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Transcript
Oraciones subordinadas adverbiales. Esquema*
Tipo
de Lugar
(locativas)
Sustitución
por un
adverbio de
lugar (allí)
Función
Complemento
Circunstancial
de Lugar
(CC L)
Oraciones
de Tiempo
por un
Complemento
Subordinadas (temporales) adverbio de Circunstancial
Adverbiales
tiempo
de Tiempo
Propias
(entonces) (CC T)
de Modo
por un
Complemento
(modales)
adverbio de Circunstancial
modo (así) de Modo
(CCM)
Causales (de no admiten Complemento
Causa)
sustitución Circunstancial
adverbial
de Causa
(CC C)
Finales (de
no admiten Complemento
Finalidad)
sustitución Circunstancial
adverbial
de Finalidad
Oraciones
(CC F)
Subordinadas Condicionales no admiten Complemento
Adverbiales
sustitución Oracional
Impropias
adverbial
Concesivas
no admiten Complemento
sustitución Oracional
adverbial
Consecutivas no admiten Complemento
sustitución del Adverbio
adverbial
(C.Adv.)
Complemento
del Adjetivo
(C.Adj.)
Comparativas no admiten Complemento
sustitución del Adverbio
adverbial
(C.Adv.)
Complemento
del Adjetivo
(C.Adj.)
Nexos
donde*
adv. relativo
cuando
adv. relativo
como
adv. relativo
porque
conjunción
para que
locución
conjuntiva
(prep.+conj.)
si
conjunción
Cuidado
aunque
conjunción
tan ... que
nexo
discontinuo
tan ... como
más ... que
menos ...
que
nexo
discontinuo
Cuidado
Cuidado
* Este esquema es una simplificación y, como tal, no está exenta de falsedad.
CLASIFICACIÓN TRADICIONAL DE LAS SUBORDINADAS ADVERBIALES
En el caso de las adverbiales, se incluiría en ellas toda oración que realizara la función de
complemento circunstancial. Posteriormente, según su significado, cada oración se
clasificaría en uno de los siguientes tipos: de lugar, de tiempo, de modo, causales, finales,
concesivas, condicionales, comparativas y consecutivas.
Parece mejor separarlas en grupos diferentes:
I. Subordinadas cuantitativas: comparativas y consecutivas. Formalmente similares a las
oraciones de relativo, funcionan siempre como complemento de un cuantificador.
II. Subordinadas adverbiales:
a.. Adverbiales propias: locativas, temporales y modales. Se caracterizan por equivaler
funcionalmente a adverbios.
b. De causalidad (o adverbiales impropias): causales, finales, concesivas y condicionales.
Tienen, como veremos, características comunes en cuanto a su comportamiento sintáctico y
semántico.
SUBORDINADAS CUANTITATIVAS, COMPARATIVAS Y CONSECUTIVAS
Las subordinadas comparativas y consecutivas mantienen un estrecho paralelismo. Lejos de
realizar la función de complemento circunstancial, como tradicionalmente se ha venido
señalando, ambas son expansiones de una cuantificación o intensificación previa, en un caso
expresando una comparación:
Gasta tanto dinero como gana,
y en otro enunciando una consecuencia:
Gasta tanto dinero que se ha arruinado.
De ahí que estas estructuras comparativas y consecutivas estén caracterizadas por la
correlación entre el cuantificador o intensificador -más, menos, tan(to), tal...- y la oración
subordinada, que con ese cuantificador o intensificador constituye un grupo sintagmático; eso
sí, la oración subordinada en ningún caso depende directamente del verbo principal.
SUBORDINADAS COMPARATIVAS
Con las CONSTRUCCIONES COMPARATIVAS el hablante establece una relación de
cantidad entre dos elementos:
Primer término de la comparación o REFERENTE y
Segundo término de la comparación o TENOR
La película es tan divertida como tú decías.
Funcionalmente, las construcciones comparativas, son siempre complementos de un
cuantificador. En el ejemplo del principio, como tú decías complementa a tan, de modo que
el adjetivo divertida está cuantificado por el S. Adv tan(to) como tú decías.
El cuantificador del que depende la construcción comparativa puede modificar
a un adjetivo (La película es tan divertida como tú decías).
a un adverbio (Vive tan lejos como tú decías),
a un sustantivo (Tiene tantos libros como te imaginabas) o
a un verbo (Miente tanto como habla).
Cuantificador
Tan, Tanto/a
Tal
Núcleo
Correlator
adjetivo
...tan inteligente como...
sustantivo que
...más hombre que ...
verbo
...trabaja menos que..
cual
Más
como
Menos
adverbio
... más lejos que ...
de
Igual (de)
La construcción comparativa puede indicar superioridad, inferioridad o igualdad. Según sea
su valor, nos encontramos con diferentes estructuras sintácticas:
ESTRUCTURA DE LAS CONSTRUCCIONES COMPARATIVAS
En toda construcción comparativa pueden distinguirse los siguientes elementos:
a) Dos SEGMENTOS: tradicionalmente se divide una estructura comparativa en PRIMER
TÉRMINO y SEGUNDO TÉRMINO de la comparación. En el primero aparece el
cuantificador y en el segundo, que se inicia con el subordinador que, como o de, el punto de
referencia.
b) El CUANTIFICADOR: en cuanto a su categoría gramatical, puede ser un adverbio
(cuando modifica a un verbo, a un adjetivo o a un adverbio, como en corre tanto como.... tan
alto como.... tan lejos como ... ) o un determinativo (cuando acompaña a un nombre, como en
tantos libros como ... ). Según hemos señalado, son más, menos, tanto, igual (de) y artículo +
mismo.
Se considera más inteligente que su hermano
Se considera menos inteligente que su hermano.
Se considera más que inteligente c) La BASE DE LA COMPARACIÓN es el elemento cuantificado, el cual, según se ha
visto, puede ser un verbo, un adjetivo, un adverbio o un sustantivo. Lógicamente, la base de
la cuantificación se encuentra siempre en el primer término de la estructura.
d) El NÚCLEO DE LA ESTRUCTURA COMPARATIVA es la unidad de la cual depende
sintácticamente el elemento cuantificado o base de la comparación.
Es una película más divertida que interesante.
e) El SUBORDINADO es el elemento que introduce el segundo término de la comparación:
que, como, de.
Obsérvense en el siguiente ejemplo todos los elementos mencionados:
PRIMER TÉRMINO
Juan
ha sacado
SEGUNDO TÉRMINO
de la biblioteca
NÚCLEO
tantos
libros
como
CUANTIFICADOR
BASE
SUBORDINADOR
tú
LA ELISIÓN DE LOS ELEMENTOS EN LA COMPARACIÓN. ORACIONES
COMPARATIVAS Y SINTAGMAS COMPARATIVOS
En toda estructura comparativa es necesario suponer que el segundo término de la
comparación presenta siempre una estructura paralela a la del primero. De esta manera, puede
decirse que la estructura sintáctica completa de un enunciado como el del ejemplo anterior es
la siguiente:
Juan ha sacado esta mañana de la biblioteca tantos libros como (libros) (has sacado) tú
(esta mañana) (de la biblioteca).
Es imprescindible hablar de elementos elididos si queremos explicar la función de las unidades
que sí aparecen: en el ejemplo del que hemos partido, debemos suponer que existe un verbo
elidido para justificar la presencia del pronombre tú, que sólo puede desempeñar la función
de sujeto.
Este hecho es el que permite explicar la diferencia entre construcciones comparativas
oracionales y sintagmáticas. Para ello, comparemos estos dos enunciados:
COMPARATIVOS SINTÉTICOS
De los comparativos sintéticos etimológicos sobreviven mayor, menor, mejor y peor. Estas palabras son adjetivos que expresan en sí mismos el grado comparativo de los adjetivos
grande, pequeño, bueno y malo, respectivamente, y de los adverbios bien y mal, por lo que
son equivalentes a más grande, más pequeño, más bueno, más malo, más bien y más mal.
Por tanto, lo característico de estos comparativos sintéticos es que, como vemos en las
equivalencias anteriores, llevan implícito el cuantificador, lo que les permite formar
construcciones comparativas de superioridad en las que no aparece en el primer término el
adverbio más:
Juan es mayor que su hermano.
Luis explica mejor Historia que Paco Filosofía.
En cualquier caso, el cuantificador que estos comparativos sintéticos tienen implícito es
siempre más, y no menos ni tan.
Esto significa que una construcción como Luis es menor que su hermano no es en absoluto
una comparación de inferioridad, en contra de lo que pudiera parecer a primera vista, sino una
comparación de superioridad, pues equivale a Luis es más pequeño (o más joven) que su
hermano, y no a Luis es menos grande (o menos viejo) que su hermano.
COMPARATIVAS ESTEREOTIPADAS
En el registro coloquial, con frecuencia se emplean construcciones comparativas en las que en
el segundo término de la comparación aparecen expresiones prototípicas que el saber común
ha consagrado para significar que algo se da en grado sumo o ínfimo:
Pasa más hambre que un maestro de escuela.
Eres más vago que la chaqueta de un guardia.
Está tan borracho como una cuba.
Estas comparativas elativas no ofrecen peculiaridades formales de ningún tipo respecto a lo
que venimos estudiando.
FALSAS COMPARATIVAS
Hemos considerado como propiamente comparativas construcciones que, en su forma,
presentan unos esquemas determinados y, por su significado, expresan una comparación.
Ahora bien, existen diversas construcciones en apariencia similares a las comparativas, pero
