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Historia
El origen del problema de Hong Kong
Hong Kong es territorio chino desde antiguo
Los hijos de la nación china viven, trabajan y se multiplican allí de
generación en generación. Antes de ser invadido y ocupado por Inglaterra,
Hong Kong había sido desarrollado hasta cierto punto en lo socioeconómico,
cultural y educativo, y no era, de ningún modo, una "tierra yerma”. Según
registros escritos verificados, la administración de la región de Hong Kong
por las autoridades centrales de China se remonta a la dinastía Qin (221206 antes de nuestra era), y los gobiernos centrales de las dinastías Yuan,
Ming y Qing establecieron allí, respectivamente, el Departamento de
SupervisiónMilitarTunmen, el Departamento de Supervisión Militar Guanfu y
el Departamento de Supervisión Militar Kowloon, ejerciendo una
administración ejecutiva eficaz con perfectos organismos gubernamentales.
El problema de Hong Kong fue creado por Inglaterra al obligar al Gobierno
de la dinastía Qin a firmar los tres tratados desiguales.
A partir del inicio del siglo XVIII, Inglaterra se entregó al criminal
contrabando de opio a China. En 1840, utilizando como pretexto la
prohibición del opio por China, Inglaterra desencadenó la primera guerra del
opio de agresión contra este país, ocupando grandes extensiones de su
territorio en el litoral sudoriental. En agosto de 1842, el Gobierno Qing se
vio obligado a firmar con ella el "Tratado de Nanking", que estipula ceder la
isla de Hong Kong a Inglaterra. Este es el primer tratado desigual firmado
en la historia moderna de China, por el cual China empezó a ser reducida al
status de sociedad semicolonial y semifeudal.
Entre 1856 y 1860, Inglaterra y Francia desataron contra China la segunda
guerra del opio. En febrero de 1860, Inglaterra mandó tropas a ocupar la
península de Kowloon y, en octubre de ese mismo año, compelió al
Gobierno Qing a firmar el "Convenio de Pekin", delimitando por la fuerza la
parte sur de la península como "colonia de Hong Kong".
En 1898, bajo el pretexto de que la ocupación de la bahía de Cantón
(Guangzhou) de China por Francia constituía una amenaza para Hong Kong,
obligó al Gobierno Qing a firmar el "Convenio Respecto a una Extensión del
Territorio de Hong Kong", forzando al Gobierno Qing la concesión, para un
1
plazo de 99 años, de un vasto sector de territorio chino al norte de la Calle
Fronteriza y al sur del río Shenzhen, incluidas las 235 islas adyacentes
(sector que más tarde se denominaría "Nuevo Territorio"), con lo que
usurpó toda la región de Hong Kong.
http://www.copesa.cl/Casos/HK97/traspaso.html
Historia reciente de Hong Kong
 1842 - Los británicos ganan la isla de Hong Kong que pertenecía a China luego de derrotar a
los chinos en la primera Guerra del Opio. Gran Bretaña peleó exitosamente para defender el
derecho de sus comerciantes a llevar opio a China.
 1865-60 - Los británicos ganaron la península de Kowloon en la segunda Guerra del Opio.
 1898 - Los británicos arrendaron de China los nuevos territorios, la tierra que está situada
frente al puerto en la isla de Hong Kong, por 99 años. Gran Bretaña unió las dos regiones en
una, la colonia de Hong Kong.
 1949 - Los comunistas ganaron poder en China. Muchas personas se refugiaron en Hong
Kong. Refugiados de las ciudades del territorio chino trajeron talento y dinero a la colonia.
Como resultado, Hong Kong se convirtió en una potencia mundial en industrias.
 Década de 1980 - Muchas de las fábricas que empleaban obreros con bajos sueldos se
mudaron a territorio chino y Hong Kong pasó de forma exitosa a dedicarse a servicios
financieros. Se convirtió en un centro de mayor importancia para los países del Sureste de
Asia.
 1982 - Gran Bretaña decidió devolver la isla de Hong Kong a los chinos cuando se terminó el
contrato. Gran Bretaña comenzó a trabajar con China planeando la restitución de toda la
colonia.
 1984 - Gran Bretaña y China firmaron la Declaración de Unión. El documento explicaba el
plan para la transferencia de Hong Kong.
 1990 - China aprobó un cuerpo de leyes llamado la Ley Básica. La Ley Básica mantendrá las
leyes actuales de Hong Kong durante 50 años.
2
LA CUESTIÓN DE HONG KONG:
DECLARACIÓN CONJUNTA CHINO-BRITÁNICA Y LEY
FUNDAMENTAL (CAP. III Y VII)
En: Meridiano CERI. nº 15
El proceso de cesión de Hong Kong a la República Popular China se inicia con la
firma de la Declaración Conjunta Chino-Británica de 19 diciembre de 1984. En 1985
se constituye, por una parte, la Comisión de Elaboración para la Ley Fundamental,
compuesta por cincuenta y nueve personalidades de las que veintitrés son
ciudadanos de Hong Kong y, por otra, el Comité Consultivo para la Ley
Fundamental, integrado por ciento ochenta representantes de diversos círculos de
Hong Kong. Tras cuatro años y ocho meses de reuniones y debates, la VII
Asamblea Popular Nacional examinó y aprobó la Ley Fundamental, que ha de entrar
en vigor a partir del 1 de julio de 1997.
Declaración Conjunta del Gobierno de la República
Popular China y del Gobierno del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte sobre la cuestión de Hong
Kong (1).
