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BUEN SEXO SIGNIFICA ENERALMENTE BUENA SALUD
Winnifred Cutler, del Instituto de Atenas para el Bienestar de las Mujeres, experta en biología reproductiva y autora de diversos libros sobre sexualidad femenina, se halla investigando los beneficios que obtiene las mujeres que semanalmente mantienen relaciones sexuales.
De acuerdo con su investigación, estas mujeres tienen un cuerpo súper fértil, sus ciclos menstruales son totalmente regulares y las cifras de sus
niveles estrogénicos llegan a ser el doble de los de las mujeres castas.
Además muestran un amejor piel, su cabello es más sedoso e incluso los
sofocones son menores.
Cutler dice: “he hallado que las relaciones sexuales regulares semanales exaltan todos las aspectos del sistema reproductivo endócrino de la
mujer”. Pero –aclara- sólo cuando la actividad sexual se mantiene con una
pareja: nuestros datos muestran claramente que ello no sucede con la
autoestimulación”.
Cutler pertenece al número pequeño, aunque en aumento, de investigadores que están explorando la relación entre el buen sexo y la buena salud. Si bien algunas aseveraciones parecieran no ser científicas, la investigación sugiere que la actividad sexual retarde el envejecimiento, aumenta la
resistencia a las enfermedades, protege contra la depresión y alivia el dolor
crónico.
Muchos médicos sostienen que la sexualidad satisfactoria tiene un
efecto positivo en nuestra salud física y mental. El Dr. Alexander Lowen, director ejecutivo del; Instituto Internacional de Análisis Bioenergético de
Nueva York y autor del libro “Amor, Sexo y Corazón”, dice “la sexualidad
constituye una función básica entre los seres humanos. Cuando no se tiene
buen sexo uno se frustra y la frustración es algo físico. El cuerpo no descarga tensión. Sabemos que al tensión es estrés y el estrés debilita la salud”.
El terapeuta sexual Sue McGarvie, de Ottawa, menciona: “la cascada”
de sustancias químicas y hormonas que se descargan en nuestro cuerpo al
mantener relaciones sexuales. Las endorfinas aparecen por doquier y la
testosterona y otras hormonas del cuerpo aumentan. Las personas se sienten verdaderamente excitadas. El fluido de la sangre aumenta y se descarga
un poco de adrenalina de manera que un se siente verdaderamente bien.
Paul Pearsall, principal director del Instituto Kinsey para la investigación del sexo, género y reproducción, en su libro “La sexualidad que cura”
dice que la salud física de los pacientes mejora a medida que dejan de tener
problemas sexuales. Sostiene que nuestro sistema inmunológico responde a
la intimidad sexual del mismo modo que lo hacen nuestros genitales, de
manera tal que “cada acto sexual es un acto que estimula la inmunidad”.
Una de las teorías es que la actividad sexual estimula las células “T”
-que ayudan a combatir las infecciones y enfermedades- y de beta endorfinas. Dice Pearsall: “En mi clínica los hombres y las mujeres con actividad
sexual presentaban migrañas menso severas, las mujeres menos cantidad
de síntomas premenstruales y unos y otras una reducción de síntomas artríticos crónicos.
La actividad sexual aumenta la producción de endorfinas, el opiáceo
natural del cuerpo que produce el cerebro al realizar cualquier actividad física. Algunos expertos dicen que basta un solo arrumaco en la cama para que
se produzca la cantidad necesaria de endorfinas para aliviar por varias horas
un dolor crónico.
Los efectos saludables de la actividad sexual en el corazón, si es que
ejerce efectos, aún son debatidos. Lyall Higginson, jefe de cardiología del
Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, dice: “la actividad sexual,
al igual que cualquier ejercicio, es indudablemente buena para el cortazón y
para la salud en general”. Sostiene que “en promedio, los latidos del corazón
de una persona se elevan a 120 en la plenitud de una relación sexual, pero
para igualar los latidos que se producen durante un partido de squash sería
necesario hacer el amor con una duración olímpica. La cantidad de energía
utilizada en momento apasionados es casi la misma que se utiliza para subir
la escalera conducente al dormitorio (2 pisos de un edificio de departamentos)”.
Alguna investigación sugiere que las personas con una pobre vida
sexual tienen mayores probabilidades de padecer problemas cardíacos. En
un estudio realizado en Estados Unidos a 100 mujeres hospitalizadas por
ataques cardíacos, un 65% manifestó sentirse sexualmente insatisfecha en
comparación con un 24% de 100 mujeres (grupo control) hospitalizadas por
problemas no cardíacos. Otro estudio halló un número similar de hombres,
hospitalizados por problemas cardíacos, que manifestaban tener problemas
sexuales antes de sufrir el ataque cardíaco.
Dice Higginson que las personas que sufren ataques cardíacos generalmente tiene muchos otros síntomas -diabéticos, vasculares- que también
causan problemas en la función sexual. El fumar suele provocar impotencia
y los efectos colaterales de muchos medicamentos pueden provocar ausencia de la libido.
Otros investigadores, al hacer el seguimiento de hombres con bypass
coronario, hallaron que quienes habían mantenido relaciones sexuales se
recuperaron más rápido y podrían regresar antes al trabajo.
A pesar de que muchos médicos no coinciden, Cutler sostiene que no
existe ninguna duda que las mujeres que mantienen regularmente relaciones
sexuales con un compañero al que aman, mejoran fisiológicamente. “El sexo
enciende al sistema endócrino, esto estimula los estrógenos, estos protegen
los huesos, disminuyen el colesterol y cuidan el sistema cardiovascular. El
sexo esporádico produce estragos en el sistema endócrino por sus altibajos,
lo cual no es bien tolerado por el oganismo. No es esta la salida”.
Mientras que sus investigadores comprenden sólo relacione heterosexuales, un estudio realizado por investigadores del Instituto Kinsey, halló
que los ciclos de las lesbianas que mantenían regularmente relaciones sexuales, eran mucho más fértiles. Pero debían mantenerlas más frecuentemente: por lo menos tres veces por semana.
Sea o no el sexo un verdadero tónico para la salud, todos los expertos
coinciden en que la actividad sexual plenamente satisfactoria es un modo de
conectarse con la pareja y para muchas parejas ocupadas puede ser el único
modo.