Download La guerra: una estrategia para el despojo del territorio

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Transcript
ASOCIACIÓN NACIONAL DE USUARIOS CAMPESINOS UNIDAD Y
RECONSTRUCCIÓN ANUC-UR
AFILIADA A LA CLOC Y VÍA CAMPESINA
COORDINACIÓN INTERREGIONAL CAMPESINA DE LA ANUC-UR.•
LA GUERRA: UNA ESTRATEGIA PARA EL DESPOJO DEL TERRITORIO
IMPACTO EN LAS MUJERES Y RESISTENCIAS EN COLOMBIA
Gilma Benitez
Coordinación general CIC ANUCUR
Proceso de Mujeres campesinas.
INTRODUCCION
Saludamos a todas y todos aquí presentes. Es para nuestra como organización campesina
y en particular como proceso de mujeres campesinas de vital importancia los escenarios
de reflexión acerca de nuestras miradas, nuestras luchas y resistencias, en particular
cuando podemos compartir las formas especificas de violencia y conflicto que vivimos en
nuestros países, así que compartiremos un poquito de lo que en nuestra Colombia
vivimos, intentando tejer puentes entre las diversas realidades que nos convocamos aquí
y pues, señalar algunas apuestas para mejorar nuestras luchas y organizaciones.
En nuestro movimiento internacional Vía Campesina1 construimos hace algunos años el
lema “Globalicemos la lucha, Globalicemos la esperanza”, dejando huella en todas las
acciones y articulaciones de resistencia e inconformidad que sacudieron al planeta desde
la década pasada, pensamos de vital importancia partir por el significado que tiene para
nosotras y nosotros este lema; nuestro lema identifica un contexto histórico, un periodo
del sistema capitalista que se traduce en un nuevo proceso de acumulación del capital, al
tiempo que nos plantea el compromiso de asumir ese contexto respondiendo desde
nuestra resistencia y esperanza, desde la práctica y la utopía.
Este proceso de globalización, se nos presenta de manera simultánea, de pretensión
homogenizante y hegemónica a escala mundial, por eso nuestra mirada en la Vía
Campesina se pretende global también, en el que nuestros esfuerzos y nuestras luchas,
las de siglos, las de décadas y las más recientes estén juntas para enfrentar el enemigo
actual, y para ello deben ser fuertes en lo local con perspectiva global, esa, nuestra idea
básica en el movimiento de la Vía Campesina, es la idea que logramos posicionar en los
escenarios de resistencia mundial y que pensamos es necesario reafirmarla en cada
escenario posible, para mejorar y para avanzar de manera que nuestras objetivos sean
más claros y las metas se pongan más cerca.
Como sabemos este nuevo proceso de acumulación del capital, amplió sus lógicas de
lucro a aspectos que durante siglos se mantuvieron al margen de ser considerados
[email protected]
Red global de movimientos sociales, que aglutina a campesinas y campesinos, población indígena y negra en los 5
continentes.
1
mercancías u objetos, y ese es precisamente su objetivo, convertir todo lo que hace parte
de la vida en este planeta en mercancía; por ello se hace tan relevante nuestra mirada
como mujeres campesinas, indígenas y negras en este contexto, por que desde nuestra
Cosmovisión se ponen en riesgo todas y cada una de las fuentes de vida que durante
siglos, nuestras culturas aprehendieron, cultivaron y mejoraron.
Todas las formas de reproducción de la vida se ponen hoy en juego en el afán ciego de la
ganancia, decía algún compañero alguna vez, que el capitalismo actúa como el cáncer,
parte del mismo sistema de la vida en un cuerpo, es decir en algún momento son células
iguales a las demás, luego se enferman (se contaminan) y empiezan a colonizar todo el
cuerpo, empieza por partecitas y se extiende por todas partes hasta que logra su
cometido, el problema reside en que cuando consigue la victoria, es decir cuando se ha
extendido a todo el sistema vivo, lo agota y lo mata y de paso también se mata.
