Download victor tokman - Biblioteca CLACSO

Document related concepts

Desempleo estructural wikipedia , lookup

Flexiguridad wikipedia , lookup

Precariedad laboral wikipedia , lookup

Trabajo decente wikipedia , lookup

Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales wikipedia , lookup

Transcript
.
GLOBALIZACION Y EMPLEO.
Cambios en el empleo en Perú y América Latina, y
en la vida laboral de hombres y mujeres.
GRISELDA TELLO VIGIL
Editora
VICTOR TOKMAN
NORBERTO GARCIA
DENIS SULMONT
PACHECO
ALISON SCOTT
GARATE-FERRER
CECILIA GARAVITO LUIS
SANDOVAL-VALLADOLID
ADEC-ATC ASOCIACION LABORAL PARA
EL DESARROLLO
CONTENIDO
Pag.
Presentación
Relación de Cuadros Estadísticos y Gráficos
I. EFECTOS DE LA GLOBALIZACION Y EMPLEO EN AMERICA LATINA
1. Ajuste y Empleo en América Latina
VICTOR TOKMAN
2. Ajuste, Reformas y Mercado Laboral. Las
Experiencias de Costa Rica, Chile y México
NORBERTO GARCIA
II. REFLEXIONES SOBRE EMPLEO
1. Empleo y Exclusión Social
DENIS SULMONT SAMAIN
2. Apuntes teóricos sobre Crecimiento y Empleo
LUIS PACHECO
III. GLOBALIZACION, EMPLEO Y GENERO
1. Globalización, Flexibilización y Género
ALISON MacEWEN SCOTT
2. Transformaciones del Mercado Laboral en
Lima Metropolitana según Género
WERNER GARATE U. - ROSA ANA FERRER G.
3. Oferta Familiar de Trabajo en Lima
Metropolitana: 1989 - 1992
CECILIA GARAVITO
4. Flexibilización, Reconversión Productiva y
Género en el Sector Industrial:
Laboratorios, Confecciones y Alimentos
PATRICIA SANDOVAL J.- CARMEN VALLADOLID G.
IV. SINTESIS GLOBALIZACION Y EMPLEO
GRISELDA TELLO (ADEC-ATC)
Referencias sobre los autores
PRESENTAC ION
Este conjunto de ponencias y artículos reunidos bajo el
epígrafe GLOBALIZACION Y EMPLEO, tiene como objeto central de
estudio y reflexión las profundas transformaciones que vienen
ocurriendo en el escenario internacional y su impacto sobre el
empleo. Ellos fueron presentados en el Seminario Internacional
sobre Globalización, Empleo y Género realizado entre el 27 y 29 de
setiembre de 1994 y, en diversas reuniones organizadas por el
Taller de Empleo llevadas a cabo en Lima, durante el año 1994.
ADEC-ATC Asociación Laboral para el Desarrollo y el
Departamento de Economía de la Universidad Católica del Perú,
impulsores del Taller de Empleo, agradecen al Consejo Británico por
su apoyo financiero para la realización del citado evento y por
hacer posible esta publicación.
Los cambios sustantivos son múltiples e involucran a todo el
orden social, el balance que se ofrece aquí -forzosamente parcialprivilegia la mirada desde América Latina y el Perú, y recoge los
avances que se vienen planteando desde el ángulo del género. Para
ello, un grupo de especialistas, de reconocida trayectoria
intelectual y jóvenes investigadores, fueron invitados a compartir
sus estudios y reflexiones sobre las
modificaciones que están
sucediendo en el mundo del trabajo, en el contexto de transición
hacia una nuevo período histórico.
El volumen que entregamos reúne, en primer lugar y por orden
temático, la visión desde América Latina, a cargo de los
especialistas de la OIT, Víctor Tokman (Sub-Director General de
dicha institución) y Norberto García (Director del Equipo Técnico
Multidisciplinario de OIT para Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela). En segundo lugar, presenta un conjunto de reflexiones
teóricas sobre el empleo por dos investigadores y profesores
universitarios, Denis Sulmont (miembro de ADEC-ATC y profesor de la
Universidad Católica) y Luis Pacheco (Universidad Nacional Mayor de
San Marcos). Tercero, incorpora el estudio del empleo y género
abordado por la investigadora y docente Alisan Mac Ewen Scott
(Universidad de Essex, Inglaterra), Werner Gárate y Rosa Ana Ferrer
(jóvenes investigadores de ADEC-ATC), Patricia Sandoval y Carmen
Valladolid (Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y Asociación
Aurora Vivar, respectivamente). En este último grupo, se incluye
por su afinidad con la temática principal, el estudio desde el
ángulo de la oferta familiar de trabajo, elaborado por la profesora
e investigadora Cecilia Garavito (Universidad Católica del Perú).
Desde la perspectiva del largo plazo y punto de vista de
América Latina, Víctor Tokman se pregunta qué es lo que ha estado
cambiando, cómo afecta este cambio al mundo del trabajo y cuáles
son las políticas a seguir. Y, revisando el triple proceso de
globalización, privatización y menor regulación latinoamericano,
postula dos objetivos centrales a seguir: la vuelta al pleno empleo
y la solidaridad sistémica, repensados evidentemente bajo las
condiciones actuales. Tokman nos invita a reflexionar sobre los
nuevos retos que plantea el sistema y la necesidad de un esfuerzo
creador para que, dentro de los nuevos objetivos de eficiencia y
competitividad, se continúe defendiendo el pleno empleo.
Las experiencias de ajuste, reformas y sus efectos en el
mercado laboral de Costa Rica, Chile y México son estudiadas
comparativamente por Norberto García, con la intención de conocer
cómo se dieron esos procesos, la secuencia de políticas y formas en
que se implementaron y qué rol cumplió el ajuste en el mercado de
trabajo. García resalta un conjunto de diferencias entre los tres
países mencionados -que fueron unos de los primeros en ensayar este
tipo de adaptaciones hacia un sistema económico liberal más puro-,
del cual emanan lecciones que son importantes de conocer y difundir
en los países de la región a fin de reducir los altos costos
sociales de estos procesos.
Dos son las reflexiones teóricas que en este documento se
ofrecen y que se levantan en el contexto de los recientes cambios y
preocupación por el mundo del trabajo. Una desde la perspectiva
sociológica, la otra desde la teoría económica. La primera, debate
la noción de exclusión social y su pertinencia conceptual para el
caso del Perú, desarrollada por Denis Sulmont. La segunda, se
refiere a la problemática del crecimiento económico y el empleo
elaborada por Luis Pacheco.
La exclusión social es presentada como una categoría de
análisis, inserta en la problemática de la integración social, que
distingue tres campos y modalidades de la interacción social: el
económico, el político-institucional y el cultural. Las tres
modalidades dan lugar, respectivamente, a una exclusión económica,
exclusión ciudadana y a una exclusión o discriminación cultural, y
juntas conforman el proceso de exclusión social, el mismo que debe
ser atacado simultáneamente desde una perspectiva sistémica y desde
los propios sujetos sociales. ¿Cuál es la relación entre exclusión
social y empleo?. Tal es el centro de la discusión que Sulmont
ofrece, con la base empírica de la realidad peruana.
Luis Pacheco, por su parte, preocupado en la dinámica del
crecimiento y el empleo, y con el objetivo de construir sociedades
equitativas en la región, busca proporcionar elementos de juicio
para la elaboración de estrategias de empleo, subrayando los
importantes cambios que están ocurriendo en los procesos de la
realidad económico-social nacional e internacional. Pacheco postula
la necesidad de formular un marco teórico que re-explore algunos
criterios y nociones de la escuela clásica, que el planteamiento
neoclásico abandonó, y que son necesarios revisar para la situación
actual. En este sentido, un análisis apropiado de las economías
latinoamericanas debiera integrar la dimensión económica y social,
poner énfasis en el crecimiento y distribución del ingreso como
grandes ejes teóricos, destacar el factor trabajo como generador de
producción, crecimiento y desarrollo, entre otros elementos. Para
el autor es fundamental recobrar la perspectiva analítica de los
clásicos.
Introduciendo la perspectiva del género en el debate de la
globalización y el empleo, Alisan Mac Ewen analiza cómo los
procesos de globalización y
flexibilización afectan el empleo
femenino y el mercado de trabajo en general. Ella critica el
planteamiento de Guy Standing que prevé una feminización global del
empleo, como consecuencia de la flexibilización del mercado de
trabajo; y postula que el mayor obstáculo a este proceso de
feminzación es la
segregación ocupacional por género y la
resistencia de las ideologías de género a los cambios económicos.
Para el caso peruano, Werner Gárate y Rosa Ana Ferrer,
describen el conjunto de cambios que se han registrado en la
estructura y composición de la fuerza de trabajo según género de
Lima Metropolitana en el período 1984-1993, de sucesivos procesos
de crisis recesivas, ajustes, estabilización y reformas. Ellos
encuentran en el mercado de trabajo en general, una agudización de
las tendencias observadas en décadas pasadas, tales como, mayor
heterogeneidad estructural, tercearización, subutilización de la
mano de obra y precarización de la misma, principalmente por los
bajos salarios, aumento de la eventualidad y disminución de las
condiciones mínimas de protección laboral y social. Y, sostienen
que el crecimiento de la participación laboral de las mujeres, debe
verse en primer lugar como resultado de las fuertes caídas en los
ingresos familiares, y también como el resultado de mayores niveles
educativos.
Patricia Sandoval y Carmen Valladolid abordan la problemática
laboral de algunos ramas industriales limeñas (laboratorios,
confecciones y alimentos reconocidas por su intenso uso de fuerza
de trabajo femenina), en el marco de la implementación del programa
económico neoliberal desarrollado por el Gobierno del ingeniero
Fujimori, a inicio de la década del 90. Ellas reúnen evidencias
empíricas de los efectos de la flexibilización laboral y
reconversión industrial, en la situación del empleo y condiciones
de trabajo de hombres y mujeres trabajadoras de las mencionadas
actividades económicas..
Cecilia Garavito, por su parte, analiza la oferta de trabajo
de mujeres y hombres, casados o convivientes, partiendo del enfoque
de oferta familiar de trabajo. En este análisis, la familia es
vista como una unidad económica productora de bienes domésticos, el
cual permite observar de manera importante la participación laboral
de sus miembros.
Ella trata de determinar las causas de dicha
participación laboral, tomando en cuenta las restricciones que trae
consigo la pertenencia a determinado grupo familiar.
Ciertamente, el tema del empleo como uno de los problemas
centrales de la sociedad contemporánea, requiere por su complejidad
de nuevos enfoques teóricos-metodológicos, preferentemente, de
alcance multidisciplinarios. El mismo que debe inscribirse dentro
del proceso de búsqueda de nuevos paradigmas interpretativos de la
realidad. Más, si tenemos en cuenta, que el problema se redefine y
cambia con los cambios tecnológicos, y socialmente afecta a mujeres
y hombres de todos los grupos etarios, educados y no educados,
etc., y especialmente, a los más pobres, y dentro de ellos, a las
mujeres de origen andino.
Con esta publicación ADEC-ATC Asociación Laboral para el
Desarrollo - organismo no gubernamental sin fines de lucropretende contribuir a enriquecer el debate académico y aportar
nuevos conocimientos al público en general, deseoso de entender las
incertidumbres del presente. Sus expectativas serían cumplidas, si
este conjunto de artículos y ensayos estimula el desarrollo teórico
que sustente lineamentos y propuestas de políticas adecuadas a
nuestra realidad.
Griselda Tello Vigil
Coordinadora del Taller de Empleo
ASOCIACION
LABORAL PARA EL DESARROLLO
Lima, julio de 1995
EFECTOS DE LA GLOBZALIZACION EN AMERICA LATINA
Ajuste y Empleo en América Latina
VICTOR TOKMAN
Ajuste, Reformas y Mercado Laboral. Las
Experiencias de Costa Rica, Chile y México
NORBERTO GARCIA
REFLEXIONES SOBRE EMPLEO
Empleo y Exclusión Social
DENIS SULMONT SAMAIN
Apuntes teóricos sobre Crecimiento y Empleo
LUIS PACHECO
GLOBALIZACION, EMPLEO Y GENERO
Globalización, Flexibilización y Género
ALISAN Maceen SCOTT
Transformaciones del Mercado Laboral en
Lima Metropolitana según Género
WERNER GARATE U. - ROSA ANA FERRER G.
Oferta Familiar de Trabajo en Lima
Metropolitana: 1989 - 1992
CECILIA GARAVITO
Flexibilización, Reconversión Productiva y
Género en el Sector Industrial:
Laboratorios, Confecciones y Alimentos
PATRICIA SANDOVAL - CARMEN VALLADOLID
10
"El primer tema es responder qué es lo que ha estado cambiando. Y lo primero que ha
cambiado es, evidentemente, la economía internacional. Ella está viviendo un crítico
proceso de globalización, con más importancia de los mercados como asignadores de
recursos, y con mayor homogeneidad ideológica. (..)
La transición se hizo a costos sociales muy altos, los que todavía se están pagando. (..)
No hay duda que el costo del ajuste fue en gran parte inevitable, en la medida que las
economías no estaban balanceadas, pero quedan muchas dudas sobre si la forma de
distribución de este costo no podía haber sido más equitativa." (Víctor Tokman).
"Quizás la principal moraleja de la historia que he tratado de resumir, es que algunos de
los costos sociales en que se incurrieron pudieron haber sido evitados, no sólo desde el
punto de vista del manejo de las políticas hacia el mercado de trabajo, sino porque las
estrategias de ajuste, estabilización y reformas pudieron haber sido planteadas de manera
distinta a la que se ha mostrado." (Norberto García).
"... el efecto de la globalización y la flexibilizacion sobre el empleo femenino y el
mercado de trabajo en general .. prevé una feminización global del empleo. Aquí se
ofrece una crítica a este planteamiento, y se postula que el mayor obstáculo a este
proceso de feminización es la segregación ocupacional por género y la resistencia de las
ideologías de género a los cambios económicos." (Alison Scott).
"El tema de la exclusión social surge como una novedosa preocupación ante el problema del
desempleo y de la desinserción social que se presenta con creciente fuerza desde fines de
los años 70 en la mayoría de los países industrializados. (..) ¿En qué medida este
inquietante concepto de exclusión social es pertinente para el Perú? ¿En un país, donde el
grueso de la población ha sufrido una situación de marginación y sigue viviendo en la
pobreza, hablar de exclusión social no resulta redundante? (Denis Sulmont).
".. ningún país ha tenido como meta alcanzar el escenario que hemos descrito en las
páginas precedentes. Este, sin embargo, es el
que ha llegado a conformarse y se desenvuelve
como realidad empírica, objetiva. La actitud
elemental en un científico social es reconocer
lo que está existiendo para dar curso al acto de
conocer. El siguiente paso en el camino a la
verdad consiste en interpretar adecuadamente lo
que ocurre. Toma la posta el político, para
definir en función de ello cuáles son las
medidas apropiadas." (Luis Pacheco).
11
SINTESIS DE LOS PRINCIPALES PLANTEAMIENTOS:
GLOBALIZACION Y EMPLEO. Cambios en el empleo en Perú y América
Latina, y en la vida laboral de hombres y mujeres.
GRISELDA TELLO
ADEC-ATC
Una lectura de esta obra podría ordenarse respondiendo las
siguientes preguntas:
I.
¿En qué consiste el proceso de globalización y cuáles son los
cambios que está introduciendo en el mundo?
II.
¿Cómo se manifiesta este proceso de globalización en América
Latina?
III. ¿Cuáles son los efectos de estos cambios en el empleo?
IV.
¿Cómo afectan la globalización y la flexibilización el mercado
de trabajo en general y su diferenciación por género?
V.
¿Qué otros planteamientos conceptuales se han construido para
poder entender los recientes cambios?
VI.
¿Cuáles son los cambios que experimenta la economía y el
mercado de trabajo en el Perú?
12
I
El proceso de globalización y los cambios de la economía
y sociedad.
Cada vez se va haciendo más claro que estamos en transición
hacia un nuevo período histórico, caracterizado por un proceso de
GLOBALIZACION de la economía y sociedad, el mismo que está
provocando profundas modificaciones en todo el orden social, y del
cual, el empleo no escapa, porque éste es una de las principales
instancias en que se desarrollan dichos cambios.
Este proceso de globalización que, en perspectiva histórica,
agrega un nuevo eslabón en la integración mundial impulsado desde
el siglo XV con el descubrimiento de América y las sucesivas olas
de modernidad, introduce un conjunto de cambios que pasaremos a
resaltar, a partir de los aportes de Tokman (pp. 13-22), Pacheco
(pp. 61-88) y Scott (pp. 91-106).
a.
Cambios profundos en el orden internacional, con decisiva
importancia de los mercados
como asignadores de los
recursos y mayor homogeneidad ideológica (a partir de la
caída de los socialismos reales), que se expresan en una
gran apertura comercial y financiera, y en una veloz
transmisión de la información y del conocimiento.
b.
El eje del crecimiento económico y de la generación del
excedente se traslada al sector privado, con lo cual no
sólo se afianza una política económica con un enfoque
neo-liberal, sino una visión particular de la naturaleza
misma de la economía y la sociedad, y de la relación de
ésta con el individuo: la filosofía económica-social
liberal.
c.
Un nuevo orden de las fuerzas sociales en la esfera
económica de las naciones, liderado por los sectores
empresariales privados, que hoy se encuentran más
articulados y en continua interacción por la propia
fuerza dinámica del mercado, lo que hará posible su
consolidación en el largo plazo.
13
d.
Cambios en el contenido de las estrategias para el
progreso social. El empleo ya no es más un objetivo
independiente dentro del desarrollo, en su versión de
pleno empleo propiciado por un Estado Benefactor, sino
que está profundamente articulado y es interdependiente
del crecimiento económico, en una relación compleja.
Pero, el crecimiento sostenido no podría darse sin una
expansión del empleo, mejoras en la redistribución del
ingreso y reducción de la pobreza, con lo cual, el
objetivo social, aunque tiene un campo más restringido
que en el pasado, cobraría fuerza inédita.
e.
Cambios en el orden conceptual, dado que en adelante las
fronteras entre lo nacional y lo internacional se
diluyen, y es más difícil distinguir una de otra. Por
ejemplo, entre inversión nacional e inversión extranjera.
f.
El marco doctrinario de los cambios económicos es el
pensamiento neo-clásico, nacido en Europa a fines del
siglo XIX, y que hoy se impone en el mundo, pero con
estilos propios, reconocibles a nivel regional. Los
diferentes estilos se sustentan en las variadas formas de
asumir el desenvolvimiento de la economía de mercado, el
rol del Estado, las estrategias de crecimiento a largo
plazo, e incluso, las relaciones centro-periferia. En
esta diversidad, Pacheco (pp. 67-71) distingue, de
momento, la conformación de tres grandes estilos de
economía de mercado: a) el
estilo anglosajón y
norteamericano, b) el estilo europeo, y c) el estilo del
Asia Meridional y del Asia Oriental.
g.
Cambios en el carácter del conflicto internacional, de
político a económico. Con la caída del bloque soviético,
el sistema económico-social hegemónico, el capitalismo,
ya no tiene más adversarios políticos. En adelante la
lucha es intra-sistema, es decir, entre los principales
bloques del sistema, y entre los centros dominantes de
cada
bloque.
De
tal
manera
que,
una
relativa
homogeneización de las abismales diferencias entre el
centro y la periferia de cada bloque podría ser un
objetivo funcional a la expansión de cada bloque
(Pacheco: 74). La lucha por la pobreza y el reciente
interés por el gasto social en América Latina serían
parte de esta estrategia, cobijados desde su propio
centro dominante.
A partir de esta construcción, en algunos casos a nivel
hipotético, puede conceptualizarse el punto de partida para
14
elaborar los diagnósticos de lo que acontece en el Perú y América
Latina, y orientar la acciones de los diversos agentes partícipes
en el campo de la política económica y la política laboral.
II
¿Cómo se manifiesta este proceso de globalización en
América Latina?
La Región vivió un largo período de crisis económica desde la
década de los años setenta -cuyas causas pueden ubicarse en la
crisis del modelo del Estado benefactor-, seguido de un continuo
ensayo
de
fórmulas
y
experimentos
para
combatirla
(o
administrarla). Luego, sobreviene un proceso de ajuste de todo el
sistema -que aún no acaba-, con un conjunto de reformas y
privatizaciones, destinadas a moldear la economía y la sociedad e
integrarlas en una nueva etapa del capitalismo, en marcha hacia un
modelo liberal más puro.
No todos los países latinoamericanos entraron a la vez en este
proceso; Chile fue uno de los primeros en arrancar a partir de los
años setenta, y Perú ha sido uno de los últimos en incorporarse, a
comienzos de los noventa. Existe, por lo tanto, un saber aprendido
en este corto período, que es necesario procesar para su uso
eventualmente potencial entre los países, salvando las diferencias
entre uno y otro.
La entrada a esta nueva etapa se produce cuando muchos de los
viejos problemas estructurales del período de industrialización por
sustitución de importaciones no se han resuelto, tales como, el
desempleo disfrazado, o el subempleo crónico. Sobre este contexto
se
instala
y
superpone
la
nueva
etapa,
provocando
el
recrudecimiento de los mismos y la generación de otros.
Hoy se vive formas de trabajo de "todos los tiempos", ultra
modernas como el ejecutivo internacional de las corporaciones; de
modernidades anteriores como el profesor de colegio de barrio, el
obrero de las fábricas clandestinas; tradicionales,
como el
vendedor ambulante (viejo pregonero o trajinante colonial), o la
empleada doméstica (supervivencia del servicio personal). Todos en
15
común presionados por la economía de mercado.
Entre los principales cambios que han ocurrido en América
Latina
como
producto
de
este
proceso
de
globalización,
privatización y menor regulación, pueden señalarse los siguientes:
a)
Un rápido proceso de integración de América Latina a la
economía
internacional,
por
diversos
mecanismos
multilaterales, bilaterales (TLC, MERCOSUR, G-3, etc).
b)
Una cadena inevitable de procesos de ajustes y reformas,
con cambios importantes en el rol del Estado y hegemonía
del sector privado, que profundizan la diferenciación
inter e intra países y modifican la vida de la población
latinoamericana.
c)
Un nuevo contenido en las relaciones centro-periferia,
como ya se sostuvo líneas arriba, en el marco de una
lucha entre bloques y ya no entre sistemas. Una de cuyas
recientes expresiones es la atención que los países del
norte y los principales organismos financieros mundiales
prestan a la pobreza y al gasto social en América Latina,
junto a un conjunto de exigencias en los términos
económicos de intercambio, el pago de la deuda y la
instalación y consolidación del sistema democrático.
d)
Difusión de políticas liberales, que reemplazan a las
políticas populistas, en el contexto de sociedades
pobres, muchas de ellas con problemas de integración
social y
débil base institucional, que perfilan las
características del liberalismo del subdesarrollo.
Veloz difusión de las innovaciones tecnológicas, con
trascendencia insospechada para todo el aparato social,
y que profundiza la brecha tecnológica entre los países
ricos y pobres.
e)
En suma, América Latina responde rápidamente a los cambios en
la economía internacional, adoptando un conjunto de procesos de
ajustes y reformas, sin disminuir su dependencia y con marcados
desniveles de desarrollo intra-regional (entre los propios países
latinoamericanos) e inter-regional (entre ésta -el sur- y su centro
hegemónico -el norte-).
Los horizontes de desarrollo latinoamericano pasan por una
atenta lectura de las nuevas condiciones internacionales, para
poder construir un planteamiento adecuado de las políticas
16
gubernamentales nacionales. Para Pacheco (pp. 77-84), el marco
conceptual idóneo conducente a un crecimiento sostenido y mayor
presencia en el sistema internacional, debe inspirarse en la
corriente doctrinaria clásica (economía política) y no en la
neoclásica (que separa lo económico de lo social). La primera
resultó adecuada para un sistema social con falta de integración
social, carencia de instituciones para afianzar la nueva forma de
capitalismo y con enormes perspectivas encarnadas por la acelerada
innovación tecnológica, tal como existe hoy en nuestros países. En
tanto que la segunda, se creó en el contexto de una sociedad más
homogénea, sin problemas de integración y con un sistema
institucional importante.
III
¿Cuáles son los efectos de estos cambios en el empleo?
La transición por un proceso de ajuste y de estabilización y
luego, por un ajuste de cambio estructural, se hace con altos
costos sociales en América Latina. Aquí hay un consenso en todos
los autores. Una estimación de dicho costo es el crecimiento del
número de pobres, que según la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL), se incrementó de 135.9 a 170.2 millones entre 1980
y 1986. Lo que en cifras relativas representa el aumento de la
pobreza del 41 al 43% de la población.
Los efectos de los ajustes sobre el mercado de trabajo
latinoamericano han traído consigo: crecimiento del desempleo
abierto, caída generalizada de los salarios reales, expansión del
empleo informal, precarización (o incremento de formas de
contratación no protegidas). En suma, el mercado laboral se ha
flexibilizado, y en algunos casos este proceso se echó a andar
previo a las reformas.
¿Qué es la flexibilización? Scott (pp. 93-95) se hace esta
pregunta y afirma que "es el eje principal de los cambios
económicos recientes, tanto por influencia de la teoría neo-clásica
como por las presiones reales sobre la competitividad de las
empresas que buscan incorporarse al comercio global". Y agrega, que
hay por lo menos cinco aspectos o modalidades de ella: a)
flexibilidad salarial (combinación de altos y bajos salarios, con
tendencia a la caída del valor de los costos salariales y no
17
salariales); b) flexibilidad numérica (en cuanto a la cantidad de
trabajadores empleados, número de turnos, etc); c) flexibilidad
funcional (tanto en las líneas productivas, como en la polivalencia
de los trabajadores); d) flexibilidad tecnológica (reemplazo de la
producción en serie con tecnología masiva, incluso a pedido del
cliente) ; e) flexibilidad organizacional (cambio en la estructura
jerárquica y vertical de las empresas, e integración horizontal
entre las empresas por medio de la subcontratación, etc).
No todos los países latinoamericanos han vivido con igual
intensidad el conjunto de ajustes y reformas, García (pp. 23-30)
llega a la conclusión, a través del estudio de las experiencias de
Chile, Costa Rica y México, que las diferencias más notables de
país a país, se deben a:
a)
Diferencias en el contexto interno y externo que marcan
la situación inicial y el período en que transcurren
dichos procesos de ajustes. Así, un elemento importante
es el grado de acceso a recursos externos durante el
ajuste estructural, cuyo volumen y disponibilidad pueden
impactar contractiva o expansivamente en el crecimiento
de la economía y, por ende, en el empleo e ingresos.
Chile contó en su primera etapa del ajuste (1975-1984)
con transferencias de recursos netos del exterior, que
posibilitaron
márgenes
de
expansión
del
modelo.
Igualmente, Costa Rica durante el período 1981-1990. En
cambio, México entre 1983 y 1988, no tuvo acceso a dichos
recursos, y por ello, las políticas de ajuste fueron más
restrictivas en el mercado de trabajo.
b)
Diferencias en cuanto a las estrategias de ajuste
estructural: 1) en las políticas de ajuste fiscal y
externo; 2) con las políticas de estabilización; 3) en
las políticas de reformas económicas e implementación; y,
4)
con
la
secuencia
de
políticas
de
ajuste,
estabilización y reformas.
El caso más ortodoxo correspondió a Chile, que introdujo
simultáneamente estos cuatro grupos de políticas,
causando un gran cierre de empresas y caída del empleo
formal, desde el inicio del proceso. Los otros dos
países, por el contrario, introdujeron reformas después
que la economía estuvo ajustada y estabilizada, evitando
múltiples shocks internos, y un ambiente de inestabilidad
e incertidumbre.
18
c)
Diferencias de ajuste
reformas laborales.
del
mercado
de
trabajo:
las
En Chile, la reforma laboral con restitución y adecuación
de la estabilidad laboral, institucionalización del
diálogo, negociación colectiva y actividad sindical,
recién se dio con el gobierno democrático en 1990. Antes
(entre los años setenta y ochenta), el mercado laboral
fue tratado como un "mercado de papas" (cuya lógica
depende del ajuste de las cantidades por los precios),
hasta lograr su flexibilización.
En México y Costa Rica no hay reformas laborales, el
proceso de adaptación del sector formal de la economía
fue inducido esencialmente, por la caída del salario en
relación a la productividad.
Por lo tanto, el desafío para todas las economías con
procesos de reformas laborales, es generar un descenso en
la relación salario-productividad por la vía de aumentar
rápidamente la productividad.
d)
Diferencias en el efecto a mediano plazo sobre la
creación de empleos en el sector formal de la economía.
Chile es el único de los tres países analizados por
García que logra tener éxito en incrementar a mediano
plazo el empleo formal, recién en el período 1985-1992,
luego de una grave contracción arrastrada desde los
setenta. El empleo formal privado creció por las altas
tasas de crecimiento económico, y por los salarios bajos
con relación a la productividad.
Además, es el único país que completa un proceso de
orientación de recursos hacia el sector 'transable' de la
economía (caracterizado por tener acumulación de
inversiones en el sector exportador y en el sector
productor competitivo con las importaciones); y el que
consigue alcanzar equilibrios macroeconómicos básicos,
que le permiten inducir el crecimiento de la inversión
privada sin acelerar la inflación.
Costa Rica, por su parte, es la única experiencia
equitativa del ajuste, manejando instrumentos de política
que impidieron que recayera gravemente el peso del ajuste
sobre los pobres.
La experiencia chilena deja preguntas abiertas para el
19
resto de países latinoamericanos: ¿es inevitable el alto
costo social (amortiguado con políticas sociales) para
lograr resultados exitosos en materia de crecimiento
económico (sin alterar, hasta el momento, sustantivamente
la redistribución)? ¿O, es mejor el camino de Costa Rica,
que teniendo acceso a recursos externos -igual que Chile, cuida permanentemente sus objetivos sociales, pero
todavía no logra un crecimiento sostenido?
En resumen, y tomando la idea de Tokman, los efectos más
graves del ajuste del mercado laboral ocurridos en los años
ochenta, son: a) el abandono de la meta del pleno empleo; y b) la
pérdida de solidaridad sistémica, que atenta contra la integración
de los más pobres.
IV
¿Cómo afectan la globalización y la flexibilización el
mercado de trabajo en general y su diferenciación por
género?
La introducción de la perspectiva del género en la discusión
sobre el empleo, permite incorporar la problemática socio-política
de las relaciones entre los hombres y las mujeres y, tratar a los
sujetos sociales como actores de múltiples relaciones sociales, más
allá de la estrictamente económica. En esta línea de investigación
se sitúan los trabajos de Scott (pp. 91-106), pionera en este
campo, y los de los jóvenes investigadores Gárate y Ferrer (pp.
107-148) y, Sandoval y Valladolid (pp. 169-187).
Según Scott, uno de los cambios esperados por Standing,
producto de los procesos de globalización y flexibilización del
mercado de trabajo, sería la feminización global del empleo. Dicho
raciocinio se sustenta en los siguientes considerandos principales:
a)
El deterioro de los ingresos familiares como consecuencia
del impacto de las sucesivas crisis económicas y los
ajustes, presiona a las mujeres a trabajar, aumentando
las tasas de actividad laboral.
20
b)
La mano de obra femenina es flexible y barata ad hoc para
las
empresas
con
problemas
económicos
y
de
competitividad, por lo tanto, las mujeres sustituirán a
los hombres en sus puestos de trabajo.
c)
El crecimiento del trabajo a domicilio y la maquila,
basados fundamentalmente en el trabajo de las mujeres.
Pero, la segregación por género pone límites a la sustitución
de hombres por mujeres (Scott:93). ¿Por qué? Porque de producirse
la feminización como consecuencia de la flexibilización, estaría
facilitando la desagregación y los procesos de sustitución. Y, la
teoría de la segregación plantea que hay obstáculos a la
desagregación que no necesariamente serían resueltos por la
flexibilización. Estos tienen que ver con la división jerárquica
del trabajo y la estructura de poder en la empresa, la cultura del
trabajo y la identidad ocupacional que llegan a "contaminar" los
procesos de mercado (la demanda y la oferta de fuerza de trabajo)
por relaciones de género.
"La
segregación por género [en el trabajo] es fundamentalmente una segregación de tareas y ocupaciones,
definida a nivel de la empresa. (..). La segregación por tarea es resistente al cambio porque se incorpora
a la tarea misma, algo de la identidad social y sexual de la persona que trabaja allí. Una vez que la
ocupación llega a ser 'femenizada' es difícil que un hombre postule a trabajar en ella, aunque esté
desocupado. Asimismo, es muy difícil que sea aceptada una mujer en un trabajo 'masculino', por más
calificada y comprometida que sea"
(Scott:97-98).
Por ello habría que preguntar cuánto de los cambios en el
comportamiento del empleo por sexo, son producto de cambios
estructurales en el patrón de segregación, y cuánto se debe a los
procesos de flexibilización en sí, distorsiones en el mercado de
trabajo y características propias de la estructura industrial.
Scott ha demostrado a lo largo de sus investigaciones que este tipo
de análisis debe plantearse a nivel micro.
V
¿Qué otros planteamientos conceptuales se han construido
para poder entender los recientes cambios?
21
La exclusión social.
El desempleo y la desinserción social son el meollo de la
problemática que ha conducido a la construcción del concepto
exclusión social, que expone Sulmont (pp. 33-63)
para el caso
peruano.
El concepto de exclusión social remite al modelo de
integración socioeconómica y a las formas cómo ésta se gesta en la
sociedad, particularmente, en la esfera económica, el ordenamiento
político-institucional y las orientaciones valorativas dominantes.
Se refiere "a la acción y al efecto de impedir la participación de
ciertas categorías de personas en aspectos considerados como
valiosos de la vida colectiva. Indica una negación o ruptura de
lazos de reciprocidad entre determinados individuos y una
colectividad. Expresa un proceso de extrañamiento que da lugar a la
conformación de grupos sociales segmentados". (IBID: 35)
De acuerdo a los diferentes campos y modalidades específicas
de la acción social se distingue tres formas de exclusión social:
a)
La exclusión económica respecto a los sistemas
productivos y mercados dominantes, entre ellos, el
mercado de trabajo, crédito y seguros (seguridad social,
seguros de vida).
b)
La exclusión ciudadana o carencia de los derechos
formales y reales (civiles, políticos, sociales y
económicos) para ejercer la libertad y participar en las
decisiones y desenvolverse en la vida social.
c)
La discriminación cultural y diversas formas de
segregación, entre otras, la racial; comprendiendo por
discriminación "cuando algunas personas son percibidas
por otras como inferiores y, de acuerdo a esta
percepción, reciben un trato diferenciado y humillante en
las relaciones sociales"; y por segregación, "un modo de
discriminación que mantiene una distancia con una
categoría de sujetos y les reserva espacios sociales
propios, restringiendo sus posibilidades de movilizarse
fuera de ellos". (IBID:39)
Estas tres formas de exclusión social, interactúan entre sí,
retro-alimentándose mutuamente en un "proceso perverso de suma de
desventajas";
cuyo
grado
de
persistencia
depende
de
particularidades históricas y condicionantes estructurales que
inciden sobre las diversas modalidades de exclusión.
22
El problema del empleo es en la actualidad uno de los factores
decisivos de la exclusión social y, podría considerarse como una de
las causas principales de exclusión del acceso a los frutos más
valorados por la colectividad, generados por el proceso de cambio
histórico. "El desempleo significa no sólo una exclusión económica,
sino también una pérdida de capacidad sindical, gremial y política,
así como una desvalorización del status social y un grave perjuicio
a la autoestima personal". (IBID:40)
VI
¿Cuáles son los cambios que experimenta Perú?
Los estudios presentados permiten refrendar para el caso
peruano, la manifestación de las características generales y
comunes para los países latinoamericanos enunciadas precedemente y,
resaltar algunos rasgos particulares. Asimismo, muestran las nuevas
exploraciones en la reflexión teórica sobre el empleo con la noción
de exclusión social, desarrollada por Sulmont (pp. 33-63). Y, dejan
ver los avances en el enfoque de la oferta familiar de empleo,
presentado por Garavito (pp. 149-168). Es oportuno resaltar que,
para el caso peruano no existe un análisis equivalente al que
García efectuó, para los procesos de ajuste y reforma de Chile,
México y Costa Rica, no obstante que Perú iniciara estos procesos
hace cinco años.
Cualquier apreciación sobre los cambios que experimenta el
país recientemente, debe tomar en cuenta cómo los factores
estructurales (de larga duración) se hacen presente en el período
actual, en el marco de una nueva etapa del sistema capitalista. En
el enfoque de Sulmont se destaca un conjunto de procesos, previos
al de la globalización, que han afectado las bases productivas y la
integración social de la población peruana, perfilando una
estructura social a la vez muy desigual y heterogénea, en la que
amplios sectores de la población viven en una situación de pobreza
y acumulan desventajas. Estos procesos son producto: 1) de la
dominación colonial y oligárquica; 2) del modelo de desarrollo
urbano-industrial, y 3) de las crisis y ajustes.
Para Sulmont la actuación conjunta de estos procesos
representan las raíces históricas de la exclusión social en el
23
Perú, donde dos tercios de peruanos son pobres y la mitad de estos
se encuentran en extrema pobreza. Esta exclusión social se
manifiesta en la existencia de mercados primarios restrictivos, la
ambivalencia cultural y la precariedad de los derechos. Uno de esos
mercados primarios restrictivos y desiguales es el de empleo, que
junto al de crédito y al de seguros, pautan las diversas
modalidades de incorporación a los procesos productivos e impiden
adecuados niveles de vida.
1. Principales tendencias del empleo
Perú inicia -como ya se sostuvo- los procesos de ajuste y
reformas recién en los años noventa, bajo el gobierno del ingeniero
Fujimori, en el contexto de una violencia política subversiva con
Sendero Luminoso y crisis económica recesiva e inflacionaria,
heredada de los gobiernos populistas próximo pasados.
Entre las principales tendencias del mercado laboral de Lima
Metropolitana, observadas a partir de los años ochenta en adelante,
pueden señalarse, según el estudio de Gárate y Ferrer (pp. 107-154)
elaborado en base a resultados de encuestas de hogares por
muestreo, las siguientes características:
a)
Proceso de reducción del empleo asalariado (que de 62%
pasó a ocupar al 53% de la fuerza laboral, entre 1984 y
1992), aunque con algunos signos de recuperación en 1993
(en que se elevó al 56%).
b)
Incremento de la informalidad, considerada como la
variable clave del ajuste del mercado laboral (el empleo
informal en Lima pasó de 37.9% a ocupar al 48.8% de los
trabajadores entre 1984 y 1993).
c)
Aumento del empleo eventual, o empleo precario,
caracterizado por ausencia de beneficios sociales,
protección ante despidos injustos, limitada agremiación
sindical, y bajos niveles de remuneración. Las
estimaciones a través del tipo de contrato laboral,
indican que este tipo de empleo pasó de 36.4% a ocupar al
49% de los trabajadores asalariados entre 1986 y 1993.
d)
"Terciarización" de la fuerza laboral. Entre 1984 y 1993,
el volumen relativo de la PEA ocupada en el sector
industrial se reduce de 27.4 a 23.7%, en tanto que, la
PEA ocupada en los sectores comercio y servicios aumenta
de 62.6 a 70.4%.
24
e)
Incremento de empleos de baja calidad -definidos como
aquellas ocupaciones que se desempeñan con niveles de
calificación elementales, tales como, los servicios
personales y de protección, la venta ambulatoria, etc-.
Entre 1984-1987, apróximadamente 1 de 4 personas
trabajaban en estas ocupaciones, para el período 19901993, dicha relación aumenta a 1 de 3.
f)
Agudización del subempleo y, por tanto, reducción del
volumen de la PEA ocupada en empleos adecuados (que pasó
de 67 a 13% entre 1980 y 1993).
g)
Caída de los ingresos reales promedios, particularmente
entre 1987 y 1990, producto de los efectos de la crisis
recesivo-inflacionaria.
h)
Aumento del desempleo abierto (que creció al ritmo de una
tasa anual de 7.2% entre 1984-1993, en tanto que la PEA
lo hizo en 6%). La agudización del desempleo fue gradual
entre los períodos 1984-1989 y, particularmente grave,
entre 1990-1993. En estos últimos años, se observa un
notable crecimiento del producto (6.5% y 12.7% entre 1993
y 1994), con altas tasas de desempleo (alrededor del 9%).
i)
Y, junto a estos fenómenos, la incorporación sustantiva
de mujeres al mercado laboral, en su mayoría insertas en
los sectores terciarios de la economía, laborando en
condiciones
inadecuadas
(conformando
segmentos
importantes del volumen de empleo precario y de baja
calidad), y en un número reducido de especialidades en
cada grupo ocupacional, estrechamente vinculadas a las
actividades reproductivas.
2. Características del empleo femenino
Uno de los fenómenos sorprendentes que se produjo
en la
década de los ochenta fue la creciente participación de las mujeres
en la fuerza laboral -sin negar por ello, que las mujeres
(particularmente pobres) han trabajado siempre a lo largo de la
historia-.
Entre los factores explicativos que se mencionan a dicha
participación, destacan dos elementos: la fuerte caída de los
ingresos familiares que elevaron -en algunos momentos- las tasas de
participación de las mujeres casadas hasta casi el mismo nivel de
las solteras (entre 46 y 47%, entre 1989 y 1990); y, el incremento
de los niveles educativos (la PEA femenina con educación superior
25
pasó de 18 a 28% entre 1984 y 1993).
El aumento de los niveles educativos es, tal vez, uno de los
cambios más importantes de la fuerza laboral (especialmente,
urbana) de las recientes décadas y una de las reivindicaciones
femeninas más apreciadas. Su potencial es amplio -de mediar una
educación masiva cualitativamente diferente y más ajustada a las
necesidades del mercado laboral- para el impulso del desarrollo y,
la modificación de las relaciones de género que perturban una
adecuada inserción de las mujeres en la estructura ocupacional.
Asimismo, otro de los componentes que condiciona el
funcionamiento del mercado laboral en general, y la inserción
económica de las mujeres, se relaciona con el peso de la estructura
demográfica y el comportamiento de la natalidad, mortalidad y
migración. Ellos inciden en el volumen y crecimiento de las
disponibilidades de mano de obra y la oferta laboral y, sus efectos
permanecen generacionalmente. Y, aunque la tasa global de
fecundidad descendió de 4.87 a 3.53 hijos por mujer entre los
Censos de 1981 y 1993 (p. 112), es urgente su planificación, porque
ella redundará en una menor presión demográfica sobre los limitados
recursos económicos, el estrecho mercado de trabajo y aliviará a
las familias más pobres (que son las que tienen más hijos).
El estudio del proceso de flexibilización del período 19901994 y su diferenciación por género, particularmente de tres
subramas industriales: Laboratorios, Confecciones y Alimentos
(Sandoval-Valladolid: 169-187), con predominancia de mano de obra
femenina, revelan aspectos importantes de los recientes cambios a
nivel micro-económico. En general, las empresas de estas tres
industrias muy pronto se vieron presionadas por la competencia de
las empresas extranjeras que las obligó a adoptar una serie de
estrategias, con incidencia en el volumen de empleo y el tipo de
mano de obra a contratar.
Algunas de las estrategias más frecuentes para enfrentar la
nueva situación han sido (y son): la reducción de unidades de
producción y el traslado de secciones de producción a talleres
(familiares, trabajo a domicilio, microempresas) en la industria de
confecciones; el fusionamiento con empresas extranjeras en la
industria alimentaria; la conversión de empresas productoras a
empresas importadoras y/o comercializadoras en la industria de
laboratorios. En el campo del empleo, las medidas frecuentemente
asumidas han sido: el uso de vacaciones forzadas por secciones; la
reducción del personal; la subcontratación (a empresas, en el caso
de los laboratorios o, a talleres, en el caso de confecciones).
Todas ellas inciden en la precarización del trabajo, con fuertes
riesgos para la salud de los trabajadores y la salud materna.
26
En suma, se advierte
siguientes componentes:
un
proceso
de
sustitución
en
los
-
Reemplazo de mano de obra femenina por masculina.
-
Sustitución de fuerza de trabajo estable por eventual.
-
Preferencia por trabajadores jóvenes.
-
Tendencia a contratar nuevos trabajadores formalmente
calificados (de universidades, especialmente extranjeras,
e institutos técnicos superiores), en reemplazo del
personal calificado por experiencia en el desempeño de la
propia ocupación.
3. Enfoque de la Oferta familiar de empleo
El enfoque de la familia ha recobrado una perspectiva
interesante en la investigación económica, al permitir trascender
el nivel de análisis de los individuos, y tomar en cuenta los
factores que transcurren y se deciden en el seno de ella. El
artículo de Garavito parte de este enfoque para analizar los
factores que determinan la participación laboral de hombres y
mujeres y su posible cambio entre 1989 y 1992 (antes y después de
las reformas laborales).
27
La familia, enfocada como una unidad económica, dice
Garavito, tiene como objetivo la satisfacción de las necesidades
de sus miembros, y para ello "produce" bienes domésticos y bienes
de mercado. Para obtener estos últimos, parte del tiempo familiar
disponible debe ser empleado en el trabajo fuera del hogar. ¿Cómo
se decide quién sale a trabajar? Un conjunto de factores
complejos intervienen, desde los factores macroeconómicos que
afectan la posibilidad de encontrar trabajo y por lo tanto, la
decisión de buscarlo, hasta la disponibilidad de recursos de
tiempo e ingresos de la familia, el ciclo de vida familiar, los
diferentes roles asignados a hombres y mujeres, así como, la
diferencia en las características individuales (educación, edad,
etc).
Así, el tipo de hogar predominante en Lima es aquel, formado
por un jefe varón y su cónyuge presente (78% del total de hogares
estudiados), donde los jefes de hogar tienen una mayor
probabilidad de participación que los cónyuges. En el caso de los
hogares con jefe mujer y cónyuge ausente (16% del total y en
constante ascenso), las tasas de actividad se elevan y las
restricciones a la participación laboral (tales como, mayor edad
y menor educación) no cuentan, porque ellas, generalmente pobres
y de edad adulta, están obligadas a trabajar, si no tienen hijos
adultos.
Asimismo, la presencia de hijos menores de 6 años de edad
parece determinar, en general, una mayor participación de los
jefes de hogar y una menor participación de los cónyuges. Y, en
cuanto al desempleo familiar, se aprecia que las mayores tasas
van asociadas con una menor participación del jefe de hogar y,
con aumento en la probabilidad de participación de la cónyuge en
la fuerza laboral.
En resumen, el proceso de globalización y reestructuración
implica una nueva ruptura en el devenir histórico de la sociedad
peruana y latinoamericana, con profunda trascendencia para todo
el orden social, y para el empleo en particular, provocando una
serie de cambios y modificaciones (que en esta obra se han
tratado de precisar) y que son urgentes de atender. Queda una
serie de aspectos poco tocados, o sin ser vistos, entre otros,
los cambios en el empleo agrícola, el empleo regional, etc.
28
AJUSTE Y EMPLEO EN AMERICA LATINA
VICTOR TOKMAN
**********
América Latina y el mundo están experimentando cambios que
van más allá de lo económico. Una apreciación de los mismos desde
el punto de vista del trabajo, tal como la que aquí se propone,
asumirá entonces una perspectiva más amplia, con énfasis en el
largo plazo.
Tres
son
los
aspectos
que
fundamentalmente
Primero, enfocaré cuáles son esos cambios.
más
que
ajuste
económico,
estamos
levantaré.
Mi propuesta es que
frente
a
un
cambio
más
profundo, tanto en el escenario internacional como a nivel de los
países de América Latina.
Segundo, analizaré cómo esos cambios
afectan al mundo del trabajo.
Y, tercero, abriré una discusión
acerca de hacia dónde vamos, ya que todos estamos, de una u otra
manera, perplejos ante los cambios que vienen ocurriendo.
I
El
primer tema es responder
cambiando.
qué es lo que ha estado
Y lo primero que ha cambiado es, evidentemente, la
economía internacional.
globalización,
con
Ella está viviendo un crítico proceso de
más
importancia
de
los
mercados
como
29
asignadores de recursos, y con mayor homogeneidad ideológica.
La
globalización se ha manifestado, no solo en aperturas comercial y
financiera, sino también -como consecuencia del gran cambio
tecnológico- en el campo de la información y en la transmisión
del conocimiento, que se efectúa hoy en día, a una velocidad sin
paralelo en la historia.
En gran parte del mundo se está reduciendo la participación
del Estado, lo que implica una redefinición de la función del
mismo.
Esto por cierto no es nuevo, viene de atrás.
Pero lo
nuevo es que hoy en día aparece en un modelo mucho más puro.
Y esto tiene particular importancia para aquellos que están
preocupados por los problemas sociales, porque encuentran un
terreno económico mucho más restringido para hacer políticas
sociales que en el pasado.
Desde el punto de vista ideológico, no hay duda que vivimos
en un mundo más homogéneo, basta leer los diarios acerca de las
reuniones en Washington entre Clinton y Yeltsin, para darse
cuenta de que la caída de los socialismos reales disminuyó la
tensión ideológica y el ambiente de inestabilidad en nuestros
países.
De hecho, hoy la inestabilidad es mucho más el reflejo
de los efectos del cambio, que el resultado del conflicto
ideológico.
30
Los cambios que vienen ocurriendo son a nivel mundial, y en
América Latina se dan, como está sucediendo en todas partes, pero
con
algunas especificidades que debemos señalar.
Primero,
América Latina partió de una situación de sobreendeudamiento
externo, que provocó una crisis adicional al cambio que procedía
de las condiciones mundiales.
Y, segundo, la región ha estado
viviendo con características bastante diferentes a muchas partes
del mundo.
Ella permaneció en alguna medida con una capacidad
autónoma que otras regiones no lo habían tenido por su grado de
protección frente a la competencia externa.
Es evidente que en
este proceso hay un problema de ajuste y, en ese sentido, está
bien denominado que el problema se haya planteado en cómo
ajustarse a esta nueva situación.
Cuando uno mira al conjunto de
países latinoamericanos, observamos que todos han entrado en
alguna medida en este proceso de ajuste, con distinta intensidad,
con distintas mezclas de políticas y, por cierto, con distintos
resultados.
¿Cómo
se
da
en
nuestra
región
el
triple
globalización, privatización y menor regulación?
proceso
de
América Latina
se integra muy rápidamente a la economía internacional.
Todos
están conscientes de los resultados de la ronda del GATT y de los
mecanismos de integración multilateral.
Pero, de lo que se está
menos consciente es que ha habido una gran integración por
reducción unilateral de aranceles en todos los países.
Lo que
31
paso a ilustrar con la presentación de un sólo dato.
En el año
1985, los aranceles promedios en América Latina fluctuaban, el
mínimo en 35% y el máximo en 100%; y había varias categorías
arancelarias.
Es decir, teníamos un arancel relativamente alto,
con gran amplitud y, además, con gran diferenciación entre sí.
En 1992, o sea siete años después, el arancel promedio en América
Latina fluctuó entre 14 y 22%, y se concentró, en la mayoría de
los países, sólo en tres categorías.
Por lo tanto, hoy en día la
economía latinoamericana está mucho más abierta que lo que estaba
hace cinco o seis años atrás; y la reducción arancelaria se
produjo
en
un
tiempo
de
récord
mundial,
y
esto
tiene
evidentemente serias implicancias en el ajuste.
Asimismo, ha ocurrido una integración por la vía de los
acuerdos bilaterales.
En los últimos cuatro años se ha celebrado
nueve acuerdos de libre comercio entre los países, y se ha
reactivado los movimientos de integración.
NAFTA
no
existía,
tampoco
MERCOSUR.
Hasta hace muy poco,
Y
también
se
están
revitalizando algunos viejos esquemas, tales como el del Grupo
Andino y CARICOM.
En cuanto a los cambios en torno al Estado, se debe señalar
tres aspectos importantes.
Uno, es la fuerte caída del empleo
público en casi todos los países.
paralelo
en
otras
partes
del
Dos, el ritmo inusitado, y sin
mundo,
de
la
privatización.
32
Y, tres, un tema que se discute poco en América Latina, la escasa
iniciativa que tendrá en el futuro la inversión pública en el
conjunto
de
las
inversiones;
con
la
sola
excepción
de
la
inversión en infraestructura básica, fundamentalmente en caminos,
pero ni siquiera en el campo.
Al parecer, existe ya en la región
un denominador común de aceptación del rol protagónico de la
inversión privada y, en lo posible, privada extranjera;
y una
reducida participación o débil proyección del rol del Estado como
inversor.
Por último, hay claramente en nuestra región un sistema
regulatorio mucho menos exigente del que teníamos en el pasado,
que se expresa en el comercio con la rebaja de aranceles, en las
finanzas y también en lo laboral.
desregulación
desde
el
punto
Se ha observado no sólo una
de
vista
legal,
flexibilización de hecho, por ajuste en los mercados.
sino
una
De manera
tal que, y retornando al planteamiento inicial, sostengo que más
que ajuste, lo que tenemos es un cambio global muy profundo,
experimentado en diferentes grados por todos los países de
América Latina.
II
33
El segundo punto que voy a tratar muy rápidamente, es ¿cómo
afecta este cambio al mundo del trabajo?
Sin lugar a dudas, se
venía experimentando un modelo que históricamente parte desde los
años '30
y que se sostuvo con bastante estabilidad y buenos
resultados hasta fines de los años '60.
América Latina creció
durante ese período rápidamente, incorporó grupos sociales y, en
algunos casos -no en muchos-, hasta mejoró la distribución del
ingreso.
Es decir, no sólo hubo una incorporación de migrantes
rurales en las ciudades, sino que cayeron los niveles de pobreza
y se registró disminución de las diferencias.
Era un modelo que
se basaba en el consenso explícito -o generalmente implícito en
la mayoría de los países-, sustentado económicamente en un modelo
de
modernización
importaciones
industrializadora
protegida,
en
la
con
sustitución
administración
del
de
mercado
a través de la decisiones de los actores y, particularmente, con
un Estado que intervenía directamente tanto en el sistema de
regulación como en la creación de empleos.
En lo que concierne a la regulación laboral, la forma de
intervención que más se manejó fue la determinación del salario.
En
casi
todos
los
países,
los
gobiernos
jugaron
un
rol
protagónico en la fijación de los salarios mínimos, los salarios
públicos
y
en
las
reglas
para
la
negociación
colectiva.
Interviniendo fundamentalmente para equilibrar las diferencias de
los
poderes
de
negociación
entre
las
partes
contratantes,
34
promocionar la protección laboral tendiente hacia la estabilidad
del
empleo,
asegurar
la
protección
laboral
a
través
del
desarrollo de los sistemas de seguridad social y de las políticas
de bienestar.
Es decir, que lo que teníamos en la región era un
Estado Bienestar a la europea, que nunca llegó a funcionar
plenamente porque todos sabíamos que tenía un alcance bastante
restringido, y cuya cobertura comprendía sólo a aquellos que
estaban integrados a la economía formal.
Este modelo funcionó por casi tres décadas, empezó a mostrar
síntomas de falencia, y sus límites fueron fundamentalmente dos:
Primero, la inflación tolerable.
Evidentemente, el ajuste se
producía por el traslado de los precios y, por lo tanto, había
límites de inflación que no se podían sobrepasar;
y segundo, el
déficit de balanza de pago que era financiable. Y lo que tuvimos
fue un proceso de crecimiento con inestabilidad recurrente, pero
con resultados bastante positivos.
Así llegamos, en la década del '70 -bastante turbulenta- a
la crisis.
Y la crisis se produjo:
propio proceso de sustitución;
en casi todos los países;
primero, por agotamiento del
segundo, por inflaciones crónicas
y tercero, por sobreendeudamiento
externo, que fue la manera en que los países lograron financiar
los déficit de la balanza de pago para seguir con el modelo de
crecimiento hacia adentro.
35
En los '80 se produce el cambio, al cual me referiré muy
sucintamente
para
exposiciones.
no
duplicar
la
temática
con
las
otras
Primero se introduce el ajuste de estabilización,
después, el ajuste de cambio estructural; esto es, la reforma
hacia la apertura con mayor presencia del mercado y menor
regulación.
La transición se hizo a costos sociales muy altos, los que
todavía se están pagando.
Nosotros hemos estimado que en este
período de ajuste la deuda social, que definimos como lo que paga
los
grupos
más
pobres,
aumentó
equivalente al 5% del producto.
habido en el ajuste.
en
América
Latina
en
un
Esta es la transferencia que ha
No hay duda que el costo del ajuste fue en
gran parte inevitable, en la medida que las economías estaban
balanceadas, pero quedan muchas dudas sobre si la forma de
distribución de este costo no podía haber sido más equitativa.
De
hecho,
el
perfil
situaciones muy diversas.
que
tenemos
por
países
muestra
Países como Chile, que siguen un
modelo absolutamente ortodoxo, con shock, donde la deuda social
aumenta
estrepitosamente
hasta
el
año
1983,
y
que
después
desciende muy rápidamente, pero la suma del costo durante el
período es quizás una de las más altas de la región.
de
Costa
Rica
y
Colombia,
hay
también
un
En el caso
aumento
y
una
36
declinación pero con una curva más suave, y con un costo social
más bajo.
En cambio, en los casos del Brasil y Perú, nuestras
estimaciones indican que no hubo ajuste sino hasta el '90, y que
lo que está ocurriendo en el fondo es que sin ajuste la deuda
social siguió aumentando; es decir que, el no ajuste no es la
alternativa del ajuste en términos del costo social.
Otro
aspecto
que
me
parece
importante
señalar
es
la
evolución del desempleo.
En la mayoría de los países, el
desempleo
consecuencia
aumentó
como
del
ajuste,
hasta
aproximadamente el año 1985; de ahí en adelante empezó a bajar
suavemente, de manera tal que entramos a los '90, con niveles muy
parecidos a los de los '80.
Pero, desde el inicio de los '90
hasta el año 1993, incluso el primer semestre de 1994 -que es
hasta donde tenemos la información-, el desempleo aumenta, a
pesar de que la economía latinoamericana está creciendo a más del
3% anual.
Se están dando situaciones, donde los países que más
crecen lo hacen con aumento de desempleo, y aquí hay un tema que
yo creo que es importante investigar.
Este problema -por lo
menos en algunos casos- puede estar vinculado con la relación
entre el deterioro de los ingresos y el comportamiento del
mercado de trabajo.
Ya que, hay un aumento en la tasa de
participación para compensar la caída de los ingresos familiares,
lo que impide disminuir el desempleo.
37
Durante este período, tenemos una caída generalizada de los
salarios reales, que varían desde el 30% en los salarios mínimos
promedios y en los salarios del gobierno, hasta el 10% de los
salarios industriales.
-
Las causas son varias:
Inflaciones aceleradas sobre todo durante el primer período
de la década de los '80.
-
Debilitamiento
resultado
del
poder
de
negociación
sindical
como
no sólo de regímenes autoritarios en varios
países, sino también por el aumento del desempleo y del
empleo informal.
-
Y, sin lugar a dudas, por efecto de las políticas de
ajuste, porque uno de sus objetivos centrales fue dejar
caer los salarios reales.
Yo creo que no hay nada de
sorpresa en este resultado.
Y el último resultado que quiero resaltar es que lo que
tenemos en casi todos los países de América Latina es una
expansión muy acelerada del empleo informal.
De acuerdo con los
cálculos promedios que disponemos para la región en su conjunto,
en 1993 -último dato accesible- el 55% de la fuerza de trabajo no
agrícola
está
microempresas.
en
el
sector
informal,
incluyendo
las
Y, junto con la expansión del sector informal,
hay una precarización mayor, en términos de recurrir a formas de
contratación de trabajo no protegido.
En este sentido, nuestra
interpretación es que se fue produciendo en el mercado de trabajo
38
una flexibilización de hecho, antes que se reformara ninguna ley.
