Download Monografias : Ambito de accion de la psicologia forense o psicologia

Document related concepts
Transcript
Trabajo publicado en www.ilustrados.com
La mayor Comunidad de difusión del conocimiento
AMBITO DE ACCION DE LA
PSICOLOGIA FORENSE O
PSICOLOGIA JURIDICA
República Dominicana, Diciembre del 2007.
1
DOCUMENTO ELABORAD POR:
Lic. Roberto José Adames
Abogado Penalista
Posgraduado en DD. HH. Y DIH
Diplomado en Derecho Procesal Penal
Diplomado en Psicología Forense
Secretario General del Colegio Dominicano de Abogados
Seccional Constanza
Postulante a Doctorado
Lic. Marvin Melgar Ceballos
Ph.D en Psicosociales y Fiabilidad Territorial
Máster en Investigación de Operaciones
Máster en Desarrollo Comunitario
Consultor Interacción en Planificación Estratégica Territorial
Postulador de los Modelos de la Escuela de Planificación Orgánica Evolutiva
República Dominicana, Diciembre del 2007.
2
Índice general
Numeral
1
2
3
4
5
6
7
Titulo
Pagina
Introducción
4
Objetivos de la publicación
Pensamiento critico en la implementación de la
psicología forense
El aporte de la psicología forense en la aplicación
de la justicia
Marco conceptual
Marco de actuación y desarrollo del psicólogo
forense
Bibliografía
6
7
10
13
36
38
Índice de anexos
Anexo
1
2
3
Titulo
Informe técnico del peritaje sobre el caso de
violación del niño Fernando José Payano Victoriano
y del Imputado”
Infantofilia, Pedofilia, Hebefilia
Modelo básico de informe pericial de psiquiatría
forense
3
Pagina
43
108
117
1. Introducción
La cuestión de que el Psicólogo Forense resulte inusual o poco común, en la
República Dominicana, deviene del hecho de ignorar su ámbito de acción y la
enorme utilidad que en un momento dado de todo proceso, pueda tener esta
disciplina como auxiliar del derecho, o bien, del incipiente aparecimiento de
dicha materia en los escenarios nacionales.
De los problemas apuntados, resultan innúmeras imprecisiones, a la hora de
aplicar este saber, un tanto extraño al jurista, lo que provoca una situación en
la que no se encuentra una aplicación clara y definida, que nos sirva en las
situaciones concretas, a las que nos enfrentamos, tanto abogados como
psicólogos. Todo, por causa de no entender que el objeto de estudio de la
Psicología Forense en lo referente a los actores del proceso, es el mismo del
Derecho, aunque ambas disciplinas difieran en sus métodos.
Sin embargo, es innegable que, frente al desarrollo de las ciencias auxiliares
del derecho, resulta evidente advertir la necesidad ontológica de conocer, las
que mayores incidencias tienen en el derecho, debido a que comparten con
este el mismo objeto de estudio, como es el caso de la Psicología Forense;
ciencia que frente a los avances y descubrimientos del quehacer jurídico, social
y psicológico, ha tomado un rol protagónico en los escenarios que otrora
fueran exclusivos de otras disciplinas.
Al ponernos a tono con los avances de la Psicología Forense y su creciente
ámbito de acción, podremos estar en condiciones optimas, en lo atinente a
nuestra preparación intelectual, o en lo referente a solicitar en momentos
determinados del proceso, peritajes y acciones que vayan en consonancia con
los presupuestos jurídicos sobre los cuales centramos nuestro interés; ya que
de no ser así, nuestra participación en el proceso, ha de correr el riesgo de ser
mediocre o deficiente, lo que atentaría mas que contra los intereses que
representamos como abogados, contra los incólumes intereses que han de
normar nuestros mas elevados principios éticos.
La necesidad de auxiliarnos de la Psicología Forense, se justifica y convierte en
fundamental, cuando el jurista tiene de frente un informe que tiene que
valorar, valoración que se extiende desde la perspectiva del abogado, hasta la
determinación del rol que ha de cumplir el Psicólogo Forense, lo que de
ninguna forma podrá hacerse, sino de conformidad con la interactuación de
dos lenguajes técnicos: el del Jurista y el del Psicólogo Forense.
4
Sin embargo, pese a lo dicho, en nuestro país, al decir de Wilfredo Mora, “no
se ha considerado necesario el servicio del psicólogo forense1 (...)” lo que
atribuimos a la falta de conocimiento de los ámbitos y utilidades del profesional
de la psicología frente a los tribunales.
Por estas mismas razones, la bibliografía de Psicología Forense en la República
Dominicana es poco abundante, por no decir casi inexistente, hemos hecho
una investigación bibliográfica, que abarca además de la nacional e
internacional, algunos espacios cibernéticos destinados al conocimiento,
estudio y difusión de la referida ciencia; de manera que, hemos encontrado
textos, tanto nacionales como internacionales, de una socorrida reputación
científica,
que nos permiten delimitar nuestro trabajo, casi de manera
exclusiva, en base a las teorías enunciadas en dichos textos: Revistas,
artículos, libros y otros estudios.
Con todo lo dicho, es importante aclarar, que centramos nuestro trabajo con
una sola preocupación como norte: adaptar las teorías encontradas a nuestra
realidad jurídica, cultural y social y a veces contrastar las mismas con nuestra
latente realidad jurídica.
1
Wilfredo Mora
5
2. Objetivos de la publicación
La presente publicación busca consolidar el rol de la psicología forense y/o
jurídica en el marco profesional, institucional y del sistema legal de República
Dominicana, tratando de cumplir con los siguientes objetivos:
•
Definir las principales funciones del Psicólogo Forense.
•
Evaluar la importancia del Psicólogo Forense en el ámbito del derecho.
•
Delimitar el ámbito de acción del Psicólogo Forense
•
Esbozar la breve historia de la Psicología Jurídica.
•
Plantear la conveniencia de utilizar el Psicólogo Forense en las políticas de
atención y prevención de los conflictos.
•
Visualizar al Psicólogo Forense, como un profesional idóneo en la
participación de los métodos alternativos para la resolución de conflictos.
6
3. Pensamiento critico en la implementación de la psicología forense
Se trata de pensar en la práctica psicológica en este particular espacio que es
el forense. Paradójica forma de postular algo que encierra en sí mismo una
contradicción. Si de la práctica se trata pareciera que ésta es lo más alejado
que se presenta a la especulación intelectual, del pensamiento.
Pero para que la práctica no se constituya en una mera actuación, en una
manifestación compulsiva de impulsos, en un actuar sin dirección, en una
descarga casi catártica de las técnicas aprendidas, es necesario poder
encuadrarla y darle sostén desde algún marco teórico que, al tiempo que la
atraviese, permita ir armando algún modelo que se diferencie sustancialmente
del modelo estrictamente médico neopositivista y del hegemónico del derecho
positivo.
La práctica psicológica en sí misma se encuentra, en lo que hace al espacio
jurídico o forense, con más de un obstáculo.
Por un lado, uno de los inconvenientes que aparece es el hecho concreto de
que, tradicionalmente, en nuestros países del sur de Suramérica, la formación
académica ha priorizado la tradición clínica por sobre otras. Si bien esto puede
resultar un punto de dificultad también tiene un correlato que permite el
enriquecimiento del enfoque y de esta praxis.
Por otra parte, y en relación con lo anterior, otro inconveniente lo constituye el
hecho que el ámbito estrictamente forense no ha, aún, formalizado su saber en
un corpus teórico propio, por lo que la praxis necesita encontrar apoyatura en
una estructura del saber que, en su origen, no fuera armada para este fin. Por
cierto que hacer anclaje en la clínica alimenta esta práctica toda vez que
aquélla haga eje en el sujeto.
Por último resulta necesario hacer una advertencia sobre lo que significa la
intervención desde un ámbito en el que se procura administrar justicia, el
Poder Judicial. Resulta así imprescindible resaltar el efecto que tal Poder, el de
lo Judicial, impregna sobre los individuos que en él intervienen (1). La
pregunta que parece imponerse en este punto es cómo hacer para que la
participación del profesional de las disciplinas Psi no quede entrampada en los
vericuetos del Poder, que no se confunda su función ni se bastardee su
operatividad rescatando siempre las subjetividades en juego.
Interpelaciones entre el Derecho y la Psicología
Es necesario destacar que la Psicología no ha tenido un espacio claro y definido
en el edificio judicial por varias razones. Por un lado, mientras que el Derecho
7
reclama datos tangibles y comprobables, la Psicología, en particular el
Psicoanálisis, responde desde un saber conjetural. Y por otro lado la Psicología
ha mantenido su propio combate con la Medicina en general y con la
Psiquiatría en particular, ocupando parte de su tiempo y de su energía en ello.
Durante años el saber médico de la mirada, lo observable, resultó hegemónico
en el área de la salud mental y, por extensión, en el consenso socio - cultural,
toda vez que el discurso médico era el oficial en esta ámbito.
De todos modos el escuchar de las disciplinas Psi, aunque a menudo
desprestigiado y relegado a cierta marginalidad, iba ocupando un espacio.
Es así como, convocados como herederos del Oráculo, se nos tienta con un
lugar a condición de que develemos lo oculto, que demos pruebas positivas,
que indaguemos las verdades negadas, que nos ubiquemos en el lugar del
decodificador, -portador de los códigos,- para así decodificar aquello que
aparece como enigmático para el saber del derecho. No se advierte en ello que
en realidad de lo que se trata no es de poseer la tabla de los códigos que
supuestamente traducirían el jeroglífico del inconsciente sino de advertir que
cada sujeto posee una clave personal, única e irrepetible que sólo él podrá
descifrar, y, en todo caso, desde allí revisar cómo se articula ésta con el hecho
que se "investiga", en lo particular del cada uno.
De esta manera el Derecho tardó más de 70 años en descubrir que las
disciplinas Psi, en particular el Psicoanálisis, podían aportarle ciertos
conocimientos del comportamiento humano ligados a otro orden.
A decir verdad, tampoco los psicólogos estábamos preparados para esta
inserción que cuestiona nuestro saber y redimensiona nuestro poder.
En general la formación universitaria del psicólogo ha estado más ligada a la
orientación clínica y educacional que a la forense o jurídica. De allí que la
inserción del psicólogo en instituciones de este corte ha tenido más que ver
con una clara alternativa concreta de trabajo que con una opción vocacional.
Es por ello que se ha hecho necesario revisar las técnicas propias de la
Psicología, clásicamente clínica o experimental, tal que ésta sea adecuada a
requerimientos institucionales tan precisos. Interrogados en nuestro saber
debemos así interrogarnos en nuestras estrategias y abordajes.
Verdadero desafío en el que la tentación por apuntar a la salud,
implementando las técnicas aprendidas y las estrategias ya estudiadas y
probadas en otros terrenos, nos juegan más de una mala pasada en un lugar
en el que la salud es una categoría más dentro de una trama de polaridades
(sano - enfermo; insano - sano; imputable - inimputable; inocente - culpable).
8
Por cierto que otra tentación es la de hacer propias las particularidades del
derecho y así forzar a que las disciplinas Psi se conviertan en técnicas
"auxiliares" y positivas, que colaboren en la indagatoria judicial como una
herramienta "policíaca" que apunte, en todo caso a develar una verdad
diferente, la del expediente, y no ya la del inconsciente, la jurídica y no la
subjetiva, una verdad positiva, concreta y comprobable.
Nuestra inserción trae, por otra vía, una nueva dificultad y es que nuestra
disciplina es cuestionadora en la medida en que interroga. Así es como si bien
somos interpelados en nuestra práctica y en nuestro saber, desde éste, desde
el saber, cuestionamos el Poder de lo judicial. Juego de interrogaciones en el
que, corridos de una postura contestaría, termina haciéndose necesario armar
un corpus teórico - práctico específico.
Y qué es esto de interpelar al Poder - Saber del derecho?. Cuánto más fácil
parece adherir a escuelas psicológicas que, sintonizadas en la misma
frecuencia del discurso positivo, ofrecen todo su saber al sólo fin de darle
consistencia "científica". Paradoja en la que se legaliza el discurso del derecho
por medio de un decir psi-entífico al tiempo que éste aspira ahora a lograr otro
reconocimiento, otro brillo, otro lustre, en la medida en que, ya subsumido al
discurso del poder, se mira en el gran espejo del derecho.
En tanto insertos en el entramado del Poder Judicial la vacilación parece
plantearse entre dos espacios claramente definibles: el Lugar del Poder (Poder
Judicial) vs. el Lugar del Saber.
Al respecto observemos que me refiero al Poder con mayúscula, como lo hace
Legendre, para remarcar la exorbitancia de éste. ¿Qué es el Poder?. Es una
metáfora de puro interrogante, responde el jurista citado.
En el juego del Poder éste es el que silencia y exige que el saber se constituya
en su legitimante y su garante. Pretensión, desde el Poder, de establecer, en el
saber, cierta universalidad de conceptos (verdad, responsabilidad, culpabilidad,
peligrosidad) que, en la medida en que no nos posicionemos en nuestro saber,
nos hará trastabillar hacia la búsqueda y adhesión a criterios y mecánicas que
no nos son propias, al tiempo que nos ilusionará con el mito de la uniformidad
semántica según el cual sería posible que todos habláramos de lo mismo y de
la misma manera, facilitando así un engaño que nos protege de la diversidad,
perdiendo de vista que nuestros marcos epistemológicos son diversos y
diferentes. Traspié en el que ciertas corrientes psi, con pretensiones de
científicas, suelen caer regocijándose del "reconocimiento" que reciben del
amo, sin advertir, o sin importarles, que el precio es el de que su decir sólo se
ofrezca como aval de una alianza entre el saber y el Poder.
9
Desde otra perspectiva, posicionándonos en un saber que se reconozca como
no colmado, nos constituimos en cuestionadores cuestionados que, ante el
imaginario de la Institución, aparecemos como desafiando cierto saber - poder
constituido. La otra alternativa, de mucho mayor riesgo por cierto, es que
nuestro discurso aparezca subyugado por el del Poder dominante tal que
nuestro saber no aporte ninguna luz ante el enigma al que nos enfrentamos.
4. El aporte de la psicología forense en la aplicación de la justicia
Como actividad profesional la psicología se ha extendido, en las últimas tres
décadas, de una forma sorprendente aún para los más optimistas.
Encontramos a estos profesionales en las escuelas e institutos, en los centros
sanitarios y hospitalarios, en las instituciones penitenciarias y judiciales, en el
mundo del deporte, en el ámbito laboral, publicitario, etcétera. Los psicólogos
actúan contratados tanto por la Administración como en el ejercicio privado. La
psicología española es hoy una realidad consolidada y esto se refleja en su
diversificación profesional. Esta consolidación se ha dado en medio de los
grandes cambios sociales e institucionales que han acontecido en nuestra
sociedad. Y en estos años se han promulgado nuevas leyes que afectan a
numerosos campos de la actividad y vida cotidiana de los ciudadanos.
Conforme se han ido promulgando estas leyes han aumentado las necesidades
de ayuda y colaboración de una gran variedad de profesionales con los jueces,
los tribunales y la justicia en general. Desde las tradicionales leyes penales
hasta las modernas normas que regulan los derechos de los menores o de las
parejas homosexuales hay un abanico de normas que, directa o
indirectamente, requieren de la participación del psicólogo. En este contexto,
ha aparecido la figura del psicólogo forense. Como perito, asesor, colaborador
o experto, el psicólogo forense es un agente más del sistema de justicia.
Emplearemos, por razones de costumbre, únicamente un género para
referirnos a esta profesión no sin reconocer la importante presencia de
mujeres en esta profesión.
Asociamos la idea del forense a la del médico adscrito a la administración de
justicia que perita, informa y asesora al juez en temas de su especialidad y
también se asocia a los policías y criminólogos expertos en la detección,
análisis y valoración de pruebas judiciales incriminatorias. El psicólogo forense
se asimila, en cierto sentido, a ambas figuras, si bien restringe su actividad al
campo de las capacidades psicológicas, las motivaciones y actitudes, etcétera.
10
El psicólogo forense se encarga de analizar y valorar distintos aspectos de la
personalidad, la situación psicosocial, el nivel de estrés y los estados mentales
propios de las personas que, de un modo u otro, están implicadas en cualquier
tipo de procedimiento judicial. Las tareas que requieren la intervención
especializada de los psicólogos forenses han sido siempre necesarias en los
procesos judiciales, pero durante muchos años y aún hoy en muchos juzgados
y jurisdicciones, muchas tareas propias y específicas de aquellos las realizan
otros profesionales. Psiquiatras, criminólogos, médicos forenses y no pocas
veces los propios jueces, realizaban muchas de las tareas que hoy hacen los
psicólogos forenses. El avance en la especialización profesional ha descargado
a muchos profesionales poco o nada preparados técnicamente para realizar
estas tareas propias del psicólogo. Así no era infrecuente que, por ejemplo, los
propios jueces entrevistasen a menores o deficientes mentales víctimas de
violencia sexual, tarea que ahora encargan a los psicólogos forenses cuando es
posible.
Actualmente, los psicólogos forenses tienen una formación universitaria sólida
y, además, disponen por lo general de una formación teórico práctica
específica obtenida en cursos de especialización y de formación continuada.
Los primeros contactos del psicólogo forense con la justicia se dieron en el
marco de la justicia penal y penitenciaria, más tarde se extendió a la justicia
juvenil y de menores. Después se ha ampliado su intervención a los variados
procedimientos de la justicia civil, laboral y hasta eclesiástica.
En la actualidad podemos afirmar que la práctica profesional de la psicología
forense es un complemento indispensable de cualquier actividad judicial
moderna. Cada delito, agresión entre jóvenes, ruptura matrimonial, adopción,
asignación de tutela o incapacitación, cada sentencia que imparte un juez o
tribunal tiene actores, víctimas y espectadores que no sólo conocen o han
participado en el suceso, sino que han vivido sus efectos y consecuencias a su
propia manera. El psicólogo es, entre otros profesionales, el más y mejor
preparado para valorar, comprender y proponer actuaciones considerando la
individualidad única de todos y cada uno de los implicados en un suceso o
acontecimiento conflictivo singular. La actuación de estos profesionales está
fundamentada en unos conocimientos científicos que han generado
procedimientos y técnicas que garantizan su objetividad. También existen
códigos deontológicos que obligan a actuar con todas las garantías legales a
estos profesionales que utilizan y tienen acceso a informaciones personales de
naturaleza privada y muy sensibles.
11
La actividad propia del psicólogo forense está fundamentada en la aplicación
de los principios y técnicas propias de la psicología aplicada al contexto
jurídico. Actúan como peritos, expertos y asesores de los jueces, tribunales y
resto de agentes que participan en la administración de justicia.
Las técnicas de la psicología aplicada al ámbito forense no se limitan a la
identificación de la presencia y grado, de un trastorno mental en un imputado
o una víctima. Es mucho más variado y específico. Los psicólogos forenses
pueden evaluar la inteligencia de un agresor sexual, de un menor acusado de
vandalismo o de un anciano que quiere cambiar su testamento ante el notario.
Pueden identificar las secuelas psíquicas que un acoso laboral puede haber
dejado en una mujer o valorar la credibilidad de un testimonio que fundamenta
una acusación grave de abusos sexuales.
Otros ejemplos nos dan una idea de la gran cantidad de respuestas que el
psicólogo forense puede ofrecer. Éste puede valorar el riesgo de reincidencia o
la peligrosidad de un recluso que ha solicitado un permiso de salida de la
prisión, también puede estimar cuál de los dos progenitores es el más idóneo
para obtener la patria potestad de un menor en caso de litigio.
No es nada infrecuente que los jueces soliciten a los psicólogos forenses una
valoración de si una madre o un padre ha influido de forma significativa en el
rencor que un hijo muestra hacia su otro progenitor durante un proceso de
separación o divorcio. La relación podría continuar y estos son sólo algunos
ejemplos. Así pues, la tarea de los psicólogos forenses no se limita, como a
veces se piensa, al diagnóstico clínico de los trastornos mentales, es mucho
más amplia. Es precisamente este repertorio de técnicas y habilidades de que
dispone este profesional lo que le convierte en una ayuda de mucha utilidad al
juez en su actividad habitual.
El futuro inmediato de la psicología forense es mejorar su práctica profesional
y su eficacia. Ya hemos descrito la situación actual caracterizada por su variada
presencia en los diversos campos de la justicia. En las últimas leyes, como en
la recién aprobada ley integral contra la Violencia de Género, es habitual
encontrar demandas específicas para estos profesionales. Ha de venir un
momento en el que podamos revisar este periodo con ojos críticos y analizar el
déficit de este ciertamente apresurado crecimiento. Después vendrá, sin duda,
una mejora profesional que redundará en una aplicación más justa de las
propias decisiones judiciales.
12
5. Marco conceptual
La Psicología Forense, es una especialidad que desenvuelve un amplio y
específico ámbito entre las relaciones del mundo del Derecho y la Psicología,
tanto en su vertiente teórica, explicativa y de investigación, como en la
aplicación, evaluación y tratamiento.
Si la tomamos, como ciencia auxiliar del Derecho, nos permite realizar el
estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención, asesoramiento y/o
tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales
que inciden en el comportamiento de las personas en el ámbito legal; logrando
esto, mediante la utilización de métodos propios de la Psicología Científica (lo
que le da el sentido de objetividad a que aspiran las pruebas jurídicas) y
cubriendo por lo tanto distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención,
tales como:
•
Psicología Aplicada a los Tribunales.
•
Psicología Penitenciaria.
•
Psicología de la Delincuencia.
•
Psicología Judicial (testimonio,).
•
Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas.
•
Victimología
•
Mediación.
5.1 Desarrollo histórico
Hablar de la Psicología Forense en la República Dominicana, seria como hablar
del futuro, ya que ni siquiera en el presente se han sentado las bases firmes
que solidifiquen su participación en el derecho nacional, pues no existen reglas
claras para la utilización del Psicólogo Forense en nuestra legislación, salvo los
esbozos de la Ley 14-94, o Código del Menor y alguna de las modificaciones
introducidas al código penal dominicano por las estipulaciones de la Ley 2497; de manera que hablar de su pasado seria breve tan breve como lo dicho.
Las primeras aplicaciones de la Psicología Forense al Derecho, en la República
Dominicana, apenas se sitúan a partir de los años noventa, cuando comienza a
gestarse tanto la ley 14-94 o Código del Menor, como hemos dicho, y la ley
13
14-97; leyes en las que encontramos mandatos expresos para la utilización de
los psicólogos en los procesos judiciales.
Wilfredo Mora, psicólogo dominicano, entregado por entero al estudio de la
psicología forense, y podríamos afirmar que pionero, se pronuncia al respecto
cuando considera que: “decir psicología forense en la República Dominicana,
hasta hace unos pocos años, en esta misma década de los 90, era algo que no
apreciaban los funcionarios de la justicia. En nuestro país, el sistema de la
intima convicción de los jueces no esta unido a los servicios del psicólogo
experto en psicología forense, ciencia que asiste al proceso judicial (..)2
No obstante, el termino en si de Psicólogo Forense, ha tomado mas cuerpo en
los últimos tiempo; quizás porque otrora los profesionales de la psicología, e
incluso los del derecho no estaban familiarizados con las simbiosis psicológicojurídica, que tienen lugar dentro del proceso; por un lado, los psicólogos
necesitaban cierto grado de conocimientos de tipo jurídico, que le permitieran
utilizar sus conocimientos en el “foro”, o sea, en el Estrado; y por el otro los
juristas necesitaban los conocimientos generales de la psicología.
Un hito digno de mención, lo constituye la recién promulgada ley 22-01, o ley
que instituye en la República Dominicana el Colegio del Psicólogo, quizás la
primera piedra institucional que instalara en los tribunales de la república una
voz autorizada en ciertos campos que interesan a los jueces y juristas; lo
mismo que el Diplomado de Psicología Forense, organizado por la Universidad
de la Tercera Edad, único y primero en su genero en la historia de educación
continuada en la República Dominicana.
Tan corta trayectoria no debe extrañarnos, si pensamos que
a nivel
internacional la Psicología Jurídica o Forense es una ciencia relativamente
joven que aunque sus prístinos inicios lo podemos inscribir a principios del
siglo XX, no es sino hasta la década de los 70, que aparece un fuerte empuje
de los Psicólogos Penitenciarios; quienes aplican a la delincuencia el
tratamiento que se desprende de la Psicología Conductista y de la Psicología
del Aprendizaje. La Psicología Penitenciaria española, por citar un ejemplo, ha
fomentado de forma pionera diversos campos de la Psicología Jurídica que hoy
conocemos.
Tomando como ejemplo, los avances alcanzados por la Psicología aplicada al
derecho en España, debemos afirmar que en dicha nación, en la misma década
citada (1970), aparece la denominada Escuela de Barcelona de Psicología
Jurídica, que auspicia la publicación del Anuario de Sociología y Psicología
Jurídica publicado por el Colegio de Abogados de Barcelona. En 1976 se
2
Wilfredo, M.
14
organizan en Barcelona las primeras Jornadas Internacionales de Psicología
Jurídica. La culminación de este trabajo es el libro de Bayés, Muñoz-Sabaté y
Munné “Introducción a la Psicología Jurídica” (1980).
De manera que, si tomamos un país de Europa, como el que hemos elegido
para comparar, entenderemos porque, en estos últimos años es cuando la
Psicología Jurídica o Forense,
como especialidad, está tomando cuerpo
científico y profesional, con excelentes resultados, tanto a nivel internacional,
como a nivel nacional; lo que nos empuja a creer, que debemos aunar
esfuerzos, tanto psicólogos como abogados, para que ciencias como el Derecho
y la Psicología no sigan como hasta ahora por rumbos distantes, sino, que con
ambas disciplinas debemos formar un todo armónico que sirva a los fines
especiales que esta destina la Psicología Forense como auxiliar de la justicia.
Desde un marco institucional, y con las experiencias de España, Chile,
Colombia y otros países, donde se han puesto en practica los conocimientos
de la Psicología aplicados al Derecho, se han creado en nuestro país, y muy
recientemente, grupos de trabajo, e instituciones que han dirigido sus
esfuerzos, hacia temas eminentemente jurídicos; temas que tienen que ver
con la Familia, las Parejas, los Divorcio, la Violencia Contra la Mujer, la
Violencia Domestica, el Abuso Sexual, Abuso Sexual del Menor, los Menores en
Estado de abandono, el Peligro o Maltrato al menor, etc., visualizando los
mismos, desde una perspectiva psicológica-legal, todo en perfecta armonía con
el espíritu mismo de las leyes, como es el caso de la 14-94 y la 24-97; de ahí,
que nuestra historia, a penas comienza.
5.2 Conceptos sobre psicología forense y/o jurídica
La Psicología Forense o Jurídica, es un área de trabajo e investigación
psicológica especializada cuyo objeto es el estudio del comportamiento de los
actores jurídicos en el ámbito del Derecho, la Ley y la Justicia; esta área, está
reconocida por Asociaciones y Organizaciones de nivel internacional y
recientemente ha sido reconocido en el ámbito institucional por la Universidad
de la Tercera Edad, la cual, como hemos dicho, tiene la primicia de haber
realizado el primer Diplomado de Psicología Jurídica y/o Forense.
Conceptualmente hablando, y conforme lo establece el Primer Congreso
Iberoamericano de Psicología Jurídica, hemos de admitir, que la Psicología
Forense, “esta dirigida al servido del
Derecho; en consecuencia, es
indispensable o necesario (no simplemente deseable o conveniente) que la
investigación psicológica del caso o problemas a dilucidar se haga orientada
hacia el esclarecimiento de los presupuestos naturales (subjetivos) que
15
integran los presupuestos normativos, sobre los cuales se debe fundar y
construir el razonamiento jurídico”.3
No obstante, el estado actual de la Psicología Jurídica debe entenderse según
las distintas áreas en que se encuentren reflejadas las necesidades de la
incipiente disciplina, disciplina que pese a que el respetado psicólogo Wilfredo
Mora, trata desde conceptos diferentes, definiendo la Psicología Forense como
una disciplina diferente a la Psicología Jurídica, nosotros, con el aval de la
mayoría de tratadista internacionales, preferimos indistintamente referirnos a
ella como una misma disciplina, nombrándola en el presente texto como
PSICOLOGIA FORENSE O PSICOLOGÍA JURÍDICA refiriéndonos siempre a una
misma aplicación de la psicología al derecho, que se bifurca en diferentes
aplicaciones.
Salvada la precedente aclaración, hemos de aceptar, que la doctrina mas
socorrida en torno a la clasificación de la psicología forense o jurídica,
considera que las misma no es unánimemente compartida, por causa de las
peculiaridades culturales, científicas y de legislación de cada país, por lo que,
en esta oportunidad trataremos de presentar una clasificación enunciativa de
las aplicaciones de la psicología forense; por ejemplo, la Psicología Policial
tiene una nula aplicación en la mayoría de los países latinoamericanos, entre
ellos el nuestro, sin embargo, adquiere excelentes niveles en países
anglosajones y en países del este europeo.
En todo caso el campo de la Psicología Jurídica que estamos intentado definir
según va consolidando sus tareas de forma específica debe establecer sus
límites y sus estados fronterizos con otras áreas psicológicas con las cuáles
colaboran interdisciplinariamente, a fin de clasificar posteriormente las
múltiples divisiones según su aplicación.
5.3 Funciones del psicólogo forense
Las funciones del Psicólogo Jurídico en el ejercicio de su Rol Profesional es
bastante amplio, pero, “el desconocimiento de los psicólogos o psiquiatras del
Derecho y de igual manera, el de los abogados o jueces de la Psico(pato)logia,
ha llevado a creer, equivocadamente que el único campo de intervención de la
Psicología Forense seria el terreno de la imputabilidad-inimputabilidad penal, o
de las circunstancias atenuantes de índole psicológica. No obstante, el campo
JAIME NAQUIRA RIVEROS, El Psicólogo Forense: Campo de Acción, Formación y
Rol Profesional. Primer Congreso Iberoamericano de Psicología Forense; Santiago de
Chile, septiembre de 1995
3
16
de acción de la psicología forense es, sin duda alguna, mayor (...)4”de tal
suerte que dentro de su ámbito se incluyen las siguientes aplicaciones:
1. Evaluar y diagnosticar las condiciones psicológicas de los actores jurídicos,
a fin de contribuir con mayor claridad al entendimiento de la conducta
juzgada por parte de los jueces y juristas.
2. Asesorar y orientar como experto a los órganos judiciales en cuestiones
propias de su disciplina, sin cuyo dictamen, seria mas que ilegal,
imprudente evaluar una decisión en ciertas materias del ámbito jurídico,
por ejemplo podemos citar el mandato de la ley 14-94, en su articulo 134,
al ordenar antes de la ventilación del proceso un informe socio familiar en el
cual el psicólogo forense va a tener una participación preponderante.
3. Intervenir en el diseño y realización de Programas para la prevención,
tratamiento, rehabilitación e integración de los actores jurídicos bien en la
comunidad, bien en el medio penitenciario, tanto a nivel individual como
colectivo.
4. Formar, educar, y entrenar a los profesionales del sistema legal (jueces y
fiscales, policías, abogados, personal de penitenciarías, etc.) en contenidos
y técnicas psicológicas útiles en su trabajo y útiles a la sociedad en los
casos de victimas y victimarios de los procesos.
5. Participar en la elaboración de campañas de prevención social ante la
criminalidad, lo mismo que preparar la divulgación de estas en los medios
de comunicación masiva, mas que con miras sensacionalistas con la
pretensión de asesoramiento e información social para la población en
general.
6. Investigar la problemática de la Psicología Jurídica y la implementación de
políticas criminales de interés para la ley y la sociedad.
7. Investigar y contribuir a mejorar la situación de la víctima y su interacción
con el sistema legal, para tratar de que el proceso no sea una victimización
de la victima sino un medio de mitigar las frustraciones y secuelas del daño.
8. Propiciar soluciones negociadas a los conflictos jurídicos, a través de una
intervención mediadora que contribuya a paliar y prevenir el daño
emocional, social, y presentar una alternativa a la vía legal, donde los
implicados tienen un papel predominante, es el caso de contribuir a los
métodos alternativos para la solución de conflictos, tarea que en nuestro
país y específicamente en la ley 14-94 esta asignada al representante del
4
santiago de chile
17
ministerio publico y no al psicólogo forense como debiera ser, lo mismo que
en lo referente a la materia laboral, donde el conciliador es el Juez mismo
del órgano jurisdiccional que juzgara el conflicto en caso de que fracasare el
intento de conciliación que impone la ley.
2.4 Procedimientos, técnicas e instrumentos
El Psicólogo Jurídico utiliza en su trabajo técnicas de evaluación psicológica que
gozan de la credibilidad científica que le ha dado el uso y la aceptación
universal, esforzándose en desarrollar instrumentos de evaluación adecuados
al contexto de aplicación, según sean los intereses particulares de cada caso
para la justicia y no conforme a los intereses particulares de cada persona en
cada caso.
De ahí, que a la hora de justipreciar las pruebas encomendadas por el juez o la
ley al psicólogo forense, debemos conocer sus técnicas y procedimientos, a fin
de que las mismas puedan tener en la intima convicción el juez, el efecto que
ha de convenir al descubrimiento de la verdad.
5.5 La Práctica psicológico – forense valoración de sus riesgos
Y cuál es, en este entramado, el posible lugar del psicólogo?; y cuál su
función?. Resulta aquí claro el riesgo de que el psicólogo se establezca como
un "auxiliar" que sustenta un discurso jurídico que lo asimila, subyugándolo, y
lo borra, subsumiéndolo, con el sólo fin de dictaminar lo "verdadero".
Cabe así señalar el curioso lugar del especialista psi-. En un punto puede
resultar cómplice y agente del poderoso en la medida que se constituya en su
instrumento para, intervención mediante, ejercer el Poder. Pero por otro lado
