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LECTIO DIVINA
A la escucha y meditación de la
Palabra de Dios desde
la
Tradición y Magisterio
Domingo de Resurrección
Parroquia
Santa María Magdalena
Yacuanquer
A la escucha y meditación de la
Palabra de Dios desde
la
Tradición y Magisterio
La Palabra debe ser esperada y
escuchada
Con buena disposición interior
Oración al Espíritu Santo
Con Corazón limpio y humildad
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
(San Agustín)
Espíritu Santo, inspíranos, para
que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos,
para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos,
para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que
defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no
perdamos nunca las cosas santas.
A la escucha y meditación de
la Palabra de Dios desde la
Tradición y Magisterio
Leer bien y sin prisa
Hay que leer dos o tres veces
Aprende a conocer el Corazón
de Dios en sus Palabras
Leer bien, es escuchar bien
Lectura del Santo Evangelio según Juan 20,1-9
«El primer día de la semana va María Magdalena de
madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro,
y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y
llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a
quien Jesús quería y les dice: "Se han llevado del
sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han
puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo, y se
encaminaron al sepulcro.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió
por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al
sepulcro. Se inclinó y vio los lienzos en el suelo; pero
no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole,
entra en el sepulcro y ve los lienzos en el suelo, y el
sudario que cubrió su cabeza, no junto a los lienzos,
sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado el
primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces
no habían comprendido que según la Escritura Jesús
debía resucitar de entre los muertos.»
Palabra del Señor
Composición general del
Evangelio de San Juan
Prólogo o Himno solemne al Logos de Dios (1,1-18).
2). Primera parte o Libro de los signos (2,1-12,50)
La gran novedad (2,1-4,42).
Jesús, palabra que da vida (4,43-5,47)
Jesús, pan de vida (6,1-71).
Jesús, luz y vida (7,1-8,59).
Jesús, luz que juzga al mundo (9,1-10,42).
Victoria de la vida sobre la muerte (11,1-57).
La muerte camino hacia la vida (12,1-50).
3). Segunda parte o Libro de la pasión-gloria (13,1- 20,31).
Discurso de despedida (13,1-17,26).
Historia de la Pasión - Resurrección (18,1-20,31)
4). Epílogo (21,1-25).
Hemos llegado al gran día en el
que la Iglesia vuelve a vivir la
experiencia viva de su Maestro
que no se queda en la fría loza de
sepulcro.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Él ha resucitado y está en medio
de nosotros!. Cómo explicar
desde esos relatos tan sencillos y
plenos de fe que nos presentan
los Evangelios la vivencia del
Resucitado?.
Es una realidad muy complicada para
nosotros enseñados a vivir de la
técnica, de la comprensión exacta de
todas las cosas. En un mundo donde
las noticias de cada rincón del planeta
nos llegan con una velocidad increíble,
casi inmediata.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
María Magdalena, encarna el espíritu de
los seres humanos de nuestra era. Ella
sale de prisa, de madrugada para ir a
llorar a su estimado Maestro, ella había
estado cerca de la cruz, y ahora quiere
seguir llorando entre los muertos a
quien amaba. Pero, su corazón, su vida
iban a experimentar algo fuera de lo
normal, de lo que esperaba encontrar.
En nuestro mundo siempre queremos
encontrar
respuestas
a
nuestras
preguntas, y en muchas ocasiones ya
tenemos la respuesta a nuestras
inquietudes. Pero, existe algo, más allá de
los conceptos y respuestas inmediatas,
son momentos, realidades, espacios
vitales donde lo que esperábamos no se
cumple, aparece algo nuevo que nos
desestabiliza, que nos saca de la lógica
de diario vivir.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
María Magdalena, lo experimentó, en su
concepto sobre los sucesos acaecidos a
su Maestro. Ella esperaba encontrar a su
Señor, entre los muertos, pero Él no
estaba en ese lugar. Él estaba vivo!.
Nosotros queremos encontrar
razones para vivir, pero entre los
muertos, eso le sucedió a María
Magdalena, quería vivir con el
pasado, de un Jesús vivo, pero en
el presente muerto.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Jesús, le iba a enseñar en aquel
día, el día primero de la semana,
que Él estaba vivo, que sus
discípulos no deben vivir del
pasado para sentirlo vivo. Él vivía
y estaba con ellos.
Lo mismo les ocurrió a los discípulos,
Pedro y al que tanto amaba el Señor,
querían encontrar al Maestro entre los
signos de la muerte, los lienzos y el
sudario que cubrió el cuerpo muerto de
Jesús.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Ellos querían explicaciones reales
desde la verdad de los signos de la
muerte, y no desde la verdad que su
mismo Maestro les había enseñado. El
Maestro consiente de esta dificultad de
los discípulos de todos los siglos, nos
dejó ciertos elementos históricos para
que pudiéramos comprender un suceso
que supera nuestras expectativas.
