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Unidad 8: El empirismo: Locke y
Hume
1. Contexto
a. Contexto histórico-cultural
b. Contexto filosófico: características generales
de la filosofía empirista
c. Contexto biográfico de David Hume y obras
principales
2. El primer desarrollo de la filosofía empirista: el empirismo de John
Locke
3. La filosofía empirista de David Hume
a. La teoría del conocimiento de Hume
b. La crítica de Hume al “principio de causalidad”
c. La crítica de Hume a la metafísica
d. La ética de Hume: el emotivismo moral
4. Relaciones de semejanza y diferencia de Descartes y Hume
2
1.
Contexto
a. Contexto histórico-cultural
Durante el Siglo XVIII se produjo un importante crecimiento de la
economía y de la población debido, principalmente, a la expansión de la
agricultura. Como resultado, hubo, sobre todo en Gran Bretaña, un
progresivo enriquecimiento de la nobleza rural, que fue acumulando
capitales y preparando la Revolución industrial. La sociedad continuaba
dividida en estamentos, cuyo origen se remontaba a la Edad Media: nobleza,
clero y tercer estado, constituido por el sector productivo de la población,
incluida la burguesía, que se impregnó de las ideas ilustradas y que fue el sector más activo
en los movimientos revolucionarios de finales de siglo.
El conflicto más importante que enfrentó a diversos países de Europa fue la Guerra de los Siete
Años, cuya causa hay que buscarla en la competencia entre Francia e Inglaterra por los
dominios en América. El resultado de esta guerra fue el ascenso a la hegemonía de Gran
Bretaña, que pronto se vio envuelta en otro conflicto: la rebelión de sus colonias en
Norteamérica, que finalmente vieron reconocida su independencia en 1783.
En las postrimerías del siglo se inició la Revolución Industrial, que supuso una transformación sin
precedentes de la sociedad en todos los órdenes, gracias al gran avance de la
ciencia y a la Ilustración. Así, por ejemplo, Newcomen inventó una
máquina de vapor que se aplicó a la industria, John Kay perfeccionó el
telar con la lanzadera volante, Cartwright creó el telar
mecánico…También experimentaron un progreso importante las
matemáticas, que Euler aplicó a la ingeniería y Laplace a la explicación de los
movimientos de los astros, así como científicos de otros campos como Linneo,
Celsius, Franklin…
Por otra parte, esta es la época de la Ilustración, que puede entenderse como una corriente de
pensamiento fundada en el humanismo del Renacimiento, al que une la aplicación del
método científico. Se caracteriza por la exaltación de la razón y por la pretensión de
conocer científicamente la naturaleza del ser humano para alcanzar así una sociedad bien
organizada que permita la felicidad de sus integrantes.
A mediados de siglo comenzó a publicarse la Enciclopedia de Diderot y D´Alambert, que
pretendía reunir todo el saber de la época y acercárselo al pueblo. Igualmente, empezó a
fraguarse el concepto de revolución como ruptura con el pasado. La difícil situación económica de
Francia y el desequilibrio social desembocaron en la Revolución Francesa de 1789, que supuso el
derrumbe definitivo del Antiguo Régimen.
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En literatura predominaron la rigidez formal y la imitación de los modelos clásicos. En España
destacaron en prosa Feijoo, Jovellanos y Cadalso, en teatro destacó Moratín.
En arte, durante el primer cuarto de siglo se mantuvieron las formas barrocas y
su continuación en el llamado arte rococó. A mitad de siglo surgió con fuerza el
arte neoclásico, estilo que pretendía recuperar el arte griego y romano y
reaccionar contra el arte barroco precedente. En Inglaterra destacaron Reynolds y
Gainsborough. En España destacó Goya.
Durante el Siglo XVIII, la música alcanzó su mayor desarrollo. Es el momento de
esplendor de la música barroca con Bach, Händel… y de la música clásica con Haydin,
Mozart…
La Ilustración enmarcó el movimiento filosófico del S. XVIII que, en Gran Bretaña, giró
preferentemente en torno a la teoría del conocimiento – o epistemología- y la corriente principal
se conoce como empirismo. Sus principales representantes son Locke, Berkeley y Hume.
b. Contexto filosófico: características generales de la filosofía
empirista
El empirismo es una corriente filosófica que se desarrolla durante los siglos XVII y XVIII, aunque
como actitud se encuentra presente en todas las épocas. El término procede del griego
“empeiría”= experiencia. Y, en efecto, la característica esencial de esta filosofía es considerar que
la experiencia es la fuente principal del conocimiento.