El gobierno de la República Popular China y el Gobierno del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte han hecho con satisfacción un recuento de las
relaciones amistosas existentes entre los Gobiernos y pueblos de los dos países en
los años recientes y coinciden en que una apropiada solución negociada de la
cuestión de Hong Kong, legada de la historia, contribuye al mantenimiento de la
prosperidad y la estabilidad de Hong Kong y a la ulterior consolidación y desarrollo
de las relaciones entre los dos países sobre una nueva base. Por consiguiente, han
acordado a través de consultas entre las delegaciones de los dos Gobiernos, dar la
siguiente declaración:
1. El Gobierno de la República Popular China declara que la recuperación del área
de Hong Kong (incluyendo la Isla de Hong Kong, Kowloon y los Nuevos Territorios,
denominados en adelante “Hong Kong”) encarna la aspiración común de todo el
pueblo chino, y que ha decidido reasumir el ejercicio de soberanía sobre Hong Kong
a partir del 1º de julio de 1997.
2. El Gobierno del Reino Unido declara que devolverá Hong Kong a la República
Popular China el 1º de julio de 1997.
3. El Gobierno de la República Popular China declara que las políticas
fundamentales de la República Popular China con respecto a Hong Kong son las
siguientes:
(1) Para salvaguardar la unidad nacional y la integridad territorial y tomando en
consideración la historia y las realidades de Hong Kong, la República Popular China
se ha resuelto a establecer, de conformidad con las estipulaciones del Artículo 31
de la Constitución de la República Popular China, una Región Administrativa
Especial en Hong Kong en el momento de reasumir el ejercicio de soberanía sobre
Hong Kong.
3
(2) La Región Administrativa Especial de Hong Kong se subordinará directamente al
Gobierno Popular Central de la República Popular China. Ella gozará de un alto
grado de autonomía, excepto en los asuntos exteriores y de defensa que son de
responsabilidad del Gobierno Popular Central.
(3) La Región Administrativa Especial de Hong Kong estará investida de los poderes
ejecutivo y legislativo y el judicial independiente, incluído el de sentencia en última
instancia. Las leyes actualmente vigentes en Hong Kong se mantendrán inalterables
en lo fundamental.
(4) El Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong estará integrado
por habitantes locales. El jefe ejecutivo será nombrado por el Gobierno Popular
Central sobre la base de los resultados de la elección o consultas llevadas a cabo en
la localidad. Los principales funcionarios serán propuestos por el jefe ejecutivo de la
Región Administrativa Especial de Hong Kong al Gobierno Popular Central para los
efectos de nombramiento. Los ciudadanos chinos y extranjeros que hayan
trabajado anteriormente en los servicios público y policial en los departamentos
gubernamentales permanecerán en su empleo. Ingleses o extranjeros de otra
nacionalidad podrán ser empleados como asesores o para desempeñar
determinados cargos públicos en los departamentos gubernamentales de la Región
Administrativa Especial de Hong Kong.
(5) Se mantendrán inalterables los vigentes sistemas social y económico así como
el modo de vivir en Hong Kong. Los derechos y las libertades, como los de la
persona, opinión, prensa, reunión, asociación, viaje, mudanza, comunicación,
huelga, opción de ocupación, investigación académica y creencia religiosa, serán
garantizados por la ley en la Región Administrativa Especial de Hong Kong. La
propiedad privada y la empresarial, el derecho legítimo de sucesión así como las
inversiones foráneas serán protegidos por la ley.
(6) La Región Administrativa Especial de Hong Kong mantendrá el status de puerto
franco y territorio aduanero independiente.
(7) La Región Administrativa Especial de Hong Kong preservará el status de un
centro financiero internacional y continuarán abiertos sus mercados de divisas, oro,
valores y futuros. Será libre el flujo del capital. El dólar de Hong Kong seguirá
circulando y se mantendrá libremente convertible.
(8) La Región Administrativa Especial de Hong Kong mantendrá finanzas
independientes. El Gobierno Popular Central no recaudará impuestos en la Región.
(9) La Región Administrativa Especial de Hong Kong podrá establecer vínculos
económicos mutuamente beneficiosos con el Reino Unido y otros países, cuyos
intereses económicos en Hong Kong serán atendidos debidamente.
(10) Bajo el nombre de “Hong Kong, China”, la Región Administrativa Especial de
Hong Kong podrá, por su cuenta, mantener y desarrollar relaciones económicas y
culturales y concertar acuerdos pertinentes con países y regiones así como las
organizaciones internacionales concernientes.
El Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong podrá, por su
cuenta, expedir documentos de viaje para la entrada en y la salida de Hong Kong.
(11) La preservación del orden público en la Región Administrativa Especial de
Hong Kong estará a cargo del Gobierno de la Región Administrativa Especial de
Hong Kong.
4
(12) Las políticas fundamentales arriba mencionadas de la República Popular China
sobre la cuestión de Hong Kong y la aclaración de dichas políticas en el Anexo I de
esta Declaración Conjunta serán establecidas por la Asamblea Popular Nacional de
la República Popular China en una Ley Fundamental de la Región Administrativa
Especial de Hong Kong de la República Popular China, y seguirán invariables por
espacio de 50 años.
4. El Gobierno de la República Popular China y el Gobierno del Reino Unido declaran
que, durante el período de transición comprendido entre la fecha de entrada en
vigor de esta Declaración Conjunta y el 30 de junio de 1997, el Gobierno del Reino
Unido se encargará de la administración de Hong Kong con miras a mantener y
preservar su prosperidad económica y estabilidad social; y que el Gobierno de la
República Popular China brindará su cooperación al respecto.
