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REZO DE LAUDES
DEL VIERNES II DEL SALTERIO
V/. Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo…..
Laúdes
HIMNO
Tiempo ordinario:
Por el dolor creyente que brota del pecado;
por haberte querido de todo corazón;
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
tantas veces pedido, de rodillas, perdón.
Por haberte perdido; por haberte encontrado.
Porque es como un desierto nevado mi oración;
porque es como la hiedra sobre un árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión.
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a mi viejo tronco poco a poco me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies.
¡Porque es como la rama donde la savia nace,
mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo ves! Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Un corazón quebrantado y
humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Tiempo pascual: ¡Ánimo, hijo!, tus pecados están
perdonados. Aleluya.
Salmo 50 Misericordia, Dios mío
1
Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la
nueva condición humana. (Ef 4,23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
2
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo…..
Fuera del tiempo pascual: Un corazón quebrantado y
humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Tiempo pascual: ¡Ánimo, hijo!, tus pecados están
perdonados. Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: En tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Tiempo pascual: Tú, Señor, has salido con Cristo a salvar a
tu pueblo. Aleluya.
Cántico, Ha 3,2-4.13a.15-19 Justicia de Dios
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra
liberación. (Lc 21,28)
Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra.
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto, acuérdate de la misericordia.
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El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar;
gimo ante el día de angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios, mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre, y al Hijo…..
Fuera del tiempo pascual: En tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Tiempo pascual: Tú, Señor, has salido con Cristo a salvar a
tu pueblo. Aleluya.
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Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Glorifica al Señor, Jerusalén.+
Tiempo pascual: Alaba a tu Dios, Sión, que ha puesto paz en
tus fronteras. Aleluya.
Salmo 147,12-20 Acción de gracias por la restauración de
Jerusalén
Ven acá, voy a mostrarte a la novia,
a la esposa del Cordero (Ap 21,9)
Glorifica al Señor, Jerusalén;
+ alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo…..
Fuera del tiempo pascual: Glorifica al Señor, Jerusalén.
Tiempo pascual: Alaba a tu Dios, Sión, que ha puesto paz en
tus fronteras. Aleluya.
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Tiempo ordinario:
LECTURA BREVE
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo,
estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él
ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su
carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la ley
con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para
crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió
con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo
mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. (Ef 2,13-16)
RESPONSORIO BREVE
R/. Invoco al Dios Altísimo, * Al Dios que hace tanto por mí.
Invoco.
V/. Desde el cielo me enviará la salvación. * Al Dios que hace
tanto por mí. Gloria al Padre. Invoco.
Benedictus, ant.: Por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto.
BENEDICTUS Benedictus, Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
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Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo……
Benedictus, ant.: Por la entrañable misericordia de nuestro
Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto.
PRECES
Adoremos a Cristo que, en virtud del Espíritu eterno, se
ofreció a Dios como sacrificio sin mancha, para purificar
nuestra conciencia de las obras muertas, y digámosle con fe:
Nuestra paz, Señor, es cumplir tu voluntad.
Tú que nos has dado la luz del nuevo día,
—concédenos también caminar por sendas de vida nueva.
Tú que todo lo has creado con tu poder, y con tu providencia
lo conservas todo,
—ayúdanos a descubrirte presente en todas tus criaturas.
7
Tú que has sellado en tu sangre un pacto nuevo y eterno,
—haz que, obedeciendo siempre tus mandatos,
permanezcamos fieles a esta alianza.
Tú que, colgado en la cruz, quisiste que de tu costado
manara agua con la sangre,
—purifica con esta agua nuestros pecados y alegra con este
manantial a la ciudad de Dios.
Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre
como nos enseñó el Señor:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Señor, Dios todopoderoso, te pedimos nos concedas que, del
mismo modo que hemos cantado tus alabanzas en esta
celebración matutina, así las podamos cantar también
plenamente, con la asamblea de tus santos, por toda la
eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
CONCLUSIÓN
Por ministro ordenado:
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
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V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie
vuestros corazones y vuestros pensamientos en el
conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo,
nuestro Señor.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
(O bien)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
OTROS GOLES
KOLDO ALDAI, [email protected]
ARTAZA (NAVARRA).
ECLESALIA, 12/07/10.- Dicen los comentaristas deportivos
que goleó con el corazón, con el alma de todo un país.
