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EL IMPERIALISMO, I GUERRA MUNDIAL Y TRATADOS DE PAZ EL IMPERIALISMO El Imperialismo, es la práctica empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles. El origen del imperialismo se remonta a la antigüedad y ha adoptado distintos modelos a lo largo de la historia, siendo algunos de ellos más frecuentes que otros dentro de un periodo histórico concreto. En el mundo antiguo, la práctica del imperialismo daba como resultado una serie de grandes imperios que surgían cuando un pueblo, que generalmente representaba a una determinada civilización y religión, intentaba dominar a todos los demás creando un sistema de control unificado. El imperio de Alejandro Magno y el Imperio romano son destacados ejemplos de esta modalidad. El imperialismo se ha dado a lo largo de toda la historia y actualmente suele referirse a la actitud de algunas potencias, principalmente europeas, desde la Edad Moderna hasta el proceso de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial; y más específicamente, incluso con el nombre Era del Imperialismo, utilizado por la historiografía, al periodo que va de 1871 a 1919, en que se produjo una verdadera carrera para construir imperios, principalmente con el llamado reparto de África. A partir de finales del siglo XIX el imperialismo se caracterizó sobre todo por la dominación económica impuesta por las potencias sobre naciones inferiores a éstas, ya que la dominación política cada vez fue más puesta en duda. A comienzos del siglo XX y durante la segunda postguerra, en los países subdesarrollados surgieron movimientos nacionalistas que muchas veces acabaron la colonización de otras potencias sobre ellos. Justificaciones del imperialismo. Las razones por las cuales los estados han aspirado a crear imperios a lo largo de la historia podrían clasificarse en tres grupos: económicas, políticas e ideológicas. Económica Las naciones dominan a otras para expandir su economía, obtener materia prima, mano de obra, o para dar salida a los excedentes de capital. Política Los estados tienden a expandirse por ambición de poder, prestigio, seguridad y ventajas diplomáticas respecto a otros estados. Ideológica Los países se ven impulsados a expandir su influencia para a su vez expandir sus valores políticos, culturales y religiosos, a su vez los países son beneficiados con paz, seguridad y prosperidad. ● I GUERRA MUNDIAL (o “La Gran Guerra”): La I Guerra Mundial tuvo lugar entre los años 1914 – 1918. En ella, se enfrentaron dos bandos: 1. La Triple Entente o “los aliados”: Rusia, Francia y Gran Bretaña. Posteriormente se unieron: Japón, EEUU, China, Portugal, etc. 2. La Triple Alianza o potencias centrales: Alemania, Austria – Hungría, Turquía, Bulgaria, y posteriormente se unió Italia que en un principio se mostró neutral y se unió finalmente al bando contrario. El organizador de este bando fue Bismarck. El desarrollo económico, las aspiraciones imperialistas o el nacionalismo fueron algunas de las principales causas que iban generando una serie de pretensiones entre los diferentes países. El acontecimiento que finalmente supuso un punto y aparte y que estableció el inicio de la guerra fue el asesinato del heredero al trono austrohúngaro, Francisco Fernando de Austria, el día 28 de junio de 1914. Como consecuencia de este hecho, se produjo la invasión de Serbia por Austria – Hungría. La I Guerra Mundial tuvo una duración muy extensa, 4 años. A lo largo de ese período de tiempo se distinguieron varias fases: a) La Guerra de movimientos (1914): Alemania luchaba para derrotar a Francia. Su estrategia se basaba en el empleo de movimientos rápidos. b) La Guerra de posiciones (1914 -15): Conocida también como “La Guerra de las trincheras” por la forma de operar los militares. Surgió tras la derrota de Alemania. c) Crisis de 1917: Caracterizada por la desmoralización de las tropas de soldados. Se intentó poner fin a la guerra pero no se consiguió. Destacaron la existencia de motines, numerosas huelgas, etc. d) Final del conflicto (1918): Ambos bandos presentaban dificultades tanto económicas como militares. La incorporación de EEUU a la Triple Entente supuso al bando una gran inyección de recursos. Finalmente el imperio austro-húngaro se rindió y la guerra culminó con la victoria de la Triple Entente. El desarrollo de la I Guerra mundial destaco por el empleo de sofisticado armamento como tanques, ametralladoras, etc. (gracias a las innovaciones tecnológicas de la Revolución Industrial) y por una masiva movilización militar y civil. La I Guerra Mundial se tradujo aproximadamente en 8 millones de muertos. Fue un acontecimiento que supuso una destrucción masiva extrema (destrucción de carreteras, fábricas, ciudades, etc.) y numerosos cambios políticos, ideológicos y sociales en las sociedades de aquellos tiempos. LOS TRATADOS DE PAZ En enero de 1919 comienza la conferencia de París con las delegaciones de los 27 países vencedores de la guerra. A esta conferencia no son invitados los países vencidos. Estados Unidos (Wilson), Reino Unido (Lloyd George) y Francia (G. Clemençeau) son las potencias que toman las principales decisiones. Estas decisiones giran en gran medida en torno al “Programa de 14 puntos” que Wilson ya había presentado antes de que la guerra finalizara. Este programa tenía por objeto lograr una paz mundial duradera. La Conferencia de París concluye con la firma por separado de cuatro tratados que afectan a las potencias derrotadas. Estos tratados son: El tratado de Versalles: con Alemania. El tratado de Saint-Germain: con Austria (septiembre de 1919). El tratado de Neuilly: con Bulgaria (noviembre de 1919). El tratado de Trianon: con Hungría (junio de 1920). El tratado de Sèvres: con Turquía (agosto d 1920). De estos tratados queda la sensación por parte de los vencidos, de haber sido injustamente perjudicados. El caso de Alemania es el más sintomático ya que el Tratado (considerado como una imposición humillante) alenta el nacionalismo y el revanchismo, propiciando el ascenso del nazismo y el estallido de la II Guerra Mundial. Estos tratados no consiguen resolver el problema de las nacionalidades, quedando desvirtuado el principio teórico que los había impulsado, es decir, el respeto a la independencia de naciones, consideradas como comunidades con rasgos comunes de identidad cultural y lingüística. Por el contrario, los nuevos estados que surgieron se crearon sin respetar esa política, lo que generó tensiones que se prolongaron hasta el estallido de la Segunda Gran Guerra.