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Presentación de un dispositivo para la prevención y promoción de la salud sobre VIH/sida Petit Lucrecia, ([email protected]). Fundación Huésped. Vergani Franca, ([email protected]). Fundación Huésped. Aristegui Inés, ([email protected]). Fundación Huésped. Rapañani Liliana, ([email protected]). Fundación Huésped. Martini Carolina, ([email protected]). Fundación Huésped. Area: Proceso de salud, enfermedad y atención: VIH/Sida, drogas, enfermedades crónicas y cuidados paliativos. Introducción En el presente trabajo se pretende mostrar la experiencia en el Servicio de Infectología del Hospital Fernández, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en base al dispositivo implementado para realizar tareas de prevención de infecciones de VIH y promoción de la salud. Al Servicio concurren personas que por derivación o en forma espontánea, deciden y expresan su consentimiento para hacerse la prueba de detección del virus VIH, concurriendo luego para retirar el resultado de la prueba diagnóstica. Los encargados de la tarea de asesoramiento pre y pos-test son voluntarios de la Fundación Huésped, formando un Equipo de Testeo integrado por Psicólogos, Counselors y personas que viven con VIH (PVVS), trabajando a su vez con los/as médicos/as y enfermeros/as del servicio. En las entrevistas se completa una Planilla de consejería para recolección de datos a fines de evaluar la situación y planear acciones de prevención de infecciones y re-infecciones y promoción de la salud. Asimismo, se plantean las dificultades encontradas, los modos de resoluciones y el estado actual del Equipo de Testeo de VIH. Desarrollo Pensar la salud vinculada al VIH/sida Entendemos por “salud” a la situación de relativo bienestar físico, psíquico y social -el máximo posible en cada momento histórico y circunstancias socioculturales determinadas-, considerando que una situación es producto de la interacción permanente y recíprocamente transformadora entre el individuo (como entidad bio-psico-socio-cultural) y ambiente (entidad psicosociocultural bío-físico-química y económico-política). No nos posicionamos desde la enfermedad como opuesta a la salud, sino comprendiendo el continuum existente entre salud-enfermedad. La concepción de lo que es salud y la definición operativa de sus indicadores constituye una tarea permanente a desarrollar, junto con la práctica específica de protección y promoción de la salud. Para el trabajo en prevención y diagnóstico del VIH/Sida son fundamentales dos aspectos, sólo separados para su análisis, pero fusionados en el quehacer. Por un lado, consideramos el proceso salud-enfermedad-atención como un emergente histórico-social de las condiciones de vida y de trabajo de una sociedad dada; por lo tanto es una construcción social, constituida por las representaciones y prácticas sociales en las que se articulan tanto aspectos del orden de lo biológico e individual objetivo, como aspectos del orden económicosocial y político ideológico. Esto nos obliga a complejizar el análisis y a repensar nuestras instituciones, formas de trabajo, maneras de organizar y ejercer las tareas de prevención y asistencia. Por el otro, sabemos que las políticas sociales en general, y en particular las orientadas a la salud, constituyen espacios privilegiados para fortalecer la ciudadanía de los habitantes. El encuentro de los usuarios con el sistema de salud es un momento privilegiado para la construcción de una relación que fortalezca la autonomía de las personas. Ambos aspectos son pasos insoslayables para construir ciudadanos conscientes de sus derechos y de sus responsabilidades en la vida privada y pública. El encuentro entre un profesional o un equipo y quien demanda determinada práctica tiene que enmarcarse en un contexto de derechos y respeto mutuo. Este respeto incluye tanto los tiempos, las decisiones y los conocimientos de usuarios/as o destinatarios/as como las prácticas implicadas. Estas consideraciones generales se vuelven necesarias a la hora de pensar y trabajar en la prevención y atención de la problemática del VIH/sida ya que, dadas sus características específicas, cualquier intento de disminuir la epidemia (prevención de nuevos casos, atención adecuada de las personas ya afectadas) se