El sepulcro vacio, el sudario y los
lienzos son muestras veraces de que
algo sucedió históricamente, pero ellos
por sí solos, no son la prueba necesaria
de la Resurrección.
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
Lo que hace creíble la experiencia del
Resucitado, es la capacidad para ver y
creer con los ojos y el corazón del
discípulo que pone su confianza en las
palabras de su Maestro. Jesús, muchas
veces
les
había
enseñado
que
resucitaría y ellos hasta el momento no
lo habían entendido. Solo cuando son
consientes de estas palabras presentes
en las Escrituras: ven y creen!.
Felices Pascuas de
Resurrección y que el
Señor Jesús nos enseñe a
ver y creer con ojos y
corazón de la fe.
DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE
LA PALABRA VA GENERANDO EN
MI CORAZÓN:
Alegría, compromiso,
interrogantes, nuevas posibilidades
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser leído con el corazón
Meditemos la Palabra con el Papa
«Como en el Viernes y en el Sábado Santo, la
Iglesia permanece en la contemplación de este
rostro ensangrentado, en el cual se esconde la vida
de Dios y se ofrece la salvación del mundo. Pero
esta contemplación del rostro de Cristo no puede
reducirse a su imagen de crucificado. ¡Él es el
Resucitado! Si no fuese así, vana sería nuestra
predicación y vana nuestra fe (1 Co 15,14).
La resurrección fue la respuesta del Padre a la
obediencia de Cristo, como recuerda la Carta a los
Hebreos: «El cual, habiendo ofrecido en los días de
su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso
clamor y lágrimas al que podía salvarle de la
muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y
aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la
obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió
en causa de salvación eterna para todos los que le
obedecen» (5,7-9).
La Iglesia mira ahora a Cristo resucitado. Lo hace
siguiendo los pasos de Pedro, que lloró por haberle
renegado y retomó su camino confesando, con
comprensible temor, su amor a Cristo: «Tú sabes
que te quiero» (Jn 21,15.17). Lo hace unida a Pablo,
que lo encontró en el camino de Damasco y quedó
impactado por Él: «Para mí la vida es Cristo, y la
muerte, una ganancia» (Flp 1,21).
Después
de
dos
mil
años
de
estos
acontecimientos, la Iglesia los vive como si
hubieran sucedido hoy. En el rostro de Cristo ella,
su Esposa, contempla su tesoro y su alegría.
«Dulcis Iesu memoria, dans vera cordis gaudia»:
¡cuán dulce es el recuerdo de Jesús, fuente de
verdadera alegría del corazón! La Iglesia, animada
por esta experiencia, retoma hoy su camino para
anunciar a Cristo al mundo, al inicio del tercer
milenio: Él «es el mismo ayer, hoy y siempre» (Hb
13,8).
Juan Pablo II, Novo Millenio Ineunte, 28
Da gracias, intercede por los hermanos,
por las situaciones que el texto te haya
traído a la memoria.
Da curso libre a tus capacidades
creativas de sensibilidad en la oración.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser hablado con el corazón
Y seremos nosotros, para siempre,
como eres Tú el que fuiste, en nuestra
tierra,
hijo de la María y de la Muerte,
compañero de todos los caminos.
Seremos lo que somos, para siempre,
pero gloriosamente restaurados,
como son tuyas esas cinco llagas,
imprescriptiblemente gloriosas.
Como eres Tú el que fuiste, humano,
hermano,
exactamente igual al que moriste,
Jesús, el mismo y totalmente otro,
A la escucha y meditación
de la Palabra de Dios desde
la Tradición y Magisterio
así seremos para siempre, exactos,
lo que fuimos y somos y seremos,
¡otros del todo, pero tan nosotros!
Pedro Casaldáliga
Ponte en medio de la comunidad y deja
que rebose de tu interior la paz y la
bendición que has recibido.
Actúa con ellos para volver a
reencarnar en la historia a
Jesucristo, la Palabra hecha carne.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser practicado en la vida
Mi compromiso en esta semana será:
1. El tiempo de la Pascua me debe
servir para vivir como discípulo la
experiencia de la Resurrección.
2. Compartiré algo dulce en esta
semana con mi familia, amigos o
conocidos para recordar que la
Pascua Cristiana es alegre y dulce.
(Desde el Evangelio de San Juan 20,1-9)
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