es, también él, víctima de ese mismo poderoso toda vez que no es el experto
quien ejerce, en realidad, ese Poder.
Y la urgencia del caso, -y no importa ya en que ámbito, dado que puede ser
indistintamente el forense, el escolar o el asistencial-, resulta estar definida
desde la emergencia del que asiste o por la urgencia y las características de la
institución.
Sea cual fuere el espacio al que la emergencia llega, es decir donde la
situación emerge, las alternativas posibles de abordaje aparecen acotadas,
siempre, en torno a un mismo término: la intervención.
18
El perito psicólogo que interviene en un expediente judicial lo hace justamente
porque el sujeto a ser peritado está implicado en una causa.
Nuestra intervención puede surgir, entonces, a partir de cierta particularidad
tramposa y seductora de la demanda. Se nos convoca bajo la consigna de ¿qué
hacemos?. Y caemos en el riesgo de creer que somos nosotros quienes
debemos reconocer una paternidad o quienes tenemos el "poder" de
desestimar tal función.
Parece en este punto que se nos impele a intervenir. Y sabemos que intervenir
es venir entre, es interponerse. También podríamos pensar que es sinónimo de
mediación, así como lo es de intromisión, de intrusión. Situaciones todas éstas
en las que la intención de intervenir, -y aún en los casos en los que dicha
intervención es pedida por el supuesto asistido-, lleva implícito un rasgo
violento, o cuando menos pretendidamente correctivo, adquiriendo las
características de un mecanismo regulador, por el que la coerción y la
represión para el mantenimiento o el restablecimiento del orden establecido
ocupan un importante lugar.
Es frecuente, por otro lado, asociar también con el término Intervención, otros
conceptos como operación y tratamiento; y todo ello en virtud de una
pretendida objetividad e imparcialidad que parece autorizarnos a "intervenir"
en función de un supuesto bienestar del asistido, que nosotros conoceríamos
dado nuestro lugar de especialistas, es decir, dado nuestro lugar en relación
con el Saber y con el Poder, y dada, también, nuestra pretendida objetividad.
Por otro lado el mito de la objetividad, tan apreciado en nuestras concepciones
positivistas de la ciencia, es cuestionado actualmente, por lo menos
parcialmente, en virtud de una exigencia de compromiso con el caso. La
neutralidad es una trampa: siempre se está comprometido.
Se establece entonces un doble circuito de piedad y control social.
Destaquemos entonces que el orden, racional o natural, se postula como lo
normal, mientras que el desorden reviste un carácter patológico que parece
reclamar nuestra intervención para la defensa o la reinstalación de un cierto
orden social.
Surgirán entonces los procedimientos a implementar dirigidos por las
intenciones de ayuda, de asistencia, de reparación, o de cuidado. Estos
procedimientos ocupan un lugar primordial desde el que se postulan, para así,
guiar nuestro quehacer en función de sistemas sociales regidos por leyes y
reglas preestablecidas y que apuntan, a no dudarlo, a la reinstauración del
equilibrio, si no perdido, por lo menos amenazado.
19
Sabemos que el interviniente es percibido, al mismo tiempo como un tercero
mediador que aporta sus buenos oficios; pero también como un ser
sospechoso de intromisión, de injerencia y de intrusión.
Más arriba aludí a la condición de especialistas que los intervinientes
adoptamos en relación el Poder - Saber.
Y así resulta que si la intervención involucra a un profesional de las disciplinas
psi- , va a resultar necesario sostener tal tarea desde un lugar de poder que,
de suyo, parece entrar en coalición con toda gestión de orden psi-. Freud había
ya subrayado que uno de los límites del análisis social era la necesidad de un
poder sobre el que pudiera fundarse el lugar del analista, poder cuyo ejercicio
es, por definición, contradictorio con todo trabajo analítico.
Por un lado el sentido de la intervención debería ser el de guiar al asistido a
que se libere de la repetición de su acto, de su síntoma, a que logre un nuevo
posicionamiento subjetivo, si es que nuestra tarea cobra el sentido de lo
asistencial.
Pero el riesgo de nuestro quehacer es el de fascinarnos con el lugar que
ocupamos, lugar del Saber, lugar del Poder y que desde allí, nos hundamos en
cierto dolorismo y complaciéndonos en ello, transformemos nuestra gestión en
sostén de los desheredados. Sostenimiento en su doble acepción: sosteniendo
al caído al mismo tiempo que dejándolo caído para seguir ostentando el Poder
del Saber, en lugar de apuntar a una superación de la dialéctica dominantes dominados. No debemos olvidar que nuestra intervención, por lo general está
determinada desde espacios como el Judicial, el Policial - Penitenciario, el
Escolar o el Hospitalario, con toda la connotación que estas instituciones tienen
respecto al ejercicio del Poder.
Y qué hacer cuando nuestra tarea es la diagnóstica pericial. Esta particularidad
enfrenta al psicólogo a una encrucijada ética de difícil resolución: es que acaso
debe revelar todo lo que se le diga?. No es un informante policial, no es quien
debe hacer la "instrucción" del proceso y, por ello mismo, debe cuidar con celo
de que el ejercicio de su profesión no sea utilizado como medio para lograr
declaraciones ya que con ello se menospreciaría nuestra tarea y se humillaría
nuestra disciplina.
Por otro lado qué estatuto de "verdad" tiene lo efectivamente escuchado.
Acaso se trata de la verdad que se busca en el expediente?. Dicho en otras
palabras, qué correlato existe entre aquella verdad pretendidamente tangible,
palpable y comprobable del derecho y esta otra que tiene registro en la
unicidad del inconciente de aquél a quien tenemos enfrente?.
20
Si perdemos de vista esta cuestión y nuestra pertenencia, insistiremos en
aislar al individuo de su entorno, desoyendo lo que allí ocurre a nivel macro, y
nuestra intervención se convertirá en una prueba de laboratorio de la que
resultará claro que somos nosotros, ahora, los que detentamos el poder,
repitiendo una vez más el modelo de sometedor sometido.
La dirección de nuestras intervenciones debería apuntar a lograr que "los
sujetos", en el marco de sus actividades cotidianas, puedan posicionarse de
una otra manera en relación con sus propias fuerzas, que puedan ejercer un
mayor poder sobre sus propios actos.
Cuando perdemos de vista la estrecha vinculación entre el sujeto y su entorno,
del que la Institución ya forma parte, lo que desaparece es el acto social, y
sólo queda entonces un abordaje psicologista, reductor y empobrecido de los
hechos.
Pero si acaso quedamos fascinados en el campo de lo social, tampoco nuestra
tarea adquirirá el valor que debería tomar. Se hace necesario, en este punto,
posicionarse en algún punto intermedio desde el que podamos realizar nuestro
aporte sin perder de vista que Layo tal vez sea un desocupado pero haciendo
eje en las particularidades subjetivas de aquel del que somos consultados así
como de aquel otro que nos dirige la consulta.
Vale la pena hacer aquí un nuevo llamado de atención. Observemos que este
Poder - Saber, resulta ser delegado desde la misma institución, por vía del
Juez, en el profesional actuante. Dice Pierre Legendre en relación a las
intervenciones judiciales: "El psi- ¿no está hoy día en trance de convertirse en
juez oculto?".
En "El Crimen del Cabo Llorite" (8) dirá Legendre: "Queda por situar, a partir
de este esquema, el lugar de los psiquiatras o, más generalmente, de los
expertos psi en el funcionamiento estructural. Sin duda alguna, en la realidad
de los procesos, estos expertos están en posibilidad de abrir o de cerrar con
candado la evolución de un procedimiento, ya que la sociedad de hoy día
parece en trance de delegar en ellos, aunque sin hacerlo de modo explícito, la
posibilidad de decidir sobre todo basándose en el principio de Razón."
Por otro lado, el objeto central de las Ciencias Jurídicas son las conductas
humanas en tanto producidas socialmente, interfiriendo con otras conductas
humanas. El término interferir nos acota respecto a que no se trata de
cualquier conducta humana sino de aquellos hechos en que una conducta
revela un conflicto.
21
Podemos concebir al derecho como una práctica social específica en la que se
expresan el conflicto, y la tensión de los grupos sociales.
Así la producción, circulación y consumo del Discurso Jurídico será la
manifestación más clara de esa "tensión social". Es importante resaltar así que
este discurso jurídico, si bien se refiere al grupo y a sus integrantes, define
también a quien lo enuncia. En otras palabras, revela no sólo el particular
material con el que trabajan los juristas sino que remite también a la particular
posición social que éstos ocupan. Posición siempre cercana al ejercicio del
Poder en la que están ubicados legisladores, jueces, abogados y teóricos.
Debemos concebir este discurso del derecho como un lenguaje en acción,
operando. Dice R. Entelman en el Discurso Jurídico (9) "El Discurso Jurídico en
tanto discurso sobre el Poder, o más precisamente en tanto discurso que
ejerce el Poder, lleva cientos de años (...) perfeccionando sus cualidades de
discurso estructurador de la Institución Social, siempre oscuro y disfrazador,
consagrado y reservado a unos pocos, constitutivo de una ciencia magistral,
que, transmitida generación tras generación por los doctores, contribuye al
ocultamiento y clausura de las técnicas de manipulación social".
En la medida en que la institución interviene, los sujetos tienen menor
posibilidad de ejercer su poder sobre lo que hacen y más se hunden en formas
psicoafectivas regresivas. Pero atención porque la institución también
impregna a los "técnicos" de este mismo tinte y algo similar empieza a ocurrir
con ellos. O bien se da un particular fenómeno de empastamiento con la
institución con una preocupante pérdida de distancias ("mi juez", "el caso es
mío" o bien "tengo un caso"), o bien se da un entrampamiento en el que el
"técnico" termina ofertándose a ser sostén de aquél discurso eje.
Y ya en un aspecto estrictamente técnico se hace necesario advertir sobre
ciertas conceptualizaciones que, con frecuencia y de manera casi inadvertida,
utilizamos sin reflexionar sobre su contenido. Remarquemos, ya más arriba
hicimos referencia a ello, que en ocasiones se postula una postura que se
sostiene en concepciones según las cuales un comportamiento discrepante es
un comportamiento definido, procesado y tratado organizacionalmente como
"extraño", "anormal", englobando en ello conceptos como "robo",
"delincuencia", etc.. Señalemos entonces aquí que el llamado comportamiento
discrepante no soporta más definición que una tautológica, es decir, será
discrepante todo aquello que sea definido como tal. Y cuántas veces cuántos
de nosotros caemos en la tentación de referirnos al desvío sin advertir la
connotación jurídica legal que tal concepto puede llevar consigo?, sin advertir
que con ello estamos trayendo al pie de nuestro dictamen todo un marco
ideológico del que no podemos rendir cuenta desde nuestro saber, no por lo
22
menos si pretendemos que éste, el saber, salga incólume de tal
enfrentamiento, si no queremos poner ese saber al servicio del poder
obturador.
Otro tanto ocurrirá con formulaciones del tipo "peligrosidad, riesgo, daño,
violencia, etc." a las que, casi imperceptiblemente, damos estatuto de
conceptualizaciones del orden psi cuando en realidad son traspolaciones
sociales, ideológicas o morales.
5.6 Ámbitos de Actuación
De una manera más específica podemos considerar el Rol del Psicólogo
Forense desde el ámbito de sus funciones y según el área del derecho en la
que va a prestar su colaboración como un verdadero auxiliar de la justicia. La
Psicología Aplicada a los Tribunales o Forense se refiere a aquéllas actividades
que el Psicólogo puede realizar en el “FORO”, en otras palabras, las que están
destinadas a producir sus efectos en la intima convicción del juez, en el mismo
estrado, dentro de múltiples usos podemos señalar:
•
Psicología Jurídica y el Menor.
•
Psicología Aplicada al Derecho de Familia.
•
Psicología Aplicada al Derecho Civil, Laboral y Penal.
5.6.1 La psicología forense y el menor
Las Instituciones dedicadas al menor son en todos los países y también en el
nuestro, áreas de trabajo que deben ser objeto de una política global que se
desarrolle desde diferentes ámbitos: educativo, sanitario, servicios sociales,
etc., por lo tanto, también desde la Justicia. Es desde esta Institución donde
tiene sentido hablar de Psicología Forense o jurídica y el Menor. Como
contribución especial el presente libro en su “Anexo 1” presenta como ejemplo
el caso de agresión sexual hacia un menor de edad, ocurrido en el Municipio de
Constanza, caso que fue ampliamente estudiado aplicando los métodos de
psicología forense para esclarecer las lagunas de información del caso.
En la actualidad
y conforme lo establece el Código de Niños Niñas y
Adolescentes o ley 14-94, los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes,
deberían contar con psicólogos forenses, que trabajen en colaboración directa
con Jueces de Menores y Defensores de Menores, juntamente con el equipo
multidisciplinario que exige la propia ley; Estos equipos multiprofesionales
23
estarían destinados a resolver conductas ilegales realizadas por menores, sin
embargo, en la practica, no todos los casos de menores son conocidos con la
asistencia de este equipo, no obstante ser, acorde lo estipula le ley y su
reglamento de aplicación, parte del tribunal.
En esta materia, mediante estudios, el psicólogo debe informar sobre la
situación del menor y cuáles son las posibilidades de su reeducación y
tratamiento. De esta forma se contribuye para que la Justicia module la
aplicación legal, a criterios científicos, tomando siempre como base lo que mas
convenga a los fines de la ley y su espíritu: la re-educación del menor
infractor.
La entidad pública, será la encargada de aplicar las medidas educativas
impuestas por el Juez, a recomendación del psicólogo forense, y luego el
psicólogo realizara una gama de intervenciones, como son el diseño y
seguimiento del tratamiento de resocialización, con la finalidad de que sus
recomendaciones rindan los beneficios esperados.
Sus funciones en los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes son entonces,
múltiples y variadas, dentro de las que cabe señalar las siguientes:
•
Emitir los informes técnicos de la especialidad, solicitados por el Juez de
Menores o el Defensor de Menores.
•
Asesorar las medidas que deben ser aplicadas, acorde con los resultados
que arroje el informe hecho por el equipo multidisciplinario del cual el es
parte.
•
Darle junto con el entorno familiar del menor infractor un seguimiento
sostenido a las intervenciones profesionales, sociales y familiares, en el
proceso de readaptación y re-educación, o implementación de las
medidas socio-educativas o de protección, según sea el caso.
En otras Instituciones, tales como los Organismos de Atención:
•
Planificar el funcionamiento del Organismo de Atención.
•
Aplicar los tratamientos
personal).
•
Elaborar y aplicar los
abierto.
•
Dar asistencia socio-familiar en los casos de libertad asistida.
individuales y colectivos (socio-familiar y
programas de apoyo socio-educativo
24
en medio
En estos Tribunales el Rol profesional está regulado por Ley 14-94, y mas
específicamente por los artículos 177 y siguientes de dicha ley, en otros casos
de organismos e Instituciones no gubernamentales, siempre de acuerdo a la
supervisión establecida en los artículos 184 y siguientes, los sicólogos
forenses tendrán otras funciones que dependerán de la organización
(institucionales, semi- institucional o privadas) por lo que su rol puede sufrir
alteraciones, siempre y cuando estas alteraciones estén en consonancia con el
espíritu de la ley: determinar lo que mejor convenga al menor.
5.6.2 La psicología aplicada al derecho de familia
En casos de divorcios o separación de pareja, consideramos que debería
legislarse en beneficio de que fuera obligatoria la participación de los
psicólogos forenses, para que estos puedan asesorar al Juez en dichos
procesos; de hecho, cuando estos conflictos se presentan, y existen menores a
quienes proteger, la ley 14-94 o Código del Menor, obliga al magistrado a
tomar medidas con respecto a los hijos, que deben estar avaladas por el
Defensor de Menores e incluso por el Juez de Menores, casos en los cuales,
aunque de la referida ley no resulte muy claro, se infiere una significativa
participación del psicólogo forense, en lo atinente a las medidas a adoptar en
casos de guarda, custodia, alimentos, etc.
En otra situaciones de familia, tales como nulidad de matrimonio de menores;
también en los casos sobre acogimientos y adopciones, debería ser obligatoria
la evaluación y participación del psicólogo forense.
El psicólogo del Tribunal de Civil, como Juzgado de Familia no sólo debe
evaluar cómo afecta a los hijos la separación, sino que también puede diseñar
programas que apunten a positivizar situaciones difíciles que los menores se
van a encontrar, durante todo el proceso.
El psicólogo, desde el ámbito privado puede actuar como asesor del juez
(actuando como perito), del abogado que reclama sus servicios y como
colaborador del abogado en la resolución del procedimiento familiar en todos
los momentos del mismo y con un enfoque interdisciplinario.
Sus funciones en los Juzgados de Familia son:
•
Emitir los informes técnicos de la especialidad solicitados por el Tribunal
Civil en los procesos de rupturas de parejas con hijos (separación,
divorcio).
25
•
Emitir los informes de la especialidad en otras situaciones que plantea el
Código del Menor en estos casos de derecho de familia, tales como:
tutelas, acogimiento, adopciones, autorizaciones para contraer
matrimonio, guardas, visitas reguladas, pensión alimentaria, etc.
•
Deber de darle seguimiento a los casos.
•
Asesor a los jueces y ministerios públicos, conjuntamente con el equipo
multidisciplinario.
En otras Instituciones:
•
Mediación familiar.
•
Peritajes privados.
•
Peritajes y asesoramientos con Tribunales Eclesiásticos.
En el ámbito Privado puede ser:
•
Perito.
•
Asesor de Abogados.
•
Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el
procedimiento).
•
Mediador en la búsqueda de soluciones de conflictos por vía de la
búsqueda de medios alternativos.
5.6.3 La psicología aplicada al derecho civil
La actividad del Psicólogo Forense, en relación al Derecho Civil, se enfoca en el
asesoramiento y en el peritaje de la existencia de diversas aptitudes jurídicas,
como la capacidad civil en la toma de decisiones (contratos, testamentos,
interdictos, etc.). Y en todas aquéllas situaciones susceptibles del trabajo en el
campo psicológico dentro del Derecho Civil.
En el ámbito Privado puede ser:
•
Perito.
•
Asesor del Abogado.
•
Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el
procedimiento).
26
•
Mediador.
5.6.4 La psicología aplicada al derecho laboral
En el ámbito del Derecho Laboral el psicólogo puede ser requerido para
asesorar a los Tribunales Laborales en materia de secuelas psicológicas en
accidentes laborales, simulación, y en problemas psicofisiológicos inherentes a
la teoría de la Prevención de Riesgos Laborales y de estrés laboral.
En el ámbito Privado puede ser:
•
Perito.
•
Asesor del Abogado y Comisiones de Seguridad Social e Higiene Mental.
•
Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el
procedimiento) y Comisiones.
•
Mediador en los procesos de conciliación obligatoria, impuestos por el
Código Laboral, para tratar de arribar a un entendido en los diferendos
laborales a través de métodos alternativos en la solución de conflictos.
5.6.5 La psicología aplicada al derecho contencioso administrativo
Su ámbito de actuación es la elaboración de informes, sobre sistemas de
valoración y calificación en procesos de selección o ascensos de personal que
realizan las administraciones públicas, procurando con su participación, que la
Carrera Civil Administrativa, rinda unos frutos en benéfico de todos sin lesionar
la condición psicológica del empleado publico.
5.6.6 La psicología aplicada al derecho penal
Una de las áreas donde el psicólogo forense tiene mas amplitud de accion, la
constituye el derecho penal, ya que, dentro del ámbito de la criminología se
encuentra a su vez la psicología, que al decir de los mas importantes
tratadistas del Derecho Penal, es fundamental para los profesionales del
derecho. A este respecto, se ha pronunciado uno de los principales tratadistas
clásicos de la materia penal, el gran Eugenio Cuello Calón, cuando afirma:
“...el penalista de hoy no puede bastarle el mero conocimiento del Código y de
la jurisprudencia. En el presente los abogados dedicados a la materia penal –y
no solo el investigador y el litigante, sino también el juez y los demás
27
funcionarios llamados a intervenir en la administración de la justicia criminalprecisan una preparación profesional no solamente jurídica, sino también
antropológica, criminología y psicológica. Por estas razones hace ya tiempo
que se ha expuesto la conveniencia de introducir el estudio obligatorio de estas
disciplinas en las facultades de Derecho...”5
En efecto, el dominio de los temas principales de la Psicología, le permite al
abogado penalista, tener a su disposición un instrumento indispensable para el
manejo de su actividad profesional, lo que indudablemente le va a permitir,
tener un mejor entendimiento de las raíces de los casos sometidos a su
consideración.
Una tarea básica de los Psicólogos Forenses es el diagnóstico y evaluación de
personas implicadas en procesos penales, lo que servirá de asesoría a los
Jueces y Tribunales, para determinar las circunstancias que puedan modificar
la responsabilidad criminal, daño moral, secuelas psíquicas, etc; constituyendo
una ayuda incuestionable a la hora de imponer las circunstancias atenuantes.
En otros países, existen algunos profesionales que trabajan en las clínicas
forenses a disposición de los Tribunales, y también comienzan a ejercer sus
funciones en las cárceles o instituciones de Vigilancia Penitenciaria.
Fundamentalmente estos psicólogos están haciendo diagnóstico-pericial de
presuntos delincuentes y de víctimas, en nuestro país, dichos informes
tendrían un carácter de cientificidad en cuanto a las aplicaciones de la Ley 224,
y específicamente en los momentos de solicitudes de libertad condicional.
Sus funciones son:
•
Emitir informes sobre psicología del Testimonio.
•
Emitir informes para Jueces. Abogados, acusados y víctimas.
•
Asesorar y mediar en asuntos de Vigilancia Penitenciaria.
En el ámbito Privado puede ser:
5
•
Perito.
•
Asesor del Abogado.
•
Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el
procedimiento).
Cuello Calon
28
5.6.7 Psicología penitenciaria
Los Psicólogos entran a formar parte de las Instituciones Penitenciarias como
parte del Cuerpo Técnico de las Cárceles o Instituciones Penitenciarias donde
se incluye a varios especialistas y entre ellos al psicólogo.
Nuestra Ley 224, sobre régimen penitenciario debería encontrar quien
realmente se preocupara en implementar su puesta en vigencia de manera real
e inspirar los trabajos del psicólogo como miembros de la Dirección General de
Prisiones sobre los siguientes principios:
1. Realizar un estudio científico de la constitución, el temperamento, el
carácter, las aptitudes y las actitudes del reo, conjuntamente con su
sistema dinámico, motivacional y del aspecto evolutivo de su personalidad,
que le permita dar un juicio global de la misma, a la hora de las solicitudes
de libertad condicional y con la finalidad general de resocialización.
2. Individualizar al reo, conforme lo establece la ley 224, tomando en
consideración su relación directa con un diagnóstico de personalidad
criminal.
3. Programar un sistema de terapia ocupacional satisfactoria
La sicopatología criminal es una parcela compleja y multicausal que necesita
de diversas y continuadas valoraciones y que deben empezar en el mismo
momento que se produce una detención, de manera que, sin la participación
del profesional de la psicología, las letras muertas que profesa que el fin de la
pena es LA RESOCIALIZACION DEL DELINCUENTE, se ira convirtiendo en una
peligrosa bola de nieve para la sociedad, si de una vez por toda, no
empezamos a utilizar los servicios del psicólogo forense en consonancia con la
revitalización de esta finalidad utilitarista de la pena.
Las funciones que desempeña el Psicólogo de Instituciones Penitenciarias son
diversas:
•
Estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la
ciencia de la Psicología y conforme a sus métodos, calificando y
evaluando sus rasgos temperamentales, caracteriales, aptitudes,
actitudes y sistema dinámico-motivacional, y en general todos los
sectores y rasgos de la personalidad, que juzguen de interés para la
interpretación y comprensión de ser y actuar del observado.
•
Definir la aplicación y corrección de los métodos psicológicos más
adecuados para el estudio de cada interno. Interpretar y valorar las
pruebas psicométricas y las técnicas proyectivas, realizando la
29
valoración conjunta de éstas con los demás datos psicológicos,
correspondiéndole la redacción del informe psicológico final, que se
integrará en la propuesta de clasificación o en el programa de
tratamiento.
Algunas funciones, ya mencionadas, están en la Ley 224, sobre el Régimen
Penitenciario. El psicólogo deberá atender ante los requerimientos de los
Tribunales, Jueces, Ministerios Públicos y Miembros de la Dirección General de
Prisiones, los exámenes de personalidad de los acusados, antes, durante y
después de la sentencia.
5.6.8 Psicología judicial (testimonio)
En esta área de la Psicología Jurídica podríamos incluir como más
representativas a la Psicología del Testimonio y la Psicología del Jurado que
son áreas de creciente interés, máxime aun, en estos momentos en que en
nuestro país, se pretende instituir el uso de jurados, en los tribunales
criminales.
En cuanto al testimonio que es un acto fundamental en nuestro derecho
procesal, toda vez que es la Reina de las Pruebas, deberíamos señalar las
aportaciones de la Psicología del Testimonio, que consiste en el conjunto de
conocimientos basados en resultados de investigación de los campos de la
Psicología Experimental y Social, que intentan determinar la calidad (exactitud
y credibilidad) de los testimonios, que sobre los delitos, accidentes o sucesos
cotidianos, prestan los testigos presenciales, o referenciales.
En este ámbito, se ha pronunciado amplia y magistralmente Francois Gorphe,
en sus obras: “La Critica del Testimonio” donde hace una exposición de
basta calidad científica no solo de sus experiencias como magistrados, sino
además de los múltiples resultados de los trabajos científicos hechos por
Psicólogos y Juristas, tanto franceses como internacionales;
y “La
Apreciación Judicial de Las Pruebas”, libro en el que recoge un importante
estudio psicológico y psicoanalítico en la valoración de las pruebas.
5.7 Victimologìa
La atención a las Víctimas es una de las áreas de máximo interés e indiscutible
desarrollo en a nivel mundial, disciplina que en los últimos tiempos ha tomado
un auge significativo en la República dominicana, sobre todo en asuntos
especialmente significativos como abusos sexuales, malos tratos, violencia
30
domestica y en todo lo referente al Código del Menor o Ley 14-94, entre otras
áreas.
Debido ha este auge de la victimologia, ha entrado en vigor la no hace mucho
la ley 24-97, en la cual se estipulan ciertas situaciones en la que se debe dar
asistencia especializada a las víctimas de delitos de actos violentos y delitos
contra la libertad sexual; razón por la cual, existen inclusive oficinas y centros
de asistencia psicoterapéutica a las víctimas de este y otro tipo de delitos
violentos.
En tal virtud, y tomando otros modelos de mayor desarrollo, creemos que en
esta materia de atención a Víctimas deberían tomarse en consideración los
siguientes aspectos
1. Intervención global sobre el conjunto del proceso de victimización,
abarcando desde los aspectos preventivos hasta los de segunda
victimización.
2. Una atención integral centrada en los ámbitos psico-socio-jurídicos.
3. La realización de estudios victimológicos a gran escala que permitan
mejorar tareas de prevención e intervención de mayor efectividad que
los vigentes.
4. La Creación de un equipo especial, que sea el encargado de recibir y
tramitar todas las diligencias burocráticas que requiera la victima en lo
atinente al ámbito psicológico y jurídico.
En esta área, las funciones del Psicólogo Forense son:
•
Atención, tratamiento y seguimiento de víctimas en sus diferentes
grados.
•
Estudio, planificación y prevención en grupos de riesgo, y campañas
divulgativas a la población general.
5.8 Aplicación de la psicología forense para medidas de mediación
La mediación es una alternativa a la forma tradicional de acudir a la justicia en
busca de solución. La solución no viene dada del exterior, sino que la realizan
las propias partes en conflicto con la ayuda de un tercero imparcial, el
mediador, que trata de ayudarles para que éstas consigan acuerdos
consensuados que les permitan una salida pacífica de la situación conflictiva.
La base de esta nueva técnica está en una manera de entender las relaciones
31
individuo-sociedad distinto, sustentado por la autodeterminación y la
responsabilidad que conducen a un comportamiento cooperativo y pacífico. El
mayor protagonismo de los interesados en la resolución de sus propios
conflictos, eleva la satisfacción psicológica de éstos, acrecienta su autoestima y
fomenta comportamientos de ayuda a los demás, básicos para el desarrollo de
una sociedad mas justa y solidaria .
El los últimos diez años las investigaciones sobre mediación han ido
incrementándose, como ejemplo de la rápida expansión de la mediación en la
práctica; y en la actualidad esta técnica se utiliza en conflictos diversos:
laborales, penales, civiles, comerciales, administrativos, intervención policial,
toma de decisiones en organizaciones, etc. En República Dominicana, la
mediación se ha desarrollado en el ámbito familiar con la aprobación y puesta
en marcha de las exigencias de la ley 14-94, especialmente en lo referente a la
pensión alimenticia, condición indispensable y obligatoria antes de acudir a la
jurisdicción de juicio.
Sin embargo, siempre hemos considerado, que tanto en materia laboral, como
en materia de menores y cualquier otra materia que utilice los métodos
alternativos para la solución de conflictos, el mediador ha de ser un Psicólogo
Forense y no un miembro del órgano jurisdiccional, o del ministerio publico.
En las funciones del Mediador, encuentra fundamento lo precedentemente
dicho, debido a que el mediador debe:
•
Preparar un contexto adecuado para que las partes puedan comunicarse
libre de presiones psicológicas o jurídicas.
•
Diseñar el proceso de mediación, haciendo que las partes entiendan que
lo mas conveniente es dirimir el conflicto sin la intervención del órgano
jurisdiccional.
•
Ofertar a las partes herramientas que les permitan manejar el conflicto,
sin tener que recurrir al traumático y burocrático proceso judicial, con lo
que se evitarían traumas insalvables.
La mediación proporciona una forma racional de resolver aquellos conflictos
que tienen difícil solución o representan un coste elevado para los ciudadanos
y para la sociedad. La relevancia que las relaciones interpersonales tienen en
todo proceso conflictivo hace necesaria una intervención no exclusivamente
legal, sino, basada en un enfoque interdisciplinario, ya que, la mediación
propicia la preservación de los mas elevados valores de las relaciones
humanas, permitiendo que las afectividades propias del calor humano no se
pierdan en la frialdad de un proceso. Igualmente la mediación favorece la
32
comunicación entre las partes y la consolidación de los acuerdos. La mediación
así entendida, favorece la libertad y la responsabilidad de las personas y se
inscribe en un proceso de democratización de la vida social, aceptando la
diversidad y regulando los conflictos desde una óptica pacífica; demás esta
decir que ante la adopción de la mediación como método alternativo, no puede
servir como tal otro profesional que no sea, el PSICÓLOGO FORENSE.
5.9 Formación del psicólogo forense y/o jurídico
El Psicólogo Jurídico o Forense, necesita una formación especializada. Esta
puede estructurarse en un bloque de materias generales y otro de específicas,
preparación que en la República Dominicana esta ausente, tanto en las
facultades de Derecho como en el de las de Psicología, y
por ambos
profesionales compartir el mismo objeto de estudio, existe la necesidad de que
en ambas facultades la PSICOLOGÍA FORENSE SEA IMPARTIDA DE MANERA
OBLIGATORIA.
De los conocimientos necesarios en el Psicólogo Forense, se comprueba la tesis
enunciada en el párrafo anterior. Tales conocimientos, de acuerdo con un
resumen elaborado a partir de los diferentes institutos que imparten la materia
están los siguientes:
5.9.1 Conocimientos específicos e interrelacionados con otras materias
Psicología y Ley
•
Introducción a la Psicología Jurídica.
•
Presupuestos y conceptos comunes y divergentes entre Psicología y
Derecho.
Psicología de la Familia y de las Relaciones Familiares
•
Introducción al Derecho de Familia.
•
Evolución de la familia y características de las crisis y conflictos
familiares.
•
Evaluación familiar.
•
Familia y Protección de Menores: acogimientos, adopción nacional e
internacional.
33
Psicología y Sistema Penitenciario
•
Introducción al Derecho Penitenciario.
•
Efectos psicológicos del encarcelamiento.
•
Alternativas al encarcelamiento.
•
Derecho Penitenciario General.
•
Evaluación psicológica en el contexto penitenciario.
•
Programas de intervención.
5.9.2 Evaluación Psicológica Forense
Aspectos metodológicos
•
El Peritaje y la Valoración de la Prueba Científica.
•
Técnicas de evaluación psicológica y forense.
•
Desarrollo de instrumentos de evaluación forense.
•
Informe psicológico.
Peritaje Psicológico, ámbitos de aplicación
•
Evaluación psicológica de la responsabilidad, la culpabilidad, u las
condiciones de imputabilidad.
•
Implicaciones psicológicas
psicopatológicos.
•
Aspectos psicológicos de la separación, el divorcio, y la adopción.
•
Valoración psicológica de medidas legales respecto a los menores
infractores.
forenses
de
los
principales
trastornos
Sistema Judicial y Procesos Psicológicos
•
Toma de decisiones legales.
•
Psicología del testimonio (en la actualidad, Psicología del Jurado,
conforme el ante proyecto del código de procedimiento criminal).
•
Aspectos Psicológicos de la corrupción.
34
•
Psicología y medios de comunicación.
Psicología de la Delincuencia
•
Modelos de intervención.
•
Psicología de la conducta criminal.
Psicología Jurídica y el Menor
•
Sistema legal de protección a la infancia.
•
La justicia y los menores.
Mediación
•
Mediación: concepto.
•
Técnicas de mediación y otros métodos alternativos para la resolución de
conflictos.
•
Modelos y programas de mediación.
Victimología
•
La Víctima ante el sistema Jurídico. Evaluación Psicología de víctimas.
•
Programas de atención a la víctima.
La Psicología y los Cuerpos de Seguridad
•
Psicología policial y militar.
El Peritaje Psicológico
•
La prueba pericial.
•
El informe psicológico.
•
El Psicólogo ante el Órgano Judicial.
35
6. Marco de actuación y desarrollo del psicólogo forense
Responsabilidad:

