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Presentación de un dispositivo para la prevención y promoción de la salud sobre
VIH/sida
Petit Lucrecia, ([email protected]). Fundación Huésped.
Vergani Franca, ([email protected]). Fundación Huésped.
Aristegui Inés, ([email protected]). Fundación Huésped.
Rapañani Liliana, ([email protected]). Fundación Huésped.
Martini Carolina, ([email protected]). Fundación Huésped.
Area:
Proceso de salud, enfermedad y atención: VIH/Sida, drogas, enfermedades crónicas y
cuidados paliativos.
Introducción
En el presente trabajo se pretende mostrar la experiencia en el Servicio de Infectología
del Hospital Fernández, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en base al dispositivo
implementado para realizar tareas de prevención de infecciones de VIH y promoción de la
salud. Al Servicio concurren personas que por derivación o en forma espontánea, deciden y
expresan su consentimiento para hacerse la prueba de detección del virus VIH,
concurriendo luego para retirar el resultado de la prueba diagnóstica. Los encargados de la
tarea de asesoramiento pre y pos-test son voluntarios de la Fundación Huésped, formando
un Equipo de Testeo integrado por Psicólogos, Counselors y personas que viven con VIH
(PVVS), trabajando a su vez con los/as médicos/as y enfermeros/as del servicio. En las
entrevistas se completa una Planilla de consejería para recolección de datos a fines de
evaluar la situación y planear acciones de prevención de infecciones y re-infecciones y
promoción de la salud. Asimismo, se plantean las dificultades encontradas, los modos de
resoluciones y el estado actual del Equipo de Testeo de VIH.
Desarrollo
Pensar la salud vinculada al VIH/sida
Entendemos por “salud” a la situación de relativo bienestar físico, psíquico y social -el
máximo posible en cada momento histórico y circunstancias socioculturales determinadas-,
considerando que una situación es producto de la interacción permanente y recíprocamente
transformadora entre el individuo (como entidad bio-psico-socio-cultural) y ambiente (entidad
psicosociocultural bío-físico-química y económico-política). No nos posicionamos desde la
enfermedad como opuesta a la salud, sino comprendiendo el continuum existente entre
salud-enfermedad. La concepción de lo que es salud y la definición operativa de sus
indicadores constituye una tarea permanente a desarrollar, junto con la práctica específica
de protección y promoción de la salud.
Para el trabajo en prevención y diagnóstico del VIH/Sida son fundamentales dos
aspectos, sólo separados para su análisis, pero fusionados en el quehacer. Por un lado,
consideramos el proceso salud-enfermedad-atención como un emergente histórico-social de
las condiciones de vida y de trabajo de una sociedad dada; por lo tanto es una construcción
social, constituida por las representaciones y prácticas sociales en las que se articulan tanto
aspectos del orden de lo biológico e individual objetivo, como aspectos del orden económicosocial y político ideológico. Esto nos obliga a complejizar el análisis y a repensar nuestras
instituciones, formas de trabajo, maneras de organizar y ejercer las tareas de prevención y
asistencia.
Por el otro, sabemos que las políticas sociales en general, y en particular las orientadas
a la salud, constituyen espacios privilegiados para fortalecer la ciudadanía de los habitantes.
El encuentro de los usuarios con el sistema de salud es un momento privilegiado para la
construcción de una relación que fortalezca la autonomía de las personas. Ambos aspectos
son pasos insoslayables para construir ciudadanos conscientes de sus derechos y de sus
responsabilidades en la vida privada y pública. El encuentro entre un profesional o un equipo
y quien demanda determinada práctica tiene que enmarcarse en un contexto de derechos y
respeto mutuo. Este respeto incluye tanto los tiempos, las decisiones y los conocimientos de
usuarios/as o destinatarios/as como las prácticas implicadas.
Estas consideraciones generales se vuelven necesarias a la hora de pensar y trabajar
en la prevención y atención de la problemática del VIH/sida ya que, dadas sus características
específicas, cualquier intento de disminuir la epidemia (prevención de nuevos casos, atención
adecuada de las personas ya afectadas) se vuelve una ilusión si no cuenta con la
participación voluntaria y activa de todos los/as ciudadanos/as.