Suele presentarse como un movimiento opuesto al racionalismo. Así, frente al empirismo
británico se habla del racionalismo continental. Ambas corrientes de pensamiento, no obstante,
tienen en común la afirmación de que no conocemos directamente las cosas, como creía el
pensamiento antiguo, sino que nuestro conocimiento maneja ideas de esas cosas.
Estas dos grandes corrientes de pensamiento se diferencian principalmente en lo que respecta
al origen de las ideas. Para
los empiristas
todas las ideas o contenidos mentales tienen su origen en la experiencia. De ahí
su afirmación: “Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu”, esto es,
nada hay en el entendimiento que no haya pasado antes por los
sentidos. Niegan por tanto la existencia de las ideas innatas.
Para los racionalistas, sin embargo,
existen las “ideas innatas” y confían en el poder de la razón, es decir, la razón no
sólo se encarga de recibir informaciones del exterior sino que elabora ideas por sí
misma.
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La importancia que conceden respectivamente a la experiencia y a la razón, les lleva a tomar
como modelo ciencias distintas. Los empiristas toman como modelo la física, mientras que
los racionalistas admiran las matemáticas (véase Descartes)
Los pensadores más importantes del empirismo son
John Locke, George Berkeley y David Hume
Como precursores de este movimiento hay que citar a
Francis Bacon y a Thomas Hobbes. También podría señalarse como antecedente del
empirismo moderno a la filosofía nominalista de Guillermo de Ockham.
Las características esenciales del empirismo son las siguientes:
La mente es un papel en blanco (white paper) en el que todos los conocimientos tienen
que ser escritos por la experiencia (la expresión inglesa retoma la expresión aristotélica:
tanquam tabula rasa= como una tabla rasa).
Negación de las ideas innatas: se considera a la mente como algo pasivo puramente
receptivo, que se limita a organizar y ordenar lo que los sentidos le proporcionan, frente a las
tesis racionalistas que defendían el innatismo de nuestras ideas.
El origen del conocimiento es la experiencia. Una idea es válida para el
conocimiento de las cosas sólo si esa idea tiene su origen en las cosas mismas. Este es el
llamado “principio empirista” o “principio de copia”.
La experiencia se entiende como la presencia de unos datos en la mente. Por ello, el estudio
del conocimiento se hace a partir de y mediante el análisis psicológico introspectivo. El
estudio del conocimiento nos lleva a concluir que todo conocimiento es conocimiento
de ideas y sus asociaciones.
c. Contexto biográfico de David Hume y obras principales
David Hume nació en Edimburgo (Escocia) en 1711. Aunque de familia acomodada, no lo
era lo suficiente como para permitir a Hume el poder dedicarse exclusivamente a la filosofía, por lo
que su padre lo orientó hacia la carrera de abogado, a la que llegó a dedicarse durante unos
meses en Bristol.
No obstante, ya desde muy joven Hume manifestaba, según sus palabras, "una aversión
insuperable hacia todo lo que no fuera la investigación filosófica y el saber en general", por lo
que abandonó su trabajo y viajó a Francia, donde permaneció entre los años 17341737, dispuesto a dedicarse exclusivamente a la filosofía. De esos años data la
composición de su primera obra, Tratado sobre la naturaleza humana,
redactada "durante mi retiro en Francia -primero en Reims, pero principalmente en La Flèche,
Anjou", según nos cuenta en su autobiografía. Recordemos que fue precisamente en La
Flèche donde había estudiado Descartes, lo que ha dado motivo a ciertas especulaciones
sobre la intencionalidad de este retiro en el mismo lugar por parte de Hume.
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En 1737 regresa a Londres, dirigiéndose posteriormente a Escocia,
donde vivirá unos años con su madre y hermano. En 1739 publicará los
dos primeros volúmenes del "Tratado", al que seguirá el tercero en
1740. El poco éxito alcanzado significó un duro golpe para Hume, que llega
a decir en su autobiografía "jamás intento literario alguno fue más desgraciado que
mi Tratado de la naturaleza humana". No obstante, el éxito obtenido
posteriormente, en 1742, por los "Ensayos", le hizo olvidar por completo su
fracaso anterior, estimulándole para reescribir el Tratado (obra que será
publicada en 1748 con el título: Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano).
