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WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858
11200 Montevideo - Uruguay
Tel: +598 2 403 2989
Fax: +598 2 408 0762
Email: [email protected]
http://www.wrm.org.uy
BOLETIN 37 del WRM
Agosto, 2000
En este número:
NUESTRA OPINION
- Convención sobre Cambio Climático: el futuro de la humanidad no es negociable
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TEMAS PARA EL DEBATE SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO
- MDL: ¿Mecanismo de Desarrollo Limpio o Mecanismo de Dudosa Limpieza?
- Un verdadero Mecanismo de Desarrollo Limpio
- Las plantaciones como sumidero ... ¡al sumidero!
- ¿Es aceptable recibir dinero del MDL para la conservación de bosques?
- Plantaciones como sumideros: sus verdaderos beneficiarios
- Poner la Deuda del Carbono en la mesa de negociaciones
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BASUREROS DE CARBONO EN EL SUR
- Africa: sumideros de carbono y necesidades financieras
- América Central: al rescate de EE.UU. y Canadá
- América del Sur: el impulso a las plantaciones como sumideros de carbono
- Asia: plantaciones para capturar carbono pueden resultar problemáticas
- Oceanía: una cuestión de sobrevivencia
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MATERIAL DEL WRM SOBRE CLIMA
- Artículos publicados en Boletín del WRM
- Declaraciones del WRM
- El Mercado del Carbono: sembrando más problemas
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AGOSTO
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NUESTRA OPINION
- Convención sobre Cambio Climático: el futuro de la humanidad no es negociable
La Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre Cambio Climático --precedida por una
reunión de sus Cuerpos Subsidiarios en el mes de setiembre en Lyon -- tendrá lugar en la Haya en
noviembre próximo. El críptico lenguaje utilizado en las negociaciones sobre el clima --y los objetivos
todavía más oscuros de muchos gobiernos y empresas-- hacen necesario traducir lo que está siendo
negociado utilizando conceptos comprensibles, para así facilitar la tan necesaria participación pública
en este debate. A fin de contribuir con este propósito hemos dedicado el presente número del Boletín
del WRM enteramente a este tema, de vital importancia para la humanidad en su conjunto.
La solución al calentamiento global --que está sucediendo ahora mismo y siendo sufrido por millones
de personas en todo el mundo-- es en teoría muy sencilla: reducir sustancialmente las emisiones de
gases de efecto invernadero, en especial de dióxido de carbono. ¿De dónde provienen las emisiones
de este gas? La mayoría proviene del uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural),
cuyo carbono estaba almacenado en forma segura bajo la superficie de la Tierra. La extracción de
enormes y crecientes volúmenes de combustibles fósiles está en el meollo de la crisis del clima.
Existen otras fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, entre las cuales la deforestación
--por la que se libera el carbono retenido en la biomasa de los bosques -- la que también debe ser
abordada. Pero por lejos el uso de combustibles fósiles constituye la causa más importante.
La forma de reducir el uso de combustibles fósiles es reemplazarlos lo antes posible por fuentes de
energía ambientalmente adecuadas. Tal solución es técnicamente viable, p ero fuerzas muy
poderosas --como la industria petrolera-- y un número de gobiernos de los países industrializados se
oponen a este enfoque, sosteniendo que resultaría demasiado caro.
Empero, dado que la opinión pública está cada vez más preocupada por el cambio climático, esas
mismas fuerzas y gobiernos tienen que dar al mundo un mensaje positivo para demostrar que están
ocupándose del problema. En 1997, los gobiernos de los países industrializados finalmente se
comprometieron a reducir las emisiones en el Protocolo de Kioto de la Convención sobre Cambio
Climático. Pero simultáneamente inventaron el denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) a
fin de evitar cumplir esos incluso insuficientes compromisos.
En tanto los expertos realizan encuentros y hablan de mecanismos cuyo propósito es básicamente
eludir esos compromisos, hay organizaciones y comunidades que están implementando reales
mecanismos para abordar el uso excesivo de combustibles fósiles. Entre ellas deseamos destacar la
lucha de los pueblos indígenas que se oponen a la prospección y extracción petrolera en sus
territorios. En el contexto del cambio climático, éste constituye el perfecto ejemplo de Mecanismo de
Desarrollo Limpio: la opción cero petróleo.
Sin embargo, los intereses empresariales implicados en las negociaciones sobre el clima y sus
expertos permanecen ciegos a esas realidades y están, en cambio, inventando astutos esquemas
para evitar tomar el toro por los cuernos. Entre los esquemas más astutos está el de la creación del
“mercado del carbono”, que comprende el uso de bosques y plantaciones forestales como sumideros
de carbono.
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Más allá de cuan absurdos estos astutos esquemas puedan llegar a ser, parecen estar recibiendo un
creciente apoyo por parte de una serie de actores que t iene mucho para ganar si los mismos son
aprobados en la próxima Conferencia de las Partes.
Muchos gobiernos están también apoyando esta iniciativa de comercio de carbono a través de
sumideros. Para algunos gobiernos del Norte es ésta una manera fácil y ba rata de no tener que
cumplir con los compromisos relacionados con disminuir las emisiones. Por su parte, algunos
gobiernos del Sur lo ven como una forma de ganar algún dinero al contado por la venta de sus
servicios de basureros de carbono. Sin embargo, los gobiernos del Sur tendrían mucho más para
ganar si exigieran al Norte que se hiciera responsable de la “deuda de carbono” acumulada, la que
por lejos excede la deuda convencional del Sur.
En resumen, la sociedad tiene un papel de suma importancia que cu mplir, presionando a los
gobiernos para inducirlos a cambiar el actual rumbo que han emprendido. La Convención sobre
Cambio Climático parece haberse olvidado de que su tarea es asegurar que las futuras generaciones
habrán de heredar un planeta vivible. Y la gente puede hacerla entrar en razones señalándole que es
ahora cuando deben acordarse e implementarse verdaderas soluciones. Que la Convención no es un
mercado para comercializar créditos de carbono sino un foro para abordar un problema muy real. Que
el futuro de la humanidad no es negociable.
inicio
TEMAS PARA EL DEBATE SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO
- MDL: ¿Mecanismo de Desarrollo Limpio o Mecanismo de Dudosa Limpieza?
En 1997 a los negociadores del Protocolo de Kioto se les ocurrió un proyecto denominado
ingeniosamente: “Mecanismo de Desarrollo Limpio”. Para el común de la gente, el mensaje implícito
es que finalmente los gobiernos del mundo habrían acordado crear un mecanismo que permitiría
lograr el desarrollo sin contaminar la atmósfera. Sin embargo lo que estas palabras esconden es algo
para nada limpio.
En efecto, este mecanismo no es más que un permiso para contaminar. En Kioto los países
industrializados se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero
simultáneamente inventaron una forma de escapar de dichos comp romisos. El mecanismo es sencillo:
en lugar de cortar las emisiones en la fuente, ellos podrán “compensar” dichas emisiones
implementando proyectos en otros países. Estos proyectos se relacionan con bosques, plantaciones
forestales y suelos, los cuales --se afirma-- actuarían como “sumideros de carbono”. Un alto
funcionario estadounidense afirmó cándidamente a Reuters: “Sacar una tonelada de carbono de la
atmósfera mediante los sumideros es lo mismo que evitar la emisión de una tonelada de carbono por
la utilización de combustibles fósiles” y agregó que “si se contabiliza la cantidad de carbono
absorbido por los bosques y las tierras agrícolas, la presión sobre las empresas estadounidenses
para que reduzcan esas emisiones y las de otros gases disminuiría eno rmemente”. Y ese es
justamente el objetivo del MDL: reducir las presiones para frenar las emisiones, especialmente en el
Norte.
