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Trabajo publicado en www.ilustrados.com La mayor Comunidad de difusión del conocimiento AMBITO DE ACCION DE LA PSICOLOGIA FORENSE O PSICOLOGIA JURIDICA República Dominicana, Diciembre del 2007. 1 DOCUMENTO ELABORAD POR: Lic. Roberto José Adames Abogado Penalista Posgraduado en DD. HH. Y DIH Diplomado en Derecho Procesal Penal Diplomado en Psicología Forense Secretario General del Colegio Dominicano de Abogados Seccional Constanza Postulante a Doctorado Lic. Marvin Melgar Ceballos Ph.D en Psicosociales y Fiabilidad Territorial Máster en Investigación de Operaciones Máster en Desarrollo Comunitario Consultor Interacción en Planificación Estratégica Territorial Postulador de los Modelos de la Escuela de Planificación Orgánica Evolutiva República Dominicana, Diciembre del 2007. 2 Índice general Numeral 1 2 3 4 5 6 7 Titulo Pagina Introducción 4 Objetivos de la publicación Pensamiento critico en la implementación de la psicología forense El aporte de la psicología forense en la aplicación de la justicia Marco conceptual Marco de actuación y desarrollo del psicólogo forense Bibliografía 6 7 10 13 36 38 Índice de anexos Anexo 1 2 3 Titulo Informe técnico del peritaje sobre el caso de violación del niño Fernando José Payano Victoriano y del Imputado” Infantofilia, Pedofilia, Hebefilia Modelo básico de informe pericial de psiquiatría forense 3 Pagina 43 108 117 1. Introducción La cuestión de que el Psicólogo Forense resulte inusual o poco común, en la República Dominicana, deviene del hecho de ignorar su ámbito de acción y la enorme utilidad que en un momento dado de todo proceso, pueda tener esta disciplina como auxiliar del derecho, o bien, del incipiente aparecimiento de dicha materia en los escenarios nacionales. De los problemas apuntados, resultan innúmeras imprecisiones, a la hora de aplicar este saber, un tanto extraño al jurista, lo que provoca una situación en la que no se encuentra una aplicación clara y definida, que nos sirva en las situaciones concretas, a las que nos enfrentamos, tanto abogados como psicólogos. Todo, por causa de no entender que el objeto de estudio de la Psicología Forense en lo referente a los actores del proceso, es el mismo del Derecho, aunque ambas disciplinas difieran en sus métodos. Sin embargo, es innegable que, frente al desarrollo de las ciencias auxiliares del derecho, resulta evidente advertir la necesidad ontológica de conocer, las que mayores incidencias tienen en el derecho, debido a que comparten con este el mismo objeto de estudio, como es el caso de la Psicología Forense; ciencia que frente a los avances y descubrimientos del quehacer jurídico, social y psicológico, ha tomado un rol protagónico en los escenarios que otrora fueran exclusivos de otras disciplinas. Al ponernos a tono con los avances de la Psicología Forense y su creciente ámbito de acción, podremos estar en condiciones optimas, en lo atinente a nuestra preparación intelectual, o en lo referente a solicitar en momentos determinados del proceso, peritajes y acciones que vayan en consonancia con los presupuestos jurídicos sobre los cuales centramos nuestro interés; ya que de no ser así, nuestra participación en el proceso, ha de correr el riesgo de ser mediocre o deficiente, lo que atentaría mas que contra los intereses que representamos como abogados, contra los incólumes intereses que han de normar nuestros mas elevados principios éticos. La necesidad de auxiliarnos de la Psicología Forense, se justifica y convierte en fundamental, cuando el jurista tiene de frente un informe que tiene que valorar, valoración que se extiende desde la perspectiva del abogado, hasta la determinación del rol que ha de cumplir el Psicólogo Forense, lo que de ninguna forma podrá hacerse, sino de conformidad con la interactuación de dos lenguajes técnicos: el del Jurista y el del Psicólogo Forense. 4 Sin embargo, pese a lo dicho, en nuestro país, al decir de Wilfredo Mora, “no se ha considerado necesario el servicio del psicólogo forense1 (...)” lo que atribuimos a la falta de conocimiento de los ámbitos y utilidades del profesional de la psicología frente a los tribunales. Por estas mismas razones, la bibliografía de Psicología Forense en la República Dominicana es poco abundante, por no decir casi inexistente, hemos hecho una investigación bibliográfica, que abarca además de la nacional e internacional, algunos espacios cibernéticos destinados al conocimiento, estudio y difusión de la referida ciencia; de manera que, hemos encontrado textos, tanto nacionales como internacionales, de una socorrida reputación científica, que nos permiten delimitar nuestro trabajo, casi de manera exclusiva, en base a las teorías enunciadas en dichos textos: Revistas, artículos, libros y otros estudios. Con todo lo dicho, es importante aclarar, que centramos nuestro trabajo con una sola preocupación como norte: adaptar las teorías encontradas a nuestra realidad jurídica, cultural y social y a veces contrastar las mismas con nuestra latente realidad jurídica. 1 Wilfredo Mora 5 2. Objetivos de la publicación La presente publicación busca consolidar el rol de la psicología forense y/o jurídica en el marco profesional, institucional y del sistema legal de República Dominicana, tratando de cumplir con los siguientes objetivos: • Definir las principales funciones del Psicólogo Forense. • Evaluar la importancia del Psicólogo Forense en el ámbito del derecho. • Delimitar el ámbito de acción del Psicólogo Forense • Esbozar la breve historia de la Psicología Jurídica. • Plantear la conveniencia de utilizar el Psicólogo Forense en las políticas de atención y prevención de los conflictos. • Visualizar al Psicólogo Forense, como un profesional idóneo en la participación de los métodos alternativos para la resolución de conflictos. 6 3. Pensamiento critico en la implementación de la psicología forense Se trata de pensar en la práctica psicológica en este particular espacio que es el forense. Paradójica forma de postular algo que encierra en sí mismo una contradicción. Si de la práctica se trata pareciera que ésta es lo más alejado que se presenta a la especulación intelectual, del pensamiento. Pero para que la práctica no se constituya en una mera actuación, en una manifestación compulsiva de impulsos, en un actuar sin dirección, en una descarga casi catártica de las técnicas aprendidas, es necesario poder encuadrarla y darle sostén desde algún marco teórico que, al tiempo que la atraviese, permita ir armando algún modelo que se diferencie sustancialmente del modelo estrictamente médico neopositivista y del hegemónico del derecho positivo. La práctica psicológica en sí misma se encuentra, en lo que hace al espacio jurídico o forense, con más de un obstáculo. Por un lado, uno de los inconvenientes que aparece es el hecho concreto de que, tradicionalmente, en nuestros países del sur de Suramérica, la formación académica ha priorizado la tradición clínica por sobre otras. Si bien esto puede resultar un punto de dificultad también tiene un correlato que permite el enriquecimiento del enfoque y de esta praxis. Por otra parte, y en relación con lo anterior, otro inconveniente lo constituye el hecho que el ámbito estrictamente forense no ha, aún, formalizado su saber en un corpus teórico propio, por lo que la praxis necesita encontrar apoyatura en una estructura del saber que, en su origen, no fuera armada para este fin. Por cierto que hacer anclaje en la clínica alimenta esta práctica toda vez que aquélla haga eje en el sujeto. Por último resulta necesario hacer una advertencia sobre lo que significa la intervención desde un ámbito en el que se procura administrar justicia, el Poder Judicial. Resulta así imprescindible resaltar el efecto que tal Poder, el de lo Judicial, impregna sobre los individuos que en él intervienen (1). La pregunta que parece imponerse en este punto es cómo hacer para que la participación del profesional de las disciplinas Psi no quede entrampada en los vericuetos del Poder, que no se confunda su función ni se bastardee su operatividad rescatando siempre las subjetividades en juego. Interpelaciones entre el Derecho y la Psicología Es necesario destacar que la Psicología no ha tenido un espacio claro y definido en el edificio judicial por varias razones. Por un lado, mientras que el Derecho 7 reclama datos tangibles y comprobables, la Psicología, en particular el Psicoanálisis, responde desde un saber conjetural. Y por otro lado la Psicología ha mantenido su propio combate con la Medicina en general y con la Psiquiatría en particular, ocupando parte de su tiempo y de su energía en ello. Durante años el saber médico de la mirada, lo observable, resultó hegemónico en el área de la salud mental y, por extensión, en el consenso socio - cultural, toda vez que el discurso médico era el oficial en esta ámbito. De todos modos el escuchar de las disciplinas Psi, aunque a menudo desprestigiado y relegado a cierta marginalidad, iba ocupando un espacio. Es así como, convocados como herederos del Oráculo, se nos tienta con un lugar a condición de que develemos lo oculto, que demos pruebas positivas, que indaguemos las verdades negadas, que nos ubiquemos en el lugar del decodificador, -portador de los códigos,- para así decodificar aquello que aparece como enigmático para el saber del derecho. No se advierte en ello que en realidad de lo que se trata no es de poseer la tabla de los códigos que supuestamente traducirían el jeroglífico del inconsciente sino de advertir que cada sujeto posee una clave personal, única e irrepetible que sólo él podrá descifrar, y, en todo caso, desde allí revisar cómo se articula ésta con el hecho que se "investiga", en lo particular del cada uno. De esta manera el Derecho tardó más de 70 años en descubrir que las disciplinas Psi, en particular el Psicoanálisis, podían aportarle ciertos conocimientos del comportamiento humano ligados a otro orden. A decir verdad, tampoco los psicólogos estábamos preparados para esta inserción que cuestiona nuestro saber y redimensiona nuestro poder. En general la formación universitaria del psicólogo ha estado más ligada a la orientación clínica y educacional que a la forense o jurídica. De allí que la inserción del psicólogo en instituciones de este corte ha tenido más que ver con una clara alternativa concreta de trabajo que con una opción vocacional. Es por ello que se ha hecho necesario revisar las técnicas propias de la Psicología, clásicamente clínica o experimental, tal que ésta sea adecuada a requerimientos institucionales tan precisos. Interrogados en nuestro saber debemos así interrogarnos en nuestras estrategias y abordajes. Verdadero desafío en el que la tentación por apuntar a la salud, implementando las técnicas aprendidas y las estrategias ya estudiadas y probadas en otros terrenos, nos juegan más de una mala pasada en un lugar en el que la salud es una categoría más dentro de una trama de polaridades (sano - enfermo; insano - sano; imputable - inimputable; inocente - culpable). 8 Por cierto que otra tentación es la de hacer propias las particularidades del derecho y así forzar a que las disciplinas Psi se conviertan en técnicas "auxiliares" y positivas, que colaboren en la indagatoria judicial como una herramienta "policíaca" que apunte, en todo caso a develar una verdad diferente, la del expediente, y no ya la del inconsciente, la jurídica y no la subjetiva, una verdad positiva, concreta y comprobable. Nuestra inserción trae, por otra vía, una nueva dificultad y es que nuestra disciplina es cuestionadora en la medida en que interroga. Así es como si bien somos interpelados en nuestra práctica y en nuestro saber, desde éste, desde el saber, cuestionamos el Poder de lo judicial. Juego de interrogaciones en el que, corridos de una postura contestaría, termina haciéndose necesario armar un corpus teórico - práctico específico. Y qué es esto de interpelar al Poder - Saber del derecho?. Cuánto más fácil parece adherir a escuelas psicológicas que, sintonizadas en la misma frecuencia del discurso positivo, ofrecen todo su saber al sólo fin de darle consistencia "científica". Paradoja en la que se legaliza el discurso del derecho por medio de un decir psi-entífico al tiempo que éste aspira ahora a lograr otro reconocimiento, otro brillo, otro lustre, en la medida en que, ya subsumido al discurso del poder, se mira en el gran espejo del derecho. En tanto insertos en el entramado del Poder Judicial la vacilación parece plantearse entre dos espacios claramente definibles: el Lugar del Poder (Poder Judicial) vs. el Lugar del Saber. Al respecto observemos que me refiero al Poder con mayúscula, como lo hace Legendre, para remarcar la exorbitancia de éste. ¿Qué es el Poder?. Es una metáfora de puro interrogante, responde el jurista citado. En el juego del Poder éste es el que silencia y exige que el saber se constituya en su legitimante y su garante. Pretensión, desde el Poder, de establecer, en el saber, cierta universalidad de conceptos (verdad, responsabilidad, culpabilidad, peligrosidad) que, en la medida en que no nos posicionemos en nuestro saber, nos hará trastabillar hacia la búsqueda y adhesión a criterios y mecánicas que no nos son propias, al tiempo que nos ilusionará con el mito de la uniformidad semántica según el cual sería posible que todos habláramos de lo mismo y de la misma manera, facilitando así un engaño que nos protege de la diversidad, perdiendo de vista que nuestros marcos epistemológicos son diversos y diferentes. Traspié en el que ciertas corrientes psi, con pretensiones de científicas, suelen caer regocijándose del "reconocimiento" que reciben del amo, sin advertir, o sin importarles, que el precio es el de que su decir sólo se ofrezca como aval de una alianza entre el saber y el Poder. 9 Desde otra perspectiva, posicionándonos en un saber que se reconozca como no colmado, nos constituimos en cuestionadores cuestionados que, ante el imaginario de la Institución, aparecemos como desafiando cierto saber - poder constituido. La otra alternativa, de mucho mayor riesgo por cierto, es que nuestro discurso aparezca subyugado por el del Poder dominante tal que nuestro saber no aporte ninguna luz ante el enigma al que nos enfrentamos. 4. El aporte de la psicología forense en la aplicación de la justicia Como actividad profesional la psicología se ha extendido, en las últimas tres décadas, de una forma sorprendente aún para los más optimistas. Encontramos a estos profesionales en las escuelas e institutos, en los centros sanitarios y hospitalarios, en las instituciones penitenciarias y judiciales, en el mundo del deporte, en el ámbito laboral, publicitario, etcétera. Los psicólogos actúan contratados tanto por la Administración como en el ejercicio privado. La psicología española es hoy una realidad consolidada y esto se refleja en su diversificación profesional. Esta consolidación se ha dado en medio de los grandes cambios sociales e institucionales que han acontecido en nuestra sociedad. Y en estos años se han promulgado nuevas leyes que afectan a numerosos campos de la actividad y vida cotidiana de los ciudadanos. Conforme se han ido promulgando estas leyes han aumentado las necesidades de ayuda y colaboración de una gran variedad de profesionales con los jueces, los tribunales y la justicia en general. Desde las tradicionales leyes penales hasta las modernas normas que regulan los derechos de los menores o de las parejas homosexuales hay un abanico de normas que, directa o indirectamente, requieren de la participación del psicólogo. En este contexto, ha aparecido la figura del psicólogo forense. Como perito, asesor, colaborador o experto, el psicólogo forense es un agente más del sistema de justicia. Emplearemos, por razones de costumbre, únicamente un género para referirnos a esta profesión no sin reconocer la importante presencia de mujeres en esta profesión. Asociamos la idea del forense a la del médico adscrito a la administración de justicia que perita, informa y asesora al juez en temas de su especialidad y también se asocia a los policías y criminólogos expertos en la detección, análisis y valoración de pruebas judiciales incriminatorias. El psicólogo forense se asimila, en cierto sentido, a ambas figuras, si bien restringe su actividad al campo de las capacidades psicológicas, las motivaciones y actitudes, etcétera. 10 El psicólogo forense se encarga de analizar y valorar distintos aspectos de la personalidad, la situación psicosocial, el nivel de estrés y los estados mentales propios de las personas que, de un modo u otro, están implicadas en cualquier tipo de procedimiento judicial. Las tareas que requieren la intervención especializada de los psicólogos forenses han sido siempre necesarias en los procesos judiciales, pero durante muchos años y aún hoy en muchos juzgados y jurisdicciones, muchas tareas propias y específicas de aquellos las realizan otros profesionales. Psiquiatras, criminólogos, médicos forenses y no pocas veces los propios jueces, realizaban muchas de las tareas que hoy hacen los psicólogos forenses. El avance en la especialización profesional ha descargado a muchos profesionales poco o nada preparados técnicamente para realizar estas tareas propias del psicólogo. Así no era infrecuente que, por ejemplo, los propios jueces entrevistasen a menores o deficientes mentales víctimas de violencia sexual, tarea que ahora encargan a los psicólogos forenses cuando es posible. Actualmente, los psicólogos forenses tienen una formación universitaria sólida y, además, disponen por lo general de una formación teórico práctica específica obtenida en cursos de especialización y de formación continuada. Los primeros contactos del psicólogo forense con la justicia se dieron en el marco de la justicia penal y penitenciaria, más tarde se extendió a la justicia juvenil y de menores. Después se ha ampliado su intervención a los variados procedimientos de la justicia civil, laboral y hasta eclesiástica. En la actualidad podemos afirmar que la práctica profesional de la psicología forense es un complemento indispensable de cualquier actividad judicial moderna. Cada delito, agresión entre jóvenes, ruptura matrimonial, adopción, asignación de tutela o incapacitación, cada sentencia que imparte un juez o tribunal tiene actores, víctimas y espectadores que no sólo conocen o han participado en el suceso, sino que han vivido sus efectos y consecuencias a su propia manera. El psicólogo es, entre otros profesionales, el más y mejor preparado para valorar, comprender y proponer actuaciones considerando la individualidad única de todos y cada uno de los implicados en un suceso o acontecimiento conflictivo singular. La actuación de estos profesionales está fundamentada en unos conocimientos científicos que han generado procedimientos y técnicas que garantizan su objetividad. También existen códigos deontológicos que obligan a actuar con todas las garantías legales a estos profesionales que utilizan y tienen acceso a informaciones personales de naturaleza privada y muy sensibles. 11 La actividad propia del psicólogo forense está fundamentada en la aplicación de los principios y técnicas propias de la psicología aplicada al contexto jurídico. Actúan como peritos, expertos y asesores de los jueces, tribunales y resto de agentes que participan en la administración de justicia. Las técnicas de la psicología aplicada al ámbito forense no se limitan a la identificación de la presencia y grado, de un trastorno mental en un imputado o una víctima. Es mucho más variado y específico. Los psicólogos forenses pueden evaluar la inteligencia de un agresor sexual, de un menor acusado de vandalismo o de un anciano que quiere cambiar su testamento ante el notario. Pueden identificar las secuelas psíquicas que un acoso laboral puede haber dejado en una mujer o valorar la credibilidad de un testimonio que fundamenta una acusación grave de abusos sexuales. Otros ejemplos nos dan una idea de la gran cantidad de respuestas que el psicólogo forense puede ofrecer. Éste puede valorar el riesgo de reincidencia o la peligrosidad de un recluso que ha solicitado un permiso de salida de la prisión, también puede estimar cuál de los dos progenitores es el más idóneo para obtener la patria potestad de un menor en caso de litigio. No es nada infrecuente que los jueces soliciten a los psicólogos forenses una valoración de si una madre o un padre ha influido de forma significativa en el rencor que un hijo muestra hacia su otro progenitor durante un proceso de separación o divorcio. La relación podría continuar y estos son sólo algunos ejemplos. Así pues, la tarea de los psicólogos forenses no se limita, como a veces se piensa, al diagnóstico clínico de los trastornos mentales, es mucho más amplia. Es precisamente este repertorio de técnicas y habilidades de que dispone este profesional lo que le convierte en una ayuda de mucha utilidad al juez en su actividad habitual. El futuro inmediato de la psicología forense es mejorar su práctica profesional y su eficacia. Ya hemos descrito la situación actual caracterizada por su variada presencia en los diversos campos de la justicia. En las últimas leyes, como en la recién aprobada ley integral contra la Violencia de Género, es habitual encontrar demandas específicas para estos profesionales. Ha de venir un momento en el que podamos revisar este periodo con ojos críticos y analizar el déficit de este ciertamente apresurado crecimiento. Después vendrá, sin duda, una mejora profesional que redundará en una aplicación más justa de las propias decisiones judiciales. 12 5. Marco conceptual La Psicología Forense, es una especialidad que desenvuelve un amplio y específico ámbito entre las relaciones del mundo del Derecho y la Psicología, tanto en su vertiente teórica, explicativa y de investigación, como en la aplicación, evaluación y tratamiento. Si la tomamos, como ciencia auxiliar del Derecho, nos permite realizar el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención, asesoramiento y/o tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales que inciden en el comportamiento de las personas en el ámbito legal; logrando esto, mediante la utilización de métodos propios de la Psicología Científica (lo que le da el sentido de objetividad a que aspiran las pruebas jurídicas) y cubriendo por lo tanto distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención, tales como: • Psicología Aplicada a los Tribunales. • Psicología Penitenciaria. • Psicología de la Delincuencia. • Psicología Judicial (testimonio,). • Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas. • Victimología • Mediación. 5.1 Desarrollo histórico Hablar de la Psicología Forense en la República Dominicana, seria como hablar del futuro, ya que ni siquiera en el presente se han sentado las bases firmes que solidifiquen su participación en el derecho nacional, pues no existen reglas claras para la utilización del Psicólogo Forense en nuestra legislación, salvo los esbozos de la Ley 14-94, o Código del Menor y alguna de las modificaciones introducidas al código penal dominicano por las estipulaciones de la Ley 2497; de manera que hablar de su pasado seria breve tan breve como lo dicho. Las primeras aplicaciones de la Psicología Forense al Derecho, en la República Dominicana, apenas se sitúan a partir de los años noventa, cuando comienza a gestarse tanto la ley 14-94 o Código del Menor, como hemos dicho, y la ley 13 14-97; leyes en las que encontramos mandatos expresos para la utilización de los psicólogos en los procesos judiciales. Wilfredo Mora, psicólogo dominicano, entregado por entero al estudio de la psicología forense, y podríamos afirmar que pionero, se pronuncia al respecto cuando considera que: “decir psicología forense en la República Dominicana, hasta hace unos pocos años, en esta misma década de los 90, era algo que no apreciaban los funcionarios de la justicia. En nuestro país, el sistema de la intima convicción de los jueces no esta unido a los servicios del psicólogo experto en psicología forense, ciencia que asiste al proceso judicial (..)2 No obstante, el termino en si de Psicólogo Forense, ha tomado mas cuerpo en los últimos tiempo; quizás porque otrora los profesionales de la psicología, e incluso los del derecho no estaban familiarizados con las simbiosis psicológicojurídica, que tienen lugar dentro del proceso; por un lado, los psicólogos necesitaban cierto grado de conocimientos de tipo jurídico, que le permitieran utilizar sus conocimientos en el “foro”, o sea, en el Estrado; y por el otro los juristas necesitaban los conocimientos generales de la psicología. Un hito digno de mención, lo constituye la recién promulgada ley 22-01, o ley que instituye en la República Dominicana el Colegio del Psicólogo, quizás la primera piedra institucional que instalara en los tribunales de la república una voz autorizada en ciertos campos que interesan a los jueces y juristas; lo mismo que el Diplomado de Psicología Forense, organizado por la Universidad de la Tercera Edad, único y primero en su genero en la historia de educación continuada en la República Dominicana. Tan corta trayectoria no debe extrañarnos, si pensamos que a nivel internacional la Psicología Jurídica o Forense es una ciencia relativamente joven que aunque sus prístinos inicios lo podemos inscribir a principios del siglo XX, no es sino hasta la década de los 70, que aparece un fuerte empuje de los Psicólogos Penitenciarios; quienes aplican a la delincuencia el tratamiento que se desprende de la Psicología Conductista y de la Psicología del Aprendizaje. La Psicología Penitenciaria española, por citar un ejemplo, ha fomentado de forma pionera diversos campos de la Psicología Jurídica que hoy conocemos. Tomando como ejemplo, los avances alcanzados por la Psicología aplicada al derecho en España, debemos afirmar que en dicha nación, en la misma década citada (1970), aparece la denominada Escuela de Barcelona de Psicología Jurídica, que auspicia la publicación del Anuario de Sociología y Psicología Jurídica publicado por el Colegio de Abogados de Barcelona. En 1976 se 2 Wilfredo, M. 14 organizan en Barcelona las primeras Jornadas Internacionales de Psicología Jurídica. La culminación de este trabajo es el libro de Bayés, Muñoz-Sabaté y Munné “Introducción a la Psicología Jurídica” (1980). De manera que, si tomamos un país de Europa, como el que hemos elegido para comparar, entenderemos porque, en estos últimos años es cuando la Psicología Jurídica o Forense, como especialidad, está tomando cuerpo científico y profesional, con excelentes resultados, tanto a nivel internacional, como a nivel nacional; lo que nos empuja a creer, que debemos aunar esfuerzos, tanto psicólogos como abogados, para que ciencias como el Derecho y la Psicología no sigan como hasta ahora por rumbos distantes, sino, que con ambas disciplinas debemos formar un todo armónico que sirva a los fines especiales que esta destina la Psicología Forense como auxiliar de la justicia. Desde un marco institucional, y con las experiencias de España, Chile, Colombia y otros países, donde se han puesto en practica los conocimientos de la Psicología aplicados al Derecho, se han creado en nuestro país, y muy recientemente, grupos de trabajo, e instituciones que han dirigido sus esfuerzos, hacia temas eminentemente jurídicos; temas que tienen que ver con la Familia, las Parejas, los Divorcio, la Violencia Contra la Mujer, la Violencia Domestica, el Abuso Sexual, Abuso Sexual del Menor, los Menores en Estado de abandono, el Peligro o Maltrato al menor, etc., visualizando los mismos, desde una perspectiva psicológica-legal, todo en perfecta armonía con el espíritu mismo de las leyes, como es el caso de la 14-94 y la 24-97; de ahí, que nuestra historia, a penas comienza. 