que no pueden considerarse en sentido estricto como tales. Suelen recibir la denominación
genérica de FALSAS COMPARATIVAS, aunque manifiestan estructuras sintácticas de muy
diferente carácter. Veamos algunos ejemplos:
Prefiere quedarse en casa a salir con él.
Anda como su padre.
Tengo más discos que éstos de rock.
Cree que no hay nadie en el mundo más que él.
El Presidente es astuto más que inteligente.
En algunos de estos ejemplos se comparan dos realidades, pero con estructuras sintácticas
diferentes de la construcción propiamente comparativa.
En el primer ejemplo, la idea de comparación de superioridad está implícita en el significado
del verbo preferir, que exige dos complementos, un CD y un CR, de los cuales el primero
recibe una valoración más alta que el otro. En el segundo ejemplo, aunque se comparan dos
formas de andar, falta un cuantificador al cual pueda complementar la construcción
comparativa. Se trata más bien de un complemento de significado modal.
Los demás ejemplos, aunque en apariencia tienen el mismo esquema formal que las
construcciones comparativas, no significan estrictamente comparación. En Tengo más discos
que éstos de rock, no puede considerarse éstos de rock como un segundo término comparativo
porque, en realidad, no se está haciendo comparación alguna; lo que el enunciado expresa es
más bien una adición que podría glosarse de la siguiente forma: Tengo otros discos además de
éstos de rock.
Algo parecido sucede en el siguiente ejemplo, donde tampoco hay comparación, sino una
adversación excluyente: el enunciado Cree que no hay nadie en el mundo más que él tiene
un significado similar a Cree que no hay nadie en el mundo sino él.
El último puede ser fácilmente confundido con una auténtica estructura comparativa, como por
ejemplo El Presidente es más astuto que inteligente; pero mientras en ésta sí se está
comparando la intensidad con que se presentan dos cualidades, en El Presidente es astuto más
que inteligente no hay comparación, sino que se está valorando los rasgos de la persona de la
que se habla como propios de una cualidad, y no de otra: es una estructura correctiva, en el
sentido de que corrige una idea que se considera poco adecuada afirmando la que se considera
verdadera. En este sentido, es similar a No es que sea inteligente, sino que más bien es astuto.
SUBORDINADAS CONSECUTIVAS
Las oraciones subordinadas consecutivas indican una consecuencia de la intensidad de algo
que se ha expresado previamente. Son introducidas por el subordinador que y complementan
al cuantificador mediante el cual se ha realizado la intensificación.
Los cuantificadores pueden ser los adverbios
tanto o tan:
Le gustó tanto la comida que se comió todo,
Se pone tan pesado que no hay quien lo aguante,
y los determinativos tanto, tal, un -y sus respectivas variantes morfológicas- y cada:
Tenía tantas deudas que se ha arruinado.
Grita de tal forma que resulta desagradable.
Tiene un carácter que no hay quien lo soporte.
Dice cada barbaridad que hace reír
En el registro coloquial, se usa también como intensificador la locución una de, en la que se
supone elidido el sustantivo cantidad:
Tiene una de libros que no le caben en su casa.
A veces, sobre todo en oraciones exclamativas, no aparece la subordinada consecutiva,
quedando truncada la oración:
(He comido tanto... (Yo tenía un miedo ... (Tienes cada cosa ... !
De modo inverso, en ocasiones, no se presentan el cuantificador ni el elemento encarecido.
Entonces la oración subordinada consecutiva mantiene un valor ponderativo y equivale a una
oración de carácter adjetival en función de complemento predicativo o de atributo:
Llegó que no podía más.
La cosa está que arde.
También sin el intensificador se presentan subordinadas consecutivas que, paralelamente a
las comparativas, tienen un carácter elativo o intensificador: la oración subordinada está
constituida por una expresión prototípica consagrada por la comunidad para expresar
ponderativainente algo, como por ejemplo en
Corre que se las pela.
Canta que da gusto.
Viene que da pena.
Aunque sin intensificador, la expresión de intensidad de la que se sigue la consecuencia puede
ofrecerse con diversas construcciones exclamativas y el verbo, preferentemente, en futuro
o en condicional. En estos casos, el significado de la oración fluctúa entre los valores
consecutivo, causal y final:
Con un interrogativo:
(Qué comería, que no puede moverse!
(Cómo será, que nadie lo aguanta!
Con el intensivo si:
(Si será tonto, que no se ha dado cuenta!
> Con lo + adjetivo o adverbio + oración de relativo:
(Lo simpático que será, que todo se lo perdonan!
En cuanto al modo, las oraciones subordinadas consecutivas exigen el indicativo. Sólo aparece
el subjuntivo cuando el enunciado niega la relación lógica de consecuencia:
No bebió tanto que no supiera lo que hacía.
Otros nexos consecutivos son conque, luego, así (es) que, deforma (manera, modo, suerte)
que...:
Tengo sueño, conque me voy a la cama.
Pienso, luego existo
Unidades adverbiales como por (lo) tanto, por consiguiente, en consecuencia... Estos
elementos ocupan distintas posiciones en la oración:
Estudia poco, en consocuencia no aprobará
Estudia poco, no aprobará, por tanto
Algunos autores consideran estas últimas formas más cerca de la coordinadas que de las
subordinadas, poe eso piensan que existen también proposiciones coordinadas consecutivas
SUBORDINADAS ADVERBIALES PROPIAS
Sustituibles por adverbios, desempeñan habitualmente la función de complemento
circunstancial de un verbo.
Adverbiales y Adjetivas. La construcción más frecuente es aquélla en la que la oración utiliza
como subordinador adverbios relativos sin antecedente expreso, aunque las modales y,
especialmente, las temporales conocen una mayor variedad de nexos. No hay ninguna
distinción formal entre las oraciones adverbiales introducidas por los adverbios relativos
(donde, cuando y como) y las subordinadas adjetivas. De hecho, a toda oración adverbial de
relativo se le podría añadir un adverbio -o un S. Prep- que le sirviera de antecedente y se
convertiría de forma automática en una oración subordinada adjetiva:
- Han construido un polideportivo (allí / en el lugar) donde jugábamos de pequeños.
- Apaga el gas (luego / en el momento) cuando salgas de casa.
- Debes montarlo (así/ de la manera) como indican las instrucciones.
Adverbiales y las Interrogativas. Es importante no confundir estas oraciones introducidas
por adverbios relativos (tengan o no antecedente expreso) con las subordinadas sustantivas
introducidas por adverbios interrogativos. Recuérdese que éstos últimos son tónicos, llevan
tilde diacrítica y forman subordinadas sustantivas interrogativas indirectas: No sé dónde estoy,
ni cómo he ido ni cuándo he de marcharme.
SUBORDINADAS ADVERBIALES LOCATIVAS
Las subordinadas adverbiales de lugar siempre van introducidas por el adverbio relativo donde
y son sustituibles por adverbios de significado locativo:
- Deja el abrigo donde puedas (Deja el abrigo allí.)
Desempeñan sobre todo la función de complemento circunstancial de lugar, pero también a
veces la de complemento oracional, cuando aparecen separadas del resto del enunciado por
medio de pausas:
Procura leer siempre donde tengas buena luz (CC de lugar).
Donde está, se acuerda de los suyos (COr).
Con preposición. Si la construcción lo exige, pueden aparecer -igual que los adverbios de
lugar- precedidas por alguna preposición. Son entonces el término de un S. Prep, y será éste
el que funcione propiamente como complemento circunstancial:
Se fue por (donde vino) - Se fue por allí SPrep / CCL
SUBORDINADAS ADVERBIALES TEMPORALES
Las subordinadas adverbiales de tiempo van introducidas principalmente por el adverbio
relativo cuando, aunque también hay otros diversos subordinadores, y admiten ser sustituidas
por adverbios de tiempo:
Iré cuando pueda - Iré luego,
El significado temporal de la oración subordinada puede ser
de simultaneidad (Según pasa el tiempo se va encontrando mejor),
de anterioridad (penas terminó la fiesta regresamos a casa) o
de posterioridad (Cuando lo anunciaron yo ya lo sabía),
según ocurra lo referido por ella al mismo tiempo, antes o después, respectivamente, de lo
expresado por el verbo principal.
Con preposición. Como las locativas -y como los adverbios locativos y temporales-, las
subordinadas adverbiales con cuando pueden ser término de preposición:
Le gusta leer desde cuando era niña - Le gusta leer desde entonces.
Las oraciones adverbiales de tiempo desempeñan las funciones de complemento
circunstancial y, siempre que vayan aisladas mediante pausas, de complemento oracional:
Llámame cuando llegues. CCT
Cuando me desperté ya te habías marchado Cor
Con veerbos en forma no personal. Hay que recordar que, como complementos oracionales
con significado de tiempo, son muy frecuentes las construcciones absolutas con verbo en