Cuando se observan las reformas laborales en América Latina
-muchas de las cuales todavía están
en los Congresos siendo
discutidas por años-, se observa que lo que hoy está pasando en
la legislación, pasó antes en el mercado de trabajo, y a pesar de
que se alegue que la rigidez de la legislación laboral impidió
flexibilizar.
De hecho, lo que tenemos es que, después que se
produjo la flexibilización, vino una ronda de modificaciones
laborales legales, con sólo algunas excepciones de reformas, como
las de Chile y Panamá, para tratar de adecuar la situación
legislativa a la realidad.
La flexibilidad, cuando se produce de hecho, tiene costos
mayores; porque evidentemente el proceso se produce de manera
espontánea, no es guiado y aumenta la segmentación al permanecer
nichos de sobreprotección en algunos sectores, con crecientes
sectores de trabajadores que están absolutamente desprotegidos.
III
Finalmente, quiero plantear algunas reflexiones basadas en
el examen de la situación actual.
Por cierto, hay necesidad de
39
mirar operativamente cuáles son las políticas a seguir, pero ello
también plantea la necesidad de identificar, cuáles son las bases
del sistema en el cual estamos operando.
Mirando hacia atrás, este período de ajuste llevó a dos
hechos cruciales que cuestionan las premisas fundamentales en las
cuales se basaban las teorías y, por ende, las políticas:
la
primera es la negación del pleno empleo, y la segunda es la
pérdida de solidaridad del sistema.
Se abandonó el pleno empleo oficialmente, primero en el
norte y después en el sur.
Fue cuestionado porqué no era
posible, porqué era inconsistente con el modelo de desarrollo
tecnológico y, fundamentalmente, por la prioridad absoluta que
recibió
el
justificada.
esfuerzo
de
estabilización,
en
muchos
casos
Creo que nosotros también agregamos -y esto en un
sentido más de autocrítica- al abandono del pleno empleo, cuando
llamamos
la
atención
sobre
los
no
incorporados
del
sector
informal, y sobre que el problema central en nuestros países no
era el desempleo sino el subempleo.
Es claro que la intención
fue buena, fue advertir acerca de dónde estaba el problema.
Pero
ese mismo hecho llegó a ser traducido en términos de que no hay
que preocuparse del desempleo, porque ese es un lujo que sólo muy
pocos se pueden dar.
Hoy en día en retrospectiva, este abandono
de la meta del pleno empleo -o como quiera que se defina-, afecto
40
a las estrategias de crecimiento y desarrollo en nuestros países.
El tema de la solidaridad, también cuestionado, y por
solidaridad me refiero a la solidaridad sistémica, a aquella que
emerge del funcionamiento de la sociedad y de la economía.
En
primer
lugar,
porque
la
responsabilidad
por
la
acumulación está siendo traspasada crecientemente al sector
privado.
Con la creciente importancia de los mercados, los
agentes cambian y cuando la inversión depende, como depende hoy
día, mucho más del sector privado, introduce también ciertos
condicionamientos sobre las políticas económicas.
Las tasas de
ganancias tienen que ser atractivas y las intervenciones pasan a
ser
denominadas
impuesto
pasa
a
antiproductivas
ser
mirado
o
desde
antieconómicas,
la
óptica
de
cualquier
en
cuánto
interfiere con la rentabilidad de la inversión.
En segundo lugar, porque en momentos de crisis, los costos
de transferencia son muy altos cuando hay sistemas de protección.
Los seguros de desempleo, las transferencias, pasan a ser no
manejables, particularmente cuando durante el ajuste la prioridad
principal es la reducción del déficit fiscal.
Y, por último, hay una tendencia dirigida a aumentar la
eficiencia
del gasto social, que fundamentalmente tiende a
focalizar y también a privatizar.
Ello puede generar mayor
41
eficiencia, pero también sus resultados pueden ocasionar pérdida
de capacidad distributiva en el gasto.
En algunos sectores,
particularmente en la salud, la situación es dramática porque se
revierten las transferencias naturales que se deben producir en
una economía en desarrollo.
Termino con una reflexión final.
La pregunta que debe
hacerse hoy es, en qué medida este abandono del pleno empleo y la
solidaridad sistémica es inevitable y va a ser permanente.
En
esencia, las respuestas que podamos dar para construir nuevas
bases de desarrollo dependen también de lo que podamos decir
sobre estos temas.
La opción que parecen estar tomando los
países desarrollados es volver a la meta del pleno empleo, al
menos en lo formal.
Han aparecido recientemente varios informes
en los países desarrollados donde parece ser que lo que estaba
muerto
está
resucitando.
Aún
más,
hay
algunos
informes
recientes, bastante influyentes, que están señalando que en
realidad hubo exceso de rigidez en las políticas macroeconómicas,
y
que
habría
un
poco
más
de
espacio
para
promover
una
reactivación en los mercados internacionales que podían ser más
conducente al empleo sin producir inflación.
En
realidad,
objetivos.
tenemos
necesidad
de
rescatar
los
dos
No sólo tenemos que volver en alguna medida a
postular que el pleno empleo es un objetivo por sí mismo, y que
42
la solidaridad del sistema también debe constituir un objetivo.
Es
evidente que, si esto se transforma sólo en un juicio
normativo o voluntarista, no tiene sentido operativo; y lo que
también parece claro es que si tomamos conciencia de los cambios
que han ocurrido tampoco hace posible volver al pasado.
Es decir
que, este modelo no puede volver al anterior, cerrado y basado en
la redistribución interna.
Por lo tanto,
habrá que repensar en
¿cómo operar en un nuevo ambiente?
Para finalizar, sólo quisiera dejar planteados tres puntos
que ayudan en este repensamiento:
1º
Hay que analizar mucho más la relación entre la política
macroeconómica y la generación de empleo, particularmente
en
relación
inflación.
al
impacto
potencial
que
tiene
sobre
la
En muchos países -con razones justificadas en
algunos- se han excedido en la restricción macroeconómica
para combatir la inflación.
una
primera
inflación
etapa
que
se
hasta
pueda
Si bien ello se justifica en
alcanzar
mantener
ciertos
a
través
umbrales
del
de
tiempo.
América Latina, en promedio, está llegando a montos de
inflación
-excluyendo
Brasil-
bastante
aceptables
para
niveles internacionales, que ya ameritan que en algunos
países -y vuelvo a señalar, no en todos- valdría la pena
empezar a mirar cuánto vale un punto de inflación, en
43
términos de cuánto se podría conseguir en expansión del
empleo.
2º
El segundo tema
empleo.
es volver a repensar el concepto mismo del
Sin duda, en la vieja concepción del pleno empleo,
aquel era concebido como asalariado, estable y protegido;
de ahí saltamos a otra situación, donde la mayoría de los
empleos no son así.
Obviamente, no se puede volver tampoco
a un mundo donde además cambió la forma de organización de
la producción y del trabajo y donde van a generarse menos
empleos asalariados, remunerados y estables. Por lo tanto,
hay que revisar ¿qué quiere decir empleo?, ¿cuáles son las
formas válidas de empleo?, ¿cuál es la manera que se
entendería que la creación de empleo es legítima y no
espuria?
3º
Por último, la solidaridad sistémica pensada en términos de
la concepción del estado bienestar, donde todo el mundo
estaba
incluido
en
una
insuficiencia crecientes.
cobertura
universal,
mostró
Mucho más en América Latina,
donde ni siquiera se puede recorrer el camino de manera
acelerada.
Hoy en día, quizás correctamente, la búsqueda
está mucho más en cómo garantizar los ingresos mínimos y en
concentrarse en cómo mejorar la equidad y la igualdad de
oportunidades.
Es decir, en asegurar a todos la misma
oportunidad de acceder y de equilibrar los poderes de
44
negociación; ya que las mismas siguen siendo hoy tanto o
más desigual que en el pasado.
BIBLIOGRAFIA
CAMPERO G. y FLISFISCH A., TIRONI E.,
Y
TOKMAN V. (1993), Los Actores
Sociales en el Nuevo Orden Laboral. Santiago, Dolmen Editores.
INFANTE R.
Y
TOKMAN, V. (1994), 'Monitoring poverty and employment
trends: An Index for The Social Debt', en R. Van Der Hoeven y R.
Anker (Edt.), Poverty Monitoring. An International Concern.
Londres.
OIT (1994), 'Preservar los valores, promover el cambio. La
justicia social en una economía que se mundializa'. Memoria del
Director
General
de
la
OIT,
Conferencia
Internacional
del
Trabajo, Ginebra, junio.
OIT (1994), Hacia el Pleno Empleo. Ginebra, agosto.
45
OIT (1994), Las Dimensiones Sociales de la Liberalización del
Comercio Mundial. Ginebra, noviembre.
STANDING G.
Y
TOKMAN, V. (1991), Labour Market Issues in Structural
Adjustment. Ginebra.
TOKMAN, Víctor (1987), 'Progreso Técnico, empleo y desarticulación
social', Pensamiento Iberoamericano. Madrid, enero-junio.
------ (1990), 'The Informal sector in Latin America. Fifteen years
after', en
D. Turham. B. Salome y A. Schawarz (Edt.), The Informal
Sector Revisted. París, OECD.
------ (1991), 'Pobreza y homogenización social. Tareas para los
noventa', Pensamiento Iberoamericano. No. 19, Madrid.
------ (1991), 'Políticas de Empleo para la adaptación productiva
en América Latina', Estudios del Trabajo. Primer semestre, Buenos
Aires.
------ (1992), Beyond Regulation. The Informal Sector in Latin
America. New York, Lynne Rienner.
------ y Wurgaft, J. (1994), 'Tendencias hacia la Integración
46
Económica Subregional en las Américas: Problemas y Oportunidades
para la Seguridad Social',
la Asociación
Sexta Conferencia Regional Americana de
Internacional de Seguridad Social, Bahamas, 12-15 de
abril,.
AJUSTE, REFORMAS Y MERCADO LABORAL.
LAS EXPERIENCIAS DE COSTA RICA, CHILE Y MEXICO1
NORBERTO GARCIA
************
Chile,
Costa
Rica
y
México
son
probablemente
las
experiencias más exitosas en términos de ajustes, reformas y
estabilización
en
América
Latina,
y
por
lo
tanto,
interesa
analizarlas como referentes para ver cómo se dieron esos procesos,
1
Reflexiones elaboradas por el autor, en base al libro
del mismo nombre, publicado por OIT en 1994.
47
qué reformas se implementaron y qué rol cumplió el ajuste en el
mercado
de
trabajo
en
el
proceso
integral
de
fortalecer
la
adaptación. Para ello tomaré los siguientes períodos, en el caso de
Chile 1974-1992, en el de Costa Rica 1980-1990 y en el de México
1981-1992.
Uno de los rasgos más distintivos es la diferencia en los
procesos de ajuste estructural entre las experiencias nacionales.
Estos procesos se orientan en casi todos los países hacia una
apertura,
desregulación y menor presencia del Estado sobre las
actividades productivas, entre otras muchas reformas.
Pero los
objetivos específicos que se asumen a lo largo del tiempo, la
secuencia de políticas y la forma en que se implementan, difieren
de país a país, y es muy importante prestar atención a estos
elementos, porque tienen mucho impacto sobre el comportamiento del
mercado laboral.
En esta perspectiva, en lo que sigue profundizaré en cuatro
aspectos de las experiencias de Chile, Costa Rica y México.
1º
Las diferencias en materia de contexto externo e interno que
caracterizan la situación inicial, y el período en que ocurren
estos procesos en dichos países.
2º
Las
diferencias
entre
las
estrategias
mismas
de
ajuste
estructural.
3º
Las diferencias de ajuste del mercado de trabajo.
48
4º
Las diferencias en el efecto a mediano plazo sobre la creación
de empleos en el sector formal de la economía.
I
Con respecto al contexto interno y externo, un aspecto a
subrayar es el distinto grado de acceso a recursos externos durante
el ajuste estructural.
Este hecho es vital porque permite que el
ajuste sea más o menos contractivo (expansivo), con su consiguiente
impacto diferenciado sobre empleo o ingresos.
El proceso de ajuste estructural en Costa Rica, durante el
período 1981-1990, se caracterizó por tener un elevado acceso a
recursos externos.
habilidad
para
El Gobierno de Costa Rica exhibió una gran
sucesivas
renegociaciones
externas
que
le
permitieron acceder a una transferencia neta de recursos del
exterior hacia el país, por un equivalente al 2.2% del PBI en
promedio, durante diez años.
Esto permitió que el ajuste de Costa
Rica fuera en 1983-89 expansivo.
49
En Chile, la transferencia de recursos netos del exterior
hacia el país durante el período 1975-1984, fue aún mayor que la de
Costa Rica, y alcanzó alrededor de 2.8% del PBI -en promedio para
el período citado.
Probablemente en este caso, no fue aprovechado
de la misma manera que en Costa Rica, pero en ambas situaciones,
ese influjo neto de recursos del exterior dio margen para una
expansión que no podría haber sido concretada sin el mismo. Es
recién
en
1984-89,
que
en
Chile
comienza
a
transferencia de recursos netos hacia el exterior.
verificarse
una
Así, entre 1984
y 1989, este país transfirió recursos a un ritmo de 3,5% del PBI
por año, aproximadamente, pero lo hizo cuando ya el nivel y el
ritmo de crecimiento de sus exportaciones era de una magnitud tal,
que
permitía absorberlo sin provocar una lesión dramática sobre el
ritmo de crecimiento económico.
El caso de México es exactamente opuesto.
Entre 1983 y 1988,
este país transfiere recursos netos al exterior por un equivalente
a casi 6% del PBI, y entre 1988 y 1992, transfiere recursos netos
por un equivalente a 2.8% del PBI.
Con ese grado de transferencia
de recursos al exterior, México simplemente no puede crecer durante
este período.
Al contrario, debe efectuar esfuerzos para evitar
una contracción.
De hecho, con la revisión de estos simples datos
50
ya empezamos a clarificar algunos elementos, acerca de por qué
ciertas políticas fueron más restrictivas y por qué se tuvo
determinados impactos sobre el mercado de trabajo.
Creo que esta
diferencia, es una condición necesaria para explicar lo que pasa en
términos de políticas, aunque no una condición suficiente.
51
II
En cuanto a las estrategias de ajuste estructural entre los
tres países, percibimos las siguientes cuatro diferencias: en
primer lugar, en las políticas de ajuste fiscal y externo; segundo,
en las políticas de estabilización; tercero, en las políticas de
reformas económicas y su forma de implementación; y cuarto, en la
articulación
entre
la
política
de
ajuste,
estabilización y la política de reformas.
la
política
de
Un ejemplo vinculado a
este último punto es la distinta secuencia de políticas.
En Chile se desencadena a partir del año 1974 el ajuste
fiscal, el ajuste externo, una estabilización de shock y procesos
de reformas económicas y sociales, todo simultáneamente.
Esto
equivale a introducir en la economía múltiples shocks internos,
muchos de ellos opuestos entre sí, que contribuyen a elevar el
grado de incertidumbre y por lo tanto, a frenar las decisiones de
inversión durante mucho tiempo. Uno de los aspectos más notables
durante los primeros siete años del proceso chileno, es que a pesar
de la compresión salarial y del espacio hecho para generar ahorros
y
aumentar
la
rentabilidad,
las
decisiones
de
inversión
no
marcharon al mismo ritmo. Una de las razones que explica este
52
desempeño
reside
en
la
cantidad
de
shocks
que
se
están
introduciendo en la economía, al impulsar simultáneamente estos
cuatro grupos de políticas.
53
A la inversa de lo que sucede en Chile, en México se sigue quizás en forma no planificada sino por sucesión cronológica de
acontecimientos- primero, un ajuste fiscal y externo; segundo,
algunos
intentos
adelante;
tercero,
de
estabilización
las
reformas
frustrados
iniciadas
desde
después
1984
del
en
ajuste
externo y fiscal exitosos, vale decir, desde 1985 en adelante; y,
por último, una estabilización con crecimiento económico, con el
pacto social que opera a partir de 1987. El hecho de que las
reformas se introduzcan después del ajuste fiscal y externo, hace
que las empresas en promedio estén en mejor situación para soportar
el cambio de las reglas de juego. Las reformas encuentran a las
empresas, en general, en una mejor posición para adaptarse al
cambio, y este hecho también es vital para sostener el empleo
durante este período.
En
Costa
Rica,
experiencia de Chile.
el
caso
es
notablemente
distinto
a
la
Entre 1980-1982, período de shock, hay
reajuste cambiario, ajuste externo y pérdida paulatina del control
de la política económica; en 1983-1985, ajuste fiscal y políticas
de estabilización con un crecimiento expansivo fruto del acceso a
recursos externos; y, desde 1985 en adelante, una vez que se logra
la estabilización y el ajuste fiscal, comienza el proceso de
54
reformas.
Es
una
secuencia
muy
nítida:
las
reformas
son
introducidas después que la economía está ajustada y estabilizada.
Otra manifestación de las diferentes estrategias de ajuste, es
la interacción entre la política del tipo de cambio real y la
55
política de reforma comercial.
Este es un aspecto clave por su
repercusión sobre el empleo.
La cuestión central en este ámbito es la siguiente. En la
medida en que se abre la economía, en el sentido de reducir los
aranceles, perder el control administrativo sobre los flujos de
comercio externo si, al mismo tiempo, se reduce el tipo de cambio
real, el efecto conjunto será una caída mucho más intensa de la
protección real agregada. A la inversa, si durante el período en
que se efectúan las reformas comerciales se eleva el tipo de cambio
real, la protección real
va a tender a permanecer relativamente
estable, defendiéndose más de la exposición a la competencia
externa.
Este es un tema muy relevante, porque si se observa que es lo
que pasa en Costa Rica y México antes y/o durante los procesos de
reforma comercial, se percibe que ellos deliberadamente evitan un
descenso generalizado en la protección real, al elevar el tipo de
cambio real y al mismo tiempo bajar la protección por el lado de
los
aranceles.
Ello
permite
que
las
empresas
soporten
la
competencia con el exterior en el período de transición y vayan
readecuándose paulatinamente.
56
En cambio, en la experiencia de Chile de 1974 a 1981, el tipo
de cambio real cae significativamente en el mismo período en que se
están reduciendo aranceles y controles, con lo cual la protección
real entre 1974 y 1981 desciende en más del 50%. La
57
consecuencia de ello es una elevada exposición a la competencia
externa, desde el inicio mismo del proceso.
Ello explica por qué
en el sector de producción competitiva con las importaciones se
produjo en Chile cierre de empresas, recortes de planta y un fuerte
aumento del desempleo abierto, a pesar de que en el mismo período
la economía estaba creciendo.
Después de la crisis externa de
1982, se implementa en 1983-89 un alza del tipo de cambio real que
induce un aumento de los niveles de protección real.
dichos niveles habían recuperado el valor de 1973.
Hacia 1990,
Esto permitió
una rápida recuperación del empleo en 1984-89.
III
En cuanto a la interacción de los procesos de ajustes, y
reformas con los cambios en el mercado laboral, se observan las
siguientes diferencias.
En el caso de Chile, entre 1974 y 1992, se verifican tres reformas
laborales:
1.
Una, de hecho, a partir de
1974 con la suspensión parcial de
la institucionalidad laboral vigente y la represión a la
actividad sindical.
58
2.
La
reforma
laboral
de
1979
en
adelante
que
busca
una
flexibilización, tratando al mercado de trabajo como si fuera
un 'mercado de papas'.
3.
La reforma laboral de 1990
-ya con el gobierno democrático-
que se orienta a restituir y adecuar la
59
estabilidad
laboral,
a
institucionalizar
el
diálogo
social,
normalizar la negociación colectiva y viabilizar una actividad
sindical normal.
En México y Costa Rica, al revés del caso chileno, no se
verifican reformas laborales. El proceso de adaptación del sector
formal de la economía mexicano fue inducido, vía esencialmente
caída del salario en relación a la productividad, modificaciones en
los convenios colectivos para darle mayor facilidad a las empresas
para la reorganización del personal en planta y, sobre todo, vía
acuerdos para aumentar la productividad, los que gradualmente van
evolucionando
hasta
cristalizar
productividad en 1992.
en
el
acuerdo
nacional
de
En Costa Rica tampoco se modifica la
institucionalidad laboral vigente y el proceso de adaptación del
mercado del trabajo es, igual que en México, vía caída de los
salarios, aunque en este caso no tienen el mismo éxito en lograr
aumentos de productividad.
De hecho, cuando se analizan estas situaciones, la variable
principal de ajuste del mercado de trabajo frente a los shocks es
la relación salario-productividad; que dada la intensidad de los
shocks y de las políticas de ajuste y estabilización desencadenadas
60
para contenerlos, producen una caída de los salarios reales muy
fuertes. Por lo tanto, la caída de salarios reales genera un
descenso en la relación salario-productividad, y por esa vía genera
espacio para el ahorro, la rentabilidad, la inversión, etc.
Y si
se mira hacia adelante, el desafío de la
61
política económica consiste en generar un descenso en la relación
salario-productividad, pero por la vía de aumentar rápidamente la
productividad. Este sería un ajuste positivo y expansivo.
Es claro que, en las tres experiencias estudiadas los costos
del ajuste del mercado de trabajo varían de acuerdo a las diversas
estrategias planteadas, los distintos puntos de partida, el acceso
diferenciado a recursos externos y otras condiciones sociales
internas, que son importantes tomar en cuenta.
De acuerdo a la evolución de los salarios reales, se aprecian
diferentes comportamientos. En Chile, inicialmente, caen en un 50%
entre 1973 y 1975, crecen
a un ritmo de casi 8% anual hasta 1981,
y vuelven otra vez a caer alrededor del 20% entre 1982 y 1983 cuando la crisis internacional golpea a esta país-, para empezar a
recuperarse realmente a partir de 1988, y llegar en 1992 al nivel
de principios de toda esta experiencia.
En Costa Rica, la caída inicial fue durante el shock externo
de 1980-1982, que incluyó un ajuste cambiario muy grande que
repercutió -junto con los efectos inflacionarios- en una caída de
los
salarios
reales
del
orden
del
35%.
Este
descenso
fue
62
neutralizado muy rápidamente con políticas activas de salarios
mínimos entre 1983 y 1985, que permitió una recuperación de los
salarios de base -en 1985 los salarios mínimos reales estaban por
encima del nivel del año 1980-; y de 1985 a 1990, el esfuerzo de
63
la administración costarricense se orientó a mantener los salarios
reales, sin sobrepasar los niveles de la productividad.
En México, la evolución de los salarios reales es como sigue:
primero, se experimenta una caída del orden del 35 al 39% entre
1982 y 1984; segundo, estancamiento entre 1984 y 1987; y, a partir
de ahí, hay una recuperación lenta pero firme; sin embargo, en 1992
los salarios reales todavía estaban por debajo de los niveles de
preajuste.
Por consiguiente, tenemos un cuadro bastante diferenciado en
términos de lo que pasó con los salarios reales.
A ello cabe
agregar el ajuste por desempleo abierto que a continuación se
reseña.
En Costa Rica el desempleo abierto que estaba alrededor de
4,9% en 1980, se eleva hasta un máximo de casi 10% en 1982, y se
reduce muy rápidamente a 5,5% en 1988 y a 4% -por debajo de los
niveles de la crisis- en 1989.
En México se repite una trayectoria bastante similar. En 1981,
el desempleo abierto estaba alrededor de 4%; se eleva a 6,2% entre
64
1983-1984; y de ahí en adelante, comienza a descender rápidamente:
3,9 en 1987 y 2.6% en 1991 -por debajo de los niveles de preajuste.
En Chile la trayectoria es totalmente distinta. El desempleo
estaba en 4,8% en 1973; sube a 15,5% en 1975 y 20,6% en 1976;
65
retrocede a 15,1% en 1981; se eleva a 30% en 1983, ante el impacto
del ajuste y de la crisis de 1982-1983; y de ahí en adelante,
gracias al rápido crecimiento de la economía chilena entre 1985 y
1992, se reduce a alrededor de 4,6% en 1992.
Por consiguiente, en
el caso chileno, a diferencia de otras situaciones, no solo se
eleva rápidamente la tasa de desempleo abierto, sino que permanece
elevada durante un período mucho más prolongado.
Con respecto al coeficiente de informalidad urbano, se observa
también un patrón de comportamiento distinto entre los tres países.
En Costa Rica, se verifica un aumento de 32 a 38% entre 1980-1982.
Después
comienza
una
reabsorción
parcial
leve
(desciende
a
alrededor de 35% en 1990), quedando por encima del nivel de
reajuste. En México se verifica un crecimiento sistemático del
coeficiente de informalidad de alrededor de 21 a 28% en la década.
En Chile el coeficiente se eleva desde un 25% en 1972
hasta casi
30% en 1982, y se reduce a 24% en 1992, por efecto del crecimiento
del empleo formal dinamizado en este último período.
Por lo tanto, la conclusión que se puede sacar de las tres
experiencias en cuanto a los cambios en el mercado de trabajo es
que los mayores costos sociales se verifican en el caso chileno.
66
Los mismos están relacionados con las condiciones iniciales, pero
también con el tipo de estrategia aplicada, de shocks múltiples y
avance simultáneo en estabilización, ajuste fiscal y externo,
67
reformas económicas y reformas laborales, que implican impactos más
dolorosos sobre el empleo y salarios.
IV
El cuarto punto que desearía tratar es el
efecto diferenciado
del ajuste y reformas sobre la creación de empleos formales a
mediano plazo.
Después de once años de elevados costos sociales y
un alto desempleo, en Chile,
el empleo formal privado crece a un
ritmo sorprendente del orden del 6% promedio anual en el período
1985-1992, inducido por las altas tasas de crecimiento económico en
casi todas las actividades, y por los salarios relativamente bajos
con
relación
a
la
productividad.
En
México,
después
contracción del estancamiento del período 1982-1987,
de
la
el empleo
formal privado crece a un ritmo relativamente más lento, alrededor
de 2,5% anual. Y, en Costa Rica, el empleo formal privado crece a
un ritmo del 5% anual en 1984-89.
En síntesis, la experiencia que presenta los más altos costos
sociales
durante
la
transición
es
también,
la
que
registra
posteriormente el mayor crecimiento del empleo formal. Y, este es
68
el caso de Chile. Probablemente hay muchas razones que expliquen
esto, pero entre ellas creo que es importante señalar dos. En
primer lugar, Chile es el único país que completa realmente un
proceso de reorientación de recursos hacia
69
transables, vale decir, acumulación de inversiones en el sector
exportador y en el sector productor competitivo con importaciones,
de un volumen considerable.
Así, en 1992, el coeficiente de
inversión se acercó al 30% del producto, del cual una fracción
importante se destinó al sector transable y a la infraestructura de
apoyo. En segundo lugar, es el único país que logra alcanzar
equilibrios macroeconómicos básicos, que a su vez le permiten
moverse
con
cierta
solvencia
en
el
proceso
de
inducir
el
crecimiento de la inversión privada sin acelerar la inflación.
70
Quizás la principal moraleja de la historia que he tratado de
resumir,
es
que
algunos
de
los
costos
sociales
en
que
se
incurrieron podían haber sido evitados, no sólo desde el punto de
vista del manejo de las políticas hacia el mercado de trabajo, sino
porque la estrategia de ajuste, estabilización y reformas podría
haber sido planteada de una manera distinta a la que se ha
mostrado. Asimismo, cabe subrayar que Costa Rica es la única de las
tres experiencias, que se preocupó más por un ajuste relativamente
más equitativo, y por ello manejo más ampliamente las respectivas
políticas intrumentales,
deliberada,
que
el
costo
para impedir en forma absolutamente
del
ajuste
afectara
prolongada la situación de los hogares más pobres.
en
forma
muy
Finalmente, la
profundidad del cambio es muy nítida en Chile, único de los tres
países que completa una reorientación de recursos hacia transables
en el contexto de equilibrios macroeconómicos básicos.
Esto último
permite a este país un rápido y significativo crecimiento del
empleo formal privado entre 1984 y 1992.
71
EXCLUSION SOCIAL Y EMPLEO: NOTAS PARA UN DEBATE2
DENIS SULMONT SAMAIN
************
INTRODUCCION
El tema de la exclusión social surge como una novedosa
preocupación ante el problema del desempleo y de la desinserción
social que se presenta con creciente fuerza desde fines de los años
70 en la mayoría de los países industrializados. Luego de varias
décadas de expansión con pleno empleo y protección social, las
sociedades desarrolladas están atravesando un proceso de
transformación que pone en cuestión las formas de integración
social. Esta problemática plantea enormes desafíos teóricos y
prácticos, llevando a cuestionar las orientaciones culturales
básicas de la sociedad moderna.
¿En qué medida este inquietante concepto de exclusión social
es pertinente para el Perú?. ¿En un país, donde el grueso de la
población ha sufrido una situación de marginación y sigue viviendo
Este documento es parte de un proyecto mayor denominado
"La exclusión Social en el Perú", compartido con los investigadores
Adolfo Figueroa y Teófilo Altamirano. El artículo presente es de
mi exclusiva responsabilidad.
2
72
en la pobreza, hablar de exclusión social no resulta redundante?.
¿Este concepto nos aporta una nueva capacidad de interpretación?.
¿Su introducción responde a nuevos problemas?
En el caso peruano, el uso del concepto de exclusión social
resulta complejo porque no remite a un claro modelo de integración
socio-económica. La mayoría de la población vive en situación de
precariedad que no es asumida como responsabilidad ni por las
empresas capitalistas ni por el Estado. Sin embargo, esta mayoría
se moviliza y gesta sus propias formas de subsistencia, al margen y
dentro de los espacios económicos y sociales dominantes. En este
sentido, su exclusión es diferente de la que afecta las categorías
más vulnerables en las sociedades dotadas de una economía
desarrollada e integrada, con una mayor capacidad de regulación
política y sofisticados sistemas de protección social.
Nuestra hipótesis central es que los procesos de exclusión
social hoy día en el Perú se generan sobre todo a partir de la
lógica del sistema económico dominante, particularmente la referida
al acceso a los mercados básicos -los de trabajo, de crédito y
seguros- que son decisivos para la subsistencia y el desarrollo de
las capacidades de las personas. La competencia en dichos mercados
constituye ahora el mecanismo principal para la inclusión para unos
y la exclusión para otros. Esta tendencia, sin embargo, se combina
con los factores institucionales y culturales de exclusión, en
particular la persistencia de la tradicional discriminación étnicocultural, asociada a la precariedad del Estado de derecho y de la
democracia y la incapacidad del sistema político de garantizar los
derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Los procesos
excluyentes se ven agraviados por la recesión y los bajos niveles
de productividad de la economía por un lado, y la violencia
política por otro.
Evaluamos que, un tercio de los peruanos (más de siete
millones de personas), conforman los "núcleos duros" de la
exclusión social. En el polo opuesto, una minoría privilegiada - no
más del 10%- concentra poder y recursos y está integrada a una
dinámica económica y socio-cultural hegemónica a nivel nacional e
internacional. Entre ambos, se ubica un abanico de grupos sociales
en situación inestable, que combinan diferentes modalidades de
inclusión y de exclusión.
En
el
presente
artículo,
siguiendo
un
razonamiento
sociológico, trataremos de contribuir a esclarecer la noción de
exclusión social, principalmente desde el punto de vista del
empleo, discutiendo su pertinencia en el contexto peruano. Nos
proponemos: primero, aclarar nuestro enfoque conceptual, resaltando
la dimensión económica, ciudadana y cultural de la exclusión
73
social; segundo, confrontar esta noción con las de explotación y
empleo; tercero, precisar las hipótesis; cuarto, darle sustento
empírico en el area de empleo; y quinto, resumir nuestras
conclusiones.
1. LA EXCLUSION COMO CATEGORIA DE ANALISIS
1.1. El concepto de exclusión social y la integración social
El concepto de exclusión social se refiere a la acción y al
efecto de impedir la participación de ciertas categorías de
personas en aspectos considerados como valiosos de la vida
colectiva. Indica una negación o ruptura de lazos de reciprocidad
entre determinados individuos y una colectividad. Expresa un
proceso de extrañamiento que da lugar a la conformación de grupos
sociales segmentados.
La exclusión social tiene que ver con la problemática de la
integración social; vale decir, la manera como las diferentes
partes de la vida colectiva llegan a formar un todo, respondiendo a
un cierto orden y proyecto social compartido. Podemos hablar de
integración social (o inclusión activa) en la medida que los
integrantes de una familia, una comunidad, una clase o una nación
se reconocen mutuamente; responden a ciertos valores y aspiraciones
comunes y establecen entre sí relaciones de reciprocidad. La
integración social supone que, más allá de las diferencias y
conflictos sociales, existen una identidad común y alguna
complementariedad orgánica entre las partes que conforman el
colectivo social. La exclusión social significa que un grupo deja
de tener un lugar en un determinado espacio de integración social.
En términos generales, decimos que una sociedad es integrada
cuando existe en ella una conciencia nacional, un modo de
desarrollo y una orientación cultural hegemónica, y un sistema
eficiente de regulación socio-política. En esta sociedad, las
élites y las clases dominantes y dominadas, en mayor o menor
medida, participan de manera corporativa y, a la vez, conflictiva
en la dinámica social. En este caso, podemos hablar de dominación y
explotación, pero no propiamente de exclusión. En cambio, sí
hablamos de exclusión cuando un sector de la sociedad no puede
participar activamente en los campos de acción que corresponden al
modo de desarrollo y la orientación cultural que prevalece en la
sociedad (Touraine, 1991). Es el caso de los campesinos analfabetos
que, además de la escasez de sus recursos para subsistir, no tienen
74
acceso a los códigos básicos de la cultura dominante; también, es
el caso de los sectores de la población urbana atrapada en la
pobreza, sin inserción laboral y disgregada.
El enfoque propuesto requiere sustentarse en un análisis de
los diferentes campos y modalidades específicas de la acción
social.
1.2. Exclusión económica, ciudadana y cultural
Podemos distinguir tres modalidades de interacción que
corresponden también a formas particulares de regulación y de
exclusión social.
a. La organización económica que se refiere a las
modalidades de producción y distribución de bienes y
servicios destinados al consumo y la acumulación. Abarca
diferentes tipos de sistemas productivos y de mercados.
b. El ordenamiento político institucional que regula el
ejercicio del poder, establece las normas y los deberes,
y garantiza los derechos. La participación activa en
este ordenamiento es lo que llamamos la "ciudadanía".
c. Las orientaciones valorativas que corresponden a las
tradiciones, las representaciones, los códigos, los
referentes
éticos y las aspiraciones compartidas que
facilitan la comunicación y motivan la acción colectiva.
Se expresan particularmente a través de la educación, la
religión y los medios de comunicación.
Esquematicamente, las interferencias entre estas tres
modalidades de interacción pueden visualizarse del siguiente
modo:
╔═══════════════════════════════════════════════════════════════╗
║
* ORDENAMIENTO INSTITUCIONAL
║
║
║
║
║
║
Normas
║
║
derechos
║
║
poderes
║
║
║
║
Activos
Códigos
║
║
capacidades
representaciones
║
║
crédito
valores
║
║
*----------------------------------------*
║
║ ORGANIZACION ECONOMICA
ORIENTACIÓN CULTURAL
║
║
║
╚═══════════════════════════════════════════════════════════════╝
Hablamos de exclusión económica respecto a una modalidad
dominante de organización económica en la medida que, los sujetos
75
no tienen acceso a los medios que les permiten participar
activamente en los sistemas productivos (unidades empresariales y
de trabajo) y en los mercados básicos que corresponden a esta
organización dominante. Tales medios comprenden diferentes
"activos": tierra, capital físico, crédito y capacidades humanas. A
su vez, estas últimas abarcan las capacidades de trabajo y
creatividad que cada persona posee y cultiva mediante el
aprendizaje y la experiencia, y sus "activos sociales". Estos
últimos comprenden el conjunto de relaciones de confianza e
influencia que las personas pueden hacer valer para participar en
los sistemas productivos y los mercados.
En el contexto de una economía capitalista, donde existe una
separación social entre medios de producción y la mayor parte de la
población, tres mercados desempeñan un papel central. Nos referimos
a los mercado de trabajo, mercado de crédito y mercado de seguros
(Figueroa, 1994). Es fundamentalmente, a través de estos mercados
que las personas pueden acceder a los recursos necesarios para
subsistir y producir. Estos mercados son decisivos para entender la
exclusión social en las sociedades modernas capitalistas. Cada uno
de ellos se sustenta en un contrato que involucra las capacidades y
la confianza de las personas de manera selectiva. A diferencia de
los mercados llamados "walrasianos", que son regulados básicamente
por los precios (tipo "mercado de papas"), dichos mercados operan
mediante la presencia de sectores excluidos y de imperativos
institucionales. En el mercado de trabajo, para contar con mano de
obra y asegurar su trabajo disciplinado, los empleadores requieren
de un excedente de oferta laboral y tienen que ofrecer salarios
superiores a los ingresos de los auto-empleados. Además, deben
tomar en cuenta los
derechos laborales plasmados en el
ordenamiento legal. En el caso del crédito y de los seguros, los
mercados tampoco son abiertos a todos; sólo funcionan dentro de
relaciones sociales de confianza y con determinadas garantías.
La exclusión de la modalidad dominante de organización
económica en América Latina se manifiesta en la carencia de trabajo
(desempleo) y en la participación en modalidades subalternas de
organización económica (pequeña producción de subsistencia
campesina y urbana). Estas últimas modalidades no están separadas
de la primera. Existen relaciones entre la economía de subsistencia
y pequeña producción por una parte y la economía empresarial
capitalista, por otra. En otras palabras, encontramos diferentes
grados y combinaciones de exclusión e integración económica.
Hablamos de exclusión ciudadana cuando los sujetos sociales
carecen de los derechos formales y reales, garantizados por una
autoridad legítima, que les permiten ejercer su libertad,
participar en las decisiones y desenvolverse en la vida social.
76
Esta exclusión se refiere a tres tipos de derechos:
a.
Los derechos civiles: libertades fundamentales de las personas
ante la ley y el poder del Estado, incluyen la libertad de
expresión el derecho de propiedad y el derecho de asociación.
b.
Los derechos políticos: el poder elegir y ser elegido.
c.
Los derechos sociales y económicos: el poder de disponer de un
nivel básico de educación, bienestar y seguridad, y compartir
los frutos del progreso; incluye el derecho del trabajo y de
la seguridad social, que implican un principio "tuitivo", vale
decir la protección de las partes más débiles.
La asignación de derechos supone compatibilizar la garantía de
las libertades (que implican diferencias) y la igualdad básica de
oportunidades, tomando en cuenta los sectores desfavorecidos
(Rawls, 1971). Resolver este problema con justicia supone no
solamente un ordenamiento legal equilibrado, sino un proceso de
interacción social de carácter democrático.
En el terreno de la cultura
y de las orientaciones
valorativas de la sociedad, la exclusión se expresa en la
discriminación cultural. Hablamos de discriminación cuando algunas
personas son percibidas por otras como inferiores y, de acuerdo a
esta percepción, reciben un trato diferenciado y humillante en sus
relaciones sociales. Un sector social discrimina a otro para
defender una situación de superioridad, justificando ésta en base a
criterios biológicos, morales y/o culturales, tales como: la edad,
el género, la raza, el origen social o la religión. Las propias
víctimas de la discriminación tienden a interiorizar la
representación inferior que se les atribuye.
En algunas circunstancias, la discriminación da lugar a la
segregación. Esta señala un modo de discriminación que mantiene una
distancia con una categoría de sujetos y les reserva espacios
sociales propios, restringiendo sus posibilidades de movilizarse
fuera de ellos. Entre las formas de discriminación y de
segregación, se encuentra el racismo que establece un vínculo entre
ciertos atributos físicos y genéticos de determinadas categorías de
sujetos y sus características intelectuales y morales (Callirgos,
1993; Portocarrero, 1993).
La exclusión en una dimensión puede ser contrarrestada por
modalidades de integración en otras. La integración ciudadana
amortigua en parte, las desigualdades económicas y las formas de
discriminación étnica o racial. Las capacidades adquiridas y el
acceso a relaciones sociales pueden compensar también dichas
77
desventajas.
Las modalidades específicas de exclusión e integración suelen
mezclarse en la realidad social. El análisis de los sectores
urbano-marginales en el Perú así lo demuestra. No obstante vivir en
condiciones de precariedad económica, estos sectores tienen un alto
nivel de participación social y simbólica, participación que se
ejerce mediante el acceso a los medios de comunicación, la
educación y los redes de relaciones sociales. La situación de
dichos sectores consiste justamente en vivir en la frontera entre
procesos de exclusión e inclusión activa.
1.3. La exclusión como proceso social
Las diferentes formas específicas de exclusión señaladas
interactúan unas sobre otras. Llamaremos exclusión social al
proceso mediante el cual estas formas de exclusión se retroalimentan mutuamente.
La noción de exclusión social implica que ocurre un proceso
perverso de suma de desventajas. Este proceso tiene generalmente
como punto de partida un acontecimiento traumático, algún tipo de
"ruptura" que repercute sobre el conjunto de la vida. Por ejemplo,
la pérdida de un empleo.
La persistencia de la exclusión social depende de las
particularidades históricas y estructurales que inciden sobre la
economía, el ordenamiento política y la cultura de cada sociedad.
Existen, sin embargo, algunos factores decisivos en torno a los
cuales la exclusión social tiende a reproducirse. Entre ellos: la
tierra, la identidad étnica-cultural, el género y el empleo.
El problema del empleo nos parece el más relevante en el
contexto actual. El desempleo implica que el sujeto social no
participa en la producción, carece de una remuneración y
prestaciones sociales asociadas al empleo, viéndose obligada a
depender ya sea de un seguro de desempleo, de la ayuda familiar o
de otra modalidad subalterna de subsistencia. Pero el desempleo
significa no sólo una exclusión económica, sino también una pérdida
de capacidad sindical, gremial y política, así como una
desvaloración del status social y un grave perjuicio a la autoestima personal.
Hablar de "procesos" de exclusión social supone superar un
enfoque estático de la vida social. Consideramos que las relaciones
estructurales -cristalizadas en determinados patrones de relaciones
sociales- son el resultados y puntos de partida de procesos de
78
gestación, rupturas y transformación, en los que intervienen la
acción social. El análisis sincrónico de las relaciones sociales
debe combinarse con el análisis diacrónico de los proyectos de
cambio de modelos (Touraine, 1989). La exclusión social no sólo se
deriva del lugar ocupado en una estructura social dada, sino
también, del estar marginado del proceso de cambio histórico que
una colectividad considera como fundamental.
2. EXCLUSION SOCIAL Y CATEGORíAS AFINES
El tema de exclusión social nos remite a categorías de
análisis frecuentemente usadas en América Latina: la pobreza, la la
explotación, la marginalidad, la heterogeneidad estructural. ¿Estas
categorías aluden al mismo problema? ¿Cómo se relacionan con la
noción de exclusión social?
2.1. La pobreza y la desigualdad
La pobreza indica una carencia respecto a lo mínimo
considerado necesario para vivir y un estado de inferioridad
social. El nivel de pobreza es relativo a un determinado standard
de vida en cada contexto social. La presencia de "pobres" afecta
las relaciones humanas; provoca repulsión y alejamiento; pero
también inspira compasión, indignación y solidaridad. De una u otra
manera, la pobreza es objeto de escándalo y representa un desafío.
La pobreza constituye la expresión más común y visible de la
exclusión social. Pero, los pobres no están necesariamente
excluidos de todo; pueden participar como trabajadores en la
producción, ser reconocidos como ciudadanos e identificarse con los
valores culturales de la nación. Existe sin embargo una estrecha
correlación entre exclusión y pobreza. La acumulación de
desventajas genera y reproduce una situación de pobreza.
La desigualdad social se refiere a la existencia de relaciones
de distancias jerárquicas entre estratos o clases sociales. Resulta
del acceso diferenciado a los activos económicas, políticos y
culturales. Los procesos de exclusión social son claves para
entender la génesis de las desigualdades. Pero, a su vez la
desigualdad social tiende a provocar reacciones de defensa de los
grupos privilegiados y de resistencia de los desfavorecidos, lo
cual contribuye a rigidizar la estrutura social y reproducir las
desigualdades. En este caso, desigualdad y exclusión se retroalimentan. Pero puede ocurrir también que las diferencias sociales
sean parcialmente compensadas y reducidas, como consecuencia de la
acción social y política. La fronteras sociales pueden volverse más
porosas, abriendo mayor espacio a la movilidad social y los
79
procesos de exclusión social pueden resultar menos acumulativos.
Como categoría de análisis, la exclusión está asociada a una
situación de desigualdad rigidizada.
2.2. Explotación y empleo
¿Cuál es la relación entre exclusión explotación? Explotar
significa sacar utilidad de algo o alguien en provecho propio a
través de una determinada actividad. Referida a las relaciones
sociales de producción, consiste en apropiarse del excedente
producido por el trabajo ajeno, ya sea indirectamente a través de
una relación comercial o directamente a través de una relación
laboral. El concepto tiene por lo general una connotación moral,
indicando un "abuso" respecto a quienes producen el excedente
apropiado; señala una perturbación en las reglas de reciprocidad
aceptables por los grupos sociales.
La explotación se funda a la vez en una relación de exclusión
y de inclusión. Por una parte supone una separación social entre
quienes controlan los recursos económicos estratégicos (tierra,
medios de producción, crédito, conocimientos) y quienes no los
controlan. Pero, por otra parte, supone una participación en el
proceso productivo, lo cual implica un lazo social, una cooperación
entre empleador y empleado. La relación capital-trabajo involucra
ambas dimensiones, y resulta siendo una cooperación antagónica. Por
un lado excluye a los trabajadores de una inserción estable en las
relaciones sociales de producción, sometiéndolos a las condiciones
del mercado de trabajo, mientras por otro, los incorpora en la
organización de la producción, otorgándolas una cierta capacidad de
intervención social.
La explotación remite a diferentes modos de producción
interrelacionados. La explotación en las empresas capitalistas se
sustenta en el trabajo asalariado contratado directamente o subcontratado. La explotación en la pequeña producción de subsistencia
descansa principalmente en el trabajo propio y el de los
familiares.
¿Cuál es la relación entre explotación y empleo?. El concepto
moderno de empleo remite al uso de las capacidades humanas en una
actividad generadora de utilidad y valor social que pueda ser
evaluada económicamente. Supone la existencia de un mercado de
trabajo, es decir, un cierto espacio público en el que se
interrelacionan la demanda y la oferta de fuerza laboral. El empleo
puede ser dependiente o independiente.
En el primer caso, el trabajador es explotado en la medida que
80
su contribución laboral no es adecuadamente retribuida de acuerdo a
un criterio de distribución social considerado como "justo". Y, se
le considera excluido de dos maneras: por un lado, cuando no
participa activamente en la orientación del proceso productivo; y
por otro, cuando pierde su empleo y se encuentra desocupado por un
largo período.
En el caso del trabajo independiente, la explotación
corresponde a una succión excesiva de excedentes por los
proveedores, los prestamistas y otras contrapartes; y la exclusión
corresponde a la falta de acceso a la tecnología y al crédito, y a
la incapacidad de competir en el mercado.
El trabajo es una actividad humana capaz de añadir valor a las
cosas. Supone una implicación personal. Demanda un esfuerzo y una
disposición a cooperar. En este sentido, el mercado de trabajo no
puede asimilarse al de cualquier mercancía. De alguna manera, la
oferta y la demanda de trabajo involucran relaciones de coerción
y/o de confianza. Una persona se ve obligada a emplearse porque no
tiene otras fuentes de subsistencia. Su empeño en el trabajo es
motivado por: la retribución económica que recibe a cambio de él,
el temor a perder el empleo, y/o por compartir determinados
objetivos y valores con otras personas.
La lógica del mercado de trabajo no depende solamente del
ajuste de las cantidades por los precios, como en un mercado de
papas. La retribución económica al trabajo dependiente no puede
descender por debajo de un cierto nivel, sin desincentivar al
trabajador a emplearse y desenvolverse activamente en su labor, y
sin afectar ciertos derechos reconocidos institucionalmente. Pero a
su vez, el desempeño laboral descansa en la adhesión de los
trabajadores
a
valores
y
objetivos
comunes,
compartidos
parcialmente con los empleadores.
Independientemente del hecho de estar asociado a una situación
de explotación o no, el empleo tiene un valor en sí para la mayoría
de la población en edad de trabajar. Además de ser una fuente
fundamental de ingreso para vivir y un medio de acceso a los
mecanismos de seguridad social, representa una base de auto-estima
personal y de status social. Ser excluido del empleo constituye una
forma decisiva de exclusión social en la sociedad actual.
A cada tipo de empleo corresponde una determinada valoración
social y económica, la cual depende del nivel de formación exigida
así como de la utilidad, productividad y/o prestigio de los puestos
de trabajo. Los empleos más preciados corresponden a los
profesionales. En un status inferior, se encuentran los empleados
81
no profesionales, los obreros y el grueso de los ocupados en
actividades de subsistencia. Hay que distinguir también, entre
empleo estable y precario, y entre quienes pueden o no
sindicalizarse. El acceso a cada mercado de trabajo depende tanto
de la demanda correspondiente a la estructura productiva como de
las características personales de la gente (edad, sexo, raza,
prestancia), su nivel de educación y los activos sociales con los
cuales cuenta. El carácter jerarquizado y excluyente de los
diferentes tipos de empleos contribuye a la segmentación de los
mercados de trabajo.
Un aspecto fundamental de gran parte del empleo es su carácter
precario, lo cual se traduce en una situación de inestabilidad e
incertidumbre en la vida de la gente. La flexibilización de las
relaciones de trabajo asalariado acentúa esta precarización en la
medida que no exista un mecanismo de protección social en caso de
despido, ni oportunidades de encontrar empleo alternativo
suficientemente valorado. La precariedad del trabajo asalariado
lleva a muchos trabajadores a instalarse por cuenta propia,
buscando mayor seguridad, aún a costa de ingresos menores.
2.3. Marginalidad y de la heterogeneidad estructural
Las teorías sobre la marginalidad y de la heterogeneidad
estructural en América Latina resultan importantes por su afinidad
con la problemática de la exclusión social. Relacionada
inicialmente con el análisis de la explosiva migración y la
conformación de los barrios populares periféricos de las grandes
ciudades, la marginalidad sirvió luego para dar cuenta de la
situación de la fuerza de trabajo no absorbida por los sectores
modernos de la economía urbana. Matizando el concepto de "ejército
industrial de reserva", la noción de "masa marginal" (Nun, 1968)
apuntó a señalar la presencia de un excedente "dis-funcional" en
cuanto a las necesidades de mano de obra por parte de las empresas
en el capitalismo periférico. Algunos subrayaron que la generación
de un excedente de mano de obra forma parte de la propia lógica de
acumulación del capitalismo (Cardoso, 1971).
A partir del tema de la marginalidad, lo que llama la atención
es la capacidad de los excluidos de ocupar espacios modernos,
autogenerar fuentes de empleo y de ingresos, conseguir servicios
básicos, y convertirse en actores sociales con capacidad
emprendedora. En efecto, la situación vivida por los nuevos
pobladores urbanos no puede analizarse sólo en términos de
carencia, sino también como proceso de acercamiento hacia el margen
de la vida moderna urbana. "Conquistadores de un nuevo mundo", los
invasores de la ciudad apuntan a afirmarse como ciudadanos con
derecho a participar a la modernidad y al progreso (Degregori et
82
al. 1986); se constituyen en gestores de una nueva ciudadanía
popular o "institucionalidad plebeya" (Franco, 1991). Los nuevos
ciudadanos populares continúan "marginales" respecto a las clases
dominantes tradicionales. Su acceso a las oportunidades de empleo
en las empresas modernas y en el Estado es parcial; deben recurrir
a la pequeña producción y los servicios informales para subsistir;
sus condiciones de vida urbana son precarias y la discriminación
étnica sigue presente. Pero están cada vez presentes en el corazón
de la vida nacional. Paradójicamente, se puede hablar de la
"centralidad de los marginados" (Touraine, 1987).
La distinción entre oportunidades formales e informales de
ingresos formulada originalmente por Hart (1973) y los trabajos
posteriores de la PREALC sobre la heterogeneidad estructural,
contribuyeron a eclipsar la teoría de la marginalidad. El enfoque
de la heterogeneidad estructral insiste, sin embargo, en la
problemática del dualismo, subrayando la persistencia de hondos
procesos excluyentes y barreras sociales. De manera más desagregada
que el dualismo, la heterogeneidad estructural da cuenta de la
diferenciación compleja de los modos de producción y sus relaciones
con las desigualdades socio-culturales. Pone el énfasis en la
brechas existentes en el acceso a la tecnología y en los niveles de
productividad. Llama la atención sobre la presencia de la economía
campesina y del Sector Informal Urbano, al lado de los sectores
modernos,
empresarial
y
gubernamental.
Permite
analizar
segmentación de los mercados de trabajo. Al igual que el dualismo,
la heterogeneidad estructural es relativa. Parte del campesinado
tiene acceso al mercado de trabajo asalariado mediante el empleo
temporal y la migración de los hijos; la pequeña producción y las
actividades informales entablan relaciones de intercambio comercial
y de subcontratación
con las empresas modernas. En suma, la
heterogeneidad no implica sólo exclusiones, sino que conlleva
también múltiples interrelaciones.
83
3. LA EXCLUSION EN EL PERU
3.1. Las raíces históricas
Podemos identificar cuatro acontecimientos de ruptura que
constituyen las raíces históricas de la exclusión social vigente en
el Perú de hoy.
a. La dominación colonial y oligárquica
El hecho colonial ha afectado las bases productivas y la
cohesión social la población indígena; ha significado el recorte de
sus derechos y una discriminación étnico-cultural cuya herencia se
hace sentir hasta ahora. El trauma colonial fue prolongado por la
dominación gamonal y oligárquica de una élite criolla excluyente
que personalizó el uso del Estado, no afianzó el mercado ni aseguró
la legitimidad del régimen político nacional, creando un divorcio
entre el Perú oficial y el Perú profundo.
b. La marginación del desarrollo urbano-industrial
La modernización económica y social, particularmente desde los
años 50, ha significado un proceso de incorporación de amplios
sectores de la población en la economía, la ciudadanía y la cultura
urbano-industrial, abriendo el campo a nuevas aspiraciones, y
nuevas formas de intercambios, conflicto y regulación. Pero dicho
proceso de modernización, excluyó a la mayor parte de los
campesinos pobres y ciertos grupos étnico-culturales por un lado, y
por otro, dio lugar a una nueva marginalidad urbana. Creó una
combinación de exclusión e inclusión parcial dentro de un horizonte
de movilización hacia lo moderno urbano-industrial.
c. La crisis y el ajuste
La crisis y el ajuste estrecharon los canales de movilidad
social, incrementaron la pobreza y la precariedad del empleo y
provocaron el deterioro de las instituciones. La mayoría de la
población se sintió desprotegida por el Estado. A los procesos de
exclusión anterior, se sumó un nuevo proceso de exclusión dura
procedente de las políticas de ajuste y desregulación aplicadas
desde fines de los 70 hasta la fecha. Los nuevos excluidos
comprenden: los asalariados despedidos o cesados de las empresas y
de la administración pública; la clase media empobrecida; los
84
jóvenes escolarizados enfrentados
restringidos; y los trabajadores
actividades más vulnerables.
a mercados de trabajo
precarios empleados en
más
las
d. Reestructuración y globalización de la economía
Finalmente, hay que tomar en cuenta los nuevos patrones de
producción, distribución y consumo que se perfilan en la región
como consecuencia de la reestructuración y globalización de las
economías nacionales. Estos patrones no están aún claramente
definidos. Pero todo hace prever que la reconversión productiva
tenderá a absorber menos mano de obra de la que expulsa, generando
un desempleo -abierto y oculto- de carácter crónico, el cual ha de
pesar cada vez más sobre los sistemas de seguridad social y
cuestionar el trabajo asalariado "típico" como factor clave de
integración social. Aún con fuerte reactivación económica, este
problema afectará la mayoría de la población en edad de trabajar.
Resumimos
señalados:
en
el
cuadro
siguiente
los
cuatro
procesos
╔═════════════════════════════════════════════════════════════╗
║
Antiguos excluidos
Excluidos intermedios
║
║ ┌────────────────────────────┐ ┌──────────────────────────┐ ║
║ │ Exclusión dura tradicional:│ │ Exclusión del desarrollo │ ║
║ │ * Campesinos pobres
│ │ urbano-industrial:
│ ║
║ │ * Grupos étnicos discrimi- │ │ * desocupados
│ ║
║ │
nados (sierra, selva)
│ │ * auto-empleados en eco- │ ║
║ └────────────────────────────┘ │
nomía de subsistencia │ ║
║
└──────────────────────────┘ ║
║
┌───────────────────────────────────────┐
║
║ Nuevos
│ Exclusión dura por ajuste
y
│
║
║ excluido │ desregulación:
│
║
║
│
│
║
║
│ * cesados
│
║
║
│ * clase media empobrecida
│
║
║
│ * Jóvenes escolarizados sin trabajo
│
║
║
│ * Trabajadores precarios
│
║
║
└───────────────────────────────────────┘
║
║
┌───────────────────────────────────────┐
║
║ Futuros
│ Exclusión de los nuevos patrones de
│
║
║ excluidos │ producción en la economía globalizada │
║
║
│ * mayoría de la PEA
│
║
║
└───────────────────────────────────────┘
║
╚═════════════════════════════════════════════════════════════╝
3.2. Procesos básicos de exclusión
En el Perú, partimos de la constatación que existe una
estructura social a la vez muy desigual y heterogénea, en la que
amplios sectores de la población viven en una situación de pobreza
y acumulan desventajas. ¿En qué medida estos sectores son víctimas
de exclusión social en el sentido señalado?. ¿Cuáles serían las
factores claves de esa exclusión?.
85
De los dos tercios de peruanos que se pueden calificar como
pobres, la mitad se encuentran en extrema pobreza. Ello nos da una
idea de la enorme proporción de quienes forman parte de los núcleos
duros de la exclusión social y también, de quienes no tienen acceso
a los estándares mínimos de integración social de las clases
hegemónicas. Reconociendo esta situación básica, nuestras hipótesis
pueden resumirse en torno a tres puntos: los mercados primarios
restrictivos, la ambivalencia cultural y la precariedad de los
derechos.
a. Mercados primarios restrictivos
La exclusión social hoy día en el Perú se deriva
principalmente de la participación restringida y desigual de la
población en los mercados que son básicos para incorporarse en los
procesos productivos y garantizar la subsistencia en el marco del
sistema capitalista dominante. Estos mercados son los de trabajo,
de crédito y de seguros.
-
Tales mercados, por el tipo de transacción social que
implican, operan mediante la existencia de una
racionalización cuantitativa y una selección cualitativa.
Su funcionamiento excluyente es intrínseca a la lógica
capitalista. Pero la exclusión es agravada también por la
estrechez de estos mercados, producto de las limitaciones
del desarrollo capitalista en el país, y de la crisis
recesiva que lo afecta desde mediados de los 70.
-
El desigual acceso a estos mercados está determinada por
la distribución extremadamente dispareja de los activos
sociales (propiedades, capital humano, prestigio,
influencias), la cual se sustenta a su vez en un Estado
de derecho precario, en la persistencia de una
discriminación cultural y una gran diferenciación en los
canales educativos.
-
Las restricciones señaladas llevan a la conformación de
mercados y estructuras productivas subalternas (autoempleo asociado a la pequeña producción campesina y
urbana), como resultado de las iniciativas de la
población excluida para subsistir. Ello refuerza la vieja
heterogeneidad estructural de la economía.
- El limitado acceso a los empleos en las empresas
capitalistas y la administración pública genera no sólo
86
desocupación sino también auto-empleo en actividades de
sobrevivencia. El auto-empleo es impulsado por la
carencia de seguro de desempleo y otras formas de
protección social. Los ingresos en los sectores autoempleados son inferiores a las remuneraciones de los
asalariados de las grandes empresas capitalistas. Pero
también, la mano de obra desocupada y auto-empleada
presiona sobre el mercado de trabajo asalariado y
contribuye a deprimir el nivel de los salarios.