5.2 Conceptos sobre psicología forense y/o jurídica La Psicología Forense o Jurídica, es un área de trabajo e investigación psicológica especializada cuyo objeto es el estudio del comportamiento de los actores jurídicos en el ámbito del Derecho, la Ley y la Justicia; esta área, está reconocida por Asociaciones y Organizaciones de nivel internacional y recientemente ha sido reconocido en el ámbito institucional por la Universidad de la Tercera Edad, la cual, como hemos dicho, tiene la primicia de haber realizado el primer Diplomado de Psicología Jurídica y/o Forense. Conceptualmente hablando, y conforme lo establece el Primer Congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica, hemos de admitir, que la Psicología Forense, “esta dirigida al servido del Derecho; en consecuencia, es indispensable o necesario (no simplemente deseable o conveniente) que la investigación psicológica del caso o problemas a dilucidar se haga orientada hacia el esclarecimiento de los presupuestos naturales (subjetivos) que 15 integran los presupuestos normativos, sobre los cuales se debe fundar y construir el razonamiento jurídico”.3 No obstante, el estado actual de la Psicología Jurídica debe entenderse según las distintas áreas en que se encuentren reflejadas las necesidades de la incipiente disciplina, disciplina que pese a que el respetado psicólogo Wilfredo Mora, trata desde conceptos diferentes, definiendo la Psicología Forense como una disciplina diferente a la Psicología Jurídica, nosotros, con el aval de la mayoría de tratadista internacionales, preferimos indistintamente referirnos a ella como una misma disciplina, nombrándola en el presente texto como PSICOLOGIA FORENSE O PSICOLOGÍA JURÍDICA refiriéndonos siempre a una misma aplicación de la psicología al derecho, que se bifurca en diferentes aplicaciones. Salvada la precedente aclaración, hemos de aceptar, que la doctrina mas socorrida en torno a la clasificación de la psicología forense o jurídica, considera que las misma no es unánimemente compartida, por causa de las peculiaridades culturales, científicas y de legislación de cada país, por lo que, en esta oportunidad trataremos de presentar una clasificación enunciativa de las aplicaciones de la psicología forense; por ejemplo, la Psicología Policial tiene una nula aplicación en la mayoría de los países latinoamericanos, entre ellos el nuestro, sin embargo, adquiere excelentes niveles en países anglosajones y en países del este europeo. En todo caso el campo de la Psicología Jurídica que estamos intentado definir según va consolidando sus tareas de forma específica debe establecer sus límites y sus estados fronterizos con otras áreas psicológicas con las cuáles colaboran interdisciplinariamente, a fin de clasificar posteriormente las múltiples divisiones según su aplicación. 5.3 Funciones del psicólogo forense Las funciones del Psicólogo Jurídico en el ejercicio de su Rol Profesional es bastante amplio, pero, “el desconocimiento de los psicólogos o psiquiatras del Derecho y de igual manera, el de los abogados o jueces de la Psico(pato)logia, ha llevado a creer, equivocadamente que el único campo de intervención de la Psicología Forense seria el terreno de la imputabilidad-inimputabilidad penal, o de las circunstancias atenuantes de índole psicológica. No obstante, el campo JAIME NAQUIRA RIVEROS, El Psicólogo Forense: Campo de Acción, Formación y Rol Profesional. Primer Congreso Iberoamericano de Psicología Forense; Santiago de Chile, septiembre de 1995 3 16 de acción de la psicología forense es, sin duda alguna, mayor (...)4”de tal suerte que dentro de su ámbito se incluyen las siguientes aplicaciones: 1. Evaluar y diagnosticar las condiciones psicológicas de los actores jurídicos, a fin de contribuir con mayor claridad al entendimiento de la conducta juzgada por parte de los jueces y juristas. 2. Asesorar y orientar como experto a los órganos judiciales en cuestiones propias de su disciplina, sin cuyo dictamen, seria mas que ilegal, imprudente evaluar una decisión en ciertas materias del ámbito jurídico, por ejemplo podemos citar el mandato de la ley 14-94, en su articulo 134, al ordenar antes de la ventilación del proceso un informe socio familiar en el cual el psicólogo forense va a tener una participación preponderante. 3. Intervenir en el diseño y realización de Programas para la prevención, tratamiento, rehabilitación e integración de los actores jurídicos bien en la comunidad, bien en el medio penitenciario, tanto a nivel individual como colectivo. 4. Formar, educar, y entrenar a los profesionales del sistema legal (jueces y fiscales, policías, abogados, personal de penitenciarías, etc.) en contenidos y técnicas psicológicas útiles en su trabajo y útiles a la sociedad en los casos de victimas y victimarios de los procesos. 5. Participar en la elaboración de campañas de prevención social ante la criminalidad, lo mismo que preparar la divulgación de estas en los medios de comunicación masiva, mas que con miras sensacionalistas con la pretensión de asesoramiento e información social para la población en general. 6. Investigar la problemática de la Psicología Jurídica y la implementación de políticas criminales de interés para la ley y la sociedad. 7. Investigar y contribuir a mejorar la situación de la víctima y su interacción con el sistema legal, para tratar de que el proceso no sea una victimización de la victima sino un medio de mitigar las frustraciones y secuelas del daño. 8. Propiciar soluciones negociadas a los conflictos jurídicos, a través de una intervención mediadora que contribuya a paliar y prevenir el daño emocional, social, y presentar una alternativa a la vía legal, donde los implicados tienen un papel predominante, es el caso de contribuir a los métodos alternativos para la solución de conflictos, tarea que en nuestro país y específicamente en la ley 14-94 esta asignada al representante del 4 santiago de chile 17 ministerio publico y no al psicólogo forense como debiera ser, lo mismo que en lo referente a la materia laboral, donde el conciliador es el Juez mismo del órgano jurisdiccional que juzgara el conflicto en caso de que fracasare el intento de conciliación que impone la ley. 2.4 Procedimientos, técnicas e instrumentos El Psicólogo Jurídico utiliza en su trabajo técnicas de evaluación psicológica que gozan de la credibilidad científica que le ha dado el uso y la aceptación universal, esforzándose en desarrollar instrumentos de evaluación adecuados al contexto de aplicación, según sean los intereses particulares de cada caso para la justicia y no conforme a los intereses particulares de cada persona en cada caso. De ahí, que a la hora de justipreciar las pruebas encomendadas por el juez o la ley al psicólogo forense, debemos conocer sus técnicas y procedimientos, a fin de que las mismas puedan tener en la intima convicción el juez, el efecto que ha de convenir al descubrimiento de la verdad. 5.5 La Práctica psicológico – forense valoración de sus riesgos Y cuál es, en este entramado, el posible lugar del psicólogo?; y cuál su función?. Resulta aquí claro el riesgo de que el psicólogo se establezca como un "auxiliar" que sustenta un discurso jurídico que lo asimila, subyugándolo, y lo borra, subsumiéndolo, con el sólo fin de dictaminar lo "verdadero". Cabe así señalar el curioso lugar del especialista psi-. En un punto puede resultar cómplice y agente del poderoso en la medida que se constituya en su instrumento para, intervención mediante, ejercer el Poder. Pero por otro lado es, también él, víctima de ese mismo poderoso toda vez que no es el experto quien ejerce, en realidad, ese Poder. Y la urgencia del caso, -y no importa ya en que ámbito, dado que puede ser indistintamente el forense, el escolar o el asistencial-, resulta estar definida desde la emergencia del que asiste o por la urgencia y las características de la institución. Sea cual fuere el espacio al que la emergencia llega, es decir donde la situación emerge, las alternativas posibles de abordaje aparecen acotadas, siempre, en torno a un mismo término: la intervención. 18 El perito psicólogo que interviene en un expediente judicial lo hace justamente porque el sujeto a ser peritado está implicado en una causa. Nuestra intervención puede surgir, entonces, a partir de cierta particularidad tramposa y seductora de la demanda. Se nos convoca bajo la consigna de ¿qué hacemos?. Y caemos en el riesgo de creer que somos nosotros quienes debemos reconocer una paternidad o quienes tenemos el "poder" de desestimar tal función. Parece en este punto que se nos impele a intervenir. Y sabemos que intervenir es venir entre, es interponerse. También podríamos pensar que es sinónimo de mediación, así como lo es de intromisión, de intrusión. Situaciones todas éstas en las que la intención de intervenir, -y aún en los casos en los que dicha intervención es pedida por el supuesto asistido-, lleva implícito un rasgo violento, o cuando menos pretendidamente correctivo, adquiriendo las características de un mecanismo regulador, por el que la coerción y la represión para el mantenimiento o el restablecimiento del orden establecido ocupan un importante lugar. Es frecuente, por otro lado, asociar también con el término Intervención, otros conceptos como operación y tratamiento; y todo ello en virtud de una pretendida objetividad e imparcialidad que parece autorizarnos a "intervenir" en función de un supuesto bienestar del asistido, que nosotros conoceríamos dado nuestro lugar de especialistas, es decir, dado nuestro lugar en relación con el Saber y con el Poder, y dada, también, nuestra pretendida objetividad. Por otro lado el mito de la objetividad, tan apreciado en nuestras concepciones positivistas de la ciencia, es cuestionado actualmente, por lo menos parcialmente, en virtud de una exigencia de compromiso con el caso. La neutralidad es una trampa: siempre se está comprometido. Se establece entonces un doble circuito de piedad y control social. Destaquemos entonces que el orden, racional o natural, se postula como lo normal, mientras que el desorden reviste un carácter patológico que parece reclamar nuestra intervención para la defensa o la reinstalación de un cierto orden social. Surgirán entonces los procedimientos a implementar dirigidos por las intenciones de ayuda, de asistencia, de reparación, o de cuidado. Estos procedimientos ocupan un lugar primordial desde el que se postulan, para así, guiar nuestro quehacer en función de sistemas sociales regidos por leyes y reglas preestablecidas y que apuntan, a no dudarlo, a la reinstauración del equilibrio, si no perdido, por lo menos amenazado. 19 Sabemos que el interviniente es percibido, al mismo tiempo como un tercero mediador que aporta sus buenos oficios; pero también como un ser sospechoso de intromisión, de injerencia y de intrusión. Más arriba aludí a la condición de especialistas que los intervinientes adoptamos en relación el Poder - Saber. Y así resulta que si la intervención involucra a un profesional de las disciplinas psi- , va a resultar necesario sostener tal tarea desde un lugar de poder que, de suyo, parece entrar en coalición con toda gestión de orden psi-. Freud había ya subrayado que uno de los límites del análisis social era la necesidad de un poder sobre el que pudiera fundarse el lugar del analista, poder cuyo ejercicio es, por definición, contradictorio con todo trabajo analítico. Por un lado el sentido de la intervención debería ser el de guiar al asistido a que se libere de la repetición de su acto, de su síntoma, a que logre un nuevo posicionamiento subjetivo, si es que nuestra tarea cobra el sentido de lo asistencial. Pero el riesgo de nuestro quehacer es el de fascinarnos con el lugar que ocupamos, lugar del Saber, lugar del Poder y que desde allí, nos hundamos en cierto dolorismo y complaciéndonos en ello, transformemos nuestra gestión en sostén de los desheredados. Sostenimiento en su doble acepción: sosteniendo al caído al mismo tiempo que dejándolo caído para seguir ostentando el Poder del Saber, en lugar de apuntar a una superación de la dialéctica dominantes dominados. No debemos olvidar que nuestra intervención, por lo general está determinada desde espacios como el Judicial, el Policial - Penitenciario, el Escolar o el Hospitalario, con toda la connotación que estas instituciones tienen respecto al ejercicio del Poder. Y qué hacer cuando nuestra tarea es la diagnóstica pericial. Esta particularidad enfrenta al psicólogo a una encrucijada ética de difícil resolución: es que acaso debe revelar todo lo que se le diga?. No es un informante policial, no es quien debe hacer la "instrucción" del proceso y, por ello mismo, debe cuidar con celo de que el ejercicio de su profesión no sea utilizado como medio para lograr declaraciones ya que con ello se menospreciaría nuestra tarea y se humillaría nuestra disciplina. Por otro lado qué estatuto de "verdad" tiene lo efectivamente escuchado. Acaso se trata de la verdad que se busca en el expediente?. Dicho en otras palabras, qué correlato existe entre aquella verdad pretendidamente tangible, palpable y comprobable del derecho y esta otra que tiene registro en la unicidad del inconciente de aquél a quien tenemos enfrente?. 20 Si perdemos de vista esta cuestión y nuestra pertenencia, insistiremos en aislar al individuo de su entorno, desoyendo lo que allí ocurre a nivel macro, y nuestra intervención se convertirá en una prueba de laboratorio de la que resultará claro que somos nosotros, ahora, los que detentamos el poder, repitiendo una vez más el modelo de sometedor sometido. La dirección de nuestras intervenciones debería apuntar a lograr que "los sujetos", en el marco de sus actividades cotidianas, puedan posicionarse de una otra manera en relación con sus propias fuerzas, que puedan ejercer un mayor poder sobre sus propios actos. Cuando perdemos de vista la estrecha vinculación entre el sujeto y su entorno, del que la Institución ya forma parte, lo que desaparece es el acto social, y sólo queda entonces un abordaje psicologista, reductor y empobrecido de los hechos. Pero si acaso quedamos fascinados en el campo de lo social, tampoco nuestra tarea adquirirá el valor que debería tomar. Se hace necesario, en este punto, posicionarse en algún punto intermedio desde el que podamos realizar nuestro aporte sin perder de vista que Layo tal vez sea un desocupado pero haciendo eje en las particularidades subjetivas de aquel del que somos consultados así como de aquel otro que nos dirige la consulta. Vale la pena hacer aquí un nuevo llamado de atención. Observemos que este Poder - Saber, resulta ser delegado desde la misma institución, por vía del Juez, en el profesional actuante. Dice Pierre Legendre en relación a las intervenciones judiciales: "El psi- ¿no está hoy día en trance de convertirse en juez oculto?". En "El Crimen del Cabo Llorite" (8) dirá Legendre: "Queda por situar, a partir de este esquema, el lugar de los psiquiatras o, más generalmente, de los expertos psi en el funcionamiento estructural. Sin duda alguna, en la realidad de los procesos, estos expertos están en posibilidad de abrir o de cerrar con candado la evolución de un procedimiento, ya que la sociedad de hoy día parece en trance de delegar en ellos, aunque sin hacerlo de modo explícito, la posibilidad de decidir sobre todo basándose en el principio de Razón." Por otro lado, el objeto central de las Ciencias Jurídicas son las conductas humanas en tanto producidas socialmente, interfiriendo con otras conductas humanas. El término interferir nos acota respecto a que no se trata de cualquier conducta humana sino de aquellos hechos en que una conducta revela un conflicto. 21 Podemos concebir al derecho como una práctica social específica en la que se expresan el conflicto, y la tensión de los grupos sociales. Así la producción, circulación y consumo del Discurso Jurídico será la manifestación más clara de esa "tensión social". Es importante resaltar así que este discurso jurídico, si bien se refiere al grupo y a sus integrantes, define también a quien lo enuncia. En otras palabras, revela no sólo el particular material con el que trabajan los juristas sino que remite también a la particular posición social que éstos ocupan. Posición siempre cercana al ejercicio del Poder en la que están ubicados legisladores, jueces, abogados y teóricos. Debemos concebir este discurso del derecho como un lenguaje en acción, operando. Dice R. Entelman en el Discurso Jurídico (9) "El Discurso Jurídico en tanto discurso sobre el Poder, o más precisamente en tanto discurso que ejerce el Poder, lleva cientos de años (...) perfeccionando sus cualidades de discurso estructurador de la Institución Social, siempre oscuro y disfrazador, consagrado y reservado a unos pocos, constitutivo de una ciencia magistral, que, transmitida generación tras generación por los doctores, contribuye al ocultamiento y clausura de las técnicas de manipulación social". En la medida en que la institución interviene, los sujetos tienen menor posibilidad de ejercer su poder sobre lo que hacen y más se hunden en formas psicoafectivas regresivas. Pero atención porque la institución también impregna a los "técnicos" de este mismo tinte y algo similar empieza a ocurrir con ellos. O bien se da un particular fenómeno de empastamiento con la institución con una preocupante pérdida de distancias ("mi juez", "el caso es mío" o bien "tengo un caso"), o bien se da un entrampamiento en el que el "técnico" termina ofertándose a ser sostén de aquél discurso eje. Y ya en un aspecto estrictamente técnico se hace necesario advertir sobre ciertas conceptualizaciones que, con frecuencia y de manera casi inadvertida, utilizamos sin reflexionar sobre su contenido. Remarquemos, ya más arriba hicimos referencia a ello, que en ocasiones se postula una postura que se sostiene en concepciones según las cuales un comportamiento discrepante es un comportamiento definido, procesado y tratado organizacionalmente como "extraño", "anormal", englobando en ello conceptos como "robo", "delincuencia", etc.. Señalemos entonces aquí que el llamado comportamiento discrepante no soporta más definición que una tautológica, es decir, será discrepante todo aquello que sea definido como tal. Y cuántas veces cuántos de nosotros caemos en la tentación de referirnos al desvío sin advertir la connotación jurídica legal que tal concepto puede llevar consigo?, sin advertir que con ello estamos trayendo al pie de nuestro dictamen todo un marco ideológico del que no podemos rendir cuenta desde nuestro saber, no por lo 22 menos si pretendemos que éste, el saber, salga incólume de tal enfrentamiento, si no queremos poner ese saber al servicio del poder obturador. Otro tanto ocurrirá con formulaciones del tipo "peligrosidad, riesgo, daño, violencia, etc." a las que, casi imperceptiblemente, damos estatuto de conceptualizaciones del orden psi cuando en realidad son traspolaciones sociales, ideológicas o morales. 5.6 Ámbitos de Actuación De una manera más específica podemos considerar el Rol del Psicólogo Forense desde el ámbito de sus funciones y según el área del derecho en la que va a prestar su colaboración como un verdadero auxiliar de la justicia. La Psicología Aplicada a los Tribunales o Forense se refiere a aquéllas actividades que el Psicólogo puede realizar en el “FORO”, en otras palabras, las que están destinadas a producir sus efectos en la intima convicción del juez, en el mismo estrado, dentro de múltiples usos podemos señalar: • Psicología Jurídica y el Menor. • Psicología Aplicada al Derecho de Familia. • Psicología Aplicada al Derecho Civil, Laboral y Penal. 5.6.1 La psicología forense y el menor Las Instituciones dedicadas al menor son en todos los países y también en el nuestro, áreas de trabajo que deben ser objeto de una política global que se desarrolle desde diferentes ámbitos: educativo, sanitario, servicios sociales, etc., por lo tanto, también desde la Justicia. Es desde esta Institución donde tiene sentido hablar de Psicología Forense o jurídica y el Menor. Como contribución especial el presente libro en su “Anexo 1” presenta como ejemplo el caso de agresión sexual hacia un menor de edad, ocurrido en el Municipio de Constanza, caso que fue ampliamente estudiado aplicando los métodos de psicología forense para esclarecer las lagunas de información del caso. En la actualidad y conforme lo establece el Código de Niños Niñas y Adolescentes o ley 14-94, los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes, deberían contar con psicólogos forenses, que trabajen en colaboración directa con Jueces de Menores y Defensores de Menores, juntamente con el equipo multidisciplinario que exige la propia ley; Estos equipos multiprofesionales 23 estarían destinados a resolver conductas ilegales realizadas por menores, sin embargo, en la practica, no todos los casos de menores son conocidos con la asistencia de este equipo, no obstante ser, acorde lo estipula le ley y su reglamento de aplicación, parte del tribunal. En esta materia, mediante estudios, el psicólogo debe informar sobre la situación del menor y cuáles son las posibilidades de su reeducación y tratamiento. De esta forma se contribuye para que la Justicia module la aplicación legal, a criterios científicos, tomando siempre como base lo que mas convenga a los fines de la ley y su espíritu: la re-educación del menor infractor. La entidad pública, será la encargada de aplicar las medidas educativas impuestas por el Juez, a recomendación del psicólogo forense, y luego el psicólogo realizara una gama de intervenciones, como son el diseño y seguimiento del tratamiento de resocialización, con la finalidad de que sus recomendaciones rindan los beneficios esperados. Sus funciones en los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes son entonces, múltiples y variadas, dentro de las que cabe señalar las siguientes: • Emitir los informes técnicos de la especialidad, solicitados por el Juez de Menores o el Defensor de Menores. • Asesorar las medidas que deben ser aplicadas, acorde con los resultados que arroje el informe hecho por el equipo multidisciplinario del cual el es parte. • Darle junto con el entorno familiar del menor infractor un seguimiento sostenido a las intervenciones profesionales, sociales y familiares, en el proceso de readaptación y re-educación, o implementación de las medidas socio-educativas o de protección, según sea el caso. En otras Instituciones, tales como los Organismos de Atención: • Planificar el funcionamiento del Organismo de Atención. • Aplicar los tratamientos personal). • Elaborar y aplicar los abierto. • Dar asistencia socio-familiar en los casos de libertad asistida. individuales y colectivos (socio-familiar y programas de apoyo socio-educativo 24 en medio En estos Tribunales el Rol profesional está regulado por Ley 14-94, y mas específicamente por los artículos 177 y siguientes de dicha ley, en otros casos de organismos e Instituciones no gubernamentales, siempre de acuerdo a la supervisión establecida en los artículos 184 y siguientes, los sicólogos forenses tendrán otras funciones que dependerán de la organización (institucionales, semi- institucional o privadas) por lo que su rol puede sufrir alteraciones, siempre y cuando estas alteraciones estén en consonancia con el espíritu de la ley: determinar lo que mejor convenga al menor. 5.6.2 La psicología aplicada al derecho de familia En casos de divorcios o separación de pareja, consideramos que debería legislarse en beneficio de que fuera obligatoria la participación de los psicólogos forenses, para que estos puedan asesorar al Juez en dichos procesos; de hecho, cuando estos conflictos se presentan, y existen menores a quienes proteger, la ley 14-94 o Código del Menor, obliga al magistrado a tomar medidas con respecto a los hijos, que deben estar avaladas por el Defensor de Menores e incluso por el Juez de Menores, casos en los cuales, aunque de la referida ley no resulte muy claro, se infiere una significativa participación del psicólogo forense, en lo atinente a las medidas a adoptar en casos de guarda, custodia, alimentos, etc. En otra situaciones de familia, tales como nulidad de matrimonio de menores; también en los casos sobre acogimientos y adopciones, debería ser obligatoria la evaluación y participación del psicólogo forense. El psicólogo del Tribunal de Civil, como Juzgado de Familia no sólo debe evaluar cómo afecta a los hijos la separación, sino que también puede diseñar programas que apunten a positivizar situaciones difíciles que los menores se van a encontrar, durante todo el proceso. El psicólogo, desde el ámbito privado puede actuar como asesor del juez (actuando como perito), del abogado que reclama sus servicios y como colaborador del abogado en la resolución del procedimiento familiar en todos los momentos del mismo y con un enfoque interdisciplinario. Sus funciones en los Juzgados de Familia son: • Emitir los informes técnicos de la especialidad solicitados por el Tribunal Civil en los procesos de rupturas de parejas con hijos (separación, divorcio). 25 • Emitir los informes de la especialidad en otras situaciones que plantea el Código del Menor en estos casos de derecho de familia, tales como: tutelas, acogimiento, adopciones, autorizaciones para contraer matrimonio, guardas, visitas reguladas, pensión alimentaria, etc. • Deber de darle seguimiento a los casos. • Asesor a los jueces y ministerios públicos, conjuntamente con el equipo multidisciplinario. En otras Instituciones: • Mediación familiar. • Peritajes privados. • Peritajes y asesoramientos con Tribunales Eclesiásticos. En el ámbito Privado puede ser: • Perito. • Asesor de Abogados. • Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el procedimiento). • Mediador en la búsqueda de soluciones de conflictos por vía de la búsqueda de medios alternativos. 5.6.3 La psicología aplicada al derecho civil La actividad del Psicólogo Forense, en relación al Derecho Civil, se enfoca en el asesoramiento y en el peritaje de la existencia de diversas aptitudes jurídicas, como la capacidad civil en la toma de decisiones (contratos, testamentos, interdictos, etc.). Y en todas aquéllas situaciones susceptibles del trabajo en el campo psicológico dentro del Derecho Civil. En el ámbito Privado puede ser: • Perito. • Asesor del Abogado. • Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el procedimiento). 26 • Mediador. 5.6.4 La psicología aplicada al derecho laboral En el ámbito del Derecho Laboral el psicólogo puede ser requerido para asesorar a los Tribunales Laborales en materia de secuelas psicológicas en accidentes laborales, simulación, y en problemas psicofisiológicos inherentes a la teoría de la Prevención de Riesgos Laborales y de estrés laboral. En el ámbito Privado puede ser: • Perito. • Asesor del Abogado y Comisiones de Seguridad Social e Higiene Mental. • Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el procedimiento) y Comisiones. • Mediador en los procesos de conciliación obligatoria, impuestos por el Código Laboral, para tratar de arribar a un entendido en los diferendos laborales a través de métodos alternativos en la solución de conflictos. 5.6.5 La psicología aplicada al derecho contencioso administrativo Su ámbito de actuación es la elaboración de informes, sobre sistemas de valoración y calificación en procesos de selección o ascensos de personal que realizan las administraciones públicas, procurando con su participación, que la Carrera Civil Administrativa, rinda unos frutos en benéfico de todos sin lesionar la condición psicológica del empleado publico. 5.6.6 La psicología aplicada al derecho penal Una de las áreas donde el psicólogo forense tiene mas amplitud de accion, la constituye el derecho penal, ya que, dentro del ámbito de la criminología se encuentra a su vez la psicología, que al decir de los mas importantes tratadistas del Derecho Penal, es fundamental para los profesionales del derecho. A este respecto, se ha pronunciado uno de los principales tratadistas clásicos de la materia penal, el gran Eugenio Cuello Calón, cuando afirma: “...el penalista de hoy no puede bastarle el mero conocimiento del Código y de la jurisprudencia. En el presente los abogados dedicados a la materia penal –y no solo el investigador y el litigante, sino también el juez y los demás 27 funcionarios llamados a intervenir en la administración de la justicia criminalprecisan una preparación profesional no solamente jurídica, sino también antropológica, criminología y psicológica. Por estas razones hace ya tiempo que se ha expuesto la conveniencia de introducir el estudio obligatorio de estas disciplinas en las facultades de Derecho...”5 En efecto, el dominio de los temas principales de la Psicología, le permite al abogado penalista, tener a su disposición un instrumento indispensable para el manejo de su actividad profesional, lo que indudablemente le va a permitir, tener un mejor entendimiento de las raíces de los casos sometidos a su consideración. Una tarea básica de los Psicólogos Forenses es el diagnóstico y evaluación de personas implicadas en procesos penales, lo que servirá de asesoría a los Jueces y Tribunales, para determinar las circunstancias que puedan modificar la responsabilidad criminal, daño moral, secuelas psíquicas, etc; constituyendo una ayuda incuestionable a la hora de imponer las circunstancias atenuantes. En otros países, existen algunos profesionales que trabajan en las clínicas forenses a disposición de los Tribunales, y también comienzan a ejercer sus funciones en las cárceles o instituciones de Vigilancia Penitenciaria. Fundamentalmente estos psicólogos están haciendo diagnóstico-pericial de presuntos delincuentes y de víctimas, en nuestro país, dichos informes tendrían un carácter de cientificidad en cuanto a las aplicaciones de la Ley 224, y específicamente en los momentos de solicitudes de libertad condicional. Sus funciones son: • Emitir informes sobre psicología del Testimonio. • Emitir informes para Jueces. Abogados, acusados y víctimas. • Asesorar y mediar en asuntos de Vigilancia Penitenciaria. En el ámbito Privado puede ser: 5 • Perito. • Asesor del Abogado. • Colaborador con el Abogado (trabajo interdisciplinario en todo el procedimiento). Cuello Calon 28 5.6.7 Psicología penitenciaria Los Psicólogos entran a formar parte de las Instituciones Penitenciarias como parte del Cuerpo Técnico de las Cárceles o Instituciones Penitenciarias donde se incluye a varios especialistas y entre ellos al psicólogo. Nuestra Ley 224, sobre régimen penitenciario debería encontrar quien realmente se preocupara en implementar su puesta en vigencia de manera real e inspirar los trabajos del psicólogo como miembros de la Dirección General de Prisiones sobre los siguientes principios: 1. Realizar un estudio científico de la constitución, el temperamento, el carácter, las aptitudes y las actitudes del reo, conjuntamente con su sistema dinámico, motivacional y del aspecto evolutivo de su personalidad, que le permita dar un juicio global de la misma, a la hora de las solicitudes de libertad condicional y con la finalidad general de resocialización. 