Sin embargo lo que el mundo necesita es exactamente lo contrario. La transferencia a la atmósfera
de carbono proveniente de los combustibles fósiles no puede continuar indefinidamente. Alrededor de
4 billones de toneladas de carbono contenido en los combustibles fósiles yacen todavía bajo la
superficie de la Tierra, lo que equivale a diez veces la cantidad de carbono almacenada en los
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bosques. El agregado de apenas algunos miles de millones de toneladas de carbono al aire podría
determinar un desastre en el clima global. De modo que lo que se necesita --primero y ante todo-- es
prevenir la extracción y el uso de combustibles fósile s, sustituyéndolos por fuentes de energía
limpias, renovables y de bajo impacto, y ello acompañado con la adopción de medidas en pro de una
mayor eficiencia energética. Ese sería el significado --al menos desde el punto de vista climático-- de
un Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Los negociadores han pervertido el significado de estas palabras al crear un MDL que no es sino un
Mercado de Dudosa Limpieza , mediante el cual algunos recibirán beneficios económicos a expensas
del clima mundial. Aún así algunos delegados gubernamentales --en especial de los países más
susceptibles a ser afectados por el cambio climático -- están procurando aportar alguna racionalidad
al debate. El Sr. Espen Ronneberg, de la República de las Islas Marshalll, presentó el 27 de julio de
1998 un documento donde se expresa la posición de la Alianza de Estados de Pequeñas Islas
(AOSIS, por su sigla en inglés) acerca del Mecanismo de Desarrollo Limpio. Durante su alocusión
manifestó: “No es de nuestro interés crear nuevas triquiñuelas para que algunos países
industrializados trasladen al exterior su obligación de reducir la emisión de gases de efecto
invernadero . . . A aquellos inescrupulosos países industrializados que están procurando promover
tales proyectos, debe recordárseles sus obligaciones ante la propia Convención así como bajo el
Protocolo de Kioto, de reducir sus propias emisiones de gases de efecto invernadero, lo que debería
significar dar prioridad a la adopción de medidas en sus propios territorios”.
Es importante destacar que el Mecanismo de Desarrollo Limpio todavía no ha sido aprobado y que
quedan dos batallas por dar para evitar la inclusión de los sumideros en ellos: la reunión de
setiembre de los Cuerpos Subsidiarios de la Convención y la Conferencia de las Partes a cel ebrarse
en noviembre. No podemos dejar que los “inescrupulosos países industrializados” negocien sobre la
atmósfera de la Tierra con igualmente inescrupulosos gobiernos del Sur, deseosos de venderla por un
puñado de dólares.
inicio
- Un verdadero Mecanismo de Desarrollo Limpio
En tanto los expertos del cambio climático están tratando
viables” (léase: baratas) al problema del clima generado
Occidental, los pueblos indígenas y las comunidades locales
un verdadero Mecanismo de Desarrollo Limpio: impedir la
respectivos territorios.
de encontrar salidas “económicamente
por el estilo de desarrollo económico
de muchos países están implementando
explotación de petróleo y gas en sus
Es indiscutible el importante papel que juegan los combustibles fósiles en relación con el cambio
climático. De ello resulta la necesidad de que la humanidad cambie el sistema energético
prevaleciente --altamente dependiente de combustibles fósiles-- por otro, basado en fuentes de
energía limpias, renovables y de bajo impacto. Las comunidades locales qu e impiden la extracción de
petróleo no sólo están allanando el camino hacia esa transición, sino que también están manteniendo
en depósitos seguros bajo la corteza terrestre el carbono contenido en dichos combustibles. No están
inventando maneras de resolver los efectos del consumo de combustibles fósiles; están directamente
atacando el problema de fondo: la extracción de petróleo y gas.
Estos pueblos están beneficiando a la humanidad, pero en lugar de recibir dinero por el servicio que
están brindando, lo que generalmente reciben es represión. Son catalogados como enemigos de la
patria, subversivos o simplemente terroristas. Muchos de ellos han sido asesinados, apresados,
torturados. Ellos no son aceptables dentro de la élite del “mercado del carbono”, a p esar de ser
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quienes realmente actúan para evitar el cambio climático. Cada barril de petróleo no extraído
constituye una positiva contribución a la estabilidad climática y millones de barriles están todavía bajo
tierra como consecuencia de sus luchas. He aquí unos pocos ejemplos de lo que algunos de estos
pueblos han logrado hasta ahora.
En Colombia, los indígenas U’wa han impedido hasta el momento la extracción de petróleo de su
territorio por parte de Occidental Petroleum. Actualmente están impidiendo la explotación del Bloque
Samoré, con una capacidad estimada en 1.500 millones de barriles.
En Ecuador el pueblo Cofán cerró el pozo de Dureno en la Amazonía, el que contiene alrededor de
1.265.370 barriles.
En Venezuela los Warao lograron expulsar a British Petroleum de su territorio, que guarda unos 820
millones de barriles de petróleo.
También en Ecuador, el pueblo Huaorani consiguió frenar durante varios años la implementación del
proyecto ITTI (Ishpingo, Tambacocha, Tiputini, Imuya), que se proponía la explotación de 265
millones de barriles de petróleo dentro del Parque Nacional Yasuní y parte de su territorio ha sido
declarado intangible, vale decir, cerrado a las actividades de explotación petrolera.
En Nigeria el pueblo Ijaw clausuró los pozos petroleros existentes en su zona, a través de una
operación llevada a cabo por la juventud Ijaw en enero de 1999, denominada “Cambio Climático”. Es
difícil realizar un cálculo tentativo de la cantidad de petról eo y gas que se evitó explotar con dicha
operación, pero la misma puede ser estimada en unos 6.000 millones de barriles.
Hay muchos más ejemplos de luchas, algunas de las cuales al menos han servido para demorar la
explotación de petróleo y gas --tales como las relacionadas con el oleoducto Chad-Camerún, el
gasoducto de Yadana, el proyecto de explotación de gas Camisea en Perú. Entretanto, otros están
luchando contra las fuerzas combinadas de los gobiernos y las transnacionales petroleras para
defender sus territorios contra la explotación de petróleo.
¿No son acaso todas estas luchas un ejemplo de verdadero Mecanismo de Desarrollo Limpio? ¿No
debería haber un mecanismo para compensar a los países por la no extracción de petróleo y gas?
¿No debería compensarse a las comunidades por mantener los combustibles fósiles almacenados a
perpetuidad en un lugar seguro? ¿No debería la Convención sobre Cambio Climático apoyar una
moratoria a nuevas prospecciones y explotación de petróleo y gas? Estas son cuestiones qu e muchos
negociadores sobre el clima tratarán de evitar, precisamente porque las mismas apuntan al tema
principal: la extracción de combustibles fósiles. Muchos buscarán concentrarse en cómo mitigar los
efectos, pero no querrán abordar la verdadera causa d el cambio climático. No debemos dejar que se
salgan con la suya.
inicio
- Las plantaciones como sumidero ... ¡al sumidero!
Uno de los principales objetivos de los negociadores de algunos países industrializados en la
Convención sobre Cambio Climático es que las plantaciones sean aceptadas como sumideros de
carbono en el denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio. El razonamiento que utilizan parece ser
muy claro: durante su crecimiento los árboles toman dióxido de carbono de la atmósfera y fijan
carbono en la madera. De manera que actúan como “sumideros de carbono” y así ayudar a
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contrarrestar el cambio climático mediante la remoción de dióxido de carbono de la atmósfera.
Entonces, ¿cuál es el problema? La respuesta es: muchos.
El primer problema es que las plantaciones forestales no tienen como finalidad complementar
medidas adoptadas para reducir el uso de combustibles fósiles. Por el contrario, su propósito es
permitir a los países industrializados que cumplan sus compromisos de reducción sin rea lmente
reducirlas en la medida acordada. Si, por ejemplo, un país ha asumido un compromiso para reducir
sus emisiones de combustibles fósiles de 100 a 90 unidades, entonces en lugar de reducir 10
disminuiría en solamente 5 y plantaría árboles para absorber los 5 restantes.
Un segundo problema sería que si se generalizara un comercio de “compensación de emisiones”
basado en plantaciones forestales, ello bloquearía la adopción de otras medidas necesarias y
urgentes, tales como la conservación de la energía, la reducción del consumo, un uso más equitativo
de los recursos y un desarrollo equitativo basado en fuentes de energía limpias, renovables y de bajo
impacto ambiental.
