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1. NAZARET
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No es lo mismo nacer en el norte, que en el sur. Unos se despiertan en la violencia,
otros en la abundancia; unos respiran la cercanía de Dios, otros la ausencia.
Todos tenemos rasgos culturales que nos identifican y es bueno reconocer y asumir
nuestras raíces. Pero cuando la semilla se hace árbol y brotan las ramas, aparecen en
nosotros mil tendencias, provenientes de razas, culturas, visiones del mundo distintas.
Surge entonces el mestizaje y la certeza de que la piel de Dios y el mundo que el
Espíritu quiere dibujar es de un arcoiris multicolor.
50 millones de indígenas de todo el mundo tienen su futuro seriamente amenazado por
la destrucción de las zonas donde tradicionalmente habitan.
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Recuerda el lugar donde naciste. Ábrete desde él al mundo, que es la casa de todos.
Recuerda que para Dios todos son iguales, sean de donde sean, habiten o no en sus
lugares de origen. Que lo sean también a tus ojos es el desafío que pone ante ti el
Espíritu.
"
Al sexto mes envió Dios
el ángel Gabriel a una
ciudad de Galilea, llamada
Nazaret" (Lc 1,26).
"¿De Nazaret puede salir
algo bueno?"
(Jn 1, 46).
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Nazaret es el pueblo de María. Es un lugar pequeño, alejado de la gran ciudad. Es
símbolo de todos esos lugares, de los que no se espera nada bueno. Sin embargo, en
una mujer virgen de ese pueblo pone Dios los ojos.
Nazaret representa la actuación libre de Dios, que se estremece ante los humildes y
obra en ellos las más grandes maravillas. “Al llegar la plenitud de los tiempos ... el
Espíritu Santo, que ya había infundido la plenitud de gracia en María de Nazaret,
plasmó en su seno virginal la naturaleza humana de Cristo” (RM 1).
Nazaret es hoy la pasión de una tierra, la de María, cada día más deteriorada y violenta
en busca de paz. Es imagen de todo lugar de la tierra donde hay dolor, al que Dios no
deja de mirar, para abrir caminos a la esperanza y a la paz.
DEL CIELO VINO UN ENVIADO, LA VIRGEN POBRE SE TURBO.
UN SI CONSCIENTE Y CONFIADO, Y EL LIRIO BLANCO FLORECIO.
TU, LA ESPOSA DEL CARPINTERO, TEMPLO Y MADRE DEL MISMO DIOS.
TODO EL CIELO CUAJO EN TU SENO, Y EN UN CIELO SE CONVIRTIO.
Cuando Dios llama a cada puerta se produce una nueva anunciación.
- El ángel del Señor anunció a María
- Y concibió por obra del Espíritu Santo.
“Cuando El llegó ¿qué hora daba, Madre, tu corazón?
Mientras no llegaba
daba la hora de la esperanza.
Pero cuando llegó
¿qué hora daba...?” (Pedro Casaldáliga)
La respuesta de cada persona, de cada pueblo, es siempre un canto a Dios.
- He aquí la esclava del Señor.
- Hágase en mí según tu palabra.
Y de la palabra brota una nueva civilización, en la que ya no hay esclavos, ni división
entre blancos y negros, ni hombre y mujer enfrentados, ni lugares de ínfima categoría.
De la palabra acogida por María nace Dios entre nosotros.
- Y el Verbo se hizo carne
- Y habitó entre nosotros.
Hazte presente, Señor, en cada rincón del mundo. Anúnciate en los hambrientos de
África, en el odio secular de Oriente, en las diferencias escandalosas entre ricos y
pobres. Que la Encarnación de tu Hijo nos ponga a todos en camino, hacia un mundo
nuevo, sin fronteras, donde cada ser humano es importante, por ser humilde reflejo de
tu belleza.
Hazte con un mapa. Visita con tu cariño y con tu ayuda el lugar donde viven los más
pobres.
¡MARIA DE NAZARET, MARIA DE TODOS LOS PUEBLOS!
2. UNA MUJER
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Nuevo milenio: ¿el de la mujer? ¡El mundo de la mujer!, tan pisoteado y tan desconocido, tan en boca de
todos y tan inexplorado. ¡El mundo de la mujer!: una dignidad y una belleza que luchan por salir a la luz... ¡El
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mundo de la mujer!: rostro de Dios para la humanidad. ¡Todo un reto!
Nuevo milenio: Tiempo para la denuncia de los viejos esquemas de desigualdad e injusticia desde el hombre
hacia la mujer. Tiempo de reconocimiento de todos, y de modo especial, de todas las que han apoyado a lo
largo de los siglos la incorporación de la mujer a un proyecto de igualdad. Una de ellas, Edith Stein, decía:
“La vocación y la misión de la mujer consiste en llevar a plenitud los valores humanos”.
En dieciocho países de entre los más pobres del mundo sólo una de cada ocho niñas va a la escuela.
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POEMA
Dios no había concluido el universo;
y en el sexto día Dios la creó MUJER.
Y dijo Dios:
Te daré un corazón compasivo;
un espíritu libre para volar junto a los pájaros;
un cuerpo para que ofrezcas vida a este mundo.
Te daré sabiduría para conocer grandes verdades;
coraje para salir de la opresión;
fuerza para mover montañas.
Te daré delicadeza para besar la tierra;
pasión para incendiar el mundo;
visión para respetar la tierra que te formó.
Te daré naturaleza alegre para bailar con los niños;
sonrisa para llenar los valles;
lágrimas para lavar el dolor.
Te daré manos para trabajar y amar;
intuición para conocer lo desconocido;
deseos de ser aquello para lo cual fuiste creada.
Y Dios dijo:
¡MUJER, yo te creé a mi imagen y semejanza!
¡Y TU ERES MUY BUENA!
"Cuando se cumplió el tiempo,
envió Dios a su Hijo,
nacido de una mujer,
nacido bajo la Ley,
para rescatar
a los que estaban bajo la Ley,
para que recibiéramos el ser hijos
por adopción"
(Gal 4,4-5).
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Dios puso sus ojos en una mujer. La encontró en medio de su pueblo, yendo y viniendo al pozo en busca de
agua, poniendo detalles de limpieza y belleza en el hogar, conversando con sus vecinas y vecinos de las
noticias de cada jornada. La encontró enamorada de José. La encontró abierta y disponible para un
encuentro en el corazón, llena de esperanza por las promesas hechas al pueblo.
Dios puso sus ojos en una mujer. La encontró, como a todas las mujeres de aquel tiempo, marginada por la
sociedad, la religión y la ley, y la levantó despertando en ella y en ellas su riqueza y originalidad, su
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creatividad y belleza.
Dios puso sus ojos en una mujer y rompió una vez más los esquemas. Quiso que naciera de ella la Vida.
Dios buscó un corazón abierto de mujer para derramar su amor.
Dios buscó unas manos vacías de mujer para ser acogido.
Dios buscó unos oídos atentos de mujer para poner en ellos su palabra.
Dios buscó unos ojos limpios de mujer para mostrarse en ellos.
Dios buscó una mujer para llenarla de gracia y convertirla en don para todos.
Palabra de la Iglesia:
“Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la
mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora. Por eso, en
este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del
evangelio pueden ayudar mucho a que la humanidad no decaiga” (Dignidad de la mujer, 1).
Gracias a una mujer "El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido en cierto modo con todo el hombre.
Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en
todo a nosotros, excepto en el pecado" (GS 22).
MARIA ES ESA MUJER
QUE DESDE SIEMPRE EL SEÑOR SE PREPARO
PARA NACER COMO UNA FLOR EN EL JARDÍN QUE A DIOS ENAMORO
“Te doy gracias, María,
porque te atreviste a tomar la vida con las dos manos.
Gracias porque fuiste valiente,
gracias por no tener miedo,
gracias por fiarte del Dios que te estaba llenando
del Dios que venía, no a quitarte nada,
sino a hacerte más mujer”
(J.L. Martín Descalzo).
Si eres mujer: Únete a María. Descubre cómo Dios te plenifica. Hazte presente en el mundo, sin miedo, sin
complejos. Ofrece gratuitamente tu belleza. Hay heridas que sólo la belleza puede curar.
Si eres hombre: Contempla a la mujer con los ojos de Dios. No veas este despertar de la mujer en el mundo
como una amenaza contra el hombre, tampoco como una moda. Presta tu apoyo a la liberación de la mujer.
Es el mejor canto a Dios, que dignificó tanto a María.
Seas lo que seas, vive la presencia de la mujer y del hombre en el mundo como una reciprocidad de dones,
como una tarea común para construir la nueva humanidad.
MARÍA, MUJER, DONDE EL HOMBRE Y DIOS SE ENCUENTRAN.
3. DIOS ENTRA EN LA HISTORIA
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En la historia está el ser humano. Ahí, en medio. Como un misterio. ¿Qué es lo que
esconde dentro? Todos vienen llamando a su puerta.
Viene veloz el mundo de Internet buscando nuevos usuarios de la red. Se acerca
avasallador todo el mundo de la propaganda, buscando nuevos clientes para sus
productos.
Viene Dios, buscando amigos. Rompe barreras, acorta por el amor toda distancia. Se
acerca despacio, desde abajo. Le brota un grito en las entrañas: "Creo en la mujer,
creo en el hombre".
¿Qué voces oiremos? ¿A quienes daremos cabida en nuestro corazón? ¿Quién
respetará el misterio de cada persona? ¿Quién contará con la libertad del ser humano?
¿Quién pensará que la verdad no se impone sino por la fuerza misma de la verdad?
Un millón de niñas y adolescentes se incorporan cada año al ejercicio de la
prostitución.
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Relato:
“El Señor ha susurrado algo al oído de la rosa, y he aquí que se abre a la sonrisa; ha
murmurado algo a la piedra, y la ha convertido en piedra preciosa. Y cuando dice
también algo al oído del sol, la mejilla roja del sol se cubre de eclipses. Pero, ¿qué
habrá susurrado el Señor al oído del ser humano?: Amor y misericordia”.
“La Palabra vino a su casa y
los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la
recibieron les dio poder de
hacerse hijos de Dios” (Jn
1,11-12).
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Dios entra en la historia de María, y a través de ella en la historia de la humanidad,
porque María recoge como en un cuenco todas las esperanzas y anhelos del pueblo.
Dios entra como un peregrino, como un buscador. Dios mira, toca; su rostro se vuelve
hacia María.
María está a la espera. Como el centinela que aguarda la aurora. Su casa siempre está
abierta, dispuesta a la acogida, aunque quien viene le cambie los planes.
Con María el mundo, también nosotros, queda abierto a la ternura, a la contemplación
y al encuentro con Dios.
Al entrar Dios en nuestra vida se abre para nosotros una propuesta:
“Tu palabra sería la segunda palabra y ella recrearía el mundo estropeado, como un
juguete muerto que volviera a latir súbitamente. Tú pondrías en marcha, otra vez, la
ternura”
(P. Casaldáliga).
Palabra de la Iglesia:
“María, que... se ha encontrado en el centro mismo de los inescrutables caminos y de los
insondables designios de Dios, se conforma a ellos en la penumbra de la fe, aceptando
plenamente y con corazón abierto todo lo que está dispuesto en el designio divino" (RM,
14).
SIEMPRE QUE NOS VISITA DIOS
SE LLENA DE ALEGRÍA EL CORAZÓN.
¡SE LLENA DE ALEGRÍA!
“Soy hombre, mineral y planta a un tiempo,
relieve del planeta, pez del aire,
un ser terrestre en suma.
Arbol del Amazonas, mis arterias,
mi frente de París, ojos de trópico,
mi lengua americana y española,
hombros de Nueva York y de Moscú,
pero fija, invisible,
mi raíz en el suelo equinocial,
nutriéndose del agua de los ríos
y de la sangre verde que cirula
por el frágil, alado cuerpecillo
de loro, profesor de ortología,
del saltamontes y del colibrí,
mis ínfimos aliados naturales" (Jorge Carrera Andrade).
Aquí has entrado, Señor.
En María, una de nosotros, has mostrado tu rostro.
¡Qué poder tan revelador el de tu llamada!
¡Qué lucidez despierta en nosotros
el paso silencioso de tu mirada!
¡Qué valor das con tu presencia a todo lo nuestro!
Nos haces protagonistas de la historia,
nos tomas en serio.
Abre cada mañana la puerta de tu vida y emprende el camino con alegría.
MARIA, HISTORIA DE SALVACION ABIERTA PARA TODOS
4. ¡ALÉGRATE!
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El mundo está lleno de saludos. Saluda, cada amanecer, la luz al mundo y todo se llena de colorido.
Saludan los pájaros desde los aleros de los tejados ofreciendo conciertos gratuitos. Se saludan los que
viven en familia, los niños que van al colegio y los ancianos que pasean en el parque. E
El saludo es un arte; es una forma de entrar con belleza en la vida de los demás. ¿Cómo será el
saludo de Dios?
El saludo de Dios es alegre, es una invitación a la felicidad. "Es una blasfemia predicar a un Dios que,
si no existiese, haría sentirse al hombre más realizado y feliz" (Cortés). Y es un escándalo que en
nombre de Dios los pueblos se saluden con bombas.
La tristeza de los que pierden la tierra en que han nacido, el dolor de todos los que sólo saludan la
libertad desde la lejanía de los sueños, las injusticias cometidas con los más pequeños y excluidos,
están esperando el saludo gozoso y liberador de Dios.
Reflexión:
"Dios sonríe, dice la Escritura. Y con ello afirma que incluso la más pequeña sonrisa pura y delicada,
que brota de no importa dónde, desde un corazón recto, ante cualquier tontería de este mundo, refleja
una imagen y un rayo de Dios. Es una señal de Dios vencedor, señor de la historia y de la eternidad,
del Dios cuya sonrisa nos demuestra que todo en definitiva es bueno" (Rahner).
"El fundamento último de la alegría es el amor. Dios ama: por eso es capaz de reír. Dios ríe en los que
aman. A través de sus manos Dios habla y desde el fondo de sus ojos, sonríe a la tierra" (Khalil
Gilbran)
"Alégrate...
Ella se conturbó por estas
palabras y se preguntaba
qué significaría aquel
saludo"
(Lc 1, 28-29).
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Dios se hace uno de nosotros y, en el seno de María, aparece Jesús, la alegría del mundo.
Dios se presenta como una alegría para el ser humano y no como una carga y una obligación. Así
comienza el Evangelio. Así se quebranta la vieja e inacabable tristeza del mundo.
Dios se acerca con alegría y genera vida, crecimiento, esperanza. Por eso "Quienes de veras aman a
Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen" (Teresa de Jesús).
Ya no hay que hacer nada para ganarnos a Dios, él se nos da como regalo. La vida cristiana es un
camino de alegría.
Palabra de la Iglesia:
"María... ofrece una visión serena y una palabra tranquilizadora: la victoria de la esperanza sobre la
angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turbación, de la alegría y de la belleza
sobre el tedio y la náusea" (Marialis Cultus, 57).
ALÉGRATE, MARÍA,
LLENA DE GRACIA (Rafael León).
Somos dichosos porque somos llamados a la vida.
Somos dichosos porque el Padre nos amó primero y ama más a los más pobres. Somos dichosos
porque Dios Padre y Madre, es mejor de lo que nos imaginamos. Somos dichosos porque Jesús se ha
empeñado en un proyecto de familia para la humanidad.