2. Individualizar al reo, conforme lo establece la ley 224, tomando en consideración su relación directa con un diagnóstico de personalidad criminal. 3. Programar un sistema de terapia ocupacional satisfactoria La sicopatología criminal es una parcela compleja y multicausal que necesita de diversas y continuadas valoraciones y que deben empezar en el mismo momento que se produce una detención, de manera que, sin la participación del profesional de la psicología, las letras muertas que profesa que el fin de la pena es LA RESOCIALIZACION DEL DELINCUENTE, se ira convirtiendo en una peligrosa bola de nieve para la sociedad, si de una vez por toda, no empezamos a utilizar los servicios del psicólogo forense en consonancia con la revitalización de esta finalidad utilitarista de la pena. Las funciones que desempeña el Psicólogo de Instituciones Penitenciarias son diversas: • Estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la ciencia de la Psicología y conforme a sus métodos, calificando y evaluando sus rasgos temperamentales, caracteriales, aptitudes, actitudes y sistema dinámico-motivacional, y en general todos los sectores y rasgos de la personalidad, que juzguen de interés para la interpretación y comprensión de ser y actuar del observado. • Definir la aplicación y corrección de los métodos psicológicos más adecuados para el estudio de cada interno. Interpretar y valorar las pruebas psicométricas y las técnicas proyectivas, realizando la 29 valoración conjunta de éstas con los demás datos psicológicos, correspondiéndole la redacción del informe psicológico final, que se integrará en la propuesta de clasificación o en el programa de tratamiento. Algunas funciones, ya mencionadas, están en la Ley 224, sobre el Régimen Penitenciario. El psicólogo deberá atender ante los requerimientos de los Tribunales, Jueces, Ministerios Públicos y Miembros de la Dirección General de Prisiones, los exámenes de personalidad de los acusados, antes, durante y después de la sentencia. 5.6.8 Psicología judicial (testimonio) En esta área de la Psicología Jurídica podríamos incluir como más representativas a la Psicología del Testimonio y la Psicología del Jurado que son áreas de creciente interés, máxime aun, en estos momentos en que en nuestro país, se pretende instituir el uso de jurados, en los tribunales criminales. En cuanto al testimonio que es un acto fundamental en nuestro derecho procesal, toda vez que es la Reina de las Pruebas, deberíamos señalar las aportaciones de la Psicología del Testimonio, que consiste en el conjunto de conocimientos basados en resultados de investigación de los campos de la Psicología Experimental y Social, que intentan determinar la calidad (exactitud y credibilidad) de los testimonios, que sobre los delitos, accidentes o sucesos cotidianos, prestan los testigos presenciales, o referenciales. En este ámbito, se ha pronunciado amplia y magistralmente Francois Gorphe, en sus obras: “La Critica del Testimonio” donde hace una exposición de basta calidad científica no solo de sus experiencias como magistrados, sino además de los múltiples resultados de los trabajos científicos hechos por Psicólogos y Juristas, tanto franceses como internacionales; y “La Apreciación Judicial de Las Pruebas”, libro en el que recoge un importante estudio psicológico y psicoanalítico en la valoración de las pruebas. 5.7 Victimologìa La atención a las Víctimas es una de las áreas de máximo interés e indiscutible desarrollo en a nivel mundial, disciplina que en los últimos tiempos ha tomado un auge significativo en la República dominicana, sobre todo en asuntos especialmente significativos como abusos sexuales, malos tratos, violencia 30 domestica y en todo lo referente al Código del Menor o Ley 14-94, entre otras áreas. Debido ha este auge de la victimologia, ha entrado en vigor la no hace mucho la ley 24-97, en la cual se estipulan ciertas situaciones en la que se debe dar asistencia especializada a las víctimas de delitos de actos violentos y delitos contra la libertad sexual; razón por la cual, existen inclusive oficinas y centros de asistencia psicoterapéutica a las víctimas de este y otro tipo de delitos violentos. En tal virtud, y tomando otros modelos de mayor desarrollo, creemos que en esta materia de atención a Víctimas deberían tomarse en consideración los siguientes aspectos 1. Intervención global sobre el conjunto del proceso de victimización, abarcando desde los aspectos preventivos hasta los de segunda victimización. 2. Una atención integral centrada en los ámbitos psico-socio-jurídicos. 3. La realización de estudios victimológicos a gran escala que permitan mejorar tareas de prevención e intervención de mayor efectividad que los vigentes. 4. La Creación de un equipo especial, que sea el encargado de recibir y tramitar todas las diligencias burocráticas que requiera la victima en lo atinente al ámbito psicológico y jurídico. En esta área, las funciones del Psicólogo Forense son: • Atención, tratamiento y seguimiento de víctimas en sus diferentes grados. • Estudio, planificación y prevención en grupos de riesgo, y campañas divulgativas a la población general. 5.8 Aplicación de la psicología forense para medidas de mediación La mediación es una alternativa a la forma tradicional de acudir a la justicia en busca de solución. La solución no viene dada del exterior, sino que la realizan las propias partes en conflicto con la ayuda de un tercero imparcial, el mediador, que trata de ayudarles para que éstas consigan acuerdos consensuados que les permitan una salida pacífica de la situación conflictiva. La base de esta nueva técnica está en una manera de entender las relaciones 31 individuo-sociedad distinto, sustentado por la autodeterminación y la responsabilidad que conducen a un comportamiento cooperativo y pacífico. El mayor protagonismo de los interesados en la resolución de sus propios conflictos, eleva la satisfacción psicológica de éstos, acrecienta su autoestima y fomenta comportamientos de ayuda a los demás, básicos para el desarrollo de una sociedad mas justa y solidaria . El los últimos diez años las investigaciones sobre mediación han ido incrementándose, como ejemplo de la rápida expansión de la mediación en la práctica; y en la actualidad esta técnica se utiliza en conflictos diversos: laborales, penales, civiles, comerciales, administrativos, intervención policial, toma de decisiones en organizaciones, etc. En República Dominicana, la mediación se ha desarrollado en el ámbito familiar con la aprobación y puesta en marcha de las exigencias de la ley 14-94, especialmente en lo referente a la pensión alimenticia, condición indispensable y obligatoria antes de acudir a la jurisdicción de juicio. Sin embargo, siempre hemos considerado, que tanto en materia laboral, como en materia de menores y cualquier otra materia que utilice los métodos alternativos para la solución de conflictos, el mediador ha de ser un Psicólogo Forense y no un miembro del órgano jurisdiccional, o del ministerio publico. En las funciones del Mediador, encuentra fundamento lo precedentemente dicho, debido a que el mediador debe: • Preparar un contexto adecuado para que las partes puedan comunicarse libre de presiones psicológicas o jurídicas. • Diseñar el proceso de mediación, haciendo que las partes entiendan que lo mas conveniente es dirimir el conflicto sin la intervención del órgano jurisdiccional. • Ofertar a las partes herramientas que les permitan manejar el conflicto, sin tener que recurrir al traumático y burocrático proceso judicial, con lo que se evitarían traumas insalvables. La mediación proporciona una forma racional de resolver aquellos conflictos que tienen difícil solución o representan un coste elevado para los ciudadanos y para la sociedad. La relevancia que las relaciones interpersonales tienen en todo proceso conflictivo hace necesaria una intervención no exclusivamente legal, sino, basada en un enfoque interdisciplinario, ya que, la mediación propicia la preservación de los mas elevados valores de las relaciones humanas, permitiendo que las afectividades propias del calor humano no se pierdan en la frialdad de un proceso. Igualmente la mediación favorece la 32 comunicación entre las partes y la consolidación de los acuerdos. La mediación así entendida, favorece la libertad y la responsabilidad de las personas y se inscribe en un proceso de democratización de la vida social, aceptando la diversidad y regulando los conflictos desde una óptica pacífica; demás esta decir que ante la adopción de la mediación como método alternativo, no puede servir como tal otro profesional que no sea, el PSICÓLOGO FORENSE. 5.9 Formación del psicólogo forense y/o jurídico El Psicólogo Jurídico o Forense, necesita una formación especializada. Esta puede estructurarse en un bloque de materias generales y otro de específicas, preparación que en la República Dominicana esta ausente, tanto en las facultades de Derecho como en el de las de Psicología, y por ambos profesionales compartir el mismo objeto de estudio, existe la necesidad de que en ambas facultades la PSICOLOGÍA FORENSE SEA IMPARTIDA DE MANERA OBLIGATORIA. De los conocimientos necesarios en el Psicólogo Forense, se comprueba la tesis enunciada en el párrafo anterior. Tales conocimientos, de acuerdo con un resumen elaborado a partir de los diferentes institutos que imparten la materia están los siguientes: 5.9.1 Conocimientos específicos e interrelacionados con otras materias Psicología y Ley • Introducción a la Psicología Jurídica. • Presupuestos y conceptos comunes y divergentes entre Psicología y Derecho. Psicología de la Familia y de las Relaciones Familiares • Introducción al Derecho de Familia. • Evolución de la familia y características de las crisis y conflictos familiares. • Evaluación familiar. • Familia y Protección de Menores: acogimientos, adopción nacional e internacional. 33 Psicología y Sistema Penitenciario • Introducción al Derecho Penitenciario. • Efectos psicológicos del encarcelamiento. • Alternativas al encarcelamiento. • Derecho Penitenciario General. • Evaluación psicológica en el contexto penitenciario. • Programas de intervención. 5.9.2 Evaluación Psicológica Forense Aspectos metodológicos • El Peritaje y la Valoración de la Prueba Científica. • Técnicas de evaluación psicológica y forense. • Desarrollo de instrumentos de evaluación forense. • Informe psicológico. Peritaje Psicológico, ámbitos de aplicación • Evaluación psicológica de la responsabilidad, la culpabilidad, u las condiciones de imputabilidad. • Implicaciones psicológicas psicopatológicos. • Aspectos psicológicos de la separación, el divorcio, y la adopción. • Valoración psicológica de medidas legales respecto a los menores infractores. forenses de los principales trastornos Sistema Judicial y Procesos Psicológicos • Toma de decisiones legales. • Psicología del testimonio (en la actualidad, Psicología del Jurado, conforme el ante proyecto del código de procedimiento criminal). • Aspectos Psicológicos de la corrupción. 34 • Psicología y medios de comunicación. Psicología de la Delincuencia • Modelos de intervención. • Psicología de la conducta criminal. Psicología Jurídica y el Menor • Sistema legal de protección a la infancia. • La justicia y los menores. Mediación • Mediación: concepto. • Técnicas de mediación y otros métodos alternativos para la resolución de conflictos. • Modelos y programas de mediación. Victimología • La Víctima ante el sistema Jurídico. Evaluación Psicología de víctimas. • Programas de atención a la víctima. La Psicología y los Cuerpos de Seguridad • Psicología policial y militar. El Peritaje Psicológico • La prueba pericial. • El informe psicológico. • El Psicólogo ante el Órgano Judicial. 35 6. Marco de actuación y desarrollo del psicólogo forense Responsabilidad: Los psicólogos forenses deberán prestar sus servicios de modo que aspiren a la excelencia por su máxima responsabilidad y franqueza en el trabajo. Competencia: Los psicólogos forenses prestarán sus servicios profesionales en las áreas de la psicología en las que posean conocimiento, práctica y competencia. Deberán comprender el marco legal de su actuación ante los juzgados y los derechos de las personas evaluadas, cuidando no vulnerar tales derechos. Valorarán si deben intervenir en aquellos casos que por su naturaleza entren en contradicción con sus valores personales o creencias morales, y en los que tal circunstancia pueda interferir en su habilidad y competencia. Relaciones con clientes y otros profesionales: Los psicólogos forenses deberán informar a los clientes de las características básicas de la relación establecida, presentando al menos: sus competencias, el objetivo de la evaluación, la metodología básica a emplear, y quien será el destinatario de la información recabada. Para poder trabajar libre e independientemente, cuando proceda, solicitarán provisión de fondos, evitando que su remuneración sea contingente a los resultados de su tarea. Evitarán las relaciones duales, recordando las causas de recusación que establece la Ley, y rechazando aquellos trabajos incompatibles, como circunstancias previas de amistad o enemistad, parentesco o relación profesional preexistente. Confidencialidad: Los psicólogos forenses informarán de las limitaciones de la confidencialidad que concurran en el caso, de todos modos evitarán revelar informaciones que estén fuera del objetivo de la evaluación forense. Metodología y procedimientos: Los psicólogos forenses tienen el deber de actualizar sus conocimientos científicos en aquellas áreas en las que se reputan competentes, utilizando la metodología avalada por los estándares científicos y profesionales de la psicología. 36 Serán especialmente minuciosos en el registro de los datos recabados, toda vez que deben poder ser aportados ante la Autoridad Judicial en el momento en que se les solicite. Tendrán especial cuidado en evitar en sus métodos y procedimientos influencias no pertinentes, como las que puedan recibir de las partes, valorando los datos desde todas las perspectivas razonables e hipótesis alternativas. Se abstendrán de hacer valoraciones sobre personas no evaluadas directamente, intentando llevar a cabo dichas evaluaciones cuando se considere necesario, con el acuerdo de los legítimamente afectados o solicitándolo al Juez competente, en particular cuando se trate de menores. Si pese al esfuerzo resultase inviable, reflejarán en sus resultados las posibles limitaciones de su estudio. Comunicación con público y otros profesionales: Los psicólogos forenses se esforzarán en informar de sus hallazgos de modo comprensible, considerando las características de los destinatarios de dicha información y evitando en lo posible las interpretaciones equivocadas. Proporcionarán a los clientes la información sobre su trabajo profesional según lo determinan las leyes y nuestro Código Deontológico. Respecto a los registros y datos en bruto, se asegurarán de proporcionarlos únicamente a aquellos con interés legítimo probado, cuidándose de entregarlos sólo a personas profesionalmente competentes, en especial los materiales estrictamente psicológicos, sobre los que se debe custodia. Su papel como expertos es el de ayudar al tribunal a comprender las pruebas y a facilitar la toma de decisiones. Sus apreciaciones y conclusiones representan a nuestra profesión, lo que les exige mantener una especial responsabilidad, honestidad y exactitud en sus manifestaciones públicas. 37 7. Bibliografía Andrews, L., Shevlin, M., Troop, N., Joseph, S. (2004). “Multidimensionality of intrusion and avoidance: alternative factor models of the Impact of Event Scale”. Personality and Individual Differences, vol. 36. American Psychiatric Associattion. DSM-IV, Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 4ª edición, Masson, Barcelona;1995. American Psychiatric Associattion. 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La pericia civil y penal: consideraciones de factores para el afrontamiento de pericias. En Sola Reche, Bethencourt et al., Implicaciones de la psicología en la criminología actual, Editorial Comares, 1996. Granada. 41 AMBITO DE ACCION DE LA PSICOLOGIA FORENSE O PSICOLOGIA JURIDICA Anexo 1 “Informe Técnico del Peritaje Sobre el Caso de Violación del niño Fernando José Payano Victoriano y del Imputado” República Dominicana, Diciembre del 2007. 42 1. Presentación y planteamiento de hipótesis de investigación Los procesos de investigación aplicada a la resolución de casos de agresión sexual, en muchas ocasiones son vistos desde parámetros subjetivos y poco convencionales, estadísticas internacionales demuestran que solamente un 15 % de los casos de agresión sexual a niños y jóvenes son investigados a profundidad con el fin de esclarecer fehacientemente el hecho, un 23 % de los niños son asistidos en forma adecuada para lograr un proceso readecuación post-traumática y solamente un 8 % de los agresores sexuales son evaluados con el de elaborar perfiles de conducta que faciliten el esclarecimiento del hecho y su posterior tratamiento. (DSMR-IV / 2003) Aunque parecieran cifras frías las expresadas en el párrafo anterior, nos permiten evaluar con claridad y objetividad la situación por la cual varios casos de agresión infantil no son debidamente atendidos. Al solicitar el Lic. Fernando Quezada García como “Procurador Fiscal del Distrito Judicial de Constanza”, no solo busca legitimar la solicitud realizada por la defensa del imputado por “violación” Neidis Julián Guerrero Bueno, contra su supuesta víctima Fernando José Payano Victoriano, sino además iniciar acciones de “investigación técnica y científica”, que permita brindar el mayor número de variables que favorezcan un dictamen adecuado por parte de los abogados defensores, fiscalía y jueces, que actuaran en el presente caso. El evaluar y/o analizar un hecho de agresión “sexual” (violación), el investigador debe considerar los puntos que permitan construir los perfiles del imputado, niño agredido y el entorno psicosocial donde se desarrollo la acción. Desde el punto de vista psicológico un delito donde se agrede o maltrata una persona deja huellas y lesiones no solo físicas, sino psíquicas, el identificar estas huellas es correspondencia del psicólogo, el evaluar la viabilidad y fiabilidad como pruebas incriminatorias y/o de descargo es responsabilidad de los abogados, fiscales y jueces. Lo anterior debo de aclararlo, por la usual confusión de que un “dictamen o peritaje” es la caja de pandora, este debe de verse como una herramienta que aporta pruebas o las descarta, permitiendo a los responsables de dictaminar sobre el caso, otros puntos de vista que permitan una visión holística del caso y hecho. 43 Fotografía 1: Vista parcial de grupo de familiares consanguíneos, políticos, vecinos y amigos del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, durante la elaboración del “Perfil Psicológico” y “Evaluación Psicosocial a nivel Familiar y Barrial” Partiendo de los párrafos anteriores, es menester de un investigador disciplinado, establecer las pautas que regirán la investigación en toda su trayectoria, estas pautas son designadas como “hipótesis”, siendo alrededor de ellas que girara toda las pruebas periciales a nivel de psicología individual, grupal y psicosociología, que al final permitirán al investigador aceptar y/o refutarlas, de acuerdo a los resultados, análisis y retroalimentación que se haya realizado de las pruebas realizadas. Las hipótesis en el presente caso se plantean en tres ramas diferentes, coincidiendo con los puntos de análisis que el Lic. Fernando Quezada como Procurador Fiscal del Distrito de Constanza, requirió en su carta de solicitud de apoyo perital, presentándose en la tabla resumen No. 1: 44 Tabla 1: Planteamiento de hipótesis sobre el caso Línea de Investigación 1. Perfil Psicológico del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” Hipótesis 1.a: “El imputado presenta el típico perfil de agresor sexual, en una de sus tres variables impulsivo, instrumental y/o sobrecontrolado” Hipótesis 1.b: “El imputado muestra tendencias de agresor sexual espontaneo, basado en las características de personalidad evaluadas a nivel individual y por bases de conducta psicosocial” Hipótesis 1.c: “El imputado no presenta perfil y tendencia de agresor sexual, evaluando las características individuales y por bases de conducta psicosocial” 2. Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano Victoriano Hipótesis 2.a: “El niño no presenta ningún rasgo de conducta y/o perfil de agresión sexual, evaluado por sus características de personalidad y conductuales. Hipótesis 2.b: “El niño presenta rasgos de conducta y/o perfil de agresión sexual, reflejándose en sus características de personalidad y marco conductual” Hipótesis 2.c: “El niño presenta rasgos de haber sido agredido sexualmente e identifica con plenitud a su agresor, evidenciando traumas y secuelas de dicho hecho en su personalidad y/o conducta” 3. Estudio socio barrial y familiar del imputado. Hipótesis 3.1: “El imputado es asociado por miembros de su familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un individuo con tendencias a la agresión sexual, delito u otra conducta inapropiada contra la sociedad” Hipótesis 3.2: “El imputado no es asociado por los miembros de sus familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un individuo con tendencia a la agresión sexual, delito u otra conducta inapropiada contra la sociedad. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 Las hipótesis planteadas, presentan en forma holísticas las diferentes alternativas que al analizar y evaluar el caso permitirán ampliar la visión y sobre todo llegar conclusiones que faciliten el dictamen de los abogados defensores, fiscalía y juez. Un planteamiento claro bajo parámetros “científicos”, es el que a través del presente documento se presentara, descartando las observaciones subjetivas del caso y cimentando aquellas que de acuerdo a las pruebas psicológicas 45 generales, psicométricas, conductuales y psicosociales sean confirmadas y validadas, de ahí parte todo el enfoque aplicado para obtener un proceso claro y transparente, para que sea aceptado en forma que no tenga objeciones producto de trasfondos que no sean netamente “científicos”. Figura 1: Proceso de construcción del informe perital Paso 1 Paso 2 Paso 3 Paso 4 Verificación de información secundaria Construcción de protocolo de investigación Presentación de hipótesis sobre el caso Desarrollo del protocolo de investigación Paso 5 Paso 6 Paso 7 Paso 8 Análisis de resultados de líneas de investigación Aceptación y refutación de hipótesis Validación de resultados Presentación de informe técnico pericial Fuente: Melgar, M / EPOE / 2007. 46 2. Metodología 2.1 Planteamiento general Las herramientas psicológicas, que permiten establecer hechos, circunstancias y métodos, son denominadas como “elementos psicológicos de juicio”, las anteriores herramientas, permiten definir aspectos tan básicos del comportamiento, así como además en formas más complejas delinear el “perfil psicológico” de una persona. Elementos que son el eje transversal del desarrollo de la presente investigación “psicosocial”, con el fin de confirmar o refutar las hipótesis que como científico debo de considerar como “supuestos” previo a la recolección de la información primaria (directa) y secundaria, que de hecho han permitido considerar algunas de las hipótesis que se plantearon en la presentación en forma introductoria y que nuevamente se presentaran en el desarrollo del presente numeral, como parte del proceso científico que permitió confirmarlas y/o refutarlas. El caso sobre el cual se desarrolla el presente “peritaje”, obedece al hecho de “violación” del niño Fernando José Payano Victoriano, por el supuesto agresor sexual Neidis Julián Guerrero Bueno, debiéndose por ello utilizar diferentes técnicas de captura, análisis y evaluación de información, que fortalezca el criterio jurídico de los abogados defensores como de la “Procuraduría” con el fin de ofrecer una mejor perspectiva sobre el hecho, los actores y las consecuencias del mismo. Es importante resaltar que a solicitud de la “Procuraduría Fiscal del Distrito Judicial de Constanza”, representada por el Lic. Fernando Quezada, se nos solicita en forma textual: Primero: Se acoge la solicitud de peritaje sicológico e informe socio-barrial familiar formulada por la defensa del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, por estar debidamente fundamentada y ser presentada en tiempo hábil. Segundo: Se designa al Dr. Marvin Melgar como perito a los fines de practicar un peritaje sicológico del menor Fernando José Payano Victoriano a fin de establecer el tipo y magnitud de lesiones sicológicas que el mismo presenta. De igual modo realizar una evaluación sicológica al imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, a fin de establecer si el mismo tiene el perfil de agresor sexual o violador (pedófilo). Tercero: Disponemos igualmente a cargo del mismo perito la realización de un informe socio barrial y familiar del imputado, quien reside en el paraje El Cercado, Sección Maldonado, del Municipio de Constanza. 