Download Las mujeres más citadas en la historia de África subsahariana

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Transcript
Las Mujeres más citadas
en la Historia de África
subsahariana
Giovanna G. de Calderón Attard
Embajada de Nigeria
25 de Abril, 2006
1
Excmos.
Sras.
y
Sres.
Embajadores, representantes del
Cuerpo
Diplomático
e
Instituciones, amigas y amigos
todos de MDE, Mujeres para el
Diálogo y la Educación.
Antes
que
nada
deseo
agradecer la hospitalidad y la
generosidad de nuestra querida
anfitriona, Nkem EBENYI, esposa
del Excmo. Sr. Embajador de la
República Federal de Nigeria, por
acogernos en este bellísimo lugar.
Y, asimismo deseo expresar mi
gratitud a todos los presentes. Es
para mí un honor y una alegría
compartir con Vds. este 5º Té de la
Esperanza en el que abordaremos
el tema “La mujer subsahariana:
ayer y hoy”.
Permítanme
presentarme.
Me
llamo Giovanna G. de Calderón y
tengo el honor de presidir la
Asociación MUJERES PARA EL
DIALOGO Y LA EDUCACION, cuyos
principales
objetivos
son:
conseguir que la mujer, primera
célula de transmisión social, reciba
una educación sólida y una
formación plural, para que la
repercusión sea exponencial; así
como impulsar el diálogo y la
educación
por
medio
de
la
comunicación y el acercamiento a
las diferentes culturas.
cercano y, sin embargo tan
misterioso,
para
nosotros.
Recorreremos las vidas de algunas
de
las
mujeres
de
mayor
renombre, desde una perspectiva
histórica.
A
continuación,
el
profesor Joe Illoh, experto en
ciencias políticas y sociología y
presidente de la Federación de
Asociaciones de Nigerianos de
España, nos hablará de la mujer
subsahariana desde un punto de
vista más actual. Al final de su
ponencia, les tenemos reservada
una gran sorpresa, preparada con
la ayuda de nuestra anfitriona.
Antes de adentrarme en mi
tema, Las Mujeres más citadas en
la Historia de África subsahariana,
me gustaría recordar que la falta
de igualdad de la mujer en África,
al sur del Sahara, ha exacerbado
la miseria o, en el mejor de los
casos, ha dificultado su reducción.
Según el banco Mundial: “La
pobreza ha empeorado en África
en los últimos 10 años, ¡por no
decir en los últimos 20 años! Muy
pocos países han podido reducirla
en el verdadero sentido de la
palabra”. Pero lo que realmente
importa apuntar hoy aquí es que la
pobreza tiene cara de mujer.
El objetivo de nuestros Tés de la
Esperanza entra de lleno en este
segundo propósito, ya que en ellos
tratamos de impulsar el diálogo y
el conocimiento, así como el
acercamiento
a
las
distintas
culturas.
Esto es evidente, no sólo respecto
a las normas de salud y educación
o a la alta tasa de mortalidad
materna e infantil, también se
evidencia en el hecho de que las
mujeres
de
muchos
países
africanos no están representadas
ni en los gobiernos locales ni en el
central.
Empezaremos por hacer un breve
recorrido por la historia de la
mujer en África, continente tan
Esta falta de acceso tanto a
recursos como al poder económico
y de participación política, entre lo
2
que destaca la ausencia del
derecho de propiedad y de los
derechos a la tierra, obstaculizan
en alto grado la lucha contra la
pobreza en África”. No olvidemos
que, en cualquier lugar del mundo,
pero sobre todo en los países más
indigentes, la mujer es el principal
agente de desarrollo y cambio.
Aunque si bien es cierto que las
mujeres en África son un recurso
económico crucial, esto no se ha
traducido en una mayor igualdad
entre hombres y mujeres.
Recordando la frase de Confucio:
“Donde hay justicia, no hay
pobreza”, a lo mejor deberíamos
enfocar nuestros esfuerzos no
tanto a eliminar la pobreza, sino a
erradicar la injusticia.
No obstante, a veces leemos
noticias esperanzadoras que nos
hacen creer que la mujer africana
está despertando de su letargo.
Cuando
Ellen
JohnsonSirleaf,
ganó
las
elecciones
presidenciales de Liberia, comentó:
“Es la gran oportunidad para
mostrar al continente que las
mujeres podemos gobernar y para
ayudar a mi país a recuperarse de
los brutales conflictos ".