Somos dichosos porque el Espíritu alienta siempre la fiesta de la ternura y de la bondad.
Somos dichosos porque, como a María, Dios nos saluda cada día con el gozo.
En la cultura del mercado global, donde todo se tasa y se vende, realiza cada día pequeños gestos de
gratuidad. Y lo que hagas gratuitamente, ofrécelo con la sonrisa.
MARIA, CON SU ALEGRÍA, HACE BUENO A DIOS A LOS OJOS DEL MUNDO
5. ¡LLENA DE GRACIA!
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Para muchos de nuestros contemporáneos la oferta de satisfacción que presenta la
sociedad actual cuenta más que las promesas que hace la religión. El consumo, el
bienestar y el confort tienen más influjo que la gracia.
Por otra parte, sigue vigente la opinión de "para enriquecer a Dios debe empobrecerse
el hombre!; para que Dios sea todo, debe el hombre ser nada"! (Feuerbach).
¡Cómo se hará hoy el Espíritu del Señor un hueco en nuestro mundo para hablar al ser
humano de paz de justicia, de salvación y amor!
¡Cómo recogerán los hombres y mujeres esta oferta de plenitud de Dios para pasar del
escepticismo y de la defensa de los propios intereses a una vida de generosidad a
favor de los demás!
"El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones
venideras razones para vivir y razones para esperar" (GS, 31)
Relato:
"Un día Dios llamó a tres personas y les regaló a cada una un pequeño frasco que
contenía el perfume de la Vida Eterna.
La primera de ellas, abrumada por tal regalo del mismísimo Dios, fue corriendo a por
una cadenita de oro para colgarse el pequeño frasco del cuello. Eso le recordaría a
Dios y le haría tenerlo siempre presente.
La segunda marchó deprisa a su casa, derramó el perfume en un recipiente y comenzó
a analizar su composición química hasta obtener la fórmula. Se la aprendió de memoria
e hizo que los demás también se la aprendieran para que supieran en qué consistía el
perfume de la Vida Eterna.
La tercera persona abrió el pequeño frasco y vació todo el perfume sobre su cabeza y
se marchó a perfumar el mundo".
"Llena de gracia...
Ella se conturbó por estas palabras...
El ángel le dijo: No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios"
(Lc 1,28-30).
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Llena de gracia... es el nombre propio que Dios da a María. Llenos de gracia... es el
nombre que Dios nos da a cada uno.
Llena de gracia significa llena de Dios, llena del reino, llena de todos los preferidos de
Jesús.
De la gracia brota el agradecimiento; la vida del cristiano se convierte en eucaristía, en
entrega generosa de la vida.
La gracia, que trabaja nuestro corazón, sale afuera y se convierte en anuncio gozoso
de Jesús al mundo.
Palabra de la Iglesia:
"La maternal intercesión de María, su santidad ejemplar, y la gracia divina que hay en
Ella, se convierten para el género humano en motivo de esperanza" (Marialis Cultus,
57).
"Es imposible honrar a la llena de gracia sin honrar en sí mismo el estado de gracia, es
decir, la amistad con Dios, la comunicación con El, la inhabitación del Espíritu" (Marialis
Cultus, 57).
Sin ti, María, no habría luz
Sin ti no habría una sonrisa
Sin ti el mundo sería como un paisaje sin luz,
Un día sin sol, un rostro sin sonrisa
María, tú eres un ser humano, como nosotros.
Un ser humano, completamente abierto,
abierto de par en par, limpio para la acogida.
Te has puesto en manos de Dios de forma audaz,
sin límites, sin temor a tu propio destino.
María, eres una mujer que escucha y ora.
Todo tu ser se mantiene despierto,
atento a las múltiples y tenues llamadas del Dios vivo.
María, tú te abres para acoger la gracia.
Por eso amas con la amplitud y magnanimidad del verdadero amor.
María, llevas a Jesús en tus entrañas.
Tu vida lo refleja.
Eres anuncio de plenitud para el ser humano.
Santa María, ruega por nosotros.
A pesar de todo, apuesta hoy por la esperanza. Brinda y trabaja por la paz, por la
ternura, por la solidaridad, por todo aquello que hace presente en el mundo la
misericordia entrañable de Dios.
LA BELLEZA DE MARIA, MUJER NUEVA DE LA GRACIA, EMBELLECE AL MUNDO
6. ¡EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO!
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El mundo que se asoma al tercer milenio está lleno de excluidos. Esta es una de las
mayores denuncias a una sociedad que se construye sobre el orillamiento de los
débiles.
"Las culebras sólo muerden a los descalzos" (Monseñor Romero) y los descalzos son
voz profética que llama a las puertas de la Iglesia y grita: ¿Dónde y con quién estás?
¿Qué haces con la luz?
Sin embargo, el Espíritu que sopla donde quiere, suscita hoy personas que abren los
ojos y el alma, abren las puertas y las ventanas, abren el corazón para estar con los
excluidos de tierra y dignidad, de pan y de paz.
Todos los que abren los brazos a la solidaridad, los que ponen sal y luz en la oscuridad
y el sinsentido, son la mejor continuación de María, la mujer que se estremeció cuando
Dios le dijo que estaba con ella, cuando todo un Dios miró su pequeñez.
Canción:
Existe un lugar donde la vida
comienza con un beso en los labios,
donde se visten de ternura las palabras.
Existe un lugar que todos conocemos,
donde espera siempre un gran amor,
es el cielo que llevamos dentro.
Un lugar llamado... corazón (Fábrica de sueños)
"El Señor está contigo.
Ella se conturbó por estas palabras,
y discurría qué significaría aquel saludo...
Vas a concebir en el seno
y vas a dar a luz un hijo,
a quien pondrás por nombre Jesús"
(Lc 1,28-29.31).
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Frente al deseo de "ser uno mismo", María es la mujer que acepta "ser desde otro".
Esta aceptación la lleva al gozo y a la libertad. María es imagen de la Iglesia, que no
sabe vivir sin su Señor.
El saludo de Dios tiene una hermosísima traducción y concreción siempre que un ser
humano le dice a otro: "Estoy contigo"; cuando se reinicia el diálogo entre los pueblos,
y se acortan las distancias; cuando entre los hombres y mujeres de todos los mundos
se establece un guiño de complicidad y las manos se unen en proyectos de solidaridad.
.
Dios está con el mundo, comprometido con todos los seres humanos. Por doquier ha
dejado sus huellas. María le ha abierto el espacio para que pueda plantar su tienda. En
ella comienza la Iglesia, en la que Dios habita.
Mirando a María, sabemos que somos lugar para Dios. Mirando a Dios, sabemos que
somos lugar para todos los excluidos.
"Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con solo su figura,
vestidos los dejó de hermosura" (Juan de la Cruz).
Palabra de la Iglesia:
"Ella, la mujer nueva, está junto a Cristo, el Hombre nuevo, en cuyo misterio solamente
encuentra verdadera luz el misterio del hombre, como prenda y garantía de que en una
simple creatura, es decir, en Ella, se ha realizado ya el proyecto de Dios en Cristo para
la salvación de todo el hombre" (Marialis Cultus 57)
LOS CIELOS Y LA TIERRA EN TI SE ENCONTRARÁN.
MARÍA, DULCE ABRAZO QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.
Quien hizo las estrellas, te vino a mendigar,
tu carne y tu latido de mujer.
El Dios omnipotente no quiso renunciar
al gozo de acunarte en tu querer.
Como un grano de arena,
como una gota de rocío mañanero,
así es el mundo para ti, Señor.
¿Por qué has querido abajarte hasta nosotros,
hacerte tan pequeño, Señor?
¿Se entendería algo sin tu amor por todo ser humano?
En todos estás.
En María, tú estás.
En todos los excluidos, tú estás.
En la Iglesia, tú estás.
En la humanidad, está tu Espíritu soplando la vida.
Gracias, Señor, amigo de la vida.
Dios te invita a estar en el mundo de otra manera. El centro lo ocuparán los excluidos.
Tú, muy cerca de ellos, con la mano tendida.
MARÍA PRESENTE EN LOS DOLORES Y GOZOS DEL PUEBLO
7. EL ESPÍRITU SOBRE TI
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Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están produciendo una
auténtica revolución en nuestros días. Se está configurando una nueva manera de ser
y vivir en el mundo. Se está gestando un "hombre nuevo".
Pero tanta novedad puede aplastar al ser humano si se le impone desde fuera, como si
fueran aguas torrenciales, y no le brota del corazón.
Por ello, también hoy, no estamos lejos de las palabras de san Agustín: "Heme aquí,
convertido en un gran problema para mí mismo".
Y no estaría mal hacer nuestras las palabras del Principito: "Erase una vez un
Principito que vivía en un planeta poco más grande que él, y que necesitaba un
amigo..."
¿Sabremos, en esta hora, dejarnos llevar por el Espíritu para encontrar la vida y ofrecer
la vida a todos?
Relato:
El Espíritu te escogió a ti, te quiso a ti, María. Y tú, María, escoges a un niño pobre, nos
escoges a nosotros para extender la vida y el gozo de Dios en este mundo
sorprendente de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
- "Sabe y ten entendido... tú el más pequeño de mis hijos, que soy la Virgen Santa
María... Deseo que se me erija un templo, donde mostraré a Jesús a las gentes en todo
mi amor personal, en mi mirada de compasión..."
- Pero el obispo no cree la historia del muchacho:
- "Niña mía... no me creyó; quizás piensa que es invención mía... Te ruego, Señora y
Niña mía, que confíes el encargo a una persona importante... porque yo soy un hombre
del campo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy hoja... y tú, Niña mía, me
envías a un lugar por donde ni ando..."
- Pero la Señora responde:
"Es necesario que seas tú el elegido para ayudarme. Escucha y ten entendido, hijo
mío, el más pequeño, que no se turbe tu rostro ni tu corazón... ¿No estoy yo aquí que
soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra?... ¿No estás por ventura en mi regazo, en el
hueco de mi manto? ¿Qué más has menester?" (Relato de Guadalupe).
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por eso el Santo que va a nacer
se llamará Hijo de Dios"
(Lc 1,35).
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El Espíritu viene siempre a animar la vida de la humanidad. Es un despertador de vida.
No pretende alejar a los hombres y mujeres de la vida de cada día. A María la hizo más
mujer, más vecina, más cercana a la situación de su pueblo, más creyente, madre..
El Espíritu nos ayuda a hacer un buen planteamiento de la vida. Nos da la fortaleza
para afrontar la realidad que nos toca vivir y para hacernos cargo de todos los que,
también en esta época de profundos cambios, quedarán tirados en las orillas de los
caminos. A María le ayudó a aceptar su pobreza y a convertirla en un canto y en una
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buena noticia para todos los pequeños del mundo.
El Espíritu ensancha nuestro corazón y lo abre a la comunión, convirtiéndonos en
huéspedes los unos de los otros, unas razas de las otras, unas religiones de las otras.
A María la hizo madre de Jesús, y él trajo muchos comensales a su mesa: los pobres y
los ricos, los hambrientos y hartos, los humildes y soberbios, los poderosos y los
débiles. Y a todos supo decirles María su palabra.
Palabra de la Iglesia:
"La participación en la vida divina no nace 'de la sangre, ni de deseo de carne, ni de
deseo de hombre, sino de Dios' (Jn 1,13). La acogida de esta vida es virginal porque
toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana
con relación a Dios se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María"
(Catecismo, 505)
Lucero del alba, luz de mi alma, Santa María.
Virgen y Madre hija del Padre, Santa María.
Flor del Espíritu Madre del Hijo, Santa María.
Amor maternal del Cristo total, Santa María.
¡El Espíritu sobre ti!
Le abres la puerta sin miedo.
Lo acoges en tu corazón.
¡Y empieza lo nuevo!
Te sale por los ojos la vida.
Y las manos que tejen y el saludo a las vecinas,
y el trabajo de cada día,
todo se te llena de vida.
Desde el principio sabes
que tu Hijo vendrá para dar vida,
una vida abundante para todos.
¡El Espíritu, siempre contigo!
¡El Espíritu, siempre en ti don para todos!
¡Enséñanos a caminar según el Espíritu!
Haz con cariño las pequeñas cosas de cada día.
MARÍA, REFLEJO VIVO DEL ESPÍRITU EN EL MUNDO
8. ¡FIAT! ¡HAGASE!
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Las manos del alfarero buscan el barro para trabajarlo. La semilla busca la tierra para
que estalle dentro la vida. La palabra sale corriendo buscando un corazón que la acoja.
Dios busca al ser humano; espera que éste responda.
¿Qué pasa con el barro cuando no se deja modelar? ¿Qué pasa con la Palabra cuando
no es recibida? ¿Qué pasa cuando Dios está a la puerta y nadie le abre?
Pero, ¿qué sucede cuando alguien dice "sí" a Dios? Entonces se cumple la promesa:
"Mi Palabra no volverá a mi vacía" (Is 55,101-11). Entonces, la tierra se llena de vida.
Poema:
"El Padre abre sus manos,
y el Verbo vuela a tu arcilla;
y el espíritu de Amor te fecunda con su Vida.
Eres la esclava de Dios,
eres Tierra prometida;
eres Nueva Humanidad donde ha llegado el Mesías.
Alégrate, Virgen pura,
Vaso de cristal, María,
donde lo humano y divino
se hacen al hombre bebida".
"María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?
El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y
se le llamará Hijo de Dios... Dijo María: He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 34-38).
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Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y el mundo dejó espacio al rostro de Dios plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de encuentro, de
autocomunicación de Dios en el mundo. Y apareció en todo su esplendor la acogida y
la entrega, la sensibilidad para captar el misterio de Dios, la ternura hacia todo lo que
está vivo pero necesita madurar.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra, la guardó en el corazón;
gracias a María la fe echó raíces profundas en la condición humana.
Palabra de la Iglesia:
"María ha pronunciado este fiat por medio de la fe. Por medio de la fe se confió a Dios
sin reservas y se consagró totalmente a sí misma, cual esclava del señor, a la persona
y a la obra de su Hijo. Y este Hijo... lo ha concebido en la mente antes que en el seno:
precisamente por medio de la fe" (RM, 13).
MADRE DE TODOS LOS HOMBRES,
ENSEÑANOS A DECIR AMEN.
"Iluminado por el Espíritu,
bautizado por el fuego,
seas quien seas,
eres el trono de Dios,
eres la morada de Dios,
eres la luz y la divinidad,
eres Dios, Dios, Dios, Dios"
(San Sergio Rádonezhki)
Abre tu casa para que sea lugar de acogida. Sé sensible a la vida y a todo lo que tiene
vida. Acompaña a los pequeños. Escucha con oídos atentos la experiencia de los
otros. Ante las sorpresas de Dios, ante su Palabra, di siempre: "Hágase, aquí estoy".
MARÍA, ALFARERA DE DIOS EN LA TIERRA
9. MARÍA EN CAMINO
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La vida tiene su morada en el corazón, pero se asoma a los caminos. Y ahí se hace
encrucijada, encuentro de unos con otros, historia.
El ser humano es peregrino en busca de nuevas fuentes para su sed. En los caminos
escucha las pisadas de otros caminantes.
Hoy camina la mujer. Frente a toda crisis de cansancio y de muerte, aparece la mujer
como signo de vida, como aliento.
