordiales, sinceras y generosas; los Hermanos no se verán obligados a buscar en el exterior consuelos, apoyo y afectos. ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente en la oración? Orar juntos es enfervorizarnos y apoyarnos los unos a los otros. El orar juntos proporciona ocasión para rezar los unos por los otros: en ciertos momentos tenemos necesidad de las oraciones de nuestros cohermanos. Rezar juntos nos hace compartir nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras dificultades y nuestras acciones de gracias. Orar juntos manifiesta nuestra común pertenencia a Cristo. Dentro de esta perspectiva, se trata menos de pronunciar palabras y de cumplir exigencias horarias cuanto le señalar tiempos intensos en nuestras relaciones con Dios y con nuestros Hermanos. La caridad para con Dios para con los hombres nos hará descubrir los caminos de la oración. La oración de todos apoya a la de cada uno pero ésta, su vez, sostiene a la del conjunto. Cada uno de nosotros podría hacerse estas o parecidas preguntas: ¿Qué hago yo, en verdad, para tomar parte activa en las oraciones de la comunidad?; ¿mi presencia favorece la oración de la comunidad?; si se da el caso de estar solo para rezar, ¿cumplo con mi oración personal? 3 Celebración para el Primer Viernes EL CARISMA ANDRÉS COINDRE, CARISMA DEL INSTITUTO 1. Ambientación Como respuesta a las necesidades de los tiempos y lugares en favor de una juventud abandonada y descristianizada; para librarlos de la ignorancia, repararlos para la vida, y darles el conocimiento y el amor de la religión, el Padre André Coindre funda, en 1821, el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón. Hoy queremos actualizar el impulso espiritual y apostólico del Fundador y de nuestros primeros hermanos. 2.- Salmo del amor de Dios (Padre Andrés Coindre) ¡Oh, Dios mío!, único objeto de mi amor, yo te amo, te amaré, tu amor estará siempre en mis labios. Yo no quiero pensar más que para él, respirar sólo por él, vivir y morir por él, y ojalá me fuera posible grabarlo en todos los corazones. ¡Oh, vosotros, los verdaderos amigos de Dios, cuán felices sois! El que está inflamado de amor no encuentra nada penoso: ni las desgracias de la pobreza, ni las angustias de la muerte. Si queréis ser felices, no os diré sino una palabra: amad a Dios y amadle mucho. Vuestro corazón ha salido de las manos de Dios; si no late por Él, ellas lo marchitarán, lo desolarán; sus llamas han salido del seno de Dios y allí deben volver. ¡Oh, qué feliz es el que mucho ama! Nuestro corazón es el cauce de un río, cuyas aguas deben regresar a su fuente si no quiere quedarse seco y árido. Es un hogar, cuyas llamas deben subir a lo alto si no quiere verse sofocado. En nuestro corazón es donde reside tu amor inconmensurable que constituye toda la felicidad de este mundo. En vuestro corazón es donde reside toda la felicidad de este mundo y el amor divino es el que constituye todas sus delicias. 4 3. Proclamación y meditación de la Palabra. Todo carisma está inspirado y alimentado por la Palabra de Dios. En sus Reglas el Padre Andrés nos presenta cuatro textos del evangelio: El lema de los hermanos es el del Corazón de Jesús: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Los Hermanos del Corazón de Jesús recordarán a menudo estas palabras de Jesucristo: He venido a traer fuego a la tierra y no deseo sino que arda. Procurarán extender este fuego en todos los corazones, después de haberlo prendido ellos mismos del corazón sagrado de Jesucristo. Repetirán a menudo con Jesucristo: Dejad que los niños vengan a mí; el Reino de los cielos es para aquéllos que se les asemejan. Se considerarán infinitamente honrados de participar, por medio de su vocación, en uno de los fines que Jesucristo se propuso al hacerse hombre. Sed sencillos como palomas, pero tened la prudencia de la serpiente, decía Jesucristo, y esto debe observarse cuando tengan que tratar con el mundo. Pedirán a Dios esta prudencia, que es uno de los frutos del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría y de consejo. 4. Momentos de reflexión y de oración de adoración * Para la reflexión se puede utilizar el texto de “Para este mes, una palabra del Superior General.” 5. Oración de la comunidad Oramos por las intenciones encomendadas por el Papa al Apostolado de la oración: - Que todo sufrimiento acerque al malestar y al dolor de las personas solas, enfermas y ancianas y nos anime a ir a ellos con generosidad. - Que todos los países abran las puertas a Cristo y su Evangelio de paz, fraternidad y justicia. R/ Corazón de Jesús, fuente de nuestra vocación. Rezamos por los enfermos y por los que están pasando dificultades en su vida (nombrarlos). Rezamos por las vocaciones en la Iglesia, especialmente las corazonistas, y por la fidelidad a nuestra propia vocación. 5