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Transcript
HABEMUS PAPAM!!
LOS CÓNCLAVES EN
LA HISTORIA DE LA IGLESIA
LA IGLESIA ES UNA, SANTA, CATÓLICA
Y APOSTÓLICA
La Iglesia es católica, es
decir universal, en cuanto
en ella Cristo está
presente:
«Allí donde está Cristo Jesús,
está la Iglesia Católica»
(San Ignacio de Antioquía).
JERARQUÍA
PEDRO …
APÓSTOLES …
DISCÍPULOS …
SEGUIDORES …
PAPA
OBISPOS
PRESBÍTEROS
FIELES: CONSAGRADOS
LAICOS
Cristo instituyó la jerarquía eclesiástica con la misión de
apacentar al Pueblo de Dios en su nombre, y para
ello le dio autoridad.
El único discípulo vivo en el año 90
era Juan
• En el año 90 hay discrepancias entre los
cristianos. Vivía el apóstol San Juan pero no
van con él a buscar la solución sino con el
Papa Cleto.
Gregorio VII (1073-1085) pide al poder temporal
no inmiscuirse en la Iglesia
• Prohibe la investidura por laicos. Enrique IV quería
nombrar tres obispos en diócesis italianas. Empieza
a regular la elección pontificia
CÓNCLAVE
El cónclave es la reunión que celebra el Colegio
Cardenalicio de la Iglesia Católica para elegir a
un nuevo Obispo de Roma, cargo que lleva
aparejado el de Papa (Sumo Pontífice y Pastor
de la Iglesia Universal).
Hubo una elección por augurio: La
de San Fabián (236-250)
• Una paloma se posó sobre Fabián. Era la
época de la persecución del emperador Decio.
Gregorio VII dictamina que sólo los
cardenales son electores
• En 1045 era secretario del Papa Gregorio VI.
Siendo Papa, nombró siete cardenales en
Roma y dijo que sólo en Roma habría
cardenales.
Reclusión forzada
Las autoridades recurrieron en ocasiones a la
reclusión forzada de los cardenales electores,
por ejemplo, en 1216 en Perugia, y en 1241 en
Roma. Tras la muerte de Clemente IV (1268)
hubo que encerrar a los cardenales en un
palacio de Viterbo.
Cónclave de Viterbo
(1268-1271)
Después del Cónclave de Viterbo comenzado en 1268 y del que salió
elegido Papa Gregorio X, éste reguló a través de la constitución “Ubi
Periculum” de 1274 la elección de Papa.
A partir de ese momento se estableció un periodo de diez días desde la
muerte del pontífice hasta el comienzo del cónclave y se fijó la obligación
de que las sesiones de la asamblea se realizaran a puerta cerrada y en
una única sala. El secreto de las deliberaciones se garantizó con la
amenaza de excomunión para aquellos que intentaran comunicarse con
los cardenales.
Tras la experiencia de Viterbo, esta constitución recomendaba a los
purpurados que se ocuparan exclusivamente de la elección del Papa,
que debía ser rápida. Asimismo, se establecieron normas de
alimentación disciplinadas que se iban restringiendo a medida que se
extendía el cónclave.
Juan XXIII, Papa Angelo Roncalli
• Fue Secretario de Estado de Pío XII
CUM CLAVIS
El término cónclave procede del latín “cum
clavis" ("bajo llave"), por las condiciones de
reclusión y máximo aislamiento del mundo
exterior en que debe desarrollarse la elección,
con el fin de evitar intromisiones de cualquier
tipo.
¿DÓNDE SE EFECTÚA?
LOS CARDENALES BAJO LLAVE
Este sistema de encerrar a los electores del Papa,
vigente al menos desde el II Concilio de Lyon
(1274), fue mitigado por Juan Pablo II en la
Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis,
sobre la Vacante Apostólica y la elección del nuevo
Pontífice (22 de febrero de 1996).
Se establece que los electores pueden residir,
mientras dura el cónclave, en la recién construida
Casa de Santa Marta, una residencia al efecto en el
propio Vaticano, pero manteniendo la rigurosa
prohibición de cualquier clase de contacto con el
mundo exterior.
