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La mala prensa del cáncer y su efecto en los pacientes
oncológicos.
“Extirpar un cáncer como el del IS no será fácil ni rápido” Dijo Obama en un
discurso ante la Legión Estadounidense de Veteranos, en Agosto del 2014. “El
cáncer de la corrupción está extendido por todos los sectores de la sociedad”, reza
Isidro Sánchez Sánchez, Doctor en Historia, en una conferencia en Ciudad Real.
El actual Papa, Francisco, el 4 de Octubre de 2013 dentro del sermón dijo
textualmente: “El espíritu mundano es la lepra, el cáncer la sociedad, que mata a
la Iglesia…” Y desgraciadamente así podríamos seguir y seguir.
Todos los días nos vemos bombardeados por el uso indiscriminado de la palabra
cáncer. Radio, televisión, internet, periódicos.
Lo que llama la atención es como Obama, siendo uno de los Presidentes más
influyentes, o como la figura más representativa del catolicismo se permiten el uso
de la palabra cáncer como adjetivo peyorativo sin que nadie se dé cuenta del
tremendo impacto negativo que genera en aquellos que sufren o han sufrido la
enfermedad. Y esto es porque de manera desafortunada estamos acostumbrados
a tal atropello, permanecemos impertérritos ante tal uso irresponsable de la
palabra sin ser consciente del daño que hace. De manera inconsciente el
consciente colectivo ha sido contaminado.
El Sociólogo Emile Durkheim define el consciente colectivo de esta manera:
“El conjunto de creencias y sentimientos comunes al término de los miembros de
una misma sociedad, forma un sistema determinado que tiene vida propia:
podemos llamarlo consciencia colectiva y común. Es, pues, algo completamente
distinto a las conciencias particulares aunque sólo se realice en los individuos”.
Con referencia al cáncer llevamos años ensuciando, distorsionando y empañando
nuestro consciente colectivo. Pero esto no es sólo culpa de los medios de
comunicación, del presentador del telediario, del Político, del locutor o
comentarista de turno. El error no sólo es de “ellos”. Es nuestro por repetirlo y no
censurarlo y no sorprendernos. Que decir cuando la propia Real Academia
Española incluye entre sus 4 definiciones de cáncer la siguiente: “Proliferación en
el seno de un grupo social de situaciones o hechos destructivos. La droga es el
cáncer de nuestra sociedad.”
Sólo la persona que está atravesando la enfermedad parece darse cuenta de este
hecho. Es sólo ella quien siente un sobresalto, o un ardor en el estómago cuando
escucha que su enfermedad es sinónimo de todo lo peor. “El cáncer de la
sociedad”
La persona recién diagnosticada al ser parte del consciente colectivo parte de la
base de que su enfermedad es la peor de todas. Su estilo de afrontamiento se ve
mermado y mutilado desde el principio. Desde el inicio, incluso antes del
tratamiento, ya tiene que luchar contra todos los fantasmas del cáncer, muchas
veces más incapacitantes que los efectos secundarios del tratamiento
oncológico.
¿Qué pasaría si lo cambiásemos por: “La diabetes de la sociedad” o “El sida de la
sociedad”? Aquí si percibimos a primera hora la disonancia, aquí sí que sentimos
que no cuadran.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) incluye en su listado de
enfermedades crónicas tanto el cáncer, como la diabetes, enfermedades
cardíacas, enfermedades respiratorias. El cáncer es una enfermedad crónica, una
más de las tantas que hay. Pero ninguna está tan estigmatizada ni con tanto tabú
social como el cáncer.
Tenemos tan erróneamente mal aprendido que el cáncer es lo peor que te puede
pasar, que el cáncer es una sentencia de muerte. Que cuando escuchamos dicho
uso de la palabra cáncer, nos parece normal.
Pero esto tiene que cambiar. ¿Cómo? Informándonos y reaprendiendo a mirar
la enfermedad desde un prisma más objetivo. Logrando que el paciente sea más
activo en su proceso, que se informe y forme con respecto a su patología en
concreto. La información es una de las mejores herramientas para erradicar los
fantasmas y mitos del cáncer. La información es la única manera de limpiar
nuestro consciente colectivo.
Y no sólo la información, sino también aprender a hablar de ella abiertamente, sin
enmascararla. Actualmente cada vez más famosos se animan a contar su proceso
oncológico públicamente (Bimba Bosé, Marta Sánchez, Terelu Campos…), esto
ayuda enormemente a normalizar la enfermedad.
A día de hoy todavía hay muchas personas que asocian cáncer con muerte, lo que
no saben es que estadísticamente, según la OMS, las 3 primeras causas de
muerte prematura a nivel mundial son: la cardiopatía coronaria (isquémica), las
infecciones de las vías respiratorias inferiores (como la neumonía) y los accidentes
vasculares cerebrales. Pero ninguno de estos tres importantes problemas de salud
tiene tan mala prensa como el cáncer, ninguno de ellos es utilizado como adjetivo
peyorativo de nada. Ninguna. De hecho, según la OMS, las enfermedades
cardiovasculares son la principal y primera causa de muerte en todo el
mundo (no el cáncer, como muchos creen). Se calcula que en 2008 murieron
por esta causa 17,3 millones de personas. Por cáncer, en 2012, fallecieron 8,2
millones de personas. La información nos ayuda a abrir los ojos y a desmitificar.
Todos tenemos a un conocido o alguien cercano que ha pasado o que está
atravesando la enfermedad. Y una, de tantas, maneras de echarles una mano, es
precisamente a ayudar a limpiar la idea o concepto que tenemos del cáncer.
Puedes empezar desde ti mismo, elimina de tu vocabulario la palabra cáncer
como adjetivo. Anima a los de tu alrededor a hacer lo mismo. Existen
Asociaciones de pacientes que envían cartas a personajes públicos que han
utilizado la palabra cáncer de manera negativa para concienciarlos del efecto
dañino que tiene en la sociedad y están obteniendo muy buena respuesta. Si
todos ponemos nuestro granito de arena llegará el día en que se hable del cáncer
tal cual es, una enfermedad crónica. Ese día los diagnósticos se vivirán con
menos angustia y el paciente y la familia tendrán más fuerza y más apoyo social
para afrontar la enfermedad. Ese día no nos separará una barrera cargada de
tabúes y mitos, ese día estaremos más abrigados. Ojalá y pronto veamos ese día.
Juntos podemos hacerlo!
Psicóloga-Psicooncóloga
Luisa Pedrero Gil
Fuente: www.psicologiadelcancer.com