Download Texto clase 2 - Municipalidad de General Pueyrredon

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Escuela de Seguridad Local. Formación Inicial de la Policía de Prevención local de General Pueyrredon Plan de Formación Complementario Universidad Nacional de Mar del Plata Facultad de Derecho Curso de Historia de la ciudad: Historia contemporánea de la Ciudad de Mar del Plata CLASE N° 2 La ciudad balnearia, 1920‐1930 TEXTOS de ANÁLISIS 1‐ TORRE, Juan Carlo y PASTORIZA, Elisa, “Mar del Plata, un sueño de los argentinos”., en: DEVOTO, F. y MADERO, M. Historia de la Vida Privada en Argentina, Tomo 3, Ed. Taurus, pp. 49‐77 En las etapas tempranas de la evolución de Mar del Plata el proceso que puso en movimiento las transformaciones de su población veraniega tuvo un carácter largamente espontáneo y se expresó sobre todo desde el lado de la demanda. Mar del Plata habría de experimentar una modificación paulatina en su naturaleza: lo que empezara siendo un proceso molecular, fruto de un sinnúmero de decisiones individuales, se fue transformando también en la obra de una política deliberada de promoción y aliento. La primera manifestación de este cambio tuvo lugar en 1920. Hasta poco tiempo antes, la administración de los negocios de la ciudad estaba en manos de comisionados designados directamente por el gobernador de la provincia o por intendentes electos en comicios viciados por las prácticas fraudulentas de la política criolla. La gestión de unos y otros consultaba muy de cerca las necesidades y aspiraciones de la elite veraneante. La reforma electoral de 1912, con el voto secreto y obligatorio, y sus posteriores consecuencias sobre el sistema político alteraron ese estado de cosas. El triunfo de Hipólito Yrigoyen en las elecciones presidenciales de 1916 no sería, en efecto, el único desenlace inesperado de la reforma institucional diseñada por las clases dirigentes con el propósito de incorporar en forma gradual y subordinada a las expresiones políticas de los nuevos sectores sociales. En 1920, aprovechando una división dentro del radicalismo, los socialistas se alzaron con la victoria en los comicios municipales de Mar del Plata. La sobriedad de esta evaluación a la distancia del triunfo socialista estuvo ausente de las reacciones predominantes en la época. Entonces, una inquietud generalizada ganó a figuras conspicuas de la elite veraneante y a fuertes propietarios de la zona, ante la posibilidad de que las nuevas autoridades, “en su inquina al burgués”, desmantelaran su obra de años 1 . Y en el mismo 1920 crearon la Comisión Pro‐Mar del Plata, que funcionó como una suerte de contra‐
poder de la vida política del municipio, en una relación de hostilidad apenas encubierta con la administración socialista. Esos recelos no estaban del todo justificados. Para saberlo, ese mundo social a la defensiva hubiera necesitado de una perspectiva que las novedades que se sucedían sin tregua en la otrora villa balnearia hacían difícil alcanzar. Con el ascenso de los socialistas en la Intendencia, el centro de gravedad de las actividades de la comuna se desplazó hacia los intereses de los residentes locales. Ello no implicó que la atención dedicada al balneario disminuyera. Porque, según razonaba el periódico dirigido por Bronzini, “la vida económica de esta ciudad descansa en gran parte en la industria del veraneo. El comercio, los industriales y los mismos obreros tienen sus conveniencias vinculadas a la suerte de la temporada. Si vienen muchos turistas y se edifica, movilízase entonces la gran población permanente, compuesta por albañiles, carpinteros, cloaquistas, plomeros, etc.etc. Y el comercio nutre su caja de lo que el pueblo le compre” 2 . Este argumento conducía a una conclusión previsible: la expansión del balneario. En 1925 la intendencia puso en marcha la Comisión de Propaganda y le asignó la tarea de desvirtuar “un viejo prejuicio que alienta todavía mucha gente según el cual no puede llegar a estas playas sino la parte más rica y afortunada de los demás vecindarios del país” 3 . Con ese objetivo, la comisión lanzó una campaña a favor de trenes de segunda clase entre Buenos Aires y Mar del Plata y exhortó a los hoteles y pensiones para que redujeran sus precios. Se insinuaba, así, por primera vez, la idea de que “el Biarritz argentino” debía hacerse accesible, para permitir que “personas de condición modesta y el propio pueblo trabajador” pudiesen pasar sus vacaciones junto al mar. La gestión socialista se prolongó entre 1920 y 1929. Una parte importante de sus iniciativas atendió a las condiciones de vida de los trabajadores de la ciudad a través del subsidio a los alimentos, el aumento de los gastos en educación y salud y medidas de protección social. Aquellas que se ocuparon de Mar del Plata como centro de veraneo incluyeron, además de las labores de propaganda, las obras de embellecimiento del