NO SIEMPRE HUBO CÓNCLAVES
A los primeros obispos los designaban los
apóstoles o fundadores de sus iglesias.
Posteriormente, se fue introduciendo el sistema
de elección por los miembros de las
comunidades, clérigos y laicos, así como por los
obispos de las diócesis próximas.
OBISPO DE ROMA
En Roma, la elección corría principalmente a
cargo de los clérigos que, bajo la supervisión de
los obispos, escogían un candidato por consenso
o por aclamación, presentándolo después ante
el pueblo para que éste lo confirmara.
Los frecuentes tumultos que este sistema
provocaba fueron causa de que en ocasiones se
eligiera a uno o más candidatos rivales, llamados
antipapas, con el caos consiguiente,
CARDENALES
El cambio más trascendente lo introdujo en 1059 el
Papa Nicolás II, quien decretó que serían los
cardenales quienes eligiesen un candidato, que sólo
podría tomar plena posesión tras haber recibido la
aprobación de los clérigos y del pueblo.
Finalmente, un nuevo Sínodo Laterano, en 1139,
eliminó el requisito de la aprobación del bajo clero
y de los laicos. La elección papal era ya, como hoy,
competencia exclusiva de los cardenales, sólo
cuestionada durante el Cisma de Occidente
(1378 – 1418).
REFORMA GREGORIANA
A partir de entonces los cardenales debían quedar
siempre recluidos en un recinto cerrado; no se les
permitían las habitaciones individuales, ni disponer
de más de un sirviente que les atendiera, salvo caso
de enfermedad; la comida se les debía suministrar
por un ventanuco y, a partir del tercer día de
cónclave, el suministro quedaba reducido a una
sola comida al día.
A los cinco días el régimen se reducía a pan y agua.
Además, mientras durase el cónclave los cardenales
dejaban de percibir sus rentas eclesiásticas.
AFINANDO EL CÓNCLAVE
Gregorio XV publicó dos bulas pontificias (1621 y 1622) que
regulaban todos los aspectos de la celebración del
cónclave.
En 1904 San Pío X recogió y unificó casi todas las dispersas
normas de los Papas anteriores a él en una Constitución,
introduciendo ciertos cambios. Pío XII añadió nuevas
aportaciones en 1945, Juan XXIII lo hizo en 1962 y Pablo VI
en 1975.
La reciente Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II (1996)
es la última reordenación en profundidad de la normativa
sobre el cónclave, con añadidos en 2007 y 2013
ELECTORES
El Colegio de Cardenales ha conocido dimensiones
diversas, desde los siete miembros con que llegó a
contar en el siglo XIII hasta los 207 del presente.
En 1587 Sixto V limitó su número a 70 miembros,
divididos en tres órdenes: seis Cardenales Obispos,
cincuenta Cardenales Presbíteros y catorce
Cardenales Diáconos
A partir de Juan XXIII, el Colegio de Cardenales
incrementó su número con el fin de dotarlo de la
máxima representatividad geográfica y nacional
posible.
RENUNCIAS
Cinco han sido los Papas que a lo largo de la
historia han declarado su renuncia al ministerio
de Pedro:
Benedicto IX (1045),
Gregorio VI (1046),
Celestino V (1294),
Gregorio XII (1415) y
Benedicto XVI (2013).
A Celestino V (1294) lo condenó Dante Alighieri
al infierno en su Divina Comedia por cobarde…
En cambio, el Papa Clemente V lo canonizó en
1313, viviendo aún el poeta.
CÓMO SERÁ EL CÓNCLAVE AHORA,
CONFORME A LO ESTIPULADO
POR LA UNIVERSI DOMINICI GREGIS
Y LAS ADICIONES DEL
MOTU PROPRIO NORMAS NONULLAS…
LAS CONGREGACIONES DE
CARDENALES
Durante la Sede Vacante, los Cardenales
desarrollan sus funciones mediante
dos tipos de comisiones, llamadas
“Congregaciones”:
la Particular y
la General.