47 Considerando los puntos anteriormente expuestos, la solicitud se resumen en el desarrollo de tres estudios individuales, que en forma conjunta, forman parte del un mismo informe perital, siendo estos: (1) (2) (3) Perfil Psicológico del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano Victoriano” Estudio socio barrial y familiar del imputado. Para el desarrollo de cada uno de los estudios solicitados, fueron necesarios el desarrollo de métodos (modelos) de investigación psicológica y psicosocial individuales, pero que analizadas en un solo conjunto serán la base del presente informe perital. Fotografía 2: Momento de entrevista con familiares consanguíneos del imputado, para desarrollo de “Perfil Psicológico” 48 2.2 Métodos de investigación Al considerar la solicitud de la “Procuraduría” y establecer los tres diferentes estudios, que son requeridos, se ha dispuesto el desarrollo de tres diferentes líneas de investigación, que aunque separadas, se interceptan con el objetivo de dar respuesta a los interrogantes contenidos en las “hipótesis” sugeridas a ser confirmadas o refutadas. Aunque los métodos (modelos) de investigación psicológica y psicosocial al poder ser aplicados son muchos, complejos y diversos, debido a las consideraciones de tiempo, espacio y el tipo de “caso”, se consideraron utilizar los métodos que a través de la mezcla de praxis y concepto, derivara en una evaluación objetiva del caso. Cada uno de los métodos utilizados de presentan en forma descriptiva y enumerativa (pasos metodológicos) en los numerales subsiguientes. Fotografía 3: Entrevista con familiares políticos y novia del imputado, durante la fase de evaluación para desarrollo del “Perfil Psicológico” 49 2.2.1 Método utilizado para la elaboración del “Perfil Psicológico” del imputado Neidis Julián Guerrero 2.2.1.1 La viabilidad de los “Perfiles Psicológicos” para agresores sexuales (pedófilos) No se puede estudiar y comprender los delitos sexuales si no se parte de un mínimo de conocimientos sobre lo que significa la sexualidad en la conducta de cada individuo. Se observa frecuentemente que estos delitos pueden ser cometidos por individuos que por su conducta sexual habitual pueden ser considerados "normales" y la manifestación de esa conducta sexual delictiva está ligada a una circunstancia personal o ambiental momentánea. Muchos delitos cometidos por perturbados sexuales son debidos no a su perturbación, que "per se" puede o no ser delictiva, sino a una conducta sexual tipificada como delictiva en la que puede influir el perfil de la personalidad, un comportamiento sexual perturbado o circunstancias ambientales condicionantes, por ejemplo intoxicaciones como el alcohol y/o las drogas. En la dinámica de las conductas sexuales delictivas se encuentran dos elementos de importancia: a) la particular sexualidad individual del victimario y b) el comportamiento eventual de la víctima. El individuo que delinque, cualquiera sea la forma del delito, tiene una personalidad. La personalidad del delincuente debe ser el centro de nuestra investigación porque es la unidad a la que quedan referidas todas las manifestaciones de su accionar: conducta, motivación, etcétera; por lo tanto el estudio de la conducta delictiva debe hacerse en función de la personalidad total del individuo y su inseparable contexto social. El individuo realiza continuas tentativas de adaptación al mundo en el que se desarrolla y vive; el investigador debe descubrir el valor y la significación que ese mundo adquiere para él. La significación y la intencionalidad de la conducta constituyen un todo organizado (portador de un sentido) que se dirige a un fin. 50 Fotografía 4: Entrevista grupal con niños y niñas del “barrio” donde cohabitaban el imputado y el niño agredido, con el fin de retroalimentar las características de la personalidad del joven Neidis Julián Guerrero Bueno Diremos entonces que la conducta sexual delictiva es una conducta concreta del individuo, expresión de su relación con la víctima en un lugar (espacio) y en una fecha (tiempo) determinados. Esto significa desde el punto de vista individual la dificultad del delincuente para aceptar la ley, lo que implica dificultades en el desarrollo de su personalidad. A su vez desde el punto de vista social significa una alteración, violación o transgresión de la norma establecida. En esta tarea la sexología y la psiquiatría forenses pueden establecer los aspectos de la personalidad de cada delincuente y diferenciar un caso de otro al reconstruir con la mayor exactitud posible la génesis y dinámica del fenómeno criminal en particular. Siempre se ha insistido en acentuar la diferencia que existe entre el individuo delincuente y el hombre socialmente adaptado. Sin entrar en polémicas 51 estériles se puede decir que es evidente que existe en el delincuente una historia personal con determinadas características, un contexto social y ciertas disposiciones que fallan en determinadas circunstancias y que explicarían las conductas delictivas en general y las sexuales en particular. Existen relaciones estrechas entre los rasgos de personalidad del delincuente y la conducta delictiva, es decir, se observa que la conducta del homicida, del ladrón, del estafador o del delincuente sexual presenta entre sí rasgos característicos, pero distintos en cada figura. 2.2.1.2 Características del “Perfil de un agresor sexual” (pedófilo) En la observación de delincuentes sexuales vemos que el 80 al 90% no presentan signos de alienación, es decir son jurídicamente imputables. De ellos, a un 30% no se le detectan groseros trastornos psicopatológicos de la personalidad y su conducta sexual social aparente presenta visos de adecuación. El resto de este grupo (el otro 70%) está compuesto por individuos con trastornos de la personalidad (con o sin perturbaciones sexuales manifiestas —disfunciones y/o parafilias o desviaciones—), psicópatas antisociales y/o sexópatas. El grupo minoritario (10 al 20%) está compuesto por individuos que presentan graves problemas de personalidad de características psicóticas alienantes, en su gran mayoría jurídicamente inimputables. Por lo tanto la asociación tradicional de correlacionar necesariamente delito sexual y psicopatía debe ser desacreditada. La psicopatía exige impulsividad, falta de remordimiento por lo realizado, incapacidad de vínculos afectivos reales, agresividad, dificultad para aprender con la experiencia, etcétera, y muchos de los delincuentes sexuales no pueden ser descriptos de este modo. La creencia por ejemplo de que el violador actúa impelido por fuertes deseos sexuales se ha visto desacreditada en la actualidad, al menos como explicación genérica. Otro tanto ocurre con la aseveración consistente en calificar a los agresores sexuales como enfermos mentales. La ausencia de enfermedad mental, sobre todo en los violadores, es habitual, y por lo general lo que se observa son individuos con conductas aprendidas en el marco de una socialización deficiente. Debemos distinguir el desviado sexual (parafílico) del delincuente sexual (transgresor de normas jurídicas). Así por ejemplo un exhibicionista puede ser un delincuente y un parafílico; un masoquista puede ser un parafílico y no ser 52 un delincuente; un proxeneta puede ser un delincuente y no un parafílico; un sádico puede ser un parafílico y puede ser o no un delincuente, etcétera. Fotografía 5: Entrevista individual con miembros de la comunidad donde cohabitaban el imputado y el niño agredido, permitiendo retroalimentación de la información vertida por los diferentes actores, lo que favorece el desarrollo del un perfil psicológico objetivo. Determinación de personalidad criminal, criterios clínicos La Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE10), define los trastornos disóciales (F90) como el “patrón permanente en el comportamiento anormalmente agresivo o desafiante en el que existen: • Peleas; • Abusos; • Intimidaciones; • Crueldad; 53 • Hurtos; • Mentiras; y • Vandalismo. Según los criterios diagnósticos establecidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) este tipo de comportamiento se puede ubicar dentro de las parafilias, que se definen como la “presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo exitatorio, de impulsos o de comportamientos sexuales que por lo general engloban: objetos no humanos; el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja; niños u otras personas que no consienten”. (DSMIV-TR, 2003:635), estableciendo como tales las siguientes: • Exhibicionismo: exposición de los propios genitales a una persona extraña; • Fetichismo: sexualización de objetos inanimados; • Frotteurismo: contacto y roce con una persona en contra de su voluntad; y • Pedofilia: actividades sexuales con niños púberes. Una segunda categoría diagnóstica del citado DSM-IV-TR, es el denominado. Trastorno Antisocial de la Personalidad (DSM-IV-TR, 2003:784 y sgts.), mismas que define como: “un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o en la adolescencia y continúa en la edad adulta. Este patrón también ha sido denominado psicopatía, sociópata o trastorno disocial de la personalidad”. Indica como criterios para el diagnóstico, los siguientes: Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, indicados a través de: Fracaso por adaptarse a las normas sociales; Deshonestidad; Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro; y Irritabilidad y agresividad. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás; Irresponsabilidad persistente; Falta de remordimientos; El sujeto tiene al menos 18 años; Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de los 15 años; y 54 El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco. Personalidad básica del agresor sexual (violador) Al proceder a evaluar las características personales del “imputado”, el debemos establecer con claridad su “personalidad”, cuya definición es: Estructura de orden afectivo y operativo que conlleva una tendencia a comportarse de una determinada manera. Se compone de temperamento, carácter, factores sociales y educativos, un “típico agresor sexual” (violador), presenta ciertos rasgos que se encuentran presentes en forma constante y homogénea, las cuales se consignan en los puntos que a continuación se presentan: Búsqueda de sensaciones; Baja percepción del riesgo o daño; Baja capacidad para diferir la gratificación; Tendencia a responder rápidamente a estímulos (impulsividad); Dificultad para controlar sus deseos; Audacia; Poca capacidad de espera; Actitud hostil; Dependencia emocional; Estado emocional intenso de ira; Impulso para hacer daño; Percepción de vulnerabilidad; Pobre repertorio de conductas (comunicación – resolución de conflictos); Acentuada tendencia hacia la violencia; Alteraciones psicológicas; Posible daño cerebral; En la familia no hay relaciones cálidas y seguras; Historia de agresiones; Maltrato infantil; y Trastornos mentales. Tipos de violadores: Considerando las características de la personalidad de un típico “violador”, para fines de la presente investigación, es necesario establecer la “tipología” del violador, con el fin de establecer el “perfil” del mismo, según Th. Millón, existen tres tipos de violadores, los cuales se presentan a continuación: • Impulsivos: Inestables e irascibles emocionalmente, solitarios, hipersensibles, se alteran con facilitad (posible trastorno límite de la personalidad. El maltrato más frecuente es el psicológico y limitado al hogar. 55 • Instrumental: La depresión y la ira son más bajos que en el impulsivo, niveles más altos de narcisismo y manipulación, amenazan y agraden a la pareja. La violencia es habitual y generalizada. • Sobrecontrolados: Menos violentos que los anteriores, se reflejan en el maltrato psicológico, son pasivos y dependientes y con rasgos obsesivos. Necesidad de elaborar un perfil del imputado Que es un perfil psicológico? Conjunto de características físicas, psicológicas y sociológicas determinadas como probables del presunto autor de una serie de crímenes, que permite orientar la investigación policial y facilitar el descubrimiento de su identidad, detención y obtención de evidencias que demuestren su culpabilidad. El perfil psicológico se elabora siguiendo las fases de evaluación (en la que se integra la información previa obtenida), resolución (determinación de las características críticas del criminal) y utilización (sugerencias para la investigación). (Melgar, M. 2007) Fines del perfil criminal • Reducir el número de sospechosos • Identificar y enlazar posibles crímenes de una serie • Diseñar estrategias de investigación • Proveer técnicas adecuadas de interrogatorio Se consideran las características morfológicas (edad, sexo, raza, apariencia física), psicológicas (inteligencia, equilibrio sexual y emocional, características de personalidad, perversiones / patologías sexuales y conducta resultante y su motivo) y sociológicas (estado civil, estatus económico, entorno familiar, nivel educativo, equilibrio social, residencia en relación al lugar del crimen): Características puntuales de un “Perfil Psicológico” de un agresor sexual (violador) Existen varios modelos o tipos de “Perfiles Psicológicos”, que sirven de base con el fin de que el “investigador o psicólogo” determine o compare el perfil de un imputado (tal como es el presente caso), versus los supuestos estándares de la “características” que presentan un tipo especifico o genérico de “violador”, al evaluar el tipo, estructura social, familiar y características, como investigador, conocido en el perfil preparado por la “Criminóloga” Hilda Marchiori, para “agresores sexuales” de menores de edad o niños, cuyas características pueden darnos una luz sobre el perfil del agresor que estamos 56 buscando sobre el caso de la agresión sexual del niño “Fernando José Payano”, además la investigación del perfil sobre la compatibilidad de la personalidad y características psicológicas del joven Neidis Julián Guerrero Bueno sobre el perfil “Marchiori”, el cual a juicio de varios psicólogos, terapeutas, criminólogos e investigadores se encuentra entre los más completos y objetivos, las características generales a evaluar sobre el perfil del “agresor sexual” se presentan a continuación: Existen varios Personalidad del violador, según Marchiori • El delincuente sexual es un sujeto que presenta una acentuada inadecuación sexual, una actitud de deprecio y marginación por el niño (dependiendo del sexo de su preferencia) y un temor por enfrentarse a relaciones interpersonales. • La inseguridad básica que exhibe el violador, resulta paradojal con el ataque agresivo, generalmente es tímido, retraído, inhibido, desconfiado, automarginado. Su pensamiento está elaborado por ideas obsesivas en relación a los aspectos sexuales, tiende a ser ilógico porque es el de una personalidad inmadura y conflictiva. La comunicación infantil, con dificultades para relacionarse, con un grave trastorno en los aspectos afectivos y un comportamiento inestable. El deterioro de los valores morales y sociales es progresivo. (Marchiori 1988:76 y 77) • El violador presenta una alternación de su conciencia, niega sus conflictos y comportamientos asociales y agresivos, por ello atribuye su ataque sexual al comportamiento de la víctima. • El violador ha sido el delincuente más protegido por las instituciones de la administración de justicia, porque se ha interrogado a la víctima, se ha dudado de su denuncia, de su declaración, de su veracidad, de su comportamiento, de sus costumbres. • La víctima ha sido considerada como una víctima provocativa, imprudente, culpable de haber suscitado, incitado al delito. (Marchiori 1988:77) • Las amenazas del violador son de toda índole, desde la exhibición de un arma de fuego, armas blancas, golpes, puntapiés, destrozo de la ropa, drogas, ácidos, sustancias inflamables, etc. • La violación es un comportamiento generalmente premeditado, cuyo fin es la violencia. El violador no ataca al azar, sino que planifica su agresión, busca a la víctima, se prepara para agredirla. No existe un fin sexual, sino un fin de violencia. • La percepción que tiene la víctima ante el agresor es frecuentemente el de un individuo descontrolado, violento, sádico, que demuestra en el 57 acercamiento y en el ataque a la víctima extrema crueldad, que desea humillar y destruir moralmente (Marchiori 1988:78) • La violación es un acto de violencia en el que se priva al niño y/o joven de todo control, su sensación de seguridad y autonomía se hacen añicos. La seguridad y la confianza estallan y la víctima cae en una dependencia casi infantil. • La muerte de la víctima luego del ataque sexual es realizado por la situación de pánico y descontrol del delincuente, ante los gritos de auxilio de la víctima o del acercamiento de otras personas al lugar o porque la víctima lo ha identificado El homicidio es, a veces, expresión de una sexualidad anómala, ya que sólo a través de él consigue el delincuente el orgasmo (Marchiori 1988:7980) • Al realizar el “análisis comparativo” de las características genéricas, establecidas por Marchiori, H., se complementara utilizando la evaluación “psicométrica MCMI-II” desarrollada por Th. Millón (1999), el cual permitirá establecer a nivel individual (en la primera fase) y a nivel psicosocial, el “perfil” del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, al desarrollar evaluaciones escritas y verbales al imputado, familiares, amigos, vecinos y familia del niño afectado. En primer lugar, es preciso hacer hincapié en que el punto de vista adoptado es que la dimensión patológica de la personalidad descansa en un continuum en el que intervienen matices y en el que habrá extremos. Por lo tanto, las afirmaciones aquí realizadas no pretenden etiquetar a los participantes en extremos alterados, ni establecer categorías diagnósticas inamovibles. Con la finalidad de comprender con mayor profundidad los resultados hallados en este estudio y presentados en el punto anterior, parece de interés recordar algunos planteamientos realizados por el autor del cuestionario de personalidad que se ha utilizado. Para Millón (1998), “todos los patrones comportamentales patológicos, independientemente de la gravedad que presenten suponen características de funcionamiento profundamente arraigadas que son producto de la interacción de las influencias constitucionales y de la experiencia” (pág. 635). Así, el autor que utilizaremos como parámetro de medición cuantitativa, para el estudio del perfil del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, propone que el estilo de personalidad y de afrontamiento de cada individuo se fija tan firmemente, que se convierte en formas de respuesta automática en la vida diaria. Se propiciarían círculos viciosos dentro del comportamiento que llevarían a la persona a nuevas dificultades, y éstas a reacciones similares una y otra vez. Sin embargo, distingue entre estilo y estructura en la organización de la personalidad. El estilo es la manera funcional con la que el individuo se relaciona con el mundo interior y exterior, y la estructura representa estereotipos profundamente arraigados y relativamente duraderos de recuerdos, actitudes, temores, etc., que alteran el impacto de las experiencias siguientes de acuerdo con las expectativas e inclinaciones preformadas. 58 La estructura queda así definida como una organización casi permanente de la personalidad y el estilo como una forma de expresión. Desde esta perspectiva, los agresores sexuales de menores se muestran como el grupo de sujetos con menos alteraciones estables de la personalidad y con rasgos de personalidad dependiente, fóbicos y compulsivos. Características anteriores que son compatibles con el modelo Marchiori y que serán la columna vertebral de la evaluación del perfil de Neidis Julián Guerrero Bueno. Por ende un “típico agresor sexual de menores o niños”, serian personas que tienen dificultades para las relaciones interpersonales, que buscan la aceptación pero sienten un intenso miedo al rechazo que les lleva a la distancia de sus iguales para evitar el menosprecio y la humillación que suponen. Tienen dificultades para asumir roles maduros e independientes, inhibiéndose así de responsabilidades adultas. En sus manifestaciones externas pueden representar repetidamente conductas socialmente encomiables que pueden ser diametralmente opuestas a sus más profundos sentimientos antagónicos y prohibidos. Fotografía 6 y 7: Dibujos psicométricos utilizados para evaluar el impacto de la agresión (violación) hacia el niño “Fernando José Payano Victoriano”, nótese la presencia de partes “fálicas” en el dibujo de la madre y el padre, así como la constante desnudez de los dibujos de personas, son características de niños sometidos a agresiones sexuales. 59 En este sentido se expresan argumentos dentro de teorías actuales que proponen como explicación a la pedofilia los problemas de relación. Serían personas con poca o nula capacidad para empatizar e incapacidad para conseguir intimidad. Tendrían más dificultad a la hora de establecer vínculos emocionales junto con una sensación de indefensión y de vulnerabilidad en sus relaciones con los adultos, lo que les llevaría a la relación sexual desviada (Cáceres, 2001). Fotografía 8: Una característica en la personalidad del niño afectado, es el encriptamiento social y familiar, algunas veces mostrado en la conducta sobre sus pertenencias u objetos favoritos, como es el caso de los juguetes, en la fotografía se muestra como el niño Fernando José Payano desea proteger sus pertenencias con alambres de púas, lo cual es un parámetro de referencia hacia su mismo ser. El proceso de “evaluación” al cual fue sometido el imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, no debe ser considerado en la simplicidad de la entrevista directa, ya que tanto los modelos Marchiori y Th. Millón, consideran que las observaciones externas con respecto al imputado, son las que verdaderamente pueden ofrecer mayor información, que la proveniente del mismo, debido a que si es el agresor sexual, su conducta parecerá normal, debiendo buscar los 60 indicios de sus posibles desviaciones psicológicas, a través de observaciones hechas de manera externa, es importante por ello la serie de evaluaciones que se realizaron tanto al niño agredido, padres del niño, familia, amigos, vecinos y otros. En resumen los pasos metodológicos que permitieron elaborar el perfil de Neidis Julián Guerrero Bueno, que se presenta en el número 4 del presente documento se resumen en la siguiente tabla: Tabla 2: Pasos metodológicos para elaboración del perfil del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno Paso Descripción metodológico Paso 1 Análisis general del caso vía versiones del supuesto agresor, niño agredido y familia. Paso 2 Entrevista con imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, aplicando la evaluación verbal MCMI-II, desarrollada por Th. Millón. Paso 3 Entrevistas colectivas e individuales a miembros de la familia y barrio donde cohabitaba el imputado, aplicando la evaluación verbal MCMI-II. Paso 4 Entrevista colectiva e individual a familia y niño agredido, utilizando evaluación abierta de psicología de comportamiento. Paso 5 Aplicación directa de Evaluación Multivariable MCMI-II de Th. Millón, a familiares consanguíneos, familiares políticos, amigos, vecinos y miembros de familia del niño agredido. Paso 6 Análisis y retroalimentación de información obtenida del Paso No. 1 al 5, con el fin de concebir la versión final del Perfil del impugnado Neidis Julián Guerrero Bueno. Paso 7 Diseño del “Perfil Psicológico del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 61 2.2.2 Método utilizado para desarrollo del estudio psicológico del niño afectado “Fernando José Payano Victoriano” El punto de “mayor” importancia sobre la investigación encomendada por la “Procuraduría Fiscal del Distrito de Constanza”, a mi parecer profesional, se basa en evaluar en primer lugar la autenticidad de la violación, siendo el único testigo presencial el niño “Fernando José Payano Victoriano”, así como además evaluar el impacto psicológico que dicha acción a tenido sobre su psiquis personal, familiar y social. Al evaluar el estado actual “psicológico” de la víctima, podemos además determinar los patrones de comportamiento del agresor, así como la “historia” (evolución) del hecho. Fotografía 9: Momentos en que se realiza la entrevista inicial con la “madre del niño agredido” Julia Victoriano Aybar (Rosalba), con el fin de establecer los parámetros del hecho desde la perspectiva de las “victimas”. Lo anterior si consideramos que la “violación física” solamente es la “acción final” del depredador sexual y que en forma relativa sus secuelas pueden ser manejadas si solamente se tratare de una acción fortuita y única. Deviniendo en otros efectos si la agresión final es producto de un proceso sistémico de 62 acoso, cambio de comprensión de la sexualidad del niño, manoseos, enamoramientos, etc., lo que conduce a un cambio conductual, cuyas lesiones psicológicas son mas impregnadas en la psiquis del niño afectado. Es ahí donde el “método” de análisis utilizado en la victima de la agresión sexual “Fernando José Payano”, debe no solamente establecer si ocurrió el hecho realmente (a pesar del supuesto de las pruebas físicas y averiguaciones previas de la fiscalía), sino además que consecuencias psicológicas a futuro tiene el hecho de la violación, coincidiendo con otros expertos en el tema que al final no solo el “niño agredido” es la victima del hecho sino en si toda la familia. Podemos distinguir consecuencias a corto y a largo plazo. ADIMA 1993 indica que, a largo plazo, los abusos determinan una presencia significativa de los trastornos disociativos de la personalidad como son alcoholismo, toxicomanías y conductas delictivas, aparte de graves problemas en el ajuste sexual. Las consecuencias son diferentes si el abusador es un familiar, un extraño u otro niño (aunque se habla de abuso cuando el agresor es significativamente mayor que la víctima o cuando está en una posición de poder o control sobre ella); también es diferente si la relación sexual ha sido violenta o no. Los abusos en familia suelen ser más traumáticos, ya que para el niño suponen además sentimientos contradictorios en cuanto a la confianza, la protección, y el apego que esperamos y sentimos con relación a nuestros propios familiares. Personalmente opino que no todos los niños manifiestan el mismo grado de afectación, para algunos, el abuso, puede significar un trauma y para otros las consecuencias pueden ser diferentes. En algunas ocasiones, puede suceder que el grado de sufrimiento no esté relacionado o en proporción con el suceso en el que el niño ha estado involucrado. El trauma es el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra significado, y que experimenta como algo insuperable e insufrible. Finkelhor y Browne (1985) definen la dinámica traumagénica como aquella que altera el desarrollo cognitivo y emocional de la víctima, distorsionando su autoconcepto, la vista del mundo y las habilidades afectivas. El trastorno de estrés postraumático se manifiesta en las personas después de un acontecimiento catastrófico e inhabitual. Ullmann y Werner (2000) exponen en su obra los distintos tipos de traumas que pueden sufrir los niños por causas muy diferentes como pueden ser la separación de los padres, la muerte de estos, la vivencia de una guerra o el abuso sexual. Los síntomas más frecuentes del trauma son, vueltas al pasado y sueños con representación del suceso ocurrido, insomnio y depresión. Síntomas que suelen persistir durante 63 mucho tiempo, años, y a veces, durante toda la vida. Sobre el tratamiento del trauma, Malacrea (2000) hace una amplia disertación acerca de niños que han sido víctimas de abuso y expone su larga experiencia en este tipo de tratamiento. Fotografía 10: El niño Fernando José Payano Victoriano (acompañado de su hermano mayor), en una actividad evaluativa previa a la primera entrevista psicométrica, a la que fue sometido con el fin de determinar su estado psicológico y posibles consecuencias de la violación. Topper (1988), indica que Félix López, catedrático de Sexología de la Universidad de Salamanca en sus investigaciones, ha llegado a la conclusión de que no todas las víctimas necesitan terapia, pero todas necesitan ayuda. La víctima puede necesitar una terapia, el agresor la necesita siempre. Nuestro trabajo, repetimos, va dirigido a la víctima (niño/a), aunque otras personas relacionadas con el abuso sufrido necesiten también algún tipo de tratamiento. Arruabarrena (1996) y Cantón y Cortés (2000) expresan que las manifestaciones negativas de los menores suelen ser: confusión, tristeza, irritabilidad, ansiedad, miedo, impotencia, culpa y autorreproche, vergüenza, estigmatización, dificultad tanto en las relaciones de apego como déficit en las 64 habilidades sociales, aislamiento social, desconfianza hacia todos, o a veces, hacia personas del sexo del agresor, baja auto-estima, impulsividad, trastornos del sueño o de la alimentación, miedo, problemas escolares, fugas del domicilio, depresión, labilidad, conductas autodestructivas y/o suicidas, etc. Según Arruabarrena (1996) los menores víctimas de abuso pueden convertirse en potenciales agresores; suelen manifestar además, conductas hipersexualizadas como la masturbación compulsiva, conductas seductoras, o un exceso de curiosidad por los temas sexuales. Un estudio detallado y con abundante bibliografía sobre la sintomatología de las víctimas y la relación con el tipo de abuso, la edad y el género, lo encontramos en Cantón y Cortés (2000). López (1995) indica que existen diferencias en cuanto a edad y género. Si las víctimas son niñas suelen manifestar depresión y ansiedad. En el caso de los niños puede ocurrir, que se manifiesten más agresivos o que se conviertan en abusadores de otros niños. Aunque, de Paúl (2000), Profesor Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, en una conferencia pronunciada en la Universidad de Málaga, indicó que es frecuente decir que los abusadores han tenido en su infancia una historia de abuso sexual o al menos así lo relatan. Pero no es posible decir que haya una transmisión intergeneracional porque no cuadran las cifras; la mayoría del abuso se produce de varón a mujer y la mayoría de las mujeres no son abusadoras sexuales. Sí, se puede decir que puede pesar la historia de abuso sexual en cuanto a varones que han sido víctimas de abuso sexual por parte de otro varón, y que van a abusar sexualmente de otros varones, o también haber sido víctimas de abuso sexual por parte de un varón y abusar de mujeres. Recientemente Finkelhor (2000), afirma que existe una mayoría de abusadores menores, un tercio del 90% masculino; estos menores a los que nos referimos suelen imitar el abuso que ya han sufrido. Es posible que tengan una historia de rechazo social y de estigmatización sin que ellos mismos sepan el motivo o la causa inicial de estos problemas. 