forma no personal:
Al llegar los invitados empezó la ceremonia.
Saliendo de casa me encontré con él.
Iniciado el acto nadie pudo entrar
Nexos. Son frecuentes: cuando, mientras, luego
Otros nexos: después de que, antes de que, siempre que y ahora que
Llegó después de que cenáramos
Antes de que terminara la película salió del cine,
Siempre que se enfada se va,
Puedes decirlo ahora que no está
Algunos autores no consideran estos elementos como locuciones conjuntivas, por lo que su
análisis lo consideran como complementos de un adverbio
SUBORDINADAS ADVERBIALES MODALES
Las subordinadas adverbiales de modo van introducidas principalmente por el adverbio
relativo como, aunque existen otros subordinadores, por ejemplo, los adverbios según y
conforme y la locución tal y como. Son sustituibles por el adverbio modal así.
Hazlo como puedas - Hazlo así.
Móntalo según indica el folleto - Móntalo así.
Contestó tal y como le dijiste - Contestó así.
Como ya hemos señalado, según y conforme también pueden introducir adverbiales de
tiempo:
Según llegaban las noticias nos tranquilizamos.
Conforme pasan los días, empeora la situación.
Como puede observarse, en estos casos no indican modo, forma o manera, sino tiempo.
En ocasiones, el adverbio como y la conjunción si se agrupan para introducir la subordinada
como si:
Actúa como si no le importara nada.
Se trata de la construcción denominada habitualmente MODAL HIPOTÉTICA, que ha de ser
explicada como una doble subordinación con un verbo elidido por ser el mismo que el
principal:
Actúa como (actuaría) si no le importara nada,
donde encontramos una subordinada adverbial modal (como actuaría...) complementada por
una subordinada condicional (si no le importara nada).
Paralelismo entre modales y comparativas. Ejemplos como el anterior, en los que hay que
suponer la elisión de un verbo, revelan el paralelismo que existe entre las adverbiales modales
y las comparativas de igualdad :
- Actúa tan alocadamente como (actúan) los niños.
- Actúa tan alocadamente como (actuaba) cuando era niño.
- Actúa tan alocadamente como (actuaría) si fuera un niño.
- Actúa (tan alocadamente) como (actuaría) si fuera un niño.
Ciertamente, existe una gran semejanza de comportamiento sintáctico y de significado entre
unas y otras. Por un lado, en ambos tipos de construcciones se ponen en relación dos
realidades diferentes: en las comparativas, dos cantidades o intensidades; en las modales, dos
"maneras" o cualidades. En cualquier caso, ambas estructuras permiten describir una realidad
comparándola con otra que sirve de referencia:
Corre tanto como corre una gacela.
Hazlo como el folleto indica.
Esta relación de significado permite que, en ocasiones, el enunciado pueda ser semánticamente
ambiguo, como sucede en
Corre como las gacelas,
donde sólo por el contexto o la situación puede saberse si el hablante pretende decir que "corre
tanto o tan rápidamente como las gacelas" (comparativa) o que "corre dando saltos como las
gacelas" (modal).
Puede comprobarse, además, otra característica que relaciona ambas construcciones: las dos
manifiestan una gran capacidad de elisión, que hace que se omitan en la subordinada los
elementos comunes con la oración de la que ésta depende. Esta elisión suele estar presente
incluso en las oraciones modales en las que, en apariencia, la subordinada no tiene una
estructura paralela a la principal:
Hazlo como el folleto indica (que se haga).
Contestó tal y como le dijiste (que contestara).
Por otro lado, obsérvese que en la mayoría de la oraciones modales introducidas por como es
factible la presencia de un adverbio que sirva de antecedente al relativo, igual que sucede en
las comparativas:
Contestó tan mal como te imaginas.
Contestó tal como te imaginas.
A pesar de todas estas similitudes de comportamiento, conviene que sigamos analizando las
oraciones modales y comparativas como estructuras diferentes. Consideraremos, por tanto, que
las subordinadas modales desempeñan las funciones de complemento circunstancial y, siempre
que vayan separadas por pausas, de complemento oracional:
Cada uno lo hace como sabe (CC de modo).
Como tú dijiste, no hubo nada que hacer (COr).
Entrad en estas páginas y haced prácticas
http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/-adverb1.htm
http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/-adverb2.htm#m1
EJEMPLOS
ADVERBIAL DE LUGAR:

Mis amigos no están donde tú dices.

Coloca el pan donde yo lo vea.

Vamos donde dice tu hermano Jesús.

Aquella pena dolorosa, agobiante, incluso terrible, nacía de imaginar lo que había podido ser y
no era y, seguramente, nunca llegaría a ser.
ADVERBIAL DE TIEMPO:

Cuando vuelvas a casa, compra el pan.

Cuando Sancho oyó las palabras de su amo, comenzó a llorar con la mayor ternura del
mundo.

Tan pronto como estés listo, avísame.

Le estuve molestando mientras estudiaba.

Cuando me lo dijeron me quedé sorprendida.

No hables mientras estés comiendo.

Cuando haya terminado la novela te la prestaré.

Mientras te dure el dinero, todo irá bien.

Siempre que aparece por casa trae malas noticias.

Regresaron mientras dormíamos.

Pasaron décadas antes de que los romanos volvieran a invadir estas costas.

Cuando el emperador Caracalla convirtió en ciudadanos romanos a todos los habitantes del
imperio, las circunstancias cambiaron de manera sustancial.

Mientras enhebraba un paso con otro en aquella trabajosa ascensión, comencé una plegaria
infantil.

Mientras musitaba aquel anhelo, el sueño se apoderó de mí.

Tras llevarme los dedos a la boca para mojarlos, hice una crucecita de saliva detrás de mis
rodillas.

Una nube de gelidez descendió sobre mí nada más abandonar el interior del árbol.

Pero, jamás, dejaríamos que nos queme hasta el punto de devorarnos convirtiendo una
existencia que podría ser útil en un simple montoncito de cenizas.

Había avanzado unas decenas de pasos tan sólo cuando sentí un ruido creciente a mi
espalda.

Sólo tras mucho suplicar, tras mucho implorar, tras mucho gemir, mi madre consiguió que la
permitieran acompañarme.

El sol había iniciado su moroso camino de descenso cuando a lo lejos se dibujó una población
que me pareció desmesuradamente enorme.

Mientras aplacaba una sed que me abrasaba la garganta, no se me ocurrió reparar en lo que
aquel oficial acababa de decir sobre mi futuro inmediato.

Una sensación de irrealidad se apoderó de todo mi ser al escuchar aquellas palabras.

Cuando en los primeros años uno se ha acostumbrado a bregar con las dificultades de la vida
y a conformarse con lo que trae en su imparable fluir, la existencia acaba resultando mucho más fácil
y, sobre todo, más fecunda.

Cuando, por la noche, buscábamos un sueño indispensable que reparara nuestras fatigas me
venía a la cabeza la imagen de mi madre, pálida y llorosa, en el momento de despedirnos.

Los vi alejarse mientras me hundía en reflexiones sobre el daño que una mala educación
puede ocasionar a un niño.

Mientras son jóvenes, su espíritu resulta dócil y su edad moldeable.

«Acuérdate de tu Creador mientras eres todavía joven. -dejó escrito-, antes de que lleguen
los días malos y los años de los que digas "en ellos no tengo contentamiento".

» Abraham esperó ochenta años antes de que su esposa Sara quedara encinta y se cumpliera
la promesa divina de una descendencia.

Al pronunciar su nombre por primera vez, me supo en los labios dulce como la miel más pura
y refinada.

Regresó cuando ya sólo se escuchaba el suave rumor de las aguas y el áspero ruido de las
aves que aprovechan las tinieblas nocturnas para apoderarse de sus presas.
ADVERBIAL DE MODO:

Rellenamos el impreso según decían las instrucciones.

Te defenderé como lo haría el mejor abogado.

Esto lo haré como tú me digas.

Escribo como me han enseñado.

Contesté como tú me decías.

Esto tendrán que hacerlo según señale el arquitecto.

Sin descender de sus cansinos animales, los hombres dijeron algunas palabras a mi madre.

Siguió guardando cosas como si no hubiera advertido mi presencia.

Las piernas se me habían dormido provocándome un incómodo hormigueo.

No existía una sola empresa que quisiera ejecutar sin solicitar el concurso inicuo de los
perversos brujos.

Palpó bajo mis axilas de manera rápida, como si estuviera más que acostumbrado a realizar
ese tipo de exámenes.

dobló las piernas hasta que su mirada quedó a la altura de la mía.

Todo era enormemente sencillo y natural, como lo es la elaboración del pan o la siega o el
pasear a la sombra de los árboles.

Como si fueran animales de corral a los que se arroja comida, se dirigieron cloqueando hacia
nosotros.

Aquella agua verdigrís que, de repente, como si fuera un animal vivo, se transformó en una
sucesión de masas amarillas, naranjas y rojas, surcadas por tonalidades esmeralda.

¿Cómo iba a hablar el aire valiéndose de los bucles de aquella desconocida?
ADVERBIAL COMPARATIVA:

Este ejercicio es más fácil que el anterior (es).

Tu hermano miente más que habla.

Este mes, los ingresos son menores que los gastos.

Había tanta gente en el pub que no pude entrar.

Trabaja más constantemente que trabajas tú.

Come tanto que tiene digestiones pesadas.

En aquella época esa visión de dos equites no resultó para mí menos prodigiosa de lo que
hubiera sido el descenso de dos ángeles procedentes del mismo cielo.

Descansaba el copudo árbol sobre un suave promontorio como si el bosque entero, reunido
en arbórea asamblea, le hubiera encomendado la tarea de vigilar la llegada no deseada de cualquier
enemigo.

Nos comportaríamos así de la misma manera que hacemos con el fuego.

Los hombres me parecían más fuertes y grandes de lo que nunca había visto.

El poder resulta tan indispensable que sólo un loco lo podría negar.