Recogemos otras noticias
alentadoras también en Lesotho,
donde el Secretario de Estado ha
denunciado
la
necesidad
de
reforzar los derechos de la mujer
en el país, especialmente para que
se reconozca a la Princesa Senate
Seeiso, primogénita del rey Letsie
III, como sucesora al trono.
En Ghana, se está luchando
contra
la
trokosis,
lo
que
literalmente se puede traducir
como “esposas de Dios”. Es una
práctica que se ha mantenido
durante 300 años en la zona del
Volta. Consiste en que, si alguien
comete un delito, los jefes
tradicionales exigen que una joven
de su familia sea enviada a un
santuario como forma de expiación
para servir al sacerdote durante
cuatro años. En la práctica, ha
conllevado generalmente a la
esclavitud, explotación y abusos
sexuales, incluso al extremo de
convertirse
en
propiedad
del
mencionado sacerdote.
Por otra parte, Ruanda, con
un
49%
de
representación
femenina, lidera los 17 países del
mundo con más del 30% de
mujeres en su Parlamento, seguido
de Mozambique con un 35%.
Pero, debo admitir que para
hablar de las mujeres africanas
requiere observar dos condiciones
previas. Primero, haber estado en
el continente-cuna de todas las
civilizaciones y, segundo, haber
compartido, al menos durante un
breve espacio de tiempo: casa,
trabajo y sueños con ellas. Aún así
es una tarea complicada y no
exenta de caer en tópicos o incluso
apreciaciones equivocadas. Por
eso, me voy a limitar a la disciplina
con la que estoy más familiarizada,
la historia, para adentrarme en el
continente más profundo de la
tierra.
Muchas han sido las mujeres
que han destacado en África.
Todos conocemos o hemos oído
hablar
de
la
extraordinaria
escritora
sudafricana,
premio
Nobel de Literatura 1991, Nadine
Gordimer, así como de la valiente
3
keniana Wangari Maathai, Premio
Nobel de la Paz en 2004, por su
campaña para salvar los bosques.
En cuanto a la historia, tal vez los
occidentales
estemos
más
familiarizados con las grandes
reinas de Egipto, como Hatsepsut,
Nefertari o Cleopatra. Pero ahora
nos vamos a centrar en la zona
subsahariana.
Y,
sin
más
preámbulo,
exploremos la vida de esas reinas
o heroínas que, con su valor y
determinación, se convirtieron en
un ejemplo para sus pueblos.
Quisiera destacar a 11 mujeres
africanas que a lo largo de la
historia, han dejado su huella en
este continente por su coraje y
espíritu emprendedor.
1. Las Candace de Meroe
En Etiopía, el nombre de
Candace, refiriéndose a una mujer,
se repite durante una larga época,
lo que hace suponer que es un
término genérico aplicado a una
dinastía de reinas en Meroe
(Etiopía).
Se sabe que una Candace detuvo a
Alejandro Magno en su avance por
el Valle del Nilo, a mitad de S. IV
a.C.. Siglos más tarde, su nombre
se mencionó en Los Hechos de los
Apóstoles por Felipe. También
Estrabón, en el S. I habla de
Candace, como una reina que se
sublevó contra los romanos y fue
sometida por estos en el año 22
d.C.
Plinio el Viejo nos informa que
cuando los exploradores de Nerón
atravesaron Nubia, gobernaba una
Reina Candace, más allá de la isla
de Meroe, y agregó que este
nombre era un título común a
todas las reinas de ese país.
Los historiadores atestiguan que
estas
Candaces
llevaban
la
administración
civil,
dirigían
ejércitos, el comercio y las
relaciones diplomáticas. A veces,
se cita a Candace como la reina
madre, con poder suficiente,
incluso como para tener la última
palabra en el proceso de selección
del faraón.
2. Amina del Pais Hausa (Siglo
XVI)
Durante
siglos,
los
Hausa,
habitantes de una amplia zona del
este, en la que se encuentra la
actual Nigeria, fueron gobernados
por las Habe o reinas.
En el siglo XVI, Amina del País de
los Hausa, gobernó este imperio.
