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TIEMPOS DE HOY
Los diagnósticos precoces, cribados o screenings pretenden detectar a tiempo enfermedades en estadios precoces aumentando en gran medida las posibilidades de curación.
L
a medicina preventiva se basa en
un conjunto de actuaciones y
consejos médicos destinados a
prevenir y a diagnosticar enfermedades. Un primer tipo de prevención consiste en formar e inculcar hábitos saludables
en la población, estilos de vida que constituyan la mejor prevención; en un segundo
paso se encuentran los denominados diagnósticos precoces, cribados o screenings, que
pretenden detectar a tiempo enfermedades
en estadios precoces aumentando en gran
medida las posibilidades de éxito de curación y reduciendo el coste asistencial.
Otro tipo de medicinas preventivas tienen
que ver con las actuaciones médicas destinadas a minimizar o evitar las secuelas de
una enfermedad ya diagnosticada, como la
hipertensión o un posoperatorio al que se
trata con anticoagulantes.
En esencia, la medicina preventiva no debiera tener ni siquiera contras, ya que el mero hecho de buscar y de hallar, entre otras,
enfermedades que bien pudieran haber sido
mortales, es difícilmente refutable. Sin embargo, como en cualquier proceso, y aún
más al hablar de salud y personas e incluso
sentimientos, la complejidad presenta en-
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Los cribados de cánceres de colon, mama y cérvix, los
más eficaces
Por Verónica Gayá
MEJOR PREVENIR QUE
CURAR.... CASI SIEMPRE
Chequeos médicos rutinarios, pruebas, screening poblacional... La medicina
preventiva tiene muchas voces a favor, pero otras tantas ven en ella el alimento de
una sociedad hipocondriaca, sobretratada o sobrediagnosticada, incluso algunos
hablan de un gran interés económico
tresijos en los que se esconden sobrediagnósticos, sobretratamientos, falsos positivos
y falsos negativos.
Someter a una persona a chequeos exhaustivos y constantes puede revertir el refrán que prioriza prevención frente a cura,
pero, sin embargo, como siempre, también
en prevención, la virtud está en el medio.
Promover la formación en hábitos de vida
saludables nunca está demás, pero realizar
pruebas de cribado sin cesar a la población
no siempre es recomendable y ya algunos
estudios demuestran que los índices de mor-
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talidad de la población cribada no se ha reducido con algunas pruebas. Como ya ocurre en España, en algunos ámbitos los chequeos de prevención o screenings han de
ajustarse a grupos de riesgo, por ejemplo,
sólo los que cuentan con antecedentes familiares y a partir de cierta edad.
Juan Gervás, uno de los mayores detractores de la medicina preventiva, médico, profesor universitario y autor de varios libros al
respecto, afirma que la medicina preventiva
no simplemente es inocua frente a los índices de mortalidad, sino que en muchos ca-
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sos es perjudicial. Como otros médicos que
también la cuestionan, Gervás habla de la
cantidad de mujeres que son sometidas a
mamografías rutinarias que han dado un falso positivo, cambiando la vida de la mujer,
sus sentimientos, su ánimo y el de su familia, durante un periodo de tiempo, inoculando en ella un miedo que quizás la acompañe siempre. Gervás va un poco más allá,
habla de sobrediagnóstico, y argumenta que
algunos tumores que han sido extirpados y
tratados con quimioterapia podrían no haber matado a la mujer y, sin embargo, a partir de un proceso tan traumático su vida girará para siempre en torno a este hecho.
En cambio, la mayoría de los médicos, amparados por la experiencia de estas pruebas,
argumentan que los resultados obtenidos por
ciertas pruebas de cribado en la prevención
de cánceres son más que suficientes para realizarlas. Mama, colon y cérvix son los cánceres cuyas pruebas de cribado han demostrado una gran eficacia.
En España, dependiendo de la comunidad
autónoma, las mujeres entre 45 y 50 años someten periódicamente a estas técincas de cribado que persiguen reducir la mortalidad.
Según datos de USPSTF (U.S. Preventive Services Task Force) de cada 1.000 mamografías realizadas en mujeres de 40 años se detectan dos cánceres y 98 falsos positivos, mujeres que luego se someten a nuevas pruebas, esta vez más invasivas para descartarlo.
