Download Mesa 6 Iglesia, Estado y Sociedad. Marco Jurídico y libertad religiosa

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Transcript
México, D. F., a 13 de mayo del 2009
Versión estenográfica de la Jornada de Historia en la Universidad
Pontificia de México, Iglesia, Independencia y Revolución, Mesa II:
Iglesia, Estado y Sociedad, Marco Jurídico y Libertad Religiosa,
efectuada la tarde de hoy.
Presentador: Buenas tardes vamos a dar inicio a nuestra mesa
siguiendo la línea temática que se nos proponía en la mañana de
Iglesia y la Revolución Mexicana.
En esta ocasión se presenta la Mesa titulada: Iglesia, Estado y
sociedad, Marco Jurídico y Libertad Religiosa; moderará esta Mesa la
doctora María Eugenia Chaul, del Instituto Mora a quien cedo la
palabra.
Srita. María Eugenia Chaul: Que tal, buenas tardes, tengo el gusto
de presentarles en esta ocasión, primeramente al doctor Manuel
Olimón Nolasco, con la ponencia titulada: Un Obispo Reflexiona Sobre
la Iglesia en México en 1922, en torno a la III Carta Pastoral de don
Manuel Asperita y Palomar, Obispo de Tepic.
El doctor Manuel Olimón Nolasco, es sacerdote católico de la Diócesis
de Tepic, Nayarit; realizó estudios de humanidades en el Seminario
Diocesano de Tepic, de Filosofía y Teología en el Seminario Mexicano
de Moctezuma, Montezuma, Nuevo México, Estado Unidos, ahí obtuvo
el título de bachiller de filosofía en Ciencias, Bachelor Of Art., en la
Catolic University of América de Washington, D. C. E.U., licenciado
especializado en historia de la iglesia moderna por la Pontificia
Universidad Gregoriana de Roma, es doctor en historia por la
Universidad Iberoamericana; fue Director General de la Comisión
Nacional de Arte Sacro y Consultor de la Pontificia Comisión para los
Bienes Culturales de la Iglesia en la Ciudad del Vaticano, así como
miembro del Consejo Académico de Humanidades de la Universidad
de las Américas de Puebla.
Fue fundador de la Universidad Pontificia de México entre 1982 y
2003; es autor de varios libros de artículos y actualmente es miembro
2
de diversos consejos y universidades e instituciones; académico en el
departamento de historia de la Universidad Iberoamericana y miembro
de la Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras,
correspondiente a la Real Española desde 2006, muchas gracias, hoy
lo escuchamos doctor.
Sr. Manuel Olimón Nolasco: Sí, buenas tardes, gracias a quienes me
invitaron y a quienes participan, por poco la fuente en la que me basé
se desbarata y ya no hubiera podido hacer gran cosa, pero sobrevivió
hasta este momento.
Al tratarse del Siglo XX Mexicano, de los vaivenes de la sociedad, de
los gobiernos y las potestades regionales, así como de la inter acción
de la comunidad católica en su jerarquía y en sus bases con esas
entidades, la mirada de los historiadores incluida la mía, se ha dirigido
sobre todo a sus perfiles históricos, abundantes desde luego en
aportaciones, ricos en matices y en ocasiones desconcertantes.
No obstante, en la ocasión presente voy a dirigir la mirada sobre
algunos escritos episcopales, principalmente uno emitidos en las
fechas en que pasada la ola carrancista, parecía que los tiempos eran
propicios para construir en la paz y retomar algunas líneas de
presencia, sobre todo en lo social que se habían manifestado en los
años postreros del porfiriato.
La promulgación de la Constitución de 1917, motivó una protesta
enérgica del episcopado nacional y ello fue pretexto para que el
gobierno de Carranza desterrara a los obispos del territorio mexicano,
durante dos o tres años permanecieron unos en Cuba, otros en
Estados Unidos y alguno en Europa y emprendieron el regreso poco a
poco hasta encontrarse todos en México a finales de 1919.
No pocos tomaron entonces la pluma para pensar el estado de su
grey.
El Arzobispo de Guadalajara, don Francisco Orozco y Jiménez,
redactó en enero de 1920, una carta circular al retornar a su sede,
expuso: me bastó dar una mirada general a lo que la Santa Iglesia
pudo salvar después que la ola revolucionaria arrasó y destruyó
cuanto encontraba a su paso.
