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Los “Hechos” de los
que creen en Dios
E
l libro de los Hechos de los Apóstoles es un libro maravilloso de la Biblia
y se atribuye la escritura e inspiración divina al apóstol Lucas. En
términos generales, podemos decir que inicia con el cumplimiento de la
promesa Dios acerca del derramamiento de espíritu santo en el día de
Pentecostés (Hechos 2:1-4) y finaliza con un gran Pablo enseñando a la gente
abiertamente y sin impedimento acerca del Reino de Dios (Hechos 28:31).
No obstante lo anterior, es importante destacar que no es tan cierto que sea un
libro que narre exclusivamente los hechos de los apóstoles, puesto que
también incluye grandes gestas espirituales realizadas por gente común y
corriente como nosotros, muchas veces anónima, pero que tuvieron una
cosa en común: decidieron amar a Dios con todo su corazón y creer en el
espíritu santo que les había sido dado (1). Es por ello que un nombre más
representativo para este libro podría ser “Hechos de los que creen en Dios” o
los “Hechos del espíritu santo”.
Hechos es libro motivante que nos regala grandes enseñanzas que deben de
abrir nuestro corazón para entender hasta dónde es capaz de llegar un hijo de
Dios cuando se propone hacer algo con su espíritu santo.
Dios nos ha regalado la misma clase de espíritu que tuvieron estas personas
(1ª Corintios 12:13), por lo que si en un caso muy hipotético Dios tuviese que
seguir escribiendo un nuevo capítulo a este libro, ahí tendríamos que aparecer
nosotros junto con nuestros “hechos” también.
De la misma forma como las acciones a favor de Dios de gente con un corazón
tan sencillo y noble como el de Dorcas (Tábita), Cornelio, Esteban o Ananías
han quedo registradas para la posteridad en este libro, así también nosotros
podemos hacer grandes cosas hoy y realizar nuestros propios “hechos” a favor
de Dios, porque tenemos el mismo espíritu santo que ellos tuvieron.
Es evidente que Dios quiso incluir “formalmente” en el libro de Hechos, tan sólo
las acciones más representativas de su “nuevo” Pueblo amado, que es Su
iglesia. No pudiendo incluir todas las acciones de un hijo de Dios a favor de Él,
de lo contrario no hubiese podido finalizarse jamás y posiblemente la Biblia aun
no estuviera disponible en los estantes de las librerías o su precio seria
inalcanzable y asimismo nadie pudiera leer un documento tan extenso.
(1) Para mayor información, puede descargar y estudiar la serie de enseñanzas números 21 a 23 del sitio
web ww.palabrasobreelmundo.com.ar, titulada: “Gente como uno”.
Los “Hechos” de los que creen en Dios
Es por tal razón que en esta oportunidad vamos a estudiar algunos registros en
la Palabra de Dios, en donde comprobaremos que la voluntad de nuestro
Padre celestial consiste en que sigamos escribiendo Su historia.
Revisaremos que el deseo de Dios es que llevemos a la práctica la gran
comisión dada por nuestro Señor Jesucristo en Marcos 16:15, siempre y
cuando nos propongamos en nuestro corazón engrandecer Su nombre y el de
Su Palabra por sobre todas las cosas (Salmos 138:2) (2).
Juan 17:20-23:
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos
sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también
ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me
enviaste 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean
uno, así como nosotros somos uno 23 Yo en ellos, y tú en mí,
para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca
que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también
a mí me has amado.
Resulta maravilloso comprender que nosotros hayamos quedado
incluidos en una de las oraciones más emblemáticas de toda la Biblia.
Jesucristo tenía la plena convicción que él no sería el único dispuesto a amar a
Dios con todo su corazón, alma y mente (Mateo 22:37); y por esta razón oró
por sus apóstoles y por gente como nosotros (aún sin conocernos), con la
intención que manifestemos la misma gloria que Dios le dio a Su hijo y para
que el mundo junto a todas sus huestes de maldad conozcan que Dios
verdaderamente le había enviado a esta tierra.
Hechos 2:36-41:
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este
Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo. 37. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué
haremos? 38. Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno
de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39. Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para
todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro
Dios llamare. 40. Y con otras muchas palabras testificaba y les
exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
41. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados;
y se añadieron aquel día como tres mil personas.
He aquí una fabulosa demostración de que la oración de nuestro Señor
Jesucristo surtió plenos efectos espirituales. Pedro al igual que nosotros se
(2) Para mayor información puede descargar y estudiar la enseñanza No. 279 titulada “Que Dios y Su
Palabra sean glorificados” del sitio web: www.palabrasobreelmundo.com.ar
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Los “Hechos” de los que creen en Dios
encontraba inmerso dentro de aquella maravillosa oración de Jesús hacia Su
Padre. El beneficio en favor de Dios surgió cuando Pedro decidió actuar en
consecuencia a la misma; y cuando esto sucedió, Dios dejó registrada su gran
acción en el libro de los Hechos.
