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Confluencia de los espacios de encierro y de atención.
Transito a la experiencia moderna de la locura
Rodrigo Matías Ramos
Introducción
En el presente trabajo me propongo realizar una breve exposición acerca del
momento en el que el viejo internamiento deviene asilo, y como esta
transformación del espacio de encierro se enlaza, de alguna manera, con el proceso
de la modernidad y el nacimiento de las ciencias humanas, en particular, de la
psicología.
El material del que tomo los elementos para esta exposición, está dado
principalmente por los capítulos III y IV (“Del buen uso de la libertad” y “El
nacimiento del Asilo”, respectivamente), así como del “Prefacio” de 1961, todos
ellos pertenecientes a la primer gran investigación de la obra de Michael Foucault:
Historia de la Locura en la Época Clásica. EL resto del material consultado puede ser
observado por el lector en el apartado correspondiente (ver Bibliografía).
De acuerdo a lo sostenido por Castro1, el pasaje de la experiencia de la
locura en la Época Clásica a la experiencia Moderna, implica el pasaje de una
experiencia de la locura como Sin Razón a una experiencia de la locura como
Enfermedad Mental, creándose las condiciones de posibilidad, en este pasaje, para
el surgimiento de la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis, dado que la tesis
general de Foucault en la obra mencionada supra es que “...estos dominios de
saber no han sido un producto de la humanización del mundo de la internación,
ni del desarrollo de la racionalidad y de la objetividad de la ciencia, sino de la
reestructuración de la experiencia clásica de la locura.”2
De lo expuesto hasta aquí, tomo tres aspectos que serán los relevantes para
el desarrollo del presente trabajo, a saber:
1) Acerca del proceso de modernidad;
2) Acerca del estudio de lo que Foucault denominó una “experiencia de la
locura”;
3) Acerca de la reestructuración del espacio social del internamiento.
Modernidad y Modernización
En este apartado desarrollaré brevemente los conceptos de “modernidad” y
“modernización” de acuerdo al material estudiado en el curso de Historia de la
Psicología, de la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires3.
Por Modernización entendemos los procesos de transformación económica
y social, una dimensión que, a los fines de un análisis, puede llamarse objetiva, en
tanto se refiere a la (re) organización social capitalista y a su reproducción, lo que
implica no solo la transformación en las formas de producción económica (la
fábrica, la producción en masa, obreros, propietarios, división del campo y la
ciudad), sino también, la transformación del espacio social e institucional en torno
al surgimiento y consolidación de los Estados Nacionales Modernos, (la
reubicación en el espacio social de la Iglesia, la educación, la medicina, la
psiquiatría), es decir, una profunda transformación en la estructura económica
(formas de producción) y en la estructura social (instituciones, urbanización,
ruptura de viejas identidades, surgimiento de otras nuevas), lo cual implica la
transformación de las relaciones humanas, lo que no significa, que estas puedan
ser leídas exhaustivamente a partir de lo que es válido, por ejemplo, para la
estructura económica.
Por Modernidad entendemos los procesos de transformación cultural o
subjetiva, una dimensión de análisis que da cuenta de la mutación de los valores,
la moral, las creencias, las representaciones sociales, la subjetivación de los
individuos, es decir, es una dimensión que de cuenta del sujeto en tanto ser
colectivo (en relación con el grupo humano del que forma parte y cuyos modelos y
normas de socialización le son ofrecidos o impuestos) y en tanto ser individual
(dada la forma particular de esa aprehensión).
Es importante aclarar que las dimensiones diferenciadas, solo lo son en
tanto objetos de análisis, por lo tanto, esta diferencia es relativa, toda vez que no
pueden ser separadas si se pretende dar una visión de conjunto e histórico crítica
del advenimiento de las ciencias humanas y en particular de la psicología, dado
que la historia de estas disciplinas debe ser puesta en relación con su dimensión
objetiva, es decir, con las transformaciones económicas y sociales, lo que implica
que la historia de estas disciplinas es también la historia de las instituciones en las
que emerge o contribuye a formar, así como también con las revoluciones políticas
(francesa, norteamericana e inglesa) que han atravesado este período histórico.