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Y con tristeza he visto que solamente rastros quedaron de la antigua
grandeza de nuestra amada arquidiócesis, sus obras más necesarias,
sus instituciones de caridad todo fue herido de muerte.
El Obispo de Tacámbaro, Leopoldo Lara y Torres, vio los males
presentes, valorando la problemática desde el punto de vista cultural y
espiritual, escribió esto: hoy más que nunca la hidra del paganismo
que parecería ya muerta y perdida en las ruinas del foro, como si fuera
una momia egipcia, retuerce de nuevo sus anillos y se yergue furiosa
con ojos cintilantes de fulgor infernal para acertar a la iglesia nuevos
golpes y sepultarla si pudiera en la oscuridad misteriosa de sus
solemnes y gloriosas catacumbas.
En este mismo tiempo los obispos de la provincia eclesiástica de
Durango, por ejemplo, exhortaron no sólo a quejarse de la situación,
sino a no quedarse con los brazos cruzados.
Y decía, por ejemplo, monseñor Ortiz, obispo franciscano de
Tamaulipas, sin matices lo siguiente: que es una autocrítica a la iglesia
en esta época. Nos quejamos de la indeferencia religiosa, de su poca
fe, de la frialdad de muerte que nos invade, pero cuán de temer es que
precisamente en muchas ocasiones seamos nosotros los que
causantes de los males que lamentamos en el pueblo cristiano.
Y en el marco solemne del Congreso Eucarístico Nacional de 1924, el
joven prelado de Huejutla, José de Jesús Manríquez y Zarate dijo de
frente: los sacerdotes hemos descuidado mucho la educación religiosa
de las masas, engolfándonos en cierto misticismo inexplicable ante los
furiosos ataques de la impiedad, las turbas famélicas de gozo y
sedientas de sangre humana de la revolución son los desgraciados
niños de antaño a quienes descuidamos enseñar la doctrina cristiana
por andar entretenidos muchas veces en asuntos de vanidad.
Y precisamente en este ambiente el obispo de Tepic de entonces se
pone a reflexionar sobre la vida interior de la iglesia y la necesidad de
fortalecer las fuerzas eclesiales.
Dentro de esta, además desde luego de la importancia de que los
laicos participaran en el apostado jerárquico a través de la acción
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católica y de la continuidad de la acción social señalada sobre todo en
un documento emitido en 1921, con motivo de los 30 años de la
Renovaro, prevaleció como asunto capital el relativo a los sacerdotes,
el cultivo de las vocaciones, la dedicación a la formación sólida de los
candidatos, el vigor y el crecimiento en la espiritualidad y, desde
luego, el impulso a la presencia cercana a las necesidades de los
fieles.
Un documento de gran longitud 71 páginas de apretado texto, con
sustancioso contenido en consideraciones doctrinales e históricas,
emitió en 1922 el obispo de Tepic Manuel Azpeitia y Palomar, que de
paso sea dicho era tío de Palomar y Bizcara, uno de los grandes
participantes en el movimiento católico en esta época.
Ahora estando distantes 87 años la forma exhortativa de sus frases
indudablemente nos suena extraña y quizá molesta, su constante
comparación y calificación de impío e infernal al legado de la reforma
liberal será quizá demasiado fuerte para nuestros oídos, pero dentro
de los límites de su tiempo y de su circunstancias fue esta la forma
que revistieron reflexiones y juicios valorales que no iban dirigidos a un
público genérico, plural y abierto, sino a los fieles de la iglesia cuya
responsabilidad recaía de modo particular en los obispos.
Ninguno de ellos se reprimía para dirigirse a la conciencia moral de los
fieles y gravarla con deberes, pues tenía claro el ejercicio de una
paternidad de orden peculiar hacia ellos, pequeños o grandes, dotados
de autoridad o subordinados.
Esta posición elevada a convicción va unida a la comprensión
tradicional de una sociedad civil jerárquicamente organizada y con
responsabilidades en escala.
En el caso particular de México además el perjuicio frente a lo
anglosajón considerado monolíticamente protestante, la mención de
las sociedades secretas como conspiradoras para diluir el catolicismo,
presentes desde siglos atrás y un nada sutil antisemitismo fueron una
constante en el intento de comprender la marcha de la historia que
parecía dirigirse irremediablemente contra el cristianismo.