Las representaciones sobre el VIH/sida se han construido sobre una historia de mitos,
discriminación y culpabilización de las personas que viven con el virus. Este estado de cosas,
articulado a temas tan íntimos y privados implicados en el núcleo fuerte de deseo-placer (por
ejemplo sexualidad y uso de drogas), complejiza el campo de intervención en el tratamiento
de esta epidemia.
Las primeras campañas masivas de prevención de VIH/Sida recurrieron al miedo e
identificaron a la epidemia con ciertos grupos sobre los que ya pesaban el estigma y la
discriminación. Esto promovió una sensación de lejanía en quienes no se consideraban parte
de esos “grupos de riesgo”. Algunas de las consecuencias inmediatas de este tipo de
acciones son la negación de la real vulnerabilidad a adquirir el virus en las relaciones
sexuales sin protección y la construcción de otros saberes fantaseados pero más fácilmente
soportables. “Si no soy de uno de esos (grupos de riesgo), no soy vulnerable al sida”. Sobre
la base de esta concepción se arman modos de acercarse a la sexualidad que obstruyen la
posibilidad de adoptar medidas adecuadas de protección.
Pero, dado que es a escala
individual donde se juega la puesta en práctica o no de aquellos cuidados preventivos para sí
y para otros (uso de preservativos o de jeringas descartables, realización del test para
conocer el estado serológico, búsqueda de resultados de análisis, protección específica a
partir de un resultado negativo y de un resultado positivo, medicación, cambio de vida, etc.),
es impostergable concebir nuevos dispositivos que contemplen la singularidad incorporando
la prevención y la asistencia en una práctica integral.
Las formas más tradicionales de atender la salud tienden a imponer a la población las
lógicas y ritmos del sistema de salud. Necesitamos formas de trabajo que logren, respetando
la lógica de los servicios, incorporar la de los usuarios. Proponemos la inclusión de una
perspectiva que contemple sujetos activos con multiplicidad de miradas y prácticas sobre la
propia salud a través de diversas estrategias colectivas y poniendo el eje en la promoción de
la salud como posibilidad de ruptura de estas representaciones excluyentes.
Es necesaria la contextualización para la reconstrucción de sentidos y prácticas en
torno a la prevención, asesoramiento y diagnóstico en VIH/Sida. Para esto consideramos
también importante la inclusión de personas de la comunidad y la participación de personas
que viven con VIH/sida (PVVS) en todo este proceso.
Las epidemias, especialmente la del VIH/Sida, nos han enseñado que la prevención no
debe reducirse a campañas masivas, distribución de materiales educativos y transmisión de
buena información. Queremos decir con esto que son los sujetos concretos –a partir de sus
condiciones de vida, valores y experiencias socioculturales quienes atribuirán sentido y
significado a las informaciones y al material educativo al que accedan. Los usuarios deben
ser, por lo tanto, la medida y la referencia para las acciones y las estrategias preventivas que
les son dirigidas.
Disponemos en nuestro medio de literatura que nos permite llegar mejor
instrumentados para trabajar con la gente en temas que hacen a la vida, a la sexualidad, al
temor, a la enfermedad y la muerte, al VIH/sida. Hay trabajos que ilustran sobre la población
general, sobre las mujeres, sobre los jóvenes, sobre los usuarios de drogas, etc. Sin
embargo, la mejor forma de conocer las representaciones, conocimientos y sentimientos de
las personas sigue siendo nuestra capacidad de escuchar en un espacio de respeto mutuo,
las experiencias y las representaciones que las personas tienen de sí mismas y de los
demás, e incluso de nosotros mismos como equipo de salud.
