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49 BERZOSA_65 BERZOSA.qxd 04/05/16 17:18 Página 49 LA ECONOMÍA DESDE MI OBSERVATORIO Por Carlos Berzosa* L a Comisión Europea no da por buena la previsión del gobierno español sobre el déficit público para el año 2016. El hecho de que el déficit en 2015 haya sido superior a los objetivos marcados por el Ejecutivo español, y que ya en su momento el comisario de la Comisión puso en duda, cuestiona las previsiones para el futuro. La Comisión Europea pronostica que el déficit público no bajará del 3% del Producto Interior Bruto hasta 2018. La diferencia entre los ingresos y gastos se estima que será del 3,9% este año y 3,1% en 2017. Bruselas dará un año como máximo para conseguir que el déficit se situé en ese 3%. Todo esto quiere decir que hay que efectuar más ajustes aún que los realizados hasta la fecha, que ya han supuesto elevados costes sociales, lo que supondrá más recortes en partidas básicas como educación y sanidad. El nuevo Gobierno tendrá que afrontar una situación delicada que además supondrá unos ingresos a la Hacienda Pública menores como consecuencia del descenso que está habiendo en las tasas de crecimiento en la economía mundial. La economía española, sin embargo, ha tenido un comportamiento en el primer trimestre mejor que lo que se esperaba en las previsiones efectuadas, al tiempo que ha sido superior a la mayor parte de los países miembros de la Unión Europea (UE). A su vez el dato del paro registrado dado a conocer el 4 de mayo supone un descenso en el mes de abril. Este comportamiento se debe fundamentalmente al turismo, coincidiendo con la Semana Santa, pero no supone que la economía española esté sentando unas bases sólidas para el crecimiento futuro. El desempleo tiende a descender pero en unas condiciones laborales muy malas, con suel- dos bajos, aumento del trabajo a tiempo parcial no querido y trabajo temporal... La desigualdad crece acompañada de la incertidumbre de muchas personas a la hora de conseguir un trabajo, no digamos además de que sea estable, o de no perder el que se tiene. La amenaza de esta inestabilidad laboral genera miedo y por ello esta situación no está provocando altos niveles de conflictividad social. El gobierno alardea como único logro de su gestión de lo que considera la buena marcha de la economía. Para justificar los daños causados repite hasta el cansancio la herencia recibida y que fueron capaces de evitar una catástrofe, pues se estaba al borde del abismo. La economía no funciona tan bien como dicen y esa leve mejoría, aún frágil, contrasta con los elevados costes que está imponiendo a la mayor parte de la población. La reducción del déficit público a los criterios establecidos en el Pacto de Estabilidad de la Eurozona se ha convertido en su objetivo principal, pero no lo han alcanzado y se quedan lejos de lograrlo. El déficit público no se ha rebajado lo suficiente, según las exigencias de Bruselas, pero, sin embargo, han recortado en educación, investigación, sanidad, dependencia, cultura y cooperación al desarrollo, por citar partidas esenciales para el bienestar social y la solidaridad. Las políticas practicadas, sobre todo en la UE, están demostrando su fracaso, pues el crecimiento en esta área es muy bajo y están incidiendo, además, negativamente en la débil recuperación. Estas políticas, que no están resultando eficaces para estimular el crecimiento y el empleo, están contribuyendo a fomentar una creciente disparidad entre el centro y la periferia en Europa. La desigualdad se incrementa entre los países más desa- EUROPA PRESS Más restricciones de la UE a la economía española El buen comportamiento del PIB se debe fundamentalmente al turismo, coincidiendo con la Semana Santa, pero no supone que la economía española esté sentando unas bases sólidas para el crecimiento futuro rrollados y los menos desarrollados. Los dirigentes de la UE siguen persistiendo de una forma tozuda en proponer más de lo mismo, lo que ha causado, por si fuera poco, muchos damnificados, sobre todo en Grecia, aunque no solamente. Se han hecho muchas críticas por economistas solventes, de las cuales he mencionado en otros artículos algunas de ellas, a las políticas de austeridad impuestas por Bruselas. Los políticos responsables de la toma de decisiones en la UE hacen oídos sordos y la vista gorda ante la evidencia de los hechos y las argumentaciones económicas sólidas contrarias a sus acciones. A las voces críticas se une el laborista británico Stuart Holland en Contra la hegemonía de la austeridad (Arpa, 2016), con un anexo en donde conjuntamente con Galbraith y Varoufakis proponen un plan B para Europa. Los socialistas europeos con responsabilidades de gobierno harían bien en aprender de estos análisis y propuestas y no seguir fielmente los remedios conservadores que se están aplicando. La integración europea está saltando por los aires y la unión sólo se mantiene a la hora de establecer las condiciones para crear un mercado único, una moneda única, y unas políticas de austeridad. No existe una unión política y social, y tampoco hay acuerdo a la hora de enfrentarse a una tragedia como la que estamos viviendo de los refugiados. Las decisiones de Bruselas en materia económica se basan fundamentalmente en la obsesión por la reducción del déficit y flexibilización del mercado laboral. Se recomienda la misma receta para todos los países sin tener en cuenta las diferencias y peculiaridades de cada uno de ellos. ● *Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense. nº 1154. 9–15 de mayo de 2016 49