- Adicionalmente, asistimos a una nueva segmentación del
empleo en torno a las organizaciones modernas (empresas y
administración pública), al darse una separación entre
los
núcleos
integrados
de
trabajadores
técnicoprofesionales y la mano de obra
externalizada en
situación precaria. La segmentación de los mercados de
trabajo coexiste con una aguda competencia en cada uno de
ellos.
-
El sistema de crédito formal es accesible solamente a un
reducido sector de familias y unidades económicas. Los
pequeños productores y comerciantes tienen que recurrir a
modalidades informales o secundarias de crédito de corto
plazo y con altos intereses.
-
El grueso de los peruanos depende de relaciones primarias
de solidaridad y se encuentra al margen de los sistemas
modernos de seguro para prevenirse de infortunios respeto
a sus propiedades, sus actividades económicas y su vida
personal y familiar. Quienes integran el sistema nacional
de Seguridad Social y de jubilación están gravemente
afectados por las insuficiencias y la crisis de este
sistema. La privatización de la administración de los
fondos de pensiones alcanza sólo a la población activa de
mayores ingresos.
b. Precariedad de los derechos
La institucionalidad política es peruana inestable. No se ha
consolidado un régimen de representación y de gobierno democrático.
Existe un divorcio entre el orden jurídico formal y las prácticas
reales. El Estado no contrapesa las desigualdades sociales y
económicas.
-
Desde la Independencia, el derecho peruano se organizó
87
sobre la base de un modelo constitucionalista liberal.
Pero el grueso de la población indígena no pudo ejercer
sus derechos civiles y políticos debido a la carencia de
educación y la falta de garantías en los procedimientos
administrativos y judiciales.
-
La contradicción entre los principios liberales de
igualdad ciudadana y la persistencia de la discriminación
étnico-cultural y de relaciones estamentales creó una
ambivalencia en la experiencia del derecho en el país.
Esta ambivalencia se traduce en el reconocimiento formal
de los derechos civiles y el maltrato cotidiano que
experimentan gran parte de los peruanos (Ames, 1995).
Marcado por esta ambivalencia, el proceso de afirmación
ciudadana de la población fue un proceso desigual.
Resultó más lento en las regiones campesinas. Tuvo mayor
dinamismo en las ciudades. La escolarización, los
movimientos campesinos, la migración masiva del campo
hacia la ciudad, la sindicalización y la ocupación del
espacio urbano propiciaron una participación masiva de la
población marginada en la vida política nacional,
contribuyendo al derrumbe del orden oligárquico.
-
La Constitución de 1979 estableció un modelo socialdemócrata que consagró una amplia gama de derechos socioeconómicos e instituyó una estructura de gobiernos
regionales.
-
La recesión, las medidas de ajustes y las reformas neoliberales aplicadas en los años 80 y 90 contribuyeron a
disgregar los actores sociales organizados, especialmente
los
sindicatos.
La
ineficacia
del
sistema
de
representación política para responder a las expectativas
redistributivas de la población llevó a una desvaloración
de la propia institucionalidad democrática. A ello
contribuyó la creciente inseguridad creada por la
inflación y el terrorismo, así como la corrupción e
ineficacia de las instituciones públicas.
-
El sentimiento de inseguridad y la búsqueda de orden por
parte de la gente, la desestructuración de la vida
institucional, la rebaja de las aspiraciones inmediatas
de los sectores más golpeados por la pobreza, han creado
las condiciones para la emergencia de un gobierno
autoritario
legitimado
por
sus
logros
en
la
estabilización económica y la lucha anti-subversiva. El
actual régimen político combina el liberalismo económico
con la distribución prebendista de recursos públicos.
88
-
La nueva Constitución aprobada en 1993 refuerza el
liberalismo económico y el centralismo político; reduce
significativamente las obligaciones del Estado respecto a
los derechos socio-económicos, especialmente en lo que
concierne la vivienda, la seguridad social y los derechos
laborales.
-
En la actualidad, el sistema de representación política y
la institucionalidad política tiende a debilitarse,
mientras se consolida los grupos de poder económico.
-
El Estado no es garante de su propio ordenamiento
jurídico. La crisis del Estado atañe en especial la
administración pública y de justicia. La mayoría de los
peruanos desconfía de las leyes y del sistema judicial y
se acostumbra a recurrir a métodos informales, a la
corrupción y a la auto-justicia para resolver sus
problemas.
-
La propiedad accionaria de las principales empresas se
encuentra concentrada en unos pocos grupos empresariales
y en el Estado y, junto con el proceso de privatización,
tiende a internacionalizarse. La pequeña propiedad
agraria y urbana se ha difundido desde fines de los años
60; sin embargo, para la mayoría de la población ,esta
propiedad no está consolidada jurídicamente.
-
En el campo de las relaciones colectivas del trabajo, el
Estado abandona su función tuitiva, reforzando el poder
empresarial y contribuyendo al deterioro de la capacidad
de representación y de presión de los sindicatos.
-
La política de compensación social es extremadamente
limitada respecto a la magnitud de la pobreza crítica.
c. Ambivalencia cultural
La dimensión cultural interviene de manera contradictoria en
los actuales procesos de exclusión.
-
La población peruana se caracteriza por una pluralidad de
procedencia étnico-cultural y un amplio mestizaje.
89
Persiste sin embargo la desvaloración del origen indígena
asociado fundamentalmente a la condición de "serrano" o
de "cholo". Cabe señalar también la situación de
marginación de la comunidades indígenas de la Selva.
-
No obstante la pluralidad y la desigual valoración de las
identidades de origen, se ha producido en las últimas
décadas una mayor homogeneización cultural mediante la
migración, la escolarización, la masificación de los
medios de comunicación y la intensificación de los
intercambios económicos y sociales. La población de
origen serrana viene redefiniendo su propia bagaje
cultural en el espacio urbano.
-
Las expectativas de progreso, reforzadas por los medios
de comunicación, chocan con los mecanismos de exclusión
económica. Tal situación genera diversas reacciones que
oscilan entre la impotencia y la innovación, y entre la
ruptura y la adaptación. El bloqueo de las expectativas y
el sentimiento de discriminación de la juventud mestiza
provinciana alimentó la violencia política que dominó la
escena nacional a partir de 1980. Pero, simultáneamente,
la laboriosidad emprendedora de los migrantes han dado
lugar a una vasta economía informal y a la emergencia de
nuevos empresarios identificados con la vertiente
cultural andina.
-
Las redes de relaciones de parentesco y de lugares de
procedencia y la organización territorial local ayudan a
los grupos sociales marginados a incorporarse a los
mercados y a acceder a mejores posiciones económicas y
políticas.
-
El mayor contacto entre grupos de distintas raíces
étnico-culturales en los mismos espacios sociales tiene
efectos ambivalentes. Por un lado conduce a procesos más
activos de comunicación intercultural y de mestizaje; por
otro, suscita recelos y nuevas manifestaciones difusas de
racismo que encuentran sustento en la herencia colonial
del país y la tradición criolla y oligárquica
identificada con el modelo europeo y norteamericano.
-
La diferenciación de los canales de educación y de
formación profesional se convierte cada vez más en un
factor clave de selección social.
-
La
discriminación
de
género
se
ve
alterada
en
los
90
sectores medios por el creciente acceso a la educación de
las mujeres, y en los barrios populares por el rol activo
que ellas cumplen en la implementación de actividades de
sobrevivencia. Frente a la precarización de la situación
laboral de los hombres, las mujeres ocupan un mayor
espacio en la vida económica y social.
3.3. Exclusión, estructura y movilidad social
Los diferentes procesos de exclusión e integración se
cristalizan en la estructura social en la que es posible señalar
tres situaciones típicas:
- La primera, situada arriba de la jerarquía social.
Corresponde a los núcleos duros de inclusión hegemónica;
vale decir, los sectores que acumulan más ventajas. Estos
conforman la clase económica y política dominante.
Estimamos que reúnen aproximadamente un 10% de la
población.
- La segunda, situada abajo de la estructura social.
Constituye el núcleo duro de la exclusión social,
comprende: a los sectores que acumulan más desventajas,
particularmente, los campesinos pobres de la Sierra y de
la Selva, y la población urbana de menores recursos. Este
núcleo coincide fundamentalmente con la extrema pobreza y
abarca cerca del 30% de la población.
- La tercera, se encuentra entre los dos polos anteriores.
Lo denominamos el terreno intermedio. Este se halla
ocupado por las llamadas clases medias y populares que
combinan, en mayor o menor grado, algunas formas de
inclusión y exclusión que se compensan parcialmente. Se
trata también de una posición propicia a la movilidad
social, ya sea ascendente o descendente, y de tipo
horizontal. Abarca aproximadamente el 60%
de la
población.
91
╔═══════════════════════════════════════════════════════════════╗
║ Núcleo de
║
║ inclusión
┌─────┐
║
║ hegemónica --------------> │
│
║
║ (10%)
│ │ │
║
║
╔════════╪══╪══╪════════╗
║
║
║
│ │ │
║
║
║
║
│
│<-------║--- Zona crítica ║
║
║
└─────┘
║
de arriba
║
║
║
^
║
║
║
║
│movilidad ║
║
║
║
│vertical
║
║
║
terreno
║
│
║
║
║
intermedio ----->║
<──────┼──────>
║
║
║
(60%)
║ movilidad│horizontal ║
║
║
║
│
║
║
║
║
│
║
║
║
║
│
║
║
║
║
┌─────────┐
║
║
║
║
│
│<-----║--- Zona crítica ║
║
║
│
│
│
║
de vulnera- ║
║
╚══════╪════╪════╪══════╝
bilidad
║
║
│
│
│
║
║
Núcleo duro
│
│
║
║
de exclusión ------->
└─────────┘
║
║
(30%)
║
║
║
║
║
║
║
╚═══════════════════════════════════════════════════════════════╝
En la frontera de cada núcleo se ubica una zona crítica de
integración/inclusión. En la de arriba transitan los "ganadores" de
la movilidad ascendente y los grupos dominantes en crisis que
"caen" hacia un status inferior. En la de abajo se encuentran los
sectores más vulnerables del terreno intermedio (por la precariedad
de su acceso a los mercados, la fragilidad de sus activos sociales,
etc.) y los que salen de alguna manera del núcleo duro de la
exclusión, como es el caso de los migrantes que logran abrirse un
pequeño espacio en la ciudad, y las mujeres populares organizadas
en actividades de subsistencia. Existen intensos movimientos
ascendentes y descendentes en cada una de esas zonas críticas.
La movilidad social -horizontal y vertical, ascendente o
descendente- está fuertemente asociada a los cambios ocupacionales.
En Lima Metropolitana, se estima que en 1991, más del 60% de la
Población Económicamente Activa (PEA) cambió de ocupación
(Chacaltana, 1993: 23). Esta intensa movilidad se explica tanto por
la reducción de personal en la administración pública y las grandes
empresas, como por la mayor inestabilidad en los puestos de trabajo
existentes.
La fragmentación de uno de los espacios sociales señalados
coexiste con una fuerte cohesión en torno a las redes sociales
primarios y los grupos de origen étnico.
4. EL PROBLEMA DEL EMPLEO
92
El problema del empleo en un país como el Perú guarda
importantes
diferencias
con
el
que
tienen
las
naciones
desarrolladas donde prevalece el empleo asalariado y, además,
existe un seguro de desempleo. En el Perú, el empleo asalariado es
más restringido -47% a nivel nacional y 62% en Lima Metropolitana,
según el Censo de 1993-, y el empleo en actividades de subsistencia
y de pequeña producción muy extendido. La tasa de desempleo de la
PEA peruana -7% a nivel nacional y 10% en Lima Metropolitana en
1993- no resulta mayor que la de muchas economías industrializadas
(3). Aquí, los que pierden un empleo se ven empujados a autogenerar su puesto de trabajo usando su propio capital humano y
abriendo pequeños espacios de actividades para subsistir. Esta
situación se traduce en el enorme peso que tiene el llamado "subempleo" en la medición del nivel de empleo. La tasa global de subempleo creció espectacularmente: del 26% en 1980 al 77% de la PEA
de Lima Metropolitana en 1993.
El sub-empleo es definido por el Ministerio de Trabajo como
"empleo inadecuado", ya sea por tiempo o por ingreso (4). Pero de
hecho más del 90% de este sub-empleo lo es por ingreso. El aumento
de la tasas de sub-empleo indica que los ingresos de la gran
mayoría de los trabajadores -asalariados e independienteshan
decrecido por debajo del ingreso considerado como mínimo hacia
fines de los años 60. Tal situación se deriva principalmente de la
recesión con inflación.
No es posible explicar cómo las dos terceras parte de la
El desempleo registrado se limita
al desempleo abierto
comprendiendo sólo a las personas que buscan activamente trabajo y
no lo encuentran (9.9% para Lima Metropolitana en 1993). Pero hay
que tomar en cuenta al desempleo oculto, que corresponde a los
"desalentados", es decir, a quienes dejaron de buscar trabajo por
las dificultades de encontrarlo. Estadísticamente, éstos no son
considerados como parte de la PEA, pero representan una fuerza
laboral potencialmente disponible. Contándolos, se estima que el
desempleo (abierto más oculto) llega al 22.4% de la PEA de de Lima
Metropolitana en 1993 (Gárate, 1994). Por otra parte, la tasa de
desempleo abierto se duplica si la referimos únicamente a los
asalariados.
3
El subempleo comprende: el sub-empleo por ingreso (inferior
a la Remuneración Mínima fijada en enero de 1967 ajustada según la
variación del costo de vida) y el sub-empleo por tiempo (menos de
35 horas trabajadas semanales). Más del 90% del sub-empleo resulta
por bajos ingresos.
4
93
población activa pueda sobrevivir en situación de sub-empleo por
bajos ingresos -vale decir "sub-remuneración"- sin tomar en cuenta
el incremento del trabajo femenino y del pluri-empleo.
El trabajo femenino se incrementa de dos maneras: por un lado,
mediante la participación de las mujeres en actividades de
subsistencia organizadas en los asentamientos humanos de bajos
ingresos, tales como, los comedores populares (trabajo no
registrado en la PEA); por otro lado, mediante su ingreso en
actividades
productoras
de
bienes
y
servicios
valorados
económicamente (trabajo registrado por la PEA).
El pluri-empleo constituye otro aspecto importante que debemos
considerar.
Paralelamente
a
la
ocupación
principal,
un
significativo porcentaje de trabajadores realiza actividades
complementarias generadoras de ingreso. El empleo secundario de un
jefe de hogar involucra frecuentemente a otros miembros de la
familia.
La evolución del empleo en los últimos 25 años muestra que, en
cifras agregadas, la composición entre asalariados e independientes
no se altera radicalmente. La tasa de asalariamiento sólo ha
declinado ligeramente entre 1980 y 1981, y se incrementa en 1993 a
nivel nacional; disminuye de manera más sostenida en Lima
Metropolitana.
╔══════════════════════════════════════════════════╗
║PROPORCION DE ASALARIADOS SOBRE EL TOTAL DE LA PEA║
╟──────────────────────────────────────────────────╢
║Censos Nacionales
Nacional
Lima
║
║--------------------------------------------------║
║1972
44.3
68.0
║
║1981
42.3
65.5
║
║1993
47.0
62.4
║
╚══════════════════════════════════════════════════╝
Los cambios más importantes se registran al interior de la
estructura del empleo asalariado. En términos absolutos y
relativos, observamos por un mayor aumento de la cantidad de
asalariados ocupados en las pequeñas empresas y una menor cantidad
en las grandes empresas, como se puede apreciar en el cuadro
siguiente. Esta tendencia -asociada a una mayor precarización del
empleo asalariado- corresponde a la propensión de las empresas de
mayor tamaño a subdividirse en unidades más pequeñas y a recurrir a
modalidades de subcontratación como forma de evadir las
regulaciones laborales y reducir los riesgos en un contexto de
94
incertidumbre (Távara, 1995).
╔═══════════════════════════════════════════════════════════╗
║ PEA ASALARIADA EN EL SECTOR PRIVADO POR TAMAÑO DE EMPRESA ║
║ LIMA METROPOLITANA
║
║ --------------------------------------------------------- ║
║ Tamaño de empresa
1984
1993
║
║ (No. de trabajadores)
║
║
(miles)
%
(miles)
%
║
║ --------------------------------------------------------- ║
║
1-10
228.8
33.3
490.8
44.2 ║
║
11-98
203.2
29.6
340.0
30.7 ║
║
99 o más
255.2
37.1
278.5
25.1 ║
║ --------------------------------------------------------- ║
║
Total
687.2
100.0
1109.3
100.0 ║
╚═══════════════════════════════════════════════════════════╝
La categoría ocupacional que más ha decrecido en Lima
Metropolitana entre 1970 y 1990 corresponde a los obreros
sindicalizados del sector privado. El mayor aumento lo registran
los vendedores ambulantes y los profesionales. De 20 mil en 1970,
los ambulantes pasaron a 300 mil en 1990 (Verdera, 1994, Cuadro 4).
Entre 1970 y 1990, la distancia entre las remuneraciones de
los grupos ocupacionales que ganan más y los que ganan menos se ha
reducido. En Lima Metropolitana, los profesionales del sector
privado ganan apenas dos veces más que el promedio; los
profesionales del sector público se encuentran al mismo nivel que
los independientes no profesionales. Los grupos que mejoran
ligeramente su posición relativa son los obreros no sindicalizados
y los vendedores ambulantes. En cambio, baja un poco la posición de
los obreros sindicalizados (Verdera, 1994: 24). El estancamiento
económico llevó a una disminución en el ingreso laboral para todas
las categorías de trabajadores, a pesar de su mayor nivel
educativo.
Las remuneraciones no compensan adecuadamente la inversión
realizada en los estudios, especialmente en el caso de los
profesionales. Esta situación lleva a una fracción significativa de
la fuerza laboral calificada a abandonar el país. Además, buena
parte de los recursos humanos más experimentados se ha dispersado
por los retiros masivos de las empresas y de la administración
pública.
En el contexto de la recesión, las actividades de pequeña
producción, comercio y servicios asociadas al llamado mercado
informal han crecido de manera espectacular. Cualquiera sea la
manera como se lo defina, dicho mercado absorbe una porción
creciente de la fuerza laboral; según el Ministerio de Trabajo,
abarcaba el 33% de la PEA limeña en 1981 y el 49% en 1992 (Gárate,
95
1994: 74).
Junto al sector informal, ocupa un espacio cada vez mayor la
pequeña empresa. Como vimos, la PEA asalariada de Lima
Metropolitana que trabaja en empresas de no más de 10 trabajadores
pasa del 33% al 44% entre 1984 y 1993. La expansión de la pequeña
empresa, además de responder a los efectos de la recesión, guarda
relación con la política de descentralización de la organización
productiva y de externalización de las relaciones de trabajo, que
se expresa en la constitución de redes de empresas subcontratistas, "services" y "cooperativas de trabajo".
Las actividades informales y las pequeñas empresas emplean
trabajadores familiares no remunerados y asalariados que por lo
común no son registrados o están bajo contratos precarios de
trabajo. También en las empresas mayores existe una alta -y
creciente- proporción de asalariados en situación precaria. En 1990
y 1992, los eventuales representan respectivamente el 41% y 49 %
del conjunto de la población ocupada asalariada privada en Lima
(MTPS-DGE). Existe una alta rotación de personal y la mayor parte
de los nuevos trabajadores son contratados por tiempo determinado u
otra modalidad de relación laboral atípicos (Kritz, 1991).
Las tendencias señaladas son desfavorables a la organización
sindical. De acuerdo a la ley, el derecho de sindicalización es
limitado a los centros de trabajo de 20 o más trabajadores. En
Lima, ello significaba que sólo el 63% de los asalariados podía
sindicalizarse en 1981; este porcentaje se reduce a sólo 53% en
1983. La tasa sindicalización en los centros de trabajo de más de
20 trabajadores también bajó de 65% a 50% entre 1961 y 1993, lo
cual revela una actitud menos favorable de los propios trabajadores
hacia la organización sindical. La baja en las tasas de
sindicalización parece acentuarse en los últimos años. El
porcentaje de trabajadores afiliados a un sindicato sobre el total
de los asalariados ocupados en Lima Metropolitana bajó de 21 a 15%
entre 1990 y 1992.
La recesión económica y la flexibilización de las relaciones
contribuyeron a debilitar a los sindicatos. Sin embargo este
debilitamiento guarda relación también con la ausencia de
concertación estratégica y de acuerdos mínimos entre los
empleadores, el gobierno y los dirigentes sindicales respecto a las
políticas de ajuste, la reconversión productiva, el empleo, etc..
El liderazgo empresarial se mantuvo a la ofensiva y el sindical a
la defensiva. El desgaste de la representación sindical dejó sin
representación a la mayoría de los trabajadores asalariados,
reduciendo las posibilidades de algún pacto social.
96
¿Cómo se presenta el problema del empleo en el futuro
próximo?. Las proyecciones señalan que, no obstante la previsible
baja de la tasa de crecimiento de la población, la PEA crecerá muy
acentuadamente -más de 3% anual, vale decir un promedio de 280 mil
personas cada año en lo que resta de la presente década-. En
términos absolutos, la PEA sería en el año 2020 más del doble de lo
que es ahora. Si bien incide la mayor participación femenina, el
fuerte incremento de la PEA de los años 1990-2020 se derivará de la
magnitud del estrato de población joven (40% de la población total
con menos de 15 años en 1990) que está entrando a la edad de
trabajar. Cómo dice Wicht (1983): "La explosión demográfica se dio
en los cuatro decenios pasados (anteriores a 1980); la explosión
laboral está recién empezando". Los desafíos que ello significa son
considerables.
La reactivación económica que se perfila desde 1993 no conduce
a absorber mucha fuerza de trabajo. Las empresas capitalistas y el
sector público incorporarán núcleos de trabajadores a la vez más
restringidos
y
mejores
calificados,
incrementando
sus
remuneraciones y sus posibilidades de promoción profesional. La
mayor parte de los servicios periféricos serán subcontratados y
encargados a unidades pequeñas empleando a trabajadores precarios,
sub-remunerados,
con
menores
posibilidades
de
desarrollo
profesional. Asistiremos a un reforzamiento de la dualización del
mundo laboral en torno a las organizaciones modernas, tanto las del
capital privado como del Estado. En esta dualización intervendrá
cada vez más la competencia por acceder a mayores niveles de
formación técnico-profesional. Pero, sumando los núcleos integrados
y los círculos periféricos, la demanda de empleo por parte de las
principales empresas y del Estado no podrá resolver el problema del
excedente laboral. Por ello, persistirá la presión por la
autogeneración del empleo en actividades de subsistencia y de
pequeña escala, ya sea de tipo formal o informal.
5. CONCLUSIONES E IMPLICANCIAS POLITICAS
En conclusión, el concepto de exclusión social debe situarse
en una realidad persistente en el país donde la pobreza alcanza a
alrededor de la mitad de los peruanos. Corroboramos que el acceso
restrictivo a los mercados básicos constituye un mecanismo básico
de exclusión. Pero este mecanismo opera a partir de una
distribución extremadamente desigual de los activos económicos y la
persistencia de una cultura discriminadora. Los procesos perversos
de exclusión de estos mercados no son contrarrestados por el
97
Estado, debido a la precariedad de la institucionalidad política
democrática.
La preocupación actual por el tema de la exclusión expresa la
exacerbación de los problemas señalados en la medida que los medios
de comunicación y la educación incrementan las expectativas de
movilidad. Los anteriores modelos de integración social se han
desdibujado y las élites propician la competencia descarnada como
forma de regulación. La competencia perjudica a los sectores que
acumulan desventajas y los empujan a situaciones de exclusión dura.
Los grupos situados en zonas vulnerables de exclusión se
resisten a ella, movilizando los activos sociales que están a su
alcance, en especial sus relaciones primarias. La mayor parte de
los peruanos se encuentra no en una situación cerrada de exclusión
sino en un estado de pobreza e inestabilidad. En términos
relativos, los asalariados y las clases medias han sido las más
afectadas económicamente por la recesión.
Nuestro análisis sugiere que el problema de la exclusión
social tiene que ser atacado simultáneamente desde una perspectiva
sistémica global y desde la de los propios sujetos sociales. La
perspectiva sistémica implica actuar de manera coordinada en el
terreno de los mercados básicos, de la institucionalidad política y
de los valores culturales. En cada caso, es importante reforzar las
capacidades
de
los
sectores
desfavorecidos.
Resumimos
a
continuación algunas implicancias políticas:
a. Un primer eje de la lucha contra la exclusión debe consistir a
ampliar la capacidad del país de generar empleos adecuadamente
remunerados. La política de generación de empleo no puede estar al
margen del incremento de la calidad y productividad del trabajo, lo
cual demanda el involucramiento responsable y la formación
permanente del personal empleado por ya sea las empresas
capitalistas, la administración pública o las unidades de pequeña
escala. Es necesario asimismo valorar a los asalariados empleados
por las empresas sub-contratistas. Los incrementos de productividad
deben traducirse en incremento de las remuneraciones, haciendo
posible la disminución del pluri-empleo y de la jornada laboral.
Ello debe acompañarse de un nuevo tipo de relaciones colectivas de
trabajo que incorpore acuerdos sobre producción y empleo.
b. La promoción del empleo requiere de la iniciativa de los
pequeños productores, para quienes resulta decisivo la organización
de redes socio-territoriales y sectoriales, y ampliar el acceso al
crédito. El sistema financiero debe adecuarse a las condiciones de
operación de la pequeña producción, propiciando formas de garantía
solidarias, de eficiencia colectiva y de apoyo institucional
98
descentralizado. El fomento de las actividades de los pequeños
productores implica consolidar sus derechos de propiedad.
c. La consolidación de una institucionalidad política eficaz y
democrática es fundamental para garantizar y compatibilizar los
derechos ciudadanos. Se requiere una continuidad democrática basada
en un sistema estructurado de representación, que incorpore a los
partidos y las organizaciones sociales y genere espacios públicos
para su concertación. Ello implica superar el sesgo centralista del
régimen constitucional y consolidar los gobiernos locales y
regionales. Un objetivo central lo constituye también la mejora de
la administración pública, y en particular de la administración de
justicia.
d. En el campo de los derechos sociales, tienen prioridad: la
educación pública y la mejora de su calidad; el acceso universal a
los servicios de salud preventiva materno-infantil y al primer
nivel de atención; y el desarrollo de un sistema de Seguridad
Social eficiente y plural, garantizado por el Estado, apuntando a
preservar y ampliar la cobertura de los sectores de menores
ingresos y a mantener niveles justos de remuneración a los
pensionistas. La defensa de los derechos sociales exige además la
implementación de Programas de compensación social dirigidos hacia
la alimentación, la salud y el empleo de los sectores de mayor
pobreza afectados por las políticas de ajuste.
e. Finalmente, la acción contra la exclusión no puede prescindir de
políticas apuntando a modificar las actitudes respecto a la
discriminación étnico-cultural y de género, y la desigualdad social
en el país. Ello demanda una perspectiva de largo plazo, enfocada
tanto desde las mayorías sociales como desde las élites. Los
principales terrenos de intervención para promover nuevas
orientaciones culturales son: el sistema educativo, dando prioridad
a la enseñanza básica y atendiendo la formación de los maestros;
los medios de comunicación, especialmente la televisión; y la
capacitación de líderes sociales y políticos. Para combatir los
prejuicios y comportamientos discriminatorios, se requiere poner
el énfasis en los valores de la auto-estima, el
mutuo respeto
entre las personas y la interculturalidad.
99
BIBLIOGRAFIA
CALLIRGOS, J. C. (1993), El racismo. La cuestión del otro (y de
uno), Lima, DESCO.
CARDOSO, F. H. (1971), "Comentarios sobre los conceptos de
sobrepoblación relativa y marginalidad", Revista Latinoamericana de
Sociología, No. 1/2, Santiago de Chile.
CHACALTANA, J. (1993), La movilidad ocupacional en Lima
Metropolitana: Una aproximación microeconómica. Taller de Empleo,
Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del
Perú y Asociación Laboral para el Desarrollo, Lima.
DEGREGORI, C. I., BLONDET, C. y LYNCH, N. (1986), Conquistadores de
un nuevo mundo. De Invasores a Ciudadanos en San Martín de Porras.
Lima, IEP.
FIGUEROA, A. (1993) La naturaleza del mercado laboral. Pontificia
Universidad Católica. Lima, CISEPA.
FIGUEROA, A., ALTAMIRANO T. y SULMONT D. (1994), "Social exclusion
and social inequality in Peru, en ROGGERS, Gerry, Charles Gore,
José Figueiredo, Ed., Social Exclusion: Rhethoric, Reality,
Responses. Geneva, International Institute For Labour Studies,
United Nations Development Programme.
FRANCO, C. (1991), "Exploraciones en la 'otra modernidad': de la
migración a la plebe urbana", en Urbano H. (compilador), Modernidad
en los Andes. Cuzco, Centro de Estudios Regionales Andinos
Bartolomé de Las Casas,
100
GARATE, W. (1993) El sindicalismo a inicio de los noventa.
Asociación Laboral para el Desarrollo.
Lima,
GARATE, W. y FERRER R. (1994) En qué Trabajan las Mujeres.
Compendio Estadístico 1980-1993. Lima, Asociación Laboral para el
Desarrollo.
HART, K. (1973), "Informal income opportunities and urban
employment in Ghana", en The Journal of Modern African Studies,
Vol. 11, No. 1.
NUN, J. (1972), "Marginalidad y otras cuestiones". Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales, Santiago de Chile, FLACSO.
PORTOCARRERO, G. (1993), Racismo y Mestizaje. Lima, Ed. Sur, Casa
de Estudios del Socialismo.
101
RAWLS, J. (1985), Teoría de la Justicia. México, Fondo de Cultura
Económica.
TAVARA, J. (1995), "Enfoque y perspectivas sobre la pequeña
empresa en el Perú". Páginas, No. 133, junio. Lima, Centro de
Estudios y Publicaciones.
TOURAINE, A. (1987), "La centralidad de los marginales", en
Proposiciones No. 14 (Marginalidad, Movimientos sociales y
Democracia), Santiago de Chile, Ed. Sur.
______ (1989), América Latina. Política y Sociedad. Madrid,
Espasa-Calpe.
Ed.
_____ (1994) Qu'est que la démocratie?, Paris, Fayard.
VERDERA, F. (1994), El mercado de trabajo de Lima Metropolitana:
Estructura
y
Evolución,
1970-1990.
Lima,
Consorcio
de
Investigación Económica, Instituto de Estudios Peruanos.
WICHT, J. J. (1983) El empleo en el Perú. Lima, Centro de
Investigación de la Universidad del Pacífico.
_____ (1989) "La población y la calidad de vida", en Conferencia
Episcopal Peruana - Semana Social del Perú, Lima.
APUNTES TEÓRICOS SOBRE CRECIMIENTO Y EMPLEO
LUIS PACHECO ROMERO
*************
102
INTRODUCCION
La finalidad de estas notas es proporcionar elementos de
discusión referidos a la problemática del crecimiento y el empleo
con la esperanza de que sean considerados de utilidad en el
proceso de elaboración de estrategias de empleo y, en general, de
políticas sociales, en nuestro país, por quienes están
directamente relacionados con la temática del empleo, ya sea como
investigadores en el nivel del análisis o como diseñadores de
política. Desde una perspectiva metodológica, se procura subrayar
la necesidad de que, al elaborarse diagnósticos y políticas sobre
el empleo y la equidad social, se considere en su peso debido, a
los procesos de la realidad nacional e internacional tomándolos
en cuenta como contexto que define significados en los fenómenos
relevantes a la problemática del empleo.
Toda acción dirigida a contribuir a construir sociedades
equitativas en la región latinoamericana supone esfuerzos
orientados a hacer viable el desarrollo social, a forjar más
equidad entre los agentes económicos y sociales, a lograr una
mayor calidad de vida difundida en la población. Teniendo ese
propósito en mente, la discusión creemos necesario definirla en
términos de la dirección estratégica requerida para avanzar hacia
los propósitos señalados. Ahora bien, la explicitación de una
orientación estratégica supone conocer bien el marco objetivo en
el cual se encuentran inscritos los procesos de la realidad
económico-social sobre los que se quiere influir. En el caso
específico que concierne a estas notas, creemos que los
lineamentos dirigidos a una mejora en la situación del empleo,
tendrán un sustento firme si se basan en un adecuado conocimiento
del contexto de la realidad pertinente. Este a todas luces es un
criterio conocido. Mas lo que nos lleva a subrayar este requisito
de índole metodológica y que nos lleva a realzarlo es el hecho de
que entre la década de los 80's y hoy se han producido cambios
fundamentales en este contexto, tanto en su dimensión
internacional como en la nacional. En el caso peruano, las
transformaciones con indiscutible relevancia similarmente se dan
tanto en el ámbito internacional como en el nacional, pero en
estas notas enfatizaremos el nivel internacional por el especial
alcance de sus efectos.
PRINCIPALES TRANSFORMACIONES ECONOMICO-SOCIALES
103
Cambios profundos en el contexto internacional
Veamos una ilustración de lo aquí afirmado. Como está siendo
apreciado de manera clara, las fronteras entre lo nacional y lo
internacional se han venido diluyendo. Como expresión de ello, en
los últimos años se ha expandido el comercio internacional, se
han incrementado los flujos financieros internacionales, se
produce una más intensa circulación internacional de ideas y de
información, existe una mayor movilidad internacional de
personas, y otros aspectos que denotan esa misma tendencia. Un
resultado de ello es que muchas generalizaciones empíricas sobre
los fenómenos de la realidad que podían tener vigencia durante
los años 70's y aún en parte de los 80's, ahora en los 90's en no
pocas ocasiones han perdido sustento real en qué apoyarse.
Cambios en el orden conceptual
Naturalmente, los ajustes a detectarse ocurren no sólo a
nivel fáctico; la contraparte de ello es que los ajustes deban
tener lugar a nivel conceptual también. Echemos una mirada al
nivel de las ideas. Como un reflejo de los cambios a nivel de los
fenómenos, el tratamiento y aún el contenido de algunos conceptos
están, a su vez, experimentando trasformaciones. Por ejemplo,
habría que precaverse sobre la significación del concepto de
"inversión privada nacional": ahora resultaría menos fácil
distinguir entre inversión nacional e inversión extranjera, por
la dificultad actual para conocer con precisión la proporción de
la participación accionaria extranjera en las empresas de
cualquier país en particular. Un caso similar se da con el
término "inversión privada", que antes solíamos asociarlo con la
inversión privada nacional, pero que ahora incorpora en su ámbito
a capitales extranjeros en magnitud cada vez mayor 5.
En este ambiente cambiante, está planteada ante los
investigadores no sólo la tarea usual de explorar nuevas
situaciones y realidades empíricas; con igual fuerza hay que
estar dispuestos a reconocer la insuficiencia que pueden revelar
algunas nociones, la necesidad por tanto de construir
alternativos conceptos idóneos y, claro está, de ser el caso, la
de plantear nuevas hipótesis de trabajo.
5
SI EN LOS AÑOS 70 Y 80, EL CRÉDITO COMERCIAL DIRIGIDO A AMÉRICA LATINA CONSTITUÍA EL
PRINCIPAL COMPONENTE DE LA OFERTA DE FINANCIAMIENTO EXTERNO A LA REGIÓN, EN 1992 ESTA FORMA DE
FINANCIAMIENTO SÓLO REPRESENTÓ UN 16% DEL MOVIMIENTO DE CAPITALES (CON US$ 9 500 MILLONES); MIENTRAS
QUE LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN EL MISMO AÑO 1992 ASCENDIÓ A US$ 19 000 MILLONES, LO QUE SIGNIFICÓ EL
30% DEL FLUJO TOTAL. YA SEA MEDIANTE LA INVERSIÓN DIRECTA EXTRANJERA (US$ 14 087 MILLONES), LOS
ADR/GDR (US$ 4 390 MILLONES) O FONDOS EXTERNOS DE INVERSIÓN (US$ 259 MILLONES), EL CAPITAL
EXTRANJERO CRECIENTEMENTE SE HACE PARTE DE LA INVERSIÓN PRIVADA EN LOS PAÍSES DE LA REGIÓN. VER CEPAL,
1994, PGS. 207-209.
104
Las estrategias también se alteran en su contenido temático
Otro impacto de estas evoluciones conceptuales más recientes
se da en el nivel de las estrategias a aplicarse con el propósito
de avanzar hacia el progreso social. Antes podíamos hacer del
empleo un objetivo independiente al calor de las propuestas por
elevar el nivel de desarrollo de los países. 6 Hoy en día los
márgenes para poder trabajar en esa línea aparecen más reducidos.
Con el cambio de paradigma del desarrollo en la región, y haberse
hecho prevaleciente el enfoque que propicia la liberalización de
los mercados, la relación entre empleo y el crecimiento económico
ha
variado,
haciéndose
más
compleja,
por
la
mayor
interdependencia que se ha suscitado entre esos dos conceptos y
esas dos realidades. Esta ligazón creciente tiene consecuencias
de signo complejo. En efecto, por un lado, es el crecimiento el
que posibilita la expansión del empleo 7. Según esto, el empleo
aparece como un efecto derivado del crecimiento y habría perdido
así toda independencia. Pero, por otro lado, crece la evidencia
empírica de que no podrá darse un crecimiento sostenido sin una
expansión del empleo8. Con lo que, paradójicamente -a pesar del
contexto adverso-, el objetivo social asume fuerza inédita. El
punto a recalcarse, sin embargo, es que si bien pueden recobrar
fuerza el empleo y otros objetivos de índole social en los planes
y políticas globales, el sostén conceptual en la reconquista de
dicha importancia pasa a ser por entero diferente: defensores de
las reformas estructurales (del tipo Banco Mundial) comienzan a
abordar el tema con fines de aplicación. De confirmarse esta
tendencia, empezaría a delinearse un escenario diferente, en el
cual los analistas de esta problemática van a presenciar cómo los
esfuerzos por lograr llevar adelante y materializar dichos
objetivos (sociales) acaso se estén mudando de edificio
conceptual -de la visión y programa populista a la visión y
programa liberal-, y deban admitir eventualmente que esto se
constituya en premisa para que los objetivos sociales puedan
volver a tener vigencia fresca. Tenemos aquí, en consecuencia,
otro punto a ser detectado entre los cambios que se registran en
estos tiempos muy recientes.
6
Era del todo factible plantearse así este objetivo, cuando prevalecían en
los círculos políticos y académicos estrategias de crecimiento económico como las
que se aplicaron en los años 1950-70, ya sea en su versión de búsqueda de pleno
empleo por un Estado benefactor en el caso de los países industrializados (matriz
conceptual keynesiana) o en la propuesta cepalina en las décadas inmediatas a la II
Guerra Mundial asociada a la industrialización por sustitución de importaciones.
Ver Furtado, C., 1991; Sunkel, O. et al., 1991.
7 Noción que se encuentra desde los más conspicuos exponentes del pensamiento
clásico. Ver Blaug 1985, y Schumpeter 1971.
8 Y, ciertamente, tampoco podría darse crecimiento sin una mejora en materia
de distribución del ingreso ni sin una reducción de la pobreza. Este postulado es
presentado con fuerza por la CEPAL desde
el inicio de la década en curso. Véase CEPAL 1990 y CEPAL 1992.
105
El enfoque predominante cambia de manos
En tercer lugar, el eje del crecimiento económico y de la
generación de excedente se ha trasladado ahora al sector privado.
Esta es una realidad difícil de ignorar. Pero si esto es cierto,
de hecho asumirán mayor relevancia las propuestas sobre
crecimiento productivo y generación del empleo afines a las
ópticas de política económica usualmente ligadas al sector
privado.
Ahora bien, la referencia a propuestas y ópticas que se ha
comenzado a hacer nos lleva gradualmente al ámbito teórico.
Ubicados en ese plano, no resulta difícil reconocer la
pertenencia de las ópticas aludidas en el párrafo precedente a
una corriente de pensamiento determinada, a aquélla que encuentra
su matriz en el liberalismo. De esta manera es que llegamos al
tema del liberalismo.
Reparemos en que la expresión utilizada en estas notas es
"liberalismo", y no "neo-liberalismo". Hay antecedentes que
explican esta opción terminológica. Parece necesario subrayar un
hecho que no debe pasar inadvertido, y es que en los países de la
región se ha dilucidado una contienda. Hace unos 20 a 25 años, en
la mayoría de países de la región el sector privado y el sector
público competían por los recursos de la economía nacional, por
el fondo de recursos para inversión. Esa competencia, sin
embargo, se ha atenuado ya, cuando el Estado le ha cedido
prácticamente el espacio al sector privado. Al devenir esto en
una realidad, la forma de emplear y asignar esos recursos está
pasando a ser percibida y entendida a través del equipamiento
mental y conceptual de los actores principales del nuevo sector
hegemómico. Por ello, lo que pasa a cobrar fuerza no consiste
solamente de un particular enfoque de política económica, tal
como el neo-liberalismo. Se trata, en vez, del afianzamiento de
una particular visión sobre la naturaleza misma de la economía
global, de una concepción del propio funcionamiento de ésta, de
sus principios rectores, de aspectos de una importancia crucial
tal como la relación entre economía y sociedad, entre economía y
el individuo. Es, en suma, toda una filosofía económico-social,
el liberalismo9, lo que adquiere vigencia, y no simplemente una
perspectiva de cómo mejor manejar instrumentalmente la economía
desde el Estado.
La continuidad de la nueva preeminencia
9
En su expresión clásica o en su versión neo-clásica.
106
Retomemos el tema de los rasgos del cambio y señalemos otra
transformación más. Esta se refiere al fenómeno -extendido a
nivel internacional cada vez con mayor claridad- por el cual el
sector privado se hace cargo de las tareas del crecimiento.
Apreciemos los efectos de este fenómeno.
Esta preeminencia del sector privado en la generación de
producto a escala nacional se está constatando en las distintas
regiones del planeta, sin distinción de antecedentes históricos o
culturales preexistentes. Al irse configurando este nuevo orden
de fuerzas sociales en relación a la esfera de la economía en
naciones ubicadas en las distintas regiones del escenario
internacional, aparece un fenómeno de articulación e interacción
entre los sectores empresariales no gubernamentales por la propia
dinámica de los mercados10, con lo que la nueva correlación de
fuerzas en cada país ingresa en una etapa de consolidación.11
Nos interesa enunciar explícitamente este rasgo de la
consolidación, por lo que ésta implica: continuidad. Al adquirir
continuidad los fenómenos y los procesos, ellos van asumiendo una
característica muy singular: se convierten en tendencias de largo
plazo.
El diseño de políticas y las transformaciones en el contexto
Todo estos elementos a que nos estamos refiriendo nos llevan
a cobrar conciencia de que existe un marco, un contexto cuyas
características y tendencias son por cierto ajenas a nuestra
voluntad, procesos y hechos que pasan a constituirse en el
entorno dentro del cual hay que diseñar las estrategias. Las
estrategias y las políticas, deben, en ese sentido, más allá de
nuestros deseos, reflejar en su contenido las transformaciones
que están ocurriendo en el entorno, en un leal apego a la
realidad y dentro de una búsqueda tenaz de eficacia de objetivos.
Por la internacionalización de la economía en el concierto
de naciones y el carácter transfronterizo de muchos procesos
10 La coordinación entre empresarios de los países de la Cuenca del Pacífico
sería un ejemplo, la cual se expresa en un proceso que toma mayor rapidez que la
coordinación entre Gobiernos; similarmente, esto se da en las consultas entre
empresarios al interior de la Unión Europea o del Mercosur.
11 Muy distinto sería el caso si esta nueva prelación de fuerzas se diera
sólo en ciertos países, aisladamente, con lo que el interés de los analistas se
convertiría en la constatación de si en los otros países adquiere estabilidad o no
la situación de hegemonía del sector privado en el ámbito productivo. Pero cuando
en la gran mayoría de naciones en los distintos confines se repite el mismo
fenómeno que estamos analizando, se va constituyendo un ambiente internacional que
consolida la transferencia de roles hegemónicos al sector no gubernamental.
107
económicos, las sociedades nacionales progresivamente se ven ante
la disyuntiva de asumir comportamientos de carácter funcional
respecto del escenario internacional. Este es un fenómeno
igualmente más perceptible en los 90's.
En el nivel de las ideas y conceptos, lo anterior se expresa
en un reto para la tarea académica y de investigación: cualquier
esfuerzo
integral
para
comprender
e
interpretar
la
direccionalidad que va exteriorizando la sociedad nacional y la
economía de los países requiere también -y en algunos casos,
primeramente- entender la dinámica y manifestaciones del
escenario internacional y considerar en su debida magnitud la
influencia externa.
En cuanto al diseño de políticas públicas, la situación es
similar. Habría acuerdo entre los especialistas en no poder
evitar visualizar el escenario nacional como un componente -en
mayor o menor medida, con inserción más favorable o más
desfavorable- del escenario internacional. Es como si cada país
en estas condiciones se convirtiera en unidad conformante de un
sistema internacional. La variable de la calidad de la inserción
del país en el sistema internacional adquiere significación
indiscutible.
En circunstancias de globalización, las tendencias y rasgos
que prevalezcan en el escenario internacional tienden a
convertirse en elementos de la mayor relevancia en los países de
la región. Esto, lo repetimos, es así tanto en el nivel fáctico
como en el conceptual. Así, lo que a nivel conceptual acontezca
en el escenario internacional tendrá relevancia para nuestro
país, para nuestra realidad.
De allí que resulte pertinente preguntarnos qué es lo que
está ocurriendo en el ámbito árido pero indudablemente importante
de las teorías económicas.
LA
TEORÍA ECONÓMICA EN EL NUEVO ESCENARIO INTERNACIONAL
Lo que es de apreciación generalizada es que la línea de
política económica predominante hoy en la mayoría de países toma
como su marco doctrinario el pensamiento neo-clásico12. Nos
referimos a la vertiente de pensamiento que se construyó en
Europa en el último tercio del Siglo XIX. A partir de esa matriz
teórica los partidarios de la corriente actualmente prevaleciente
12
Incluimos en esta acepción a las aportaciones de los marginalistas.
108
esbozan los postulados, refiriéndolos a las realidades empíricas
de esta parte final del Siglo XX.
Los rasgos básicos de esa vertiente doctrinaria son
extensamente conocidos. Casi no es necesario mencionar algunos de
ellos, tal como la noción de que es posible y conveniente que los
mercados operen en condiciones de competencia perfecta, la idea
de que puede haber crecimiento sostenido no sólo en una economía
nacional sino en la economía internacional si es que no existen
distorsiones en los mercados, la de que el desempleo en los
mercados es voluntario, y que en general en aras de una mayor
eficiencia en la asignación de recursos los mercados deben operar
en forma libre y abierta, con perfecta movilidad de factores y
recursos. Ciertamente, el postulado básico en todas estas
aserciones es que el mercado es el mejor mecanismo para
materializar una asignación eficiente de los recursos.
Este marco doctrinario cristalizado en Europa especialmente
entre inicio de los 1870s y la primera mitad de los 1890s está
hoy vigente en las naciones más poderosas del orbe. Sin embargo,
lo relevante para nuestro análisis es que en el propio
ordenamiento internacional que se está constituyendo impulsado
por políticas económicas cuya raíz común es el marco doctrinario
del pensamiento neoclásico comienzan a delinearse algunas
diferenciaciones internas. Esto amerita un examen más detenido.
Diferenciación en el manejo de la economía y la sociedad
Lo que hay que subrayar es que las diferenciaciones que
comienzan a advertirse en el concierto internacional no son de
orden secundario. Y no lo son, porque dichas diferenciaciones
están vinculadas a aspectos de manejo de las economías nacionales
de tanta importancia como por ejemplo el rol del Estado, la
estrategia de crecimiento a largo plazo, la necesidad de una
direccionalidad sostenida en la asignación de recursos. Por ello
es que en ese contexto emergen orientaciones estratégicas
diferenciales, a pesar que hay una substrato de filosofía
económica compartido.
Es común referirse a la existencia de regiones económicas,
que se expresan en tres grandes bloques de países. La
regionalización es una realidad, en efecto. Pero en el análisis
que estamos desarrollando, la regionalización nos permite ver con
bastante facilidad a cada bloque expresando una manera distinta
de entender cómo se ha de ir desenvolviendo la economía de
mercado. Este punto nos interesa abordar: el hecho de que la
economía de mercado como concepción y realidad haya pasado a
prevalecer no quiere decir que las distintas economías nacionales
que hayan adoptado ese sistema de organización económica se estén
desplegando en una sola y única forma. En otras palabras, la
109
economía de mercado, al materializarse en las distintas regiones
del planeta está mostrando, al interior de sus linderos en tanto
que concepto-sistema, diferencias de índole estratégica en cuanto
concierne a cómo se cree progresar mejor en su operatividad
concreta.
Podemos, en consecuencia, visualizar estos distintos
bloques, no sólo como espacios económicos en los cuales se dan
determinados procesos productivos y financieros con una u otra
intensidad, sino como tres casos en los cuales son detectable
estilos diferentes de manejo de la economía, al encarar el reto
de cómo orientar a las economías por la senda de un crecimiento a
largo plazo.
Veamos estas diferencias.
Las ópticas regionales
En primer lugar, tenemos el estilo de materialización de la
economía de mercado asociado a la tradición conceptual
predominante en el mundo anglosajón, en la cual está inmersa la
potencia actual a nivel mundial, los EEUU. Este estilo nos evoca
la Escuela Neo-clásica. Un rasgo básico entre sus principales
postulados: la visualización del individuo como propulsor de las
iniciativas económicas, la creencia en que la libertad económica
y política del individuo constituye motor efectivo del
funcionamiento adecuado del sistema societal; no se cree en la
conveniencia de discriminaciones en favor de segmentos
desfavorecidos de la población, disminuyendo, por tanto,
subsidios estatales a consumidores y concesiones a minorías como
había sido el estilo por décadas. Las administraciones Reagan y
Bush expresaron bien estos preceptos.13
Tenemos aquí, pues, uno de los estilos, uno que de manera
más o menos explícita recurre a los preceptos de la escuela neoclásica.14
13 Las administraciones Demócratas de Roosvelt, Kennedy y Johnson pertenecen
a una etapa histórica que tuvo un escenario internacional muy específico, el de la
toma de hegemonía al interior del sistema capitalista durante y luego de la II
Guerra Mundial, pero en dura competencia con el sistema socialista; debía
procurarse el consenso interno y resarcir a la población las pérdidas y costos
sociales de participación en la conflagración mundial. Los tiempos ahora son de
globalización: ya no hay un sistema económico que sea adversario político a nivel
mundial, pero hay aún que ganar la hegemonía económica.
14 ¿Es éste el caso de la administración Clinton? La respuesta no parece
definitiva. No obstante, lo que sí se puede decir es que la administración Clinton
no ha inaugurado en su país una nueva etapa en el diseño de cómo manejar la vida
económica a nivel nacional, a partir de lo cual podremos concluir que o estamos en
un momento de transición en esa nación en términos de concepción de política
pública en materia de conducción de la economía o se trata más bien de un
paréntesis al cabo del cual se retornaría en ese país a la línea estratégica
110
observada durante los años 1980's.
111
El otro estilo es el que se reconoce en naciones del bloque
europeo. Tomemos como ilustración, en aras de brevedad, sólo los
casos de Alemania y Francia. Aquí lo relevante es el elemento de
la concertación para definir los rumbos de desarrollo. En la
nación germana, la concertación a nivel micro resulta ser un
elemento muy importante en el proceso de crecimiento a largo
plazo. El objetivo buscado es que al interior de las empresas
tenga
vigencia
efectiva
la
participación
laboral,
la
participación en la gestión de las empresas. Los elementos de
concertación aquí involucrados no necesariamente están presentes
en la versión del mundo anglosajón. Ahí, pues, advertimos una
diferencia. El factor trabajo es valorado en Alemania en mayor
medida que en el Norte, ya sea en la isla británica o al otro
lado del Atlántico.15 La otra potencia europea, Francia, es
reconocida históricamente como nación marcadamente orientada a
incluir la cuestión social en su agenda, reconociéndosele un
definido perfil en ese sentido como resultante del dinamismo y
gravitación de movimientos políticos y organizaciones sociales a
lo largo de décadas. Esta manera de delinear las políticas
públicas en dichos países probablemente sea prolegómeno de la
forma en que se desenvolverán las estrategias en el marco de la
Unión Europea, con lo que puede identificarse así un segundo
estilo.
Ciertamente, el tercer estilo es el que corresponde al
bloque del Asia Meridional y del Asia Oriental, donde también
constatamos la concertación como un elemento, pero la diferencia
entre la concertación en Alemania y la concertación que se da al
este de Asia se da en el nivel en el cual ésta tiene lugar. Si en
Alemania la concertación es típicamente a nivel micro, en el
ámbito japonés la concertación se da no solamente a nivel micro
sino igualmente a nivel macro.
Por ejemplo, la Agencia Central de Planificación del Japón
integra en su órgano directivo a representantes del Estado así
como a representantes permanentes del sector privado, de las
universidades y también de los trabajadores.
La concertación sobre políticas agregadas y variables
"macro" se da al interior del organismo que conjuntamente con el
MITI y el Ministerio de Finanzas van a señalar los rumbos del
país.16
15
En Alemania, instituciones de la sociedad civil actúan decididamente para
que la autoridad gubernamental atienda adecuadamente los contenidos centrales de la
política social. El Parlamento y los medios de expresión canalizan estas
inquietudes. El gobierno asume estas demandas procurando reflejar los intereses del
propio Estado, de los empresarios y de los trabajadores. Similares procesos y
resultados se percibe en otras naciones europeas.
16 El MITI es el Ministerio de Comercio Internacional e Industria en el
Japón. Fue una de las entidades responsables del largo período de crecimiento
sostenido conocido como "milagro japonés". Las políticas se discuten desde la base,
y toman su tiempo de aprobación pues no
112
suben de nivel hasta que no alcance consenso.
113
La concertación a nivel macro no impide que a nivel micro
también haya concertación, aunque en este segundo nivel la
concertación se presente de otra manera. En el nivel micro la
concertación se presenta en estrecha conexión con la visión que
sobre empresa hay en Japón. La empresa es vista como una entidad
cuyos valores la asemejan a la organización familiar; los
trabajadores, por ejemplo, forman parte de ella a lo largo de
toda su vida.17 En Japón es el marco religioso y filosófico lo
que hace que la familia tenga un sentido diferente al que tiene
en Occidente y que la perspectiva de comunidad al interior de la
dinámica de la empresa y hasta cierto punto de la sociedad sea
prominente.
En suma,
nacional.18
son
tres
estilos
de
manejo
de
la
economía
No es irrazonable pensar que la diferenciación en tres
estilos va a reflejarse en la manera en que se desenvuelva la
competencia entre los bloques.
Un ejemplo de las diferencias de concepción en cuanto a cómo
conducir la economía se encuentra en un documento de una agencia
del Gobierno japonés 19, en el cual la Overseas Economic
Cooperation Fund (OECF) de Japón hace una crítica no a un
gobierno (de una nación perteneciente a otro bloque) sino a un
organismo financiero multilateral (el Banco Mundial), por su
enfoque ortodoxo en materia de cooperación financiera a los
países en desarrollo. 20 Señala la OECF de Japón la
inconveniencia
de
no
adecuar
conceptos
en
materia
de
condicionalidad en términos de utilización de los recursos
financieros en la asistencia internacional y no reconocer el
17 Es la pauta cultural-laboral del "employment for life". Este rasgo parece,
sin embargo, estarse atenuando, a juzgar por análisis periodísticos de países
occidentales en el sentido de que este elemento cultural tan característico en
Japón está perdiendo la fuerza que tuvo; pero de cualquier manera esa pauta laboral
marcó el estilo de desarrollo de las empresas en dicha nación. Además, es de toda
probabilidad que esta filosofía empresarial básicamente vaya a continuar debido a
que ella está ligada a la visión cultural que predomina en ese país.
18 Por cierto en América Latina todavía tenía alguna fuerza en los años
1980's la opción que concedía al Estado capacidad de intervención sobre los
mercados y en los mercados. En los años 1990's, con la disolución del bloque
socialista, la situación cambió a nivel mundial y esa opción perdió viabilidad.
19 Actualidad Económica, Año XIV, No. 138, Octubre de 1992, págs. 23-27. La
agencia internacional japonesa en mención es la Overseas Economic Cooperation Fund
(OECF), la agencia oficial del Gobierno de esa nación para asistencia económica y
financiera para naciones del Tercer Mundo.
20 A nuestro entender, el Banco Mundial no sólo comparte en gran medida la
visión neoclásica que subyace en el estilo que hemos atribuido a los países anglosajones, sino que Estados Unidos detenta la hegemonía en la toma de decisiones en
dicha institución de Bretton Woods acaso desde su propia fundación en los años
1940's, y con mayor razón en los 1990's.
114
hecho de que las economías de las naciones
requieren de incentivos por parte del Estado. El
se cristaliza la divergencia no es, ciertamente,
la periferia de la problemática de la conducción
en desarrollo
tema en el que
uno situado en
del Estado. 21
De la acción a la idea en materia de política económica
Una reflexión que emana de todo lo anterior conduce a
vislumbrar la posibilidad de que estas distintas vías
estratégicas concernientes a la relación entre Estado, economía y
sociedad puedan más adelante plasmarse en concepciones de
política económica independizables unas de otras.
En suma, lo que hay es una sola visión doctrinaria, con
conceptos centrales compartidos por los distintos estilos de
manejo de la economía, conceptos que para todos funcionan como
principios rectores, tales como la fe en el mercado, la creencia
en la factibilidad de crecimiento en el largo plazo, o la que
asevera que en el largo plazo habrá beneficio para todas las
naciones con apertura de sus economías al comercio internacional.
No obstante, existen al mismo tiempo, como se acaba de remarcar,
diferencias sustantivas a nivel estratégico, que podrían -al
buscar afirmarse cada línea estratégica- estimular que se
precipiten nuevos desarrollos de la teoría, propiciando con ello
evoluciones diferenciales de la teoría.
La tarea en América Latina
Es en este punto donde consideramos pertinente sugerir que,
ante la existencia de este cuadro de vías estratégicas
diferenciadas, deberíamos en América Latina cobrar conciencia del
potencial que dicha diferenciación contiene y hacer un
seguimiento crítico de los elementos conceptuales que van
emergiendo en ese tipo de evolución, percatándonos que este
decurso de ideas podría arrojar luz sobre la construcción de
alternativas conceptuales aplicables a nuestros países, referidas
a nuestras realidades.
21 Luego de la argumentación anterior, concluye la OECF de Japón en el
documento a que nos referimos: "Aunque la eficiencia y la equidad son los
principales objetivos que se persiguen en política económica, algunas veces se da
un trade-off entre los dos. En la década de los 80, tanto la teoría como la
política económica estuvieron fuertemente orientadas hacia la búsqueda de la
eficiencia. En este sentido, fue un período único. Sin embargo, ese período ha
llegado a su fin. Lo que se necesita ahora es una política bien balanceada entre
eficiencia y equidad, para promover el bienestar de la sociedad entera.
El enfoque de Ajuste Estructural del Banco Mundial debería transformarse
para reflejar este cambio de corrientes." Ver Actualidad Económica, op.
cit., pág. 27.
115
Las razones para un bloque regional ampliado
Después de la disolución del bloque socialista en el giro de
la década de los 80's a la de los 90's, progresivamente fue
quedando claro que los problemas principales que debía enfrentar
el sistema económico-social que logró la hegemonía, el
capitalismo, dejaban de pertenecer a la esfera política. El gran
adversario político ya no estaba más. El conflicto internacional
pasó a tener otra naturaleza, pues la supremacía estaba definida.
