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Las visiones apocalípticas de la naturaleza. Un estudio comparado de
“Vendrán lluvias suaves” de Ray Bradbury y “Madre hay una sola” de
Bersuit Vergarabat
Elena Gasso Villar
Gabriela Mondino
Facultad de Lenguas – UNC.
RESUMEN
“La literatura de ciencia ficción es, esencialmente, una literatura de ideas” (Barceló,
1990). A partir de esta aseveración nos proponemos realizar un análisis interpretativo del cuento
“Vendrán lluvias suaves” de Ray Bradbury, en perspectiva comparada con la canción de la banda
Bersuit Vergarabat “Madre hay una sola”. En ambos textos aparece una visión apocalíptica de la
naturaleza. El pacto de lectura establecido en el cuento y en la letra de la canción conduce al
receptor a formular algunas hipótesis sobre un posible porvenir caótico que podría afectar a toda
la humanidad. Sostenemos que existe una conexión entre la ciencia ficción y la ecología ya que
la primera presenta la visión de un mundo que es consecuencia de los comportamientos del
hombre y su relación con la naturaleza. Así, mediante la creación de mundos ficticios, la
literatura y su materia prima, el lenguaje, plantean en clave de denuncia los graves problemas
ambientales y ecológicos que se están produciendo a nivel mundial, por ejemplo: el
calentamiento global, la deforestación, la contaminación, el exterminio de las especies, entre
otros.
La ciencia ficción es un género que se destaca por anticipar acontecimientos
científicos y explorar el ámbito de las ciencias, pero los cambios vertiginosos producidos en la
tecnología y en el campo científico del siglo XX, y los que se están produciendo en este siglo
XXI, han impulsado a la literatura de ciencia ficción a dejar de lado los temas que le eran
propios tales como viajes a planetas lejanos, invasiones de seres extraterrestres, etc.; y centrarse
en la representación del destino posible de los seres humanos y del medio ambiente que habita.
Estas nuevas temáticas operan como crítica a la sociedad actual. La literatura y su materia
prima: el lenguaje, plantean en clave de denuncia los graves problemas ambientales y ecológicos
que se están produciendo a nivel mundial, esto es, el calentamiento global, la deforestación, la
contaminación o el exterminio de las especies. En este sentido es posible establecer una
conexión entre la ciencia ficción y la ecología en la cual, la primera, presenta una visión
apocalíptica de un mundo que es consecuencia de los comportamientos del hombre y su relación
con la naturaleza.
Esta visión apocalíptica se representa tanto en los textos literarios como en otras
manifestaciones artísticas que intentan alertar y concientizar al receptor sobre el destino de la
humanidad.
Así, en “Madre hay una sola” una canción del grupo de rock argentino Bersuit
Vergarabat editada en el año 2005, se denuncia la destrucción de la tierra como secuela del
accionar humano. La canción concientiza sobre la amenaza que la especie humana, el progreso y
la prosperidad representa para la madre tierra; aquí se denuncia una paradoja: los mismos
habitantes de la tierra son los que la invaden y la atacan mortalmente. Hay sólo una minoría
débil que es capaz de advertir su devastación y protegerla; sin embargo, sus esfuerzos no
alcanzan para revertir la desidia a la que la someten los hombres. Esta contradicción que se
establece entre preservación y destrucción, encuentra su paralelismo en las afirmaciones del
escritor español Miguel Delibes, quien en su obra narrativa titulada Un mundo que agoniza
(1979) expresa que “El hombre-supertécnico, armado de todas las armas, espoleado por un afán
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creciente de dominación, irrumpe en la Naturaleza, y actúa sobre ella en (…) dos sentidos (…)
desvalijándola y envileciéndola” (Delibes, 36)
Desde esta perspectiva la canción se convierte en el instrumento que el cantautor
utiliza para denunciar la destrucción de la naturaleza y, al mismo tiempo, le permite exteriorizar
sus sentimientos de admiración y agradecimientos por los beneficios que ella concede a la
humanidad: “Yo te agradezco porque aquí estoy (...) Te agradezco aunque me voy avergonzado
por ser parte de la especie que hoy te viola en un patético festín”(Bersuit Vergarabat)
En “Vendrán lluvias suaves” de Ray Bradbury la acción se ubica temporalmente
en el año 2026. Aquí se relata la historia del funcionamiento de una casa en la que ya no están
los humanos pero todo acontece como si estuvieran. En esta vivienda los electrodomésticos y
una serie de artefactos robotizados son los que cumplen con todos los rituales cotidianos: el
desayuno, la limpieza de las habitaciones, la cena, el baño de los niños y la lectura nocturna de
los adultos. El único integrante de la familia que sobrevive es el perro “flaco y cubierto de
llagas”. De los habitantes que vivieron en la casa en épocas pasadas, sólo se conservan sus
siluetas pintadas sobre una de las fachadas.
