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COMENTARIO DEL TEXTO 8 1. Exponga el tema del fragmento y relaciónelo con la obra a la que pertenece. El texto recoge las reflexiones de Werther acerca del futuro de su relación con Carlota. Tras abandonar su trabajo con el embajador, Werther deambula sin un propósito definido, hasta reconocer que su verdadero deseo es acercarse de nuevo a Carlota. El posterior reencuentro desencadenará el trágico desenlace de la obra. Las dos primeras cartas, muy breves, expresan la desorientación de Werther, la falta de sentido en su vida más allá de su amor por Carlota: No soy más que un peregrino que vaga por el mundo. Pese a la contradicción entre su deber y sus sentimientos, Werther asume que será incapaz de apartarse de Carlota, que acabará por ceder y por reunirse de nuevo con ella. La tercera carta, más extensa, está fechada unos días más tarde. En ella Werther parece haberse al fin decidido por volver a Wahlheim. Imagina lo que podría haber sido un futuro con Carlota, cuyo amor merece más que Alberto. Ve sus propios sentimientos hacia Carlota más puros y profundos, al tiempo que se considera un alma gemela de la joven. De nuevo la lucha interior entre sus sentimientos y su deber, entre su amor por Carlota y la lealtad a ella misma y a Alberto. No obstante, comienza a vislumbrarse un cambio fundamental en la actitud de Werther, que presidirá su relación con el matrimonio en este segundo libro: por encima de su anterior amistad, empieza a ver en Alberto un rival. El tema fundamental del texto es el amor. Son abundantes las expresiones de los sentimientos de Werther, en especial en la tercera carta: Werther encarna la concepción romántica del amor, entendido como un sentimiento que en su máxima expresión está al alcance sólo de unos pocos privilegiados. El amor es un don, próximo al concepto mismo de “genio”, y el verdadero enamorado es un ser superior, un héroe generado por la fuerza misma de sus sentimientos. Así, la felicidad que conlleva el amor es absoluta: … si me hubieras destinado tanta dicha, mi vida habrá sido una adoración continua!. Pero también es absoluto el dolor que ocasiona: Mi llanto se ha agotado. En cualquier caso, el amor es una fuerza que arrastra al enamorado y contra la cual no puede rebelarse: Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él quiere. El objeto del amor de Werther es Carlota, que representa en la obra el ideal femenino del Romanticismo: bella, sensible, sencilla… Las declaraciones de Werther son abundantes: ¡Estrechar en mis brazos a la criatura más peregrina que vive bajo el sol! El obstáculo que se interpone entre Werther y su amada es Alberto, primero prometido y luego marido de Carlota. La relación entre Werther y Alberto evoluciona a lo largo de la obra: de la amistad y el respeto iniciales pasa Werther a considerarlo como un rival, inmerecedor además del amor de Carlota. Surge así otro de los temas principales de la obra: el contraste entre pasión y razón, entendidos no sólo como maneras de amar, sino también, y en un sentido más amplio, como formas de vida. En el texto se observa cómo esta lucha empieza a desarrollarse en el espíritu de Werther. Él representa la pasión, el dominio de los sentimientos: Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él quiere. Y desde esa posición se siente más próximo a Carlota de lo que nunca podría estar Alberto: ¡… ella habría sido más feliz conmigo de lo que es con él! Alberto es la razón, y por lo tanto está lejos de lo que Carlota merece: No es hombre propicio para satisfacer todos los anhelos de un corazón como el de ella. Alberto, a juicio de Werther –de Goethe-, no tiene la misma sensibilidad – Su corazón no simpatiza con los nuestros…- que poseen él mismo y Carlota: … el mío y el de Carlota se unen y laten al mismo tiempo juntos… Precisamente en relación a esa sensibilidad aparece un nuevo tema: el valor del arte en relación a los