5. El Gobierno de la República Popular China y el Gobierno del Reino Unido declaran
que, a fin de asegurar la feliz transmisión de poder en 1997 y en vista de una
efectiva aplicación de esta Declaración Conjunta, se creará un Grupo Conjunto de
Enlace Sino-Británico una vez entrada en vigor esta Declaración Conjunta, el cual
se constituirá y funcionará en concordancia con las disposiciones del Anexo II de la
presente Declaración Conjunta.
6. El Gobierno de la República Popular China y el Gobierno del Reino Unido declaran
que los arriendos de tierra en Hong Kong y otros asuntos pertinentes serán
tratados de acuerdo con las estipulaciones del Anexo III de la presente Declaración
Conjunta.
7. El Gobierno de la República Popular China y el Gobierno del Reino Unido
coinciden en llevar a efecto las anteriores declaraciones y los Anexos de esta
Declaración Conjunta.
8. Esta Declaración Conjunta será sometida a ratificación y entrará en vigor en la
fecha del canje de instrumentos de ratificación, que tendrá lugar antes del 30 de
junio de 1985 en Pekín. Esta Declaración Conjunta y sus Anexos serán igualmente
válidos.
Dada en Pekín, a los diecinueve días del mes de diciembre del año mil novecientos
ochenta y cuatro, en dos ejemplares escritos en los idiomas chino e inglés, siendo
ambos textos igualmente auténticos.
Por el Gobierno de la República Popular China. Zhao Ziyang
Por el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Margaret
Thatcher


Versión española oficial
http://www.ceri-fog.org/publicaciones/meridiano/meri15(1).htm
5
Macao
Macau
EL PEQUEÑO ENCLAVE portugués de Macao está situado en el estuario del Río
Pérola frente a Hong Kong. En 1557, los portugueses lo establecieron como
importante vínculo entre la cadena de puertos comerciales que se extendían desde
Europa, por todas las costas de Africa e India, Melaka y Nagasaki en Japón.
Portugal pagó el alquiler hasta el año 1849, en que lo declaró territorio
independiente. China aceptó este hecho en 1887, cuando Portugal se comprometió
a "no enajenar jamás Macao y sus dependencias sin el consentimiento de China";
en 1951 fue declarada Provincia de Ultramar de Portugal.
2 Durante cientos de años, Macao representó el punto de contacto principal para
las relaciones culturales y económicas entre Europa y el vasto imperio chino. Con el
nacimiento de la vecina colonia británica de Hong Kong y la decadencia de Portugal
como potencia colonial, Macao perdió importancia.
3 Durante el auge de la Revolución Cultural en China, hubo en Macao serias
protestas antiportuguesas y se supo que el gobierno ofreció abandonar el territorio
en un mes de plazo, pero China no aceptó la oferta.
4 En 1974, luego de la caída del régimen de Antonio de Oliveira Salazar, el
gobierno portugués volvió a ofrecer a China la devolución de la colonia. Con la
preocupación de no alarmar a Hong Kong o a Taiwán, China tampoco aceptó;
entonces el gobierno de Portugal declaró unilateralmente a Macao "territorio chino,
administrado por Portugal".
5 En 1985, una vez que las negociaciones sino-británicas sobre el futuro de Hong
Kong estaban encaminadas, Beijing llegó a un arreglo con los portugueses según el
cual Macao sería devuelto a China en 1999 en condiciones similares a Hong Kong
en cuanto a la conservación de cierta autonomía.
6 Para Portugal Macao era un enclave de poco provecho, aislado del gobierno
central, a miles de kilómetros de distancia y su administración se desempeñaba a
desgana. No era sorprendente pues que la corrupción fuera moneda corriente. En
1988, altas autoridades se vieron implicadas en un escándalo por la privatización de
la estación de televisión de la colonia.
7 La mayor parte de Macao está separada de China por un angosto río, por ese
motivo resulta imposible para las autoridades detener la enorme afluencia de
inmigrantes ilegales hacia la ciudad. Llegan sin un respaldo legal y frecuentemente
terminan en la delincuencia.
6
8 En 1988, el gobierno comenzó a permitir la entrada de trabajadores chinos, lo
que fue considerado por las organizaciones sindicales una maniobra para no
aumentar los salarios.
9 Macao posee pocos recursos naturales. China le suministraba parte del consumo
de agua y, desde 1984, energía eléctrica. Sin embargo, a partir de 1989, más de
90% de la electricidad consumida era producida en el país. La colonia dependía del
turismo, de algún intercambio comercial con China y de la industria ligera (en
especial de juguetes y textiles). Cuando China comenzó la liberalización económica
y creó una Zona Económica Especial del otro lado de la frontera, se inició la
construcción de un hotel y un aeropuerto.
10 Entre 1985 y 1989 el PNB creció a una tasa anual de 8,1%. La mayor parte del
turismo que recibe Macao proviene de Hong Kong. Los casinos son la principal
atracción para los turistas y constituyen 62% del ingreso público. La construcción
del aeropuerto atrajo inversiones de Taiwán y de otros países, que se benefician
con la mano de obra más barata.
11 En 1989, se otorgó pasaporte portugués a unos cien mil habitantes de origen
chino. Los viejos residentes de Macao contaban con la ciudadanía portuguesa y
todos los derechos que esto significaba: libre entrada a Portugal y, a partir de
1992, al resto de la Comunidad Europea.