Después de la muerte del perro, sin motivo aparente, se produce un incendio que
la maquinaria de la casa no logra apagar a pesar de estar programada para hacerlo. Finalmente,
la casa se derrumba y se destruye totalmente todo vestigio humano.
Para analizar estos dos discursos artísticos partimos de un concepto central sobre
la Modernidad de Marshal Berman, quien en su ensayo titulado “Brindis por la Modernidad”
sostiene que:
Todos los hombres y mujeres del mundo comparten una forma de experiencia vitalexperiencia del espacio y el tiempo, del ser y de los otros, de las posibilidades y los
peligros de la vida- a la que llamaré modernidad. Ser modernos es encontrarnos en un
medio ambiente que nos promete aventura, poder, alegría, crecimiento, transformación de
nosotros mismos y del mundo y que al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que
tenemos, lo que sabemos, lo que somos. (Berman, 87)
En el fragmento citado se destaca la experiencia de la vida del hombre moderno y
su devenir en un medio ambiente que se encuentra en situación de permanente amenaza de
destrucción y desintegración.
Esto se revela también en la visión del mundo representada en la letra musical, en
ella se destaca la imagen de la gran metrópoli asociada a connotaciones disfóricas que dan
cuenta de su decadencia: “Ciudades gigantes, enormes cloacas (…) se ven las marcas de la
muerte, por las ventanas del avión” (Bersuit Vergarabat)
Delibes en la obra antes citada refiere que:
En la Naturaleza, apenas cabe el progreso. Todo cuanto sea conservar el medio es progresar; todo lo
que significa alterarlo esencialmente, es retroceder (…) el hombre se obstina en mejorarla y se
inmiscuye en el equilibrio ecológico (…) está obstinado en demostrarse a sí mismo su superioridad,
ni aún en el aspecto demoledor renuncia a su papel de protagonista. (Delibes, 36)
Esta alteración del orden natural producto del adelanto científico y tecnológico
que lleva adelante el hombre, aparece representada en la canción, donde el progreso y la
prosperidad son vistos como factores destructivos que han borrado las creencias animistas sobre
el valor de cada uno de los elementos que componen la naturaleza: “No hay más ofrendas…solo
este ataque mortal al medio del corazón” (Bersuit Vergarabat)
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Paralelamente, el cuento de Ray Bradbury complementa la visión apocalíptica del
mundo que prevalece en la letra de la banda de rock. En este caso se suma a la destrucción
ecológica, el exterminio de la especie humana debido a la radiación; de los hombres sólo se
conserva la casa, como único símbolo que, al final del relato, también se extingue como
consecuencia del incendio.
En este punto se pueden establecer algunas líneas de sentido a partir de las ideas
formuladas por Marshal Berman en el artículo mencionado. Así, para el crítico, la experiencia
moderna se realiza en un escenario que adquiere las siguientes características: “paisaje de
máquinas de vapor, fábricas automáticas, vías de tren, enormes zonas industriales; de ciudades
hormigueantes que crecen durante la noche, a menudo con espantosas consecuencias humanas”
(Berman, 89-90).