El estudio de la experiencia de la locura
En este apartado intentaré dar cuenta de lo que Foucault entiende por
“experiencia”. Para ello debemos preguntarnos qué es lo que analiza Foucault en
Historia de la Locura. Para indagar esta problemática, acudiré a lo sostenido por
Castro4.
Foucault ha sido formado en una ambiente académico (Francia, fines de al
década del ´40 , principios del ´50) donde predominaba el marxismo. Así una de
sus primeras obras, Enfermedad Mental y Personalidad (1953), tiene la impronta de
un análisis marxista de la alineación mental, toda vez que sostiene que los
conflictos y contradicciones sociales devienen en conflictos mentales.
Entre las conclusiones que Castro5 le adjudica a Foucault a partir de la obra
mencionada, se encuentran las siguientes:
1) La alienación es la condición de la enfermedad mental, y no al revés.
2) La objetivación de la enfermedad es la condición para la construcción
social de lo “anormal”. Lo “normal” y lo “anormal” están hechos de la
misma trama: las contradicciones sociales.
1
3) Denuncia a cierto “psicologismo” por pretender separar al enfermo de
sus condiciones existenciales y a la enfermedad por abstraerla de sus
condiciones de emergencia (las contradicciones sociales).
Ahora bien, esta obra, aunque es coherente en sí misma, no lo es con las
obras posteriores que abordan la temática de la locura pero desde una perspectiva
diferente, a saber: la ya mencionada Historia de la Locura en la Época Clásica (1961) y
Enfermedad Mental y Psicología, siendo esta última una reedición de la obra de 1953,
pero modificada a partir de los resultados de la investigación de 1961.
¿Cuál es la nueva perspectiva? ¿Qué es el estudio de una experiencia de la
locura? Podemos decir que ya no se trata de una reducción del fenómeno de la
locura a un producto de las contradicciones sociales en el nivel de las estructuras
psicológica y existenciales del sujeto. Su definición positiva puede ser la siguiente,
en palabras del propio Foucault:
“Hacer una historia de la locura entonces querrá decir hacer un estudio
estructural del conjunto histórico (nociones, instituciones, medidas jurídicas y
policiales, conceptos científicos) que tiene cautiva a una locura cuyo estado salvaje
nunca puede ser restituido en sí mismo.”
Podemos decir, entonces, que el concepto foucaultiano de “experiencia”
remite a una forma histórica de subjetivación, lo cual implica un régimen de
verdad determinado, relaciones de poder, y las formas de relación del sujeto
consigo mismo y con los otros. Por lo tanto, vemos confluir en la investigación de
1961 los tres métodos que guían la indagación histórica de Foucault: la arqueología
(centrado en el análisis del saber), la genealogía (centrado en las relaciones de
poder) y la ética (centrada en la constitución de subjetividad).
En este punto, luego de haber dejado atrás la conceptualización del
advenimiento del proceso histórico de la modernidad y las consideraciones
referidas al método con que Foucault interroga al fenómeno de la locura en su
evolución histórica, estamos en condiciones de sumergirnos en el análisis de los
capítulos mencionados en la introducción, en los cuales buscaremos reencontrar,
en tanto contenido latente, la confluencia de ambos apartados.
Locura: grado cero
“El lenguaje de la psiquiatría, que es monólogo de la razón sobre la locura,
no ha podido establecerse más que sobre tal silencio.
No he querido hacer la historia de ese lenguaje sino más bien la arqueología
de ese silencio.”6
Frase icónica de la obra de Foucault. Intentaremos en este y el siguiente
apartado, brindar, aunque más no sea, una aproximación a la complejidad que
encierra.
2
Foucault postula como resultado de su indagación histórica la existencia de
una experiencia indiferenciada de la locura. Esta es previa a la transformación del
cuerpo social (reestructuración del espacio social, en términos de Foucault) que
adviene con la modernidad, más precisamente, antes de que la partición entre
locura y no-locura, haga imposible el diálogo entre el hombre moderno y el loco,
sino a través de la universalidad abstracta de la enfermedad (recordar lo
mencionado más arriba acerca de la experiencia moderna de la locura como
enfermedad mental), cuyo mediador, y portador de la luz de la razón, es el médico.