Lo anterior muestra claramente que las plantaciones como “sumideros de carbono” no co nstituyen
una solución al verdadero problema de la actual crisis climática, cuya causa esencial radica en la
extracción y uso continuo de los principales reservorios de carbono: carbón, petróleo y gas natural. Al
mismo tiempo, las plantaciones constituyen un problema en si mismas por diferentes razones:
- En el mundo entero, las plantaciones forestales a gran escala ya constituyen una amenaza para las
comunidades y para los ecosistemas. Si la Conferencia de las Partes aceptara las plantaciones como
sumideros de carbono como parte del Mecanismo de Desarrollo Limpio, ello significaría la instalación
de millones de hectáreas de nuevas plantaciones como forma de contrarrestar incluso una pequeña
parte de las emisiones industriales. La experiencia con este tipo de plantaciones indica que estos
procesos de “compensación” usurparían tierras necesarias para la agricultura, reemplazarían valiosos
ecosistemas nativos, agotarían los recursos hídricos, aumentarían la inequidad en la tenencia de la
tierra, incrementarían la pobreza, llevarían a la expulsión de los pobladores locales, y socavarían las
prácticas locales de manejo necesarias para la conservación de los bosques.
- Las plantaciones forestales a gran escala son generalmente una causa directa de deforestación.
Ello significa que antes de que se conviertan en “sumideros de carbono” en realidad provocarán
"fugas de carbono" (para usar el oscuro lenguaje de los negociadores sobre el clima). Es decir, que el
carbono que se encontraba seguramente almacenado en los b osques será liberado a la atmósfera a
consecuencia de la deforestación. De modo que el balance de carbono resultaría negativo, ya que la
mayor parte de los bosques almacenan por hectárea mucho más carbono que cualquier tipo de
plantación.
- Asimismo, las plantaciones a gran escala son generalmente una causa indirecta de deforestación.
La gente desplazada por las plantaciones se ve frecuentemente forzada a ingresar en otras zonas
boscosas y a abrirlas para satisfacer sus necesidades básicas. Estas constituy en ulteriores “fugas de
carbono”.
- Las plantaciones a gran escala destruyen la diversidad animal y vegetal y por lo tanto no deberían
ser promovidas por los gobiernos que han suscrito la Convención sobre Diversidad Biológica, que
son, en su mayoría, los mismos países signatarios de la Convención sobre Cambio Climático.
Sumado a lo anterior, hay incertidumbre desde el punto de vista científico, tanto respect o de la
capacidad de las plantaciones para actuar como sumideros de carbono, como de la capacidad de los
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tecnócratas para medir en forma adecuada el carbono secuestrado por una plantación. Para que un
proyecto de plantación “compensatoria” pueda ser negociable por una determinada cantidad de
emisiones industriales, debería llegarse a una cifra exacta que represente la cantidad de carbono
secuestrado o almacenado como consecuencia de un proyecto y que dicha cifra fuera superior a lo
que se hubiera secuestrado o almacenado en ausencia de tal proyecto. De hecho un cálculo de este
tipo es imposible, por más detalles al respecto ver:
http://www.wrm.org.uy/castellano/declaraciones/declaracionSF.html
En definitiva, las plantaciones forestales como “sumideros de carbono” no pueden ser r ealísticamente
consideradas como una solución a nada, sino más bien un problema adicional. Deben realizarse
todos los esfuerzos posibles para evitar que las mismas sean aceptadas en la próxima Conferencia
de las Partes. Las plantaciones como sumidero deben ser enviadas a donde corresponde: al
sumidero.
inicio
- ¿Es aceptable recibir dinero del MDL para la conservación de bosques?
La deforestación contribuye al cambio climático a través de la liberación de carbono de la biomasa
forestal. Por lo tanto, debe promoverse la conservación así como las acti vidades de rehabilitación de
los bosques a efectos de promover tanto la conservación del carbono --en el caso de bosques
primarios-- como su absorción --en el caso de los bosques secundarios a los que se permite volver a
desarrollarse.
Pero, ¿debería o no incluirse a los bosques en el Mecanismo de Desarrollo Limpio? Esta es una
pregunta difícil para las ONGs, las OPIs y las comunidades de los bosques, pero que deberá ser
respondida en las próximas negociaciones de la Conferencia de las Partes de la Convenc ión sobre
Cambio Climático. No es nuestro propósito aquí dar una respuesta tajante por la afirmativa o por la
negativa a esa pregunta, sino el de compartir nuestros puntos de vista al respecto.
Para una comunidad que vive en el bosque o para una organizac ión ambientalista que trabaja para
proteger un bosque determinado, la inclusión de los bosques en el MDL podría significar recibir
fondos muy necesarios para asegurar su conservación, así como apoyo político y legal del gobierno
local o nacional. El bosque sería conservado y la calidad de vida de la comunidad local podría verse
mejorada. Por lo tanto ésta podría ser catalogada como una situación en la que todos ganan
(“win-win”).
Existen no obstante algunos problemas que derivan del carácter global del com ercio del carbono.
Quien desee pagar por un servicio de “absorción de carbono por un bosque” seguirá emitiendo
dióxido de carbono en algún otro lugar del mundo. Asimismo estará apoyando la extracción de
combustibles fósiles en algún otro lugar. En ambos ca sos habrá comunidades afectadas. Podría ser,
por ejemplo, una comunidad en otro país, que habite cerca de una planta industrial contaminante
perteneciente a una firma que compra créditos de carbono a la comunidad habitante del bosque.
Podría haber por otro lado una comunidad indígena --en un tercer país-- afectada por la extracción de
petróleo en su propio territorio. Para estas dos comunidades afectadas “a distancia” por el mismo
proyecto de carbono, éste sería un escenario en que ambas pierden (“lose -lose”).
Si se acepta que todo negocio que vincula a bosques con créditos de carbono sólo puede ser
aprobado con el consentimiento de todas las comunidades locales afectadas, el ejemplo anterior
sugiere que, antes de tomar cualquier decisión, la comunidad lo cal implicada en el proyecto de
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carbono debería identificar y consultar a todas las otras comunidades afectadas. Según cuál fuera su
respuesta, ésta podría aceptar o rechazar el trato.
En consecuencia, la conservación de bosques a través del MDL constitui ría una operación
extremadamente complicada, dado que habría muy pocas situaciones tan "simples" como la descrita
en el ejemplo anterior. Incontables comunidades deberían ser identificadas y consultadas en la
mayoría de los proyectos potenciales. Además: ¿Qué sucedería si una comunidad afectada se
opusiera al proyecto en tanto que las restantes lo aprobaran? ¿No generaría esto problemas y
divisiones entre la gente afectada?
Al mismo tiempo, debe destacarse que si bien el “dinero del carbono” puede ser perc ibido como una
posible solución para conservar algunos bosques concretos, claramente no constituye la solución
para la cuestión mucho más amplia de la deforestación y la degradación de los bosques que se está
dando a través de todo el Sur. Estos problemas no pueden verse solamente como un tema
relacionado al “clima”, dado que también comprende los suelos, el agua, la flora, la fauna y los
medios de vida de las comunidades locales. Debe recordarse a los negociadores en la Convención
sobre Cambio Climático los compromisos que sus gobiernos ya han asumido, particularmente en el
marco de la Convención sobre Diversidad Biológica y en las Propuestas de Acción del Panel
Intergubernamental sobre Bosques. Si fueran implementados, estos compromisos asegurarían no sólo
la transferencia de fondos desde el Norte, sino también, y lo que es más importante, el
establecimiento de marcos adecuados --tanto a nivel nacional como internacional-- para abordar las
causas directas e indirectas de la deforestación.
Las ONGs y OPIs que participarán de la próxima Conferencia de las Partes se enfrentan a la tarea de
asegurar que el Mecanismo de Desarrollo Limpio sirva para promover un desarrollo socialmente
equitativo y ambientalmente sustentable y que el debate en torno al clima se vin cule con el resto de
los compromisos en el área social y ambiental que los gobiernos ya han asumido.
inicio
- Plantaciones como sumideros: sus verdaderos beneficiarios
Los esquemas de MDL basados en los sumideros de carbono en el sector forestal, anunciados con
bombos y platillos como la panacea para la mitigación del cambio climático, son en cambio peligrosos
desde el punto de vista social y ambiental. A pesar de ello, las discusiones que se vienen dando a
nivel oficial ignoran estos puntos fundamentales. Indudablemente algunos tienen mucho para ganar
de este mercadeo de la naturaleza. ¿Quiénes son los influyentes actores detrás del escenario en el
mercado del carbono? He aquí una descripción de algunos de los más relevantes.