Extendió los límites de su Estado
hasta la costa Atlántica, fundó
varias
ciudades
y
dirigió
personalmente
un
ejército
compuesto por la cifra, nada
despreciable, de 20,000 soldados.
Se hizo famosa su estrategia
militar
basada
en
levantar
campamentos fortificados que, una
vez dominada la región, se
convertían
en
importantes
ciudades amuralladas.
Se podría decir que Amina
era una mujer ¡de armas tomar!
3. Sabla Wangel de Etiopia
(Siglo XVI)
Asimismo, en el siglo XVI, en la
zona de Etiopía, sabemos que
después
de
la
muerte
del
Emperador Eleni, su esposa, Sabla
Wangel,
asumió
el
trono,
gobernando durante una de las
épocas, considerada de las más
gloriosas, de la historia del Imperio
Etíope.
4
Sabla Wangel dedicó su vida a la
guerra, incluso antes de llegar al
trono. La Emperatriz también
negoció
con
el
comandante
portugués, Christovao Gama, hijo
del explorador Vasco de Gama,
pasando después revista, montada
a caballo con gallardía, a las tropas
portuguesas, formadas por 400
soldados.
Sabla Wangel conformó el modelo
de reinas etíopes, profundamente
comprometidas con los asuntos de
estado, que mantuvieron unidas en
su
quehacer
dos
cualidades
difíciles de congeniar en su tiempo
: la apacibilidad y misericordia en
sus relaciones diplomáticas, con el
valor y la fortaleza en batallas y
derrotas.
4. Del Wambara de Adal (Siglo
XVI)
Al tiempo que Sabla Wangel
sobresalía como gobernante, en el
bando de su principal enemigo, el
Reino de Adal, cerca de Djibuti,
reinaba otra mujer, Del Wanbara,
que mantenía su título de Bati, es
decir, sultana.
Así pues, ambas mujeres tuvieron
vidas paralelas, destacando cada
una en la tierra en la que le había
tocado vivir. Las dos estuvieron
estrechamente comprometidas en
las batallas que libraron sus
gobiernos: Sabla Wangel, en el
Estado cristiano, y Del Wanbara en
el musulmán. Ambas perdieron a
sus maridos en la guerra, y
conocieron lo que era ser una
fugitiva y una refugiada. Las dos
sufrieron la agonía de ver a uno de
sus hijos en cautiverio y lucharon
con
todo
su
poder
para
recuperarlo.
Las
acciones
de
ambas inspiraron a sus seguidores
y ayudaron a cambiar el curso de
la historia.
5. Nzinga de Angola (1582 1663)
Pocos años después, en Angola,
nacía una mujer extraordinaria,
Nzinga Mbandi,(pido disculpas por
mi mala pronunciación) cuyo
nombre es hoy símbolo de la lucha
por la independencia que este país
mantuvo contra Portugal, uno de
los más grandes imperios de la
época.
Años
antes,
los
portugueses
habían conquistado el reino de
Ndongo y establecido en Luanda su
centro de operaciones para el
desarrollo del mercado de esclavos
con destino a Brasil. Apenas
iniciado el siglo XVII, salían desde
Luanda una media anual de 10.000
prisioneros. El Ngola de Ndongo, el
rey, a cambio de la independencia
de su reino, colaboraba con los
portugueses en la captura de
esclavos de otros reinos vecinos.
En 1624, a la muerte de su
hermano, Nzinga subió al trono.
Temerosos los portugueses de
perder su situación la derrocaron,
nombraron un nuevo rey y la
obligaron a exiliarse.
Pero ésta no se amedrentó y creó
el reino de Matamba. Durante un
tiempo se dedicó a la formación de
una gran alianza entre todos los
enemigos de Portugal. Venció a los
portugueses, pero el 10 de agosto
de 1648, sufrió una gran derrota y
Luanda fue recuperada por las
fuerzas lusas.
5
Años después, la Reina Nzinga
negoció el intercambio de presos,
consiguiendo la libertad de su
hermana Mukumbu a cambio de
130 esclavos y la aceptación de un
misionero cristiano en tierras de
Matamba. A cambio, Nzinga, que
tenía ya 74 años de edad, recibiría
ayuda militar en caso necesario.
Ocho años más tarde moriría
manteniendo la independencia de
su reino y el respeto de Portugal.