LA CONGREGACIÓN PARTICULAR
Integran la Congregación Particular el Cardenal
Camarlengo y otros tres cardenales “asistentes”
elegidos por sorteo entre los electores llegados ya a
Roma.
Cada tres días se procede a un nuevo sorteo para
renovar a los cardenales asistentes.
La Congregación Particular se ocupa de los asuntos
ordinarios de menor entidad que se vayan
presentando durante la Sede Vacante.
La Congregación Particular cesa en sus funciones en
el mismo momento en que se elige un nuevo Papa.
LA CONGREGACIÓN GENERAL
La Congregación General está compuesta por la totalidad
del Colegio Cardenalicio y está en funciones hasta el
momento de iniciarse el Cónclave.
Los Cardenales Electores tienen obligación de
incorporarse a la Congregación General tan pronto como
les sea posible, una vez conocido el fallecimiento del
Papa.
En cambio, a los no electores se les permite abstenerse
de participar si así lo desean.
La Congregación General se ocupa de los asuntos más
importantes que se vayan presentando y tiene también
competencia para revocar las disposiciones de una
Congregación Particular.
LA CONGREGACIÓN GENERAL
Las principales obligaciones de la Congregación
General se refieren a la organización de las exequias
del difunto Papa, determinar la fecha de inicio del
Cónclave (entre 15 y 20 días desde que comenzó la
Sede Vacante), velar por la destrucción del Anillo
del Pescador y el sello de plomo, designar a dos
eclesiásticos de probada doctrina (normalmente
frailes o monjes) para que les dirijan sendas
meditaciones sobre los problemas de la Iglesia en el
momento actual y aprobar los gastos necesarios
desde la muerte del Pontífice hasta la elección del
sucesor.
CÓNCLAVE REGULAR
El proceso electoral mismo se mantiene, como
es tradición, dentro de los límites de la Capilla
Sixtina, pero se incorporan tanto la Casa de
Santa Marta, residencia vaticana de reciente
creación, como las capillas para las
celebraciones litúrgicas, las áreas por donde
deban desplazarse los cardenales para ir de un
punto a otro, e incluso los mismos jardines
vaticanos, donde pueden pasear y descansar.
BAJO LLAVE…
Se mantiene en pie la prohibición de todo contacto
con el mundo exterior (televisión, prensa, radio,
teléfono, correspondencia, Internet…), y nadie no
autorizado puede acercarse a los cardenales o
hablar con ellos mientras dura el Cónclave.
En el de 2005 se procedió, incluso, a efectuar un
barrido electrónico para detectar cualquier posible
mecanismo transmisor o receptor camuflado en el
ámbito de la clausura, y se colocó un aparato que
restringía las señales de radio dentro de la Capilla
Sixtina y las áreas próximas a ella.
La Universi Dominici Gregis aclara los motivos
de esta reclusión cardenalicia: salvaguardar a los
electores de la indiscreción ajena y de los
intentos de afectar a su independencia de juicio
y libertad de decisión, así como garantizar el
recogimiento que exige un acto tan vital para la
Iglesia entera.
MISA PRO ELIGENDO PONTIFICEM
El día señalado por la Congregación General de
Cardenales (entre 15 y 20 tras el fallecimiento
del Pontífice), tiene lugar por la mañana una
solemne misa votiva “Pro eligendo pontificem”
(para la elección del Pontífice), normalmente
presidida por el Cardenal Decano, en la que se
pide a Dios que ilumine las mentes de los
electores.
INICIO DEL CÓNCLAVE
Ya por la tarde, los cardenales, reunidos en la
Capilla Paulina, se encaminan en procesión solemne
a la Capilla Sixtina cantando las letanías de los
Santos.
Una vez llegados a la Capilla Sixtina, los electores
entonan a coro el “Veni Creator”, oración con la
que se invoca al Espíritu Santo, y proceden a
prestar juramento solemne de guardar las normas
que rigen el Cónclave, cumplir fielmente el
ministerio petrino en caso de ser elegidos, y
mantener el secreto de todo cuanto se refiera a la
elección del nuevo Pontífice.