Al ser yo todavía un niño es posible que lo recuerde con más apostura de la que tenía en
realidad.

Hay seres que emanan maldad de la misma manera que el vergonzoso sapo despide un
escupitajo inmundo que puede cegar o que el asno orejudo emite rebuznos ensordecedores.

El agua corría limpia colina abajo como si nunca hubiera estado encerrada bajo tierra y en su
discurrir parecía atrapada la mirada inmensamente triste de Vortegirn.

A mi madre aquellas palabras le resultaron más costosas que si hubiera pronunciado un
elaborado discurso.

Como si la luz más limpia hubiera penetrado profundamente en las oscuras habitaciones de
mi corazón, caí en la cuenta de que ya no sólo escuchaba sino que preguntaba e incluso discutía.

Necesitaba aquel aliento helado en torno de él de la misma manera que las plantas precisan
del agua.

Recorrí a toda la velocidad que pude, escasa porque estaba muy cansado, la distancia que
me separaba del inmenso caballo.

El tiempo se escapa de nuestra vida con mayor rapidez e irreversibilidad que el agua que se
nos escurre entre los dedos.

Con la distancia de los años mi infancia me parecía dulcemente hermosa, como si nunca
hubieran existido los cachetes y los pescozones.

Decidí que era mejor atravesar ese trance que arriesgarme a que un rayo me fulminara o el
agua me empapara hasta el punto de causarme la muerte.

Por supuesto que sí -dijo mientras sus labios finos se descorrían en una sonrisa como nunca
antes había tenido ocasión de ver.

aquella mujer era tan hermosa que no me veía capaz de hablar con ella.

Desde luego, era el más dulce que jamás había sentido.

Su voz pareció llenar la estancia como si fuera el fragor de un vendaval tan impetuoso como
los secretos arcanos del universo.
ADVERBIAL CAUSAL:

No ha venido porque no ha querido.

No me aprietes tanto, Sancho, que me derribas.

Ya que me tratas fatal, no te veré nunca más.

Mi padre llegó tarde porque perdió el tren.

Felipe no ha venido hoy, pues lo habría visto.

Lo lamento vivamente porque durante décadas lo admiré hasta casi la devoción.

No sé qué ha visto de especial en ti el Regíssimus porque a mí me pareces un mocoso como
otro cualquiera.

Al final, siempre tiene lugar la victoria porque el bien es más fuerte que el mal.

Incluso prefería aquél (el latín) porque poseía una estructura especialmente adecuada para
transmitir conocimientos y ordenar el pensamiento.

Que se aguante que ya le daremos luego.

No siempre que esté en nuestra mano holgar, deberíamos tumbarnos a la sombra porque, a
fin de cuentas, el descanso no es un fin sino que tan sólo constituye un medio.

Seguramente, era cierto que nuestros hijos podrían navegar en medio de las aguas
procelosas, entre otros motivos porque no les quedaría otro remedio.
ADVERBIAL CONSECUTIVA:
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Estoy muy cansado, por lo tanto me voy a la cama.
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No me han invitado a la fiesta, de modo que no iré.
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Mi amigo no iba en el autobús, pues lo habría visto.
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No es fácil esa decisión, por tanto, medítala bien.
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Ana canta tan mal que hay que taparse los oídos.
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Tienes fiebre, por consiguiente debes ir al médico.
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Como no contestabas, me fui.
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Tu hermana es tan encantadora que todos la admiran con devoción.
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La luz resulta tan poderosa, tan impresionante, tan llena de vigor que tan sólo logra cegarnos.
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Somos tan ingenuos como para creer que todo empieza con nuestra vida.
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Se encontraba tan sumida en la asfixiante congoja que ni siquiera reparó en que salía de la
iglesia sumida en la penumbra mientras desgranaba con los labios preces repetidas infinidad de
ocasiones.
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Hacía tanto frío que, por un instante, se me cortó la respiración.
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Toda aquella barahúnda para ellos resultaba natural, tanto que no veían nada sorprendente
en aquella masa de animales, de personas y de objetos.
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Un reptil extraordinariamente venenoso sólo esperaba a que me acercara lo suficiente para
inocularme toda su ponzoña.