65 Fotografía 11: Momentos en que el niño Fernando José Payano Victoriano, es evaluado a través de una entrevista psicométrica directa, con el fin de establecer el hecho, así como sus posibles consecuencias, el método desarrollado utiliza un mínimo de tres sesiones con diferentes métodos de evaluación psíquica. Martínez y de Paúl (1993), distinguen efectos que ocurren asociados a la edad del niño: Preescolar, Infancia y Adolescencia. Según el tiempo: se distinguen síntomas que van a aparecer a corto y a largo plazo. Estos autores indican además, otras variables que afectan a la gravedad de las consecuencias, tales como la frecuencia y la duración. Todos los datos anteriores respecto al tipo de abuso se obtienen durante la evaluación y son previos a la intervención terapéutica. En nuestro trabajo partimos de que esta evaluación ya ha sido realizada y además se han conseguido establecer lazos de empatía con el niño. Gallardo, Trianes y Jiménez (1998) expresan que esta evaluación previa en la que el niño manifiesta sus problemas supone un desahogo no traumático que deja al niño relajado y satisfecho de la atención recibida. Es cierto que la misma evaluación debe tener desde su inicio intención terapéutica. Los puntos 66 anteriores, nos permiten considerar que la evaluación del hecho, debiéndose además establecer el nivel de “trauma” que el niño posee, contribuyendo no solo a establecer su estado psicológico, sino a diseñar el “perfil del posible agresor”. Y con ello construir a través del análisis “comparativos” entre el perfil del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” versus el posible agresor. Fotografía 12: El niño “Fernando José Payano Victoriano” durante la primera de las tres entrevistas psicométricas a las que fue sometido, con el fin de evaluar la veracidad del hecho y grado de impactos psicológico. Es importante considerar que los métodos de evaluación aplicados al niño Fernando José Payano Victoriano, consideraron el causar el menor estrés postraumático, con el fin de no incidir sobre los procesos de mejoramiento conductual (si hubieran existido), donde la participación (supervisión) en especial de la madres “Julia Victoriano Aybar” (Rosalba) fue constante, con el fin de constatar el tratamiento al cual fue sometido durante las entrevistas psicométricas su hijo. Además de establecer a nivel profesional la veracidad e impacto de la agresión sexual, el tipo de tratamiento al cual debería de ser sometido el niño a corto plazo, con el fin de mejorar en forma paulatina su estado psicológico y de conducta personal, familiar y social. Todo lo anterior conlleva una serie de pasos metodológicos que se enumeran en la tabla No. 2. 67 Tabla 3: Pasos metodológicos desarrollados para psicológica del niño Fernando José Payano Victoriano. la evaluación Paso Descripción metodológico Paso 1 Evaluación de los antecedentes generales del hecho de violación a través de información secundaria (expediente). Paso 2 Entrevista abierta sobre la perspectiva del hecho a madre de la víctima “Julia Victoriano Aybar” (Rosalba). Paso 3 Desarrollo de tres “evaluaciones psicométricas” utilizado los modelos de análisis conductual: MCMI-II de Th Millon; Tabla de medición de impacto psicométrico Arruabarrena; Análisis de conducta psicosexual a través de comportamiento físico; Análisis de grado de impacto psicológico a través de test de dibujo; Evaluación de psicología conductual. Paso 4 Análisis de resultados de evaluaciones y análisis, con el fin de determinar la veracidad del hecho, así como sus posibles consecuencias psicológicas. Paso 5 Medición de impacto psicológico (trauma) del hecho de violación sobre el niño. Paso 6 Reunión de retroalimentación con padres del niño con el fin de establecer variables externas y adecuar el dictamen final sobre el grado de impacto psicológico. Paso 7 Desarrollo de la evaluación de la agresión sexual sobre el niño Fernando José Payano Victoriano. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 2.2.2 Método utilizado para desarrollo del estudio socio barrial y familiar del imputado La investigación de hechos, acciones y patrones de comportamiento de un individuo dejan huellas en un territorio, sociedad y familia, el evaluar, esclarecer y sistematizar este tipo de “conducta”, hoy en día es parte de los “métodos de la criminología moderna”, la “psicosociología” es una herramienta de esta, permitiendo evaluar los hechos desde una perspectiva se observan oscuros y/o nebulosos. Gracias a la psicosociología un hecho delictivo como una agresión sexual, puede ser estudiado desde el punto de vista conductual, no solamente individualmente sino considerando patrones familiares, sociales y culturales, los cuales quieran o no ser evaluados por un abogado defensor, fiscal y/o juez, son parte de las pruebas que deben de considerarse al momento de defender o bien declarar el grado de culpabilidad del agresor, la “psicosociología” permite entre otras variables establecer: 68 a) El comportamiento delictivo; b) La reacción social frente a tal comportamiento; c) Delincuencia, delincuentes y víctimas (Criminal o delincuente: Cuya responsabilidad debe quedar establecida por la judicatura, pero cuya “imputabilidad” es informada por la Psicología y Psiquiatría Forense. Estas disciplinas también estudian la dinámica personal que se resuelve en la motivación del acto delictivo. Víctima del delito: Se estudian las consecuencias del acto antijurídico); y d) Control Social: Que es competencia tanto del Derecho, del Poder Ejecutivo y de los Sistemas de Punición y de Reinserción Social, teniendo en cuenta las aportaciones de la Psicología, Psiquiatría y Sociología. La psicosociología parte de que un hecho aislado sólo puede ser adecuadamente comprendido si lo relacionamos con otros factores y comportamientos previos del mismo individuo. Busca comprender, explicar y predecir la delincuencia. Figura 2: La psicosociología como herramienta para evaluar el comportamiento delictivo Factores facilitadores Comportamiento Delictivo Primeras conductas antisociales Reacción Social Control informal 69 Tendencias familiares y sociales Delitos Control Formal Justicia Penal Al introducir en la presente investigación la línea de investigación “psicosocial”, se asegura una construcción adecuada de la “estructura del aparato psíquico” del imputado y de la víctima, permitiendo un mayor número de variables a validar y/o refutar las diferentes teorías que han surgido durante la evolución del presente caso. La conducta del imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, no debe de verse como una variable aislada y de hecho la conducta del niño agredido Fernando José Payano Victoriano tiene que analizarse a partir de su entorno familiar y social, solo de esta forma permitirán a los converger las diferentes posturas de la defensa así como de la fiscalía. Figura 3: Estructura del aparato psíquico a ser analizado por la vía psicosocial Principio de la realidad Yo Consciente Lo Social Conciencia Moral Superyó Inconsciente Angustia Precosciente Ideal del Yo Autoobservaciòn Mecanismos de Defensa Lo biológico Ello Principio del placer, Identidad de percepción Fuente: Antonio García Pablos de Molina / 2003, modificado por Melgar, M / 2005. 70 Es importante resaltar que el análisis “sociobarrial” a pesar de que su base es la “percepción de la sociedad” donde tanto el imputado, como el niño agredido cohabitan. Se centraran en la percepción de los familiares, vecinos y amigo sobre el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, descartando aquellas variables que aparecieran durante la investigación, que por no tener un fundamento real y fiable no se integraran el informe técnico pericial. Son cuatro las herramientas utilizadas para el desarrollo del “estudio sociobarrial”: 1) Entrevista comunitaria de retroalimentación social; 2) Entrevista sectorial por grupo de afinidad consanguínea y/o social con el imputado; 3) Entrevista individual a personas identificadas como claves; y 4) Evaluación por boleta de evaluación psicométrica “Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón”. Fotografía 12: Vista del momento de una de las dos entrevistas comunitarias realizadas de retroalimentación social. Con la entrevista comunitaria se busca un proceso abierto de retroalimentación, donde los miembros de las comunidades respondan en forma directa sobre una serie de cuestionamientos sobre la conducta del 71 imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, la familia del mismo, así como de niño agredido “Fernando José Payano Victoriano”, realizándose una serie de proceso de intercambio y capeo, con el fin de verificar los datos aportados, así como la autenticidad de los mismos. Durante las entrevistas comunitarias, además se identifican los grupos sociales y personas clave que serán evaluados en forma individual, con el fin de realizar un “segundo y tercer capeo de la información” y con ello evaluar la posibilidad de otras líneas de investigación. Fotografía 13: Vista general de la “Calle Apocalipsis” fracción del Barrio El Cercado, donde se realizo el expertaje socio-barrial. Las entrevistas a grupos sociales y personas clave, tienen como fin realizar un segundo y tercer capeo de información, como además realizar en forma directa pruebas que permitan aceptar y/o descartar información que un grupo u otro presentan, logrando identificar el grado de veracidad y fiabilidad de la información colectada, con ello se crean ciertos parámetros de objetividad que guiaran al investigador durante el resto de la investigación. Los grupos y personas individuales fueron entrevistados en algunos casos hasta tres veces, con el fin de verificar información, tal es el caso de vecinos cercanos, novia y 72 amigos íntimos, permitiendo en algunos casos identificar otras líneas de investigación que conforman el global de presente informe perital. Fotografía 14: Vista de la Sra. Lisset Corcino Duran, novia del imputado, su comparecencia es importante con el fin de establecer parte del perfil del imputado. La cuarta y última herramienta de captura de información se realiza utilizando la boleta de evaluación psicométrica “Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón”, la cual fue realizada a 17 personas, entre familiares del imputados, vecinos cercanos, madre del niño agredido y amigos. Esta evaluación permite a través de datos cuantitativos, no solo establecer parámetros de comportamiento psicosocial, sino retroalimentar en forma confiable el perfil del imputado, por lo que se asegura una construcción del mismo adecuado y bajo parámetros objetivos, en el anexo No. 2 se presenta el compendio de los test realizados. 73 Fotografía 15: Momentos en que el grupo de familiares de Neidis Julián Guerrero Bueno, son evaluados a través de la “Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón”. El proceso del estudio sociobarrial y la utilización de las cuatro herramientas de captura de información, se resumen en la tabla 4, donde se presentan los pasos metodológicos utilizados para el desarrollo de la última macrolìnea de investigación. 74 Tabla 4: Pasos metodológicos del estudio socio-barrial y familiar del imputado. Paso Descripción metodológico Paso 1 Evaluación de los antecedentes generales del hecho de violación a través de información secundaria (expediente). Paso 2 Visita preliminar al barrio con el fin de desarrollar un bosquejo territorial de los hechos. Paso 3 Desarrollo de entrevistas comunitarias abiertas, con la participación mixta de familiares, amigos cercanos, amigos, vecinos y niños de la comunidad. Paso 4 Desarrollo de entrevistas a grupos sociales, habiéndolos divididos en: a. familiares consanguíneos; b. familiares políticos; c. amigos cercanos (infancia); d. vecinos; y e. miembros de la comunidad. Paso 5 Desarrollo de entrevista a personas clave, habiéndolos divididos en: a. madre; b. padre; c. madre del niño agredido; d. amigos cercanos; e. maestros; y f. jefe de trabajo. Paso 6 Reunión de retroalimentación sobre resultados de entrevistas colectivas e individuales y definición de ruta de seguimiento para evaluaciones psicométricas. Paso 7 Desarrollo de evaluación psicométrica utilizando la “Boleta de Prueba Comparativa MCM I-II de Th. Millón”. Paso 8 Análisis por capeo de las diferentes herramientas utilizadas para desarrollo de la “evaluación socio-barrial”. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 75 Figura 4: Vistas generales de boleta de prueba psicométrica (Ver Anexo 2) EVALUACIÒN PSICOMETRICA PRUEBA COMPARATIVA MCMI-II de Th. Millón TENDENCIAS PSICOSOCIALES FAMILIARES Y COMUNITARIAS Responsable de la evaluación: Lic. Marvin Melgar Ceballos Ph.D. Nombre completo: _________________________________; Numero de Cedula: _________________________________; Dirección: ________________________________________. 1) Tipo de relación con el joven imputado, marque con una “X”: Consanguíneo: a) Madre: ____; b) Padre: _____; c) Tío (a): _____; d) Hermano (a): _____; Primo (a) _____; Sobrino (a) ____. Afinidad social, histórica y/o sentimental: a) Vecino: _____; b) Amigo desde la infancia: _____; c) Compañero de estudio; d) Compañero de trabajo: _____; e) Novia: _____: f) Amigo social: _____. 2) Comportamiento básico observado por el imputado, en el ámbito familiar y de afinidad, social, histórica y/o sentimental, marque con una “X”: a) No le gustaba conversar sobre sus problemas personales y/o laborales: Si ____, No _____. b) Le disgustaba (mostraba enojo) cuando usted intervenía en alguna actividad personal, social, laboral y/o sentimental: Si ____, No _____. c) Fue agredido verbalmente en algún momento por él, por hacerle algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/ sentimental: Si ____, No _____. d) Fue agredido físicamente en algún momento por él, por hacerle algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/o sentimental: Si ____, No _____. a) En algún momento observo alguna conducta impropia con un adulto, adolecente, niño de ambos sexos de la familia o comunidad: Si ____, No _____. b) Pudo observar al joven con algún tipo de conducta exhibicionista, sexual o de provocación: Si ____, No _____. 3. Coloque una “X” en el tipo de conducta que pudo observar al joven imputado durante su relación personal con él: a) Distraído: b) No le gustaba sociabilizar: c) Era un bebedor asiduo: (2 a 3 días por semana) d) Tenía relaciones con mas 2 mujeres: e) Gritaba asiduamente: f) No mostraba interés por las mujeres: g) Conversaba mucho con sus vecinos: h) Conversaba y jugaba con los niños: i) Era indiferente a los vecinos: j) Mostraba repudio o ignoraba a los niños: k) Tenía contacto con todos sus vecinos: l) Prefería permanecer en su casa: m) Agredía físicamente a jóvenes: n) Prefería salir de día a conversar: o) No tenia buena conducta con los niños: p) Disfrutaba salir de noche a conversar: q) Sostenía frecuentes peleas con amigos: r) Le gustaba la música a fuerte volumen: s) Era un bebedor social (1 vez semana): t) Dejaba los trabajos inconclusos: u) Cambiaba continuamente de conducta: v) Se mostraba triste continuamente: w) Tenía un trabajo estable: x) Observaban muestras de llorar a solas: y) Se mostraba esquivo ante las mujeres: z) Lloraba fácilmente en público: aa) Se quejaba continuamente: bb) Sentía recelo hacia las mujeres: cc) Golpeaba a niños y niñas del barrio: dd) Mostraba enojo o disgusto hacia sus Padres y familiares cercanos: ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ ____ 4. Marque con una “X” que tipo de conducta de las descritas a continuación, pudo observar en el joven imputado: a) En algún momento el joven mostro interés por conversar con usted, sobre problemas de índole sexual, sentimental o personales: Si ____, No _____. b) Se mostraba ajeno a la conducta, juegos o comportamiento de los niños del barrio: Si ____, No _____. c) Mostraba algún tipo de preferencia por conversar, jugar o regalar dulces, juguetes u objetos a niños (as) del barrio: Si ____, No _____. d) Demostró algún tipo de molestia por conductas juguetonas de niños: Si ____, No _____. e) Busco en algún momento bañas o ver a niños (as) bañándose: Si ____, No _____. f) Poseía fotografías de niños o bien, supo, observo o escucho, que buscaba fotografías de niños (as): Si ____, No _____. 5) Con sus propias palabras describa cual era el comportamiento familiar, social y sentimental del joven imputado con usted: Doy fe de la autenticidad de los expresado anteriormente, _____________________________, habiendo dado respuesta a las preguntas anteriores el día: _________________________, ante la solicitud del Lic. Marvin Melgar Ceballos Ph.D. __________________________ ___________________________ Firma del facilitador de la evaluada Firma del investigador científico Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 76 3. Resultados de las evaluaciones desarrolladas Bajo el protocolo de investigación elaborado y siguiendo las tres líneas identificadas (solicitadas), se procedió a realizar un trabajo exhaustivo a nivel de campo y gabinete, que permitiese cumplir con el plan de trabajo y ruta critica establecida (ver numeral 1), concebido en ocho pasos metodológicos generales. Dichos pasos metodológicos confluyen en tres productos específicos, que se enumeran a continuación como resultados individuales, pero que… conforman parte de un informe integral que constituye el “macroproducto” de la presente investigación psicológica y psicosocial. 3.1 Perfil Psicológico del imputado Al desarrollar una evaluación psicométrica, que trate de integrar todos los aspectos históricos, conductuales y personalidad, como se indico en la mitología, es necesario realizar un trabajo de investigación en tres áreas (espacios), que permiten evaluar el grado de “similitud” del perfil psicológico de “Neidis Julián Guerrero Bueno”, como posible agresor sexual con tendencias pedofilicas, las tres áreas evaluadas son: 1) Entrevista directa con prueba psicométrica al imputado Neidis Julián Guerrero Bueno; 2) Serie de evaluación psicológica y de impacto al niño Fernando José Payano Victoriano; y 3) Evaluaciones psicosociales a familiares, amigos, vecinos, etc. Estas tres áreas de estudio permitieron el psicológico”, que se presentan a continuación: desarrollo de un “perfil 1. Datos generales: (1.1) Nombre completo: Neidis Julián Guerrero Bueno (1.2)Cedula de identidad: 053-0040125-3 (1.3) Dirección de domicilio: El Cercada, Casa No. 8, Sección Maldonado, Municipio de Constanza, R.D. (1.4) Nombre de los padres: Mario Emilio Guerrero Jesusita Bueno Ortiz (Miriam) (1.5) Edad actual: 18 años 77 2. Descripción etológica (conductual) (2.1) El imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, se ele practico una entrevista directa, utilizando para ello preguntas abiertas (previamente preparadas), siguiendo el modelo sugerido por Th. Millón y Marchiori, concebida para determinar a través de rasgos de comportamiento físico y respuestas a preguntas incriminatoria, objetivas y subjetivas, establecer puntos que aseveren o refuten las hipótesis planteadas. (2.2) El imputado en general presento un comportamiento normal, pero con fuertes evidencias de “sumisión”, esto evoca a su estado actual de detención, al preguntar sobre los hechos mantuvo una postura cordial, a pesar de ser inquirido directamente sobre la agresión sexual y la conducta sobre el niño agredido sexualmente. (2.3) Presento en momentos de la entrevista directa, en especial sobre la relación con sus padres y familiares, rupturas emocionales, expresando que su situación jurídico / procesal, le causaba tristeza debido a que su “supuesta inocencia” y la “supuesta injusta acusación” a la cual estaba siendo sometido, su comportamiento y reacciones son compatibles con su situación personal, no mostrando “depresión compulsiva y/o aguda”, lo que asegura además un ciclo de respuestas adecuado al cuestionamiento psicométrico. (2.4) Curso de pensamiento conservador, sin trastornos de la forma o contenido del lenguaje. Juicio crítico racional. Solamente en un poco de ansiedad difusa, a nivel intelectual en forma subjetiva, considero que presentan parámetros normales a nivel social, racial y educativo. (2.5) No mostro aun en momentos donde se realizaron preguntas que buscaban reacciones agresivas, un síntoma de alteración, dedicándose solamente a la negación del hecho y de la acusación. (2.6) Las características asociadas a su comportamiento y conducta dentro de la entrevista, no mostro ningún rastro de disociación, en general se encuentra entre los parámetros de normalidad, la personalidad el imputado no muestra compatibilidad con trastornos psicosexuales y de socialización, aunque su retraimiento que es inusual debido a su complexión física y edad, muestra un esquema de vida que solamente puede ser analizado a través del estudios socio-barrial y de psicología comparativa a nivel familiar y amigos. Las reacciones etológicas asociadas al hecho y sobre la supuesta víctima también coincidieron sobre los parámetros normales de etología, aunque existen lagunas de información que él desea omitir, que deben de ser analizadas desde otras líneas de investigación. 78 3. Análisis comparativo Marchiori del perfil del imputado versus el perfil típico (pedofilico) La prueba comparativa Marchiori, se conforma de las pruebas realizadas en forma directa al imputado, niño agredido y evaluación socio barrial, realizando posteriormente una tabla comparativa que se presentan a continuación. Tabla 5: Análisis Comparativo Marchiori No. 3.1 3.2 Indicativos del perfil Marchiori El violador presenta una alternación de su conciencia, niega sus conflictos y comportamientos asociales y agresivos, por ello atribuye su ataque sexual al comportamiento de la víctima. El violador muestra evidencia de reacciones violetas, en especial sobre el hecho, acusación y víctima. Positivo Negativo Observaciones X El imputado presenta reacciones dentro de los parámetros de la normalidad racial, social e intelectual. X El imputad reacciona con cierto grado de desaliento y ansiedad sobre el hecho, dentro de los parámetros normales, no muestra ningún tipo de reacción contraria al niño agredido. Al realizar el tripe capeo de información, se observa que existía una vinculación en tiempo y espacio mínima entre el imputado y el niño victima de la agresión. En los reportes médicos y apreciación física realizada al niño, no se pudo observar ningún tipo de lesión física. El niño presente un evidente trauma causado por un 3.3 Existe conductas que denuncian por parte del supuesto agresor, una inclinación a considerar a la víctima como la causa de la agresión, por su forma de comportar y conducta social. X 3.4 La victima presenta lesiones físicas producto de una agresión con violencia. X 3.5 La victima presenta traumas psicológicos causados por la agresión recibida por parte del X 79 violador. 3.6 La percepción que tiene la víctima ante el agresor es frecuentemente el de un individuo descontrolado, violento, sádico, que demuestra en el acercamiento y en el ataque a la víctima extrema crueldad, que desea humillar y destruir moralmente. El violador presenta una cercanía física, emocional y psíquica con el niño agredido sexualmente. X 3.8 Existen conductas disociativas, de repudio hacia mujeres, madre, hermanas. No presenta una conducta propia contra entes de la sociedad que representen el marco femenino. X 3.9 El violador presenta poca seguridad personal, incapaz de mantener estudios, trabajo y hogar estable, el constante cambio de conducta, hace poco probable la continuidad en un trabajo y relación personal en pareja. X 3.7 X 80 progresivo proceso de agresión y ultraje sexual, es evidente que el niño fue violado. El niño tiene una percepción ambigua del agresor, tanto de cariño, como de repudio por el supuesto acto realizado. El imputado no muestra ningún tipo de apego, basado en el análisis “etológico”. La empatía es baja y su conducta es dentro de los parámetros normal. El análisis de triplecapeo, no presento ningún tipo de conducta contraria a los parámetros normales de comportamiento, que indiquen una confirmación positiva. Al revisar el historial de conducta laboral y de relaciones personales del imputado (de 18 años de edad), muestra parámetros normales, de hecho a nivel laboral a pesar de su corta edad presenta una conducta que lo refiere de muy bueno a excelente. A 3.10 Presenta conductas no sociales, es crítico e introvertido, el nivel de socialidad con sus familiares y amigos se restringe a lo básico, su vida privada es cerrada para observadores externos, no existen parámetros que permitan referir a amigos cercanos. 3.11 Muestra enojo constantemente, por cualquier tipo de circunstancia, pelea física y verbalmente con personas de su familia y/o comunidad, muestra un recelo ante la sociedad que lo obliga a un contante comportamiento violento y fuera de los parámetros de conducta social y civil. 3.12 Presenta un alto nivel de vanidad y narcicismo, reflejándose en su conducta, forma de vestir, entrenamiento físico y comportamiento con otras personas de su entorno. X X X X nivel sentimental la novia y ex novias entrevistadas, establecieron parámetros de normalidad propia de su edad. Presenta un comportamiento dual, debido a que socialmente posee parámetros normales, pero personalmente es introvertido y críptico. No muestra ningún tipo de conducta violenta, circunscribiéndose a las típicas disputas familiares y del entorno de amigos. El joven presenta a nivel físico y de comportamiento un nivel alto de vanidad y narcicismo, pudiéndose acomodar a las circunstancia genéticas, así como a la edad actual del imputado, donde la vanidad es parte de los atributos de la adolescencia. Fuente: Modificado de Marchiori, 2003, por Melgar, M. EPOE / 2007 (3.13) Al evaluar los resultados a nivel cuantitativo, el análisis comparativo Marchiori presenta de los 12 puntos de análisis conductual 2 aspectos positivos, lo que corresponde a un 17 %, mientras que existe 1 punto “dual” que corresponde a un 8 %. 81 (3.14) En lo que corresponde al nivel de apreciación negativa el imputado no es compatible (negativo) en 9 puntos de los 12, lo que corresponde a un 75 %, según la tabla de referencia Marchiori, cuando un individuo presenta menos de un 40 % de correspondencia, el individuo posee un “perfil de agresor sexual”, mientras que superior a un 60 % el individuo no es compatible con un típico perfil de agresor sexual. Por ende bajo los parámetros establecidos anteriormente el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, a nivel de la prueba “Marchiori” no es compatible con una personalidad “típica” de agresor sexual, resaltando el término “típica”, debido a que existen tres diferentes estándares de perfiles de “agresores” y además que fuera de ellos existen otros tipos de comportamientos psicológicos y sociales que pueden promover que una persona incurra en un hecho de violación en forma espontanea y sin previo pensamiento al respecto. 