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Lección 5, para el 5 de mayo de 2012
El proceso ideal de evangelización pasa
por las siguientes fases:
1. Satisfacción de las necesidades de la
persona.
2. Instrucción en los rudimentos básicos
de la Salvación.
3. Profundización en verdades bíblicas
más complejas.
Durante este proceso, es importante la
evaluación en cada fase, para conocer el
grado de aceptación y comprensión de la
persona.
Aunque éste es el proceso ideal que
debemos tener como referencia al
preparar la evangelización, debemos
tener en cuenta que el Espíritu Santo
puede tocar el corazón de alguna
persona en particular de forma distinta a
la propuesta.
FASE 1: SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES DE LA PERSONA
“Si el pobre recurría a mí, yo lo ponía a salvo, y también al huérfano,
si no tenía quien lo ayudara. Me bendecían los desahuciados; ¡por mí
gritaba de alegría el corazón de las viudas!” (Job, 29: 12-13 NVI)
“Cuando haya en medio de ti menesteroso de
alguno de tus hermanos en alguna de tus
ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te
da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás
tu mano contra tu hermano pobre, sino
abrirás a él tu mano liberalmente, y en
efecto le prestarás lo que necesite… Sin
falta le darás, y no serás de mezquino
corazón cuando le des; porque por ello te
bendecirá Jehová tu Dios en todos tus
hechos, y en todo lo que emprendas. Porque
no faltarán menesterosos en medio de la
tierra; por eso yo te mando, diciendo:
Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al
menesteroso en tu tierra” (Deuteronomio, 15: 7-11)
FASE 1: SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES DE LA PERSONA
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras
de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a
los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas
tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues
en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te
escondas de tu hermano?” (Isaías, 58: 6-7)
“Y si un hermano o una hermana
están desnudos, y tienen necesidad
del mantenimiento de cada día, y
alguno de vosotros les dice: Id en
paz, calentaos y saciaos, pero no les
dais las cosas que son necesarias
para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”
(Santiago, 2: 15-16)
FASE 1: SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES DE LA PERSONA
“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer;
tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la
cárcel, y vinisteis a mí” (Mateo, 25: 34-36)
Conocer las necesidades de las
personas e intentar satisfacerlas es
un primer paso para llevarlas a los
pies del Salvador.
Un corazón amante que muestra
un interés sincero por los
problemas de los demás abrirá las
puertas de la testificación.
“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es
ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y
conservarse limpio de la corrupción del mundo” (Santiago, 1: 27 NVI)
FASE 2: INSTRUCCIÓN EN LOS RUDIMENTOS BÁSICOS DE LA SALVACIÓN
“Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces,
ni sois capaces todavía” (1ª de Corintios, 3: 2)
Cuando la Biblia habla de “leche espiritual”
(2ª de Pedro, 2: 2) se refiere a los principios
básicos de la fe.
Cualquier persona está preparada para
entender algunos conceptos básicos, pero no
podrá comprender conceptos más complejos
hasta que haya asimilado los básicos.
En la Biblia, a estos conceptos más complejos se
les denomina “vianda” o “alimento sólido”
(Hebreos, 5: 12)
En los “rudimentos de la doctrina de Cristo”
(Hebreos, 6: 1-2), Pablo incluye, entre otros, el
arrepentimiento, la fe, la resurrección…
¿Qué enseñanzas bíblicas calificarías como
“leche” y cuales como “vianda”?
FASE 3: PROFUNDIZACIÓN EN VERDADES BÍBLICAS MÁS COMPLEJAS
“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra
de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que
han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos, 5: 13-14)
Conforme se avanza en el conocimiento de la
verdad, ésta verdad exige de nosotros
cambios que afectan a nuestra manera de
vivir y de pensar.
Por ejemplo, una vez comprendido el amor
de Dios, debemos dar el siguiente paso:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos”
(Juan, 14: 15)
Comenzar a guardar el sábado o renunciar a
la adoración de ídolos implica cambios
importantes en nuestra vida.
¿Qué otras verdades están íntimamente
ligadas a tu manera de vivir y pensar?
EVALUAR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
¿Cómo saber cuál es el momento para avanzar un paso
más y dar a conocer una nueva verdad a la persona a la
que estamos instruyendo en la verdad?
Una manera en la que podemos medir el crecimiento espiritual de las
personas, y que ellas mismas se auto evalúen, es haciendo preguntas.
Preguntar es una buena manera de valorar la comprensión espiritual de una
persona y su crecimiento. Es mejor hacer preguntas que no puedan ser contestadas
con un sí o un no, sino que den la oportunidad a la persona para expresar sus ideas
o su comprensión del tema.
Algunas preguntas típicas pueden ser:
 ¿Qué crees que estos versículos nos están diciendo hoy?
 ¿Cómo compartirías esta verdad bíblica con un amigo?
 ¿Cómo te sientes acerca de la promesa de Dios para ti?
 ¿Qué cambios crees que necesitas hacer en tu vida, en tu actitud hacia otros y
en el modo general en que vives, por lo que has estudiado?
 ¿De qué forma estas verdades te ayudan a amar más a Jesús?
 De todas las cosas que has estado aprendiendo, ¿qué te impresionó más?
 ¿Qué te da más esperanza?
 ¿Qué te da más temor?
EVALUAR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Observemos cómo usa la Biblia el método de hacer preguntas para
hacer recapacitar a las personas sobre sus necesidades espirituales.
¿Dónde
estás tú?
¿Qué es lo
que has
hecho?
(Génesis,
3: 9, 13)
¿Dónde
está Abel
tu
hermano?
(Génesis,
4: 9)
¿Dónde
estabas tú
cuando yo
fundaba
la tierra?
(Job,
38: 4)
¿Quién dicen
los hombres
que es el
Hijo del
Hombre?
Y vosotros,
¿quién decís
que soy yo?
(Mateo,
16: 13, 15)
¿Qué
pensáis
del Cristo?
¿De quién
es hijo?
¿Qué
disputabais
entre
vosotros en
el camino?
(Mateo,
22: 42)
(Marcos,
9: 33)
Nuestro desafío, como iglesia y como
personas, es sembrar la semilla del
evangelio y luego cuidar hasta la madurez
a aquellos que comenzaron la jornada.
“Los sembradores tienen algo que hacer para que
la semilla no sea ahogada por las espinas o perezca
debido a la poca profundidad del terreno. En el
mismo comienzo de la vida cristiana deben
enseñarse a cada creyente los principios
fundamentales. Debe enseñársele que no ha de ser
meramente salvado por el sacrificio de Cristo, sino
que ha de hacer que la vida de Cristo sea su vida, y
el carácter de Cristo su carácter. Enséñese a todos
que han de llevar cargas y deben sacrificar sus
inclinaciones naturales. Aprendan la bendición de
trabajar para Cristo, imitándolo en la abnegación,
y soportando penurias como buenos soldados.
Aprendan a confiar en el amor de Cristo y a
descargar en él sus congojas. Prueben el gozo de
ganar almas para él. En su amor e interés por los
perdidos, perderán de vista el yo; los placeres del
mundo perderán su poder de atracción y sus cargas
no los descorazonarán. La reja del arado de la
verdad hará su obra. Romperá el terreno inculto, y
no solamente cortará los tallos de las espinas, sino
que las arrancará de raíz”
E.G.W. (Palabras de vida del gran Maestro, cp. 2, pg. 37-38)