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XXV ANIVERSARIO
1987 -2012
CURSO DE EGIPTOLOGÍA 2012-2013
FARAONES
La historia del Antiguo Egipto a través de sus reyes
7
Jeperkara Senuseret,
un servidor de la Maat
D. José Ramón Navarro González
11 de enero de 2013
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE EGIPTOLOGÍA
Po de la Habana, 17, 4ºD. 28036-MADRID. Telf.: 915616320. E-mail: [email protected]
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Resumen
El segundo soberano de la Dinastía XII, Jeperkara Senuseret, tuvo un reinado de 45 años, uno de
los más largos de la historia de Egipto. Desde su coronación, el nuevo rey quiso ser el artífice de la
reconciliación definitiva de los egipcios tras el Primer Período Intermedio y el retorno de la Maat al
Doble País.
Pero no lo tuvo fácil. A las tensiones sociales y políticas que todavía existían tras la guerra civil,
habría que añadir el durísimo golpe que supuso el asesinato del rey Amenemhat I, su padre y
antecesor en el trono. A pesar de las dificultades iniciales, en todas las facetas del poder el nuevo
Rey actuó decididamente para restablecer la grandeza que Egipto tuvo durante el Reino Antiguo.
En Política Interior organizó y reforzó la Administración Estatal y se aseguró el control de las
provincias y la coordinación de éstas con la Residencia. Trabajó para restituir el prestigio a la
institución monárquica, tratando de convencer a los egipcios de su legitimidad al Trono de Horus y
su voluntad de conseguir la grandeza, la estabilidad y la riqueza del país.
En Política Exterior, el rey actuó enérgicamente para proteger y garantizar las fronteras de Egipto y
restauró los contactos diplomáticos y comerciales con los países vecinos.
Senuseret I fue un monarca piadoso y prestó una atención especial a la restauración de los templos
y la organización de los ritos en aquellos santuarios que habían sido destruidos o abandonados
durante el Primer Período Intermedio. Hay que destacar la instauración durante el reinado de
Senuseret I de los llamados “Mitos de Osiris”, en el templo de Abidos; pero, sobre todo, el haber
llevado al dios Amón-Ra a lo más alto del panteón egipcio y a la construcción del primer templo
levantado en piedra en honor de este dios en Karnak.
Aquí, en este templo, que a partir de este momento y hasta el final de la historia egipcia, pasó a ser
el centro espiritual de Egipto, el Rey levantó los edificios destinados a la celebración de las
distintas ceremonias de su Heb-Sed. De todos estos edificios solo ha llegado milagrosamente hasta
nosotros uno entero: la Capilla Blanca, uno de los edificios más bellos levantados por los egipcios
en toda su historia.
El Rey Senuseret fue un gran constructor, su presencia está documentada en más de 35 lugares
donde erigió templos y creó fundaciones reales. Entre todos estos destaca su Complejo Funerario
levantado en Lisht. De la intensa actividad constructiva del soberano nos hablan, además de los
restos arqueológicos y las referencias textuales, las numerosas inscripciones encontradas en la
totalidad de las minas y canteras del país, que nos documentan sobre la frenética actividad para
conseguir las piedras duras de todo tipo destinadas a los Trabajos del Rey. Estas piedras se usarán
tanto en las construcciones como en el tallado de infinidad de estatuas.
La restauración de la armonía política y social propició un enriquecimiento del país y el auge de la
cultura y la evolución de todas las artes: arquitectura, escultura, literatura, etc.
Evidentemente, el Rey no estaba solo: contaba con una serie de colaboradores incondicionales que
trabajaron junto al soberano para lograr restablecer la grandeza de Egipto.
Cuando este magnífico rey muere, en el año 45 de su reinado, deja a su sucesor un país en paz,
unido y rico en el que de nuevo reina la diosa Maat.
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE EGIPTOLOGÍA
Po de la Habana, 17, 4ºD. 28036-MADRID. Tel.: 915616320. E-mail: [email protected]
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Esquema
1. INTRODUCCIÓN
2. LOS DUROS COMIENZOS
2. 1. La muerte del Rey Sehetepibra Amenemhat
2. 2. Los otros pretendientes al trono
3. CRONOLOGÍA DEL REINADO
3. 1. La cuestión de la existencia de corregencia
4. TITULATURA DE JEPERKARA SENUSERET
5. LA FAMILIA REAL
6. POLÍTICA INTERIOR
6. 1. El reforzamiento de la monarquía
6. 2. La administración central
6. 3. La administración provincial
7. POLÍTICA EXTERIOR
7. 1. Los países del norte
7. 2. Los países del sur
8. POLÍTICA RELIGIOSA
9. LOS TRABAJOS DEL REY
9. 1. El Complejo Funerario Real en Lisht
9. 2. Uaset: El “Gran Templo de Amón-Ra” en Karnak
El Heb-Sed del Rey
9. 3. Otras construcciones
9. 4. La imagen del Rey
10. LOS HOMBRES DEL REY
10. 1. Los Visires: Antefoquer
Mentuhotep, hijo de Asenka
10. 2. Los gobernadores de las provincias
10. 3. Otros funcionarios
11. EL RETORNO DE LA MAAT A EGIPTO
12. CONCLUSIONES
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
1. INTRODUCCIÓN
Hoy es un día muy especial para mí. Después de 22 años dando clases en
la Asociación Española de Egiptología; después de 22 años dando la
paliza, conferencia tras conferencia, viaje tras viaje, conversación tras
conversación, sobre las bondades del Reino Medio, hoy es la primera vez
que voy a poder hablaros monográficamente sobre el rey más importante
de ese período: sobre Jeperkara Senuseret, el segundo soberano de la
Dinastía XII.
Siempre que he hablado sobre él ha sido de forma indirecta; pero hoy, por
fin, os puedo hablar monográficamente de este excepcional monarca.
Según mi opinión, el rey Jeperkara Senuseret fue un monarca
extraordinario, pero es muy poco lo que se ha publicado sobre él.
Si veis la bibliografía, hasta este momento solo existen tres monografías
sobre este rey: de 1995, 2009 y 2011, todas muy recientes.
Pero poco a poco, según vamos sabiendo más de su reinado y de su
persona, nos vamos haciendo una idea de lo magnífico que fue y de lo
excepcional de su reinado.
Os podéis imaginar que es mucho lo que me gustaría contaros sobre este
monarca, pero tenemos que ajustarnos al tiempo del que disponemos. He
tenido que sacrificar muchas cosas, pero he conservado todo lo
importante.
Pues bien, comencemos por el principio.
Quiero empezar la clase leyendo un texto que se escribió en Egipto hace
más de 4000 años y del que ya nos habló la profesora Lucía Díaz Iglesias
en la última conferencia.
Se trata de la “Historia de Sinuhé”, una historia escrita en tiempos del rey
Jeperkara Senuseret y que nos habla de él, cuando todavía no era rey.
El príncipe heredero regresaba, al frente de una unidad del ejército
egipcio, de una campaña victoriosa contra las tribus libias.
Por la noche, en medio del desierto, es alcanzado por un mensajero
procedente de la Residencia para comunicarle una mala noticia: Su padre,
el Rey Amenemhat I había sido asesinado en el Palacio.
Para los que no dominen el demótico lo traigo también en escritura
jeroglífica. Pero por si alguno tiene alguna dificultad con las oraciones
adverbiales, el pseudo-participio, la forma SDM·N·F o los nisbados,
tranquilos, os lo voy a leer yo en español.