La salvación del mundo pasa por la mujer. Hoy camina la mujer con el respeto y el
cuidado de la vida, la sensibilidad y la ternura, la solidaridad y la colaboración, la paz y
la belleza.
"María es modelo e icono plenamente realizado que antecede con su luz al Pueblo de
Dios que peregrina, como signo de esperanza y de consuelo" (LG 68).
Relato:
"Cuenta la historia que un monje, Demetrio, recibió un día una orden tajante: debería
encontrarse con Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se
pusiera el sol. El monje se puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a
mitad de camino se encontró a un herido que pedía socorro. Y el monje, casi sin
detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba al otro lado de la
cima antes de que atardeciese. Le prometió que volvería en cuanto atendiese a Dios. Y
continuó su precipitada marcha. Horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo
alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña y desde allí sus ojos se pusieron a buscar
a Dios. Pero Dios no estaba. Dios se había ido a ayudar al herido que horas antes se
cruzó por el camino. Hay, incluso, quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió
ayuda".
"En aquellos días,
se puso en camino María
y se fue con prontitud
a la región montañosa,
a una ciudad de Judá"
(Lc 1, 39).
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María se puso en camino hacia la casa de su prima, en camino de fe y amor, de
confianza y servicio. Así de sencillo, así de profundo.
Percibió una necesidad concreta en Isabel y encaminó hacia allí sus pies. Se hizo
samaritana.
Caminó, consciente del fruto que llevaba en su vientre. Avanzó en la peregrinación de
la fe.
Durante el camino fue reflejando la luz de Cristo en cada etapa, en cada palabra, en
cada mirada. Como nueva arca de la alianza, todo lo fue sembrando de serena alegría.
"Yo acariciaba mi seno para tocarle,
porque El estaba allí
al tiempo que en todas partes.
Cuando yo respiraba, respiraba El;
cuando yo bebía,
bebía también el autor del aire,
del agua y de la sed.
Cuando yo me alimento
Dios de mi vida,
¿sostengo yo tu sangre
o tú la mía?"
(Martín Descalzo)
Palabra de la Iglesia:
"María, es la Virgen oyente, que acoge con fe la Palabra de Dios: fe, que para ella fue
premisa y camino hacia la Maternidad divina... esto mismo hace la Iglesia que escucha
con fe, acoge, proclama, venera la Palabra de Dios y la distribuye a los fieles como pan
de vida" (Marialis Cultus 17).
SE LEVANTO MARIA Y SE PUSO EN CAMINO
HACIA LA MONTAÑA
MAGNÍFICAT, ANIMA MEA.
María:
al conocer la noticia salvadora de Dios, dejas tus cosas y te lanzas a anunciarlo con
alegría.
Te pedimos decisión y confianza.
Decisión para anunciar el mensaje salvador del Dios Amor.
Confianza para abandonarnos en sus Manos como tú.
Queremos ser mensajeros de la Buena Noticia de Jesús en nuestro mundo.
"No, no te detengas.
Comenzar bien es una gracia de Dios.
Continuar por buen camino
y no perder el ritmo...,
es una gracia todavía mayor.
Pero la gracia de las gracias,
está en no desfallecer
con fuerzas todavía o ya no pudiendo más,
hecho trizas o añicos, seguir avanzando
hasta el fin"
(Helder Cámara).
SANTA MARIA DEL CAMINO, ¡VEN CON NOSOTROS A CAMINAR!
10. ENCUENTRO DE DOS MUJERES
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El ser humano tiene vocación de encuentro. Y los pueblos y las culturas. Pero la
geografía está llena de heridas; son los desencuentros.
Tras cada desencuentro, se traza una frontera, se construye una muralla.
No se sabe cómo, pero la vocación de encuentro, en pequeños gestos, vuelve a
germinar, a menudo en el corazón de los más jóvenes, y las distancias se acortan,
brota el diálogo, se da la comunión.
50 millones de indígenas de todo el mundo tienen su futuro seriamente amenazado por
la destrucción de las zonas donde tradicionalmente habitan. ¿Por qué caminos
misteriosos conduce el Espíritu al mundo de hoy a una experiencia de unidad?
Parábola:
"Un hombre era dueño de un hermoso jardín donde los niños se encontraban a sus
anchas para correr y saltar. Pero éste era un hombre de corazón duro. Le dolía que los
niños disfrutasen de la belleza de su jardín. Esto fue lo que hizo: lo rodeó de una pared
muy alta para que los niños no pudiesen entrar. Pero sucedió que cuando las plantas
dejaron de escuchar las risas de los niños dejaron también de florecer. Se secó el
follaje de los árboles. El invierno se prolongó como nunca antes lo recordaba y parecía
que la primavera no volvería jamás. El hombre se sentía muy triste, como si una gran
pena anegase su corazón. Las noticias de lo sucedido llegaron a un hombre muy sabio
de la comarca. Vino donde él y le dijo: Tengo un solo consejo que darte y si lo sigues,
tu jardín volverá a lucir como antes. El hombre repuso: Escucho tu consejo y lo seguiré
de inmediato. Este fue el consejo: Derriba las paredes y deja que los niños jueguen"
(Limardo).
"Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno
Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó a gritos:
¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a
mí que venga a verme la madre de mi Señor?
Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño
en mi seno.
¡Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de
parte del Señor!"
(Lc 1, 40-45)
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La casa de una mujer se convierte en lugar de encuentro. El saludo fue una semilla de
paz sembrada en la mañana.
Dos mujeres se buscaron y encontraron al Dios de la vida en sus corazones. Las dos
se anuncian mutuamente el evangelio de la salvación. Esta vivencia del Espíritu
compartida es lo que de verdad y radicalmente transforma sus vidas.
El encuentro en la sencillez y la verdad termina en gozo y en novedad. Isabel y María
cantan y se llaman la una a la otra con un nombre nuevo. El misterio de Dios se hace
presente en la humildad. El misterio de Dios se convierte en canto en un clima de
humildad.
"En cuanto María acogió en sí esa gran obra de Dios, tuvo y mantuvo un tal
sentimiento de sí, que no se elevó por encima del más pequeño hombre de la tierra.
Hay que celebrar el espíritu de María maravillosamente puro que, mientras se le hace
un honor tan grande, no se deja tentar, sino que, como si no lo viera, permanece en el
camino justo" (Lutero).
Palabra de la Iglesia:
"María aparece como Virgen orante en la visita a la madre del Precursor donde se abre
su espíritu en expresiones de glorificación a Dios, de humildad, de fe, de esperanza"
(Marialis Cultus, 18).
GRACIAS, MADRE POR TU PRESENCIA,
TÚ NOS LLEVAS A JESÚS.
GRACIAS, MADRE POR TU SILENCIO,
TÚ ESTIMULAS NUESTRA FE.
Gracias a ti, María, buscadora de Dios en los pobres.
Gracias, María, por enseñarnos que las pequeñas cosas son lugar de encuentro.
Gracias, María, por presentarnos a Dios como hogar donde se crea la familia.
Gracias, María, por tu relato de salvación compartido con Isabel.
Gracias, María, por estar llena de gracia y de vida, y seguir siendo humilde.
Gracias, María, por emprender caminos de comunión.
Gracias, María, por hacerlo todo llevando a Jesús en el corazón.
Gracias, María, por tu apertura confiada al Espíritu Santo.
Que la fe que recibimos en el bautismo, brille en nuestra vida
MARÍA, MUJER DE ENCUENTRO DE TODOS LOS PUEBLOS
11. EL MAGNÍFICAT: UN CANTO LLENO DE FUTURO
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"Si se calla el canto muere la rosa. ¿De qué sirve la rosa sin el canto? Es el canto la luz
sobre los campos, iluminando siempre a los de abajo" (Guarany) .
Un gozo: encontrar en el camino de la vida rostros iluminados, con ganas de vivir, con
canciones en los labios. "La gloria de Dios es que el hombre viva" (San Ireneo). La
verdadera canción nunca se aleja de la vida ni del bien del ser humano.
Una denuncia: "Los cristianos tienen muy poca cara de redimidos" (Nietsche).
Una tarea: compartir y cantar profundamente "los gozos y las esperanzas, las tristezas
y las angustias de los hombres de nuestro tiempo" (GS 1).
Un pozo de aguas inagotables: Dios es amor, se entrega por amor, no tiene otros
intereses que los nuestros, no sabe comerciar con nosotros porque nos lo ha dado
todo.
Poesía
Estamos otra vez en el Principio
y nace el mundo, nuevo, del seno de tu Gracia, hermosamente grande y sin fronteras.
¡Que callen los profetas fatídicos!
Cabemos todos juntos, hermanos, en la mesa que el Padre ha abastecido.
¡Que calle todo miedo para siempre!
Estamos otra vez en el Principio
y ha empezado tu era:
¡Por derecho de Madre tú patentas la luz amanecida!
(Pedro Casaldáliga)
"Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
-como lo había prometido a nuestros padresen favor de Abraham y su descendencia por siempre"
(Lc 1,46-56).
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Dios es alegre. Y el diálogo con él, también. La alegría se refleja en las canciones que
acompañan la vida de cada día. El canto del Magnificat es el espejo del alma de María.
Y en el alma lleva grabadas la ternura y la compasión de Dios hacia los más pobres.
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La alegría la encontramos en lo más profundo del manantial, donde Dios es Dios.
María se abre al misterio de Dios y es tanta la alegría que siente al ver cómo es Dios
que no puede hacer otra cosa que cantar con júbilo. Su canción es una gran noticia
para toda persona.
La canción es como un resplandor de profecía para el mundo. Dios toca las heridas y
las sana. A María Dios la ha mirado en su pequeñez, ha tocado y besado su pobreza.
En ella se anuncia la buena nueva del Evangelio, se adelantan las bienaventuranzas
de Jesús.
Palabra de la Iglesia:
"El cántico de la Virgen, al difundirse, se ha convertido en oración de toda la Iglesia en
todos los tiempos" (Marialis Cultus, 18).
UNIDOS A TODOS LOS PUEBLOS.
CANTAMOS AL DIOS QUE NOS SALVA.
"Que el alma de María
esté en cada uno para alabar a Dios;
que su espíritu
esté en cada uno
para que se alegre en el Señor"
(San Ambrosio).
"Alivia tu fatiga de caminante con el canto. No te domine la pereza; canta y camina.
Avanza siempre en el bien. No te vuelvas atrás, no te detengas. Canta y camina"
(San Agustín).
MARÍA, MÚSICA DE DIOS EN EL MUNDO
12. EL DIOS DE MARÍA
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Son más los que salen cada mañana a buscar el rostro de Dios, que los que descubren
cómo Dios trata amorosamente de abrirse paso hasta el corazón humano.
Dios sigue siendo bandera discutida. Unos dicen: "Para enriquecer a Dios debe
empobrecerse el hombre; para que Dios sea todo, debe el hombre ser nada"
(Feuerbach). Pero otros, contemplando a Jesús dijeron: "Siendo rico, se hizo pobre por
nosotros, para enriquecernos con su pobreza" (San Pablo).
Algunos lo ven como un ser lejano, distante, ajeno al bien de los hombres y mujeres del
mundo. Pero otros descubren que su gozo y su gloria se realizan con más plenitud allí
donde de modo más verdadero y auténtico se realiza nuestra humanidad. Más que
señor es servidor de sus criaturas: "La ternura de Dios es tan grande que se entrega al
alma como si él fuese su siervo y ella fuese su Señor" (San Juan de la Cruz).
Relato:
"El sacerdote preguntó a María, la resucitada:
- ¿Viste a Dios?
- ¡Sí! ¡Eso... no se olvida!
- ¿Cómo era Dios?
- ¡Alegre!
(Martín Descalzo)
"Su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación...
Se alegra mi espíritu en Dios ,
mi salvador"
(Lc 1, 46.49-50).
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Cuando decimos que Dios es santo queremos decir que Dios es amor. Y en el amor él
da siempre el primer paso. Cuando el amor llamó a las puertas del corazón de María, el
Espíritu se hizo en ella plenitud de gracia, el Padre presencia de amor, y el Hijo carne
de su carne.
Cuando decimos que Dios es misericordioso queremos decir que nos ama hasta el
extremo. María dejó hablar a Dios en su vida, y Dios se hizo cercano. Apareció la vida
y se hizo visible el Amor.
Cuando decimos que Dios es salvador queremos decir que nos cura las heridas y nos
capacita para amar. Si amamos nos convertimos en creadores, en personas libres.
María salió del encuentro con Dios más nueva, más libre, con más capacidad de crear,
más llena de esperas.
Cuando nos alegramos en Dios estamos diciendo que él es la fuente de nuestra vida,
su sentido más profundo. María, mujer-testigo de Dios, pone flores en nuestra ventana
y nos recuerda que Dios entra en la historia para quitar peso a todo oprimido y
embellecer la vida de todo ser humano.
Palabra de la Iglesia:
"La Virgen María ha sido propuesta siempre por la Iglesia a imitación de los fieles...
porque en sus condiciones concretas de vida ella se adhirió total y responsablemente a
la voluntad de Dios; porque acogió la palabra y la puso en práctica; porque su acción
estuvo animada por la caridad y por el espíritu de servicio; porque fue la primera y la
más perfecta discípula de Cristo" (Marialis Cultus, 35).
Palabra de los santos
"Mirar Dios es amar y hacer mercedes" (San Juan de la Cruz).
PROCLAMA MI ALMA LA SALVACIÓN, ALELUYA.
PORQUE EL SEÑOR ME VISITO, ALELUYA.
Y EN MI CASA SE HOSPEDO
Y SU AMOR ME ENAMORO, ALELUYA.
María:
Tú que estuviste abierta a los planes de Dios,
Tú que te dejaste conducir por la fuerza del Espíritu Santo,
Tú que fuieste consecuente con lo que un día prometiste:
Enséñanos a acoger y responder a Dios,
a presentarnos a Él con nuestras manos abiertas para amar,
a entregarle nuestra vida para anunciar el Evangelio,
a decirle SÍ y a ser luz y sal para el mundo.
"No caigas en el error de que sólo se hacen méritos
con los grandes trabajos.
Hay pequeños servicios: poner una mesa,
ordenar unos libros, peinar una niña.
El servir no es una faena de seres inferiores.
Dios, que es el fruto y la luz, sirve.
Y te pregunta cada día: ¿Serviste hoy?" (Gabriela Mistral)
MARIA, PUERTA POR LA QUE VIENE DIOS AL MUNDO
13. EL NACIMIENTO DE JESÚS
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Qué milagro esconde la tierra, que se agrieta por la sed y se abre para que en ella se
asome en todo su esplendor la vida! ¡Qué milagro encierra la historia al esconderse en
ella, como un misterio, la hermosura de Dios! ¡Qué gran misterio envuelve y penetra al
ser humano como para que el salmista exclame sorprendido: "¿Qué es el hombre?"
(Sal 143).
Nace el riachuelo del manantial escondido en la montaña. Nace la flor de la semilla
caída en la tierra. Nace un niño y todo lo embellece. ¡Nace Dios hecho niño y el amor
entra en la historia!
Todo lo que nace es frágil, está expuesto al peligro. ¡Qué dolor cuando la vida, apenas
nacida, es abandonada! ¡Qué oscuridad cuando la luz es escondida! ¡qué tristeza
cuando lo nuevo es pisoteado!
