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Contaminación Acústica Para ahondar en los aspectos que tienen que ver con la contaminación acústica, se describirá qué es el sonido, qué es el ruido, cómo se mide su intensidad (volumen), cuándo ya es propiamente una contaminación acústica, qué efectos produce, cuáles son las principales causas y cuales serían los recaudos para evitarla o disminuirla. Sonido: Es un fenómeno físico. Se produce cuando un objeto (fuente) vibra y origina un movimiento en el aire que lo rodea. Es decir, cuando un objeto vibrante como lo es una cuerda de guitarra al pulsarla, perturba las moléculas de aire en reposo causando variaciones periódicas (ondas longitudinales). Las moléculas de aire chocan unas con otras (efecto dominó) propulsando así la energía y propagando el sonido. La frecuencia es el número de ciclos (oscilaciones) que una onda sonora efectúa por segundo; se mide en hercios (Hz. -ciclos por segundo). De la frecuencia surge la posibilidad de distinguir las notas musicales que conocemos (do-re-mi-fa-sol-la-si y sus alteraciones –sostenidos y bemoles-). Por ejemplo la nota “la” es de 440 Hz. o ciclos por segundo. Así percibimos la frecuencia de los sonidos como tonos más graves o más agudos. Cuanto más vibra el objeto (cuerda de guitarra, por ej.) la frecuencia será más alta y el tono del sonido resultante será más aguda. Es decir, cuanto más veces por segundo vibre la cuerda, producirá una nota más aguda. La respuesta de frecuencia del oído humano va de 20 Hz. a 20.000 Hz. A esas vibraciones, los huesecitos que se encuentran en nuestros oídos (martillo, yunque y estribo) la perciben, y a través del nervio auditivo el cerebro interpreta que es un sonido. Es decir, sólo en el cerebro se produce la interpretación de tal sonido, que proviene de, que tiene la cualidad tal…El oído en sí sólo recibe las vibraciones, la interpretación se realiza en el cerebro, a través de la información que le transmite el nervio auditivo. 1 Muchos animales oyen una gama de frecuencias más amplia que la que oye el ser humano. Por ejemplo, los silbatos para perros vibran a una frecuencia alta, que los seres humanos no son capaces de detectar. Los delfines y las ballenas se comunican con frecuencias fuera del alcance del oído humano (ultrasonidos). La tabla siguiente también muestra que la velocidad de propagación del sonido varía según los distintos medios (o sustancias) y temperaturas. SUSTANCIA Aire (0º C) Aire (20º C) Hidrógeno (0º C) Agua (0º C) Agua (20º C) Cobre (20º C) Acero (20º C) Vidrio (20º C) VELOCIDAD DEL SONIDO (m/s) 331,6 344 1.280 1.390 1.484 3.580 5.050 5.200 Es preciso hacer una distinción: el sonido y el ruido no es lo mismo. ¿Cuál es la diferencia? Como se describió, física y acústicamente el sonido está relacionado con lo tonal, es decir: con las notas musicales y la altura tonal a partir de poder determinar claramente la frecuencia de la onda. Pero física y acústicamente el ruido es aquel fenómeno que no tiene relación con lo tonal, no se lo puede relacionar con una nota musical porque está formado por una mezcla de muchas frecuencias diferentes dentro de un determinado rango, no es posible entonces definir una altura exacta. Vendría a ser un sonido extremadamente complejo, que si quisiéramos ubicarlo en alguna nota musical sería imposible. (Por ej: el ruido del televisor cuando no tiene sintonizada la señal de un canal). Pero comúnmente o vulgarmente se llama sonido al fenómeno sonoro que se interpreta como agradable, de muy buena aceptación, saludable, armonioso; y ruido a todo lo que se interprete como molesto, dañino, que interfiere; aún si se tratase de algo musical: una canción. Ej: “ruido o ruidoso” resultaría un grupo musical sonando a altos decibeles que prácticamente hace doler los oídos, que resulta molesto, interfiere en el diálogo entre los espectadores, y efectivamente causa un daño a nuestro sistema auditivo por sobrepasar el umbral saludable de escucha. Es decir, esto de lo “común o vulgar” tiene que ver con una concepción de ruido o sonido desde lo subjetivo, lo psíquico. Los niveles de presión sonora (cantidad e intensidad de vibraciones) se miden en decibeles (dB). El valor 0 dB no equivale decir que no existe un fenómeno acústico, sino equivale al umbral de audición (el sonido más bajo que puede percibir una persona normal). Los equipos de medida utilizados son los sonómetros. Y los niveles de presión se miden con el SPL (Sistema de Nivel de Presión). 2 Tanto el sonido como el ruido pueden ser una CONTAMINACIÓN ACÚSTICA. Un informe publicado en 1995 por la Universidad de Estocolmo para la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera los 50 dB como el límite superior deseable, si bien las molestias generalizadas en la población ocurren a partir de los 85 dB. Entre 0 y 20 dB se considera que el ambiente es silencioso; hasta 60 dB se considera que hay poco ruido; entre los 80 y los 100 dB se considera que el ambiente es muy ruidoso; y sobrepasando este umbral el ruido se hace intolerable. Como ejemplos, valga decir que el sonido ambiente en un bosque sin perturbaciones ajenas a ese medio rara vez alcanza los 20 dB (normalmente se encuentra alrededor de 15 dB), sonido que sólo se sobrepasa ligeramente en un dormitorio. En una biblioteca o en la sala de estar de una vivienda el ruido oscila entre 30 y 40 dB, mientras que en una oficina típica el ambiente soporta un ruido de unos 65 dB. El ruido del tráfico de una ciudad está en un nivel de unos 85 dB, el de un camión pesado circulando en 90 dB, el de un