Así nos lo cuenta Sinuhé, el protagonista de la historia:
JRN
1
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
3 En el año treinta, tercer mes de Ajet1, día siete.
El dios ascendió a su horizonte, el rey del Alto y del Bajo Egipto,
Sehetepibra
se ha elevado al cielo, habiéndose unido al disco solar, y su divino cuerpo
se ha fundido con Aquel que lo había creado.
La Residencia estaba en silencio, los corazones afligidos, las dos
Grandes Puertas cerradas,
los cortesanos con la cabeza sobre las rodillas y los nobles en silencio.
4 Su Majestad había enviado un ejército al país de los Tchemehu. Su hijo
mayor estaba al mando de ellos. El buen dios Senuseret.
Había sido enviado para golpear a las tierras extranjeras, para hacer
prisioneros entre los Tehenu.
A su regreso, traía cautivos Tehenu y todo tipo de ganado sin límite.
5 Los amigos del palacio enviaron (mensajeros) al Oeste para informar al
hijo del rey lo que había sucedido en la Residencia.
Los emisarios se encontraron con él en el camino, le alcanzaron al
anochecer.
Sin dudarlo un instante, se apresuró: El Halcón voló con su séquito, sin
avisar a su ejército.
2. LOS DUROS COMIENZOS
2. 1. La muerte del Rey Sehetepibra Amenemhat
En la última conferencia la profesora Lucía Díaz-Iglesias nos habló de la
muerte violenta del rey Amenemhat I.
Como hemos visto, el cuento de Sinuhé nos habla de cómo se entera
Senuseret, el hijo mayor y sucesor, del atentado contra su padre, el rey
Amenemhat I.
Este asesinato nos indica claramente que el final del PPI no se había
producido y que todavía había muchas tensiones.
Seguramente, alguna de las valientes decisiones de Amenemhat I, como
trasladar la capital a It-tauy, no habría gustado a las grandes familias
tebanas.
No sabemos cuál fue el detonante del magnicidio. Pero, lo verdaderamente
importante fue el golpe psicológico que debió sufrir todo Egipto. La muerte
violenta del Rey, el Horus Viviente, el Buen Dios, debió de conmocionar a
todo el país.
1
Estación de la Inundación.
JRN
2
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
2. 2. Los otros pretendientes al trono
En el momento del atentado Amenemhat I debía de ser ya muy mayor y,
posiblemente, uno o varios de los hermanos de Senuseret participaron en
el magnicidio para cambiar el orden natural y divino de la sucesión y
tomar el poder en lugar del legítimo heredero.
Una inscripción encontrada en el templo de Tôd, fechada en el reinado de
Senuseret I, parece confirmar un estado de guerra civil al comienzo de su
reinado. Se constata en varias fuentes la existencia de un período de
inestabilidad política y social.
La reacción de Senuseret fue contundente, iniciando una represión contra
los conspiradores violenta y brutal. Finalmente, Senuseret I pudo reprimir
por la fuerza la rebelión y establecer su autoridad sobre todo el territorio
egipcio.
Pero, evidentemente, aunque se había conseguido reprimir a los
disidentes, todavía quedaban numerosos egipcios que no lo aceptaban
como el heredero de Horus al trono de Egipto.
Tendrían que pasar muchos años de trabajos y esfuerzos para convencer a
todos de su legitimidad y volver a unirlos a todos en una empresa común.
A esta idea dedicaron el nuevo rey y sus más allegados todos sus
esfuerzos.
3. CRONOLOGÍA DEL REINADO
La cronología del reinado de Senuseret no se conoce con exactitud, ya que
las fechas de su coronación y de su muerte no están claras. Pero, por los
documentos oficiales, sabemos que su reinado duró 45 años, uno de los
más largos de la historia de Egipto.
Además, existen dos posiciones enfrentadas entre los historiadores con
respecto al comienzo y final de su reinado.
3. 1. La cuestión de la existencia de corregencia
Hasta hace pocos años, la gran mayoría de los historiadores estaba
convencida de que existió una corregencia de 10 años entre Amenemhat I
y su hijo, Senuseret I; y que, a al final del reinado de este rey, existió otra
corregencia de un año con su hijo y sucesor Amenemhat II. Se basan en
varios documentos que parecen indicar esa corregencia.
Pero en los últimos años esto se está cuestionando y las últimas
investigaciones y publicaciones están apuntando a la ausencia de estas
corregencias.
JRN
3
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Yo,, tratando de ser lo más objetivo posible, os informo de esas dos
corrientes y, aunque
unque no es este el momento de entrar en el debate entre
ambas opiniones, si debo de deciros lo que opino.
opino
Creo que no existió corregencia,
corregencia y me baso en lo siguiente: La muerte
trágica del rey Amenemhat I y la crisis de sucesión a la que Senuseret I
tuvo que hacer frente en los primeros años de reinado indican claramente
que no ocupaba el trono.
La existencia de otros pretendientes, indican que la muerte del rey
Amenemhat I se produjo antes de que hubiese designado oficialmente a su
hijo Senuseret como su sucesor único y legítimo.
No
o existe ningún documento oficial que indique ni sugiera la existencia de
corregencia. Y, sobre todo, los
l
documentos que parecen indicar la
existencia de corregencia son todos de carácter privado.
4. TITULATURA DE JEPERKARA SENUSERET
La Titulatura del rey Jeperkara Senuseret se ha conservado
conservado completa, con
los cinco Nombres Reales, en seis monumentos:
En la Capilla Blanca de Karnak, en la Estela-Obelisco
Obelisco de Begig,
Begig en el
obelisco de Heliópolis,
Heliópolis en una inscripción del
el Uadi Hammamat, en la
estela del general Mentuhotep en Buhen y en la tumba
umba del
de nomarca
Amenemhat de
e Beni Hassan.
Estos documentos y otros, que presentan la Titulatura Real de una forma
parcial,, atestiguan que el rey Jeperkara Senuseret, a diferencia de su
padre, sólo tuvo una Titulatura durante su reinado.
Los tres primeros nombres
Los
os tres primeros nombres del rey son iguales. El Nombre de Horus, el
Nombre de las Dos Damas y el Nombre del Halcón de Oro son:
Anj-mesut
Este nombre es claramente una variante del Nombre de Horus de su
padre y antecesor en el trono de Egipto, el rey Amenemhat I, que era
wHm mswt..
Como podemos ver, sólo cambia el primer jeroglífico.
JRN
4
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Opino que es muy aventurado hacer la traducción de los nombres reales.
Posiblemente, en ellos se encierren más significados
significados del que puede
deducirse de una simple traducción del nombre. No es descartable que
tras cada uno de los nombres escogidos por los reyes egipcios para su
Titulatura Real se escondan múltiples conceptos que desconocemos. Estos
significados pueden ser
ser de tipo religioso, filosófico, político o, propuestas
programáticas que asume el rey en el momento de subir al trono.
De todas las maneras, es habitual que se traduzcan los nombres reales;
yo no me atrevo a tanto.
El Cuarto
uarto Nombre: “El Rey del Alto y el Bajo Egipto”
Con todas las reservas que acabo de proponer, según
s
nuestro maestro
Francisco Pérez Vázquez2 el nombre Jeperkara se debe traducirse por “(El
“
que es) la transformación del Ka de Ra”.