Los problemas primordiales para definir el rumbo en la escena
internacional adquirieron un carácter económico. Al verificarse
este cambio, se abre, para las naciones líderes, una problemática
nueva, de competencia intra-sistémica.
Esta problemática, inédita hasta que se constituyeron las
regiones económicas, en nuestra opinión ha ido adquiriendo su
perfil propio progresivamente, a lo largo de una secuencia que ha
atravesado por tres momentos, los cuales es menester pasar a
repasar uno a uno a continuación.
El primer momento se caracteriza por la conciencia que
emerge en cada bloque de que se ha constituido una situación de
competencia entre bloques: dado que ya no está más el contendor
político común de Occidente a nivel mundial, ahora el asunto es
dilucidar la primacía de una región económica respecto a la otra.
Subrayamos una vez más que la competencia existente ahora a nivel
planetario es una de índole intra-sistema, entre bloques del
mismo sistema. Son tres grupos de países (con reducido número de
integrantes cada uno) los que empiezan a competir entre sí. Cada
grupo actuando con una nación líder. La preocupación central de
cada bloque reside desde que se delínea esta nueva realidad en
defenderse respecto de los otros bloques económicos y procurar
hacer prevalecer su fuerza (productiva, tecnológica, comercial).
En un segundo momento, cada bloque va percibiendo la
necesidad de extender su mercado, a la manera de contar con un
mercado complementario a su interior, para así asegurar un
dinamismo sostenido de su actividad productiva. Cada espacio
económico, por ello, se interesa por abrir las puertas,
selectivamente, a otros miembros. Se empieza así a registrar un
fenómeno de ampliación de cobertura a otros países. En esa forma,
los Estados Unidos detectan la conveniencia de no estar solos por más fuerza económica que tengan conciencia de poseer-, ni de
reducir su asociación económica sólo a su vecino del norte,
Canadá, por lo que ponen en acción los mecanismos de negociación
políticos e institucionales para incorporar a México, con lo que
se precipita la constitución de NAFTA.
116
De un lado, Alemania y Francia, similarmente, arriban a la
conclusión que debe ampliarse el grupo de naciones de la Europa
comunitaria, lo cual significa la inclusión de Portugal, de
España y de Grecia en el bloque, y ciertamente, más países,
posteriormente. Tal como en 1994 ha sucedido.
Por otro lado, el grupo inicial de Japón con Corea del Sur y
los restantes "tigres asiáticos" ve también, por las mismas
razones, la necesidad de incorporar a otras naciones de la
región, "los que vienen detrás", y ahí queda cristalizada la
figura de los gansos voladores.22 Inclusive ahora algunos
analistas creen percibir la intención en el bloque de integrar
más tarde a China y finalmente a India y Pakistán, con lo cual el
espacio
asiático
crecería
de
manera
notable,
con
el
fortalecimiento consiguiente. Todo lo anterior forma parte de
este segundo momento de la secuencia analizada que consiste, como
ya se ha dicho, en buscar extender el mercado por propósitos
sistémicos de seguridad económica de bloque.
Pero parece estar configurándose un tercer momento. Irrumpe
una nueva problemática para el sistema económico social
capitalista: las naciones líderes parecerían estarse percatando
de que no pueden sostenerse diferencias sociales abismales al
interior de cada bloque, sin ocasionar perjuicios (de una u otra
índole, pero, al fin de cuentas, económicos aunque sólo fuere por
originar retraso en la financiación de proyectos al ampliarse las
necesidades de corrección, mantenimiento, reparación). La
hipótesis es que los países de mayor peso político en cada bloque
-resignándose a tener que admitir la realidad de abismales
diferencias sociales, económicas, productivas, tecnológicas al
interior de la región que lideran- estarían concluyendo que
deviene funcional a la expansión del bloque en su conjunto el dar
pasos sólidos en la periferia de la región con vistas a avanzar
hacia una relativa homogenización social de ésta. ¿Qué tendría
que hacerse para ello? En el caso de las Américas, aparecería la
necesidad, por ejemplo, de atacar la pobreza en el área
periférica del bloque, de conocerla mejor, de conocer cuáles son
sus formas, dónde está ubicada para, por lo menos, aminorarla. Se
observa incluso una asociación entre esta necesidad descubierta y
el "momentum" que adquiere la herramienta de análisis social
conocida como mapas de la pobreza. Estos acrecientan su
popularidad desde el inicio de los 90's. Análisis de la pobreza y
empleo de mapas con la mira puesta en la reducción de la pobreza,
ciertamente se han llevado a cabo en el mundo académico desde
antes; pero lo nuevo es que este impulso por caracterizar, por
localizar territorialmente y de diagnosticar la pobreza
proviniera desde el "centro" del bloque. Se registra un interés
22 La
produciendo
Japón a la
potenciales
formación aludida es una analogía con la manera cómo se ha ido
en términos estratégicos el proceso de desarrollo de Asia meridional:
cabeza, luego los "cuatro tigres", y en la fila siguiente, las
NIEs emergentes, países como Malasia, Tailandia, Filipinas e Indonesia.
117
político en el polo dominante del bloque por conocer cuál es la
magnitud de la pobreza, cuáles son los factores generadores de la
pobreza y también la necesidad de desarrollar algún tipo de
acción programática en las naciones con las más evidentes
disparidades de ingreso para mejorar las condiciones sociales de
las poblaciones. La preocupación por enfrentar las necesidades
básicas insatisfechas deja de ser sólo tema de la tecnocracia y
de sectores intelectuales y políticos socialmente orientados y
pasa gradualmente a ser también tema de agenda de los círculos
políticos de los países dominantes.
El interés por lo social
Ahora bien, fue inevitable que se llegara a visualizar al
gasto público como un instrumento de acción adecuado para encarar
los apremios en este tercer momento de la secuencia, y la fórmula
ideal, por cierto, habría de ser expresada como la expansión del
gasto público en el área social. Resultó así que desde Washington
(en el sentido de Casa Blanca o en el de sede de organismos
multilaterales) comenzara a estimularse el punto de vista de la
necesidad de la expansión del gasto social en las naciones
periféricas; es más, en esa misma línea se avanza a un punto de
instrumentación de política técnicamente más evolucionado, el
cual es la focalización del gasto social. Esto es una innovación
que se generaliza regionalmente. Por ello, cuando aquí en Perú
empezamos a escuchar sobre la focalización del gasto social hacia
1993, no fue sorprendente conocer que en otras naciones
latinoamericanas se había empezado a emplear igualmente el
concepto de focalización del gasto social.
Otro proceso que trasluce el reciente interés por la
problemática social en las naciones de primacía económica se
refiere a los cambios observados en la política de cooperación
internacional que adoptan las naciones más solventes en los
bloques económicos. A lo largo de la primera mitad de los 90s,
muchos de esos países, incluyendo a los tres países líderes,
EE.UU., Alemania y Japón, han reajustado, si no redefinido, sus
lineamientos básicos de cooperación internacional. En sus
programas de cooperación, estas tres naciones no sólo adoptan
ahora el componente de la lucha contra la pobreza explícitamente,
sino le otorgan muy alta prioridad, así como expresan que
brindarán apoyo prioritario a políticas en las naciones en vías
de desarrollo dirigidas a mejorar los niveles de educación y
salud.
Sabemos sobre la resonancia que han adquirido, al lado de
estos temas, los denominados "global issues", tales como la
problemática del medio ambiente, el tema de población, el área
temática de la integración de la mujer en el desarrollo, pero
insistimos en que lo que toma una prelación significativa en la
agenda del desarrollo lo constituye la lucha contra la pobreza,
118
los programas en educación y salud. Consecuentemente, estas
grandes áreas se convierten en esferas de trabajo centrales de la
política de cooperación internacional. Alemania ajustó su
orientación entre 1992 y 1993 y en el acuerdo de cooperación a
que la nación germana arribó con Perú a fines de agosto de 1994,
en Bonn, prioridades de la índole que acaba de mencionarse ya
están presentes.
El caso de Japón es similar. Ha definido con mayor claridad
las prioridades en su política de cooperación, en favor de las
áreas de educación, salud, la agricultura en áreas menos
desarrolladas y la lucha contra la pobreza, al lado de medio
ambiente.
Con el caso de EE.UU. se encuentra lo mismo. Como
ilustración de lo que se afirma, señalamos que la Agencia
Internacional para el Desarrollo (USAID) ha empezado a impulsar
en sus programas de trabajo proyectos dirigidos a posibilitar la
generación de pequeñas empresas dirigidas por mujeres, apoyando
el establecimiento de condiciones institucionales, así como, por
ejemplo, las necesidades de capacitación o del acceso al crédito.
Lo que apreciamos en el planteamiento de esta agencia
gubernamental es un reconocimiento a la importancia de la
generación de empleo como una manera de lucha contra la pobreza
así como al potencial que encierra la mujer como agente del
proceso de desarrollo.
Las potencias, articulando de un lado la necesidad de
defender sus posiciones a nivel mundial y de otro el percatarse
sobre las duras o difíciles circunstancias competitivas en las
actuales
relaciones
económicas
internacionales,
se
ven
enfrentadas a ampliar su ámbito de análisis de los problemas del
crecimiento y a extender la cobertura de su trabajo en materia de
política exterior a la acción en el campo social.
En lo que corresponde a los organismos multilaterales, un
ejemplo a mencionarse es el denominado Acuerdo de Guadalajara, al
que se arribó en abril de 1994 en esa ciudad mexicana, por el
cual el Banco Interamericano de Desarrollo adopta la política de
destinar un alto porcentaje, un 50%, de sus nuevos créditos a
partir de esa fecha hacia programas sociales.
Esto a nuestro juicio contribuye a la creación de un nuevo
escenario de posibilidades. En dicho escenario no sólo hay que
considerar las tres opciones distintas de crecimiento sostenido
ya reseñadas, sino que al lado de eso se presenta este otro
aspecto consistente en que al interesarse cada nación líder en
poner bases de estabilidad al interior del bloque para un
crecimiento sostenido, incorpora en la noción de estabilidad los
equilibrios de índole social. Es como si presenciáramos que en la
óptica liberal actualizada se incorporara la estabilidad social
como suerte de premisa para el crecimiento.
119
Los países del Sur
Frente a este inédito escenario, los países del sur de cada
bloque pueden autopercibirse en una situación favorable para
plantear condiciones al formar parte del bloque. Es decir, si es
que se quiere extender un bloque -y es conveniente para las
naciones líderes que el bloque asuma dimensiones crecientes en
términos de territorio, población, en fin, recursos y mercadosel país del sur puede señalar su aspiración a contar con
condiciones más favorables para hacer frente a lo social, y esto
puede querer decir no sólo, de forma más inmediata, cooperación
económica y financiera sino también superación de barreras para
un crecimiento con producción transable que tenga acceso a los
mercados de las naciones más prósperas, haciendo más factible una
tasa estable de crecimiento.
Se ha utilizado la expresión "países del sur de cada
bloque". El supuesto en esta expresión es que de la dicotomía
Norte-Sur que se usó por décadas para visualizar las relaciones
internacionales y que muchos consideran ya caducó por prevalecer
en la década presente otras realidades, sigue siendo vigente su
elemento esencial: los marcados desniveles de desarrollo entre
las naciones. Si bien la realidad nos muestra que no existe un
sólo bloque Norte contra todo un bloque Sur, organizado,
contestatario, integrado conceptualmente -como fuera el ideal y
hasta cierto punto la realidad en los 60s, 70s y parte de los
80s-, sin embargo, sí se puede advertir dentro de cada bloque la
existencia de "un Norte" y "un Sur". En otros términos, el Sur se
habría fragmentado, dando lugar así a que emerja un Sur para cada
bloque, y congruentemente un Norte para cada bloque. La realidad
de la dependencia no se ha atenuado en ese sentido. No hay duda,
al mismo tiempo, que la interdependencia se ha definido como un
fenómeno de la realidad internacional con contornos más claros, y
más aún, es creciente. Pero esa interdependencia mayor se da
particularmente "entre los Nortes", entre los Nortes de cada
bloque. Entre norte y sur al interior de cada bloque, sin
embargo, la dependencia no habría disminuido.
Suponiendo válida esta afirmación, surge la asociación entre
dicha situación y la reproducción de dificultades para un
acelerado progreso social. Si las políticas gubernamentales de la
nación periférica no se plantean con acierto, con mayor fuerza se
cristalizarán las tendencias a un acentuamiento de las
condiciones de falta de empleo adecuado, de estancamiento o caída
del ingreso y de extensión de la pobreza. Los países del sur de
cada bloque pueden entonces, en el marco de los dos aspectos
señalados más arriba, obtener alguna forma de apoyo económico que
les
signifique
mayores
posibilidades
con
vistas
a
un
enfrentamiento exitoso ante su problemática social específica.
120
Un cuarto elemento de esta nueva situación se refiere a la
esfera conceptual que deba configurarse con nitidez en los países
del Sur. Un marco conceptual idóneo para poder contar con bases
sólidas para ir sorteando los obstáculos al crecimiento
sostenido, e incluso para tener una presencia en el sistema
internacional, en el flujo de recursos financieros, de inversión
y de cooperación internacional debe ser uno que signifique una
marcada diferenciación de la corriente doctrinaria neoclásica.
UNA
HIPÓTESIS: SUS BASES HISTÓRICO-ESTRUCTURALES
Pasamos a postular la hipótesis de que es posible
seleccionar algunos elementos conceptuales, criterios o elementos
metodológicos de las doctrinas económicas de la época "clásica" y
utilizarlos en la construcción de planteamientos actualizados
para abordar la realidad económico-social contemporánea. Somos
conscientes de lo que significa la época clásica, que dio a la
historia del pensamiento económico propugnadores del sistema
capitalista, tales como John Stuart Mill, David Ricardo y
otros.23
La aún no lograda homogeneidad social: las fuerzas sociales
colectivas
Sustentemos el planteamiento. En primer lugar, analicemos el
estadio de desarrollo en términos de diferenciación social que
caracterizaba a los países de Europa -principalmente Inglaterraque resultó siendo el marco dentro del cual se diseñó el
planteamiento neo-clásico o la propuesta de los clásicos. En lo
que respecta a las ideas neo-clásicas, el estadio de desarrollo
visualizado en términos de diferenciación social en las
sociedades en las cuales se emitieron los postulados neoclásicos
no es el que podemos observar en muchos de los países
latinoamericanos; ahí y entonces se presentaba una mayor
homogeneidad social (y estructural, en general), mientras que en
gran parte de las sociedades latinoamericanas lo que se registra
es un mayor grado de heterogeneidad social (y estructural). De
ahí debiera seguir que el planteamiento neoclásico quede
23 No es tan simple afirmar rotundamente una actitud de apologismo del
capitalismo industrial por parte de los "clásicos". Adam Smith, por ejemplo, se
refirió duramente a los empresarios del sector manufacturero: su libro menciona "la
rapacidad repugnante, el espíritu monopolizador de comerciantes y manufactureros,
quienes no son, ni deben ser, los que gobiernen a la humanidad...porque su interés
es ...directamente el opuesto a aquel del gran cuerpo del pueblo". Ver Dobb, 1982,
pg. 70.
121
debilitado en cuanto a validez se refiere por su falta de
aplicabilidad a sociedades como las de nuestra región.
En cambio, las características del sistema socio-económico
hoy observables en nuestros países de alguna manera tienen más
semejanza con los rasgos del sistema social configurado en países
líderes de Europa a fines del XVIII o comienzos del XIX que con
los que se advertían en el momento de enunciación de los
postulados neoclásicos (último tercio del S. XIX). ¿En qué
sentido se daría esta mayor semejanza? En el sentido de que en
esos países europeos a fines del S. XVIII se percibía una
ausencia de integración social en el desenvolvimiento de sus
sociedades en una medida similar a la falta de integración que
aún existe en nuestros países. Elegimos la variable de la
integración social por la influencia que ésta puede haber
ejercido en el énfasis puesto por los doctrinarios de esa época
en el componente social. Lo que se conoce como doctrina clásica
en la economía es en verdad economía política. Pero si existió
toda una ilustre etapa del pensamiento económico que se desplegó
como economía política, es porque los pensadores en ese período
histórico-social estaban totalmente conscientes de la necesidad
de efectuar el análisis de la economía estudiando el papel de
actores sociales en las actividades económicas y no solamente el
de individuos inmersos en los flujos económicos. Detrás de los
hechos y fenómenos económicos se veía a actores sociales
colectivos. Por eso es que la ciencia económica tiene su primera
expresión en la economía política, combinando el análisis de los
procesos económicos con el examen de la participación de los
agentes sociales en éstos. En nuestros países, considerando la
falta de integración social aún subsistente (ésta, fuertemente
enraizada en países de procedencia histórica andina), también
debería surgir entre nuestros investigadores sociales la
convicción de que los análisis sobre la economía debieran recoger
y reflejar el verdadero peso de los actores sociales en el
proceso
de
desarrollo.24
Recordemos
a
David
Ricardo
desenvolviendo su análisis económico con el criterio de factores
de producción, dando especial importancia al factor trabajo.
Evoca Blaug sobre esta eminencia del pensamiento económico
inglés: "Cuando se sentó Ricardo, en los últimos meses de su
vida, a escribir un ensayo sobre 'El valor absoluto y el valor de
cambio', utilizó un lenguaje tan emotivo como el mejor de Marx:
el trabajo es la mejor medida del valor, el trabajo es la 'causa'
y la 'sustancia' del valor...".25
No olvidemos a John Stuart Mill incorporando a estratos y
clases sociales en su examen de los hechos económicos: "... la
24 Y que de tales análisis, materializando la perspectiva que acaba de
señalarse, se produzca propuestas de acción signadas por el reconocimiento de la
participación de agentes sociales en el proceso de desarrollo y de actores sociales
en la actividad económica en general.
25
Blaug 1985, pg. 157.
122
distribución personal del ingreso entre 'las tres clases
principales de la sociedad' está influida por la distribución de
la propiedad, producto ella misma del cambio histórico".26
Pero en el siglo XIX se dejó de analizar los hechos
económicos de esa manera; se puso a un lado ese vital componente
del análisis y se concretó una ruptura de la tradición teórica,
manifestándose así la preeminenia ganada por el reduccionismo
individualista y el reduccionismo anti-histórico27.
26
Blaug 1985, pág. 236.
27
Screpanti-Zamagni, 1993, pg. 149.
123
Para
nuestras
realidades
propias
de
la
región
latinoamericana, necesitamos considerar (ahora y en el futuro,
pero aún con mayor razón, ahora) a los estratos y clases sociales
como componentes cruciales del examen de los procesos28. Por
consiguiente, no parecería algo fuera de lógica examinar la
validez de emplear la estrategia metodológica, dicho sea esto con
precisión, de los autores de esa etapa del pensamiento económico,
la etapa clásica.29 Lo que se procura apoyar es la idea dirigida
a efectuar el análisis considerando como parte de los fenómenos
económicos a los actores sociales, a los agentes económicos, a
las relaciones sociales, teniendo en mente como elemento de los
procesos de cambio o de estancamiento social a los agentes de
desarrollo; y no trabajar en el momento del análisis solamente
con flujos, ya fuere el caso del producto bruto interno de algún
sector productivo, del ingreso nacional, la inversión privada o
el gasto público. Este es un primer punto por el cual se invita a
examinar la posibilidad de tener en cuenta el aspecto referido de
la metodología de la etapa de los clásicos, de la economía
política.
El proceso de construcción de instituciones
Un segundo punto tiene que ver con la similitud entre la
situación en Inglaterra y otras naciones de Europa cuando
salieron a la luz las teorías económicas clásicas y la situación
actual en América Latina y Perú en lo que se refiere a la
construcción de instituciones en la forja del ordenamiento social
en la evolución histórica del capitalismo. A fines del siglo
XVIII, lo que tenía lugar en Inglaterra era la transición de la
supremacía feudal a la primacía capitalista; lo que se definía
era nada menos que un cambio en la naturaleza de la sociedad: el
capitalismo adquiría hegemonía y continuaba la pérdida de terreno
de la sociedad feudal. Concordantemente con ello, el proceso
crucial resultaba ser la construcción de instituciones que fueran
expresión y elementos funcionales al nuevo ordenamiento social.
Lo que sucede es que el capitalismo industrial se veía en
Inglaterra a finales del S. XVIII como algo factible y promovible
(por los sectores liberales), razón por la cual se presentaba la
necesidad de construir todo un sistema institucional para
afianzar esa nueva forma de capitalismo, el capitalismo
industrial. Lo que se da en nuestros países es, similarmente, la
necesidad de afianzar un sistema institucional, si es que se
28 Por más que disputen algunos sociólogos la existencia de clases sociales
en sociedades como la peruana, lo relevante en este caso vendría a ser la
participación dinámica y real de grupos y estratos sociales, en tanto que agregados
sociales de hombres y mujeres, en las actividades productivas y de distribución de
la riqueza.
29 Estrategia metodológica, y no contenido de las afirmaciones sostenidas por
esos autores referidas a las sociedades económicas de ese tiempo.
124
desea llevar adelante el proceso de establecimiento del
capitalismo moderno. Al darse una semejanza histórica en relación
a ese aspecto de infraestructura institucional, podría haber
sentido en tratar de ver cuáles fueron algunas nociones e ideas
que los creadores en la época clásica, con su capacidad
intelectual y potencia de análisis, pudieron generar, algunos
elementos de las cuales pudieran aún conservar pertinencia,
salvándose todas las diferencias históricas, naturalmente.
El motor tecnológico
Un tercer aspecto guarda relación con la dinámica del cambio
tecnológico. La dinámica del cambio tecnológico en ese momento
histórico en Inglaterra era proporcionalmente semejante a lo que
estamos presenciando en estos años en nuestros países, y en el
mundo en general. Hay un punto semejante, que consiste en las
enormes perspectivas encarnadas por la acelerada innovación
tecnológica.
Cuando Smith publica su libro en 1776, en esos momentos
estaba ocurriendo o estaba por ocurrir en unos años más la
revolución tecnológica industrial.30 Otros autores de la misma
etapa clásica, en los años posteriores, ya escribieron con
conciencia plena de la existencia de esa explosión de
innovaciones técnicas. Esto último está pasando actualmente en
nuestros países latinoamericanos. Se adentra en nuestra
conciencia el hecho que existe una revolución tecnológica, de que
son inminentes más innovaciones industriales y que éstas han de
ejercer una influencia gravitante en la actividad económica. Es
imprescindible asignar en los análisis contemporáneos de los
procesos desenvolviéndose y en las políticas aplicándose en la
región un rol de importancia central al factor tecnológico. A
diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los autores del
período "clásico", en las propuestas con un marco doctrinario
neoclásico de fines del Siglo XIX -visión que prevalece en muchas
mentes hoy en día en nuestros lares- el factor tecnológico está
dado, es decir, es invariable.31 La propuesta, por consiguiente,
consiste en reconocer la gravitación de la tecnología en la
explicación de los procesos económicos y sociales y en considerar
este elemento en la formulación de políticas para dar lugar a
procesos deseables (la mayor generación de empleo o las
posibilidades de un mayor dinamismo que asegure la expansión de
30
Si
tecnológica
aumento de
entonces el
se trata de registro de patentes el fenómeno de la revolución
comenzó a tener lugar desde 1770. Pero si el indicador es el marcado
productividad en las unidades productivas de manera generalizada,
momento es posterior, hacia 1790.
31
Es sólo en las décadas más recientes que emergen investigaciones de índole
teórica que buscan poner al día al enfoque neoclásico, interesándose por el papel
jugado por el factor tecnológico.
125
niveles de ingreso, por ejemplo).
Las divergencias entre clásicos y neo-clásicos
Recapitulando, si la sugerencia consiste en re-explorar
algunos criterios y nociones de la escuela clásica con fines
prácticos de reelaboración de hipótesis que hoy parecieran
resultar insuficientes frente a los cambios en el mundo actual,
precisemos un tanto en qué puntos los economistas neoclásicos de
fines de siglo XIX prescindieron de la línea teórica del
planteamiento clásico.
Primeramente, en la visión de los clásicos lo económico se
integró con lo social. En los trabajos de los neoclásicos, en
cambio, de modo implícito o aún explícito, se separó lo económico
de lo social. La propuesta nuestra es que un análisis apropiado a
las economías latinoamericanas debiera más bien integrar ambas
dimensiones.
En segundo lugar, el análisis de los clásicos pone énfasis
en los grandes problemas de la economía, vale decir resumidamente-, en el crecimiento y la distribución del
ingreso.32 Esta postura no lo comparten los neoclásicos, que
pierden el interés en la acumulación y la expansión.33 Es
necesario -en nuestra perspectiva- en el Perú y en América Latina
nuevamente poner adelante los problemas del crecimiento y la
distribución como grandes ejes teóricos de indagación, de
investigación y de análisis.
En tercer lugar, el pensamiento clásico puso el factor
trabajo y su forma social, la masa trabajadora, en el centro del
debate sobre la fuente de valor de los bienes.34 No fue así con
los autores de la etapa neoclásica. Con la corriente neoclásica
se minimizó la importancia de dicho factor productivo y de la
clase trabajadora. Es nuestro parecer que en los análisis de los
problemas del desarrollo, del progreso social, del empleo y el
ingreso en América Latina, debemos nuevamente destacar el factor
32
Adam Smith señaló desde el punto de partida que el objeto de su libro "An
Enquiry on the Nature and Causes of Wealth" es el de estudiar el desarrollo.
33
Screpanti-Zamagni, 1993, pgs. 155 and 147.
34 A John Stuart Mill, por ejemplo, se le ha considerado un 'socialista
evolucionista'. Dice Schumpeter, analizando la obra de ese autor: "(A J. S. Mill)
en el plano emocional, el socialismo le atrajo siempre. No le gustaba la sociedad
en que vivía, y era un resuelto simpatizante con las masas trabajadoras. En cuanto
que consiguió independencia intelectual abrió el espíritu a las ideas socialistas
de la época, principalmente francesas. Pero como era un economista preparado y un
hombre de mentalidad fundamentalmente práctica, no pudo dejar de percibir las
debilidades de lo que un poco después Marx llamaría 'socialismo utópico'."
Schumpeter, 1971a, pg. 594.
126
trabajo como generador de producción, como sostén
crecimiento, como elemento crucial del desarrollo.
del
En cuarto lugar, el papel que los clásicos desde Adam Smith,
Ricardo, hasta Marx, asignaron a la tecnología, es fundamental.35
En cambio, en las formulaciones consagradas del enfoque
neoclásico ese factor no ocupa un lugar central en el ejercicio
analítico.
Corresponde
a
los
investigadores
sociales
latinoamericanos rescatar la importancia de ese factor.
En quinto lugar, cabe reiterar la perspectiva analítica de
la etapa clásica mediante la cual se da un rol protagónico a los
agentes sociales y a la división del trabajo en el proceso de
crecimiento, la cual también se diluyó en el período neoclásico.
Para los exámenes de los procesos económico-sociales en nuestra
región debemos igualmente recuperar este instrumental de análisis
asociado a la noción de agentes económicos y sociales en el
crecimiento.
Comprobamos, pues, que con la etapa neoclásica diversos
aspectos conceptuales y metodológicos sustantivos desaparecieron
o perdieron presencia, pero se ha procurado despertar la atención
hacia el hecho de que, en este respecto y en lo tocante a nuestra
región, las condiciones se prestan para que tales aspectos puedan
resurgir. Lo que emerge como una necesidad en tiempos
contemporáneos -de finales del siglo XX en una situación de
globalización que impulsa una reestructuración económica e
institucional en los países- es justamente trabajar con un marco
teórico idóneo que nuevamente destaque los elementos que se han
venido presentando en la discusión: las fuerzas colectivas
intervinientes en la actividad productiva, la división social del
trabajo, la importancia de la fuerza de trabajo, los factores
institucionales y sociales de un crecimiento sostenido, el papel
de la distribución de la riqueza generada en el proceso global
de crecimiento, la visión de la propulsión del cambio histórico a
través de la economía, el carácter impulsor de la tecnología -que
hoy también se expresa a través del carácter impulsor del
conocimiento y de la información- y otros aspectos afines.
NECESIDAD
DE PLANTEAMIENTOS DE SOLUCIÓN
En el tratamiento del problema de empleo y del desempleo en
el Perú, con bastante frecuencia se ha puesto un énfasis mayor en
la descripción y medición del deterioro de los niveles de empleo,
35 La cuestión que buscan abordar es el "movimiento dinámico del sistema, a
largo plazo". Ver Dobb, 1982, pg. 175.
127
en la situación de deterioro de los salarios reales y en el
incremento de la pobreza. Pareciera conveniente que al lado de
estas caracterizaciones de la problemática -muy importantes, en
tanto que punto de partida de nuevas indagaciones-, debiéramos
intentar estimular la generación de planteamientos, de ideas
nuevas que abran pistas de búsqueda y propuesta por los cauces
que elijamos seguir. Conjuntamente con el señalamiento de
indicadores regresivos de la situación del empleo -acción
necesaria- el planteamiento quedaría enriquecido si incluyera
postulados creativos, con "salidas" a los problemas, dado que las
personas en situación de desempleo, de agudo subempleo y de
pobreza ciertamente aguardan ideas eficaces de acción práctica.
Algunos puntos de partida en el esbozo de lineamientos de
política en materia de empleo
Finalmente, y a manera de ilustración de lo que se ha venido
preconizando líneas arriba, si se tratara de sugerir una
propuesta para la mejora de la situación del empleo en el Perú,
habría que trabajar de la mano con una visión que integrara
varios aspectos:
a. Con conciencia plena de que en los tiempos actuales se
están dando cambios de una dimensión inusitada, como, por
ejemplo, el hecho de que ahora el ámbito operativo principal -o
canal de realización central- para hacer efectivas las
estrategias de crecimiento quizás estrictamente no sean las
empresas, sino los sistemas (en otras palabras, los países),
corresponde visualizar en el nuevo escenario a la población
laboral en su conjunto como una unidad de análisis sustantiva al
examinarse los factores que dan viabilidad al crecimiento de la
economía. Con lo que se puede percibir con más facilidad la
responsabilidad del Estado -y no de otro agente social, pues se
trata de una función con visibles resonancia y alcance
sistémicos- en asumir la tarea de establecer las condiciones para
una mayor y una mejor utilización de las energías laborales de la
población, en el contexto de asentarse la marcha de la sociedad
en su conjunto sobre bases más racionales.
b. Si lo que tiene importancia crucial hoy es avanzar
sólidamente en términos de competitividad -como país entero y no
sólo como empresa- en el contexto de la economía internacional -y
la ganancia de competitividad está en función de contar con
trabajadores capacitados y una población educada-, entonces estar
en condiciones de ganar una presencia en la arena internacional
significa desarrollar con toda energía una política de formación
sistémica, de capacitación integral de la fuerza laboral del
país.
c.
Si
se
admite
que
el
desarrollo
supone
crecimiento
128
económico, lo lógico debiera ser impulsar el crecimiento
entendiéndose que de ese modo se incrementarán los niveles de
empleo. Pero la información que llega desde diversas latitudes
nos hace conocer acerca del fenómeno preocupante en estos años, y
que es el crecimiento sin empleo. Se expande el producto, pero no
hay una proporcional absorción de mano de obra. De allí que
muchos formadores de política prefieran la opción de buscar
incrementar los niveles de empleo a expensas de una mejora de
indicadores productivos o de eficiencia económica. No obstante,
pudiera también optarse por otra alternativa, cual es la de
procurar una expansión del producto, pero procurando al mismo
tiempo lograr una movilización de hombres y mujeres desocupados o
subempleados de modo de insertarlos adecuadamente en la actividad
productiva.
Por movilización de las personas hacia una inserción
adecuada debiera entenderse no sólo promover la integración de
parte de ellos en las unidades productivas -como mano de obra
asalariada- sino también apoyar la conversión de la otra parte de
ellos en productores -generadores de bienes o servicios, en las
crecientemente importantes pequeñas empresas y microempresaspara los mercados locales o vecinales, o incluso, eventualmente,
regionales.
d. Los segmentos de población incorporados, ya sea como
asalariados o como nuevos productores, necesitan tener acceso a
la tecnología. El conocimiento y la obtención de tecnología es
crucial para ellos. Por un lado, como trabajadores en su
respectiva unidad productiva, para contribuir a la obtención de
una mayor productividad. Como productores (microempresarios,
pequeños empresarios) para hacer factible la navegación de la
pequeña embarcación empresarial en el mar agitado de los mercados
de bienes, de crédito, etc., con una dirección clara y con la
estabilidad necesaria. Más allá de la educación para el trabajo
productivo, la idea en este punto radica en un adentramiento
adecuado en la esfera de la tecnología, en una familiarización
con las técnicas que permitirán mayores volúmenes de producción y
niveles más elevados de calidad de producto.
e. Otro aspecto necesario es el de la democratización del
conocimiento sobre lo que constituye una economía de mercado,
para de ese modo conocer qué es un sistema de mercado, qué son
los mercados, sus tipos, cómo ellos operan, su marco
institucional, su evolución, cuándo se da una situación de
desenvolvimiento adecuado y cuándo y por qué se presentan
distorsiones. La difusión (vulgarización) de esta información le
permitirá a la población orientarse mejor, interpretar de una
manera más válida los fenómenos, formar con una base más objetiva
sus percepciones y tomar mejor sus decisiones (individuales, como
familia, como productores). En su caso, las dotes de creatividad
y de iniciativa impulsarán a algunos individuos a optar por la
actividad de productor, encarando de ese modo su desempleo o
129
situación de subempleo.
f. Todas estas acciones las debe desarrollar el Estado. Es
su papel de dinamizador de la actividad económica y de generador
de condiciones para el crecimiento sostenido. El Estado en esta
visión
representa
a
la
sociedad
misma,
organizándose
institucionalmente,
jurídicamente,
políticamente
y
administrativamente con la mira puesta en lograr un adecuado
desenvolvimiento de la economía.
g. El Estado no pierde presencia en ningún caso, aunque se
hubiera producido una asunción de las actividades productivas por
parte del sector privado. Pero lo que aquí se está presentando es
el planteamiento de que la orientación del Estado en este
escenario -ineludible, de coexistencia con la actividad económica
privada- debe priorizar algunos aspectos, y entre éstos está el
cuidado de lo referido en los acápites anteriores. Pero la
política estatal debe seleccionar algunos segmentos de la
población. Aquí se está haciendo alusión no sólo a poblacionesobjetivo, tales como los segmentos más pobres de la población,
los niños y la tercera edad, sino también las mujeres gestantes.
Pero la idea central es propiamente la de la incorporación de la
mujer en el desarrollo. Esto último permitirá incorporar al
acervo productivo del país talento, capacidades y fuerza laboral
que puede encontrarse en la población femenina.
Una reflexión final: ningún país ha tenido como meta
alcanzar el escenario que hemos descrito en las páginas
precedentes. Este, sin embargo, es el que ha llegado a
conformarse y se desenvuelve como realidad empírica, objetiva. La
actitud elemental en un científico social es reconocer lo que
está existiendo para dar curso al acto de conocer. El siguiente
paso en el camino a la verdad consiste en interpretar
adecuadamente lo que ocurre. Toma la posta el político, para
definir en función de ello cuáles son las medidas apropiadas y,
si es el caso, con el administrador de los asuntos sociales en la
esfera pública, precisar cómo es que hay que llevarlas a cabo en
el contexto vigente.
130
BIBLIOGRAFIA
BLAUG, M. (1985), Teoría Económica en Retrospección. México, 1a.
ed. en español de la 3a. en inglés,
Fondo de Cultura
Económica,
856 pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1994), América
Latina y el Caribe: Políticas para Mejorar la Inserción en la
Economía Mundial. Santiago de Chile, 321pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1992), Equidad
y Transformación Productiva: Un Enfoque Integrado. Santiago de
Chile, 254 pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1990),
Transformación Productiva con Equidad. Santiago de Chile, 182 pp.
DOBB, Maurice (1982), Teorías del Valor y de la Distribución
desde Adam
Smith - Ideología y Teoría Económica. México, Siglo
XXI Editores, 6a. ed., 329 pp.
FAJNZYLBER, Fernando (1983), La Industrialización Trunca de América
Latina. México, Editorial Nueva Imagen, Centro de Economía
Transnacional (CET), 359 pp.
FURTADO, Celso (1991), Economía Mundial - Transformación y Crisis.
Bogotá, Tercer Mundo Editores, 2a. ed., 183 pp.
HOLLANDER, Samuel (1988), La Economía de David Ricardo. México,
Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., 677 pp.
SCHUMPETER, Joseph (1971), Historia del
Barcelona Ediciones, Ariel, 1371 pp.
Análisis
Económico.,
------ (1971), Diez Grandes Economistas: de Marx a Keynes.
Madrid, Alianza Editorial, 3a. ed., 446 pp.
SCREPANTI, Ernesto y ZAMAGNI, Stefano (1993), An Outline of the
History
of Econmic Thought. Oxford, Clarendon Press.
SUNKEL, Osvaldo (Compilador) (1991), El Desarrollo desde Dentro Un Enfoque Neoestructuralista para la América Latina. México,
Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., 507 pp.
131
APUNTES TEÓRICOS SOBRE CRECIMIENTO Y EMPLEO
LUIS PACHECO ROMERO
*************
INTRODUCCION
La finalidad de estas notas es proporcionar elementos de
discusión referidos a la problemática del crecimiento y el empleo
con la esperanza de que sean considerados de utilidad en el
proceso de elaboración de estrategias de empleo y, en general, de
políticas sociales, en nuestro país, por quienes están
directamente relacionados con la temática del empleo, ya sea como
investigadores en el nivel del análisis o como diseñadores de
política. Desde una perspectiva metodológica, se procura subrayar
la necesidad de que, al elaborarse diagnósticos y políticas sobre
el empleo y la equidad social, se considere en su peso debido, a
los procesos de la realidad nacional e internacional tomándolos
en cuenta como contexto que define significados en los fenómenos
relevantes a la problemática del empleo.
Toda acción dirigida a contribuir a construir sociedades
equitativas en la región latinoamericana supone esfuerzos
orientados a hacer viable el desarrollo social, a forjar más
equidad entre los agentes económicos y sociales, a lograr una
mayor calidad de vida difundida en la población. Teniendo ese
propósito en mente, la discusión creemos necesario definirla en
132
términos de la dirección estratégica requerida para avanzar hacia
los propósitos señalados. Ahora bien, la explicitación de una
orientación estratégica supone conocer bien el marco objetivo en
el cual se encuentran inscritos los procesos de la realidad
económico-social sobre los que se quiere influir. En el caso
específico que concierne a estas notas, creemos que los
lineamentos dirigidos a una mejora en la situación del empleo,
tendrán un sustento firme si se basan en un adecuado conocimiento
del contexto de la realidad pertinente. Este a todas luces es un
criterio conocido. Mas lo que nos lleva a subrayar este requisito
de índole metodológica y que nos lleva a realzarlo es el hecho de
que entre la década de los 80's y hoy se han producido cambios
fundamentales en este contexto, tanto en su dimensión
internacional como en la nacional. En el caso peruano, las
transformaciones con indiscutible relevancia similarmente se dan
tanto en el ámbito internacional como en el nacional, pero en
estas notas enfatizaremos el nivel internacional por el especial
alcance de sus efectos.
PRINCIPALES TRANSFORMACIONES ECONOMICO-SOCIALES
Cambios profundos en el contexto internacional
Veamos una ilustración de lo aquí afirmado. Como está siendo
apreciado de manera clara, las fronteras entre lo nacional y lo
internacional se han venido diluyendo. Como expresión de ello, en
los últimos años se ha expandido el comercio internacional, se
han incrementado los flujos financieros internacionales, se
produce una más intensa circulación internacional de ideas y de
información, existe una mayor movilidad internacional de
personas, y otros aspectos que denotan esa misma tendencia. Un
resultado de ello es que muchas generalizaciones empíricas sobre
los fenómenos de la realidad que podían tener vigencia durante
los años 70's y aún en parte de los 80's, ahora en los 90's en no
pocas ocasiones han perdido sustento real en qué apoyarse.
Cambios en el orden conceptual
Naturalmente, los ajustes a detectarse ocurren no sólo a
nivel fáctico; la contraparte de ello es que los ajustes deban
tener lugar a nivel conceptual también. Echemos una mirada al
nivel de las ideas. Como un reflejo de los cambios a nivel de los
fenómenos, el tratamiento y aún el contenido de algunos conceptos
están, a su vez, experimentando trasformaciones. Por ejemplo,
habría que precaverse sobre la significación del concepto de
"inversión privada nacional": ahora resultaría menos fácil
133
distinguir entre inversión nacional e inversión extranjera, por
la dificultad actual para conocer con precisión la proporción de
la participación accionaria extranjera en las empresas de
cualquier país en particular. Un caso similar se da con el
término "inversión privada", que antes solíamos asociarlo con la
inversión privada nacional, pero que ahora incorpora en su ámbito
a capitales extranjeros en magnitud cada vez mayor 36.
En este ambiente cambiante, está planteada ante los
investigadores no sólo la tarea usual de explorar nuevas
situaciones y realidades empíricas; con igual fuerza hay que
estar dispuestos a reconocer la insuficiencia que pueden revelar
algunas nociones, la necesidad por tanto de construir
alternativos conceptos idóneos y, claro está, de ser el caso, la
de plantear nuevas hipótesis de trabajo.
Las estrategias también se alteran en su contenido temático
36
SI EN LOS AÑOS 70 Y 80, EL CRÉDITO COMERCIAL DIRIGIDO A AMÉRICA LATINA CONSTITUÍA EL
PRINCIPAL COMPONENTE DE LA OFERTA DE FINANCIAMIENTO EXTERNO A LA REGIÓN, EN 1992 ESTA FORMA DE
FINANCIAMIENTO SÓLO REPRESENTÓ UN 16% DEL MOVIMIENTO DE CAPITALES (CON US$ 9 500 MILLONES); MIENTRAS
QUE LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN EL MISMO AÑO 1992 ASCENDIÓ A US$ 19 000 MILLONES, LO QUE SIGNIFICÓ EL
30% DEL FLUJO TOTAL. YA SEA MEDIANTE LA INVERSIÓN DIRECTA EXTRANJERA (US$ 14 087 MILLONES), LOS
ADR/GDR (US$ 4 390 MILLONES) O FONDOS EXTERNOS DE INVERSIÓN (US$ 259 MILLONES), EL CAPITAL
EXTRANJERO CRECIENTEMENTE SE HACE PARTE DE LA INVERSIÓN PRIVADA EN LOS PAÍSES DE LA REGIÓN. VER CEPAL,
1994, PGS. 207-209.
134
Otro impacto de estas evoluciones conceptuales más recientes
se da en el nivel de las estrategias a aplicarse con el propósito
de avanzar hacia el progreso social. Antes podíamos hacer del
empleo un objetivo independiente al calor de las propuestas por
elevar el nivel de desarrollo de los países. 37 Hoy en día los
márgenes para poder trabajar en esa línea aparecen más reducidos.
Con el cambio de paradigma del desarrollo en la región, y haberse
hecho prevaleciente el enfoque que propicia la liberalización de
los mercados, la relación entre empleo y el crecimiento económico
ha
variado,
haciéndose
más
compleja,
por
la
mayor
interdependencia que se ha suscitado entre esos dos conceptos y
esas dos realidades. Esta ligazón creciente tiene consecuencias
de signo complejo. En efecto, por un lado, es el crecimiento el
que posibilita la expansión del empleo 38. Según esto, el empleo
aparece como un efecto derivado del crecimiento y habría perdido
así toda independencia. Pero, por otro lado, crece la evidencia
empírica de que no podrá darse un crecimiento sostenido sin una
expansión del empleo39. Con lo que, paradójicamente -a pesar del
contexto adverso-, el objetivo social asume fuerza inédita. El
punto a recalcarse, sin embargo, es que si bien pueden recobrar
fuerza el empleo y otros objetivos de índole social en los planes
y políticas globales, el sostén conceptual en la reconquista de
dicha importancia pasa a ser por entero diferente: defensores de
las reformas estructurales (del tipo Banco Mundial) comienzan a
abordar el tema con fines de aplicación. De confirmarse esta
tendencia, empezaría a delinearse un escenario diferente, en el
cual los analistas de esta problemática van a presenciar cómo los
esfuerzos por lograr llevar adelante y materializar dichos
objetivos (sociales) acaso se estén mudando de edificio
conceptual -de la visión y programa populista a la visión y
programa liberal-, y deban admitir eventualmente que esto se
constituya en premisa para que los objetivos sociales puedan
volver a tener vigencia fresca. Tenemos aquí, en consecuencia,
otro punto a ser detectado entre los cambios que se registran en
estos tiempos muy recientes.
El enfoque predominante cambia de manos
37 Era del todo factible plantearse así este objetivo, cuando prevalecían en
los círculos políticos y académicos estrategias de crecimiento económico como las
que se aplicaron en los años 1950-70, ya sea en su versión de búsqueda de pleno
empleo por un Estado benefactor en el caso de los países industrializados (matriz
conceptual keynesiana) o en la propuesta cepalina en las décadas inmediatas a la II
Guerra Mundial asociada a la industrialización por sustitución de importaciones.
Ver Furtado, C., 1991; Sunkel, O. et al., 1991.
38
Noción que se encuentra desde los más conspicuos
pensamiento clásico. Ver Blaug 1985, y Schumpeter 1971.
exponentes
del
39 Y, ciertamente, tampoco podría darse crecimiento sin una mejora en materia
de distribución del ingreso ni sin una reducción de la pobreza. Este postulado es
presentado con fuerza por la CEPAL desde
el inicio de la década en curso. Véase CEPAL 1990 y CEPAL 1992.
135
En tercer lugar, el eje del crecimiento económico y de la
generación de excedente se ha trasladado ahora al sector privado.
Esta es una realidad difícil de ignorar. Pero si esto es cierto,
de hecho asumirán mayor relevancia las propuestas sobre
crecimiento productivo y generación del empleo afines a las
ópticas de política económica usualmente ligadas al sector
privado.
Ahora bien, la referencia a propuestas y ópticas que se ha
comenzado a hacer nos lleva gradualmente al ámbito teórico.
Ubicados en ese plano, no resulta difícil reconocer la
pertenencia de las ópticas aludidas en el párrafo precedente a
una corriente de pensamiento determinada, a aquélla que encuentra
su matriz en el liberalismo. De esta manera es que llegamos al
tema del liberalismo.
Reparemos en que la expresión utilizada en estas notas es
"liberalismo", y no "neo-liberalismo". Hay antecedentes que
explican esta opción terminológica. Parece necesario subrayar un
hecho que no debe pasar inadvertido, y es que en los países de la
región se ha dilucidado una contienda. Hace unos 20 a 25 años, en
la mayoría de países de la región el sector privado y el sector
público competían por los recursos de la economía nacional, por
el fondo de recursos para inversión. Esa competencia, sin
embargo, se ha atenuado ya, cuando el Estado le ha cedido
prácticamente el espacio al sector privado. Al devenir esto en
una realidad, la forma de emplear y asignar esos recursos está
pasando a ser percibida y entendida a través del equipamiento
mental y conceptual de los actores principales del nuevo sector
hegemómico. Por ello, lo que pasa a cobrar fuerza no consiste
solamente de un particular enfoque de política económica, tal
como el neo-liberalismo. Se trata, en vez, del afianzamiento de
una particular visión sobre la naturaleza misma de la economía
global, de una concepción del propio funcionamiento de ésta, de
sus principios rectores, de aspectos de una importancia crucial
tal como la relación entre economía y sociedad, entre economía y
el individuo. Es, en suma, toda una filosofía económico-social,
el liberalismo40, lo que adquiere vigencia, y no simplemente una
perspectiva de cómo mejor manejar instrumentalmente la economía
desde el Estado.
La continuidad de la nueva preeminencia
Retomemos el tema de los rasgos del cambio y señalemos otra
transformación más. Esta se refiere al fenómeno -extendido a
40
En su expresión clásica o en su versión neo-clásica.
136
nivel internacional cada vez con mayor claridad- por el cual el
sector privado se hace cargo de las tareas del crecimiento.
Apreciemos los efectos de este fenómeno.
Esta preeminencia del sector privado en la generación de
producto a escala nacional se está constatando en las distintas
regiones del planeta, sin distinción de antecedentes históricos o
culturales preexistentes. Al irse configurando este nuevo orden
de fuerzas sociales en relación a la esfera de la economía en
naciones ubicadas en las distintas regiones del escenario
internacional, aparece un fenómeno de articulación e interacción
entre los sectores empresariales no gubernamentales por la propia
dinámica de los mercados41, con lo que la nueva correlación de
fuerzas en cada país ingresa en una etapa de consolidación.42
Nos interesa enunciar explícitamente este rasgo de la
consolidación, por lo que ésta implica: continuidad. Al adquirir
continuidad los fenómenos y los procesos, ellos van asumiendo una
característica muy singular: se convierten en tendencias de largo
plazo.
El diseño de políticas y las transformaciones en el contexto
Todo estos elementos a que nos estamos refiriendo nos llevan
a cobrar conciencia de que existe un marco, un contexto cuyas
características y tendencias son por cierto ajenas a nuestra
voluntad, procesos y hechos que pasan a constituirse en el
entorno dentro del cual hay que diseñar las estrategias. Las
estrategias y las políticas, deben, en ese sentido, más allá de
nuestros deseos, reflejar en su contenido las transformaciones
que están ocurriendo en el entorno, en un leal apego a la
realidad y dentro de una búsqueda tenaz de eficacia de objetivos.
Por la internacionalización de la economía en el concierto
de naciones y el carácter transfronterizo de muchos procesos
económicos, las sociedades nacionales progresivamente se ven ante
la disyuntiva de asumir comportamientos de carácter funcional
respecto del escenario internacional. Este es un fenómeno
41 La coordinación entre empresarios de los países de la Cuenca del Pacífico
sería un ejemplo, la cual se expresa en un proceso que toma mayor rapidez que la
coordinación entre Gobiernos; similarmente, esto se da en las consultas entre
empresarios al interior de la Unión Europea o del Mercosur.
42 Muy distinto sería el caso si esta nueva prelación de fuerzas se diera
sólo en ciertos países, aisladamente, con lo que el interés de los analistas se
convertiría en la constatación de si en los otros países adquiere estabilidad o no
la situación de hegemonía del sector privado en el ámbito productivo. Pero cuando
en la gran mayoría de naciones en los distintos confines se repite el mismo
fenómeno que estamos analizando, se va constituyendo un ambiente internacional que
consolida la transferencia de roles hegemónicos al sector no gubernamental.
137
igualmente más perceptible en los 90's.
En el nivel de las ideas y conceptos, lo anterior se expresa
en un reto para la tarea académica y de investigación: cualquier
esfuerzo
integral
para
comprender
e
interpretar
la
direccionalidad que va exteriorizando la sociedad nacional y la
economía de los países requiere también -y en algunos casos,
primeramente- entender la dinámica y manifestaciones del
escenario internacional y considerar en su debida magnitud la
influencia externa.
En cuanto al diseño de políticas públicas, la situación es
similar. Habría acuerdo entre los especialistas en no poder
evitar visualizar el escenario nacional como un componente -en
mayor o menor medida, con inserción más favorable o más
desfavorable- del escenario internacional. Es como si cada país
en estas condiciones se convirtiera en unidad conformante de un
sistema internacional. La variable de la calidad de la inserción
del país en el sistema internacional adquiere significación
indiscutible.
En circunstancias de globalización, las tendencias y rasgos
que prevalezcan en el escenario internacional tienden a
convertirse en elementos de la mayor relevancia en los países de
la región. Esto, lo repetimos, es así tanto en el nivel fáctico
como en el conceptual. Así, lo que a nivel conceptual acontezca
en el escenario internacional tendrá relevancia para nuestro
país, para nuestra realidad.
De allí que resulte pertinente preguntarnos qué es lo que
está ocurriendo en el ámbito árido pero indudablemente importante
de las teorías económicas.
LA
TEORÍA ECONÓMICA EN EL NUEVO ESCENARIO INTERNACIONAL
Lo que es de apreciación generalizada es que la línea de
política económica predominante hoy en la mayoría de países toma
como su marco doctrinario el pensamiento neo-clásico43. Nos
referimos a la vertiente de pensamiento que se construyó en
Europa en el último tercio del Siglo XIX. A partir de esa matriz
teórica los partidarios de la corriente actualmente prevaleciente
esbozan los postulados, refiriéndolos a las realidades empíricas
de esta parte final del Siglo XX.
43
Incluimos en esta acepción a las aportaciones de los marginalistas.
138
Los rasgos básicos de esa vertiente doctrinaria son
extensamente conocidos. Casi no es necesario mencionar algunos de
ellos, tal como la noción de que es posible y conveniente que los
mercados operen en condiciones de competencia perfecta, la idea
de que puede haber crecimiento sostenido no sólo en una economía
nacional sino en la economía internacional si es que no existen
distorsiones en los mercados, la de que el desempleo en los
mercados es voluntario, y que en general en aras de una mayor
eficiencia en la asignación de recursos los mercados deben operar
en forma libre y abierta, con perfecta movilidad de factores y
recursos. Ciertamente, el postulado básico en todas estas
aserciones es que el mercado es el mejor mecanismo para
materializar una asignación eficiente de los recursos.
Este marco doctrinario cristalizado en Europa especialmente
entre inicio de los 1870s y la primera mitad de los 1890s está
hoy vigente en las naciones más poderosas del orbe. Sin embargo,
lo relevante para nuestro análisis es que en el propio
ordenamiento internacional que se está constituyendo impulsado
por políticas económicas cuya raíz común es el marco doctrinario
del pensamiento neoclásico comienzan a delinearse algunas
diferenciaciones internas. Esto amerita un examen más detenido.
Diferenciación en el manejo de la economía y la sociedad
Lo que hay que subrayar es que las diferenciaciones que
comienzan a advertirse en el concierto internacional no son de
orden secundario. Y no lo son, porque dichas diferenciaciones
están vinculadas a aspectos de manejo de las economías nacionales
de tanta importancia como por ejemplo el rol del Estado, la
estrategia de crecimiento a largo plazo, la necesidad de una
direccionalidad sostenida en la asignación de recursos. Por ello
es que en ese contexto emergen orientaciones estratégicas
diferenciales, a pesar que hay una substrato de filosofía
económica compartido.
Es común referirse a la existencia de regiones económicas,
que se expresan en tres grandes bloques de países. La
regionalización es una realidad, en efecto. Pero en el análisis
que estamos desarrollando, la regionalización nos permite ver con
bastante facilidad a cada bloque expresando una manera distinta
de entender cómo se ha de ir desenvolviendo la economía de
mercado. Este punto nos interesa abordar: el hecho de que la
economía de mercado como concepción y realidad haya pasado a
prevalecer no quiere decir que las distintas economías nacionales
que hayan adoptado ese sistema de organización económica se estén
desplegando en una sola y única forma. En otras palabras, la
economía de mercado, al materializarse en las distintas regiones
del planeta está mostrando, al interior de sus linderos en tanto
que concepto-sistema, diferencias de índole estratégica en cuanto
139
concierne a cómo se cree progresar mejor en su operatividad
concreta.
Podemos, en consecuencia, visualizar estos distintos
bloques, no sólo como espacios económicos en los cuales se dan
determinados procesos productivos y financieros con una u otra
intensidad, sino como tres casos en los cuales son detectable
estilos diferentes de manejo de la economía, al encarar el reto
de cómo orientar a las economías por la senda de un crecimiento a
largo plazo.
Veamos estas diferencias.
Las ópticas regionales
En primer lugar, tenemos el estilo de materialización de la
economía de mercado asociado a la tradición conceptual
predominante en el mundo anglosajón, en la cual está inmersa la
potencia actual a nivel mundial, los EEUU. Este estilo nos evoca
la Escuela Neo-clásica. Un rasgo básico entre sus principales
postulados: la visualización del individuo como propulsor de las
iniciativas económicas, la creencia en que la libertad económica
y política del individuo constituye motor efectivo del
funcionamiento adecuado del sistema societal; no se cree en la
conveniencia de discriminaciones en favor de segmentos
desfavorecidos de la población, disminuyendo, por tanto,
subsidios estatales a consumidores y concesiones a minorías como
había sido el estilo por décadas. Las administraciones Reagan y
Bush expresaron bien estos preceptos.44
Tenemos aquí, pues, uno de los estilos, uno que de manera
más o menos explícita recurre a los preceptos de la escuela neoclásica.45
44 Las administraciones Demócratas de Roosvelt, Kennedy y Johnson pertenecen
a una etapa histórica que tuvo un escenario internacional muy específico, el de la
toma de hegemonía al interior del sistema capitalista durante y luego de la II
Guerra Mundial, pero en dura competencia con el sistema socialista; debía
procurarse el consenso interno y resarcir a la población las pérdidas y costos
sociales de participación en la conflagración mundial. Los tiempos ahora son de
globalización: ya no hay un sistema económico que sea adversario político a nivel
mundial, pero hay aún que ganar la hegemonía económica.
45 ¿Es éste el caso de la administración Clinton? La respuesta no parece
definitiva. No obstante, lo que sí se puede decir es que la administración Clinton
no ha inaugurado en su país una nueva etapa en el diseño de cómo manejar la vida
económica a nivel nacional, a partir de lo cual podremos concluir que o estamos en
un momento de transición en esa nación en términos de concepción de política
pública en materia de conducción de la economía o se trata más bien de un
paréntesis al cabo del cual se retornaría en ese país a la línea estratégica
observada durante los años 1980's.
140
El otro estilo es el que se reconoce en naciones del bloque
europeo. Tomemos como ilustración, en aras de brevedad, sólo los
casos de Alemania y Francia. Aquí lo relevante es el elemento de
la concertación para definir los rumbos de desarrollo. En la
nación germana, la concertación a nivel micro resulta ser un
elemento muy importante en el proceso de crecimiento a largo
plazo. El objetivo buscado es que al interior de las empresas
tenga
vigencia
efectiva
la
participación
laboral,
la
participación en la gestión de las empresas. Los elementos de
concertación aquí involucrados no necesariamente están presentes
en la versión del mundo anglosajón. Ahí, pues, advertimos una
diferencia. El factor trabajo es valorado en Alemania en mayor
medida que en el Norte, ya sea en la isla británica o al otro
lado del Atlántico.46 La otra potencia europea, Francia, es
reconocida históricamente como nación marcadamente orientada a
incluir la cuestión social en su agenda, reconociéndosele un
definido perfil en ese sentido como resultante del dinamismo y
gravitación de movimientos políticos y organizaciones sociales a
lo largo de décadas. Esta manera de delinear las políticas
públicas en dichos países probablemente sea prolegómeno de la
forma en que se desenvolverán las estrategias en el marco de la
Unión Europea, con lo que puede identificarse así un segundo
estilo.
Ciertamente, el tercer estilo es el que corresponde al
bloque del Asia Meridional y del Asia Oriental, donde también
constatamos la concertación como un elemento, pero la diferencia
entre la concertación en Alemania y la concertación que se da al
este de Asia se da en el nivel en el cual ésta tiene lugar. Si en
Alemania la concertación es típicamente a nivel micro, en el
ámbito japonés la concertación se da no solamente a nivel micro
sino igualmente a nivel macro.
Por ejemplo, la Agencia Central de Planificación del Japón
integra en su órgano directivo a representantes del Estado así
como a representantes permanentes del sector privado, de las
universidades y también de los trabajadores.
La concertación sobre políticas agregadas y variables
"macro" se da al interior del organismo que conjuntamente con el
MITI y el Ministerio de Finanzas van a señalar los rumbos del
país.47
46
En Alemania, instituciones de la sociedad civil actúan decididamente para
que la autoridad gubernamental atienda adecuadamente los contenidos centrales de la
política social. El Parlamento y los medios de expresión canalizan estas
inquietudes. El gobierno asume estas demandas procurando reflejar los intereses del
propio Estado, de los empresarios y de los trabajadores. Similares procesos y
resultados se percibe en otras naciones europeas.