12 En 1991, el nuevo gobernador, Vasco Rocha Vieira, abrió la función pública a los
ciudadanos chinos y declaró al chino lengua oficial, junto al portugués. En las
elecciones legislativas de setiembre de 1992, las organizaciones prochinas
obtuvieron la mayoría de las bancas.
13 En 1993 se aprobó el esbozo final de la Ley Básica que servirá de Constitución
al territorio a partir de 1999 --cuando se convierta en Región Administrativa
Especial de China Popular-- el que fue inmediatamente ratificado por Beijing. El
texto asegura la continuidad del sistema capitalista, la prohibición de imponer
gravámenes chinos, el mantenimiento de los casinos, la elección de un jefe de
Estado por un colegio electoral local y la formación de un Consejo Legislativo con
mandato hasta 2001.
14 En 1994, la entrega a las autoridades de Pekin de un ciudadano australiano de
origen chino por parte de la policía de Macao, en condiciones consideradas ilegales,
suscitó una ola de críticas a nivel internacional. En 1995, la Corte Suprema de
Macao se negó a conceder la extradición hacia Pekín de tres personas acusadas de
haber cometido crímenes en China. Un informe del Departamento de Estado de
Estados Unidos de marzo de 1996 afirmó que la autocensura de la prensa en Macao
se mantendrá o acentuará hacia 1999, en particular en temas considerados
sensibles para China Popular.
www.eurosur.org/guiadelmundo/paises/macao/historia.htm
7
Macao, la colonia olvidada
Por Xulio Ríos
http://www.igadi.org/index.html
(artigo publicado na revista Política Exterior, número 71)
A partir del próximo día 20 de diciembre, China recuperará la plena soberanía sobre
Macao. Para Portugal significará el final de un ciclo de más de cuatro siglos de
presencia administrativa en Asia; para Europa, la desaparición del último vestigio
de su proceso de expansión en dicho continente; para China, el adiós definitivo al
“último símbolo del colonialismo” en su territorio. A diferencia de Hong Kong, la
influencia de los factores culturales y sentimentales desempeña en Macao un papel
preponderante. Macao tiene para Portugal un enorme valor simbólico. Desterrado
de la patria, fue aquí donde Luís de Camoes escribió su obra cumbre, Os Lusíadas,
y durante los 60 años de regencia española en el país vecino (1580-1640) la
bandera portuguesa nunca dejó de ser izada en Macao. También cerca de aquí
nació el Dr. Jun Hita-sen, quien, en 1911, fundaría la República de China, una vez
derribada la última dinastía imperial.
Con una población que se aproxima a los 400.000 habitantes, la fuerza económica
de esta peculiar ciudad-Estado (en Boa ventura Santos y Concepçao Gomes, 1998)
tampoco es comparable en modo alguno a la de Hong Kong. Ello probablemente ha
influido en su proyección exterior, que ha sido mucho menor. La ausencia de
grandes disentimientos entre Portugal y China también ha restado protagonismo
informativo al proceso de transición que ahora concluye. Incluso para los dirigentes
chinos, a diferencia de Hong Kong o Taiwán, siempre presentes en sus discursos o
en los análisis a propósito de la reunificación, Macao parece contar poco. Por un
tiempo ha podido darse la impresión de que nadie quería responsabilizarse de
Macao (en la Constitución portuguesa de 1976 no se considera a Macao como parte
integrante de su territorio). En 1979, aprovechando la reanudación del contacto
diplomático, se aclaró su status legal: un territorio chino bajo administración
portuguesa.
Los orígenes de la presencia de Portugal en China se remontan al siglo XVI. Los
navegantes lusitanos llegaron a sus costas tres siglos antes que los británicos a
Hong Kong. Como señaló Jonathan Porter, profesor de Historia en la Universidad de
Nuevo México, fueron los primeros en llegar y serán los últimos en salir.
Naturalmente, el interés primordial de Portugal por China se centraba en el ámbito
comercial, en especial para crear una vía alternativa a la Ruta de la Seda e
incentivar el comercio con Japón. La ruta Goa-Malaca-Macau-Gagasaki hacía de
Macao un puerto de gran importancia, y asi fue hasta la primera mitad del siglo
XVII. Su excelente ubicación geográfica o las buenas condiciones de abrigo de su
puerto no fueron suficientes, sin embargo, para remontar el declive del comercio
lucrativo con Japón debido esencialmente a las persecuciones de cristianos o a las
luchas internas entre la dinastía Ming y los manchúes (en Ana María Amaro, 1998).
A partir de 1845, buena parte del comercio, incluido el opio, se desvió también
hacia Hong Kong acentuando así un inevitable decaimiento de la ciudad que se
trató infructuosamente de superar mediante la exportación de esclavos como
denunció el propio Eça de Queirós, por entonces cónsul de Portugal en La Habana,
a donde llegaban los pobres chinos vía Macao (los cúlis) disfrazados como
“emigrantes”. Oficialmente dicho comercio sería abolido en 1874.
Los chinos también estaban interesados en el comercio (a través de Macao llegaba
el bronce de Japón que los mandarines utilizaban para fabricar las armas con que
reprimir las rebeliones internas o la piratería) pero recelaban de los portugueses.
