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FORMACIÓN DEL
SISTEMA SOLAR
ORIGEN DE LA TIERRA
PLANETESIMALES
EN EL SISTEMA
SOLAR
COLISIÓN DE LOS
PLANETESIMALES
La Tierra primigenia se formó, como el resto de planetas
del Sistema Solar, a partir de los materiales de la nebulosa
inicial. En concreto, del gas y polvo que formaban el
disco plano que giraba alrededor del núcleo de
condensación que dio lugar al Sol. Las partículas que
formaban este disco comenzaron a agregarse. Estos
agregados chocaban entre sí sumando su materia y
formando cuerpos de mayor tamaño denominados
planetesimales. Estos planetesimales, a su vez, también
colisionaban entre sí y formaron los planetas del sistema
solar (proceso de acreción)
OCÉANO DE MAGMA
Al colisionar, los planetesimales se unían y fusionaban debido a la enorme cantidad de calor que se
generaba en cada impacto. El resultado fue una Tierra primigenia muy caliente cubierta por un
océano de magma, de hasta 1000 km de profundidad, que permitió su diferenciación en capas (núcleo,
manto y corteza).
DIFERENCIACIÓN EN CAPAS DE LA TIERRA
La masa rocosa que se formó, la prototierra, debido a al calor
generado por los continuos impactos de fragmentos rocosos, la
contracción gravitatoria y el calor desprendido por la
desintegración radiactiva de algunos elementos, se calentó
tanto que llegó a fundirse. Como consecuencia se produjo
una reorganización de los materiales de todo el planeta y
los materiales se fueron disponiendo por orden de densidad:
El hierro fundido, mas pesado, se hundió hacia el centro y formó el núcleo del planeta.
Los materiales rocosos formaron las capas más externas de la Tierra. De ellos, los materiales rocosos más
ligeros ascendieron y formaron la corteza, mientras que los más densos quedaron en las capas intermedias
formando el manto.
APARICIÓN DE LA ATMÓSFERA PRIMITIVA
Simultáneamente, del magma y de la gran
actividad volcánica existente escapaban gran
cantidad de gases (proceso de
desgasificación) que, atrapados por la
gravedad terrestre quedaron formando una
primera capa gaseosa alrededor de la geosfera.
Nace así la primera atmósfera primitiva, cuya
composición era muy diferente a la atmósfera
actual: No había oxígeno y era muy rica en vapor
de agua y CO2. Además contenía otros gases
como H2, N2, metano (CH4), amoníaco (NH3) y
otros en menor cantidad (CO, SO2, H2S, etc.)
CORTEZA PRIMITIVA
(muy delgada, con
abundante actividad
volcánica)
APARICIÓN DE LOS OCÉANOS
A medida que los impactos de los planetesimales cesaron al ir
agotándose, la Tierra primigenia comenzó a enfriarse
lentamente. Se formaron las primeros esbozos de tierra firme, y
la corteza, primero muy fina, fue progresivamente haciéndose
más gruesa a medida que se enfriaban los materiales hacia el
interior de la Tierra.
En la atmósfera comenzaron a formarse grandes nubes por
condensación de la enorme cantidad de vapor de agua que
contenía. A medida que continuaba el enfriamiento, la nubes
bajaron y comenzaron a producir lluvia, esta lluvia enfriaba
todavía más la superficie terrestre y generaba más lluvia. Y llovió
y llovió, no sabemos a ciencia cierta cuantos años, hasta que las
nubes se deshicieron y volvió a salir el Sol, pero ahora sobre los
océanos recién formados.
Hace 4500 ma:
Formación de la
Tierra
ESTRUCTURA DE LA TIERRA
La Tierra tiene un radio medio de
6.373 km. Hay dos modelos o
divisiones de la Tierra en capas
según el criterio que se utilice:
MODELO ESTATICO O
GEOQUÍMICO, basado
en la composición
química de los materiales
de las capas, las divide
en corteza, manto y
núcleo
MODELO DINÁMICO,
basado en el
comportamiento de las
capas, las divide en
litosfera, astenosfera
(actualmente
descartada), mesosfera
y endosfera
LAS CAPAS DE LA TIERRA
LA CORTEZA CONTINENTAL Y OCEÁNICA
La corteza es la capa rocosa más
superficial y mas delgada de la
Tierra (si comparamos la Tierra con
un huevo, las corteza tendría el
espesor de la cáscara). Su grosor
medio varia entre 5-10 km en los
océanos y alrededor de 33 km en los
continentes, aunque aumenta
considerablemente bajo las cadenas
montañosas (a mayor altitud de
éstas, mayores “raíces” hay bajo el
continente). Se han llegado a medir
espesores de más 80 km bajo el
Himalaya. Existen por tanto dos
tipos de corteza, la continental y la
oceánica, con las siguientes
características diferenciales:
CORTEZA CONTINENTAL
CORTEZA OCEÁNICA
GROSOR
GRUESA, variable (33 - 80 Km bajo cordilleras)
FINA, casi constante (5 -10 Km)
COMPOSICIÓN
Granítica principalmente
Basáltica (lava enfriada)
DENSIDAD
Poco densa (2,7 g/m3)
Más densa (3,0 g/m3)
ANTIGÜEDAD
Zonas de gran antigüedad, casi 4000 m.a.
JOVEN, máximo 180 m.a.