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Así en este documento la parte central es una crítica demoledora al
liberalismo. En el corazón del documento hace una demoledora crítica
de liberalismo, alineada con la que desde principios del siglo XIX había
formado un filón recio dentro de la iglesia católica y que había
ocupado, sobre todo después de conocerse la posición del Papa Pío
Onon, quien había experimentado en carne propia los aspectos
revolucionarios de este movimiento las páginas de muchos escritos de
intelectuales católicos y desde luego un buen número de
predicaciones y enseñanzas que, de alguna manera, llegaban a los
fieles comunes.
Al leer a don Manuel Aspeitia nos encontramos con que usó textos
antiliberales que pueden ahora ser considerados clásicos, y que
recibieron amplia difusión a lo largo de décadas y configuraron una
oposición sólida desde las filas católicas.
Aquí en las notas a pie de página dice todo el desglose buscando las
fuentes de las que don Manuel Aspeitia sacó estas posiciones
antiliberales y resulta muy interesante los textos que utilizó, que quiere
decir que trabajó además de la experiencia con la gente con una
biblioteca con pocos libros pero todos antiliberales.
A propósito del liberalismo se explaya la carta pastoral. Cito: “Afiliados
muchos de los magnates de la tierra a estas ideas tan propicias a la
satisfacción de las humanas pasiones, que han luchado por falsear en
su esencia y en sus funciones prendas de la magnanimidad del
creador que hacen grande a la criatura, la razón y la libertad, forjaron
con éstas una espada de dos filos que hiriese a la vez al orden social y
a la iglesia, que ha sido su apoyo y su defensa, esclavizando a ésta en
nombre de la razón y de la libertad desenfrenadas para que muriese
juntamente con las sociedades cristianas, protegieron las sociedades
secretas nacidas de su tiranía que fraguaban el derrocamiento del
altar y del trono, se revistieron las secretas agrupaciones de la misma
piel de oveja de liberalismo, y dieron rienda suelta en las sombras a
sus instintos de lobos”.
Es el texto, que imagínenselo ustedes leído el domingo desde el
púlpito de las iglesias, no era un texto para que lo leyera cada uno en
su casa, sino para que se escuchara.
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Explicaron, sigue diciendo, con la fórmula de libertad, igualdad y
fraternidad el tema trabajado y preparado en los tenebrosos antros de
las sociedades secretas, abajo el trono y el altar. Fórmula que sirvió de
bandera a la nefasta revolución francesa procreada consiguientemente
por el liberalismo y desarrollada y dirigida por las logias en
combinación con el filosofismo, que es su engendro y que ahora
puede decirse que está en su seno. Revolución, que es la vergüenza
perpetua de la humanidad, como que ha sido el tipo y modelos de las
posteriores que la han afligido, hundiéndola en el lodazal de todas las
inmoralidades y precipitándola en el abismo del crimen y queriendo
llevarla al extremo. Con eso dense cuenta del tono de la carta.
En un intento por comprender las que considera tácticas de
penetración del liberalismo sigue al historiador César Cantú, Cesare
Cantú, quien expone que ésta comenzó con las capas inferiores de la
sociedad, pero de modo metódico y creciente, según ese autor, llevó a
las clases dirigentes e incluso a buen número de católicos
intelectuales.
Don tales tendencias, cito a monseñor Aspeitia, la generalidad de los
hombres y muy particularmente los que profesan el repugnante
catolicismo liberal, mil veces peor en sus efectos que el liberalismo
puro han sido cómplices de los impíos, por lo mismo de Satanás, que
contando con la inmortalidad ha venido realizando en el transcurso de
varios siglos su programa e inspirándolo a sus adeptos, quienes a su
vez viniendo madurándolo en el secreto de las logias.
Llegado a este punto anuncia, haciéndose eco de una ideología que
circulaba en su tiempo, en muchos ambientes, lo que considera el
meollo de la conspiración anticristiana presente en el mundo.
Cito: “El socialismo avanzada del liberalismo ha salido del seno de las
logias, actualmente manejadas lo mismo que las sectas a que da vida,
calor y robustez en su seno por el consejo poderoso de los 300.
Compuesto de los judíos más ricos, impíos, sagaces y ambiciosos,
que ha encadenado a las naciones, les impone gobiernos que dirige
para que sirvan a sus planes diabólicos, para disponer de su fuerza
bruta, dar leyes inicuas al mundo que ha subyugado mediante los
magnates que lo rigen al antojo de aquel tirano consejo, cuyos
miembros esperan todavía la venida del mesías que se aproxima, pero
7
que no llegara –dicen- mientras no consigan el cumplimiento de la
promesa hecha por Dios a su padre habrán de dominar la tierra. Esta
es la parte negativa, bastante negativa de su manera de ver
filosóficamente la historia.