6. Beatriz del Congo (Kimpa
Vita) (1682-1706)
Del Congo, me gustaría
destacar a Kimpa Vita. Cuando los
portugueses llegaron a la capital
del Reino Kongo, y convencieron al
rey para que se bautizasen él y su
familia, se inició la decadencia del
país.
Para negociar los impuestos,
los administradores de la metrópoli
entraron directamente en contacto
con los gobernadores de cada zona
y, pronto,
comprendieron que
quien mandaba era el rey de
Portugal y no el suyo. Así comenzó
la descomposición administrativa
del gobierno.
Una vez conseguido su
objetivo económico, los católicos
portugueses pronto olvidaron que
el país estaba cambiando su
religión
tradicional.
Durante
decenios
no
hubo
un
solo
sacerdote católico, por lo que
comenzaron a nacer movimientos
místicos que se mezclaban con las
tradiciones autóctonas. Surgieron
religiones que, cuatro siglos más
tarde, podrían considerarse como
las precursoras de las actuales
iglesias cristianas independientes.
En este vacío político y
cultural del S. XVII, varios profetas
mesiánicos se levantaron para
proclamar sus visiones socioreligiosas. La más importante fue
Kimpa Vita, una joven que se creía
portavoz del espíritu de san
Antonio de Padua.
Kimpa inició una cruzada
para expulsar toda influencia
extranjera,
consiguiendo
que
sectores
importantes
de
la
población
secundasen
esta
aspiración. No sin mucha astucia,
obtuvo el apoyo de un general de
Pedro IV, uno de los aspirantes en
ese momento al trono de Portugal.
Éste, al ver peligrar su saneada
posición comercial, utilizó los
servicios de un capuchino para
convencer
a
las
autoridades
congoleñas que Kimpa, o Donha
Beatriz,
era
una
hechicera.
Acusada
de
brujería,
fue
sentenciada a la hoguera, y murió
a la edad de 24 años, quemada
viva, acompañada por su hijo en
los brazos.
Convertida en una mártir, su
memoria perduró durante siglos
como símbolo de la independencia
del Pueblo Kongo, hasta el punto
de que, ya en el siglo XX, Simon
Kimbangu, creador de la principal
iglesia cristiana independiente, la
consideró una de sus santas y
mártires.
7. Nandi de Zululand (1778 1826 D.C.)
Nuestro recorrido nos lleva
ahora a Zululand, donde en el siglo
XVIII, Nandi, esposa del rey zulú
Senzengakona, dio a luz a su
6
primer hijo, a quien puso por
nombre Shaka. Pero las otras
esposas, celosas, presionaron al
Rey hasta conseguir que ambos
fueran desterrados. Nandi, firme y
orgullosa, crió a su hijo y le dio
una educación digna del heredero
del trono. Como es sabido, años
más
tarde,
Shaka
Zulú
se
convertiría en el más grande de
todos los Reyes de la zona.
En la actualidad, el Pueblo Zulú
emplea su nombre, "Nandi," para
referirse a una mujer de alta
estima y digna de admiración.
8.
Manthatisi
(1781-1835)
de
Lesotho
De 1821 a 1829, gran parte del
África Austral se vio envuelta en
una crisis política que provocó
constantes
movimientos
de
poblaciones en busca de nuevas
tierras. Este periodo, conocido con
el nombre de Mfecane, empieza
con la ascensión al poder del rey
zulú Shaka y su expansión
territorial, sometiendo a vasallaje
a todos los pueblos colindantes.
Manthatisi, esposa del jefe de la
tribu de los tlokwa, vecinos de los
zulúes, se convirtió en reina a la
muerte de su esposo, ya que su
hijo sólo contaba con 13 años de
edad. Al ver reducido su terreno y
ante la precariedad de tierras para
el ganado, se vio forzada a iniciar
un movimiento migratorio que
duró ¡ocho años! Durante este
periodo, sus soldados, conocidos
como mantatis, fueron derrotados
por grupos gunis, así como por los
kwena.
En
este
interminable
peregrinaje, Manthatisi, que había
conseguido mantener a su pueblo
unido, volvió a encontrarse con
M’Pangazita, jefe de los gunis,
pero ahora, en una situación de
manifiesta inferioridad. Para salvar
esta débil posición, la astuta
MaNthatisi reunió a toda su gente,
juntó el ganado y formó una hilera
interminable, como si se tratara de
una carga de caballería. Haciendo
el mayor ruido posible, se dirigió
contra
M’Pangazita
quién,
pensando que se enfrentaba a un
ejército muy superior, huyó sin
lucha, permitiéndole recuperar las
tierras para su pueblo.