Es sobre todas las cosas, esa alerta del rumbo del sistema capitalista, la destrucción del
planeta y de la especie, lo que nos alienta a construir y mejorar nuestras organizaciones,
nuestro pensamiento y nuestras luchas. Por eso levantamos banderas para defender las
fuentes de vida, la tierra, las semillas, el agua, el aire, el pensamiento, los cuerpos, que
ahora pretenden ser mercancías y que pretenden llevarnos a que pensemos de esa
manera. Pero esas luchas por la defensa de esas fuentes de vida deben tener la mirada
global e integral para que no sean luchas dispersas, sino al contrario para que nos
permitan ser mejores ante el capitalismo como sistema y sus voceros.
COLOMBIA UN PARAISO EN VENTA Y DESTRUCCION
En Colombia el ataque principal en las últimas décadas se ha concentrado en ampliar ese
margen de las mercancías, para eso pues se ensañaron con lo poco que teníamos de
Estado, que no fue nunca lo que quisiéramos; el Estado que teníamos, ni siquiera en los
acuerdos mínimos que se han firmado a nivel internacional fue coherente, pero nos
permitía tener un margen de juego más amplio y también algunas conquistas.
Y también pues nos atacaron a nosotras y nosotros, a la población, a nuestros pueblos,
trabajos, a nuestra economía, a nuestro pensamiento. De esa manera muchas de
nuestras comunidades que desde la época del primer colonialismo, que nos mantuvimos
al margen de la construcción del estado modernizante, construyendo nuestro territorio en
lugares distantes y vírgenes de explotación industrial bajo una mirada comunitaria y
solidaria, hoy nos vemos más afectados por que los recursos que allí se encuentran son
de mucha importancia para el capitalismo, para ese cáncer. Esta realidad es digamos
igual en todas partes con sus pequeñas y algunas grandes diferencias.
Una primera gran diferencia es la forma en que el capitalismo y/o sus manifestaciones se
han consolidado en nuestro país, al respecto, nuestro país como muchos de los países del
Sur se le impuso una economía agro-exportadora de productos requeridos por los centros
de poder, estos han variado a lo largo de 515 años, pero la lógica digamos es la misma,
así como la vocación de nuestro país que sigue siendo considerado agrícola. De hecho
gran parte de las personas que hoy detentan el poder en Colombia son grandes
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empresarios e inversionistas del sector agrícola y por eso también el porqué de tantos
conflictos hoy en día de las comunidades y sectores ligados a los territorios y la tierra.
El pueblo Colombiano tiene fama de ser conflictivo, sobre todo por el manejo mediático y
los prejuicios que se han formado con el tiempo, al contrario nosotras y nosotros
pensamos que el pueblo Colombiano es bien tranquilo, lo que pasa es que la forma de
dominación que escogieron los sectores de la oligarquía nacional y los sectores de los
países hegemónicos, de estados unidos y también europeos, ligados a los sectores
dominantes en Colombia se sustentaron siempre en la eliminación física y simbólica de
los sectores de oposición y de la población que se ve directamente afectada con el
manejo del poder y la economía de estos sectores, Colombia tiene uno los mayores
índices elevados de desigualdad.
La forma en que se ha privilegiado para imponer las caras del modelo económico en 515
años ha sido la guerra y la guerra promovida por los sectores hegemónicos contra los
sectores pobres y sus formas organizativas. Y que al tener una guerra irregular de las
más largas en el tiempo del mundo pues combina y vuelve cada vez más compleja la
situación nuestra.
Existen en Colombia estos diversos sectores dominantes, que son más bien retrógrados y
de pensamiento arrodillado a los intereses de potencias extranjeras a costa de los
intereses de las grandes mayorías; en los últimos años todos estos sectores se pusieron
de acuerdo de manera estratégica por primera vez en toda la historia de nuestro país
como republica.
Este acuerdo lleva consigo un modelo para el país que articulado al capital internacional
da oportunidades y garantías a cada uno de estos sectores; entre los objetivos
fundamentales de ese acuerdo se encuentran: el último ciclo de privatizaciones de
las instituciones del estado, la legislación coherente con los mandatos
internacionales del libre comercio, la firma de tratados internacionales de libre
comercio con los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, la
consolidación de garantías de inversión y explotación de multinacionales, la
conversión de amplios sectores de la economía nacional a la demanda del
mercado mundial en renglones amparados en la lectura de la división
internacional de la economía (como productos exóticos).