Los psicólogos forenses deberán prestar sus servicios de modo que
aspiren a la excelencia por su máxima responsabilidad y franqueza en el
trabajo.
Competencia:



Los psicólogos forenses prestarán sus servicios profesionales en las
áreas de la psicología en las que posean conocimiento, práctica y
competencia.
Deberán comprender el marco legal de su actuación ante los juzgados y
los derechos de las personas evaluadas, cuidando no vulnerar tales
derechos.
Valorarán si deben intervenir en aquellos casos que por su naturaleza
entren en contradicción con sus valores personales o creencias morales,
y en los que tal circunstancia pueda interferir en su habilidad y
competencia.
Relaciones con clientes y otros profesionales:


Los psicólogos forenses deberán informar a los clientes de las
características básicas de la relación establecida, presentando al menos:
sus competencias, el objetivo de la evaluación, la metodología básica a
emplear, y quien será el destinatario de la información recabada. Para
poder trabajar libre e independientemente, cuando proceda, solicitarán
provisión de fondos, evitando que su remuneración sea contingente a los
resultados de su tarea.
Evitarán las relaciones duales, recordando las causas de recusación que
establece la Ley, y rechazando aquellos trabajos incompatibles, como
circunstancias previas de amistad o enemistad, parentesco o relación
profesional preexistente.
Confidencialidad:

Los psicólogos forenses informarán de las limitaciones de la
confidencialidad que concurran en el caso, de todos modos evitarán
revelar informaciones que estén fuera del objetivo de la evaluación
forense.
Metodología y procedimientos:

Los psicólogos forenses tienen el deber de actualizar sus conocimientos
científicos en aquellas áreas en las que se reputan competentes,
utilizando la metodología avalada por los estándares científicos y
profesionales de la psicología.
36



Serán especialmente minuciosos en el registro de los datos recabados,
toda vez que deben poder ser aportados ante la Autoridad Judicial en el
momento en que se les solicite.
Tendrán especial cuidado en evitar en sus métodos y procedimientos
influencias no pertinentes, como las que puedan recibir de las partes,
valorando los datos desde todas las perspectivas razonables e hipótesis
alternativas.
Se abstendrán de hacer valoraciones sobre personas no evaluadas
directamente, intentando llevar a cabo dichas evaluaciones cuando se
considere necesario, con el acuerdo de los legítimamente afectados o
solicitándolo al Juez competente, en particular cuando se trate de
menores. Si pese al esfuerzo resultase inviable, reflejarán en sus
resultados las posibles limitaciones de su estudio.
Comunicación con público y otros profesionales:



Los psicólogos forenses se esforzarán en informar de sus hallazgos de
modo comprensible, considerando las características de los destinatarios
de dicha información y evitando en lo posible las interpretaciones
equivocadas.
Proporcionarán a los clientes la información sobre su trabajo profesional
según lo determinan las leyes y nuestro Código Deontológico. Respecto
a los registros y datos en bruto, se asegurarán de proporcionarlos
únicamente a aquellos con interés legítimo probado, cuidándose de
entregarlos sólo a personas profesionalmente competentes, en especial
los materiales estrictamente psicológicos, sobre los que se debe
custodia.
Su papel como expertos es el de ayudar al tribunal a comprender las
pruebas y a facilitar la toma de decisiones. Sus apreciaciones y
conclusiones representan a nuestra profesión, lo que les exige mantener
una especial responsabilidad, honestidad y exactitud en sus
manifestaciones públicas.
37
7. Bibliografía
Andrews, L., Shevlin, M., Troop, N., Joseph, S. (2004). “Multidimensionality of
intrusion and avoidance: alternative factor models of the Impact of Event
Scale”. Personality and Individual Differences, vol. 36.
American Psychiatric Associattion. DSM-IV, Manual Diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales, 4ª edición, Masson, Barcelona;1995.
American Psychiatric Associattion. DSM-IV, Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders, 4th Edition. A.P.A., Washington, D.C.; 1994.
Amor, P. (2000). Perfil psicopatológico de las mujeres maltratadas.
Comunicaciones del Seminario de la Universidad Internacional Menéndez y
Pelayo. Violencia Contra las Mujeres: Psicopatología y Tratamiento. Valencia,
5-9 Junio de 2000.
Araña Suárez, M., Pedreira Massa, JL., González de Rivera Revuelta, JL. .
Parcial, Simple, Complejo: subtipos de estrés postraumático pendientes de
inclusión en el DSM. VII Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría, 2006.
Accesible en http://www.interpsiquis.com.
Araña Suárez, M., Pedreira Massa, J.L., Bussé i Oliva, D.. Disforia, un factor
diagnostico ausente en el TEPT DSM. VII Congreso Virtual Internacional de
Psiquiatría, 2006. Accesible en http://www.interpsiquis.com.
Araña Suárez, M., Porras Obeso, S., Bussé i Oliva, D. Insuficiencias en el TEPT
DSM, a partir de la Escala de Evaluación del Impacto de Eventos. VII Congreso
Virtual
Internacional
de
Psiquiatría,
2006.
Accesible
en
http://www.interpsiquis.com.
Amdur, R.L., y Liberzon, I. The Impact of Event Scale as a measure of Posttraumatic stress disorder: an examination of construct validity. J Anxiety
Disord 2001; 15:345-357.
Báguena, M. J. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para el estrés posttraumático. Psicothema, 13 (3), 479-492.
Batista-Foguet, J., Coenders, G., Alonso, J. Análisis factorial confirmatorio. Su
utilidad en la validación de cuestionarios relacionados con la salud. Medicina
Clínica, 2004;122, supl 1.
Berganza, C.. Ampliación de la base internacional para el desarrollo de un
sistema diagnóstico integrado en psiquiatría. World Psyquiatry 2003, Julio.
38
Bethencourt, M., Fernández, A. .Psicología Comunitaria: Reflexión teórica sobre
una investigación aplicada en el marco del entrenamiento de para
profesionales. En Bethencourt Pérez, J.M. et al., Intervención psicológica en
problemas de salud. Aspectos Clínicos y Comunitarios. Editorial Pentium, 1997.
Tenerife.
Bethencourt, M., Fernández, A. Investigación e Intervención conductualcomunitaria en salud: estructura y planificación de programas. En Bethencourt
Pérez, J.M. et al., Intervención psicológica en problemas de salud. Aspectos
Clínicos y Comunitarios. Editorial Pentium,1997. Tenerife.
Carrasco Gómez, J.J. y Maza Martín, J.M. Manual de Psiquiatría Legal y
Forense, 2º edición. Editorial La Ley, 2003.
Corral, P.; Echeburúa, E.; Zubizarreta, I. & Sarasua, B. (1995). Tratamiento
psicológico del trastorno de estrés postraumático crónico en víctimas de
agresiones sexuales: Un estudio experimental. Análisis y Modificación de
Conducta, 21 (78), 455-482.
Del Río Sánchez, C. Guía ética profesional en psicología clínica. Psicología
Pirámide. Madrid, 2005
Echeburúa, E. El secreto profesional en la practica de la psicología clinica y
forense: alcance y limites de la confidencialidad. En Análisis y Modificación de
Conducta, 2002;28(120).
García-Pablós, A. (2001). Criminología. Una introducción a sus fundamentos
teóricos. Cuarta ed. Valencia: Tirant lo Blanc
García Medina, P., Araña Suárez, M. Pericia Psicológica Jurídica: un caso.
Revista Internauta de Práctica Jurídica, 2002; 10, Julio-Diciembre, Universidad
de Valencia. Accesible en http://www.uv.es/~ripj/10psi.htm.
García Medina, P., Araña Suárez, M. Psicología del Sistema Judicial: Marco
Teórico para su definición. Revista Electrónica de Psiquiatría, Sección
Psiquiatría
Legal
y
Forense,
2002.
Accesible
en
http://www.psiquiatria.com/articulos/psiquiatria_legal/4817/.
García Medina, P., Araña Suárez, M. Problemas sanitarios de Nueva
Generación: acercamientos psicológicos para su consideración legal. En
Comportamental.Com – Modificación de Conducta, 2003. Argentina. Accesible
en http://www.comportamental.com/articulos/34.htm.
Ibáñez Fernández, I. La Observación. En Ibáñez et al., Evaluación Psicológica:
Concepto y técnicas de análisis. Editorial Promolibro, 1993.Valencia.
39
Ibáñez Fernández, I. La Auto-Observación. En Ibáñez et al., Evaluación
Psicológica: concepto y técnicas de análisis, 1993. Editorial Promolibro.
Valencia.
Ibáñez Valverde, V., De Luis Cabarga, P. Psicología Judicial en España:
actuación y límites de intervención. Anuario de Psicología Jurídica, 1992.
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Horrowitz, M., Wilner, N. and Alvarez, M. Impact of Event Scale: A measure of
subjective stress. Psychosom. Med. 1979; 41(3), 209-218
McWilliams, L., Cox, B., y Asmundson, G. Symptom structure of posttraumtic
stress disorder in a nationally representative sample”. Journal of Anxiety
Disorder, 2005, vol. 19.
Lykken, D.T. (2000). Las Personalidades Antisociales. Barcelona: Empresa
Editorial Herder, S.A. (Capítulos del 7 al 13 inclusive).
Taylor, S., Koch, W., Kuch, K., Crockett, D., Passy,G. The structure of
posttraumatic stress symptoms. J Abnormal Psychol, 1998;107.
Tapias, A. El peritaje psicológico, un instrumento para administrar justicia a las
víctimas. Boletín de Psicología Jurídica, 2005, Colombia. Accesible en
http://www.psicologiajuridica.org/psj9.html.
King, D., Leskin, G., King, L., Weathers, F. (1998).”Confirmatory factor
analysis of the clinicianmeasure of posttraumatic stress disorder”.Assessment,
vol. 2.
Simms, L., Watson, D., y Boebbeling, B. (2002). “Confirmatory factor analyses
of posttraumatic stress symptoms in deployed and nondeployed veterans of
the Gulf War”. Journal of Abnormal Psychology, vol. 111.
McWilliams, L., Cox, B., y Asmundson, G. (2005). “Symptom structure of
posttraumtic stress disorder in a nationally representative sample”. Journal of
Anxiety Disorder, vol. 19.
Foa, E., Zinbarg, R., Tofhbaum, B.
unpredictability in posttraumatic stress
Psychological Bulletin, vol. 112.
(1992). “Uncontrollability and
disorder: an animal model”.
Frueh, BC, Elhai, JD, Kaloupek, DG. Unresolved Issues in the Assessment of
Trauma Exposure and Posttraumatic Reactions. En Rosen, G. , Editor.
Hendrix, C., Jurich, A., y Schumm, W. Validation of the Impact of Event Scale
on Vietnam Veterans. Psychiatry Rep, 1994;74.
40
Hodgkinson, P. , Joseph, S. Factor analysis of the Impact of Events Scale with
female bank staff following an armed raid, Pers Indiv Dif 1995;19(5):773-5
Thatcher, D.L., Krikorian, R. Exploratory factor analysis of two measures of
posttraumatic stress disorder (PTSD) symptoms in a non-clinical sample of
college students.J Anxiety Disord. 2005;19 (8):904-14.
Ibáñez,E., Avila, E. Psicología forense y responsabilidad penal. En E. Garzón,
Psicología y Justicia. Promolibro, Valencia, España; 1989.
Yule, W., Bruggencate, S. T., Joseph S. Principal component analysis of the
impact of events scale adolescents who survived a shipping disaster. Pers Indiv
Dif, 1994;16:685-691
Posttraumatic Stress Disorder: Issues and Controverises. Wiley, 2004
Sack, W., Seely, J.R., Him, C., Clarke, G.N. Psychometric properties of the
Impact of Event Scale in traumatized Cambodian Refugee. Pers Indv Dif,
1998;25:57-67.
Sosa, C., Capafons, J. Turno de Preguntas. En Tribunal de Fase de
Investigación, Doctorado en Psicología Clínica y Salud. Departamento PETRA,
Facultad de Psicología, Tenerife, 2005.
Marshall, G.N.. Posttraumatic Stress Disorder Symptom Checklist: Factor
Structure and English-Spanish Measurement Invariance. J Trauma Stress,
2004; 17 (3)
Orengo García, F., Rodríguez,M., Lahera, G., Ramírez, G. Prevalencia y tipos de
trastorno por estrés postraumático en población general y psiquiátrica. Psiquis
2001;22
Urra Portillo, J. La ética del psicólogo en la Administración de Justicia. Anuario
de Psicología Jurídica, 1994. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Villar, J. La pericia civil y penal: consideraciones de factores para el
afrontamiento de pericias. En Sola Reche, Bethencourt et al., Implicaciones de
la psicología en la criminología actual, Editorial Comares, 1996. Granada.
41
AMBITO DE ACCION DE LA
PSICOLOGIA FORENSE
O PSICOLOGIA JURIDICA
Anexo 1
“Informe Técnico del Peritaje
Sobre el Caso de Violación del niño
Fernando José Payano Victoriano y del
Imputado”
República Dominicana, Diciembre del 2007.
42
1. Presentación y planteamiento de hipótesis de investigación
Los procesos de investigación aplicada a la resolución de casos de agresión
sexual, en muchas ocasiones son vistos desde parámetros subjetivos y poco
convencionales, estadísticas internacionales demuestran que solamente un 15
% de los casos de agresión sexual a niños y jóvenes son investigados a
profundidad con el fin de esclarecer fehacientemente el hecho, un 23 % de los
niños son asistidos en forma adecuada para lograr un proceso readecuación
post-traumática y solamente un 8 % de los agresores sexuales son evaluados
con el de elaborar perfiles de conducta que faciliten el esclarecimiento del
hecho y su posterior tratamiento. (DSMR-IV / 2003)
Aunque parecieran cifras frías las expresadas en el párrafo anterior, nos
permiten evaluar con claridad y objetividad la situación por la cual varios casos
de agresión infantil no son debidamente atendidos. Al solicitar el Lic. Fernando
Quezada García como “Procurador Fiscal del Distrito Judicial de
Constanza”, no solo busca legitimar la solicitud realizada por la defensa del
imputado por “violación” Neidis Julián Guerrero Bueno, contra su
supuesta víctima Fernando José Payano Victoriano, sino además iniciar
acciones de “investigación técnica y científica”, que permita brindar el
mayor número de variables que favorezcan un dictamen adecuado por parte de
los abogados defensores, fiscalía y jueces, que actuaran en el presente caso.
El evaluar y/o analizar un hecho de agresión “sexual” (violación), el
investigador debe considerar los puntos que permitan construir los perfiles del
imputado, niño agredido y el entorno psicosocial donde se desarrollo la acción.
Desde el punto de vista psicológico un delito donde se agrede o maltrata una
persona deja huellas y lesiones no solo físicas, sino psíquicas, el identificar
estas huellas es correspondencia del psicólogo, el evaluar la viabilidad y
fiabilidad como pruebas incriminatorias y/o de descargo es responsabilidad de
los abogados, fiscales y jueces. Lo anterior debo de aclararlo, por la usual
confusión de que un “dictamen o peritaje” es la caja de pandora, este debe
de verse como una herramienta que aporta pruebas o las descarta,
permitiendo a los responsables de dictaminar sobre el caso, otros puntos de
vista que permitan una visión holística del caso y hecho.
43
Fotografía 1: Vista parcial de grupo de familiares consanguíneos,
políticos, vecinos y amigos del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno,
durante la elaboración del “Perfil Psicológico” y “Evaluación
Psicosocial a nivel Familiar y Barrial”
Partiendo de los párrafos anteriores, es menester de un investigador
disciplinado, establecer las pautas que regirán la investigación en toda su
trayectoria, estas pautas son designadas como “hipótesis”, siendo alrededor
de ellas que girara toda las pruebas periciales a nivel de psicología individual,
grupal y psicosociología, que al final permitirán al investigador aceptar y/o
refutarlas, de acuerdo a los resultados, análisis y retroalimentación que se
haya realizado de las pruebas realizadas.
Las hipótesis en el presente caso se plantean en tres ramas diferentes,
coincidiendo con los puntos de análisis que el Lic. Fernando Quezada como
Procurador Fiscal del Distrito de Constanza, requirió en su carta de solicitud de
apoyo perital, presentándose en la tabla resumen No. 1:
44
Tabla 1: Planteamiento de hipótesis sobre el caso
Línea de Investigación
1. Perfil Psicológico del imputado “Neidis Julián Guerrero
Bueno”
Hipótesis 1.a: “El imputado presenta el típico perfil de agresor
sexual, en una de sus tres variables impulsivo, instrumental y/o
sobrecontrolado”
Hipótesis 1.b: “El imputado muestra tendencias de agresor sexual
espontaneo, basado en las características de personalidad
evaluadas a nivel individual y por bases de conducta psicosocial”
Hipótesis 1.c: “El imputado no presenta perfil y tendencia de
agresor sexual, evaluando las características individuales y por
bases de conducta psicosocial”
2. Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano
Victoriano
Hipótesis 2.a: “El niño no presenta ningún rasgo de conducta y/o
perfil de agresión sexual, evaluado por sus características de
personalidad y conductuales.
Hipótesis 2.b: “El niño presenta rasgos de conducta y/o perfil de
agresión
sexual,
reflejándose
en
sus
características
de
personalidad y marco conductual”
Hipótesis 2.c: “El niño presenta rasgos de haber sido agredido
sexualmente e identifica con plenitud a su agresor, evidenciando
traumas y secuelas de dicho hecho en su personalidad y/o
conducta”
3. Estudio socio barrial y familiar del imputado.
Hipótesis 3.1: “El imputado es asociado por miembros de su
familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un
individuo con tendencias a la agresión sexual, delito u otra
conducta inapropiada contra la sociedad”
Hipótesis 3.2: “El imputado no es asociado por los miembros de
sus familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un
individuo con tendencia a la agresión sexual, delito u otra
conducta inapropiada contra la sociedad.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
Las hipótesis planteadas, presentan en forma holísticas las diferentes
alternativas que al analizar y evaluar el caso permitirán ampliar la visión y
sobre todo llegar conclusiones que faciliten el dictamen de los abogados
defensores, fiscalía y juez.
Un planteamiento claro bajo parámetros “científicos”, es el que a través del
presente documento se presentara, descartando las observaciones subjetivas
del caso y cimentando aquellas que de acuerdo a las pruebas psicológicas
45
generales, psicométricas, conductuales y psicosociales sean confirmadas y
validadas, de ahí parte todo el enfoque aplicado para obtener un proceso claro
y transparente, para que sea aceptado en forma que no tenga objeciones
producto de trasfondos que no sean netamente “científicos”.
Figura 1: Proceso de construcción del informe perital
Paso 1
Paso 2
Paso 3
Paso 4
Verificación
de
información
secundaria
Construcción
de protocolo
de
investigación
Presentación
de hipótesis
sobre el caso
Desarrollo del
protocolo de
investigación
Paso 5
Paso 6
Paso 7
Paso 8
Análisis de
resultados de
líneas de
investigación
Aceptación y
refutación de
hipótesis
Validación de
resultados
Presentación
de informe
técnico
pericial
Fuente: Melgar, M / EPOE / 2007.
46
2. Metodología
2.1 Planteamiento general
Las herramientas psicológicas, que permiten establecer hechos, circunstancias
y métodos, son denominadas como “elementos psicológicos de juicio”, las
anteriores herramientas, permiten definir aspectos tan básicos del
comportamiento, así como además en formas más complejas delinear el “perfil
psicológico” de una persona. Elementos que son el eje transversal del
desarrollo de la presente investigación “psicosocial”, con el fin de confirmar o
refutar las hipótesis que como científico debo de considerar como
“supuestos” previo a la recolección de la información primaria (directa) y
secundaria, que de hecho han permitido considerar algunas de las hipótesis
que se plantearon en la presentación en forma introductoria y que nuevamente
se presentaran en el desarrollo del presente numeral, como parte del proceso
científico que permitió confirmarlas y/o refutarlas.
El caso sobre el cual se desarrolla el presente “peritaje”, obedece al hecho de
“violación” del niño Fernando José Payano Victoriano, por el supuesto
agresor sexual Neidis Julián Guerrero Bueno, debiéndose por ello utilizar
diferentes técnicas de captura, análisis y evaluación de información, que
fortalezca el criterio jurídico de los abogados defensores como de la
“Procuraduría” con el fin de ofrecer una mejor perspectiva sobre el hecho, los
actores y las consecuencias del mismo. Es importante resaltar que a solicitud
de la “Procuraduría Fiscal del Distrito Judicial de Constanza”,
representada por el Lic. Fernando Quezada, se nos solicita en forma textual:
Primero: Se acoge la solicitud de peritaje sicológico e informe socio-barrial
familiar formulada por la defensa del imputado Neidis Julián Guerrero
Bueno, por estar debidamente fundamentada y ser presentada en tiempo
hábil.
Segundo: Se designa al Dr. Marvin Melgar como perito a los fines de
practicar un peritaje sicológico del menor Fernando José Payano Victoriano
a fin de establecer el tipo y magnitud de lesiones sicológicas que el mismo
presenta. De igual modo realizar una evaluación sicológica al imputado Neidis
Julián Guerrero Bueno, a fin de establecer si el mismo tiene el perfil de
agresor sexual o violador (pedófilo).
Tercero: Disponemos igualmente a cargo del mismo perito la realización de un
informe socio barrial y familiar del imputado, quien reside en el paraje El
Cercado, Sección Maldonado, del Municipio de Constanza.
47
Considerando los puntos anteriormente expuestos, la solicitud se resumen en
el desarrollo de tres estudios individuales, que en forma conjunta, forman
parte del un mismo informe perital, siendo estos:
(1)
(2)
(3)
Perfil Psicológico del imputado “Neidis Julián Guerrero
Bueno”
Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano
Victoriano”
Estudio socio barrial y familiar del imputado.
Para el desarrollo de cada uno de los estudios solicitados, fueron necesarios el
desarrollo de métodos (modelos) de investigación psicológica y psicosocial
individuales, pero que analizadas en un solo conjunto serán la base del
presente informe perital.
Fotografía 2: Momento de entrevista con familiares consanguíneos del
imputado, para desarrollo de “Perfil Psicológico”
48
2.2 Métodos de investigación
Al considerar la solicitud de la “Procuraduría” y establecer los tres diferentes
estudios, que son requeridos, se ha dispuesto el desarrollo de tres diferentes
líneas de investigación, que aunque separadas, se interceptan con el objetivo
de dar respuesta a los interrogantes contenidos en las “hipótesis” sugeridas a
ser confirmadas o refutadas.
Aunque los métodos (modelos) de investigación psicológica y psicosocial al
poder ser aplicados son muchos, complejos y diversos, debido a las
consideraciones de tiempo, espacio y el tipo de “caso”, se consideraron
utilizar los métodos que a través de la mezcla de praxis y concepto, derivara
en una evaluación objetiva del caso. Cada uno de los métodos utilizados de
presentan en forma descriptiva y enumerativa (pasos metodológicos) en los
numerales subsiguientes.
Fotografía 3: Entrevista con familiares políticos y novia del imputado,
durante la fase de evaluación para desarrollo del “Perfil Psicológico”
49
2.2.1 Método utilizado para la elaboración del “Perfil Psicológico” del
imputado Neidis Julián Guerrero
2.2.1.1 La viabilidad de los “Perfiles Psicológicos” para agresores
sexuales (pedófilos)
No se puede estudiar y comprender los delitos sexuales si no se parte de un
mínimo de conocimientos sobre lo que significa la sexualidad en la conducta de
cada individuo.
Se observa frecuentemente que estos delitos pueden ser cometidos por
individuos que por su conducta sexual habitual pueden ser considerados
"normales" y la manifestación de esa conducta sexual delictiva está ligada a
una circunstancia personal o ambiental momentánea.
Muchos delitos cometidos por perturbados sexuales son debidos no a su
perturbación, que "per se" puede o no ser delictiva, sino a una conducta sexual
tipificada como delictiva en la que puede influir el perfil de la personalidad, un
comportamiento
sexual
perturbado
o
circunstancias
ambientales
condicionantes, por ejemplo intoxicaciones como el alcohol y/o las drogas.
En la dinámica de las conductas sexuales delictivas se encuentran dos
elementos de importancia:
a) la particular sexualidad individual del victimario y
b) el comportamiento eventual de la víctima.
El individuo que delinque, cualquiera sea la forma del delito, tiene una
personalidad. La personalidad del delincuente debe ser el centro de nuestra
investigación porque es la unidad a la que quedan referidas todas las
manifestaciones de su accionar: conducta, motivación, etcétera; por lo tanto el
estudio de la conducta delictiva debe hacerse en función de la personalidad
total del individuo y su inseparable contexto social.
El individuo realiza continuas tentativas de adaptación al mundo en el que se
desarrolla y vive; el investigador debe descubrir el valor y la significación que
ese mundo adquiere para él. La significación y la intencionalidad de la
conducta constituyen un todo organizado (portador de un sentido) que se
dirige a un fin.
50
Fotografía 4: Entrevista grupal con niños y niñas del “barrio” donde
cohabitaban el imputado y el niño agredido, con el fin de
retroalimentar las características de la personalidad del joven Neidis
Julián Guerrero Bueno
Diremos entonces que la conducta sexual delictiva es una conducta concreta
del individuo, expresión de su relación con la víctima en un lugar (espacio) y
en una fecha (tiempo) determinados.
Esto significa desde el punto de vista individual la dificultad del delincuente
para aceptar la ley, lo que implica dificultades en el desarrollo de su
personalidad. A su vez desde el punto de vista social significa una alteración,
violación o transgresión de la norma establecida.
En esta tarea la sexología y la psiquiatría forenses pueden establecer los
aspectos de la personalidad de cada delincuente y diferenciar un caso de otro
al reconstruir con la mayor exactitud posible la génesis y dinámica del
fenómeno criminal en particular.
Siempre se ha insistido en acentuar la diferencia que existe entre el individuo
delincuente y el hombre socialmente adaptado. Sin entrar en polémicas
51
estériles se puede decir que es evidente que existe en el delincuente una
historia personal con determinadas características, un contexto social y ciertas
disposiciones que fallan en determinadas circunstancias y que explicarían las
conductas delictivas en general y las sexuales en particular.
Existen relaciones estrechas entre los rasgos de personalidad del delincuente y
la conducta delictiva, es decir, se observa que la conducta del homicida, del
ladrón, del estafador o del delincuente sexual presenta entre sí rasgos
característicos, pero distintos en cada figura.
2.2.1.2 Características del “Perfil de un agresor sexual” (pedófilo)
En la observación de delincuentes sexuales vemos que el 80 al 90% no
presentan signos de alienación, es decir son jurídicamente imputables. De
ellos, a un 30% no se le detectan groseros trastornos psicopatológicos de la
personalidad y su conducta sexual social aparente presenta visos de
adecuación. El resto de este grupo (el otro 70%) está compuesto por
individuos con trastornos de la personalidad (con o sin perturbaciones sexuales
manifiestas —disfunciones y/o parafilias o desviaciones—), psicópatas
antisociales y/o sexópatas.
El grupo minoritario (10 al 20%) está compuesto por individuos que presentan
graves problemas de personalidad de características psicóticas alienantes, en
su gran mayoría jurídicamente inimputables.
Por lo tanto la asociación tradicional de correlacionar necesariamente delito
sexual y psicopatía debe ser desacreditada. La psicopatía exige impulsividad,
falta de remordimiento por lo realizado, incapacidad de vínculos afectivos
reales, agresividad, dificultad para aprender con la experiencia, etcétera, y
muchos de los delincuentes sexuales no pueden ser descriptos de este modo.
La creencia por ejemplo de que el violador actúa impelido por fuertes deseos
sexuales se ha visto desacreditada en la actualidad, al menos como explicación
genérica.
Otro tanto ocurre con la aseveración consistente en calificar a los agresores
sexuales como enfermos mentales. La ausencia de enfermedad mental, sobre
todo en los violadores, es habitual, y por lo general lo que se observa son
individuos con conductas aprendidas en el marco de una socialización
deficiente.
Debemos distinguir el desviado sexual (parafílico) del delincuente sexual
(transgresor de normas jurídicas). Así por ejemplo un exhibicionista puede ser
un delincuente y un parafílico; un masoquista puede ser un parafílico y no ser
52
un delincuente; un proxeneta puede ser un delincuente y no un parafílico; un
sádico puede ser un parafílico y puede ser o no un delincuente, etcétera.
Fotografía 5: Entrevista individual con miembros de la comunidad
donde cohabitaban el imputado y el niño agredido, permitiendo
retroalimentación de la información vertida por los diferentes actores,
lo que favorece el desarrollo del un perfil psicológico objetivo.
Determinación de personalidad criminal, criterios clínicos
La Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE10), define los
trastornos disóciales (F90) como el “patrón permanente en el comportamiento
anormalmente agresivo o desafiante en el que existen:
• Peleas;
• Abusos;
• Intimidaciones;
• Crueldad;
53
• Hurtos;
• Mentiras; y
• Vandalismo.
Según los criterios diagnósticos establecidos en el Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) este tipo de
comportamiento se puede ubicar dentro de las parafilias, que se definen como
la “presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo exitatorio, de
impulsos o de comportamientos sexuales que por lo general engloban: objetos
no humanos; el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja;
niños u otras personas que no consienten”. (DSMIV-TR, 2003:635),
estableciendo como tales las siguientes:
• Exhibicionismo: exposición de los propios genitales a una persona extraña;
• Fetichismo: sexualización de objetos inanimados;
• Frotteurismo: contacto y roce con una persona en contra de su voluntad; y
• Pedofilia: actividades sexuales con niños púberes.
Una segunda categoría diagnóstica del citado DSM-IV-TR, es el denominado.
Trastorno Antisocial de la Personalidad (DSM-IV-TR, 2003:784 y sgts.),
mismas que define como: “un patrón general de desprecio y violación de los
derechos de los demás, que comienza en la infancia o en la adolescencia y
continúa en la edad adulta. Este patrón también ha sido denominado
psicopatía, sociópata o trastorno disocial de la personalidad”. Indica como
criterios para el diagnóstico, los siguientes:
Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los
demás, indicados a través de:









Fracaso por adaptarse a las normas sociales;
Deshonestidad;
Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro; y
Irritabilidad y agresividad.
Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás;
Irresponsabilidad persistente;
Falta de remordimientos;
El sujeto tiene al menos 18 años;
Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de los 15
años; y
54

El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso
de una esquizofrenia o un episodio maníaco.
Personalidad básica del agresor sexual (violador)
Al proceder a evaluar las características personales del “imputado”, el debemos
establecer con claridad su “personalidad”, cuya definición es: Estructura de
orden afectivo y operativo que conlleva una tendencia a comportarse de una
determinada manera. Se compone de temperamento, carácter, factores
sociales y educativos, un “típico agresor sexual” (violador), presenta ciertos
rasgos que se encuentran presentes en forma constante y homogénea, las
cuales se consignan en los puntos que a continuación se presentan:




















Búsqueda de sensaciones;
Baja percepción del riesgo o daño;
Baja capacidad para diferir la gratificación;
Tendencia a responder rápidamente a estímulos (impulsividad);
Dificultad para controlar sus deseos;
Audacia;
Poca capacidad de espera;
Actitud hostil;
Dependencia emocional;
Estado emocional intenso de ira;
Impulso para hacer daño;
Percepción de vulnerabilidad;
Pobre repertorio de conductas (comunicación – resolución de conflictos);
Acentuada tendencia hacia la violencia;
Alteraciones psicológicas;
Posible daño cerebral;
En la familia no hay relaciones cálidas y seguras;
Historia de agresiones;
Maltrato infantil; y
Trastornos mentales.
Tipos de violadores:
Considerando las características de la personalidad de un típico “violador”, para
fines de la presente investigación, es necesario establecer la “tipología” del
violador, con el fin de establecer el “perfil” del mismo, según Th. Millón,
existen tres tipos de violadores, los cuales se presentan a continuación:
•
Impulsivos:
Inestables
e
irascibles
emocionalmente,
solitarios,
hipersensibles, se alteran con facilitad (posible trastorno límite de la
personalidad. El maltrato más frecuente es el psicológico y limitado al
hogar.
55
•
Instrumental: La depresión y la ira son más bajos que en el impulsivo,
niveles más altos de narcisismo y manipulación, amenazan y agraden a la
pareja. La violencia es habitual y generalizada.
•
Sobrecontrolados: Menos violentos que los anteriores, se reflejan en el
maltrato psicológico, son pasivos y dependientes y con rasgos obsesivos.
Necesidad de elaborar un perfil del imputado
Que es un perfil psicológico?
Conjunto de características físicas, psicológicas y sociológicas determinadas
como probables del presunto autor de una serie de crímenes, que permite
orientar la investigación policial y facilitar el descubrimiento de su identidad,
detención y obtención de evidencias que demuestren su culpabilidad.
El perfil psicológico se elabora siguiendo las fases de evaluación (en la que se
integra la información previa obtenida), resolución (determinación de las
características críticas del criminal) y utilización (sugerencias para la
investigación). (Melgar, M. 2007)
Fines del perfil criminal
• Reducir el número de sospechosos
• Identificar y enlazar posibles crímenes de una serie
• Diseñar estrategias de investigación
• Proveer técnicas adecuadas de interrogatorio
Se consideran las características morfológicas (edad, sexo, raza, apariencia
física), psicológicas (inteligencia, equilibrio sexual y emocional, características
de personalidad, perversiones / patologías sexuales y conducta resultante y su
motivo) y sociológicas (estado civil, estatus económico, entorno familiar, nivel
educativo, equilibrio social, residencia en relación al lugar del crimen):
Características puntuales de un “Perfil Psicológico” de un agresor
sexual (violador)
Existen varios modelos o tipos de “Perfiles Psicológicos”, que sirven de base
con el fin de que el “investigador o psicólogo” determine o compare el perfil de
un imputado (tal como es el presente caso), versus los supuestos estándares
de la “características” que presentan un tipo especifico o genérico de
“violador”, al evaluar el tipo, estructura social, familiar y características, como
investigador, conocido en el perfil preparado por la “Criminóloga” Hilda
Marchiori, para “agresores sexuales” de menores de edad o niños, cuyas
características pueden darnos una luz sobre el perfil del agresor que estamos
56
buscando sobre el caso de la agresión sexual del niño “Fernando José
Payano”, además la investigación del perfil sobre la compatibilidad de la
personalidad y características psicológicas del joven Neidis Julián Guerrero
Bueno sobre el perfil “Marchiori”, el cual a juicio de varios psicólogos,
terapeutas, criminólogos e investigadores se encuentra entre los más
completos y objetivos, las características generales a evaluar sobre el perfil del
“agresor sexual” se presentan a continuación:
Existen varios Personalidad del violador, según Marchiori
•
El delincuente sexual es un sujeto que presenta una acentuada
inadecuación sexual, una actitud de deprecio y marginación por el niño
(dependiendo del sexo de su preferencia) y un temor por enfrentarse a
relaciones interpersonales.
•
La inseguridad básica que exhibe el violador, resulta paradojal con el
ataque agresivo, generalmente es tímido, retraído, inhibido, desconfiado,
automarginado. Su pensamiento está elaborado por ideas obsesivas en
relación a los aspectos sexuales, tiende a ser ilógico porque es el de una
personalidad inmadura y conflictiva. La comunicación infantil, con
dificultades para relacionarse, con un grave trastorno en los aspectos
afectivos y un comportamiento inestable. El deterioro de los valores
morales y sociales es progresivo. (Marchiori 1988:76 y 77)
•
El violador presenta una alternación de su conciencia, niega sus conflictos
y comportamientos asociales y agresivos, por ello atribuye su ataque
sexual al comportamiento de la víctima.
•
El violador ha sido el delincuente más protegido por las instituciones de la
administración de justicia, porque se ha interrogado a la víctima, se ha
dudado de su denuncia, de su declaración, de su veracidad, de su
comportamiento, de sus costumbres.
•
La víctima ha sido considerada como una víctima provocativa, imprudente,
culpable de haber suscitado, incitado al delito. (Marchiori 1988:77)
•
Las amenazas del violador son de toda índole, desde la exhibición de un
arma de fuego, armas blancas, golpes, puntapiés, destrozo de la ropa,
drogas, ácidos, sustancias inflamables, etc.
•
La violación es un comportamiento generalmente premeditado, cuyo fin es
la violencia. El violador no ataca al azar, sino que planifica su agresión,
busca a la víctima, se prepara para agredirla. No existe un fin sexual, sino
un fin de violencia.
•
La percepción que tiene la víctima ante el agresor es frecuentemente el de
un individuo descontrolado, violento, sádico, que demuestra en el
57
acercamiento y en el ataque a la víctima extrema crueldad, que desea
humillar y destruir moralmente (Marchiori 1988:78)
•
La violación es un acto de violencia en el que se priva al niño y/o joven de
todo control, su sensación de seguridad y autonomía se hacen añicos. La
seguridad y la confianza estallan y la víctima cae en una dependencia casi
infantil.
•
La muerte de la víctima luego del ataque sexual es realizado por la
situación de pánico y descontrol del delincuente, ante los gritos de auxilio
de la víctima o del acercamiento de otras personas al lugar o porque la
víctima lo ha identificado
El homicidio es, a veces, expresión de una sexualidad anómala, ya que
sólo a través de él consigue el delincuente el orgasmo (Marchiori 1988:7980)
•
Al realizar el “análisis comparativo” de las características genéricas,
establecidas por Marchiori, H., se complementara utilizando la evaluación
“psicométrica MCMI-II” desarrollada por Th. Millón (1999), el cual permitirá
establecer a nivel individual (en la primera fase) y a nivel psicosocial, el “perfil”
del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, al desarrollar evaluaciones
escritas y verbales al imputado, familiares, amigos, vecinos y familia del niño
afectado. En primer lugar, es preciso hacer hincapié en que el punto de vista
adoptado es que la dimensión patológica de la personalidad descansa en un
continuum en el que intervienen matices y en el que habrá extremos. Por lo
tanto, las afirmaciones aquí realizadas no pretenden etiquetar a los
participantes en extremos alterados, ni establecer categorías diagnósticas
inamovibles. Con la finalidad de comprender con mayor profundidad los
resultados hallados en este estudio y presentados en el punto anterior, parece
de interés recordar
algunos planteamientos realizados por el autor del
cuestionario de personalidad que se ha utilizado. Para Millón (1998), “todos
los patrones comportamentales patológicos, independientemente de la
gravedad que presenten suponen características de funcionamiento
profundamente arraigadas que son producto de la interacción de las
influencias constitucionales y de la experiencia” (pág. 635).
Así, el autor que utilizaremos como parámetro de medición cuantitativa, para
el estudio del perfil del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, propone
que el estilo de personalidad y de afrontamiento de cada individuo se fija tan
firmemente, que se convierte en formas de respuesta automática en la vida
diaria. Se propiciarían círculos viciosos dentro del comportamiento que
llevarían a la persona a nuevas dificultades, y éstas a reacciones similares una
y otra vez. Sin embargo, distingue entre estilo y estructura en la organización
de la personalidad. El estilo es la manera funcional con la que el individuo se
relaciona con el mundo interior y exterior, y la estructura representa
estereotipos profundamente arraigados y relativamente duraderos de
recuerdos, actitudes, temores, etc., que alteran el impacto de las experiencias
siguientes de acuerdo con las expectativas e inclinaciones preformadas.
58
La estructura queda así definida como una organización casi permanente de la
personalidad y el estilo como una forma de expresión. Desde esta perspectiva,
los agresores sexuales de menores se muestran como el grupo de sujetos
con menos alteraciones estables de la personalidad y con rasgos de
personalidad dependiente, fóbicos y compulsivos. Características
anteriores que son compatibles con el modelo Marchiori y que serán la columna
vertebral de la evaluación del perfil de Neidis Julián Guerrero Bueno.
Por ende un “típico agresor sexual de menores o niños”, serian
personas que tienen dificultades para las relaciones interpersonales,
que buscan la aceptación pero sienten un intenso miedo al rechazo que
les lleva a la distancia de sus iguales para evitar el menosprecio y la
humillación que suponen. Tienen dificultades para asumir roles
maduros
e independientes, inhibiéndose así de responsabilidades
adultas. En sus manifestaciones externas pueden representar
repetidamente conductas socialmente encomiables que pueden ser
diametralmente opuestas a sus más profundos sentimientos
antagónicos y prohibidos.
Fotografía 6 y 7: Dibujos psicométricos utilizados para evaluar el
impacto de la agresión (violación) hacia el niño “Fernando José
Payano Victoriano”, nótese la presencia de partes “fálicas” en el dibujo
de la madre y el padre, así como la constante desnudez de los dibujos
de personas, son características de niños sometidos a agresiones
sexuales.
59
En este sentido se expresan argumentos dentro de teorías actuales que
proponen como explicación a la pedofilia los problemas de relación. Serían
personas con poca o nula capacidad para empatizar e incapacidad para
conseguir intimidad. Tendrían más dificultad a la hora de establecer vínculos
emocionales junto con una sensación de indefensión y de vulnerabilidad en sus
relaciones con los adultos, lo que les llevaría a la relación sexual desviada
(Cáceres, 2001).
Fotografía 8: Una característica en la personalidad del niño afectado,
es el encriptamiento social y familiar, algunas veces mostrado en la
conducta sobre sus pertenencias u objetos favoritos, como es el caso
de los juguetes, en la fotografía se muestra como el niño Fernando
José Payano desea proteger sus pertenencias con alambres de púas, lo
cual es un parámetro de referencia hacia su mismo ser.
El proceso de “evaluación” al cual fue sometido el imputado Neidis Julián
Guerrero Bueno, no debe ser considerado en la simplicidad de la entrevista
directa, ya que tanto los modelos Marchiori y Th. Millón, consideran que las
observaciones externas con respecto al imputado, son las que verdaderamente
pueden ofrecer mayor información, que la proveniente del mismo, debido a
que si es el agresor sexual, su conducta parecerá normal, debiendo buscar los
60
indicios de sus posibles desviaciones psicológicas, a través de observaciones
hechas de manera externa, es importante por ello la serie de evaluaciones que
se realizaron tanto al niño agredido, padres del niño, familia, amigos, vecinos y
otros. En resumen los pasos metodológicos que permitieron elaborar el perfil
de Neidis Julián Guerrero Bueno, que se presenta en el número 4 del
presente documento se resumen en la siguiente tabla:
Tabla 2: Pasos metodológicos para elaboración del perfil del imputado
Neidis Julián Guerrero Bueno
Paso
Descripción
metodológico
Paso 1
Análisis general del caso vía versiones del supuesto agresor,
niño agredido y familia.
Paso 2
Entrevista con imputado Neidis Julián Guerrero Bueno,
aplicando la evaluación verbal MCMI-II, desarrollada por Th.
Millón.
Paso 3
Entrevistas colectivas e individuales a miembros de la familia
y barrio donde cohabitaba el imputado, aplicando la
evaluación verbal MCMI-II.
Paso 4
Entrevista colectiva e individual a familia y niño agredido,
utilizando
evaluación
abierta
de
psicología
de
comportamiento.
Paso 5
Aplicación directa de Evaluación Multivariable MCMI-II de Th.
Millón, a familiares consanguíneos, familiares políticos,
amigos, vecinos y miembros de familia del niño agredido.
Paso 6
Análisis y retroalimentación de información obtenida del Paso
No. 1 al 5, con el fin de concebir la versión final del Perfil del
impugnado Neidis Julián Guerrero Bueno.
Paso 7
Diseño del “Perfil Psicológico del imputado Neidis Julián
Guerrero Bueno.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
61
2.2.2 Método utilizado para desarrollo del estudio psicológico del niño
afectado “Fernando José Payano Victoriano”
El punto de “mayor” importancia sobre la investigación encomendada por la
“Procuraduría Fiscal del Distrito de Constanza”, a mi parecer profesional,
se basa en evaluar en primer lugar la autenticidad de la violación, siendo el
único testigo presencial el niño “Fernando José Payano Victoriano”, así
como además evaluar el impacto psicológico que dicha acción a tenido sobre
su psiquis personal, familiar y social. Al evaluar el estado actual “psicológico”
de la víctima, podemos además determinar los patrones de comportamiento
del agresor, así como la “historia” (evolución) del hecho.
Fotografía 9: Momentos en que se realiza la entrevista inicial con la
“madre del niño agredido” Julia Victoriano Aybar (Rosalba), con el fin
de establecer los parámetros del hecho desde la perspectiva de las
“victimas”.
Lo anterior si consideramos que la “violación física” solamente es la “acción
final” del depredador sexual y que en forma relativa sus secuelas pueden ser
manejadas si solamente se tratare de una acción fortuita y única. Deviniendo
en otros efectos si la agresión final es producto de un proceso sistémico de
62
acoso, cambio de comprensión de la sexualidad del niño, manoseos,
enamoramientos, etc., lo que conduce a un cambio conductual, cuyas lesiones
psicológicas son mas impregnadas en la psiquis del niño afectado.
Es ahí donde el “método” de análisis utilizado en la victima de la agresión
sexual “Fernando José Payano”, debe no solamente establecer si ocurrió el
hecho realmente (a pesar del supuesto de las pruebas físicas y averiguaciones
previas de la fiscalía), sino además que consecuencias psicológicas a futuro
tiene el hecho de la violación, coincidiendo con otros expertos en el tema que
al final no solo el “niño agredido” es la victima del hecho sino en si toda la
familia.
Podemos distinguir consecuencias a corto y a largo plazo. ADIMA 1993 indica
que, a largo plazo, los abusos determinan una presencia significativa de los
trastornos disociativos de la personalidad como son alcoholismo, toxicomanías
y conductas delictivas, aparte de graves problemas en el ajuste sexual.
Las consecuencias son diferentes si el abusador es un familiar, un extraño u
otro niño (aunque se habla de abuso cuando el agresor es significativamente
mayor que la víctima o cuando está en una posición de poder o control sobre
ella); también es diferente si la relación sexual ha sido violenta o no. Los
abusos en familia suelen ser más traumáticos, ya que para el niño suponen
además sentimientos contradictorios en cuanto a la confianza, la protección, y
el apego que esperamos y sentimos con relación a nuestros propios familiares.
Personalmente opino que no todos los niños manifiestan el mismo grado de
afectación, para algunos, el abuso, puede significar un trauma y para otros las
consecuencias pueden ser diferentes. En algunas ocasiones, puede suceder
que el grado de sufrimiento no esté relacionado o en proporción con el suceso
en el que el niño ha estado involucrado.
El trauma es el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra
significado, y que experimenta como algo insuperable e insufrible. Finkelhor y
Browne (1985) definen la dinámica traumagénica como aquella que altera el
desarrollo cognitivo y emocional de la víctima, distorsionando su autoconcepto,
la vista del mundo y las habilidades afectivas.
El trastorno de estrés postraumático se manifiesta en las personas después de
un acontecimiento catastrófico e inhabitual. Ullmann y Werner (2000) exponen
en su obra los distintos tipos de traumas que pueden sufrir los niños por
causas muy diferentes como pueden ser la separación de los padres, la muerte
de estos, la vivencia de una guerra o el abuso sexual. Los síntomas más
frecuentes del trauma son, vueltas al pasado y sueños con representación del
suceso ocurrido, insomnio y depresión. Síntomas que suelen persistir durante
63
mucho tiempo, años, y a veces, durante toda la vida. Sobre el tratamiento del
trauma, Malacrea (2000) hace una amplia disertación acerca de niños que han
sido víctimas de abuso y expone su larga experiencia en este tipo de
tratamiento.
Fotografía 10: El niño Fernando José Payano Victoriano (acompañado
de su hermano mayor), en una actividad evaluativa previa a la primera
entrevista psicométrica, a la que fue sometido con el fin de determinar
su estado psicológico y posibles consecuencias de la violación.
Topper (1988), indica que Félix López, catedrático de Sexología de la
Universidad de Salamanca en sus investigaciones, ha llegado a la conclusión de
que no todas las víctimas necesitan terapia, pero todas necesitan ayuda. La
víctima puede necesitar una terapia, el agresor la necesita siempre. Nuestro
trabajo, repetimos, va dirigido a la víctima (niño/a), aunque otras personas
relacionadas con el abuso sufrido necesiten también algún tipo de tratamiento.
Arruabarrena (1996) y Cantón y Cortés (2000) expresan que las
manifestaciones negativas de los menores suelen ser: confusión, tristeza,
irritabilidad, ansiedad, miedo, impotencia, culpa y autorreproche, vergüenza,
estigmatización, dificultad tanto en las relaciones de apego como déficit en las
64
habilidades sociales, aislamiento social, desconfianza hacia todos, o a veces,
hacia personas del sexo del agresor, baja auto-estima, impulsividad, trastornos
del sueño o de la alimentación, miedo, problemas escolares, fugas del
domicilio, depresión, labilidad, conductas autodestructivas y/o suicidas, etc.
Según Arruabarrena (1996) los menores víctimas de abuso pueden convertirse
en
potenciales
agresores;
suelen
manifestar
además,
conductas
hipersexualizadas como la masturbación compulsiva, conductas seductoras, o
un exceso de curiosidad por los temas sexuales.
Un estudio detallado y con abundante bibliografía sobre la sintomatología de
las víctimas y la relación con el tipo de abuso, la edad y el género, lo
encontramos en Cantón y Cortés (2000).
López (1995) indica que existen diferencias en cuanto a edad y género. Si las
víctimas son niñas suelen manifestar depresión y ansiedad. En el caso de los
niños puede ocurrir, que se manifiesten más agresivos o que se conviertan en
abusadores de otros niños. Aunque, de Paúl (2000), Profesor Titular de la
Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, en una conferencia
pronunciada en la Universidad de Málaga, indicó que es frecuente decir que los
abusadores han tenido en su infancia una historia de abuso sexual o al menos
así lo relatan.
Pero no es posible decir que haya una transmisión intergeneracional porque no
cuadran las cifras; la mayoría del abuso se produce de varón a mujer y la
mayoría de las mujeres no son abusadoras sexuales. Sí, se puede decir que
puede pesar la historia de abuso sexual en cuanto a varones que han sido
víctimas de abuso sexual por parte de otro varón, y que van a abusar
sexualmente de otros varones, o también haber sido víctimas de abuso sexual
por parte de un varón y abusar de mujeres.
Recientemente Finkelhor (2000), afirma que existe una mayoría de abusadores
menores, un tercio del 90% masculino; estos menores a los que nos referimos
suelen imitar el abuso que ya han sufrido. Es posible que tengan una historia
de rechazo social y de estigmatización sin que ellos mismos sepan el motivo o
la causa inicial de estos problemas.
65
Fotografía 11: Momentos en que el niño Fernando José Payano
Victoriano, es evaluado a través de una entrevista psicométrica
directa, con el fin de establecer el hecho, así como sus posibles
consecuencias, el método desarrollado utiliza un mínimo de tres
sesiones con diferentes métodos de evaluación psíquica.
Martínez y de Paúl (1993), distinguen efectos que ocurren asociados a la edad
del niño: Preescolar, Infancia y Adolescencia. Según el tiempo: se distinguen
síntomas que van a aparecer a corto y a largo plazo. Estos autores indican
además, otras variables que afectan a la gravedad de las consecuencias, tales
como la frecuencia y la duración. Todos los datos anteriores respecto al tipo de
abuso se obtienen durante la evaluación y son previos a la intervención
terapéutica. En nuestro trabajo partimos de que esta evaluación ya ha sido
realizada y además se han conseguido establecer lazos de empatía con el niño.
Gallardo, Trianes y Jiménez (1998) expresan que esta evaluación previa en la
que el niño manifiesta sus problemas supone un desahogo no traumático que
deja al niño relajado y satisfecho de la atención recibida. Es cierto que la
misma evaluación debe tener desde su inicio intención terapéutica. Los puntos
66
anteriores, nos permiten considerar que la evaluación del hecho, debiéndose
además establecer el nivel de “trauma” que el niño posee, contribuyendo no
solo a establecer su estado psicológico, sino a diseñar el “perfil del posible
agresor”. Y con ello construir a través del análisis “comparativos” entre el perfil
del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” versus el posible agresor.
Fotografía 12: El niño “Fernando José Payano Victoriano” durante la
primera de las tres entrevistas psicométricas a las que fue sometido,
con el fin de evaluar la veracidad del hecho y grado de impactos
psicológico.
Es importante considerar que los métodos de evaluación aplicados al niño
Fernando José Payano Victoriano, consideraron el causar el menor estrés
postraumático, con el fin de no incidir sobre los procesos de mejoramiento
conductual (si hubieran existido), donde la participación (supervisión) en
especial de la madres “Julia Victoriano Aybar” (Rosalba) fue constante, con
el fin de constatar el tratamiento al cual fue sometido durante las entrevistas
psicométricas su hijo. Además de establecer a nivel profesional la veracidad e
impacto de la agresión sexual, el tipo de tratamiento al cual debería de ser
sometido el niño a corto plazo, con el fin de mejorar en forma paulatina su
estado psicológico y de conducta personal, familiar y social. Todo lo anterior
conlleva una serie de pasos metodológicos que se enumeran en la tabla No. 2.
67
Tabla 3: Pasos metodológicos desarrollados para
psicológica del niño Fernando José Payano Victoriano.
la
evaluación
Paso
Descripción
metodológico
Paso 1
Evaluación de los antecedentes generales del hecho de
violación a través de información secundaria (expediente).
Paso 2
Entrevista abierta sobre la perspectiva del hecho a madre de
la víctima “Julia Victoriano Aybar” (Rosalba).
Paso 3
Desarrollo de tres “evaluaciones psicométricas” utilizado los
modelos de análisis conductual:
 MCMI-II de Th Millon;
 Tabla
de
medición
de
impacto
psicométrico
Arruabarrena;
 Análisis de conducta psicosexual a través de
comportamiento físico;
 Análisis de grado de impacto psicológico a través de
test de dibujo;
 Evaluación de psicología conductual.
Paso 4
Análisis de resultados de evaluaciones y análisis, con el fin de
determinar la veracidad del hecho, así como sus posibles
consecuencias psicológicas.
Paso 5
Medición de impacto psicológico (trauma) del hecho de
violación sobre el niño.
Paso 6
Reunión de retroalimentación con padres del niño con el fin
de establecer variables externas y adecuar el dictamen final
sobre el grado de impacto psicológico.
Paso 7
Desarrollo de la evaluación de la agresión sexual sobre el niño
Fernando José Payano Victoriano.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
2.2.2 Método utilizado para desarrollo del estudio socio barrial y
familiar del imputado
La investigación de hechos, acciones y patrones de comportamiento de un
individuo dejan huellas en un territorio, sociedad y familia, el evaluar,
esclarecer y sistematizar este tipo de “conducta”, hoy en día es parte de los
“métodos de la criminología moderna”, la “psicosociología” es una
herramienta de esta, permitiendo evaluar los hechos desde una perspectiva se
observan oscuros y/o nebulosos.
Gracias a la psicosociología un hecho delictivo como una agresión sexual,
puede ser estudiado desde el punto de vista conductual, no solamente
individualmente sino considerando patrones familiares, sociales y culturales,
los cuales quieran o no ser evaluados por un abogado defensor, fiscal y/o
juez, son parte de las pruebas que deben de considerarse al momento de
defender o bien declarar el grado de culpabilidad del agresor, la
“psicosociología” permite entre otras variables establecer:
68
a) El comportamiento delictivo;
b) La reacción social frente a tal comportamiento;
c) Delincuencia, delincuentes y víctimas (Criminal o delincuente: Cuya
responsabilidad debe quedar establecida por la judicatura, pero cuya
“imputabilidad” es informada por la Psicología y Psiquiatría Forense.
Estas disciplinas también estudian la dinámica personal que se resuelve
en la motivación del acto delictivo. Víctima del delito: Se estudian las
consecuencias del acto antijurídico); y
d) Control Social: Que es competencia tanto del Derecho, del Poder
Ejecutivo y de los Sistemas de Punición y de Reinserción Social,
teniendo en cuenta las aportaciones de la Psicología, Psiquiatría y
Sociología. La psicosociología parte de que un hecho aislado sólo puede
ser adecuadamente comprendido si lo relacionamos con otros factores y
comportamientos previos del mismo individuo. Busca comprender,
explicar y predecir la delincuencia.
Figura 2: La psicosociología como herramienta para evaluar el
comportamiento
delictivo