Pero detrás de esto, hay una invitación a redignificar la vida de la
iglesia y sobre todo, el sacerdocio.
Una vez que con la vehemencia que hemos sentido –expuso el obispo
su visión de las asechanzas que se cernían sobre la iglesia y el
cristianismo da vuelta a la hoja y dibuja la forma de lo que considera el
remedio, la redignificación del sacerdocio católico.
Dice: “faltan capitanes expertos que adiestren a los fieles a la milicia
de Cristo, que los alienten a la muerte si fuera necesario, que los
conduzcan a esa lucha contra el poder, las armas, las riquezas y los
elementos atractivos de prostitución con que encuentran los enemigos
de Dios y de la iglesia, faltan sacerdotes y hay que reclutar a los
candidatos para caldearlos en nuestro seminario “El alma”, hasta
darles el temple apostólico”. Y hace algunas consideraciones sobre
cómo el liberalismo en México ha hecho que la gente no quiera
ingresar al sacerdocio, etcétera.
A pesar de lo oscuro de la situación que reconoce, miran el porvenir, el
surgimiento de una nueva aurora. Se trata de formar –dice nuestra
diócesis- una organización compacta y que a ella concurran en santa
unión todas las fuerzas de cristina actividad, bajo la dirección
sacerdotal que será el lazo de esta unión para la gloria de Dios y salud
de las almas.
¿Cuáles son las fuentes intelectuales de este documento? Los que
corrieron de 1919-24, parecían ser un remanso en el conflicto armado
revolucionario, parecían ser, igualmente, un buen momento para la
reorganización institucional de la iglesia católica.
En este punto, el restablecimiento de los seminarios, cuyas
instalaciones habían quedado en estado ruinoso, a causa de la fuerte
coloración anticlerical de la fase constitucionalista del movimiento
armado se veía fundamental.
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En 1910, monseñor Trisler, arzobispo de Yucatán, hizo público un
memorial acerca de la necesidad de establecer en México un
seminario interdiocesano a favor de las diócesis que no lo tienen
propio.
Y a ello respondió en 1916, al funcionamiento en territorio de Estados
Unidos, en Castroville, pequeña población de los aledaños de San
Antonio Texas, ese seminario interdiocesano que fue cerrado
abruptamente en 1918, pensando que ya en México las cosas estaban
seguras.
Al pensar en la reestructuración de los seminarios, obviamente, había
que pensar en el sacerdote católico y en un buen número de temas
que había que tener en cuenta para su formación. Sobre esta línea se
redactó la carta pastoral del Obispe Aspeitia, que hemos aquí tenido a
la vista.
Por regla general, el sacerdote, ésta se leía, que se leyó en partes
durante las celebraciones de los domingos y días festivos.
Si consideramos este documento simplemente como un escrito, como
una producción literaria, la configuración de él, está dominada por una
visión dicotómica de las realidades en las que se encuentra la vida de
los mexicanos y de la iglesia por esos años.
Por doquier se descubren rasgos de una lucha encarnizada y a muerte
entre dos maneras de concebir al ser humano: las relaciones sociales
y el mismo sentido de la vida.
Y de tal modo, siguiendo la postura del Papa Pionono, manifestado
sobre todo en el silabus omni urrerón de 1864, que la Concepción que
la iglesia tenía de la civilización, de la política, de la vida social y de su
papel en la historia, resultaba contrapuesta, contradictoria y no sólo
contraria a las concepciones liberales.
Ese radicalismo muestra, Monseñor Aspeitia, en su carta de 1922, que
no dejaba resquicio alguno para la tolerancia aunque fuese mínima, a
lo que consideraba diabólico y por consiguiente radicalmente distinto a
la doctrina y práctica de la iglesia.
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El texto aquí presentado está integrado por varias fuentes, nada
extrañas por otra parte que se hacen notar al pie de sus páginas, hay
referencias bíblicas, sobre todo del Evangelio, pero también de
algunas cartas de San Pablo y de la Epístola a los Hebreos y abundan
muchas citas del Antiguo Testamento, así como citas de los padres de
la iglesia, San Jerónimo, San Agustín, San Pedro Crisólogo, San
Hilario de Poatie, San Jerónimo y su comentario al libro de Job y
podemos pensar que esta corriente erudita, muy erudita de citas
bíblicas procede de las colecciones en quiridios y apoyos de la cultura
eclesiástica que fueron muy usados en el Siglo XIX y hasta bien
entrado el XX, como por ejemplo los formados por Conleis de la Pier o
Cornelius Alápide en latín y algunos otros que ocupaban un lugar
especial en cualquier biblioteca eclesiástica y eran muy consultados
sobre todo para la predicación.