Ahora bien si entendemos que en nuestro país existe un conflicto social armado que un
su versión más “reciente” se expresa en la confrontación militar entre el estado y
organizaciones insurgentes con algo más de 40 años de existencia. La principal novedad
en el acuerdo de todos los sectores dominantes es que todos se sintonizaron política y
económicamente para garantizar como mínimo requerimiento, que tales fuerzas
insurgentes y su capacidad militar fueran aisladas hacia zonas no productivas.
Esto no quiere decir que en los periodos anteriores no existiese una política
contrainsurgente sino que la de ahora es más compleja y pasa a una ofensiva que bajo la
justificación de la guerra (terrorismo) pretende consolidar el modelo económico antes
señalado.
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Es decir en Colombia se impuso un modelo económico a sangre y fuego a lo largo de
toda la historia, tal imposición generó la respuesta organizada de los sectores afectados
que desencadenó en un conflicto social y armado que bajo más de 40 años se ha
prolongado en nuestro país, el desgaste de la que podríamos llamar la guerra
irregular más larga del mundo, se convierte en la justificación de la
culminación de imposición del modelo hegemónico en su versión actual. Así en
el último tiempo el manejo de la política hace que el problema no sea la guerra, sino el
papel que esta cumple para permitir imponer el modelo que conocemos a escala global.
Uno de los principales motores de ese acuerdo ha sido el manejo y control de una nueva
forma de ordenar las ideas y el pensamiento de la población Colombiana, para ello se han
inventado sendas campañas de desinformación y de legitimación del modelo que se
impone, esta es una de las estrategias que hay que analizar con mayor claridad puesto
que su nivel de efectividad hace que muchos sectores afectados sean garantes del mismo
modelo que les afecta.
Frente a esta idea se nos presenta todo el proyecto que encarna Uribe Vélez (elegido
para llevar a cabo tal acuerdo) y su política de seguridad democrática, que pretende
aislar las fuerzas insurgentes de las zonas productivas, incrementar y profesionalizar las
fuerzas militares para la protección de la infraestructura, la viabilidad del transporte de
mercancías, la reducción del secuestro y la movilidad de los consumidores y
consumidoras; todo esto en beneficio de los ejes de acumulación que se han dispuesto
en el mismo plan. De igual forma (como desde hace varias décadas) en las regiones
donde el estado no pudo (antes y ahora) garantizar la seguridad, el capital privado
(nacional y extranjero) la genera a través de grupos de paramilitares y cooperativas de
seguridad entre otras figuras.
Pero el papel de esta política en cuanto a control no es solamente agenciar la seguridad
militar, sino que se amplia a la generación de mecanismos de control social que permitan
el avance y estabilidad de los procesos de acumulación y la “conformidad” de pobladoras
y pobladores de las regiones. En ese sentido y casi en su totalidad, la política de
seguridad democrática esta mayormente concentrada en la regulación de la movilización
social, de las formas de resistencia y organización de pobladoras y pobladores, y de las
expresiones reivindicativas del mismo, como protestas, paros, marchas, tomas a
entidades y manifestaciones.
Es así como el tratamiento a nuestras manifestaciones recibe la misma categorización de
“terrorista”, se ha concentrado la actividad del estado en la desarticulación todas las
organizaciones populares a través de la guerra sucia, pero también con la
implementación de programas asistenciales que corporativizan las organizaciones
asimilando el modelo económico impuesto y anulando la inconformidad; en este aspecto
ha sido para nosotras y nosotros indignante la forma en que se convierte a familias y
comunidades enteras a través de estos programas en los mismos “guardias” y
“celadores/as” de la producción económica impuesta. Programas como el de familias
guardabosques y soldados campesinos lo han demostrado.
