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LA CLASE DE LOS
EXPERIMENTOS
LA DIGESTIÓN
La comida y los nutrientes:
Nuestro cuerpo necesita que lo alimentemos para poder vivir.
Cuando nacemos somos pequeñitos y mira ahora qué grandes
nos estamos haciendo. ¡Y todavía vamos a crecer mucho más!
¿Y cómo se hace para “fabricar” los huesos más largos, la
carne, los músculos, los dientes que nos salen, el pelo …?
Pues eso lo haces TÚ .
Y claro, esto es como todo: para que algo nos salga bien hay que hacerlo con cuidado, cariño y
buenos materiales. Por eso es tan importante que te alimentes bien y sano. Porque lo que
comes es lo que utiliza tu cuerpo para tener energía, crecer y hacerse así de grande y sano.
Pero….
Si yo me como un bocadillo de jamón con aceitito de oliva ….
¿Cómo hace mi cuerpo para
transformarlo en energía, huesos, carne y todo lo demás?.
⇒
COMIDA
NUTRIENTES
¡Pues ahí es donde interviene la digestión!
Todo empieza en la boca:
Vamos a hacer una prueba: Coge dos caramelos (¡ehhhhh, no te los comas!).
- Pon un caramelo entero en un vaso con un poco de agua
- Rompe el otro caramelo en trocitos pequeños y ponlo también en otro vaso con agua
¿Que pasa?, ¿cuál de los dos se disuelve antes? , ¿con cual
de los dos conseguirá antes nuestro cuerpo el azúcar
(glúcidos) que tienen los caramelos?
¡Muy bien!
Es muy importante masticar bien la comida porque aquí es donde comenzamos a realizar la
digestión.
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¡La saliva es asquerosa!:
Bueno… como todo: según cómo lo mires
Cuando los alimentos llegan al estómago y a los intestinos, tienen que “atravesar” la pared de
éstos para pasar a la sangre y que ésta reparta los nutrientes por todo el cuerpo.
: normalmente los nutrientes están formados por
Pero hay un problema
moléculas muy grandes que no pueden “atravesar” el estómago y llegar a la sangre.
Por ejemplo: el almidón es un hidrato de carbono
presente en muchos alimentos de origen vegetal y
que nuestro cuerpo utiliza para obtener energía.
Podemos saber si un alimento tiene almidón añadiéndole una
disolución de yodo. Se produce la reacción :
Almidón + Yodo ---- Complejo yodo-almidón (azul muy oscuro)
¿A que te suena?
Pero las moléculas de almidón son muy grandes y no pueden atravesar el estómago. ¡Y aquí es
dónde interviene la saliva ¡
Vamos a simular nuestro estómago.
Pon sobre un vaso un embudo con un papel de filtro
(ésta será la pared de nuestro estómago).
- Ahora prepara dos vasos y mezcla en cada uno agua con un
poco de harina de maiz (almidón)
- Echa uno de los vasos a tu “estómago” (fíltralo)
¿Qué ocurre?
La harina (el almidón) no atraviesa el papel de filtro: nuestro estómago no lo absorbe
Como somos científicos vamos a comprobar que ésto es así:
- Añade unas gotas de yodo (puedes utilizar Betadine en casa) al primer vaso con harina, al
agua que has obtenido al filtrar el otro vaso y al filtro que tienes en el embudo.
- ¿Qué se ha puesto muy oscuro?
- ¿Dónde está el almidón?.
- ¡Se ha quedado en las “paredes del estómago”!
¡Pues tenemos un problema porque nuestro cuerpo necesita los hidratos de
carbono para obtener energía!
Algo ha debido fallar en nuestro experimento.
Pensemos un poco….
Hemos puesto el estómago, la harina… lo único que no hemos hecho ha sido masticarla, pero…
¡si estaba muy finita!
- Vamos a hacer otra prueba:
Toma dos vasos y ponles un poquito de harina de maiz a cada uno.
Ahora añade a uno un poquito de agua y al otro….. ¡un poco de saliva!
Mezcla, espera un poquito y pon en cada vaso unas gotas de yodo para ver
cuánto almidón tienen.