Jesús de Belén, fruto bendito de María de Nazaret, nos invita a reafirmar nuestras
convicciones a favor de la vida
Testimonio:
"La vida me había tirado por tierra, pero el encuentro con Jesús me ha dado fuerzas
para retormarla otra vez agradecida... He aprendido a amar la vida desde que sé para
qué vivo" (Edith Stein).
"Jesucristo es el centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, es
compañero y amigo de nuestra vida... Yo nunca me cansaría de hablar de él; él es la
luz, la verdad, más aún, el camino, y la verdad, y la vida; él es el pan y la fuente de
agua vva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro
guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano" (Pablo VI).
"Mientras estaban allí,
se le cumplieron los días del alumbramiento
y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales
y le acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en el albergue"
(Lc 2, 6-7).
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María mira emocionada a Jesús niño. Con ella contemplamos al que es la Vida.
María envuelve a Jesús en pañales. Con ella cuidamos toda vida.
María acoge en su corazón, junto a Jesús, a muchos nombres. Con ella aprendemos a
levantar las vidas caídas.
María pone en un pesebre al Salvador. Con ella colocamos en cada corazón la
bendición y la ternura de Dios.
María, puesta en manos del Espíritu, permanece siempre abierta a la acción creadora
de Dios.
¡Bendita tú, María, mujer, lugar de maternidad, campo en el que la vida emerge y todo
lo embellece!
Palabra de la Iglesia:
"Y ahora es a vosotras a las que nos dirigimos, mujeres de todas las condiciones... En
este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres
llenas del espíritu del Evangelio podéis ayudar tanto a que la humanidad no decaiga...
Estáis presentes en el misterio de la vida que comienza... Nuestra técnica corre peligro
de convertirse en inhumana. Reconciliad a los hombres con la vida" (Mensaje del
Concilio Vat II a las mujeres).
LOS CIELOS Y LA TIERRA
EN TI SE ENCONTRARÁN.
MARÍA, DULCE ABRAZO
QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.
Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes,
a Ti confiamos, la causa de la vida:
Mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad.
Unete a otros hermanos y hermanas y teje con ellos una red de apoyo a la vida. Cultiva
con ellos la mística de los ojos abiertos para contemplar la belleza de toda vida. Apoya
las estructuras de la compasión, donde se levante lo caído y se cure toda herida. Pon
tu granito de arena para que en todo lugar habitado haya presencias alentadoras de
vida.
CON MARIA, SÍ A LA VIDA.
14. LOS HUMILDES VAN A BELÉN
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¿Adónde van hoy los humildes de la tierra? ¿Hacia dónde encaminan sus pasos?
¿Quién les dará acogida, compartirá con ellos el pan y la palabra? ¿Quién se dejará
enseñar por su capacidad de asombro?
No siempre los caminos más trillados conducen a los manantiales. A veces hay que
rastrear caminos humildes, escondidos. Ellos pueden transformar el mundo, porque
desde abajo se intuye lo esencial.
Lo mismo pasa en la vida. No siempre las personas que más brillan son las que
conducen a la meta. A menudo es el corazón de las gentes pobres el que mejor refleja
el rostro de Dios.
Cuando contemplamos el peregrinar de los humildes de la tierra, qué lejos quedan
esos planteamientos que te llevan a Dios y te alejan de los hombres.
Experiencia de vida:
Raimunda es madre de cuatro hijos. El padre casi nunca aparece por casa. Ella vive en
una casa que no tiene ni suelo, ni paredes, ni tejado. El suelo es de tierra, que no está
nivelada. Las paredes son un entresijo de palos con barro y latas. El tejado está hecho
con ramas y hojas de cañas, con un plástico encima, que casi sólo sirve para quitar la
luz del sol. La lluvia pasa y moja todo. La casa no tiene puerta, solo tiene dos agujeros
desprotegidos para entrar y salir. El viento frío de las noches pasa libremente. Todo
muy pobre, como en la cueva de Belén. Ella acaba de dar a luz a su hijita, mientras la
mece dice: "Esta niña tiene cuatro madres. Me tiene a mí. Tiene a esa (y señala a la
abuela). Tiene a aquélla (y señala a la comadrona) y tiene a la de arriba (y señala al
cielo)".
"Los pastores se decían unos a otros:
vamos a Belén a ver lo que ha sucedido
y el Señor nos ha manifestado.
Fueron a toda prisa y encontraron
a María y a José,
y al niño acostado en el pesebre"
(Lc 2, 15-16).
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Llegaron los pequeños a Belén y pasó como con los pájaros del cielo, que cantan y
vuelan, pero no defienden su música o su belleza.
Llegaron los humildes a Belén y en aquella pobreza vieron a Dios hecho niño,
transparente como el aire, alegre como el agua limpia.
Llegaron los pobres de la tierra y al ver a Jesús, tan como ellos, les salió por los ojos el
asombro y bailaron danzas teniendo entre sus brazos a la Gracia.
Y nosotros, peregrinos de tantos caminos, nos sentamos junto a José y María para
respirar la paz de Jesús y escuchar la música universal del amor
Palabra de la Iglesia:
"Los que a través de los siglos, de entre los diversos pueblos y naciones de la tierra,
acogen con fe el misterio de Cristo, verbo encarnado y redentor del mundo, no sólo se
dirigen con veneración y recurren con confianza a María como a su madre, sino que
buscan en su fe el sostén para la propia fe. Y precisamente esta participación viva de la
fe de María decide su presencia especial en la peregrinación de la Iglesia como nuevo
pueblo de Dios en la tierra" (RM, 27).
Palabra de los santos:
"Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras".
Agradecimiento a María, acogedora de todos los peregrinos de Dios:
Cuando yo no tenía vivienda, tú María nos abriste las puertas.
Cuando yo estaba desnudo, tú me tendiste tu manto.
Cuando estaba cansado, me ofreciste reposo.
Cuando estaba intranquilo, calmaste mis tormentos.
Cuando estaba solo, me mostraste, en Jesús, el amor.
Cuando me pudo la pena, me ofreciste una sonrisa.
Cuando me llegó la preocupación, tú me regalaste la paz.
MADRE DE LOS POBRES,
LOS HUMILDES Y SENCILLOS,
DE LOS TRISTES Y LOS NIÑOS
QUE CONFIAN SIEMPRE EN DIOS.
"Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras".
Agradecimiento a María, acogedora de todos los peregrinos de Dios:
Cuando yo no tenía vivienda, tú María nos abriste las puertas.
Cuando yo estaba desnudo, tú me tendiste tu manto.
Cuando estaba cansado, me ofreciste reposo.
Cuando estaba intranquilo, calmaste mis tormentos.
Cuando estaba solo, me mostraste, en Jesús, el amor.
Cuando me pudo la pena, me ofreciste una sonrisa.
Cuando me llegó la preocupación, tú me regalaste la paz.
Escuchar a los más pobres, porque en ellos sopla el espíritu de Dios:
"No existe una comunidad de iguales en nuestra Iglesia, en esto yo siento que no
somos fieles a lo que Jesús quería, pero tengo esperanza de que las cosas van a ir
cambiando, más despacio pues de lo que una quisiera, pero hay signos de esperanza
no sólo entre las mujeres sino también entre algunos varones"
(Testimonio de una mujer de El Salvador).
MARIA, LLENA DE TU MUSICA NUESTRAS FLAUTAS
15. MARÍA PRESENTA A JESÚS
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La fuente ofrece el agua, la tierra entrega su hondura, el árbol regala su fruto. ¿Qué da el ser
humano?
María presenta lo nuevo. Ofrece en gratuidad a Jesús, como luz y salvación.
Sólo quien aprende a regalar, siente en su interior la fuente escondida de la que brota todo
don.
El silencio de Dios es el fenómeno más fuerte de Occidente. Presentar a Dios es el mayor
servicio al mundo de hoy.
"La nueva evangelización, como la de siempre, será eficaz si sabe proclamar desde los
tejados lo que ha vivido en la intimidad con el Señor" (Juan Pablo II).
Parábola:
"Un monje andariego halló, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guardó en su
talega. Un día se encontró con un viajero, vio la joya y se la pidió. El monje se la dio sin más.
El viajero le dio las gracias y marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra
preciosa que bastaría para darle riqueza y seguridad todo el resto de sus días. Sin embargo,
pocos días después volvió en busca del monje mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y
le suplicó: Ahora te ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya, valiosa como
es. Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí " (T. de Mello).
"Unos magos de oriente...
entrando en la casa;
vieron al niño con María su madre"
(Mt 2,11).
"Cuando se cumplieron los días
en que debían purificarse,
según la Ley de Moisés,
llevaron a Jesús a Jerusalén
para presentarle al Señor,
como está escrito en la Ley del Señor"
(Lc 2,22-23).
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María nos presenta a Jesús y la cruz o el amor aparecen en el horizonte.
María nos presenta a Jesús y aparece junto a nosotros la sorpresa de un Dios que camina a
nuestro lado.
María ofrece a Jesús a todos los pueblos: se hace negra, se hace gitana, se hace india, se
hace china... se hace mujer de pueblo.
María se hace peregrina con el pueblo que camina hacia el reconocimiento de su dignidad
humana y su filiación divina.
María, en cada una de las ermitas donde se se venera su imagen, se hace lugar de
encuentro; en torno a ella la fe se hace cultura.
El pueblo sencillo y pobre ha sabido reconocer en María el rostro materno de Dios, de un Dios
misericordioso que oye el clamor de los necesitados y se abaja y acerca a su dolor.
Palabra de la Iglesia a María:
"Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre"
¿Qué otra cosa puede y quiere darnos María sino a Jesús? ¿Qué otra cosa puede darnos
sino la gracia? Se multiplica el gozo cuando nos comunica el mejor fruto de su vientre.
Queremos ver a Jesús. Muéstranos en tus ojos a Jesús.
Queremos contemplar en tus ojos la belleza de Cristo.
Muéstranos a Jesús para verlo cara a cara.
No te pedimos nada más, ni salud, ni buena suerte,
ni riquezas ni abundancia de la tierra.
Sólo queremos mirarte y pedirte
que nos muestres en el brillo de tus ojos a Cristo,
al Cristo que llevas dibujado en tus entrañas de madre.
Y TU, MARIA, HAZME MUSICA DE DIOS.
Y TU, MARIA, ANIMA TU LAS CUERDAS DE MI ALMA.
ALELUYA, AMEN.
María de Nazaret, cantadora del Magnificat,
Servidora de Isabel:
¡quédate también con nosotros,
que está por llegar el Reino!
Quédate con nosotros, María,
con la humildad de tu fe,
capaz de acoger la gracia;
quédate con nosotros
con el Espíritu que te fecundaba la carne y el corazón.
El mundo se ahoga en el mar del ruido
y no es posible amar a los hermanos
sin un corazón callado y atento.
Haznos comprender que el servicio
sin silencio es alienación,
y que el silencio sin entrega
es comodidad.
Envuélvenos en el manto de tu silencio
y comunícanos la fuerza de tu Fe,
la altura de tu Esperana,
y la profundaid de tu Amor" (Casaldáliga).
"Ser testigo es crear misterio, es vivir de tal modo que tu vida resulte inexplicable si Dios no
existe" (Cardenal Suhard).
"Que nuestra vida compartida y entregtada sea tu sonrisa, María, sobre el mundo"
(Homilética).
"No basta poseer el sol, si no somos capaces de darlo" (P. Claudel).
"Amor y verdad son las dos caras de Dios. La verdad es el fin; el amor el camino" (Gandhi).
MARIA, MARIA, MADRE DE LA TERNURA, ENSEÑANOS A DAR.
16. UNA LUZ PARA TODOS
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No son muchos, pero lo hay. Son hombres y mujeres, perdidos aquí y allá, que dialogan
diariamente con Dios, se acercan al Evangelio como quien va a beber de una fuente, buscan
el silencio y el abandono confiado en Dios. Ellos y ellas son una luz en medio del mundo.
Muchos de ellos son laicos. Son una vocecita de Dios en medio del silencio. Con imágenes
vivas del Evangelio, son sal de la tierra, luz del mundo.
A pesar de las dificultades, ponen en marcha pequeñas estructuras, desde donde se alza una
voz contra el hambre y la injusticia, y donde siempre está la puerta abierta para la acogida. En
torno a estas personas, verdadera luz abierta a todos, se nota un especial cuidado de la vida.
Testimonio
"Raúl Follerau solía contar una historia emocionante: visitando una leprosería en una isla del
Pacífico se sorprendió que, entre tantos rostros, muertos y apagados, hubiera alguien que
había conservado unos ojos claros y luminosos que aún sabían sonreír y que se iluminaban
con un "gracias" cuando le ofrecían algo. Entre tantos cadáveres ambulantes, sólo aquel
hombre se conservaba humano. Cuando preguntó qué era lo que lo que mantenía a este
pobre leproso tan unido a la vida, alguien le dijo que observara su conducta por las mañanas.
Y vio que, apenas amanecía, aquel hombre acudía al patio que rodeaba la leprosería y se
sentaba enfrente del alto muro de cemento que la rodeaba. Y aparecía durante unos cuantos
segundos otro rostro, una cara de mujer, vieja y arrugadita, que sonreía. Entonces el hombre
comulgaba con esa sonrisa y sonreía también. Luego el rostro de mujer desaparecía y el
hombre iluminado, tenía ya alimento para seguir soportando una nueva jornada y para
esperar a que mañana regresara el rostro sonriente. Era -le explicaría después el leproso- su
mujer. Cuando le arrancaron de su pueblo y le trasladaron a la leprosería, la mujer le siguió
hasta el poblado más cercano. Y acudía cada mañana para continuar expresándole su amor.
Al verla cada día, comentaba el leproso, sé que todavía vivo" (Martín Descalzo).
"Siméon, movido por el Espíritu Santo,
vino al templo;
y cuando los padres introdujeron
al niño Jesús, para cumplir
lo que la ley prescribía sobre él,
le tomó en brazos y bendijo a Dios,
diciendo: Ahora, Señor,
según tu palabra,
puedes dejar que tu siervo
se vaya en paz,
porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado
a la vista de todos los pueblos,
luz para iluminar a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel...
Había también una profetisa, Ana,
hija de Fanuel, de la tribu de Aser,
de edad avanzada;
nos se apartaba del templo,
sirviendo a Dios noche y día
en ayunos y oraciones.
Como se presentase en aquella
misma hora, alababa a Dios
y hablaba del niño a todos
los que esperaban la redención de Jerusalén"
(Lc 2,27-32. 36-38). (Lc 2,22-23).
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José y María integran a Jesús en la cultura y religión de su pueblo.
Un hombre y una mujer, Simeón y Anda, van al templo para encontrarse con Jesús, lo
descubren, gozan de la luz.
Entienden que la salvación es para todos, por eso alzan la voz para que todos sean
iluminados por la presencia de Jesús.
Las palabras de estos dos ancianos llenan de sorpresa el corazón de María.
Desde este texto nos preguntamos cómo ser testigos de la luz, como hacer frente a lo que
destruye la dignidad del ser humano, cómo ser continuadores de Jesús.