¿Quién movió el pie de Iniesta? ¿Solo, el propio delantero, o
con el apoyo de los millones de españoles que corrían con él,
que insuflaban al futbolista y a su equipo ánimo en su
espíritu, fuerza en sus músculos, precisión en sus
movimientos? Adquirimos una fuerza impresionante cuando
juntos/as apostamos por metas colectivas.
¿Y si nuestros balones volaran más alto? ¿Y si colocáramos
más arriba nuestras aspiraciones, nuestras porterías?
Hemos de batirnos también en otros campos, sobre otras
alfombras, ante otras redes… ¿Y si el sueño de “la roja”
fuera más ancho? ¿Y si, tras haber logrado el mundial, ese
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desbordante caudal de energía colectiva nos siguiera
acompañando tras otras metas? ¿Y si la verdadera batalla
no fuera contra los de naranja? ¿Y si tuviera más que ver
con mejoras globales, con dignificar y elevar la vida en todas
sus manifestaciones?
El entusiasmo mantiene vivos a los pueblos, pero un campo
de fútbol, por muchas cámaras que se le echen encima, es un
espacio muy limitado. La palabra “entusiasmo” viene
precisamente de “en-theos”, que significa “lleno de Dios”.
Cuando somos “en theos” podemos cumplir imposibles.
Vivimos un entusiasmo colectivo que nos ha proporcionado
“una roja” campeona, pero dicen que en realidad ese Dios
del coraje sin fondo está con nosotros en todos los “choques”
que merecen la pena, en todos los desafíos nobles, por
difíciles que se manifiesten.
El mundo no cambiará por más balones que se encajen en
una u otra portería. Pero todo este “ensayo” del mundial nos
ha servido para vivir la experiencia del entusiasmo colectivo.
Sudáfrica fue sólo laboratorio. Ahora tocan otros tantos,
ahora llegamos a las auténticas finales. Ahora toca gol al
hambre, a la explotación, al armamentismo…, cabezazos de
muerte a la violencia, a la división, al odio… Ahora toca el
“A por ellos” de verdad…, a por la miseria, la enfermedad,
el analfabetismo, la degradación de la Tierra… ¿Cuánto
mundial aún por jugar? ¿Cuánto gol aún por marcar? El
domingo por la noche, los españoles recibimos un hermoso
regalo, pero todos merecemos un trozo de gloria, el gozo de
constatar que nuestro equipo, por nombre Humanidad,
también progresa. Todos somos seguidores de ese gran Club
de 6.000 millones de socios. Medien o no brillantes patadas,
todos merecemos alzar una copa de victoria.
La dignidad antecede a la gloria. Todos sin exclusión alguna
la meritamos, dignidad de todos los niños de la tierra que
bien de mañana cogen cuadernos y libros y marchan hacia
una pizarra, la dignidad de todas las mujeres de todas las
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latitudes por fin respetadas y honradas; de todos
trabajadores y trabajadoras recompensados con justicia en
su tajo; la dignidad de todos los hogares con un pan en su
mesa; la dignidad de todos los seres, de todos los pueblos por
fin considerados, por fin libres… He ahí sólo algunos goles
que nos aguardan.
Mantener el ardor colectivo nos permite atender otros retos.
El Dios de la vida y el entusiasmo, el Dios de la fuerza y la
bondad infinitas, “que los hombres distintos llamamos con
distintos nombres” (Lanza de Vasto), siempre está con
nosotros, cuando nuestros balones cobran altura y nuestras
porterías también se elevan.
Reciclemos pues ese coraje grupal. Vayamos juntos a por
otros goles. Vayamos a por una gloria que vista todos los
colores, que campe en todas las geografías; una gloria que
no se acabe en una orgía de cuestionable gusto en las
céntrica fuentes de unas ciudades eventualmente dichosas;
gloria que perdure, gloria eterna de todos los hombres y
mujeres de la tierra compartiendo y cooperando, viviendo
en auténtica paz, en genuina fraternidad.
Ficción de deporte y cerveza a granel, cuando la realidad
permita todo el juego, cuando la explotación y el horror sean
derrotados. Mientras tanto, no decaiga la ilusión, no nos
abandone el entusiasmo. ¡Juntos podemos! Ese Dios sin
nombre, ese Dios con todos los nombres, afina nuestro tiro
ante las mentadas y urgentes porterías. Hay camisetas para
todos. Sudemos batallas verdaderas, penaltys que harán
historia. Saltemos juntos a la causa común, al campo
ineludible, mañana puede ser demasiado tarde. (Eclesalia
Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus
artículos, indicando su procedencia).
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