Es indispensable recrear prácticas y formas de trabajo que optimicen la accesibilidad de
los/as usuarios/as a decidir, informada y responsablemente, sobre la puesta en práctica de
cuidados de su propia salud. Para la problemática que nos ocupa, esta accesibilidad implica,
como mínimo, facilitar la gratuidad de los preservativos, equipos de inyección, test de VIH,
terapias para la prevención de la trasmisión vertical (TV) y de tratamientos de las personas
afectadas. También es importante que el equipo de salud privilegie un mayor acercamiento y
participación de los/as usuarios/as en particular y la comunidad en general, mediante el
asesoramiento en VIH/sida, el consentimiento informado, la impresión y distribución de
folletería adecuada a las necesidades y códigos de los/as usuarios/as, talleres o diversas
acciones tanto educativas como de promoción, pensando en la diversidad de la población
destinataria.
Características del Servicio
El Servicio de Infectología está conformado por médicos de planta y médicos
residentes, dos enfermeras y un enfermero, dos secretarias administrativas y los equipos de
voluntarios de Fundación Huésped. El Hospital Fernández, por ser uno de los principales
centros de referencia en VIH/sida en Argentina, recibe el apoyo que le brinda la Fundación
Huésped. Inicialmente construyó y donó el Hospital de Día Roberto Jáuregui, para luego
también proveer de equipamiento, materiales de oficina, materiales de difusión e información
(manuales, folletería) y apoyo técnico. Dentro de este apoyo hay más de 40 voluntarios de
la Fundación que realizan distintas actividades en el Hospital: tareas administrativas: manejo
de historias clínicas, atención telefónica para entrega de turnos, acompañamiento a
pacientes ayudando a solucionar distintos trámites, visitas a pacientes VIH positivos,
asesoramiento a parejas de personas con VIH para que se testeen, participación en
proyecto de adherencia, asesoramiento y consejería en VIH/sida a embarazadas en el
Servicio de Obstetricia.
El Equipo de Testeo está compuesto por quince personas (psicólogas, counselors y
personas que viven con VIH) que participan como voluntarios, la Coordinadora del Equipo
de Testeo en el Hospital Fernández y la Coordinadora de Salud Mental de Fundación
Huésped.
Metodología y objetivos del Dispositivo de Testeo
El dispositivo implementado busca prevenir la infección de VIH, promover hábitos
saludables para aquellos que reciben un diagnóstico negativo, prevenir re-infecciones de
personas que viven con VIH, y a su vez, promover hábitos saludables tendientes a mejorar
la calidad de vida de aquellas personas que tienen un diagnóstico positivo. Asimismo se
pretende recabar información sobre el perfil de las personas que reciben asesoramiento, a
fin de conocer el perfil socio-epidemiológico y explorar la exposición a situaciones de riesgo
de infección de VIH y las tasas de prevalencia e incidencia en relación a la infección por
VIH/Sida.
Si bien el Servicio cuenta con un centro de testeo desde 1993, fue en el 2007 donde
se rediseñó un dispositivo de Consejería pre y pos test, para lo cual se capacitaron
voluntarios sobre las tareas específicas a realizar y sobre el VIH/Sida, modos de infección,
modos de prevención, hábitos saludables y adherencia al tratamiento. Cada persona que
quiere conocer su serología de VIH tiene una entrevista de consejería pre y post test
realizada por el Equipo de Testeo, quienes asesoran y orientan en la prevención de la
transmisión del VIH/Sida. Para recolectar la información de las personas que recibían
asesoramiento por parte del equipo, se diseñó una planilla de consejería que sirve como
guía de preguntas para ordenar las entrevistas, unificando criterios con el resto del equipo, a
fin de llevar una historia clínica de cada paciente y recabar información con fines
estadísticos.
La planilla reúne datos sociodemográficos y socio-epidemiológicos. Entre ellos, se
pregunta por el sexo, la edad, la nacionalidad, el nivel de escolaridad, el estado ocupacional,
el estado civil, la conformación familiar y lugar de residencia. En particular, se trata de
identificar el motivo por el cual la persona se acerca a realizar el test de HIV y las posibles
situaciones de riesgo a las que ha sido expuesta, como así también información sobre
fechas y resultados de testeos previos. Asimismo, se obtienen datos relacionados a la vida
sexual de los individuos, como ser el conocimiento de los cuidados, la constancia en el uso
del preservativo y la variabilidad de parejas sexuales en un año. Debido a la asociación
existente entre el uso de drogas y la falta de cuidados, no sólo se obtiene información sobre
el uso de drogas intravenosas, sino también sobre el consumo actual y pasado de otro tipo
de sustancias como alcohol, marihuana y cocaína. En este ítem, se trata de identificar la
modalidad y tipo de consumo tanto del entrevistado como de su pareja. Finalmente, en
casos de resultados positivos, se registra el modo en que la persona recibe el diagnóstico de
infección de VIH y su reacción frente a ello, preguntando también sobre las intenciones y
posibilidades de compartir dicha información con otras personas. En caso de realizarse
alguna derivación específica, se toma registro sobre la misma.