Fueron los primeros navegantes europeos con los que tropezaron y de ese primer
contacto surgieron los primeros equívocos que darían lugar a una creciente
8
desconfianza de China respecto a los occidentales (en Fok Kai Cheong, 1996). Los
portugueses llegaron a ser identificados como una especie de demonios. Las
fuentes chinas de la época alertan sobre los actos violentos y homicidas de los
navegantes occidentales, haciendo especial hincapié en su predilección por el rito
caníbal. Si bien estas prácticas eran obviamente falsas, no lo eran sin embargo las
historias de raptos de mujeres y niños para abastecer el comercio de esclavos que
están sólidamente documentadas. No es de extrañar que un edicto imperial llegara
a prohibir todo tipo de contacto y comercio con los extranjeros.
Pero las trabas de las autoridades chinas llevaron a los portugueses a
comprometerse con actividades de piratería y contrabando, pasando a constituir
una amenaza militar real que despertó la preocupación de Pekín cuando se
registraron varios enfrentamientos armados con desigual desenlace para las fuerzas
navales del Imperio Celeste. El comercio se autorizó entonces, primero sin tocar
puerto y más tarde, limitándolo a Macao, una zona de la periferia que podía ser
defendida con confianza, si bien otras fuentes, fundamentalmente chinas, defienden
la tesis de la pura y simple ocupación, algo que se contradice con la aceptación del
tributo (el llamado foro do chao) que pagaban anualmente al Emperador o la
existencia de una aduana china en el establecimiento. Es lo que se dio en llamar la
“fórmula Macao” que sugería no eludir el comercio con los extranjeros pero si
someterlos a un severo control que sobre todo debía evitar el establecimiento de
hipotéticas alianzas con los grupos rebeldes chinos obstinados en debilitar el
Imperio. Los portugueses aplicaron dicha fórmula a rajatabla apoyando a la Corte
imperial no solo en la represión de la piratería sino también de revueltas internas
como la Taiping (uno de los más importantes levantamientos campesinos de la
historia china).
El Macao de hoy arranca de la segunda mitad del siglo XIX, cuando las loterías y las
casas de juego, junto con el comercio de opio y la prostitución, se convirtieron en el
principal motor económico de la ciudad. Aún hoy, el juego proporciona
prácticamente la mitad del total de los ingresos del gobierno de Macao. Buena parte
de esa economía es controlada por un solo hombre, Stanley Ho, dueño de casinos,
hoteles, bancos, una compañía de televisión, agencias turísticas, etc, empresas
todas ellas agrupadas en la “Sociedade de Turismo e Diversoes de Macau”. Está
previsto que este monopolio, que controla desde 1962, finalice el próximo 2003.
Stanley Ho ha diversificado ya sus intereses y participa directamente en la
financiación del nuevo aeropuerto (construido íntegramente sobre el mar), el
puerto, el nuevo puente con la isla de Taipa, una nueva zona industrial o un barrio
residencial. En los últimos años, la creación de la zona económica de Zhuhai y su
proximidad a la de Shenzhen, vecina a Hong Kong, ha integrado a Macao en ese
amplio espacio de prosperidad creado en el sur de China.
El negocio del juego es el principal activo y también el problema número uno de
Macao. De una parte, desarrolla el sector servicios y fomenta el turismo. Unos
veinte mil hongkoneses entran diariamente en sus casinos y unos seis millones de
personas los visitan cada año. De otra, provoca sangrientas guerras entre
sociedades secretas y mafias que se disputan el control de un negocio fácil que
produce grandes beneficios (unos dos mil millones de dólares cada año). Se estima
que las sectas están de una u otra forma relacionadas con el 95% de los crímenes
violentos que se registran en Macao. La asociación de juego y crimen no es fácil
aunque también éste ha diversificado unas operaciones que ya incluyen “servicios”
a actividades legales como la inmobiliaria, un sector que cuenta con un nivel de
influencia y penetración continental considerable y que a partir del 2003
probablemente se extenderá también al juego. Además de la prostitución (con cada
vez mayor presencia rusa y de los países de Europa del este), las sociedades
secretas de Macao se han especializado en la inmigración ilegal (los pasadores o
cabeças de cobra), el cobro de deudas, la protección, la extorsión, etc.
9
En suma, Macao no dispone de la fuerza financiera o comercial de Hong Kong pero
se trata de un microuniverso de gran complejidad. En los últimos años se han
llevado a cabo diversos intentos de aligerar el peso del juego en su economía a
través de la instalación de varias industrias manufactureras y transformadoras que
han tenido su mejor momento en la década de los ochenta, favorecido por la
política de apertura continental y la inmigración de mano de obra de las regiones
vecinas. Actualmente, buena parte de estas industrias han entrado en crisis pero la
inmigración (legal e ilegal) se mantiene y representa un gravísimo problema que
amenaza la estabilidad social con fuertes implicaciones de las mafias (no solo para
lucrarse del tráfico de personas sino también para obtener pistoleros a sueldo) y del
empresariado local (los inmigrantes cobran prácticamente la mitad del salario de
los residentes). Según datos de los servicios estadísticos de Macao, el peso de la
mano de obra inmigrante es muy importante en sectores como el textil (56,9%) o
juguetes (84,6%). Hay quien opina que China no se ha esforzado excesivamente en
controlar ese flujo de mano de obra con el objeto de deteriorar la situación
económica y social de Macao a fin de relativizar la distancia existente, en términos
de desarrollo, con las regiones vecinas cuando se produzca la recuperación de la
soberanía. Otras fuentes sin embargo, destacan que en varias ocasiones Beijing ha
enviado unidades militares de élite a sus inmediaciones para intentar controlar la
entrada ilegal de inmigrantes.