Ra
El Quinto Nombre: “El Hijo de Ra”
Tradicionalmente, en la mayoría de las publicaciones, el quinto nombre
del rey se ha transcrito con el término griego Sesostris (Σέσωστρις).
Σέσωστρις).
Pero, también, a lo largo de la historia, se han ido utilizando numerosas
numero
transcripciones distintas: Sesoncosis, Sesonchosis, Senwosret,
Senwosret Senusret,
Senwosre, Userten, Sésostris,
Sésostris Ousertsen, Ousertasen, Sanouasrît,
Sanouasrît etc.
Yo propongo que se transcriba
transcr
al español como Senuseret.
De igual manera, la traducción de este nombre ha suscitado diferencias.
También con
on las debidas cautelas por lo expresado anteriormente, yo creo
que el término s-n-wsrt
wsrt puede traducirse como ”El hombre de La Fuerte”,
Fuerte”
siendo “La Fuerte”” el epíteto de una diosa.
Para los antiguos egipcios debía de estar muy claro a que diosa se refería,
pero hasta este momento, no se conoce ninguna referencia documental
que informe sobre qué divinidad era esa diosa “fuerte” o “poderosa”.
Algunos
s autores opinan que podía tratarse de las diosas Hathor, Sejmet o
Satis. Aunque también hay algún autor que propone que el término “la
fuerte” puede ser una referencia o un epíteto de la ciudad de Uaset, y que,
por una evolución fonética, se haya transformado
transformado en Usert3. No olvidemos
que Uaset (posteriormente conocida como Tebas) era la ciudad de origen
de los soberanos de la Dinastía XII.
2
3
F. PÉREZ VÁZQUEZ: BAEDE 7 (1997). p. 57-67.
J. QUAEGEBEUR: ”Das grosse ägyptische Totenbuch” en CdE 45 (1970). pp. 300-301.
300
JRN
5
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
D. Francisco Pérez Vázquez ve alguna posibilidad de que exista alguna
connotación con el verbo egipcio
sni cortar (cabezas) o cortar
cuellos. En este caso, podría traducirse como “al que cortó (su cordón
umbilical) Useret”.
5. LA FAMILIA REAL
¿Pero quién era Jeperkara Senuseret?
Era el hijo mayor del rey Sehetepibra Amenemhat I, el primer soberano y
fundador de la Dinastía XII y de su Esposa Real Neferitachenen.
La Esposa de Senuseret I era Neferu 4 , que era su hermanastra, pues
también era hija de Amenemhat I. Así nos lo indican el Cuento de Sinuhé
y otros documentos. También sabemos que Senuseret I y Neferu no eran
hijos de la misma madre, ya que, ésta era hija de una esposa secundaria
de Amenemhat I llamada Didit.
Neferu fue la madre de Amenemhat II, el hijo y sucesor de Senuseret I en
el trono de Egipto. Por lo tanto, Neferu era hija, esposa, madre y abuela de
reyes. Como veremos luego, fue enterrada en una pirámide 5 dentro del
Complejo Funerario de su esposo.
No se conoce el nombre ni la existencia de otras esposas del Rey.
Se sabe por el Cuento de Sinuhé y por otros documentos, que Senuseret I
tuvo más hijos varones, pero desconocemos sus nombres y lugar de
enterramiento.
Sí conocemos los nombres de algunas de sus hijas: Itakayet, enterrada en
la Pirámide Nº 2 del Complejo Funerario de Senuseret I en Lisht; Sebat,
Neferuptah, Neferusobek, etc.
6. POLÍTICA INTERIOR
6. 1. El reforzamiento de la monarquía
Una de las primeras preocupaciones de Senuseret I al subir al trono de
Egipto fue la de devolver el prestigio y la autoridad a la monarquía y volver
a tener el control político de todo el país.
Necesitaba ser aceptado y respetado por la totalidad de los egipcios.
4
En algunas publicaciones se la cita como Neferu IV.
5
Pirámide Nº1 del CF de Senuseret I en Lisht.
JRN
6
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Pero la muerte violenta de Amenemhat I y los enfrentamientos fratricidas
del PPI estaban todavía muy recientes.
Con determinación trabajó para convencer a los egipcios de su legitimidad
a ocupar el Trono de Horus y su voluntad de llevar a Egipto a la grandeza
de antaño
6. 2. La administración central
Para el control político de todo el país el Rey necesitaba una
Administración Central que fuese eficaz y unos funcionarios excelentes.
Posiblemente, para poner en funcionamiento esa Administración estatal,
fuese una de las cuestiones que motivaron a su padre, el Rey Amenemhat
I el trasladar la capital desde Uaset a It-Tauy.
Esta ciudad se encontraba muy cerca de Menfis, la antigua capital de
Egipto durante el Reino Antiguo y allí se conservaban las excelentes
escuelas de funcionarios que habían servido a los reyes con
conocimientos, eficacia y diligencia.
Desde los primeros momentos esa Administración comienza a funcionar y
se va observando cómo, poco a poco, va controlando la totalidad del país.
Las decisiones políticas del Rey aceleraron la normalización y el
funcionamiento de Egipto.
Además, como veremos luego, al hablar sobre los hombres del Rey,
Senuseret I estuvo apoyado para la gestión del país por el Visir, que era,
entre otros cargos el Jefe de la administración estatal y sus funcionarios.
6. 3. La administración provincial
Aunque el intento de control político de los nomos ya había sido iniciado
por Amenemhat I, bajo Senuseret I fue un asunto de primer orden y se
tomaron decisiones para el control de las provincias.
Los nomos del Bajo Egipto, los que habían perdido la guerra, no
presentaban ninguna preocupación: desde el final de la reunificación por
Mentuhotep II estaban gobernados por funcionarios nombrados por el
Rey.
Sin embargo, en el Alto Egipto la cosa era diferente; las grandes familias
de nobles provinciales, que habían apoyado a los tebanos, seguían
gobernando sus provincias de forma hereditaria, constituyendo auténticas
dinastías locales. Evidentemente, desalojar a estos antiguos aliados del
poder no era cosa fácil. Quizás es uno de los motivos de la muerte violenta
de Amenemhat I.
JRN
7
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Senuseret I decidió solucionar el problema desde los primeros años de su
reinado, ya que necesitaba que la política regional estuviese en estrecha
relación y coordinada con la Administración Central.
Así, son nombrados nuevos gobernadores por el Rey, para sustituir a los
antiguos gobernadores en algunas de las provincias del Sur. Esto lo
conocemos muy bien gracias a las biografías que nos han dejado estos
altos funcionarios en sus tumbas excavadas en las necrópolis de sus
respectivas provincias.
Entre estos nuevos gobernadores debemos destacar a:
o Sarenput I de Elefantina6, Gobernador del I Nomo del Alto Egipto,
que tiene su tumba en Qubbet el-Hawa, en Asuán.
o Hapidjefai I de Assiut, gobernador del XIII Nomo del Alto Egipto.
o Senebi I de Meir, gobernador del Nomo XIV del Alto Egipto.
o Mentuhotep de Gebelein, gobernador del Nomo IV del Alto Egipto.
o Upuaut-aa de Abidos, gobernador del Nomo VIII del alto Egipto.
o Ameny de Beni Hassan7, gobernador del Nomo XVI del Alto Egipto.