En 1745 optó a la cátedra de ética de la Universidad de Edimburgo, plaza que no
obtuvo probablemente por su reputación de escéptico y ateo.
Después de un año Inglaterra, como tutor privado del marqués de Annandale, fue
invitado por el general St. Clair a una expedición que, inicialmente dirigida contra Canadá, acabó
con una pequeña incursión en la costa francesa.
Posteriormente, en 1747, fue invitado por el mismo general a acompañarle como
secretario en una embajada militar por las cortes de Viena y Turín. Estas últimas actividades
le permiten mejorar su situación económica.
En 1749 regresa a Escocia, donde volverá a pasar dos años con su hermano en su casa de
campo, publicando algunas obras más.
En 1752 se instala en Edimburgo donde fue nombrado bibliotecario de la
facultad de Derecho, dedicando su actividad filosófica más bien a problemas
históricos, sociales y políticos, como pone de manifiesto las obras publicadas a partir de
entonces.
En 1763 recibió la invitación del conde de Hertford de acompañarle a
París como secretario de embajada. Rechazada la invitación en principio, Hume la aceptó ante la
insistencia del conde, dirigiéndose a París donde permanecerá hasta 1766, participando en las
actividades de los enciclopedistas y los círculos ilustrados y entablando amistad con algunos de los
personajes destacados de la época, como Rousseau.
A su regreso a Londres fue nombrado "subsecretario de estado para el departamento
septentrional", que se ocupaba de los asuntos diplomáticos con los países situados al norte de
Francia, cargo que no estaba remunerado y que desempeñó durante dos años, hasta 1769.
Ese año regresará a Edimburgo, continuando sus actividades de estudio e investigación.
Allí morirá el 25 de agosto de 1776, habiendo escrito previamente, el 18 de abril, una breve
autobiografía, conocedor ya de su pronta e inevitable muerte.
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Obras:
"Tratado sobre la naturaleza humana", publicada en tres volúmenes entre1739-1740.
"Ensayos sobre moral y política", 1741-1742.
"Investigación sobre el entendimiento humano", 1748. (En esta obra se retoman los temas
del Tratado, presentados ahora con mayor rigor, según las propias palabras de Hume, debiendo
tomarse esta obra como referencia de su pensamiento en lugar del Tratado, que queda desautorizado
por el autor.
"Investigación sobre los principios de la moral", 1751.
El texto de la P.A.U es
Compendio del Tratado de la naturaleza humana
Es un pequeño resumen de su obra principal: “Tratado de la naturaleza
humana”.
Se le conoce como “El Abstracto”(Abstract).
Tiene un carácter divulgativo y de síntesis.
2.
El primer desarrollo de la filosofía empirista: el empirismo de
John Locke
La obra con la que se inicia el empirismo es “Ensayo sobre el entendimiento
humano” (1690) de John Locke (1632-1704). El objetivo del ensayo es
señalar los límites del conocimiento humano. Loche es, por tanto, el
fundador del empirismo inglés porque sostiene en esta obra que cuando nacemos
nuestro entendimiento es como una página en blanco (white paper) que la
experiencia poco a poco va escribiendo, es decir, llenando de ideas. Locke rechaza la
existencia de ideas innatas. Según Locke todas las ideas (imágenes o nociones que nuestra mente
tiene de las cosas, esto es representaciones mentales) proceden de experiencia sensible.
Las dos fuentes de las que proceden las ideas son:
LA SENSACIÓN o “experiencia externa”, que se adquiere por medio de los sentidos: por
ejemplo los colores, los sabores, las formas…
Estas ideas simples de sensación pueden referirse a

cualidades primarias de los objetos, que son cualidades objetivas (como la extensión, la
figura, el tamaño, el número…)

cualidades secundarias de los objetos, que son cualidades subjetivas (como el color, el
olor, el sabor, el sonido…)
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Según Locke, al igual que Descartes, sólo las cualidades primarias existen realmente en los objetos
(de ahí que digamos que son objetivas), mientras que las cualidades secundarias son subjetivas, es
decir, sólo existen en nuestra mente y no en los objetos.