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De esta manera se han impuesto en nuestras regiones los mayores proyectos que
apuntalan este modelo, en el cual se da mayor importancia a las políticas macroeconómicas (escala global y/o regional), en el cual el mercado desplaza al estado en la
regulación de la economía, mientras que en el estado se genera un marco para una
“nueva institucionalidad” regida por pensar que el estado debe actuar bajo el modelo de
empresa.
Así lo resume un compañero investigador del tema. “El estado es el responsable de la
formulación de las políticas, la asignación de los recursos financieros mediante el
presupuesto general de la nación y el sector privado a través del mercado , el que
define el marco en el que se formula la política pública, ejecuta los recursos
asignados por el estado y el que acumula capital, sin la intervención del
estado, en tanto este se desliga de las responsabilidades sociales y de regulación según
la propuesta impuesta por el neoliberalismo” (Bogotá 2005, Universidad Nacional, revista
Tierra Adentro; Rincón Jhon, “Hacia las transformaciones del mundo rural en Colombia”).
Es bajo está lógica que se han impuesto en nuestro país macroproyectos de generación
energética, de explotación de hidrocarburos y minería, de ecoturismo rural, proyectos de
protección ambiental y disposición de infraestructura de comercialización, de explotación
forestal, y la imposición del modelo agro-exportador a través de lo que aquí se ha
llamado “cadenas productivas” que no es más que nombre que se le da a la forma en
que el modelo se orienta a las regiones y entre ellas. Para principios de 2006 estas
cadenas estaban concentradas en los siguientes productos:
Cadena Productiva
Lácteos
Oleaginosas, aceites y grasas.
Cacao-Chocolate.
Camarón de Cultivo
Algodón, Textiles y confecciones.
Arroz y molineria.
Avícola.
Forestal, pulpa, papel, tableros y muebles.
Cítricos y Plátano.
Banano
Carne Bovina.
Regiones en las que se impulsa
Altiplano Cundiboyacense, Nariño, Valle,
Antioquia, Eje cafetero y Costa Atlántica
Magdalena Medio, Pacifico, Costa atlántica
y Llanos orientales.
Santander,
Tolíma,
Huila,
Llanos
Orientales, Costa Atlántica, Eje Cafetero.
Costa Atlántica y Pacifica
Altiplano
Cundiboyacense,
Antioquia,
Santanderes y Nariño.
Tolíma, Huila, Llanos Orientales y Costa
Atlántica
Tolíma, Huila, Córdoba, Sucre, Cesar,
Magdalena, Valle, Llanos Orientales y
Santanderes.
Magdalena Medio, Pacifico, Costa Atlántica
y Llanos orientales, valle del Cauca.
Eje Cafetero, Uraba, Santanderes, Costa y
Llanos.
Magdalena y Uraba
Costa
Atlántica,
Llanos
Orientales,
Magdalena Medio, Putumayo y Caquetá
5
*algunas de estas cadenas productivas se han visto “afectadas” por la negociación
dispar de los sectores del agro en el TLC, sin embargo existe reacomodación de los
sectores a que perdieron en relación al consumo interno, cumplir alguna función de
procesamiento de los productos que ingresarían, y ligados a otras formas de
economía como lavado de activos.
Como se señaló anteriormente, todas estas cadenas parten de capital privado y sus
lógicas bajo el impulso del Estado y el presupuesto nacional, estas cadenas productivas
corresponden a la economía de mercado y de esta forma, afectan la pequeña producción
y la producción campesina, la soberanía alimentaría y al ser grandes monocultivos
fortalecen el latifundio, y los impactos negativos al medio ambiente. De igual forma en su
aplicación en baja escala existen muchas formas de sujeción al campesinado a través de
programas corporativistas, formas novedosas de comodato, terraje y arrendamiento bajo
lógicas propias del capital financiero.
Por lo tanto, estos proyectos y su implementación han generado miles de consecuencias
negativas al mundo del campesinado, indígenas y negritudes, desde desplazamientos,
destrucción de los territorios, hasta la muerte y desaparición de comunidades enteras y el
debilitamiento de las organizaciones populares.