Fue enterrada en Joalaboholo, hoy
lugar de peregrinación tlokwa,
cuyos
jefes
se
reúnen
allí
anualmente, para rememorar su
glorioso pasado.
9. Ranavalona de Madagascar
(1790 - 1861)
En Madagascar, Cuando Radama I
murió, su esposa Ramavo se
convirtió en reina, con el nombre
de Ranavalona I.
Defensora a ultranza de la
independencia
malgache,
su
mandato fue tachado de xenófobo.
Fortaleció el ejército, declaró ilegal
el cristianismo que se oponía a la
práctica de la religión tradicional,
expulsando de la isla a todos los
misioneros; rompió relaciones con
Gran Bretaña pero las fortaleció
con Francia. El 7 de julio de 1857,
declaró el destierro de todos los
europeos y la confiscación de sus
propiedades,
provocando
el
aislamiento
internacional
de
Madagascar.
7
Fue apodada por los europeos, la
Nerón femenina, por la multitud de
ajusticiamientos que llevó a cabo.
Sólo en 1831, se cree que mandó
ejecutar
a
más
de
25.000
personas. ¡Cómo para estar a su
alcance!
En 1861, murió, sucediéndola
Ranavalona II.
Tal vez, como reacción a la
intransigencia de su predecesora,
su memoria es recordada como
representación
de
la
bondad
personificada. Abrió de nuevo los
puertos al comercio internacional,
permitió la entrada de misioneros
cristianos,
acabó
con
los
ajusticiamientos
y
buscó
el
asesoramiento de personas, sin
tener en cuenta su origen.
Ranavalona III (1862 - 1917) fue
coronada reina en 1883, tras
haber muerto su tía, Ranavalona
II. Basó su gobierno en el
desarrollo del país y el bienestar
de la población. Siendo ya reina,
se convirtió al cristianismo e hizo
que ésta fuera la religión oficial del
Estado.
Sin embargo, pese a su buena
voluntad, su reinado estuvo lleno
de
desgracias
y
hoy,
es
considerado como el periodo más
negro de Madagascar. Epidemias
como la viruela, cólera y malaria
mermaron la población, a la vez
que las graves inundaciones que
se extendieron por las grandes
llanuras del país, acabaron con los
cultivos
de
arroz.
Consecuentemente, se produjeron
graves crisis políticas que fueron
aprovechadas por los franceses
para
imponer
su
dominio,
convirtiendo a Madagascar en un
Protectorado galo.
En 1897, las tropas francesas se
anexionaron la isla y la reina fue
desterrada a Argelia, donde murió
en 1917.
10. Nehanda
(siglo XIX)
de
Zimbabwe
En Zimbabwe (antigua Rhodesia)
descubrimos a Nehanda. Nacida en
el seno de una familia religiosa,
Nehanda
desarrolló
sus
capacidades espirituales, y a una
edad joven era uno de los líderes
religiosos más influyentes de
Zimbabwe.
Cuando
los
colonos
ingleses
invadieron este país en 1896 y
empezaron a confiscar tierras y
ganado, Nehanda y otros líderes
declararon la guerra que se conoce
como la Primera Chimurenga o
Guerra de Liberación. Al principio
lograron grandes éxitos, pero
cuando los colonos recibieron la
ayuda militar inglesa, Nehanda fue
capturada, juzgada y ajusticiada la
mañana del 27 de abril de 1898.
¡Qué poco disfrutaron de una paz
tan deseada!
Nehanda,
es
considerada
la
persona más importante de la
historia moderna de Zimbabwe, y
llamada respetuosamente Mbuya
(Abuela) Nehanda.
En 1971, casi ochenta años
después de su muerte, el espíritu
de Ambuya Nehanda entró en el
cuerpo de otra mujer. Ella fue
reconocida por las fuerzas rebeldes
del ZANU, que luchaban contra el
gobierno segregacionista de Ian
Smith, y cuando ella dio la señal,
se inició la segunda Chimurenga,
la Guerra de Liberación que llevó a
8
Zimbabwe a la independencia. A su
muerte, en 1973, fue honrada
como la principal heroína del país.