Los desequilibrios y las desigualdades sociales son profundas en Macao. Las
barracas aún forman parte de una sociedad con una renta per cápita que ronda los
19.000 dólares anuales. Ni siquiera las “camas de alquiler” (varias personas
comparten cama y habitación turnándose en el uso) han sido erradicadas, mientras
se calcula que más de treinta mil apartamentos sobran en el mercado. Los salarios
en la industria son bajos (la retribución media ronda las 2.000 patacas al mes que
equivalen a unos 190 dólares) con una jornada semanal de cuarenta y ocho horas
pudiendo alcanzar y sobrepasar incluso las 10,30 horas por día. Ni Portugal ni
China, que controla tanto las asociaciones patronales como obreras, se han
interesado suficientemente en alterar tal estado de cosas. Portugal desea evitar
conflictos y solo acepta introducir cambios en la precaria legislación laboral si hay
consenso; y China porque retribuye la lealtad de los empresarios de Macao con
garantías de paz social.
En términos políticos no puede afirmarse que el sistema vigente en el territorio sea
verdaderamente democrático. Los principales pilares de su sistema político son el
Gobernador, la Asamblea Legislativa o Senado (fundado en 1582) y el Consejo
Consultivo. Con rango de Ministro, el Gobernador, nombrado por el Presidente de la
República, tiene atribuciones ejecutivas y legislativas y sus poderes en relación a
los demás órganos se asemejan muy superiores. El Consejo Consultivo, órgano
auxiliar del Gobernador, emite dictámenes no vinculantes y está compuesto por 10
vocales, de los que cinco son nombrados directamente por el Gobernador. Aún
siendo secundario, el órgano de mayor interés es la Asamblea Legislativa,
actualmente compuesta por 23 diputados de los que únicamente 8 son elegidos por
sufragio directo; otros ocho, por sufragio indirecto (a través de los colegios de
empresarios, trabajadores, profesionales y otros); y los siete restantes son de
designación directa. La representación corporativa es igual a la directa y en ella el
colectivo empresarial cuenta con una gran influencia pues elige la mitad de los
mandatos. Hasta 1984 el censo electoral general no llegaba a los cinco mil
inscritos. Una reforma legislativa que sustituyó el criterio de nacionalidad por el de
residencia permitió la participación electoral de la ciudadanía china si bien las tasas
de abstención han sido siempre muy elevadas. En cualquier caso, a partir de 1992,
la mayoría de los diputados elegidos por sufragio directo son de etnia local y a
partir de las elecciones de 1996 ya lo son en su totalidad.
10
Tampoco existen partidos políticos en Macao sino un rico movimiento de
asociaciones cívicas y sociales tan amplio (más de setecientas) como diverso
(económicas, asistenciales, deportivas, culturales, etc). Las asistenciales y
deportivas son las que gozan de una mayor tradición pero mientras las primeras
tienen por finalidad la prestación de servicios sociales a sus miembros, las
segundas constituyen en buena medida la cobertura legal de las principales
sociedades secretas, especialmente las de artes marciales. Las asociaciones suplen
las carencias sociales del sistema desarrollando un amplio asistencialismo (algunas
cuentan con escuelas, clínicas, hospitales, etc). En muchas de estas sociedades la
influencia continental es considerable. Los kaifongs o asociaciones comunitarias de
residentes desempeñan un importante papel de servicio y cohesión social (desde
sanitaria hasta funeraria).
Por otra parte, conviene tener presente que la vida política y social de Macao
discurre no solo a través de las instancias formales descritas sino que algunas
entidades, incluso ilegales como las sectas secretas, disponen de considerable
influencia. Según se desprende del estudio sociológico llevado a cabo por
Boaventura de Sousa Santos y Concepçao Gomes entre 1989-1991, la sociedad
macaense, con algunas matizaciones según sectores sociales, atribuye un enorme
poder real a Stanley Ho o a la Iglesia Católica (que desempeña un fuerte papel en
el área educativa) pero también a organizaciones ilegales como las sociedades
secretas.
Las relaciones chinoportuguesas
China ha alabado en más de una ocasión la constructiva postura de Portugal en
contraste con la actitud de Gran Bretaña. Mientras Londres, tardíamente bien es
verdad, privilegió la preocupación por la democratización de la vida política del
enclave y la defensa de los derechos humanos, Lisboa orientó sus esfuerzos al
ámbito de la cultura, el patrimonio o los intereses de los habitantes portugueses de
la colonia. No es casualidad que una delegación de Portugal fuera la primera de un
país extranjero en visitar China después de los sucesos de Tiananmen. Se trata de
una constante histórica que concreta un modelo basado en la estrecha cooperación,
la gestión de intereses comunes y el diálogo civilizatorio (en Gomes Dias, 1998).
Quizás como consecuencia del mal trago vivido en Timor, a Portugal le interesó
siempre favorecer una transición dulce en Macao para evitar un fin traumático del
imperio portugués.
Ese ha sido el espíritu que ha primado durante las diversas rondas negociadoras
desarrolladas desde 1986 en la Residencia de Huéspedes Oficiales “Diaoyutai” de
Beijing. La actitud portuguesa se ha visto recompensada con una política de
grandes inversiones continentales en el territorio que contrasta con la situación de
crisis económica que vive Macao. China estimula y financia la realización de
grandes infraestructuras para afianzar su viabilidad posterior no solo autónoma sino
también complementaria del área económica en que se inserta.