Fue cuando Pedro decidió “materializar” la oración de nuestro redentor, que
cerca de 3,000 nuevas personas renacieron del espíritu santo y sus nombres
quedaron grabados en el libro de la vida.
Marcos 16:17-20:
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán
fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18. tomarán en las
manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño;
sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.19. Y el
Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se
sentó a la diestra de Dios. 20. Y ellos, saliendo, predicaron en
todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra
con las señales que la seguían. Amén.
“Hechos” es la confirmación de la Palabra de Dios a través de la acción
de un hijo suyo. Es la demostración ante el mundo que la voluntad de
Dios no es verso o mentira. El libro de los Hechos para estas personas, se
comenzó a escribir cuando decidieron creer y actuar en correspondencia a las
promesas contenidas en la Palabra de Dios y al espíritu santo que les había
sido dado (3).
Hoy nos toca a nosotros creer y trabajar para que esta cadena progresiva de
bendición en favor de Dios y de las personas no se vea interrumpida jamás.
2 Tesalonicenses 3:1-5:
Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la
palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue
entre vosotros. 2. y para que seamos librados de hombres
perversos y malos; porque no es de todos la fe.3. Pero fiel es
el Señor, que os afirmará y guardará del mal.4. Y tenemos
confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y
haréis lo que os hemos mandado.5. Y el Señor encamine
vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de
Cristo.
En la medida que evidenciemos el espíritu santo que costó la sangre preciosa
de Cristo, aprovechemos las promesas y la esperanza a la cual hemos sido
llamados (Efesios 2:12), el Evangelio de Dios progresará y es como si
simbólicamente hablando, una nueva página del libro de Hechos fuese escrita
en la Biblia en favor de Dios.
(3) Para mayor información, puede descargar y estudiar la enseñanza número 10 de este sitio web,
titulada: “Las señales de Dios nos siguen”.
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Los “Hechos” de los que creen en Dios
Filipenses 1:12-14
Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han
sucedido, han redundado más bien para el progreso del
evangelio, 13. de tal manera que mis prisiones se han hecho
patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. 14. Y
la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con
mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin
temor.
En realidad no hace falta agregarle más versículos o más páginas a la
Biblia para que el Evangelio progrese. Son nuestras acciones en favor de
Dios las que hacen que la Palabra de Dios se vaya sustentando cada vez más
y más en nuestras vidas y que el Reino de Dios se vaya solidificando en
nuestros corazones, lo cual a su vez propiciará que el retorno de nuestro
Señor Jesucristo por su Iglesia se encuentre cada vez más cercano (4).
En el registro anterior, vemos como las prisiones de Pablo no lograron detener
el progreso y difusión de la Palabra de Dios, precisamente porque la Palabra
de Dios no esta presa (2 Timoteo 2:9). Nuestros hermanos en Cristo de la
ciudad de Filipos padecieron y fueron ultrajados grandemente, sin embargo
esto no detuvo la evolución del Evangelio, sino que tuvieron el denuedo
suficiente de parte de Dios para anunciar Su Palabra en medio de gran
oposición (1ª Tesalonicenses 2:2)
Hechos 8:1-4:
Y Saulo consentía en su muerte [en la de Esteban]. En aquel día
hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en
Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea
y de Samaria, salvo los apóstoles. 2. Y hombres piadosos
llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. 3. Y
Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a
hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. 4. Pero los
que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el
evangelio.
Sin duda alguna, no era necesaria la muerte de nuestro hermano Esteban para
que el Evangelio de Dios se anunciase entre las naciones. Pero lo admirable
dentro de toda esta triste situación, fue que tal suceso no fue capaz de callar
las bocas ni reprimir las acciones de estos grandes hombres de la Iglesia del
primer Siglo.
No me cabe la menor duda que estas personas tuvieron fuertemente arraigado
dentro de su corazón las palabras del Señor Jesús cuando dijo que serían
bienaventurados los que padecieran persecución por causa de la justicia,
porque de ellos sería el Reino de los Cielos (Mateo 5:10).
(4) Para mayor información, puede descargar y estudiar la enseñanza número 30 de este sitio web,
titulada: “Esperando el retorno de Cristo”.
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Los “Hechos” de los que creen en Dios
1ª Pedro 4:12-14:
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha
sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,
13. sino gozaos por cuanto sois participantes de los
padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de
su gloria os gocéis con gran alegría. 14. Si sois vituperados por el
nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso
Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de
ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.