EXTRA OMNES!!
Una vez prestado el juramento, leído
conjuntamente y ratificado de forma individual
ante los Evangelios, el Maestro de las
Celebraciones Litúrgicas Pontificias da la
solemne orden de
“Extra omnes!” (¡Fuera todos!),
indicando que todos aquellos ajenos al Cónclave
deben salir del recinto.
Las puertas quedarán cerradas y con Guardias
Suizos protegiéndolas.
PRE ESCRUTINIO
Comienza la fase de pre-escrutinio cuando, antes de
cada sesión de votaciones, el último Cardenal
Diácono extrae por sorteo público los nombres de
tres Escrutadores, tres Enfermeros y tres Revisores.
Se distribuyen entonces a los Electores dos
papeletas de forma rectangular, que llevan impresa
la frase: “Eligo in Summum Pontificem” (“Elijo
como Sumo Pontífice”), y debajo un espacio en
blanco para el nombre del elegido.
Los Cardenales deben escribirlo con letra clara,
pero lo más anónima posible. Si se escribe más de
un nombre el voto es declarado nulo.
ESCRUTINIO
La fase de escrutinio se inicia cuando cada Cardenal, por
orden de precedencia, habiendo doblado dos veces su
papeleta de voto, la lleva en alto hasta el altar, delante
del cual están los Escrutadores y sobre el que se ha
colocado una urna cubierta con un plato para recoger los
votos.
Una vez allí, el Cardenal votante pronuncia en voz alta el
juramento:
“Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará,
que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que
debe ser elegido”.
Deposita entonces la papeleta en el plato y con éste la
introduce en la urna. Se inclina luego ante el altar y
regresa a su sitio.
POST ESCRUTINIO
El post-escrutinio lo llevan a cabo los tres
Cardenales Escrutadores, elegidos al azar,
contabilizando delante de todos los Electores los
votos recogidos.
Los votos contabilizados se van cosiendo con aguja
e hilo para mantenerlos unidos. A continuación, los
tres Revisores supervisan las notas de los
Escrutadores y revisan los votos, para asegurarse de
que aquéllos han cumplido correctamente su
cometido.
Si el número de votos es distinto del de votantes, se
queman las papeletas y se repite la votación.
MAYORÍA
Si ninguno de los candidatos obtiene la mayoría de
dos tercios, concluida cada sesión (dos votaciones)
se queman en una estufa las papeletas de los votos
junto con las notas de los Escrutadores. Se agregan
sustancias químicas al fuego para que el humo sea
negro e indique una elección sin éxito.
El cónclave dura todo el tiempo que sea necesario.
Sin embargo, hay establecidos periodos de
descanso y coloquio si no se alcanza acuerdo (día
5º, tarde del 7º, tarde del 9º), con una exhortación
del Cardenal Decano.
HABEMUS PAPPAM!!!
Conseguida la mayoría necesaria en cualquier votación, el
candidato elegido debe expresar de inmediato su
aceptación o no del ministerio.
El último de los Cardenales Diáconos convoca a la Capilla
Sixtina al Secretario del Colegio de Cardenales y al
Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias.
Presentes éstos, el Cardenal Decano o el que le siga en
orden y antigüedad pide el consentimiento al elegido con
la siguiente pregunta:
“Acceptasne electionem de te canonice factam in
Summum Pontificem?”
(“¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”)
HABEMUS PAPPAM!!!
Si el candidato electo da el consentimiento, se le
pregunta entonces:
“Quo nomine vis vocari?” (“¿Con qué nombre
deseas ser conocido?”)
El ya Papa indica el nombre que ha escogido con
estas palabras:
“Vocabor N.” (“Me llamaré N.”) por ejemplo:
"Vocabor Pius XIII." ("Me llamaré Pío XIII"), u otras
similares. Entonces el Maestro de las Celebraciones,
en funciones de notario, levanta acta de la
aceptación del nuevo Pontífice y de su nombre.