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Dermatitis atópica: pérdida de agua y deshidratación No podemos pensar que la piel es simplemente “la funda” que rodea al resto de nuestros órganos y estructuras. La piel es un órgano más del cuerpo humano, con la misma importancia y complejidad que otros, como pueden ser el riñón o el hígado. La piel está estructurada en diferentes capas. No obstante, la piel en conjunto presenta una serie de funciones globales sumamente importantes para el buen funcionamiento del organismo y de la salud en general. La función de protección está muy desarrollada en la piel; viene favorecida por su propia estructura en varias capas, cuya capa más externa tiene, un sistema de protección extra: algunas de sus células (capa córnea de la epidermis) están cargadas de queratina, una sustancia dura e impermeable. Por fuera de esa capa, no formando parte estrictamente de la piel, pero íntimamente relacionado con ella, se encuentra el denominado manto lipídico: se trata de una sustancia grasa que protege a la piel de posibles agresiones externas pero, sobre todo, de la deshidratación. Hay que entender la importancia que tiene la piel para entender que las enfermedades cutáneas no son solamente un problema estético: una dermatitis o un eczema o una psoriasis, por poner algunos ejemplos, no son sólo un enrojecimiento o una descamación que puede afectar a la cara u otras zonas visibles. Las patologías de la piel tienen unan gran importancia porque tras ellas siempre subyace una alteración de las funciones de la piel, especialmente en la función de protección. Tratamiento de la Dermatitis Atópica El uso de emolientes es básico en el tratamiento de la DA pues, por un lado, forman una capa protectora en la superficie de la piel reteniendo agua y, por otro, aportan lípidos que restauran la estructura de la barrera. Cuando las lesiones aparecen, además de continuar con los cuidados base, es necesario aplicar un tratamiento específico. Lo más habitual es utilizar corticoides tópicos, que producen una www.heel.es disminución de la inflamación y del picor. Existen distintos corticoides tópicos con diferente potencia antiinflamatoria, desde baja hasta muy alta. Los corticoides de baja potencia se pueden utilizar en cualquier zona de la superficie corporal y a cualquier edad, pero siempre es conveniente acortar el tiempo de uso lo más posible. Los corticoides de alta potencia tienen limitaciones en cuanto a su aplicación, no deben utilizarse en la infancia ni en determinadas regiones como la cara, los pliegues, las mamas y la región genital, donde deben usarse preparados de un perfil de seguridad más alto. De manera general, se estima que la duración máxima de utilización de corticoides tópicos no debe ser superior a cuatro semanas, pudiendo ser menor en zonas extensas o cuanto mayor sea la potencia del corticoide. Otros medicamentos como antihistamínicos o antibióticos se reservan para determinadas circunstancias o complicaciones. El mayor problema de la DA es su cronicidad y, por lo tanto, la necesidad de tratamiento a largo plazo. Los cuidados básicos de la piel deben mantenerse de por vida y la utilización de corticoides se debe realizar únicamente en momentos puntuales. En la actualidad, existen otras opciones que están ayudando en gran medida a paliar los síntomas de picor o la inflamación. Cremas con componentes naturales que pueden utilizarse en cualquier zona de la piel y en periodos prolongados de tiempo, sin presentar efectos indeseables. La aplicación de pomadas con corticoides queda así relegada solamente para lesiones más intensas o de curso más prolongado, de manera que el paciente se encuentra confortable y así evitar el sobreuso de corticoides. www.heel.es