vuelve una ilusión si no cuenta con la participación voluntaria y activa de todos los/as ciudadanos/as. Las representaciones sobre el VIH/sida se han construido sobre una historia de mitos, discriminación y culpabilización de las personas que viven con el virus. Este estado de cosas, articulado a temas tan íntimos y privados implicados en el núcleo fuerte de deseo-placer (por ejemplo sexualidad y uso de drogas), complejiza el campo de intervención en el tratamiento de esta epidemia. Las primeras campañas masivas de prevención de VIH/Sida recurrieron al miedo e identificaron a la epidemia con ciertos grupos sobre los que ya pesaban el estigma y la discriminación. Esto promovió una sensación de lejanía en quienes no se consideraban parte de esos “grupos de riesgo”. Algunas de las consecuencias inmediatas de este tipo de acciones son la negación de la real vulnerabilidad a adquirir el virus en las relaciones sexuales sin protección y la construcción de otros saberes fantaseados pero más fácilmente soportables. “Si no soy de uno de esos (grupos de riesgo), no soy vulnerable al sida”. Sobre la base de esta concepción se arman modos de acercarse a la sexualidad que obstruyen la posibilidad de adoptar medidas adecuadas de protección. Pero, dado que es a escala individual donde se juega la puesta en práctica o no de aquellos cuidados preventivos para sí y para otros (uso de preservativos o de jeringas descartables, realización del test para conocer el estado serológico, búsqueda de resultados de análisis, protección específica a partir de un resultado negativo y de un resultado positivo, medicación, cambio de vida, etc.), es impostergable concebir nuevos dispositivos que contemplen la singularidad incorporando la prevención y la asistencia en una práctica integral. Las formas más tradicionales de atender la salud tienden a imponer a la población las lógicas y ritmos del sistema de salud. Necesitamos formas de trabajo que logren, respetando la lógica de los servicios, incorporar la de los usuarios. Proponemos la inclusión de una perspectiva que contemple sujetos activos con multiplicidad de miradas y prácticas sobre la propia salud a través de diversas estrategias colectivas y poniendo el eje en la promoción de la salud como posibilidad de ruptura de estas representaciones excluyentes. Es necesaria la contextualización para la reconstrucción de sentidos y prácticas en torno a la prevención, asesoramiento y diagnóstico en VIH/Sida. Para esto consideramos también importante la inclusión de personas de la comunidad y la participación de personas que viven con VIH/sida (PVVS) en todo este proceso. Las epidemias, especialmente la del VIH/Sida, nos han enseñado que la prevención no debe reducirse a campañas masivas, distribución de materiales educativos y transmisión de buena información. Queremos decir con esto que son los sujetos concretos –a partir de sus condiciones de vida, valores y experiencias socioculturales quienes atribuirán sentido y significado a las informaciones y al material educativo al que accedan. Los usuarios deben ser, por lo tanto, la medida y la referencia para las acciones y las estrategias preventivas que les son dirigidas. Disponemos en nuestro medio de literatura que nos permite llegar mejor instrumentados para trabajar con la gente en temas que hacen a la vida, a la sexualidad, al temor, a la enfermedad y la muerte, al VIH/sida. Hay trabajos que ilustran sobre la población general, sobre las mujeres, sobre los jóvenes, sobre los usuarios de drogas, etc. Sin embargo, la mejor forma de conocer las representaciones, conocimientos y sentimientos de las personas sigue siendo nuestra capacidad de escuchar en un espacio de respeto mutuo, las experiencias y las representaciones que las personas tienen de sí mismas y de los demás, e incluso de nosotros mismos como equipo de salud. Es indispensable recrear prácticas y formas de trabajo que optimicen la accesibilidad de los/as usuarios/as a decidir, informada y responsablemente, sobre la puesta en práctica de cuidados de su propia salud. Para la problemática que nos ocupa, esta accesibilidad implica, como mínimo, facilitar la gratuidad de los preservativos, equipos de inyección, test de VIH, terapias para la prevención de la trasmisión vertical (TV) y de tratamientos de las