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Con la solemnidad de Cristo, REY DEL UNIVERSO, estamos cerrando el Año Litúrgico (Ciclo C). Los reinos están, hoy, muy desacreditados. Sin embargo, en la Biblia, el tema es muy usado, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. En esta celebración en honra de Cristo Rey del universo, participamos de su realeza, confirmada en la cruz. En la 1ª Lectura David es ungido REY de todas las tribus de Israel. (2S. 5,1-3) Su reino se convirtió en símbolo del Reino de paz y de justicia, que un día Dios iba a instaurar en la tierra. Los Profetas prometieron la llegada de un descendiente de David, que realizaría ese sueño. Israel esperó durante muchos siglos esa Venida. El Evangelio presenta la realización de esa promesa: NUESTRO REY preside ese Reino desde el Trono de la CRUZ. El Buen Ladrón reconoce su realeza. (Lc 23,35-43) La escena es sorprendente para los hombres. Cristo no aparece en un trono de oro, sino clavado en una cruz, con una horrible corona de espinas en la cabeza, con una irónica inscripción clavada en a cruz: "Jesús Nazareno REY de los Judíos". No está rodeado de súbditos fieles, que lo alaban, sino de los jefes de los judíos que lo insultan, y de los soldados que lo escarnecen. Nada lo identifica con el poder, con la autoridad, con la realeza terrena. - Con todo, la inscripción, irónica a los ojos de los hombres, describe con precisión la situación de Jesús, en la perspectiva de Dios: Él es "rey", que preside, desde la cruz, un "Reino" de servicio, de amor, de entrega, de don de la vida. - El cuadro se completa con una escena muy significativa... Al lado de Jesús están dos malhechores, crucificados con él. Mientras uno lo insulta, representando a los que rechazan la promesa del "Reino", el otro, también en el suplicio de la cruz, reconoce la realeza de Jesús y le pide un lugar en él. Jesús le asegura: "Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso". * La Cruz es el Trono, en el que se manifiesta plenamente la realeza de Jesús, que es perdón y vida plena para todos. La Cruz es la expresión máxima de una vida hecha Amor y Entrega. La 2ª Lectura es un Himno Cristológico de la Liturgia de la Iglesia primitiva, que acentúa la Soberanía absoluta de Cristo en la Creación y en la Redención. Cristo es el CENTRO de la vida y de la historia. (Col 1,12-20) El Salmo expresa la alegría de los peregrinos que suben a Jerusalén y encuentran al Señor (S. 122) La liturgia define ese Reino: “Un Reino, Eterno y Universal, Reino de la Verdad y la Vida, Reino de la Santidad y la Gracia, Reino de la Justicia, el Amor y la Paz". (Prefacio) + Leyendo el Evangelio, vemos que: - La Misión de Cristo fue precisamente inaugurar el Reino de Dios... - La Misión de la Iglesia consiste en continuar en la Historia el anuncio del Reino de Dios y convocar a los hombres a construirlo en la tierra. - Jesús nos invita a tomar parte en ese Reino y a trabajar para que llegue al corazón de todos. Es justamente esta la misión del LAICO, cuya fiesta hoy celebramos: Ser "Protagonista de la Evangelización". Y también lo que se nos invita al rezar en el Padre Nuestro “¡Venga a nosotros tu Reino!" + Celebrar la fiesta de Cristo Rey - No es celebrar a un Dios fuerte, dominador, que se impone a los hombres desde lo alto de su omnipotencia y que los aterroriza con gestos espectaculares; - es celebrar a un Dios que sirve, que acoge y que reina en los corazones con la fuerza desarmada del amor. La CRUZ es el trono de un Dios que rechaza cualquier poder y escoge reinar en el corazón de los hombres por el amor y por la entrega de la vida. + Por ello, la fiesta de Cristo Rey nos invita a repensar nuestra existencia y nuestros valores. - Ante este “rey" despojado de todo y clavado en una cruz, ¿no nos parecen completamente ridículas nuestras pretensiones de honras, de glorias, de títulos, de aplausos, de reconocimiento? - Ante este "rey" que da la vida por amor, ¿no nos parecen completamente sin sentido nuestras manías de grandeza, las luchas para conseguir más poder, las envidias mezquinas, las rivalidades que nos dañan y separan de los hermanos? - Ante este "rey" que se da sin guardarse nada para sí, ¿no nos sentimos atraídos a hacer de la vida un don o entrega a los demás? Nos hemos de sentir felices de ser ciudadanos de ese Reino. Por ello, alegrémonos de esta dignidad y procuremos que tenga siempre un lugar mayor dentro de nuestro corazón... P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS -24.11.2013 MI DOMINGO Con la Palabra de Dios Meditada por: P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS Ilustración: Nelso Geraldo Ferronatto Traducción: P. José Luis Uranga, CMF Música: Christus vincit Autor desconhecido. Busca la dirección: http://www.buscandonovasaguas.com