Existen unos reglones de mayor fuerza que a su vez, salieron mayormente favorecidos en
la primera negociación del TLC con los Estados Unidos de Norteamérica, dichos sectores
han sido impulsados por el estado a través del ministerio de Agricultura hoy en cabeza de
un Industrial Palmicultor y son avalados en los planes y el presupuesto nacional por el
Departamento Nacional de Planeación en su documento “Visión Colombia II- Centenario:
2019” en el cual, los renglones mencionados en (Apuesta Agro-exportadora 2019)
tienen los siguientes términos propuestos.
Productos
Palma Africana
Plátano
Frutas
Yuca amarga
Cacao
Forestal
Total
•
Hectáreas
2.000.000 Has.
2.000.000 Has.
1.000.000 Has.
1.000.000 Has.
500.000 Has.
1.000.000 Has.
7.500.000 Has.
La mayoría de estas grandes exportaciones van hacia productos exóticos, y en
especial a las cuotas que se han impuesto para Agro-Combustibles
AFIANZANDO EL MODELO
Como veremos en adelante el contexto en el cual se mueve la política del estado frente a
tierras tiende a legalizar e impulsar aun más este proceso bajo un aliciente más, la
legalización de los grupos paramilitares, así como la total impunidad frente a la
imposición de este modelo a costa del campesinado, indígenas y negritudes y sus bienes.
6
Como se ha vendido a nivel internacional existe en Colombia actualmente un proceso
jurídico en el cual “se está negociando entre el Estado y los grupos paramilitares”,
nosotras y nosotros pensamos que este proceso al contrario de una negociación es un
paso más para consolidar la relación entre: estado, clases ascendentes, latifundistas y
narcotráfico; dándole un marco jurídico, la orientación de las políticas públicas del estado,
el desarrollo del proyecto económico que antes señalamos, y la búsqueda de la
legitimidad política a nivel nacional e internacional.
Sobre este proceso existe abundante información de las organizaciones hermanas y de
derechos humanos en Colombia, para este ejercicio sencillamente diremos que es un
proceso que se abrió desde el inicio del primer mandato de Álvaro Uribe Vélez en 2002,
en el cual de manera irregular se han “desmovilizado” 30.000 paramilitares, que ha
concentrado la atención bajo el discurso del fortalecimiento del Estado, que ha intentado
de varias formas dar un Status Político a las fuerzas paramilitares. Como señalamos
anteriormente tales grupos fueron y son incentivadas por el estado en concordancia con
el capital privado, especialmente en zonas donde se articulan tanto los proyectos
estratégicos económicos, como las comunidades en resistencia, y cuyo principal papel ha
sido la consecución a través de medios violentos y de terror de niveles de “estabilidad”
para el “desarrollo económico del país”.
Es importante para nosotras y nosotros reafirmar que esta es una política derivada de la
primera, es decir los paramilitares y el proceso que adelanta actualmente el estado, son
un proyecto derivado del proceso general de acumulación, esto por cuanto se ha venido
construyendo un tipo de discurso confuso en el cual se fragmentan tales realidades en
especial en Europa, y bajo la cual, entendemos el principal beneficiado es el Estado, por
tal discurso lo “limpia” fácilmente de su responsabilidad histórica en las desigualdades de
nuestro país y de la misma manera lo pone al margen de la estrategia paramilitar que
nació, fue impulsado, financiado y alimentado ideológicamente por los sectores que
detentan el poder en Colombia, tal como lo confirma el escándalo de la para- política.
En la relación de estos dos elementos, (el nuevo proceso de acumulación de capital, y la
forma en que este se impuso a través de la guerra en las últimas décadas) llegamos al
punto que queremos hacer énfasis hoy.
Si bien en Colombia existió guerra sucia en contra de las organizaciones populares, es
solo desde la década de los 90 que los grupos paramilitares empiezan a incluir un
modelo de reordenamiento en las regiones que incluye la protección del capital, el control
social de la población, la vinculación propia con sectores de la economía, en especial los
considerados ilegales (drogas, contrabando y economía informal en especial). Y una
mayor articulación con las inversiones de multinacionales.