LA REFLEXIÓN o “experiencia interna”, que son las sensaciones que tenemos de nuestra propia
actividad como los deseos, las emociones, los recuerdos, etc
Estas ideas que provienen de la experiencia, ya sea externa (sensación) o interna (reflexión) son ideas
simples. Posteriormente, el entendimiento humano combina, relaciona y asocia estas ideas formando
las ideas complejas. Locke distingue tres clases de ideas complejas:
las ideas que se refieren a sustancias, como la idea de manzana, hombre…
las ideas que se refieren a modos, que son las propiedades o modificaciones particulares
de las cosas
las ideas que se refieren a relaciones, que son las conexiones existentes entre las cosas,
como la idea de que la manzana está en el árbol o que este hombre es hijo de aquél
La teoría del conocimiento de John Locke ha sido denominada con posterioridad como “teoría del
espectador”
® Para finalizar con la exposición de la filosofía de Locke vamos a desarrollar el análisis que
hace de la idea de sustancia, idea básica de la filosofía racionalista de René Descartes.
Según Locke la idea de sustancia es una idea compleja (una idea compuesta de varias
ideas simples). Lo que percibimos, por ejemplo, de una manzana es un cierto olor, una
figura, un tamaño, un sabor, etc, esto es, un conjunto de ideas simples. La idea de manzana
como sustancia que suponemos que existe es sólo un soporte invariable de las
cualidades sensibles que percibimos. La sustancia es una realidad incognoscible o
utlizando la expresión de Locke es “un no sé qué”. Tal es el límite de nuestro
conocimiento: conocemos solamente aquello que la experiencia sensible nos
muestra.
® Al igual que Descartes, Locke distingue tres ámbitos de lo real o sustancias
El Yo (res cogitans en Descartes) del que tenemos “certeza intuitiva”, esto es,
experimentamos su existencia de modo inmediato por reflexión
Dios (res infinita en Descartes) del que tenemos “certeza demostrativa”, esto
es, estamos seguros de su existencia porque podemos demostrarlo utilizando el principio de
causalidad.
Los cuerpos materiales (res extensa en Descartes) de los que tenemos “certeza
sensitiva”, es decir, recibimos las sensaciones que ellos nos causan.
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3.
La filosofía empirista de David Hume
a. La teoría del conocimiento de Hume
Hume va a llevar a sus últimas consecuencias el programa filosófico del empirismo. En 1739
publica su obra fundamental: “Tratado de la naturaleza humana” y de la que no llega a vender
más que algunos ejemplares. Un año más tarde, tratando de suscitar el interés del público por la
obra, publica de manera anónima un breve resumen de ella con el título “Compendio de un libro
recientemente publicado titulado <Tratado de la naturaleza humana>” (texto de
selectividad). Con este resumen intenta exponer del modo más claro, sencillo y breve las
conclusiones a las que ha llegado en el Tratado. Así pues, con este resumen pretende como buen
ilustrado explicar sus ideas al público en general, de modo que cualquiera con “sentido común” (
bons sens =buen sentido lo llamó Descartes) fuera capaz de entenderlas por sí mismo. Apuesta, por
tanto, por una filosofía que acostumbre a los hombres a “pensar por sí mismos” (ideal propio de la
Ilustración, véase después el “sapere aude!” kantiano)
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El propósito de la filosofía de Hume es “unificar todas las ciencias” (lo mismo que había
intentado Descartes con su método) a partir de una ciencia fundamental: la ciencia de la
naturaleza humana o “ciencia del hombre” (lo que después se llamará antropología). Uno
de los cometidos centrales de la ciencia del hombre es “examinar las fuerzas del entendimiento
humano y explicar la naturaleza de las ideas que empleamos en el conocimiento”. Así pues, el
objetivo de Hume es el mismo que el de Locke: señalar los límites del conocimiento humano.
El método más adecuado no es otro que la experiencia y la observación, método que desarrolla
la ciencia moderna con Newton y que influye en este pensador que va a intentar ser el “Newton de
la filosofía”

Para Descartes y Locke todos los conocimientos eran ideas de la mente. Hume acepta este
planteamiento, pero sustituye el término idea que encuentra vago e impreciso por el de
percepciones. Así, pues, todo contenido mental es una percepción. Dentro de las
percepciones distingue dos clases:
IMPRESIONES, que son las percepciones sensibles tanto de la experiencia
externa (vemos el color verde de la pizarra) como de la experiencia interna (sentimos un
dolor de muelas)
IDEAS, que son las imágenes debilitadas de las impresiones (recordamos el
color verde de la pizarra o el dolor de muelas del día anterior)
La diferencia entre las impresiones y las ideas es que las impresiones son más vivas e
intensas que las ideas. El principio empirista fundamental o principio de copia es
el siguiente: todas las ideas derivan de una impresión y no existen ideas de lo
que no se haya tenido con anterioridad una impresión.