El gobernador de una provincia (nomarca) tenía numerosas
responsabilidades administrativas en su nomo. En primer lugar, asegurar
la seguridad interna y proveer de subsistencia a sus administrados. Para
ello, tenían bajo sus órdenes fuerzas militares regionales que se
empleaban en la protección interior del nomo y, en ocasiones, formaban
parte de expediciones organizadas por el Rey (Expedición militar del año
18).
Tenía la responsabilidad de alimentar a los habitantes de su nomo. Así, en
el hambre que se produjo en el año 25 de Senuseret I, algunos nomarcas
se enorgullecen de haber logrado con su gestión que en sus nomos no se
pasase hambre.
El nomarca era igualmente el responsable de los inventarios y los censos,
así como de recolectar las tasas e impuestos que, posteriormente,
enviaban al Tesoro de la Residencia. También tenían la función de juez
supremo en su nomo.
La posición geográfica de algunos nomos añadía nuevas responsabilidades
y atribuciones a sus gobernantes. Podemos citar el I Nomo del Alto Egipto,
en Asuán: como era la frontera sur del país y, a la vez, la puerta de
entrada de los productos del sur de África, tenía una gran importancia
militar y comercial.
Para resumir, podemos decir que Senuseret I ejerció su autoridad sobre el
conjunto de la administración civil y militar de norte a sur del territorio
egipcio. Asegurándose la fidelidad de los más altos funcionarios del
Estado. Situando a la cabeza de las provincias a hombres incondicionales,
cuya lealtad no podía ponerse en duda. .
6
7
Tumba QH 36 de Qubbet el-Hawa.
Tumba nº 2 de Beni Hassan.
JRN
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
7. POLÍTICA EXTERIOR
Con la reunificación, los reyes tuvieron que hacer frente a la presión que
ejercían sobre las fronteras de Egipto los pueblos vecinos. Ya desde los
primeros momentos el rey Mentuhotep II y sus sucesores de la Dinastía
XI, hicieron frente a esta amenaza exterior.
Y, como nos contó en la última clase la profesora Lucía Díaz-Iglesias,
también Amenemhat I, el primer rey de la Dinastía XII, tuvo como una de
sus prioridades el proteger y asegurar las fronteras de Egipto.
Pero cuando Senuseret I sube al trono de Egipto, todavía quedaba mucho
por hacer en política exterior. No solo el asegurar las fronteras del país,
sino volver a tejer relaciones diplomáticas y comerciales con los pueblos
vecinos.
Veamos la acción de este soberano en las distintas fronteras.
7. 1. Los países del norte:
En el norte, Egipto tenía dos fronteras: el desierto Libio al oeste y el Sinaí
en el este. Desde finales del Reino Antiguo los egipcios se habían
enfrentado a numerosas tentativas de penetración de poblaciones libias y
orientales.
La frontera Occidental
Ya vimos al comenzar la clase que Senuseret, siendo príncipe, volvía de
una campaña militar exitosa contra las tribus libias. Parece ser que los
problemas fronterizos con los libios fueron resueltos “manu militari” desde
comienzos de la Dinastía XII. Como nos cuenta Sinuhé, el primer rey de la
Dinastía XII, Amenemhat I, mandó a su hijo a controlar la situación.
Por lo que sabemos, no existieron problemas en esta zona durante el
reinado de Jeperkara Senuseret.
La frontera Oriental
La cuestión en el este era distinta. Potencialmente era la zona más
vulnerable a la presión de los pueblos asiáticos. Los egipcios sufrían
numerosos asaltos militares de tribus venidas desde el este que impedían
la explotación de las minas y canteras del Sinaí y toda relación comercial
o diplomática entre el estado egipcio y los reinos del norte de Palestina.
Para proteger esta frontera y la libre circulación por el llamado “Camino de
Horus”, los egipcios levantaron una fuerte línea defensiva, formada por
estructuras fortificadas. Este sistema defensivo se conoce como “El Muro
del Príncipe” o los “Muros del Soberano”.
Lamentablemente, son pocos los testimonios arqueológicos encontrados
de este sistema defensivo y nuestro conocimiento está basado en las
JRN
9
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
fuentes literarias. Desde aquí, se lanzaron expediciones punitivas contra
las tribus asentadas en toda la zona hasta lograr controlarlas y
pacificarlas.
Esta zona de seguridad permitió a los egipcios controlar el Sinaí y, sobre
todo, protegerse de eventuales penetraciones belicosas de poblaciones
venidas desde oriente.
Así, durante el reinado de Senuseret I se restablecieron las relaciones
diplomáticas y comerciales entre Egipto y los reinos del Mediterráneo
Oriental. Y consiguió que toda la región Sirio-Palestina estuviese bajo la
autoridad del Rey de Egipto.
7.2. Los países del sur
La frontera sur, la que separaba Egipto de Nubia, ya había sido objeto de
acciones guerreras por parte de los reyes de la XI Dinastía y de
Amenemhat I. Toda la Baja Nubia, que se extiende entre la I y la II
Catarata estaba pacificada y controlada.
Es la Nubia que los egipcios llamaban Uauat y sus habitantes, los medjau,
hacía tiempo tenían relaciones de todo tipo con los egipcios. Incluso
muchos de ellos formaban parte del ejército egipcio como tropas
auxiliares. Sobre todo, eran apreciados como excelentes arqueros.
Pero al sur de la II Catarata se encontraba la poderosa civilización de
Kerma, que los egipcios llamaban el reino de Kuch; mejor dicho, lo
llamaban los enemigos del vil país de Kuch.
Estos Kuchitas continuaban haciendo presión sobre Egipto, y las
campañas militares llevadas a cabo en el año 41 de Mentuhotep II y en el
año 29 de Amenemhat I; así como la creación de fortalezas a lo largo del
Nilo, parece que no había sido suficiente para disuadirles.
Se encuentran numeras inscripciones de los años 1, 3, 5, 7, 9, 10, 16 y 18
de Senuseret I, que atestiguan la presencia activa de los egipcios por toda
la Baja Nubia para tratar de reconducir la situación.
Además, el rey Jeperkara Senuseret ordenó reforzar y aumentar las
defensas de las fortalezas de Buhen y Aniba y aumentó el número de
tropas acantonadas en ellas.
Pero, en el año 18 el rey Senuseret I decidió poner fin al problema y los
ejércitos egipcios lanzaron un ataque de gran envergadura más allá de la
Segunda Catarata situada un poco más al sur de la fortaleza de Buhen.
Los testimonios relativos a esta expedición son muy numerosos, y muchos
de ellos nos hablan de la participación personal del rey en esta campaña.
Senuseret I y su ejército abandonaron la capital, It-Tauy, a bordo de una
flota naval que remontó el Nilo hasta Elefantina. Allí, y con la ayuda del
Gobernador del I Nomo del Sur, Sarenput I, pudo reunir el ejército y
franquear el obstáculo de la Primera Catarata.
JRN
10
Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Desde allí, navegó río arriba haciendo escala en las fortalezas de Ikkur,
Quban y Aniba, hasta llegar a la fortaleza de Buhen. Aquí el rey se instaló,
sirviendo esta fortaleza como centro de operaciones para la conquista y
control de los territorios situados más al sur, en el mismo corazón del país
de Kuch.
Por los diferentes testimonios se sabe que el rey permaneció en Buhen
controlando y dirigiendo el ejército y delegando la dirección de las
operaciones sobre el terreno al general Mentuhotep. Parece ser que los
combates fueron muy violentos hasta que toda la región fue sometida a la
autoridad del rey.