Factores
facilitadores
Comportamiento
Delictivo

Primeras
conductas
antisociales




Reacción Social


Control informal
69
Tendencias
familiares y
sociales
Delitos
Control Formal
Justicia Penal
Al introducir en la presente investigación la línea de investigación
“psicosocial”, se asegura una construcción adecuada de la “estructura del
aparato psíquico” del imputado y de la víctima, permitiendo un mayor número
de variables a validar y/o refutar las diferentes teorías que han surgido
durante la evolución del presente caso. La conducta del imputado Neidis
Julián Guerrero Bueno, no debe de verse como una variable aislada y de
hecho la conducta del niño agredido Fernando José Payano Victoriano tiene
que analizarse a partir de su entorno familiar y social, solo de esta forma
permitirán a los converger las diferentes posturas de la defensa así como de la
fiscalía.
Figura 3: Estructura del aparato psíquico a ser analizado por la vía
psicosocial
Principio de la realidad
Yo
Consciente
Lo Social
Conciencia Moral
Superyó
Inconsciente
Angustia
Precosciente
Ideal del Yo
Autoobservaciòn
Mecanismos de
Defensa
Lo biológico
Ello
Principio del placer, Identidad de percepción
Fuente: Antonio García Pablos de Molina / 2003, modificado por Melgar, M / 2005.
70
Es importante resaltar que el análisis “sociobarrial” a pesar de que su base
es la “percepción de la sociedad” donde tanto el imputado, como el niño
agredido cohabitan. Se centraran en la percepción de los familiares, vecinos y
amigo sobre el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, descartando
aquellas variables que aparecieran durante la investigación, que por no tener
un fundamento real y fiable no se integraran el informe técnico pericial. Son
cuatro las herramientas utilizadas para el desarrollo del “estudio sociobarrial”:
1) Entrevista comunitaria de retroalimentación social;
2) Entrevista sectorial por grupo de afinidad consanguínea y/o social con el
imputado;
3) Entrevista individual a personas identificadas como claves; y
4) Evaluación por boleta de evaluación psicométrica “Prueba Comparativa
MCMI-II de Th. Millón”.
Fotografía 12: Vista del momento de una de las dos entrevistas
comunitarias realizadas de retroalimentación social.
Con la entrevista comunitaria se busca un proceso abierto de
retroalimentación, donde los miembros de las comunidades respondan en
forma directa sobre una serie de cuestionamientos sobre la conducta del
71
imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, la familia del mismo, así como
de niño agredido “Fernando José Payano Victoriano”, realizándose una
serie de proceso de intercambio y capeo, con el fin de verificar los datos
aportados, así como la autenticidad de los mismos. Durante las entrevistas
comunitarias, además se identifican los grupos sociales y personas clave que
serán evaluados en forma individual, con el fin de realizar un “segundo y tercer
capeo de la información” y con ello evaluar la posibilidad de otras líneas de
investigación.
Fotografía 13: Vista general de la “Calle Apocalipsis” fracción del
Barrio El Cercado, donde se realizo el expertaje socio-barrial.
Las entrevistas a grupos sociales y personas clave, tienen como fin realizar un
segundo y tercer capeo de información, como además realizar en forma directa
pruebas que permitan aceptar y/o descartar información que un grupo u otro
presentan, logrando identificar el grado de veracidad y fiabilidad de la
información colectada, con ello se crean ciertos parámetros de objetividad que
guiaran al investigador durante el resto de la investigación. Los grupos y
personas individuales fueron entrevistados en algunos casos hasta tres veces,
con el fin de verificar información, tal es el caso de vecinos cercanos, novia y
72
amigos íntimos, permitiendo en algunos casos identificar otras líneas de
investigación que conforman el global de presente informe perital.
Fotografía 14: Vista de la Sra. Lisset Corcino Duran, novia del
imputado, su comparecencia es importante con el fin de establecer
parte del perfil del imputado.
La cuarta y última herramienta de captura de información se realiza utilizando
la boleta de evaluación psicométrica “Prueba Comparativa MCMI-II de Th.
Millón”, la cual fue realizada a 17 personas, entre familiares del imputados,
vecinos cercanos, madre del niño agredido y amigos. Esta evaluación permite
a través de datos cuantitativos, no solo establecer parámetros de
comportamiento psicosocial, sino retroalimentar en forma confiable el perfil del
imputado, por lo que se asegura una construcción del mismo adecuado y bajo
parámetros objetivos, en el anexo No. 2 se presenta el compendio de los test
realizados.
73
Fotografía 15: Momentos en que el grupo de familiares de Neidis Julián
Guerrero Bueno, son evaluados a través de la “Prueba Comparativa
MCMI-II de Th. Millón”.
El proceso del estudio sociobarrial y la utilización de las cuatro herramientas de
captura de información, se resumen en la tabla 4, donde se presentan los
pasos metodológicos utilizados para el desarrollo de la última macrolìnea de
investigación.
74
Tabla 4: Pasos metodológicos del estudio socio-barrial y familiar del
imputado.
Paso
Descripción
metodológico
Paso 1
Evaluación de los antecedentes generales del hecho de
violación a través de información secundaria (expediente).
Paso 2
Visita preliminar al barrio con el fin de desarrollar un bosquejo
territorial de los hechos.
Paso 3
Desarrollo de entrevistas comunitarias abiertas, con la
participación mixta de familiares, amigos cercanos, amigos,
vecinos y niños de la comunidad.
Paso 4
Desarrollo de entrevistas a grupos sociales, habiéndolos
divididos en: a. familiares consanguíneos; b. familiares
políticos; c. amigos cercanos (infancia); d. vecinos; y e.
miembros de la comunidad.
Paso 5
Desarrollo de entrevista a personas clave, habiéndolos
divididos en: a. madre; b. padre; c. madre del niño agredido;
d. amigos cercanos; e. maestros; y f. jefe de trabajo.
Paso 6
Reunión de retroalimentación sobre resultados de entrevistas
colectivas e individuales y definición de ruta de seguimiento
para evaluaciones psicométricas.
Paso 7
Desarrollo de evaluación psicométrica utilizando la “Boleta de
Prueba Comparativa MCM I-II de Th. Millón”.
Paso 8
Análisis por capeo de las diferentes herramientas utilizadas
para desarrollo de la “evaluación socio-barrial”.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
75
Figura 4: Vistas generales de boleta de prueba psicométrica (Ver
Anexo 2)
EVALUACIÒN PSICOMETRICA
PRUEBA COMPARATIVA MCMI-II de Th. Millón
TENDENCIAS PSICOSOCIALES FAMILIARES Y COMUNITARIAS
Responsable de la evaluación:
Lic. Marvin Melgar Ceballos Ph.D.
Nombre completo: _________________________________;
Numero de Cedula: _________________________________;
Dirección: ________________________________________.
1) Tipo de relación con el joven imputado, marque con una
“X”:
Consanguíneo:
a) Madre: ____; b) Padre: _____; c) Tío (a): _____; d) Hermano
(a): _____; Primo (a) _____; Sobrino (a) ____.
Afinidad social, histórica y/o sentimental:
a) Vecino: _____; b) Amigo desde la infancia: _____; c) Compañero
de estudio; d) Compañero de trabajo: _____; e) Novia: _____: f)
Amigo social: _____.
2) Comportamiento básico observado por el imputado, en el
ámbito familiar y de afinidad, social, histórica y/o sentimental,
marque con una “X”:
a) No le gustaba conversar sobre sus problemas personales y/o
laborales:
Si ____, No _____.
b) Le disgustaba (mostraba enojo) cuando usted intervenía en alguna
actividad personal, social, laboral y/o sentimental:
Si ____, No _____.
c) Fue agredido verbalmente en algún momento por él, por hacerle
algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/
sentimental:
Si ____, No _____.
d) Fue agredido físicamente en algún momento por él, por hacerle
algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/o
sentimental:
Si ____, No _____.
a) En algún momento observo alguna conducta impropia con un
adulto, adolecente, niño de ambos sexos de la familia o
comunidad:
Si ____, No _____.
b) Pudo observar al joven con algún tipo de conducta exhibicionista,
sexual o de provocación:
Si ____, No _____.
3. Coloque una “X” en el tipo de conducta que pudo observar
al joven imputado durante su relación personal con él:
a) Distraído:
b) No le gustaba sociabilizar:
c) Era un bebedor asiduo:
(2 a 3 días por semana)
d) Tenía relaciones con mas 2 mujeres:
e) Gritaba asiduamente:
f) No mostraba interés por las mujeres:
g) Conversaba mucho con sus vecinos:
h) Conversaba y jugaba con los niños:
i) Era indiferente a los vecinos:
j) Mostraba repudio o ignoraba a los niños:
k) Tenía contacto con todos sus vecinos:
l) Prefería permanecer en su casa:
m) Agredía físicamente a jóvenes:
n) Prefería salir de día a conversar:
o) No tenia buena conducta con los niños:
p) Disfrutaba salir de noche a conversar:
q) Sostenía frecuentes peleas con amigos:
r) Le gustaba la música a fuerte volumen:
s) Era un bebedor social (1 vez semana):
t) Dejaba los trabajos inconclusos:
u) Cambiaba continuamente de conducta:
v) Se mostraba triste continuamente:
w) Tenía un trabajo estable:
x) Observaban muestras de llorar a solas:
y) Se mostraba esquivo ante las mujeres:
z) Lloraba fácilmente en público:
aa)
Se quejaba continuamente:
bb)
Sentía recelo hacia las mujeres:
cc)
Golpeaba a niños y niñas del barrio:
dd)
Mostraba enojo o disgusto hacia sus
Padres y familiares cercanos:
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
____
4. Marque con una “X” que tipo de conducta de las descritas a
continuación, pudo observar en el joven imputado:
a) En algún momento el joven mostro interés por conversar con usted,
sobre problemas de índole sexual, sentimental o personales:
Si ____, No _____.
b) Se mostraba ajeno a la conducta, juegos o comportamiento de los
niños del barrio:
Si ____, No _____.
c) Mostraba algún tipo de preferencia por conversar, jugar o regalar
dulces, juguetes u objetos a niños (as) del barrio:
Si ____, No _____.
d) Demostró algún tipo de molestia por conductas juguetonas de niños:
Si ____, No _____.
e) Busco en algún momento bañas o ver a niños (as) bañándose:
Si ____, No _____.
f) Poseía fotografías de niños o bien, supo, observo o escucho, que
buscaba fotografías de niños (as):
Si ____, No _____.
5) Con sus propias palabras describa cual era el comportamiento
familiar, social y sentimental del joven imputado con usted:
Doy fe de la autenticidad de los expresado anteriormente,
_____________________________, habiendo dado respuesta a
las preguntas anteriores el día: _________________________,
ante la solicitud del Lic. Marvin Melgar Ceballos Ph.D.
__________________________
___________________________
Firma del facilitador de la evaluada
Firma del investigador científico
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
76
3. Resultados de las evaluaciones desarrolladas
Bajo el protocolo de investigación elaborado y siguiendo las tres líneas
identificadas (solicitadas), se procedió a realizar un trabajo exhaustivo a nivel
de campo y gabinete, que permitiese cumplir con el plan de trabajo y ruta
critica establecida (ver numeral 1), concebido en ocho pasos metodológicos
generales.
Dichos pasos metodológicos confluyen en tres productos específicos, que se
enumeran a continuación como resultados individuales, pero que… conforman
parte de un informe integral que constituye el “macroproducto” de la presente
investigación psicológica y psicosocial.
3.1 Perfil Psicológico del imputado
Al desarrollar una evaluación psicométrica, que trate de integrar todos los
aspectos históricos, conductuales y personalidad, como se indico en la
mitología, es necesario realizar un trabajo de investigación en tres áreas
(espacios), que permiten evaluar el grado de “similitud” del perfil psicológico
de “Neidis Julián Guerrero Bueno”, como posible agresor sexual con
tendencias pedofilicas, las tres áreas evaluadas son:
1) Entrevista directa con prueba psicométrica al imputado Neidis Julián
Guerrero Bueno;
2) Serie de evaluación psicológica y de impacto al niño Fernando José
Payano Victoriano; y
3) Evaluaciones psicosociales a familiares, amigos, vecinos, etc.
Estas tres áreas de estudio permitieron el
psicológico”, que se presentan a continuación:
desarrollo
de
un
“perfil
1. Datos generales:
(1.1) Nombre completo:
Neidis Julián Guerrero Bueno
(1.2)Cedula de identidad:
053-0040125-3
(1.3) Dirección de domicilio:
El Cercada, Casa No. 8, Sección
Maldonado, Municipio de Constanza, R.D.
(1.4) Nombre de los padres:
Mario Emilio Guerrero
Jesusita Bueno Ortiz (Miriam)
(1.5) Edad actual:
18 años
77
2. Descripción etológica (conductual)
(2.1) El imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, se ele practico una entrevista
directa, utilizando para ello preguntas abiertas (previamente preparadas),
siguiendo el modelo sugerido por Th. Millón y Marchiori, concebida para
determinar a través de rasgos de comportamiento físico y respuestas a
preguntas incriminatoria, objetivas y subjetivas, establecer puntos que
aseveren o refuten las hipótesis planteadas.
(2.2) El imputado en general presento un comportamiento normal, pero con
fuertes evidencias de “sumisión”, esto evoca a su estado actual de detención,
al preguntar sobre los hechos mantuvo una postura cordial, a pesar de ser
inquirido directamente sobre la agresión sexual y la conducta sobre el niño
agredido sexualmente.
(2.3) Presento en momentos de la entrevista directa, en especial sobre la
relación con sus padres y familiares, rupturas emocionales, expresando que su
situación jurídico / procesal, le causaba tristeza debido a que su
“supuesta inocencia” y la “supuesta injusta acusación” a la cual estaba
siendo sometido, su comportamiento y reacciones son compatibles con su
situación personal, no mostrando “depresión compulsiva y/o aguda”, lo que
asegura además un ciclo de respuestas adecuado al cuestionamiento
psicométrico.
(2.4) Curso de pensamiento conservador, sin trastornos de la forma o
contenido del lenguaje. Juicio crítico racional. Solamente en un poco de
ansiedad difusa, a nivel intelectual en forma subjetiva, considero que
presentan parámetros normales a nivel social, racial y educativo.
(2.5) No mostro aun en momentos donde se realizaron preguntas que
buscaban reacciones agresivas, un síntoma de alteración, dedicándose
solamente a la negación del hecho y de la acusación.
(2.6) Las características asociadas a su comportamiento y conducta dentro de
la entrevista, no mostro ningún rastro de disociación, en general se encuentra
entre los parámetros de normalidad, la personalidad el imputado no muestra
compatibilidad con trastornos psicosexuales y de socialización, aunque su
retraimiento que es inusual debido a su complexión física y edad, muestra un
esquema de vida que solamente puede ser analizado a través del estudios
socio-barrial y de psicología comparativa a nivel familiar y amigos. Las
reacciones etológicas asociadas al hecho y sobre la supuesta víctima también
coincidieron sobre los parámetros normales de etología, aunque existen
lagunas de información que él desea omitir, que deben de ser analizadas desde
otras líneas de investigación.
78
3. Análisis comparativo Marchiori del perfil del imputado versus el
perfil típico (pedofilico)
La prueba comparativa Marchiori, se conforma de las pruebas realizadas en
forma directa al imputado, niño agredido y evaluación socio barrial, realizando
posteriormente una tabla comparativa que se presentan a continuación.
Tabla 5: Análisis Comparativo Marchiori
No.
3.1
3.2
Indicativos del perfil
Marchiori
El violador presenta una
alternación de su conciencia,
niega
sus
conflictos
y
comportamientos asociales y
agresivos, por ello atribuye su
ataque
sexual
al
comportamiento de la víctima.
El violador muestra evidencia
de reacciones violetas, en
especial sobre el hecho,
acusación y víctima.
Positivo
Negativo
Observaciones
X
El
imputado
presenta reacciones
dentro
de
los
parámetros de la
normalidad
racial,
social e intelectual.
X
El imputad reacciona
con cierto grado de
desaliento
y
ansiedad sobre el
hecho, dentro de los
parámetros
normales,
no
muestra ningún tipo
de reacción contraria
al niño agredido.
Al realizar el tripe
capeo
de
información,
se
observa que existía
una vinculación en
tiempo y espacio
mínima
entre
el
imputado y el niño
victima
de
la
agresión.
En
los
reportes
médicos
y
apreciación
física
realizada al niño, no
se pudo observar
ningún tipo de lesión
física.
El niño presente un
evidente
trauma
causado
por
un
3.3
Existe
conductas
que
denuncian por parte del
supuesto
agresor,
una
inclinación a considerar a la
víctima como la causa de la
agresión, por su forma de
comportar y conducta social.
X
3.4
La victima presenta lesiones
físicas
producto
de
una
agresión con violencia.
X
3.5
La victima presenta traumas
psicológicos causados por la
agresión recibida por parte del
X
79
violador.
3.6
La percepción que tiene la
víctima ante el agresor es
frecuentemente el de un
individuo
descontrolado,
violento,
sádico,
que
demuestra en el acercamiento
y en el ataque a la víctima
extrema crueldad, que desea
humillar
y
destruir
moralmente.
El violador presenta una
cercanía física, emocional y
psíquica con el niño agredido
sexualmente.
X
3.8
Existen
conductas
disociativas, de repudio hacia
mujeres, madre, hermanas.
No presenta una conducta
propia contra entes de la
sociedad que representen el
marco femenino.
X
3.9
El violador presenta poca
seguridad personal, incapaz
de mantener estudios, trabajo
y hogar estable, el constante
cambio de conducta, hace
poco probable la continuidad
en un trabajo y relación
personal en pareja.
X
3.7
X
80
progresivo proceso
de agresión y ultraje
sexual, es evidente
que el niño fue
violado.
El niño tiene una
percepción ambigua
del agresor, tanto de
cariño,
como
de
repudio
por
el
supuesto
acto
realizado.
El
imputado
no
muestra ningún tipo
de apego, basado en
el
análisis
“etológico”.
La
empatía es baja y su
conducta es dentro
de los parámetros
normal.
El análisis de triplecapeo, no presento
ningún
tipo
de
conducta contraria a
los
parámetros
normales
de
comportamiento,
que indiquen una
confirmación
positiva.
Al revisar el historial
de conducta laboral
y
de
relaciones
personales
del
imputado (de 18
años
de
edad),
muestra parámetros
normales, de hecho
a nivel laboral a
pesar de su corta
edad presenta una
conducta
que
lo
refiere
de
muy
bueno a excelente. A
3.10 Presenta
conductas
no
sociales,
es
crítico
e
introvertido,
el
nivel
de
socialidad con sus familiares y
amigos se restringe a lo
básico, su vida privada es
cerrada para observadores
externos,
no
existen
parámetros
que
permitan
referir a amigos cercanos.
3.11 Muestra
enojo
constantemente, por cualquier
tipo de circunstancia, pelea
física y verbalmente con
personas de su familia y/o
comunidad, muestra un recelo
ante la sociedad que lo obliga
a
un
contante
comportamiento violento y
fuera de los parámetros de
conducta social y civil.
3.12 Presenta un alto nivel de
vanidad
y
narcicismo,
reflejándose en su conducta,
forma
de
vestir,
entrenamiento
físico
y
comportamiento con otras
personas de su entorno.
X
X
X
X
nivel sentimental la
novia y ex novias
entrevistadas,
establecieron
parámetros
de
normalidad
propia
de su edad.
Presenta
un
comportamiento
dual, debido a que
socialmente
posee
parámetros
normales,
pero
personalmente
es
introvertido
y
críptico.
No muestra ningún
tipo
de
conducta
violenta,
circunscribiéndose a
las típicas disputas
familiares
y
del
entorno de amigos.
El joven presenta a
nivel físico y de
comportamiento un
nivel alto de vanidad
y
narcicismo,
pudiéndose
acomodar
a
las
circunstancia
genéticas, así como
a la edad actual del
imputado, donde la
vanidad es parte de
los atributos de la
adolescencia.
Fuente: Modificado de Marchiori, 2003, por Melgar, M. EPOE / 2007
(3.13) Al evaluar los resultados a nivel cuantitativo, el análisis comparativo
Marchiori presenta de los 12 puntos de análisis conductual 2 aspectos
positivos, lo que corresponde a un 17 %, mientras que existe 1 punto “dual”
que corresponde a un 8 %.
81
(3.14) En lo que corresponde al nivel de apreciación negativa el imputado no
es compatible (negativo) en 9 puntos de los 12, lo que corresponde a un 75 %,
según la tabla de referencia Marchiori, cuando un individuo presenta menos de
un 40 % de correspondencia, el individuo posee un “perfil de agresor sexual”,
mientras que superior a un 60 % el individuo no es compatible con un típico
perfil de agresor sexual. Por ende bajo los parámetros establecidos
anteriormente el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, a nivel de la prueba
“Marchiori” no es compatible con una personalidad “típica” de agresor sexual,
resaltando el término “típica”, debido a que existen tres diferentes estándares
de perfiles de “agresores” y además que fuera de ellos existen otros tipos de
comportamientos psicológicos y sociales que pueden promover que una
persona incurra en un hecho de violación en forma espontanea y sin previo
pensamiento al respecto.
4. Prueba sobre tipología de “agresor sexual” MCMI-II Th. Millón
(4.1) El MCMI-II sirve para proporcionar información en tareas de evaluación
y tratamiento de personas con dificultades emocionales e interpersonales. Su
utilidad es fundamentalmente clínica y de investigación, no siendo
recomendada su utilización en poblaciones normales. La teoría que sustenta el
inventario clínico está basada en el diagnóstico de prototipos clínicos,
asumiendo que los grupos prototípicos muestran comportamientos comunes y
distintivos que pueden alertar al clínico o al investigador sobre aspectos de la
historia del paciente y de su funcionamiento actual que no se habían
observado. Esencialmente, postula 13 estilos básicos de funcionamiento de la
personalidad que pueden formarse de la relación entre dos dimensiones
básicas: la fuente primaria de la que la persona obtiene comodidad y
satisfacción, y los patrones instrumentales o de afrontamiento que emplea de
forma habitual para obtener o evitar sus fuentes de refuerzo.
(4.2) Se describen, finalmente, 13 patrones de personalidad, que son
definidos empleando la nomenclatura del eje II del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV). Como es frecuente
encontrarse covariaciones entre los trastornos de personalidad, codificados en
el eje II, y los síndromes clínicos del Eje I en el DSM-IV, Th. Millón considera
fundamental que el modelo teórico recoja y tenga en cuenta estas
interrelaciones. Los síndromes clínicos tienden a ser relativamente breves o
transitorios, variando en el tiempo en función de los estresores. Pero en
muchos casos serán expresión más o menos intensa del estilo básico de la
personalidad acentuado y exacerbado por las situaciones estresantes,
presentando síntomas en común con él.
(4.3) La prueba Th. Millón, utiliza tres niveles de capeo (captura de
información), con el fin de colectar la mayor cantidad de información sobre el
comportamiento individual, colectivo, social, familiar y sexual del individuo. En
el presente caso para determinar a qué tipo de patrón conductual, es
compatible el imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, con uno de los tres tipos
82
básicos de perfiles de “agresor sexual” (violador/pedofilico), determinando se
es del tipo impulsivo, instrumental o sobre-controlado.
(4.4) Los resultados del triple “capeo” realizado se presenta en forma
cualitativa y cuantitativa en la tabla resumen número 6, en ella se presenta la
ponderación máxima asignada por la matriz de evaluación que se rige de 0 a 4
puntos y la puntación asignada por parte del psicólogo evaluador.
Tabla 6: Análisis de escala del MCMI-II de Th. Millón
No.
Escala del MCMI-II
Puntaje (A)
Máximo
Asignado por la
escala
1
Deseabilidad
2
Fóbica
3
Dependiente
4
Narcisista
5
Antisocial
6
Agresivo/Sádica
7
Compulsiva
8
Pasivo/Agresiva
9
Autodestructiva
10
Limite
11
Paranoide
12
Abuso de alcohol y/o drogas
13
Histriónica
Sumatoria
Puntaje (B)
asignado
por el
evaluador
3
4
4
2
3
4
4
3
4
2
4
3
2
42
Diferencia
entre puntaje
AyB
0
0
0
1
1
0
0
0
0
0
0
1
0
3
Fuente: Modificado de Th. Millón, 1998, por Melgar, M. EPOE / 2007
(4.5) Escala relacional:
a. Agresor sexual impulsivo:
30 a más
b. Agresor sexual instrumental:
20 a 29
c. Agresor sexual sobre-controlado:
10 a 19
d. Trastornos ocasionales conductuales:
05 a 09
e. No presenta compatibilidad:
00 a 04
(4.6) Al revisar la tabla comparativa se puede definir que el perfil de “Neidis
Julián Guerrero Bueno”, no presenta ninguno de los tres perfiles típicos de
agresor sexual, por lo que su “supuesto comportamiento” en agresión “sexual”
83
3
4
4
1
2
4
4
3
4
2
4
3
2
39
contra el niño “Fernando José Payano Victoriano”, no puede ser evaluado
como “típico”, el puntaje asignado por la prueba se encuentra dentro del
parámetro “e” que en forma cuantitativa posee un rango de “00 a 04”
catalogándose como “no compatible” con ninguno de los tres tipos de violador.
5. Discusión de resultados
(5.1) Marshal, W, en su estudio sobre “Agresores Sexuales”, publicado en el
año 2001, establece que a pesar de los perfiles que actualmente existen y son
aceptados por gran parte de los “investigadores sexuales” sobre posibles
rasgos del comportamiento de “agresores sexuales” (sean estos pedofilicos o
no), la caracterización de un “agresor sexual” es difícil aunque la pruebas
Marchiori y Th. Millón son fiables, al comprender que un agresor sexual “típico”
es un psicópata consumado, con características de personalidad y conducta,
que lo alejan de la normalidad, es difícil por ello conciliar la personalidad
expuestas en los diferentes “patrones estándar” con el que presenta el
imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, que al parecer posee un marco de
comportamiento “normal” y apegado a las circunstancias sociales, económicas,
educativas y familiares.
(5.2) Por otra parte, como especialista en aspectos de “conducta humana,
comparativa y social”, esperaría encontrar algunos de los rasgos “típicos” que
brindarían una
luz, del
porque el imputado “Neidis Julián Guerrero
Bueno”, pudo haber realizado el tipo de agresión sexual (debido al impacto
sobre el niño agredido), en resumen un agresor sexual tendría que exteriorizar
algunos de los siguientes comportamientos dentro del área emocional: a.
Locuacidad y encanto superficial que puede resultar convincente; b.
Egocentrismo y grandioso sentido de la propia valía (arrogancia); c. Falta de
remordimiento o sentido de culpa; d. Falta de empatía hacia los demás; e.
Mentiroso y manipulador; f. Emociones superficiales. En el área de aspectos
del estilo de vida debería presentar: a. Impulsividad, con deseo de satisfacción
inmediata; b. Deficiente control de conducta, en relación con lo anterior; c.
Necesidad de excitación continuada; d. Falta de responsabilidad; y Problemas
precoces de conducta.
(5.3) A nivel conductual no presenta ningún tipo de anomalía extrema,
simplemente la tipología básica de cualquier joven de su edad, procedencia
social, nivel educativo y edad. En general no posee una conducta etológica
que pudiera referir a ser un “típico agresor sexual” con tendencia pedofilicas.
(5.4) La prueba comparativa “Marchiori” del perfil del imputado versus el perfil
típico de un “pedofilico”, nos refiere a un bajo porcentaje de compatibilidad, tal
como se demuestra en la tabla resumen No. 5, el análisis compartivo permitirá
tanto a los “Abogados de la Defensa, Fiscalía y Jueces” considerar algunos
84
puntos de partida con el fin de determinar la posibilidad de profundizar en el
futuro cercano en el perfil del imputado, con el fin de determinar si el hecho
fue producto de una circunstancia espontanea, o bien no fue en si el agresor
sexual.
(5.5) Al revisar la prueba sobre “tipología del agresor sexual MCMI-II” de Th.
Millón, en el ciclo completo de análisis, no solo nos valida la prueba
“Marchiori”, sino además nos indique que a nivel “conductual” el imputado
“Neidis Julián Guerrero Bueno”, no posee ningún tipo de anomalía conductual,
solamente los referidos a conductas sociales “típicas” tales como el consumo
de alcohol, el nivel de ansiedad asociado a su estado jurídico /legal y su bajo
perfil ante su sociedad causado por sus niveles educativos y inseguridad.
(5.6) Es importante considerar que para el desarrollo del presente perfil se
utilizo un “triple capeo”, con el fin de capturar la mayor cantidad de
información posible y con ello asegurar la viabilidad de los resultados, además
de asegurar con ello que la información fuera verificada en más de dos
ocasiones, con el fin de sustituir la subejetividad “emocional”, con la
objetividad de un proceso científico. Por ello es evidente que las conclusiones
que se presentaran en el siguiente numeral pueden considerarse fiables dentro
de los parámetros de la presente investigación psicológica.
6. Conclusiones sobre el perfil psicológico
(6.1) Neidis Julián Guerrero Bueno, no presenta la personalidad, ni el marco
conductual de una persona con tendencias de agresor sexual, de hecho del tipo
que en sí “agredió” al niño Fernando José Payano Victoriano, que bajo el
reflejo del perfil del niño pudiera ser de tipo “sobre-controlado”, debido a
que la lesiones traumáticas que refleja el niño son producto de un trabajo de
progresivo, sistemático, que demuestra altos niveles de inteligencia y
preparación, constatándose en el cambio conductual que el niño actualmente
posee.
(6.2) El imputado, se muestra como un joven retraído socialmente,
teniendo contacto solamente con las personas de su núcleo social,
sistemático en su conducta laboral, con niveles de ansiedad dentro de los
parámetros normales, no posee arraigado ninguno de los 13 parámetros que
establece la prueba Th. Millón, para referirlo a algún tipo determinado de
agresor sexual.
(6.3) Es obvio que debido a su criticidad, utiliza en ocasiones (y con
regularidad frecuencia) el alcohol como medio de desinhibición social, esto
provocando locuacidad y altos niveles de jovialidad, producto del nivel de
alcohol consumido, pero aun en estos momentos según lo demuestran las
85
entrevistas y prueba psicométricas realizadas a familiares, amigos, vecinos
cercanos y antagónicos, no muestra ninguna conducta sexual contraria a su
sexo, edad y marco social.
(6.4) Bajo los anteriores parámetros concluimos a nivel de hipótesis lo
siguiente:
Tabla 6: Definición de hipótesis planteadas
No.
1
2
3
Hipótesis
Aceptada Refutada
“El imputado presenta el típico perfil de
x
agresor sexual, en una de sus tres
variables impulsivo, instrumental y/o
sobrecontrolado”
“El imputado muestra tendencias de
x
agresor sexual espontaneo, basado en las
características de personalidad evaluadas
a nivel individual y por bases de conducta
psicosocial”
“El imputado no presenta perfil y
x
tendencia de agresor sexual, evaluando
las características individuales y por bases
de conducta psicosocial”
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
(6.5) Considerando toda la evidencia psicológica, psicosocial, conductual y
argumental, revisada de forma científica y en apego a las consideraciones del
protocolo de investigación diseñado, se refutan las hipótesis 1 y 2 de la
primera línea de investigación y se acepta la hipótesis 3, debiendo considerar
que esto valida la aseveraciones que el imputado no posee el perfil de un típico
violador, “No” así el hecho que pudo tratarse de una acción espontánea y
dentro de parámetros psicológicos no usuales dentro del marco de conducta
del imputado.
3.2 Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano
Victoriano”
La segunda línea de investigación contenida en la solicitud y en el protocolo de
investigación planteado, se concentra en el desarrollo de un estudio Psicológico
del niño agredido sexualmente “Fernando José Payano Victoriano”, con el
fin de evaluar la factibilidad de la agresión, asico además establecer cuales
pudieran haber sido las secuelas psicológicas que hoy en día (cuatro meses
después) presenta la víctima. Es importante resaltar que la conducta del niño
agredido (victima), es reflejo del “modus operandis” del agresor y por ello
además nos permite establecer “criterios e indicadores”, de los posible
86
parámetros de personalidad y conducta del agresor sexual y con ello construir
un perfil que nos indique la compatibilidad del imputado.
Pero aun mas importante es el hecho que un “estudio psicológico” a
profundidad del niño, nos permitirá establecer los “traumas” ocasionados por
el hecho y la correctas líneas de acción, que deben de ser utilizados para su
posterior tratamiento. El estudio psicológico se presenta a continuación:
1. Datos del niño:
(1.1) Nombre completo:
Fernando José Payano Victoriano
(1.2) Sexo:
Masculino
(1.3) Edad actual:
6 años
(1.4) Edad del hecho:
6 años
(1.5) Fecha de Nacimiento:
17 de noviembre 2000.
(1.6) Curso:
1er. Curso
(1.7) Nombre de los padres:
Julia Victoriano Aybar (Rosalba)
Antonio Payano Quezada (Roberto)
(1.8) Dirección:
Barrio El Cercado, Constanza, R.D.
2. Prueba de reflejo de agresión sexual Th. Millón
(2.1) Siguiendo el protocolo de investigación se realizo la prueba de reflejo de
agresión sexual Th. Millón, la cual consiste en una serie de preguntas directas
realizadas a la madre y posteriormente al niño que “supuestamente” sufrió la
agresión sexual, gracias a una tabla de “criterios indicadores” nos permite
verificar la fiabilidad de la información, así como además considerar la
autenticidad de los hechos.
(2.2) Producto del análisis realizado, se comprueba que el niño “Fernando
José Payano Victoriano”, fue víctima de una agresión sexual, no solo
concluido en un hecho físico, sino metódica, sistemática y con altos índices de
lascivia, reflejado en la conducta introvertida, insegura y de un alto grado de
secuelas sexuales, por ende se puede asegurar que el niño fue víctima de un
proceso de degradación y agresión sexual, no simplemente un caso fortuito de
acoso y violación.
87
(2.3) Producto de la prueba MCMI-II, se puede asegurar que el niño fue
agredido por un agresor sexual de tipo “sobre-controlado”, debido a las
características conductuales del niño, que aseveran un proceso de cambio de
conducta y aceptación por parte del niño para que ocurriera el hecho, este tipo
de degradación psicológica necesita un mínimo de 1.5 años, de acoso,
