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Transcript
LUNA LLENA
Luna llena, luna llena,
tan redonda, tan redonda
en esta noche serena
de marzo, panal de luz
que labran blancas abejas!
Antonio machado
EN EL ESPACIO
En el espacio
blandos buzos lechosos
estrellas son
distancias
no existe el cielo
sí acaso es Universo
una profundidad cuadrada
en su silencio
amenazas de pozos
sin aguas sin origen sin fondo
pozos cisterna
eternos
para lluvias sin agua.
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
el aire la vela, vela.
El aire la está velando.
Federico García Lorca
LA LUNA
La luna está dormida,
LA ESTRELLA POLAR
no despiertes a la luna,
que salió de paseo
y vino a la una.
Se dio una vuelta ,
saludó a la osa mayor,
dio un beso a marte
y a júpiter un pañuelo le bordó.
La luna está despierta,
un ojo ya abrió,
cuando el sol
después de su ronda, se escondió.
Las estrellas le hacen compañía,
I
luminan la noche oscura,
como un gran queso
y virutas de frescura.
Cuando te asomes,
y la veas,
no te olvides de guiñar un ojo
a la que...
toda la noche está en vela.
Carmen Sánchez García-Cuenca
ROMANCE A LA LUNA
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
el niño la mira mira.
El niño la está mirando.
en el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
Luciérnaga celeste, humilde estrella,
de navegantes guía; la boquilla
de la Bocina que a hurtadillas brilla,
violeta de luz, pobre centella
del hogar del espacio; ínfima huella
del paso del señor, gran maravilla
que, broche del vencejo en la gavilla
de miles de soles, sólo ella los sella.
Era el girar del universo quicio
basado en nuestra tierra; fiel contraste
del Hombre Dios y de su sacrificio.
Copérnico, Copérnico, robaste
a la fe humana su más alto oficio,
y diste así con su esperanza al traste.
Miguel de Unamuno
EN EL ESPACIO
En el espacio
blandos buzos lechosos
estrellas son
distancias
no existe el cielo
Si acaso es Universo
una profundidad cuadrada
en su silencio
amenazas de pozos
sin aguas sin origen sin fondo
pozos cisterna
eternos
para lluvias sin agua.
Manuel Vázquez Montalbán
EL SOL
El sol se despierta
entre la montañas,
abre bien los ojos,
se lava la cara
y alumbra los campos
con su luz tan blanca.
La cigarra canta,
despierta el cuclillo,
y se oye a lo lejos
el cri cri del grillo.
Gloria Fuertes
¡ADIÓS, SOL!
¡Adiós, sol!
bien sé que eres la luna,
pero yo
no lo diré a nadie,
sol.
Te ocultas
detrás del telón
y disfrazas tu rostro
con polvos de arroz.
De día, la guitarra del labrador;
de noche, la mandolina
de pierrot.
¡qué más da!
tu ilusión es crear el jardín
multicolor.
¡Adiós, sol!
no olvides lo que te ama
el caracol,
la viejecilla
del balcón, y yo…
que juego al trompo con mi…
corazón.
Federico García Lorca
A veces
si miro de noche al cielo
me siento milimétrico y exactamente nocturno
como una ecuación
llena de constantes inconstantes
e incógnitas sin solución
que se fueran resolviendo
simultáneamente
bajo las estrellas
en un instante
de golpe y por puro azar.
Alfonso Vallejo
LA LUNA ASOMA
Cuando sale la luna
se pierden las campanas
y aparecen las sendas
impenetrables.
Cuando sale la luna,
el mar cubre la tierra
y el corazón se siente
isla en el infinito.
Nadie come naranjas
bajo la luna llena.
es preciso comer
fruta verde y helada.
Cuando sale la luna
de cien rostros iguales,
la moneda de plata
solloza en el bolsillo.
Federico García Lorca
LA LEY DE LA GRAVEDAD
Se van los años cada vez más breves
con rosas primavera, con los trigos
el verano, el otoño con los higos
y el negro invierno con las blancas nieves.
Según hacia tu ocaso más te mueves
más raudos van, de tu vivir testigos
que te arrancan, cual fieros enemigos,
el reposo. Si allá en las horas leves
de mocedad marchaban en tortuga,
hoy descubres la ley que nos aflige
de gravedad, a tu primer arruga;
más cerca de la tierra se te exige
que corras más, y no queda otra fuga
que ir a parar donde el destino fije.
Miguel de Unamuno
PORQUE ES BELLO EL UNIVERSO
Porque es bello el universo
desde el borde de la muerte
estrellas que ya ha desecho
el tiempo
y aún lloramos
oscuros espacios
mientras parece inútil
sobre el mar la lluvia
cuando desde el filo
de la muerte
llevo hasta lo hondo de mi pena
una mirada de mis ojos
como fue en las islas
hace mil años
cuando amé un instante
a una muchacha
y enseguida se borró el fuego
de la vida.
Antonio Ferres
SI MIRO DE NOCHE AL CIELO
A veces
si miro de noche al cielo
y observo la luna y las estrellas
creo que lo he comprendido todo
en un instante
de golpe y por puro azar,
sin saber muy bien por qué.
