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PAGINA 22
INFORMACION GENERAL
La Plata, domingo 12 de junio de 2011
PREOCUPACION EN LA SOCIEDAD DE INFECTOLOGIA
Antibióticos: advierten que más de la
mitad se receta en forma innecesaria
Lejos de curar, el uso
inapropiado de ellos
viene generando que
algunas infecciones
comunes se vuelvan
cada vez más
peligrosas
Por
NICOLAS MALDONADO
“Serán los microbios los que
tengan la última palabra”, dijo
Pasteur hace más de un siglo, y
aunque su frase admite varias
interpretaciones, una de ellas
resuena hoy como una oscura premonición. Mientras que la Organización Mundial de la Salud sostiene que el mundo está al borde
de que muchas infecciones comunes vuelvan a matar sin freno
debido al mal uso de antibióticos,
en nuestra región, más de la mitad
de ellos se receta en forma innecesaria.
Así lo aseguran desde la Sociedad de Infectología de La Plata,
donde médicos de la Región se reúnen regularmente a analizar uno de
los efectos más preocupantes de
esa conducta: el surgimiento de
“bacterias problema”. Y es que a la
par del uso irresponsable de antibióticos han venido apareciendo en
la comunidad infecciones cutáneas,
urinarias y respiratorias causadas
por cepas que ya no responden a
los tratamientos habituales.
¿Por qué se recetan entonces
más antibióticos de los necesarios?
La pregunta, aunque sencilla, no es
fácil de contestar. Sucede que el
fenómeno de la sobreprescripción
responde tanto al desconocimiento, la negligencia y al temor como
a presiones comerciales, admiten
los propios médicos.
El hecho es que liviandad con
que se recetan, se venden y se consumen antibióticos constituye una
de las principales causas de que
estas drogas, alguna vez milagrosas, estén perdiendo la pulseada
frente a los gérmenes. Porque contra lo que sucedía hace unas décadas, hoy las bacterias logran volverse inmunes a los antibióticos
mucho antes de que el hombre
desarrolle otros para reemplazarlos. Y a este ritmo, el futuro que se
perfila para el mundo resulta aterradoramente parecido al que
sugiere la frase de Pasteur.
LA OTRA PATA: AUTOMEDICACION
Aunque el uso inadecuado de antibióticos responde en gran medida a
la sobreprescripción que hacen de
ellos los algunos médicos, también
los pacientes alimentan el fenómeno.
“Se calcula que el 30% de los antibióticos que se toman incorrectamente
corresponden a casos de automedicación o prescripción farmacéutica”,
sostiene el doctor Enrique Mules.
“Hoy por hoy cualquier persona te
recomienda un antibiótico al escuchar
que tenés fiebre. Aunque a nadie se
le ocurriría indicar un anticonvulsivo o
un antihipertensivo sin ser médico, no
sucede lo mismo con los antibióticos.
La gente tiene en general la sensación de que no son peligrosos, cuando en realidad no es así”, explica la
doctora Marisa Bernan.
Pero si existe automedicación es
también por la facilidad de acceder en
nuestro país a medicamentos que no
son de venta libre. Un reciente estudio de la consultora IMS Health comprobó que en Argentina tres de cada
diez medicamentos de venta bajo
receta se adquieren sin prescripción
médica y el 23,6% de ellos son antibióticos.
“El deseo de los médicos de
curar”, “el temor a equivocarse
quedando expuestos a una demanda por mala praxis”, “la insistencia de los pacientes” y “la presión
que ejerce la industria farmacéutica en la promoción de sus productos” son algunas de las causas que
llevan a que “muchas veces, ante
la duda, los médicos terminen
dando un antibiótico aún cuando
no están convencidos de que vaya
a servir”, dice el doctor Jorge
Contarelli, jefe de Infectología del
Hospital San Juan de Dios y presidente de la Sociedad de Infectología de La Plata.
A esa larga lista de causas, su
colega, la doctora Marisa Bernan infectóloga del Hospital San Roque y docente en la Cátedra de
Infectología de la Facultad de
Medicina de La Plata- le agrega el
“factor desconocimiento”. “Salvo
los infectólogos y los farmacólogos, los médicos en general no
tenemos una formación muy fina
en antibióticos. Como son drogas
utilizadas en casi todas las especialidades, el margen de desconocimiento en ellos es mayor al que
se da con otras drogas específicas”, dice.