personas afectadas. También es importante que el equipo de salud privilegie un mayor acercamiento y participación de los/as usuarios/as en particular y la comunidad en general, mediante el asesoramiento en VIH/sida, el consentimiento informado, la impresión y distribución de folletería adecuada a las necesidades y códigos de los/as usuarios/as, talleres o diversas acciones tanto educativas como de promoción, pensando en la diversidad de la población destinataria. Características del Servicio El Servicio de Infectología está conformado por médicos de planta y médicos residentes, dos enfermeras y un enfermero, dos secretarias administrativas y los equipos de voluntarios de Fundación Huésped. El Hospital Fernández, por ser uno de los principales centros de referencia en VIH/sida en Argentina, recibe el apoyo que le brinda la Fundación Huésped. Inicialmente construyó y donó el Hospital de Día Roberto Jáuregui, para luego también proveer de equipamiento, materiales de oficina, materiales de difusión e información (manuales, folletería) y apoyo técnico. Dentro de este apoyo hay más de 40 voluntarios de la Fundación que realizan distintas actividades en el Hospital: tareas administrativas: manejo de historias clínicas, atención telefónica para entrega de turnos, acompañamiento a pacientes ayudando a solucionar distintos trámites, visitas a pacientes VIH positivos, asesoramiento a parejas de personas con VIH para que se testeen, participación en proyecto de adherencia, asesoramiento y consejería en VIH/sida a embarazadas en el Servicio de Obstetricia. El Equipo de Testeo está compuesto por quince personas (psicólogas, counselors y personas que viven con VIH) que participan como voluntarios, la Coordinadora del Equipo de Testeo en el Hospital Fernández y la Coordinadora de Salud Mental de Fundación Huésped. Metodología y objetivos del Dispositivo de Testeo El dispositivo implementado busca prevenir la infección de VIH, promover hábitos saludables para aquellos que reciben un diagnóstico negativo, prevenir re-infecciones de personas que viven con VIH, y a su vez, promover hábitos saludables tendientes a mejorar la calidad de vida de aquellas personas que tienen un diagnóstico positivo. Asimismo se pretende recabar información sobre el perfil de las personas que reciben asesoramiento, a fin de conocer el perfil socio-epidemiológico y explorar la exposición a situaciones de riesgo de infección de VIH y las tasas de prevalencia e incidencia en relación a la infección por VIH/Sida. Si bien el Servicio cuenta con un centro de testeo desde 1993, fue en el 2007 donde se rediseñó un dispositivo de Consejería pre y pos test, para lo cual se capacitaron voluntarios sobre las tareas específicas a realizar y sobre el VIH/Sida, modos de infección, modos de prevención, hábitos saludables y adherencia al tratamiento. Cada persona que quiere conocer su serología de VIH tiene una entrevista de consejería pre y post test realizada por el Equipo de Testeo, quienes asesoran y orientan en la prevención de la transmisión del VIH/Sida. Para recolectar la información de las personas que recibían asesoramiento por parte del equipo, se diseñó una planilla de consejería que sirve como guía de preguntas para ordenar las entrevistas, unificando criterios con el resto del equipo, a fin de llevar una historia clínica de cada paciente y recabar información con fines estadísticos. La planilla reúne datos sociodemográficos y socio-epidemiológicos. Entre ellos, se pregunta por el sexo, la edad, la nacionalidad, el nivel de escolaridad, el estado ocupacional, el estado civil, la conformación familiar y lugar de residencia. En particular, se trata de identificar el motivo por el cual la persona se acerca a realizar el test de HIV y las posibles situaciones de riesgo a las que ha sido expuesta, como así también información sobre fechas y resultados de testeos previos. Asimismo, se obtienen datos relacionados a la vida sexual de los individuos, como ser el conocimiento de los cuidados, la constancia en el uso del preservativo y la variabilidad de parejas sexuales en un año. Debido a la asociación existente entre el uso de drogas y la falta de cuidados, no sólo se obtiene información sobre el uso de drogas intravenosas, sino también sobre el consumo actual y pasado de otro tipo