Con este planteamiento Hume defiende un empirismo radical: todos los contenidos
mentales (percepciones) o bien son impresiones, o bien son ideas. Para que una idea
sea verdadera ha de proceder de alguna impresión, en caso contrario es falsa. Éste va a ser
el criterio de Hume para decidir qué ideas son verdaderas frente al criterio
cartesiano de verdad, que era la evidencia, es decir la claridad y distinción. Para
Hume algo es verdadero si podemos indicar de qué impresión procede, es decir, es
copia. El límite de nuestro conocimiento son, pues, las impresiones. Más allá de
las impresiones sólo hay engaño, supersticiones y errores.

La mente humana puede ir más allá de las impresiones y formar ideas gracias a dos
facultades humanas: la memoria y la imaginación. Las ideas que proceden de la memoria
son más fiables que las producidas por la imaginación. La imaginación es la facultad que
asocia unas ideas con otras. Hume reduce a tres principios o tres leyes mediante las
cuales la mente humana combina el material recibido de la experiencia. Son las llamadas
leyes de asociación de ideas, que son:
LEY DE LA SEMEJANZA (Por ejemplo, una fotografía nos hace pensar en la persona
fotografiada o en el viaje que hicimos)
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LEY DE LA CONTIGÚIDAD ESPACIO-TEMPORAL (Por ejemplo, el recuerdo de una
clase nos hace pensar en nuestros compañeros)
LEY DE LA CAUSALIDAD (Por ejemplo, el dolor de una quemadura nos hace pensar en el
fuego que la produjo)

De acuerdo a estos principios distingue Hume dos tipos de conocimiento:
RELACIONES DE IDEAS
Las relaciones de ideas son verdades formales, vacías de contenido empírico (no tienen
referencia de la experiencia) y están regidas por el principio de semejanza. Las conocemos “a
priori”, es decir, independientemente de la experiencia. Son las verdades que utilizan las
matemáticas y la lógica. En definitiva, es un tipo de conocimiento que nuestro entendimiento
consigue relacionando ideas. Así, por ejemplo: el todo es mayor que sus partes o la línea recta es la distancia
más corta entre dos puntos. Esta última proposición es verdadera independientemente de que haya líneas o
rectas.
CUESTIONES (OCONOCIMIENTO) DE HECHOS
Es el conocimiento que obtenemos a través de las impresiones, es decir, a través de la
experiencia. Es el conocimiento de las ciencias de la naturaleza como, por ejemplo, la física.
Las cuestiones de hechos se apoyan en los principios de contigüidad espacio-temporal y de
causalidad. Son conocimientos probables. Por ejemplo, no puedo establecer como
absolutamente verdadera la proposición “el sol saldrá mañana”, sólo puedo establecer que
probablemente eso ocurra.
b. La crítica de Hume al “principio de causalidad”
Según la teoría del conocimiento de Hume nuestro conocimiento queda limitado a
las impresiones.
No podemos conocer lo que sucederá en el futuro porque no tenemos
impresiones de lo que va a suceder.
Sin embargo, tenemos el hábito o la costumbre de hacer predicciones sobre el futuro. La idea de
causa es la base acerca de hechos sobre los que no tenemos ninguna impresión. Es lo que se cono ce
como “principio de causalidad” y establece la conexión necesaria entre un efecto y una
causa.
Hume critica el principio de causalidad diciendo que la experiencia no justifica la
existencia de conexiones necesarias entre los fenómenos, sino la sucesión constante de
los fenómenos.
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En definitiva, el pretendido conocimiento del futuro sólo es una suposición o una
creencia, una creencia basada en el hábito o la costumbre de que lo que ocurre se seguirá
repitiendo en el futuro.
c. La crítica de Hume a la metafísica
Hume va negar la posibilidad de conocimiento de las tres grandes realidades o
sustancias de la filosofía cartesiana, por lo que su filosofía desemboca en el escepticismo y en
el fenomenismo.