- La industria
Las grandes corporaciones están tanto influyendo a los tomadores de decisiones como emprendiendo
acciones directas en el recientemente creado mercado del carbono. Repen tinamente la industria ha
descubierto lo rentables que pueden ser los árboles, y los proyectos de plantaciones para sumideros
están creciendo como hongos en el Sur. Por ejemplo, en enero de 1999 la Federación Japonesa de
Organizaciones Económicas propuso al Presidente de China Jiang Zemin que un grupo de compañías
japonesas lleven adelante un programa de plantaciones en ese país para asegurarse mayores cuotas
de emisión de dióxido de carbono bajo el MDL. También el año pasado la Confederación de la
Industria Británica trató de lanzar un sistema de mercadeo del carbono a efectos de frenar o reducir
un impuesto sobre la energía planteado por el gobierno de ese país.
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Desde el inicio mismo del proceso de la Convención sobre Cambio Climático, el poderoso lobby d e la
industria petrolera que opera al nivel del Senado de los EE.UU. indujo a los delegados de ese país en
las negociaciones sobre el clima a abstenerse de todo compromiso, incluso para una mínima
reducción en las emisiones de CO2. Luego del Protocolo de K ioto, esas empresas instruyeron a los
delegados de los EE.UU. y de otros países industriales para que apoyaran la comercialización de
“compensaciones” de carbono, incluyendo créditos de carbono provenientes de plantaciones
forestales. En países situados en diferentes regiones del mundo, tales como Costa Rica, Uganda y
Australia, las compañías que explotan petróleo, carbón y gas natural han firmado acuerdos para
instalar proyectos de secuestro de carbono a través de plantaciones --las mismas compañías cuyas
actividades provocan severos impactos ambientales y sociales en detrimento de las comunidades
locales.
Siendo el transporte basado en combustibles fósiles una de las principales causas del calentamiento
global, también las empresas automovilísticas están tratando de cambiar su imagen. Mazda ha
anunciado que plantará cinco árboles por cada unidad del nuevo modelo Demio que se venda en
Inglaterra, a fin de “compensar” de ese modo las emisiones producidas por el auto en su primer año
de utilización. Avis Europa planea plantar un árbol por cada auto de su flota, en tanto la Federation
Internationale de l'Automobile tiene un proyecto para la plantación de 30.000 árboles en Chiapas,
México, sobre tierras habitadas por comunidades mayas, para "compensar" por el c arbono emitido
anualmente en las carreras de Fórmula Uno.
- Las agencias multilaterales
Desde 1997 el Banco Mundial se ha estado ocupando del tema cambio climático. El Banco está
usando fondos de empresas públicas y de gobiernos del Norte para desarrolla r el denominado Fondo
Prototipo de Carbono (PCF, por su sigla en inglés), cuyo propósito es facilitar "las inversiones en
mercados globales de gases de efecto invernadero" y que tiene una cartera de proyectos en el Sur.
Durante un encuentro de los Cuerpos Subsidiarios de la Convención sobre Cambio Climático
realizado en Bonn en junio pasado, un delegado del Banco Mundial, dirigiéndose a una audiencia
formada básicamente por gente de negocios, dejó claro que el PCF fue diseñado para que la
reducción de emisiones le resultara más barata al Norte, y la mayor parte de su presentación estuvo
centrada en qué poco las corporaciones del Norte tendrían que pagar por evitar tener que reducir la
contaminación en la fuente en caso de que se adhieran al PCF. Una importan te tarea del PCF es
generar confianza entre compradores y vendedores de los denominados "productos" del clima.
Empresas como British Petroleum y Mitsubishi, así como varias firmas nórdicas, han expresado su
interés en esta iniciativa. El PCF fue creado pensando exclusivamente en proyectos del sector
energético, aunque luego se dio un viraje y ahora se dice que el 10% de estos fondos será destinado
a proyectos de sumideros de carbono mediante forestación. A pesar de los impactos sociales y
ambientales negativos de los monocultivos forestales, el Banco insiste en promoverlos, ahora bajo el
disfraz de sumideros. El Banco también está implicado en el diseño de un MDL para subsidiar el
comercio de los "créditos de carbono" resultantes, ofreciendo para ello un ban co o una bolsa de
valores de carbono.
Las Naciones Unidas también están involucradas en el nuevo mercado del carbono. El Fondo Mundial
para el Medio Ambiente (GEF) --cuyas agencias implementadoras son el PNUMA, el PNUD y el Banco
Mundial-- está promoviendo el PCF a través de la creación de sumideros de bajo costo. Resulta difícil
de entender de qué manera los monocultivos forestales como sumideros de carbono, habrán de
contribuir a la conservación de la biodiversidad, que es una de las áreas de acción pri oritarias del
GEF. A su vez la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) está
destinando dinero de los contribuyentes al establecimiento de una Asociación Internacional para el
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Comercio de Emisiones, formada por alrededor de 60 empresas transnacionales y organizaciones
ambientalistas, que procuran dinamizar el mercado del carbono.
- Los gobiernos
A nivel político la acción de algunos gobiernos del Norte --en connivencia con intereses
empresariales que buscan eludir su responsabilidad en la generación del calentamiento global-constituye la columna vertebral de todo este proceso.
Debido a sus elevadas emisiones per cápita en materia de dióxido de carbono, a su renuencia a
aceptar las restringidas limitaciones establecidas por la Convención Marco sobre Cambio Climático
en Kioto, y a la influencia directa e indirecta que ejerce sobre otros gobiernos, los EE.UU. son uno de
los principales actores en este proceso. En julio pasado, el Senado de ese país aprobó la Ley para el
Incentivo del Secuestro Internacional de Carbono", de acuerdo con la cual "las empresas
estadounidenses que resulten elegibles podrán optar por recibir un crédito de inversión o acceder a
préstamos a un interés bajo, así como opciones de seguro sobre inversiones pa ra secuestro de
carbono en otros países". El accionar del gobierno de los EE.UU. parece estar en contra de la visión
de la opinión pública en su propio país. Según una encuesta realizada recientemente, la mayoría de
los ciudadanos estadounidenses están a favor de la reducción de gases de efecto invernadero por las
fuentes industriales a nivel doméstico, en lugar de medidas adicionales como la de los sumideros de
carbono.
Otro entusiasta promotor de los sumideros de carbono en el sector forestal es Canadá. La Agencia
Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) ha acordado perdonar una pequeña fracción de la
deuda que Honduras mantiene con dicho país, a cambio de que el país centroamericano instale una
oficina en la órbita del Protocolo de Kioto a efectos de promover las plantaciones forestales y
monitorear la conservación de los bosques. Ello permitiría a Canadá recibir créditos de carbono sin
necesidad de recurrir a reducciones a nivel doméstico.
La posición de Australia es digna de mención. Formando parte del grupo de países del Anexo I del
Protocolo de Kioto y ejerciendo una gran influencia a nivel de la región de Oceanía, Australia espera
que su participación en el mercado del carbono habrá de promover su crecimiento económico. Un
ministro de agricultura de Nueva Gales del Sur ha mencionado recientemente los beneficios de una
"nueva y dinámica industria", capaz de generar nuevos puestos de trabajo al instalar un millón de
hectáreas de nuevas plantaciones, algunas de las cuales serán financiadas con dinero de empresas
japonesas del sector de la energía.
Pese a que los gobiernos europeos han adoptado una posición más cauta en el tema, algunos de
ellos están impulsando proyectos forestales bajo el MDL. Las plantaciones holandesas en los Andes
ecuatorianos y las noruegas en Uganda muestran que incluso países que en el escenario político
mundial tratan de aparecer como amistosos en relación con el ambiente, han aprovechado la
oportunidad para hacer buenos negocios en el mercado del carbono.
Para compensar sus emisiones Japón está planeando recurrir a proyectos de forestación en otros
países, como ser en la vecina China. El gobierno japonés está procurando aumentar la cantidad de
carbono absorbido acreditada a su país en el rubro "actividades inducidas p or el hombre", incluyendo
el carbono absorbido por las nuevas plantaciones. Tal posición no resulta sorprendente: la agencia de
cooperación japonesa JICA ha sido uno de los principales promotores del modelo basado en
monocultivos forestales, a la vez que el crecimiento económico de este país se ha basado en la
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enorme huella ecológica provocada por la explotación de los recursos de otros países y el depósito
de sus residuos industriales en el extranjero.