En esta cita de Berman se destaca la supremacía de la máquina en desmedro de la
actividad humana. En el relato de Bradbury esto se manifiesta claramente, ya que son los objetos
robotizados los que repiten los rituales cotidianos de la vida de los hombres:
La voz del reloj cantó en la sala: tic tac, la siete, hora de levantarse…el horno emitió un siseante suspiro,
y ocho tostadas perfectamente doradas, ocho huevos fritos, dieciséis lonjas de jamón, dos tazas de café y
dos vasos de leche fría brotaron de su cálido
interior…Afuera, el garage tocó unas campanillas,
levantó la puerta, y descubrió un automóvil con el motor en marcha, luego la puerta descendió otra
vez…los platos sucios cayeron en una máquina de lavar y emergieron relucientes y secos(…) De las
guaridas salieron velozmente los ratones mecánicos…La casa estaba limpia. (Bradbury, s/d)
Tanto en el texto literario como en la canción es evidente el proceso de
interiorización del autor con el paisaje que se manifiesta en la visión distópica del género
humano y de su entorno. En el cuento, la preponderancia de las máquinas es un testimonio de
los avances tecnológicos y científicos. Sin embargo, la línea isotópica recurrente se establece a
partir de los ejes modernidad/deshumanización. Paralelamente en la canción la línea recurrente
de sentido se define a través del par opositivo pertenencia/destrucción. Esta visión pesimista
acerca del destino de la humanidad y su ecosistema se evidencia en la premonición que realiza
la voz narrativa en “Vendrán lluvias suaves”, en diálogo intertextual con el relato de la escritora
estadounidense Sara Teasdale:
Vendrán lluvias suaves y olores de la tierra, y golondrinas que girarán con resplandeciente sonido,
y ranas que en los estanques cantarán durante la noche, y ciruelos de tembloroso blanco, y
petirrojos que vestirán plumas de fuego y silbarán sus canciones en los alambres de las cercas; y
nadie sabrá que hay guerra, nadie se preocupará del fin de la guerra. A nadie le importará, ni a los
pájaros ni a los árboles, si la humanidad se destruye totalmente; y la misma primavera, al
despertarse al amanecer, apenas sabrá que hemos desaparecido. (Bradbury, s/d)
En los textos seleccionados el apocalipsis de la naturaleza se asocia a la idea de
Modernidad, representada dialécticamente mediante una doble imagen que la asocia al progreso
y al avance científico, ambos considerados en su faz positiva; mientras que, en su aspecto
negativo, la Modernidad establece una resignificación espacio-temporal producto de la
masificación, el hacinamiento y la idea del hombre máquina, quien en muchas ocasiones, queda
atrapado en su propio exceso de razón y es aniquilado por la tecnología, la cual, a su vez,
destruye el medio ambiente.
En los discursos artísticos analizados se produce una alteración del entorno natural
ya que el mar se contamina, la ciudad huele mal, los seres vivos que aún tienen vida desfallecen
o sólo quedan sus imágenes, las cuales recuerdan un tiempo pasado.
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Ambos discursos alertan sobre las consecuencias negativas y el impacto que esto
tiene en la población mundial; ambos alertan sobre el desequilibrio ecológico e informan sobre
situaciones que afectan la vida de los hombres en el planeta.
La modernización y el racionalismo capitalista se están apropiando de la
naturaleza, el progreso económico, el industrial, el tecnológico y la expansión de los grandes
centros urbanos parecen no advertir la destrucción de las condiciones ambientales, el “ecocidio”,
en términos del sociólogo mexicano Gómez Tagle, que pone en riesgo no sólo los ecosistemas
sino todas las formas de vida tradicionales:
En las últimas décadas hemos construido el principio de autodestrucción. La actividad humana
irresponsable ante la máquina de muerte que ha creado, puede ocasionar daños irreparables en la
biosfera y destruir las condiciones de vida de los seres humanos. En una palabra, vivimos bajo una
grave amenaza de desequilibrio ecológico que puede afectar a la Tierra como sistema integrador de
sistemas (...) Este principio de autodestrucción invoca urgentemente otro, el principio de
corresponsabilidad que deriva de nuestra existencia como especie y como Planeta. (Boff, 15)
Si bien consideramos que tanto la literatura de ciencia ficción como la letra de la
canción son discursos que transmiten una ideología y, en relación con el contexto, se convierten
en discursos de denuncia, cabe preguntarnos ¿cuál es la hipótesis de lectura propuesta al lector?
En el caso del cuento de Bradbury se responde con las últimas palabras del intertexto: “a nadie
le importará, ni a los pájaros ni a los árboles, si la humanidad se destruye totalmente; y la misma
primavera, al amanecer, apenas sabrá que hemos desaparecido” (Bradbury, s/d)
Para finalizar, pensamos que tanto la literatura como la música pueden contribuir
para evitar el desastre ecológico, ya que al denunciar y al plantear los grandes interrogantes que
preocupan al mundo, los intelectuales y artistas rompen el aislamiento de su mundo interior e
instauran un diálogo comunitario que legitima el compromiso y la responsabilidad con la
realidad que nos rodea.
Bibliografía
BERMAN, Marshall. “Brindis por la modernidad” en Nexos (revista mexicana); núm. 89, mayo
de 1985.
BERSUIT VERGARABAT. “Madre hay una sola” en Testosterona. Argentina. 2005.
BRADBURY, Ray. “Vendrán lluvias suaves” en Crónicas marcianas
BOFF, Leonardo. Ética planetaria desde el gran Gran Sur. Madrid. Editorial Trotta. 2001.
DELIBES, Miguel. Un mundo que agoniza. Barcelona. Editorial Plaza& Janes. 1979.
GÓMEZ TAGLE LÓPEZ, Eric. “Sociología Ambiental y Reapropiación social de la naturaleza”
en http://www.insumios.com/lecturasinsumisas/sociología%20ambiental.pdf.(Online)
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