Nuestra experiencia en el dispositivo de Testeo
El dispositivo prevée dos instancias vinculadas con el análisis de VIH. La instancia pretest consiste en una entrevista previa a la extracción de sangre para la serología VIH y una
instancia pos-test donde sea el resultado positivo o negativo, el sujeto vuelve a tener una
entrevista con algún miembro del Equipo de Testeo. En ambas etapas nos proponemos
brindarle al sujeto un espacio de asesoramiento, escucha y diálogo tendiente a prevenir
infecciones y reinfecciones de VIH y promover la salud.
Entendemos el asesoramiento como un proceso de orientación desde la escucha
activa, individualizado y centrado en la persona del consultante transmitiendo aceptación
libre de preconceptos, valorando sus sentimientos y conocimientos, asegurando la
confidencialidad de los resultados. Presupone la capacidad de empatía estableciendo una
relación de confianza, tendiente a rescatar los recursos internos de la persona para que
tenga la posibilidad de reconocerse como sujeto de su propia salud y transformación a
mejores condiciones de vida. Tanto en la entrevista pre-test como pos-test, nos expresamos
en un lenguaje claro y preciso, sin tecnicismos, ofreciendo información accesible, necesaria
y oportuna, teniendo en cuenta el interés y la capacidad de la persona de recibir la
información y de procesarla. De esta manera, el asesoramiento o consejería (counseling) se
constituye en un proceso que comienza en un punto particular para cada individuo y que
luego tomará diferentes destinos en función de las especificidades, obstáculos o
posibilidades de cada persona y que se continuará en subsiguientes asesoramientos.
En la entrevista de pre-test identificamos el motivo de consulta, reafirmamos el
carácter voluntario y confidencial del testeo, reconstruimos algunos aspectos de la historia
personal de cada consultante evaluando su perfil de riesgo y si hubo o no testeos previos.
Procuramos acercarnos desde un lugar de respeto y cuidado, imprescindibles para abordar
temas que sabemos son de extrema confidencialidad. La calidez del encuentro determinará
la calidad de la entrevista, la confianza para hablar sobre su intimidad, preferencias
sexuales, relación con drogas. A su vez se abordan cuestiones técnicas y procedimentales
propias del VIH/sida, donde debemos estar atentos a no saturar al sujeto de información y
asimismo evaluar si la información está siendo comprendida. También trabajamos las falsas
creencias sobre quienes pueden estar infectados, como por ejemplo: que las personas con
el virus son “promiscuas”, adictos o gente que se ha descontrolado con el sexo, drogas o
alcohol; que existe una “apariencia física de VIH”; que alguien “es re sano, no puede tener
VIH, lo conozco desde chiquito”. También se busca desmitificar cuestiones relacionadas a
las vías de infección y se trabaja sobre la diferencia entre VIH y sida.
Intercambiamos información sobre los posibles resultados del test señalando la
diferencia entre VIH y sida, considerando sus expectativas, red social y apoyo emocional
con que cuenta. Evaluamos la decisión de realizar o no el test, considerando posibles
reacciones
emocionales
que
pueden
darse
durante
la
espera
del
resultado
(aproximadamente 20 días) y enfatizando el carácter voluntario de la prueba serológica.