Desde el punto de vista histórico, Lisboa nunca se alineó con las posiciones de los
aliados occidentales. Procuró siempre mantenerse al margen, tratando de quitar
provecho de su relación “privilegiada” con el Imperio sin descartar beneficiarse de
las concesiones arrancadas por la fuerza por Gran Bretaña u otros países. Londres
criticó a menudo la actitud portuguesa basada en la neutralidad de Macao (en
Gomes Dias, 1998) y se opuso con vehemencia a su participación en las
negociaciones derivadas de las Guerras del Opio exigiendo para ello que se
comprometiera a desarrollar una política similar en su relación con la Corte
Imperial. Algunas voces (en Carlos José Caldeira, 1997) reclamaron entonces un
cambio de estrategia para apostar por una política de fuerza, pero ya era tarde. El
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intento del gobernador Joao María Ferreira do Amaral le costó la vida. La
neutralidad retrasó cuatro años la firma por Portugal de un tratado semejante al
que las demás potencias firmaron con China en 1858.
La potentísima penetración occidental arrasaba literalmente la exclusividad de
Macao. Portugal percibió muy pronto el fracaso de su empeño en defender un
espacio propio y privilegiado, para ir a remolque de los demás países. Por la fuerza
de las armas estos conseguían arrancar importantes concesiones directas del poder
imperial, mientras Portugal seguía instalado en un esquema de relación local sin
capacidad para imponer acuerdos con el Imperio. Es por ello que autores como
Gonçalves Pereira (1995) aseguran que Macao no ha sido nunca una colonia en
sentido clásico y que en ningún momento Portugal consiguió ejercer el pleno
dominio del enclave. Incluso después del tratado de amistad y comercio de 1887, la
soberanía de Macao ha sido ejercitada de forma compartida por los dos estados
mediante un acuerdo tácito y flexible.
Los problemas de la devolución
En tres ocasiones recientes, Macao pudo haber pasado a manos chinas. La primera,
en 1966, en plena Revolución Cultural, como consecuencia de los graves disturbios
iniciados en la isla de Taipa (con varios muertos y una centena de heridos). La
administración portuguesa se vio hasta tal punto acorralada que el Gobernador
propuso la entrega del enclave en el plazo de un mes. China rechazó la oferta. La
segunda, en 1973, cuando Moscú presionaba a Pekín para invadir Macao,
acusándola de tolerar el colonialismo en su propio país, sugerencia rechazada por
Zhou Enlai por temor a la reacción de Estados Unidos y Gran Bretaña y el efecto
que ello ocasionaría en el futuro de Hong Kong. La tercera, a finales de 1974, en el
contexto de la efervescencia emancipadora de la revolución de los claveles. Por el
contrario, fuentes chinas señalan como momento delicado cuando Portugal afirmó,
al inicio de las negociaciones bilaterales, que no estaba preparado para la
devolución antes del 2000 y proponía como fecha alternativa el año 2017.
La agenda del Grupo de Ligaçao Conjunta, organismo bilateral responsable de
pilotar la transición, abordó sin visibles quiebras los grandes temas: el futuro de la
Fundaçao Oriente, el instrumento ideado por Lisboa para mantener más allá de
1999 la influencia cultural en Macao; el pago de las pensiones a quienes ya son
titulares antes de 1999; la instalación de un consulado portugués en Macao; su
participación en los organismos internacionales; o la creación de una reserva
financiera que permita hacer frente a los problemas derivados de la transición y a
las dificultades económicas del territorio. Otros asuntos fueron deliberadamente
aparcados. Se da así la triste circunstancia de que, al día de hoy, convenios o
pactos internacionales en materia de derechos humanos que ya han sido ratificados
por China no se encuentran vigentes en Macao.
Al igual que en Hong Kong, la cuestión de nacionalidad es uno de los asuntos clave
y que más controversia ha suscitado. Macao es una sociedad multicultural y
multilingüística en la que conviven portugueses, macaenses (naturales de Macao
con ascendencia luso-china) y chinos. Unos diez mil portugueses viven en Macao
pero existen más de 100.000 personas con pasaporte portugués. China no admite
la doble nacionalidad y para Pekín chinos son todos aquellos que han nacido en
cualquier parte de su territorio, incluidos los chinos macaenses con pasaporte
portugués. ¿que pasará con los macaenses de origen portugués? ¿podrán
desempeñar sus funciones en la administración pública local sin tener que renunciar
a su nacionalidad? A partir del próximo 20 de diciembre, tenga o no pasaporte
portugués, será considerado chino todo aquel que tenga ascendencia china. El
pasaporte tendrá la consideración de un simple documento de viaje pero no
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producirá ningún otro efecto (protección consular, etc). De esta forma, unas 90.000
personas perderán a partir de entonces la condición de ciudadanos portugueses.
La formación de una nueva clase dirigente constituye otro de los grandes
problemas. Siendo china más del 95% de la población, su representación en los
escalones medio y alto de la Administración es muy reciente y reducida (en SantosGomes, 1998). Es una situación muy diferente a la de Hong Kong en la que desde
hace algún tiempo la administración pública ha estado dirigida por cuadros locales.