4. Prueba sobre tipología de “agresor sexual” MCMI-II Th. Millón (4.1) El MCMI-II sirve para proporcionar información en tareas de evaluación y tratamiento de personas con dificultades emocionales e interpersonales. Su utilidad es fundamentalmente clínica y de investigación, no siendo recomendada su utilización en poblaciones normales. La teoría que sustenta el inventario clínico está basada en el diagnóstico de prototipos clínicos, asumiendo que los grupos prototípicos muestran comportamientos comunes y distintivos que pueden alertar al clínico o al investigador sobre aspectos de la historia del paciente y de su funcionamiento actual que no se habían observado. Esencialmente, postula 13 estilos básicos de funcionamiento de la personalidad que pueden formarse de la relación entre dos dimensiones básicas: la fuente primaria de la que la persona obtiene comodidad y satisfacción, y los patrones instrumentales o de afrontamiento que emplea de forma habitual para obtener o evitar sus fuentes de refuerzo. (4.2) Se describen, finalmente, 13 patrones de personalidad, que son definidos empleando la nomenclatura del eje II del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV). Como es frecuente encontrarse covariaciones entre los trastornos de personalidad, codificados en el eje II, y los síndromes clínicos del Eje I en el DSM-IV, Th. Millón considera fundamental que el modelo teórico recoja y tenga en cuenta estas interrelaciones. Los síndromes clínicos tienden a ser relativamente breves o transitorios, variando en el tiempo en función de los estresores. Pero en muchos casos serán expresión más o menos intensa del estilo básico de la personalidad acentuado y exacerbado por las situaciones estresantes, presentando síntomas en común con él. (4.3) La prueba Th. Millón, utiliza tres niveles de capeo (captura de información), con el fin de colectar la mayor cantidad de información sobre el comportamiento individual, colectivo, social, familiar y sexual del individuo. En el presente caso para determinar a qué tipo de patrón conductual, es compatible el imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, con uno de los tres tipos 82 básicos de perfiles de “agresor sexual” (violador/pedofilico), determinando se es del tipo impulsivo, instrumental o sobre-controlado. (4.4) Los resultados del triple “capeo” realizado se presenta en forma cualitativa y cuantitativa en la tabla resumen número 6, en ella se presenta la ponderación máxima asignada por la matriz de evaluación que se rige de 0 a 4 puntos y la puntación asignada por parte del psicólogo evaluador. Tabla 6: Análisis de escala del MCMI-II de Th. Millón No. Escala del MCMI-II Puntaje (A) Máximo Asignado por la escala 1 Deseabilidad 2 Fóbica 3 Dependiente 4 Narcisista 5 Antisocial 6 Agresivo/Sádica 7 Compulsiva 8 Pasivo/Agresiva 9 Autodestructiva 10 Limite 11 Paranoide 12 Abuso de alcohol y/o drogas 13 Histriónica Sumatoria Puntaje (B) asignado por el evaluador 3 4 4 2 3 4 4 3 4 2 4 3 2 42 Diferencia entre puntaje AyB 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 3 Fuente: Modificado de Th. Millón, 1998, por Melgar, M. EPOE / 2007 (4.5) Escala relacional: a. Agresor sexual impulsivo: 30 a más b. Agresor sexual instrumental: 20 a 29 c. Agresor sexual sobre-controlado: 10 a 19 d. Trastornos ocasionales conductuales: 05 a 09 e. No presenta compatibilidad: 00 a 04 (4.6) Al revisar la tabla comparativa se puede definir que el perfil de “Neidis Julián Guerrero Bueno”, no presenta ninguno de los tres perfiles típicos de agresor sexual, por lo que su “supuesto comportamiento” en agresión “sexual” 83 3 4 4 1 2 4 4 3 4 2 4 3 2 39 contra el niño “Fernando José Payano Victoriano”, no puede ser evaluado como “típico”, el puntaje asignado por la prueba se encuentra dentro del parámetro “e” que en forma cuantitativa posee un rango de “00 a 04” catalogándose como “no compatible” con ninguno de los tres tipos de violador. 5. Discusión de resultados (5.1) Marshal, W, en su estudio sobre “Agresores Sexuales”, publicado en el año 2001, establece que a pesar de los perfiles que actualmente existen y son aceptados por gran parte de los “investigadores sexuales” sobre posibles rasgos del comportamiento de “agresores sexuales” (sean estos pedofilicos o no), la caracterización de un “agresor sexual” es difícil aunque la pruebas Marchiori y Th. Millón son fiables, al comprender que un agresor sexual “típico” es un psicópata consumado, con características de personalidad y conducta, que lo alejan de la normalidad, es difícil por ello conciliar la personalidad expuestas en los diferentes “patrones estándar” con el que presenta el imputado Neidis Julián Guerrero Bueno, que al parecer posee un marco de comportamiento “normal” y apegado a las circunstancias sociales, económicas, educativas y familiares. (5.2) Por otra parte, como especialista en aspectos de “conducta humana, comparativa y social”, esperaría encontrar algunos de los rasgos “típicos” que brindarían una luz, del porque el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, pudo haber realizado el tipo de agresión sexual (debido al impacto sobre el niño agredido), en resumen un agresor sexual tendría que exteriorizar algunos de los siguientes comportamientos dentro del área emocional: a. Locuacidad y encanto superficial que puede resultar convincente; b. Egocentrismo y grandioso sentido de la propia valía (arrogancia); c. Falta de remordimiento o sentido de culpa; d. Falta de empatía hacia los demás; e. Mentiroso y manipulador; f. Emociones superficiales. En el área de aspectos del estilo de vida debería presentar: a. Impulsividad, con deseo de satisfacción inmediata; b. Deficiente control de conducta, en relación con lo anterior; c. Necesidad de excitación continuada; d. Falta de responsabilidad; y Problemas precoces de conducta. (5.3) A nivel conductual no presenta ningún tipo de anomalía extrema, simplemente la tipología básica de cualquier joven de su edad, procedencia social, nivel educativo y edad. En general no posee una conducta etológica que pudiera referir a ser un “típico agresor sexual” con tendencia pedofilicas. (5.4) La prueba comparativa “Marchiori” del perfil del imputado versus el perfil típico de un “pedofilico”, nos refiere a un bajo porcentaje de compatibilidad, tal como se demuestra en la tabla resumen No. 5, el análisis compartivo permitirá tanto a los “Abogados de la Defensa, Fiscalía y Jueces” considerar algunos 84 puntos de partida con el fin de determinar la posibilidad de profundizar en el futuro cercano en el perfil del imputado, con el fin de determinar si el hecho fue producto de una circunstancia espontanea, o bien no fue en si el agresor sexual. (5.5) Al revisar la prueba sobre “tipología del agresor sexual MCMI-II” de Th. Millón, en el ciclo completo de análisis, no solo nos valida la prueba “Marchiori”, sino además nos indique que a nivel “conductual” el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, no posee ningún tipo de anomalía conductual, solamente los referidos a conductas sociales “típicas” tales como el consumo de alcohol, el nivel de ansiedad asociado a su estado jurídico /legal y su bajo perfil ante su sociedad causado por sus niveles educativos y inseguridad. (5.6) Es importante considerar que para el desarrollo del presente perfil se utilizo un “triple capeo”, con el fin de capturar la mayor cantidad de información posible y con ello asegurar la viabilidad de los resultados, además de asegurar con ello que la información fuera verificada en más de dos ocasiones, con el fin de sustituir la subejetividad “emocional”, con la objetividad de un proceso científico. Por ello es evidente que las conclusiones que se presentaran en el siguiente numeral pueden considerarse fiables dentro de los parámetros de la presente investigación psicológica. 6. Conclusiones sobre el perfil psicológico (6.1) Neidis Julián Guerrero Bueno, no presenta la personalidad, ni el marco conductual de una persona con tendencias de agresor sexual, de hecho del tipo que en sí “agredió” al niño Fernando José Payano Victoriano, que bajo el reflejo del perfil del niño pudiera ser de tipo “sobre-controlado”, debido a que la lesiones traumáticas que refleja el niño son producto de un trabajo de progresivo, sistemático, que demuestra altos niveles de inteligencia y preparación, constatándose en el cambio conductual que el niño actualmente posee. (6.2) El imputado, se muestra como un joven retraído socialmente, teniendo contacto solamente con las personas de su núcleo social, sistemático en su conducta laboral, con niveles de ansiedad dentro de los parámetros normales, no posee arraigado ninguno de los 13 parámetros que establece la prueba Th. Millón, para referirlo a algún tipo determinado de agresor sexual. (6.3) Es obvio que debido a su criticidad, utiliza en ocasiones (y con regularidad frecuencia) el alcohol como medio de desinhibición social, esto provocando locuacidad y altos niveles de jovialidad, producto del nivel de alcohol consumido, pero aun en estos momentos según lo demuestran las 85 entrevistas y prueba psicométricas realizadas a familiares, amigos, vecinos cercanos y antagónicos, no muestra ninguna conducta sexual contraria a su sexo, edad y marco social. (6.4) Bajo los anteriores parámetros concluimos a nivel de hipótesis lo siguiente: Tabla 6: Definición de hipótesis planteadas No. 1 2 3 Hipótesis Aceptada Refutada “El imputado presenta el típico perfil de x agresor sexual, en una de sus tres variables impulsivo, instrumental y/o sobrecontrolado” “El imputado muestra tendencias de x agresor sexual espontaneo, basado en las características de personalidad evaluadas a nivel individual y por bases de conducta psicosocial” “El imputado no presenta perfil y x tendencia de agresor sexual, evaluando las características individuales y por bases de conducta psicosocial” Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 (6.5) Considerando toda la evidencia psicológica, psicosocial, conductual y argumental, revisada de forma científica y en apego a las consideraciones del protocolo de investigación diseñado, se refutan las hipótesis 1 y 2 de la primera línea de investigación y se acepta la hipótesis 3, debiendo considerar que esto valida la aseveraciones que el imputado no posee el perfil de un típico violador, “No” así el hecho que pudo tratarse de una acción espontánea y dentro de parámetros psicológicos no usuales dentro del marco de conducta del imputado. 3.2 Estudio Psicológico del niño afectado “Fernando José Payano Victoriano” La segunda línea de investigación contenida en la solicitud y en el protocolo de investigación planteado, se concentra en el desarrollo de un estudio Psicológico del niño agredido sexualmente “Fernando José Payano Victoriano”, con el fin de evaluar la factibilidad de la agresión, asico además establecer cuales pudieran haber sido las secuelas psicológicas que hoy en día (cuatro meses después) presenta la víctima. Es importante resaltar que la conducta del niño agredido (victima), es reflejo del “modus operandis” del agresor y por ello además nos permite establecer “criterios e indicadores”, de los posible 86 parámetros de personalidad y conducta del agresor sexual y con ello construir un perfil que nos indique la compatibilidad del imputado. Pero aun mas importante es el hecho que un “estudio psicológico” a profundidad del niño, nos permitirá establecer los “traumas” ocasionados por el hecho y la correctas líneas de acción, que deben de ser utilizados para su posterior tratamiento. El estudio psicológico se presenta a continuación: 1. Datos del niño: (1.1) Nombre completo: Fernando José Payano Victoriano (1.2) Sexo: Masculino (1.3) Edad actual: 6 años (1.4) Edad del hecho: 6 años (1.5) Fecha de Nacimiento: 17 de noviembre 2000. (1.6) Curso: 1er. Curso (1.7) Nombre de los padres: Julia Victoriano Aybar (Rosalba) Antonio Payano Quezada (Roberto) (1.8) Dirección: Barrio El Cercado, Constanza, R.D. 2. Prueba de reflejo de agresión sexual Th. Millón (2.1) Siguiendo el protocolo de investigación se realizo la prueba de reflejo de agresión sexual Th. Millón, la cual consiste en una serie de preguntas directas realizadas a la madre y posteriormente al niño que “supuestamente” sufrió la agresión sexual, gracias a una tabla de “criterios indicadores” nos permite verificar la fiabilidad de la información, así como además considerar la autenticidad de los hechos. (2.2) Producto del análisis realizado, se comprueba que el niño “Fernando José Payano Victoriano”, fue víctima de una agresión sexual, no solo concluido en un hecho físico, sino metódica, sistemática y con altos índices de lascivia, reflejado en la conducta introvertida, insegura y de un alto grado de secuelas sexuales, por ende se puede asegurar que el niño fue víctima de un proceso de degradación y agresión sexual, no simplemente un caso fortuito de acoso y violación. 87 (2.3) Producto de la prueba MCMI-II, se puede asegurar que el niño fue agredido por un agresor sexual de tipo “sobre-controlado”, debido a las características conductuales del niño, que aseveran un proceso de cambio de conducta y aceptación por parte del niño para que ocurriera el hecho, este tipo de degradación psicológica necesita un mínimo de 1.5 años, de acoso, ¡enamoramiento!, seducción y bajo grado de violencia, considerando al agresor inteligente, vivaz y con gran elocuencia verbal para logar el objetivo de la seducción total del niño. Todo lo anterior es fiel reflejo del comportamiento del niño “Fernando José Payano Victoriano”, no poniendo en duda que el acto y proceso ocurrió. 3. Análisis de tabla de medición de impacto psicométrico Arruabarrena (3.1) Al haber comprobado la autenticidad de la “agresión sexual”, se prosigue con la prueba de tabla de medición de impacto psicométrico Arruabarrena, la que consiste en evaluar el grado de trauma que el niño presenta debido al proceso de agresión sexual, ponderándose en una escala de 0 a 10, donde 0 es el mínimo y 10 el máximo, la ponderación de cada una de ellas es adicionada, con el fin de establecer el grado de impacto total y con ello poder a posteriori determinar el tipo de tratamiento que el niño necesita. (3.2) en la tabla No. 7, se presenta la medición de impacto psicométrico Arruabarrena: Tabla 7: Medición de impacto psicométrico Arruabarrena No. 1 Impacto asociado a la agresión sexual Inseguridad Puntaje (0-10) Observaciones 07 El niño presenta inseguridad pasiva, aunque al evaluar el informe psicométrico inicial podemos asegurar, que dicha variable a disminuido, debido al tiempo y apoyo que ha recibido. Existe confusión sobre el hecho y la personas en su entorno, debido a la carga de información a la cual está siendo sometido. Además del proceso de degradación psicológica al cual fue sometido ha ocasionado confusiones de tipo conductual y sexual. Existe evidentes puntos de quiebre del niño, en especial cuando se hace alusión al hecho de la agresión sexual. El niño posee un alto nivel de irritabilidad, lo cual puede redundar en conductas 2 Confusión 06 3 Tristeza 07 4 Irritabilidad 09 88 inapropiadas a nivel social. 5 Ansiedad 08 6 Miedo 06 7 Impotencia 08 8 Trastornos sueño 9 Trastornos alimenticios 06 10 Aislamiento social 06 11 Problemas escolares 08 12 Curiosidad por temas sexuales 09 del 09 Las evaluaciones realizadas a nivel comportamiento físico, terapia del dibujo y evaluaciones etológicas, comprueban que el niño pasa por momentos de ansiedad, reflejadas en retraimientos, alejamiento mental y sobre todo introversión. A pesar de que en la actualidad el miedo posee un reflejo relativamente pequeño, probablemente por el apoyo recibido, es importante indicar que existen evidencias de conducta de “miedo” reflejada en regresiones. El niño presenta síntomas de sentimientos de inadecuación, provocados por un sentimiento de impotencia y hasta aceptación del hecho. En especial de las secuelas personales y aun del posible agresor. La madre indica que el niño presenta problemas para conciliar el sueño y necesidad de medios de apoyo (biberón) para lograr un estado de tranquilidad y relajación que le permita dormir. Evidentemente superados en la actualidad, el niño según observaciones anteriores presento posterior al descubrir el hecho trastornos de alimentación y baja de peso, que posteriormente fue superado gracias a la atención de los padres. El niño actualmente no presenta una disociación, pero debido al hecho los padres han optado por retraerlo de su ambiente de juego y amigos, aunque él presenta una conducta social adecuada. La madre indica que el niño posterior al descubrir la agresión sexual y sus posteriores secuelas sociales, ha tenido una regresión escolar, algo característica de los niños sometidos a procesos de agresión sexual. El niño demostró en las entrevistas y medidas comparativas (capeos), curiosidad excesiva por temas sexuales, relacionados a la parte masculina, lo que caracteriza al tipo de abuso y degradación psicológica al que niño fue sometido. 89 13 Auto sexual reproche 04 14 Conductas hipersexualizadas 04 15 Conductas seducción depredación sexual. 09 de y/o Total: A través de exámenes psicométricos, test de dibujos y etología general, el niño posee un bajo nivel de autoreproche sexual. La entrevista realizada a los padres, pruebas psicométricas realizadas, mostraron que el niño no muestra conductas de hipersexualizaciòn, aunque si confusión sobre su sexualidad. Al realizar el “capeo” de su entorno social, otros niños indican que el niño, en fechas recientes, ha tenido con ellos conductas de seducción, lo que entra en el marco del tipo de agresión sexual que fue sometido. 106 Fuente: Arruabarrena, 2001 , por Melgar, M. EPOE / 2007 (3.3) La matriz de referencia nos indica los siguientes rangos de ponderación: a. Puntuación entre 100 a 150: Alto impacto y trauma psicológico. b. Puntuación entre 50 a Impacto medio y trauma psicológico c. Puntuación entre 30 a 50: 99: Impacto bajo y trauma psicológico. d. Puntuación entre 10 a 29: Secuelas básicas. e. Puntuación entre 00 a 09 Ninguna secuela básica. (3.4) Al corroborar el puntaje de la tabla de análisis, con una ponderación de 106 puntos, podemos indicar que el niño se encuentra en la categoría de “impacto a”, coincidiendo con el análisis etológico y psicométrico realizado a él, por lo que podemos indicar que al “presente momento”, el niño muestra un alto nivel en secuelas y traumas, producto del hecho de la agresión sexual, debido a que no solamente fue el hecho del “acto sexual”, sino un proceso de afincamiento de sentimientos y conducta, que provoco un cambio de “conducta” en el niño, que hoy en día se evidencia en su comportamiento individual, familiar y social. 4. Análisis de conducta psicosexual (4.1) Para el desarrollo de la conducta psicosexual del niño, confirmado ya agresión sexual, se procedió a realizar tres capeos de información, tal como estipula el protocolo de investigación, “el primero se baso en características de comportamiento físico (etológico), el segundo 90 la lo la a través de test de dibujo y tercer utilizando pruebas psicométricas (verbales) con el fin de evaluar la psicológica de conducta”. (4.2) El primer capeo de captura de información, muestra que el niño posee tendencias biofísicas, que reflejan una posible confusión en su rol sexual, lo cual ha sido confirmado por su madre, al indicar que el niño, ha mostrado en los últimos meses una conducta sexual con derivaciones femeninas, lo cual aunque pueda causar preocupación, es algo característico de los niños que han sido acosados y seducidos por “agresores sexuales (violadores) del tipo sobrecontrolado”. (4.3) Con el niño se procedió a realizar varios “test de dibujos”, en la mayoría (80 %) su visión “hipersexualizada” fue predominante, mostrando en ellos la características “fálicas”, coincidiendo con reportes de varios perfiles sobre niños agredidos sexualmente, donde es usual el dibujo de padres, hermanos, familiares y amigos con el falo, que es asociado al elemento agresor. (4.4) A nivel conductual el niño presenta una fuerte confusión sobre su sexualidad, lo que se ha incrementado en los últimos tres meses, según observaciones de sus padres, hermano y vecinos. El efecto de confusión, como se ha indicado anteriormente entra dentro de los parámetros de comportamiento de un niño que ha sido seducido en un proceso de cambio conductual. 5. Discusión de resultados (5.1) Todos los estudios aplicados al niño a nivel de psicología abierta, psicología de conducta, psicométria y psicosociología, indican que el niño muestra secuelas y traumas de una agresión sexual, la cual no se realizo en un solo y único acto de violencia sexual, sino fue producto de un proceso de seducción y cambio de conducta, que llevo tiempo y espacio, en referencia a estudios similares un impacto psicológico tal como presenta el niño no puede ocurrir en un tiempo menor a 1.5 años (18 a 24 meses). (5.2) El tipo de conducta que el niño posee, nos refleja que el agresor sexual, fue alguien que conto con tiempo y espacio para actuar, donde la confianza del niño pudiera ser ganada y con ello el aventurar a nuevas formas de acoso y seducción, sus características pudieran indicar que se trata de un violador del timo “sobre-controlado”. (5.3) Es evidente que el niño muestra una fijación por su supuesto agresor “Neidis Julián Guerrero Bueno”, ubicándolo como el agresor sexual, en todas las entrevistas y bajo todas las herramientas psicológicas y conductuales, el 91 niño indico que su agresor era el joven imputado, lo que pudiera no concordar con el perfil del imputado, pero a juicio propio del niño: “…el tuvo la culpa por haberme rozado tanto las nalgas, sino nadie se hubiera dado cuenta”, esta declaración sincera, abierta y franca del niño puede ser el punto de partida para una investigación conductual más profunda del imputado. (5.4) Como científico e investigador social, asocio la conducta del niño con fuertes deseos de defensa ulterior, punto de ruptura de cualquier prueba psicológica y de conducta, debido a la fuerte conexión que existe entre el niño y su agresor, lo que no permite profundizar más sobre el marco de la relación y sus interioridades, solamente bajo un proceso prolongado de análisis, investigación y retroalimentación, el niño podría abrir y exteriorizar más información sobre el hecho, sin causar traumas y/o secuelas posteriores, que fue el deseo del investigador, con el fin de no causar mayores molestias y confusión al niño. 6. Conclusiones sobre la evaluación del impacto psicológico (6.1) Puntualmente como investigador psicológico, podemos afirmar que el niño fue “agredido sexualmente”, presentando secuelas y traumas que son compatibles con el perfil y personalidad de un niño con agresión sistemática y compulsiva en el ámbito sexual. Basado en los estudios y capeos de información realizados, se concluye a nivel de hipótesis de la siguiente forma: Tabla 8: Definición de hipótesis planteadas No. Hipótesis Aceptada Refutada 1 “El niño no presenta ningún rasgo de x conducta y/o perfil de agresión sexual, evaluado por sus características de personalidad y conductuales. 2 “El niño presenta rasgos de conducta y/o x perfil de agresión sexual, reflejándose en sus características de personalidad y marco conductual” 3 “El niño presenta rasgos de haber sido x agredido sexualmente e identifica con plenitud a su agresor, evidenciando traumas y secuelas de dicho hecho en su personalidad y/o conducta” Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 (6.2) Se refutan las hipótesis 1 y 2, correspondiente a la segunda línea de investigación, concluyendo por ende aceptar la hipótesis 3, la cual aglutina en si todas las conclusiones referentes a la situación psicológica y conductual del niño “Fernando José Payano Victoriano”. 92 3.3 Estudio socio barrial y familiar del imputado Un punto de importancia de verificación, con el fin de construir el “perfil del imputado”, como marco conductual de los involucrados (familia-imputadoniño agredido), confluye en el desarrollo de un estudio socio-barrial y familiar, habiendo sido definido ampliamente en el marco conceptual desarrollado en el protocolo de investigación preparado para el desarrollo de la presente investigación. A continuación se presenta los resultados generales y específicos de una serie de ejercicios y evaluaciones que nos han permitido evaluar, con amplitud y en forma sistemática la situación individual, familiar y social del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” y su posible perfil de “agresor sexual”. Considerando el protocolo de investigación los resultados se presentan de acuerdo a los “capeos de información” que en forma individual aportan información sustancial, que nos han permitido construir un posible escenario social de donde se desarrollaron los hechos. 1. Bosquejo territorial del barrio/comunidad (1.1) La comunidad forma parte del “Barrio” conocido como “El Cercado”, compuesto en general por obreros y pequeños comerciantes, situados en un 45 % por familias con ingresos no mayores a RD$ 3,500.00 / mes (tres mil quinientos pesos exactos), un 43 % de la población no poseen ingresos mayores de RD$ 2,000.00 (dos mil pesos exactos), lo que indica un población bajo la línea de pobreza de un 88 %. (Melgar, M. CSR, 2005) (1.2) El sector del “barrio” donde tanto el imputado como niño cohabitan, posee características “normales y típicas” de los barrios de Constanza, no se pudo observar en las tres visitar realizadas, acciones contrarias contra la moral y conducta civil, al realizar las entrevistas de campo de los 30 miembros de la comunidad entrevistados (todos mayores de 18 años), indican que el barrio no presenta excesos de anomalía social, simplemente los básicos del denominado “ocio dominicano”, que consiste en los juegos de azar, juegos vespertinos de domino, beber alcohol los viernes, sábados y domingos en los Colmados cercanos. (1.3) Los jóvenes al parecer de un 86 % de los 30 miembros de las comunidades entrevistados, poseen un comportamiento normal, dentro de los parámetros de comportamiento social, el 97 % indican que cuando ocurrió el hecho de la agresión sexual del niño “Fernando José 93 Payano Victoriano”, mostraron incredulidad sobe dos aspectos: a. sobre el hecho en sí; y b. de la persona imputada de haber agredido al niño “Neidis Julián Guerrero Bueno”. (1.4) Al referirse sobre el comportamiento de los niños el 100 % del los entrevistados, indicaron que era normal, cuando no estaban en la escuela o colegio, se reunían a jugar, conversar y “hacer ruido”, no observaron nunca conductas inapropiadas a nivel “sexual” ente adultos y niños, como además los denominados “juegos sexuales” que niños de edades entre los 05 y 11 años practican como parte de su evolución física y mental. (1.5) El 100 % de los entrevistados indicaron que conocían a “Neidis Julián Guerrero Bueno”, de ellos un 95 % se refirió a él como un joven trabajador, que siempre mostraba buenas costumbres ante sus vecinos, que además colaboraba con los miembros de la comunidad. (1.6) Destacaron que el comportamiento del joven imputado se encontraba dentro de los parámetros de la normalidad, indicando el 100 % de los entrevistados (30 personas) que el único acto de conducta excesiva que mostraba era el beber acompañado por otros jóvenes y miembros de la comunidad en el patio de su casa y en los Colmados de la calle de entrada del barrio, pero aun en estado de ebriedad mostraba una conducta racional y tranquila, sin alteración del orden público y sin conflictos entre amigos y vecinos. (1.7) Al referirnos sobre si conocían al niño “agredido sexualmente”, un 65 % de los entrevistados aseguraron que “si”, un 35 % indicaron que no lo conocían, el 100 % aseguro conocer a los padres, en especial al padre, sobre su conducta el grupo representado en el 65 % indico que parecía un niño normal, que muy pocas veces lo observaron en la calle, ya que al parecer no podía salir de la casa a jugar con los niños del barrio. (1.8) Sobre el comportamiento de Neidis Julián Guerrero Bueno, con el niño, el mismo 65 % aseguraron que no pudieron observar en ningún momento al imputado conversar, jugar o en cualquier tipo de intercambio con el niño Fernando José Payano Victoriano. 94 Fotografía 16: Imagen de satélite de la ubicación del sector del “Barrio El Cercado” donde ocurrieron los hechos imputados a Neidis Julián Guerrero Bueno. Fuente: Google-Earth, 2006, modificado por Melgar, M / 2005. 95 2. Desarrollo de entrevistas comunitarias abiertas (2.1) Según lo estipulado en el protocolo de investigación, se procedió a realizar, una serie de entrevistas abiertas a miembros de la comunidad, esta vez convocadas a un lugar neutral (casa-oficina del investigador), con el fin de que los parámetros de comportamiento y conducta, dieran como resultado una mayor fluidez de información, en la serie de tres entrevistas abiertas se conto con un grupo mixto de hombres, mujeres, jóvenes y niños, tanto familiares, amigos, vecinos y personas del barrio, con nexo directo e indirectos con el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, en la tabla número 9 y 10 se presenta la lista de personas adultas y niños participantes en dichas reuniones. Tabla 9: Personas adultas participantes en las reuniones abiertas No. Nombre completo Numero de cedula 1 Anastasia Victoriano 053-0025118-7 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Jesusita Bueno Ortiz Serafín Bueno Marta de la Cruz Ramírez Leticia Ortiz América Marte María Delgado Nena Rosado Rosayni Delgado María Del Carmen Holguín María Elena Marte Mario Cabral Isabel Nicodemo Páez Mary de la Rosa Noelia Mateo Bueno Lisset Corcino Leticia Ortiz Corcino Mario Corcino Julia Victoriano Aybar 053-0018160-8 053-0003101-9 053-0039807-9 031-0499940-8 053-0008798-7 20 Antonio Payano Quezada 053-0042064-2 053-0007132-0 053-0024824-1 053-0032416-6 031-0499940-8 053-0025118-7 053-0030303-8 Relación con el imputado Hermana de crianza. Madre Abuelo materno Amiga Amiga desde niño Vecina Cuñada Vecina Amiga y Ex novia Comadre Hermana Cuñado Amiga Amiga Hermano Novia Amiga Vecino Madre del niño agredido Padre del niño agredido. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 96 Tabla 10: Niños entrevistados procedentes del barrio No. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Nombre completo Wilfry Corcino Nelson Javier de la Cruz Jhoan Tiburcio Daneuris Marte Rony Victoriano Alejandra Gil Isamar Corcino Dany de la Cruz Luis Alejandro de la Cruz Alfredo Gil Dayron Marte Yafee Victoriano Stanley Gil Rosayni Delgado Fernando José Payano Edad 4 6 6 8 9 12 8 13 10 9 10 9 11 12 6 años años años años años años años años años años años años años años años Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 (2.2) El grupo de adultos entrevistados primero en forma general y después a nivel de grupo y relación con el imputado (consanguínea, política y/o afinidad social), presento un panorama y comportamiento adecuado, racional y de crecimiento apropiado por parte del imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno”, sin ningún tipo de argumentación contraria a las averiguaciones previas (numeral 1 de la presente línea de investigación), en general caracterizaron al joven como una persona de trato social, que trabajaba con esmero para su superación personal, colaborador con los vecinos, reservado, pragmático, deportista y recientemente integrado a sus estudios. A excepción de la madre del niño agredido la perspectiva del joven es normal dentro de los parámetros del comportamiento de un adolecente, aunque en relación de la madre del niño agredido, el joven había mantenido niveles de decoro y comportamiento adecuado, habiendo solamente visto un comportamiento de “expresión de cariño” en dos o tres ocasiones hacia su hijo. (2.3) El grupo de niños investigados en “dos ocasiones”, tuvo un comportamiento normal y apegado a la situación, procediendo con cautela y bajo un protocolo de “entrevista abierta”, se pronunciaron hacia un comportamiento normal, atento, cortes y sin ningún tipo de insinuación sexual por parte del imputado, confirmando los parámetros del “perfil” desarrollado para el imputado, ya que es característico que un “agresor sexual” realice vejámenes a varias víctimas, si tiene acceso y posibilidad de realizar y no se concentra en una sola. Lo niños argumentan que juegan ocasionalmente con el niño agredido, que no pudieron observar ningún tipo de comportamiento 97 impropio por parte del imputado con el niño, que de hecho según ellos lo indican, nunca vieron al imputado y al niño juntos, que en grupo y en varias ocasiones entraron a las habitaciones de la casa donde vivía el imputado, en juegos colectivos y que en algunas de ellas les acompañaba el niño agredido y tal como un niño lo indica “…el juega con nosotros cuando, se le escapa a la mama o le da permiso, lo que es muy raro”. (2.4) A los niños en base a pruebas “psicométricas verbales” y capeo de información, fueron inquiridos si sus respuestas habían sido previamente preparadas por parte de los adultos, mostrando un aspecto saludable y sincero de que hablaban en forma espontanea. (2.5) Sobre los “juegos sexuales”, punto de gran interés, es evidente que existen dentro del grupo, a pesar del estupor y preocupación “excesiva” de los padres, aunque al armar parte del rompecabezas cronológico y sociológico, de indicar que estos son de hecho producto de la “psiquis” posterior al hecho de haber descubierto la “agresión sexual”, conducta típica de situaciones similares, reportadas a nivel científico por varios autores de conducta de “niños agredidos sexualmente”, sugiriendo descartar esta hipótesis como posible razón de la “agresión sexual” del niño Fernando José Payano Victoriano. 2. Desarrollo de evaluación psicométrica utilizando la “Boleta de Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón (3.1) Como herramienta de confirmación y/o refutación de resultados, producto de las herramientas de investigación aplicada, se procedió a realizar una prueba de análisis comparativo, a 17 miembros de la comunidad, un grupo seleccionado por la madre del imputado y un segundo grupo seleccionado por la madre del niño agredido, la lista de personas evaluadas se presenta en la tabla 11. Tabla 11: Nombre de personas evaluadas a través de la “Boleta de Prueba Comparativa MCMI-II de Th. Millón No. 1 2 3 4 5 6 7 8 Nombre completo América Marte Peralta Julia Victoriano Aybar Nombre no legible Lilian Hernández Marta de la Cruz Omar Ciprian Lissette Corcino de León María Elena Mateo 98 Numero de cedula 053-0008798-7 053-0030303-8 053-0023799-3 053-0044481-1 S/N 053-0033022-1 S/N S/N 9 10 11 12 13 14 15 16 17 Noelia Mateo Bueno Antonio Delgado Marte Jesusita Bueno Mario Guerrero Leticia Ortiz Corcino Sofía Bueno Ortiz Jorge Luis de los Santos Dolores Cesarina Santos Corcino Sollanlly Duran 053-0032416-6 053-0036409-7 053-0018160-8 053-0016685-6 S/N S/N 053-0038669-4 053-0020633-0 053-0040188-1 Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 (3.2) Al realizar un análisis porcentual (estadístico), que permitiera mostrar en forma cuantitativa, las respuestas asignadas a través de la “boleta”, nos permite obtener los siguientes datos (resumen), por pregunta realizada: Pregunta 2: Comportamiento básico observado por el imputado, en el ámbito familiar y de afinidad, social, histórica y/o sentimental, marque con una “X”: a) No le gustaba conversar sobre sus problemas personales y/o laborales: Si: 45 %, No: 55 %. b) Le disgustaba (mostraba enojo) cuando usted intervenía en alguna actividad personal, social, laboral y/o sentimental: Si: 20 %, No: 80 %. c) Fue agredido verbalmente en algún momento por él, por hacerle algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/ sentimental: Si: 5 %, No 95 %. d) Fue agredido físicamente en algún momento por él, por hacerle algún tipo de observación física, familiar, laboral, social y/o sentimental: Si: 0 %, No: 100 %. e) En algún momento observo alguna conducta impropia con un adulto, adolecente, niño de ambos sexos de la familia o comunidad: Si: 5 %, No: 95 %. f) Pudo observar al joven con algún tipo de conducta exhibicionista, sexual o de provocación: Si: 0 %, No: 100 %. 99 Pregunta 3: Coloque una “X” en el tipo de conducta que pudo observar al joven imputado durante su relación personal con él: (análisis porcentual supletorio debido a que las personas podían responder más de una variable) a) Distraído: b) No le gustaba sociabilizar: c) Era un bebedor asiduo: (2 a 3 días por semana) d) Tenía relaciones con mas 2 mujeres: e) Gritaba asiduamente: f) No mostraba interés por las mujeres: g) Conversaba mucho con sus vecinos: h) Conversaba y jugaba con los niños: i) Era indiferente a los vecinos: j) Mostraba repudio o ignoraba a los niños: k) Tenía contacto con todos sus vecinos: l) Prefería permanecer en su casa: m) Agredía físicamente a jóvenes: n) Prefería salir de día a conversar: o) No tenia buena conducta con los niños: p) Disfrutaba salir de noche a conversar: q) Sostenía frecuentes peleas con amigos: r) Le gustaba la música a fuerte volumen: s) Era un bebedor social (1 vez semana): t) Dejaba los trabajos inconclusos: u) Cambiaba continuamente de conducta: v) Se mostraba triste continuamente: w) Tenía un trabajo estable: x) Observaban muestras de llorar a solas: y) Se mostraba esquivo ante las mujeres: z) Lloraba fácilmente en público: aa) Se quejaba continuamente: bb) Sentía recelo hacia las mujeres: cc) Golpeaba a niños y niñas del barrio: dd) Mostraba enojo o disgusto hacia sus Padres y familiares cercanos: 05 % 08 % 05 % 08 00 10 95 08 10 00 70 80 00 70 00 30 00 40 60 00 00 10 98 02 00 00 00 00 00 10 % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % Pregunta 4: Marque con una “X” que tipo de conducta de las descritas a continuación, pudo observar en el joven imputado: a) En algún momento el joven mostro interés por conversar con usted, sobre problemas de índole sexual, sentimental o personales: Si: 5 %, No: 95 %. b) Se mostraba ajeno a la conducta, juegos o comportamiento de los niños del barrio: 100 Si: 95 %, No 5 %. c) Mostraba algún tipo de preferencia por conversar, jugar o regalar dulces, juguetes u objetos a niños (as) del barrio: Si: 5 %, No 95 %. d) Demostró algún tipo de molestia por conductas juguetonas de niños: Si: 8 %, No: 92 %. e) Busco en algún momento bañas o ver a niños (as) bañándose: Si: 0 %, No: 100 %. f) Poseía fotografías de niños o bien, supo, observo o escucho, que buscaba fotografías de niños (as): Si: 0 %, No: 100 %. (3.3) Las respuestas otorgadas por los 17 miembros de la familia del imputado, familia del niño agredido y vecinos, nos permite no solo verificar la información postulada en los ejercicios abiertos, sino además establecer bajo parámetro cuantitativos el “perfil” del imputado, habiéndose utilizado gran parte de la presente información para el desarrollo del mismo, que se presenta en el numera 3.1 del presente documento. (3.4) A raíz de las respuestas podemos confirmar nuevamente la tesis de que Neidis Julián Guerrero Bueno, no posee un perfil compatible con un “agresor sexual típico”, de hecho de haber ocurrido los hechos pudieran tratarse de un caso fortuito, o bien de un imputación sin fundamente alguno. Si consideramos que no existía parámetros de comportamiento que asociaran en forma directa una relación filian entre el imputado y el niño agredido. 3. Discusión de resultados (4.1) A nivel socio barrial y familiar, Neidis Julián Guerrero Bueno, mostraba una conducta entre los parámetros normales, la relación entre la familia aunque en algunos momentos frágil por circunstancias típicas del joven adolecente que busca su independencia y conformación de su espacio propio, se encuentra dentro de los parámetros de la normalidad, para gran parte del entorno donde el imputado se relacionaba en convivencia con el niño agredido, lo califican como un joven confiable y trabajador, con un alto nivel de duda que él haya podido realizar tal acto de bajeza. (4.2) Las entrevistas abiertas (sistematizadas), muestran a nivel global, grupal y de personas claves, el mismo proceder del joven, repitiendo el 101 marco de conducta acorde a los parámetros de comportamiento familiar, social e individual, aun en las entrevistas realizadas a la madre del niño y personas antagónicas a él, lo presentan como un joven callado, reservado, trabajador y sin problemas. (4.3) La prueba Th. Millón, aceptada como parámetro psicológico y perital, para establecer parámetros de comportamiento “psicosocial”, nuevamente vuelven a indicar parámetros de comportamiento dentro de la “normalidad familiar, social e individual”, lo que nos permite nuevamente aceptar los criterios previamente utilizados para desarrollar el perfil del imputado”. 5. Conclusiones de la línea de investigación (5.1) En consideración a los diferentes modelos utilizados para la investigación “socio-barrial y familiar”, como investigador, puedo concluir que el imputado no es asociado por sus familiares consanguíneos, políticos, amigos, vecinos y aun personas antagónicas, como un típico “agresor sexual”, teniendo de hecho una conducta que es considerada de ejemplar por el esfuerzo y desempeño laboral, por ende a nivel de hipótesis debemos concluir de la siguiente forma (ver tabla 12): Tabla 12: Definición de hipótesis planteadas No. Hipótesis Aceptada Refutada 1 “El imputado es asociado por miembros de x su familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un individuo con tendencias a la agresión sexual, delito u otra conducta inapropiada contra la sociedad” 2 “El imputado no es asociado por los x miembros de sus familia, vecinos, amigos y miembros de la sociedad, como un individuo con tendencia a la agresión sexual, delito u otra conducta inapropiada contra la sociedad. Fuente: Melgar, M. EPOE / 2007 (5.2) Se refuta la hipótesis 1, debido a que no se presentaron parámetros científicos que la confirmara, por ende la hipótesis 2 es aceptada como valedera, dentro de la línea de investigación sobre aspectos socio-barriales y familiares del “imputado” Neidis Julián Guerrero Bueno. 102 4. Recomendaciones 4.1 Recomendaciones sobre el imputado “Neidis Julián Guerrero Bueno” A pesar del esfuerzo por presentar pruebas psicológicas, conductuales y de personalidad, por parte del joven “Neidis Julián Guerrero Bueno”, como científico en el área de la conducta humana individual y colectiva, aun no puedo referir que el imputado posea el “perfil de un típico agresor sexual”, pudiendo de haber ocurrido el hecho, bajo influencia de estupefacientes o bien alcohol, aunque esto último es una mera suposición arbitraria, debido a los resultados obtenidos, recomiendo a los abogados defensores, fiscalía y jueces que llevan el caso, desarrollar: 1) Realizar la “prueba completa” de Th. Millón, que se basaría en un ciclo de cinco entrevistas y dos pruebas psicométricas, con ello se puede concluir y encontrar patrones de comportamientos, fuera de los establecidos por la prueba estándar MCMI-II y del patrón conductual Marchiori; 2) Definir un proceso de asistencia terapéutica que consolide los resultados de la prueba solicitada en el numeral No. 1, así como además compilar información que permita confirmar los resultados del “perfil” desarrollado en presente estudio; 3) Concebir por parte de la “defensa y fiscalía”, la posibilidad de un segundo agresor, que bajo la postura de cambio conductual, refiriera al niño a imputar a Neidis Julián Guerrero Bueno, como el agresor sexual, condicionando al niño para mantener dicha postura; y 4) Realizar el proceso jurídico / procesal en el menor tiempo posible, con el evitar, futuros problemas psicológicos y de comportamiento por parte del imputado, debido a la condiciones de retraimiento, ansiedad y cripticidad que caracterizan al imputado, permitiendo la definición del caso y con ello además contribuir tanto que el imputado, como la familia de niño agredido evolucionen a otro etapa psicosocial, que disminuya el impacto individual, familiar y social en ambas partes. 103 4.2 Recomendaciones sobre el niño agredido “Fernando José Payano Victoriano” Partiendo del hecho de que existe un “trauma” asociado a un proceso de “acoso, cambio de conducto y agresión sexual física”, sugiero los siguientes pasos para lograr una modificación de conducta en un plazo que favorezca la viabilidad psicológica del niño Fernando José Payano Victoriano: 1) Desarrollo de un tratamiento de “psicología conductual”, el cual se basaría en proceso no mayor de seis meses, de asistencia terapéutica, donde el niño asistido por un “psicólogo de conducta”, pueda evaluar a conciencia y con detenedimiento los puntos que causaron el cambio de conducta y con ello lograr mejorar el perfil inicial desarrollado, con el fin de establecer un programa que permita al núcleo familiar evolucionar, conjuntamente con el niño a un cambio de conducta; 2) La madre debe de tener un “papel” preponderante al definir la línea de la sexualidad masculina y femenina, impidiendo al niño sin llegar a ser (convertirse) en dogma o tabú, el rol de la mujer ante la familia, sociedad y pareja; 3) Definir con el niño un proceso de acompañamiento y seguimiento constante por parte del “Padre”, introduciéndolo a actividades de índole masculino, sin llegar a ser obligatorio y causar trastornos emocionales como berrinches o desprecio por parte del niño, pudiendo involucrar a “familiares” cercanos en dicho proceso; 4) Evitar la sobrecarga de información sobre el hecho al niño, debiendo corregir el hacer comentarios en casa sobre el hecho, sobre su actual conducta, sobre su relación con otros niños, definiendo además una “disciplina” de conducta con respecto al trato interno en su hogar, calle y familia; 5) Como padres deben de mantener una conducta decorosa y apegada a la moralidad, con el fin de que el niño, asocie en forma indirecta la manera adecuada de comportarse en pareja, situación que facilitara la reafirmación de su sexualidad; 6) Generar núcleos de juegos, que no conjuguen los actuales niños del vecindario (barrio), debido a que existe un evidente surgimiento de comportamiento de juegos sexuales, que pueden desembocar en fijaciones mentales que obstruyan cualquier tipo de posterior tratamiento, pudiéndolo integrar a equipos deportivos infantiles o trasladar su patio de juego a la casa de un familiar cercano bajo una apegada supervisión; 104 7) Corregir de forma apacible y sin alteración cualquier conducta inapropiada, debiendo informarla en las visitas al terapeuta de conducta; 8) Evitar en lo que se pueda y con consideraciones que el niño comprenda, la “música reggaetón”, debido a la carga tan alta de sexualidad y sobre todo al papel que actualmente el niño está interpretando que no es correspondiente a su sexualidad, lo que fomentar el escuchar y bailar, seria en la actualidad contraproducente, debido al gusto tan algo que posee el niño por esta música será difícil su contención, sugiriendo introducir en este punto a su hermano, primos y demás familia, con el fin de que no se sienta presionado, pudiendo utilizar otro tipo de música que sea de su agrado y donde el papel de su masculinidad se afirme; y 9) Es “importante” que no se deje al “niño” bajo la supervisión de otro adulto que no sea sus padres y en caso de apoyo con los hermanos del padre, la introducción de otro adulto a pesar de una supuesta “afinidad” es parte de los aspectos a discutir durante las sesiones de terapia. 105 5. Bibliografía ADIMA. (1993). Guía de atención al maltrato infantil en Andalucía. Sevilla: ADIMA. AISPAS. (1998). Derapaje. Video and illustrations for the prevention of child abuse. Saint- Etienne: AISPAS. Alonso, J.A. (1994). La curación por la música. Madrid: LIBSA. Arruabarrena, Mª.I. (1996). Evaluación y tratamiento familiar. En J. de Paúl y Mª. I. Arruabarrena (Eds.), Manual de protección infantil (pp. 312-324). Barcelona: MASSON. Arruabarrena, Mª.I. y de Paúl, J. (1994). Maltrato a los niños en familia. Evaluación y tratamiento. Madrid: Pirámide. Bragado, C. (1993). Terapia de conducta en la infancia: trastornos de ansiedad. Madrid: Fundación Universidad-Empresa. Caballo, V.E. (1993). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Madrid: Siglo XXI. Camp, L. (1985). Abuso Sexual de Menores. Cómo podemos proteger a nuestros hijos. Revista Ser Padres Hoy, 130 18-20. Cantón, J. y Cortés, Mª.R. (2000). El abuso sexual en la infancia. En Cantón, J. y Cortés, Mª.R. 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Introducción El objetivo del presente trabajo es hacer una revisión crítica de la literatura científica internacional publicada en revistas especializadas de Medicina, Psiquiatría y Psicología sobre el tema de la Pedofilia entre 1992 y 1998. Se obtuvieron 53 artículos sobre el tema, de los cuales se incluyen aquí 46. Abel & Rouleau (1995) han propuesto añadir a la definición del DSM IV como criterios diagnósticos, que haya una ausencia de consentimiento por la víctima y un abuso de poder por el perpetrador para lograr el abuso. Salvo en la Antigua Grecia y en algunas otras culturas mediterráneas, donde se toleraba la pederastia bisexual (Travin & Protter, 1993), la pedofilia ha sido conceptualizada como una monstruosidad y un escándalo per se en la cultura judeo-cristiana. De esta noción se ha derivado la creencia de que toda relación erótica niño-adulto es invariablemente traumática, perniciosa y dañina, independientemente del tipo y calidad de la relación en sí. Esto ha llevado a tres consecuencias: 1) un frecuente rechazo a discutir sobre las controversias relacionados con la llamada "edad del consentimiento", 2) la negación de la capacidad de tomar decisiones de los "menores de edad"; y 3) lo que algunos han llamado la "histeria del abuso sexual infantil". En el peor de los casos, esta creencia ha producido intensas sobrereacciones emocionales, tales como el frecuente linchamiento de pedófilos en las cárceles, con el probable beneplácito de amplios sectores de la opinión pública. A través de los siglos, la pedofilia ha suscitado un horror comparable al que provocan otros grandes temas tabú, tales como el incesto, el matricidio y el parricidio. Es probable que los altos niveles de depresión, ansiedad, pensamientos y conducta suicida frecuentemente asociados a la victimización sean parcialmente producto de las mismas reacciones 108 sociales adversas. En cierto sentido, estos fenómenos vuelven a poner sobre el tapete el tema freudiano de la sexualidad infantil y la posibilidad de que ésta despierte o sea despertada en el seno de la propia familia de origen, o de manera precoz fuera de ella. Tal vez por la misma negación a dilucidar estos temas, nuestra comprensión de la psicología profunda de estas patologías es tan escasa. 2. Características Epidemiológicas Al igual que este trabajo, McConaghy (1998) revisó la literatura reciente sobre la pedofilia. Afirma que la preocupación y la notificación de la actividad sexual niño-adulto ha aumentado marcadamente en la última década, aunque sostiene que su prevalencia real no parece haber aumentado al menos desde los años 1960. Los perpetradores generalmente son conocidos por la mayoría de las víctimas. Los casos de transgresores reportados son casi todos masculinos, lo que no necesariamente implica la inexistencia de pedofilia femenina, aunque los varones no tienden a considerar sus experiencias prepuberales con mujeres mayores como abusivas. Esto tal vez se deba a la probable ausencia de penetración y/o violencia en la relación adulta-niño/a. Por su parte, las mujeres abusadas reportan más efectos negativos que los hombres, aunque un porcentaje de ellas aduce que las experiencias fueron positivas. En Canadá, Violato & Genuis (1993) y Bagley, Wood & Young (1994) reportan que de 14%-16% de dos muestras de hombres de 18-27 años habían sido abusados una o más veces cuando niños. En Estados Unidos, Jenny, Roesler & Poyer (1994) sostienen que de una muestra de niños de uno y otro sexo de 7 meses a 17 años (edad promedio seis años) víctimas de abuso sexual, 27% fueron violados por otros niños y adolescentes, y 83% por parejas heterosexuales de un pariente cercano del niño. Por su parte, Margarín (1994) encontró que las sobrinas eran victimizadas por sus tíos cuatro veces más que los sobrinos. En esos casos, 19 por ciento de los tíos vivían con sus sobrinos, y los otros eran dejados a su cuidado o estaban pasando con ellos la noche. Cambridge (1994) estudió en Inglaterra las características que hacen atractivos a los niños y no atractivos a los adultos para los pedófilos, concluyendo que éstos pueden percibir a algunos niños y a mujeres en formas inusuales. En el mismo país, OIT (1995) halló que el uso de la pornografía comercial era pocas veces significativo en los pedófilos, quienes a menudo generaban materiales "eróticos" de fuentes relativamente inocuas, tales como anuncios de televisión y catálogos de ropa interior infantil. 109 3. Rasgos de Personalidad y Conducta Pedofilia El estudio de las características de personalidad de hombres pedófilos ha sido el área de mayor actividad investigativa del tema entre 1992 y 2003. Diversos autores han encontrado evidencia de trastornos psicopatológicos en esta su población. Cambridge (1994), por ejemplo, encontró bajos niveles de inteligencia y trastorno psicopático en hombres pedófilos. Moler & Bier-Weiss (1994, 1995) reportaron rasgos de personalidad dominados por signos de conducta pasiva y dependiente. Bridges, Wilson & Gacono (1998) documentaron la existencia de trastornos de personalidad narcisista, introspección dolorosa, visión distorsionada de los otros, y necesidades primitivas de dependencia en pedófilos encarcelados. Sin embargo, no está totalmente claro cuánto de esto puede deberse a la pedofilia, a la encarcelación, o a la combinación de ambas condiciones. No obstante, otros autores no encuentran suficiente evidencia de una psicopatología específica y claramente definible. Glaser (1998) concluye que los pedófilos son generalmente "normales", pero diestros en planear su conducta delictiva y negar su existencia. Algunos estudios anteriores tienden a justificar esta conclusión: 4. Socialización y Victimización Tal vez el área que presenta mayor fecundidad en sus hallazgos es la relacionada con la socialización y posible victimización previa de los hombres pedófilos. Bass & Levant (1992) enfocaron el posible rol de la familia en la producción de la pedofilia. Encontraron que los transgresores sexuales infantiles habían sido criados en familias disfuncionales, tenían menor identificación con sus padres, los cuales eran más rechazantes y controladores, y alentaban menos autonomía. Johnston & Johnston (1997) encontraron que los pedófilos más centrados en niños varones fuera de la familia provenían de hogares desintegrados. Los que molestaban más a niñas fuera de la familia provenían de hogares intactos y estaban mejor ajustados, pero consumían más alcohol que los anteriores. Cada vez con mayor frecuencia, diversos estudios han venido reportando una asociación entre la perpetración del abuso sexual y la victimización del transgresor cuando niño. Esto es conocido hoy como la "hipótesis del abusador abusado" (Freund & Kuban, 1994). Varios autores coinciden en que todos o una buena parte de los infractores estudiados habían tenido una o varias experiencias de abuso infantil por adultos u otros pares cuando niños. Bagley et al. (1994) encontraron que 6.9% de un grupo de estudiantes universitarios canadienses habían sido objeto de múltiples abusos, exhibiendo altos niveles de depresión, ansiedad, pensamientos y conducta suicida, y más interesante aún, interés sexual o conducta real con menores. Entre ellos, varios supuestos pedófilos activos fueron detectados. 110 5. Infantófilos, Pedófilos, Hebéfilos, Andrófilos y Ginéfilos Los hallazgos anteriores han servido como base para empezar a distinguir la complejidad de las manifestaciones del deseo sexual hacia personas de edades y géneros diversos. Greenberg, Bradford & Curry (1993) propusieron distinguir entre: "pedófilos", adultos que escogen como objetos sexuales a niños/as de 12 años o menos y "hebéfilos" (en otros trabajos llamados "efebéfilos"), adultos que escogen como objetos sexuales a adolescentes de más de 12 años. En su estudio, los pedófilos dijeron haber sido molestados a una edad más temprana que los hebéfilos. Más importante aún, ambos parece escoger víctimas de una edad específica de acuerdo a la edad de sus propias experiencias de victimización. En el mismo año, Freund & Kuban (1993a) distinguieron entre: pedófilos de orientación heterosexual u homosexual, "ginéfilos", adultos que prefieren eróticamente a mujeres adultas, y "andrófilos", adultos que prefieren eróticamente a hombres adultos. Cuando niños, los pedófilos estuvieron interesados en ver fotos de niños desnudos pero no de adultos desnudos. Según estos autores, el establecimiento de la preferencia erótica sexual precede al de la preferencia erótica etárea. Afirman que esta parafilia es predeterminada en una fase de desarrollo muy temprana, y especulan que puede haber un "proceso de devaluación activa" del grupo de edad no preferido, que termine en la pubertad. Dos años más tarde, Greenberg, Bradford & Curry (1995) propusieron deslindar además: los "infantófilos", adultos que escogen como objetos sexuales a niños de cinco años o menos de los "pedófilos" , adultos que escogen como objetos sexuales a niños de 612 años. Estos planteamientos, en general, ponen en evidencia cada vez más lo poco que sabemos de la psicodinámica de estas parafilias, y lo urgente que resulta investigarlas con mayor profundidad. 6. Diversidad de los Pedófilos No todos los pedófilos son necesariamente iguales ni parecen operar con las mismas estrategias. Unos son violentos, mientras otros son seductores de niños. Eisenman (1993), por ejemplo, encontró que los violentos decían cosas denigrantes sobre sus víctimas en mayor proporción que los seductores. También, unos prefieren niños y otros prefieren niñas. Miner, West & Day (1995), por su parte, comunican que los agresores infantiles con víctimas masculinas mostraron un perfil de excitación sexual más relacionado con el delito que los agresores con víctimas femeninas y los violadores, es decir, parecen ser más "verdaderos pedófilos". 