Los sumideros mediante plantaciones también están siendo promovidos por algunos gobiernos del
Sur, quienes los ven como una oportunidad inmediata de obtener dinero proveniente de inversores
extranjeros. Argentina, Colombia, Bolivia, Uruguay, Costa Rica, México, Chile, Guatemala y otros
países están procurando que las plantaciones como sumideros de carbono sean incluidas en el MDL.
Ello significa que estos gobiernos aceptan alegremente la función de basureros de carbono para
sus territorios y se niegan a ver los impactos negativos desde el punto de vist a social y ambiental
provocados por las plantaciones forestales.
- Las empresas consultoras
El mercado del carbono ha creado oportunidades para la generación de instituciones, puestos pagos
y prestigio para un creciente número de profesionales deseosos d e trabajar haciendo investigación,
certificación y administración en proyectos de plantaciones para "compensación" de carbono, quienes
a su vez juegan un papel preponderante al "creer" en su eficiencia. Consultoras tales como SGS
Forestry, Margules Poyry y Econergy International Corporation pueden obtener lucrativos contratos
para monitorear y justificar proyectos de forestación para carbono. En la Cámara de Comercio de
Chicago ya se están ofreciendo créditos de carbono certificados por SGS. Algunos consult ores
incluso se mueven en un circuito que pasa por prestar servicios en oficinas de las Naciones Unidas,
hacer lobby en la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre Cambio Climático y
atender sus propios negocios en proyectos de "deducción" de carbono. Mark Trexler, por ejemplo
--cuya firma Trexler & Associates está lista para amasar fortunas con la promoción del comercio de
carbono-- estuvo en la COP IV de Buenos Aires y, a la vez, es editor de la revisión de uno de los
capítulos del Informe Especial del Panel Intergubernamental de Cambio Climático sobre Uso del
Suelo, Cambios en el Uso del Suelo y Forestación. En dicho informe participaron también personas
que trabajan para otras consultoras, tales como Winrock International, Ecosecurities Ltd , SGS
Forestry y Edinburgh Centre for Carbon Management. No puede sorprender, entonces, que el informe
haya puesto el sello de aprobación "científica" a la idea de que es posible realizar una contabilidad
del carbono que implique a las plantaciones forestales y las emisiones industriales.
- Empresas, profesionales e investigadores en el área forestal
El mercado del carbono constituye una excelente oportunidad para que las empresas forestales no
sólo incrementen sus negocios, sino también para que traten d e adquirir una imagen "verde". Se teme
que, en caso de incluirse los monocultivos forestales en el MDL, aumente la sustitución de áreas de
bosques por plantaciones en los países tropicales, a la vez que su expansión destruya los
ecosistemas de pradera de las regiones templadas, cuyos suelos constituyen efectivos reservorios de
carbono.
Muchos profesionales forestales ven el auge de las plantaciones para sumideros de carbono como
una forma de aumentar la importancia de su profesión ante los ojos de la opin ión pública en relación
con la mitigación del cambio climático. Por otra parte --aún más importantemente-- un aumento de las
áreas plantadas puede significarles mejores oportunidades de empleos bien pagos para el
establecimiento y manejo de éstas, así como en el campo de la investigación, tanto en forestación
como en biotecnología a fin de producir árboles que crezcan más rápido y capturen más carbono.
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- Otros
Hay muchos otros actores que juegan algún papel en la promoción directa o indirecta del mercado del
carbono en este nuevo escenario y que se benefician de ello. Firmas comerciales, agentes
promotores, bancos, académicos, burócratas y consultores profesionales se cuentan entre los
potenciales o reales beneficiarios de este enfoque orientado al mercad o.
inicio
- Poner la Deuda del Carbono en la mesa de negociaciones
La deuda externa constituye una pesada carga para los países del Sur, especialmente para los más
pobres y para los sectores más pobres en cada uno de ellos. Los gobiernos implementan programas
de ajuste estructural en sus economías, promovidos por el FMI y el Banco Mundial, a efectos de
asegurar el puntual pago del servicio de la deuda, lo cual desvía fondos que podrían haberse
destinado a satisfacer las necesidades básicas de su población, tales como alimentación, educación,
vivienda y salud.
Sin embargo actualmente son muchos que se preguntan: ¿quién le debe a quién? Los países del
Norte han basado históricamente su prosperidad en la explotación de los territorios, los recursos y la
población del Sur, y en la invasión y ocupación de los territorios indígenas en todo el mundo. Un
grupo de geógrafos alemanes ha acertadamente denominado esto como "la economía del robo". La
apropiación de la atmósfera por parte de los países del Norte para utilizarla como basurero de dióxido
de carbono no es sino un capítulo más de esta larga historia de injusticias. Si bien la atmósfera es un
bien común de la humanidad y cada ser humano sobre la Tie rra tiene el mismo derecho a utilizarla,
las diferencias son hoy en día enormes. En base a una distribución per capita, los EE.UU.
actualmente utilizan 20 veces más de los que les correspondería y el Reino Unido seis veces. Pero al
mismo tiempo Bangladesh --uno de los países más vulnerables al incremento del nivel del mar y otras
alteraciones del clima-- está diez veces por debajo de su cuota parte, Sudán 15 veces, Tanzania 22
veces y así sucesivamente.
Según la organización Christian Aid, "la economía humana está emitiendo aproximadamente 7.000
millones de toneladas métricas de carbono al año (1996) y se requieren reducciones del orden de al
menos un 60% para lograr un equilibrio en el volumen de carbono atmosférico, que estaría en unos
2.800 millones. Si pensamos que en los países desarrollados (OCDE) vive alrededor del 20% de la
población mundial, su cuota parte sustentable debería ser del orden de 560 millones de toneladas.
Sin embargo, éstos son hoy en día responsables de alrededor del 50% de las emisio nes de carbono,
vale decir 3.500 millones de toneladas métricas, de manera que su déficit es de aproximadamente
2.940 millones de toneladas" ('Who owes who? Climate change, debt, equity and survival', 1999).
Resulta claro que los países industrializados han abusado grandemente de su cuota parte de
emisiones de carbono, generando una Deuda del Carbono, que es mucho mayor que la deuda
convencional de los países pobres altamente endeudados.
Si los gobiernos del Sur estuvieran realmente interesados --como deberían-- en defender los
intereses de sus pueblos, deberían cambiar la actual discusión orientada al mercado prevaleciente en
las negociaciones del proceso de Cambio Climático. La prioridad debería estar en los temas de la
justicia y los derechos ecológicos a nivel global. Tan sólo después podría apelarse a instrumentos
económicos para negociar en términos concretos. En lugar de subirse alegremente al carro de ganar
algún dinero a partir de falsas "soluciones" --tales como las plantaciones forestales como sumideros
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de carbono-- los gobiernos de los países del Sur deberían exigir colectivamente el pago de la Deuda
del Carbono generada por el Norte. La justicia debería ser el punto de partida de la negociación.
inicio
BASUREROS DE CARBONO EN EL SUR
- Africa: sumideros de carbono y necesidades financieras
Los proyectos de monocultivos forestales destinados al secuestro de carbono que están siendo
implementados en UGANDA por dos firmas noruegas constituyen un ejemplo paradigmático de la
racionalidad y las consecuencias de este tipo de proyectos.
La compañía noruega Tree Farms se estableció en Uganda en 1996 y tiene un proyecto de
forestación en marcha. Por otro lado, el grupo Norwegian Afforestation obtuvo el acuerdo de las
autoridades para comenzar un proyecto en noviembre de 1999. La primera --que opera en la zona de
la Reserva de Bukaleba-- ya ha comenzado la ejecución del mismo, que implica la plantación de entre
80.000 y 100.000 hectáreas de pino y eucalipto. Este esquema es muy similar al adoptado por la
fundación holandesa FACE en los Andes ecuatorianos y también lo son sus consecuencias.