Explicamos las vías de transmisión, explicitamos los beneficios de estrategias de reducción
de daños ante el consumo de drogas; destacamos la importancia de testearse y querer
saber su estado de salud, pero al mismo tiempo recodamos que el test no provee
inmunidad. Explicamos y reforzamos los beneficios del uso correcto del preservativo, a la
vez que indagamos las dificultades de las personas para no usarlo en sus relaciones
sexuales. Es así que intentamos facilitar el abordaje de núcleos problemáticos que le
permita al consultante evaluar sus probabilidades de infección o reinfección por VIH,
reflexionar y decidir medidas preventivas viables y buscar una mejor calidad de vida,
independientemente de su condición serológica.
En la entrevista pos-test, tenemos en cuenta si la persona pasó por el espacio de pretest o no, ya que muchas veces las personas llegan a retirar el resultado del análisis que fue
solicitado por cualquier otro servicio del hospital que no es Infectología. En esos casos y si
el resultado es negativo (la persona no está infectada por el virus), afianzamos las
cuestiones que se detallaron anteriormente para el pre-test.
Si el resultado fuera reactivo, nos topamos aquí con la íntima relación existente entre
el modo de informar acerca de un resultado positivo, cómo el paciente podrá sobrellevarlo y
cómo estuvo preparado para un posible resultado de este tipo en las entrevistas de pre-test
y las de su eventual seguimiento durante el período de espera. Del tipo de devolución
dependerá, en muchos casos, la posibilidad del paciente de acceder a una real toma de
conciencia de su situación, su adherencia al posible tratamiento, a la manera de elaborar las
implicancias de su diagnóstico, y a las etapas que se van sucediendo en ese procesamiento.
En ese momento de gran impacto subjetivo, ofrecemos el tiempo necesario para tramitar el
diagnóstico y abordar los sentimientos que el sujeto experimente, en un marco de
contención. Asimismo intentamos desmitificar sentimientos de culpabilización y castigo
asociados generalmente a este padecimiento, recordando que un resultado reactivo significa
que se contrajo el virus pero puede o no desarrollarse la enfermedad, haciendo especial
énfasis en que hoy los tratamientos otorgan una esperanza de vida que hace unos años
atrás no existía. También reforzamos la importancia de adoptar prácticas seguras para
reducir el riesgo de reinfección por VIH, facilitamos la ideación de compartir o no esta
información, orientamos sobre la posibilidad de que las parejas sexuales realicen el test de
VIH, ayudamos a organizar y ordenar los pasos a seguir y cuestiones legales. Es por eso
que en ese mismo momento entregamos la orden para la realización del control de carga
viral y turno con el médico infectólogo y se evalúa una posible derivación con alguna
institución según el caso de cada sujeto.
Si el resultado fuera indeterminado, asesoramos a la persona sobre lo que esto
significa brindando mucha contención por la incertidumbre del análisis, teniendo que ser
muy cuidados y preparando a la persona en la posibilidad que el próximo análisis sea
positivo.
Dificultades en la implementación del Dispositivo de Testeo
Los problemas, obstáculos y limitaciones en las tareas que se realizan pueden ser
agrupadas en los siguientes ejes: Relación con médicos; Relación con enfermeros;
Aspectos burocráticos-administrativos por parte del hospital; Aspectos burocráticosadministrativos por parte del Equipo de Testeo; Particularidades de los casos.
Teniendo en cuenta que el equipo se encuentra inserto en un Servicio de Infectología,
aparecen ciertos inconvenientes con los profesionales hegemónicos en el área: los médicos
de planta y médicos residentes. Desde el año 2007 cuando se incorporaron nuevos
miembros al Equipo de Testeo, no hubo una buena visibilidad en el servicio, de modo que el
plantel médico no sabía quienes eran esas personas ni cuales eran sus tareas. La
comunicación era casi nula y en algunas situaciones hubo reacciones negativas por
“intromisiones”, (por ejemplo, enojos cuando alguien del equipo se encontraba realizando
una entrevista en “sus” consultorios sin dejarle espacio a los médicos), demostrando no
querer ceder espacios, compartir actividades, reconocer a otros agentes, sentir pérdidas de
“poder”. A su vez, los miembros del equipo se sentían menospreciados, poco reconocidos,
no escuchados y con poca colaboración cuando pedían ayuda a un médico, sintiendo que
eran remarcados por su carácter “voluntario”, sin considerar profesiones ni experiencias, sin
ser un Otro valioso para consultar, escuchar, intercambiar.