La exégesis bíblica corría en estos tiempos, que prácticamente no
habían cambiado desde el final del Concilio de Trento, por los caminos
de la alegoría y la tropología, aquí en la cita pongo qué es eso.
La aplicación de las citas era generalmente literal y no inspiradora, es
decir, la cita se ponía para corroborar la afirmación doctrinal o moral y
no era la palabra bíblica, la que indicaba el rumbo de la postura que
habría de manifestarse, pedir más para la época, sin embargo sería
absurdo y anacrónico.
Además de las fuentes anteriores, en lugares claves del documento
episcopal, se citan autores para corroborar algunas afirmaciones,
quien sin duda inspiró al obispo en su oposición frontal a la corriente
liberal fue don Félix Sarda y Salvani, autor de la célebre obra que se
vendió como pan caliente en su tiempo, llamada: el Liberalismo es
Pecado, a quien expresamente cita cuando califica a esa manera de
pensar, es decir al liberalismo como forma sustancial de todos los
grandes errores que han contaminado posteriormente a la humanidad
y fuerza poderosísima que ha conmovido y minado por su base el
orden social.
A propósito del tema de las falsas libertades, ese como engaño que
dice él que el liberalismo hace del término libertad, que propone la
doctrina liberal, Azpeitia cita a un revolucionario italiano Franki, vuelto
al catolicismo, es un sacerdote que en 1948 se metió de lado de la
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Revolución Romana contra Pío Nono, dio clases de filosofía Hegeliana
y luego regresó.
Entonces el peso que tenía un convertido digamos o retro convertido
era muy grande como para documentar que el liberalismo no tenía
sentido.
Dijo este señor Franki, la libertad de pensamiento se ha convertido en
una depravación del corazón y la mente, la libertad de conciencia en
una fanática teofobia, odio a Dios; la libertad de cultos en un odio
frenético al catolicismo y a todo principio religioso; la libertad de
imprenta en una pestilencial infección del sentido moral y del sentido
común, la libertad política en una pública conjuración para profanar el
nacimiento y el matrimonio, disolver la familia, envilecer la justicia,
corromper las costumbres, hacer del estado un Dios y del hombre un
bruto.
La libertad de enseñanza es una patente omnímoda concedida a todo
maestro o profesor para envenenar las almas de los niños y los
jóvenes y para convertir la escuela en un noviciado de la escuela
Epicuro.
Además de la Historia Universal de Cantú a la que menciona más de
una vez, la Carta Pastoral hace una larga referencia a un discurso
pronunciado por el publicista y tribuno español, Juan Vázquez de
Mella y Juan Hool, que es como el renovador del Carlismo que dejó de
ser Carlismo y pasó a ser un tradicionalismo político en España.
Dice así, A, dice Monseñor Azpeitia, sobre Mella y Juan Hool, tan
insigne como cristiano, el cual a juzgar por incidente que relata a
juzgar de la cita que hace de un discurso, lo hizo a fines de 1921 ó 22,
dentro de una asamblea de la Confederación Mariana Española,
donde hace una referencia al atentado a la imagen de la Virgen de
Guadalupe que se acababa de hacer unos meses antes en la Ciudad
de México.
Y aquí el discurso de Vázquez de Mella es tan interesante que tiene
cosas también un poco raras, como por ejemplo dice que la imagen de
la Virgen de Guadalupe, el que la llevó en triunfo fue Hernán Cortés a
través de las selvas del nuevo continente. Bueno, pues yo pongo aquí
11
que como licencia retórica se le pasa, pero no creo que Cortés haya
llevado la Virgen de Guadalupe por las selvas de México.
Y, bueno, termino, al recorrer las páginas de esta tercera carta
pastoral de monseñor Azpeitia, hemos casi 87 años más tarde
penetrado en la mente de este hombre que de acuerdo a los
testimonios de quienes lo conocieron tenía una mirada penetrante y
profunda en ojos de azul intenso, unas manos huesudas, largas y
recias, pero sobre todo sólidas convicciones integradas en un carácter
que denotaba además de la tendencia natural a ser fuerte, su peculiar
formación y sensibilidad jurídica, él era abogado del Colegio de
Abogados de Guadalajara antes de ser sacerdote, que siempre
salieron a flote en sus palabras actitudes y decisiones.