Con todo, no se puede descar(Sigue en pág. 23)
Doctora Silvia González Ayala
Doctor Amadeo Esposto
Doctor Jorge Contarelli
Titular de la Cátedra de Infectología de la Facultad de
Medicina de la UNLP e infectóloga del Hospital de Niños
Jefe del Servicio de Infectología
del Policlínico San Martín
Jefe del Servicio de Infectología del Hospital San Juan de
Dios y presidente de la Sociedad de Infectología de La Plata
Si bien el problema se da en todo el país, en
La Plata es mayor por la concentración de
médicos. A más médicos,
mayor es el uso de
antibióticos por la presión
de la industria. Es sabido
que algunos laboratorios
incentivan el uso de sus
antibióticos premiando a
los médicos que más los
recetan”.
“
Está demostrado que en nuestro país cerca del
60% de las prescripciones de antibióticos es
inadecuada; el error
más común es tratar
infecciones
respiratorias virales
como si fueran
bacterianas. Como los
virus no responden a
los antibióticos, lo
único que se logra
con eso es
inducir
resistencia”.
“
“
No es que los microbios sean más ni que se
hayan vuelto más agresivos,
sino que no responden a
algunos antibióticos que
hace unos años eran
sumamente efectivos. Esto
se debe esencialmente al uso
inadecuado de los
antibióticos: muchas veces se
los usa para procesos que no
los requieren, como
infecciones respiratorias
virales”.
INFORMACION GENERAL
La Plata, domingo 12 de junio de 2011
PAGINA 23
Doctor Enrique Mules
Doctora Marisa Bernan
Jorge Errecalde
Infectólogo del Hospital Español y docente en la Cátedra de
Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNLP
Infectóloga del Hospital San Roque y docente en la Cátedra
de Infectología de la Facultad de Medicina de la UNLP
Titular de las cátedras de Farmacología en las
Facultades de Veterinaria y Medicina de la UNLP
Se supone que a menos que uno esté muy
seguro del tipo de infección que enfrenta
siempre debe pedir un análisis bacteriológico
antes de recetar un antibiótico.
Pero esto es algo que
muchos colegas no
hacen por falta de
recursos, falta de
tiempo o simplemente
porque se han
acostumbrado a
trabajar así”.
“
Creo que la sobreprescripción puede
explicarse desde muchos lugares, pero hay
dos factores fundamentales: por un lado el temor
de los médicos a que el paciente evolucione
desfavorablemente por
retrasar el uso de
antibióticos y verse
involucrados en una
demanda por mala praxis;
por el otro, la presión de
los laboratorios para el uso
de nuevos antibióticos”.
“
“
(Viene de pág. 22)
tar tampoco cierto grado de negligencia profesional. “Se supone
que a menos que uno esté muy
seguro del tipo de infección que
enfrenta siempre debe pedir un
análisis bacteriológico antes de
recetar un antibiótico. Pero esto es
algo que muchos colegas no hacen
por falta de recursos, falta de tiempo o simplemente porque se han
acostumbrado a trabajar así”, dice
el doctor Enrique Mules, infectólogo del Hospital Español y docente en la Cátedra de Salud
Pública en la UNLP.
Lo cierto es que esa forma de
trabajo, que en muchas ocasiones
excede a los propios profesionales
para tornarse estructural, es la que
explica la mayor cantidad de casos
en que los antibióticos son indicados innecesariamente. Así lo señala entre otros el doctor Amadeo
Esposto, jefe del Servicio de
Infectología del Hospital San Martín. “El error más común, sobre
todo en esta época y en chicos, es
tratar infecciones respiratorias
virales como si fueran bacterianas.
Como los virus no responden a los
antibióticos, lo único que se logra
con eso, además de un gasto inútil,
es inducir resistencia”, afirma.
CEPAS ESCURRIDIZAS
Pero mientras que el “gasto
inútil” por la prescripción innecesaria de antibióticos pasa inadvertido, su otra consecuencia, el surgimiento de gérmenes resistentes,
no. “Las bacterias resistentes han
trascendido ya el medio hospitalario para instalarse en la comunidad. En la Región tenemos microbios causantes de infecciones que
hace sólo diez años eran fáciles de
tratar y hoy nos vemos en figurillas para controlarlos”, sostiene el
doctor Contarelli.