A continuación, según nos cuenta Ameny, el gobernador del nomo XVI del
Alto Egipto, en su biografía situada en las paredes de su tumba (BH 2) en
Beni Hassan, fue enviado a recoger los tributos de las regiones sometidas
por el general Mentuhotep y que se encontraban desarmadas,
conquistadas y obedientes. Desde este momento, según la estela Florencia
2540 del general Mentuhotep, diez regiones fueron conquistadas, siendo
la situada más al sur la de Chaat, que se corresponde con la Isla de Saï,
situada entre la Segunda y la Tercera Catarata, un poco más al sur de la
Catarata Dal.
Así, la frontera meridional de Egipto se sitúa en un punto nunca
alcanzado antes y que lograba el control definitivo de la Baja Nubia y de
gran parte de la Alta Nubia, garantizando la paz en la frontera sur de
Egipto.
A partir de este momento, y como nos cuenta Sarenput I en su biografía
situada en su tumba de Qubbet el-Hawa, el gobernador del Primer Nomo
del Alto Egipto será el responsable de recaudar los tributos de los
príncipes de los países extranjeros, sellarlos y hacerlos llegar al Tesoro de
la Residencia.
8. POLÍTICA RELIGIOSA
Senuseret I tuvo como uno de los pilares fundamentales de su reinado
todo lo relativo a la Política Religiosa. Fue un rey particularmente
respetuoso con los dioses, y numerosos santuarios de todo el país se
beneficiaron de los favores reales bajo su reinado.
Como veremos más adelante, muchos templos y santuarios dañados,
destruidos y abandonados durante el Primer Período Intermedio fueron
reconstruidos y se restauraron sus cultos.
Pero no solo se restauraron los viejos templos, durante su reinado se
levantaron numerosas estructuras religiosas nuevas y fueron organizados
los cultos, liturgias y festividades de los dioses.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Como veremos luego, sobre todos estos dioses destacan por su
importancia, el desarrollo de los Misterios de Osiris en Abidos y el ascenso
hasta lo más alto del panteón del dios dinástico Amón-Ra y cómo su
templo en Karnak, pasa a ser el gran santuario nacional.
También tendríamos que citar el especial cuidado que tuvo el rey en lo
relativo al Culto Real a los Ancestros. Posiblemente, tenía que ver con el
reforzamiento de la monarquía, pero se aprecia un especial cuidado del
rey en este tema. Así, numerosas estatuas de monarcas difuntos fueron
talladas y depositadas en los templos: Snefru, de la IV Dinastía; Niuserre,
de la V Dinastía; Sahure, de la VI Dinastía; Antef, Mentuhotep II y
Mentuhotep III, de la XI Dinastía; y Amenemhat I de la XII Dinastía.
9. LOS TRABAJOS DEL REY
Senuseret I fue uno de los mayores constructores entre los reyes de
Egipto.
No sé si os acordáis de este gráfico que nos pusieron en la última clase.
Nos indica el número de edificios nuevos conocidos que levantaron los
distintos monarcas de la dinastía XII. Como podéis ver, Senuseret I
destaca por su capacidad constructiva.
Pero al menos 35 lugares de Egipto y Nubia conservan testimonios
arquitectónicos y epigráficos que los datan durante el reinado de
Senuseret I. En algunas ocasiones, la acción del rey se realiza sobre
estructuras anteriores, como en el Santuario de la Diosa Satis, en
Elefantina, o el templo del dios Montú, en Tôd.
Pero en muchos de los casos, como nos indica el gráfico, estamos ante
obras originales, como el Santuario de la diosa Hathor en Serabit ElHadim o El Gran Templo de Amón y la Capilla Blanca en Karnak.
Toda esta actividad constructiva está a la par de la frenética actividad en
las minas y canteras de todo el país. En todas las canteras se encuentran
numerosas inscripciones que nos hablan de las expediciones mineras para
la extracción de todo tipo de piedras para los Trabajos del Rey: En el
Sinaí, en el Uadi Hammamat (piedra vejen, Grauvaca), en el Uadi el-Houdi
(amatista), Calcita en las Canteras de Hatnub, minas de oro del Uadi
Allaqui, Uadi Gabgaba, Uadi Gauasis, etc.
9. 1. El Complejo Funerario Real en Lisht
De todos los monumentos que levantó Jeperkara Senuseret, deberíamos
citar en primer lugar su Complejo Funerario.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
El rey quiso ser enterrado en Lisht, a 2 Km. más al sur del Complejo
Funerario de su padre. Seguramente, este lugar se encontraba muy
próximo a la Residencia Real, en la nueva capital It-Tauy.
Según las placas de los depósitos de fundación, el nombre del Complejo
Funerario es “Senuseret vigila las Dos Tierras”. Aunque conocemos
también otro nombre proporcionado por el Cuento de Sinuhé y una estela
de Menfis:
Como sucede con los nombres conocidos del Complejo Funerario de su
padre, posiblemente sean los nombres del Complejo Funerario, en su
conjunto, y el nombre de la pirámide.
El Complejo, que es idéntico a los Complejos Funerarios Reales de la
Dinastía VI, está rodeado por dos muros, un muro exterior de adobe y uno
interior de piedra caliza. Este último alcanzaba 5 m de altura y, cada 5 m,
tenía unos contrafuertes de caliza en los que estaban grabados en
bajorrelieve alguno de los nombres del rey.
En el centro del Complejo Funerario se levanta la Pirámide Real, de base
cuadrangular y que mide cerca de 105 m. de lado y 60 m de alto, con una
pendiente de 49º. La pirámide, siguiendo el modelo de esta dinastía,
estaba construida con una estructura interior, formada por muros de
piedra. Los espacios que quedaban entre estas paredes fueron rellenados
con arena y escombros. La pirámide estaba recubierta con una capa de
caliza blanca de Tura, de la que quedan algunos restos, y que le daba la
forma piramidal definitiva.
La entrada se encuentra en el centro de la cara N. Delante de ella estaba
construida una capilla. Un pasillo descendente, enteramente recubierto
por losas de granito rojo, conduce hasta la Cámara Funeraria,
desconocida e inaccesible en la actualidad a causa del agua que se filtra
desde el subsuelo.
En la cara este de la pirámide, y apoyado en ella, se encuentra el Templo
Funerario, que es de planta idéntica a los de la VI Dinastía.
Está formado por tres elementos: El “Templo Público” formado por:
Vestíbulo de entrada, Patio Porticado y varios almacenes.
Un “Corredor Transversal”, que separa el “Templo Público” del “Templo
Íntimo”.
El “Templo Íntimo” del rey difunto, que está formado a su vez por: “Sala de
los Cinco Nichos”, para las estatuas correspondientes a los cinco
nombres. “Sala con una columna central”, que posiblemente fuese una
Biblioteca para los Textos Sagrados´(Per-Medjat).
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
El Santuario, el lugar más santo del templo. Aquí, el rey difunto recibía el
culto “divino”, siendo diariamente lavado, ungido, vestido y alimentado.
Esta sala estaba presidida por una impresionante Estela de “Falsa Puerta”
de granito por la que, teóricamente, podía entrar y salir el alma del rey.
También se han encontrado restos de una mesa de ofrendas, una pila y
una estatua del rey.