Sin embargo, también es testimonio de gente que lo conoció que
dentro de esa estructura rígida latía un corazón que reconocía su
responsabilidad de pastor y que buscaba por cuantos medios se
encontraban a su alcance lo mejor para quienes estaba persuadido
que le habían sido encomendados por el dueño de la amies y por
consiguiente no eran sus súbditos, ni muchos su propiedad, es decir,
no eran algo sobre lo que de acuerdo al derecho romano que bien
había estudiado pudiese tener el ius utendi abutendi, el derecho a usar
y abusar.
Es evidente que los elementos que el obispo tepicense ata en su
documento de 1922 pertenecen a una ideología fuertemente radical e
intransigente.
Visto pues de esa manera puede ser tenido por un político integrista y
reaccionario, incapaz de comprender las ventajas que los modos de
ver modernos presentaban para avanzar hacia una sociedad
democrática y participativa donde la inspiración cristiana de las
estructura podría tener lugar, pero no sería el pensamiento único, ni
rector, sería, no obstante, garrafal error intentar si quiera un juicio en
esos términos y no sólo a causa del anacronismo que podía surgir,
sino sobre todo porque el mismo énfasis que se nota en la líneas que
hemos seguido lo podemos ubicar sin cometer ningún exceso en el
terreno del celo pastoral que indudablemente brotaba del corazón de
alguien que sabe su oficio y que su oficio y responsabilidad no se
12
ejerce sobre cuestiones pasajeras, sino por realidades definitivas que
traspasan los umbrales del mundo temporal.
Comprender que la iglesia peregrina en México
intermedios entre dos embates surgidos de
desencadenadas de la revolución, es decir, entre 1919
otras preocupaciones que no podían resumirse en
asomarse algunas de las palabras de sus obispos en
estaría también conveniente y necesario.
en los años
las fuerzas
y 1924 tenían
la política y
esta situación
Estoy convencido que el asunto de la continuidad en el tiempo y la
redignificación del sacerdocio católico, asentado en el territorio
mexicano desde el Siglo XVI, fue la preocupación más interior y
auténtica del Episcopado en los años que tenemos presentes y más
adelante y lo que en ese terreno se hizo a pesar de los retrasos,
marchas atrás, ensayos y otros sucesos que influyeron fue el fruto
más tangible del paso por un periodo de pruebas digno de la iglesia de
los primeros tiempos, todavía quedan por hacer muchísimos estudios
detallados, tal vez estos años son los que menos se han estudiado,
pero el camino parece ya estar trazado en sus líneas fundamentales.
Muchas gracias.
Sra. María Eugenia Chaoul: Muchas gracias, doctor.
Ahora damos paso a la ponencia que nos tiene presentado el doctor
Ives Solís. Él viene del TEC de Monterrey del Campus Santa Fe, y nos
presenta una ponencia que tiene por título “Ojo por ojo. La U y la
oposición católica radical a la Revolución mexicana”. El maestro Solís
es nacionalidad mexicana y origen francés. Actualmente es Director
del Departamento de Humanidades, División Preparatoria del
Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.
Es maestro en Historia por la University Jean Mule Luatra, de Francia.
Fue becado por la región Uomalt, para realizar sus estudios de
maestría en la Universidad Iberoamericana, Campus México. Es titular
de un diplom de tue a profundie en Historia Religiosa por la University
Jean Mule Lustra. Actualmente está preparando su doctorado de
Historia en cotutela de tesis en la misma Universidad, y la Universidad
Autónoma del Estado de Morelos.
13
Es investigador de la División Preparatoria del Tecnológico de
Monterrey, Campus Santa Fe. Tiene publicaciones en libros, revistas y
periódicos de México y Francia. Ha impartido varias conferencias y
participado en coloquios y congresos nacionales e internacionales en
la ciudad de México, Monterrey, Las Vegas, Sevilla, Leident, entre
otros.
Tuvo la oportunidad de realizar dos estancias de investigación en
Roma, desde la apertura del Archivo Secreto Vaticano del Fondo del
Papa Pío Once. Muchas gracias.
Le damos la palabra.