¡enamoramiento!, seducción y bajo grado de violencia, considerando al agresor
inteligente, vivaz y con gran elocuencia verbal para logar el objetivo de la
seducción total del niño. Todo lo anterior es fiel reflejo del comportamiento del
niño “Fernando José Payano Victoriano”, no poniendo en duda que el acto y
proceso ocurrió.
3. Análisis de tabla de medición de impacto psicométrico Arruabarrena
(3.1) Al haber comprobado la autenticidad de la “agresión sexual”, se prosigue
con la prueba de tabla de medición de impacto psicométrico Arruabarrena, la
que consiste en evaluar el grado de trauma que el niño presenta debido al
proceso de agresión sexual, ponderándose en una escala de 0 a 10, donde 0 es
el mínimo y 10 el máximo, la ponderación de cada una de ellas es adicionada,
con el fin de establecer el grado de impacto total y con ello poder a posteriori
determinar el tipo de tratamiento que el niño necesita.
(3.2) en la tabla No. 7, se presenta la medición de impacto psicométrico
Arruabarrena:
Tabla 7: Medición de impacto psicométrico Arruabarrena
No.
1
Impacto
asociado a la
agresión sexual
Inseguridad
Puntaje
(0-10)
Observaciones
07
El niño presenta inseguridad pasiva,
aunque al evaluar el informe psicométrico
inicial podemos asegurar, que dicha
variable a disminuido, debido al tiempo y
apoyo que ha recibido.
Existe confusión sobre el hecho y la
personas en su entorno, debido a la carga
de información a la cual está siendo
sometido.
Además
del
proceso
de
degradación
psicológica
al
cual
fue
sometido ha ocasionado confusiones de tipo
conductual y sexual.
Existe evidentes puntos de quiebre del
niño, en especial cuando se hace alusión al
hecho de la agresión sexual.
El niño posee un alto nivel de irritabilidad,
lo cual puede redundar en conductas
2
Confusión
06
3
Tristeza
07
4
Irritabilidad
09
88
inapropiadas a nivel social.
5
Ansiedad
08
6
Miedo
06
7
Impotencia
08
8
Trastornos
sueño
9
Trastornos
alimenticios
06
10
Aislamiento social
06
11
Problemas
escolares
08
12
Curiosidad
por
temas sexuales
09
del
09
Las
evaluaciones
realizadas
a
nivel
comportamiento físico, terapia del dibujo y
evaluaciones etológicas, comprueban que el
niño pasa por momentos de ansiedad,
reflejadas en retraimientos, alejamiento
mental y sobre todo introversión.
A pesar de que en la actualidad el miedo
posee un reflejo relativamente pequeño,
probablemente por el apoyo recibido, es
importante indicar que existen evidencias
de conducta de “miedo” reflejada en
regresiones.
El niño presenta síntomas de sentimientos
de inadecuación, provocados por un
sentimiento
de
impotencia
y
hasta
aceptación del hecho. En especial de las
secuelas personales y aun del posible
agresor.
La madre indica que el niño presenta
problemas para conciliar el sueño y
necesidad de medios de apoyo (biberón)
para lograr un estado de tranquilidad y
relajación que le permita dormir.
Evidentemente superados en la actualidad,
el niño según observaciones anteriores
presento posterior al descubrir el hecho
trastornos de alimentación y baja de peso,
que posteriormente fue superado gracias a
la atención de los padres.
El niño actualmente no presenta una
disociación, pero debido al hecho los padres
han optado por retraerlo de su ambiente de
juego y amigos, aunque él presenta una
conducta social adecuada.
La madre indica que el niño posterior al
descubrir la agresión sexual y sus
posteriores secuelas sociales, ha tenido una
regresión escolar, algo característica de los
niños sometidos a procesos de agresión
sexual.
El niño demostró en las entrevistas y
medidas comparativas (capeos), curiosidad
excesiva por temas sexuales, relacionados
a la parte masculina, lo que caracteriza al
tipo de abuso y degradación psicológica al
que niño fue sometido.
89
13
Auto
sexual
reproche
04
14
Conductas
hipersexualizadas
04
15
Conductas
seducción
depredación
sexual.
09
de
y/o
Total:
A través de exámenes psicométricos, test
de dibujos y etología general, el niño posee
un bajo nivel de autoreproche sexual.
La entrevista realizada a los padres,
pruebas
psicométricas
realizadas,
mostraron que el niño no muestra
conductas de hipersexualizaciòn, aunque si
confusión sobre su sexualidad.
Al realizar el “capeo” de su entorno social,
otros niños indican que el niño, en fechas
recientes, ha tenido con ellos conductas de
seducción, lo que entra en el marco del tipo
de agresión sexual que fue sometido.
106
Fuente: Arruabarrena, 2001 , por Melgar, M. EPOE / 2007
(3.3) La matriz de referencia nos indica los siguientes rangos de ponderación:
a. Puntuación entre 100 a 150:
Alto impacto y trauma psicológico.
b. Puntuación entre
50 a
Impacto medio y trauma
psicológico
c. Puntuación entre
30 a 50:
99:
Impacto bajo y trauma
psicológico.
d. Puntuación entre 10 a 29:
Secuelas básicas.
e. Puntuación entre 00 a 09
Ninguna secuela básica.
(3.4) Al corroborar el puntaje de la tabla de análisis, con una ponderación de
106 puntos, podemos indicar que el niño se encuentra en la categoría de
“impacto a”, coincidiendo con el análisis etológico y psicométrico realizado a
él, por lo que podemos indicar que al “presente momento”, el niño muestra
un alto nivel en secuelas y traumas, producto del hecho de la agresión sexual,
debido a que no solamente fue el hecho del “acto sexual”, sino un proceso de
afincamiento de sentimientos y conducta, que provoco un cambio de
“conducta” en el niño, que hoy en día se evidencia en su comportamiento
individual, familiar y social.
4. Análisis de conducta psicosexual
(4.1) Para el desarrollo de la conducta psicosexual del niño, confirmado ya
agresión sexual, se procedió a realizar tres capeos de información, tal como
estipula el protocolo de investigación, “el primero se baso en
características de comportamiento físico (etológico), el segundo
90
la
lo
la
a
través de test de dibujo y tercer utilizando pruebas psicométricas
(verbales) con el fin de evaluar la psicológica de conducta”.
(4.2) El primer capeo de captura de información, muestra que el niño posee
tendencias biofísicas, que reflejan una posible confusión en su rol sexual, lo
cual ha sido confirmado por su madre, al indicar que el niño, ha mostrado en
los últimos meses una conducta sexual con derivaciones femeninas, lo cual
aunque pueda causar preocupación, es algo característico de los niños que han
sido acosados y seducidos por “agresores sexuales (violadores) del tipo
sobrecontrolado”.
(4.3) Con el niño se procedió a realizar varios “test de dibujos”, en la
mayoría (80 %) su visión “hipersexualizada” fue predominante, mostrando
en ellos la características “fálicas”, coincidiendo con reportes de varios perfiles
sobre niños agredidos sexualmente, donde es usual el dibujo de padres,
hermanos, familiares y amigos con el falo, que es asociado al elemento
agresor.
(4.4) A nivel conductual el niño presenta una fuerte confusión sobre su
sexualidad, lo que se ha incrementado en los últimos tres meses, según
observaciones de sus padres, hermano y vecinos. El efecto de confusión,
como se ha indicado anteriormente entra dentro de los parámetros de
comportamiento de un niño que ha sido seducido en un proceso de cambio
conductual.
5. Discusión de resultados
(5.1) Todos los estudios aplicados al niño a nivel de psicología abierta,
psicología de conducta, psicométria y psicosociología, indican que el niño
muestra secuelas y traumas de una agresión sexual, la cual no se realizo en un
solo y único acto de violencia sexual, sino fue producto de un proceso de
seducción y cambio de conducta, que llevo tiempo y espacio, en referencia a
estudios similares un impacto psicológico tal como presenta el niño no puede
ocurrir en un tiempo menor a 1.5 años (18 a 24 meses).
(5.2) El tipo de conducta que el niño posee, nos refleja que el agresor sexual,
fue alguien que conto con tiempo y espacio para actuar, donde la confianza del
niño pudiera ser ganada y con ello el aventurar a nuevas formas de acoso y
seducción, sus características pudieran indicar que se trata de un violador del
timo “sobre-controlado”.
(5.3) Es evidente que el niño muestra una fijación por su supuesto agresor
“Neidis Julián Guerrero Bueno”, ubicándolo como el agresor sexual, en todas
las entrevistas y bajo todas las herramientas psicológicas y conductuales, el
91
niño indico que su agresor era el joven imputado, lo que pudiera no concordar
con el perfil del imputado, pero a juicio propio del niño: “…el tuvo la culpa
por haberme rozado tanto las nalgas, sino nadie se hubiera dado
cuenta”, esta declaración sincera, abierta y franca del niño puede ser el punto
de partida para una investigación conductual más profunda del imputado.
(5.4) Como científico e investigador social, asocio la conducta del niño con
fuertes deseos de defensa ulterior, punto de ruptura de cualquier prueba
psicológica y de conducta, debido a la fuerte conexión que existe entre el niño
y su agresor, lo que no permite profundizar más sobre el marco de la relación
y sus interioridades, solamente bajo un proceso prolongado de análisis,
investigación y retroalimentación, el niño podría abrir y exteriorizar más
información sobre el hecho, sin causar traumas y/o secuelas posteriores, que
fue el deseo del investigador, con el fin de no causar mayores molestias y
confusión al niño.
6. Conclusiones sobre la evaluación del impacto psicológico
(6.1) Puntualmente como investigador psicológico, podemos afirmar que el
niño fue “agredido sexualmente”, presentando secuelas y traumas que son
compatibles con el perfil y personalidad de un niño con agresión sistemática y
compulsiva en el ámbito sexual. Basado en los estudios y capeos de
información realizados, se concluye a nivel de hipótesis de la siguiente forma:
Tabla 8: Definición de hipótesis planteadas
No.
Hipótesis
Aceptada Refutada
1
“El niño no presenta ningún rasgo de
x
conducta y/o perfil de agresión sexual,
evaluado por sus características de
personalidad y conductuales.
2
“El niño presenta rasgos de conducta y/o
x
perfil de agresión sexual, reflejándose en
sus características de personalidad y
marco conductual”
3
“El niño presenta rasgos de haber sido
x
agredido sexualmente e identifica con
plenitud a su agresor, evidenciando
traumas y secuelas de dicho hecho en su
personalidad y/o conducta”
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
(6.2) Se refutan las hipótesis 1 y 2, correspondiente a la segunda línea de
investigación, concluyendo por ende aceptar la hipótesis 3, la cual aglutina en
si todas las conclusiones referentes a la situación psicológica y conductual del
niño “Fernando José Payano Victoriano”.
92
3.3 Estudio socio barrial y familiar del imputado
Un punto de importancia de verificación, con el fin de construir el “perfil del
imputado”, como marco conductual de los involucrados (familia-imputadoniño agredido), confluye en el desarrollo de un estudio socio-barrial y familiar,
habiendo sido definido ampliamente en el marco conceptual desarrollado en el
protocolo de investigación preparado para el desarrollo de la presente
investigación.
A continuación se presenta los resultados generales y específicos de una serie
de ejercicios y evaluaciones que nos han permitido evaluar, con amplitud y en
forma sistemática la situación individual, familiar y social del imputado “Neidis
Julián Guerrero Bueno” y su posible perfil de “agresor sexual”.
Considerando el protocolo de investigación los resultados se presentan de
acuerdo a los “capeos de información” que en forma individual aportan
información sustancial, que nos han permitido construir un posible escenario
social de donde se desarrollaron los hechos.
1. Bosquejo territorial del barrio/comunidad
(1.1) La comunidad forma parte del “Barrio” conocido como “El Cercado”,
compuesto en general por obreros y pequeños comerciantes, situados
en un 45 % por familias con ingresos no mayores a RD$ 3,500.00 /
mes (tres mil quinientos pesos exactos), un 43 % de la población
no poseen ingresos mayores de RD$ 2,000.00 (dos mil pesos
exactos), lo que indica un población bajo la línea de pobreza de un 88
%. (Melgar, M. CSR, 2005)
(1.2) El sector del “barrio” donde tanto el imputado como niño cohabitan,
posee características “normales y típicas” de los barrios de
Constanza, no se pudo observar en las tres visitar realizadas, acciones
contrarias contra la moral y conducta civil, al realizar las entrevistas de
campo de los 30 miembros de la comunidad entrevistados (todos
mayores de 18 años), indican que el barrio no presenta excesos de
anomalía social, simplemente los básicos del denominado “ocio
dominicano”, que consiste en los juegos de azar, juegos vespertinos de
domino, beber alcohol los viernes, sábados y domingos en los Colmados
cercanos.
(1.3) Los jóvenes al parecer de un 86 % de los 30 miembros de las
comunidades entrevistados, poseen un comportamiento normal, dentro
de los parámetros de comportamiento social, el 97 % indican que
cuando ocurrió el hecho de la agresión sexual del niño “Fernando José
93
Payano Victoriano”, mostraron incredulidad sobe dos aspectos: a.
sobre el hecho en sí; y b. de la persona imputada de haber agredido al
niño “Neidis Julián Guerrero Bueno”.
(1.4) Al referirse sobre el comportamiento de los niños el 100 % del los
entrevistados, indicaron que era normal, cuando no estaban en la
escuela o colegio, se reunían a jugar, conversar y “hacer ruido”, no
observaron nunca conductas inapropiadas a nivel “sexual” ente adultos y
niños, como además los denominados “juegos sexuales” que niños de
edades entre los 05 y 11 años practican como parte de su evolución
física y mental.
(1.5) El 100 % de los entrevistados indicaron que conocían a “Neidis Julián
Guerrero Bueno”, de ellos un 95 % se refirió a él como un joven
trabajador, que siempre mostraba buenas costumbres ante sus vecinos,
que además colaboraba con los miembros de la comunidad.
(1.6) Destacaron que el comportamiento del joven imputado se encontraba
dentro de los parámetros de la normalidad, indicando el 100 % de los
entrevistados (30 personas) que el único acto de conducta excesiva
que mostraba era el beber acompañado por otros jóvenes y miembros
de la comunidad en el patio de su casa y en los Colmados de la calle de
entrada del barrio, pero aun en estado de ebriedad mostraba una
conducta racional y tranquila, sin alteración del orden público y sin
conflictos entre amigos y vecinos.
(1.7) Al referirnos sobre si conocían al niño “agredido sexualmente”, un 65
% de los entrevistados aseguraron que “si”, un 35 % indicaron que no lo
conocían, el 100 % aseguro conocer a los padres, en especial al padre,
sobre su conducta el grupo representado en el 65 % indico que parecía
un niño normal, que muy pocas veces lo observaron en la calle, ya que
al parecer no podía salir de la casa a jugar con los niños del barrio.
(1.8) Sobre el comportamiento de Neidis Julián Guerrero Bueno, con el niño,
el mismo 65 % aseguraron que no pudieron observar en ningún
momento al imputado conversar, jugar o en cualquier tipo de
intercambio con el niño Fernando José Payano Victoriano.
94
Fotografía 16: Imagen de satélite de la ubicación del sector del “Barrio
El Cercado” donde ocurrieron los hechos imputados a Neidis Julián
Guerrero Bueno.
Fuente: Google-Earth, 2006, modificado por Melgar, M / 2005.
95
2. Desarrollo de entrevistas comunitarias abiertas
(2.1) Según lo estipulado en el protocolo de investigación, se procedió a
realizar, una serie de entrevistas abiertas a miembros de la comunidad, esta
vez convocadas a un lugar neutral (casa-oficina del investigador), con el fin de
que los parámetros de comportamiento y conducta, dieran como resultado una
mayor fluidez de información, en la serie de tres entrevistas abiertas se conto
con un grupo mixto de hombres, mujeres, jóvenes y niños, tanto
familiares, amigos, vecinos y personas del barrio, con nexo directo e
indirectos con el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, en la tabla
número 9 y 10 se presenta la lista de personas adultas y niños participantes
en dichas reuniones.
Tabla 9: Personas adultas participantes en las reuniones abiertas
No.
Nombre completo
Numero de cedula
1
Anastasia Victoriano
053-0025118-7
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
Jesusita Bueno Ortiz
Serafín Bueno
Marta de la Cruz Ramírez
Leticia Ortiz
América Marte
María Delgado
Nena Rosado
Rosayni Delgado
María Del Carmen Holguín
María Elena Marte
Mario Cabral
Isabel Nicodemo Páez
Mary de la Rosa
Noelia Mateo Bueno
Lisset Corcino
Leticia Ortiz Corcino
Mario Corcino
Julia Victoriano Aybar
053-0018160-8
053-0003101-9
053-0039807-9
031-0499940-8
053-0008798-7
20
Antonio Payano Quezada
053-0042064-2
053-0007132-0
053-0024824-1
053-0032416-6
031-0499940-8
053-0025118-7
053-0030303-8
Relación con el
imputado
Hermana
de
crianza.
Madre
Abuelo materno
Amiga
Amiga desde niño
Vecina
Cuñada
Vecina
Amiga y Ex novia
Comadre
Hermana
Cuñado
Amiga
Amiga
Hermano
Novia
Amiga
Vecino
Madre del niño
agredido
Padre del niño
agredido.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
96
Tabla 10: Niños entrevistados procedentes del barrio
No.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
Nombre completo
Wilfry Corcino
Nelson Javier de la Cruz
Jhoan Tiburcio
Daneuris Marte
Rony Victoriano
Alejandra Gil
Isamar Corcino
Dany de la Cruz
Luis Alejandro de la Cruz
Alfredo Gil
Dayron Marte
Yafee Victoriano
Stanley Gil
Rosayni Delgado
Fernando José Payano
Edad
4
6
6
8
9
12
8
13
10
9
10
9
11
12
6
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
años
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
(2.2) El grupo de adultos entrevistados primero en forma general y después a
nivel de grupo y relación con el imputado (consanguínea, política y/o afinidad
social), presento un panorama y comportamiento adecuado, racional y de
crecimiento apropiado por parte del imputado “Neidis Julián Guerrero
Bueno”, sin ningún tipo de argumentación contraria a las averiguaciones
previas (numeral 1 de la presente línea de investigación), en general
caracterizaron al joven como una persona de trato social, que trabajaba
con esmero para su superación personal, colaborador con los vecinos,
reservado, pragmático, deportista y recientemente integrado a sus
estudios. A excepción de la madre del niño agredido la perspectiva del joven
es normal dentro de los parámetros del comportamiento de un adolecente,
aunque en relación de la madre del niño agredido, el joven había mantenido
niveles de decoro y comportamiento adecuado, habiendo solamente visto un
comportamiento de “expresión de cariño” en dos o tres ocasiones hacia su
hijo.
(2.3) El grupo de niños investigados en “dos ocasiones”, tuvo un
comportamiento normal y apegado a la situación, procediendo con cautela y
bajo un protocolo de “entrevista abierta”, se pronunciaron hacia un
comportamiento normal, atento, cortes y sin ningún tipo de insinuación sexual
por parte del imputado, confirmando los parámetros del “perfil” desarrollado
para el imputado, ya que es característico que un “agresor sexual” realice
vejámenes a varias víctimas, si tiene acceso y posibilidad de realizar y no se
concentra en una sola. Lo niños argumentan que juegan ocasionalmente con
el niño agredido, que no pudieron observar ningún tipo de comportamiento
97
impropio por parte del imputado con el niño, que de hecho según ellos lo
indican, nunca vieron al imputado y al niño juntos, que en grupo y en varias
ocasiones entraron a las habitaciones de la casa donde vivía el imputado, en
juegos colectivos y que en algunas de ellas les acompañaba el niño agredido y
tal como un niño lo indica “…el juega con nosotros cuando, se le escapa a
la mama o le da permiso, lo que es muy raro”.
(2.4) A los niños en base a pruebas “psicométricas verbales” y capeo de
información, fueron inquiridos si sus respuestas habían sido previamente
preparadas por parte de los adultos, mostrando un aspecto saludable y sincero
de que hablaban en forma espontanea.
(2.5) Sobre los “juegos sexuales”, punto de gran interés, es evidente que
existen dentro del grupo, a pesar del estupor y preocupación “excesiva” de los
padres, aunque al armar parte del rompecabezas cronológico y sociológico, de
indicar que estos son de hecho producto de la “psiquis” posterior al hecho de
haber descubierto la “agresión sexual”, conducta típica de situaciones
similares, reportadas a nivel científico por varios autores de conducta de “niños
agredidos sexualmente”, sugiriendo descartar esta hipótesis como posible
razón de la “agresión sexual” del niño Fernando José Payano Victoriano.
2. Desarrollo de evaluación psicométrica utilizando la “Boleta de
Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón
(3.1) Como herramienta de confirmación y/o refutación de resultados,
producto de las herramientas de investigación aplicada, se procedió a realizar
una prueba de análisis comparativo, a 17 miembros de la comunidad, un grupo
seleccionado por la madre del imputado y un segundo grupo seleccionado por
la madre del niño agredido, la lista de personas evaluadas se presenta en la
tabla 11.
Tabla 11: Nombre de personas evaluadas a través de la “Boleta de
Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón
No.
1
2
3
4
5
6
7
8
Nombre completo
América Marte Peralta
Julia Victoriano Aybar
Nombre no legible
Lilian Hernández
Marta de la Cruz
Omar Ciprian
Lissette Corcino de León
María Elena Mateo
98
Numero de cedula
053-0008798-7
053-0030303-8
053-0023799-3
053-0044481-1
S/N
053-0033022-1
S/N
S/N
9
10
11
12
13
14
15
16
17
Noelia Mateo Bueno
Antonio Delgado Marte
Jesusita Bueno
Mario Guerrero
Leticia Ortiz Corcino
Sofía Bueno Ortiz
Jorge Luis de los Santos
Dolores Cesarina Santos Corcino
Sollanlly Duran
053-0032416-6
053-0036409-7
053-0018160-8
053-0016685-6
S/N
S/N
053-0038669-4
053-0020633-0
053-0040188-1
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
(3.2) Al realizar un análisis porcentual (estadístico), que permitiera mostrar en
forma cuantitativa, las respuestas asignadas a través de la “boleta”, nos
permite obtener los siguientes datos (resumen), por pregunta realizada:
Pregunta 2: Comportamiento básico observado por el imputado, en el
ámbito familiar y de afinidad, social, histórica y/o sentimental, marque
con una “X”:
a) No le gustaba conversar sobre sus problemas personales y/o laborales:
Si: 45 %, No: 55 %.
b) Le disgustaba (mostraba enojo) cuando usted intervenía en alguna
actividad personal, social, laboral y/o sentimental:
Si: 20 %, No: 80 %.
c) Fue agredido verbalmente en algún momento por él, por hacerle algún tipo
de observación física, familiar, laboral, social y/ sentimental:
Si: 5 %, No 95 %.
d) Fue agredido físicamente en algún momento por él, por hacerle algún tipo
de observación física, familiar, laboral, social y/o sentimental:
Si: 0 %, No: 100 %.
e) En algún momento observo alguna conducta impropia con un adulto,
adolecente, niño de ambos sexos de la familia o comunidad:
Si: 5 %, No: 95 %.
f) Pudo observar al joven con algún tipo de conducta exhibicionista, sexual o
de provocación:
Si: 0 %, No: 100 %.
99
Pregunta 3: Coloque una “X” en el tipo de conducta que pudo observar
al joven imputado durante su relación personal con él: (análisis
porcentual supletorio debido a que las personas podían responder más
de una variable)
a) Distraído:
b) No le gustaba sociabilizar:
c) Era un bebedor asiduo:
(2 a 3 días por semana)
d) Tenía relaciones con mas 2 mujeres:
e) Gritaba asiduamente:
f) No mostraba interés por las mujeres:
g) Conversaba mucho con sus vecinos:
h) Conversaba y jugaba con los niños:
i) Era indiferente a los vecinos:
j) Mostraba repudio o ignoraba a los niños:
k) Tenía contacto con todos sus vecinos:
l) Prefería permanecer en su casa:
m) Agredía físicamente a jóvenes:
n) Prefería salir de día a conversar:
o) No tenia buena conducta con los niños:
p) Disfrutaba salir de noche a conversar:
q) Sostenía frecuentes peleas con amigos:
r) Le gustaba la música a fuerte volumen:
s) Era un bebedor social (1 vez semana):
t) Dejaba los trabajos inconclusos:
u) Cambiaba continuamente de conducta:
v) Se mostraba triste continuamente:
w) Tenía un trabajo estable:
x) Observaban muestras de llorar a solas:
y) Se mostraba esquivo ante las mujeres:
z) Lloraba fácilmente en público:
aa)
Se quejaba continuamente:
bb)
Sentía recelo hacia las mujeres:
cc)
Golpeaba a niños y niñas del barrio:
dd)
Mostraba enojo o disgusto hacia sus
Padres y familiares cercanos:
05 %
08 %
05 %
08
00
10
95
08
10
00
70
80
00
70
00
30
00
40
60
00
00
10
98
02
00
00
00
00
00
10
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
Pregunta 4: Marque con una “X” que tipo de conducta de las descritas
a continuación, pudo observar en el joven imputado:
a) En algún momento el joven mostro interés por conversar con usted, sobre
problemas de índole sexual, sentimental o personales:
Si: 5 %, No: 95 %.
b) Se mostraba ajeno a la conducta, juegos o comportamiento de los niños del
barrio:
100
Si: 95 %, No 5 %.
c) Mostraba algún tipo de preferencia por conversar, jugar o regalar dulces,
juguetes u objetos a niños (as) del barrio:
Si: 5 %, No 95 %.
d) Demostró algún tipo de molestia por conductas juguetonas de niños:
Si: 8 %, No: 92 %.
e) Busco en algún momento bañas o ver a niños (as) bañándose:
Si: 0 %, No: 100 %.
f) Poseía fotografías de niños o bien, supo, observo o escucho, que buscaba
fotografías de niños (as):
Si: 0 %, No: 100 %.
(3.3) Las respuestas otorgadas por los 17 miembros de la familia del
imputado, familia del niño agredido y vecinos, nos permite no solo
verificar la información postulada en los ejercicios abiertos, sino además
establecer bajo parámetro cuantitativos el “perfil” del imputado, habiéndose
utilizado gran parte de la presente información para el desarrollo del mismo,
que se presenta en el numera 3.1 del presente documento.
(3.4) A raíz de las respuestas podemos confirmar nuevamente la tesis de que
Neidis Julián Guerrero Bueno, no posee un perfil compatible con un “agresor
sexual típico”, de hecho de haber ocurrido los hechos pudieran tratarse de un
caso fortuito, o bien de un imputación sin fundamente alguno. Si
consideramos que no existía parámetros de comportamiento que
asociaran en forma directa una relación filian entre el imputado y el
niño agredido.
3. Discusión de resultados
(4.1) A nivel socio barrial y familiar, Neidis Julián Guerrero Bueno, mostraba
una conducta entre los parámetros normales, la relación entre la familia
aunque en algunos momentos frágil por circunstancias típicas del joven
adolecente que busca su independencia y conformación de su espacio
propio, se encuentra dentro de los parámetros de la normalidad, para gran
parte del entorno donde el imputado se relacionaba en convivencia con el niño
agredido, lo califican como un joven confiable y trabajador, con un alto nivel de
duda que él haya podido realizar tal acto de bajeza.
(4.2) Las entrevistas abiertas (sistematizadas), muestran a nivel global,
grupal y de personas claves, el mismo proceder del joven, repitiendo el
101
marco de conducta acorde a los parámetros de comportamiento
familiar, social e individual, aun en las entrevistas realizadas a la madre del
niño y personas antagónicas a él, lo presentan como un joven callado,
reservado, trabajador y sin problemas.
(4.3) La prueba Th. Millón, aceptada como parámetro psicológico y perital,
para establecer parámetros de comportamiento “psicosocial”,
nuevamente vuelven a indicar parámetros de comportamiento dentro de la
“normalidad familiar, social e individual”, lo que nos permite nuevamente
aceptar los criterios previamente utilizados para desarrollar el perfil del
imputado”.
5. Conclusiones de la línea de investigación
(5.1) En consideración a los diferentes modelos utilizados para la investigación
“socio-barrial y familiar”, como investigador, puedo concluir que el imputado
no es asociado por sus familiares consanguíneos, políticos, amigos, vecinos y
aun personas antagónicas, como un típico “agresor sexual”, teniendo de
hecho una conducta que es considerada de ejemplar por el esfuerzo y
desempeño laboral, por ende a nivel de hipótesis debemos concluir de la
siguiente forma (ver tabla 12):
Tabla 12: Definición de hipótesis planteadas
No.
Hipótesis
Aceptada Refutada
1
“El imputado es asociado por miembros de
x
su familia, vecinos, amigos y miembros de
la sociedad, como un individuo con
tendencias a la agresión sexual, delito u
otra conducta inapropiada contra la
sociedad”
2
“El imputado no es asociado por los
x
miembros de sus familia, vecinos, amigos
y miembros de la sociedad, como un
individuo con tendencia a la agresión
sexual, delito u otra conducta inapropiada
contra la sociedad.
Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007
(5.2) Se refuta la hipótesis 1, debido a que no se presentaron parámetros
científicos que la confirmara, por ende la hipótesis 2 es aceptada como
valedera, dentro de la línea de investigación sobre aspectos socio-barriales y
familiares del “imputado” Neidis Julián Guerrero Bueno.
102
4. Recomendaciones
4.1 Recomendaciones sobre el imputado “Neidis Julián Guerrero
Bueno”
A pesar del esfuerzo por presentar pruebas psicológicas, conductuales y de
personalidad, por parte del joven “Neidis Julián Guerrero Bueno”, como
científico en el área de la conducta humana individual y colectiva, aun no
puedo referir que el imputado posea el “perfil de un típico agresor sexual”,
pudiendo de haber ocurrido el hecho, bajo influencia de estupefacientes o bien
alcohol, aunque esto último es una mera suposición arbitraria, debido a los
resultados obtenidos, recomiendo a los abogados defensores, fiscalía y jueces
que llevan el caso, desarrollar:
1) Realizar la “prueba completa” de Th. Millón, que se basaría en un ciclo
de cinco entrevistas y dos pruebas psicométricas, con ello se puede
concluir y encontrar patrones de comportamientos, fuera de los
establecidos por la prueba estándar MCMI-II y del patrón conductual
Marchiori;
2) Definir un proceso de asistencia terapéutica que consolide los resultados
de la prueba solicitada en el numeral No. 1, así como además compilar
información que permita confirmar los resultados del “perfil”
desarrollado en presente estudio;
3) Concebir por parte de la “defensa y fiscalía”, la posibilidad de un
segundo agresor, que bajo la postura de cambio conductual, refiriera al
niño a imputar a Neidis Julián Guerrero Bueno, como el agresor sexual,
condicionando al niño para mantener dicha postura; y
4) Realizar el proceso jurídico / procesal en el menor tiempo posible,
con el evitar, futuros problemas psicológicos y de comportamiento por
parte del imputado, debido a la condiciones de retraimiento, ansiedad y
cripticidad que caracterizan al imputado, permitiendo la definición del
caso y con ello además contribuir tanto que el imputado, como la familia
de niño agredido evolucionen a otro etapa psicosocial, que disminuya el
impacto individual, familiar y social en ambas partes.
103
4.2 Recomendaciones sobre el niño agredido “Fernando José Payano
Victoriano”
Partiendo del hecho de que existe un “trauma” asociado a un proceso de
“acoso, cambio de conducto y agresión sexual física”, sugiero los
siguientes pasos para lograr una modificación de conducta en un plazo que
favorezca la viabilidad psicológica del niño Fernando José Payano Victoriano:
1) Desarrollo de un tratamiento de “psicología conductual”, el cual se
basaría en proceso no mayor de seis meses, de asistencia terapéutica,
donde el niño asistido por un “psicólogo de conducta”, pueda evaluar
a conciencia y con detenedimiento los puntos que causaron el cambio de
conducta y con ello lograr mejorar el perfil inicial desarrollado, con el fin
de establecer un programa que permita al núcleo familiar evolucionar,
conjuntamente con el niño a un cambio de conducta;
2) La madre debe de tener un “papel” preponderante al definir la línea de
la sexualidad masculina y femenina, impidiendo al niño sin llegar a ser
(convertirse) en dogma o tabú, el rol de la mujer ante la familia,
sociedad y pareja;
3) Definir con el niño un proceso de acompañamiento y seguimiento
constante por parte del “Padre”, introduciéndolo a actividades de índole
masculino, sin llegar a ser obligatorio y causar trastornos emocionales
como berrinches o desprecio por parte del niño, pudiendo involucrar a
“familiares” cercanos en dicho proceso;
4) Evitar la sobrecarga de información sobre el hecho al niño, debiendo
corregir el hacer comentarios en casa sobre el hecho, sobre su actual
conducta, sobre su relación con otros niños, definiendo además una
“disciplina” de conducta con respecto al trato interno en su hogar,
calle y familia;
5) Como padres deben de mantener una conducta decorosa y apegada a la
moralidad, con el fin de que el niño, asocie en forma indirecta la manera
adecuada de comportarse en pareja, situación que facilitara la
reafirmación de su sexualidad;
6) Generar núcleos de juegos, que no conjuguen los actuales niños del
vecindario (barrio), debido a que existe un evidente surgimiento de
comportamiento de juegos sexuales, que pueden desembocar en
fijaciones mentales que obstruyan cualquier tipo de posterior
tratamiento, pudiéndolo integrar a equipos deportivos infantiles o
trasladar su patio de juego a la casa de un familiar cercano bajo una
apegada supervisión;
104
7) Corregir de forma apacible y sin alteración cualquier conducta
inapropiada, debiendo informarla en las visitas al terapeuta de
conducta;
8) Evitar en lo que se pueda y con consideraciones que el niño comprenda,
la “música reggaetón”, debido a la carga tan alta de sexualidad y
sobre todo al papel que actualmente el niño está interpretando que no
es correspondiente a su sexualidad, lo que fomentar el escuchar y
bailar, seria en la actualidad contraproducente, debido al gusto tan algo
que posee el niño por esta música será difícil su contención, sugiriendo
introducir en este punto a su hermano, primos y demás familia, con el
fin de que no se sienta presionado, pudiendo utilizar otro tipo de música
que sea de su agrado y donde el papel de su masculinidad se afirme; y
9) Es “importante” que no se deje al “niño” bajo la supervisión de otro
adulto que no sea sus padres y en caso de apoyo con los hermanos del
padre, la introducción de otro adulto a pesar de una supuesta “afinidad”
es parte de los aspectos a discutir durante las sesiones de terapia.
105
5. Bibliografía





