- ¿Qué ha pasado ahora?
¡El vaso de la saliva no se pone oscuro!, ¡pero si tenía
almidón!
2
La saliva tiene unas enzimas que se llaman amilasas y rompen el
almidón en trocitos de azúcares más pequeños. ¡Así ya pueden
pasar del estómago a la sangre y llegar a todas partes del
cuerpo para que tengamos energía!
En nuestro sistema digestivo hay
muchos
tipos
de
enzimas
diferentes para “romper” las
sustancias grandes en otras más pequeñas y que las podamos
asimilar .
¡Tenemos un cuerpo que es capaz de hacer todo!
Ahora: ¡a por las proteínas!:
Sabemos que la carne, el pescado, los huevos, las legumbres, los lácteos...
tienen proteínas que nuestro cuerpo utiliza para crecer y formar esos
supermúsculos que nos hacen tan fuertes.
Pero las proteínas también son unas moléculas muy grandes y retorcidas,
así que otra vez el sistema digestivo tiene que hacer algo para que
puedan llegar a la sangre:
- Primero el ácido clorhídrico que hay en los jugos gástricos de
nuestro estómago las “desenroscan” (desnaturaliza)
- Luego otras enzimas parecidas a las que había en la saliva las
“rompen” en trocitos más pequeños y ya sí que se pueden asimilar a
través del estómago y el intestino.
¿Quieres desnaturalizar proteínas tú?.
¡Es muy fácil!, vamos a hacer lo mismo que nuestro estómago:
echarle ácido
Ácido, ácido... ¡qué se te ocurre que pueda ser ácido?.
vinagre
limón. ¡Muy bien!
- Pon un poco de leche entera en un vaso
- Échale un poco de zumo de limón
- Remueve y deja que pase un ratito…
¿Qué ha pasado?
La leche se ha cuajado formando grumos. Esto es porque
el ácido del zumo de limón ha desnaturalizado las
moléculas de las proteínas de la leche. Ya no están tan
“retorcidas” y nuestro cuerpo las podrá digerir mejor.
Si quieres, puedes filtar la parte sólida que has obtenido con un trapito limpio, lo aprietas bien
para que no quede nada de líquido y… ¡tachán…! Ya tienes un rico requesón que puedes comer
con un poco de azúcar o miel para quitarle la acidez del limón
3
¿Y las grasas?:
¡Nooooo, eso no hay que comer!...
¡Pues sí!: nuestro cuerpo también necesita grasa para obtener
energía. Eso sí, hay que comer las justas para que no se nos
almacenen demasiado…
El problema es que los lípidos (o las grasas) no se mezclan bien con el
agua, así que aquí también tiene que intervenir la digestión: el hígado
fabrica un líquido amarillo-verdoso que se llama bilis y que, al mezclarse con las grasas, las
“rompe” en bolitas pequeñas que son más fáciles de digerir.
¿Quieres verlo?:
- Pon en dos vasos un poco de agua y un poco de aceite y
observa.
El aceite no se mezcla con el agua, sino que flota encima
- Ahora, como no tenemos bilis a mano, vamos a echar en uno de los
vasos un poco de jabón de lavavajillas, que actúa de la misma forma
que la bilis en nuestro cuerpo.
- Agita los dos vasos y observa lo que ocurre.
- Ahora prepara dos “estómagos” como hicimos en el experimento
del almidón, con dos papeles de filtro o pañuelos de papel y vierte
cada vaso en un “estómago”.
¿Qué ha pasado?:
- En el primer vaso (sin “bilis), sólo ha pasado el agua y la grasa se
ha quedado sin filtrar.
- En el segundo vaso, la “bilis” se ha emulsionado con el aceite y ha
formado bolitas pequeñas que sí que han podido atravesar el filtroestómago
¿Has visto cuántas cosas es capaz de hacer nuestro cuerpo?
¡Es maravilloso!.
Pero para que todo funcione bien,
es muy importante que lo
cuidemos
y
alimentemos
correctamente.
Porque al fin y al cabo:
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