Sr. Ives Solís: Ante todo quisiera agradecer al padre Juan Carlos
Casas por su invitación. Justamente nos encontramos en una estancia
de investigación en la ciudad del Vaticano y coincidimos en el archivo
secreto.
También quisiera agradecer a mi esposa Ana María Martínez por su
apoyo incondicional, y también quisiera agradecer mucho al
Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, y en particular al
licenciado Salvador Garza, a la maestra Carolina Rivas y al maestro
Eduardo Lazareno.
Con la apertura de los Archivos Secretos Vaticanos en 2006 los
historiadores que se interesan a la historia de la iglesia católica
mexicana tuvieron la oportunidad de encontrarse con documentos que
nunca se habían visto.
Entre esos documentos tuve la oportunidad de consultar unos archivos
que se llaman las sesionis. Esas sesionis son juntas extraordinarias
que el Santo Padre convoca para resolver problemas muy puntuales
de las diferencias naciones, y en particular el caso de México es un
caso muy interesante, no nada más por la Cristiada, no nada más por
la creación del modus vivendi o por la cuestión escolar, sino va a ser
un caso ejemplar para toda la cristiandad.
En el caso de las sesionis sobre México cuatro casos interesaran al
Santo Padre. El primero es el de una asociación secreta mexicana,
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creada para destruir al Estado revolucionario que es la U, y que hoy
vamos a conocer un poco más de ella.
El segundo caso es la expulsión de monseñor Phillipi en 1923.
El tercer caso fueron las banderas rojinegras que se pusieron en las
iglesias católicas.
Y el último caso es en 34, cuando el Santo Padre tuvo que decidir qué
hacer para luchar contra la educación socialista y sexual, impulsada
por el gobierno de Lázaro Cárdenas.
La sesioni que nos interesa el día de hoy fue motivada por el propio
delegado apostólico Ernesto Phillipi antes de su expulsión en 1923. Es
un caso muy interesante, porque quien quiere promover la destrucción
de la asociación es el mismo delegado apostólico, mientras que la
jerarquía católica quiere apoyar a esta asociación.
El día de hoy vamos a tomar tres momentos para acercarnos al
conocimiento de esta asociación. El resolver, el mantener o el destruir
la asociación fue el primer acto de política internacional que tuvo que
hacer el Papa Pío XI.
La U es una asociación muy polémica en el caso de México, porque
han participado en ella beatos y siervos de Dios, y en particular su
fundador es el siervo de Dios Luis María Martínez, arzobispo de
México.
También han participado en ella, personajes de la política mexicana
como Adalberto Abascal, que era el padre de Salvador Abascal y el
abuela del ya difundo Carlos Abascal; es decir, que hay una gran
trayectoria en cuento a grupos de derecha y la U es considerada en
varios casos como el génesis u origen de los movimientos de derecha
en México.
Lo que voy a presentar el día de no espero que sea demasiado
polémico, me voy a interesar más bien a la presentación de la U, a su
organización y su funcionamiento.
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La primera parte se basa, principalmente, en los estatutos de la
asociación que se encuentran en Roma. Aquí nada más quisiera hacer
una aclaración, para los que ya han consultado los archivos del
arzobispado de México, que los estatutos que se encuentran aquí en
Durango 90 y los que se encuentran en el archivo secreto son
diferentes.
Los archivos mexicanos únicamente son los archivos que tenían las
personas de grado 4 y 3 de la asociación. Las personas con los
mayores grados, tenían acceso a los estatutos que se encuentran
hasta el momento en el archivo secreto. Por eso es que hay cierta
discusión en cuanto a lo que era la U.
La U fue fundada por un canónico de Morelia, Luis María Martínez
quien en esa época estaba a cargo del seminario de la arquidiócesis
michoacana.
La UCM como se le conocía también, se creó en la pentecostés de
1915, el 25 de mayo para ser exacto, media hora antes de que los
miembros de la casa del obrero mundial saquearan el seminario. Por
eso es que también se le conoce como “la cofradía” o “la asociación
del espíritu santo”.
El postulador de la causa de Luis María Martínez, Pedro Fernández
Rodríguez, presenta a la U de manera muy deslizada y me permito
citar:
“Como una organización social de católicos mexicanos en el contexto
de la Revolución Carrancista, con la finalidad de favorecer la presencia
de la fe católica en la sociedad y el establecimiento del reinado social
de Cristo en México. Esta organización de carácter reservado, cuyos
miembros estaban sujetos a un riguroso secreto, fue desarrollado y
extendido en la República Mexicana, por el padre Luis María Martínez,
con la ayuda especial, entre otros, de don Adalberto Abascal durante
los años de 1917 a 1925”.