ADIMA. (1993). Guía de atención al maltrato infantil en Andalucía.
Sevilla: ADIMA.
AISPAS. (1998). Derapaje. Video and illustrations for the prevention of
child abuse. Saint- Etienne: AISPAS.
Alonso, J.A. (1994). La curación por la música. Madrid: LIBSA.
Arruabarrena, Mª.I. (1996). Evaluación y tratamiento familiar. En J. de
Paúl y Mª. I. Arruabarrena (Eds.), Manual de protección infantil (pp.
312-324). Barcelona: MASSON.
Arruabarrena, Mª.I. y de Paúl, J. (1994). Maltrato a los niños en familia.
Evaluación y tratamiento. Madrid: Pirámide.
Bragado, C. (1993). Terapia de conducta en la infancia: trastornos de
ansiedad. Madrid: Fundación Universidad-Empresa.
Caballo, V.E. (1993). Manual de evaluación y entrenamiento de las
habilidades sociales. Madrid: Siglo XXI.
Camp, L. (1985). Abuso Sexual de Menores. Cómo podemos proteger a
nuestros hijos. Revista Ser Padres Hoy, 130 18-20.
Cantón, J. y Cortés, Mª.R. (2000). El abuso sexual en la infancia. En
Cantón, J. y Cortés, Mª.R. (Eds.) Guía para la evaluación del abuso
sexual infantil (pp.13-45). Madrid: Pirámide.
Cautela J.R. y Groden, J. (1989). Técnicas de relajación. Manual práctico
para adultos, niños y educación especial. Barcelona: Martínez Roca.
Cirillo, S. y Di Blasio, P. (1997). Niños maltratados. Diagnóstico y terapia
familiar. Barcelona: Paidós. (Orig.:1989).
Cornejo, L. (1996). Manual de terapia infantil gestáltica. Bilbao: Desclée
de Brouwer.
Catell, Raymond B y Colaboradores. Cuestionario de 16 Factores de la
Personalidad, 2ra. Edición. Editorial Manual Moderno, México, 2001
Clemente, Miguel (Coordinador). Fundamentos de Psicología Jurídica.
Editorial Pirámide, Madrid, 1998.
Feldman, M Phillip. Comportamiento Criminal: un análisis psicológico,
Editorial Fondo de Cultura Económica, México 1989. García – Pablos de
Molina, Antonio. Tratado de Criminología” 3ra. Edición. Editorial Triant lo
Blanch, Valencia España, 2003.
Garrido, Vicente, Per Stangeland y Santiago Redondo. Principios de
Criminología. 2da. Edición, Editorial Tirant Lo Blanch, España, 2001.
San Martín, José. Compilador. El laberinto de la violencia, 3ra. Edición.
Editorial Ariel, Barcelona España, 2004.
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSMIV- TR.
Editorial Masson, Barcelona España, 2003.
Marchiori, Hilda. Criminología. La víctima del delito. Editorial Porrúa,
México, 1998.
Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de las
Enfermedades, capítulo V. Pautas diagnósticas y de actuación ante los
trastornos mentales en atención primaria, adaptación para España,
Madrid 1996.
106
AMBITO DE ACCION DE LA
PSICOLOGIA FORENSE
O PSICOLOGIA JURIDICA
Anexo 2
“Infantofilia, Pedofilia y Hebefilia”
República Dominicana, Diciembre del 2007.
107
Anexo 2: “Infantofilia, Pedofilia y
Hebefilia”
Autor
Marvin Melgar Ceballos
Escuela de Planificación
Orgánico Evolutiva (EPOE)
Fecha
15-08-2003
1. Introducción
El objetivo del presente trabajo es hacer una revisión crítica de la literatura
científica internacional publicada en revistas especializadas de Medicina,
Psiquiatría y Psicología sobre el tema de la Pedofilia entre 1992 y 1998. Se
obtuvieron 53 artículos sobre el tema, de los cuales se incluyen aquí 46.
Abel & Rouleau (1995) han propuesto añadir a la definición del DSM IV
como criterios diagnósticos, que haya una ausencia de consentimiento por
la víctima y un abuso de poder por el perpetrador para lograr el abuso.
Salvo en la Antigua Grecia y en algunas otras culturas mediterráneas,
donde se toleraba la pederastia bisexual (Travin & Protter, 1993), la
pedofilia ha sido conceptualizada como una monstruosidad y un escándalo
per se en la cultura judeo-cristiana. De esta noción se ha derivado la
creencia de que toda relación erótica niño-adulto es invariablemente
traumática, perniciosa y dañina, independientemente del tipo y calidad de
la relación en sí. Esto ha llevado a tres consecuencias:
1) un frecuente rechazo a discutir sobre las controversias relacionados con
la llamada "edad del consentimiento",
2) la negación de la capacidad de tomar decisiones de los "menores de
edad"; y
3) lo que algunos han llamado la "histeria del abuso sexual infantil".
En el peor de los casos, esta creencia ha producido intensas sobrereacciones emocionales, tales como el frecuente linchamiento de pedófilos
en las cárceles, con el probable beneplácito de amplios sectores de la
opinión pública.
A través de los siglos, la pedofilia ha suscitado un horror comparable al
que provocan otros grandes temas tabú, tales como el incesto, el
matricidio y el parricidio. Es probable que los altos niveles de depresión,
ansiedad, pensamientos y conducta suicida frecuentemente asociados a la
victimización sean parcialmente producto de las mismas reacciones
108
sociales adversas. En cierto sentido, estos fenómenos vuelven a poner
sobre el tapete el tema freudiano de la sexualidad infantil y la posibilidad
de que ésta despierte o sea despertada en el seno de la propia familia de
origen, o de manera precoz fuera de ella. Tal vez por la misma negación a
dilucidar estos temas, nuestra comprensión de la psicología profunda de
estas patologías es tan escasa.
2. Características Epidemiológicas
Al igual que este trabajo, McConaghy (1998) revisó la literatura reciente
sobre la pedofilia. Afirma que la preocupación y la notificación de la
actividad sexual niño-adulto ha aumentado marcadamente en la última
década, aunque sostiene que su prevalencia real no parece haber
aumentado al menos desde los años 1960. Los perpetradores
generalmente son conocidos por la mayoría de las víctimas. Los casos de
transgresores reportados son casi todos masculinos, lo que no
necesariamente implica la inexistencia de pedofilia femenina, aunque los
varones no tienden a considerar sus experiencias prepuberales con
mujeres mayores como abusivas. Esto tal vez se deba a la probable
ausencia de penetración y/o violencia en la relación adulta-niño/a. Por su
parte, las mujeres abusadas reportan más efectos negativos que los
hombres, aunque un porcentaje de ellas aduce que las experiencias fueron
positivas.
En Canadá, Violato & Genuis (1993) y Bagley, Wood & Young (1994)
reportan que de 14%-16% de dos muestras de hombres de 18-27 años
habían
sido
abusados
una
o
más
veces
cuando
niños.
En Estados Unidos, Jenny, Roesler & Poyer (1994) sostienen que de una
muestra de niños de uno y otro sexo de 7 meses a 17 años (edad
promedio seis años) víctimas de abuso sexual, 27% fueron violados por
otros niños y adolescentes, y 83% por parejas heterosexuales de un
pariente cercano del niño. Por su parte, Margarín (1994) encontró que las
sobrinas eran victimizadas por sus tíos cuatro veces más que los sobrinos.
En esos casos, 19 por ciento de los tíos vivían con sus sobrinos, y los otros
eran dejados a su cuidado o estaban pasando con ellos la noche.
Cambridge (1994) estudió en Inglaterra las características que hacen
atractivos a los niños y no atractivos a los adultos para los pedófilos,
concluyendo que éstos pueden percibir a algunos niños y a mujeres en
formas inusuales. En el mismo país, OIT (1995) halló que el uso de la
pornografía comercial era pocas veces significativo en los pedófilos,
quienes a menudo generaban materiales "eróticos" de fuentes
relativamente inocuas, tales como anuncios de televisión y catálogos de
ropa interior infantil.
109
3. Rasgos de Personalidad y Conducta Pedofilia
El estudio de las características de personalidad de hombres pedófilos ha
sido el área de mayor actividad investigativa del tema entre 1992 y 2003.
Diversos autores han encontrado evidencia de trastornos psicopatológicos
en esta su población. Cambridge (1994), por ejemplo, encontró bajos
niveles de inteligencia y trastorno psicopático en hombres pedófilos.
Moler & Bier-Weiss (1994, 1995) reportaron rasgos de personalidad
dominados
por
signos
de
conducta
pasiva
y
dependiente.
Bridges, Wilson & Gacono (1998) documentaron la existencia de trastornos
de personalidad narcisista, introspección dolorosa, visión distorsionada de
los otros, y necesidades primitivas de dependencia en pedófilos
encarcelados. Sin embargo, no está totalmente claro cuánto de esto puede
deberse a la pedofilia, a la encarcelación, o a la combinación de ambas
condiciones. No obstante, otros autores no encuentran suficiente evidencia
de
una
psicopatología
específica
y
claramente
definible.
Glaser (1998) concluye que los pedófilos son generalmente "normales",
pero diestros en planear su conducta delictiva y negar su existencia.
Algunos estudios anteriores tienden a justificar esta conclusión:
4. Socialización y Victimización
Tal vez el área que presenta mayor fecundidad en sus hallazgos es la
relacionada con la socialización y posible victimización previa de los
hombres pedófilos. Bass & Levant (1992) enfocaron el posible rol de la
familia en la producción de la pedofilia. Encontraron que los transgresores
sexuales infantiles habían sido criados en familias disfuncionales, tenían
menor identificación con sus padres, los cuales eran más rechazantes y
controladores, y alentaban menos autonomía. Johnston & Johnston (1997)
encontraron que los pedófilos más centrados en niños varones fuera de la
familia provenían de hogares desintegrados. Los que molestaban más a
niñas fuera de la familia provenían de hogares intactos y estaban mejor
ajustados,
pero
consumían
más
alcohol
que
los
anteriores.
Cada vez con mayor frecuencia, diversos estudios han venido reportando
una asociación entre la perpetración del abuso sexual y la victimización del
transgresor cuando niño. Esto es conocido hoy como la "hipótesis del
abusador abusado" (Freund & Kuban, 1994). Varios autores coinciden en
que todos o una buena parte de los infractores estudiados habían tenido
una o varias experiencias de abuso infantil por adultos u otros pares
cuando niños. Bagley et al. (1994) encontraron que 6.9% de un grupo de
estudiantes universitarios canadienses habían sido objeto de múltiples
abusos, exhibiendo altos niveles de depresión, ansiedad, pensamientos y
conducta suicida, y más interesante aún, interés sexual o conducta real
con menores. Entre ellos, varios supuestos pedófilos activos fueron
detectados.
110
5. Infantófilos, Pedófilos, Hebéfilos, Andrófilos y Ginéfilos
Los hallazgos anteriores han servido como base para empezar a distinguir
la complejidad de las manifestaciones del deseo sexual hacia personas de
edades y géneros diversos. Greenberg, Bradford & Curry (1993)
propusieron distinguir entre: "pedófilos", adultos que escogen como
objetos
sexuales
a
niños/as
de
12
años
o
menos
y
"hebéfilos" (en otros trabajos llamados "efebéfilos"), adultos que
escogen como objetos sexuales a adolescentes de más de 12 años.
En su estudio, los pedófilos dijeron haber sido molestados a una edad más
temprana que los hebéfilos. Más importante aún, ambos parece escoger
víctimas de una edad específica de acuerdo a la edad de sus propias
experiencias de victimización.
En el mismo año, Freund & Kuban (1993a) distinguieron entre:
pedófilos
de
orientación
heterosexual
u
homosexual,
"ginéfilos", adultos que prefieren eróticamente a mujeres adultas, y
"andrófilos", adultos que prefieren eróticamente a hombres adultos.
Cuando niños, los pedófilos estuvieron interesados en ver fotos de niños
desnudos pero no de adultos desnudos. Según estos autores, el
establecimiento de la preferencia erótica sexual precede al de la
preferencia erótica etárea. Afirman que esta parafilia es predeterminada en
una fase de desarrollo muy temprana, y especulan que puede haber un
"proceso de devaluación activa" del grupo de edad no preferido, que
termine en la pubertad. Dos años más tarde, Greenberg, Bradford & Curry
(1995) propusieron deslindar además: los "infantófilos", adultos que
escogen como objetos sexuales a niños de cinco años o menos de
los "pedófilos" , adultos que escogen como objetos sexuales a niños de 612 años.
Estos planteamientos, en general, ponen en evidencia cada vez más lo
poco que sabemos de la psicodinámica de estas parafilias, y lo urgente que
resulta investigarlas con mayor profundidad.
6. Diversidad de los Pedófilos
No todos los pedófilos son necesariamente iguales ni parecen operar con
las mismas estrategias. Unos son violentos, mientras otros son seductores
de niños. Eisenman (1993), por ejemplo, encontró que los violentos decían
cosas denigrantes sobre sus víctimas en mayor proporción que los
seductores. También, unos prefieren niños y otros prefieren niñas. Miner,
West & Day (1995), por su parte, comunican que los agresores infantiles
con víctimas masculinas mostraron un perfil de excitación sexual más
relacionado con el delito que los agresores con víctimas femeninas y los
violadores, es decir, parecen ser más "verdaderos pedófilos".
111
7. Pedofilia y Orientación Sexual
La relación de la pedofilia con la orientación sexual ha sido objeto de pocos
estudios
publicados
en
el
período
1992-1998.
Freund & Watson (1992) analizan una serie de estudios previos,
reportando dos datos importantes:
1) la razón de transgresores sexuales a niñas versus niños es de 2:1; y
2) la razón de violadores ginéfilos versus andrófilos es de 20:1.
En su estudio encuentran que la razón de pedofilia heterosexual versus
homosexual es de 11:1. Sin embargo, afirman que en términos relativos la
llamada "verdadera pedofilia" entre personas con un desarrollo erótico
homosexual es mayor que en personas con un desarrollo erótico
heterosexual.
8. Modus Operandi
El DSM-IV (1994) estipula que muchos pedófilos se valen de amenazas a
niños para impedir que hablen. También ganan la confianza de la madre,
se casan con ella, comercian con otros pedófilos, y adoptan o raptan niños
en países en desarrollo. Este individuo usualmente está muy atento con las
necesidades del niño, buscando retener su afecto, interés o lealtad y
silencio. Elliott, Browne & Kilcoyne (1995) describen el comportamiento de
infractores sexuales infantiles ingleses. Sostienen que éstos logran el
acceso a los niños a través del cuidado de bebés y niños; para atraerlos
usan el chantaje, los regalos y los juegos; para asegurar la continuación de
su acatamiento usan la fuerza, la ira, las amenazas y el chantaje; y
sistemáticamente desensibilizan al niño a través del contacto físico, la
conversación sobre sexo, y la persuasión. Cerca de la mitad no manifiestan
sentimientos negativos sobre abusar sexualmente de niños.
9. Psiquiatría y Psicoterapia
Pocos estudios recientes sobre teorías explicativas y abordajes
psicoterapéuticos y sus efectos fueron publicados en el período estudiado.
Entre ellos, Furnam & Haraldsen (1998) encontraron estructuras
conceptuales sobre las "teorías" y "curas" folklóricas del fetichismo, la
pedofilia, el sadismo sexual y el voyeurismo similares a las de las teorías
académicas explícitas, así como una relación clara y lógica entre la
etiología percibida y la cura. ODonohue & Letourneau (1993) trabajaron
con transgresores sexuales infantiles que tenían al menos dos años
negando el hecho. Informan que estos salieron de la negación con un
tratamiento que incluyó empatía con la víctima, restructuración
cognoscitiva, educación sexual, asertividad, destrezas sociales, y
112
educación sobre la terapia. Pithers (1994) reportó, de manera similar, que
los pedófilos estudiados por él mostraron mayor empatía antes y después
del tratamiento psicológico que los violadores, concluyendo que la
intervención puede disminuir el endoso de distorsiones que justifican la
violencia sexualizada. En la misma dirección, Chaplin, Rice & Harris (1995)
y Abel & Rouleau (1995) se refieren a la importancia del tratamiento del
perpetrador, buscando por igual aumentar la empatía con la víctima.
10. Tratamientos
Reversible)
Anti-Androgénicos
(Castración
Química
Seis estudios sobre la llamada "castración química reversible" han sido
publicados en la literatura científica en los últimos seis años.
Lamentablemente, estos estudios sólo han intervenido de uno a seis
pacientes cada uno, lo que no permite aún generalizar los hallazgos a
grupos y subpoblaciones de pedófilos. Los pacientes han sido tratados con
acetato de ciproterona (Bradford & Pawlak, 1993; Czeizel, 1996), acetatos
de ciproterona, medroxiprogesterona y leuprolida (Dickey, 1992; Cooper,
Cernovsky & Magnus, 1992), y triptorelin (GnRHa), un análogo hormonal
de la gonadotropina (Thibaut, Cordier & Kuhn, 1993). En general estos
autores reportan una disminución de los pensamientos, fantasías y
actividades sexuales experimentadas por la mayoría de sus pacientes
(Dickey, 1992; Cooper et al., 1992; Thibaut et al., 1993; Czeizel, 1996), y
una reducción de la frecuencia de las erecciones matutinas tempranas al
despertar, de la frecuencia y el placer de la masturbación, y del nivel de
frustración sexual (Cooper et al., 1992). El único efecto colateral reportado
hasta ahora ha sido el hipoandrogenismo (Thibaut et al., 1993). Sin
embargo, Bradford & Pawlak (1993) sugieren que las respuestas al
tratamiento pueden diferir en grupos de baja y alta testosterona en el
plasma.
11.
Falometría y Evaluación
Cuatro estudios sobre la medición del volumen y la circunferencia del pene
como instrumentos diagnósticos de la pedofilia han sido publicados en el
período. Becker & Quinsey (1993), por ejemplo, destacan cómo la historia
de delitos sexuales y las mediciones falométricas son útiles para el
tratamiento, la supervisión, y la evaluación del riesgo. McAnulty & Adams
(1992) afirman que las "respuestas de la circunferencia peneana" (RCP) y
las "respuestas del volumen peneano" (RVP) son índices de excitación y
orientación sexual. Castonquay, Proulx, Aubut, Mckibben & Campbell
(1993) señalan, por su parte, que los agresores sexuales más jóvenes
exhiben una magnitud de respuesta máxima mayor que los menos
jóvenes. Finalmente, Simon & Schouten (1993) cuestionan la validez y
confiabilidad del "pletismógrafo" peneano, indicando que esta herramienta
no ha sido estandarizada y está sujeta a fingimiento. Por tanto, afirman
que su uso en escenarios legales y clínicos debe hacerse con cautela.
113
12 Discusión
A pesar de un nivel de actividad investigativa que aún podría considerarse
como relativamente exiguo entre 1992 y 1998, el interés por el tema de
las relaciones sexuales adulto-niño parece haber comenzado a describir
una curva ascendente en términos tanto de su complejidad como de su
profundidad. Una parte importante de los nuevos giros que toman los
debates es el concerniente a los criterios diagnósticos. La ausencia de
consentimiento por parte de la víctima y el abuso de poder por el
perpetrador para lograr el abuso, anteriormente
minimizados,
probablemente serán tenidos más en cuenta en escenarios clínicos y
legales para determinar la naturaleza de la relación. Como consecuencia de
esto, paulatinamente parece irse creando un consenso de que la actividad
sexual niño-adulto debe ser combatida como una infracción a los derechos
de los niños, no como algo basado en la creencia de que ésta es
invariablemente dañina (McConaghy, 1998).
Hasta hace unos años en nuestra sociedad, y probablemente aún en
nuestros días, una relación de este tipo descubierta públicamente estaba
regularmente acompañada por un fuerte estigma social. Esto tiende a
ocurrir principalmente cuando el hecho involucra una violación sexual. El
estigma no sólo recae sobre el infractor, sino que se refleja en la víctima,
tal vez más agudamente. A ésta a menudo se atribuye la culpa de su
propia violación (principalmente cuando se trata de una mujer o de un
hombre homosexual). Así, esta persona tiende a ser condenada a un doble
silencio por las frecuentes burlas de la comunidad, tanto por haber sido
violada
como
por su profetizada
complicidad
en el hecho.
Una cierta conciencia global ha ido surgiendo al final de la última década
de este siglo, produciendo el marcado aumento de la notificación de la
actividad sexual niño-adulto y de la violencia contra la mujer,
particularmente cuando ambos hechos ocurren fuera de la familia. Sin
embargo, sabemos que los perpetradores generalmente son conocidos por
la mayoría de las víctimas, y que en alta proporción se trata de padrastros,
primos, tíos y abuelos de aquellas. Estos conflictos familiares
probablemente sean ocultados aún debido a que parecen funcionar como
juegos donde la posible implicación de la revelación sería que todos sus
miembros salieran perdiendo, gracias a las actitudes sociales hacia la
pedofilia. Afortunadamente, la preocupación genuina, azuzada por algunos
"apocalípticos" que parece que buscan mantener un estado de pánico entre
los padres, no ha ido acompañada por un aumento de la prevalencia real
internacional al menos desde los años 1960, según nos dice McConaghy
(1998). Igualmente, de acuerdo con los datos de Muñoz & Gómez (1999),