11. Yaa´Asantewa de Ghana
(1850 - 1921 A.C.)
Y finalmente, llegamos a Ghana,
donde nos encontramos con Yaa
Asantewa, una de las figuras más
reverenciadas
de
la
historia
moderna ghanesa. En 1900, el
Gobernador británico de Ghana
logró derrotar militarmente y
desterrar al rey del Pueblo Asanti,
a la vez que exigía de las
autoridades
la
entrega
del
Taburete Dorado, objeto histórico
venerado
y
símbolo
de
la
soberanía e independencia asanti.
Temerosos de emprender una
guerra
contra
los
británicos,
algunos líderes sugirieron que, en
vez de luchar contra ellos, debían
implorar que cambiaran su política
represiva y permitieran el retorno
de su rey. Dice la historia, que,
indignada, Yaa Asantewa, la Reina
Madre y guardiana del Taburete
Dorado, se puso en pie y dijo, "¡No
puedo
creerlo!
Si
ustedes,
hombres
asanti,
no
caminan
adelante, entonces, nosotras las
mujeres, lo haremos. Lucharemos
contra ellos hasta que la última de
nosotras caiga en los campos de
batalla."
El 28 de marzo de 1900, Yaa
Asantewa inició la guerra de
independencia, movilizó a las
tropas asanti y puso cerco durante
tres meses a la misión británica del
fuerte de Kumasi. Más tarde, los
ingleses
la capturaron y la
desterraron a las Islas Seychelles,
donde murió veinte años después.
Cabría, en este momento, quizás
preguntarnos qué es lo que ha
llevado a las mujeres africanas,
pese a su fuerza demostrada
durante tantos siglos, y en realidad
a todas las mujeres alrededor del
mundo,
a
ser
relegadas,
expoliadas y suplantadas a un
lugar de sumisión al varón. ¿Sería
la
sedentarización?
¿La
agricultura? ¿La religión? Pero eso
sería tema para otro debate.
Para
finalizar
desearía
mencionar, aunque sólo sea de
pasada, algunos países, donde
mujeres africanas más actuales,
conocidas para unos e ignoradas
por la mayoría, serán igualmente
citadas en el futuro.
En Nigeria: Funmilayo Ransome
Kuti,
una
de
las
primeras
defensoras de los derechos de la
mujer en África y, según cuentan,
la primera mujer africana en
conducir un automóvil.
En Kenia: Agnes Siyiankoi, mujer
maasai que se atrevió a desafiar
muchas
de
las
tradiciones
culturales de su Pueblo que
mantienen
marginadas
a
las
mujeres.
En Ghana: Nana Konadu A.
Rawlings, que desde hace años,
viene
utilizando
el
proceso
democrático del país para luchar
contra la marginalización, a la que
el proceso de globalización está
sometiendo a las mujeres en
particular y a todo el país de forma
general.
En Sierra Leona: Mamaíta Yoko,
que durante la descolonización
inició el movimiento contra el rito
de la dote matrimonial.
9
En Nigeria: Margaret Ekpo, una de
las primeras mujeres con puesto
de responsabilidad política.
En Costa de Marfil: Yai, luchadora
contra
la
desigualdad
que
habitualmente
provoca
la
poligamia,
En Kenia: Ana Owiti y en
Sudáfrica: Charlotte Mjele, ambas,
por sus aportaciones para detener
el SIDA.
Pero hay más, muchas más.
Cientos, incluso miles de mujeres
anónimas
Que, independientes o agrupadas
en asociaciones, reclaman nuestra
ayuda.
Que se niegan a que sus hijas sean
sometidas a las mutilaciones
sexuales tradicionales.
Que participan en talleres y
microempresas, siendo el futuro
motor de desarrollo que tanto
necesita su continente.
Que trabajan en los campos de la
literatura y el arte, de las ciencias
y de la universidad
Que se oponen a las sanciones
sociales que por las acusaciones de
brujería, ponen en peligro muchas
vidas.
Que se caracterizan, como todas
las mujeres africanas, por su
enorme
fuerza
femenina,
su
empuje,
su
dignidad
y
su
elegancia.
Muchas gracias.
Giovanna G. de Calderón Attard
Embajada de Nigeria
25 de Abril, 2006
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