La tendencia desde que las mamografías se
implantasen como un remedio infalible para reducir la mortalidad del cáncer de mama
es que se comiencen a una edad más avanzada (los 50 años), e incluso se espacien más
de lo que se consideró al principio. Ahora se
recomienda hacerlo cada dos años. Estos nuevos periodos de cribado mantienen el 81 por
ciento de los beneficios de los otros sistemas
más intensivos y tempranos, mientras que reduce a la mitad los falsos positivos. El, por lo
general, lento crecimiento del cáncer de mama, permite ampliar los tiempos. El efecto
protector de las mamografías realizadas en
mujeres con edades comprendidas entre los
50 y 69 años se ha confirmado en numerosos estudios, que han demostrado que se puede adelantar el diagnóstico en 2-4 años, detectando tumores en estadios más precoces
(menores de 1 cm. en más de la mitad de los
casos y sin afectación axilar en más del 75
por ciento), reduciendo la mortalidad en un
20 por ciento.
Las pruebas realizadas para la detección
temprana del cáncer de colon mediante test
de sangre oculta en heces muestran que se
reduce la mortalidad por este tumor en un
15-33 por ciento en el riesgo relativo de
muerte anual y en un 3 por ciento en la
muerte total por cáncer de colon. La colonoscopia se limita a pacientes en grupos de
riesgo y en los que han dado positivo en la
prueba anterior.
En cuanto al cáncer del cérvix, la historia
natural de este tumor hace que sea un excelente candidato a un programa de cribado. El 90 por ciento de las lesiones invasivas
provienen de lesiones premalignas desarrolladas en un período no inferior a los diez
años. Sin embargo, el 1-2 por ciento de las
lesiones premalignas dejadas a su evolución
acabará en cáncer invasivo. La citología del
frotis vaginal (Papanicolau) ha demostrado
su efectividad en el cribado del cáncer de
cérvix reduciendo su mortalidad en un 6090 por ciento. Su alto índice en falsos positivos ha hecho que se opte en algunos casos
por la citología líquida.
Pese a todo, la mejor prevención es la que
se genera uno mismo y la que procura una
atención personalizada del profesional sanitario. Comer bien, no fumar, realizar ejercicio... superan a cualquier técnica de cribado; un médico con tiempo y dispuesto a
escuchar, analizar y gestionar lo que le cuenta su paciente es otra de las mejores medicinas preventivas. Un seguimiento correcto
del paciente es esencial para que entre éste
y el profesional sanitario sepan reconocer
las señales de una posible enfermedad oculta tras unos síntomas que a veces pasan desapercibidos. En España la saturación de las
consultas es una terrible enemiga de este primer peldaño, y tan importante, en la medicina de prevención. l
AL DÍA
Inspección
médica
La mejor medicina preventiva empieza en casa. Teniendo
en cuenta algunos breves consejos, sólo tenemos que conseguir que los hábitos saludables formen parte de nuestro
día a día y de esta manera no
sean un esfuerzo.
Tanto niños como adultos, es
recomendable que, al menos
una vez al año, tengan una consulta con el médico en la que
se le podrán recomendar vacunaciones, dar formación sobre
hábitos de vida saludables,
controlar factores de riesgo y
prevenir adicciones, enfermedades y accidentes, sobre todo
entre los niños más pequeños.
Además de las citadas citologías, mamografías y análisis
de heces mencionados, hay
otros chequeos que algunos
médicos recomiendan hacer en
La mamografía se ha impuesto como medida de prevención.
pacientes asintomáticos y de
manera periódica.
La tensión: una prueba muy
sencilla que algunos médicos
realizan a cualquier paciente
dos veces al año, especialmente en verano (cuando la
tensión baja).
La analítica: suele incluir un
hemograma, un perfil de bioquímica y un TSH (valoración
de tiroides). Algunos médicos
además piden análisis de hormonas, consideradas las “grandes chivatas”, especialmente
entre mujeres.
Respirar bien: aunque a veces creamos que respiramos
correctamente, los doctores
proprevención aconsejan revisar el aparato respiratorio cada uno o dos años.
Boca, piel y ojos: una revisión bucal, otra oftalmológica
y otra de piel, sobre todo las
personas con lunares y piel
muy blanca, son otros chequeos por los que los más previsores debieran pasar anualmente.
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