47 El MITI es el Ministerio de Comercio Internacional e Industria en el
Japón. Fue una de las entidades responsables del largo período de crecimiento
sostenido conocido como "milagro japonés". Las políticas se discuten desde la base,
y toman su tiempo de aprobación pues no
141
suben de nivel hasta que no alcance consenso.
142
La concertación a nivel macro no impide que a nivel micro
también haya concertación, aunque en este segundo nivel la
concertación se presente de otra manera. En el nivel micro la
concertación se presenta en estrecha conexión con la visión que
sobre empresa hay en Japón. La empresa es vista como una entidad
cuyos valores la asemejan a la organización familiar; los
trabajadores, por ejemplo, forman parte de ella a lo largo de
toda su vida.48 En Japón es el marco religioso y filosófico lo
que hace que la familia tenga un sentido diferente al que tiene
en Occidente y que la perspectiva de comunidad al interior de la
dinámica de la empresa y hasta cierto punto de la sociedad sea
prominente.
En suma,
nacional.49
son
tres
estilos
de
manejo
de
la
economía
No es irrazonable pensar que la diferenciación en tres
estilos va a reflejarse en la manera en que se desenvuelva la
competencia entre los bloques.
Un ejemplo de las diferencias de concepción en cuanto a cómo
conducir la economía se encuentra en un documento de una agencia
del Gobierno japonés 50, en el cual la Overseas Economic
Cooperation Fund (OECF) de Japón hace una crítica no a un
gobierno (de una nación perteneciente a otro bloque) sino a un
organismo financiero multilateral (el Banco Mundial), por su
enfoque ortodoxo en materia de cooperación financiera a los
países en desarrollo. 51 Señala la OECF de Japón la
inconveniencia
de
no
adecuar
conceptos
en
materia
de
condicionalidad en términos de utilización de los recursos
financieros en la asistencia internacional y no reconocer el
48 Es la pauta cultural-laboral del "employment for life". Este rasgo parece,
sin embargo, estarse atenuando, a juzgar por análisis periodísticos de países
occidentales en el sentido de que este elemento cultural tan característico en
Japón está perdiendo la fuerza que tuvo; pero de cualquier manera esa pauta laboral
marcó el estilo de desarrollo de las empresas en dicha nación. Además, es de toda
probabilidad que esta filosofía empresarial básicamente vaya a continuar debido a
que ella está ligada a la visión cultural que predomina en ese país.
49 Por cierto en América Latina todavía tenía alguna fuerza en los años
1980's la opción que concedía al Estado capacidad de intervención sobre los
mercados y en los mercados. En los años 1990's, con la disolución del bloque
socialista, la situación cambió a nivel mundial y esa opción perdió viabilidad.
50 Actualidad Económica, Año XIV, No. 138, Octubre de 1992, págs. 23-27. La
agencia internacional japonesa en mención es la Overseas Economic Cooperation Fund
(OECF), la agencia oficial del Gobierno de esa nación para asistencia económica y
financiera para naciones del Tercer Mundo.
51 A nuestro entender, el Banco Mundial no sólo comparte en gran medida la
visión neoclásica que subyace en el estilo que hemos atribuido a los países anglosajones, sino que Estados Unidos detenta la hegemonía en la toma de decisiones en
dicha institución de Bretton Woods acaso desde su propia fundación en los años
1940's, y con mayor razón en los 1990's.
143
hecho de que las economías de las naciones
requieren de incentivos por parte del Estado. El
se cristaliza la divergencia no es, ciertamente,
la periferia de la problemática de la conducción
en desarrollo
tema en el que
uno situado en
del Estado. 52
De la acción a la idea en materia de política económica
Una reflexión que emana de todo lo anterior conduce a
vislumbrar la posibilidad de que estas distintas vías
estratégicas concernientes a la relación entre Estado, economía y
sociedad puedan más adelante plasmarse en concepciones de
política económica independizables unas de otras.
En suma, lo que hay es una sola visión doctrinaria, con
conceptos centrales compartidos por los distintos estilos de
manejo de la economía, conceptos que para todos funcionan como
principios rectores, tales como la fe en el mercado, la creencia
en la factibilidad de crecimiento en el largo plazo, o la que
asevera que en el largo plazo habrá beneficio para todas las
naciones con apertura de sus economías al comercio internacional.
No obstante, existen al mismo tiempo, como se acaba de remarcar,
diferencias sustantivas a nivel estratégico, que podrían -al
buscar afirmarse cada línea estratégica- estimular que se
precipiten nuevos desarrollos de la teoría, propiciando con ello
evoluciones diferenciales de la teoría.
La tarea en América Latina
Es en este punto donde consideramos pertinente sugerir que,
ante la existencia de este cuadro de vías estratégicas
diferenciadas, deberíamos en América Latina cobrar conciencia del
potencial que dicha diferenciación contiene y hacer un
seguimiento crítico de los elementos conceptuales que van
emergiendo en ese tipo de evolución, percatándonos que este
decurso de ideas podría arrojar luz sobre la construcción de
alternativas conceptuales aplicables a nuestros países, referidas
a nuestras realidades.
52 Luego de la argumentación anterior, concluye la OECF de Japón en el
documento a que nos referimos: "Aunque la eficiencia y la equidad son los
principales objetivos que se persiguen en política económica, algunas veces se da
un trade-off entre los dos. En la década de los 80, tanto la teoría como la
política económica estuvieron fuertemente orientadas hacia la búsqueda de la
eficiencia. En este sentido, fue un período único. Sin embargo, ese período ha
llegado a su fin. Lo que se necesita ahora es una política bien balanceada entre
eficiencia y equidad, para promover el bienestar de la sociedad entera.
El enfoque de Ajuste Estructural del Banco Mundial debería transformarse
para reflejar este cambio de corrientes." Ver Actualidad Económica, op.
cit., pág. 27.
144
Las razones para un bloque regional ampliado
Después de la disolución del bloque socialista en el giro de
la década de los 80's a la de los 90's, progresivamente fue
quedando claro que los problemas principales que debía enfrentar
el sistema económico-social que logró la hegemonía, el
capitalismo, dejaban de pertenecer a la esfera política. El gran
adversario político ya no estaba más. El conflicto internacional
pasó a tener otra naturaleza, pues la supremacía estaba definida.
Los problemas primordiales para definir el rumbo en la escena
internacional adquirieron un carácter económico. Al verificarse
este cambio, se abre, para las naciones líderes, una problemática
nueva, de competencia intra-sistémica.
Esta problemática, inédita hasta que se constituyeron las
regiones económicas, en nuestra opinión ha ido adquiriendo su
perfil propio progresivamente, a lo largo de una secuencia que ha
atravesado por tres momentos, los cuales es menester pasar a
repasar uno a uno a continuación.
El primer momento se caracteriza por la conciencia que
emerge en cada bloque de que se ha constituido una situación de
competencia entre bloques: dado que ya no está más el contendor
político común de Occidente a nivel mundial, ahora el asunto es
dilucidar la primacía de una región económica respecto a la otra.
Subrayamos una vez más que la competencia existente ahora a nivel
planetario es una de índole intra-sistema, entre bloques del
mismo sistema. Son tres grupos de países (con reducido número de
integrantes cada uno) los que empiezan a competir entre sí. Cada
grupo actuando con una nación líder. La preocupación central de
cada bloque reside desde que se delínea esta nueva realidad en
defenderse respecto de los otros bloques económicos y procurar
hacer prevalecer su fuerza (productiva, tecnológica, comercial).
En un segundo momento, cada bloque va percibiendo la
necesidad de extender su mercado, a la manera de contar con un
mercado complementario a su interior, para así asegurar un
dinamismo sostenido de su actividad productiva. Cada espacio
económico, por ello, se interesa por abrir las puertas,
selectivamente, a otros miembros. Se empieza así a registrar un
fenómeno de ampliación de cobertura a otros países. En esa forma,
los Estados Unidos detectan la conveniencia de no estar solos por más fuerza económica que tengan conciencia de poseer-, ni de
reducir su asociación económica sólo a su vecino del norte,
Canadá, por lo que ponen en acción los mecanismos de negociación
políticos e institucionales para incorporar a México, con lo que
se precipita la constitución de NAFTA.
145
De un lado, Alemania y Francia, similarmente, arriban a la
conclusión que debe ampliarse el grupo de naciones de la Europa
comunitaria, lo cual significa la inclusión de Portugal, de
España y de Grecia en el bloque, y ciertamente, más países,
posteriormente. Tal como en 1994 ha sucedido.
Por otro lado, el grupo inicial de Japón con Corea del Sur y
los restantes "tigres asiáticos" ve también, por las mismas
razones, la necesidad de incorporar a otras naciones de la
región, "los que vienen detrás", y ahí queda cristalizada la
figura de los gansos voladores.53 Inclusive ahora algunos
analistas creen percibir la intención en el bloque de integrar
más tarde a China y finalmente a India y Pakistán, con lo cual el
espacio
asiático
crecería
de
manera
notable,
con
el
fortalecimiento consiguiente. Todo lo anterior forma parte de
este segundo momento de la secuencia analizada que consiste, como
ya se ha dicho, en buscar extender el mercado por propósitos
sistémicos de seguridad económica de bloque.
Pero parece estar configurándose un tercer momento. Irrumpe
una nueva problemática para el sistema económico social
capitalista: las naciones líderes parecerían estarse percatando
de que no pueden sostenerse diferencias sociales abismales al
interior de cada bloque, sin ocasionar perjuicios (de una u otra
índole, pero, al fin de cuentas, económicos aunque sólo fuere por
originar retraso en la financiación de proyectos al ampliarse las
necesidades de corrección, mantenimiento, reparación). La
hipótesis es que los países de mayor peso político en cada bloque
-resignándose a tener que admitir la realidad de abismales
diferencias sociales, económicas, productivas, tecnológicas al
interior de la región que lideran- estarían concluyendo que
deviene funcional a la expansión del bloque en su conjunto el dar
pasos sólidos en la periferia de la región con vistas a avanzar
hacia una relativa homogenización social de ésta. ¿Qué tendría
que hacerse para ello? En el caso de las Américas, aparecería la
necesidad, por ejemplo, de atacar la pobreza en el área
periférica del bloque, de conocerla mejor, de conocer cuáles son
sus formas, dónde está ubicada para, por lo menos, aminorarla. Se
observa incluso una asociación entre esta necesidad descubierta y
el "momentum" que adquiere la herramienta de análisis social
conocida como mapas de la pobreza. Estos acrecientan su
popularidad desde el inicio de los 90's. Análisis de la pobreza y
empleo de mapas con la mira puesta en la reducción de la pobreza,
ciertamente se han llevado a cabo en el mundo académico desde
antes; pero lo nuevo es que este impulso por caracterizar, por
localizar territorialmente y de diagnosticar la pobreza
proviniera desde el "centro" del bloque. Se registra un interés
53 La
produciendo
Japón a la
potenciales
formación aludida es una analogía con la manera cómo se ha ido
en términos estratégicos el proceso de desarrollo de Asia meridional:
cabeza, luego los "cuatro tigres", y en la fila siguiente, las
NIEs emergentes, países como Malasia, Tailandia, Filipinas e Indonesia.
146
político en el polo dominante del bloque por conocer cuál es la
magnitud de la pobreza, cuáles son los factores generadores de la
pobreza y también la necesidad de desarrollar algún tipo de
acción programática en las naciones con las más evidentes
disparidades de ingreso para mejorar las condiciones sociales de
las poblaciones. La preocupación por enfrentar las necesidades
básicas insatisfechas deja de ser sólo tema de la tecnocracia y
de sectores intelectuales y políticos socialmente orientados y
pasa gradualmente a ser también tema de agenda de los círculos
políticos de los países dominantes.
El interés por lo social
Ahora bien, fue inevitable que se llegara a visualizar al
gasto público como un instrumento de acción adecuado para encarar
los apremios en este tercer momento de la secuencia, y la fórmula
ideal, por cierto, habría de ser expresada como la expansión del
gasto público en el área social. Resultó así que desde Washington
(en el sentido de Casa Blanca o en el de sede de organismos
multilaterales) comenzara a estimularse el punto de vista de la
necesidad de la expansión del gasto social en las naciones
periféricas; es más, en esa misma línea se avanza a un punto de
instrumentación de política técnicamente más evolucionado, el
cual es la focalización del gasto social. Esto es una innovación
que se generaliza regionalmente. Por ello, cuando aquí en Perú
empezamos a escuchar sobre la focalización del gasto social hacia
1993, no fue sorprendente conocer que en otras naciones
latinoamericanas se había empezado a emplear igualmente el
concepto de focalización del gasto social.
Otro proceso que trasluce el reciente interés por la
problemática social en las naciones de primacía económica se
refiere a los cambios observados en la política de cooperación
internacional que adoptan las naciones más solventes en los
bloques económicos. A lo largo de la primera mitad de los 90s,
muchos de esos países, incluyendo a los tres países líderes,
EE.UU., Alemania y Japón, han reajustado, si no redefinido, sus
lineamientos básicos de cooperación internacional. En sus
programas de cooperación, estas tres naciones no sólo adoptan
ahora el componente de la lucha contra la pobreza explícitamente,
sino le otorgan muy alta prioridad, así como expresan que
brindarán apoyo prioritario a políticas en las naciones en vías
de desarrollo dirigidas a mejorar los niveles de educación y
salud.
Sabemos sobre la resonancia que han adquirido, al lado de
estos temas, los denominados "global issues", tales como la
problemática del medio ambiente, el tema de población, el área
temática de la integración de la mujer en el desarrollo, pero
insistimos en que lo que toma una prelación significativa en la
agenda del desarrollo lo constituye la lucha contra la pobreza,
147
los programas en educación y salud. Consecuentemente, estas
grandes áreas se convierten en esferas de trabajo centrales de la
política de cooperación internacional. Alemania ajustó su
orientación entre 1992 y 1993 y en el acuerdo de cooperación a
que la nación germana arribó con Perú a fines de agosto de 1994,
en Bonn, prioridades de la índole que acaba de mencionarse ya
están presentes.
El caso de Japón es similar. Ha definido con mayor claridad
las prioridades en su política de cooperación, en favor de las
áreas de educación, salud, la agricultura en áreas menos
desarrolladas y la lucha contra la pobreza, al lado de medio
ambiente.
Con el caso de EE.UU. se encuentra lo mismo. Como
ilustración de lo que se afirma, señalamos que la Agencia
Internacional para el Desarrollo (USAID) ha empezado a impulsar
en sus programas de trabajo proyectos dirigidos a posibilitar la
generación de pequeñas empresas dirigidas por mujeres, apoyando
el establecimiento de condiciones institucionales, así como, por
ejemplo, las necesidades de capacitación o del acceso al crédito.
Lo que apreciamos en el planteamiento de esta agencia
gubernamental es un reconocimiento a la importancia de la
generación de empleo como una manera de lucha contra la pobreza
así como al potencial que encierra la mujer como agente del
proceso de desarrollo.
Las potencias, articulando de un lado la necesidad de
defender sus posiciones a nivel mundial y de otro el percatarse
sobre las duras o difíciles circunstancias competitivas en las
actuales
relaciones
económicas
internacionales,
se
ven
enfrentadas a ampliar su ámbito de análisis de los problemas del
crecimiento y a extender la cobertura de su trabajo en materia de
política exterior a la acción en el campo social.
En lo que corresponde a los organismos multilaterales, un
ejemplo a mencionarse es el denominado Acuerdo de Guadalajara, al
que se arribó en abril de 1994 en esa ciudad mexicana, por el
cual el Banco Interamericano de Desarrollo adopta la política de
destinar un alto porcentaje, un 50%, de sus nuevos créditos a
partir de esa fecha hacia programas sociales.
Esto a nuestro juicio contribuye a la creación de un nuevo
escenario de posibilidades. En dicho escenario no sólo hay que
considerar las tres opciones distintas de crecimiento sostenido
ya reseñadas, sino que al lado de eso se presenta este otro
aspecto consistente en que al interesarse cada nación líder en
poner bases de estabilidad al interior del bloque para un
crecimiento sostenido, incorpora en la noción de estabilidad los
equilibrios de índole social. Es como si presenciáramos que en la
óptica liberal actualizada se incorporara la estabilidad social
como suerte de premisa para el crecimiento.
148
Los países del Sur
Frente a este inédito escenario, los países del sur de cada
bloque pueden autopercibirse en una situación favorable para
plantear condiciones al formar parte del bloque. Es decir, si es
que se quiere extender un bloque -y es conveniente para las
naciones líderes que el bloque asuma dimensiones crecientes en
términos de territorio, población, en fin, recursos y mercadosel país del sur puede señalar su aspiración a contar con
condiciones más favorables para hacer frente a lo social, y esto
puede querer decir no sólo, de forma más inmediata, cooperación
económica y financiera sino también superación de barreras para
un crecimiento con producción transable que tenga acceso a los
mercados de las naciones más prósperas, haciendo más factible una
tasa estable de crecimiento.
Se ha utilizado la expresión "países del sur de cada
bloque". El supuesto en esta expresión es que de la dicotomía
Norte-Sur que se usó por décadas para visualizar las relaciones
internacionales y que muchos consideran ya caducó por prevalecer
en la década presente otras realidades, sigue siendo vigente su
elemento esencial: los marcados desniveles de desarrollo entre
las naciones. Si bien la realidad nos muestra que no existe un
sólo bloque Norte contra todo un bloque Sur, organizado,
contestatario, integrado conceptualmente -como fuera el ideal y
hasta cierto punto la realidad en los 60s, 70s y parte de los
80s-, sin embargo, sí se puede advertir dentro de cada bloque la
existencia de "un Norte" y "un Sur". En otros términos, el Sur se
habría fragmentado, dando lugar así a que emerja un Sur para cada
bloque, y congruentemente un Norte para cada bloque. La realidad
de la dependencia no se ha atenuado en ese sentido. No hay duda,
al mismo tiempo, que la interdependencia se ha definido como un
fenómeno de la realidad internacional con contornos más claros, y
más aún, es creciente. Pero esa interdependencia mayor se da
particularmente "entre los Nortes", entre los Nortes de cada
bloque. Entre norte y sur al interior de cada bloque, sin
embargo, la dependencia no habría disminuido.
Suponiendo válida esta afirmación, surge la asociación entre
dicha situación y la reproducción de dificultades para un
acelerado progreso social. Si las políticas gubernamentales de la
nación periférica no se plantean con acierto, con mayor fuerza se
cristalizarán las tendencias a un acentuamiento de las
condiciones de falta de empleo adecuado, de estancamiento o caída
del ingreso y de extensión de la pobreza. Los países del sur de
cada bloque pueden entonces, en el marco de los dos aspectos
señalados más arriba, obtener alguna forma de apoyo económico que
les
signifique
mayores
posibilidades
con
vistas
a
un
enfrentamiento exitoso ante su problemática social específica.
149
Un cuarto elemento de esta nueva situación se refiere a la
esfera conceptual que deba configurarse con nitidez en los países
del Sur. Un marco conceptual idóneo para poder contar con bases
sólidas para ir sorteando los obstáculos al crecimiento
sostenido, e incluso para tener una presencia en el sistema
internacional, en el flujo de recursos financieros, de inversión
y de cooperación internacional debe ser uno que signifique una
marcada diferenciación de la corriente doctrinaria neoclásica.
UNA
HIPÓTESIS: SUS BASES HISTÓRICO-ESTRUCTURALES
Pasamos a postular la hipótesis de que es posible
seleccionar algunos elementos conceptuales, criterios o elementos
metodológicos de las doctrinas económicas de la época "clásica" y
utilizarlos en la construcción de planteamientos actualizados
para abordar la realidad económico-social contemporánea. Somos
conscientes de lo que significa la época clásica, que dio a la
historia del pensamiento económico propugnadores del sistema
capitalista, tales como John Stuart Mill, David Ricardo y
otros.54
La aún no lograda homogeneidad social: las fuerzas sociales
colectivas
Sustentemos el planteamiento. En primer lugar, analicemos el
estadio de desarrollo en términos de diferenciación social que
caracterizaba a los países de Europa -principalmente Inglaterraque resultó siendo el marco dentro del cual se diseñó el
planteamiento neo-clásico o la propuesta de los clásicos. En lo
que respecta a las ideas neo-clásicas, el estadio de desarrollo
visualizado en términos de diferenciación social en las
sociedades en las cuales se emitieron los postulados neoclásicos
no es el que podemos observar en muchos de los países
latinoamericanos; ahí y entonces se presentaba una mayor
homogeneidad social (y estructural, en general), mientras que en
gran parte de las sociedades latinoamericanas lo que se registra
es un mayor grado de heterogeneidad social (y estructural). De
ahí debiera seguir que el planteamiento neoclásico quede
54 No es tan simple afirmar rotundamente una actitud de apologismo del
capitalismo industrial por parte de los "clásicos". Adam Smith, por ejemplo, se
refirió duramente a los empresarios del sector manufacturero: su libro menciona "la
rapacidad repugnante, el espíritu monopolizador de comerciantes y manufactureros,
quienes no son, ni deben ser, los que gobiernen a la humanidad...porque su interés
es ...directamente el opuesto a aquel del gran cuerpo del pueblo". Ver Dobb, 1982,
pg. 70.
150
debilitado en cuanto a validez se refiere por su falta de
aplicabilidad a sociedades como las de nuestra región.
En cambio, las características del sistema socio-económico
hoy observables en nuestros países de alguna manera tienen más
semejanza con los rasgos del sistema social configurado en países
líderes de Europa a fines del XVIII o comienzos del XIX que con
los que se advertían en el momento de enunciación de los
postulados neoclásicos (último tercio del S. XIX). ¿En qué
sentido se daría esta mayor semejanza? En el sentido de que en
esos países europeos a fines del S. XVIII se percibía una
ausencia de integración social en el desenvolvimiento de sus
sociedades en una medida similar a la falta de integración que
aún existe en nuestros países. Elegimos la variable de la
integración social por la influencia que ésta puede haber
ejercido en el énfasis puesto por los doctrinarios de esa época
en el componente social. Lo que se conoce como doctrina clásica
en la economía es en verdad economía política. Pero si existió
toda una ilustre etapa del pensamiento económico que se desplegó
como economía política, es porque los pensadores en ese período
histórico-social estaban totalmente conscientes de la necesidad
de efectuar el análisis de la economía estudiando el papel de
actores sociales en las actividades económicas y no solamente el
de individuos inmersos en los flujos económicos. Detrás de los
hechos y fenómenos económicos se veía a actores sociales
colectivos. Por eso es que la ciencia económica tiene su primera
expresión en la economía política, combinando el análisis de los
procesos económicos con el examen de la participación de los
agentes sociales en éstos. En nuestros países, considerando la
falta de integración social aún subsistente (ésta, fuertemente
enraizada en países de procedencia histórica andina), también
debería surgir entre nuestros investigadores sociales la
convicción de que los análisis sobre la economía debieran recoger
y reflejar el verdadero peso de los actores sociales en el
proceso
de
desarrollo.55
Recordemos
a
David
Ricardo
desenvolviendo su análisis económico con el criterio de factores
de producción, dando especial importancia al factor trabajo.
Evoca Blaug sobre esta eminencia del pensamiento económico
inglés: "Cuando se sentó Ricardo, en los últimos meses de su
vida, a escribir un ensayo sobre 'El valor absoluto y el valor de
cambio', utilizó un lenguaje tan emotivo como el mejor de Marx:
el trabajo es la mejor medida del valor, el trabajo es la 'causa'
y la 'sustancia' del valor...".56
No olvidemos a John Stuart Mill incorporando a estratos y
clases sociales en su examen de los hechos económicos: "... la
55 Y que de tales análisis, materializando la perspectiva que acaba de
señalarse, se produzca propuestas de acción signadas por el reconocimiento de la
participación de agentes sociales en el proceso de desarrollo y de actores sociales
en la actividad económica en general.
56
Blaug 1985, pg. 157.
151
distribución personal del ingreso entre 'las tres clases
principales de la sociedad' está influida por la distribución de
la propiedad, producto ella misma del cambio histórico".57
Pero en el siglo XIX se dejó de analizar los hechos
económicos de esa manera; se puso a un lado ese vital componente
del análisis y se concretó una ruptura de la tradición teórica,
manifestándose así la preeminenia ganada por el reduccionismo
individualista y el reduccionismo anti-histórico58.
57
Blaug 1985, pág. 236.
58
Screpanti-Zamagni, 1993, pg. 149.
152
Para
nuestras
realidades
propias
de
la
región
latinoamericana, necesitamos considerar (ahora y en el futuro,
pero aún con mayor razón, ahora) a los estratos y clases sociales
como componentes cruciales del examen de los procesos59. Por
consiguiente, no parecería algo fuera de lógica examinar la
validez de emplear la estrategia metodológica, dicho sea esto con
precisión, de los autores de esa etapa del pensamiento económico,
la etapa clásica.60 Lo que se procura apoyar es la idea dirigida
a efectuar el análisis considerando como parte de los fenómenos
económicos a los actores sociales, a los agentes económicos, a
las relaciones sociales, teniendo en mente como elemento de los
procesos de cambio o de estancamiento social a los agentes de
desarrollo; y no trabajar en el momento del análisis solamente
con flujos, ya fuere el caso del producto bruto interno de algún
sector productivo, del ingreso nacional, la inversión privada o
el gasto público. Este es un primer punto por el cual se invita a
examinar la posibilidad de tener en cuenta el aspecto referido de
la metodología de la etapa de los clásicos, de la economía
política.
El proceso de construcción de instituciones
Un segundo punto tiene que ver con la similitud entre la
situación en Inglaterra y otras naciones de Europa cuando
salieron a la luz las teorías económicas clásicas y la situación
actual en América Latina y Perú en lo que se refiere a la
construcción de instituciones en la forja del ordenamiento social
en la evolución histórica del capitalismo. A fines del siglo
XVIII, lo que tenía lugar en Inglaterra era la transición de la
supremacía feudal a la primacía capitalista; lo que se definía
era nada menos que un cambio en la naturaleza de la sociedad: el
capitalismo adquiría hegemonía y continuaba la pérdida de terreno
de la sociedad feudal. Concordantemente con ello, el proceso
crucial resultaba ser la construcción de instituciones que fueran
expresión y elementos funcionales al nuevo ordenamiento social.
Lo que sucede es que el capitalismo industrial se veía en
Inglaterra a finales del S. XVIII como algo factible y promovible
(por los sectores liberales), razón por la cual se presentaba la
necesidad de construir todo un sistema institucional para
afianzar esa nueva forma de capitalismo, el capitalismo
industrial. Lo que se da en nuestros países es, similarmente, la
necesidad de afianzar un sistema institucional, si es que se
59 Por más que disputen algunos sociólogos la existencia de clases sociales
en sociedades como la peruana, lo relevante en este caso vendría a ser la
participación dinámica y real de grupos y estratos sociales, en tanto que agregados
sociales de hombres y mujeres, en las actividades productivas y de distribución de
la riqueza.
60 Estrategia metodológica, y no contenido de las afirmaciones sostenidas por
esos autores referidas a las sociedades económicas de ese tiempo.
153
desea llevar adelante el proceso de establecimiento del
capitalismo moderno. Al darse una semejanza histórica en relación
a ese aspecto de infraestructura institucional, podría haber
sentido en tratar de ver cuáles fueron algunas nociones e ideas
que los creadores en la época clásica, con su capacidad
intelectual y potencia de análisis, pudieron generar, algunos
elementos de las cuales pudieran aún conservar pertinencia,
salvándose todas las diferencias históricas, naturalmente.
El motor tecnológico
Un tercer aspecto guarda relación con la dinámica del cambio
tecnológico. La dinámica del cambio tecnológico en ese momento
histórico en Inglaterra era proporcionalmente semejante a lo que
estamos presenciando en estos años en nuestros países, y en el
mundo en general. Hay un punto semejante, que consiste en las
enormes perspectivas encarnadas por la acelerada innovación
tecnológica.
Cuando Smith publica su libro en 1776, en esos momentos
estaba ocurriendo o estaba por ocurrir en unos años más la
revolución tecnológica industrial.61 Otros autores de la misma
etapa clásica, en los años posteriores, ya escribieron con
conciencia plena de la existencia de esa explosión de
innovaciones técnicas. Esto último está pasando actualmente en
nuestros países latinoamericanos. Se adentra en nuestra
conciencia el hecho que existe una revolución tecnológica, de que
son inminentes más innovaciones industriales y que éstas han de
ejercer una influencia gravitante en la actividad económica. Es
imprescindible asignar en los análisis contemporáneos de los
procesos desenvolviéndose y en las políticas aplicándose en la
región un rol de importancia central al factor tecnológico. A
diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los autores del
período "clásico", en las propuestas con un marco doctrinario
neoclásico de fines del Siglo XIX -visión que prevalece en muchas
mentes hoy en día en nuestros lares- el factor tecnológico está
dado, es decir, es invariable.62 La propuesta, por consiguiente,
consiste en reconocer la gravitación de la tecnología en la
explicación de los procesos económicos y sociales y en considerar
este elemento en la formulación de políticas para dar lugar a
procesos deseables (la mayor generación de empleo o las
posibilidades de un mayor dinamismo que asegure la expansión de
61
Si
tecnológica
aumento de
entonces el
se trata de registro de patentes el fenómeno de la revolución
comenzó a tener lugar desde 1770. Pero si el indicador es el marcado
productividad en las unidades productivas de manera generalizada,
momento es posterior, hacia 1790.
62
Es sólo en las décadas más recientes que emergen investigaciones de índole
teórica que buscan poner al día al enfoque neoclásico, interesándose por el papel
jugado por el factor tecnológico.
154
niveles de ingreso, por ejemplo).
Las divergencias entre clásicos y neo-clásicos
Recapitulando, si la sugerencia consiste en re-explorar
algunos criterios y nociones de la escuela clásica con fines
prácticos de reelaboración de hipótesis que hoy parecieran
resultar insuficientes frente a los cambios en el mundo actual,
precisemos un tanto en qué puntos los economistas neoclásicos de
fines de siglo XIX prescindieron de la línea teórica del
planteamiento clásico.
Primeramente, en la visión de los clásicos lo económico se
integró con lo social. En los trabajos de los neoclásicos, en
cambio, de modo implícito o aún explícito, se separó lo económico
de lo social. La propuesta nuestra es que un análisis apropiado a
las economías latinoamericanas debiera más bien integrar ambas
dimensiones.
En segundo lugar, el análisis de los clásicos pone énfasis
en los grandes problemas de la economía, vale decir resumidamente-, en el crecimiento y la distribución del
ingreso.63 Esta postura no lo comparten los neoclásicos, que
pierden el interés en la acumulación y la expansión.64 Es
necesario -en nuestra perspectiva- en el Perú y en América Latina
nuevamente poner adelante los problemas del crecimiento y la
distribución como grandes ejes teóricos de indagación, de
investigación y de análisis.
En tercer lugar, el pensamiento clásico puso el factor
trabajo y su forma social, la masa trabajadora, en el centro del
debate sobre la fuente de valor de los bienes.65 No fue así con
los autores de la etapa neoclásica. Con la corriente neoclásica
se minimizó la importancia de dicho factor productivo y de la
clase trabajadora. Es nuestro parecer que en los análisis de los
problemas del desarrollo, del progreso social, del empleo y el
ingreso en América Latina, debemos nuevamente destacar el factor
63
Adam Smith señaló desde el punto de partida que el objeto de su libro "An
Enquiry on the Nature and Causes of Wealth" es el de estudiar el desarrollo.
64
Screpanti-Zamagni, 1993, pgs. 155 and 147.
65 A John Stuart Mill, por ejemplo, se le ha considerado un 'socialista
evolucionista'. Dice Schumpeter, analizando la obra de ese autor: "(A J. S. Mill)
en el plano emocional, el socialismo le atrajo siempre. No le gustaba la sociedad
en que vivía, y era un resuelto simpatizante con las masas trabajadoras. En cuanto
que consiguió independencia intelectual abrió el espíritu a las ideas socialistas
de la época, principalmente francesas. Pero como era un economista preparado y un
hombre de mentalidad fundamentalmente práctica, no pudo dejar de percibir las
debilidades de lo que un poco después Marx llamaría 'socialismo utópico'."
Schumpeter, 1971a, pg. 594.
155
trabajo como generador de producción, como sostén
crecimiento, como elemento crucial del desarrollo.
del
En cuarto lugar, el papel que los clásicos desde Adam Smith,
Ricardo, hasta Marx, asignaron a la tecnología, es fundamental.66
En cambio, en las formulaciones consagradas del enfoque
neoclásico ese factor no ocupa un lugar central en el ejercicio
analítico.
Corresponde
a
los
investigadores
sociales
latinoamericanos rescatar la importancia de ese factor.
En quinto lugar, cabe reiterar la perspectiva analítica de
la etapa clásica mediante la cual se da un rol protagónico a los
agentes sociales y a la división del trabajo en el proceso de
crecimiento, la cual también se diluyó en el período neoclásico.
Para los exámenes de los procesos económico-sociales en nuestra
región debemos igualmente recuperar este instrumental de análisis
asociado a la noción de agentes económicos y sociales en el
crecimiento.
Comprobamos, pues, que con la etapa neoclásica diversos
aspectos conceptuales y metodológicos sustantivos desaparecieron
o perdieron presencia, pero se ha procurado despertar la atención
hacia el hecho de que, en este respecto y en lo tocante a nuestra
región, las condiciones se prestan para que tales aspectos puedan
resurgir. Lo que emerge como una necesidad en tiempos
contemporáneos -de finales del siglo XX en una situación de
globalización que impulsa una reestructuración económica e
institucional en los países- es justamente trabajar con un marco
teórico idóneo que nuevamente destaque los elementos que se han
venido presentando en la discusión: las fuerzas colectivas
intervinientes en la actividad productiva, la división social del
trabajo, la importancia de la fuerza de trabajo, los factores
institucionales y sociales de un crecimiento sostenido, el papel
de la distribución de la riqueza generada en el proceso global
de crecimiento, la visión de la propulsión del cambio histórico a
través de la economía, el carácter impulsor de la tecnología -que
hoy también se expresa a través del carácter impulsor del
conocimiento y de la información- y otros aspectos afines.
NECESIDAD
DE PLANTEAMIENTOS DE SOLUCIÓN
En el tratamiento del problema de empleo y del desempleo en
el Perú, con bastante frecuencia se ha puesto un énfasis mayor en
la descripción y medición del deterioro de los niveles de empleo,
66 La cuestión que buscan abordar es el "movimiento dinámico del sistema, a
largo plazo". Ver Dobb, 1982, pg. 175.
156
en la situación de deterioro de los salarios reales y en el
incremento de la pobreza. Pareciera conveniente que al lado de
estas caracterizaciones de la problemática -muy importantes, en
tanto que punto de partida de nuevas indagaciones-, debiéramos
intentar estimular la generación de planteamientos, de ideas
nuevas que abran pistas de búsqueda y propuesta por los cauces
que elijamos seguir. Conjuntamente con el señalamiento de
indicadores regresivos de la situación del empleo -acción
necesaria- el planteamiento quedaría enriquecido si incluyera
postulados creativos, con "salidas" a los problemas, dado que las
personas en situación de desempleo, de agudo subempleo y de
pobreza ciertamente aguardan ideas eficaces de acción práctica.
Algunos puntos de partida en el esbozo de lineamientos de
política en materia de empleo
Finalmente, y a manera de ilustración de lo que se ha venido
preconizando líneas arriba, si se tratara de sugerir una
propuesta para la mejora de la situación del empleo en el Perú,
habría que trabajar de la mano con una visión que integrara
varios aspectos:
a. Con conciencia plena de que en los tiempos actuales se
están dando cambios de una dimensión inusitada, como, por
ejemplo, el hecho de que ahora el ámbito operativo principal -o
canal de realización central- para hacer efectivas las
estrategias de crecimiento quizás estrictamente no sean las
empresas, sino los sistemas (en otras palabras, los países),
corresponde visualizar en el nuevo escenario a la población
laboral en su conjunto como una unidad de análisis sustantiva al
examinarse los factores que dan viabilidad al crecimiento de la
economía. Con lo que se puede percibir con más facilidad la
responsabilidad del Estado -y no de otro agente social, pues se
trata de una función con visibles resonancia y alcance
sistémicos- en asumir la tarea de establecer las condiciones para
una mayor y una mejor utilización de las energías laborales de la
población, en el contexto de asentarse la marcha de la sociedad
en su conjunto sobre bases más racionales.
b. Si lo que tiene importancia crucial hoy es avanzar
sólidamente en términos de competitividad -como país entero y no
sólo como empresa- en el contexto de la economía internacional -y
la ganancia de competitividad está en función de contar con
trabajadores capacitados y una población educada-, entonces estar
en condiciones de ganar una presencia en la arena internacional
significa desarrollar con toda energía una política de formación
sistémica, de capacitación integral de la fuerza laboral del
país.
c.
Si
se
admite
que
el
desarrollo
supone
crecimiento
157
económico, lo lógico debiera ser impulsar el crecimiento
entendiéndose que de ese modo se incrementarán los niveles de
empleo. Pero la información que llega desde diversas latitudes
nos hace conocer acerca del fenómeno preocupante en estos años, y
que es el crecimiento sin empleo. Se expande el producto, pero no
hay una proporcional absorción de mano de obra. De allí que
muchos formadores de política prefieran la opción de buscar
incrementar los niveles de empleo a expensas de una mejora de
indicadores productivos o de eficiencia económica. No obstante,
pudiera también optarse por otra alternativa, cual es la de
procurar una expansión del producto, pero procurando al mismo
tiempo lograr una movilización de hombres y mujeres desocupados o
subempleados de modo de insertarlos adecuadamente en la actividad
productiva.
Por movilización de las personas hacia una inserción
adecuada debiera entenderse no sólo promover la integración de
parte de ellos en las unidades productivas -como mano de obra
asalariada- sino también apoyar la conversión de la otra parte de
ellos en productores -generadores de bienes o servicios, en las
crecientemente importantes pequeñas empresas y microempresaspara los mercados locales o vecinales, o incluso, eventualmente,
regionales.
d. Los segmentos de población incorporados, ya sea como
asalariados o como nuevos productores, necesitan tener acceso a
la tecnología. El conocimiento y la obtención de tecnología es
crucial para ellos. Por un lado, como trabajadores en su
respectiva unidad productiva, para contribuir a la obtención de
una mayor productividad. Como productores (microempresarios,
pequeños empresarios) para hacer factible la navegación de la
pequeña embarcación empresarial en el mar agitado de los mercados
de bienes, de crédito, etc., con una dirección clara y con la
estabilidad necesaria. Más allá de la educación para el trabajo
productivo, la idea en este punto radica en un adentramiento
adecuado en la esfera de la tecnología, en una familiarización
con las técnicas que permitirán mayores volúmenes de producción y
niveles más elevados de calidad de producto.
e. Otro aspecto necesario es el de la democratización del
conocimiento sobre lo que constituye una economía de mercado,
para de ese modo conocer qué es un sistema de mercado, qué son
los mercados, sus tipos, cómo ellos operan, su marco
institucional, su evolución, cuándo se da una situación de
desenvolvimiento adecuado y cuándo y por qué se presentan
distorsiones. La difusión (vulgarización) de esta información le
permitirá a la población orientarse mejor, interpretar de una
manera más válida los fenómenos, formar con una base más objetiva
sus percepciones y tomar mejor sus decisiones (individuales, como
familia, como productores). En su caso, las dotes de creatividad
y de iniciativa impulsarán a algunos individuos a optar por la
actividad de productor, encarando de ese modo su desempleo o
158
situación de subempleo.
f. Todas estas acciones las debe desarrollar el Estado. Es
su papel de dinamizador de la actividad económica y de generador
de condiciones para el crecimiento sostenido. El Estado en esta
visión
representa
a
la
sociedad
misma,
organizándose
institucionalmente,
jurídicamente,
políticamente
y
administrativamente con la mira puesta en lograr un adecuado
desenvolvimiento de la economía.
g. El Estado no pierde presencia en ningún caso, aunque se
hubiera producido una asunción de las actividades productivas por
parte del sector privado. Pero lo que aquí se está presentando es
el planteamiento de que la orientación del Estado en este
escenario -ineludible, de coexistencia con la actividad económica
privada- debe priorizar algunos aspectos, y entre éstos está el
cuidado de lo referido en los acápites anteriores. Pero la
política estatal debe seleccionar algunos segmentos de la
población. Aquí se está haciendo alusión no sólo a poblacionesobjetivo, tales como los segmentos más pobres de la población,
los niños y la tercera edad, sino también las mujeres gestantes.
Pero la idea central es propiamente la de la incorporación de la
mujer en el desarrollo. Esto último permitirá incorporar al
acervo productivo del país talento, capacidades y fuerza laboral
que puede encontrarse en la población femenina.
Una reflexión final: ningún país ha tenido como meta
alcanzar el escenario que hemos descrito en las páginas
precedentes. Este, sin embargo, es el que ha llegado a
conformarse y se desenvuelve como realidad empírica, objetiva. La
actitud elemental en un científico social es reconocer lo que
está existiendo para dar curso al acto de conocer. El siguiente
paso en el camino a la verdad consiste en interpretar
adecuadamente lo que ocurre. Toma la posta el político, para
definir en función de ello cuáles son las medidas apropiadas y,
si es el caso, con el administrador de los asuntos sociales en la
esfera pública, precisar cómo es que hay que llevarlas a cabo en
el contexto vigente.
159
BIBLIOGRAFIA
BLAUG, M. (1985), Teoría Económica en Retrospección. México,
1a. ed. en español de la 3a. en inglés, Fondo de Cultura
Económica,
856 pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1994),
América Latina y el Caribe: Políticas para Mejorar la
Inserción en la Economía Mundial. Santiago de Chile, 321pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1992),
Equidad y Transformación Productiva: Un Enfoque Integrado.
Santiago de Chile, 254 pp.
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL) (1990),
Transformación Productiva con Equidad. Santiago de Chile, 182
pp.
DOBB, Maurice (1982), Teorías del Valor y de la Distribución
desde Adam
Smith - Ideología y Teoría Económica. México,
Siglo XXI Editores, 6a. ed., 329 pp.
FAJNZYLBER, Fernando (1983), La Industrialización Trunca de
América Latina. México, Editorial Nueva Imagen, Centro de
Economía Transnacional (CET), 359 pp.
FURTADO, Celso (1991), Economía Mundial - Transformación y
Crisis. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 2a. ed., 183 pp.
HOLLANDER, Samuel (1988), La Economía de David Ricardo. México,
Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., 677 pp.
SCHUMPETER, Joseph (1971), Historia del Análisis Económico.,
Barcelona Ediciones, Ariel, 1371 pp.
------ (1971), Diez Grandes Economistas: de Marx a Keynes.
Madrid, Alianza Editorial, 3a. ed., 446 pp.
SCREPANTI, Ernesto y ZAMAGNI, Stefano (1993), An Outline of the
History
of Econmic Thought. Oxford, Clarendon Press.
SUNKEL, Osvaldo (Compilador) (1991), El Desarrollo desde Dentro
160
- Un Enfoque Neoestructuralista para la América Latina.
México, Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., 507 pp.
TRANSFORMACIONES DEL MERCADO LABORAL DE LIMA METROPOLITANA
Y SUS EFECTOS SEGUN GENERO 1984 - 1993
WERNER GARATE U.67
ROSA ANA FERRER G.
************
INTRODUCCION
Los autores agradecen la colaboración y comentarios de
Lidia Elías y Griselda Tello, Presidenta e Investigadora
de ADEC-ATC respectivamente. La responsabilidad así como
los comentarios vertidos en el documento son de
responsabilidad exclusiva de los autores.
161
El propósito principal de este trabajo es describir las
transformaciones en la composición de la fuerza de trabajo en
Lima Metropolitana para el período 1984 - 1993. Interesa, en
particular, considerar los procesos de cambio y evaluar sus
consecuencias en lo que tiene que ver con las desigualdades de
género.
La discriminación sexual en el empleo es siempre un tema
de permanente actualidad debido a la dificultad de conseguir
una efectiva igualdad entre los sexos. En nuestro país se han
realizado diferentes estudios al respecto68, y éstos en
general, señalan que la discriminación se exterioriza en
formas de segregación laboral sexual que van desde los
determinantes de la participación de las mujeres en el mercado
laboral, hasta las distintas formas en que ellas se
desenvuelven en él. Lo que se manifiesta en segregación tanto
horizontal (trabajos propios de mujeres) como vertical (escaso
número de mujeres en posición de mando o cargos de
responsabilidad), y que finalmente, asegura y perpetúa las
diferencias económicas entre hombres y mujeres.
La fuente estadística utilizada comprende las Encuestas
de Hogares que realiza el Ministerio de Trabajo y Promoción
Social y la Dirección Nacional de Empleo y Formación
Profesional (MTPS-DNEFP), las que fueron recopiladas,
sistematizadas y ordenadas en un Compendio Estadístico
publicado por ADEC-ATC el año 1994 (Gárate y Ferrer, 1994).
En primer lugar, abordaremos de manera breve el panorama
económico-laboral, a fin de situar el contexto y las
implicancias a nivel macro que tuvieron las políticas en el
mercado de trabajo durante el período de estudio. En segundo
lugar, indicaremos algunos aspectos de la población y la
oferta laboral, haciendo énfasis en la evolución de las tasas
de actividad femenina por edad, educación y estado civil, dada
su importancia en la determinación de la participación
laboral; y porque muestran las características de la población
que se incorpora a la fuerza de trabajo.
Tercero, señalaremos algunas tendencias del mercado de
trabajo, tales como, el proceso de desalariamiento y aumento
Entre las últimas publicaciones referidas a nuestro país
tenemos Elías, L. y Garavito, C. (1994), y Blondet, C.
(1993).. Para América Latina ver Revista de la CEPAL Nº
53 y Nº 54.
162
de la heterogeneidad estructural, el incremento de la
eventualidad y la terceriarizacion de la fuerza laboral,
diferenciadas por género. Finalmente, revisaremos los
resultados en cuanto a la calidad de los empleos generados,
niveles de empleo, ingresos y jornada laboral.
163
1) PANORAMA ECONOMICO-LABORAL
Si asumimos que los objetivos principales de los
distintos Gobiernos han sido el crecimiento y el desarrollo
autosostenido, los resultados a lo largo de las últimas
décadas han sido lamentables. Ellos se han caracterizado por
desequilibrios macroeconómicos, inflación, caída del PBI,
agudización y crisis del empleo, y consecuentemente,
empeoramiento de la distribución del ingreso y mayor pobreza.
Desde la segunda mitad de la década del setenta, los
graves desequilibrios macroeconómicos principalmente, las
brechas fiscal y externa fueron motivo de drásticas acciones
de política económica. Por lo general, la falta de recursos
para solventar los gastos y la falta de divisas para mantener
el nivel de actividad se trataron de eliminar con fuertes
elevaciones de los precios públicos, devaluaciones y en
especial, con políticas de control directo de la demanda y
control de los incrementos salariales.
Hacia fines del gobierno del arquitecto F. Belaúnde, la
situación económica se caracterizó por una grave crisis en las
cuentas externas, resultado de una política económica de
apertura en condiciones de deterioro de los términos de
intercambio. Además de un proceso de sobreendeudamiento, en el
que los "condicionamientos" de nuestros acreedores principalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la
exigencia del pago de la deuda externa-, no consideraron la
particular situación del Perú durante 1983 (desastres
naturales), aumentando los problemas de la estabilización. El
Producto Bruto Interno (PBI) cayó 13% en 1983 y no fue
compensado por las leves recuperaciones de los dos años
siguientes. La inflación, por su parte, creció de 125 a 158%
en 1985 y el desempleo en Lima Metropolitana de 7% entre 1980
y 1982, pasó a 9% entre 1983-19869 (Ver Cuadro A.1 del Anexo).
El gobierno del ex-presidente A. García mediante la
aplicación de un programa de corte heterodoxo basado en el
impulso a la demanda agregada -vía políticas fiscales y
monetarias expansivas-, tuvo éxitos iniciales (v.g. el control
de la inflación y desdolarización, e incrementos en las
remuneraciones reales). Pero a costa de una reducción de la
No se realizaron Encuestas de
Metropolitana los años 1985 y 1988.
Hogares
en
Lima
164
recaudación tributaria (que tenía el objetivo de estimular la
actividad empresarial privada), y graves retrasos en los
precios de los productos y servicios ofrecidos o subsidiados
por el Estado.
Respecto a los programas y políticas de empleo, el
objetivo fundamental fue fomentar aquéllos que estaban
destinados a incrementar la demanda y hacer crecer el aparato
productivo, y no la creación o consolidación de empleos
productivos. Así, los empleos creados se caracterizaron por su
temporalidad, en tanto que en el sector público, la burocracia
estatal creció desproporcionadamente.
Mientras el esquema funcionó, se lograron altas tasas de
crecimiento del producto (9.2% en 1986 y 8.5% en 1987) y
reducción del desempleo. Sin embargo, no se previó las
consecuencias de estas medidas expansivas, dado que la
reactivación no fue selectivamente orientada al ahorro de las
divisas. Además, la congelación del tipo de cambio tampoco
estimuló la obtención de las mismas por medio de la
exportación, incrementándose la actividad especulativa, la
caída de la tasa de interés real en moneda nacional, las
expectativas de incrementos en las devaluaciones, el tipo de
cambio paralelo distanciado del oficial y precios atrasados,
etc. Todo ello en un contexto de agravamiento de la violencia
terrorista.
En 1988 se dio inició a claros signos de deterioro de la
situación económica, que se acentuó con el intento de
estatización del sistema financiero que marcó un "divorcio"
entre el empresariado y el gobierno, con la consecuente
desconfianza y retracción de la inversión. En setiembre del
mismo año el Gobierno lanzó un nuevo "paquete estabilizador",
pero debido a la poca credibilidad e inestabilidad, no se
cumplieron sus metas con lo que la inflación anualizada llegó
a 1,722%. La situación económica continuó agravándose, cayendo
el producto durante tres años consecutivos en 8.3, 11.3 y
5.4%, entre los años 1988, 1989 y 1990, respectivamente.
Asimismo la dinámica inflacionaria llevó los precios a niveles
antes inimaginables.
El gobierno del ingeniero
A. Fujimori tuvo entonces
reducidos márgenes de maniobra. Entre ellos: altísimo nivel de
déficit fiscal, creciente inflación, desmonetización y
carencia de reservas; sumado a una crisis social a todo nivel
165
y descontrol de la violencia terrorista. En este contexto se
aplicó el llamado "fujishock" que llevó la inflación en un
sólo mes (agosto de 1990) a 397%, con lo que la inflación para
ese año llegó a 7,649%, significando una pérdida de poder
adquisitivo de los trabajadores sin precedentes.
Si bien la política económica del actual régimen tuvo a
lo largo de tres años resultados positivos en materia de
control de la inflación y crecimiento económico (el producto
creció 6.5 y 12.7% entre 1993 y 1994), la estabilización y
sustentabilidad del modelo, descansa principalmente en
capitales "golondrinos" y divisas provenientes de la
privatización.
Al ser sumamente dependiente del desenvolvimiento de las
cuentas
externas,
nada
garantiza
que
la
coyuntura
internacional siga siéndonos favorable. La reactivación de los
países industrializados y las diferencias de rentabilidades
pueden provocar un retiro de capitales a corto plazo, así como
el encarecimiento de nuestra deuda externa. Además de otros
problemas, como la dolarización de la economía, altas tasas de
interés y persistente atraso cambiario. Todo lo cual indicaría
que la estabilidad política y económica bajo este esquema está
comprometida.
El empleo por su parte no ha guardado una relación
positiva con las altas tasas de crecimiento del producto, las
tasas de desempleo se mantienen en niveles cercanos al 9%. Y
ello debido
a la selectividad del crecimiento económico
basado en sectores primarios, con poco impacto en la
generación de empleo y a la gran pérdida de puestos de trabajo
registrada desde el inicio del ajuste. Las empresas han
atravesado por significativos procesos de reestructuración
empresarial para adaptarse a la nueva situación e incrementar
su productividad, muchas de cuales sucumbieron en su intento
y, otras racionalizaron su personal.
Paralelamente, el proceso de privatización de las
empresas del Estado dio lugar a importantes programas de
reducción de personal. Igualmente, diversas instituciones del
gobierno central, tanto ministerios como organismos públicos
descentralizados, despidieron muchos trabajadores con o sin
incentivos. Según algunas estimaciones, el número total de
166
despedidos, tanto de la administración pública como del sector
privado, ascendió a 300 mil trabajadores entre 1990 y 1993.
En suma, las políticas recesivas de ajuste llevadas a
cabo por los distintos gobiernos no han podido superar las
restricciones al desarrollo del país, en especial, la brecha
externa y la falta de ahorro interno. Como resultado de ello,
la evolución del mercado de trabajo se ha caracterizado por
una
agudización
de
la
heterogeneidad
estructural,
precarización y subutilización de la mano de obra.
2) POBLACION Y OFERTA LABORAL
Dado este
poblacional?.
panorama
¿qué
pasó
con
el
componente
La dinámica poblacional en la última década indica
algunas permanencias advertidas en los patrones de la década
del 70. Así, se comprueba reducción de la Tasa Bruta de
Natalidad70 y de la Tasa Global de Fecundidad71, las que
inciden en el descenso de la Tasa de Crecimiento. La primera
disminuyó de 34.85 a 28.56 por mil entre 1981 y 1993, y la
segunda descendió de 4.87 a 3.53 hijos por mujer en el mismo
período. En tanto que, la tasa de crecimiento poblacional
anual continuó su decrecimiento de 2.6% en los años 1972-81 a
2.0% entre 1981 y 1993 (INEI). Por ello, preocupa el ritmo de
crecimiento de la población que sigue siendo alto, ya que no
sólo cuadruplica la de los países del hemisferio norte, sino
que es superior al promedio de América Latina (1.8%).
La caída de la fecundidad combinada con la constante
reducción de la mortalidad producen variaciones importantes en
la estructura por edades. Por un lado, el proceso de
"envejecimiento" de la población, y por otro, -asociada al
fenómeno anterior- reducción en términos relativos de la
Número de nacimientos ocurridos por cada mil habitantes
en el lapso de un año.
Número promedio de hijos por mujer al final de su período
reproductivo, siempre y cuando se mantengan los niveles
de fecundidad por edad en un momento dado.
167
población menor de 15 años72, provocando un ensanchamiento del
volumen de la oferta de fuerza de trabajo.
En 1972 la población menor de 15 años representaba el 44%, la de 15 a 64 añ os el 52%, y la de
mayor de 65 años el 4% del total de la población, en 1993 estas proporciones fueron el 37%, 58% y
5% respectivamente.
168
A su vez, el comportamiento de las migraciones internas
es otro elemento a tomar en cuenta, dado su importante
contribución en la distribución de la población y el tamaño de
fuerza laboral.
En estos últimos años, se han dado
modificaciones a nivel regional73, que han incidido en el
crecimiento de algunas ciudades de rango intermedio o más bien
pequeñas -que incluso crecieron más rápido que Lima- pero que
aún no llegan a compensar la dinámica de crecimiento y
macrocefalia de Lima Metropolitana.
En el período analizado un elemento nuevo se incorporó
como causa de la emigración interna, y fue la violencia
terrorista que azotó las áreas rurales, tales como Huamanga y
Abancay. Este componente poblacional se desplazó a las
ciudades del interior del país, pero los mayores contingentes
migratorios lo hicieron hacia Lima. Por tanto, esta ciudad
continuó siendo el blanco más atractivo de los movimientos
poblacionales internos. En Lima, según el Censo de 1993,
residen
6'434,323 personas74 o el 29% de la población
nacional, habiendo crecido en el último período intercensal
(1981-1993) a un ritmo anual superior al promedio nacional
(2.4% frente al 2.0%).
Los distritos que más han crecido en Lima Metropolitana
son los del Cono Sur, Este y Norte (Ate, San Juan de
Lurigancho y Villa el Salvador), justamente distritos no sólo
de migrantes, sino de desplazados de las áreas de violencia de
las provincias.
Para un análisis más específico sobre la migración,
empleo y género véase D. Valle (1992).
Se debe advertir que las cifras presentadas por los
Censos difieren de las Encuestas de Hogares, por varias
razones, entre las principales se debe anotar a que las
últimas están basadas en un método de recolección de
información de parte de una población que representaría
al total, por lo que el método de selección del tamaño y
diseño de la muestra, así como la expansión de los casos
(cifras expandidas) son datos probabilísticos, los pesos
de cada caso fueron calculados en base a las proyecciones
de población del INEI, que como se advierte, dada la
reducción de la tasa de crecimiento poblacional,
finalmente
han
resultado
sobreestimados.
Mayores
especificaciones de las diferencias entre el Censo y las
Encuestas de Hogares se indican en Gárate, W. y Ferrer,
R. (1994) Pág. 192.
169
Desde el punto de vista de la estructura de la población
por
sexo,
esta
ha
permanecido
prácticamente
sin
modificaciones, y al igual que a nivel nacional es de 49% de
hombres y 51% de mujeres, siendo este un rasgo característico
de poblaciones grandes.
2.1. Composición y evolución de la fuerza laboral
Aunque el ritmo de crecimiento de la población total se
viene moderando, no podemos decir lo mismo del crecimiento de
la oferta laboral (PEA), que se encuentra en su fase
ascendente (Wicht, 1994), producto del comportamiento pasado
tanto de la natalidad como de la mortalidad. Este factor al
conjugarse con la caída del producto agravan la situación
laboral.
Según las encuestas de hogares del MTPS, la población de
Lima Metropolitana en edad de trabajar (14 años a más) tuvo un
crecimiento anual de 5% en el período de estudio (1984-93), en
tanto que la PEA creció anualmente 6%. Obran sobre estos
resultados, el comportamiento de los factores vitales
anteriormente aludidos, y un nuevo elemento visible
estadísticamente, el aumento de las tasas de actividad
femenina. Ellas ascendieron de 39.5% en 1984 a la cifra récord
de 49.8% en 1986, para luego estabilizarse en 47% hasta 1989,
y descender a 45.2% en 1983 (Ver Cuadro 1.1 y Gráfico 1).
Cuadro 1.1
Lima Metropolitana, 1984-1993:
TASAS DE ACTIVIDAD ESPECIFICA POR SEXO
+-------+--------+-----------+--------+
| AÑO | Total | Masculino |Femenina|
+-------+--------+-----------+--------+
| 1984 | 55.3 |
72.6
| 39.5 |
| 1986 | 62.3 |
76.4
| 49.8 |
| 1987 | 60.7 |
74.7
| 47.7 |
| 1989 | 60.7 |
75.1
| 47.5 |
| 1990 | 59.6 |
74.3
| 46.4 |
| 1991 | 55.9 |
70.4
| 42.3 |
| 1992 | 57.1 |
73.1
| 42.6 |
170
| 1993 | 60.1 |
76.1
| 45.2 |
+-------+--------+-----------+--------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima
Metropolitana, 1984 - 1993.
Todos estos cambios
se hacen evidentes a su
vez en la composición de
la PEA según sexo. En 1979
las mujeres representaban
al 35.5% de la PEA total,
en
1993
pasaron
a
comprender
el
39%,
mientras que los hombres
reducían su participación
de 64.5% a 61%.
Muchos
son
los
factores
que
se
han
relievado para explicar el
crecimiento del nivel de actividad de fuerza de trabajo
femenina. Una de las respuestas más frecuentes relacionan este
incremento con las políticas específicas de aumento de la
demanda laboral ejecutadas por el gobierno de A. García75;
Al respecto Elías, L. (Op. cit, Págs. 18-19 ) hace
referencia, entre otros, al Programa de Apoyo al Ingreso
Temporal (PAIT) y al Programa Ocupacional de Emergencia
(PROEM), destacando asimismo, que para el caso del
primero, sólo explicaría una proporción muy reducida del
aumento de la tasa de actividad. Por otra parte, se debe
indicar también, el cambio en el cuestionario de la
encuesta de hogares a partir de 1986, referido a una
171
otros contextualizan el fenómeno en el marco de la crisis
económica y sus profundos efectos tanto sobre la economía
familiar, como sobre las empresas.