Una reciente investigación realizada por la ONG noruega NorWatch demuestra que ambos proyectos
--y en especial el de Tree Farms-- han sido posibles gracias al baratísimo precio al que se arrendó la
tierra a la empresa y a la corrupción reinante a nivel de los tomadores de decisiones en Uganda. Lo
que es más, el Proyecto Tree Farms ya ha provocado la expulsión de alrededor de 8.000 personas
que vivían en 13 aldeas --la mayor parte de ellos agricultores y pescadores-- de las tierras ahora
ocupadas por la compañía. Los campesinos locales incluso tienen que pagar por el uso agrícola de su
propia tierra bajo el sistema de "taungya", y la empresa los explota al no pagarles por las ta reas de
desmalezado y cuidado de los árboles que ellos realizan. También la soberanía de Uganda se ve
amenazada, ya que durante 50 años el país no tendrá oportunidad de destinar esas tierras a otro uso
y, además, Uganda no podrá incluir esos sumideros de carbono en su propia contabilidad de gases
de efecto invernadero.
La propia Tree Farms ha anunciado la realización de un proyecto de plantación de pinos y eucaliptos
de rápido crecimiento en un área de 150 kilómetros cuadrados en las llanuras herbáceas de la vecina
TANZANIA. Teniendo en cuenta la triste performance de esta empresa en Uganda, se teme que este
modelo habrá de traer las mismas desastrosas consecuencias para la gente --especialmente los
campesinos pobres-- y el ambiente. En un encuentro sobre cambio climático realizado recientemente
en Bonn, el delegado de Tanzania enfatizó la necesidad de tener en cuenta no sólo la forestación en
sí misma, sino también el bienestar de las comunidades locales. ¿Cómo puede conciliarse esta visión
con los proyectos forestales para sumideros de carbono impuestos sin consulta con las
comunidades?
Dada la crisis económica que actualmente enfrentan muchos otros países africanos --en especial en
los trópicos-- sus gobiernos posiblemente se muestren proclives a acepta r cualquier tipo de trato que
pueda significar un ingreso de divisas, más allá de los impactos social y ambientalmente negativos
que puedan traer consigo. Las plantaciones para sumideros de carbono bien pueden ser uno de ellos.
Si bien las ventajas para los países industrializados son obvias --una forma barata de secuestrar el
carbono que ellos mismos emiten-- resulta igualmente claro que serán las comunidades locales y el
ambiente quienes sufrirán las consecuencias sin obtener beneficio alguno. Lo que el A frica necesita
de parte de los países industrializados no es por cierto este tipo de "ayuda". Llamar a esto
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"Mecanismo de Desarrollo Limpio" es --por decir algo suave-- un insulto al pueblo africano, puesto
que estos negocios de carbono nada tienen que ver con desarrollo de tipo alguno.
inicio
- América Central: al rescate de EE.UU. y Canadá
En respuesta a una solicitud de la empresa estadounidense productora de energía Applied Energy
Services Inc. (AES), en 1988 el World Resources Institute identificó y evaluó una serie de proyectos
forestales para la compensación de las emisiones de dióxido de carbono de la planta de dicha
empresa localizada en Connecticut, que se estima alcanzarán unos 14,1 millones de toneladas de
carbono equivalente en un período de 40 años. Según el WRI, "Hubo varias razones para llevar
adelante un proyecto de este tipo en un país en desarrollo y no en los EE.UU.", entre las cuales el
que "las alternativas en los EE.UU. para evitar las emisiones de dióxido de carbono o secuestrarlo en
la fuente resultaban ser considerablemente más caras", tal como se lee en la presentación del
proyecto en el sito web del WRI.
En 1989 el WRI dio su apoyo a un proyecto localizado en GUATEMALA propuesto por CARE, a fin de
convertir en sumideros de carbono lotes forestados desde mediados de la dé cada de 1970. Dicho
programa había sido respaldado por la Dirección General de Bosques (DIGEBOS) de dicho país y por
los Cuerpos de Paz de los EE.UU., con fondos suministrados por la agencia estadounidense de
cooperación USAID. Un componente esencial del proyecto es la plantación de alrededor de 12.000
hectáreas de así llamados lotes comunitarios con pino y eucalipto para postes y madera. Según
cálculos primarios realizados por el WRI, el proyecto de CARE llegaría a secuestrar unos 16,3
millones de toneladas de carbono en un período de 40 años. Aunque se lo presenta bajo el disfraz de
la promoción de la "forestación comunitaria", este proyecto está basado esencialmente en
plantaciones, con las cuales --por sorprendente que pueda parecer-- Guatemala estaría "ayudando" a
los EE.UU. a reducir sus emisiones de carbono.
Es posible también que HONDURAS pronto se convierta en un basurero de carbono. En setiembre de
1999 Canadá llegó a un acuerdo con las autoridades hondureñas para "comprar" oxígeno de ese país
en el marco del intercambio de "deuda por naturaleza" y el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Como
consecuencia, la agencia canadiense para el desarrollo CIDA "perdonará" US$ 680.000 de la deuda
de U$S 11 millones que Honduras mantiene con Canadá. A cambio de el lo Honduras establecerá una
denominada oficina de implementación conjunta a efectos de promover plantaciones forestales y de
monitorear programas de conservación de bosques en ese país. Canadá se beneficiará de la
obtención de créditos por "reducciones" en la emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto
invernadero. La Ministra de Medio Ambiente Xiomara Gómez quedó muy entusiasmada con la idea ya
que, a su entender, es ésta una buena oportunidad de obtener recursos de un país desarrollado a ser
destinados a la protección de los bosques. Honduras también espera llegar a otros acuerdos de
"venta de oxígeno" con EE.UU. y Alemania. Desgraciadamente, las autoridades hondureñas no han
mostrado un entusiasmo similar para proteger los bosques de su país fre nte a la corta ilegal, ni para
combatir la corrupción reinante a nivel de la administración forestal.
inicio
- América del Sur: el impulso a las plantaciones como sumideros de carbono
En las últimas décadas, varios países
monocultivos forestales --básicamente
El recientemente creado mercado del
expansión de esta actividad, esta vez
sudamericanos han sido el escenario de la expansió n de los
de eucalipto y pino-- destinados a la producción de celulosa.
carbono puede significar un renovado impulso a una ulterior
con un nuevo y adicional propósito. En efecto, las empresas
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forestales y algunos gobiernos se muestran muy entusiastas con la idea de utilizar parte de las
plantaciones forestales ya existentes e instalar otras como sumideros de carbono.
Acuciados por sus respectivas deudas externas, los gobiernos de la región consideran a toda
inversión extranjera como una fuente potencial de dineros frescos y hacen oídos sordos a las
crecientes críticas al modelo forestal. Varios de ellos, tanto en la región tropical como templada de l
continente --como Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador y Bolivia -- están jugando un doble
papel. Por un lado, ofrecen su apoyo a empresas privadas para la implementación de proyectos de
sumideros de carbono mediante plantaciones y, paralelamente, tratan de promover la inclusión de las
plantaciones en el MDL en el proceso de la Convención sobre Cambio Climático.
En ARGENTINA desde 1998 las autoridades han estado favoreciendo las inversiones en proyectos de
plantaciones. Durante la Conferencia de las Partes de la Convención (COP IV) celebrada en Buenos
Aires, la entonces Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales María Julia Alsogaray expresó
muy claramente que su país estaba a favor de que los países del no -Anexo I asumieran compromisos
voluntarios para contrarrestar el calentamiento global. Desde entonces el gobierno ha venido
favoreciendo las plantaciones forestales. Empresas petroleras y forestales se han sumado
rápidamente a la iniciativa, que les ha de permitir no sólo ganar dinero, sino aparecer como
preocupadas por el calentamiento global --que ellas mismas tanto han contribuido a provocar-- frente
a la opinión pública. La empresa petrolera ex-estatal YPF --hoy en día privatizada y asociada con
Repsol de España-- está plantando árboles en el sur del país, al tiempo que Shell ya es dueña de
32.000 hectáreas de plantaciones en las provincias de Buenos Aires y Corrientes. Las empresas
forestales se muestran también activas en este sentido: Pecom Forestal posee plantaciones de pino
en varias provincias de Argentina, que serán "reconvertidas" a sumideros de carbono, y está
negociando permisos de emisiones de carbono con empresas alemanas que, a su vez, están
implicadas en el polémico acuerdo Chubut-Prima Klima para el secuestro de carbono en la provincia
de Chubut. Recientemente, la coalición local de ONGs Foro del Buen Ayre, que desempeñó un papel
muy activo durante la COP IV, ha criticado con severidad la posición del gobierno argentino en
relación con el cambio climático y su apoyo a los sumideros, debido a los impactos sociales y
ambientales negativos que genera este tipo de forestación.