Me pregunto
qué tipo de nervios
recorren los planetas
y trasladan la electricidad
de punto en punto,
uniéndolo todo
como un laberinto
que acaba aquí.
Lo sé y no lo sé
al mismo tiempo.
Pero casi lo invento.
Adivino el límite total de todo
en el borde del firmamento,
las aristas que todo lo sostienen,
las intersecciones y nudos
que matemáticamente estructuran la realidad.
Me pregunto cómo yo
pequeño animal instantáneo,
accidente accidental de una siesta compartida,
fui presentado al cromosoma Filadelfia
a las Pléyades y a Plutón.
Me pregunto por qué he podido escuchar a Beethoven,
a los pájaros cantores de tantas alamedas,
y sobre todo a ti,
oculta en lo profundo de lo más profundo,
sujeta a lo verde,
silenciosamente junto a mí.
haciéndonos ceniza, frondosidad de bosques,
latidos o recuerdos de las vidas que fuimos.
ORIGEN DE LA ASTRONOMÍA
El sonido del sol en tu
corazón
Que vibra en el cielo de tu
pecho
Te enseña un error
Conocido en todas partes
Justo Jorge Padrón
Un gong solar llama al día
La luna danza al otro lado
En mediodía sube y baja y
sube
El error en todas partes
conocido.
Su obligación es danzar
doce veces
Aunque algo demasiado
veloz.
René Daumal
ANILLOS DE SATURNO
Que el tiempo no transcurre como giran los astros,
suavemente, dejando
un rastro azul de octavas y becuadros,
un teorema perfecto en la mano de Newton,
sino que, brutalmente,
como arpón que quisiera extraerse al recordar,
desgarra los violines, triza los monumentos,
nos abate.
Francisco Serradilla
L
MEDIA LUNA
La luna va por el agua.
¿cómo está el cielo tranquilo?
va segando lentamente
el temblor viejo del río
mientras una rana joven
a toma por espejito.
Federico García Lorca
LA VÍA LÁCTEA
Busquemos, elijamos el centro de la vida
entre trillones de galaxias mudas,
una, quizás la más extraviada.
Crucemos por la noche inquebrantable
a través de la lumbre del misterio
hasta llegar sin pausa al hogar encendido.
Allí, en un rincón apartado del orbe,
girando en la hermosura de sí misma,
iluminada por difusos nimbos
de rotundas estrellas transparentes,
se yergue en los jardines siderales,
esta casa común: la Vía Láctea.
Tras el filo avizor de distancias remotas,
cerrados laberintos, espirales de nieblas,
esbozan los perfiles de globulares cúmulos,
astros insolidarios, altivas supernovas
brillando incandescentes como un millón de soles;
los agujeros negros, donde todo se olvida
en su voracidad de fauces pantanosas;
planetas sojuzgados por el frío,
esparsiles silentes con lunas clausuradas,
cárdenos asteroides vagabundos,
hostiles como el odio o la traición;
traslúcidos luceros tan cálidos y jóvenes
con el brillo candeal de su semilla
para poner erguido el aura de los sueños.
Cada solar sistema es una red,
un ámbito fluyente de apariciones súbitas
y desapariciones, creación, destrucción,
en incesante y lento transcurrir.
Al entrar en el nuestro, hay enjambres,
moléculas orgánicas que rodean a Helios
exhalación lumínica de indómitos cometas.
Son heraldos del sol que atraviesan sus lindes
descubriendo a los astros apagados
y a fugitivos cuásares que alumbran
un pujante universo desbordándose.
Plutón, el más distante de los mundos fraternos,
cubierto por su capa de metano glacial,
acompaña a su luna solitaria, Caronte.
Giran planetas turbios, monarcas del silencio,
proscritos por secretas lejanías.
Neptuno, en la luz verde de su cetro invisible,
vigía de las cósmicas honduras,
con Tritón y Nereida como amantes.
Urano, el enigmático, envuelto por su atmósfera
de ponzoñosas densidades frías.
y luego el rey de reyes, Saturno, el coronado
por cuatro aros concéntricos, rodeado de gemas
de todos los relumbres galaxiales.
Su séquito, de quince efebos mitológicos,
le despliegan la música imantada
de sus tenues esferas misteriosas.
Despierta, ciego, Júpiter tonante
en llanuras de hidrógeno y fáusticos relámpagos,
viento derrochador con titanes candentes.
Una esfera vislumbro ardiendo entre sus dunas.
Sus cárdenos volcanes amenazan.
Huracanes de arenas fugitivas
recorren el paisaje pedregoso de: Marte, rojo como la sangre
turbulenta.
El calor de dos lumbres en la distancia hermosa,
detiene la mirada. Son Venus y Mercurio.
Sus fuegos dialogantes nos contemplan.
Una luz acerada de acetileno astral,
atraviesa, nos fija desde dentro
para darnos la fe resplandeciente
de los sueños invictos, la espada luminosa
que hiende los temores más tenaces.
y de súbito algo nuevo nos estremece.
Brisas, nubes, vergeles de la Tierra
colman nuestros sentidos de reconocimiento.
Frágil planeta azul, inmenso y cálido
que atraviesa los aires, los milenios,
llevando nuestros ojos, durmiendo nuestras almas,