Sin lugar a dudas, el
fenómeno es muy complejo y exige una atenta observación
multidisciplinaria.
2.2. Determinantes de la participación laboral
Desde el punto de vista demográfico, las factores más
estudiados respecto a los determinantes de la participación
laboral son: la edad (etapa del ciclo vital), el estado civil
y la fecundidad. En el campo no demográfico, los factores
más tratados son: la educación, el nivel de ingresos
individual y familiar, la cultura, y también, los cambios
estacionales y cíclicos de la economía (Psacharopoulos y
Tzannatos, 1989 y 1992).
Se ha demostrado, por ejemplo, la importancia que tiene
la familia en la decisión de participación económica de las
mujeres. Así, Garavito (Op. cit)
analiza un conjunto de
determinantes a través de una modelización econométrica,
dentro de los cuales destaca los siguientes factores: la
influencia de la educación; la mayor probabilidad de
participación frente a un mayor número de dependientes; y una
mayor tasa de desempleo familiar. Asimismo, señala como efecto
inhibidor el ingreso del Jefe de Hogar.
Edad
La información sobre la evolución de las tasas de
participación según edades permite señalar que ha habido un
importante incremento de participación para todas las edades,
producto de una mayor
incorporación de las mujeres
a la
fuerza laboral (Ver Cuadro A.2 del Anexo y Gráfico 2 -infra-).
probable mayor captación respecto a la participación el
mercado de trabajo (pregunta A1 y A2 del cuestionario de
la encuesta de hogares del Ministerio de Trabajo) lo que
finalmente relativizaría de alguna manera este brusco
salto en las tasas de actividad
172
Entre los 25 y 59
años,
los
hombres
mantienen un alto nivel de
actividad
económica
(cercanas al 100%); antes
de los 25 años de edad los
niveles
de
su
participación laboral son
variables, debido a que
durante este período están
transitando por un período
formativo,
asistiendo a
centros
educativos
(escuelas, institutos o
universidades).
Si
esta
es
una
constante
para
los
hombres, para las mujeres
la situación es novedosa.
Se observa que el mayor
incremento en las tasas de
actividad
se
ha
dado
fundamentalmente en las
mujeres de 24 a 59 años, esto es, se ha producido una mayor
incorporación de mujeres adultas antes que de mujeres en edad
juvenil (14 a 24 años). Si la tendencia decreciente de la PEA
femenina juvenil continuara, se podría postular a manera de
hipótesis, que las mujeres -al igual que los hombres- estarían
retardando su participación laboral por mayor educación
(supra).
Sin embargo, también se debería tomar en cuenta el
contexto de crisis económica en que dicho 'retardo' opera.
Podría estar implicado un mayor desaliento, dado que con el
aumento del nivel de calificaciones, las mujeres tendrían
mayores expectativas y podrían esperar más tiempo para
encontrar un trabajo adecuado a su nivel de capacitación.
Educación
173
La educación es uno de los determinantes de mayor peso de
la participación laboral, y en este sentido la ampliación de
los servicios educativos durante los últimos veinte años se ve
reflejado en una mayor proporción de PEA con secundaria
completa o educación superior (51% en 1980 y 68% en 1993),
reduciéndose la proporción de PEA que no alcanzó a terminar
primaria (de 13 a 8% entre 1984 y 1993)76.
Pese a este aumento constante de la composición de la PEA
por nivel educativo, aún subsiste una relativa brecha
educacional entre hombres y mujeres. Así para el período de
estudio, los porcentajes de la PEA femenina sin instrucción
han fluctuado en valores cercanos al 4%, mientras que la
masculina fue de alrededor de 1%; y si tomamos a la PEA con
educación secundaria completa o más, la diferencia entre ambos
sexos fue de 7 puntos porcentuales en 1993 a favor de los
hombres (71% frente a 64% para las mujeres).
Por otro lado, hay un hecho que sobresale, y
es el
aumento de la PEA con educación superior, en el que destaca la
PEA femenina. Entre 1984 y 1993, ellas pasaron de 18 a 28%
entre 1984 y 1993, y ellos de 24 a 31%.
Lo más importante del período, ha sido entonces, la
mejora en los niveles de calificación de la mano de obra
femenina, y el potencial acceso a trabajos más productivos y
remunerados y, presumiblemente, una permanencia más prolongada
de ellas en el mercado de trabajo. Todo lo cual debe tener
una profunda relación con la reducción de los niveles de
fecundidad y mortalidad infantil.
No obstante este incremento en los niveles educativos de
las mujeres, persiste la diferencia participativa en la
actividad económica por género, porque las tasas de actividad
masculinas son siempre superiores a las femeninas, en
cualquier nivel educativo.
Asimismo, se aprecia que la educación es una variable
mucho más explicativa de la actividad económica de las mujeres
que de los hombres, porque a mayor educación mayor
participación. En el caso de los hombres, el efecto es apenas
perceptible, no existe mucha diferencia en el nivel de
actividad económica entre los educados y los no educados (ver
gráfico 3).
Según los censos nacionales, la tasa de analfabetismo (en la población mayor de 15 años) se redujo de
27.5% en 1972 a 12.3% en 1993. Sin embargo, esta cifra global esconde grandes diferencias según
departamentos y, zonas urbanas y rurales, especialmente, en la sierra central y sur del país que muestran
tasas mayores que el promedio nacional.
174
OJO
ARCHIVO
archivo
ARCHIVO
INSERTAR GRAFICO 3
G3 CH3
TAEDFEM.CH3
TAEDMASC.CH3
Estado Civil
Diversos autores77 han señalado la importancia que tiene
las características familiares de una mujer -estado civil,
número de hijos, edad de los mismos- para poder participar en
el mercado laboral. En el Cuadro 1.2 se observa que el estado
de soltería de las mujeres les permite una mayor participación
en el mercado de trabajo78, pero una vez que se unen en pareja,
77
Ver al respecto Garavito (op. cit)
175
dicho nivel de participación se atenúa. En cambio, los hombres
presentan un comportamiento inverso, mayor participación
cuando están unidos en casamiento o convivencia y menor
actividad laboral cuando están solteros.
Cuadro 1.2
Lima Metropolitana, 1984-1993:
TASA DE ACTIVIDAD POR SEXO, SEGUN ESTADO CIVIL
+-----------+-----------------------------------------------------------------------+
|
|
Estado Civil
|
|
+-----------------+-----------------+-----------------+-----------------+
| Años y
|
Soltero
| Casado/Conviv. | Divorc./Separad.|
Viudo
|
|
+-----------------+-----------------+-----------------+-----------------+
| Tas. Act. |
Sexo
|
Sexo
|
Sexo
|
Sexo
|
|
+-----------------+-----------------+-----------------+-----------------+
| Especif. | Mascul. Femen. | Mascul. Femen. | Mascu Femen.
| Mascul. Femen. |
+-----------+-----------------+-----------------+-----------------+-----------------+
|1984(*)
|
53.5
43.7 |
90.5
36.1 | 52.4
39.5 |
--|
|1986
|
61.4
53.1 |
90.5
48.3 | 85.2
65.2 |
59.6
26.1 |
|1987
|
58.3
50.0 |
90.5
46.1 | 83.1
59.3 |
56.9
34.9 |
|1989
|
59.9
47.4 |
90.1
47.6 | 89.3
72.6 |
33.9
29.0 |
|1990
|
59.7
46.0 |
87.6
46.0 | 85.5
66.6 |
53.2
35.3 |
|1991
|
52.9
45.1 |
87.8
39.8 | 90.5
64.8 |
45.9
26.3 |
|1992
|
55.9
44.6 |
88.2
40.1 | 84.2
67.4 |
45.9
29.6 |
|1993
|
64.8
50.7 |
87.2
40.5 | 79.7
58.2 |
27.1
35.4 |
+-----------+-----------------+-----------------+-----------------+-----------------+
(*) La columna de Divorc./Separados incluye a los Viudos.
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
¿A qué se debe esta diferencia en el comportamiento
laboral de hombres y mujeres solteros y casados?. La raíz
está en el rol culturalmente asignado a hombres y mujeres,
y en el papel específico que ambos juegan en el proceso de
reproducción familiar. Por lo que un estudio más detallado
de la actividad femenina exigiría conocer su situación
familiar, particularmente las circunstancias del abandono
del mercado de trabajo con el matrimonio y la maternidad,
En el Cuadro 1.2, se observa que es mayor la tasa de
actividad de las divorciadas o separadas que la de las
solteras o casadas. Así también, se percibe que la tasa
de actividad de las viudas es menor, sin embargo, su
importancia relativa es pequeña en la PEA femenina.
Divorciadas y viudas son sólo, respectivamente, el 7% y
9% del total de la PEA femenina para todo el período. En
cambio, las casadas y solteras suman cerca del 90% de
esta PEA.
176
así como el efecto inhibidor de la presencia de los hijos y
la mayor demanda del tiempo doméstico.
En el período analizado (1984-1993), sin embargo, se
observa algunas variaciones al patrón arriba reseñado.
Entre 1984 y 1986 -período de tránsito de un gobierno a
otro, y de descenso y ascenso económico- se observa que la
diferencia porcentual entre las tasas de actividad de las
solteras y las casadas o convivientes de 1984 (7.6 puntos
porcentuales), se reduce en 1986 (4.8). Y, que de ahí para
adelante, con el avance del deterioro económico las
diferencias porcentuales fueron paulatinamente acortándose,
hasta llegar 1989-1990 -en que se agudiza la crisis
económica- y se igualan las tasas de participación de
solteras y casadas. En cambio, entre 1991-1993 el patrón
'estructural' vuelve actuar, terminando el período con una
diferencia porcentual en el nivel de participación de las
solteras frente a las casadas, de 10 puntos porcentuales.
Sin embargo, mientras las mujeres solteras tienden a
presentar mayores tasas de actividad económica que las
casadas,
éstas
últimas
tienen
una
importancia
significativa por su volumen mayoritario en la PEA
femenina. Todo lo cual refuerza la necesidad de estudiar
la participación laboral de la mujer en un contexto de
asignación del tiempo en el hogar.
¿Qué factores de índole compleja están actuando detrás
de
estos
comportamientos?.
Solo
un
enfoque
multidisciplinario podría analizar esta problemática en
toda su profundidad y extensión. De momento sostenemos que
la incorporación de las mujeres casadas a la oferta de
trabajo es una actividad que forma parte de las estrategias
de sobrevivencia, que los núcleos familiares debieron
plantearse para enfrentar el impacto del deterioro
económico en el hogar. Dada la crisis económica -caída de
las remuneraciones reales aunada a la disminución de los
gastos sociales por parte del Estado- se puede inferir que
su incorporación al mercado de trabajo tuvo costos
adicionales, tales como, el aumento de la doble jornada.
Para examinar la incidencia del número de hijos en la
tasa de actividad, se realizó el Cuadro 1.2a, en el que se
advierte que, tanto para las Jefes de hogar79, como para las
esposas o convivientes, el hecho de tener hijos las impulsa
79
Resalta el hecho que el porcentaje de mujeres Jefas de Hogar en la PEA, se ha
incrementado, si en 1984 eran el 11.1%, aumentaron paulatinamente a valores cercanos
a 13% hasta 1991, para finalmente significar cerca del 14% en 1993.
177
a salir al mercado laboral. Por supuesto, mayor tasa de
actividad en el caso de las jefas de
hogar80, que en las otras. Por otro lado, es más claro en
las casadas la menor actividad cuando tiene hijos menores
de 8 años, dado el mayor tiempo doméstico que demandan su
cuidado.
Cuadro 1.2a
Lima Metropolitana, 1984-1992:
TASA DE ACTIVIDAD ESPECIFICA DE LAS JEFES DE HOGAR Y
ESPOSAS/CONVIVIENTES, SEGUN EDAD DE LOS HIJOS
+------------------------+--------+--------+--------+--------+--------+-------+--------+
|Relación con el jefe del|
1984 |
1986 |
1987 |
1989 |
1990 |
1991
|
1992 |
|Hogar y edad de los
|
|
|
|
|
|
|
|
|hijos.
|
|
|
|
|
|
|
|
+------------------------+--------+--------+--------+--------+--------+-------+--------+
|Jefe del Hogar
|
|
|
|
|
|
|
|
| Nro.Hijos men.de 14
|
|
|
|
|
|
|
|
| Sin Hijos
|
44.0 |
48.9 |
47.6 |
51.4 |
45.9 |
45.4
|
43.4 |
| Con Hijos
|
66.3 |
78.3 |
75.6 |
73.7 |
78.7 |
71.9
|
81.6 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
| Nro.Hijos men.de 8
|
|
|
|
|
|
|
|
| Sin Hijos
|
48.2 |
55.5 |
56.0 |
56.5 |
51.0 |
51.5
|
50.4 |
| Con Hijos
|
65.6 |
76.0 |
67.9 |
74.6 |
78.6 |
64.2
|
83.5 |
+------------------------+--------+--------+--------+--------+--------+-------+--------+
|Esposa/Conviviente
|
|
|
|
|
|
|
|
| Nro.Hijos men.de 14
|
|
|
|
|
|
|
|
| Sin Hijos
|
26.9 |
38.7 |
37.1 |
38.7 |
38.6 |
29.0
|
34.6 |
| Con Hijos
|
38.9 |
51.4 |
49.7 |
50.0 |
48.5 |
42.0
|
42.9 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
| Nro.Hijos men.de 8
|
|
|
|
|
|
|
|
| Sin Hijos
|
29.8 |
45.5 |
44.1 |
45.0 |
45.3 |
37.9
|
39.2 |
| Con Hijos
|
40.3 |
50.1 |
48.3 |
48.0 |
45.8 |
37.3
|
41.1 |
80
Garavito, C. (1992, Pág. 19) lo confirma "..la mujer Jefa de Hogar tiene una mayor
probabilidad de participar en la fuerza laboral que la mujer cónyuge..". También en
Garavito, C. (1994, Pág. 100) para el caso de las mujeres casadas o convivientes,
indica el efecto positivo de la educación al igual que las mujeres en general, la
menor probabilidad de participar a mayor edad y ante el número de dependientes
menores de 14 años.
178
+------------------------+--------+--------+--------+--------+--------+-------+--------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1992.
3) PRINCIPALES TENDENCIAS DEL MERCADO LABORAL
Las principales tendencias y modificaciones de la estructura
del empleo de Lima Metropolitana han sido largamente analizadas por
diversos autores (Verdera, 1994; Infante, 1994; etc.), entre lo más
importante que se ha señalado está los siguiente: el proceso de
desalariamiento o reducción del volumen de participación de los
asalariados en la PEA y, por consiguiente, el aumento de la
heterogeneidad estructural, el incremento de la eventualidad, así
como la agudización del proceso de terciarización de la fuerza
laboral.
Desalariamiento y aumento de la heterogeneidad estructural
La reducción relativa del sector de empleados y obreros
asalariados ha estado relacionada con la performance de la economía
peruana, marcada principalmente por una ausencia de inversiones
importantes, así como, por los procesos de reestructuración y
desconcentración de los procesos productivos de las grandes
empresas privadas. Y, también, por las políticas adoptadas por los
distintos gobiernos, que en los últimos años se han caracterizado
por
drásticas
reducciones
del
empleo
público,
cierre
y
privatización de las empresas paraestatales.
Así, los asalariados eran cerca del 62% de la PEA a inicio de
la década de los ochenta, en 1992 pasaron a ser el 53%. Aunque
hacia 1993 se registró un repunte de dicho volumen relativo,
llegando a 56%.
Dado que la dinámica de los asalariados y de los no
asalariados puede ser descrita a través de la evolución del mercado
de trabajo por la estructuración del sector formal e informal, así
como por sus componentes, a continuación desarrollaremos una
179
aproximación de estos aspectos, con la respectiva desagregación por
sexo81.
Sector Informal Urbano
El presente capítulo se ha basado en Infante R. (1994),
del cual hemos adoptado la pauta de desagregación para
cada sector. Asimismo, muchas de las observaciones que
reseñamos están expuestas en el citado documento, salvo
la diferenciación por género, que aquí se incluye.
180
En el Cuadro 1.3 se observa que el Sector Informal Urbano82
(SIU), fue tanto en etapas de crecimiento (1986-87) como de
recesión (1987-90) y ajuste estructural (1990-93)83, la variable
clave de ajuste del mercado laboral. En todas estas etapas, su
crecimiento fue superior al crecimiento de la PEA, pasando del
37.9% de la PEA ocupada a inicio del período, a 48.8% a finales de
éste.
Cuadro 1.3
Lima Metropolitana, 1984 - 1993
EVOLUCION DE LA ESTRUCTURA DEL EMPLEO SEGUN SEXO
TASAS DE CRECIMIENTO ANUAL
+---------------------+--------------------+---------------------+---------------------+---------------------+
|PERIODOS
|
1 9 8 4 - 8 7 |
1 9 8 7 - 9 0 |
1 9 9 0 - 9 3 |
1 9 8 4 - 9 3 |
|
+-------------+------+--------------+------+--------------+------+--------------+------+
|
| H
M
| T
|
H
M
| T
|
H
M
| T
|
H
M
| T
|
+---------------------+-------------+------+--------------+------+--------------+------+--------------+------+
|POBLACION
| 3.6
3.4 | 3.5 | 3.7
4.9 | 4.3 | 4.6
3.8 | 4.2 |
4.0
4.0
4.0 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|POB. EN EDAD DE TRAB.| 5.0
4.6 | 4.8 | 4.9
5.7 | 5.3 | 5.5
4.6 | 5.0 |
5.1
5.0
5.0 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|PEA
| 6.0
11.4 | 8.1 | 4.6
4.7 | 4.7 | 6.4
3.7 | 5.3 |
5.7
6.6
6.0 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|OCUPADOS
| 7.3
13.8 | 9.7 | 3.6
2.7 | 3.3 | 5.7
3.4 | 4.8 |
5.5
6.5
5.9 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|SECTOR FORMAL
| 7.1
14.8 | 9.4 | 0.7
-1.4 | 0.1 | 3.9
0.5 | 2.9 |
3.9
4.4
4.0 |
|
Sect. Privado (*) | 10.2 11.9 | 10.6 | -0.2
1.1 | 0.1 | 4.1
4.2 | 4.1 |
4.6
5.6
4.9 |
|
-Patrón
| 4.4
42.8 | 7.1 | -2.8
-6.1 | -3.2 | 5.5
-2.1 | 4.7 |
2.3
9.5
2.8 |
|
-Empleado
| 10.4
7.2 | 9.3 | -1.7
1.3 | -0.7 | 5.5
8.7 | 6.7 |
4.6
5.7
5.0 |
|
-Obrero
| 10.9 25.6 | 13.2 | 1.9
1.1 | 1.7 | 2.4
-8.4 | 0.5 |
5.0
5.2
5.0 |
|
Sect. Público
| -3.8 12.8 | 2.8 | 3.4
-3.1 | 0.4 | 3.8
-6.0 | -0.1 |
1.1
0.9
1.0 |
|
Trab. Independ.
| 14.2 82.4 | 38.5 | 8.2
-12.7 | -2.8 | 1.3
-9.4 | -2.9 |
7.8 13.0
9.3 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|SECTOR INFORMAL
| 7.8
20.2 | 12.5 | 7.6
6.7 | 7.2 | 8.6
5.2 | 7.1 |
8.0 10.5
8.9 |
|
Microempresas
| 9.3
16.8 | 11.0 | 3.1
0.2 | 2.4 | 13.7
18.2 | 14.8 |
8.6 11.4
9.3 |
|
-Patrón
| 13.9 15.0 | 14.0 | -3.8
1.2 | -3.1 | 16.8
19.6 | 17.3 |
8.6 11.7
9.0 |
|
-Empleado
| 5.9
15.6 | 10.1 | -5.3
-9.9 | -7.4 | 26.0
25.3 | 25.7 |
8.1
9.3
8.6 |
|
-Obrero
| 7.3
19.3 | 9.5 | 10.6
10.1 | 10.5 | 8.5
12.3 | 9.3 |
8.8 13.8
9.7 |
|
Trab. Autonomos | 6.8
21.0 | 13.2 | 10.4
8.0 | 9.2 | 5.5
2.7 | 4.1 |
7.6 10.3
8.8 |
Se debe tener presente que la división -Informal y
Formal- esta hecha en base a la definición operativa del
(MTPS-DGEFP), que delimita al sector informal en base a
una combinación de variables como la actividad, ocupación
y tamaño de empresa, considerándose hasta 4 trabajadores
para cualquier actividad excepto para manufactura en la
que se comprende hasta 9 trabajadores. En los Cuadros que
presentamos, a éste último sector lo hemos desagregado en
Microempresas (constituido por sus respectivos patronos,
empleados y obreros) y los Trabajadores autónomos (que
engloban a los Trabajadores Familiares no Remunerados y
los independientes. De esta forma, el análisis de alguna
manera intenta salvar la conocida heterogeneidad de este
sector.
83
El comportamiento del PBI en Lima y Callao para los
períodos 1984-87, 1987-90 y 1990-93, fue respectivamente
9.4%, -12.0% y 2.4%, el último de estos influenciado
básicamente por el crecimiento de 1993.
181
|
-Trab. Independ| 6.7
17.1 | 11.1 | 11.8
11.6 | 11.7 | 5.0
1.5 | 3.3 |
7.8
9.9
8.7 |
|
-T.F.N.R.
| 7.4
37.0 | 24.4 | -1.5
-4.8 | -3.8 | 11.4
8.1 | 9.2 |
5.6 12.1
9.3 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|TRAB. DEL HOGAR
| -6.4 -4.2 | -4.4 | 19.5
2.3 | 3.9 | -50.7
5.0 | 1.0 | -18.0
0.9
0.1 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|DESOCUPADOS
|-13.9 -10.6 |-12.2 | 25.5
28.0 | 26.8 | 15.4
6.3 | 10.6 |
7.6
6.7
7.2 |
+---------------------+-------------+------+--------------+------+--------------+------+---------------------+
(*) Incluye el Sector Paraestatal
FUENTE: G╡rate W. y Ferrer R. En qué trabajan las mujeres. Compendio Estadístico. 1980 - 1993. ADEC - ATC.
En base a las Encuestas de Hogares (MTPS -DGEFP).
El crecimiento del SIU de Lima Metropolitana se puede explicar
por diversas razones, entre las que destacan, además de los
factores demográficos y la migración rural-urbana, la propia
autogeneración de empleo debido a la incapacidad o falta de
dinamismo del sector moderno para generar empleo. En muchos de los
casos, las unidades productivas del propio sector moderno se
articulan con las actividades económicas del sector informal, para
abaratar costos o servir de apoyo a la comercialización, reparación
o fabricación de los insumos industriales, bajo una integración
vertical.
Desde el punto de vista evolutivo, se observa que el
crecimiento del SIU durante los dos primeros períodos (1984-1987 y
1987-1990) se debió básicamente a la expansión de los trabajadores
autónomos, antes que a la difusión de las microempresas. Así, de
1984 a 1987, de cada 100 puestos de trabajos generados para las
mujeres, 47 fueron como trabajadoras autónomas, de ahí para
adelante, esta relación es aún más grave ya que las cifras señalan
79 de cada 100. En el caso de los hombres, las cifras fueron
claramente menores, 20 y 60% de cada 100, respectivamente.
Es notorio que tanto en épocas de crecimiento como de
recesión, el mayor empleo generado para las mujeres se dio en el
sector informal. En cambio, los hombres recién con la agudización
de la crisis económica se incrementa su traslado o ingreso a las
actividades del sector informal. (Ver Cuadros A.3 y A.4 del Anexo).
Entre los años 1990-1993, se revierte las tendencias antes
descritas, pues a diferencia de los dos primeros períodos
analizados, el crecimiento fue mayor en las microempresas que en
los trabajadores autónomos (con una tasa promedio global de 14.8%).
Como resultado de este comportamiento, el sector informal aumentó
de 45.7 en 1990 a 48.8% en 1993; y las microempresas del 12% a 16%.
Similares variaciones en puntos porcentuales se dieron tanto para
las mujeres como para los
hombres, en sus respectivas
participaciones en la PEA ocupada.
182
Sector Formal
La evolución del Sector Formal guarda mayor correspondencia
con las fluctuaciones del producto que el sector informal.
Observando el Cuadro 1.3 y relacionándolo con los Cuadro 1.4 y
1.5, se advierte que en el primer período (1984-1986) la expansión
del sector privado se dio principalmente por el crecimiento de las
empresas de 10 a 19 trabajadores; destacando el caso de las mujeres
con un crecimiento de 22.6%, aunque debemos precisar que en general
todas las empresas tendieron al alza.
Cuadro 1.4
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA: TASAS DE CRECIMIENTO ANUALES DE LOS
ASALARIADOS DEL SECTOR
PRIVADO POR SEXO SEGUN TAMAÑO DE EMPRESA
+-----------------+---------------------+---------------------+--------------------+
|Tamaño de Empresa|
1984-87
|
1987-90
|
1990-93
|
|
+---------------------+---------------------+--------------------+
|
| H
M
T
| H
M
T
|
H
M
T
|
+-----------------+---------------------+---------------------+--------------------+
|
|
|
|
|
|Hasta 9 trab.
| 6.6
9.3
7.4 | 6.7
4.7
6.1 |
12.4
15.0
13.2 |
|
|
|
|
|
|De 10 a 19 trab. | 5.5
22.6
10.9 | 10.2
-2.1
5.9 |
0.1
7.5
2.5 |
|
|
|
|
|
|De 20 a 99 trab. | 7.6
-0.8
5.1 | 7.3
14.1
9.2 |
7.0
-1.3
4.6 |
|
|
|
|
|
|De 100 a más trab| 3.1
7.7
4.1 | -5.7
-11.0
-6.9 |
4.6
11.9
6.2 |
|
|
|
|
|
|TOTAL
| 5.3
8.0
6.0 | 2.9
1.8
2.6 |
7.4
8.9
7.8 |
183
+-----------------+---------------------+---------------------+--------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 1993.
En el segundo período, el Sector Formal prácticamente no
creció. Lo que afectó más al empleo femenino que al masculino, que
registró tasas negativas de crecimiento, especialmente, las
trabajadoras independientes y las del sector público. En el sector
privado, las caídas se registraron en las empresas de 100 a más
trabajadores, y, nuevamente, los efectos negativos fueron mayores
para las mujeres (-11%) que para los hombres (-5.7%)(Ver Cuadro
1.5).
Cuadro 1.5
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA ASALARIADA DEL SECTOR PRIVADO POR SEXO SEGUN TAMAÑO
DE EMPRESA
+------------------+-----------------------+-----------------------+----------------------+-----------------------+
|
Tamaño
|
1 9 8 4
|
1 9 8 7
|
1 9 9
0
|
1 9 9 3
|
|
+-----------------------+-----------------------+----------------------+-----------------------+
|
de Empresa
|
H
M
T
|
H
M
T
|
H
M
T
|
H
M
T
|
+------------------+-----------------------+-----------------------+----------------------+-----------------------+
|
|
|
|
|
|
|Hasta 9 trab.
| 29.2
32.8
30.2 | 30.3
34.0
31.3 | 33.7
36.9
34.6 | 38.6
43.4
40.0 |
|
|
|
|
|
|
|De 10 a 19 trab. | 10.1
10.8
10.3 | 10.2
15.9
11.8 | 12.5
14.1
12.9 | 10.1
13.6
11.1 |
|
|
|
|
|
|
|De 20 a 99 trab. | 20.7
27.0
22.4 | 22.1
21.0
21.8 | 25.0
29.5
26.2 | 24.7
22.0
23.9 |
|
|
|
|
|
|
|De 100 a más trab.| 40.0
29.4
37.1 | 37.4
29.2
35.1 | 28.8
19.5
26.2 | 26.6
21.1
25.0 |
|
|
|
|
|
|
|TOTAL
| 100.0
100.0
100.0 | 100.0
100.0
100.0 | 100.0
100.0
100.0 | 100.0
100.0
100.0 |
|
|
|
|
|
|
|Cif.Expand.(miles)| 503.2
182.3
685.5 | 587.8
229.5
817.4 | 641.3
242.3
883.6 | 795.2
313.2 1108.4 |
184
+------------------+-----------------------+-----------------------+----------------------+-----------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
Los efectos del ajuste en el sector privado fueron diferentes
a partir de 1990 a 1993,
en que crece a razón de una tasa pequeña, pero significativa- de 4%, que indica un cambio de
tendencia. Este crecimiento tuvo su origen en las empresas grandes
(de 100 a más trabajadores) con un crecimiento de 6%, y fue
importante para el empleo femenino que registró un crecimiento de
12%.
Cabe destacar que una característica principal de este período
fue que el eje del crecimiento estuvo liderado por el sector
privado, dado que la generación de empleo en el sector público fue
prácticamente nula. Todo lo cual refleja la política de
reestructuración de la administración pública llevada a cabo por el
actual régimen. Asimismo, con la menor absorción de trabajadores
por parte del Sector Público, se cierran los espacios laborales
donde hombres y mujeres podían competir en condiciones de igualdad
relativa -en especial con respecto a las remuneraciones ya que
éstas dependen
de escalas establecidas de acuerdo a sus
calificaciones, tal como sostiene Elías (1994).
Finalmente, respecto a la evolución de la estructura de empleo
por tamaño de empresa y su importancia para el desenvolvimiento del
sindicalismo (ver
Cuadro A.5 del Anexo), la creciente
concentración de la mano de obra en pequeñas empresas socava las
bases para la formación de sindicatos (por cuanto que sólo se puede
formar uno en las empresas con 20 o más trabajadores). Lo que ha
generado que se deje desprotejido de la acción sindical a cerca de
la mitad de la fuerza laboral masculina, y cerca de las dos
terceras partes de la fuerza laboral femenina.
Mas aún, si observamos que las tasas de sindicalización -es
decir aquellos que teniendo el derecho de tener sindicato
efectivamente lo tienen-, han sido negativas entre 1987 y 1993,
con una caída en términos porcentuales de cerca de 20 puntos para
ambos sexos. En el sector privado -donde se libran la mayor parte
de los conflictos laborales-, la cobertura sindical alcanza a menos
de la tercera parte de los trabajadores. En el caso de las mujeres,
la situación revierte más gravedad ya que sólo 1 de cada 5 está
cubierta por este derecho, y las tasas de afiliación así también lo
indican.
En consecuencia, la tendencia de las mujeres a ubicarse en
sectores del mercado de trabajo menos protegidos, refuerzan su
185
discriminación laboral, al no beneficiarse de la vida sindical,
teniendo mayores dificultades que los hombres para su agremiación y
por tanto, para defender sus derechos laborales84.
Incremento de la eventualidad
Una de las características principales de las reformas
económicas y los programas de ajuste estructural emprendidas por
los distintos gobiernos, ha sido la de tomar medidas de
"desregulación o flexibilización" de las relaciones laborales, ya
sea facilitando el despido o, a través de diversos tipos de
contratos, por lo general, de carácter temporal. La justificación
para la adopción de este tipo de medidas se sustenta en que las
"rigideces y distorsiones" del mercado laboral -el trabajo estableno permiten un ajuste relativamente más rápido y efectivo, además
de impedir mayor movilidad ocupacional y flexibilización en los
salarios.
A esto se agrega la falta de fiscalización en el cumplimiento
de las normas legales, y la extendida práctica de algunos
empleadores en burlar las regulaciones.
El empleo eventual, por lo general, conlleva características
de empleo precario. Esto es, ausencia de beneficios sociales,
protección ante despidos injustos, limitadas posibilidades de
agremiación sindical y en especial, bajos niveles de remuneración.
Así por ejemplo, en el sector privado (incluyendo los
trabajadores paraestatales), los trabajadores en condición de
eventuales pasaron de 36.4% a 49% en el período 1986-1993 (ver
Cuadro 1.6).
OJO INVERTIR CUADRO 1.6
Un análisis mas global de la evolución del sindicalismo
para el período 1987-90 se encuentra en Gárate W. (1993).
186
Cuadro 1.6
LIMA
METROPOLITANA, 1984-1993:
PEA OCUPADA ASALARIADA POR SEXO, SEGUN
SECTORES INSTITUCIONALES Y TIPO DE CONTRATO
+----------------+----------------------+----------------------+---------------------+----------------------+----------------------+
|
Sector
|
1 9 8 4
|
1 9 8 6
|
1 9 8 7
|
1 9 9 0
|
1 9 9 3
|
|
+----------------------+----------------------+---------------------+----------------------+----------------------+
| Institucional | Masc.
Fem.
Total | Masc.
Fem.
Total |
Masc.
Fem.
Total | Masc.
Fem.
Total | Masc.
Fem.
Total
|
+----------------+----------------------+----------------------+---------------------+----------------------+----------------------+
|Sector Privado y|
|
|
|
|
|
|Paraestatales
|
|
|
|
|
|
| Eventual
| 13.2
7.3
11.6| 36.1
37.3
36.4|
34.2
36.7
34.9| 38.6
39.2
38.8| 49.8
46.9
49.0|
| Permanente
| 86.8
92.7
88.4| 63.9
62.7
63.6|
65.8
63.3
65.1| 61.4
60.8
61.2| 50.2
53.1
51.0|
|
|
|
|
|
|
|
|Total
| 100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0|
100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0|
|Cifras Expand.
|503192
182325
685517|615253
224292
839545|657193 246049 903242|698430 266273 964703|824229 331171
1155400|
|Casos
|
904
341
1245| 1051
404
1455|
1070
419
1489|
962
370
1332| 1032
433
1465|
|
|
|
|
|
|
|
|Sector Publico |
|
|
|
|
|
| Contratado
|
8.6
9.5
8.9| 23.7
25.8
24.6|
14.2
20.9
17.6|
9.1
11.6
10.2| 18.4
18.4
18.4|
| Nombrado
| 91.4
90.5
91.1| 76.3
74.2
75.4|
85.8
79.1
82.4| 90.9
88.4
89.8| 81.6
81.6
81.6|
|
|
|
|
|
|
|
|Total
| 100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0|
100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0| 100.0
100.0
100.0|
|Cifras Expand. |149082
79313 228396| 96562
81818 178380|
86672
89792
176464|114363
95979
210343| 97061
84255
181316|
187
|Casos
|
266
148
414|
165
147
312|
140
153
293|
158
136
294|
207
115
322|
+----------------+----------------------+----------------------+---------------------+----------------------+----------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 1993.
En la administración pública, por su parte, si bien el
personal ocupado en condición de nombrado aumentó hasta llegar a
constituir el 90% en 1990, éste se redujo en su volumen relativo a
82% en 1993, como resultado del proceso de achicamiento del Estado.
En cuanto a la diferencias por sexo, constatamos una vez más
(Elías, 1994), que la eventualidad ha afectado de manera similar
tanto a hombres como a mujeres, sea del sector privado como
público.
Terciarización de la fuerza laboral
En el período analizado se agudiza las tendencias hacia la
"tercerización" y "desindustrialización" de la fuerza de trabajo
(Ver Cuadro 1.7).
En primer lugar, hubo una disminución del volumen de ocupados
en el sector industrial, que se dio principalmente en la industria
de bienes de consumo, afectando por igual a hombres y mujeres (en
los últimos años del período ambos tenían cerca del 13% en su
respectiva PEA). En cambio, en las industrias de bienes intermedios
y de capital es bastante superior el porcentaje de hombres que de
mujeres85.
Una mayor desagregación de las ramas de actividad según
sexo, que la presentada en el Cuadro 10, se puede ver en
Gárate, W. y Ferrer, R (1994) Pág. 78.
188
Cuadro 1.7
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA: RAMAS DE ACTIVIDAD SEGUN SEXO Y ESTRUCTURACION DEL SECTOR
+--------------+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
| PEA OCUPADA |
1 9 8 4
|
1 9 8 7
|
1 9 9 0
|
1 9 9 3
|
|
+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
|
| H
M
T
| H
M
T
| H
M
T
| H
M
T
|
+--------------+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
|PEA OCUPADA
|
|
|
|
|
| RAM. ACTIV. |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |
| AGRI-MIN.
| 3.2
1.0
2.4 | 1.9
0.8
1.5 | 2.0
1.0
1.6 | 1.3
0.6
1.1 |
| INDUST.
| 33.2
17.0
27.4 | 34.7
17.6
27.8 | 31.1
18.8
26.3 | 29.3
14.6
23.7 |
| COMER.
| 18.6
25.7
21.2 | 21.5
31.7
25.6 | 23.7
37.2
29.0 | 23.0
37.4
28.5 |
| SERV.
| 43.9
37.0
41.4 | 41.1
38.0
39.9 | 42.1
30.1
37.3 | 46.2
34.9
41.9 |
| HOG.
| 1.1
19.3
7.6 | 0.8
11.9
5.3 | 1.1
12.9
5.8 | 0.1
12.5
4.8 |
|
|
|
|
|
|
+--------------+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
|SECT. FORMAL |
|
|
|
|
| RAM. ACTIV. |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |
| AGRI-MIN.
| 5.2
2.0
4.3 | 3.1
1.8
2.7 | 3.5
2.4
3.2 | 2.4
1.5
2.2 |
| INDUST.
| 32.7
20.3
29.1 | 35.0
20.4
30.2 | 32.0
23.3
29.3 | 29.1
19.7
26.3 |
| COMER.
| 9.5
12.9
10.5 | 13.6
12.3
13.1 | 11.0
12.0
11.3 | 11.5
13.7
12.1 |
| SERV.
| 52.5
64.8
56.0 | 48.2
64.6
53.6 | 53.5
62.2
56.2 | 57.0
65.1
59.4 |
| HOG.
| 0.1
0.0
0.1 | 0.2
0.9
0.4 | 0.0
0.0
0.0 | 0.0
0.0
0.0 |
|
|
|
|
|
|
+--------------+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
|SECT. INFORMAL|
|
|
|
|
| RAM. ACTIV. |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0 100.0 |
| AGRI-MIN.
| 0.0
0.3
0.1 | 0.0
0.0
0.0 | 0.1
0.0
0.1 | 0.1
0.2
0.1 |
| INDUST.
| 35.0
22.0
30.4 | 34.9
19.3
28.2 | 30.7
19.6
26.0 | 29.7
14.3
23.5 |
| COMER.
| 33.6
53.8
40.8 | 34.3
59.7
45.3 | 40.6
65.9
51.4 | 36.1
62.4
46.7 |
| SERV.
| 31.4
23.9
28.7 | 30.8
21.0
26.5 | 28.4
11.3
21.1 | 34.1
22.0
29.2 |
| HOG.
| 0.0
0.0
0.0 | 0.0
0.0
0.0 | 0.2
3.2
1.5 | 0.0
1.1
0.5 |
|
|
|
|
|
|
+--------------+--------------------+--------------------+--------------------+--------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
En segundo lugar, se registró un hecho importante para el caso
de las mujeres, y fue la reducción del volumen de trabajadoras del
hogar, que pasó de 19.3% a 12% entre 1984-86 y 1987-93.
El traslado y el proceso de mayor incorporación de la mano de
obra se dio entonces, al sector terciario. Esto es, hacia las
actividades del comercio y los servicios. Esta terciarización de la
mano de obra fue más rápida en el caso de las mujeres que en los
hombres (principalmente en el comercio al por menor).
Desagregando aun más el análisis de los grupos de actividad
económica, podemos ver ciertas diferencias. La participación de las
mujeres creció principalmente en los servicios personales (el
trabajo para establecimientos de limpieza, y los servicios
personales directos en peluquerías y los salones de belleza). Por
el contrario, los hombres se ubicaron principalmente en los
servicios no personales, tales como, los servicios de transporte y
comunicaciones.
En síntesis, a pesar de los cambios antes mencionados, las
mujeres siguen concentrándose en cuatro ramas de actividad de un
total de quince: comercio al por menor, servicios comunitario
sociales y recreacionales, trabajo en hogares particulares,
industria de bienes de consumo (78% de la PEA ocupada femenina de
1993).
189
Estos cambios en las ramas de actividad económica y su
correlato en los grupos ocupacionales, como se verá a continuación,
podrían estar indicando cierta "femenización" de estas actividades;
o mostrar una
modificación antes que una atenuación de la
segregación laboral según sexo.
4) LA CALIDAD DE EMPLEOS GENERADOS, INGRESOS Y JORNADA LABORAL
SEGUN GENERO
Calidad de los empleos generados
Para intentar analizar qué calidad o tipos de empleos se
generaron, se ha clasificado los grupos ocupacionales de acuerdo a
rangos de calidad, esto es, alta para los profesionales, gerentes,
técnicos y empleados; mediana para los obreros calificados,
vendedores no ambulantes y conductores; y baja para los
trabajadores de servicios personales y de protección, vendedores
ambulantes, trabajadores no calificados y domésticos.
La razón por la que nos permitimos esta clasificación, se
fundamenta en que cada grupo ocupacional encierra características
más o menos homogéneas en cuanto niveles de educación y
calificación, e incluso sugiere jerarquías dentro del mercado de
trabajo. Así, los empleos de peor calidad suelen tener cualidades
apreciables, tales como, menores salarios, baja productividad y
escasas o nulas condiciones de empleo y de protección social.
En el Cuadro 1.8 vemos que para el período 1984-87, de cada
100 ocupaciones generadas, cerca de 40 fueron de calidad mediana;
una cuarta parte como vendedoras ambulantes; y una tercera parte
como obreros calificados.
Cuadro 1.8
LIMA METROPOLITANA, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA: CALIDAD DE EMPLEO GENERADO(*) SEGUN GENERO
+---------------+--------------------------+--------------------------+--------------------------+
|
|
T O T A L
|
H O M B R E S (1)
|
M U J E R E S (2)
|
|
+--------------------------+--------------------------+--------------------------+
|
|1984-87 1987-90 1990-93 |1984-87 1987-90 1990-93 |1984-87 1987-90 1990-93 |
+---------------+--------------------------+--------------------------+--------------------------+
|ESPECIFICACION |
|
|
|
|CIF. EXPAND.
| 517623
299995
395962 | 245633
155055
266088 | 251455
140436
129167 |
|TOT.
| 100.0
100.0
100.0 | 100.0
100.0
100.0 | 100.0
100.0
100.0 |
|
|
|
|
|
|ALTA
|
31.9
14.1
25.6 |
40.4
15.6
25.9 |
24.0
12.9
25.3 |
|Profesionales |
6.4
12.8
6.2 |
3.7
13.0
5.0 |
9.7
12.9
8.8 |
|Gerentes
|
2.4
1.3
|
2.8
2.6
|
|
|Técnicos
|
10.5
15.1 |
13.8
18.3 |
8.2
8.7 |
|Empleados
|
12.5
4.2 |
20.2
2.6 |
6.1
7.7 |
|
|
|
|
|
|MEDIANA
|
41.5
24.5
40.1 |
43.8
33.7
43.6 |
42.5
14.6
32.7 |
|Obreros Calif |
24.4
14.8
8.4 |
33.3
15.4
12.5 |
17.6
14.6
|
|Vend/No Ambul. |
15.6
6.2
19.4 |
7.2
12.0
13.0 |
25.0
32.7 |
|Conductores
|
3.5
12.3 |
3.3
6.3
18.1 |
|
|
|
|
|
|
190
|BAJA
|
26.6
61.4
34.3 |
15.8
50.7
30.5 |
33.5
72.5
42.0 |
|T.S. Pers.Prot.|
9.4
3.1
25.2 |
2.9
6.0
24.7 |
16.4
26.4 |
|Vend. Ambul.
|
12.2
49.0
1.4 |
8.2
34.7
1.4 |
17.1
66.3
1.5 |
|Trab/No Calif |
5.1
5.1
3.0 |
4.6
9.9
4.4 |
|
|Trab. Domest. |
4.2
4.6 |
|
6.2
14.1 |
+---------------+--------------------------+--------------------------+--------------------------+
(*) Se considera la suma de los saldos positivos entre el final y el inicio del período.
Excluye F.F.A.A. y P.P. y trabajadores Agrícolas.
(1) Excluye Trab. Domésticos (estadísticamente no significativos)
(2) Excluye Gerentes, Conductores y Trab. No Calif. (estadísticamente no significativos)
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
Los años 1987-1990 marcaron las mayores variaciones en los
grupos ocupacionales, en concordancia con los cambios en
la
reestructuración de los sectores económicos señalados, en
particular para el caso de las mujeres. Así, el tipo de empleo
(generado o autogenerado) más difundido para ellas, fue el de
vendedora ambulante (66 de cada 100); en el caso de los hombres
esta proporción llegó a cerca de la mitad (35 de cada 100).
En consecuencia, la venta ambulatoria -tercera ocupación en
importancia para las mujeres en 1987 (14% de la PEA ocupada
respectiva)-, pasó a ser la primera ocupación con mayor
significación relativa en 1993, ocupando más del 20% de total. Los
vendedores ambulantes, por su parte, subieron de 7 a cerca de 11%
en el mismo período (Elías, 1994: 34; Gárate y Ferrer, 1994: 122123).
En el último período (1990-1993), el empleo generado siguió
siendo mayoritariamente de baja calidad para las mujeres, pero ya
no por un incremento en el volumen de las vendedoras ambulantes,
sino por el aumento de número de las trabajadoras de los servicios
personales. En cambio, los hombres se insertaron en los grupos
ocupacionales de calidad mediana, principalmente, como conductores
y vendedores no ambulantes. Cabe destacar que en esos últimos tres
años analizados, la cuarta parte de cada cien puestos generados, ya
sea para hombres como para mujeres, fueron ocupaciones de relativa
alta calidad, en particular, ocupaciones profesionales para las
mujeres y puestos de técnicos para los hombres.
Permanencia de la segregación ocupacional
El tratar de entender por qué las mujeres y los hombres
trabajan en una u otra ocupación ha sido una tarea importante
asumida en los últimos estudios sobre género86. La mayoría de los
cuales se refieren al tema como un asunto extremadamente complejo,
86
Galer, N. (1985), de Barbieri, T. (1993), Fuller, N.
(1993), existe una importante reseña bibliográfica sobre
el tema en Kogan, L. (1993).
191
con múltiples aristas. Se ha relievado, por ejemplo, cómo los
procesos de socialización diferenciales entre hombres y mujeres
asignan a ellas las actividades vinculadas con el trabajo
doméstico, en sus roles de madres, amas de casa y esposas.
Así, si bien en teoría, los hombres y las mujeres tendrían el
mismo grado de libertad para elegir sus empleos y su capacitación,
la segregación laboral sexual sería un resultado puramente de
preferencias individuales; es decir, una autoexclusión en algunas
actividades por parte de las mujeres.
Otros estudios muestran sin embargo, la importancia que tiene
el sistema educativo -e incluso, el entrenamiento social previoque no capacita a las mujeres de igual forma que a los hombres,
para competir por trabajos considerados "masculinos". Así también
la mayor carga familiar de las mujeres, les resta posibilidades de
conseguir empleos y/o de permanecer en ellos, por lo que tienen que
optar por ocupaciones que les permitan compatibilizar sus roles
productivo y reproductivo.
La evidencia empírica permite constatar que pese al incremento
de la participación de las mujeres en el mercado laboral, persiste
una marcada segregación laboral. Dentro de cada grupo ocupacional,
las mujeres se mantienen concentradas alrededor de dos o tres
ocupaciones estrechamente vinculadas a actividades reproductivas,
las cuales muchas veces llegan a superar al 70% del total. Los
hombres, por su parte, guardan mayor dispersión, teniendo entre
cuatro o cinco ocupaciones principales, que suman cerca del 50% de
su PEA (Gárate y Ferrer, 1994).
Niveles de empleo, Ingresos y Jornada Laboral
La agudización del subempleo
En este contexto de expansión del empleo de baja y mediana
calidad, con su correlato en los ingresos, era esperable la
tendencia descendente de los niveles de empleo, que se agudizan
significativamente a partir de 198887. Debido a ello, los
adecuadamente empleados88 pasan de 67% en 1980 a 19% en 1989, y
continuaron bajando hasta 13% en 1993.
87
Al no realizarse la encuesta de hogares para ese año, la agudización es observable recién a
partir de 1989.
88
Según la definición operativa de la Dirección Nacional de Empleo y Formación Profesional (DNEFP),
los adecuadamente empleados tenían ingresos superiores al IML de enero de 1967 indexado al
período de referencia y, además trabajar más de 35 horas a la semana o, que independientemente
del ingreso recibido y las horas trabajadas no desean trabajar más. Ante la posibilidad de
presentarse tanto jornadas incompletas como bajos ingresos, en la presente definición se da
preminencia al ingreso. De tal manera, que ésta termina midiendo qué proporción de trabajadores
perciben bajos ingresos (ingresos inferiores a la norma), más que la subutilización de la mano de
192
En el análisis comparativo por sexo, debemos partir por la
existencia de una situación de desigualdad desfavorable para las
mujeres en el mercado laboral. Históricamente, a causa de la
diferencia en ingresos, el subempleo femenino es mayor y, desde
1980 hasta 1987 es casi el doble que el masculino. En los años
posteriores, crece el subempleo para ambos sexos, pero en mayor
medida para el masculino, coincidiendo con el período inflacionario
más crítico y con el mayor
crecimiento del sector informal.
De manera tal que, de 1980
a 1993,
el subempleo femenino aumentó
en 40.8 puntos porcentuales, y
el masculino en 55.7. Cabe
llamar
la
atención
que,
mientras el subempleo entre los
hombres es principalmente por
ingreso medio, el de
las
mujeres es por ingreso agudo
(Elías, 1994: 25), (ver Gráfico
4, y Cuadro A.6 del Anexo).
El subempleo,
educación
la
edad
y
la
Atendiendo a otras características personales importantes para
la inserción ocupacional, observamos que el subempleo por ingreso
agudo se presenta muy elevado entre los jóvenes (de 14 a 24 años),
especialmente, entre las mujeres jóvenes. En general, la condición
de aprendices y eventuales de éstos los convierte estructuralmente
en el grupo más vulnerable.
obra, entendida esta última como el aprovechamiento insuficiente de las calificaciones. (Ver
Bernedo, J. Op. cit.).
193
No obstante, durante el período de estudio, el grupo que
soportó mayor deterioro en sus niveles de empleo fueron los
trabajadores de 45 años a más (de ambos sexos), quienes
presumiblemente deben ser en su mayoría jefes de hogar. De manera
que, estos cambios en el mercado laboral estarían repercutiendo
indefectiblemente en sectores poblacionales más amplios.
Por otra parte, se mantiene la tendencia respecto a que a
mayor instrucción -sin importar el sexo- mejores niveles de empleo
(a pesar de que la "rentabilidad de la educación" -para cualquier
nivel de estudios- sigue siendo menor para las mujeres). Así, se
percibe que el grupo de trabajadores con educación universitaria
completa, no obstante haber estado afectado por el subempleo, tiene
el mayor contingente de adecuadamente empleados. Sin embargo, no
podemos decir que mejorando los niveles educativos femeninos pueda
necesariamente ocurrir un cambio radical en las diferencias de
inserción ocupacional de hombres y mujeres. Pero, tal vez, pueda
conllevar una redefinición de los roles ocupacionales y cambios
cualitativos, que aún es difícil de evaluar89
El aumento del desempleo abierto
Como hemos señalado anteriormente, la disminución de la
demanda de mano de obra fue uno de los efectos más perjudiciales de
la crisis recesiva. El desempleo creció a una tasa de 7.2% anual
entre 1984-1993, mientras la PEA aumentó 6% por año, dirigiéndose
principalmente al sector informal (porción del mercado de trabajo
menos protegida).
Adicionalmente, debemos mencionar que los cambios en la legislación
de las relaciones laborales, y el programa de reducción de personal
del sector público y Paraestatal, dados en el marco de las reformas
laborales, se constituyeron en factores importantes para el
crecimiento del desempleo, tal como veremos más adelante.
Para un mejor análisis de este problema, veremos su
comportamiento en los períodos: 1984-1987, 1987-1990 y 1990-1993.
El primero se caracterizó por una clara disminución del desempleo,
mientras que el segundo y tercero significaron un incremento y su
posterior agudización. El año más crítico fue 1993, donde el 9.9%
de la mano de obra disponible no encontraba trabajo. Cabría agregar
que la mayor parte de estos desempleados tenían experiencia
89
Almeras (1994), citando a Rico (1994). Op. cit.
194
laboral, pues entre 73 y 88% eran cesantes, y el resto aspirantes
(14% en 1993).
Las diferencias por sexo son evidentes. El desempleo continuó
siendo más acentuado en las mujeres, lo que se repite en todos los
tramos de edad y cualquiera sea su nivel educativo. En
consecuencia, las mujeres tienen que superar mayores restricciones
que los hombres para conseguir trabajo.
A pesar que el desempleo promedio está muy influenciado por el
desempleo
femenino,
éste
creció
más
entre
los
hombres,
especialmente de 1990 a 1993, a una tasa anual de 7.6% contra 6.7%
en las mujeres (ver Cuadro 1.3). Pero, no obstante este
comportamiento coyuntural, más del 50% del total de desempleados
continúan siendo mujeres.
Ello
contrasta
con
su
representación en la PEA, que
alcanzó como máximo cerca del
40%.
Cabe señalar que, tanto en
períodos
recesivos
como
expansivos,
la
tasa
de
desempleo femenino siempre ha
sido 70 u 80% más alta que la
masculina; y en algunos años
casi
la
duplica;
con
la
excepción de 1993, en que la
diferencia disminuye hasta 45%.
Sólo para graficar la grave
situación del empleo femenino,
referiremos que tanto en 1992 como en 1993, la cantidad de mujeres
desempleadas superó a las que tienen empleo adecuado.
Caída de los ingresos reales promedio90 y persistente desigualdad
entre los sexos
90
Se debe anotar que los ingresos por trabajo están
expuestos a la sub o sobreestimación dado que son
obtenidos por declaración del entrevistado. En el caso de
los independientes, no existe una clara distinción entre
195
Durante el período de estudio -1984 a 1993-, la puesta en
marcha de políticas de estabilización y ajuste tuvieron
repercusiones negativas en el mercado laboral, especialmente por la
reducción de los ingresos por trabajo. Esto afectó en diferentes
grados el nivel de vida de los trabajadores, según las
características personales de los mismos y sus condiciones de
inserción ocupacional. En promedio, el período 1984-1987, fue una
etapa de crecimiento de los ingresos y de generación de empleos de
calidad mediana. Entre 1987-1990, se produjo la mayor contracción
de ingresos debido a la crisis recesiva-inflacionaria, y la mayoría
de empleos generados fueron de baja calidad. Por último, entre
1990-1993 se continuó con el ajuste, repercutiendo en una
disminución -más leve que la anterior- de los ingresos, dado que
los empleos generados fueron de baja y mediana calidad (ver cuadro
1.9 -infra- y cuadro A.7 del Anexo).
Cuadro 1.9
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
BRECHA DE INGRESOS PROMEDIO CONSTANTES (A JUNIO 1994), SEGUN SEXO
+--------------------------------------+
|
Años
Hombres Mujeres
Brecha |
+--------------------------------------+
|INGRESOS PROMEDIO
|
|
1984
1663.7
815.5
-51.0% |
|
1986
1707.0
851.9
-50.1% |
|
1987
2076.4
934.3
-55.0% |
|
1989
664.6
322.9
-51.4% |
|
1990
749.5
438.7
-41.5% |
|
1991
556.5
289.6
-48.0% |
|
1992
602.2
319.0
-47.0% |
|
1993
553.8
280.4
-49.4% |
+--------------------------------------+
|INGRESOS PROMEDIO POR HORA
|
|
1984
8.6
5.5
-36.2% |
|
1986
7.8
5.2
-33.7% |
|
1987
9.8
5.4
-44.3% |
|
1989
3.0
1.8
-40.6% |
|
1990
3.9
2.9
-25.0% |
|
1991
2.5
1.7
-34.1% |
|
1992
2.6
1.8
-29.9% |
|
1993
2.6
1.9
-25.2% |
+--------------------------------------+
ingresos brutos y netos. Para los asalariados, la
inclusión de las bonificaciones podría sobreestimar los
ingresos sobretodo en períodos inflacionarios.
196
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en
Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
Sin embargo, por encima de los cambios que se puedan presentar
en el mercado, se debe resaltar que a lo largo del tiempo, el
diferencial de ingresos a favor de los hombres es una constante
(ver cuadro 1.10). Si bien la explicación de esta diferencia no es
objetivo del presente trabajo, al seguir el documento podemos
constatar la ubicación de la mujer en los sectores menos
favorecidos del mercado laboral, explicando buena parte de la
desigualdad.
Cuadro 1.10
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
DIFERENCIAL DE INGRESOS PROMEDIO POR HORA,
SEGUN GRUPO OCUPACIONAL
+----------------------------------------------------------+
|
1984
1987
1990
1993
|
+----------------------------------------------------------+
|INGRESO MASCULINO/FEMENINO
|
|
|
|Profesionales
1.5
1.8
1.7
1.6 |
|Técnicos
1.0
1.5
1.3
1.7 |
|Empleados
1.3
1.4
1.2
1.2 |
|Obreros Calificados
1.2
1.8
1.0
0.4 |
|Vend. No Ambulantes
1.9
1.9
2.1
2.3 |
|Trab. No Calificados
1.2
1.6
1.1
1.2 |
|T.S. Pers.Prot.Seg.
1.1
1.0
1.3
1.2 |
|Vend. Ambulantes
0.9
1.3
1.1
1.1 |
|
|
|TOTAL
1.6
1.8
1.3
1.3 |
+----------------------------------------------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima metropolitana, 1984 - 1993.
La evidencia empírica plantea la segregación por ingresos como
un resultado de la segregación ocupacional (horizontal como
vertical) de las mujeres en el mercado de trabajo. Queda aún por
determinar, como tema de investigación, si esta segregación se
origina en las "preferencias" ocupacionales femeninas o, si más
bien es consecuencia de un mecanismo de inhibición hacia aquellas
ocupaciones no femenizadas, que se da por medio de prácticas
empresariales de selección de personal, evaluación y promoción.
Una investigación publicada por el Banco Mundial, hecha con la
información de 15 países latinoamericanos para el período 19501985, concluye que sólo un 20% de las diferencias de ingreso entre
hombres y mujeres es explicado por diferencias de capital humano
entre ellos; otro 20% por el menor poder de generación de ingresos
de las mujeres según sus opciones laborales; y un 60% por factores
de segregación en el mercado de trabajo que limita a las mujeres a
un número limitado de ocupaciones (Arraigada 1994: 100-101).
197
En los países desarrollados se han puesto en marcha algunas
medidas tendientes a eliminar esta situación dispar, gracias a
iniciativas de política gubernamental o sindical (a través de
convenios colectivos), logrando en forma progresiva, que junto con
el aumento de la participación femenina disminuya el diferencial de
ingresos atribuido a la discriminación. Sin embargo, en países con
mercados muy descentralizados como EE.UU., éstas políticas no han
tenido mucho éxito (González, 1992; Arraigada, 1994).
En el Perú, aún no se han llevado a cabo experiencias
similares, pero sí se constata que a pesar de la mayor
incorporación de las mujeres y el incremento de sus niveles
educativos, se mantiene la brecha ocupacional y de ingresos entre
hombres y mujeres.
Las horas de trabajo semanal y antiguedad en el trabajo
La permanencia o antiguedad promedio en el trabajo actual (al
momento de hacer la encuesta) es mayor para los hombres (8 años)
que para las mujeres (5 años). Esta característica se repite en
casi todos los grupos ocupacionales, e indica
una situación
claramente favorable para ellos. Esto es, mayor estabilidad en el
trabajo y acumulación de experiencia laboral, lo que se traduce
fácilmente en más calificación y posteriormente, en mejores
ingresos.