A ello deben añadirse las dificultades del sistema jurídico local, en primer lugar, por
las discrepancias existentes en torno al derecho vigente (China excluye aquellas
normas que no tengan origen local y que hayan sido dictadas por Lisboa) y sobre
todo la inexistencia de traducciones al idioma chino de los principales códigos y de
los cientos de normas legales vigentes. A pesar de que solo un 5% de la población
se expresa en portugués, este es el idioma predominante en los diferentes
segmentos administrativos. En la judicatura, por ejemplo, hasta 1996 ninguno de
los magistrados en ejercicio sabía hablar chino y en ese año únicamente existían en
Macao apenas una docena de libros jurídicos en este idioma (en Santos-Gomes,
1998). Por otra parte, cuando algunos se irritan porque a partir del día 20 de
diciembre China controlará la designación de los integrantes del poder judicial, no
deberían ignorar que hasta ahora una competencia similar ha sido ejercida por el
Gobernador a propuesta de un Consejo Superior de Justicia y un Consejo Judicial
integrado por siete miembros y de los que cuatro son nombrados por el propio
Gobernador.
La forma de elección del nuevo Gobernador o Jefe del Ejecutivo tampoco ha sido
problemática. De conformidad con lo estipulado en la Declaración Conjunta, la Ley
Básica para Macao establece que será elegido por una Comisión Electoral
compuesta por 200 miembros conforme al método aprobado por la Asamblea
Popular Nacional de Beijing. En lo que respecta a la Asamblea Legislativa, mientras
que la Ley Básica de Hong Kong prevé como objetivo la elección de la totalidad de
la Asamblea a través del sufragio directo, en Macao, el acuerdo implica que en la
nueva elección no habrá modificaciones; en la segunda, se pasará de 23 a 27
miembros, de los que 10 serán elegidos por sufragio directo, otros 10 por indirecto
y 7 por designación del Jefe del Ejecutivo; y a partir de la tercera convocatoria,
serán 29 diputados de los que 12 serán elegidos por sufragio directo, 10 por
indirecto y 7 por designación. Se mantiene pues inalterable el sistema triangular de
representación si bien favoreciendo ligeramente el incremento de la representación
directa.
Perspectivas de futuro
Como Hong Kong, Macao será una Región Administrativa Especial (RAEM). La
defensa y sus relaciones exteriores dependerán de la República Popular China pero
en lo demás gozará de una amplia autonomía y su sistema económico y social se
mantendrá inalterable al menos por espacio de 50 años. Mantiene la moneda (la
pataca), el puerto franco y su territorio aduanero diferenciado. El jefe del Ejecutivo
será el banquero Edmund Ho (Ho Hau-wah), hijo de Ho Yan, un histórico capitalista
rojo de Macao fallecido en 1983. En la actualidad, Edmundo Ho es miembro del
Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China y vicepresidente de
la Asamblea Legislativa de Macao.
Probablemente será difícil advertir un cambio significativo en la interferencia de
China en los asuntos de Macao. Desde los años sesenta, su vida económica y social
ha estado mediatizada por Pekín a través de sociedades económicas, agrupaciones
sindicales y el amplio movimiento asociativo. En el estudio de campo ya citado (en
Santos-Gomes, 1998) se destaca como la percepción de la influencia de China es
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prácticamente similar a la del Gobernador (79,6% contra 82.7%) y ello a sabiendas
de que, oficialmente, China no cuenta en Macao.
Su futuro en todo caso es bastante incierto dada la debilidad y problemática de su
estructura económica, su escaso peso demográfico y la absorbente proximidad de
áreas económicas de gran dinamismo y envergadura (Zhuhai, Shenzhen) que
amenazan con fagocitarla. Desde un prisma político, su importancia radica en
relación al proceso de unificación con Taiwán. Después de la retrocesión de Hong
Kong, Macao constituye el segundo paso en el camino de la reunificación nacional.
El pasado 6 de Mayo, en la recepción que siguió a la ceremonia constituyente del
Comité Preparatorio para el establecimiento de la RAEM, el Presidente chino, Jiang
Zemin, destacaba especialmente que el retorno de Macao debía favorecer la
solución final del problema de Taiwán, el verdadero talón de Aquiles de la China del
próximo siglo.
¿Conseguirá Portugal mantener su influencia en Macao? En una visita realizada a la
zona en abril del pasado año, Antonio Guterres, el primer ministro portugués,
inauguraba un Museo para simbolizar esa aspiración de permanencia. Su deseo, sin
embargo, muy pronto puede quedar reducido al simple testimonio del recuerdo.
Xulio Ríos es director del IGADI
Documentación Internacional).
(Instituto
Gallego
de
Análisis
y
Bibliografía:
-------------------------------------------------------------------------------AMARO, Ana María: “Das cabanas de palha ás torres de betao.Assim cresceu
Macau”, Instituto Superior de Ciências Sociais e Políticas, Universidade Técnica de
Lisboa, 1998.
CALDEIRA, Carlos José: “Macau en 1850", Quetzal Editores, Lisboa, 1997.
CHEONG, Fok Kai: “Estudos sobre a instalaçao dos portugueses en Macau”, Editorial
Gradiva, Lisboa, 1996.
GOMES DIAS, Alfredo: “Sob o signo da transiçao. Macau no século XIX”, Instituto
Portugués do Oriente, Lisboa, 1998.
PEREIRA, Francisco Gonçalves: “Portugal, a China e a questao de Macau”, Instituto
Portugués do oriente, Lisboa, 1995.
SALDANHA, Antonio Vasconcelos de: “Estudos sobre as relaçoes luso-chinesas”,
Instituto Superior de Ciências Sociais e Políticas, Universidade Técnica de Lisboa, e
Instituto Cultural de Macau, 1996.
SOUSA SANTOS, Boaventura de e GOMES, Conceiçao: “Macau, o pequeníssimo
dragao”, Ediçoes Afrontamento, Lisboa, 1998.
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