La emergencia de este “nuevo orden” es situada, cronológicamente, hacia fines del
siglo XVIII y, geográficamente, en Francia.
¿Cómo acceder a esa experiencia indiferenciada? Naturalmente, no puede
tomarse las vías construidas por la razón o el lenguaje psiquiátrico y sus
retrospecciones, porque su resultado no sería otro que el de una historia
autocomplaciente. Por lo tanto, Foucault realizará una historia de los límites, allí
donde occidente se constituye como cultura expulsando de sí lo que será su
negativo, pero que silenciosamente mantendrá una tensión con lo positivo,
siempre a punto de develarse, dado que precisamente esta expulsión es la que da
cuenta de la unidad entre locura y razón.
Dos episodios hacen las veces de punta de iceberg: la creación del Hospital
General en 1657 seguida del “gran encierro” de los pobres y la liberación de los
encadenados de Bicetre en 1794; la estructura (nuestro iceberg sumergido) que se
forma entre estos dos episodios explicará y decidirá el tránsito de la experiencia
clásica de la locura hacia la experiencia moderna, momento histórico del
surgimiento de las ciencias humanas y de la psicología.
La liberación de la locura, no será más que el confinamiento de la misma al
espacio rodeado por las murallas de la razón y de la moral burguesa, protagonista
estelar de la modernidad.
La Reestructuración del Espacio de Encierro
¿Cuáles son esas estructuras que dan cuenta del tránsito? ¿Cómo se da la
liberación de la locura en los confines de la enfermedad mental?
Las medidas tomadas entre 1780 y 1793, hacen desaparecer al internamiento
como se lo conocía hasta entonces. A través de distintas circulares se procede a una
depuración de aquel espacio. Se trata de reducir al máximo la práctica del
internamiento. Se produce una privatización de la pobreza y de la enfermedad. El
individuo pobre no es responsabilidad del Estado, el individuo enfermo es
responsabilidad de la familia. La locura transita un momento de ambigüedad, en
tanto que la reestructuración del espacio social la deja sin un lugar, se debate que
hacer con ella. No puede ser privatizada porque el loco constituye un peligro para
el individuo libre, por lo tanto, la locura es cosa publica, en la medida que necesita
ser controlada para el resguardo de la sociedad. Sin embargo, es el momento en
que al loco se le descubre una “animalidad dulce”. Esta ambigüedad se refleja en
las medidas tomadas por los legisladores revolucionarios: las de corto plazo que
3
respondían al resguardo de la sociedad por lo que el loco debía ser apartado de
ella, y las de largo plazo, donde conforme al ideal naciente, se construyen casas
exclusivas para el tratamiento del loco.
Ahora bien, Foucault sostiene que por debajo de estas normas jurídicas, se
gestan al ras de las instituciones tres estructuras que darán cuenta de la fundación
de la relación del loco y el no-loco, a saber:
1)
La confluencia, confusión, del antiguo espacio de encierro y un
espacio médico que le era ajeno.
2)
El establecimiento de una nueva relación entre el loco y quien la
observa, la juzga, con objetividad y racionalidad.
3)
La estructura que permitirá a la locura ocupar un lugar en el
crimen, sin reducir este a aquella.
Foucault desarrolla amplia y minuciosamente el desarrollo de estas tres
estructuras, a mí me bastará con destacar algunas de las conceptualizaciones de su
indagación histórica, referidas a las primeras dos estructuras.
Confluencia de los espacios de encierro y el médico. Transito a la experiencia moderna de la
locura
En 1785 una orden impresa instruye acerca de cómo tratar a los locos. La
ambigüedad entre la asistencia como una piedad natural que no puede ser negada
al loco y el horror que el loco furioso produce, debe encontrar una línea de
compromiso, una síntesis entre asistencia y seguridad. Esta síntesis encontrará su
lugar en el internamiento, donde la locura ya se encontraba confinada, y de la cual
había tomado posesión a partir de las medidas depuratorias, es decir, en aquel
espacio de simple exclusión, se proyecta uno nuevo, a partir del advenimiento de
la función médica. Ambas funciones (exclusión y atención) van a superponerse sin
confundirse.