Asimismo, la extensión de la jornada laboral es otra de las
desventajas de las mujeres en el mercado laboral, porque en la
mayoría de los casos la participación laboral femenina se produce
con doble (o triple) jornada. La asignación del tiempo entre los
quehaceres del hogar y la actividad laboral depende mucho de las
características personales de cada mujer, así como de las
características familiares. Revisando la jornada de trabajo, los
hombres trabajan en promedio casi un día (de 8 horas) más por
semana que las mujeres, durante 1987- 1993 (ver Cuadro 1.11).
Cuadro 1.11
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA: PROMEDIO DE HORAS TRABAJADAS
SEMANALMENTE POR SEXO SEGUN GRUPO OCUPACIONAL
+--------------+---------+----------+
|
GRUPO
|DIFERENC.| DIFERENC.|
| OCUPACIONAL |HRS. H-M |AÑOS TRAB.|
+--------------+---------+----------+
|Total
|
|
|
|
1984 |
5
|
3
|
198
|
1987 |
8
|
3
|
|
1989 |
7
|
3
|
|
1990 |
9
|
3
|
|
1993 |
7
|
3
|
+--------------+---------+----------+
|Profesionales |
|
|
|
1984 |
10
|
0
|
|
1987 |
12
|
1
|
|
1989 |
7
|
2
|
|
1990 |
6
|
2
|
|
1993 |
10
|
1
|
+--------------+---------+----------+
|Empleados
|
|
|
|
1984 |
3
|
3
|
|
1987 |
3
|
3
|
|
1989 |
4
|
4
|
|
1990 |
4
|
2
|
|
1993 |
5
|
4
|
+--------------+---------+----------+
|Obr.Calif.
|
|
|
|
1984 |
12
|
1
|
|
1987 |
10
|
3
|
|
1989 |
12
|
3
|
|
1990 |
11
|
2
|
|
1993 |
13
|
5
|
+--------------+---------+----------+
|Vend. No Amb. |
|
|
|
1984 |
4
|
2
|
|
1987 |
6
|
2
|
|
1989 |
4
|
3
|
|
1990 |
3
|
3
|
|
1993 |
1
|
2
|
+--------------+---------+----------+
|Vend. Ambul. |
|
|
|
1984 |
7
|
1
|
|
1987 |
10
|
1
|
|
1989 |
10
|
0
|
|
1990 |
13
|
0
|
|
1993 |
8
|
1
|
+--------------+---------+----------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en
Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
Asimismo, se debe destacar que la jornada laboral viene
mostrando en promedio una tendencia creciente a partir de 1989,
incrementándose más para los hombres que para las mujeres
(Gárate y Ferrer, 1994: 171). Es lo que se ha venido denominando
el sobreempleo, que ocurre con el recrudecimiento de la crisis y
la disminución de sus ingresos.
Por otra parte, el incremento de la jornada no ha sido
homogéneo, pues el mayor aumento se dio en los trabajadores
asalariados (empleados y obreros calificados) como entre los
vendedores ambulantes, para ambos sexos.
199
CONCLUSIONES
La presentación de este panorama descriptivo de la
situación laboral en Lima Metropolitana permite reseñar algunos
cambios en la estructura del empleo y la dinámica del mercado
laboral, así como sus efectos bajo la perspectiva del género.
Teniendo en cuenta, el contexto de recesión económica y las
políticas de ajuste que han caracterizado al período analizado,
los
cambios
en
el
mercado
de
trabajo
se
han
dado
fundamentalmente por una agudización de las tendencias
observadas en décadas pasadas.
Uno de dichos problemas radica en el escaso dinamismo de
la demanda de trabajo asalariado, frente a las altas tasas de
crecimiento de la oferta laboral. Este insuficiente ritmo de
generación de empleo del sector privado, al que se agrega en
estos últimos años la retracción del empleo público, contrasta
con el dinamismo del sector informal, responsable de la mayor
parte de los empleos generados durante el período. Dicho tipo de
empleo se forja a partir de la
propia decisión de los
ofertantes (al no encontrar otra alternativa), en actividades,
tales como, la venta ambulatoria, o montando pequeñas unidades
productivas
(v.g. microempresas), entre otras alternativas.
Estos empleos, por lo general, se caracterizan por su mala
calidad y baja productividad, agudizando de esta manera, la ya
grave heterogeneidad estructural.
A su vez, esta situación ha acentuado la tercearización de
las actividades económicas, que se manifiesta en una pérdida de
representación de las actividades industriales en favor de las
actividades de las ramas de comercio y de servicios.
De otro lado, una de las características más graves de la
situación laboral, ha sido sin lugar a dudas, la reducción de
los ingresos por trabajo, reflejada en las altas cifras de
subempleo, así como en el aumento de la eventualidad y la
disminución de las condiciones mínimas de protección laboral y
social.
La participación creciente de las mujeres en la fuerza
laboral, por su parte, debe enfocarse en primer lugar, como
resultado de las fuertes caídas en los ingresos familiares. Así
lo señalarían las altas tasas de participación de las mujeres
casadas, que llegaron incluso a igualar el nivel de
200
participación de las solteras en épocas de mayor recesión -como
en 1989 y 1990-.
Un
segundo
elemento
explicativo
de
dicha
mayor
participación, se relaciona con el incremento de sus niveles
educativos. En este aspecto, concordamos con Psacharopoulos G. y
Winter C. (1992), cuando señalan que está plenamente justificado
políticas que incrementen el mayor acceso a la educación para
las mujeres, no sólo por su ya demostrada importante influencia
en una mayor participación laboral, sino para asegurar que sus
remuneraciones sean más altas en el transcurso de su vidas. A
pesar que, la información procesada indica que la "rentabilidad
de la educación" para las mujeres sigue siendo menor, en
comparación con los hombres. Pensamos que este resultado es más
un efecto actual, al que no considera todo su potencial, por lo
que podría esperarse un mayor acceso a las ocupaciones de mejor
calidad correspondiente a niveles de educación de mayor
calificación.
Esta mayor incorporación de las mujeres en el mercado de
trabajo, sin embargo, no ha derivado en grandes cambios en su
situación en el mercado laboral. Así, subsisten las condiciones
claramente desventajosas de las mujeres respecto a los hombres,
tales como, su concentración en pocas actividades y ocupaciones
(segregación vertical), su ubicación en posiciones de menor
jerarquía (segregación horizontal) y en los estratos de más
bajos ingresos y elevadas tasas de desempleo.
Simultáneamente, la participación de las mujeres en el
mercado laboral no estuvo exenta de "costos" para ella misma, su
familia, los hijos y la sociedad en general. La que se ha
producido, sin haber ocurrido grandes modificaciones en la
redistribución de las tareas entre los miembros del hogar, y en
el contexto de un descenso del gasto social del Estado. Lo que
ha dado lugar a la doble
(a veces triple jornada laboral
femenina), así como a otros problemas en el seno de la familia,
particularmente de aquellas con menores recursos económicos.
Esto lleva a reforzar la necesidad de aliviar en algo la
carga que significan el cuidado de los niños, por lo que sería
recomendable continuar y mejorar programas tipo Wawa-Wasi y
evaluar,
si
estos
facilitarían
la
incorporación
o
reincorporación de las mujeres al mercado de trabajo, y/o
completar su educación. Iniciativas que deben ir paralelamente
acompañados con mejores programas de planificación familiar,
dado que la mayor carga de hijos restringe una mayor permanencia
en el empleo, y por lo tanto, el potencial acceso a mejores
condiciones de vida de la población.
Finalmente, las políticas laborales que se adopten deben
considerar que muchas de las causas de las desventajas que
experimentan las mujeres en el mercado de trabajo, se encuentran
201
fuera de éste; como por ejemplo, las discriminaciones derivadas
de las tradiciones y actitudes culturales. Por ello, las
estrategias de generación de empleo productivo y reformas
legislativas que se adopten deben evaluar la predisposición y
sensibilización del medio, para afrontar en la medida de lo
posible la discriminación por género.
202
BIBLIOGRAFIA
ALMERAS, D. (1994), "Logros y obstáculos en la educación formal
de las mujeres", Cuadernos de la CEPAL, 54: 61-80.
ARRAIGADA, I. (1994), "Transformaciones del trabajo femenino
urbano", Cuadernos de la CEPAL, 53: 91-110.
BERNEDO, J. (1995), "¿Subempleo para todos los gustos o reto
conceptual?". Lima, Análisis Laboral, 211:18-20.
BLONDET, C. (1993), "PERU. Mujeres Latinoamericanas en cifras".
España, Ministerio de Asuntos Sociales. Instituto de la Mujer.
FLACSO.
DIRECCIÓN DE ESTADÍSTICA del MTPS (1994), Anuario Estadístico
1994. Lima, Ministerio de Trabajo.
ELÍAS, L. y GARAVITO, C., (1994), La mujer en el mercado de
trabajo. Lima, ADEC-ATC.
FLORES, E., (1983), "Aspectos metodológicos y conceptuales", en
El Problema del Empleo en el Perú. (pp. 165-190), Lima, PUCP.
FLORES, E., (1994), "El desempleo en trabajadores
avanzada". Lima, Análisis Laboral, 206:12.
de
edad
GÁRATE, W. (1993), Sindicalismo a inicio de los noventa. Una
aproximación cuantitativa. Lima, ADEC-ATC.
GÁRATE, W. y FERRER, R. (1994), En qué trabajan las mujeres.
Compendio Estadístico 1980-1993. Lima, ADEC-ATC.
GARAVITO, C. (1992), Mujer y oferta de trabajo. Lima, CISEPA,
Documento de Trabajo Nº 103. PUCP.
INFANTE, R. (1994), Perú, ajuste del mercado laboral urbano y
sus efectos sociales: evolución y políticas. Lima, OIT
(Documento de Trabajo).
PAREDES, P. y TELLO, G. (1989), Los trabajos de las mujeres.
Lima, 1980-1987. Lima, ADEC-ATC.
PSACHAROPOULOS, G. y WINTER, C. (1992), Empleo y Remuneraciones
de la mujer en América Latina, en Revista Finanzas y Desarrollo,
No.14-15.
VERDERA. F. (1983), El Empleo en el Perú, un nuevo enfoque.
Lima, IEP.
203
VERDERA, F. (1994), El mercado de trabajo en Lima Metropolitana,
Estructura y evolución. 1970-90. Lima, Documento de Trabajo Nº 59.
IEP.
YÁÑEZ, A.M. (1985), "El trabajo femenino como necesidad técnica del
proceso productivo", en Mujer, Trabajo y Empleo. Lima, ADEC.
ANEXO
Cuadro A.1
PERU, 1980 - 1993: PRINCIPALES INDICADORES ECONOMICOS
+----------------------------------------------------------------------------------------------------+
|
INDICE
INDICE PBI
INFLACION
TIPO DE
BALANZA
RESERVAS
|
| AÑO
DE PBI
PER CAPITA
CAMBIO
COMERCIAL
INTERNAC.
|
|
OFICIAL
NETAS
|
|
(Prom. periodo)
|
+----------------------------------------------------------------------------------------------------+
|
1980
100.0
100.0
60.8
288.85
826
1276 |
|
1981
104.4
101.9
72.7
422.32
553
771 |
|
1982
104.6
99.8
72.9
697.57
429
896 |
|
1983
91.4
85.2
125.1
1.63
293
856 |
|
1984
95.8
87.3
111.5
3.47
1007
1103 |
|
1985
98.0
87.3
158.3
10.98
1172
1383 |
|
1986
107.1
93.4
62.9
13.95
65
866 |
|
1987
116.1
99.1
114.5
16.84
521
81 |
|
1988
106.4
89.0
1722.3
128.83
99
-317 |
|
1989
94.0
77.0
2775.3
2666.19
1197
546 |
|
1990
89.0
71.4
7649.6
187885.63
340
682 |
|
1991
91.4
71.9
139.2
0.773
-
204
166
1933 |
|
1992
89.2 P/
68.7
56.7
1.248
567
2425 |
|
1993
95.0 E/
72.6
39.5
1.988
578
2925 |
+----------------------------------------------------------------------------------------------------+
P/ Preliminares.
E/ Estimados.
FUENTE : INEI.
ELABORACION: Propia.
205
Cuadro A.2
Lima Metropolitana, 1984-1993:
TASAS DE ACTIVIDAD ESPECIFICA POR SEXO, SEGUN GRUPOS QUINQUENALES DE EDAD
+----------+------+--------------------------------------------------------------------------------------------------+
|
Años y
|
|
G R U P O S
D E
E D A D
|
|
|
+--------------------------------------------------------------------------------------------------+
|
Sexo
|TOTAL | 14
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 6569 70-74 75 y más |
+----------+------+--------------------------------------------------------------------------------------------------+
|1984
|
|
|
|Total
| 55.3 | 14.4 29.2
58.8
72.6
70.4
72.9
73.1
65.5
59.1
57.5
40.6
33.5
21.1
4.6
|
|Masculino | 72.6 | 17.5 32.4
67.1
92.2
95.5
98.5
96.3
97.5
92.2
83.9
59.4
56.5
28.0
8.2
|
|Femenino | 39.5 | 10.8 26.6
51.4
53.7
47.3
49.5
52.3
35.2
32.0
23.8
21.4
12.7
15.1
1.9
|
|
|
|
|
|1986
|
|
|
|Total
| 62.3 | 21.2
36.2
66.0
79.3
78.3
79.3
79.7
76.5
66.4
59.2
54.4
31.5
26.5
8.9
|
|Masculino | 76.4 | 22.9
38.7
77.1
92.3
96.7
97.7
98.4
97.2
89.7
91.3
71.3
43.6
43.7
15.2
|
|Femenino | 49.8 | 19.3
34.1
56.4
68.8
62.1
60.4
63.1
56.2
47.0
30.6
31.7
19.2
15.4
3.8
|
|
|
|
|
|1987
|
|
|
|Total
| 60.7 | 18.1 34.2
66.2
74.3
77.4
80.0
78.0
73.2
69.9
60.2
48.0
26.5
23.3
15.2
|
|Masculino | 74.7 | 20.1 35.9
74.6
90.5
96.0
97.6
99.0
96.4
91.1
85.7
69.0
44.3
43.8
23.6
|
|Femenino | 47.7 | 16.5 32.7
57.9
60.2
60.2
66.0
60.3
50.3
44.2
29.4
27.0
9.9
10.1
4.8
|
|
|
|
|
|1989
|
|
|
|Total
| 60.7 | 13.0 35.6
64.9
75.5
77.3
79.2
77.4
75.5
66.9
62.7
52.4
30.4
23.3
11.5
|
|Masculino | 75.1 | 13.9 38.9
76.2
91.1
95.5
97.8
97.3
97.2
90.9
84.4
77.2
50.8
39.5
12.0
|
|Femenino | 47.5 | 12.0 32.5
54.5
62.2
61.4
61.0
59.4
55.8
42.9
39.1
23.9
15.2
8.5
11.1
|
|
|
|
|
|1990
|
|
|
|Total
| 59.6 | 12.6 34.0
65.7
76.7
75.1
75.4
78.6
73.8
70.5
54.3
43.3
30.5
30.4
20.0
|
|Masculino | 3.0 | 15.4 41.3
74.7
91.8
95.8
93.3
98.1
96.1
94.6
78.1
66.7
37.1
38.2
30.8
|
206
|Femenino | 46.4 | 10.2 27.6
57.6
62.2
57.2
59.9
60.7
52.4
47.5
34.0
24.7
22.5
21.3
11.1
|
|
|
|
|
|1991
|
|
|
|Total
| 55.9 | 6.3
28.1
60.2
72.3
76.8
75.2
74.5
68.8
67.4
50.2
42.2
33.4
16.3
11.1
|
|Masculino | 70.4 | 8.0
32.0
69.4
91.5
96.6
96.0
98.1
94.6
92.9
78.5
59.7
48.9
21.9
18.0
|
|Femenino | 42.3 | 4.8
23.8
52.4
57.2
59.5
55.5
52.1
48.2
39.4
23.9
23.4
17.1
10.1
5.9
|
|
|
|
|
|1992
|
|
|
|Total
| 57.1 | 9.8
30.4
63.2
71.7
74.6
74.3
77.3
73.7
65.8
52.8
38.2
27.0
20.9
15.3
|
|Masculino | 73.1 | 7.6
36.2
74.6
90.5
94.8
97.8
97.6
94.4
91.2
79.3
58.2
43.1
36.2
23.9
|
|Femenino | 42.6 | 11.8 24.7
53.1
55.7
55.7
55.7
58.2
50.7
45.6
27.5
18.2
13.7
5.0
9.4
|
|
|
|
|
|1993
|
|
|
|Total
| 60.1 | 14.7
39.3
65.7
74.8
77.3
77.5
71.6
72.2
66.6
56.7
38.0
28.6
18.7
6.3 |
|Masculino | 76.1 | 16.2
46.0
75.4
91.9
94.8
96.1
96.9
97.0
91.3
82.0
60.4
41.4
27.2
10.1 |
|Femenino | 45.2 | 13.9
33.3
56.5
59.8
60.1
58.8
46.5
52.6
41.4
31.6
15.3
15.0
7.4
2.7 |
+----------+------+--------------------------------------------------------------------------------------------------+
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 - 1993.
Cuadro A.3
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA TOTAL SEGUN ESTRUCTURACION DEL SECTOR
+--------------------+-----------------------------------+
|
ANOS
|
1984
1987
1990
1993 |
+--------------------+-----------------------------------+
|
|
|
|OCUPADOS
| 100.0
100.0
100.0
100.0 |
|
|
|
|SECTOR FORMAL
|
54.5
54.1
49.2
46.6 |
|
Sect. Privado
|
37.9
38.9
35.4
34.8 |
|
-Patrón
|
2.1
1.9
1.6
1.6 |
|
-Empleado
|
21.9
21.7
19.3
20.3 |
|
-Obrero
|
13.9
15.3
14.6
12.9 |
|
Sect. Público
|
15.3
12.6
11.6
10.0 |
|
Independientes |
1.3
2.7
2.2
1.8 |
207
|
|
|
|SECTOR INFORMAL
|
37.9
40.8
45.7
48.8 |
|
Microempresas
|
12.0
12.4
12.1
15.8 |
|
-Patrón
|
3.5
3.9
3.2
4.6 |
|
-Empleado
|
3.0
3.0
2.2
3.8 |
|
-Obrero
|
5.5
5.4
6.6
7.5 |
|
Trab. Autonomos |
25.9
28.4
33.6
33.0 |
|
-Trab. Indepen|
22.3
23.2
29.3
28.1 |
|
-T.F.N.R.
|
3.6
5.3
4.3
4.8 |
|
|
|
|TRAB. DEL HOGAR
|
7.6
5.0
5.1
4.6 |
+--------------------+-----------------------------------+
FUENTE: Enc. de Hogares de Lima Metropolitana, 1984, 1987,
1990 y 1993.
Cuadro A.4
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA POR ESTRUCTURACION DEL SECTOR SEGUN SEXO
+--------------------+---------------------------+--------------------------+
|
|
M A S C U L I N O |
F E M E
N I N O
|
|
+---------------------------+--------------------------+
|
ANOS
| 1984
1987
1990
1993 | 1984 1987
1990
1993 |
+--------------------+---------------------------+--------------------------+
|OCUPADOS
|100.0 100.0 100.0 100.0 |100.0 100.0
100.0 100.0 |
|
|
|
|
|SECTOR FORMAL
| 60.8
60.6
55.7
53.0 | 43.3
44.5
39.4
36.1 |
|
Sect. Privado
| 43.9
47.7
42.5
40.7 | 27.1
25.8
24.5
25.2 |
|
-Patrón
| 3.0
2.8
2.3
2.3 | 0.3
0.6
0.4
0.4 |
|
-Empleado
| 22.2
24.2
20.6
20.5 | 21.4
17.9
17.1
20.0 |
|
-Obrero
| 18.7
20.6
19.6
17.8 | 5.4
7.3
7.0
4.8 |
|
Sect. Público
| 15.4
11.1
11.0
10.4 | 15.3
14.8
12.5
9.4 |
|
Independientes | 1.6
1.9
2.1
1.9 | 0.9
3.9
2.4
1.6 |
|
|
|
208
|
|SECTOR INFORMAL
| 38.1
38.7
43.3
46.9 | 37.4
44.0
49.3
52.0 |
|
Microempresas
| 14.7
15.5
15.3
19.0 | 7.1
7.7
7.1
10.6 |
|
-Patrón
| 4.8
5.7
4.6
6.2 | 1.2
1.3
1.2
1.9 |
|
-Empleado
| 2.8
2.7
2.0
3.5 | 3.4
3.6
2.4
4.3 |
|
-Obrero
| 7.1
7.2
8.7
9.4 | 2.5
2.8
3.5
4.5 |
|
Trab. Autonomos | 23.4
23.1
28.0
27.9 | 30.3
36.3
42.2
41.3 |
|
-Trab. Indepen| 20.7
20.4
25.6
25.1 | 25.1
27.3
35.0
33.1 |
|
-T.F.N.R.
| 2.7
2.8
2.4
2.8 | 5.2
9.0
7.2
8.2 |
|
|
|
|
|TRAB. DEL HOGAR
| 1.0
0.7
1.0
0.1 | 19.3
11.5
11.3
11.9 |
+--------------------+---------------------------+--------------------------+
FUENTE: Enc. de Hogares de Lima Metropolitana, 1984, 1987, 1990
y 1993.
PEA
Cuadro A.5
Lima Metropolitana, 1987 - 1993:
OCUPADA: SECTOR PRIVADO, SINDICALIZACION
SEGUN SEXO
+----------------------+--------------------------+-------------------------+--------------------------+
|
|
1 9 8 7
|
1 9 9 0
|
1 9 9 3
|
|
+--------------------------+-------------------------+--------------------------+
|
| Homb.
Muj.
Tot.
| Homb.
Muj.
Tot.
| Homb.
Muj.
Tot.
|
+----------------------+--------------------------+-------------------------+--------------------------+
|
|
|
|
|
|ASALARIADOS (miles)
| 590.9
230.7
821.6 | 642.1
242.8
884.9 | 794.3
313.2
1107.5 |
209
|
|
|
|
|
|SINDICALIZABLES (1)
| 344.8
112.2
457.0 | 335.6
117.8
453.3 | 378.0
130.3
508.3 |
|
(miles)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|SINDICALIZADOS (miles)| 191.2
43.5
234.6
| 162.6
28.3
190.9 | 135.6
25.3
160.8 |
|
|
|
|
|
|TASA DE SINDICALIZA - |
|
|
|
|CION(2) :
| 55.4
38.8
51.3
| 48.5
24.0
42.1
| 35.9
19.4
31.6
|
|
|
|
|
|
|AFILIADOS
| n.d
n.d
n.d
| 87.4
11.3
98.7
| 60.1
8.7
68.8
|
|
|
|
|
|
|TASA DE AFILIACION(3):|
|
|
|
|
| n.d
n.d
n.d
| 53.8
40.0
51.7
| 44.3
34.5
42.8
|
+----------------------+--------------------------+-------------------------+--------------------------+
(1) Con opcion legal para tener sindicato
(2) TASA DE SINDICALIZACION: Sindicalizados / Sindicalizables.
(3) TASA DE AFILIACION: Afiliados / Sindicalizados.
FUENTE: MTPS, DGE. Encuestas de Hogares en Lima Metropolitana, 1987,
1990 y 1993.
ELABORACION: Garate, W.
1993:
Cuadro A.6
Lima Metropolitana, 1980
-
PEA POR SEXO, SEGUN NIVELES DE
210
EMPLEO
+----------+--------------------------------------------------------------------+-----------+
|
|
Niveles de Empleo
|
|
|
+-------+-------+-------------------------------------------+--------+
|
| Años y | Total |Desemp.|
Subempleo
|Adecuad.|
Cif.
|
|
|
|
+----------+--------+--------+-------+------+
|
|
|
Sexo
|
|Abierto|
Total
|Ing.Agud|Ing.Medi|Ing.Lev|Por Hor| Emp. | Expand. |
+----------+-------+-------+----------+--------+--------+-------+------+--------+-----------+
|1980(1)
| 100.0 | 7.1 |
26.0
| 7.1
| 6.5
| 10.6 |
1.4 | 66.9 | 1,229,077 |
|Masculino | 100.0 | 5.4 |
21.7
| 4.8
| 5.2
| 9.9 |
1.4 | 72.9 |
888,065 |
|Femenino | 100.0 | 11.2 |
37.8
| 13.1 | 9.9
| 12.4 |
1.5 | 51.0 |
341,012 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1981(2)
| 100.0 | 6.8 |
26.8
| 3.3
| 5.6
| 12.5 |
3.0 | 66.4 | 1,344,091 |
|Masculino | 100.0 | 5.0 |
22.4
| 2.0
| 3.8
| 11.9 |
2.6 | 72.6 |
940,459 |
|Femenino | 100.0 | 11.0 |
37.2
| 6.4
| 9.6
| 13.8 |
4.2 | 51.8 |
403,632 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1982
| 100.0 | 6.6 |
28.0
| 5.0
| 7.4
| 11.6 |
4.0 | 65.4 | 1,355,524 |
|Masculino | 100.0 | 4.7 |
22.7
| 2.4
| 5.2
| 11.0 |
4.1 | 72.6 |
927,893 |
|Femenino | 100.0 | 10.6 |
39.3
| 10.6 | 12.1 | 12.9 |
3.7 | 50.1 |
427,631 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1983
| 100.0 | 9.0 |
33.3
| 7.8
| 7.6
| 14.1 |
3.8 | 57.7 | 1,424,762 |
|Masculino | 100.0 | 8.0 |
28.4
| 5.2
| 5.9
| 13.9 |
3.4 | 63.6 |
986,869 |
|Femenino | 100.0 | 11.0 |
44.5
| 13.6 | 11.8 | 14.7 |
4.7 | 44.5 |
437,893 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1984
| 100.0 | 8.9 |
36.9
| 7.4
| 10.5 | 16.0 |
2.9 | 54.3 | 1,581,858 |
|Masculino | 100.0 | 7.1 |
31.9
| 5.1
| 8.6
| 16.0 |
2.1 | 61.0 | 1,075,369 |
|Femenino | 100.0 | 12.1 |
55.3
| 22.2 | 15.9 | 13.5 |
3.6 | 32.7 |
637,959 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1986
| 100.0 | 5.3 |
42.6
| 11.3 | 14.6 | 12.7 |
4.0 | 52.1 | 1,964,692 |
|Masculino | 100.0 | 3.4 |
33.9
| 6.1
| 12.7 | 12.2 |
2.9 | 62.7 | 1,212,259 |
|Femenino | 100.0 | 8.0 |
60.5
| 25.3 | 18.5 | 11.9 |
4.8 | 31.5 |
887,728 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1987
| 100.0 | 4.8 |
34.9
| 7.4
| 11.0 | 12.5 |
4.1 | 60.4 | 2,054,631 |
|Masculino | 100.0 | 3.8 |
26.4
| 3.3
| 8.0
| 11.5 |
3.7 | 69.8 | 1,281,314 |
|Femenino | 100.0 | 6.2 |
53.0
| 16.6 | 18.7 | 13.6 |
4.2 | 40.7 |
882,115 |
211
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1989
| 100.0 | 7.9 |
73.5
| 31.5 | 29.1 | 12.3 |
0.6 | 18.6 | 2,241,630 |
|Masculino | 100.0 | 6.0 |
72.2
| 24.2 | 31.6 | 15.6 |
0.8 | 21.7 | 1,401,107 |
|Femenino | 100.0 | 10.7 |
76.2
| 47.1 | 22.7 | 6.1 |
0.3 | 13.2 |
955,022 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1990
| 100.0 | 8.3 |
73.1
| 32.7 | 25.6 | 13.6 |
1.2 | 18.6 | 2,348,936 |
|Masculino | 100.0 | 6.5 |
72.6
| 26.8 | 28.6 | 16.2 |
1.0 | 20.9 | 1,468,423 |
|Femenino | 100.0 | 11.4 |
74.6
| 45.7 | 19.2 | 8.5 |
1.2 | 14.0 | 1,012,346 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1991
| 100.0 | 5.9 |
78.5
| 42.3 | 25.7 | 9.7 |
0.7 | 15.6 | 2,405,232 |
|Masculino | 100.0 | 4.8 |
77.5
| 34.4 | 29.8 | 12.7 |
0.7 | 17.7 | 1,532,749 |
|Femenino | 100.0 | 7.3 |
81.0
| 59.8 | 16.4 | 4.0 |
0.7 | 11.7 |
990,533 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1992
| 100.0 | 9.4 |
76.8
| 34.5 | 30.6 | 11.2 |
0.5 | 13.8 | 2,532,052 |
|Masculino | 100.0 | 7.5 |
77.2
| 26.4 | 35.8 | 14.4 |
0.5 | 15.3 | 1,620,926 |
|Femenino | 100.0 | 12.5 |
77.7
| 53.1 | 19.3 | 4.9 |
0.4 | 9.8
| 1,040,555 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|1993
| 100.0 | 9.9 |
77.4
| 37.7 | 28.8 | 10.3 |
0.6 | 12.7 | 2,765,934 |
|Masculino | 100.0 | 8.3 |
77.4
| 29.9 | 33.7 | 13.1 |
0.7 | 14.3 | 1,766,897 |
|Femenino | 100.0 | 12.2 |
78.6
| 55.2 | 18.3 | 4.7 |
0.4 | 9.2
| 1,129,306 |
+----------+-------+-------+----------+--------+--------+-------+------+--------+-----------+
NOTA: En los Totales se excluye a los Trabajadores del Hogar.
(1) Incluye 4,916 con Subempleo N.D. (Ingreso y/o tiempo)
(2) Incluye 32,958 con Subempleo N.D. (Ingreso y/o tiempo)
FUENTE: MTPS. Enc. de Niveles de Empleo en Lima Metropolitana, 1980
- 1993.
212
Cuadro A.7
Lima Metropolitana, 1984 - 1993:
PEA OCUPADA: VARIACION DE LOS INGRESOS CONSTANTES (A JUNIO 1994)
POR HORA SEGUN GRUPO OCUPACIONAL Y SEXO
+-------------------------------------------------------------+
|
1984-1987 1987-1990 1990-1993 1984-1993 |
+-------------------------------------------------------------+
|PEA OCUPADA TOTAL
|
|Profesionales
-17.9
-47.7
-49.9
-78.5 |
|Técnicos
16.3
-63.9
-20.6
-66.6 |
|Empleados
13.6
-61.6
-36.8
-72.4 |
|Obreros Calificados
-0.9
-60.0
6.9
-57.6 |
|Vend. No Ambulantes
-0.3
-44.9
-50.7
-72.9 |
|Trab. No Calificados
-2.7
-55.9
-33.9
-71.6 |
|T.S. Pers.Prot.Seg.
2.6
-47.6
-27.2
-60.8 |
|Vend. Ambulantes
19.7
-49.3
-50.4
-69.9 |
|
|
|TOTAL
7.1
-55.9
-34.2
-68.9 |
+-------------------------------------------------------------+
|PEA OCUPADA MASCULINA
|
|Profesionales
-9.9
-48.9
-50.1
-77.1 |
|Técnicos
31.2
-65.5
-16.4
-62.1 |
|Empleados
13.9
-63.7
-36.6
-73.8 |
|Obreros Calificados
6.0
-63.5
-13.0
-66.3 |
|Vend. No Ambulantes
6.9
-47.2
-47.3
-70.2 |
|Trab. No Calificados
7.0
-60.1
-33.6
-71.6 |
|T.S. Pers.Prot.Seg.
-0.9
-39.1
-30.8
-58.2 |
|Vend. Ambulantes
39.2
-53.9
-49.7
-67.7 |
|
|
|TOTAL
13.4
-59.9
-34.3
-70.1 |
+-------------------------------------------------------------+
|PEA OCUPADA FEMENINA
|
|Profesionales
-22.4
-45.6
-48.8
-78.4 |
|Técnicos
-16.1
-58.6
-37.6
-78.3 |
|Empleados
8.9
-57.4
-36.8
-70.7 |
|Obreros Calificados
-27.1
-36.6
105.0
-5.2 |
|Vend. No Ambulantes
6.6
-53.7
-50.2
-75.4 |
|Trab. No Calificados
-22.1
-44.0
-37.2
-72.6 |
|T.S. Pers.Prot.Seg.
5.8
-53.9
-25.6
-63.7 |
|Vend. Ambulantes
4.7
-44.7
-51.0
-71.6 |
|Trab. Domésticos
55.7
-40.9
-42.8
-47.4 |
|
|
|TOTAL
-1.0
-46.0
-34.5
-65.0 |
+-------------------------------------------------------------+
n.d. No disponible.
FUENTE: MTPS-DNEFP. Enc. de Hogares en Lima Metropolitana, 1984 1993.
213
OFERTA FAMILIAR DE TRABAJO
EN LIMA METROPOLITANA : 1989 - 1992
CECILIA GARAVITO91/
**********
I.
INTRODUCCION
El objetivo de este artículo es analizar la oferta de trabajo
de mujeres y hombres, casados o convivientes, partiendo del enfoque
de oferta familiar de trabajo. Dentro de este enfoque, la familia
es vista como una unidad económica productora de bienes domésticos,
lo cual determina en una medida importante la participación laboral
de sus miembros. En este marco se trata de determinar las causas
de dicha participación laboral tomando en cuenta las restricciones
que trae consigo la pertenencia a determinado grupo familiar. La
base de datos empleada corresponde a las Encuestas de Hogares de
Lima Metropolitana, del Ministerio de Trabajo y Promoción Social,
para los años 1989 y 1992. La elección de estos años tiene que ver
con la posibilidad de comparar el período previo a la Reforma de la
Legislación Laboral con el período inicial de su implementación.
El conocimiento de los mecanismos que rigen la decisión de
participación en la fuerza laboral, partiendo de un nivel micro, es
importante desde dos puntos de vista. En primer lugar, nos permite
91/
AGRADEZCO
LOS COMENTARIOS DE A. SCOTT Y DE LOS MIEMBROS DEL TALLER DE EMPLEO, SOBRE UNA
VERSIÓN PRELIMINAR DE ESTE TRABAJO. LA RESPONSABILIDAD POR EL TEXTO FINAL, SIN EMBARGO, ES
CIERTAMENTE MÍA.
214
explicar el cambio en los patrones de participación laboral por
sexo, lo cual es un determinante de la evolución temporal de la
tasa de actividad; en segundo lugar, se trata de detectar si dichos
patrones de participación son afectados por la crisis económica y
el cambio en el contexto laboral.
El análisis de la oferta de trabajo a partir del individuo trata
a éste como un ente aislado, sin tomar en cuenta las restricciones
y/o ventajas que le representa pertenecer a determinado grupo
familiar. Así, la participación laboral es analizada a partir de
costes de oportunidad individuales sin tomar en cuenta las
restricciones familiares. Es para tomar en cuenta esta carencia
que se desarrolla una teoría de la oferta de trabajo familiar,
partiendo de la satisfacción de las necesidades de los miembros de
la familia como un elemento determinante del comportamiento laboral
de los individuos92/. Adicionalmente, la existencia y persistencia
del desempleo ha llevado a que se incorpore en el análisis de la
oferta laboral la influencia del contexto global de la economía.
Debido a que la posibilidad de encontrar empleo está determinada
por dicho contexto, la consideración del desempleo familiar permite
al individuo evaluar los costes y beneficios de su esfuerzo en la
búsqueda de empleo.
En este trabajo partimos de un análisis de las características
de familias completas e incompletas, de acuerdo al sexo del Jefe de
Hogar, para poder después analizar el comportamiento laboral de
mujeres y hombres casados o convivientes. Tomamos como punto de
partida un modelo que define la participación de los individuos en
la fuerza laboral en base a variables individuales, familiares y de
contexto93/.
En la segunda sección discutimos el marco conceptual de este
trabajo. Partiendo de que la familia tiene como objetivo, desde el
punto de vista económico, la obtención de un nivel mínimo de
ingreso familiar real, se analiza la decisión de participación en
la fuerza laboral en base a las características individuales y
familiares y al contexto económico.
En la tercera sección
examinamos las características de los hogares según el sexo del
jefe de hogar, como paso previo al análisis de la oferta de trabajo
familiar. En la sección cuarta analizamos los determinantes de la
participación laboral de mujeres y hombres según el tipo de
familia.
Finalmente, en la sección quinta presentamos las
92/
AL
93/
UNA APLICACIÓN DE
GARAVITO (1994).
RESPECTO VER
M. KILLINGSWORTH
ESTE
Y
J. HECKMAN (1986);
Y
C. JOLL
ET AL
(1983).
MODELO PARA EXAMINAR LA OFERTA LABORAL FEMENINA PUEDE VERSE EN
C.
215
conclusiones de este trabajo.
2. MARCO CONCEPTUAL
El objetivo de esta sección es analizar la oferta de trabajo
familiar desde el punto de vista de la teoría, considerando las
particularidades en los comportamientos laborales de mujeres y
hombres.
La familia, desde el punto de vista económico, tiene como
función proveer a las necesidades de sus miembros.
Para ello
dedica sus recursos a la obtención de los bienes que le permitan
satisfacer dichas necesidades94/. La familia "produce" entonces
bienes domésticos en base a los recursos de que dispone : tiempo y
bienes de mercado. Para obtener los bienes de mercado parte del
tiempo familiar disponible debe ser empleado en el trabajo fuera
del hogar. En el modelo original de G. Becker (1965), el objetivo
final es la maximización de la función de preferencias familiar, la
cual depende de las cantidades consumidas de bienes domésticos.
Así, la asignación del tiempo de trabajo familiar se realiza en
base a las productividades relativas de los miembros de la familia
ya sea en las tareas domésticas o en el trabajo fuera del hogar.
94/
NOS
BASAMOS EN EL ENFOQUE DE LA
"PRODUCCIÓN
EN EL HOGAR", INICIADO POR
G. BECKER (1965).
216
Uno de los problemas de este enfoque es que parte de funciones
de preferencia familiares, las cuales se obtienen a partir de la
agregación de las funciones de preferencias de los miembros de la
familia95/.
Esta agregación puede llevar a funciones de
preferencias inconsistentes, tal como lo demuestra Arrow96/. Una
forma de enfrentar este problema es asumiendo que cada miembro del
hogar tiene su propia función de preferencias, si bien enfrenta la
restricción del presupuesto familiar. Esto derivaría en un modelo
cuya solución es similar al equilibrio de Cournot-Nash97/. Así, los
miembros de la familia "negocian" su participación en el mercado de
trabajo.
Otro problema muy ligado al primero es el supuesto
implícito de la existencia de relaciones armoniosas al interior de
la familia (altruismo), con respecto a la distribución de los
frutos del trabajo familiar. Al respecto, N. Folbre (1986) señala,
desde una perspectiva no neoclásica, que la asignación del trabajo
a realizar y la distribución de los frutos de éste entre los
miembros de la familia entraña conflictos no tomados en cuenta por
los paradigmas clásico y neoclásico98/.
En este trabajo optamos por el enfoque de "negociación", pero
sin tomar en cuenta los conflictos en la asignación de bienes y
trabajo al interior del hogar. Partimos de la consideración de la
familia como una unidad económica que tiene como objetivo la
satisfacción de las necesidades de sus miembros, las cuales se
pueden traducir en un nivel mínimo de ingreso familiar real99/. Por
otro lado, consideramos que las restricciones que la familia
enfrenta no son solamente sus recursos de tiempo e ingresos sino
también las relacionadas con el ciclo de vida familiar y los
diferentes papeles asignados socialmente a los sexos en el hogar.
Finalmente, la posibilidad de que el contexto macroeconómico afecte
las posibilidades de encontrar trabajo, y por lo tanto la decisión
de buscarlo, será tomada en cuenta.
95/
Otra opción es la del "Jefe dictador" que vela por la familia.
Killingsworth y J. Heckman, op. cit.
96/
Ver D.M. Kreps (1990).
97/
Ver M. Manser y M. Brown (1980); J. Leuthold (1968); y M. Killingsworth
y J. Heckman, op. cit.
98/
Desarrolla además un modelo no neoclásico de la asignación del trabajo y
la distribución de sus frutos en el hogar; ver N. Folbre (1982,1984).
Existe evidencia sobre la distribución desigual de los bienes en el
hogar para el caso de países africanos y asiáticos, ver A. Deaton
(1988).
99/
Para un análisis en base a niveles mínimos de ingreso real familiar ver
A. Chayanov (1974).
Ver M.
217
Entonces, analizamos el comportamiento laboral de Jefes de
Hogar y Cónyuges en familias con hijos, donde los padres toman la
decisión de participar en la fuerza de trabajo sujetos a
restricciones diversas. La necesidad de proveer dinero para la
obtención de bienes de mercado implica que por lo menos uno de sus
miembros sea parte activa de la fuerza laboral.
Usualmente se
espera que sea el Jefe de Hogar, debido a que conceptualmente es
tomado como aquel que debe en principio atender a la manutención de
la familia. Sin embargo, la categoría Jefe de Hogar actualmente es
muy discutida en la literatura100/, por cuanto existe efectivamente
una diferencia entre el Jefe "reportado" y el Jefe Efectivo. Esto
tiene que ver con el hecho que se tiende a reconocer como el Jefe
de Hogar al varón de más edad de la casa, lo cual no necesariamente
guarda concordancia con el papel de "proveedor principal" que nos
interesa. Aún en el caso de ser activo, existe evidencia de que
los hombres asignan a los gastos familiares solamente una parte de
su ingreso laboral101/. En el caso de la mujer, muchas veces se
reconoce como Jefa de Hogar a la madre soltera, viuda o separada,
independientemente de si forma parte de la fuerza de trabajo.
Existen diferentes elementos que influyen en la participación
en la fuerza laboral.
En primer lugar está el aspecto de la
productividad relativa en el trabajo fuera de casa versus la
productividad en el trabajo en el hogar.
Las características
personales, así como la calificación previa del individuo, son un
elemento importante para determinar este aspecto. Un mayor nivel
de educación, manteniendo todo lo demás constante, debe llevar al
individuo a una mayor probabilidad de participar en la fuerza
laboral debido a que su costo alternativo es alto en relación a su
productividad en el hogar. Esto puede esconder diferencias previas
en las oportunidades de educación según el sexo, por ejemplo, lo
cual estaría afectando el diferencial de productividad. Por otro
lado, tenemos la influencia de la Edad. Esta variable usualmente
está asociada a un mayor conocimiento del mercado laboral102/. Sin
embargo, el patrón de retiro de la fuerza laboral y la depreciación
relativa de habilidades con la edad pueden determinar un efecto
negativo sobre la probabilidad de participación en el mercado
laboral.
Por otro lado, tenemos la influencia del ciclo de vida
100/
Ver S. Rosenhouse (1989) y M. Barrig (1993).
101/
Ibid.
102/
El supuesto aquí es de una participación continua en el mercado de
trabajo.
Esto es cuestionable en un contexto de crisis y de
flexibilización del mercado laboral.
218
familiar, el cual es variable en el tiempo y tiende a ser
diferenciado
de
acuerdo
al
sexo103/.
El
cociente
(consumidores/trabajadores) de la familia va creciendo en el
tiempo, lo cual determina necesidades crecientes a lo largo del
ciclo de vida. En una familia con niños pequeños esta proporción
es relativamente alta, lo cual requiere del nivel de ingreso real
familiar más elevado y el esfuerzo máximo de los padres, dado el
nivel socioeconómico. Luego, cuando los hijos crecen y entran a
formar parte de la fuerza laboral, la relación se reduce,
aumentando la fuerza laboral disponible en la familia. Finalmente,
cuando los hijos dejan el hogar paterno y pasan a formar su propio
hogar, el nivel de ingreso real mínimo necesario se reduce junto
con la mano de obra familiar.
103/
Un análisis clásico acerca de la influencia del ciclo de vida en la
determinación del nivel mínimo de ingreso real es el de A.V. Chayanov,
op. cit. Ver también D. Hunt (1979) y F. Ellis (1988).
219
Además de este efecto temporal, existen diferencias en los
patrones de participación laboral por sexo en cuanto a la
importancia que tienen las variables familiares en la decisión de
participación de la mujer104/. La presencia de niños pequeños sería
determinante de una mayor participación laboral del hombre y de una
mayor dedicación a las tareas domésticas de la mujer, dado el
contexto social actual.
Finalmente, la influencia del contexto macroeconómico sobre
la participación en la fuerza laboral ha sido ampliamente
documentada105/. Un elemento importante a tomar en cuenta es la
posibilidad de encontrar empleo. Dado el continuo desbalance entre
la oferta y la demanda de trabajo en el sector asalariado, parte de
la fuerza laboral busca trabajar en forma independiente.
Sin
embargo, la existencia de un límite en la absorción de mano de obra
por parte de este sector determina que subsista un sector de fuerza
laboral desempleado.
Entonces, la posibilidad de no encontrar
empleo mediatiza la decisión de participación en el mercado de
trabajo. Un indicador al respecto, a nivel microeconómico, es la
tasa de desempleo familiar.
En la siguiente sección examinaremos las características de
los hogares según el sexo del Jefe de Hogar, como paso previo al
análisis de la oferta de trabajo familiar.
3. CARACTERISTICAS DE LOS HOGARES SEGUN EL SEXO DEL JEFE DE HOGAR
En esta sección examinaremos los hogares de acuerdo a su
conformación. Partimos de cuatro tipos de hogares : Jefe Varón,
Cónyuge Presente (I), Jefe Varón, Cónyuge Ausente (II), Jefa Mujer,
Cónyuge Ausente (III), Jefa Mujer, Cónyuge Presente.
En estos
cuatro tipos de familias podremos observar diferentes roles en la
familia de acuerdo al sexo. La base de datos está constituida por
las Encuestas de Hogares de Lima Metropolitana (1989 y 1992), del
Ministerio de Trabajo y Promoción Social.
Analizaremos a dos
niveles : de acuerdo al sexo y según el tipo de hogar.
104/
Ver los trabajos de J. Mincer (1980) para Estados Unidos y de R. Paes de
Barros y R. Pinto de Mendonca (1989) para el Brasil; para el caso del
Perú ver C. Garavito (1994,1992), D. Del Valle (1976); E. Chávez y F.
Lossio (1987), E. Chávez (1989); y J. Newman (1988).
105/
Ver J. Jatobá (1990) para Brasil; y C. Garavito (1994) y G. Tello (1989)
para el Perú.
220
3.1
Hogar Tipo I : Jefe Varón, Cónyuge Presente
Este tipo de hogar representa aproximadamente el 78% de los
hogares a analizar. Es el más común debido entre otras cosas a la
forma de determinar quién es el Jefe de Hogar, como ya se explicó
en la sección anterior.
Vemos en el Cuadro 2.1 que la tasa de actividad laboral
del Jefe de Hogar es mayor que la tasa de actividad de la Cónyuge.
En cuanto a los posibles determinantes tenemos en primer lugar que
los hombres tienen en promedio más años de estudio que las mujeres,
lo cual llevaría a una mayor participación. El efecto de una mayor
educación eleva el costo de no trabajar por lo cual se espera una
mayor participación del Jefe de Hogar en este caso. Por otro lado
el Jefe tiene en promedio una mayor edad, si bien no queda claro si
prima el efecto de experiencia laboral o el patrón de retiro de la
fuerza de trabajo.
Desde el punto de vista de las variables
familiares, el ser Jefe de Hogar implica generalmente una mayor
tasa de actividad, lo cual explicaría en parte la mayor
participación laboral masculina. El resto de variables son comunes
a ambos, si bien tienen un efecto diferenciado por sexo. El efecto
de la proporción de hijos menores de 6 años sería diferenciado
según sexo, esperándose un efecto positivo en la fuerza de trabajo
principal (el Jefe) y un efecto negativo en la fuerza de trabajo
secundaria (la Cónyuge).
Por otro lado, la tasa de desempleo
familiar tendría un efecto mayor sobre la fuerza laboral secundaria
(femenina este caso) que sobre la actividad del Jefe de Hogar. El
efecto de esta variable sobre la oferta de trabajo femenina parece
ser positivo en el período previo al analizado aquí106/, lo cual es
consistente con la hipótesis del "trabajador adicional".
Las
variables comunes nos permitirán establecer una comparación por
tipo de hogar.
106/
Ver C. Garavito (1994).
221
CUADRO 2.1
CARACTERISTICAS DEL HOGAR TIPO I
---------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
| JEFE
| CONYUGE | JEFE
| CONYUGE |
----------------------------------------------------------|TASA DE ACTIV. | 92.6% |
46.5%
| 89.8% | 39.0% |
----------------------------------------------------------|
AÑOS DE
| 10.00 |
8.54
| 10.26 |
8.73 |
| EDUCACION
| (4.28) |
(4.33) | (4.05) | (4.32) |
----------------------------------------------------------|
EDAD
| 43.71 |
39.19
| 44.66 | 40.09 |
|
| (12.49) | (11.57) | (12.51) | (11.33) |
----------------------------------------------------------| INGRESO REAL |
453207.50
|
361.31
|
| JEFE(BASE 90) |
(869650.40)
|
(477.86)
|
----------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.|
0.06
|
0.07
|
|
FAMILIAR
|
(0.17)
|
(0.19)
|
----------------------------------------------------------|PROP.HIJOS MEN.|
0.27
|
0.26
|
| DE 6 AÑOS
|
(0.37)
|
(0.37)
|
----------------------------------------------------------FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS DE
HOGARES DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCION
SOCIAL.
3.2
Hogar Tipo II : Jefe Varón, Cónyuge Ausente
Este tipo de hogar constituye aproximadamente el 5% del total
analizado. Corresponde a las familias donde el Jefe de Hogar se
declara casado o conviviente, no encontrándose la Cónyuge presente
en el hogar.
En el Cuadro 2.2 vemos que la tasa de actividad del Jefe es
menor que en el caso de la familia tipo I. Su edad promedio es
asimismo mayor. Consistentemente con esto el nivel de educación es
menor medido por los años de estudio. Se trata entonces de hogares
más "avanzados" en el ciclo de vida familiar, como lo corrobora el
222
bajo porcentaje de hijos menores de 6 años. Por otro lado, la tasa
de desempleo familiar es mayor, lo cual refleja las dificultades de
las generaciones mayores de volver a colocarse en el mercado
laboral. Todo esto estaría determinando la menor tasa de actividad
observada.
CUADRO 2.2
CARACTERISTICAS DEL HOGAR TIPO II
--------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
|
JEFE
|
JEFE
|
--------------------------------------------------------|TASA DE ACTIV. |
59.6%
|
76.0%
|
--------------------------------------------------------|
AÑOS DE
|
8.19
|
9.51
|
| EDUCACION
|
(4.38)
|
(4.64)
|
--------------------------------------------------------|
EDAD
|
58.33
|
52.97
|
|
|
(12.15)
|
(13.73)
|
--------------------------------------------------------| INGRESO REAL |
260594.25
|
414.44
|
| JEFE(BASE 90) |
(448033.07)
|
(827.53)
|
--------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.|
0.10
|
0.11
|
|
FAMILIAR
|
(0.22)
|
(0.25)
|
--------------------------------------------------------|PROPORCION MEN.|
0.04
|
0.08
|
| DE 6 AÑOS
|
(0.15)
|
(0.22)
|
--------------------------------------------------------FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS DE
HOGARES DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCION
SOCIAL.
3.3
Hogar Tipo III : Jefa Mujer, Cónyuge Ausente
En promedio este hogar constituye el 16% de las familias
estudiadas y es un fenómeno creciente.
La mujer, casada o
conviviente, toma el papel de Jefa de Hogar en un hogar donde el
varón no está presente.
223
En el Cuadro 2.3 vemos que la tasa de actividad de las mujeres
Jefas es mayor que la tasa de actividad de las mujeres Cónyuges de
la familia tipo I. Se trata de mujeres mayores, con menos años de
educación, en forma similar a lo visto para el caso anterior. Esto
aparentemente llevaría a una menor probabilidad de participar en la
fuerza de trabajo; sin embargo, en el caso de la mujer serían las
variables familiares las más importantes. El ser Jefa de hogar y
estar sola hace de la participación laboral un imperativo, a menos
que se cuente con hijos en edad de trabajar. Este podría ser en
parte el caso pues la proporción de hijos menores de 6 años es
menor que en la familia tipo I. Por
otro lado, se trata de uno de los tipos de familias más pobres
entre los estudiados aquí, donde el desempleo familiar es
relativamente elevado.
El poco acceso de las mujeres a trabajos de larga duración
podría estar determinando una menor probabilidad de retirarse y
acceder a una pensión.
CUADRO 2.3
CARACTERISTICAS DEL HOGAR TIPO III
--------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
|
JEFA
|
JEFA
|
--------------------------------------------------------|TASA DE ACTIV. |
62.0%
|
58.6%
|
--------------------------------------------------------|
AÑOS DE
|
7.86
|
7.95
|
| EDUCACION
|
(4.47)
|
(4.46)
|
--------------------------------------------------------|
EDAD
|
45.23
|
48.84
|
|
|
(13.33)
|
(14.40)
|
--------------------------------------------------------| INGRESO REAL |
161295.61
|
103.96
|
| JEFE(BASE 90) |
(249916.70)
|
(153.81)
|
--------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.|
0.12
|
0.10
|
|
FAMILIAR
|
(0.27)
|
(0.23)
|
--------------------------------------------------------|PROPORCION MEN.|
0.13
|
0.11
|
| DE 6 AÑOS
|
(0.28)
|
(0.27)
|
--------------------------------------------------------FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS DE HOGARES DEL
MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCION SOCIAL.
224
3.4
Hogar Tipo IV : Jefa Mujer, Cónyuge Presente
Este tipo de familia es minoritario, siendo en promedio el
1% de las familias estudiadas. Corresponden a familias donde la
mujer es reconocida como Jefa de Hogar estando presente el Cónyuge.
En el Cuadro 2.4 vemos que la tasa de actividad de los hombres
es mayor que la tasa respectiva de las mujeres, aún cuando éstas
sean las Jefas de Hogar. Esto da lugar a diferentes hipótesis que
precisan un mayor estudio.
Podría ser que la mujer tenga un
ingreso laboral mayor que el hombre, por ejemplo. Asimismo, se
relativiza el efecto de la jefatura de hogar sobre la participación
en la fuerza laboral, debido al efecto de las variables familiares
sobre las mujeres. A pesar de esto, la tasa de actividad de las
Jefas es la mayor de todos los casos estudiados.
Un elemento
explicativo sería la mayor educación de los hombres en relación a
las mujeres, no existiendo diferencias apreciables de edad. La
proporción de hijos menores de 6 años es menor que en la familia
tipo I, lo cual permitiría la elevada tasa de actividad femenina.
Por otro lado, la tasa de desempleo familiar es reducida.
CUADRO 2.4
CARACTERISTICAS DEL HOGAR TIPO IV
----------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
| JEFA
| CONYUGE | JEFA
| CONYUGE |
----------------------------------------------------------|TASA DE ACTIV. | 72.7% |
81.8%
| 66.7% | 90.0% |
----------------------------------------------------------|
AÑOS DE
|
7.45 |
9.55
|
9.33 | 11.00 |
| EDUCACION
| (4.46) |
(5.52) | (4.33) | (4.03) |
----------------------------------------------------------|
EDAD
| 47.82 |
52.45
| 44.33 | 43.00 |
|
| (11.85) | (15.43) | (12.89) | (12.35) |
----------------------------------------------------------| INGRESO REAL |
137912.09
|
219.22
|
| JEFA(BASE 90) |
(170188.73)
|
(315.47)
|
----------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.|
0.03
|
0.04
|
|
FAMILIAR
|
(0.10)
|
(0.11)
|
----------------------------------------------------------|PROPORCION MEN.|
0.09
|
0.20
|
| DE 6 AÑOS
|
(0.16)
|
(0.35)
|
----------------------------------------------------------225
FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS DE
HOGARES DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCION
SOCIAL.
En general, las tasas de actividad de las mujeres son menores
que las tasas de actividad de los hombres, aún en el caso que sean
Jefas de Hogar. Asimismo, los hogares donde la mujer es Jefa son
los de menor nivel de ingresos reales. Finalmente, existen ciertas
similitudes entre las familias incompletas, independientemente del
sexo del Jefe de Hogar. En la siguiente sección analizamos los
factores determinantes de la probabilidad de participación en la
fuerza de trabajo en las familias tipo I y tipo III, partiendo de
su importancia numérica en el total y por constituir actualmente
los patrones más comunes de reproducción familiar.
4. DETERMINANTES DE LA PROBABILIDAD DE PARTICIPACION DE MUJERES Y
HOMBRES EN LA FUERZA LABORAL
En esta sección analizamos los determinantes de la
probabilidad de participación en la fuerza laboral de mujeres y
hombres pertenecientes a las familias tipo I y tipo III.
La
familia tipo I es la más común en Lima Metropolitana y constituye
la forma "tradicional" de unidad familiar. En cuanto a la familia
tipo III este es un fenómeno emergente en la sociedad peruana,
acelerado por la crisis económica y el cambio en el contexto
laboral.
El análisis se llevará a cabo empleando regresiones LOGIT,
siendo la especificación de la ecuación la siguiente :
T(P) = a0 + a1S + a2ED + a3YRJ + a4PHM6 + a5UFAM + u
donde T(P) = ln[P/(1-P)]/2 + 5, tomando P el valor 1 si el
individuo participa en la fuerza laboral y el valor 0 en caso
contrario107/. La variable S representa los años de educación, cuyo
efecto esperado sobre la participación en la fuerza laboral es
positivo.
La variable ED representa la edad del individuo, no
siendo claro su efecto sobre la variable dependiente. La variable
107/
Esta especificación modificada corresponde a la función que emplea el
paquete estadístico SPSSX. Sobre el punto ver J. Johnston (1984).
226
YJR es el ingreso real del Jefe de Hogar en intis de 1990 para 1989
y en nuevos soles de 1990 para 1992, siendo evaluado su efecto
solamente para la fuerza laboral secundaria (Cónyuge) y esperándose
un efecto negativo sobre la participación laboral. El efecto de
las variables PHM6 (porcentaje de hijos menores de 6 años) y UFAM
(tasa de desempleo familiar) es diferenciado por sexo. Se espera
un efecto positivo de PHM6 sobre la fuerza laboral principal (Jefes
de Hogar) y negativo sobre la fuerza laboral secundaria. Por otro
lado, el efecto de UFAM sería positivo para la Cónyuge (familias
tipo I), no siendo claro su efecto sobre los Jefes de Hogar.
Finalmente, u representa el término estocástico de la ecuación.
4.1
Hogar Tipo I : Probabilidad de Participación Laboral
En el Cuadro 2.5 podemos ver los resultados de la regresión
LOGIT, sobre la probabilidad de participación en la fuerza de
trabajo del Jefe de Hogar y de la Cónyuge.
En cuanto al Jefe de Hogar vemos que el efecto de los años de
educación no es claro.
Sin embargo, el efecto de la edad es
claramente negativo, primando el efecto del patrón de retiro de la
fuerza laboral y de la menor facilidad de las generaciones mayores
para volver a encontrar empleo en el contexto actual. En cuanto a
las variables familiares no es claro tampoco el efecto de los hijos
menores de 6 años. Más bien, en cuanto al contexto, la tasa de
desempleo familiar parece estar asociada a una menor probabilidad
de participación del Jefe de Hogar. Una explicación posible sería
que el Jefe de Hogar se apoya en la fuerza laboral secundaria en
períodos de niveles altos de desempleo para encontrar una ocupación
mejor.
En cuanto a la Cónyuge, el efecto de la educación parece ser
positivo, reflejando la importancia de la educación para promover
la participación de las mujeres en la fuerza laboral. El efecto de
la edad es claramente negativo, al igual que en el caso del Jefe de
Hogar. Por otro lado, un mayor ingreso real del jefe determina una
menor probabilidad de participación laboral de la Cónyuge, lo cual
es consistente con el papel tradicional de la mujer en el hogar.