de sustancias como alcohol, marihuana y cocaína. En este ítem, se trata de identificar la modalidad y tipo de consumo tanto del entrevistado como de su pareja. Finalmente, en casos de resultados positivos, se registra el modo en que la persona recibe el diagnóstico de infección de VIH y su reacción frente a ello, preguntando también sobre las intenciones y posibilidades de compartir dicha información con otras personas. En caso de realizarse alguna derivación específica, se toma registro sobre la misma. Nuestra experiencia en el dispositivo de Testeo El dispositivo prevée dos instancias vinculadas con el análisis de VIH. La instancia pretest consiste en una entrevista previa a la extracción de sangre para la serología VIH y una instancia pos-test donde sea el resultado positivo o negativo, el sujeto vuelve a tener una entrevista con algún miembro del Equipo de Testeo. En ambas etapas nos proponemos brindarle al sujeto un espacio de asesoramiento, escucha y diálogo tendiente a prevenir infecciones y reinfecciones de VIH y promover la salud. Entendemos el asesoramiento como un proceso de orientación desde la escucha activa, individualizado y centrado en la persona del consultante transmitiendo aceptación libre de preconceptos, valorando sus sentimientos y conocimientos, asegurando la confidencialidad de los resultados. Presupone la capacidad de empatía estableciendo una relación de confianza, tendiente a rescatar los recursos internos de la persona para que tenga la posibilidad de reconocerse como sujeto de su propia salud y transformación a mejores condiciones de vida. Tanto en la entrevista pre-test como pos-test, nos expresamos en un lenguaje claro y preciso, sin tecnicismos, ofreciendo información accesible, necesaria y oportuna, teniendo en cuenta el interés y la capacidad de la persona de recibir la información y de procesarla. De esta manera, el asesoramiento o consejería (counseling) se constituye en un proceso que comienza en un punto particular para cada individuo y que luego tomará diferentes destinos en función de las especificidades, obstáculos o posibilidades de cada persona y que se continuará en subsiguientes asesoramientos. En la entrevista de pre-test identificamos el motivo de consulta, reafirmamos el carácter voluntario y confidencial del testeo, reconstruimos algunos aspectos de la historia personal de cada consultante evaluando su perfil de riesgo y si hubo o no testeos previos. Procuramos acercarnos desde un lugar de respeto y cuidado, imprescindibles para abordar temas que sabemos son de extrema confidencialidad. La calidez del encuentro determinará la calidad de la entrevista, la confianza para hablar sobre su intimidad, preferencias sexuales, relación con drogas. A su vez se abordan cuestiones técnicas y procedimentales propias del VIH/sida, donde debemos estar atentos a no saturar al sujeto de información y asimismo evaluar si la información está siendo comprendida. También trabajamos las falsas creencias sobre quienes pueden estar infectados, como por ejemplo: que las personas con el virus son “promiscuas”, adictos o gente que se ha descontrolado con el sexo, drogas o alcohol; que existe una “apariencia física de VIH”; que alguien “es re sano, no puede tener VIH, lo conozco desde chiquito”. También se busca desmitificar cuestiones relacionadas a las vías de infección y se trabaja sobre la diferencia entre VIH y sida. Intercambiamos información sobre los posibles resultados del test señalando la diferencia entre VIH y sida, considerando sus expectativas, red social y apoyo emocional con que cuenta. Evaluamos la decisión de realizar o no el test, considerando posibles reacciones emocionales que pueden darse durante la espera del resultado (aproximadamente 20 días) y enfatizando el carácter voluntario de la prueba serológica. Explicamos las vías de transmisión, explicitamos los beneficios de estrategias de reducción de daños ante el consumo de drogas; destacamos la importancia de testearse y querer saber su estado de salud, pero al mismo tiempo recodamos que el test no provee inmunidad. Explicamos y reforzamos los beneficios del uso correcto del preservativo, a la vez que indagamos las dificultades de las personas para no usarlo en sus relaciones sexuales. Es así que intentamos facilitar el abordaje de