Balneario La Perla, ya por entonces el preferido de la población permanente, la licitación de un balneario público municipal, que anticipó la inauguración de la Playa Popular en 1930, la pavimentación de la franja costera desde Parque Camet hasta Punta Mogotes. La busca de fondos para financiar estas diversas iniciativas no fue empresa sencilla, generó enfrentamientos y conflictos y estuvo en el origen de la crisis institucional que precipitó el fin del ciclo socialista. Un ejemplo: en 1924, el intento de gravar fuertemente a los casinos y el hipódromo no tuvo éxito; luego de un litigio judicial iniciado por los capitalistas afectados, la comuna fue forzada a devolver las sumas recaudadas. De todos modos, en los primeros años de la década las finanzas municipales lograron estar en equilibrio, a pesar de la estrechez de los recursos y las demandas crecientes de obras y servicios que ponía la próspera evolución del balneario. Las cuentas públicas cambiaron de signo en 1927. Al año siguiente, el fracaso de la temporada amplió la brecha entre gastos y recursos pero con un costo político adicional para la administración socialista. La menor afluencia de veraneantes respondió a la decisión del gobernador bonaerense de prohibir el juego en todo el distrito. Su propósito, aplacar las presiones que desde el Congreso Nacional ejercía el líder del Partido Socialista, Juan B. Justo, reclamando la intervención a la provincia. La pérdida de una de las principales atracciones de Mar del Plata y sus efectos provocaron el malestar de los comerciantes y empresarios de la ciudad y éste encontró eco entre los concejales conservadores y radicales. En 1929, a raíz de una controversia por el cobro de impuestos, hicieron juicio al intendente Bronzini y consiguieron, al final, que fuera la provincia la que interviniera a la comuna socialista. La terminación abrupta de la experiencia socialista no habría de interrumpir el curso de la política de apertura del antiguo balneario aristocrático. En 1928, los grandes contribuyentes locales –dueños de comercios, empresarios de la construcción, hacendados‐ junto a políticos radicales y socialistas fundaron la Asociación de Propaganda y Fomento de Mar del Plata, destinada a tener una gravitación decisiva en los años por venir. La consigna bajo la que colocaron sus actividades, “Por la Democratización del Balneario”, fue contundente y expresiva de los nuevos tiempos. Con ese objetivo, la Asociación buscó coordinar a todas las fuerzas económicas interesadas en el progreso del lugar de veraneo. Fruto de este empeño fue la acción conjunta del Ferrocarril del Sud y la Asociación de Hoteleros para la promoción y venta de un sistema abierto denominado boletos combinados, a precios más accesibles, por un período menor de estadía y en hoteles más modestos. También contribuyó a la diversificación de la oferta de alojamientos. Al lado de la hotelería tradicional, célebre por su lujo y representada por los hoteles Bristol, Grand Hotel, Saint James, Royal, Centenario, surgieron varias otras categorías de hoteles, hasta seis, y proliferó un tipo de hospedaje veraniego más barato, las pensiones. A su vez, los medios de transporte hacia la costa se incrementaron a partir de 1934, cuando comienzan a circular las primeras líneas de colectivos desde Buenos Aires y La Plata. Estas y otras medidas de los poderes públicos, como la reapertura de los casinos en 1932, atrajeron nuevos visitantes a la ciudad balnearia, intensificando los cambios que tenían lugar en su paisaje social. Ya en la última parte de la década del veinte pudo observarse, efectivamente, cómo algunos miembros de la elite veraneante iniciaban el éxodo hacia el sur, instalándose en Playa Chica y Playa Grande, más allá del Cabo Corrientes. Entre estos pioneros se contaba Marcelo T. de Alvear, quien convirtió a “Villa Regina”, la residencia que mandó construir para su esposa, en la avanzada de la nueva zona selecta de Mar del Plata. Entrando a los años treinta, esa forzada mudanza, “para evitar la pleamar de las multitudes que se vuelcan en los tramos centrales” 4 , según explicaba un cronista, cobraría mayor ímpetu. De allí en más, en el registro de bañistas que alquilaban sus carpas en la Playa Bristol empezaron a aparecer apellidos muy diferentes a los que figuraban entre los socios del Club Mar del Plata, en las Notas Sociales de La Nación y en las Guías Sociales que oficiaban de voceros informales de la alta sociedad durante la temporada veraniega 5 . El golpe militar que derrocó a Yrigoyen en 1930 puso fin a la feliz coincidencia entre una sociedad próspera y móvil y un orden político democrático. En adelante, la política y la sociedad marcharon por senderos diferentes. El de la política fue claramente regresivo, con el retorno de los conservadores al gobierno, la vuelta del fraude electoral, los escándalos políticos, el auge de minorías autoritarias. En