martillo neumático en una obra en 100 dB, y el de un avión despegando entre los 120 y los 130 dB. A diferencia de otras contaminaciones, la contaminación acústica no modifica el medio ambiente (no modifica el aire, el agua, el suelo) sino que repercute exclusivamente en los organismos vivos que tienen la capacidad de oír. Interviene en las actividades de desarrollo social del individuo, interfiere en la comunicación, en la concentración, en la capacidad de percepción, en el aprendizaje, en el descanso… produciendo indudablemente efectos nocivos en la salud. Es un fenómeno que nos invade porque nunca podemos dejar de oír aún si nos tapamos lo oídos. En cambio sí podemos taparnos o cerrar los ojos ante un efecto visual excesivo o desagradable protegiéndonos del mismo, y sí podemos cubrirnos o evadir el contacto corporal de un efecto sensorial muy intenso (frío, caliente, etc). En las ciudades, las principales causas de contaminación acústica son los altos dB producidos por los motores de los automóviles, motos, transporte de pasajeros, equipos de acondicionamiento de aire de los grandes comercios, por la música que reproducen los centros de video juegos, discotecas y lugares comerciales. Buenos Aires desde el 2003 (según la OMS) figura entre las ciudades más ruidosas junto con Tokio y New York. Asimismo la ciudad de La Plata alcanza picos entre 80 y 85 dB promedio. También una contaminación muy habitual y que tiene que ver con algo más personal, hasta inclusive dentro de nuestros propios hogares es el uso de auriculares. Estos no implican altos dB, pero al encontrarse los audífonos tan cerca de los tres huesecitos y el nervio auditivo, generan la misma presión sonora y situación nociva. Investigaciones han demostrado que los más afectados y los que mayormente producen contaminación acústica son los adolescentes por las modas y costumbres actuales. Pero la raíz está en la falta de información y educación en estas cuestiones. Una característica que tiene el ser humano es la de ACOSTUMBRARSE, ADAPTARSE, así erróneamente la contaminación acústica se transforma en un paisaje sonoro “normal” y obliga al oído a subir permanentemente el umbral de tolerancia. 3 Esto afecta seriamente la capacidad auditiva produciendo en principio sordera temporaria, luego crónica; y a la vez ejerce una influencia negativa propiciando otros trastornos en el organismo: aumento de tensión, estrés, aumento de las pulsaciones cardíacas, modificación del ritmo respiratorio, tensión muscular, presión arterial, resistencia de la piel, etc. La contaminación acústica es un problema debido a la falta de información y educación, pero también se debe a la falta de responsabilidad de los organismos competentes del Gobierno de la Ciudad como de la Policía encargada de recibir, constatar y actuar ante las denuncias por ruidos molestos en muchas ocasiones. En 1983 el Consejo Deliberante dictó un código fijando los límites de ruido (80dB), pero según un estudio realizado para el Plan Urbano Ambiental por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Bs.As. esos límites no se cumplen, la ciudad está cada vez más ruidosa. Algunos puntos que ayudarían a evitar o disminuir la contaminación acústica: - Tomar medidas en las discotecas, casas de video juegos, comercios e industrias que no respetan los dB. establecidos. Evitar el uso de auriculares a altos decibeles. Recurrir a materiales de aislamiento acústico y silenciadores para los motores. Fomentar la información y educación en estas cuestiones. La contaminación acústica ha llegado tan lejos que hasta los habitantes de mares y océanos se ven afectados. El sonido es de crucial importancia para las ballenas, delfines, marsopas y otras especies marinas, ya que les permite navegar, orientarse, comunicarse y encontrar alimentos. Pero la acción del hombre pone en peligro sus vidas constantemente. Es que el nivel de contaminación acústica está aumentando en proporciones alarmantes por los sonares de cierto tipo de embarcaciones, el tráfico marítimo, la exploración sísmica, las explosiones y excavaciones, las maniobras militares y el sobrevuelo de aviones. Numerosas investigaciones han demostrado que la mayoría de las ballenas que aparecen varadas en las costas fueron víctimas de una excesiva contaminación acústica submarina. No es difícil pensarlo si tenemos en cuenta que el sonido se propaga a mayor velocidad y distancia en el medio líquido que el aéreo. En 1996, en Grecia, murieron doce ballenas picudas a consecuencia de un solo ejercicio militar. Los delegados de ACCOMABS (Acuerdo sobre Programa del Medio Ambiente de Naciones Unidas sobre la Conservación de Cetáceos del Mar Negro, Mediterráneo y Zona Atlántica Contigua) han adoptado una resolución en la que se insta a los países a evitar el ruido dañino producido por el hombre tanto en los hábitats de las especies vulnerables como en las áreas en la que pueden concentrarse mamíferos marinos y otras especies amenazadas. Asimismo se destaca la necesidad de fomentar el desarrollo de otras tecnologías alternativas para evitar daños. Romina Gaillástegui Musicoterapeuta. UBA. Estud. Ing. en Sonido. CETeAr Bibliografía consultada: Alonso, Marcelo y Finn, Edward J. Campos y Ondas. México, D. F.: Addison-Wesley Iberoamericana, 1976. Bragard, Roger y otros. Instrumentos de Música. Barcelona: Daimon, Manuel Tamayo, 1975. Crawford, Frank. Ondas. Barcelona: Editorial Reverté, 1987. Donington, Robert. La música y sus instrumentos. Madrid: Alianza Editorial, 1986. Miyara, Federico. 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