Las pruebas y oposición del Adversario hacia nuestro trabajo espiritual no
glorifica a Dios, pero el librarnos de ellas a través del gozo que habita en
nuestro corazón sí. Para nuestro Enemigo y para el mundo probablemente Dios
será blasfemado, pero mediante nuestro servicio amoroso e indiscriminado en
medio de cualquier clase de dificultad, nuestro Dios será enaltecido.
Guardar la Palabra de Dios en nuestro corazón es el factor más motivante que
puede llegar a tener un hijo de Dios para superar toda clase de adversidad
(Proverbios 2:1-5). La iglesia de este Siglo es la responsable de continuar con
la carrera espiritual que emprendieron estos grandes hombres, cuya única
virtud fue que guardaron la Palabra de Dios en sus corazones y decidieron
ponerla por obra. Sino despertamos a esta maravillosa realidad, el Cuerpo de
Cristo sufrirá de alguna manera u otra y nuestras frágiles obras posiblemente
serán reducidas a heno u hojarascas y el fuego fácilmente las quemará (1
Corintios 3:15).
Debemos de entender que nuestro Padre nos ha llamado para que
desarrollemos nuestra particular carrera a favor de Él, lo cual nos traerá
grandes recompensas cuando decidamos luchar legítimamente por Dios (2
Timoteo 2:5) (5).
Hechos 20:24:
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para
mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el
ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios.
El Apóstol Pablo peleó la buena batalla y finalizó su singular carrera con Dios
con todo éxito (2 Timoteo 4:7). Esta carrera espiritual es individual para
efectos de las recompensas, pero es grupal si lo que pretendemos es enarbolar
la Palabra de Dios sobre el mundo. Figuremos a esta carrera espiritual como si
fuera una de RELEVOS, en donde los miembros de un mismo equipo se tienen
(5) Para mayor información sobre el tema de las recompensas que Dios nos dará, puede descargar y
estudiar la serie de enseñanzas Nos. 171 a 173 tituladas “Recompensas y galardones” del sitio web:
www.palabrasobreelmundo.com.ar
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que pasar un testigo o testimonio los unos hacia los otros (6) y ver como
meta nuestras coronas en Dios.
2 Corintios 3:2-3:
Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones,
conocidas y leídas por todos los hombres; 3. siendo manifiesto
que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de
piedra, sino en tablas de carne del corazón.
Somos las cartas y las letras vivientes de la maravillosa Palabra de Dios.
Si Dios tuviese que mostrar sus actuales “hechos” a este mundo, esto
principalmente lo tendría que realizar a través de nosotros Sus hijos. Nuestros
hechos son los que atestiguan acerca que la Palabra de Dios es verdadera
porque somos las piedras vivas del Edificio de Dios (1ª Pedro 2:5) y también
somos Su Templo viviente (2 Corintios 6:16) (7) y nos ha regalado un
poderoso espíritu vivificante (1ª Corintios 15:45).
Debemos de correr nuestra singular carrera con Dios y continuar escribiendo
nuestros particulares hechos a favor de Dios ya no escritas en un papel, sino
en las tablas de nuestro corazón.
Efesios 2:10:
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.
Somos lo mejor que Dios ha creado en la medida que realicemos sus “buenos
hechos”. Nuestro Padre tiene todo un camino trazado y muy definido para cada
uno de nosotros, por tanto, nosotros también deberíamos tenerlo bien trazado y
bien definido siempre y cuando estudiemos Su Palabra y descubramos cuál es
nuestra función dentro del Cuerpo de Cristo y la ponemos en ejercicio.
1 Corintios 9:22-23:
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos
me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme
copartícipe de él.
A simple vista pareciera que las acciones de Pablo fueron denigrantes, sin
embargo lejos de bajarse de categoría con estas acciones, Pablo se subió a la
categoría de la Palabra de Dios.
Al igual que Pablo, cada vez que nos movamos dentro de los rieles del
Evangelio, nos haremos co-participes de él. Según la definición de “copartícipe”
(6) Nombre del objeto que lleva el atleta en mano para que el compañero pueda continuarla la carrera y
obtener la victoria.
(7) Para mayor información, puede descargar y estudiar la enseñanza número 16 de este sitio web,
titulada: “La Renovación del Templo de Dios”
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de la Real Academia Española, este término significa: “Persona que tiene
participación con otra en algo” (8). Consecuentemente, los hijos de Dios
tenemos participación con Su Palabra cuando nos ponemos a la altura de la
misma por medio de nuestras acciones en favor de Dios.
Estamos llamados a ser copartícpes, coautores y “cohechores” de la voluntad
de Dios contenida en la Biblia.