El paso esencial hacia una experiencia moderna de la locura, a su
confinamiento en la enfermedad mental y la moral burguesa, solo se dará cuando
el internamiento deje de ser un espacio de simple exclusión negativa, de abolición
absoluta de la libertad, y en cambio, se le ofrezca una libertad organizada en la que
ésta exprese su verdad y halle su cura. La libertad internada cura por sí misma.
Pero, como puede observarse,
“No es el pensamiento médico el que ha forzado las puertas del internamiento; si
los médicos reinan hoy en el asilo no es por su derecho de conquista, gracias a la
fuerza viva de su filantropía o a su afán de objetividad científica; es porque el
internamiento mismo, poco a poco, ha ido cobrando un valor terapéutico, y ello
mediante el reajuste de todos los gestos sociales y políticos, de todos los ritos
imaginarios o morales, que desde hacía más de un siglo habían conjurado la locura
y la sinrazón”7
4
Se desatan las cadenas que impiden el ejercicio libre de la voluntad, pero se
despoja al loco de la misma, en nombre del “derecho individual” (dado que si un
sujeto se encuentra privado de sus facultades racionales, la sociedad tiene el
derecho de limitar la libertad del mismo, para protegerse a sí misma), se lo aliena
en la voluntad del médico, distancia que por ser más imperceptible que las rejas
del viejo internamiento, es más infranqueable.
Cierre
Hemos realizado el recorrido propuesto en la introducción, y es en los
últimos apartados donde pudimos apreciar la confluencia de nuestros tres ejes.
Dando cuenta, al menos parcialmente, del complejo movimiento histórico
indagado por Foucalt: el advenimiento de la modernidad y de la psicología, a
partir de la reestructuración del viejo internamiento. Una versión de la historia que
puede servir para llenar ciertos “vacíos” de las historias autocomplacientes.
Bibliografía
CASTRO, Edgardo, (2004) El vocabulario de Michael Foucault, Bernal, UNQ, págs.
208-232.
FOUCAULT, Michael, Historia de la locura en la época clásica, “Prefacio” de 1961,
prefacio a la primera edición, suprimido en las ediciones posteriores. Traducción:
http://www.elseminario.com.ar/
FOUCAULT, Michael, Historia de la locura en la época clásica, (1961; 2ª edic.
modificada: 1972) México, FCE, 1976: reproduce la 2ª edición, Parte II, caps. III
“Del buen uso de la libertad”, IV “El nacimiento del asilo”.
Modulo de la Cátedra, Unidad II, El Sujeto de la Modernidad: variaciones sobre el yo,
2005. En: http://www.elseminario.com.ar/
VEZZETTI, Hugo, Michael Foucault: Apuntes para una arqueología de la psicología,
Conferencia XXVIII Congreso Interamericano de Psicología, Santiago de Chile, 29
de julio al 3 de agosto de 2001. En http://www.elseminario.com.ar/
Notas:
Edgardo Castro, El vocabulario de Michael Foucault. Bernal, UNQ, 2004, Pág. 213.
Edgardo Castro, El vocabulario de Michael Foucault. Bernal, UNQ, 2004, Pág. 213.
3 Modulo de la Cátedra, Unidad II, El Sujeto de la Modernidad: variaciones sobre el yo, 200. En:
www.elseminario.com.ar, Pág. 1, 2, 3.
4 Edgardo Castro, El vocabulario de Michael Foucault. Bernal, UNQ, 2004.
5 Edgardo Castro, El vocabulario de Michael Foucault. Bernal, UNQ, 2004, Pág. 210.
6 Michael Foucault, Historia de la Locura en la Época Clásica, “Prefacio” de 1961
7 Michael Foucault, Historia de la locura en la época clásica, (1961; 2ª edic. modificada: 1972) México,
FCE, 1976: reproduce la 2ª edición, Parte II, caps. III “Del buen uso de la libertad”, Pág. 64.
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Segundo cuatrimestre 2005
Seminario: Michel Foucault: Historia de las Ciencias Humanas y Genealogía del Sujeto
Moderno
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