el aumento porcentual de las querellas por violaciones sexuales de mujeres
adultas virtualmente duplicó el aumento de las querellas por sustracciones
y/o violaciones sexuales a menores de edad en Barahona en los últimos
diez años.
114
La llamada "hipótesis del abusador abusado" (Freund & Kuban, 1993b;
Bagley et al., 1994; Cormier et al., 1995; Howitt, 1995; Moller & BierWeiss, 1995) ha mostrado una generalidad más bien sorprendente a través
de los estudios de diversos países. La asociación entre la perpetración del
abuso sexual y la victimización del transgresor cuando niño promete ser un
área cada vez más explorada de la sexualidad humana. La importante
observación de que los pedófilos escogen víctimas de una edad específica
de acuerdo a la edad de sus propias experiencias de victimización, ha
comenzado a abrir nuevos campos de pesquisa. También ha generado las
nuevas categorías de infantófilos, pedófilos, hebéfilos, andrófilos y
ginéfilos. Hace falta estudiar más profundamente, por supuesto, el hallazgo
de que el establecimiento de la preferencia erótica sexual precede el de la
preferencia erótica etárea (Freund & Kuban, 1993b). Vimos que no todos
los pedófilos son necesariamente iguales ni parecen operar con las mismas
estrategias. La mayoría son reclutados entre reclusos condenados por
pedofilia, pero pocos fuera de esta condición han sido estudiados. Unos
exhiben rasgos psicopáticos, otros son "normales". Unos son violentos,
otros seductores de niños. Unos prefieren niños, otros prefieren niñas.
Unos son heterosexuales, otros homosexuales. Unos son "confesos", otros
"no-confesos". El modus operandi de los pedófilos, entonces, podría ser
tan variado y complejo como el panorama de tipos y combinaciones
diferentes que van surgiendo de la investigación. En términos del
tratamiento de esta condición parece que se han producido avances más
bien discretos en los años estudiados, aunque la consideración de la
necesidad y deseabilidad del tratamiento ya es en sí un logro. La
psicoterapia ha tendido a inclinarse por una estrategia de crear empatía
con la víctima, buscar una reestructuración cognoscitiva, y desarrollar
destrezas sociales en los transgresores, reduciendo sus tendencias a negar
los hechos. Los tratamientos antiandrogénicos, en sus primeros pasos, se
han inclinado por el uso de los acetatos de ciproterona,
medroxiprogesterona y leuprolida, y triptorelin, con algunos efectos
hipoandrogénicos. Hace falta, naturalmente, continuar profundizando esta
área con una conciencia clara de la bioética de la investigación e
intervención con sujetos humanos. Sin dudas, múltiples "nichos vacíos de
investigación" en el área serán descubiertos en la próxima década. Nuestro
país difícilmente escapará a esta empresa, particularmente cuando se nos
ha acusado internacionalmente de no perseguir con suficiente energía y
vigor el empleo de jóvenes menores de edad en lo que hoy llamamos la
Industria del Sexo. ¿Podría ser que diferentes sociedades y culturas tengan
formas diversas de percibir y tratar las relaciones sexuales entre adultos y
niños, adultos y adolescentes, y adolescentes y niños? Este es sólo uno de
los nuevos retos que plantea a la Psiquiatría y la Psicología el advenimiento
del nuevo milenio.
115
AMBITO DE ACCION DE LA
PSICOLOGIA FORENSE
O PSICOLOGIA JURIDICA
Anexo 3
“Modelo básico de informe pericial de psiquiatría forense”
República Dominicana, Diciembre del 2007.
116
Anexo 3: “Modelo de informe pericial en psiquiatría forense”
Del libro: El Informe pericial en Psiquiatría Forense de © Jorge Núñez de Arco.
(2001) Capitulo IV. PSICOLOGÍA FORENSE (Pag. 26-35) Edición Universidad
de San Andrés - Maestría de Medicina Forense. Primera Edición 2001.ISBN
99905-0-467-9
CARACTERÍSTICAS DEL INFORME
El informe pericial contiene la información del peritaje que se ha llevado a cabo
previamente y por lo tanto es el instrumento de comunicación entre la
Psiquiatría y el Derecho. Materializa las respuestas a las cuestiones sobre las
que se pregunta al perito psiquiatra, por lo que deberá estar configurado y
confeccionado de manera que proporcione de forma comprensible a los
sistemas jurídicos, la información psicológica operativa par las decisiones
jurídicas, en las distintas áreas del derecho.
PARTE INICIAL
Se trata de un encabezamiento inicial en el que se especifica los datos de
filiación de los peritos, titulaciones y otros datos sobre su ejercicio profesional.
Contiene así mismo los datos de la persona, entidad jurídica o institución que
ha solicitado dicho informe, así como los datos (numeración, fecha, etc.) del
expediente a nivel administrativo o bien de los datos de archivo del Juzgado.
Citando en ese caso textualmente lo se solicita de nuestra pericia.
Finalmente aparece el nombre de la persona objeto del peritaje psiquiátrico.
D. JORGE NÚÑEZ DE ARCO, Doctor en Medicina, Especialista en
Psiquiatría, Profesor de la Facultad de Psicología, Ex-Psiquiatra
del Hospital Psiquiátrico Penitenciario Y D. LUIS FERNANDO
PÉREZ TORRES, Licenciado y Doctor en Medicina y Cirugía,
Especialista en Psiquiatría y Especialista en Medicina Familiar y
Comunitaria, INFORMAN A LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE
SEVILLA, Sección Primera, N1 de rollo 3166/96, Idem. causa S0
2/96, del Juzgado de Coria 2, en relación a la solicitud de
informe pericial acerca de “a salud mental actual y si en el
momento de los hechos estaba en el uso de su capacidad
mental” de:
Nombre completo del informado.
117
I - PARTE EXPOSITIVA
En primer lugar se hace referencia a la edad del informado, el lugar donde ha
sido explorado, así como la fecha de la primera exploración y sucesivas.
No es necesario poner fechas de las exploraciones, pero si dar un número
aproximado de las visitas.
- ANTECEDENTES PERSONALES
En este apartado se incluye información de dos tipos, ambas ordenadas
cronológicamente:
* Aspectos biográficos:
Se incluirían aquí por un lado datos de tipo evolutivo gestación, parto,
problemas neonatales, enfermedades infantiles.
Escolarización, integración en el medio escolar y nivel de estudios adquirido.
Servicio Militar (en su caso) que también es buen índice de adaptación.
Historia laboral del informado, cambios de empleo si los ha habido, motivos,
nivel de integración en el medio laboral, etc.
Relaciones amistosas y afectivas.
Historia familiar del informado, relaciones con padres, hermanos,
matrimonio, relación con el cónyuge, con los hijos. etc.
* Patobiografía.
Incluye el historial patológico del informado, enfermedades padecidas por el
mismo, tanto de naturaleza psíquica como orgánica.
Para la confección de este apartado se recaban los informes de otros
especialistas, informes de ingresos y altas en hospitales, de los servicios de
urgencias, recetas de medicamentos, certificados médicos, informes de
médicos de empresa., etc.
Se ordenan cronológicamente detallando fecha del documento, nombre del
facultativo, especialidad, lugar donde se emite el informe y a continuación se
extrae de forma textual los datos de interés que aparecen en dicho informe:
exploración, diagnóstico y conclusiones.
118
ANTECEDENTES FAMILIARES
En este apartado se hace referencia a la existencia de antecedentes familiares
patológicos en la familia, fundamentalmente en lo que se refiere a
enfermedades psíquicas.
Dependiendo del caso a tratar se incluirá mas o menos datos. En ocasiones es
muy importante dar datos de antecedentes psiquiátricos, como puede ser el
caso de una Esquizofrenia.
PSICOPATOLOGÍA ACTUAL
En primer lugar se hará referencia a una visión general del aspecto del sujeto,
cómo se presenta a la entrevista, vestimenta, aseo, constitución, etc
Comportamiento durante la exploración si se muestra colaborador, defensivo,
agresivo, etc.
A continuación se hacer referencia a la psicopatología que el informado
presenta en el momento de la exploración, en las siguientes áreas:
Nivel de conciencia: la lucidez de conciencia es un dato de capital importancia
para que posteriormente se pueda opinar sobre la imputabilidad del paciente.
La exploración del nivel de conciencia valora dos momentos distintos: el nivel
de conciencia en el mismo momento en que se realiza la exploración y el
posible nivel de conciencia en el momento que ocurrieron los hechos delictivos;
en este ultimo caso la observación no sería directa sino que se haría en base al
relato del paciente y de los posibles testigos.
Orientación espacial y temporal en el momento de la exploración, y en este
caso igualmente se pueden sacar conclusiones del nivel de orientación espacial
y temporal en el momento de los hechos por las características del relato del
informado y de los testigos
Afectividad. Habrá que valorar la existencia de patologías en esta área,
tristeza, indiferencia, pérdida de ilusión vital, ideas de suicidio, síntomas de
ansiedad somática, síntoma de ansiedad psíquica. Habrá que valorar además la
existencia de psicopatología que permita llevar al diagnóstico de un posible
síndrome depresivo: insomnio, anorexia, trastornos en la sexualidad, etc.
Curso del Pensamiento Existencia de pensamiento disgregado, prolijo,
ideofugitivo, inhibido, bloqueos...Muy relacionado con el nivel de conciencia,
119
memoria, inteligencia, etc., su alteración, en ausencia de afectación de estas
funciones, indica una posible afectación de carácter psicótico.
Contenido del Pensamiento. Ideas delirante, ideación paranoide...
Percepción. Presencia de alucinaciones, ilusiones...
Lenguaje. (forma y contenido). Tenso, suspicaz, verborreico, enlentecido, con
disartria o disfemia (tartamudez)
Inteligencia. A través de las entrevistas clínicas se puede estimar un nivel de
inteligencia general, aunque lo correcto es utilizar pruebas psicométricas
adecuadas que permitan calcular el nivel intelectual y el índice de deterioro
cognitivo que puede presentar el sujeto.
Memoria. De la entrevista se pueden obtener datos acerca de la memoria a
corto y a largo plazo, así como de la existencia de dificultades para
concentrarse y problemas para mantener la atención en una actividad
selectiva.
FUNDAMENTOS PSICOBIOLOGICOS
En el que incluyen los fundamentos médicos, biológicos o de otro tipo de
información, que vamos a utilizar en las reflexiones. Se pretende ilustrar al
tribunal sobre algo que nos servirá para documentar nuestra reflexión médica
o reflexión medico legal. Es decir aportar información necesaria para que
nuestras afirmaciones tengan validez científica en las conclusiones. (Ver
informe 01)
ESTUDIOS PSICOLÓGICOS
Habitualmente se exploran dos áreas: Personalidad e Inteligencia.
Los test psicológicos mas frecuentemente utilizados por nosotros son:
* PERSONALIDAD
- Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI)
Fue ideado por Hathaway y McKinley en la Universidad de Minnesota con
objeto de contribuir al diagnóstico diferencial de las enfermedades mentales,
aunque luego se observó su interés en el estudio de los rasgos de
personalidad.
120
Esta compuesto por 550 frases que el sujeto debe clasificar como verdaderas o
falsas, referidas a sí mismo. El análisis de las respuestas conduce a un perfil
de puntuaciones sobre las diez escalas principales que poseen nombres clínicos
y que deben interpretarse psicológicamente. hipocondría, depresión, histeria,
desviación psicopática,
masculinidad-feminidad, paranoia, psicastenia,
esquizofrenia, manía e introversión social.
Existen además cuatro escalas de validez: No sabe (?), Mentira (L), Fiabilidad
(F) y Distorsión (K).
Por último, están las escalas secundarias, Fuerza del Yo, Dependencia,
Dominancia, Responsabilidad y Control.
Varios autores han desarrollado numerosas escalas que figuran en manuales
especializados: escalas de ansiedad, prejuicio, hostilidad, inadaptación social.
USO EN LOS CASOS DELICTIVOS
Se ha discutido mucho sobre el uso del MMPI en las salas de los Tribunales, en
especial en EEUU. Evidentemente si se acepta su uso, a menudo puede hacer
variar de forma importante y además decisiva un caso delictivo.
Sin embargo el uso del MMPI, puede ser de gran ayuda, ya que puede sostener
una defensa de un imputado, de manera que pueda demostrarse una
enfermedad y consiguientemente una atenuante o un grado de imputabilidad.
El MMPI puede dar una base fiable una variedad de opiniones especialistas en
la litigación delictiva.
Por otra parte ya se usa cada vez mas los perfiles del MMPI, en casos judiciales
en los que, para mostrar que es improbable que él o ella cometieran el crimen
porque no presentan un perfil asesino.
Por ejemplo en Indiana la corte de apelación en el Estado de Byrd, 579 N.E.2d
457 (Ind.App. 1 Dist. 1991), permitió a la introducción de resultados de MMPI
mostrando que el perfil psicológico del demandado delictivo era "a sabiendas"
incoherente con el requisito mental de una persona capaz de asesinar.
El testimonio psicológico puede proporcionar el testimonio pertinente para
ayudar al juez o a un jurado a decidir si el demandado tenía un estado mental
normal en el momento de los hechos. O bien las características de la
personalidad en el momento del suceso.
121
Por otra parte es uno de los pocos cuestionarios que a parte de tener una
escala de fiabilidad, es susceptible de repetirse por la parte contraria y
encontrar los mismos perfiles. Lo que lo hace mas objetivo y por tanto
aumenta su credibilidad.
- RORSCHACH
Esta técnica fue publicada en 1912 y sigue siendo la que más se emplea en el
momento actual.
El material del test consta de 10 láminas numeradas que presentan unas
manchas de tinta simétrica, de las que la II y la III están en gris y rojo, las
VIII, IX y X en varios colores y el resto en gris de diferentes tonalidades.
Se le pregunta al sujeto )qué es esto? En cada una de las laminas, anotando el
tiempo de reacción, , todas las respuestas del sujeto, los comentarios, gestos
etc.
Una vez recogido el protocolo de respuestas su análisis pasa por tres fases:
a) Notación, consiste en analizar la respuesta desde al menos cuatro aspectos:
Localización, Determinantes, Contenido y Popularidad.
De esta manera la respuesta queda reducida a un conjunto de cuatro siglas
que resumen las características y que varían de un sistema de notación a
otro, aunque en el momento actual se impone el denominado sistema
comprensivo de Exner.
b) Cómputo. En esta fase se obtiene el psicograma o síntesis cuantitativa de
los resultados.
c) Valoración. La fase de valoración, por último exige descubrir los signos que
definen el nivel intelectual del sujeto, su estado afectivo, los rasgos de su
personalidad, sus complejos y fantasías inconscientes y los indicadores de
algún síndrome psicopatológico: demencia, esquizofrenia, manía, depresión,
neurosis, síndromes orgánicos, etc.
* INTELIGENCIA
- ESCALA DE INTELIGENCIA DE WECHSLER PARA ADULTOS W.A.I.S
La Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos (W.A.I.S.) y su versión para
niños (WICH) es el más utilizado del mundo como instrumento de medida de la
inteligencia. En realidad se trata de una batería de test, es decir, están
formados por varias pruebas de diferente tipo.
122
Están inspirados en los que utilizaron Binet y Simon revisadas posteriormente
por Terman y Merril en la Universidad de Stanford.
La forma WAIS (adultos) consta de 11 subtets divididos en:
- Subtests verbales: Información, comprensión, aritmética, semejanzas,
memoria de dígitos y vocabulario.
- Subtests manipulativos: clave de números, figuras incompletas, cubos de Kohs,
historietas y rompecabezas.
La aplicación de esta prueba nos permite obtener:
- Un CI verbal, derivado de la suma de todos los subtests verbales.
- Un CI manipulativo, obtenido de la suma de los subtets manipulativos.
- Un CI Total , resultante de la valoración de toda la prueba.
- Un Indicie de Deterioro Intelectual.
-ESCALA DE ALEXANDER
Esta escala aprecia la inteligencia práctica, facilidad de adaptación a distintos
ambientes y situaciones y la aptitud para llevar a la prácticas las enseñanzas
teóricas. Está compuesta por tres pruebas, dos de ellas ya clásicas: Cubos de Kohs
y Construcción de Cubos; y otra, Passalong, original. Está considerada por
diferentes autores como una de las mejores escalas de ejecución y ha sido aplicada
con mucho éxito tanto en España como en el extranjero.
La prueba de Passalong puede ser aplicada aisladamente como una estimación de
la inteligencia práctica. Según Cattell, esta es una de las mejores de ejecución pues
no implica destreza manual, no está afectada por experiencias anteriores y tiene,
además, una alta correlación con los tests de inteligencia.
* OTRAS ESCALAS
- ESCALA DE HAMILTON PARA LA ANSIEDAD
- ESCALA DE HAMILTON PARA LA DEPRESIÓN
- MINI-MENTAL STATE TEST
Consiste en una breve escala para valoración de las funciones cognitivas que ha
demostrado su utilidad en la detección precoz de las alteraciones en dichas
funciones y que muestra buena correlación con instrumentos de inteligencia
psicométricos (WAIS).
123
Valora las funciones de orientación temporo-espacial, memoria inmediata y
reciente, atención, cálculo, capacidades viso-constructivas y algunos aspectos del
lenguaje.
La puntuación máxima en esta escala es de 30 puntos, considerándose
puntuaciones por debajo de 24 como indicativas de deterioro intelectual grave y
entre 24 y 28 de deterioro leve. En pacientes de más de 65 años de 20 a 24 puntos
orienta hacia un deterioro leve y de 16 a 20 puntos de deterioro grave. Esta escala
ha sido validada en lengua castellana (Lobo y cols. 1989)
II- PARTE REFLEXIVA
-CONSIDERACIONES CLÍNICAS
En este apartado se realiza una integración de todos los datos obtenidos
anteriormente, entrevistas realizadas al sujeto, a los familiares, testigos, etc.
resultados de los estudios psicológicos practicas y resultados de otras pruebas
médicas complementarias que se haya considerado oportuno practicar.
En base a ello se establece una conclusión en forma de diagnóstico que debe
ajustarse a los criterios y códigos de las actuales clasificaciones diagnósticas DSMIV y CIE-10.
La DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Diseases), actualmente se
encuentra en su cuarta edición. Igualmente exacta es la clasificación de la
Organización Mundial de la Salud CIE-10. Entre ambas clasificaciones existen
importantes analogías siendo casi equiparable el uso de una u otra.
La ventaja de utilizar estas clasificaciones es obvia ya que obliga a objetivar el
diagnóstico y permite un entendimiento entre los distintos especialistas.
Se debe indicar si dicha enfermedad o trastorno es de tipo endógeno, o bien es
reactivo a alguna situación vivencial del sujeto; además es conveniente establecer
el curso de dicho trastorno y el pronóstico del mismo.
El diagnóstico sería la piedra angular de la pericia, aunque no es el objetivo
primordial de la misma, que es, como es bien sabido, la evaluación de la conducta.
- CONSIDERACIONES MÉDICO-LEGALES
Se incluiría aquí todo el resultado de la pericia llevada a cabo, y fundamentalmente
respondiendo a lo preguntado por la autoridad o parte que solicitó el informe.
Es en este apartado donde tendremos que establecer las relaciones de sentido
entre la conducta y la enfermedad.
124
En este apartado es necesario establecer si el trastorno o enfermedad
anteriormente diagnosticado (si lo hubiere) o si la situación vivencial en el
momento de los hechos produjo una disminución, anulación y discreto descenso de
su capacidad de querer, entender y obrar y si hubo una disminución del nivel de
conciencia de la realidad en esos momentos.
En general, se recomienda que el perito no maneje términos como imputabilidad,
semiimputabilidad, y otros términos legales, cuyo manejo debe reservarse para
interpretación del jurista.
Se incluyen también en este apartado otras cuestiones en relación a la finalidad del
informe: peligrosidad potencial, fiabilidad de las declaraciones, conveniencia de
internamientos, de tratamientos, etc
III - CONCLUSIONES
Las conclusiones deben recoger de forma clara y concisa todo lo argumentado a lo
largo del informe. En general debe responder a una serie de cuestiones:
- Diagnóstico: ajustándose a las nosografías en uso (DSM-IV y CIE-10)
- Padece el informado una enfermedad Mental?
- En qué medida dicho enfermedad afecta a funciones psíquicas
- Si ha sido coincidente con los hechos
- Si esta vinculado a los hechos
- Otras cuestiones concretas que se pregunten (imputabilidad, capacidad de
autocontrol, peligrosidad, necesidad de tratamiento o medidas de protección,
etc.)
Las conclusiones tienen gran importancia, por lo que es preciso una redacción que
permita por un lado:
- sintetizar nuestra opinión profesional,
- por otra que se entienda no solo por los Jueces Técnicos sino por los Jueces
populares o por un Jurado no técnico.
125