núcleos problemáticos que le permita al consultante evaluar sus probabilidades de infección o reinfección por VIH, reflexionar y decidir medidas preventivas viables y buscar una mejor calidad de vida, independientemente de su condición serológica. En la entrevista pos-test, tenemos en cuenta si la persona pasó por el espacio de pretest o no, ya que muchas veces las personas llegan a retirar el resultado del análisis que fue solicitado por cualquier otro servicio del hospital que no es Infectología. En esos casos y si el resultado es negativo (la persona no está infectada por el virus), afianzamos las cuestiones que se detallaron anteriormente para el pre-test. Si el resultado fuera reactivo, nos topamos aquí con la íntima relación existente entre el modo de informar acerca de un resultado positivo, cómo el paciente podrá sobrellevarlo y cómo estuvo preparado para un posible resultado de este tipo en las entrevistas de pre-test y las de su eventual seguimiento durante el período de espera. Del tipo de devolución dependerá, en muchos casos, la posibilidad del paciente de acceder a una real toma de conciencia de su situación, su adherencia al posible tratamiento, a la manera de elaborar las implicancias de su diagnóstico, y a las etapas que se van sucediendo en ese procesamiento. En ese momento de gran impacto subjetivo, ofrecemos el tiempo necesario para tramitar el diagnóstico y abordar los sentimientos que el sujeto experimente, en un marco de contención. Asimismo intentamos desmitificar sentimientos de culpabilización y castigo asociados generalmente a este padecimiento, recordando que un resultado reactivo significa que se contrajo el virus pero puede o no desarrollarse la enfermedad, haciendo especial énfasis en que hoy los tratamientos otorgan una esperanza de vida que hace unos años atrás no existía. También reforzamos la importancia de adoptar prácticas seguras para reducir el riesgo de reinfección por VIH, facilitamos la ideación de compartir o no esta información, orientamos sobre la posibilidad de que las parejas sexuales realicen el test de VIH, ayudamos a organizar y ordenar los pasos a seguir y cuestiones legales. Es por eso que en ese mismo momento entregamos la orden para la realización del control de carga viral y turno con el médico infectólogo y se evalúa una posible derivación con alguna institución según el caso de cada sujeto. Si el resultado fuera indeterminado, asesoramos a la persona sobre lo que esto significa brindando mucha contención por la incertidumbre del análisis, teniendo que ser muy cuidados y preparando a la persona en la posibilidad que el próximo análisis sea positivo. Dificultades en la implementación del Dispositivo de Testeo Los problemas, obstáculos y limitaciones en las tareas que se realizan pueden ser agrupadas en los siguientes ejes: Relación con médicos; Relación con enfermeros; Aspectos burocráticos-administrativos por parte del hospital; Aspectos burocráticosadministrativos por parte del Equipo de Testeo; Particularidades de los casos. Teniendo en cuenta que el equipo se encuentra inserto en un Servicio de Infectología, aparecen ciertos inconvenientes con los profesionales hegemónicos en el área: los médicos de planta y médicos residentes. Desde el año 2007 cuando se incorporaron nuevos miembros al Equipo de Testeo, no hubo una buena visibilidad en el servicio, de modo que el plantel médico no sabía quienes eran esas personas ni cuales eran sus tareas. La comunicación era casi nula y en algunas situaciones hubo reacciones negativas por “intromisiones”, (por ejemplo, enojos cuando alguien del equipo se encontraba realizando una entrevista en “sus” consultorios sin dejarle espacio a los médicos), demostrando no querer ceder espacios, compartir actividades, reconocer a otros agentes, sentir pérdidas de “poder”. A su vez, los miembros del equipo se sentían menospreciados, poco reconocidos, no escuchados y con poca colaboración cuando pedían ayuda a un médico, sintiendo que eran remarcados por su carácter “voluntario”, sin considerar profesiones ni experiencias, sin ser un Otro valioso para consultar, escuchar, intercambiar. Asimismo, el trabajo en conjunto con los enfermeros, parte central en la tarea de extracción de sangre para el análisis serológico de VIH, era dificultosa y generaba