Palabra de la Iglesia:
"La Iglesia, guiada por el Espíritu, ha vislumbrado, más allá del cumpolimiento de las lyes
relativas a la oblación del primogénito y de la purificación de la madre, un misterio de
salvación; ha visto procalmada la universalidad de la salvación... ha percibido en el corazón
de la Virgen que lleva al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, una voluntad de oblación
que transcendía el significado ordinario del rito. De dicha intuición enconramos un testimonio
en el afectuoso apóstrofe de sn Bernardo: 'ofrece tu Hijo, Virgen sagrada, y presenta al Señor
el fruto bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros la víctima santa,
agradable a Dios" (Marialis Cultus, 20).
SIN TI, MARIA, NO HABRÍA LUZ.
SIN TI, NO HABRÍA UNA SONRISA.
SIN TI, EL MUNDO SERIA COMO UN PAISAJE SIN LUZ,
UN DÍA SIN SOL, UN ROSTRO SIN SONRISA.
Cantar, Madre, quisiera: ¡por qué te amo, María!,
por qué tu dulce nombre de alegría estremece
mi corazón, por qué de tu suma grandeza
la idea no le inspira temores a mi mente.
Si yo te contemplase en tu sublime gloria
eclipsando el fulgor de todo el cielo junto,
no podría creer que soy hija tuya;
bajaría los ojos sin mirar a los tuyos.
Para que un niño pueda a su madre querer,
debe ella compartir su llanto y sus dolores.
¡Madre mía querida, para atraerme a ti,
pasaste en esta tierra amargos sinsabores...!
Contemplando tu via según los Evangelios,
ya me atrevo a mirarte y hasta a acercarme a ti;
y me resulta fácil creer que soy tu hija,
pues te veo mi igual en sufrir y morir" (Santa Teresita).
"El hambre es una de las peores violaciones de la dignidad humana. En un mundo de
abundancia está a nuestro alcace eliminar el hambre. Un fracaso en este campo debería
llenarnos de vergüenza. No estamos en la hora de las promesas, estamos en la hora de
actuar" (Kofi Annan, secretario general de la ONU).
"Quisiera ser un humilde charco de agua para reflejar el cielo" (Helder Camara).
"El voluntario es portador de una cultura de gratuidad y de solidaridad, en medio de nuestra
sociedad competitiva, interesada e insolidaria" (La Iglesia y los pobres, 85).
MARIA, ESTRELLA DE LA MAÑANA, GUIANOS
17. UNA ESPADA EN EL HORIZONTE
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Cuando menos lo esperamos el dolor y la injusticia aparecen en el recodo del camino. ¿Qué
hacer entonces? ¿Por qué nuestra vida se desorienta tanto?
"En todas partes donde haya conflicto, allí donde os encontréis frente a un adversario, triunfad
sobre él por el amor".
"En el testimonio de los mártires encontraremos la esperanza y la fuerza para abrir caminos
nuevos".
Testimonio
"No le dejan a una desarrollarse ni opinar: le cierran los caminos, se siente una amarrada; la
van enfermando; se siente una presa. ¿Será por desquite, por miedo a que los abandonemos
cuando una se supera?... A saber..." (Una mujer de El Salvador).
"Simeón les bendijo
y dijo a María, su madre;
"Este está puesto para caída
y elevación de muchos en Israel,
y como signo de contradicción"
-¡y a ti misma una espada
te atravesará el alma!a fin de que queden al descubierto
las intenciones de muchos corazones"
(Lc 2, 34-35).
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Y ante María apareció la noche. Las palabras de un anciano se la hicieron presente.
La espada, todas las espadas, se le clavaron dentro. El sufrimiento del mundo se le puso
delante. ¿Cómo seguir creyendo en la luz? ¿Cómo seguir empeñada en la tarea de los
profetas, que es la de Dios, de cambiar las lanzas en podaderas, las espadas del mundo en
arados?
En la noche, María echó mano de la palabra de Dios guardada en el corazón, se acordó de la
fidelidad del Señor de la Alianza.
María, en la noche, en todas las noche, miró a su Hijo, contempló la luz. Y emprendió decidida
los caminos de la paz.
En la noche, a María se le hizo un poco más visible la cruz, la de su hijo, la del Reino, la del
proyecto del Padre. Y María continuó diciendo "sí".
Palabra de la Iglesia:
"María, presente en la Iglesia como madre del redentor, participa maternalmente en aquella
"dura batalla contra el poder de las tinieblas" que se desarrolla a lo largo de toda la historia
humana... María ayuda a todos los hijos -donde y como quiera que vivan- a encontrar en Cristo
el camino hacia la casa del Padre" (RM, 47).
MADRE DE LOS CREYENTES
QUE SIEMPRE FUISTE FIEL:
DANOS TU CONFIANZA, DANOS TU FE
"Señor,
nuestra tierra es sólo un astro pequeño,
perdido en la inmensidad del universo.
Tarea nuestra es hacer de ella un planeta
donde no vivamos atormentados por las guerras,
ni torturados por el hambre y el terror,
ni desgarrados y divididos
por ideologías, razas o color de la piel.
Danos acierto y valentía
para poner desde hoy manos a la obra
con el fin de que nuestros hijos
y los hijos de nuestros hijos
puedan un día llamarse con orgullo seres humanos"
(La rezan los creyentes en las Asambleas de la ONU).
"Odio las maldades de los hombres, pero a ellos no los puedo odiar" (Abbé Pièrre).
MARIA, EN LA NOCHE SE TU NUESTRA LUZ
18. EMIGRANTE CON LOS EMIGRANTES
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Los egoísmos humanos, la persecución de la verdad, la imposición de los
dominadores, la carestía de la vida, el hambre... han provocado a lo largo de la historia
un interminable desfile de exilios, deportaciones, persecuciones ideológicas, campos
de refugiados, colonias de emigrantes, etc.
María, José, Jesús no fueron extraños a todo esto. También a ellos les tocó marchar
con lo puesto a tierra extraña.
Y hoy, en un mundo con tantos millones de refugiados, exiliados, perseguidos,
emigrantes forzosos... no podemos dejar de pensar en ello. Porque en ellos también
hoy Jesús sigue huyendo, emigrando, refugiándose, exiliándose...
Da miedo mirar a nuestro alrededor, porque da miedo implicarnos en lo que vemos:
"De los más de dos mil millones de niños que viven en el mundo,ocho de cada diez
malviven... Al finalizar el milenio había en el planeta seis mil doscientos millones de
habitantes. De éstos, tan solo mil doscientos viven en el mundo desarrollado. El resto,
malvive en el subdesarrollo". Pero no puede haber justicia si no somos capaces de
ponernos en lugar del otro.
Relato: La ciudad del otro lado
Un ermitaño del monasterio de Esceta se aproximó al Abad Teodoro.
- Sé exactamente cual es el objetivo de la vida. Sé lo que Dios pide al hombre y
conozco la mejor manera de servirlo. Y a pesar de eso, soy incapaz de hacer todo lo
que debería estar haciendo para servir al Señor.
El abad Teodoro permaneció un largo tiempo en silencio. Finalmente dijo:
- Tú sabes que existe una ciudad al otro lado del océano. Pero aún no has encontrado
el barco, no has subido tu equipaje y no has atravesado el mar. ¿Por qué estar
hablando de ella, o de como debemos caminar por sus calles?
- Saber el objetivo de la vida o conocer la mejor manera de servir al Señor no basta.
Pon en práctica lo que estás pensando y el camino se mostrará por sí mismo.
"El ángel del Señor
se apareció en sueños a José
y le dijo: "Levántate,
toma contigo al niño y a su madre
y huye a Egipto;
y estáte allí hasta que yo te diga.
Porque Herodes va a buscar al niño
para matarle".
El se levantó,
tomó de noche al niño y a su madre,
y se retiró a Egipto;
y estuvo allí hasta la muerte de Herodes"
(Mt 2,13-15).
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José y María compartieron totalmente el camino de su Hijo. No se rebelaron sino que
se abandonaron y, en silencio y paz, comenzaron su viaje al extranjero.
José y María caminaron entre penumbras tras el rostro de Dios y sus designios.
Creyeron con todo su ser y esperaron en silencio la Palabra que diera luz a su caminar.
En Egipto fueron desconocidos, uno de tantos extranjeros, sin tierra, sin sitio, sin casa.
A la espera de que alguien compartiera con ellos la palabra, la sonrisa, el agua y la
información adecuada.
Enséñanos, María, a mirar al desconocido con amor, a recibirle con nuestros brazos
abiertos, desarmados.
Palabra de la Iglesia:
"Peregrinación de la fe", en la que la "santísima Virgen avanzó", manteniendo fielmente
su unión con Cristo... No se trata aquí solo de la historia de la Virgen Madre, de su
personal camino de fe y de la "parte mejor" que ella tiene en el misterio de la salvación,
sino además de la historia de todo el pueblo de Dios, de todos los que toman parte en
la misma peregrinación de fe" (RM, 5).
MADRE DE NUESTRO PUEBLO
LOS HOMBRES ABREN EL CORAZÓN:
QUIEREN LLAMARTE MADRE
EN SUS PALABRAS, EN SU CANCIÓN
Virgen de la reconciliación, muéstranos al Padre cada día
y a Cristo que vive en los hermanos.
Ayúdanos a comprender las exigencias del Sermón de la Montaña.
Que seamos Sal de la Tierra, Luz del Mundo, Levadura de Dios para la historia.
Enséñanos a vivir sencillamente la fecundidad de las Bienaventuranzas.
Que seamos pobres y misericordiosos, limpios de corazón
y serenos en la Cruz, hambrientos de justicia, hacedores de paz.
Que gritemos en la calle: "Dios es nuestro Padre y todo hombre es nuestro hermano".
Que asumamos sus angustias y esperanzas. Amén. (R.Schutz).
"Sed la expresión viva de la amabilidad de Dios;
amabilidad en vuestro rostro,
amabilidad en vuestros ojos,
amabilidad en vuestra sonrisa,
amabilidad en vuestra afectuosa manera de saludar.
En los bajos fondos,
vosotros sois la amabilidad de Dios hacia los pobres.
Regalad siempre una sonrisa gozosa
a los niños, a los pobres,
a todos los que sufren y se encuentran solos.
Dadles no sólo vuestros cuidados,
dadles también vuestro corazón" (Teresa de Calcuta).
EN TODOS LOS ROSTROS, APARECE TU ROSTRO, MARIA
19. JESÚS SE PIERDE
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De repente solo vemos lo nuestro, lo que tanto aparece en los telediarios: el mundo
partido en dos mitades cada vez más alejadas entre sí, la tierra cada vez más
deteriorada por el abuso, la abundancia y perfección técnica de los medios de
comunicación junto a la pobreza de mensajes que decirnos unos a otros. Y entonces
preguntamos, ¿dónde está Jesús? ¿dónde se ha perdido? ¿dónde ha quedado su
proyecto? Cuando al ser humano se le arrebata la dignidad y los derechos básicos …
¿quién le devuelve a su rostro la luz y la esperanza?
De repente también, un día nos damos cuenta de que Jesús se nos está escapando
del alma, de que se está apagando la luz que durante años nos había iluminado.¿Qué
hacer en medio de la oscuridad de su ausencia? Todo parece envuelto en el silencio.
Ante nosotros aparecen los que abandonan desilusionados, o los que sin esperanza,
se lanzan a buscar los despojos. Pero también aparecen los testigos de la búsqueda
en la noche. Ellos son luz cuando Jesús se pierde: “Buscando mis amores / iré por
esos montes y riberas / ni cogeré las flores / ni temeré las fieras / y pasaré los fuertes y
fronteras” (San Juan de la Cruz).
Parábola
“Un poderoso sultán viajaba por el desierto, seguido de una larga caravana, que
transportaba una pesada carga de riqueza en oro y objetos preciosos. A mitad del
camino, cercado por el fuego de los arenales, un camello, extenuado, cayó para no
levantarse. El arca que transportaba sobre sus espaldas, crujió y se deshizo dejando
esparcidas sobre las arenas joyas y brillantes. El príncipe, no teniendo con qué recoger
el precioso caudal, hizo un gesto entre displicente y generoso, invitando a sus pajes y
criados a guardarse lo que cada uno podía cargar sobre sí.
Mientras éstos se abalanzaban con avidez sobre el rico botín para buscar entre los
granos de arena otros granos que brillaban un poco más, el príncipe siguió adelante su
camino por el desierto.
De pronto, escuchó los pasos de alguien que caminaba a sus espaldas. Se volvió y
advirtió que era uno de sus pajes que le seguía, jadeante y sudoroso.
- Y tú –le preguntó-, ¿no te quedas a recoger nada?
- El joven respondió con sencillez llena de distinción:
- Yo sigo a mi rey”.
“Cuando le vieron quedaron sorprendidos y
su madre le dijo: Hijo, ¿Por qué nos has
hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados
te andábamos buscando. El les dijo: ¿Y por
qué me buscabais? ¿No sabíais que yo
debía estar en la casa de mi Padre? (Lc
2,48-49).
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La pérdida de Jesús desencadena en José y María una búsqueda apasionada.
Recorren los caminos, preguntan a la gente, vuelven atrás. Sin él no tenía ningún
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sentido seguir adelante. Cuando perdemos a Jesús entramos en la noche.
Cuando por fin lo encuentran no entienden lo que les dice. Se sorprenden ante las
palabras del hijo. Pero no se desmoronan ni abaten sino que las guardan
cuidadosamente en su interior.
Jesús pronuncia ante ellos la primera palabra que ha recogido el Evangelio: “Mi Padre”,
una palabra fundamental para Jesús. Jesús se debe a su Padre y al proyecto del reino.
Toman la actitud de los pobres y llenos de paz se preguntan: ¿Qué quiere decirnos con
esto? ¿Qué querrán decir estas palabras? De este modo sus pensamientos van siendo
penetrados por el esplendor de esa palabra.
Así, guardando en el corazón las palabras de Jesús, permanecen abiertos al misterio.
¡Dichosos los que en medio de la oscuridad siguen caminando al encuentro del Señor!
Palabra de la Iglesia:
“Para todo cristiano y todo hombre, María es la primera que “ha creído”, y precisamente
con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan
a ella como hijos” (RM, 46).
PIENSO EN TI CUANDO LLEGA EL DOLOR.
PIENSO EN TI AL REIR Y AL AMAR.
PIENSO EN TI PORQUE MI CORAZON, TRISTE
CAMINA, TRISTE CAMINA, SI TU NO ESTAS.
Teresa de Jesús nos habla de otra realidad: de nuestro alejamiento de Dios. Nos
perdemos y esto desencadena una búsqueda apasionada por parte de Dios hasta
encontrarnos. De nuevo, pero puestos en boca de Dios, tienen sentido los versos del
místico: “Buscando mis amores / iré por esos monte y riberas...”
“Bendito seáis por siempre,
que aunque os dejaba yo a Vos,
no me dejasteis Vos a mí tan del todo
que no me tornase a levantar
con darme Vos siempre la mano.
Y muchas veces, Señor, no la quería,
ni quería entender cómo muchas veces
me llamabais de nuevo” (Vida 6,9).
Cuando tantos abandonan la cercanía de Jesús al experimentar su ausencia, tú haz
como el paje del sultán y di: “Yo sigo a mi Señor, al que amó sin fronteras y tenía en su
corazón una compasión sin límites”.
EN TODA NOCHE, MARIA ES ALUMBRADORA DE CAMINOS
20. MARIA DISCÍPULA DE JESÚS
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¿A quién seguir en estos comienzos del s. XXI? ¿En quién depositar la confianza? El
Papa Juan Pablo II, en un encuentro con los jóvenes, se atrevió a soñar un mundo de
personas seguidoras de Jesús. Seguir a Jesús es dejarle espacio para que pueda
transformar nuestra vida.