Asimismo, la existencia de hijos menores de 6 años reduce su
probabilidad de participación108/. Un elemento interesante para el
análisis, si bien no se ha tomado en cuenta en este estudio, es la
108/
Un resultado similar se obtiene para Santiago de Chile en E. Muchnik de
Rubisntein et al (1991); en C. Garavito, op. cit., se encuentra un
efecto negativo de la presencia de miembros de la familia menores de 14
años sobre la probabilidad de participación laboral de la mujer.
227
secuencia de participación al interior de la fuerza de trabajo
familiar secundaria. En el Cuadro B.1 del Anexo podemos ver que en
la mayoría de los hogares los hijos forman parte de la fuerza
laboral.
Asimismo, parece ser que ellos entran a la fuerza de
trabajo antes que las Cónyuges, lo cual nos habla de un patrón
determinado de participacion laboral familiar.
Finalmente, el
efecto de una mayor tasa de desempleo familiar sería positivo, tal
como se encuentra en C. Garavito (1994) para el período 1981-1990,
dando sustento a la hipótesis del "trabajador adicional".
CUADRO 2.5
REGRESIONES LOGIT : HOGAR TIPO I
--------------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
|
JEFE
| CONYUGE |
JEFE
| CONYUGE |
--------------------------------------------------------------| CONSTANTE
| 10.261
|
5.732
|
9.595 |
5.726
|
|
| (20.76)** | (32.11)** | (22.36)**| (31.94)** |
--------------------------------------------------------------|
AÑOS DE
| -0.011
|
0.013
|
0.008 |
0.005
|
| EDUCACION
| (-0.71)
| (1.82)
| (0.59) | (0.67)
|
--------------------------------------------------------------|
EDAD
| -0.071
| -0.019
| -0.067 | -0.020
|
|
|(-9.37)** | (-5.17)** |(-10.18)**| (-5.47)
|
--------------------------------------------------------------| INGRESO REAL |
--| -7x10-10 |
--| -0.002
|
| JEFE(BASE 90) |
| (-1.32)
|
| (-2.55)** |
--------------------------------------------------------------|PROP.HIJOS MEN.| -0.441
| -0.558
|
0.915 | -0.506
|
| DE 6 AÑOS
|(-1.16)
| (-5.14)** | (1.59) | (-4.61)** |
--------------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.| -0.740
|
0.029
| -0.024 |
0.290
|
|
FAMILIAR
|(-2.43)* | (0.17)
| (-0.08) | (1.90)
|
--------------------------------------------------------------| CHI-CUADRADO | 1307.586 | 1133.49 | 701.382 | 1151.773 |
--------------------------------------------------------------|
N
|
742
|
1131
|
739
|
1147
|
--------------------------------------------------------------
228
4.2 Hogar Tipo III : Probabilidad de Participación Laboral
En cuanto al hogar tipo III, podemos ver los resultados de
la regresión LOGIT en el Cuadro 2.6. Y, en cuanto a las variables
individuales, el efecto de una mayor educación no es claro, igual
que para el Jefe de Hogar varón. Asimismo, el efecto negativo de
una mayor edad parece ser la norma en los trabajadores peruanos,
independientemente del sexo y de la organización del hogar. En
cuanto a la presencia de hijos menores de 6 años, ésta parece tener
un efecto positivo, lo cual es consistente con el papel de la mujer
como Jefa de Hogar. Consistentemente con esto, podemos ver en el
Cuadro B.2 del Anexo, que en este tipo de familia la secuencia de
participación mencionada en la sección anterior parece no estar tan
definida. El ligero predominio de los hogares donde el hijo es
activo, trabaje la Jefa o no, no es el caso general. Finalmente,
al igual que para el Jefe de Hogar varón, la mayor tasa de
desempleo está asociada a una menor probabilidad de participación
en la fuerza laboral.
CUADRO 2.6
REGRESIONES LOGIT : HOGAR TIPO III
--------------------------------------------------------------|
|
1989
|
1992
|
|
|
JEFA
|
JEFA
|
--------------------------------------------------------------| CONSTANTE
|
8.683
|
9.113
|
|
|
(14.03)**
|
(16.14)**
|
--------------------------------------------------------------|
AÑOS DE
|
0.001
|
-0.032
|
| EDUCACION
|
(0.06)
|
(-1.71)
|
--------------------------------------------------------------|
EDAD
|
-0.066
|
-0.069
|
|
|
(-6.02)**
|
(-7.33)**
|
--------------------------------------------------------------|PROP.HIJOS MEN.|
0.195
|
0.837
|
| DE 6 AÑOS
|
(0.25)
|
(0.89)
|
--------------------------------------------------------------|TASA DE DESEMP.|
-0.281
|
-0.137
|
|
FAMILIAR
|
(-0.79)
|
(-0.38)
|
--------------------------------------------------------------| CHI-CUADRADO |
160.997
|
191.428
|
229
--------------------------------------------------------------|
N
|
178
|
217
|
--------------------------------------------------------------5. CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo era analizar la oferta de trabajo
de mujeres y hombres en base a un enfoque familiar. Se trataba de
explicar el cambio en los patrones de participación laboral por
sexo, y su posible cambio en un horizonte temporal. Se partió de
un modelo que define la participación de los individuos en la
fuerza laboral en base a variables individuales, familiares y de
contexto.
Se encuentra en primer lugar que las familias completas donde
el Jefe de Hogar es el varón constituyen aún la norma, siendo
creciente el porcentaje de familias donde la mujer es la Jefa de
Hogar. La probabilidad de participación en la fuerza de trabajo de
la mujer, sin embargo, continua siendo menor a la del varón.
En cuanto al efecto de las variables individuales se encuentra
que el efecto de la educación no es claro para los Jefes de Hogar,
independientemente del sexo, siendo positivo para las mujeres
cónyuges. Tal parece que una mayor educación no es un elemento
determinante de la participación de quienes socialmente tienen el
papel de mantener el hogar. En cuanto a la edad, el efecto del
patrón de retiro de la fuerza laboral y sobre todo de la dificultad
de encontrar empleo a edades mayores y en un contexto de crisis, es
determinante a todo nivel, en relación al efecto de mayor
conocimiento del mercado laboral.
En cuanto a las variables familiares, se encuentra que los Jefes
de Hogar tienen una mayor probabilidad de participación que los
Cónyuges. Sin embargo, en familias donde la Jefa de Hogar es mujer
y el Cónyuge está presente, la situación se invierte. Por otro
lado, la presencia de hijos menores de 6 años parece determinar una
mayor participación de los Jefes de Hogar y una menor participación
de los Cónyuges.
Finalmente, la mayor tasa de desempleo familiar está asociada a
una menor participación del Jefe de Hogar, reflejando los
resultados de su búsqueda de empleo. En el caso de las mujeres
Cónyuge, el mayor desempleo familiar lleva a un aumento de la
probabilidad de participación en la fuerza laboral.
230
BIBLIOGRAFIA
BARRIG, Maruja (1993),
Seis Familias en la Crisis, ADEC/ATC, Lima.
______________ (1992),
"La Familia en la Lima de los 90", ADEC/ATC, Lima.
______________ (1990), "Mujer y Empleo en Lima Metropolitana 1979-1987.
Comentadas". ADEC/ATC, Lima.
BECKER, Gary S. (1965),
Vol. 75, No 299.
"A Theory of the Allocation of Time".
Estadísticas
The Economic Journal,
BERNEDO, Jorge (1992), "Encuestas de Hogares, Empleo y Archivos Familiares : Un
Ensayo Metodológico". ADEC/ATC, Lima.
CHAYANOV, Alexander V. (1974), La Organización de la Unidad Económica Campesina.
Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires.
CHAVEZ, Eliana (1989), "La Mujer y su Rol en las Estrategias familiares de Ingresos".
Socialismo y Participación, No 41.
CHAVEZ, Eliana y Félix LOSSIO (1987), "Factores que Determinan la Participación de la
Mujer en el Sector Comercio". En AMIDEP, Perú: Tres Temas Poblacionales, Lima.
DEATON, Angus (1988),
"The Allocation of Goods within the Household.
Children and Gender". LSMS No 39, Banco Mundial.
Adults,
DEL VALLE, Delma (1976), "Factores Determinantes de la Participación de la Mujer en
el Mercado de Trabajo". Ministerio de Trabajo, Dirección General de Empleo, Lima.
ELLIS, Frank (1988),
Peasant Economics, Cambridge University Press.
FOLBRE, Nancy (1986), "Hearts and Spades : Paradigms of Household Economics".
Development, Vol. 14, No 2.
World
_____________ (1984), "Household Production in the Philippines: A Non-neoclassical
Approach". Economic Development and Cultural Change, Vol. 32, No 2, Enero.
_______________ (1982),
"Exploitation comes Home : A critique of the Marxian Theory
231
of Family Labour".
Cambridge Journal of Economics, Vol. 6, No 4.
GARAVITO, Cecilia (1994),
"Participación de la Mujer en el Mercado Laboral y
Diferencial de Ingresos por Sexo". En L. Elías y C. Garavito, La Mujer en el Mercado
de Trabajo, ADEC/ATC, Lima.
__________________ (1992), "Mujer y Oferta de Trabajo". Documento de Trabajo No 103,
Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
GREENE, William (1990),
Publishing Company.
Econometric Analysis, New York University, Macmillan
HUNT, Diana (1979), "Chayanov's Model of Peasant Household Resource Allocation".
Journal of Peasant Studies, Vol. 6, No 3, Abril.
The
JATOBA, Jorge (1990), "Oferta de Forca de Trabalho Familiar e Crise Economica :
Brasil Metropolitano, 1983". R. de Econometria, Vol. 10, No 2, Noviembre.
JOHNSTON, J. (1984),
tercera edición.
Econometric Analysis.
JOLL, Caroline et al (1983),
Unwin.
McGraw-Hill International Book Company,
Developments in Labour Market Analysis, George Allen &
KHANDKER, Shahidur (1990), "Labor Market Participation, returns to Education, and
Male-Female Wage Differences in Peru". Banco Mundial, WPS 461.
KILLINGSWORTH, Mark y James HECKMAN (1986), "Female Labor Supply: A Survey". En
Orley Ashenfelter y R. Layard (editores), Handbook of Labor Economics, Vol. I,
Elsevier Science Publishers, BV.
KREPS, David M. (1990),
New Jersey.
A Course in Microeconomic Theory, Princeton University Press,
LEUTHOLD, Jane (1968), "An Empirical Study of Formula Income Transfers and the Work
Decision of the Poor", Journal of Economic Resources, Vol. 3, No 3.
MANSER y BROWN (1980),
"Marriage and Household Decision Making: A Bargaining
Analysis". International Economic Review, Vol. 21.
MUCHNIK DE RUBINSTEIN, E., VIAL DE VALDEZ, I., STRUVER, A. y B. HARVART (1991),
"Oferta de Trabajo femenino en Santiago". En Cuadernos de Economía, Año 28, No. 85.
McCONNELL, Campbell y Stanley BRUE (1992),
edición, McGraw-Hill Inc.
Contemporary Labor Economics, tercera
NEWMAN, John (1988),
Labor Market activity in Cote d'Ivoire and Peru".
Mundial, Leaving Standard Measurement Workin Paper.
MINCER, Jacob (1980), "Labour Force Participation of Married Women".
(editor), Readings in Labour Economics, Oxford University Press.
Banco
En J.E. King
PAES DE BARROS, Ricardo y Rosane PINTO DE MENDONCA (1989), "Família e Distribucao de
Renda : O Impacto da Participacao das Esposas no Mercado de Trabalho". Instituto de
Planejamiento Economico e Social - Instituto de Pesquisas, Documento para Discusión No
164.
PEIRCE, William y William BOWEN (1965),
"The United States Labor Force".
En W. Bowen
232
(editor), Labry and the National Economy, W.W. Norton y Cía, Nueva York.
PSACHAROPOULOS, George y Zafiris TZANNATOS (1992), "Latin American Women Earnings and
Participation in the Labor Force. Banco Mundial, WPS 856.
___________________________________________________(1989),
"Female
Labor
Force
Participation : An International Perspective". The World Bank Research Observer, Vol.
4, No 2, julio.
ROSENHOUSE, Sandra (1989), "Identifying the Poor.
LSMS Working Paper, No 58. The World Bank.
Is 'Headship' a Useful Concept?".
SUAREZ, Rubén (1987), "Labor Markets in Peru : An Overview". Trabajo preparado para
la División de Mercado de Trabajo del Departamento de Investigación para el Desarrollo
del Banco Mundial.
TELLO, Griselda (1989), "Efecto de la Crisis en la Participación Laboral de la Mujer
Urbana".
En Griselda Tello y Peri Paredes, Pobreza Urbana y Trabajo Femenino,
ADEC/ATC, Lima.
ANEXO
CUADRO B.1
HOGAR TIPO I : CARACTERISTICAS ADICIONALES
----------------------------------------------------|
| JEFE TRABAJA
| JEFE NO TRABAJA |
|
| 1989 | 1992 | 1989 | 1992 |
----------------------------------------------------|
A
| 29.7% | 22.2% | 38.9% | 37.0% |
----------------------------------------------------|
B
| 19.1% | 18.9% | 11.1% | 22.2% |
----------------------------------------------------|
C
| 31.7% | 28.7% | 38.9% | 22.2% |
----------------------------------------------------|
D
| 19.5% | 30.2% | 11.1% | 18.6% |
----------------------------------------------------|
| 100.0% | 100.0% | 100.0% | 100.0% |
----------------------------------------------------FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS
DE HOGARES DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y
PROMOCION SOCIAL.
233
A
B
C
D
:
:
:
:
CONYUGE
CONYUGE
CONYUGE
CONYUGE
ACTIVA
ACTIVA
INACTIVA
INACTIVA
-
HIJO(S)
HIJO(S)
HIJO(S)
HIJO(S)
ACTIVO(S)
INACTIVO(S)
ACTIVO(S)
INACTIVO(S)
CUADRO B.2
HOGAR TIPO III : CARACTERISTICAS ADICIONALES
-----------------------------------------------------|
| JEFA TRABAJA
| JEFA NO TRABAJA |
|
| 1989 | 1992 | 1989 | 1992 |
-----------------------------------------------------|
E
| 53.1% | 44.6% | 50.0% | 57.1% |
-----------------------------------------------------|
F
| 46.9% | 55.4% | 50.0% | 42.9% |
-----------------------------------------------------|
| 100.0% | 100.0% | 100.0% | 100.0% |
----------------------------------------------------FUENTE : ELABORACION PROPIA EN BASE A LAS ENCUESTAS
DE HOGARES DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y
PROMOCION SOCIAL.
E : HIJOS(S) ACTIVO(S)
234
F : HIJOS(S) NO ACTIVO(S)
FLEXIBILIZACION Y RECONVERSION PRODUCTIVA EN EL SECTOR
INDUSTRIAL: LABORATORIOS, CONFECCIONES, ALIMENTOS.
PATRICIA SANDOVAL JIMENEZ
CARMEN VALLADOLID GAMARRA
********************
I.
INTRODUCCION
El presente documento aborda la problemática de algunos
sectores industriales en el marco de la implementación del programa
neoliberal desarrollado por el Gobierno de Fujimori a inicio de la
década del 90.
La información que presentamos es producto del seguimiento a
un grupo de empresas, cuyos trabajadores/as mantenían contacto
institucional a través de las actividades desarrolladas por las
ONGs Aurora Vivar (109) y Flora Tristán.
En tal sentido, la información contenida en este documento se
refiere a empresas establecidas en Lima Metropolitana, las mismas
que por sus características incorporaban mayoritariamente a
mujeres.
109
En el caso de Aurora Vivar, las actividades con las organizaciones
sindicales de base aún se mantienen.
235
En este ensayo comentaremos los procesos que se observaron
durante la implementación del actual modelo económico. Las
situaciones explicitadas en éste corresponden a diversas empresas
del sector de alimentos, laboratorios y confecciones de los que se
tuvo información durante los años 90 - 94.
De esta manera, se trata de evidenciar a través de los hechos
concretos los efectos de la flexibilización laboral, así como las
consecuencias de la reconversión industrial para la situación de
empleo y condiciones laborales de los hombres y mujeres
trabajadoras de los mencionados sectores.
II.
LOS
PROCESOS
DE
FLEXIBILIZACION
RECONVERSION INDUSTRIAL
LABORAL
Y
El programa económico de corte neoliberal que se viene
implementando en nuestro país es uno de los más drásticos que se
han aplicado en América Latina. Los niveles de empleo e ingresos
son los más bajos alcanzados en las últimas décadas, asimismo, la
pérdida de puestos de trabajo formales ha sido cada vez más notable
(110), y la expansión permanente del empleo informal nos acusa un
creciente subempleo o un desempleo masivo (111).
Para implementar este programa económico se requirió de la
flexibilización de las relaciones de trabajo, (112) como un
instrumento central para facilitar los procesos de renovación
tecnológica y descentralización productiva.
De esta forma, por las implicancias que tuvo el programa
económico
particularmente
en
el
sector
industrial
la
110
En 1989 el total de PEA desempleada alcanzó el 7.9%, mientras que para
1993, ésta subió a 10.0%. De otro lado, la PEA adecuadamente empleada en
el 89 fue de 18.6%, y para el 93 sólo llegó a 12.7%. "En que trabajan
las Mujeres", Compendio Estadístico 80-93. Gárate, Werner- Ferrer Rosa
Ana. ADEC-ATC, Lima, 94.
111
El subempleo en 1989 alcanzó el 73.5% y en 1993 llegó a 77.3%. Idem, op.
cit.
112
La flexibilización laboral elimina los vínculos legales denominados
rígidos -entre trabajadores/as y empleadores/as- y reduce el rol
protector del Estado respecto a los trabajadores/as.
236
flexibilización se convertiría en pieza importante para iniciar el
proceso de reconversión en dicho sector.
Este proceso en la industria, se origina ante un cambio
abrupto de orientación de la economía hacia el mercado exterior, ya
que luego de estar postergado por muchos años bajo un modelo de
sustitución de importaciones, hoy busca mantenerse en un mercado
plenamente competitivo inmerso a su vez dentro de lo que se conoce
como la globalización de la economía.
En dicho proceso algunas empresas buscaron la especialización
a través de la combinación de inversiones para mejorar
infraestructura, la renovación tecnológica también fue una opción
en algunas de ellas, incluso el cambio de mentalidad en la gestión
y administración empresarial. Otras, se iniciaron en políticas
agresivas de reducción de costos y reorientación de mercados (113
Suplemento del periódico Gestión 14.10.93114).
Todo este proceso de reconversión industrial significó a fines
del 93, una pérdida de más de 200 mil puestos de trabajo en este
sector (115), que aunado a la reducción del sector público -365 mil
retirados- nos muestran una fuerte expulsión de mano de obra del
sector formal de la economía, acentuándose la terciarización de la
misma.
La implementación de la flexibilización ocasionó la
proliferación de modalidades atípicas de empleo que precarizaron y
afectaron todo el sistema de estabilidad laboral mantenido hasta
entonces.
En el marco jurídico laboral anterior, el Estado garantizaba
algo de protección (116). En el marco del
programa económico
actual, las leyes de oferta y demanda superponen los niveles de
113
Según datos de la encuesta realizada por el Banco Central de Reserva a
80 empresarios industriales (julio-agosto del 1993) acerca de las
estrategias para reducir costos
, se encontró que la reducción de costos, vía reducción de
personal, representaba la segunda estrategia para las empresas
industriales.
115
Entrevista a Ricardo Márquez, Presidente de la SNI, "Reactivación sin
Dirección", Coyuntura Laboral No. 90, Julio 94, DESCO.
116
Una remuneración mínima, incrementos de remuneración para los y las
trabajadores/ras sin negociación colectiva y en la propia negociación
colectiva el Estado actuaba como un árbitro final obligatorio.
237
remuneración al factor trabajo sobre otros aspectos como
condiciones y calidad de empleo. En estos aspectos, el Estado ya no
interviene.
En este contexto se inscribió la Ley de Fomento al Empleo
(D.L.728) (117), en la que se estableció las vías para ocupar o
desemplear a las/los trabajadores, por un lado, mediante nuevas y
variadas modalidades de contratación directa, y por otro, con la
ampliación de modalidades del cese colectivo por causas objetivas.
Y la ley de Relaciones Colectivas de Trabajo (D.L.25593) más
referida a la negociación colectiva, organización sindical y
derecho de huelga, en la que se observan sustantivas modificaciones
con respecto al tratamiento anterior sobre dichos temas, pero que
igualmente impactan en las condiciones laborales de hombres y
mujeres trabajadoras.
En las reglas de juego establecidas tanto por el proceso de
flexibilización laboral como por el proceso de reconversión
industrial, se desarrollan un conjunto de situaciones diferenciadas
para hombres y mujeres, que acusan el significado que toman estos
procesos según el género al que se pertenezca.
III. El EMPLEO Y LAS TRABAJADORAS
CONFECCIONES Y ALIMENTOS
DE
LABORATORIOS,
Situación del empleo en Confecciones
En el sector de confecciones, desde antes del 90 se venía
produciendo diversos malestares a nivel laboral, muchos de ellos
referidos a la modalidad más común utilizada en el pago de
salarios: el destajo, cuyas bases tarifarias eran irrisorias y su
aplicación dudosa para muchos trabajadores por la falta de
transparencia en los procedimientos.
117
Esta ley estableció además, otras disposiciones como, el considerar
despido nulo en razón del sexo o, por razones de embarazo de la
trabajadora.
También lo relativo al "asedio sexual en el trabajo".
Asimismo, la consideración de actos de hostilidad a situaciones de
discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o idioma. Y
la cancelación de la Bonificación por tiempo de servicios al cumplir 25
años de servicio para un mismo empleador.
238
Asimismo, antes del 90, se observó que algunas empresas
empezaron a reducir su personal para utilizar servicios de talleres
o para armar sus propios talleres, como fueron los casos de Mister
y Consul por ejemplo.
En este marco, se vislumbraba una tendencia a buscar formas
para reducir costos vía mano de obra, a pesar de ser confecciones
un sector de alto valor agregado, además de contar con maquinaria
obsoleta y problemas financieros.
El cambio de modelo económico agudiza esta situación, de tal
forma que muchas empresas del sector buscaron reducir sus unidades
de producción.
En esta lógica se llevó a cabo la segmentación o
informalización del proceso productivo, como respuesta a los
apremios en que se vieron las empresas por la abrupta apertura del
mercado, trasladando secciones de producción a talleres, que ya
desde antes de 1990 venían operando en diversas modalidades
(talleres familiares, trabajo a domicilio, microempresas, etc), y
que se multiplicaron a partir de la aplicación de las medidas de
flexibilización laboral.
De esta manera muchas empresas empezaron a operar cuando los
servicios
del
sector
informal,
bajo
la
modalidad
de
"subcontratación", es decir reemplazando fases de la producción a
través de la contratación de servicios de talleres. En el mejor de
los casos éstos se constituyeron en microempresas, pero también se
dieron situaciones en que las unidades de producción sólo
alcanzaron el nivel de pequeños talleres familiares y trabajo a
domicilio, lo que significó incorporar en su dinámica a
trabajadoras/es familiares no remuneradas/os.
Por otra parte, algunas empresas al reducir su personal
realizaron la liquidación a sus trabajadores/as pagándoles con su
propia maquinaria, bajo el ofrecimiento de comprar la producción
que confeccionaran con éstas.
En breve, el empleo que se viene generando en este sector ha
disminuido en calidad, ya que comúnmente la mano de obra es
empleada en condiciones adversas, baja remuneración y sin ninguna
posibilidad de organización, ni negociación. Asimismo, puede
afirmarse que las condiciones de trabajo en confecciones han
retrocedido y van siendo similares a las enfrentadas en los años 30
y 40.
La situación en Laboratorios
239
En el caso de sector de laboratorios, las empresas que
aprovecharon el uso del dólar MUC hasta mediados del 90, tuvieron
un buen colchón a la hora de la aplicación de políticas de schok en
agosto de ese año. Asumimos en este análisis que ello permitió
afrontar los costos que implicó el cambio de modelo económico.
Sin embargo, el malestar laboral no se dejó esperar,
produciéndose para fines del 90, diversos cierres temporales,
vacaciones forzadas por secciones, incumplimiento de convenios
colectivos, entre otros.
En este sector la flexibilización laboral como la reconversión
industrial acarrearon diversos cambios. Se identifican además otros
aspectos que incidieron en el comportamiento laboral de este
sector, entre estos se resaltan los gastos por servicios de
seguridad realizados por las empresas de laboratorios, en virtud
del contexto de violencia que enfrentó
240
el país desde la década pasada.
A nivel de la reconversión industrial se observó una
disminución en la demanda de los productos elaborados, como
consecuencia de la apertura del mercado, incluso por causas de
contrabando; lo que incidió básicamente en sus altos niveles de
rentabilidad, más no en las posibilidades de continuar
produciendo.
En este sentido, algunas empresas optaron por convertirse en
importadoras y/o comercializadoras, cerrando su planta de
producción; caso que se observa principalmente en las empresas
con capital de origen extranjero (118). En otros casos se derivó
la producción a planta de otras fábricas bajo la modalidad de
servicios de terceros. Es decir, se desarrolló en determinados
laboratorios, una nueva centralización de la producción.
Otras empresas en busca de elevar su nivel de productividad
apostaron a la reorganización del trabajo, o a la renovación
tecnológica. Sin embargo en muchos casos, esto se tradujo en la
intensificación de las labores y en la reducción de personal,
como fue el caso de Johnson y Johnson.
Particularmente en este contexto las mujeres obreras se
enfrentaron a la hostilización y presión permanente para lograr
su renuncia, muchas de ellas por tener más de 20 años de tiempo
de servicios.
En resumen hasta 1992, básicamente se buscó reducir el
personal estable como una forma de enfrentar los retos del
mercado, mecanismo que se acentuó para 1993 y que aún continúa en
este sector.
Dentro de ello, una de las modalidades que se ha vuelto
recurrente en laboratorios, es la del cese colectivo. Se aduce
para este caso, las causas de funcionamiento y las causas
estructurales o análogas, estipuladas en el D.L. 728.
Puede observarse claramente esta situación en las
estadísticas sobre empresas del sector que aún mantienen
negociación colectiva.
Así encontramos que en 1991, 32
laboratorios tenían negociación de pliego de reclamos, mientras
que para el año 1994, esta cifra se redujo a 14. (119)
En breve, puede afirmarse que el sector de laboratorios aún
118
El 60% de empresas de laboratorios de productos farmacéuticos en el
Perú son extranjeras. Según el International Medicine Survey de 1993.
119
"Negociación Colectiva de Laboratorios Farmacéuticos a Setiembre
1994", Carmen Valladolid - Asociación Aurora Vivar en Coyuntura
Laboral Nº , Octubre de 1994. DESCO
241
continúa su proceso de reestructuración de la producción.
El Empleo en Alimentos
El sector de alimentos en promedio se vio medianamente
afectado con la situación de crisis y luego de recesión.
La apertura libre y sin restricciones a las importaciones
provocó que el sector se enfrentara a una alta competitividad, lo
que se traduce aún a la fecha, en una medición de fuerzas.
Muchas empresas lograron mantenerse en el mercado a través
de diversas estrategias, por ejemplo Field, (hoy F y R.) que
atravesaba por fuertes problemas financieros, fue comprada por la
Nabisco.CO. dándose un ingreso de inversión extranjera primero y
un fusionamiento luego con la Fleishman, empresa que también fue
comprada por dicha empresa transnacional.
En todo caso, algunas empresas de las sub-ramas de dulces y
golosinas,
orientadas
principalmente
al
mercado
interno
sobrellevaron la coyuntura básicamente debido a un esfuerzo por
mantener la calidad del producto y a una tenaz campaña de ventas,
logrando mantener sus productos en el mercado. Este contexto
significó para las(os) trabajadoras(es) límites sustantivos en su
negociación y la consecuente caída de sus salarios.
Pese a que la tendencia observada fue a la reactivación de
empresas, sin embargo esta situación no fue homogénea para todo
la rama, algunas industrias de la conserva de pescado, por
ejemplo, enfrentaron de manera más dura la coyuntura.
Al respecto, cabe recordar la existencia de una marcada
diferencia entre la política laboral implementada en la industria
de Conservas de Pescado considerada una industria de temporada, y
las demás fábricas que pertenecen al sector de alimentos. (120)
En este sentido, el empleo desarrollado en este sub-sector
de alimentos se caracterizó desde siempre, por ser eventual y
precario. Por el contrario, en las otras sub-ramas de alimentos,
la estabilidad y la posibilidad de negociar mejores salarios y
condiciones de trabajo fue lo preponderante.
Así también, a nivel productivo el sub-sector de conservas
de pescado desde comienzos de la década del 90 presentó una grave
crisis debido a la falta de insumos, poca inversión, y
dificultades para recolocar su producción en el mercado exterior,
120
El Sub-sector de conservas de pescado emplea mayoritariamente fuerza
de trabajo femenina en virtud al proceso de trabajo artesanal que
desarrolla; intensivo en mano de obra barata y técnicamente
descalificada.
242
entre otros.
De otro lado, debido a la incorporación de tecnología
moderna, en el marco de los procesos de flexibilización y
reconversión productiva, en algunos sectores de alimentos como el
de elaboración de dulces y golosinas, y también el de
procesamiento de alimentos, algunas empresas iniciaron un doble
proceso de sustitución de mano de obra: femenina por masculina, y
estable por eventual.
En este marco, la tendencia de oferta de trabajo se orientó
fundamentalmente para hombres jóvenes y técnicamente calificados,
provenientes de institutos tecnológicos superiores.
"En la empresa están recibiendo sólo hombres, la mayoría
son jóvenes que han estudiado en el SENATI. Ahora los
trabajadores nuevos tiene que venir entrenados, antes uno
con la experiencia aprendía" (Dirigenta de alimentos).
En este sentido, aunque no puede afirmarse categóricamente
que las mujeres hayan desaparecido del sector alimentos, sí se
puede afirmar que su presencia ha disminuido significativamente
en los últimos diez años.
En algunas empresas de golosinas y dulces específicamente,
hay cada vez menos mujeres en proporción a la totalidad de los
trabajadores de la empresa.
"Antes en Field éramos 150 mujeres y los varones llegaban a
350,
todos
trabajadores
estables.
Ahora
hay
300
trabajadores eventuales y todos son hombres; estables sólo
quedamos 150 varones y 80 mujeres, la mayoría de nosotras
estamos en capilla, por ser antiguas". (Dirigenta de
alimentos)
Se ha observado así que la mano de obra se mantiene
mayoritariamente en el rubro de conservas de pescado, pero tanto
en el grupo de elaboración de dulces y golosinas, como en el de
procesamiento de alimentos se advierte un acelerado proceso de
masculinización en la oferta de empleo, como es el caso de Field,
D'onofrio, Ajinomoto, Sidsur, y Nestlé, por ejemplo.
III. CONSECUENCIAS DE LOS PROCESOS DE RECONVERSION
PRODUCTIVA Y FLEXIBILIZACION LABORAL
A. Sobre la Incorporación y la Salida de Mano de Obra
Se observa una clara sustitución de mano de obra estable por
243
eventual, y en algunos casos como en alimentos, además una suerte
de sustitución de mano de obra femenina por masculina.
En este sentido, puede afirmarse que en las tres ramas hay
una disminución significativa de personal estable, debido a la
generación de modalidades diversas de contratación de personal.
Ello ha ocasionado que tanto hombres como mujeres enfrenten esta
situación.
De esta manera en la mayoría de las empresas, concordante
con la flexibilización laboral, se ha logrado reducir el número
de personal estable y generalmente organizado. Con ello, a decir
de los propios empresarios "la empresa se deshace de la carga
pesada que significa una planilla con beneficios sociales altos".
Los procesos socio-económicos desarrollados en los últimos
años en nuestro país, han modificado el panorama del empleo. En
este sentido el cambio más significativo observado es
indudablemente la tendencia a la eliminación de la estabilidad
laboral absoluta como condición de empleo, así como la
posibilidad de negociar colectiva y organizadamente las
condiciones en que se realiza el trabajo.
Frente a ello emerge avasalladoramente la eventualidad y la
tendencia a las bajas remuneraciones. En este contexto las/los
trabajadores se encuentran en menor capacidad de responder en
forma organizada y colectiva, es decir de encontrar un espacio y
reconocimiento como interlocutores válidos frente a las
condiciones establecidas por el empleador.
En este sentido, si bien la eventualidad conlleva
situaciones de precariedad para hombres y mujeres, en el caso
específico de las trabajadoras la eventualidad acarrea riesgos
que transcienden la integridad física-mental de las personas, ya
que incluso puede afectar la capacidad reproductora femenina.
Estos riesgos que resultaban difíciles de enfrentar y
superar por las trabajadoras estables, en el caso de las
trabajadoras eventuales será prácticamente imposible.
Al respecto, algunos casos en laboratorios son ilustrativos.
En algunas secciones de este sector, el grado de destreza
desarrollado por las mujeres las ubica en determinadas tareas
como por ejemplo el llenado de ampollas o trabajo con
antibióticos. Estas actividades se realizan en áreas expuestas a
sustancias tóxicas, como la formalina, utilizada para desinfectar
el ambiente. Muchos fueron los casos en que la empresa al no
tomar las precauciones necesarias, expuso a las trabajadoras a
situaciones de aborto, poniendo en riesgo inclusive su
fecundidad.
Otra
modalidad
de
salida
e
ingreso
laboral
de
244
trabajadores/as se ha llevado a cabo cuando las empresas han
optado por un desplazamiento de la producción fuera de su planta,
ocasionando la sub-contratación de empresas en el caso de
laboratorios, y de talleres en el caso de confecciones. Sin
embargo el empleo que generan estas modalidades de producción son
diferentes en un caso y otro.
En el caso de los laboratorios que dan el servicio de
producción a terceros, éstas empresas suelen contratar personal
eventual vía cooperativa o service.
En el sector de confecciones mientras tanto, los talleres
contratan mano de obra eventual sin ninguna formalidad de por
medio generando trabajadoras/es eventuales clandestinos por un
lado y trabajadores familiares no remunerados por otro.
La modalidad de la contratación por intermedio de
cooperativas se observa también en el caso del sector alimentos.
De cualquier modo, para el caso específico de las mujeres la
posibilidad de establecer "trabajos temporales" es una constante.
El problema con estas modalidades, por cierto, es que por lo
regular traen consigo beneficios menores que los reconocidos a la
generalidad de trabajadores/as.
Finalmente puede afirmarse que entre 1992 y 1993, en los
tres sectores se intensificó la salida de las/los trabajadores a
través de: la implementación de los Ceses colectivos por causas
objetivas (estipulado en el D.L. 728); el ofrecimiento de
incentivos, la liquidación de personal por tiempos de servicio, Y
LA APLICACIÓN DE MECANISMOS DE HOSTILIZACIÓN.
Otra forma de flexibilización es la que propicio el cambio
de la condición de empleo. Es conocido que en muchas empresas
con personal permanente, éste pasó a formar parte de una
cooperativa desempeñando las mismas labores en la empresa que
cuando eran trabajadores estables (121).
Tenemos así por ejemplo casos como el de la fábrica de
confecciones Modelador S.A., en el que bajo amenazas de despido
se indujo a las trabajadoras para que renuncien con la condición
de ser reincorporadas a través de una cooperativa de
trabajadores. Muchas aceptaron esta situación pero no todas
fueron reingresadas, ni aún en esas condiciones.
Esto nos estaría indicando que trabajadores/as con
"estabilidad" perdieron esta condición por su cambio a otra
modalidad de empleo, como una forma de mantener su puesto de
trabajo, con el costo que ello implica.
121
Al respecto, se tiene información de la empresa de Laboratorios
Trifarma y la empresa textil Nuevo Mundo y la empresa Textil Nylon.
245
Así también el caso del cese colectivo por causas de
funcionamiento, invocado por Laboratorios Roche ante el
Ministerio de Industria, en el que se señala entre otros
argumentos, "el alto costo de la mano de obra por tener sueldos
elevados y otros beneficios colaterales que no compensan la
producción generada, tomando en cuenta la baja productividad
registrada". Asimismo, "el ausentismo en la empresa por motivos
de índole sindical, familiar, de salud, faltas injustificadas,
descansos por maternidad y otros que repercuten en la
productividad de la empresa" (122).
Otro caso de cese colectivo es el de laboratorio Cirugía
Peruana. En esta empresa se fundamentó la reducción de personal,
como una vía para lograr "un alto nivel de eficiencia y
productividad que le permita enfrentar con éxito la competencia,
decidiendo para ello adecuar una nueva estructura organizativa"
(123).
En este contexto, las trabajadoras estables señalaron: "nos
marginan en el trabajo porque prefieren a trabajadoras nuevas
para enseñarles otras formas de trabajo, como si nosotras no
pudiéramos aprender".
Los ejemplos que ilustran los casos en los que las empresas
ofertaron
atractivos
incentivos
para
convencer
a
las
trabajadoras a que renuncien masivamente fueron los de
laboratorios Schering Alemana y Corporación Pfizer, ambos de
capital transnacional. En estas empresas, los incentivos fueron
en dólares y en cantidades que iban de los 12 mil hasta los
cuarenta mil dólares, según el tiempo de servicio y condición de
cada trabajadora a la que se le ofertaba. La diferencia entre
ambas casos fue que en el primero la negociación fue individual,
mientras que en Pfizer el sindicato negoció con la empresa la
salida de las trabajadoras sindicalizadas. Hoy para el caso de
ambas empresas los medicamentos ya no se elaboran en el país,
sino que los importan.
122
Cese Colectivo, Facultad del Empleador?, Carmen Valladolid, Asoc.
Aurora Vivar, en la Revista Coyuntura Laboral N 92, Setiembre 1994,
DESCO.
123
Ibíd.
246
Los mecanismos esbozados líneas arriba, han ocasionando que
se reduzca personal estable y organizado, y que se genere una
mayor presencia de mano de obra eventual sujeta a condiciones de
empleo precarias. Ello viene afectando la calidad de vida y nivel
de empleo de los que salen y de los que ingresan a trabajar, así
como la capacidad de organización de los/as trabajadoras que se
mantienen en cada sector.
Adicionalmente a esta situación, en algunos empresas de
alimentos se ha observado una preocupante disminución de fuerza
de trabajo femenina, la cual ya no es considerada para trabajar
en la empresa, ni siquiera como personal eventual.
"En Field se logró que aceptaran a dos chicas que eran
hijas de trabajadores/as de la empresa. Según nuestro
pacto tenían la preferencia para trabajar en la
fábrica. Pero hace un año que no las han vuelto a
contratar, porque según dicen no van a volver a
ingresar mujeres a Field." (Trabajadora de alimentos).
Resultaría
interesante
averiguar
si
esta
situación
constituye un caso aislado o una tendencia que pueda
desarrollarse en otras empresas del sub sector de golosinas y
dulces. Por el momento sin embargo, se tiene conocimiento que en
empresas similares como D'onofrio y Motta todavía trabajan
mujeres,
aunque
en
situación
de
eventuales.
Incluso
ocasionalmente estas empresas requieren de personal femenino para
la elaboración de algunos productos como el panettone; en este
caso especifico, las mujeres son tomadas temporalmente, para
trabajar sólo mientras dura la campaña de producción.
"Las mujeres que trabajan en D'onofrio son jóvenes y
todas son eventuales, tienen seis meses, tres meses
trabajando. Algunas hasta un año." (Trabajadoras de
alimentos)
Sin embargo, la poca preferencia por contratar mano de obra
femenina también se ha observado en otra empresa. En este caso en
Nestlé-Perulac, transnacional en la que se elaboran y procesan
diversos productos de marca. Hace algunos años la presencia de
las mujeres en esta empresa era significativa, actualmente su
número se ha reducido. En la planta de Chiclayo, la mano de obra
femenina se ha reducido a cero, y en la planta de Lima la
presencia de mujeres trabajando en producción es mínimo en
relación a unos años atrás.
"Antes en la Planta Nestlé-Perulac las mujeres éramos
bastantes, pero ahora no quieren contratar, hombres no
más reciben." (Trabajadora de alimentos).
Indagando un poco las causas sobre la no preferencia por la
fuerza de trabajo femenina, pareciera ser que los cambios
247
implementados en algunas empresas ha acarreado una suerte de
masculinización de la mano de obra.
Así pues se conoce que este proceso se dio principalmente en
aquellos puestos donde las mujeres se ubicaban trabajando con la
máquina (124).
"En Perulac-Nestlé
ya no contratan mujeres, han
traído más máquinas y lo que antes hacían mujeres
ahora lo hace los trabajadores con la máquina. Por
ejemplo, el deshuesado de carnes para los cubitos,
antes se hacía a mano, después lo hacían hombres o
mujeres, pero ahora sólo hombres manejan la máquina
porque somos bien pocas las mujeres, sólo quedamos
seis." (Trabajadora de alimentos).
"En Field las mujeres que aún continúan trabajando en
la empresa son las que ingresaron hace tiempo. Los
puestos de trabajo desempeñados anteriormente por
mujeres, como envolturas o arreglo de paquetes, son
realizados
ahora
por
trabajadores
varones,
generalmente eventuales. En la máquina, siempre al
lado de una trabajadora o trabajador estable, hay un
eventual." (Dirigente de alimentos)
Asumimos que las razones que están a la base de la
preferencia para la contratación de mano de obra masculina son
las que siempre se han argumentado: las mujeres son mano de obra
costosa, trabajan menos horas, no levantan pesos, salen con
permiso pre y pos natal, gozan de la hora de lactancia, requieren
de sala cuna.
Sin embargo, falta aún profundizar si existe o no alguna
vinculación entre la innovación tecnológica y los cambios de
sistemas de trabajo presentes en todo proceso de reconversión
industrial, con la decisión de las empresas para no incorporar
mujeres. De ser cierta esta hipótesis, los nuevos argumentos que
limitarían la permanencia e ingreso laboral de la mujer, estarían
asociados a los procesos de reestructuración productiva.
124
Esto viene sucediendo en Nestlé-Perulac, Ajinomoto, Field y algunas
más.
248
Por otro lado, no se puede descartar la influencia del
factor subjetivo en este proceso. En este sentido, la no
preferencia por contratar mujeres se sustentaría además en la
ideología de la jerarquía empresarial.
"Le he preguntado al Ingeniero por que no se contratan
mujeres y me dice por que traen muchos problemas, los
hombres se enamoran de las mujeres, las mujeres de los
hombres, después las engañan, se destruyen hogares, es
muy problemático." (Trabajadora de alimentos).
"En la empresa dejaron de contratar mujeres desde que
vino ese gerente de Lima que nos odiaba y hostilizaba,
nos hacía la vida imposible, hasta los dirigentes no
se explicaban por que era así." (Trabajadora de
alimentos)
B. Condiciones Actuales en las que las Mujeres Trabajadoras se
Mantienen en los Sectores de Alimentos, Confecciones y
Laboratorios
En el actual panorama socioeconómico, la mano de obra
femenina se mantiene muy precariamente en el sector industrial,
en la medida que la modalidad de empleo va a pautar las
condiciones de trabajo que regirán para la trabajadora.
La modalidad de contratación más usual tanto para hombres
como para mujeres es la eventual, por la cual la persona se
subordina a un empleador por un período determinado. En el caso
de las mujeres esto afecta no sólo el derecho de la estabilidad
laboral y los beneficios sociales a los que se tiene derecho bajo
esta condición, como las situaciones previstas por la seguridad
social, por ejemplo.
Al respecto en las actuales circunstancias en el que no se
genera empleo adecuado, adicionalmente se atenta de manera
directa sobre los derechos de maternidad de la trabajadora.
En este sentido los derechos históricamente adquiridos
referidos principalmente a la maternidad no vienen ejerciéndose y
por el contrario se están perdiendo por su no aplicabilidad.
Esto sucede en la medida que bajo la modalidad de
eventuales, las mujeres que ingresan a trabajar en las empresas
lo hacen en calidad de contratadas por un período determinado. En
la mayoría de las veces las mujeres son contratadas por un
período de hasta seis meses y muy raras veces un año.
"En la empresa habían mujeres contratadas por más de
249
un año, pero cuando una de ellas salió embarazada se
le acabo el contrato; luego contrataban sólo por
meses, así cuando salió otra compañera en estado
perdió el trabajo. Así entre nosotras nos bromeamos,
cuidado con embarazarte por que te quedas sin chamba"
(Dirigenta de laboratorios).
Esta situación ocasiona en la práctica, que la capacidad de
procreación de las mujeres se someta a condicionamientos que la
obligan a no salir embarazada bajo la amenaza de que la empresa
no la contrate, o lo que es lo mismo que pierda su puesto de
trabajo.
En efecto, si una trabajadora eventual resulta embarazada,
la empresa simplemente no la incorpora para el trabajo del
siguiente período, pues el hacerlo le acarrearía costos por el
pago del pre y pos natal, así como los costos derivados de la
lactancia.
Con la flexibilización laboral tanto la empresa como el
Estado se eximen actualmente de estos gastos sociales necesarios,
dejando la maternidad como una responsabilidad absoluta, en el
mejor de los casos, de la familia, pero siempre de la mujer.
Es por ello que, en las empresas donde aún se incorporan las
mujeres, generalmente se limita el ingreso de mujeres casadas o
con niños. Esto ocasiona que el grupo de mujeres con
responsabilidades familiares enfrente en la práctica una mayor
dificultad para emplearse. Esta situación ocasiona incluso el
desaliento de las trabajadoras para continuar buscando trabajo
dentro del sector formal.
C. Las Organizaciones
Toda la situación que generó el proceso de reconversión
industrial y de flexibilización laboral, trajo consigo la pérdida
de una generación de mujeres líderes que se forjaron en el
contexto de los años 80.
En este sentido, las mujeres que en la década anterior
iniciaron un proceso de humanización del espacio sindical se
vieron de repente empujadas a salir del mundo del trabajo
La emergencia de estos liderazgos femeninos aportó una
perspectiva diferente, pues ellas fueron incorporando en alguna
medida aspectos de su vida cotidiana: conjugando su rol
reproductivo con el productivo, así como combinando situaciones
en las que se cruzaban tanto su espacio privado (hogar, pareja),
como el público (el trabajo).
250
En la actualidad la tendencia en algunos sectores, como por
ejemplo, laboratorios y confecciones, es a ser empresas pequeñas
a nivel de número de trabajadores, y a homogenizar la
eventualidad, lo que en la práctica ha significado hasta ahora,
no dar cabida a la organización de los/las trabajadoras.
Tal como se vislumbra el panorama actual, se ha generado un
retroceso para las mujeres que ganaron un espacio al interior de
sus organizaciones sindicales.
En el caso de las mujeres dirigentas que fueron quedando,
éstas tuvieron que pagar un costo muy alto, mucho más que el que
pagaron todos los trabajadores en general por mantenerse en los
espacios ganados, pues el nuevo contexto demandó una labor más
ardua como líderes al frente de sus organizaciones, mayor de la
que tuvieron que desarrollar como mujeres al frente de sus
hogares en un contexto de crisis económica.
Esta situación difícilmente entendida por sus familias y
compañeros de base, trajo consigo, separaciones de pareja,
problemas con los hijos, enfrentamientos familiares. Sin embargo
muchas se mantuvieron y se mantienen todavía, consecuentes con
sus compromisos de líderes-dirigentas, con sus organizaciones.
Cabe anotar que muchos de estos compromisos tuvieron que
enfrentarse solitariamente aún dentro de sus bases:
"El sindicato está mermado por el retiro de los
trabajadores y las leyes del gobierno. Pero los que se
quedan no asisten a las asambleas, no se preocupan ni
se preparan. No se comprende tampoco el trabajo del
dirigente, su dedicación". (Dirigente de alimentos).
"Los compañeros dirigentes no ven como un problema que
desaparezcan las mujeres trabajadoras de la empresa y
que se las reemplace por trabajadores eventuales
varones". (Dirigente de Alimentos)
251
IV.
COMENTARIOS FINALES
La situación de desigualdad entre hombres y mujeres en el
mercado de trabajo es anterior a la implementación de la
flexibilización laboral y al proceso de reconversión industrial;
sin embargo, el impacto de estos procesos siguió el cauce de esta
desigualdad, conllevando a que las mujeres empeorasen aún más su
situación laboral, además de acercar a los hombres a la
precariedad en la que ya se encontraban las mujeres.
Cabe mencionar que la crisis institucional, que aún se
mantiene en nuestro medio, constituye un factor que limita en
parte los avances que se puedan conquistar en pos de generar
igualdad de condiciones para mujeres y hombres en el mercado de
trabajo.
"El hecho de que la legalidad formal no funcione, lo
haga
parcialmente
o
esté
destruida
es
otra
manifestación
de
la
crisis
institucional.
La
ineficacia de los marcos legales hace que la gente no
crea
en
ellos
y
busque
otros
canales
para
institucionalizar sus interacciones" (125).
Otro factor que también es necesario que se reflexione es el
referido a la actitud de los empresarios. Al respecto cabría
preguntar a este grupo de agentes económicos, cómo se pueden
establecer nuevas formas de relaciones laborales con grupos de
trabajadores inestables y rotativos laboralmente, sin capacidad
de organización para armonizar propuestas conjuntas que ayuden a
afrontar los retos de la competitividad. Y por otro lado, bajo
qué
argumentos
técnicos
puede
seguir
soslayándose
la
participación productiva de la mano de obra femenina para no
considerarla como parte de los recursos humanos a ser
revalorados, dentro de los procesos de reestructuración
industrial.
Al respecto pensamos que los procesos de reconversión
industrial y de renovación tecnológica que conlleven una
perspectiva de desarrollo integral y sostenible, deben ampliar
la incorporación de la mano de obra femenina a otros sectores de
la economía de modo de romper la segregación laboral en el
mercado de trabajo, asimismo cuestionar la asignación de tareas
125
"Buen Gobierno y Desarrollo en el Perú: Hacia una Agenda para la
gobernabilidad Democrática", Foro Nacional e Internacional Agenda:
Perú, Octubre 1994.
252
femeninas y masculinas en base a estereotipos.
En tal sentido, urge reconsiderar y desarrollar las
potencialidades de hombres y mujeres en general, como parte del
capital humano con que cuenta una sociedad.
Recorriendo este camino, las mujeres de diversos sectores de
las organizaciones populares de mujeres, las trabajadoras que se
ubican en el sector no estructurado, las organizaciones laborales
de base, mujeres del mundo político, profesional y académico,
seguimos buscando propuestas para superar las consecuencias de
los procesos antes mencionados, así como para promover la
elaboración de alternativas que propicien la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres.
253
BIBLIOGRAFIA
-
ASOCIACIÓN AURORA VIVAR
(1990-1994),
Documentos
internos
institucionales sobre la capacitación, asesoría y promoción a
trabajadoras/es de Laboratorios, Confecciones. Lima.
-
CENTRO DE LA MUJER PERUANA FLORA TRISTÁN (1990-1991-1992-1993),
'Informes Anuales'. Lima, Documentos Internos de Trabajo.
-
Entrevista a Ricardo Márquez, Presidente de la SNI (1994),
'Reactivación sin Dirección". En Coyuntura Laboral No. 90.
Lima. DESCO. Julio.
-
FORO NACIONAL E INTERNACIONAL AGENDA: PERÚ (1994), Buen Gobierno y
Desarrollo en el Perú: Hacia una Agenda para la gobernabilidad
Democrática", octubre.
-
GÁRATE, Werner- FERRER, Rosa Ana (1994), En que trabajan las
Mujeres. Compendio Estadístico 1980-1993. Lima, ADEC-ATC.
-
'Memoria I Encuentro Nacional de la Alimentación y Afines'
(1990), Equipo Mujer-Trabajo. Centro de la Mujer Peruana
"Flora Tristán". Lima.
-
'Memoria II Encuentro Nacional de la Alimentación y Afines'
(1991), Equipo Mujer-Trabajo. Centro de la Mujer Peruana
"Flora Tristán". Lima.
SANDOVAL, Jiménez Patricia (Flora Tristán) y VALLADOLID Carmen
(Aurora Vivar) (1994), Impacto del Ajuste en las mujeres que
trabajan. Lima, Mesa de trabajo Mujer y Ajuste-CUSO, Abril,
Mimeo.
-
-
SANDOVAL, Jiménez Patricia (1994), Algunas Reflexiones sobre la
Coyuntura que atraviesa la Problemática de la Mujer, el
Trabajo y el Empleo. Lima, Carpeta Informática Mujer-Trabajo,
Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Marzo.
-
SANDOVAL, Jiménez Patricia (1993), Empleo Femenino e impacto de
la política Neoliberal. Lima, Documento Interno de Trabajo.
Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, Octubre.
-
VALLADOLID Carmen (1994), 'Negociación Colectiva de Laboratorios
Farmacéuticos a Setiembre 1994'. En Coyuntura Laboral Nº 93.
DESCO. Octubre.
254
-
VALLADOLID Carmen (1994), 'Cese Colectivo, Facultad del
Empleador?'. En Revista Coyuntura Laboral N 92. DESCO.
Setiembre.
REFERENCIA DE LOS AUTORES
Víctor E. Tokman
Argentino, Doctor en Economía por la Universidad de Oxford y
Magister Escolatina por la Universidad de Chile. Contador Público
(CPA) por la Universidad del Litoral, Rosario, Argentina.
Subdirector General de la OIT y Director Regional de la OIT para
América Latina y el Caribe, con sede en Lima, Perú. Fue Director
del PREALC (Programa Regional del Empleo para América Latina y el
Caribe) (1991-1993, 1973-1988), y del Departamento de Empleo y
Desarrollo de OIT, Ginebra(1988-1991). Editor del Libro Más allá
de la regulación: El sector informal en América Latina y co-autor
del libro Actores sociales en el nuevo orden laboral, ambos de
reciente aparición. Co-autor del libro Those people out there.
Regulations and informality in Chile, Ecuador and Jamaica, que
será publicado próximamente por Lynne Rienner. Se encuentra en
prensa en México el libro El sector informal: Dos décadas de
análisis, donde se compila artículos de diferentes autores.
Norberto E. García
Argentino, Doctor en Economía por la Universidad de Cambridge (Gran
Bretaña), Magister Escolatina por la Universidad de Chile y
Graduado en la Universidad Nacional de Argentina. Director del
Equipo Técnico Multidisciplinario de OIT para Bolivia, Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela, con sede en Lima. Se ha desempeñado
como Experto en Políticas de Empleo y Salarios del PREALC-OIT,
Director de Investigaciones del Instituto de Economía de la
Universidad de Chile, docente e investigador de diversos centros
universitarios y, ha publicado un conjunto de libros y artículos
sobre mercado de trabajo, reformas estructurales y formación de
precios y salarios. Una de sus últimas publicaciones se intitula
Ajuste, Reformas y Mercado Laboral . Las experiencias de Costa
Rica, Chile y México. OIT, 1994.
Denis Sulmont
Sociólogo, de origen francés y nacionalizado peruano, Doctor en
Sociología por la Escuela de Altos Estudios de París. Se desempeña
255
como Docente e Investigador del Departamento de Sociología de la
Facultad de Ciencias Sociales, y de la Escuela de Pos Grado de la
Universidad Católica del Perú. Socio fundador y ex-presidente de
la Asociación Laboral para el Desarrollo (ADEC-ATC), e investigador
y miembro activo de dicha institución. Ha publicado una serie de
libros y artículos en torno a la sociología del trabajo y a la
historia del movimiento obrero peruano. Una de sus últimas
publicaciones, junto con Adolfo Figueroa y Teófilo Altamirano,
lleva como título: "La Exclusión Social en el Perú", OIT, 1995.
Luis Pacheco
Peruano, Economista y sociólogo. Master en Sociología por la London
School of Economics, de la Universidad de Londres. Estudios de
Maestría en Economía (UNMSM) y en Relaciones Internacionales
(Universidad Católica del Perú). Pos-Grado en planificación y en
desarrollo en Italia y en Japón. Profesor de la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
de la Escuela de Graduados de la Universidad Católica del Perú y de
la Academia Diplomática del Perú. Fue funcionario del Instituto
Nacional de Planificación del Perú, organismo del cual fue SubJefe. Autor de diversos artículos sobre problemas del desarrollo
publicados en revistas especializadas. Está en prensa un artículo
relativo a Factores del auge y Declive de los Enfoques en Ciencias
Sociales, por la Revista de la Unidad de Pos-Grado de la Facultad
de Ciencias Sociales de la UNMSM.
Alison MacEwen Scott
Inglesa, Doctora en Sociología por la Universidad de Essex y M.A.
Honours en Sociología y Antropología Social por la Universidad de
Edinburgh. Docente e investigadora del Departamento de Sociología
de la Universidad de Essex y consultora internacional de diferentes
organismos mundiales para América Latina y Africa. Es autora de
varios libros y artículos en revistas académicas especializadas
sobre temas relativos a la sociología del trabajo, sociología
urbana y la problemática del género, tanto en países desarrollados
como en desarrollo. Es editora de: "Gender Segregation and Social
Change. Men and Women in Changing Labour Markets", Oxford
University Press, 1994 , y de "Gender Segregation in British
Labour Markets", Oxford University Press, 1991.
Werner Gárate
Peruano, economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
y ex-miembro del Equipo de Investigadores de la Asociación Laboral
para el Desarrollo (ADEC-ATC). Actualmente, se desempeña como
256
consultor externo de la OIT, con sede en Lima. Ha publicado una
serie de artículos sobre empleo en diversas revistas peruanas y dos
libros: "El sindicalismo en el Perú" en 1993 y
"En qué trabajan
las mujeres. Compendio Estadístico 1980-1993" en 1994, ambos por
ADEC-ATC.
Rosa Ana Ferrer
Peruana, economista de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y miembro del Equipo de Estadística e Investigación de la
Asociación Laboral para el Desarrollo (ADEC-ATC). Ha publicado una
serie de artículos en la Revista Cuadernos Laborales de ADEC-ATC.
Es co-autora, junto con Werner Gárate, de: "En qué trabajan las
mujeres. Compendio Estadístico 1980-1993". ADEC-ATC, Lima, 1994.
257
Cecilia Garavito
Peruana, Master en Economía por la Pontificia Universidad Católica
del Perú (PUCP). Docente e Investigadora del Departamento de
Economía de la PUCP. Ha publicado varios libros y artículos en
revistas especializadas. Es co-autora de La Mujer en el Mercado de
Trabajo publicado por ADEC-ATC en 1994. Autora del artículo Sobre
el diferencial de salarios por sexo en la Revista ECONOMIA No. 26
de la PUCP. Y próximamente publicará el trabajo Desempleo o
Autoempleo: ¿Decisión Individual o Resultado del Mercado?.
Patricia Sandoval Jiménez
Peruana, Socióloga de la Universidad Católica del Perú e integrante
del Programa Derechos de la Mujer del Centro de la Mujer Peruana
"Flora Tristán". Autora de varios artículos y ponencias en temas
relativos a la capacitación, asesoría y promoción de las mujeres
trabajadoras. Una de sus últimas publicaciones se intitula:
"Algunas reflexiones sobre la Coyuntura que atravieza la
problemática de la mujer, el trabajo y el empleo", en Carpeta
Informática Mujer-Trabajo,
Tristán. Lima, 1994.
Centro
de
la
Mujer
Peruana
Flora
Carmen Valladolid Gamarra
Peruana, Economista de la Asociación Aurora Vivar, realiza
servicios de asesoría laboral y capacitación a trabajadoras y
trabajadores de los sectores de alimentos, confecciones, textil y
laboratorios, en temas relativos a la situación de la industria,
mujer y empleo, negociación colectiva, análisis empresarial,
coyuntura económica, entre otros. Ha publicado varios artículos, y
uno de los últimos "Negociación Colectiva de Laboratorios
Farmacéuticos a Setiembre 1994", en Coyuntura Laboral No 93 DESCO,
octubre de 1994.
258