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Dermatitis atópica: pérdida de agua y deshidratación La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Ocupa aproximadamente 2m2, y su espesor varía entre los 0,5 mm (en los párpados) a los 4 mm (en el talón). Aunque existen autores que hablan de múltiples funciones de la piel, podemos sintetizarlas en tres principales funciones que son: 1. TRANSMISIÓN: La piel se utiliza para transmitir información entre el mundo exterior y el cuerpo a través de sus múltiples terminaciones nerviosas que reciben estímulos táctiles, térmicos y dolorosos. 2. INTERCAMBIO: La piel es el lugar donde se llevan a cambio numerosos intercambios entre el organismo y el exterior. Asimismo, participa en mecanismos complejos como la regulación dela temperatura corporal, eliminación de sustancias nocivas y la síntesis de la vitamina D, que es esencial para el crecimiento de los huesos. 3. PROTECCIÓN: La piel presenta una capa de protección, un manto lipídico ácido que la protege de la pérdida de agua y de agresiones externas por agentes mecánicos, físicos, químicos o microbianos. Actúa como barrera protectora y, además, como sistema de comunicación con el entorno. Por tanto, podemos hablar de la función de barrera de la piel: la piel presenta una capa de protección, un manto lipídico ácido que la protege de la pérdida de agua y de agresiones externas por agentes mecánicos, físicos, químicos o microbianos. Además, la piel es la encargada de transmitir información entre el cuerpo y el mundo exterior a través de múltiples terminaciones nerviosas, así como regular la temperatura corporal, eliminar sustancias nocivas y participar en la síntesis de vitamina D. Dermatitis atópica En los pacientes con dermatitis atópica se produce una desestabilización de la barrera epidérmica, una desestructuración de la capa lipídica de la piel y la existencia de una relación inadecuada de los componentes de la misma. Estas alteraciones favorecen la pérdida de agua y la deshidratación, que da lugar a la aparición de fisuras microscópicas que, a su vez, permiten la entrada de antígenos o alérgenos, con la consiguiente inflamación e irritación cutánea. La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel, caracterizada principalmente por la existencia de picor intenso. Esto produce lesiones de rascado que evolucionan a la cronicidad. Es uno de los trastornos cutáneos más comunes en los niños pequeños, afectando al 10-20% de los niños y al 1-3% de los adultos. La edad de comienzo de la dermatitis atópica es, en el 60% de los niños afectados, durante el primer año y, en el 85%, durante los primeros cinco años de vida. Además, entre el 65% y el 90% de los pacientes que sufren dermatitis atópica, www.heel.es ésta es de intensidad leve, y sólo entre el 1 y el 2% de los pacientes la sufren con una intensidad severa. La incidencia va en aumento, sobre todo en el mundo occidental, donde se ha producido un incremento del doble y del triple en los casos conocidos con respecto a hace 30 años. Síntomas La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que evoluciona por brotes y, aunque tiende a desaparecer antes de llegar a la adolescencia, puede persistir toda la vida del individuo. El síntoma principal es el prurito (picor). Es un síntoma universal en todas las formas y en todas las edades. Puede ser lo suficientemente severo como para impedir el descanso nocturno. Las lesiones típicas de la dermatitis atópica son: Piel seca con descamación, vesículas con eritema (enrojecimiento) y exudación que pueden evolucionar hacia la aparición de lesiones secundarias como fisuras, lesiones de rascado y engrosamiento de la piel. Localizaciones Aunque la dermatitis atópica se puede presentar a cualquier edad, la infancia es donde se da una mayor frecuencia. Las localizaciones más específicas son: - Cara Cuello Muñecas Ingles Rodilla Codo Tobillos En lactantes, aparecen las lesiones hacia los 5 meses de vida. La localización más habitual es la cara, respetando las zonas de alrededor de los ojos, la nariz y la boca. Las lesiones suelen ser pápulas o placas eritematosas y edematosas, muchas veces con erosiones, exudación y costras. El prurito o picor es un síntoma constante. El riesgo de aparición de asma es mayor en esta fase. En la edad infantil, de los 2 a los 12 años, es más fácil ver vesículas. Puede ocurrir una remisión espontánea en algunos casos. Las lesiones son vesiculosas, muy pruriginosas, que se convierten en erosiones, con exudación y formación de costras y, posteriormente, en lesiones cutáneas crónicas con liquenificación, sequedad y lesiones por rascado. Afecta a zonas de flexión, en especial a los codos y las rodillas, y en la zona de alrededor de la boca y los ojos. En cuanto a los adultos, las lesiones son papulares-eczematosas. Las lesiones son con picor intenso y con los efectos del rascado. La distribución es en la nuca, el dorso de las manos y los pies, la cara de flexión de las muñecas y las zonas de extensión de las piernas. www.heel.es Causas Un defecto en la función de barrera de la piel parece subyacer en la dermatitis atópica y permite que irritantes y sustancias que provocan alergias penetren en la piel y, por lo tanto, se produzca anormalidad en la respuesta inmunológica normal. La dermatitis atópica, así como el asma y la fiebre del heno, tiene un carácter hereditario y se expresa con un tipo determinado en cada familia. Aproximadamente, una tercera parte de los niños con dermatitis atópica también pueden desarrollar asma y/o fiebre del heno. Hay que destacar que en la dermatitis atópica hay una predisposición genética que influye sobre la hidratación de la piel y el equilibrio de la capa lipídica, de forma que estos pacientes tienden a tener una sequedad excesiva en la piel y una pérdida de las funciones protectoras del manto ácido. Los factores ambientales que desencadenan eccema atópico incluyen jabones, detergentes y algunos tipos de alimentos, como la leche de vaca, huevos, cacahuetes, nueces, trigo, soja y pescado. Fdo.: Dr. Julián Carvajal Gómez (Medical Science Liaison de Laboratorios HEEL España) Medicina Biorreguladora para el tratamiento de la dermatitis atópica Para el tratamiento eficaz de la dermatitis atópica de leve a moderada, existe un producto sanitario que podría englobarse dentro del concepto de Biorregulación. Este producto constituye un tratamiento eficaz y sin corticoides, compuesto por ingredientes naturales, que aborda todos los síntomas clínicos más importantes de la Dermatitis atópica, que son: - Prurito Inflamación Xerosis (sequedad) Además, debido a sus ingredientes activos: ectoína, extracto de corteza de avellano y crema lamelar, el producto sanitario ayuda a suavizar, hidratar y proteger la piel y refuerza la resistencia de la piel frente a los factores desencadenantes de la dermatitis atópica. Por otro lado, y gracias a sus propiedades estabilizadoras y protectoras de la barrera cutánea, se puede utilizar para la prevención de nuevos brotes. Es un producto bien tolerado y apto para su uso en niños; de fácil aplicación y rápida absorción; sin conservantes ni colorantes; sin perfumes ni aceites minerales. Se recomienda aplicar, principalmente, en las localizaciones y lesiones frecuentemente afectadas por la dermatitis atópica de leve a moderada: cara, cuello, muñecas, ingles, flexura de rodilla, flexura de codo, cara anterior de las piernas o tobillos. www.heel.es