Numerosos almacenes.
Las paredes del Templo Funerario estaban recubiertas de bajorrelieves
polícromos y textos.
Al sur del templo funerario, dentro del recinto de piedra, se encuentra la
llamada Pirámide “Subsidiaria” encerrada en el interior de un muro
circundante.
Entre los dos muros, rodeando la pirámide del rey, existen nueve
pirámides de tamaño menor.
Son auténticos complejos piramidales en miniatura, ya que cada una de
ellas tiene un muro circundante; una capilla en la cara norte, que protege
la entrada, y un pequeño templo funerario en el este.
Estaban destinadas a servir de sepultura a las mujeres de la familia del
rey.
Sólo conocemos el nombre de las propietarias de dos de ellas: la “Esposa
del Rey” Neferu, a la pertenece la Pirámide G1, e Ita-kayet, una de las
hijas del rey, que es la propietaria de la Pirámide G2.
Los nombres de las propietarias de las otras siete se desconocen.
La Rampa de Acceso fue construida con bloques de piedra caliza y la parte
inferior de sus paredes estaba decorada con pinturas que imitaban el
granito rojo; en su parte superior estaba pintada en blanco y con pinturas
polícromas con escenas de pesca y desfile de prisioneros.
Senuseret I incorporó aquí un elemento inspirado en el Complejo
Funerario de Mentuhotep II en Deir el-Bahari, ya que cada 10 m y a
ambos lados de la calzada, había un nicho con la estatua osiriaca8 del rey.
Las situadas en el lado sur, llevaban la Corona Blanca del Alto Egipto; y
las situadas en el lado Norte, la Corona Roja del Bajo Egipto.
9. 2. Uaset
El Rey dedicó una especial atención a la ciudad y el nomo de Uaset, la
antigua capital de la Dinastía XI. Esta ciudad pasó a ser el centro
espiritual de todo Egipto, ya que aquí se levantó el mayor templo de todo
Egipto en honor del dios Amón, el nuevo rey de los dioses.
8
Cairo 397-402, 399-401
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
El “Gran Templo de Amón-Ra”
Amón
en Karnak
ipt-swt “El lugar más perfecto”
Quizás, de todos los monumentos levantados por el Rey, el templo de
Amón-Ra
Ra en Karnak fuese el que más favores tuvo por parte del monarca.
Desgraciadamente, como sucede con la mayoría de los magníficos edificios
levantados durante el Reino Medio, es muy poco
poco lo que queda de su
antiguo esplendor y solo
olo las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo a
partir de 1901 por Georges Legrain, han permitido desvelar la
l gran obra
arquitectónica desarrollada aquí durante el reinado de Senuseret I.
I
Estas excavaciones arqueológicas
rqueológicas realizadas en Karnak, han sacado a la
luz algunos restos que pueden documentan la existencia de un primer
templo dedicado al dios Amón levantado por uno de los reyes de la
Dinastía XI; Antef II. También se han encontrado algunos restos con los
lo
nombres de Mentuhotep II,
II Mentuhotep III y Amenemhat I. No sabemos
cómo era ese templo primigenio pero, posiblemente,
osiblemente, el templo de Antef II
fuese de madera
a y otros elementos perecederos.
Pero Senuseret I fue el primero en levantar un templo construido en
e
piedra en honor del dios Amón.
Desde los comienzos de las excavaciones en Karnak a principios del siglo
pasado fueron sacando a la luz numerosos elementos arquitectónicos que
llevaban el nombre de Jeperkara Senuseret,
Senuseret y el propio Gaston Maspero
ya apuntaba que existía la posibilidad que perteneciesen a un mismo
edificio. Incluso algunos presentan el nombre del edificio al que
pertenecían:
Hwt-c3t
c3t nt Imn (El Gran Templo de Amón)
Posteriormente, fueron apareciendo en
en Karnak una cincuentena de
bloques y otros fragmentos con el nombre y la efigie de este monarca.
Estos elementos se distinguen por su homogeneidad y por el mismo tipo
de relieves y decoración.
Evidentemente, este templo estaba dedicado al dios Amón, el “nuevo” dios
dinástico, el “rey de todos los dioses”.
Últimamente,
ltimamente, algunos autores están apuntando la posibilidad de que
también se rindiese aquí un culto a los Ancestros, es decir, el culto a los
reyes fallecidos. Se basan en que en este templo han aparecido tres
estatuas dedicadas por Senuseret I a Niuserre,, soberano de la v Dinastía,
a Sahure,, de la VI Dinastía y a Antef el Grande, de la XI Dinastía.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Poco a poco, se han ido uniendo los bloques y los fragmentos encontrados
y se ha podido ir recomponiendo parte de los bellísimos relieves que tenía
este templo. Además, las excavaciones llevadas a cabo en el llamado “Patio
del Reino Medio” han aparecido los cimientos del templo levantado por
Senuseret I, Y Con estos datos, se ha podido reconstruir su planta.
Se trata de un edificio rectangular, de 38 m de lado, con el eje orientado
de este a oeste, es decir, sigue el camino diurno de Ra. En su lado oeste
tenía la fachada, formada un pórtico con doce pilares cuadrados que
tenían adosadas estatuas “osiriacas” del rey, portando en sus manos el
signo anj. Toda el edificio estaba construido con caliza de Tura, a
excepción de los pórticos, los suelos y los dinteles que estaban tallados en
granito rosa. Con toda esta información, el arqueólogo francés Luc
Gabolde ha podido ir reponiendo virtualmente en su sitio cada elemento
constructivo, dintel, relieve o pilar.
Para terminar, quería presentaros el aspecto que tendría el “Gran Templo
de Amón”. Este templo fue modelo de numerosos templos y de otros
edificios religiosos levantados posteriormente.
El Heb-Sed del Rey
Pero el Gran templo de Amón-Ra no fue el único edificio que levantó
Senuseret I en Karnak. En el año 31, con motivo de la celebración de su
Hab-Sed, levantó un gran recinto, llamado
Jeperkara peter kau “Jeperkara ve las alturas”.
En este recinto estuvieron situados todos los edificios necesarios para
albergar las ceremonias del Heb-Sed. De todos estos edificios, solo ha
llegado milagrosamente hasta nosotros uno casi completo: La “Capilla
Blanca”.
Para vuestra tranquilidad, me voy a morder la lengua y hoy no voy a
hablar de esta joya del arte de todos los tiempos. Sólo os diré que se trata
de uno de los monumentos más bellos y elegantes del arte egipcio de todos
los tiempos.
9. 4. Otras construcciones
El Templo de Montú en Tôd
La intervención de Senuseret I en el IV Nomo del Alto Egipto, el de Uaset,
no estuvo limitado a las construcciones de Karnak, dos santuarios
situados al sur del nomo: Tôd y Armant, también presentan
construcciones del rey.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
En estos dos lugares, que eran la frontera sagrada del nomo, se
encuentran dos templos dedicados a Montú, el dios protector y patrono
del nomo hasta la llegada de Amón.
En Tôd, cuando el rey Ptolomeo VIII Evérgetes II hizo levantar un nuevo
templo a Montú, quiso preservar al menos un muro del templo original de
la XII Dinastía.
Parte de ese muro se conserva todavía, es un texto en el que se narra la
fundación del templo por Senuseret I.