El vecino URUGUAY también está viendo con buenos ojos la opción de las plantaciones forestales
como sumideros de carbono. Funcionarios y empresarios forest ales --que en realidad son una y la
misma cosa-- están tratando de convencer a la opinión pública de que las emisiones de metano del
ganado son muy altas y que el país podría "compensarlas" mediante el establecimiento de
plantaciones como sumideros. Asimismo, consideran que con la actual superficie plantada de 500.000
hectáreas de eucalipto y pino, el Uruguay podría recibir alrededor de U$S 40 millones si entra en el
mercado del carbono. Es interesante subrayar que desde 1989 el estado uruguayo está gastan do
anualmente la suma de U$S 20 millones en materia de subsidios a las empresas forestales. ONGs
sociales y ambientales de ese país mantienen una postura muy crítica respecto de la posición oficial
sobre el tema.
Por sorprendente que parezca, las autoridades argentinas y uruguayas parecen haber olvidado que
los suelos de pradera son ricos en materia orgánica, lo que significa que constituyen enormes
reservorios de carbono. El efecto de las plantaciones sobre dichos suelos es incierto y probablemente
negativo. En lugar de soñar con peligrosos megaproyectos forestales, una verdadera contribución de
los países de la región templada a la mitigación del calentamiento global podría ser la conservación
de sus suelos y pasturas, lo que además tendría efectos adicio nales positivos sobre la conservación
de la biodiversidad y el agua.
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El entusiasmo mostrado por los funcionarios CHILENOS en relación con los sumideros de carbono es
realmente preocupante. No sólo porque dicho país ha suministrado el modelo en que otros e stados
sudamericanos se han basado para promover el sector forestal, sino también porque poderosas
empresas chilenas están penetrando en otros países del Cono Sur. El denominado modelo chileno ha
demostrado ser completamente insustentable, sea desde el pun to de vista ecológico (provocó la
destrucción de vastas superficies de bosques en el Sur) como social (las plantaciones han invadido
territorios tradicionales mapuche).
La idea de las plantaciones como sumideros de carbono ha tenido hasta ahora una fría a cogida en
BRASIL. Sin embargo, el proyecto forestal para "secuestro de carbono" promovido por Peugeot puede
constituir un buen ejemplo de lo que habrá de suceder en el futuro si prevalece la actual tendencia.
Repentinamente preocupada por el calentamiento global, Peugeot lanzó un proyecto para convertir
12.000 hectáreas de tierras "degradadas" en plantaciones en el estado de Mato Grosso. El mismo
capturaría 180.000 toneladas de carbono al año a un costo tan bajo como U$S 12 millones. Fueron
las poblaciones locales y el ambiente quienes tuvieron que pagar por los verdaderos altos costos del
proyecto, dado que durante la preparación del sitio para la forestación se utilizaron 5.000 litros de
glifosato, que llegó a los cursos de agua vecinos, provocando un desa stre ecológico.
En la actualidad el caso que demuestra más claramente la peligrosidad de los proyectos de
sumideros de carbono en el sector forestal es el del proyecto FACE en ECUADOR. En una tesis de la
Universidad Autónoma de Barcelona se analizaron los impactos sociales y ambientales de las
plantaciones de pino realizadas por el consorcio holandés de empresas de electricidad nucleado en
FACE sobre el Páramo Andino. Es ésta una región de pastos de altura situada en los Andes
ecuatorianos, que resulta fundamental para el mantenimiento del ciclo hidrológico y la conservación
de la diversidad biológica. La misma es habitada por comunidades indígenas, que viven de la
agricultura y la cría de ganado. El Proyecto FACE se propuso establecer 75.000 hectáreas de
monocultivos de pino y eucalipto para "compensar" las emisiones de dióxido de carbono que el
consorcio realiza en Holanda. Dicho estudio demuestra que el carbono efectivamente capturado por
las plantaciones de pino de FACE está muy por debajo de los volúme nes esperados. Lo que es más,
las plantaciones pueden provocar el efecto de promover la oxidación de la materia orgánica del suelo,
generando entonces emisiones de carbono a la atmósfera y un balance negativo de carbono. A nivel
local, la investigación muestra los impactos negativos de las plantaciones sobre la economía de las
comunidades indígenas de la zona, las cuales antes de la implementación del proyecto podían vivir
gracias a un sabio manejo de ese frágil ecosistema. En este caso, las plantaciones no sólo son una
solución falsa al calentamiento global --ya que de hecho generan un balance negativo de carbono -sino que también distorsionan sistemas económicos y culturales sustentables.
En suma, resulta claro que en relación con los pueblos y el ambien te de Sudamérica, la promoción de
las plantaciones como sumideros de carbono servirá tan sólo para exacerbar los problemas a nivel
local. No obstante, los gobiernos están siendo empujados a aceptar este modelo por una serie de
partes interesadas --a nivel nacional e internacional, público y privado-- que tienen mucho para ganar
en el juego del mercado del carbono . . . pero para quienes el verdadero tema en discusión --o sea el
cambio climático global-- parece ser más bien una excusa para ganar dinero que un problema que
debe ser seriamente abordado.
inicio
- Asia: plantaciones para capturar carbono pueden resultar problemáticas
Asia ha sido la región más afectada por la sustitución de bosques por monocultivos forestales, lo que
ha determinado consecuencias negativas tanto a nivel local como global. Los pueblos indígenas y las
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comunidades locales tienen una larga historia de resistencia a este tipo de desarrollo forestal. A
pesar de ello, la forestación para la captura de carbono parece estar en aumento en este continente.
En la INDIA, funcionarios gubernamentales han afirmado que más de 60 millones de hectáreas de
"tierras yermas y tierras forestales de tipo arbustivo" pueden ser consideradas disponibles para la
instalación de plantaciones. Si bien los promotores de las plant aciones en la India consideran que las
mismas son "beneficiosas y amistosas para los aldeanos y pueblos tribales", la realidad en cambio
muestra que los monocultivos --basados principalmente en eucaliptos-- han provocado graves
impactos desde el punto de vista social y ambiental, generando así movimientos de oposición de
parte de las comunidades locales afectadas. De hecho la India fue uno de los primeros países donde
se dieron luchas de carácter radical contra los monocultivos forestales.
No obstante, el Banco Asiático de Desarrollo considera que en ese país existe un potencial de más
de 24 millones de hectáreas disponibles para ser convertidas en plantaciones como sumideros de
carbono. Según el Banco, ello permitiría capturar 83 toneladas de carbono por hectárea al cabo de un
lapso de 40 años. Y aparentemente eso es todo lo que le importa. El Banco no parece estar
preocupado por el hecho de que un nuevo impulso en la expansión de los monocultivos de eucalipto
en la India significaría la repetición de una conocida historia de impactos y de las consiguientes
luchas a nivel local.
También CHINA está en la mira de las plantaciones para sumideros de carbono, siendo responsable
de ello la industria japonesa, país éste que es uno de los principale s responsables del calentamiento
global dado el volumen de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Con el fin de eludir la
responsabilidad de disminuir las emisiones domésticas, el poderoso lobby industrial del Japón está
tratando de encontrar vías de escape mediante la instalación de plantaciones en China.
En 1998 la Federación de Organizaciones Económicas del Japón (Keidanren) propuso el proyecto al
Presidente chino Jiang Zemin cuando éste visitara Japón. Con la excusa de restaurar el recurso
forestal destruido por una vasta inundación, y contando para ello con el apoyo financiero de JICA,
corporaciones de la magnitud de Oji Paper, Sumitomo Forestry, Nippon Steel, Tokyo Electric Power y
Mitsubishi se proponen ocupar 100.000 hectáreas del territorio chino con monocultivos de árboles.
Según sus promotores, el proyecto "absorbería" entre 500.000 y 600.000 toneladas de dióxido de
carbono al año, que es el equivalente al 6-7% de las emisiones totales de la industria papelera
japonesa en 1997. Estas empresas esperan que dicho proyecto compense parte de la reducción del
6% en sus emisiones (a niveles de 1990) que Japón se comprometió a alcanzar para el año 2010. Al
mismo tiempo, las compañías implicadas esperan pintar de "verde" su alicaída imagen en materi a
ambiental.