Con todos los seres humanos formamos un pueblo de peregrinos. Mientras
caminamos, escuchamos las pisadas de tantos hombres y mujeres que, de diferentes
maneras, sienten la sed y se ponen en camino en busca de los manantiales.
El Espíritu, que está presente en toda la creación y en todos los pueblos, nos empuja a
caminar con los ojos abiertos, con capacidad para las sorpresas, porque nada de lo
que ya hemos vivido agota lo que Dios ha preparado para los que lo aman.
Alentados por el Espíritu hacemos nuestros “los gozos y las esperanzas, las tristezas y
las angustias de los hombres de nuestro tiempo… Todos son a la vez gozos,
esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (GS 1.34).
Testimonio:
“Esa es vuestra tragedia. ¡Olvidáis! ¡Olvidáis al Dios que hay en vosotros! ¡Queréis
olvidar! El recuerdo implicaría el alto deber de vivir como un hijo de Dios... ¡Es mas fácil
olvidar, convertirse solamente en un hombre… ¡Vivir negando la vida! (Eugene O´Neill).
Texto Bíblico:
“Una mujer de entre el
gentío levantó la voz,
diciendo: Dichoso el vientre
que te llevó y los pechos que
te criaron. Pero él repuso:
Mejor, dichosos los que
escuchan la palabra de Dios
y la cumplen” (Lc 11,27-28).
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La verdadera dicha de María está en la fidelidad a la palabra oída y escuchada en el
corazón. La experiencia de la santidad consiste en escuchar y practicar lo que Jesús le
pide.
María aprendió a seguir a Jesús, haciendo el camino con él, paso a paso. Se vinculó
incondicionalmente a la persona de Jesús, a su estilo de vida. No se concibió nunca al
margen de él.
María aprendió a seguir a Jesús junto con otros seguidores. Ella “avanzó en la
peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz” (LG 58),
por eso puede alentar ahora a todos los peregrinos.
Palabra de la Iglesia:
“Pero a la bendición proclamada por aquella mujer respecto a su madre según la carne,
Jesús responde de manera significativa... Quiere quitar la atención de la maternidad
entendida sólo como un vínculo de carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del
espíritu, que se forma en la escucha y en la observancia de la palabra de Dios” (RM, 20).
“María era dichosa, porque antes de llevarle en su seno llevaba ya en su espíritu al
Maestro...” (San Agustín).
YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS,
YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR
QUIERO DEJAR LO MÍO PARA EL.
Padre nuestro, tu palabra nos hace salir de nuestra tierra,
tu aliento nos acompaña en el camino.
Tú nos abres el oído para oír a Jesús,
nos invitas a seguir sus pisadas.
María nos precede en el camino,
lleva encendida la antorcha de la fe.
Viene con nosotros una gran comunidad de hermanos y hermanas,
que tú nos has regalado para hacer en iglesia el camino.
Los dones con que tu Espíritu embellece a cada uno,
son compartidos por todos en una mesa común.
Con los mejores hijos de la iglesia decimos:
“Gocémonos Amado
y vámonos a ver en tu hermosura,
al monte o al collado,
do mana el agua pura.
Entremos más adentro en la espesura”.
Compromiso:
Estrenaremos cada día unas relaciones con los demás basadas en el servicio y en la
entrega, en la renuncia a toda ambición de poder y de dominio sobre ellos.
Anunciaremos la belleza de Jesús para que haya cada vez más personas que le sigan.
MARIA, PEREGRINA DE LA FE, ALIENTA NUESTRA MARCHA
21. HACED LO QUE ÉL OS DIGA
• Sedentarios o nómadas, ¿cómo colocarnos en la vida? El nómada busca fuentes para
su sed. Para dar con ellas necesita señales que le guíen por el buen camino. ¡Qué
alegría para cualquier peregrino encontrar quien le oriente en cualquier encrucijada!
• La vida está llena de señales, pero la prisa y el agobio nos impiden verlas. Los
acontecimientos de cada día, las personas, los sentimientos que pueblan el corazón,
todo son señales. Hacen falta ojos limpios para descubrirlas, para descifrarlas.
• Hay muchas personas que vagan sin sentido; no saben dónde ir. Hay también
pueblos enteros que no saben qué hacer para salir del pozo de las deudas, de la
violencia, de la corrupción generalizada, de las mil formas de pobreza. ¿Quién les
mostrará caminos nuevos?
• María está colocada en las encrucijadas de los caminos como una señal de
esperanza. A todos los que preguntan les orienta por la senda de la vida, les invita a
hacer lo que diga Jesús.
• Un tercio de la población del mundo sigue sin tener acceso a una educación básica,
según un informe de la UNESCO.
“A un maestro de oración le preguntaron por qué necesitaba orar. El maestro
respondió: Para poder apreciar las cosas que sólo se ven con los ojos del corazón. Las
estrellas no se ven durante el día, pero eso no significa que no existan. A Dios se llega
cuando le preparamos el camino para que Él se manifieste. La realidad transparenta al
Señor pero hay que estar despiertos y preparados para contemplar su presencia”.
“Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: No les queda
vino. Jesús le contestó: ‘Mujer, déjame, todavía no ha
llegado mi hora’. Su madre dijo a los sirvientes: ‘Haced
lo que él diga’” (Jn 2,3-5).
• María es la mujer de comunicación; tiene los ojos abiertos para ver las necesidades,
abre con delicadeza caminos hacia Jesús.
• María conoce la novedad que lleva Jesús consigo y quiere que el vino de su amor y
alegría alegren la fiesta cansada de la humanidad.
• En las palabras de María se asoma la esperanza de la humanidad; en su confianza
total en Jesús todos somos invitados a acoger la indicación del que nos guía siempre
hacia la vida.
Palabra de la Iglesia:
“El hecho de Caná de Galilea nos ofrece como una predicción de la mediación de
María, orientada plenamente hacia Cristo y encaminada a la revelación de su poder
salvífico” (RM, 22).
“Siembren también la fe de Cristo entre sus compañeros de trabajo, obligación que
tanto más urge cuanto que muchos hombres no pueden oír hablar del evangelio ni
conocer a Cristo más que por sus vecinos seglares” (AA, 21).
DAME ALGUIEN QUE ME GUÍE,
UN GUÍA QUE NO SEA CIEGO,
UN GUÍA QUE A TI ME LLEVE,
Y ASÍ PUEDA COMPRENDER
CUÁL ES EN MÍ TU PROYECTO.
María, mirada atenta al sufrimiento de las gentes,
danos ojos y corazón nuevos para la compasión.
María, faro luminoso en todos los caminos,
guía nuestros pasos hacia Jesús.
María, experiencia gozosa de la novedad de Jesús,
dibuja en nuestras vidas el Evangelio.
Comparte lo que tienes y eres con los demás. Cuando lo haces enciendes antorchas
en la noche oscura de la humanidad.
ESTRELLA Y CAMINO, PRODIGIO DE AMOR.
DE TU MANO, MADRE, HALLAMOS A DIOS.
22. MARÍA EN LA CRUZ
• Estamos ante la cruz, misterio tremendo que nos cuesta entender. ¿Por qué la cruz?
¿Por qué está tan presente la cruz? ¿Por qué Dios no nos ha salvado de otra manera?
• La cruz, objeto de adorno para algunos, es para muchos una experiencia de dolor que
humilla mucho, es una necesidad de ayuda para no caer en la desesperanza, es una
oportunidad, en el mejor de los casos, para mirar a Jesús crucificado, al Salvador del
mundo.
• Hay millones de seres humanos clavados en la cruz. El hambre, la incultura, la
esclavitud, la injusticia son cruces demasiado pesadas que oscurecen todo paisaje y lo
convierten en panorama desolador. Pero sin quitar ni un ápice a este drama, hay algo
que hace que la noche no sea tan oscura, es la presencia de hombres y mujeres junto
a las cruces de sus semejantes.
• Hay un terremoto, donde sea, y allí aparecen gentes dispuestas a levantar
escombros. Hay una guerra, donde sea, y allí van personas dispuestas a curar toda
herida, también las del alma. Cuando junto a un dolor, cualquier dolor, hay alguien al
lado, todo parece distinto. Dios pensó también que si él era clavado en la cruz, todo
podía ser distinto para el mundo.
Relato
“Un hombre tenía entre sus manos unas semillas. Las apretaba fuertemente entre sus
puños y se decía: ‘Son mías y las voy a retener para siempre’. Otro hombre tenía
también unas cuantas semillas y se decía: ‘Son mías, pero me voy a desprender de
ellas’. Cavó en la tierra y las sembró. Poco después, de las semillas sembradas
aparecieron primero unos pequeños tallos, luego hojas y después espigas y granos. El
hombre que apretaba entre sus puños las semillas porque quería retenerlas, fue poco a
poco perdiéndolas, hasta que al fin se quedó sin nada” (Limardo).
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre,
María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a
su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.
Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn 19,25-27).
María despliega lo mejor de su ser de mujer estando cerca de Jesús crucificado. María,
como tantos, se pone en lugar del que sufre. Jesús es la cruz de su cruz.
María, estando junto a la cruz, oye la palabra de amor más fascinante que se ha dicho
en la historia y se le hace grande el corazón, le nace una vocación de maternidad para
toda la Iglesia.
Junto a la cruz empiezan a asomar las señales de la vida. La casa del discípulo, la
Iglesia, se hace casa de acogida y de comunión. Allí es acogida María, allí están todos
los que se ponen junto a la cruz y, por eso, son presencia comprometida de Dios con el
mundo.
Palabra de la Iglesia
“La nueva maternidad de María, engendrada por la fe, es el fruto del nuevo amor, que
maduró en ella definitivamente junto a la Cruz por medio de su participación en el amor
redentor del Hijo” (RM, 23).
“En la Cruz, María se convirtió también en Madre de la Iglesia, indicando a todos el
camino que conduce al Hijo” (IM, 14).
MARÍA, MADRE DEL AMOR
DAS TU CORAZÓN AL PIE DE LA CRUZ.
MARÍA, MADRE DEL DOLOR,
LLÉVANOS SIEMPRE JUNTO A TI.
Soliloquio orante de María
Te llevan al monte, a la cruz, al ridículo.
Desde ahí todo lo ves, a todos ves.
Ofreces tu vida hasta el extremo,
para que el mundo tenga vida abundante.
Tú eres, hijo mío, la presencia siempre desafiante del Espíritu,
apuesta inequívoca por el amor.
No han podido amordazar tu voz.
Tus brazos extendidos abrazan a todos,
tus ojos siguen mirando a todos con cariño,
tu corazón abierto sigue comunicando vida.
Tú cuerpo es perfume derramado.
Un centurión exclama:
‘Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios’.
Me alegro. La última palabra la tiene Dios,
la tiene el Amor, la tiene la Vida.
La última palabra la tienes tú, Jesús.
Visita a los enfermos. Dedícales tu tiempo y tu sonrisa. No lo dejes para mañana, hazlo
hoy.
ESTAR JUNTO A TODA CRUZ, UNA HERMOSA VOCACIÓN PARA TODO SER
HUMANO
23. EL SILENCIO DE LA ESPERA
• La vida de las personas está tejida de pequeñas esperas. La puerta de cada casa se
queda abierta cada noche para recibir en la mañana como un regalo, la respiración, la
salud, las voces amigas, el pan...
• La humanidad está a la espera. A veces la esperanza sufre derrotas, pero sobre todo
despojo se levanta una y otra vez la vida y se abre la esperanza. Hay muchas historias
de esperanza sembradas en los corazones, aunque a menudo sean semillas humildes
y estén escondidas en lo cotidiano de la vida.
• En este camino, Dios es compañero del ser humano y también espera una nueva
humanidad. Y ha puesto sus manos junto a todas las manos para que florezca el
futuro.
• Vivir la vida para esperar, a la vez que se construye el futuro, es un regalo que el
Espíritu deposita en cada pueblo y en cada corazón. “El porvenir de la humanidad está
en manos de quienes sean dar a las generaciones venideras razones para vivir y
razones para esperar” (GS 31).
• Aumenta la violencia de género en España. El número de mujeres muertas a manos
de sus parejas o ex parejas durante el primer trimestre de 2003 ha crecido en un 63%
respecto al mismo periodo del año anterior, según datos elaborados por el Instituto de
la Mujer a partir de las estadísticas del Ministerio del Interior.
Testimonio
“Los tiempos difíciles exigen hombres fuertes; es decir, que vivan en la firmeza y la
perseverancia de la esperanza. Para ello hacen falta hombres pobres y contemplativos,
totalmente desposeídos de la seguridad personal para confiar solamente en Dios, con
una gran capacidad para descubrir cotidianamente el paso del Señor en la historia y
para entregarse con alegría al servicio de los hombres en la constitución de un mundo
más fraterno y más cristiano” (Eduardo Pironio).
“José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo
engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su
pueblo de los pecados” (Mt 1,20-21).
María es la mujer de la esperanza. Todo su ser se abrió a la acción de Dios. José es
invitado a pasar del temor a la esperanza.
Más allá de la muerte, María espera en la actuación de Dios. Mientras llega la luz, se
mantiene como centinela aguardando la aurora.
La esperanza alcanza todas las rendijas del corazón de María, donde han penetrado la
pena y la tristeza. Ahí, en su fondo, el gozo empieza su camino para terminar
explotando con un Aleluya gozoso que se oirá en toda la humanidad.
Palabra de la Iglesia
“María brilla ante el pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza y de
consuelo” (LG 68).
Ecos de esperanza
“La Virgen, madre del Mesías, es la manifestación personal del pueblo de Israel, hija de
Sión, que esperaba, en los dolores de la historia, el alegre parto de su esperanza y de
su liberación, prometida por el Señor” (Max Thurian).
“Toda nuestra ciencia consiste en saber esperar” (Beato Rafael)
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA,
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA.
Tu corazón está silencioso, ama en silencio.
Te has asomado al brocal de la cruz,
donde se ha escondido el rostro de tu Hijo.
Acostumbrada a saborear en el silencio lo de Dios,
para dar una oportunidad al amor,
te callas ahora en lo más hondo.
Silencio no es ausencia,
es tu forma de implicarte en lo que ha sucedido.
¿Cómo es tu diálogo con Jesús en el silencio?
¿Qué le dices al Hijo de tus entrañas?
Sus gestos, su palabra, su mirada…
se te metieron muy en los adentros.
¿Cómo entrar en esa hondura y estar cerca?
¿Cómo callar contigo y esperar
que la luz venga pronto y la palabra?
Ayúdanos, María, a estar contigo.
A una espera insospechada nos invitas,
tu corazón se convierte en casa abierta,
para ver el milagro de la luz.
Contigo, juntos, en iglesia nos reunimos,
en soledad sonora estamos todos.
La espera se hace grande por momentos,
la alegría se escapa ya de sus mazmorras.
¡Cristo viene, lleva, resucita!
Respeta el ritmo de la vida. Si quieres que una planta crezca de prisa, terminarás
rompiéndola. La última palabra la tiene el Dios de la vida.
MARÍA, MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA
24. LA ALEGRÍA DE LA PASCUA
• ¿Quién hará brotar la alegría honda en el corazón humano? ¿Quién alentará la
esperanza en la vida de cada día? ¿Quién dará respuesta a la sed de agua viva que
mana en el interior del ser humano?