Asimismo, el trabajo en conjunto con los enfermeros, parte central en la tarea de
extracción de sangre para el análisis serológico de VIH, era dificultosa y generaba
complicaciones en el dispositivo. La relación con los enfermeros no estaba basada en la
“invisibilidad” de los voluntarios, sino en cuestiones burocráticas por un lado, sobre las
limitaciones en el horario de extracción de sangre, saturaciones en el número de personas
para extracciones, y por otro lado, en cuestiones vinculadas con modos de respuestas y
reacciones intempestivas.
Las limitaciones burocráticas-administrativas por parte del hospital se extienden al
resto de los servicios del hospital, por ejemplo cuando las solicitudes, para el análisis de
VIH, estaban mal codificadas.
Esto generaba que al momento de la devolución de un
resultado, los miembros del equipo no encuentren el análisis en las planillas de registro,
deban buscar los análisis letra por letra o que deban ir a Laboratorio a consultar como está
ingresado el paciente. A su vez, el dispositivo implementado también tuvo dificultades, que
no estaban a su alcance solucionar, pero que generaban grandes complicaciones en la
tarea. Estas complicaciones sucedieron en semanas en las que el Ministerio de Salud del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no entregaba reactivos bioquímicos al hospital y se
tenían que dar turnos para la extracción de sangre, dificultando las tareas de pre-test.
Otras limitaciones estaban basadas en particularidades de ciertos casos, donde los
integrantes del equipo, nos encontrábamos en situaciones donde no sabíamos como
reaccionar, qué era lo esperable, cómo intervenir y con quién compartir dudas para mejorar
en otras situaciones similares que pudiesen ocurrir en el futuro.
Superación de dificultades
Para resolver los inconvenientes que surgían con el equipo médico, nos reunimos con
el Jefe del servicio y se acordó incluir en los ateneos que realiza todos los médicos una vez
por semana, al Equipo de Testeo. Esto permitió que nos conociéramos y a través del
diálogo pudimos dar a conocer cual es nuestra función dentro del servicio, plantear nuestras
dificultades en relación a lo vincular entre ambos equipos, y así poder darle más formalidad
a nuestra labor y empezar a diagramar una tarea interdisciplinaria. Acordamos también en la
reunión usar credenciales, con nuestros nombres, consiguiendo así que el equipo tuviera
mayor visibilidad, a la vez que se comenzaron a producir encuentros y comunicaciones
informales que fueron aportando conocimientos sobre los distintos miembros.
Para resolver cuestiones que están ligadas al desempeño de nuestra tarea, se dispuso
de un espacio mensual de supervisión, donde participa todo el Equipo de Testeo, la
Coordinadora del Equipo de Testeo y la Coordinadora del área de Salud Mental de
Fundación Huésped. En éste espacio se plantean y debaten todas las dificultades que
surgen en la práctica y se intenta dar una respuesta a través del diálogo y la escucha. En
un primer momento las dudas se basaban en cuestiones burocráticas, aclaraciones de
cuestiones hospitalarias, inconvenientes en la organización de los diferentes registros que
utiliza el equipo. Una vez afianzado el mecanismo administrativo, las supervisiones
comenzaron a profundizarse en casos específicos, con pacientes que nos generaban dudas,
dificultades y para los cuales no hay pasos predeterminados a seguir. También recibimos
constantes capacitaciones dictadas por profesionales especialistas en la temática del
VIH/Sida como infectólogos, abogados, psiquiatras, psicólogos, comunicadores. Estos
espacios nos permiten aunar criterios, a cerca del desempeño de cada uno durante las
entrevistas, dándole coherencia a nuestra práctica, en relación a la información que
brindamos y como la transmitimos, respetando el estilo personal de cada uno pero
afianzando los objetivos del dispositivo. Y al mismo tiempo transmitir las sensaciones que
nos genera la tarea y prevenir el malestar que genera trabajar en instituciones propicias al
“Burn out” en sus trabajadores y el estar en contacto con pacientes crónicos.