111 7. Pedofilia y Orientación Sexual La relación de la pedofilia con la orientación sexual ha sido objeto de pocos estudios publicados en el período 1992-1998. Freund & Watson (1992) analizan una serie de estudios previos, reportando dos datos importantes: 1) la razón de transgresores sexuales a niñas versus niños es de 2:1; y 2) la razón de violadores ginéfilos versus andrófilos es de 20:1. En su estudio encuentran que la razón de pedofilia heterosexual versus homosexual es de 11:1. Sin embargo, afirman que en términos relativos la llamada "verdadera pedofilia" entre personas con un desarrollo erótico homosexual es mayor que en personas con un desarrollo erótico heterosexual. 8. Modus Operandi El DSM-IV (1994) estipula que muchos pedófilos se valen de amenazas a niños para impedir que hablen. También ganan la confianza de la madre, se casan con ella, comercian con otros pedófilos, y adoptan o raptan niños en países en desarrollo. Este individuo usualmente está muy atento con las necesidades del niño, buscando retener su afecto, interés o lealtad y silencio. Elliott, Browne & Kilcoyne (1995) describen el comportamiento de infractores sexuales infantiles ingleses. Sostienen que éstos logran el acceso a los niños a través del cuidado de bebés y niños; para atraerlos usan el chantaje, los regalos y los juegos; para asegurar la continuación de su acatamiento usan la fuerza, la ira, las amenazas y el chantaje; y sistemáticamente desensibilizan al niño a través del contacto físico, la conversación sobre sexo, y la persuasión. Cerca de la mitad no manifiestan sentimientos negativos sobre abusar sexualmente de niños. 9. Psiquiatría y Psicoterapia Pocos estudios recientes sobre teorías explicativas y abordajes psicoterapéuticos y sus efectos fueron publicados en el período estudiado. Entre ellos, Furnam & Haraldsen (1998) encontraron estructuras conceptuales sobre las "teorías" y "curas" folklóricas del fetichismo, la pedofilia, el sadismo sexual y el voyeurismo similares a las de las teorías académicas explícitas, así como una relación clara y lógica entre la etiología percibida y la cura. ODonohue & Letourneau (1993) trabajaron con transgresores sexuales infantiles que tenían al menos dos años negando el hecho. Informan que estos salieron de la negación con un tratamiento que incluyó empatía con la víctima, restructuración cognoscitiva, educación sexual, asertividad, destrezas sociales, y 112 educación sobre la terapia. Pithers (1994) reportó, de manera similar, que los pedófilos estudiados por él mostraron mayor empatía antes y después del tratamiento psicológico que los violadores, concluyendo que la intervención puede disminuir el endoso de distorsiones que justifican la violencia sexualizada. En la misma dirección, Chaplin, Rice & Harris (1995) y Abel & Rouleau (1995) se refieren a la importancia del tratamiento del perpetrador, buscando por igual aumentar la empatía con la víctima. 10. Tratamientos Reversible) Anti-Androgénicos (Castración Química Seis estudios sobre la llamada "castración química reversible" han sido publicados en la literatura científica en los últimos seis años. Lamentablemente, estos estudios sólo han intervenido de uno a seis pacientes cada uno, lo que no permite aún generalizar los hallazgos a grupos y subpoblaciones de pedófilos. Los pacientes han sido tratados con acetato de ciproterona (Bradford & Pawlak, 1993; Czeizel, 1996), acetatos de ciproterona, medroxiprogesterona y leuprolida (Dickey, 1992; Cooper, Cernovsky & Magnus, 1992), y triptorelin (GnRHa), un análogo hormonal de la gonadotropina (Thibaut, Cordier & Kuhn, 1993). En general estos autores reportan una disminución de los pensamientos, fantasías y actividades sexuales experimentadas por la mayoría de sus pacientes (Dickey, 1992; Cooper et al., 1992; Thibaut et al., 1993; Czeizel, 1996), y una reducción de la frecuencia de las erecciones matutinas tempranas al despertar, de la frecuencia y el placer de la masturbación, y del nivel de frustración sexual (Cooper et al., 1992). El único efecto colateral reportado hasta ahora ha sido el hipoandrogenismo (Thibaut et al., 1993). Sin embargo, Bradford & Pawlak (1993) sugieren que las respuestas al tratamiento pueden diferir en grupos de baja y alta testosterona en el plasma. 11. Falometría y Evaluación Cuatro estudios sobre la medición del volumen y la circunferencia del pene como instrumentos diagnósticos de la pedofilia han sido publicados en el período. Becker & Quinsey (1993), por ejemplo, destacan cómo la historia de delitos sexuales y las mediciones falométricas son útiles para el tratamiento, la supervisión, y la evaluación del riesgo. McAnulty & Adams (1992) afirman que las "respuestas de la circunferencia peneana" (RCP) y las "respuestas del volumen peneano" (RVP) son índices de excitación y orientación sexual. Castonquay, Proulx, Aubut, Mckibben & Campbell (1993) señalan, por su parte, que los agresores sexuales más jóvenes exhiben una magnitud de respuesta máxima mayor que los menos jóvenes. Finalmente, Simon & Schouten (1993) cuestionan la validez y confiabilidad del "pletismógrafo" peneano, indicando que esta herramienta no ha sido estandarizada y está sujeta a fingimiento. Por tanto, afirman que su uso en escenarios legales y clínicos debe hacerse con cautela. 113 12 Discusión A pesar de un nivel de actividad investigativa que aún podría considerarse como relativamente exiguo entre 1992 y 1998, el interés por el tema de las relaciones sexuales adulto-niño parece haber comenzado a describir una curva ascendente en términos tanto de su complejidad como de su profundidad. Una parte importante de los nuevos giros que toman los debates es el concerniente a los criterios diagnósticos. La ausencia de consentimiento por parte de la víctima y el abuso de poder por el perpetrador para lograr el abuso, anteriormente minimizados, probablemente serán tenidos más en cuenta en escenarios clínicos y legales para determinar la naturaleza de la relación. Como consecuencia de esto, paulatinamente parece irse creando un consenso de que la actividad sexual niño-adulto debe ser combatida como una infracción a los derechos de los niños, no como algo basado en la creencia de que ésta es invariablemente dañina (McConaghy, 1998). Hasta hace unos años en nuestra sociedad, y probablemente aún en nuestros días, una relación de este tipo descubierta públicamente estaba regularmente acompañada por un fuerte estigma social. Esto tiende a ocurrir principalmente cuando el hecho involucra una violación sexual. El estigma no sólo recae sobre el infractor, sino que se refleja en la víctima, tal vez más agudamente. A ésta a menudo se atribuye la culpa de su propia violación (principalmente cuando se trata de una mujer o de un hombre homosexual). Así, esta persona tiende a ser condenada a un doble silencio por las frecuentes burlas de la comunidad, tanto por haber sido violada como por su profetizada complicidad en el hecho. Una cierta conciencia global ha ido surgiendo al final de la última década de este siglo, produciendo el marcado aumento de la notificación de la actividad sexual niño-adulto y de la violencia contra la mujer, particularmente cuando ambos hechos ocurren fuera de la familia. Sin embargo, sabemos que los perpetradores generalmente son conocidos por la mayoría de las víctimas, y que en alta proporción se trata de padrastros, primos, tíos y abuelos de aquellas. Estos conflictos familiares probablemente sean ocultados aún debido a que parecen funcionar como juegos donde la posible implicación de la revelación sería que todos sus miembros salieran perdiendo, gracias a las actitudes sociales hacia la pedofilia. Afortunadamente, la preocupación genuina, azuzada por algunos "apocalípticos" que parece que buscan mantener un estado de pánico entre los padres, no ha ido acompañada por un aumento de la prevalencia real internacional al menos desde los años 1960, según nos dice McConaghy (1998). Igualmente, de acuerdo con los datos de Muñoz & Gómez (1999), el aumento porcentual de las querellas por violaciones sexuales de mujeres adultas virtualmente duplicó el aumento de las querellas por sustracciones y/o violaciones sexuales a menores de edad en Barahona en los últimos diez años. 114 La llamada "hipótesis del abusador abusado" (Freund & Kuban, 1993b; Bagley et al., 1994; Cormier et al., 1995; Howitt, 1995; Moller & BierWeiss, 1995) ha mostrado una generalidad más bien sorprendente a través de los estudios de diversos países. La asociación entre la perpetración del abuso sexual y la victimización del transgresor cuando niño promete ser un área cada vez más explorada de la sexualidad humana. La importante observación de que los pedófilos escogen víctimas de una edad específica de acuerdo a la edad de sus propias experiencias de victimización, ha comenzado a abrir nuevos campos de pesquisa. También ha generado las nuevas categorías de infantófilos, pedófilos, hebéfilos, andrófilos y ginéfilos. Hace falta estudiar más profundamente, por supuesto, el hallazgo de que el establecimiento de la preferencia erótica sexual precede el de la preferencia erótica etárea (Freund & Kuban, 1993b). Vimos que no todos los pedófilos son necesariamente iguales ni parecen operar con las mismas estrategias. La mayoría son reclutados entre reclusos condenados por pedofilia, pero pocos fuera de esta condición han sido estudiados. Unos exhiben rasgos psicopáticos, otros son "normales". Unos son violentos, otros seductores de niños. Unos prefieren niños, otros prefieren niñas. Unos son heterosexuales, otros homosexuales. Unos son "confesos", otros "no-confesos". El modus operandi de los pedófilos, entonces, podría ser tan variado y complejo como el panorama de tipos y combinaciones diferentes que van surgiendo de la investigación. En términos del tratamiento de esta condición parece que se han producido avances más bien discretos en los años estudiados, aunque la consideración de la necesidad y deseabilidad del tratamiento ya es en sí un logro. La psicoterapia ha tendido a inclinarse por una estrategia de crear empatía con la víctima, buscar una reestructuración cognoscitiva, y desarrollar destrezas sociales en los transgresores, reduciendo sus tendencias a negar los hechos. Los tratamientos antiandrogénicos, en sus primeros pasos, se han inclinado por el uso de los acetatos de ciproterona, medroxiprogesterona y leuprolida, y triptorelin, con algunos efectos hipoandrogénicos. Hace falta, naturalmente, continuar profundizando esta área con una conciencia clara de la bioética de la investigación e intervención con sujetos humanos. Sin dudas, múltiples "nichos vacíos de investigación" en el área serán descubiertos en la próxima década. Nuestro país difícilmente escapará a esta empresa, particularmente cuando se nos ha acusado internacionalmente de no perseguir con suficiente energía y vigor el empleo de jóvenes menores de edad en lo que hoy llamamos la Industria del Sexo. ¿Podría ser que diferentes sociedades y culturas tengan formas diversas de percibir y tratar las relaciones sexuales entre adultos y niños, adultos y adolescentes, y adolescentes y niños? Este es sólo uno de los nuevos retos que plantea a la Psiquiatría y la Psicología el advenimiento del nuevo milenio. 115 AMBITO DE ACCION DE LA PSICOLOGIA FORENSE O PSICOLOGIA JURIDICA Anexo 3 “Modelo básico de informe pericial de psiquiatría forense” República Dominicana, Diciembre del 2007. 116 Anexo 3: “Modelo de informe pericial en psiquiatría forense” Del libro: El Informe pericial en Psiquiatría Forense de © Jorge Núñez de Arco. (2001) Capitulo IV. PSICOLOGÍA FORENSE (Pag. 26-35) Edición Universidad de San Andrés - Maestría de Medicina Forense. Primera Edición 2001.ISBN 99905-0-467-9 CARACTERÍSTICAS DEL INFORME El informe pericial contiene la información del peritaje que se ha llevado a cabo previamente y por lo tanto es el instrumento de comunicación entre la Psiquiatría y el Derecho. Materializa las respuestas a las cuestiones sobre las que se pregunta al perito psiquiatra, por lo que deberá estar configurado y confeccionado de manera que proporcione de forma comprensible a los sistemas jurídicos, la información psicológica operativa par las decisiones jurídicas, en las distintas áreas del derecho. PARTE INICIAL Se trata de un encabezamiento inicial en el que se especifica los datos de filiación de los peritos, titulaciones y otros datos sobre su ejercicio profesional. Contiene así mismo los datos de la persona, entidad jurídica o institución que ha solicitado dicho informe, así como los datos (numeración, fecha, etc.) del expediente a nivel administrativo o bien de los datos de archivo del Juzgado. Citando en ese caso textualmente lo se solicita de nuestra pericia. Finalmente aparece el nombre de la persona objeto del peritaje psiquiátrico. D. JORGE NÚÑEZ DE ARCO, Doctor en Medicina, Especialista en Psiquiatría, Profesor de la Facultad de Psicología, Ex-Psiquiatra del Hospital Psiquiátrico Penitenciario Y D. LUIS FERNANDO PÉREZ TORRES, Licenciado y Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Psiquiatría y Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, INFORMAN A LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE SEVILLA, Sección Primera, N1 de rollo 3166/96, Idem. causa S0 2/96, del Juzgado de Coria 2, en relación a la solicitud de informe pericial acerca de “a salud mental actual y si en el momento de los hechos estaba en el uso de su capacidad mental” de: Nombre completo del informado. 117 I - PARTE EXPOSITIVA En primer lugar se hace referencia a la edad del informado, el lugar donde ha sido explorado, así como la fecha de la primera exploración y sucesivas. No es necesario poner fechas de las exploraciones, pero si dar un número aproximado de las visitas. - ANTECEDENTES PERSONALES En este apartado se incluye información de dos tipos, ambas ordenadas cronológicamente: * Aspectos biográficos: Se incluirían aquí por un lado datos de tipo evolutivo gestación, parto, problemas neonatales, enfermedades infantiles. Escolarización, integración en el medio escolar y nivel de estudios adquirido. Servicio Militar (en su caso) que también es buen índice de adaptación. Historia laboral del informado, cambios de empleo si los ha habido, motivos, nivel de integración en el medio laboral, etc. Relaciones amistosas y afectivas. Historia familiar del informado, relaciones con padres, hermanos, matrimonio, relación con el cónyuge, con los hijos. etc. * Patobiografía. Incluye el historial patológico del informado, enfermedades padecidas por el mismo, tanto de naturaleza psíquica como orgánica. Para la confección de este apartado se recaban los informes de otros especialistas, informes de ingresos y altas en hospitales, de los servicios de urgencias, recetas de medicamentos, certificados médicos, informes de médicos de empresa., etc. Se ordenan cronológicamente detallando fecha del documento, nombre del facultativo, especialidad, lugar donde se emite el informe y a continuación se extrae de forma textual los datos de interés que aparecen en dicho informe: exploración, diagnóstico y conclusiones. 118 ANTECEDENTES FAMILIARES En este apartado se hace referencia a la existencia de antecedentes familiares patológicos en la familia, fundamentalmente en lo que se refiere a enfermedades psíquicas. Dependiendo del caso a tratar se incluirá mas o menos datos. En ocasiones es muy importante dar datos de antecedentes psiquiátricos, como puede ser el caso de una Esquizofrenia. PSICOPATOLOGÍA ACTUAL En primer lugar se hará referencia a una visión general del aspecto del sujeto, cómo se presenta a la entrevista, vestimenta, aseo, constitución, etc Comportamiento durante la exploración si se muestra colaborador, defensivo, agresivo, etc. A continuación se hacer referencia a la psicopatología que el informado presenta en el momento de la exploración, en las siguientes áreas: Nivel de conciencia: la lucidez de conciencia es un dato de capital importancia para que posteriormente se pueda opinar sobre la imputabilidad del paciente. La exploración del nivel de conciencia valora dos momentos distintos: el nivel de conciencia en el mismo momento en que se realiza la exploración y el posible nivel de conciencia en el momento que ocurrieron los hechos delictivos; en este ultimo caso la observación no sería directa sino que se haría en base al relato del paciente y de los posibles testigos. Orientación espacial y temporal en el momento de la exploración, y en este caso igualmente se pueden sacar conclusiones del nivel de orientación espacial y temporal en el momento de los hechos por las características del relato del informado y de los testigos Afectividad. Habrá que valorar la existencia de patologías en esta área, tristeza, indiferencia, pérdida de ilusión vital, ideas de suicidio, síntomas de ansiedad somática, síntoma de ansiedad psíquica. Habrá que valorar además la existencia de psicopatología que permita llevar al diagnóstico de un posible síndrome depresivo: insomnio, anorexia, trastornos en la sexualidad, etc. Curso del Pensamiento Existencia de pensamiento disgregado, prolijo, ideofugitivo, inhibido, bloqueos...Muy relacionado con el nivel de conciencia, 119 memoria, inteligencia, etc., su alteración, en ausencia de afectación de estas funciones, indica una posible afectación de carácter psicótico. Contenido del Pensamiento. Ideas delirante, ideación paranoide... Percepción. Presencia de alucinaciones, ilusiones... Lenguaje. (forma y contenido). Tenso, suspicaz, verborreico, enlentecido, con disartria o disfemia (tartamudez) Inteligencia. A través de las entrevistas clínicas se puede estimar un nivel de inteligencia general, aunque lo correcto es utilizar pruebas psicométricas adecuadas que permitan calcular el nivel intelectual y el índice de deterioro cognitivo que puede presentar el sujeto. Memoria. De la entrevista se pueden obtener datos acerca de la memoria a corto y a largo plazo, así como de la existencia de dificultades para concentrarse y problemas para mantener la atención en una actividad selectiva. FUNDAMENTOS PSICOBIOLOGICOS En el que incluyen los fundamentos médicos, biológicos o de otro tipo de información, que vamos a utilizar en las reflexiones. Se pretende ilustrar al tribunal sobre algo que nos servirá para documentar nuestra reflexión médica o reflexión medico legal. Es decir aportar información necesaria para que nuestras afirmaciones tengan validez científica en las conclusiones. (Ver informe 01) ESTUDIOS PSICOLÓGICOS Habitualmente se exploran dos áreas: Personalidad e Inteligencia. Los test psicológicos mas frecuentemente utilizados por nosotros son: * PERSONALIDAD - Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI) Fue ideado por Hathaway y McKinley en la Universidad de Minnesota con objeto de contribuir al diagnóstico diferencial de las enfermedades mentales, aunque luego se observó su interés en el estudio de los rasgos de personalidad. 120 Esta compuesto por 550 frases que el sujeto debe clasificar como verdaderas o falsas, referidas a sí mismo. El análisis de las respuestas conduce a un perfil de puntuaciones sobre las diez escalas principales que poseen nombres clínicos y que deben interpretarse psicológicamente. hipocondría, depresión, histeria, desviación psicopática, masculinidad-feminidad, paranoia, psicastenia, esquizofrenia, manía e introversión social. Existen además cuatro escalas de validez: No sabe (?), Mentira (L), Fiabilidad (F) y Distorsión (K). Por último, están las escalas secundarias, Fuerza del Yo, Dependencia, Dominancia, Responsabilidad y Control. Varios autores han desarrollado numerosas escalas que figuran en manuales especializados: escalas de ansiedad, prejuicio, hostilidad, inadaptación social. USO EN LOS CASOS DELICTIVOS Se ha discutido mucho sobre el uso del MMPI en las salas de los Tribunales, en especial en EEUU. Evidentemente si se acepta su uso, a menudo puede hacer variar de forma importante y además decisiva un caso delictivo. Sin embargo el uso del MMPI, puede ser de gran ayuda, ya que puede sostener una defensa de un imputado, de manera que pueda demostrarse una enfermedad y consiguientemente una atenuante o un grado de imputabilidad. El MMPI puede dar una base fiable una variedad de opiniones especialistas en la litigación delictiva. Por otra parte ya se usa cada vez mas los perfiles del MMPI, en casos judiciales en los que, para mostrar que es improbable que él o ella cometieran el crimen porque no presentan un perfil asesino. Por ejemplo en Indiana la corte de apelación en el Estado de Byrd, 579 N.E.2d 457 (Ind.App. 1 Dist. 1991), permitió a la introducción de resultados de MMPI mostrando que el perfil psicológico del demandado delictivo era "a sabiendas" incoherente con el requisito mental de una persona capaz de asesinar. El testimonio psicológico puede proporcionar el testimonio pertinente para ayudar al juez o a un jurado a decidir si el demandado tenía un estado mental normal en el momento de los hechos. O bien las características de la personalidad en el momento del suceso. 121 Por otra parte es uno de los pocos cuestionarios que a parte de tener una escala de fiabilidad, es susceptible de repetirse por la parte contraria y encontrar los mismos perfiles. Lo que lo hace mas objetivo y por tanto aumenta su credibilidad. - RORSCHACH Esta técnica fue publicada en 1912 y sigue siendo la que más se emplea en el momento actual. El material del test consta de 10 láminas numeradas que presentan unas manchas de tinta simétrica, de las que la II y la III están en gris y rojo, las VIII, IX y X en varios colores y el resto en gris de diferentes tonalidades. Se le pregunta al sujeto )qué es esto? En cada una de las laminas, anotando el tiempo de reacción, , todas las respuestas del sujeto, los comentarios, gestos etc. Una vez recogido el protocolo de respuestas su análisis pasa por tres fases: a) Notación, consiste en analizar la respuesta desde al menos cuatro aspectos: Localización, Determinantes, Contenido y Popularidad. De esta manera la respuesta queda reducida a un conjunto de cuatro siglas que resumen las características y que varían de un sistema de notación a otro, aunque en el momento actual se impone el denominado sistema comprensivo de Exner. b) Cómputo. En esta fase se obtiene el psicograma o síntesis cuantitativa de los resultados. c) Valoración. La fase de valoración, por último exige descubrir los signos que definen el nivel intelectual del sujeto, su estado afectivo, los rasgos de su personalidad, sus complejos y fantasías inconscientes y los indicadores de algún síndrome psicopatológico: demencia, esquizofrenia, manía, depresión, neurosis, síndromes orgánicos, etc. * INTELIGENCIA - ESCALA DE INTELIGENCIA DE WECHSLER PARA ADULTOS W.A.I.S La Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos (W.A.I.S.) y su versión para niños (WICH) es el más utilizado del mundo como instrumento de medida de la inteligencia. En realidad se trata de una batería de test, es decir, están formados por varias pruebas de diferente tipo. 122 Están inspirados en los que utilizaron Binet y Simon revisadas posteriormente por Terman y Merril en la Universidad de Stanford. La forma WAIS (adultos) consta de 11 subtets divididos en: - Subtests verbales: Información, comprensión, aritmética, semejanzas, memoria de dígitos y vocabulario. - Subtests manipulativos: clave de números, figuras incompletas, cubos de Kohs, historietas y rompecabezas. La aplicación de esta prueba nos permite obtener: - Un CI verbal, derivado de la suma de todos los subtests verbales. - Un CI manipulativo, obtenido de la suma de los subtets manipulativos. - Un CI Total , resultante de la valoración de toda la prueba. - Un Indicie de Deterioro Intelectual. -ESCALA DE ALEXANDER Esta escala aprecia la inteligencia práctica, facilidad de adaptación a distintos ambientes y situaciones y la aptitud para llevar a la prácticas las enseñanzas teóricas. Está compuesta por tres pruebas, dos de ellas ya clásicas: Cubos de Kohs y Construcción de Cubos; y otra, Passalong, original. Está considerada por diferentes autores como una de las mejores escalas de ejecución y ha sido aplicada con mucho éxito tanto en España como en el extranjero. La prueba de Passalong puede ser aplicada aisladamente como una estimación de la inteligencia práctica. Según Cattell, esta es una de las mejores de ejecución pues no implica destreza manual, no está afectada por experiencias anteriores y tiene, además, una alta correlación con los tests de inteligencia. * OTRAS ESCALAS - ESCALA DE HAMILTON PARA LA ANSIEDAD - ESCALA DE HAMILTON PARA LA DEPRESIÓN - MINI-MENTAL STATE TEST Consiste en una breve escala para valoración de las funciones cognitivas que ha demostrado su utilidad en la detección precoz de las alteraciones en dichas funciones y que muestra buena correlación con instrumentos de inteligencia psicométricos (WAIS). 123 Valora las funciones de orientación temporo-espacial, memoria inmediata y reciente, atención, cálculo, capacidades viso-constructivas y algunos aspectos del lenguaje. La puntuación máxima en esta escala es de 30 puntos, considerándose puntuaciones por debajo de 24 como indicativas de deterioro intelectual grave y entre 24 y 28 de deterioro leve. En pacientes de más de 65 años de 20 a 24 puntos orienta hacia un deterioro leve y de 16 a 20 puntos de deterioro grave. Esta escala ha sido validada en lengua castellana (Lobo y cols. 1989) II- PARTE REFLEXIVA -CONSIDERACIONES CLÍNICAS En este apartado se realiza una integración de todos los datos obtenidos anteriormente, entrevistas realizadas al sujeto, a los familiares, testigos, etc. resultados de los estudios psicológicos practicas y resultados de otras pruebas médicas complementarias que se haya considerado oportuno practicar. En base a ello se establece una conclusión en forma de diagnóstico que debe ajustarse a los criterios y códigos de las actuales clasificaciones diagnósticas DSMIV y CIE-10. La DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Diseases), actualmente se encuentra en su cuarta edición. Igualmente exacta es la clasificación de la Organización Mundial de la Salud CIE-10. Entre ambas clasificaciones existen importantes analogías siendo casi equiparable el uso de una u otra. La ventaja de utilizar estas clasificaciones es obvia ya que obliga a objetivar el diagnóstico y permite un entendimiento entre los distintos especialistas. Se debe indicar si dicha enfermedad o trastorno es de tipo endógeno, o bien es reactivo a alguna situación vivencial del sujeto; además es conveniente establecer el curso de dicho trastorno y el pronóstico del mismo. El diagnóstico sería la piedra angular de la pericia, aunque no es el objetivo primordial de la misma, que es, como es bien sabido, la evaluación de la conducta. - CONSIDERACIONES MÉDICO-LEGALES Se incluiría aquí todo el resultado de la pericia llevada a cabo, y fundamentalmente respondiendo a lo preguntado por la autoridad o parte que solicitó el informe. Es en este apartado donde tendremos que establecer las relaciones de sentido entre la conducta y la enfermedad. 124 En este apartado es necesario establecer si el trastorno o enfermedad anteriormente diagnosticado (si lo hubiere) o si la situación vivencial en el momento de los hechos produjo una disminución, anulación y discreto descenso de su capacidad de querer, entender y obrar y si hubo una disminución del nivel de conciencia de la realidad en esos momentos. En general, se recomienda que el perito no maneje términos como imputabilidad, semiimputabilidad, y otros términos legales, cuyo manejo debe reservarse para interpretación del jurista. Se incluyen también en este apartado otras cuestiones en relación a la finalidad del informe: peligrosidad potencial, fiabilidad de las declaraciones, conveniencia de internamientos, de tratamientos, etc III - CONCLUSIONES Las conclusiones deben recoger de forma clara y concisa todo lo argumentado a lo largo del informe. En general debe responder a una serie de cuestiones: - Diagnóstico: ajustándose a las nosografías en uso (DSM-IV y CIE-10) - Padece el informado una enfermedad Mental? - En qué medida dicho enfermedad afecta a funciones psíquicas - Si ha sido coincidente con los hechos - Si esta vinculado a los hechos - Otras cuestiones concretas que se pregunten (imputabilidad, capacidad de autocontrol, peligrosidad, necesidad de tratamiento o medidas de protección, etc.) Las conclusiones tienen gran importancia, por lo que es preciso una redacción que permita por un lado: - sintetizar nuestra opinión profesional, - por otra que se entienda no solo por los Jueces Técnicos sino por los Jueces populares o por un Jurado no técnico. 125