• La resurrección es la explosión de alegría, de luz, de color, del Dios de la Vida, que
hace nuevas todas las cosas.
• En la Pascua de Jesús se manifiesta la ternura entrañable de Dios, Padre-Madre; se
dibuja la humanidad nueva inaugurada por Jesús, y se estrena cada día el canto nuevo
del Espíritu.
• María nos invita a tener una nueva forma de mirar, de oír, de gustar, de ser. Por su
maternidad, su historia es la nuestra, su camino el nuestro, su pascua la nuestra.
• Melisa Guevara tiene 14 años es una chica de palabra, vive en la ciudad de La Plata,
Argentina. Tiene preocupaciones solidarias: le da la merienda a más de 20 niños de su
barrio y no siempre tiene los medios necesarios para que todos tengan su vaso de
leche.
Texto bíblico
“De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
“Alegraos”.
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los
pies. J
esús les dijo: No tengáis miedo: id a comunicar a mis
hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (Mt 28, 9-10).
- María nos abre caminos de alegría y de solidaridad.
- María nos enseña a amar con ternura entrañable, a sufrir con serenidad, a servir con
alegría, a esperar contra toda esperanza, a gustar la alegría del Espíritu.
- María nos acompaña en el camino de la Pascua y nos enseña a sentirnos pobres y
felices, serenos y fuertes, alegres y llenos de esperanza, para gritar: ¡Resucitó de
veras, mi amor y mi esperanza!
Palabra de la Iglesia
“Entre tanto, la Madre de Jesús, de la misma manera que ya glorificada en los cielos en
cuerpo y alma es la imagen y principio de la Iglesia que ha de ser consumada en el
futuro siglo, así en esta tierra, hasta que llegue el día del Señor (cf., 2 Pe 3,10),
antecede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante como signo de esperanza y de
consuelo” (LG 68).
PORQUE CRISTO, NUESTRO HERMANO,
HA RESUCITADO, MARÍA ALÉGRATE (BIS).
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA (BIS).
María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel:
¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino!;
¡quédate con nosotros, María,
con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;
con el Verbo que iba creciendo en ti,
humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo,
nuestro hermano,
Jesús (Pedro Casaldáliga)
Da alegría a los que te rodean; siempre quedará algo de la fragancia de la rosa en tus
manos.
SANTA MARÍA DE LA PASCUA, CUIDA CON TU AMOR, LA SEMILLA DE LA
VIDA
25. ORANDO EN COMUNIDAD
• M. Luther King decía algo que sigue teniendo plena actualidad: “Hemos aprendido a
volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo
arte de vivir juntos como hermanos”.
• Los retos del momento presente son de tal magnitud que para afrontarlos se requiere
la colaboración de muchos. Siempre que alguien se pone de acuerdo con otros para
construir algo bueno, ahí está escondida la presencia discreta pero necesaria del
Espíritu.
• Cada comunidad esconde un misterio que la embellece y la abre dándole una
vocación de comunión.
• María quiso estar presente en cada comunidad para que el ser humano y Dios se den
la mano y construyan el reino.
• La inmigración está generando esclavitud. La sufren 30 millones de personas en todo
el mundo, de las cuales un 20% son niños y un 50 % mujeres. Muchos de ellos son
obligados a prostituirse o explotados en el sector del servicio doméstico o agrícola.
Salmo para el camino
“Ved: ¡qué dulzura, qué delicia,
convivir los hermanos unidos!
Es ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón
hasta la franja de su ornamento.
Es rocío del Hermón
que va bajando sobre el monte Sión.
Porque allí manda el Señor la bendición:
la vida para siempre” (Sal 132).
. Este salmo tiene el dulce sonido de una bienaventuranza.
. La convivencia de los hermanos, con María en medio, es como un aroma que nos
envuelve y penetra al respirar profundamente, es como la frescura del rocío que nos
entra por los poros del cuerpo.
. Donde dos o más se reúnen con María, allí manda Dios su amor por siempre, como el
mejor antídoto contra el desamor.
“Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres,
entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hch 1,14).
. Cuando la primera comunidad cristiana está dando sus primeros pasos, allí está
María. No quiere quedarse al margen de la comunidad de Jesús. De forma discreta,
silenciosa, se pone en medio, siempre en medio de la Iglesia.
. María se mete de lleno en la gran movida del Espíritu. Levanta las manos y el corazón
para que todo quede lleno de la bocanada de aire fresco, que es el Espíritu.
. María vive en el grupo el amor creciente por el gozo, los abrazos entrañables de unos
y otros, los planes misioneros. María contempla gozosa un envío misionero inacabable
para hacer presente el reino.
Palabra de la Iglesia
“La Virgen fue en su vida ejemplo de aquel amor maternal con que es necesario que
estén animados todos aquellos que, en la misión apostólica de la Iglesia, cooperan a la
regeneración de los hombres” (LG, 65).
“Su presencia discreta, pero esencial, indica el camino del nacimiento del Espíritu. Así
la que está presente en el misterio de Cristo como madre se hace –por voluntad del
Hijo y por obra del Espíritu Santo- presente en el misterio de la Iglesia” (RM, 24).
TODOS PERSEVERABAN EN LA ORACIÓN
CON MARIA, LA MADRE DE JESÚS
Ayúdanos, María, a vivir intensamente el amor a la Iglesia,
y a hacer en ella las experiencias más vitales.
Mantén siempre tu calor para que entre los amigos de Jesús
vivamos una experiencia de familia,
y se estrenen cada día caminos de reconciliación y de paz.
Acompáñanos en la plegaria, para que puestos a la escucha,
descubramos cada día que todo es gracia.
Une tu corazón al corazón de los hermanos de la Iglesia.
Ora en comunión, camina en comunión, sé solidario en comunión,
anuncia el Evangelio en comunión.
MADRE DE LA IGLESIA, ENSÉÑANOS A VIVIR EN COMUNIDAD
26. CON EL ESPIRITU EN MISIÓN
• Millones de personas emigran cada año de un lugar a otro. Buscan algo, pero
también dan mucho. Buscan pan y paz, trabajo y salud; dan lo que han visto con sus
ojos en sus pueblos de origen y que llevan guardado en el corazón. Con su aportación
surge una nueva cultura, más rica, más de todos, más del Espíritu.
• “Sin el Espíritu, Dios queda lejos, Cristo permanece en el pasado, el evangelio es
letra muerta, la Iglesia es pura organización, la autoridad es tiranía, la misión es
propaganda, la liturgia es simple recuerdo, y la vida cristiana una moral de esclavos”
(Ignacio IV Hazim, patriarca de Antioquia).
• María es la mujer que entra en comunión con el Creador hasta límites insospechados,
es la mujer que ve el mundo con los ojos del Espíritu. Allí donde empieza a nacer la fe
en el corazón de todos los discípulos, está María.
• Sin María, no podrá una comunidad que se sabe enviada al mundo soportar la espera
del Espíritu sin perder la esperanza. Los misioneros de todo don y de toda belleza,
alentados por María, son como las nubes, que cruzan sin papeles toda frontera, son
como los pájaros, que en todos los sitios cantan y ponen sus nidos.
• Representantes de siete de las principales religiones del mundo escalaron el Everest,
en una expedición para promover la paz y la tolerancia en el mundo. El grupo estaba
integrado por diez alpinistas de varios rincones del planeta.
Relato
Érase una vez un maestro que viajó con grandes dificultades a un lejano monasterio,
porque vivía en él un anciano monje famoso por hacer preguntas espirituales
sumamente agudas. ‘Santo padre, dijo el maestro, dame una pregunta que renueve mi
alma’. ‘Ah, sí, bueno, dijo el anciano monje, tu pregunta es: ¿Qué necesitan?’ El
maestro se debatió con la pregunta días y días, pero finalmente, deprimido, se dio por
vencido y regresó disgustado donde el anciano monje. ‘Santo padre, dijo el maestro, he
acudido a ti porque estoy cansado, deprimido y seco. No he venido aquí a hablar de mi
ministerio, sino de mi vida espiritual. Por favor, dame otra pregunta’. ‘Ah, bien,
naturalmente. Ahora lo veo, dijo el anciano monje; en tal caso la pregunta adecuada
para ti no es: ¿Qué necesitan?; la pregunta adecuada para ti es: ¿Qué necesitan
verdaderamente?’
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo
lugar.
De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la
casa donde se encontraban.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían,
posándose encima de cada uno.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas
extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería”
(Hch 2,1-4).
. Donde nace la comunidad, espiritual y misionera, allí está María. En los albores del
anuncio del Evangelio a todos los pueblos, está María, colocada en el centro de la
Historia de la Salvación.
. Cuando el revuelo del Espíritu pone a todos en camino misionero, allí está María,
alentando todo envío, ofreciendo a todos la ternura para el camino.
. Urgida por la misma fe que la hizo bienaventurada, María forma parte de la misión de
la Iglesia, que introduce a los hombres y mujeres en el reino de Jesús.
Palabra de la Iglesia
“En la mañana de Pentecostés María presidió con su oración el comienzo de la
evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo. Sea ella la estrella de la
evangelización siempre renovada que la Iglesia, dócil al mandato del Señor, debe
promover y realizar, sobre todo en estos tiempos difíciles y llenos de esperanza” (EN,
82).
“La Iglesia, que con nueva lucidez y decisión quiere evangelizar en lo hondo, en la raíz,
en la cultura del pueblo, se vuelve a María para que el Evangelio se haga más carne,
más corazón del pueblo” (EN 81).
REINA DE LOS APOSTOLES,
MADRE DE DIOS.
FORMA TÚ NUESTRA MENTE Y VOLUNTAD,
Y NUESTRO CORAZÓN.
Madre de los ausentes, umbral de la ternura recobrada:
Todos los hijos pródigos te llaman, sin saberlo,
con la boca vacía bajo los algarrobos desmayados
mientras muere la tarde sin respuesta en la ausencia de Dios.
Refugio de los muertos pecadores, hogar de todo llanto:
Tú que sabes la pena de haber perdido a Cristo
y buscarlo en las calles, día y noche,
y preguntar inútilmente a todos, desvivida en la busca de su Cara…
¡recoge en la gavilla de tus brazos a todos los pródigos que llaman,
tiritantes de neón y de frío,
¡y acógelos a todos, oh Seno de la vida!,
¡congréganos a todos, bajo el techo del júbilo paterno,
con el pan del amor entre las manos nuevas…! (Pedro Casaldáliga).
“La vida se nos da y la merecemos dándola” (Tagore). Haz visible la gracia que te
habita mediante:
. El sendero de la paz, que exige un espacio donde todos quepan. Reducir todo a lo
que yo pienso, a lo que yo soy, engendra violencia.
. El sendero de la justicia, que no es sólo dar gratis lo que gratis has recibido, sino
responder de tu vida ante los otros, responder de los otros, hacerte cargo de ellos. “Se
te va a exigir ahora más por habérsete manifestado mi verdad” (Santa Catalina de
Siena).
. El sendero del amor, que deja sin salida al individualismo.
. El sendero de la libertad, que se traduce en liberación y en la utopía de lanzarse sin
amarras hacia adelante.
MARIA ESTRELLA DE LA
EVANGELIZACIÓN AYÚDAMOS A VIVIR Y
A ANUNCIAR EL REINO
27. ATRAÍDA POR EL PADRE
• La vida es hermosa, pero frágil. Situaciones de muerte la acechan sin cesar. A
muchos se les acaban las fuerzas y razones. A pueblos enteros se les debilita por
momentos la esperanza.
• La vida es un tesoro dentro de vasijas de barro. Los límites cicatrizan el barro y hasta
lo agrietan. Algunos tienen la sensación de caminar con la vida rota.
• ¿Cómo acoger nuestros límites? ¿Cómo aprender a vivir con ellos en armonía y
libertad? ¿Cómo orar sin que nos lo impida la enfermedad?
• María, tesoro y sacramento, ha vivido su fragilidad en las manos de Dios. El fruto ha
sido una nueva creación, una obra que Dios y nosotros vemos como muy buena.
Innumerables mujeres, de todos los lugares de la tierra, ponen en toda debilidad el
beso de la esperanza.
• Muchas mujeres viven cerca de María, experimentan el triunfo de la vida sobre toda
muerte, descubren la atracción que el Padre ejerce por amor sobre todas las cosas.
Poema
Estamos otra vez en el Principio
y nace el mundo, nuevo, del seno de tu Gracia,
¡Que callen los profetas fatídicos!
Cabemos todos juntos, hermanos, en la mesa que el Padre ha abastecido.
¡Que calle todo miedo, para siempre!
(P. Casaldáliga).
“Esta es la morada de Dios con los hombres; acampará entre ellos. Ellos
serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las
lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor” (Ap
21,3-4).
La asunción significa que María está dentro del mundo y en el seno de la Iglesia como
la presencia viva de un Viviente. Ha sido transfigurada por el amor y la ternura de Dios
y ahora se presenta embellecida por la presencia de Dios en ella.
María, la mujer nueva, símbolo de la nueva humanidad, es la primera en habitar la
morada de la gracia por su fe confiada, por su esperanza firme y por su amor sin
fronteras; “está junto a Cristo, el Hombre nuevo, en cuyo misterio solamente encuentra
verdadera luz el misterio del hombre” (MC, 57).
María sigue a Jesús y en ella se cumple la promesa de la Vida. Llega definitivamente a
la Trinidad; pero no nos deja solos, sino que continúa velando nuestro peregrinar
cristiano. “Ella, asunta al cielo, no ha abandonado su misión de intercesión y salvación”
(MC, 18). “No deja de ser la “estrella del mar” para todos los que aún siguen el camino
de la fe” (RM, 6).
Palabra de la Iglesia
“La Madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en los cielos en cuerpo y
alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida
futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante pueblo de Dios como signo de
esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor” (LG 68).
ATRÁENOS, VIRGEN MARÍA,
CAMINAREMOS EN POS DE TI.
Tú eres, María, presencia de amor entre el cielo y la tierra.
Manifiesta tu ternura maternal en nuestras vidas.
Enséñanos el camino del amor que supera todo límite.
María, tú has vivido, sufrido y gozado como nosotros.
Tú has pasado por el trance de la muerte
y gozas ya de la alegría de la resurrección.
Te pedimos que aumentes la fe, la esperanza y el amor
de todos los que caminamos hacia Dios. Amén.
Busca señales del triunfo del bien sobre el mal, de la verdad sobre la mentira, de la paz
sobre la guerra, de la justicia sobre la injusticia… ofrece tu aportación y alégrate.
MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS. ORA CON
NOSOTROS.
28. MADRE DE LA VIDA
• Los medios de comunicación reflejan multitud de situaciones de muerte, que se hallan
presentes en la realidad cotidiana. ¿Cómo se abrirá paso el deseo de la vida en medio
de tanta herida?
• Dios siempre está a favor de la vida. En Jesús, que nos amó hasta el extremo y en el
Espíritu, dador de vida, la vida se recrea constantemente.
• Hombres y mujeres trabajan cada día a favor de la vida, entonan canciones de vida.
Cuando lo hacen se parecen a Dios, hacen presente a Dios.
• María, es el rostro materno de Dios que refleja la ternura entrañable, la misericordia
sin límite, la compasión delicada que vela todo sufrimiento humano.