sentimientos: el corazón de ambos late de igual modo al leer el pasaje de un libro querido. Es la concepción romántica de arte en consonancia con el estado de ánimo, completada con un valor similar de la naturaleza: ambos, naturaleza y arte, reflejan y prolongan los sentimientos de los protagonistas. El mejor ejemplo, fuera ya del texto, es el paralelismo entre la traducción del poema de Ossián y la situación de Werther y Carlota, al final del libro tercero. De manera muy general, pueden encontrarse en el texto referencias a otro de los temas de la obra: el mal del siglo, encarnado en Werther, permanentemente desencantado y desorientado en su vida. La temática del libro se completaría con temas como la religión o el suicidio, que no aparecen en el texto. 2. Analice las características formales del texto: técnicas narrativas y recursos expresivos. Se trata de un texto narrativo. El propio Werther expone sus intenciones y reflexiones acerca de sus sentimientos hacia Carlota.Es, por tanto, un narrador en primera persona central: el propio protagonista, que cuenta en sus cartas sus sentimientos y lo que estos le provocan: No soy más que un peregrino que vaga por el mundo, comienza. Y concluye: Mi llanto se ha agotado. Estoy trastornado. La elección de este tipo de narrador responde a la necesidad de que se exprese con intimidad, y con un tono muy subjetivo: lo que cuenta es para él una experiencia emotiva: ¡Yo su marido! ¡Ella mi esposa! Esto hace aumentar la sensación de autenticidad y refuerza la verosimilitud, dándole mayor credibilidad y acercándole más al lector: Werther, como narrador, solo cuenta sus sentimientos y sus emociones, al contrario que haría un narrador omnisciente que sabe lo que piensan todos los personajes, no conoce lo que pasa por la mente de los otros personajes que participan en la novela, aunque a veces por sus gestos o sus reacciones intuye alguna cosa: Ella habría sido conmigo más feliz de lo que es con él. Goethe construye el Werther como una novela epistolar: simula ser una colección de cartas escritas a su amigo Guillermo, a quien Werther comunica sus decisiones y pide consejo. Frente a Werther-narrador aparece Guillermo: él será el destinatario de las cartas, asumiendo por tanto la función de narratario, con presencia en el discurso de Werther en forma de segunda persona: ¿Eres tú diferente?, o vocativos: Sí, amigo mío…, Guillermo, ¿es verdad que él la ama…? En el tercer libro, Goethe emplea la técnica del narrador-editor, que cuenta la historia en tercera persona a partir de los testimonios de trozos de cartas de Werther o de los relatos de otros personajes: se trata de un nuevo recurso narrativo que refuerza la verosimilitud del texto, salvando el obstáculo que supondría el que Werther fuese narrador de su propio suicidio y de su entierro. La novela está dividida en tres partes que se mencionan como Libro primero, Libro segundo y El editor al lector. El Libro Primero comprende las cartas escritas entre el 4 de mayo 1771 y el 10 de septiembre de 1771. El Libro segundo comprende las cartas escritas entre el 20 de octubre de 1771 y el 6 de diciembre de 1772. El Editor al Lector incluye el relato del final de la relación entre Werther y Carlota, además de sus últimas cartas, escritas en diciembre de 1772, así como la traducción del poema del supuesto autor Ossián, titulado Songs of Selma. El texto recoge tres cartas escritas los días 16, 18 y 29 de julio. Por las palabras de Werther se deduce que ha abandonado ya el trabajo con el embajador y pretende retornar junto a Carlota. Por lo tanto el relato se corresponde con el año 1772 y se sitúa en el Libro segundo, en el periodo intermedio que trascurre entre el final de su trabajo y su reencuentro con Carlota. El tiempo narrativo es lineal y la acción se desarrolla gradualmente. El tiempo en Werther se presenta de forma discontinua, y los períodos de tiempo transcurridos entre las cartas no son siempre