Funcionarios gubernamentales de MALASIA han expresado recientemente que las plantaciones de
palma aceitera pueden considerarse mejores en "absorber" carbono que otras especies de rápido
crecimiento. Este país es el principal productor de aceite de palma del mundo y sus plantaciones han
provocado impactos a gran escala. Como consecuencia, este cultivo ha generado resistencia de parte
de las comunidades indígenas, cuyas tierras han sido invadidas por el monocultivo. Lo que los
funcionarios oficiales no mencionan es que para hacer lugar para las plantaciones ya se han
devastado enormes áreas de bosques, generando un balance de carbono negativo: el volumen de
carbono liberado por la deforestación es mayor que el secuestrado por las plantaciones de palma. Por
otra parte, las selvas que se destruyeron no eran sólo reservorios de carbono, sino especialmente el
hogar y la fuente de medios de vida para mucha gente, mucha de la cual posiblemente se vio forzada
a encontrar nuevos medios de subsistencia abriendo nuevas áreas de bosques, resultando así en la
liberación de aún más carbono al aire.
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Por su parte INDONESIA está llevando adelante un proyecto para identificar alternativas tecnológicas
utilizando sumideros en el sector forestal. Dicho proyecto es apoyado por el Country Studies Program
de los EE.UU., que "suministra asistencia financiera y técnica a los países en desarrollo y en
transición, para estudios sobre el cambio climático". Dada la historia pasada de Indonesia, este
elegante lenguaje puede llegar a significar la promoción de más plantaciones forestales como
sumideros de carbono, similares a las que ya han provocado deforestación y usurpación de las tierras
de los pueblos indígenas.
Asia constituye el ejemplo perfecto de una región donde la s plantaciones como sumideros de carbono
no tienen el más mínimo sentido . . . excepto para los países del Norte que quieren instalarlos para
no tener que reducir sus propias emisiones. Sólo los tecnócratas de mente estrecha, son capaces de
no ver que las plantaciones como sumideros se dan de bruces con otros asuntos mucho más
importantes, tales como la producción alimentaria, la conservación de cuencas y de la biodiversidad
--por mencionar tan sólo tres-- que deberían constituir el núcleo de toda decisión que afecte el uso de
los recursos naturales. Lo único que interesa a los tecnócratas del carbono es la contabilización de
las toneladas de carbono capturado, más allá de los costos humanos y ambientales de ese ejercicio.
En Asia, tal tarea puede resultarles bastante más difícil de lo que se imaginan.
inicio
- Oceanía: una cuestión de sobrevivencia
El gigante AUSTRALIA es un actor fundamental en la geopolítica de Oceanía. Dada su particular
situación en el hemisferio sur geográfico, siendo un país del Norte y perteneciente al Anexo I,
Australia es el único país que cuenta con la posibilidad de aumentar sus emisiones de gases de
efecto invernadero un 8% respecto de los niveles de 1990 para las metas establecidas para el
período 2008 a 2012. Sin embargo, Australia se ha sumado c on entusiasmo a la idea de ofrecer su
territorio a proyectos de sumideros de carbono.
En noviembre de 1999 Nueva Gales del Sur (NGS) --uno de los estados australianos-- estableció
derechos legales para el carbono secuestrado por las plantaciones y firmó u n acuerdo con la empresa
japonesa Tokyo Electric Power Co. (Tepco) --parte del imperio corporativo Mitsubishi-- a este
respecto. Los japonenes planean dar inicio al proyecto con la plantación de 1.000 hectáreas en el
2000, y extender la superficie a 40.000 hectáreas en los próximos diez años. Es de destacar que
Tepco ha sido la primera empresa japonesa en firmar un memorándum de acuerdo con el Banco
Mundial para participar del Fondo Prototipo de Carbono, sistema creado para la comercialización d e
proyectos en el mercado del carbono.
La iniciativa mencionada no es la única en la movida de las autoridades de NGS para ingresar a este
mercado. Sydney Futures Exchange --también en asociación con State Forests de NGS-- está
interesada en generar un mercado de intercambio de créditos de carbono, como parte de un plan para
convertirse en un centro de comercialización de emisiones de carbono a nivel global.
Asimismo, extensas áreas de la sureña isla de Tasmania en Australia vienen siendo plantadas con
monocultivos forestales para sumideros de carbono. El programa "Plantation 2000 Vision" del
gobierno federal se propone el establecimiento de 650.000 hectáreas de plantaciones forestales en
Tasmania durante los próximos 20 años. La Política Forestal Naciona l está incluso promoviendo la
deforestación, ignorando los múltiples servicios ambientales que proveen los bosques primarios,
entre los cuales el de constituir un enorme reservorio de carbono. Grupos ambientalistas australianos
están trabajando junto a representantes de comunidades rurales y autoridades locales para
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cuestionar y oponerse a esta visión orientada al mercado, que está generando trastornos a nivel
social y destrucción del medio ambiente.
Mientras algunos en Australia están mirando la posibilid ad de hacer negocio con el cambio climático
en el recientemente creado mercado del carbono, otros estados de la región se ven enfrentados a
una dramática situación y a las perspectivas del calentamiento global sobre sus territorios. Los
PEQUEÑOS ESTADOS ISLEÑOS de Oceanía corren el riesgo de desaparecer si el nivel del mar
sigue aumentando como consecuencia del cambio climático. Las Islas Marshall, por ejemplo, están en
peligro de perder el 80% de la ciudad de Majuro --su capital-- bajo este escenario, en tanto islas de
mayor superficie se verían también gravemente afectadas debido a la concentración de su población
e infraestructura sobre la línea de costa.
Estos pequeños estados isleños han manifestado su preocupación por el hecho de que el impulso que
se está dando a los proyectos de sumideros de carbono no habrá de servir más que para permitir a
los países industrializados seguir adelante con sus negocios, mientras que sus propios países se
hunden lentamente en el océano. Tal como lo señaló enfáticament e el delegado de Tuvalu, hablando
a nombre de AOSIS (coalición de pequeños estados isleños) respecto de los proyectos de sumideros
de carbono: "Esto muestra señales muy claras acerca de como será el posible flujo de fondos para el
Mecanismo de Desarrollo Limpio en caso de que se incluyan las actividades relacionadas con los
sumideros. Es más que probable que habremos de presenciar un diluvio de fondos destinados a
actividades de sumideros y apenas un goteo de fondos dirigidos a tecnologías asociadas a la en ergía
renovable y la eficiencia energética".
Al tiempo que los mercaderes del carbono en Australia procuran obtener beneficios económicos del
desastre que implica el cambio climático, los estados de las pequeñas islas de Oceanía están
luchando por sobrevivir. ¿Los gobiernos del mundo dejarán que desaparezcan?
inicio
MATERIAL DEL WRM SOBRE CLIMA
- Artículos publicados en Boletín del WRM
En números anteriores del Boletín del WRM hemos incluido una serie de artículos de análisis e
información relacionados con el cambio climático. Todos ellos --algunos de carácter general y otros
referidos a un país determinado-- están disponibles en la siguiente dirección:
http://www.wrm.org.uy/castellano/activ-topic.htm#Cambio Climático
- Declaraciones del WRM
El WRM ha emitido dos declaraciones directamente vinculadas con el proceso de la Convención
sobre Cambio Climático. La primera de ellas fue divulgada en ocasión de la IV Conferencia de las
Partes (Buenos Aires, Noviembre de 1998) y puede leérsela en:
http://www.wrm.org.uy/castellano/declaraciones/declcc.htm
La segunda declaración se centra en las plantaciones como sumideros de carbono y fue emitida en
mayo de 2000. Se encuentra disponible en:
http://www.wrm.org.uy/castellano/declaraciones/declaracionSF.html
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BOLETIN 37 del WRM
AGOSTO
2000
- El Mercado del Carbono: sembrando más problemas
Como parte de la Campaña sobre Plantaciones, el WRM editó un documento informativo sobre las
plantaciones como sumideros de carbono, con el fin de d ifundir su visión sobre un tema relativamente
nuevo como es éste y crecientemente impulsado por el sector empresarial. La versión completa del
mismo puede consultarse en:
http://www.wrm.org.uy/castellano/plantations/Material/carbono.htm
El documento está disponible también en francés y portugués en l a misma dirección, en tanto que la
versión en inglés está disponible en:
http://www.wrm.org.uy/english/plantations/material/carbonshop.htm
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