Además de este muro conservado en recuerdo de la fundación del templo
de la Dinastía XII, se han encontrado otros elementos del reinado de
Jeperkara Senuseret.
El Templo de Montú en Armant
En la orilla occidental, frente a Tôd, las excavaciones en la localidad de
Armant han recuperado varios elementos fechados en el reinado de
Jeperkara Senuseret: un fragmento de una estatua del rey; un grupo
escultórico en el que aparece el Rey Senuseret I con la diosa Hathor y el
dios Montú; y un bloque de caliza con la titulatura del Rey. Estos
descubrimientos atestiguan la intervención del rey en este templo.
Sería interminable el hablar de todos los sitios en que han aparecido
testimonios de la presencia del Rey construyendo, restaurando,
depositando estatuas sagradas u organizando el culto. A modo de visión
general, podemos citar:
Abidos: Los Misterios de Osiris
Por las numerosas estelas y capillas funerarias que fueron levantadas en
torno al templo de Osiris, sabemos que Senuseret I tuvo una presencia
muy importante en la construcción de parte del templo del dios de los
muertos.
También sabemos que en estos momentos se organiza el culto y la liturgia
del templo. Entonces, es cuando el dios Osiris se funde con el anterior
dios de Abidos Jentimentiu, “El que está al frente de los Occidentales” y se
fijan los elementos fundamentales de los llamados Misterios de Osiris, una
fiesta anual en recuerdo de la muerte y, sobre todo, del renacimiento de
Osiris.
Aquí, en Abidos, se han encontrado numerosos elementos que hablan de
la acción del Rey; como esta estatua que representa a Senuseret I en
forma osiriaca, o este grupo escultórico en el que aparecen sentados el
Rey y a la diosa Isis.
Pero sobre todo, sabemos de la acción organizadora e impulsora del culto
a Osiris que protagonizó el Rey gracias a las numerosas estelas que
levantaron aquí el propio visir y numerosos altos dignatarios del reino. En
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
estas estelas nos hablan de los diversos cometidos y trabajos que
realizaron en Abidos cumpliendo las órdenes del soberano.
Heliópolis
Según el “Rollo de Cuero de Berlín”, en el año 3, el Rey decidió reconstruir
el templo de Ra, que se encontraba en un estado lamentable tras el PPI.
En la actualidad, de este templo solo queda en pie uno de los dos
obeliscos que el Rey mandó levantar delante del Pilono del templo en el
año 31, con ocasión de su Heb-Sed. Por lo que se conoce hasta el
momento, es el obelisco más antiguo conservado. Del otro obelisco solo se
ha conservado la base.
En Heliópolis Senuseret I también levantó un templo dedicado a la diosa
Hathor-Nebethetepet.
Pero habría más sorpresas; en el año 2004, en el curso de unas
excavaciones en la puerta fatimí Bab El-Tufik de El Cairo, apareció un
bloque de cuarcita que tenía grabados un fragmento de los Anales Reales
relativos a cinco años del reino de Senuseret I.
Estos Anales, que proceden del templo de Ra, son una fuente histórica de
primer orden para conocer el desarrollo del reinado de Senuseret I.
Elefantina y sus santuarios
En Elefantina, la capital del I Nomo del Alto Egipto y frontera sur del País,
Senuseret I levantó una nueva capilla dedicada a la diosa Satis “La Señora
de las Dos Tierras” y “Señora de Elefantina”.
Este templo, construido en piedra caliza, sustituyó a otro anterior, de la
Dinastía I, construido en adobe y que ya había sido ampliado durante las
Dinastías VI y XI.
Pero no solo levantó esta capilla a la diosa Satis; también restableció los
cultos que se celebraban aquí en honor a esta diosa, a Jnum “Señor de la
Catarata” y a la diosa Anukis.
También han aparecido otros restos pertenecientes al reinado de
Senuseret, como esta base de un grupo escultórico en el que estaba
representado el Rey junto a Satis y Anukis, y esta magnífica estela del rey
El Fayúm
En la zona del Fayum, tan querida para los soberanos de la Dinastía XII,
se han encontrado numerosos restos que hablan de la intensa actividad
del Rey.
La Estela-Obelisco de Abgig o la estatua del Rey entronizado tallada en
basalto.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Serabit El-Hadím
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Serabit El-Hadim, en el
Sinaí, han permitido fechar en el reinado de Senuseret I la fundación de
este complejo religioso dedicado a la diosa Hathor “Señora de la turquesa”.
Coptos
En esta importante ciudad, punto de partida y llegada de las expediciones
al Mar Rojo y el Uadi Hammamat, el Rey tuvo una actividad constructiva
muy importante. Se han encontrado numerosos elementos constructivos
con su titulatura.
Entre los restos más importantes podemos citar este bajorrelieve, en el
que aparece el Rey realizando la “Carrera Ritual” del Heb-Sed ante el dios
Min.
Hieraconpolis: Aquí se encontró un dintel de una puerta con los
cartuchos de Senuseret I y una mesa de ofrendas en granito rosa.
El-Kab: En este lugar se han encontrado algunos bloques y fragmentos
de una estatua colosal que han sido atribuidos a Senuseret I.
Esna: En esta ciudad el Rey levantó un pequeño templo dedicado al dios
Jnum.
Hut-Sejem-Jeperkara: Todos los indicios apuntan a que Senuseret I fue
el fundador esta ciudad.
Menfis: Dos estatuas.
Bubastis: Dos relieves con los cartuchos del Rey.
Khatana: En este lugar, cercano a Qasntir, apareció una esfinge de
granito rosa, acéfala, de Senuseret I.
9. 4. La imagen del Rey
Otra cuestión muy importante para los egipcios era la imagen del rey:
cómo era representado. Afortunadamente, y como nos indica este cuadro,
el rey Senuseret I nos dejó muchas estatuas con su representación.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Escultura
Sólo en su Complejo Funerario en Lisht aparecieron diez estatuas casi
idénticas en las que se representa al Rey sentado sobre el trono. Pero
también aparecieron aquí, como vimos, un gran número de estatuas
osiriacas del rey situadas, cada diez metros, a ambos lados de la Calzada
de acceso.
Del mismo modo, han aparecido numerosas esculturas con la figura del
Rey en Karnak. Estas pertenecen a los pilares osiriacos situados en la
fachada del “Gran Templo de Amón”.
También en Karnak han aparecido otras estatuas representando al rey,
como esta.
En otros lugares se han encontrado numerosas estatuas del Rey talladas
en todo tipo de materiales y formas. Estatuas osiriacas, esfinges, tallas en
piedras duras y blandas e, incluso, en madera policromada.
Relieves
Pero la imagen del rey no solo aparece en las estatuas: en lo diversos
edificios levantados por el Rey está representado en multitud de
ocasiones.
Como ejemplo podemos citar a la Capilla Blanca en el que Senuseret I
aparece representado 60 veces en los bajorrelieves tallados sobre sus
pilares. O sobre los pilares y paredes del Gran Templo de Amón y otros
edificios.
10. LOS HOMBRES DEL REY
Evidentemente, toda esta ingente labor desarrollada por Senuseret I no
podría haberse realizado sin unos colaboradores excepcionales.
En todos los centros de poder el Rey supo rodearse de unos funcionarios
incondicionales e inteligentes que sirvieron a su señor de una manera
excelente.