Plataforma y talud continental
- La corteza continental ocupa los continentes, es decir la tierra firme y su prolongación bajo el mar hasta
llegar al fondo oceánico. En este borde continental se distinguen dos zonas: la plataforma continental,
zona de poca profundidad (hasta 200m) y de poca inclinación que puede ser mas o menos extensa según
zonas; A continuación se encuentra el talud continental, una fuerte pendiente que da paso al fondo
oceánico.
- La corteza oceánica comprende los grandes fondos marinos de 3000 m de profundidad como media.
EL MANTO
El manto es la capa intermedia de Tierra, llega hasta los
2.900 km de profundidad y su temperatura está
comprendida entre los 1000ºC y los 3.700ºC. Aunque su
composición química es homogénea (una roca
denominada peridotita), su estado físico varia mucho
según la profundidad, de modo que distinguimos varias
zonas:
La región superior pegada a la corteza es rígida y forma,
junto con la corteza una unidad estructural de unos 100300 km de espesor (según zonas) denominada litosfera.
Esta litosfera es rígida y forma las placas tectónicas
Por debajo de la litosfera, la roca peridotita se encuentra en un
estado semisólido, con cierta plasticidad (capacidad de
desplazamiento). A esta región del manto se le denominó
astenosfera, pero actualmente esta denominación esta en desuso.
Esta zona pertenece al manto superior y alcanza los 670 km de
profundidad
Por debajo es encuentra el manto inferior,
de peridotita más densa (debido a la
presión).
En el límite manto-núcleo se encuentra
una capa de unos 200 km de espesor
denominada capa D, constituida por
material fundido, que asciende en forma
de penachos o plumas que pueden llegar
hasta la superficie.
EL NÚCLEO Y EL CAMPO MAGNÉTICO TERRESTRE
El núcleo se extiende desde los 2900 km de profundidad hasta el
centro de la Tierra. Es una capa muy densa y se encuentra a
una presión y temperatura muy elevadas. Esta constituido
principalmente por hierro, aunque también contiene níquel y
otros elementos como oxígeno, azufre y silicio.
En él se diferencian dos zonas: el núcleo externo, fluido,
donde los materiales se agitan en fuertes corrientes de
convección y el núcleo interno, que es sólido (debido a la
mayor presión).
El campo magnético terrestre se origina debido al movimiento de las masas de hierro fundido del
núcleo externo, que generan corrientes eléctricas alrededor de la masa de hierro sólido del núcleo interno.
En conjunto el núcleo terrestre se comporta como un gigantesco electroimán, en un proceso conocido como
efecto dinamo.
La Tierra se comporta como un imán cuyos polo norte y
sur magnéticos no coinciden con los geográficos y ,
además, su posición cambia a lo largo del tiempo. En la
actualidad, el polo norte magnético se encuentra a unos
1.800km del geográfico y se está desplazando por la zona
norte de Canadá en dirección a Alaska.
Hay que destacar, que cuando hablamos de polos magnéticos
terrestres, llamamos polo norte magnético al que está próximo
al polo norte geográfico y, polo sur magnético al próximo al
polo sur geográfico; sin embargo, su magnetismo real es
opuesto al que indican sus nombres, al menos en la actualidad,
ya que la polaridad del campo magnético terrestre se ha
invertido muchas veces a lo largo de la historia de la
Tierra, sin un patrón, ni motivo conocido hasta el momento.
En la Tierra, como en cualquier imán, las líneas del
campo van del polo norte magnético hacia el polo sur
El campo magnético terrestre crea un espacio, la
magnetosfera, que es esférica hacia el Sol y
alargada en la dirección opuesta. Se extiende hasta
unos 60.000km de la Tierra en la dirección al Sol y a
mucha más distancia en dirección opuesta. La
magnetosfera actúa como una pantalla protectora
que desvía la mayor parte del viento solar (iones y
electrones libres emitidos por el Sol) que de no
existir, arrastraría los gases atmosféricos haciendo
imposible la vida sobre la Tierra.
En los polos magnéticos, donde penetran las líneas del campo magnético terrestre, entran las partículas
cargadas eléctricamente del viento solar y chocan con los átomos y moléculas de las capas altas de la
atmosfera, produciendo un fenómeno luminoso conocido como las auroras boreales o australes y
causando interferencias en las comunicaciones
Las auroras se producen cuando en la superficie del sol
tiene lugar las conocidas manchas solares, zonas del
Sol donde se producen tremendas explosiones, con
llamaradas de cientos de miles de kilómetros de longitud
(más fuertes que la explosión de 1000 bombas atómicas
simultáneas), que lanzan al espacio partículas
cargadas eléctricamente formando el llamado viento
solar.
El Sol tiene una actividad cíclica, de modo que cada
11 años aproximadamente alcanza un máximo de
manchas solares. El año 2013 fue uno de esos máximos
de actividad solar, en la que algunas de la tormentas
solares fueron tan intensas que tuvieron que desactivarse
satélites o voltearlos para impedir que se dañaran.
Se han podido observar
auroras gemelas,
simultaneas en ambos
polos, cuando se
producen estas tormentas
solares. Sin embargo,
llegar a detectar ambas
auroras ha sido muy
laborioso debido a que
sólo son visibles durante
la noche y hay muy pocos
días al año en que hay
“noche” en ambos polos a
la vez.