Aquí a pesar de la ausencia de fuentes completas vamos a intentar reseñar la
problemática de esta perversa imposición de modelo frente a la tierra; Desde los 90,
mientras que estudios de fuentes oficiales afirman que en los últimos 20 años hubo en
Colombia a 12/05 1.732.551 migrantes internos (395.847 Hogares), organizaciones
como CODHES y la Pastoral Social estiman que hubo entre 2 y 4 Millones. La información
es igual de dispar en cuanto a los bienes usurpados ni en cuantificación, tamaño,
ubicación y estado legal pasado y presente.
7
Según los estudios de tierras perdidas o apropiadas ilegítimamente los datos Oscilan
entre 2.5 millones de Has (CGR) y 6.8 Millones de Hectáreas (Acción Social), este último
dato es el de manejo oficial del estado, sin embargo el manejo del tema aún dista de
ganar mayor claridad, un estudio reciente afirma que la concentración de la propiedad en
Colombia aumentó en 15 años de 16 millones de Has a 56 Millones, no se afirma aquí
que toda la concentración de tierra deviene directamente de la guerra, empero desde la
mirada más compleja que intentamos abordar estas si están relacionadas.
Los Departamentos en los que existe mayor cantidad de tierras usurpadas son, Antioquia,
Choco, Magdalena, Cesar y Caquetá, Seguramente no alcanzamos a dar un balance en
extensión de la relación entre, macroproyectos – multinacionales- agro-exportación –
paramilitares – ley de justicia y paz, en estos departamentos, pero lo cierto es que la
relación es directa, simultanea y evidente.
Algunos de los casos más sonados en los últimos tiempos así lo demuestran. (Chiquita
Brands fue condenada en Estados Unidos de Norteamérica a pagar 25 millones de
Dólares por pagos a grupos paramilitares, existen fuertes investigaciones sobre CocaCola y la Drumond, Así como se ha abierto investigación a políticos Colombianos,
empresarios industriales, ganaderos, palmicultores en estas regiones).
La apropiación ilegitima de los bienes de las comunidades campesinas, indígenas y
negras, fue apoyada también por la negligencia histórica del Estado, en cuanto al
incumplimiento de la distribución de la tierra (ni siquiera en las cantidades propuestas por
sus propios planes de desarrollo), y la ausencia de seguridad jurídica a los predios, el
65% del 88% de la superficie del país no cuenta con títulos de propiedad. De igual forma
no se ha dado cumplimiento al respeto de los territorios étnicos y zonas de conservación
ambiental. Que ha permitido la intromisión y explotación de predios protegidos por la ley
como el caso de los Consejos Comunitarios de Cacarica, Jiguamiandó y Curvaradó.
En estos predios a pesar de la reglamentación a favor de las comunidades, empresas
nacionales y de capital extranjero adelantan extracción maderera y proyectos de palma
africana con todas las garantías y permisos de funcionamiento del estado. Ahora es
sabido que tales proyectos funcionan hasta con financiamiento del estado e incluso con
recursos de cooperación internacional como la Empresa URAPALMA que obtuvo créditos
del estado a través de FINAGRO y el ministerio de Agricultura y ayuda de USAID vía Plan
Colombia, o el similar caso del Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera (Tumaco.
Nariño) en el que existió ocupación indebida y explotación de las empresas Palmeiras S.A.
y Palmas Oleaginosas Salamanca, en un caso que ante su evidencia fue reversado por el
mismo estado.
LA FARSA DE LA REPARACION.
Pero si de resultados del estado se trata a lo largo de estos años, las políticas acerca del
problema del desplazamiento interno se orientaron a la recepción, ayuda humanitaria y
programas asistenciales, justificando así la reconcentración de la propiedad, y ni siquiera
alcanzan a los mínimos propuestos en el Plan Nacional de Desarrollo, A 12/2005 de
150.000 Has a 15.000 familias que se proponían entregar a población del campo
(migrantes o no) solo se entregaron 59.000 Has a 3.530 familias.