complicaciones en el dispositivo. La relación con los enfermeros no estaba basada en la “invisibilidad” de los voluntarios, sino en cuestiones burocráticas por un lado, sobre las limitaciones en el horario de extracción de sangre, saturaciones en el número de personas para extracciones, y por otro lado, en cuestiones vinculadas con modos de respuestas y reacciones intempestivas. Las limitaciones burocráticas-administrativas por parte del hospital se extienden al resto de los servicios del hospital, por ejemplo cuando las solicitudes, para el análisis de VIH, estaban mal codificadas. Esto generaba que al momento de la devolución de un resultado, los miembros del equipo no encuentren el análisis en las planillas de registro, deban buscar los análisis letra por letra o que deban ir a Laboratorio a consultar como está ingresado el paciente. A su vez, el dispositivo implementado también tuvo dificultades, que no estaban a su alcance solucionar, pero que generaban grandes complicaciones en la tarea. Estas complicaciones sucedieron en semanas en las que el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no entregaba reactivos bioquímicos al hospital y se tenían que dar turnos para la extracción de sangre, dificultando las tareas de pre-test. Otras limitaciones estaban basadas en particularidades de ciertos casos, donde los integrantes del equipo, nos encontrábamos en situaciones donde no sabíamos como reaccionar, qué era lo esperable, cómo intervenir y con quién compartir dudas para mejorar en otras situaciones similares que pudiesen ocurrir en el futuro. Superación de dificultades Para resolver los inconvenientes que surgían con el equipo médico, nos reunimos con el Jefe del servicio y se acordó incluir en los ateneos que realiza todos los médicos una vez por semana, al Equipo de Testeo. Esto permitió que nos conociéramos y a través del diálogo pudimos dar a conocer cual es nuestra función dentro del servicio, plantear nuestras dificultades en relación a lo vincular entre ambos equipos, y así poder darle más formalidad a nuestra labor y empezar a diagramar una tarea interdisciplinaria. Acordamos también en la reunión usar credenciales, con nuestros nombres, consiguiendo así que el equipo tuviera mayor visibilidad, a la vez que se comenzaron a producir encuentros y comunicaciones informales que fueron aportando conocimientos sobre los distintos miembros. Para resolver cuestiones que están ligadas al desempeño de nuestra tarea, se dispuso de un espacio mensual de supervisión, donde participa todo el Equipo de Testeo, la Coordinadora del Equipo de Testeo y la Coordinadora del área de Salud Mental de Fundación Huésped. En éste espacio se plantean y debaten todas las dificultades que surgen en la práctica y se intenta dar una respuesta a través del diálogo y la escucha. En un primer momento las dudas se basaban en cuestiones burocráticas, aclaraciones de cuestiones hospitalarias, inconvenientes en la organización de los diferentes registros que utiliza el equipo. Una vez afianzado el mecanismo administrativo, las supervisiones comenzaron a profundizarse en casos específicos, con pacientes que nos generaban dudas, dificultades y para los cuales no hay pasos predeterminados a seguir. También recibimos constantes capacitaciones dictadas por profesionales especialistas en la temática del VIH/Sida como infectólogos, abogados, psiquiatras, psicólogos, comunicadores. Estos espacios nos permiten aunar criterios, a cerca del desempeño de cada uno durante las entrevistas, dándole coherencia a nuestra práctica, en relación a la información que brindamos y como la transmitimos, respetando el estilo personal de cada uno pero afianzando los objetivos del dispositivo. Y al mismo tiempo transmitir las sensaciones que nos genera la tarea y prevenir el malestar que genera trabajar en instituciones propicias al “Burn out” en sus trabajadores y el estar en contacto con pacientes crónicos. Fortalezas y debilidades del Dispositivo de Testeo Una de las principales fortalezas del dispositivo de Testeo, es el carácter formal que el mismo ha adquirido a nivel institucional tanto dentro de la Fundación Huésped como del Servicio de Infectología del hospital. Este fortalecimiento del equipo se trata de un proceso continuo en el que aún hoy trabajamos. Como