semejantes; lo que podría ser fruto del cambiante estado de ánimo de Werther: en el texto se observa la pequeña separación temporal entre las dos primeras cartas, que aumenta después hasta un periodo de once días. En la tercera parte las referencias temporales iniciales precisas desaparecen, cosa lógica porque ya no es el protagonista sino el editor quien refiere los acontecimientos. Éste alude en el curso de su relato a la progresión temporal de dichos acontecimientos. El lugar donde tiene lugar la mayor parte de la acción no tiene nombre, aunque Werther dice, en la carta del día 26 de mayo, que ha construido su cabaña a una legua de la aldea de Wahlheim, un pueblo idealizado por Werther, cuyo entorno natural parece proporcionarle una gran paz espiritual y motivar sus inquietudes artísticas. En general, las localizaciones espaciales concretas son escasísimas, debido a que se da más importancia al desarrollo de la acción que al lugar donde se da la misma. En el texto se alude a las indeterminadas ruinas de ***, aunque el verdadero “lugar” para Werther es aquél donde puede reencontrase con Carlota, de la que está en este momento separado: sólo quiero acercarme a Carlota. Frente a los fríos modelos del Neoclasicismo de origen francés, el Sturm und Drang estableció como fuente de inspiración el sentimiento en vez de la razón y tuvo como modelos las obras de William Shakespeare y Jean-Jacques Rousseau. Los románticos cultivan el concepto del "genio": se atribuye al artista un don especial para la creación, que depende más de una cualidad personal y congénita que de la formación y la técnica que haya cultivado. El arte está en el artista, y no en su trabajo y dedicación. Partiendo de esta idea, el creador deja que fluya su arte sin ponerle trabas ni tratar de darle forma. Por ello, las obras de esta tendencia son a menudo irregulares, desiguales, e incluso, a veces, incoherentes o inconclusas. En Werther la unidad de estilo está bastante lograda, pero observamos que las cartas del joven protagonista son a veces más extensas o más breves de lo normal; en ocasiones se expresa con laconismo y otras se muestra más locuaz. No olvidemos, además, el final del libro que rompe con la técnica epistolar y el tono al que se nos ha acostumbrado desde el principio de la obra. En el Werther aparecen reflejados lo elementos más significativos de la exaltada iconografía romántica y del Sturm und Drang. Sirven a este estilo recursos como las exclamaciones, exageraciones, reticencias, preguntas retóricas, interjecciones y cierta tendencia al retoricismo, a pesar del ideal de sencillez tantas veces expresado por Werther. Abundan en el texto los ejemplos de estos recursos, con los que Werther expresa tanto su lucha interior como su incertidumbre o la fuerza misma de sus sentimientos: Interrogaciones retóricas: ¿Adónde deseo ir?, ¿Y me atreveré a decirlo?, ¿Es verdad que el la ama con toda el alma…? Exclamaciones: ¡Todo está en orden!, ¡Yo su marido!, ¡Ella mi esposa! ¡Oh, Dios mío…! Reticencias: Carece de cierta sensibilidad, no tiene… Hipérboles: ¡… mi vida sólo habría sido una adoración continua!, ¡…la criatura más peregrina que vive bajo el sol!, Un temblor mortal se apodera de mí… Muestra del retoricismo del libro se encuentran en el texto otros recursos que completan un discurso nada sencillo desde el punto de vista estilístico: Metáfora: No soy más que un peregrino que vaga por el mundo. Antítesis: Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él quiere. Paralelismo: Perdóname las lágrimas; perdóname los deseos ilusorios. Enumeración: Mi llanto se ha agotado. Estoy trastornado. Otros rasgos estilísticos del Werther presentes en el texto son: la iconografía lúgubre, oscura, crepuscular - … deseo visitar las ruinas de ***-, y la presencia de elementos pasionales y sentimentales, que dominan el léxico del texto: lágrimas, dicha, adoración, temblor mortal, anhelos, corazón, amor, sentimientos, llanto…