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Es a través de la Ley de Justicia y Paz, que reglamenta el proceso con los paramilitares
que se legitima aun más la concentración de la tierra y la imposición del modelo, en
primer lugar por que hasta hoy la ley ha dispuesto 3 momentos para la devolución de los
bienes usurpados reduciendo la entrega de bienes a los Adquiridos Ilícitamente (se
excluyen formas de testaferrato, compras forzadas, legalizaciones a través de corrupción
de instituciones), El primer momento fue el de “desmovilización”, allí solamente uno, el
bloque Catatumbo entregó bienes muebles e inmuebles rurales y en una cuantía risible,
105. El segundo momento es el de las versiones libres, en cuanto a este momento, la
condición de versión libre no implica la totalidad de confesiones y entrega, al ser libres el
paramilitar no está sujeto a ningún tipo de reclamo, han sido a estas alturas develados
casos como el de Carlos Mario Jiménez conocido como MACACO, que en la versión libre
adujo que las propiedades eran licitas y que habían sido devueltas en su totalidad, y
luego bajo investigación por trafico de drogas se le incautaron millones de dólares en
bienes muebles e inmuebles en varias regiones del país a nombre de toda su familia.
Sin embargo tales bienes, no serán devueltos a sus dueños puesto que ingresan por
extinción de dominio al narcotráfico a la Dirección Nacional de Estupefacientes que
maneja programas de entrega de tierras sin que estos correspondan a la devolución de
las tierras a sus propietarios originales. Ya se han develado casos en los cuales los bienes
“incautados” son puestos en manos del mismo capital privado bajo figuras como
comodatos y arrendamientos.
El tercer momento es durante el proceso judicial antes que se profiera la condena, en el
que producto del tramite previsto en el Incidente de reparación existen reducidos
términos para que las victimas puedan reclamar, presentar pruebas y controvertir la
versión de los paramilitares, y porque bajo el privilegio de la oralidad del proceso las
victimas tendrían que asistir en frente de los vicitmarios, cuestión que por un lado es
denigrante moral y sicológicamente, y de otro es riesgoso puesto que es conocido que en
la gran mayoría de las regiones el poder militar sigue intacto. De tal forma durante los
tres momentos de “devolución en el proceso” la impunidad frente al problema de tierras
es no solamente denigrante sino creciente.
Por otra parte el mismo diseño de la ley de justicia y paz, en cuanto a los mecanismos de
reparación que propone plantea la posibilidad que los mismos desmovilizados sean
quienes “adelanten la reparación” de manera directa o a través de proyectos productivos
financiados por el estado y la cooperación internacional, dichos proyecto en la mayoría de
los casos son orientados por el ministerio de agricultura y contemplan el manejo y mano
de obra de las plantaciones y procesamiento de los productos que se han privilegiado en
las cadenas productivas y en las metas de agro-exportación. Pero esto no es lo más
cínico del planteamiento sino que en la financiación de tales proyectos de “reparación” se
contempla una participación del los desmovilizados en un 50%, campesinas/os 25%, y
población desplazada 25%.
Total que además que la gente no recupera sus bienes, tiene que trabajar con sus
victimarios, estará atada a proyectos agro-exportadores bajo lógicas del capital
financiero, en las cuales la producción real se ve a mediano y largo plazo, como el caso
de la mencionada palma africana que revierte ganancias a los 8 y 10 años.
9
AJUSTES LEGISLATIVO PARA EL GRAN CAPITAL
Toda esta formulación corresponde y es complementaria con el Estatuto Rural y sus leyes
complementarias, Ley forestal, que pretende además de todo lo que hemos descrito y la
consecuente privatización de los recursos básicos para la vida, la formulación de una
serie de normas que restringen y pretenden anular la Autonomía y Soberanía de las
comunidades a producir lo que prefieren y en la manera como lo prefieren.
La firma del TLC, la ley de impunidad y lo concerniente a las privatizaciones de la
educación, la salud, los servicios públicos son retrocesos de ganancias obtenidas con
luchas de hombres y mujeres durante años.