Fortalezas y debilidades del Dispositivo de Testeo
Una de las principales fortalezas del dispositivo de Testeo, es el carácter formal que el
mismo ha adquirido a nivel institucional tanto dentro de la Fundación Huésped como del
Servicio de Infectología del hospital. Este fortalecimiento del equipo se trata de un proceso
continuo en el que aún hoy trabajamos. Como se expuso anteriormente, las reuniones,
supervisiones y las capacitaciones nos permiten contar con espacios donde adquirir nuevos
aprendizajes, desarrollar ideas para mejorar el servicio que brindamos y lograr una mayor
organización interna. Es importante destacar que estas mejoras surgen de un espacio de
participación y diálogo, en el que cada miembro del equipo es libre de presentar propuestas
y/o sugerencias acerca de nuestra labor diaria y que las decisiones y medidas a adoptar son
el resultado de nuestras propias discusiones sobre las ventajas y desventajas de cada
propuesta y de un asesoramiento y marco institucional para lograr la viabilidad de las
mismas.
Este fortalecimiento del equipo nos ha permitido lograr una mayor visibilidad, tanto del
dispositivo como de sus miembros, y una mayor concientización de las tareas que
realizamos, junto con sus implicancias para los pacientes con VIH/sida. Actualmente, el
Equipo de Testeo tiene una presencia estable y cada vez mas reconocida como
proveedores de servicios de prevención primaria y secundaria dentro de Infectología.
Este carácter formal del dispositivo ha facilitado el desarrollo de lo que hoy
consideramos otra de las fortalezas de nuestra labor: el trabajo interdisciplinario. A través de
una creciente articulación de nuestro quehacer diario con las tareas realizadas por los
médicos, enfermeras, equipos de adherencia y personal administrativo hemos logrado
agilizar los procesos internos. A partir de 2007, las extracciones de sangre se realizan en el
día, dentro del mismo Servicio de Infectología, evitando así que las personas tengan que
sacar turno en el laboratorio y deban concurrir dos veces al hospital. Como consecuencia,
se ha incrementado el número de personas que se acercan al hospital a testearse y
regresan a retirar sus resultados. Asimismo, cuando entregamos un resultado de HIV
positivo, gestionamos en el momento un turno con un médico infectólogo del servicio y le
entregamos al paciente una orden para realizarse un análisis de sangre para medir sus
defensas (conteo de CD4). De este modo, brindamos una mayor contención a la persona,
facilitándole y estructurándole los próximos pasos ha seguir en un momento de
desorganización y a su vez, focalizándonos en la prevención secundaria, trabajamos para
que el paciente comience a tratarse cuanto antes en los casos que sea indicado tratamiento.
Finalmente, debemos destacar que otra de las fortalezas del dispositivo de Testeo es
la motivación con que cada uno de los miembros del equipo realiza su tarea. El carácter
voluntario de nuestro trabajo implica que cada día ratificamos nuestro genuino deseo de
colaboración y elección por realizar una tarea que en lo personal resulta muy gratificante.
Como consecuencia, se observa en el equipo un alto nivel de compromiso por la labor
realizada y entusiasmo por mejorar la tarea para brindar un mejor servicio a los pacientes o
consultantes.
Paradojalmente, la principal debilidad del dispositivo de testeo se basa precisamente
en la característica fundamental del trabajo voluntario. El hecho de consistir en una actividad
desarrollada sin ninguna remuneración de tipo financiera conlleva ciertas dificultades para
mantener un equipo de trabajo estable con un deseable cumplimiento de asistencias. La
gratuidad de nuestra labor genera una alta rotación de profesionales y demanda una
constante capacitación de nuevos integrantes. De este modo, el dispositivo de testeo
presenta una gran limitación de personal para incrementar el nivel de días y horas en que
brinda su servicio y poder así brindar un servicio de consejería más integral y de
acompañamiento y seguimiento de aquellas personas que hayan recibido un resultado
positivo.