se expuso anteriormente, las reuniones, supervisiones y las capacitaciones nos permiten contar con espacios donde adquirir nuevos aprendizajes, desarrollar ideas para mejorar el servicio que brindamos y lograr una mayor organización interna. Es importante destacar que estas mejoras surgen de un espacio de participación y diálogo, en el que cada miembro del equipo es libre de presentar propuestas y/o sugerencias acerca de nuestra labor diaria y que las decisiones y medidas a adoptar son el resultado de nuestras propias discusiones sobre las ventajas y desventajas de cada propuesta y de un asesoramiento y marco institucional para lograr la viabilidad de las mismas. Este fortalecimiento del equipo nos ha permitido lograr una mayor visibilidad, tanto del dispositivo como de sus miembros, y una mayor concientización de las tareas que realizamos, junto con sus implicancias para los pacientes con VIH/sida. Actualmente, el Equipo de Testeo tiene una presencia estable y cada vez mas reconocida como proveedores de servicios de prevención primaria y secundaria dentro de Infectología. Este carácter formal del dispositivo ha facilitado el desarrollo de lo que hoy consideramos otra de las fortalezas de nuestra labor: el trabajo interdisciplinario. A través de una creciente articulación de nuestro quehacer diario con las tareas realizadas por los médicos, enfermeras, equipos de adherencia y personal administrativo hemos logrado agilizar los procesos internos. A partir de 2007, las extracciones de sangre se realizan en el día, dentro del mismo Servicio de Infectología, evitando así que las personas tengan que sacar turno en el laboratorio y deban concurrir dos veces al hospital. Como consecuencia, se ha incrementado el número de personas que se acercan al hospital a testearse y regresan a retirar sus resultados. Asimismo, cuando entregamos un resultado de HIV positivo, gestionamos en el momento un turno con un médico infectólogo del servicio y le entregamos al paciente una orden para realizarse un análisis de sangre para medir sus defensas (conteo de CD4). De este modo, brindamos una mayor contención a la persona, facilitándole y estructurándole los próximos pasos ha seguir en un momento de desorganización y a su vez, focalizándonos en la prevención secundaria, trabajamos para que el paciente comience a tratarse cuanto antes en los casos que sea indicado tratamiento. Finalmente, debemos destacar que otra de las fortalezas del dispositivo de Testeo es la motivación con que cada uno de los miembros del equipo realiza su tarea. El carácter voluntario de nuestro trabajo implica que cada día ratificamos nuestro genuino deseo de colaboración y elección por realizar una tarea que en lo personal resulta muy gratificante. Como consecuencia, se observa en el equipo un alto nivel de compromiso por la labor realizada y entusiasmo por mejorar la tarea para brindar un mejor servicio a los pacientes o consultantes. Paradojalmente, la principal debilidad del dispositivo de testeo se basa precisamente en la característica fundamental del trabajo voluntario. El hecho de consistir en una actividad desarrollada sin ninguna remuneración de tipo financiera conlleva ciertas dificultades para mantener un equipo de trabajo estable con un deseable cumplimiento de asistencias. La gratuidad de nuestra labor genera una alta rotación de profesionales y demanda una constante capacitación de nuevos integrantes. De este modo, el dispositivo de testeo presenta una gran limitación de personal para incrementar el nivel de días y horas en que brinda su servicio y poder así brindar un servicio de consejería más integral y de acompañamiento y seguimiento de aquellas personas que hayan recibido un resultado positivo. Conclusiones Siendo el VIH/sida una enfermedad prevenible creemos en la gran importancia en desarrollar actividades tendientes a prevenir infecciones y promover hábitos saludables. En los casos de serología positiva, consideramos valioso que los pacientes se encuentren en un marco institucional de sostén y apoyo en los momentos iniciales de la notificación de estar infectado, tendiente a la vez a la prevención de complicaciones médicas y reinfecciones, y buscando una mejor calidad de vida en las personas. Siguiendo estos planteos, presentamos un Dispositivo de Testeo