Download Diapositiva 1 - Oraciones y devociones

“Casa sobre roca”
Ciclo A
El evangelista san
Mateo nos ha
expuesto lo que Jesús
propone cómo debe
ser y actuar quien
quiera ser su
discípulo.
Nos dice hoy el
evangelio
(Mt 7, 21-27)
No basta
alabar y
suplicar.
En aquel tiempo dijo
Jesús a sus
discípulos: “No todo el
que me dice “Señor,
Señor” entrará en el
reino de los cielos,
sino el que cumple la
voluntad de mi Padre
que está en el cielo.
Aquel día muchos
dirán: “Señor, Señor,
¿no hemos profetizado
en tu nombre, y en tu
nombre echado
demonios, y no hemos
hecho en tu nombre
muchos milagros?” Yo
entonces les declararé:
“Nunca os he conocido.
Alejaos de mí,
malvados”.
El que escucha estas
palabras mías y las
pone en práctica se
parece a aquel
hombre prudente que
edificó su casa sobre
roca. Cayó la lluvia,
se salieron los ríos,
soplaron los vientos y
descargaron contra la
casa; pero no se
hundió, porque estaba
cimentada sobre roca.
El que escucha estas
palabras mías y no las
pone en práctica se
parece a aquel hombre
necio que edificó su
casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se
salieron los ríos,
soplaron los vientos y
rompieron contra la
casa, y se hundió
totalmente”.
Palabra del Señor
Jesús nos habla, en una parábola, de un hombre
necio que edifica su casa sobre la arena. Lo hace
por ser más fácil y ahorrarse trabajo.
El necio no
mira al futuro y
las
consecuencias
Pone un
fundamento
firme,
pensando en
el futuro,
cuando venga
el viento y la
lluvia.
Ellos basan
la religión en
cumplir
preceptos;
pero no
hacen la
voluntad de
Dios.
La voluntad de Dios es el amor:
Hoy nos dice Jesús que la
roca, el fundamento sólido
no es sólo
escuchar sus
palabras,
sino ponerlas
en práctica.
Ser fieles a la palabra de Dios
significa ser sinceros y leales, a
imitación de Jesús.
Jesús era valiente diciendo la verdad. Su
autoridad provenía de que su vida y obras
autentificaban la verdad de sus palabras.
“Por sus
obras les
conoceréis”.
Aunque en esta
vida puede haber
engaños.
La voluntad de
Dios está
significada en sus
mandamientos,
en los deberes del
propio estado y
en saber aceptar
las circunstancias
de la vida unidos
a Dios en el
espíritu.
Hay unos que se preocupan demasiado por
el hacer; pero quizá no se unen con Dios en
la oración.
Hay otros que
parece que rezan
mucho; pero si
sus obras no
corresponden en
el bien, es señal
de que su oración
no
es
tan
sincera.
Fundamentar la vida sobre arena es
fundamentarla sobre los principios
materialistas del mundo, principios que van
pasando. Es fundamentarla sobre la
destrucción.
Muchas personas
buscan en la vida lo
fácil. Y normalmente lo
mejor no es lo más
fácil.
Suele haber mucha
palabrería y poca
acción. También con
respecto a las cosas
de Dios.
En la 1ª lectura Moisés dice de parte de Dios:
“Meteos mis palabras en el corazón y en el alma”,
que significa tenerlas que expresar con las obras.
También dijo luego: “Atadlas a la muñeca como un
signo, ponedlas de señal en vuestra frente”.
Pero los
fariseos se
fueron a lo
fácil: llevarlas
en las
filacterias,
pero no en el
corazón.
También suele pasar en el cristianismo. Hay
quienes llevan el rosario colgado al pecho.
Ojalá sea signo de que también se lleve en
el corazón.
Hoy nos dice
Jesús, al final del
sermón de la
montaña, que
suele haber una
contradicción en la
vida humana:
entre lo que se dice y lo que se hace, entre
lo que se piensa y lo que es.
El hecho de
hacer
prácticas
religiosas
no es signo
de estar
fundamentados en la
Roca, que
es Cristo.
Porque
algunos
construyen
casas
espirituales
bonitas
sobre
arena.
Y así les va.
No me creas si me
viste rezando,
No me creas
si de unión yo
te hablé;
Automático
que
todo eso
se
puede
hacer
sin fe.
no me creas si en mi pecho una
cruz ves.
entonces
créeme.
porque
es muy
fácil
hablar;
a veces
hace
llorar.
no me creas si presumo de hacer bien;
que todo eso se puede
hacer sin fe.
no me
creas si al
hablar me
expreso
bien.
Cuando veas
que mi vida
es para
todos,
entonces
créeme.
porque es muy fácil
hablar;
a
veces
hace
llorar.
porque es
muy fácil
hablar;
Que María nos
ayude a querer
de verdad a
Jesús con los
hechos de vida.
AMÉN