EFECTOS EN LAS MUJERES Y RESISTENCIAS
Por el papel que cumplimos las mujeres en todos los aspectos de la sociedad somos
afectadas de diversas maneras por todo esta situación:
1- Somos las principales victimas de las acciones militares y paramilitares en esta
guerra, desplazamiento forzado (85% mujeres y niños), asesinatos, violación y
mutilaciones, amenazas, confinamiento, fumigaciones (malformaciones genéticas),
viudez y orfandad infantil.
Destrucción de las organizaciones sociales, asesinato a las dirigencias,
criminilazación, dispersión, captación y corporativizacion.
2- En lo económico por la acción de la guerra perdemos el medio de sustento en la
tierra, perdida de la economía campesina. El desempleo en la medida en que de
los sectores económicos privatizados como la salud, la educación y otros las
primera afectadas somos mujeres. informalidad en el trabajo para responder por la
subsistencia de la familia a un alto costo.
3- La precarización de la canasta familiar en la medida en que seguimos siendo
quienes asumimos en rol domestico de la subsistencia.
4- En nuestras vidas por el deterioro de nuestra salud y la mala atención de esta
como efecto de la privatización, entre otros efectos.
5- En lo social además de la pobreza y miseria expresada en la muerte de niños y
niñas indígenas, el aumento de la prostitución, los suicidios y la profundización de
la violencia intrafamiliar. La pérdida de la identidad cultural.
Por ello no somos ajenas a las luchas de resistencia contra el modelo y sus guerras
participando de manera activa en todas las luchas que de manera conjunta o en cada
sector se ha venido realizando, en la búsqueda de solución política y negociada al
conflicto social y armado, con un no profundo a esta guerra, por ello hemos estados
presentes en acciones importantes desde 1.999:
La Asamblea nacional de mujeres por la paz, la vida y contra la impunidad.
El mitin y pliego entregado al gobierno de Pastrana contra la eliminación de la dirección
nacional de la mujer y secretarias de la mujer
Participación y negociación en el paro cívico nacional.
La audiencia nacional de mujeres en el marco del proceso de paz y negociación de ese
momento.
La gran movilización de pan y rosas con la entrega de un pliego al estado
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La movilización nacional de mujeres contra la guerra
La movilización de mujeres al Putumayo contra las fumigaciones.
La movilización de mujeres en la frontera sur como acción de la Marcha Mundial de
Mujeres.
Y tantas acciones más con propuestas y apuestas como la soberanía alimentaría, la
recuperación de semillas y la identidad cultural para la resistencia en el territorio, pero la
guerra se profundiza y el modelo se va implementando contra nuestra voluntad popular,
por ello nuestros retos son:
1) Persistir en la exigencia urgente del ACUERDO HUMANITARIO hacia la salida política
y negociada del conflicto social y armado que pare la guerra y sus pretensiones
neoliberales.
2) Fortalecimiento de las organizaciones, pensamos que siempre debe ser el primer
mandato, con organizaciones débiles no podemos enfrentar a un enemigo tan
preparado, calculador y autoritario con organizaciones débiles.
3) Construcción de legitimidad local, necesitamos construir espacios de base, en los
que las comunidades puedan traer consigo la utopía, y se haga una franca oposición
a las formas en que el sistema se nos impone, bajo nuestros principios de soberanía
alimentaría, vida digna y solidaridad.
4) Muchas de las organizaciones estamos “arañando” los pocos espacios que quedan
en el seno del mismo estado, como las altas cortes y los acuerdos internacionales,
para fallar y detener la ambición perversa, hasta ahora se han tenido algunos
resultados, sin embargo es de vital importancia la solidaridad y denuncia
internacional para el cumplimiento de los acuerdos internacionales y las sentencias,
a la vez para que los procesos sean más eficaces y colectivos.
5) Es urgente avanzar en la construcción de un proyecto de país junto con los otros
sectores populares y sociales.
6) Necesitamos solidaridad internacional en la recuperación y liberación de la madre
tierra, se han empezado a dar esas luchas y se necesita acompañamiento es esta
importante tarea.
GLOBALICEMOS LA LUCHA, GLOBALICEMOS LA ESPERANZA
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