Download Débora, ¡entona un cantar

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Débora, ¡entona un cantar!
Los cantares más hermosos son los que brotan del Libro de los libros. Es un asombro encontrar
hoy, al abrirlo, estas palabras: “Así dice Yahveh Sebaot: aplicad vuestro corazón a vuestros caminos”(Ag.1,5)
Y vuelve a insistir más adelante “aplicad vuestro corazón a vuestro camino”. Quizás hay poco amor en
nuestra marcha. Poco latir intenso. Bastante rutina. ¡Alerta roja!. Por lo pronto, el camino estos días es claro:
vamos a Jerusalén. Se nos pide hoy más corazón para esa vía de Cristo tan dolorosa.
Curiosamente, en las páginas por las que se ha abierto la Biblia encuentro un pequeño papel gastado
con una esquina rota que dice así:
QUIERO ir con aquél a quien amo.
No quiero calcular lo que cuesta.
No quiero averiguar si es bueno.
No quiero saber si me ama.
Quiero ir con aquél a quien amo.
Bertoll Brech
Volvemos a Guardini. Todos quieren seguir su “Via Crusis” y les gusta la sorpresa de cada día ¿qué
estación considerar? Ya esta aquí la cata para el día de hoy.
DECIMA ESTACIÓN
JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
“Se lo han quitado todo: libertad, amigos, actividad. Ahora Le roban el pudor de Su cuerpo.
Despojado de Sus vestidos, Le exponen a la vergüenza. Cualquier insolente puede mirarle y escarnecerle. Todos
Le ven en Su humillación, todos los que antes Le habían venerado como profeta, Le habían celebrado como
Mesías; todos, amigos y forasteros, el pueblo entero.
El alma de Jesús es fuerte, profunda, noble hasta lo indecible y delicada. Su sentimiento del honor, muy
sensible y despierto. El deshonor se cierne sobre Él como llama devoradora. Pero Jesús, sin embargo,
persevera, porque sabe que cumple con la voluntad del Padre.
Señor, recuérdame esta hora amarga cuando se trate de mi honra; cuando se ponga en duda mi buena
intención y me atribuyan móviles torcidos; cuando me calumnien y ensucien de barro mi nombre; y, ante todo,
cuando los que no me comprendan sean precisamente los que están cerca de mí, y, por tanto, quienes más
deberían conocer mis sentimientos.
Por mí has sufrido esta humillación incalificable. Por este sacrificio tuyo hazme fuerte en las horas de
prueba. Dios conoce la verdad; quiero apoyarme en esta convicción y pensar que mi honor está guardado por
Dios y que Él me justificará en el momento oportuno.
No dejes que se apodere de mí la impaciencia; no permitas que devuelva mal por mal, que riña, juzgue
o sospeche de quien ha manchado mi nombre. Ayúdame a ser justo y a conservar la serenidad y confiar en Ti.”
Como Débora, pienso lentamente: “Jesús es despojado de sus vestiduras”.Y siento que yo también
debo despojarme de algo. Junto a Jesús, totalmente desnudo, siento complejo de lagarterana.
Acabo de leer el suplemento del domingo.¡Horror! Amenazan con el Día del Padre y con la primavera
de El Corte Inglés. El consumo estrecha su cerco. Y el hombre, lo quiera o no es victima igual que la mujer:
camisas, chaquetas, vaqueros, vintaje, cientos de marcas. Sin querer ¡cuántas cosas tenemos todos!
Claro que hemos de ir en cada momento como conviene, ¿pero qué hacemos con los armarios? ¡Ay
esos armarios de donde puede salir cualquier cosa de no se sabe qué año! ¿Para cuando la bendita sobriedad?
Pido con toda mi alma: ¡Señor, que yo también me despoje por ti!
Débora