Su nariz, sus labios, sus orejas me parecieron de una perfección extrema, tan extrema que
daba la sensación de hallarse situada en algún punto más allá de lo humano.
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Trataba aquellos textos con un amor y una ternura que no manifestaba hacia otros.
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Tanta que ni siquiera tenemos que envidiar al pez porque puede vivir bajo el agua ni al águila
porque recrea su mirada y su corazón con la visión de las montañas más elevadas.
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Habían visto a tantos prohombres del imperio entregando territorios que exigieron la tercera
parte de Italia.
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Como era habitual en ellos no manifestaron el menor asomo de compasión.
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Apenas ven más aliciente a la vida que contar todo.
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No sólo la oscuridad no era un punto menos tenebrosa, sino que además el aire estaba
impregnado de un olor penetrante y fétido.
ADVERBIAL CONDICIONAL:
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Si vienes a mi casa te daré el regalo.
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Como llegues tarde otra vez, no te esperaremos.
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Si te quedas conmigo, te daré un mundo.
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En el caso de que se te inflame la pierna, acude al médico.
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Si me llamaras, lo dejaría todo.
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Como no estudies, no aprobarás.
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Estaba convencido de que si aquellas ramas nudosas intentaban apoderarse de mí con la
intención de que sus troncos negros me devoraran o sus raíces retorcidas y añosas se alimentaran, Él
haría acto de presencia.
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Si Vortegirn hubiera conocido a mi admirado poeta Virgilio, se hubiera opuesto a la propuesta
del astuto sajón.

Si cierro los ojos y contengo la respiración, me parece sentir una vez más el frío intenso, pero
agradable, en las manos, el aroma limpio a pureza que emanaba de aquellas aguas.

¿Quién mantendría la tranquilidad en los caminos, quién castigaría a los ladrones y a los
asesinos, quién protegería a las viudas y a los huérfanos si no existiera una espada dispuesta a
enfrentarse con los malhechores?

Si no puedes construir la torre, se debe tan sólo a que la tierra está blanda por el agua y se
cae.
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Si se usa con bulbos, sirve para extraer espinas y aguijones.
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Si cierro los ojos y pienso en Blastus puedo ver todo eso y mucho más.
ADVERBIAL CONCESIVA:
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Aunque miente, es buena persona.
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A pesar de que se lo prohíbe el médico, mi padre fuma.
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Aunque parezca tonto, no lo es.
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Por mucho que lo leo, no lo entiendo.
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Te han de curar la herida por mucho que grites.
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Aunque me cuentes ahora la verdad, no te creo.
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Aunque está agotada, duerme poco.
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A pesar de que el emperador había dejado de preocuparse de nosotros, los britanni no
perdieron la esperanza.

A pesar de que los rostros de aquellos apóstatas constituían un verdadero poema, me resultó
mucho más interesante contemplar a Vortegirn.

Aunque la comida dejaba mucho que desear y aunque difícilmente hubiéramos podido estar
más incómodos en aquel lugar gélido y húmedo, sentía mucho afecto por Blastus, mi maestro.

A pesar del frío tremendo, nada más escuchar aquellas palabras, se enroscó a mis orejas un
calor insoportable, tanto que sentí que ardían como un trozo de leña.

Aunque pasarían años antes de que concluyera mi aprendizaje, aunque le escucharía todavía
centenares de horas de enseñanzas y lecciones, había empezado a realizarse un cambio.

En lugar de formarlos para la incorporación de la sabiduría en su ser, se les estímulo hacia la
mera palabrería.
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Aunque la luz era mala, pude contemplar con relativa claridad sus facciones.
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No había tenido noticias de ella, mi madre, durante mucho tiempo, aunque no resultaba tan
extraño.

Sin embargo, aunque los hierbajos indómitos cubrieran las desgastadas calzadas romanas,
aunque algunos puentes de piedra y madera amenazaran con desplomarse por la falta casi total de
cuidados, aunque no pocos campos aparecieran sin cultivos, aunque no pudiera dar con una sola
iglesia que se hubiera salvado de ser quemada o demolida, aunque vi todo eso y no pocas cosas
peores, en ningún momento perdí la alegría.

A pesar de que hubo algún momento en que me pareció que los golpes me alcanzaban de
lleno los huesos de los brazos, me sentí lleno de fuerza.
ADVERBIAL FINAL:

Te mandamos un telegrama para que supieras el asunto.
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Te lo explicaré detalladamente para que lo entiendas bien.
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Se viste así para que todos la miren.
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Te traigo lana para que me hagas una chaqueta.
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Celebraré la fiesta el domingo con el fin de que vengas mis amigas.
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Para que él me oyera, tuve que dar muchas voces.
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Te traigo dinero para que me compres el vestido.
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Así, solo por completo, paseé la mirada en busca del lugar más adecuado para esperar a mi
madre.
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Debí lanzar contra el suelo los pobres materiales que llevaba en la mano para correr más
deprisa y hallarla.
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Apenas necesitó un par de zancadas para colocarse a mi altura.
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Estaba escuchando para comprender.
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Yo era todavía joven y pensaba que los obstáculos sólo se alzaban ante nosotros para
invitarnos a superarlos y vencerlos.
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Caius chistó al legionario para obligarle a guardar silencio.
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El amor condimenta lo que la Providencia pone a nuestro alcance para que nos alimentemos.