cambio, el sendero a lo largo del cual se desenvolvió la sociedad tuvo otro signo. La causa, las innovaciones en la política económica con que los nuevos ocupantes del poder hicieron frente al impacto de la crisis mundial de 1929. Bajo los efectos del activismo estatal, la protección al mercado interno, el estímulo a la obra pública, la Argentina agropecuaria empezó a ser, a mediados de la década, una Argentina más industrial y más urbana. BARTOLUCCI Mónica y PASTORIZA. Recuerdos en común, Italianos en Argentina 1880‐1960, Sant’ Ángelo in Vado – Mar del Plata,; Ediciones Suarez; MdP; 2006. La inmigración en Mar del Plata. Aunque la ciudad de Buenos Aires fue uno de los lugares de destino principales durante este período, Mar del Plata a la hora de elección de un lugar de residencia, fue un punto de privilegio en la mira de los “recién llegados”. Así, el crecimiento de los extranjeros radicados en Mar del Plata fue una constate de modo que pasó de un24% en 1881 a tener un 47% en 1914, superando a la ciudad de La Plata (37%) y acercándose a la Capital Federal (49,3%). Esta situación nos lleva a afirmar que la inmigración jugó un rol fundamental en el propio crecimiento poblacional de la ciudad y en el Partido de General Pueyrredon, ocupando aproximadamente el 50% al iniciar los años veinte. De esta forma, hacia 1914, cinco de cada diez pobladores habían nacido en el extranjero, principalmente en España o Italia (también en menor medida en Francia, Inglaterra, Suiza o Alemania). Esta fuerte presencia extranjera fue disminuyendo con los años al el movimiento migratorio: para 1947 la ciudad contaba con 123.000 habitantes, de los cuales 26.070 eran extranjeros; mientras que en 1960 el número de habitantes ascendía a 224.824, siendo 40.270 los extranjeros. 6 6
III Censo Nacional de Población, 1914, T. II, IV Censo Nacional de Población, Tomo I,
Publicación de la Dirección Nacional del Servicio Estadístico - Bs. As., A.G.N.; y, Censo
Nacional de Población 1960, Tomo III, Dirección Nacional de Estadística y Censos, A.G.N. Los
datos extraídos de los Censos de Población se refieren al Partido de Gral. Pueyrredon y no a la
ciudad de Mar del Plata únicamente.
Cuadro 1. Población del Partido de General Pueyrredon Año Población total Extranjeros Porcentaje de extranjeros sobre el total de la población 1895 8.175 3.220
40%
1914 32.940 15.495
47%
1947 123.811 26.070
21%
1960 224.824 40.270
18%
Fuentes: Censos Nacionales de 1895, 1914, 1947 y 1960. Cantidad y porcentaje de italianos sobre el total de la población 1.288 ‐ 15% 5.929 – 18% S/d S/d Dentro de ese mundo de individuos no nativos establecidos en la ciudad de Mar del Plata, uno de los grupos migratorios étnicos más importantes fue el de los italianos que, con el avance del siglo se incrementó y acercó en número, a los españoles, quienes eran mayoritarios en las primeras décadas del siglo, Entre 1880 y 1914 la inmigración italiana entrará en un ritmo de crecimiento de mayor aceleración. Esta primera fase se caracterizó por la llegada de hombres solos, siendo levemente mayor el índice de masculinidad entre los italianos por sobre otros grupos étnicos, descendiendo este índice en la etapa siguiente, ya que a partir de 1895 se percibe la entrada de hombres casados con sus familias. Las edades que tenían al momento de llegar oscilaron entre 21 y 40 años Otro aspecto interesante a tener en cuenta fue que estos grupos se inclinaron progresivamente a ocupar la ciudad de Mar del Plata, advirtiéndose para 1914 que el 76% de los inmigrantes ocupaban las áreas urbanas. Cuadro 2: La población de Mar del Plata por nacionalidad 1881 1890 1895 1914 ORIGENES V M V M V M V M Argentinos 1.650 1.386 2.574 2.491 2.571 2.384 8.632 8.81
Americanos 36 5 27 19 13 7 91 83
Orientales 19 3 45 28 44 14 168 129
Alemanes 16 6 21 9 23 18 22 27
Austriacos 3 ‐ 22 6 25 11 56 20
Españoles 312 109 911 491 741 470 4.890 2.76
Franceses 134 48 440 181 239 168 331 235
Ingleses 27 11 41 33 33 17 38 11
Italianos 196 50 861 342 883 405 3.904 2.02
Suizos 9 6 46 16 43 25 33 18
O/europeos 4 ‐ 24 8 23 18 214 50
Otros ‐ ‐ 1 1 ‐ ‐ 318 68
Extranjeros 756 238 2.439 1.135 2.067 1.153 10.065 5.43
Totales 2.406 1.624 5.013 3.626 5.638 3.537 18.697 14.2
Total gral. 4.030 8.639 8.175 32.940 Fuente: M.A. Irigoin. “La población, los habitantes y la trama social urbana”, en AA.VV. Mar del Plata, una historia urbana (1990: 56). Consignas. 1. Cuáles fueron las principales construcciones de la Villa Balnearia? 2. Qué características adoptó la sociabilidad en la Villa Balnearia? 3. Identifique las acciones del gobierno municipal que contribuyeron a la transformación urbana de Mar del Plata. 4. ¿Cuál fue el más destacado líder socialista local? 5. ¿Por qué cambia el espacio de encuentro de la elite veraneante? ¿Hacia dónde migraron y qué buscaban con el cambio? 6. Cuáles fueron las principales corrientes migratorias a la ciudad?