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EL CONTAGIO DE LA CIVILIZACIÓN
¿Porqué adquieren los animales silvestres enfermedades virales
de los animales domésticos?
PEDRO MEDELLÍN MILÁN
Profesor Investigador de la UASLP
Publicado en Pulso, Diario de San Luis
Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 26 de agosto de 1999
San Luis Potosí, México.
URL: http://ambiental.uaslp.mx/docs/PMM-AP990826.pdf
LOS "VIRUSES BURDOS PERO MORTALES"
No es común pensar en los animales domésticos como causantes de un impacto
ambiental indeseable o de gran magnitud. Esta puede ser una idea engañosa, que
puede dar para muchas reflexiones, estudios y acciones preventivas o correctivas
concretas. No pretendo cubrir esto ahora, sino informarles de un artículo sobre el
tema aparecido en el número de marzo/abril de la revista The Sciences de la
Academia de Ciencias de Nueva York. El artículo, cuya autora es Cynthia Mills,
revela cómo "una pandilla de viruses burdos pero mortales, provenientes de los
animales domésticos, está matando especies silvestres en todo el mundo".
LEONES ENFERMOS MATÁNDOSE ENTRE SÍ
Melody E. Roelke Parker fue enviada a África por una fundación Suiza para instalar
servicios veterinarios en los parques nacionales de Tanzania. Al poco tiempo,
recibió una señal de alarma sobre un efecto extraño entre un grupo de leones. Estos
se estaban matando entre sí sin una razón aparente. Antes de morir, los leones
asumían un comportamiento extraño que hacía que otro león de su misma manada
los atacara. El león atacado no tenía capacidad para defenderse y moría. Una
indagación de lo que ocurría reveló que ese era el sexto año de una plaga de
proporciones globales. Se estimaba que entre enero y octubre de 1994 habían
muerto más de la tercera parte de los leones del Serengueti y de los Planos de
Masai Mara de una enfermedad que no correspondía a su especie y que por lo tanto
no debían tener: el moquillo canino. Hienas y zorras orejas de murciélago también
habían muerto de esta enfermedad y tal vez perros silvestres. Unos años antes,
murieron focas, delfines y marsopas, desde Rusia hasta el Golfo de México, todos
por un brote de un virus del mismo genus morbillivirus.
¡VACUNA LOS LEONES DE LA PRADERA O LAS FOCAS DEL PACÍFICO!
El morbillivirus de los leones, hienas, zorras, focas, delfines y porpoises vino de los
animales domésticos, dice la autora. Pero mientras los veterinarios tratan (por
ejemplo vacunan) los animales domesticados, más por razones económicas que por
compasión, ellos no tratan animales silvestres. Siempre se ha partido de que los
animales silvestres viven y mueren en forma natural y que los científicos sólo los
observan. Además, los animales silvestres no se prestan al control que se requiere
para vacunar, sobre todo en el mar. Por otro lado, las condiciones que hacen surgir
estas epizootias (epidemias en animales) no son nada naturales: contagio por
animales domesticados, contaminación, sobreexplotación de la pesca, deterioro del
hábitat.
DE ASIA A LAS VACAS EUROPEAS Y DE AHÍ A TODA ÁFRICA
En 1762 se fundó la primera escuela veterinaria en Lyons, Francia, para hacer
frente a un ataque de un morbillivirus fulminante al ganado. El virus habría venido
de Asia del sur a través del comercio y las guerras y la primera vacuna efectiva se
desarrolló hasta 1930, erradicando la enfermedad de Europa. Pero para entonces el
virus había infectado a una gran variedad de animales silvestres que nadie,
obviamente, cuidaba. En sólo diez años el virus había cubierto 3,500 millas a través
de todo Africa, afectando a toda la fauna silvestre. Se tuvieron que tomar medidas
drásticas, tales como construir enormes cercas y disparar a los animales que se
acercaban a menos de 25 millas de la cerca, para prevenir la migración.
LOS ÚLTIMOS EPISODIOS
En 1987, varios miles de focas murieron en Siberia. Las víctimas, que vivían del
lago Baikal, murieron con diarrea, inflamación ocular y parálisis. Los cazadores de
focas tenían perros que no eran vacunados y que transmitieron el virus del
moquillo canino a las focas (también se ha pensado que si los perros de vacunan y
gracias a esto proliferan, pondrían asímismo en peligro a la vida silvestre). En
1988, ocurrió un episodio de mayores proporciones. Inició en las costas de
Dinamarca y se amplió a las de Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Al cabo de un
año habían muerto unas 18,000 focas, y los estudios revelaron que se trataba de un
morbillivirus cercano al del moquillo canino, pero diferente. El virólogo Albert
Osterhaus lo llamó virus del moquillo focino. Otros episodios similares ocurrieron
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con delfines en las costas de Estados Unidos, marsopas en Irlanda del Norte y
delfines en Cataluña (1990) y en las costas de Turquía.
LA CAUSA: EL IMPACTO AMBIENTAL DE LA ACTIVIDAD HUMANA
Los científicos, están convencidos de que este no es un fenómeno natural como
muchos otros que ocurren para mantener control de las poblaciones silvestres, sino
que se deben a efectos causados por el hombre, tales como el cambio climático y el
correspondiente desplazamiento de las corrientes marinas, la sobreexplotación de
la vida marina y la contaminación. Aunque la autora discute algunos detalles de
estas propuestas, sería muy largo enumerarlas y comentarlas. Me sorprendió, sin
embargo, que ella reconoce errores como la introducción de especies exóticas en
habitats silvestres, pero sólo insta a acciones directas de cuidado de la vida
silvestre, pero no prevé la necesidad de evitar el daño ambiental para que la vida
silvestre retome sus cauces. Tal vez la única posibilidad de evitar estos fenómenos
sea la prevención en la generación de sustancias tóxicas y un mejor manejo de los
aprovechamientos pesqueros.
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