• La humanidad explota los recursos del planeta Tierra sin control ni mesura. En un
reciente informe titulado “Planeta Vivo”, se advierte de la decadencia generalizada de
la naturaleza y sus recursos y se afirma que en la actualidad el hombre utiliza un 20 por
ciento más de los bienes y servicios que el planeta puede proporcionar.
Lucero del alba,
luz de mi alma,
santa María.
Virgen y Madre,
hija del Padre,
santa María.
Flor del Espíritu,
Madre del Hijo,
santa María.
Amor maternal
sel Cristo total,
santa María
“Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella
te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón” (Gn 3,15).
“El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a
tragarse el niño en cuanto naciera. Dios a luz un varón, destinado a regir
todas las naciones...
Y la Mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios” (Ap 12,4-5).
La vocación de toda mujer es la de proteger, cuidar y acompañar la vida, sobre todo en
aquellas situaciones en las que se siente más amenazada y desprotegida.
Humanamente hablando, lleva las de perder, casi siempre. Pero Dios se pone siempre
del lado de la vida, para derrotar la fuerza del mal y de la muerte. Y así lo débil vence a
la fuerza.
María representa la esperanza de vida que existe en el corazón de todo ser humano, a
todas aquellas personas que dan testimonio del bien en la vida, que luchan para que la
vida pueda vencer a las fuerzas del mal.
Palabra de la Iglesia
“Jesucristo con su muerte redentora vence el mal del pecado y de la muerte en sus
mismas raíces... La que como “llena de gracia” ha sido introducida en el misterio de
Cristo para ser su madre... por medio de la Iglesia permanece en aquel misterio como
“la mujer” indicada por el libro del Génesis (3,15) al comienzo y por el Apocalipsis
(12,1) al final de la historia de la salvación. Según el eterno designio de la providencia,
la maternidad divina de María debe derramarse sobre la Iglesia” (RM, 24).
“Al hombre contemporáneo, frecuentemente atormentado entre la angustia y la
esperanza, postrado por la sensación de su limitación y asaltado por aspiraciones
inconmensurables, turbado en el ánimo y dividido en el corazón, la mente suspendida
por el enigma de la muerte, oprimido por la soledad mientras tiende hacia la comunión,
presa de sentimientos de náusea y de hastío, la Virgen María, contemplada en su
vicisitud evangélica y en la realidad ya conseguida en la ciudad de Dios, ofrece una
visión serena y una palabra tranquilizadora: la victoria de la esperanza sobre la
angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turbación, de la alegría y
de la belleza sobre el tedio y la náusea, de las perspectivas eternas sobre las
temporales, de la vida sobre la muerte” (Pablo VI, Marialis Cultus, 57).
CANTEMOS AL SEÑOR UN CANTO NUEVO,
UN CANTO A LA MUJER,
PORQUE ELLA ES EL PILAR DE NUESTRA HISTORIA,
LA ROCA DE LA FE.
Felices aquellos que encuentran sentido a cada minuto.
Felices los que son capaces de asombrarse ante una flor.
Felices los que arriesgan todo y se quedan con el amor.
Felices los que se mantienen alegres con lo que tienen.
Felices los que luchan por la paz, la justicia y la fraternidad.
Feliz quien tiene un corazón libre para ver a Dios y a los hermanos cada mañana.
Abandona tu pasividad y comprométete a favor de la vida.
MARÍA, MADRE DE LA VIDA. ALIENTA LA
VIDA DE LA HUMANIDAD.
29. VAMONOS A VER EN TU HERMOSURA
• Salimos por un momento de nuestras cosas y tareas para entrar en la casa de María.
No hace falta ir muy lejos, porque ella está metida de lleno en los pequeños detalles de
la vida. La puerta está siempre abierta. Los motivos por los que queremos estar con la
Madre pueden ser muchos, no importa. Nos acercamos a María con una actitud de
sorpresa, de asombro, de alegría, de encuentro misterioso y apasionante. Y lo
hacemos como quien tiene sed y quiere beber, como quien quiere contemplar la
belleza. Ella nos invita y nosotros aceptamos gustosos.
• Más o menos así piensan millones de peregrinos que, en los más recónditos lugares,
se ponen en camino para visitar a María, la de las mil invocaciones. Van y la miran y se
sienten mirados. Sus ojos se encuentran y algo pasa. Iban con los problemas en las
manos, con el dolor, con la esperanza. Vuelven a sus casas con la alegría de la sonrisa
de María, con su belleza grabada en las entrañas, con fuerzas para continuar la tarea
de un mundo nuevo iniciada por Jesús.
• María no está separada de la comunidad, no vive vida aparte. Nos acompaña en el
camino, vive en nuestra casa. María es de todos, entra en la casa de todos. Todos
quieren descubrir en ella el rostro materno de Dios.
“
Poema
¡Oh Virgen de los mil nombres y un solo corazón.
Desde el Sur hasta el Norte,
desde el Este al Oeste,
la historia fue sembrando de santuarios nuestra geografía,
como un manto tejido con tus manos de madre.
No hay llanto en esta tierra que no pase, María, por tus manos.
No hay gozo en que no brille tu luz.
No hay esperanza que tú no hayas sembrado.
No hay oración que suba hacia tu Hijo
sin pasar por tus blancas manos intercesoras” (José Luis Martín Descalzo)
"Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé
espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo.
Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la
esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en
herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para
con nosotros" (Efesios 1,17-19).
Vámonos a ver en tu hermosura.
Porque el mundo, nuestro mundo, sólo se salvará por la belleza. Y cuando un corazón
ama y es amado, percibe la belleza de la persona amada, sobre todo la belleza
invisible de su corazón.
Al entrar despacio en la presencia de María, reconocemos en ella un principio de gozo
y plenitud, de belleza y esperanza. ¡Toda hermosa!, así invoca la Iglesia a la mujer que,
desde su Concepción inmaculada, refleja más perfectamente la belleza divina.
Vámonos a ver en tu Evangelio.
Andamos empeñados, ante el nuevo milenio, en las tareas de una nueva
evangelización, no solo para los de lejos sino también para los de cerca. Todos
estamos necesitados de una buena noticia, que ponga en fuga nuestros desalientos, y
nos lleve de nuevo al camino. Asomarse a María es descubrir el Evangelio, vivido y
encarnado en toda su frescura. Rezar el Avemaría es descubrir un Evangelio, que se
hace corazón, saludo y bendición, ruego y alabanza.
Vámonos a ver en tu vida.
A pesar de que a menudo nos creemos mayores de edad y independientes, no
podemos vivir sin modelos de referencia. Necesitamos encontrarnos con historias de
personas, que sean un canto de amor, en las que suceda algo nuevo. María nos ofrece
una existencia emocionada por Dios. Todo lo suyo: su cariño y su pobreza, su familia y
su trabajo, su pueblo y su corazón... todo está habitado por Dios y es lugar de
encuentro para que todos los hombres se sientan como en casa.
¡Vamos a pasar muchos ratos con ella!,
porque los que de verdad se quieren gozan cuando se multiplican los momentos de
relación y pueden en cada encuentro estrenar el gozo del saludo, la palabra cariñosa,
la mano abierta, el beso. ¡Que María restaure en nosotros la semejanza divina!
Canto
¿Quién será la mujer que a tantos inspiró poemas bellos de amor?
Le rinden honor la mística y la luz, el mármol, la palabra y el color.
¿Quién será la mujer que el rey y el labrador, invocan en su dolor?
El sabio, el ignorante, el pobre y el señor, el santo al igual que el pecador.
MARÍA ES ESA MUJER QUE DESDE SIEMPRE EL SEÑOR SE PREPARÓ
PARA NACER COMO UNA FLOR EN EL JARDÍN QUE A DIOS ENAMORÓ.
¿Quién será la mujer radiante como el sol, vestida de resplandor?
La luna a sus pies, el cielo en derredor, y ángeles cantándole su amor.
¿Quién será la mujer humilde que vivió en un pequeño taller?
Amando sin milagros, viviendo de su fe, la esposa siempre alegre de José.
Invocaciones a María
Con María recorremos el camino de una fe que ilumina la vida.
María, mujer de fe, que viviste siempre abierta a Dios.
Santa María. Ruega por nosotros.
María, peregrina de la fe a lo largo de toda tu vida.
Santa María. Ruega por nosotros.
Madre a quien podemos acudir con toda confianza.
Santa María. Ruega por nosotros.
Con María recorremos el camino de la esperanza que pone música en el corazón
María, que esperaste confiada el reino de tu Hijo.
Santa María. Ruega por nosotros.
María, Madre del tiempo nuevo, danos esperanza.
Santa María. Ruega por nosotros.
María, fuente y vida nuestra, llévanos a Jesús.
Santa María. Ruega por nosotros.
Con María recorremos el camino de amor que se hace encuentro, cercanía,
solidaridad.
María, servidora de Dios y de los hombres.
Santa María. Ruega por nosotros.
María, Madre de la humanidad nueva, enséñanos a amar.
Santa María. Ruega por nosotros.
Madre de los pobres, que ofreces tu ternura a los más débiles.
Santa María. Ruega por nosotros.
Cuida tu mundo interior. No dejes que entre lo que pueda manchar la morada de Dios,
la casa de María. Lucha para que no se profane la belleza y dignidad de cada hombre.
No te cruces de brazos ante el fatalismo del “nada se puede cambiar”.
MARÍA, TÚ ERES LA BELLEZA, TÚ ERES LA
ALEGRÍA.
30. MARÍA DEL CARMEN, ESTRELLA DE LOS MARES
• Cuando uno quiere dar un salto hacia delante, tiene que retroceder algunos pasos
hacia atrás. El hoy se alimenta del ayer para construir el mañana. Los que formamos la
familia del Carmelo no miramos al pasado glorioso solamente para recordarlo, sino
también para construir, junto con otros muchos hermanos y hermanas, la nueva
civilización del amor.
• La familia del Carmelo, desde sus orígenes, hizo alianza con María. Cuando los
primeros carmelitas se establecieron en las cuevas del monte Carmelo, buscando el
silencio y la soledad para contemplar al Señor, y construyeron una pequeña capillita
dedicada a la Virgen, estaban poniendo los cimientos de una relación fecunda entre
todos los carmelitas y la Madre del Carmelo.
• Santa Teresa de Jesús con su cariño tierno y misionero hacia la Madre; san Juan de
la Cruz y su mirada permanente al misterio de María para aprender a dejarse guiar por
el Espíritu, y tantos hermanos y hermanas, han seguido haciendo alianza con la Madre
a través de los tiempos.
• “El Escapulario se convierte en signo de alianza y de comunión recíproca entre María
y los fieles” (Juan Pablo II). El escapulario, por su sencillez, nos habla de las cosas de
cada día, pero, por una rica expresividad, que lo convierte en patrimonio de los pobres
de la tierra, nos habla de alianza con todos los pueblos y nos invita a darnos todos los
seres humanos la mano en la hondura para compartir una recíproca pobreza. El
Escapulario es una parábola de comunión, porque es regalo de una Mujer que besa
cada día nuestra herida y nos acerca de forma entrañable, en su sí de mujer, la ternura
de Dios Trinidad.
Los poetas cantan a la Madre del Carmen
Flor del Carmelo,
Viña florecida,
Esplendor del cielo,
Virgen fecunda.
¡Oh Madre tierna!
Da a tu Carmelo
vida y consuelo,
Estrella del mar (Simón Stock).
“...Más yo siento caer sobre mi frente
vuestra dulce mirada. Y un consuelo
infinito de amor me ofrece un cielo
-que no sabré ganar- eternamente” (Manuel Machado).
“¡La milenaria sed de la esperanza
en la cisterna de la paz se abreva!” (Juan Alberto del Carmen).
“La perla más graciosa
de sayal cubierta,
cuanto más se encubre
más al cielo alegra,
que es propio de humildes
heredar grandezas” (Francisco de Jesús).
“¡Yo no quiero saber de qué está hecho
este milagro que en mi vida brilla!
¡Yo no quiero saber cómo han venido
estas cuatro palabras de María!...
Yo no quiero saber: no sabe el prado
tanta flor, tanta luz como lo habita...
Pero sé que una estrella ha descendido
y un abismo sin fondo se ha cubierto.
El amor me buscaba con gemido
y me encontró desnudo en el desierto” (Augusto Donázar)
“Que tú me salvarás, ¡oh marinera
Virgen del Carmen!, cuando la escollera
parta la frente en dos de mi navío. (Rafael Alberti).
“Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia la tierra,
con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: ‘Sube a otear el
mar’. El criado subió, miró y dijo: ‘No se ve nada’. Elías ordenó:
‘Vuelve otra vez’. El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo:
‘Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano’.
Entonces Elías le mandó: ‘Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la
lluvia’. En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento y
empezó a diluviar” (1Re 18,42-45).
. ¿Qué habrá visto el pueblo de Dios en la Virgen del Carmen? ¿Por qué el amor a Ella
ha calado tan hondamente hasta convertirse su fiesta en la fiesta de todos,
especialmente de los más pequeños y humildes? ¿Por qué desde toda sequía se mira
a la nubecilla del Carmelo?
. La familia del Carmelo ha sido siempre rastreadora de la belleza. Se ha puesto en
camino ‘buscando los amores’. Por eso, no es de extrañar que se haya asomado tanto
a la vida de María, para descubrir la belleza de su corazón, que no es otra sino la
presencia de Jesús. Jesús es el gozo de María, como lo es también de la Iglesia.
. Los signos son pequeños: un poco de pan, un niño, una lágrima, un beso, un trozo de
vestido, una nubecilla…, pero simbolizan mucho, expresan mucho. Son como ventanas
abiertas que nos permiten captar un amplio horizonte.
Pequeña es la gota de rocío, y refresca las hojas agostadas.
Pequeño es el grano de trigo, y llena las mesas de pan.
Pequeño es el grano de uva, y llena de vino las copas.
Pequeñas es la piedra preciosa, y adorna la corona real.
Pequeño es el hombre al nacer,
y, hoy por hoy, no hay nada más grande que él” (J. Guillén)
Palabra de la Iglesia
“Un espléndido ejemplo de esta espiritualidad mariana, que modela interiormente a las
personas y les configura a Cristo, primogénito entre muchos hermanos, son los
testimonios de santidad y de sabiduría de tantos santos y santas del Carmelo, todos
crecidos a la sombra y bajo la tutela de la Madre” (Juan Pablo II).
EL BARCO DEL CARMELO REZA Y CANTA,
AL HACERSE A LA MAR DEL NUEVO DÍA,
Y EN SU MÁSTIL POR VELA SE LEVANTA
EL SANTO ESCAPULARIO DE MARÍA
Revístenos con tu escapulario, revístenos con tu amor.
Conságranos en la hondura de tu amor,
conságranos en la belleza de tu mira.
Acógenos en tu corazón para que hagamos
de nuestro corazón una casa que te acoja.
Ven con nosotros al camino, cuida de nuestra frágil barquilla.
No olvides que eres Madre de cada uno y de cada una de nosotros,
que llevas dentro nuestro rostro grabado en tu corazón.
Cuídanos para que no sucumbamos en los mil peligros del mar
hasta que lleguemos un día felices al ansiado puerto de la gloria celestial.
“Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti”.
Sé testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. Anuncia a todos el amor de Dios.
Enlaza tu amor a María con la tarea misionera.