“Lo más preocupante es la aparición en la comunidad de estafilococo resistente, un germen que si
bien suele producir manifestaciones leves en la piel y partes blandas, tiene un potencial de agresividad muy alto. Mientras que hace
dos años casi no se veía en esta
región, el último relevamiento de
la Sociedad de Infectología mostró
que cerca de un 40% de las lesiones de piel cultivadas correspondían a este germen resistente”,
comenta el doctor Esposto.
“El caso típico es el de un niño
al que se le infectó una herida en
la piel y le indicaron Cefalosporina de primera generación, un antibiótico que hoy no sirve para nada
porque el 70% de las cepas son
resistentes a él. Entonces, al no
controlar la bacteria, la infección
progresa comprometiendo al músculo o derivando en una infección
DE LOS ANIMALES AL HOMBRE
Mientras que la mitad de los antibióticos que se producen en el mundo
va para el hombre, la otra mitad se
destina a los animales, fundamentalmente para su engorde. Y esa forma
de utilización “también genera serios
problemas de resistencia”, señalan
desde la Sociedad de Infectología de
La Plata.
“Cuando vos les administrás un
antibiótico en cantidades bajas junto
a la comida, los animales ganan peso
más rápido; pero a su vez, esa gran
presión de antimicrobianos hace que
el riesgo de que aparezca resistencia
generalizada que puede matarlo”,
explica la doctora Silvia González
Ayala, titular de la Cátedra de
Infectología de la facultad de
Medicina de La Plata e infectóloga
del Hospital de Niños.
“Lo mismo pasa en infecciones
urinarias comunes, como la cistitis
-agrega Contarelli-; uno tiene que
hacer ejercicios de inteligencia y
acomodar el antibiótico porque los
que usamos siempre ya no funcionan. Ni hablar cuando se trata de
infecciones que se producen dentro
de los hospitales: hoy muchas
veces tenemos que arrancar echando mano a los antibióticos de reserva, los que se dejan para última
instancia, previendo la posibilidad
de que si le erramos con la droga
podemos tener complicaciones
serias y hasta perder al paciente”.
UNA OSCURA PERSPECTIVA
Es frente a esta realidad que la
directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan,
salió meses atrás a advertir que si
no se toman medidas urgentes, el
mundo entrará en “una era postantibióticos, en la cual muchas infecciones comunes no tendrán una
cura y, de nuevo, matarán sin
freno”. Aunque tal pronóstico pueda sonar exagerado, la mayoría de
sea mayor. En las explotaciones de
pollos y cerdos es donde más presión
antibiótica hay”, explica el doctor
Jorge Errecalde.
“Está muy discutida la incidencia
que tiene el uso de drogas veterinarias en la resistencia humana. Algunos dicen que es gravísima; otros,
que ocupa un lugar secundario. Pero
lo indiscutible es que si vos utilizás
continuamente dosis bajas de antibióticos en una explotación animal estás
generando resistencia y eso implica
el riesgo de que eventualmente llegue al hombre”, dice Errecalde.
los médicos con mayor experiencia en infecciones se muestra de
acuerdo con él.
“La OMS no está exagerando
en absoluto. Hoy las bacterias van
más rápido que los antibióticos.
En nuestro medio es terrible lo que
está ocurriendo: además de que
hay un sobreuso de antibióticos en
infecciones respiratorias, existe
una fuerte cultura de la automedicación y una venta generalizada
sin receta en farmacias”, dice la
doctora González Ayala.
Es una realidad tan “concreta”
como “difícil de resolver si no se
lo hace a través de un uso más
racional”, coincide el doctor Esposto. Sucede que “mientras que
se requieren unos diez años para
desarrollar un antibiótico, hoy ese
antibiótico empieza a perder efectividad a los tres años y ya nadie lo
receta”.
De esta forma, “como ha dejado de ser negocio desarrollar antibióticos, las farmaceúticas en general no invierten en investigación;
por lo cual la perspectiva de que en
los próximos años surjan antibióticos originales es casi nula”, sostiene el doctor Esposto, quien deja
flotando la conclusión inevitable
de su análisis: “Hoy más que
nunca hay que cuidar los antibióticos que tenemos”.
En estos últimos años el problema de la
resistencia se fue agudizando; creo que
fundamentalmente por la mayor utilización de
antimicrobianos, la cual aumenta la presión de
selección sobre las
bacterias. La
única posibilidad
de resolver esto
es hacer un uso
prudente de
los antibióticos
que tenemos en
lugar de
dilapidarlos”.