donde se alienta a que las personas realicen la prueba de detección serológica de VIH pero brindando un espacio de asesoramiento y orientación. Todos las personas que llegan al servicio, por derivación o por demanda espontánea tienen como mínimo una entrevista con algún miembro del Equipo de Testeo. Consideramos que esos espacios constituyen una oportunidad para reflexionar sobre mitos, creencias, conocimientos, miedos y cuidados vinculados con el VIIH/sida y la importancia del uso del preservativo en todas las relaciones sexuales y el no compartir instrumentos en el uso de drogas. En las entrevistas pre-test y pos-test los sujetos son escuchados y se tiene en cuenta la situación particular de cada uno, buscando concientizar a los sujetos, promulgando su posición activa en el cuidado de la salud. Este dispositivo requiere tener agentes de salud comprometidos con la tarea, capacitados en forma constante en el tema de VIH/sida y en la modalidad de asesoramiento y las implicancias que esto genera en las personas que consultan. Durante el año 2008 se realizaron 681 entrevistas pre- test, 1358 entrevistas pos-test y 64 entrevistas de asesoramiento. Se entregaron 112 serologías positivas. Estos números evidencian que muchas personas no pasan por la entrevista pre-test, llegando en la mayoría de los casos, sin información sobre lo que es el VIH/sida, los modos de infección, las formas de prevenir, lo que implica tener una serología positiva, las opciones disponibles de tratamiento, las cuestiones legales vinculadas a esta problemática. También creemos de suma relevancia la información recogida en la Planilla de Consejería, aportando datos actuales sobre el perfil de cada paciente o consultante, a fin de planificar proyectos y ejecutar acciones enmarcadas en políticas públicas de salud. Debido a las estadísticas presentadas, es que creemos que es necesario y de suma importancia el trabajo en forma conjunta con los otros servicios del hospital y con los/as médicas y enfermeros/as del Servicio de Infectología, aunando esfuerzos y promulgando tareas en conjunto con la búsqueda de lograr objetivos en común. Para esto es condición que el dispositivo sea reconocido por todos los agentes de salud del hospital y mas aún dentro de Infectología, otorgándole valor a la tarea que realizamos, dotándonos de entidad y valorando nuestros roles. Queda por investigar cómo viven las personas que consultan, el paso por el dispositivo y el aporte que les brinda en cada caso, comparando con otros dispositivos y diferenciando los casos que tuvieron pre-test de aquellos que no. Es dable destacar que el equipo ofrece entrevistas una vez que las personas pasaron por el pre-test y demandan entrevistarse con algún miembro del equipo, lo que genera alivia y disminuye la angustia de los sujetos. Son muchas las personas que asisten a esos espacios de entrevistas de asesoramiento manifestando nuevas reacciones luego de haber procesado la noticia de estar infectado con VIH y expresando la sensación de confianza, resguardo, apoyo y escucha por parte del Equipo de Testeo. Si bien estas entrevistas no están contempladas en un marco de psicoterapia, son espacios que los sujetos demandan y que dan cuenta de la importancia del asesoramiento brindado, aunque no constituyen la parte central del dispositivo. Es por esto que concluimos que falta por articular estrategias de seguimientos de los casos de serología positiva siendo que aquellos que inician tratamiento con medicación antirretroviral no tienen un espacio para hablar sobre sus dificultades con la adherencia la tratamiento y sumado a aquellos que no tienen indicación de tratamiento, no cuentan con un asesoramiento sobre las dificultades que vivencian por vivir con el virus VIH. Bibliografía: Bayes. R. 1995() Sida y Psicología, Ed. Martinez Roca, Madrid. Bertolote, J.M. (1992) Planificación y Administración de acciones en salud mental en la comunidad en Levav (comp) en Temas de Salud Mental en la Comunidad, Serie Platex Nº 19. Bonita y Beeaglehole (1994) Epidemiología básica. Cap.3 Tipos de estudios. OPS Pub. Cient 551 Cahn, Pedro y colaboradores: PSIDA un enfoque integral. Ed. Paidós, 1992, Buenos Aires, Argentina. Gonzales García, Ginés, Tobar, Federico (1997) Cap5. 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