CRÍTICA AL CONCEPTO DE SUSTANCIA Y MUNDO EXTERIOR
Aristóteles concibe la sustancia como la forma de la materia (teoría hilemórfica)
Descartes define la sustancia como aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Encuentra
tres sustancias: el yo o alma (res cogitans), Dios (res infinita) y el Mundo (res extensa)
Los seguidores de Descartes, especialmente Spinoza y Leibniz, criticaron a Descartes. Spinoza
cree que hay una única sustancia (Deus sive Natura) y Lebniz cree que hay infinitas sustancias
(mónadas)
Locke piensa que la sustancia es incognoscible, es el límite del conocimiento, según su
expresión es “un no sé qué”.
Para Hume la existencia de una realidad física distinta de nuestras impresiones no puede justificarse,
es un producto de la imaginación.
CRÍTICA AL CONCEPTO DE YO (IDENTIDAD)
Para Descartes y para Locke la existencia de un yo o sustancia pensante era una intuición
inmediata, no un razonamiento causal
Según Hume no existe un yo como sustancia al margen de nuestras impresiones e ideas. Esta
idea es una ficción de la imaginación en coordinación con la memoria que permite
recordar la conexión entre las impresiones pasadas y presentes.
CRÍTICA A LA IDEA DE DIOS
Tanto Descartes como Locke demostraron la existencia de Dios.
El empirismo radical de Hume derivado de su teoría del conocimiento le hace sostener
que no tenemos impresión alguna de Dios. Por tanto, la noción de Dios es un misterio y
un enigma (agnosticismo)
CONCLUSIÓN DE
ESCEPTICISMO
SU
FILOSOFÍA:
FENOMENISMO
Y
El empirismo radical de Hume desemboca en el fenomenismo y el escepticismo. El
fenomenismo es la concepción de la realidad que reduce todo a una mera sucesión de
fenómenos (etimológicamente: lo que aparece o se muestra)
Y el fenomenismo desemboca en el escepticismo, o sea, en una actitud de duda ante las
capacidades humanas para comprender la realidad.
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d. La ética de Hume: el emotivismo moral
Los grandes filósofos se han planteado antes o después cuál es el fundamento de
nuestros juicios morales, cómo se originan y qué justifica nuestras aprobaciones o
rechazos de conductas y acciones. Desde los griegos se aceptaba generalmente que el
entendimiento o la razón constituían el fundamento tradicional de la moral,
pues gracias a la razón pueden los humanos conocer el orden natural y derivar así
normas de convivencia adecuadas(Intelectualismo moral). Esta adecuación al
orden natural se consideraba el fundamento último de nuestros juicios morales.
Pero Hume opina que el conocimiento intelectual no puede ser el fundamento de los
juicios morales, porque la razón no siempre puede determinar o impedir nuestro comportamiento
(p.ej.: por mucho que sepamos de matemáticas, no nos sentimos obligados a aplicar ese
conocimiento en la realidad). El único hecho del que tenemos impresión clara es del sentimiento
interior de aprobación o reprobación que ciertas conductas provocan en nosotros, pero no
tenemos impresión de su justificación o fundamento racional. A la capacidad de dejarnos impresionar
por lo que sucede a otros seres humanos Hume le llama simpatía. Más que la compasión o la
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benevolencia, es la simpatía la noción indispensable para la existencia en sociedad y para la conducta
moral.
Ni la razón, ni el entendimiento ni el conocimiento pueden servir de fundamento a los juicios
morales: sólo el sentimiento es capaz de explicar por qué actuamos como lo hacemos y
hacer comprensibles nuestras decisiones. Ante ciertas acciones o maneras de actuar experimentamos
un sentimiento espontáneo de aprobación o reprobación moral, y ese sentimiento es
natural y desinteresado.
Tras esta concepción late un profundo optimismo, claramente ilustrado, en las
inclinaciones naturales del ser humano, siempre que cuente con el apoyo de la filosofía y la
reflexión sana. Así, el deber moral depende estrechamente de aceptar lo que somos, pero no se
limita simplemente a seguir nuestras inclinaciones naturales, que pueden ser opuestas y confusas;
surge, sobre todo, desde el compromiso con una forma de vida que consideramos ideal y
concretamos en una ley o norma moral. Esta argumentación sobre los fundamentos de la moral es
típica de una corriente de filósofos moralistas desarrollada a comienzos del XVIII en Inglaterra por
Shaftesbury (1671-1713) y Hutcheson (1694-1746), con seguidores actuales adscritos a la
doctrina que se conoce como emotivismo moral.