La Biblia afirma que ya somos herederos de Dios y co-herederos con Cristo
(Romanos 8:17), ahora debemos hacernos copartícipes de la voluntad de Dios
también a través de nuestros propios “hechos” en favor de Él (9).
No serán las acciones de la carne, tales como enemistades, iras, rencores o
envidias o divisiones, las que harán méritos para hacernos copartícipes del
Evangelio (10), sino acciones tan sublimes como la de Dorcas que abundaba
en buenas obras y limosnas (Hechos 9:36), o las de Cornelio quien a pesar de
ser un gentil y carecer de espíritu santo, era piadoso y temeroso de Dios y
hacia muchas limosnas al pueblo y oraba constantemente (Hechos 10:1-2) o
qué decir de la pareja de líderes cristianos Priscila y Aquila, quienes disponían
de su casa para la difusión de la Palabra y que también expusieron más
exactamente el Camino de Dios a nuestro hermano Apolos (Hechos 18:26).
Cada vez que andemos como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios
(Colosenses 1:10). Cada vez que renovemos nuestras mentes al grado de
comprobar que la voluntad de Dios es agradable y perfecta (Romanos 12:2),
nos veremos representados en todos estos grandes hombres en la Biblia que
amaron a Dios y decidieron actuar a la altura del espíritu santo que les fue
dado y es así como podremos afirmar que nosotros también estamos inmersos
en el libro de los Hechos.
Hechos 2:46-47:
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el
pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, 47.alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que
habían de ser salvos.
Estos son algunos sencillos ejemplos de acciones realizadas por la Iglesia del
primer siglo y son ejemplos de los hechos que nosotros debemos de imitar hoy
en día para que Dios siga añadiendo nuevos hijos Suyos dentro del Cuerpo de
Cristo.
(8) http://lema.rae.es/drae/?val=copartícipe
(9) Pablo también expresó en Filipenses 1:7, que la Iglesia debía de ser participante juntamente con él de
la gracia que le fue dada.
(10) Para mayor información, puede descargar y estudiar la enseñanza número 2 de este sitio web,
titulada: “No dañemos al Cuerpo de Cristo”
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Los “Hechos” de los que creen en Dios
¿Quién nos hizo creer que no podemos seguir engrandeciendo el nombre
de Dios y el de Su Palabra al igual que todas estas personas en la Biblia?
¿Quién nos ha hecho creer que nosotros no somos capaces?. No
permitamos que el Enemigo gane ventaja en nuestra pasividad e indiferencia
hacia Dios y tomémosle la palabra a estas personas que fueron gente como
nosotros, pero decidieron actuar en correspondencia al espíritu santo que
tenían.
Continuemos escribiendo nuestros propios hechos en favor de Dios, pero ya no
con tinta y sobre un papel, sino en las tablas de nuestro corazón.
Dios les bendiga.
Max Ventura
Notas del Autor:
Toda la Escritura utilizada en esta enseñanza corresponde a la Versión Reina Valera 196011 a menos que se
especifique lo contrario. Cada vez que aparezca resaltada en negrillas alguna palabra dentro del texto de la Biblia, se
trata del énfasis añadido por el autor.
Si existen notas al final del texto, es porque se consideran una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el
propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.
Esta enseñanza somete a consideración del lector el tema que trata. Es mas bien en algunos casos un punto de partida
que propone, orienta y -desde ya- concluye con lo que el autor ha estudiado y debido a eso presentado de las
Escrituras. No obstante, la Palabra de Dios es simplemente inagotable. El único que no necesita revisión es Dios
mismo y Su Palabra según fue originalmente inspirada. Pero nuestro conocimiento y entendimiento de las distintas
maravillas presentadas en la Palabra de Dios siempre pueden ser y debieran ser sometidas al escrutinio12 del
estudiante. Entonces, el presente trabajo es presentado al estudiante Bíblico como una ayuda, una fuente mas de
consulta, de referencia y de estudio de la Palabra de Dios. La obra está lejos de pretender ser la única ni mucho
menos la más sobresaliente obra de este tipo que exista. Ella no posee eminencia sobre ninguna otra ni es autoridad
última sobre el tema. La autoría de la Palabra de Dios es la exclusividad del Padre Celestial y como tal es la fuente de
conocimiento y autoridad única e inapelable.
www.palabrasobreelsalvador.jimdo.com brinda la oportunidad para que cualquier hijo de Dios pueda compartir
enseñanzas a través de su sitio web, sin importar la Iglesia o denominación eclesiástica a la cual pertenezca, siempre
y cuanto se haga con la intención de exaltar a Dios y bendecir Su nombre.
Dios lo bendiga.
La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano de Valera
(1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993
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