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ÓPERA
ENTRE
AMIGOS
¿QUÉ ES LA MÚSICA?
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Uno es aficionado a buscar en el diccionario de la RAE
lo que significan las palabras, esperando luz de nuestros
eruditos. La acepción cuarta de la palabra música, de
las trece que incluye, dice que es melodía, ritmo y
armonía combinados, y la séptima que es el arte de
combinar los sonidos de suerte que produzcan deleite
y conmueva la sensibilidad, ya sea alegre o tristemente.
El oído es el primero de los sentidos en desarrollarse.
Antes de nacer ya escuchamos el sonido rítmico y
relajante del corazón de nuestra madre y nos
sobresaltamos cuando nos llegan sonidos bruscos del
exterior. Y hasta hay quien dice que disfrutamos con la
música de Mozart. Meses después, cuando nacemos,
descubrimos otras sensaciones como la luz, los olores
y sabores, el frío y el calor… pero la primera ha sido la
música.
Para dormir a un niño el instinto nos lleva a mecerle.
De nuevo el ritmo. Y también a cantarle canciones de
cuna, un género musical que existe en todas las
civilizaciones conocidas y que es muy parecido en todas
ellas. Del latido de la madre a la canción de cuna. Todo
esto es música.
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¿POR QUÉ NOS GUSTA
UNA MÚSICA
Y NO OTRA?
Siguiendo el curso de la vida, cuando cumplimos unos
años la música la “elegimos” nosotros. Nuestra
generación de jubilados somos de los Beatles y de
Elvis, nos entusiasmaba su música, a la vez que, en
general, desagradaba a nuestros padres, que no veían
sino gritos y ruidos donde nosotros encontrábamos
ritmos y melodías que nos emocionaban. Años más
tarde hemos visto lo mismo, haciendo nosotros el papel
de padres y sufridores.
Esta vivencia tan común nos lleva a una conclusión:
la música que escuchamos cuando somos
adolescentes, con la que nos emocionamos y nos
enamoramos, deja una huella que nos va a acompañar
toda la vida, que forma parte de nosotros, de nuestro
bagaje cultural y emotivo. Y ya en esta primera etapa
distinguimos claramente dos planos en la música que
nos gusta: el melódico y el rítmico.
VOLANDO
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Esta vivencia tan común nos lleva a una conclusión: la música
que escuchamos cuando somos adolescentes, con la que
nos emocionamos y nos enamoramos, deja una huella que
nos va a acompañar toda la vida, que forma parte de nosotros,
de nuestro bagaje cultural y emotivo. Y ya en esta primera
etapa distinguimos claramente dos planos en la música que
nos gusta: el melódico y el rítmico.
LA MÚSICA CLÁSICA
Esto es lo que ocurre con la música pop, que cada generación
se la queda como una impronta juvenil y, muchas veces, es
la única música de la que va a disfrutar una persona a lo
largo de su vida. Y está muy bien. Pero hay otra música, la
que solemos llamar clásica, que forma parte de los gustos de
algunos de los humanos, con independencia de su fecha de
nacimiento. Es una música más compleja y que, a veces,
tiene unas barreras de entrada que exigen un cierto esfuerzo
de aprendizaje.
Estas acciones de aprendizaje se suelen llamar actividades
de apreciación musical y en ellas tienen cabida cuestiones
como la evolución musical con el tiempo, las características
de cada época o compositor y, también, las motivaciones o
estados de ánimo que llevaron a un compositor a escribir
alguna de sus obras. Otra cuestión, de mayor importancia,
es conocer los esquemas habituales que subyacen, por
ejemplo, en una sinfonía, con un tema principal que se
desarrolla y transforma a lo largo de sus usuales cuatro
tiempos. O la forma sonata con sus tres tiempos.
Otro aspecto muy interesante es desarrollar la capacidad para
distinguir los distintos planos o esquemas al escuchar una
obra. Hemos hecho referencia al plano de la melodía y al del
acompañamiento, los más sencillos y fáciles de distinguir. Un
profesional experto puede llegar a distinguir al escuchar un
pasaje hasta seis planos diferentes, aunque la gran mayoría
de los aficionados llegan a tres o, todo lo más, a cuatro. Un
plano puede ser desde un simple acompañamiento rítmico
hasta un leitmotiv sutil y desdibujado, como ocurre en la
tetralogía wagneriana del Anillo de los Nibelungos.
PROXIMA REUNION
Será el martes día 5 de abril y se confirmará el contenido de
la charla y el lugar y hora de la celebración a los interesados
por la vía habitual.
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