Conclusiones
Siendo el VIH/sida una enfermedad prevenible creemos en la gran importancia en
desarrollar actividades tendientes a prevenir infecciones y promover hábitos saludables. En
los casos de serología positiva, consideramos valioso que los pacientes se encuentren en
un marco institucional de sostén y apoyo en los momentos iniciales de la notificación de
estar infectado, tendiente a la vez a la prevención de complicaciones médicas y
reinfecciones, y buscando una mejor calidad de vida en las personas. Siguiendo estos
planteos, presentamos un Dispositivo de Testeo donde se alienta a que las personas
realicen la prueba de detección serológica de VIH pero brindando un espacio de
asesoramiento y orientación. Todos las personas que llegan al servicio, por derivación o por
demanda espontánea tienen como mínimo una entrevista con algún miembro del Equipo de
Testeo. Consideramos que esos espacios constituyen una oportunidad para reflexionar
sobre mitos, creencias, conocimientos, miedos y cuidados vinculados con el VIIH/sida y la
importancia del uso del preservativo en todas las relaciones sexuales y el no compartir
instrumentos en el uso de drogas. En las entrevistas pre-test y pos-test los sujetos son
escuchados y se tiene en cuenta la situación particular de cada uno, buscando concientizar
a los sujetos, promulgando su posición activa en el cuidado de la salud.
Este dispositivo requiere tener agentes de salud comprometidos con la tarea,
capacitados en forma constante en el tema de VIH/sida y en la modalidad de asesoramiento
y las implicancias que esto genera en las personas que consultan.
Durante el año 2008 se realizaron 681 entrevistas pre- test, 1358 entrevistas pos-test y
64 entrevistas de asesoramiento. Se entregaron 112 serologías positivas. Estos números
evidencian que muchas personas no pasan por la entrevista pre-test, llegando en la mayoría
de los casos, sin información sobre lo que es el VIH/sida, los modos de infección, las formas
de prevenir, lo que implica tener una serología positiva, las opciones disponibles de
tratamiento, las cuestiones legales vinculadas a esta problemática.
También creemos de suma relevancia la información recogida en la Planilla de
Consejería, aportando datos actuales sobre el perfil de cada paciente o consultante, a fin de
planificar proyectos y ejecutar acciones enmarcadas en políticas públicas de salud.
Debido a las estadísticas presentadas, es que creemos que es necesario y de suma
importancia el trabajo en forma conjunta con los otros servicios del hospital y con los/as
médicas y enfermeros/as del Servicio de Infectología, aunando esfuerzos y promulgando
tareas en conjunto con la búsqueda de lograr objetivos en común. Para esto es condición
que el dispositivo sea reconocido por todos los agentes de salud del hospital y mas aún
dentro de Infectología, otorgándole valor a la tarea que realizamos, dotándonos de entidad y
valorando nuestros roles.
Queda por investigar cómo viven las personas que consultan, el paso por el dispositivo
y el aporte que les brinda en cada caso, comparando con otros dispositivos y diferenciando
los casos que tuvieron pre-test de aquellos que no. Es dable destacar que el equipo ofrece
entrevistas una vez que las personas pasaron por el pre-test y demandan entrevistarse con
algún miembro del equipo, lo que genera alivia y disminuye la angustia de los sujetos. Son
muchas las personas que asisten a esos espacios de entrevistas de asesoramiento
manifestando nuevas reacciones luego de haber procesado la noticia de estar infectado con
VIH y expresando la sensación de confianza, resguardo, apoyo y escucha por parte del
Equipo de Testeo. Si bien estas entrevistas no están contempladas en un marco de
psicoterapia, son espacios que los sujetos demandan y que dan cuenta de la importancia del
asesoramiento brindado, aunque no constituyen la parte central del dispositivo. Es por esto
que concluimos que falta por articular estrategias de seguimientos de los casos de serología
positiva siendo que aquellos que inician tratamiento con medicación antirretroviral no tienen
un espacio para hablar sobre sus dificultades con la adherencia la tratamiento y sumado a
aquellos que no tienen indicación de tratamiento, no cuentan con un asesoramiento sobre
las dificultades que vivencian por vivir con el virus VIH.
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