Afortunadamente conocemos a muchos de estos personajes. Tenemos sus
nombres y sus biografías gracias a que muchos de ellos las dejaron
escritas en sus tumbas o en las múltiples estelas levantadas en Abidos y
otros santos lugares.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
10. 1. Los Visires
Entre estos Hombres del Rey destacan los visires. Estos personajes
ocuparon la cabeza del poder ejecutivo egipcio. Su cargo era mucho más
importante que el de los actuales Jefes de Gobierno.
•
•
•
•
•
•
Era el jefe de la Administración Estatal.
Responsable de los Archivos Reales, donde se conserva la
correspondencia diplomática y los informes sobre la gestión de los
dominios reales y los templos funerarios reales.
Responsable de los Trabajos del Rey.
Responsable de la Administración de Justicia.
Responsable del Tesoro, ayudado por los directores de la Doble Casa
del Oro y de la Doble Casa de la Plata.
Responsable de la gestión de los Graneros Reales, ayudado por el
Director del Doble Granero. Etc.
Durante los 45 años de reinado de Senuseret I al menos tres personajes
ocuparon el cargo de visir: Antefoquer, Mentuhotep y Senuseret.
Antefoquer:
El primero de estos visires fue Antefoquer. Se trata de uno de los
personajes más importantes del antiguo Egipto; comparable con Imhotep
o Amenhotep hijo de Hapu. Estuvo implicado en el diseño del Egipto del
reino Medio y, por lo tanto, del posterior.
Debió de ser una mente privilegiada, un funcionario excelente y la
auténtica materia gris del reinado de Amenemhat I y de Senuseret I.
Alcanzó el cargo de visir durante el reinado de Sehetepibre Amenemhat I
y, según parece por los documentos, siguió ocupando este puesto hasta
su muerte.
Tenemos numerosos documentos que nos hablan de su inagotable
actividad: dirección de campañas militares contra Nubia, construcción de
flotas navales, expediciones mineras, etc.
El primer documento en el que aparece es de finales del reinado de
Amenemhat I; del año 299, en la que el Visir Antefoquer dirigió en persona
una importante expedición militar contra la Baja Nubia.
El último documento en que se le cita es del año 2310, en una mina de
amatista en el Uadi El-Hudi , cerca de Asuán.
Por lo tanto, estuvo ocupando el cargo de Visir al menos durante 24 años.
Aunque murió bajo el reinado de Jeperkara Senuseret, fue enterrado
dentro del C.F. de Amenemhat I en Lisht, teniendo el inmenso privilegio de
ser enterrado dentro del Recinto Funerario del rey.
9 Estela RILN 73 de El-Girgaui.
10 Inscripción El-Hudi 154.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
Mentuhotep hijo de Asenka:
Mentuhotep, hijo de Asenka, fue un personaje de origen tebano que tras el
traslado de la capital a It-tauy se ocupó de subsanar el vacío
administrativo que sufrió Uaset.
Aunque su posición administrativa en la ciudad no esté avalada por el
título de visir del Sur, su importancia administrativa es tal, durante su
etapa tebana, que algunos egiptólogos se niegan a pensar que no alcanzó
el visirato hasta una etapa tardía de su vida y que su mandato como visir
fuese breve. Por lo tanto, llegan a la conclusión de que hubo dos visires:
Mentuhotep en el sur y Antefoquer en el norte.
El título que utiliza Mentuhotep, nacido de Asenka, es el de Portador del
Sello del Rey, título de tradición tebana, frecuentemente utilizado entre los
funcionarios de la XI dinastía cercanos al rey y con importantes funciones
dentro de la corte.
Mentuhotep estuvo en Tebas como Director de la Doble Casa de la Plata y
Director de la Doble Casa del Oro; es decir, fue el responsable del Tesoro,
y fue responsable de los trabajos del rey, sobre todo de los realizados en
templo de Amón en Karnak.
Fue el encargado de preparar todo lo relativo a la celebración del Heb Sed
del Rey en el año 31. Por lo tanto, fue el constructor de la Capilla Blanca
que tanto nos gusta.
Mentuhotep era el hombre de confianza de Senuseret I en Tebas, que tras
cumplir sus funciones en esta ciudad y haber reorganizado su
administración fue elevado a la categoría de visir.
Fue enterrado en una mastaba de Lisht, junto al CF de Jeperkara
Senuseret.
10.2. Los gobernadores de las provincias
Ya hablamos antes de la importancia que dio el Rey a la Administración
Provincial y citamos a alguno de los nomarcas nombrados por el Rey:
Sarenput I de Elefantina; Ameny de Beni Hassan; Djehutihotep de Deir elBersha; Hapidjefai de Assiut; etc.
10. 3. Otros funcionarios
También nos han llegado los nombres, las biografías y las imágenes de
otros funcionarios reales.
La Dama Sennuy, esposa de Hapidjefay, el nomarca de Assiut y
Gobernador de Kerma; Senuseret-anj, sumo sacerdote del Templo de Ptah,
etc.
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Jeperkara Senuseret, un servidor de la Maat
11. EL RETORNO DE LA MAAT A EGIPTO
Todo este esfuerzo del país a lo largo del reinado de Jeperkara Senuseret
dio sus frutos. La estabilidad política y la justicia llevaron a la paz social y
ésta a los excedentes y a la riqueza del Doble País.
Egipto se encontraba ahora protegido del exterior, bien gobernado desde la
Administración Estatal y también en los Nomos.
Los dioses estaban honrados y por todos lados se construía y se
reconstruía.
Este momento supuso un enriquecimiento material de Egipto y al
desarrollo de todas las artes. Es entonces cuando se fija el canon de la
escritura jeroglífica y se tallan los más bellos jeroglíficos.
Es en este momento cuando se escriben algunas de las obras maestras de
la literatura egipcia.
Es bajo el reinado de Jeperkara Senuseret
reunificación definitiva de todos los egipcios.
cuando
culmina
la
La paz social y el buen gobierno permitieron que la justicia y el equilibrio
volviesen al País del Nilo; en definitiva, como había soñado Jeperkara
Senuseret al comienzo de su reinado, la diosa Maat volvió a reinar en
Egipto.
12. CONCLUSIONES
En la clase de hoy nos hemos acercado a la figura y al momento en que
gobernó Egipto un gran rey: Jeperkara Senuseret.
A pesar de todo lo que he dicho hoy, es mucho lo que nos queda por
conocer de su reinado y de su persona.
Pero tras cada nuevo dato que vamos conociendo su figura se va
agrandando e intuimos lo extraordinario que fue.
Según mi opinión, estamos ante uno de los más grandes reyes del Antiguo
Egipto.
Confío en haber podido haceros llegar la importancia de este rey.
He dudado mucho en poner esta última diapositiva, pero al final ha
podido más mi corazón que mi cabeza.
Pertenecen al viaje de la AEDE a Egipto, en el año 2008:
Esta primera es de un día en el que fuimos a visitar el Complejo Funerario
de Jeperkara Senuseret, en Lisht.
Esta otra es delante de la Capilla Blanca.
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Estas dos fotografías me sirven para pedir un deseo:
Que, como pasó durante el reinado de Jeperkara Senuseret, pronto
regrese de nuevo la Maat a Egipto y podamos volver a visitar estos lugares
tan queridos para nosotros.
Insaalá.
Nada más, solamente daros las gracias por vuestra atención.
Sucrám.
José Ramón Navarro González
Madrid, 11 de enero de 2013
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José Ramón Navarro González
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