4.
Relaciones de semejanza y diferencia de Descartes y Hume
La filosofía moderna se centra principalmente en la teoría del conocimiento o
epistemología. La diferencia fundamental entre el racionalismo y el empirismo es
los racionalistas creen en la existencia de las “ideas innatas”
los empiristas niegan la existencia de las ideas innatas y creen que el
conocimiento tiene su origen en la experiencia, comparando la mente al nacer con
una página en blanco (white paper o tanquam tabula rasa)
El modelo que quieren para la filosofía también es diferente
mientras que los racionalistas sienten admiración por las matemáticas (véase
Descartes y su propósito de una mathesis universalis)
los empiristas toman como modelo la física (Hume pretende ser el “Newton de la
filosofía”)
Otra de las diferencias es con respecto al concepto de sustancia
Para Descartes existen tres sustancias (o tres grandes realidades): la sustancia
pensante o yo (res cogitans), la sustancia infinita o Dios (res infinita) y la sustancia
extensa o mundo (res extensa)
Para Spinoza hay una única sustancia, que él denomina Deus sive Natura
(Dios o la Naturaleza), posición conocida como panteísmo.
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Para Leibniz hay infinitas sustancias, que él denomina mónadas, que son
sustancias simples o puntos de energía.
Para Locke la sustancia es incognoscible, es un “no sé qué”, solo podemos
suponer que es el soporte de las cualidades sensibles. Del yo o identidad personal
tenemos certeza intuitiva, del mundo tenemos certeza sensitiva y de Dios tenemos
certeza demostrativa (por medio del principio de causalidad)
Para Hume no podemos conocer más que lo que procede de nuestras
impresiones, por tanto va a negar la posibilidad de conocimiento de las tres
grandes sustancias cartesianas. La idea de sustancia para Hume es una ficción de la
imaginación, una invención que no procede de ninguna impresión. Especialmente
importante es la negación de la posibilidad de conocimiento de la sustancia
infinita o Dios. Para Hume Dios es un enigma (esta posición religiosa se denomina
agnosticismo)
En la relación de semejanza o diferencia vamos a finalizar precisando algunas cuestiones
centrándonos en los dos autores de selectividad:
René Descartes
Descartes rompe con la escolástica, aunque retiene el argumento ontológico de S.
Anselmo de Canterbury. Es el pensador que inaugura la filosofía moderna dando
prioridad al pensamiento o cogito (cogito, ergo sum)
La concepción de lo que son las ideas, como representaciones mentales
subjetivas se enfrenta a la concepción platónica de las ideas. Para Platón las ideas eran
objetivas, constituían la auténtica realidad y eran los modelos de las cosas, que eran
copias imperfectas de las ideas.
No obstante, comparte con Platón la admiración por las matemáticas. Recordemos
que Descartes pretendía tomarla como modelo para la filosofía y Platón puso una
inscripción en su Academia que decía: “Nadie entre aquí sin saber geometría”
Descartes influye en los racionalistas Spinoza y Lebniz, aunque ambos critican su
concepción de las sustancia e intentan superar su dualismo antropológico.
La obra principal de Descartes, el Discurso del método, es una obra autobiográfica y está
inspirada en las Confesiones de S. Agustín y en Ensayos de Michel de Montaigne
David Hume
Su principal influencia es John Locke, padre del empirismo inglés. La filosofía de
Hume es una radicalización del empirismo lockeano, llevando a la filosofía al
escepticismo y al fenomenismo
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Recibe las influencias de Aristóteles (quien da prioridad en el conocimiento a la
experiencia) y de Guillermo de Ockham (véase el recurso a la experiencia o navaja de
Ockham)
Influye en Inmanuel Kant, que según sus propias palabras le despierta del sueño
dogmático
Su teoría ética teoría influye en algunas concepciones éticas contemporáneas (el
emotivismo moral)
Inmanuel Kant va a elaborar una síntesis de la filosofía moderna, intentando superar
el callejón sin salida al que le habían conducido el racionalismo y el empirismo. Del
racionalismo recoge la tesis de que en la mente humana existen conocimientos
universales innatos (ideas innatas según los racionalistas, categorías según la filosofía
kantiana). Del empirismo acepta la idea de que el conocimiento tiene su origen en la
experiencia.
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