Nada más como punto de aclaración, en Roma se maneja asociación
secreta, aquí se habla de una asociación reservada.
¿Qué es una asociación reservada?
16
Una asociación reservada es una asociación que es secreta para todo
el mundo, menos para la jerarquía católica, es decir, hay secreto entre
los mismos miembros, los únicos que tienen acceso a los estatutos y a
las decisiones son los prelados mexicanos, el delegado apostólico y
en este caso, el Santo Padre.
El Santo Padre que a su vez la va a dar a conocer a diferentes
prelados de la curia romana, quienes van a tener que decidir si se
tiene que mantener o si se tiene que cesar la asociación.
Los estatutos indican al principio que la U va a ser una organización
sumamente moderada, un círculo de estudios sociales, pero ya está
desde 1915 este anuncio de acción política y la acción política en este
mundo católico, es sinónimo de acción social, y algo que es muy
importante por la relación que se tiene entre la U y el PAN.
Tenemos una asociación que dos años después de su fundación, en la
pentecostés de 1917, empieza anunciar un programa político de
transformación de México.
Como muy bien lo dijo el padre Manuel Olimón en su exposición, los
obispos y arzobispos de México, se encontraban en su mayoría, en el
destierro y eso es una razón por la cual la U tiene mucha fuerza en
Michoacán y a partir de 1919 con el regreso de los obispos y
arzobispos va a empezar a difundirse en toda la República.
En 1920, se establecen de manera formal en la Junta de Morelia los
estatutos de la U y es donde pues son esos mismos estatutos que
establecen una acción política de destrucción del estado que va a
tener que evaluar el Santo Padre.
El 10 de octubre de 1920 la Unión de Católicos Mexicanos es
aprobada y aprovechando la coronación de la Virgen de Guadalupe y
la presencia de 20 obispos y arzobispos en la ciudad de México la
jerarquía católica mexicana decide aprobar y apoyar a la U.
En 1922 se estima el número de socios de la U de 2000 personas,
particularmente presentes en las arquidiócesis de México, Michoacán,
Guadalajara, Linares y actualmente en Monterrey, Puebla, Yucatán,
17
así como en las diócesis de Aguascalientes, Zamora, León, Querétaro,
Saltillo, Tamaulipas, Zacatecas, Colima, Tepic, que no nos tiene que
sorprender después de la presentación de Manuel Olimón y
Tacámbaro.
Y algunos socios se encontraban también en Orizaba, en Veracruz, en
Durango, en San Luis Potosí, el fin de la asociación es principalmente
organizar las fuerzas de los católicos para fines electorales, vamos a
ver como la U va a lograr a través de la manipulación de diferentes
órganos de la sociedad civil y también asociaciones católicas, tomar y
poner a alcaldes, diputados y lograr traspasar a través de la élite
política e intelectual del país, eso es algo fundamental.
Cuando ya fueron marcados esos objetivos políticos la postura inicial
del Delegado Apostólico Ernesto Filipi había sido de apoyar la
asociación de la U, cuando él se entera de esta situación pues se
preocupa y se preocupa y frente al peligro decide que la asociación
representa un peligro por querer organizar secretamente a los
católicos mexicanos en el terreno político.
Y el agrega en su reporte al Santo Padre, que por causa de la
delicadísima situación político-religiosa mexicana, las actividades
secretas de la U, podrían dar lugar a gravísimos y dolorosísimas
consecuencias para la iglesia y para la tranquilidad de la nación.
Lamentablemente para él se tuvo que ir en enero de 1923 a raíz de la
puesta de la primera piedra en el Monumento del Cubilete y tres años
después inició la Cristiada.
En la organización de la U es muy interesante porque los mismos
católicos que pertenecen a la U en su reporte al Santo Padre hacían
un comparativo entre la U y la Masonería, a pesar de cómo muy bien
lo explicó el Padre Olimón, la Masonería es el gran enemigo pero a
veces y por eso utilizo esta fórmula de la Ley del Talión para poder
luchar con el enemigo hay que utilizar armas similares.
La base organizacional es la diócesis, la confederación es regida por
un consejo de tres personas, quienes tenían como portavoz a un
canciller y esas personas quienes controlan la asociación son
desconocidas de los mismos miembros y el canciller es la única figura
18
pública, la persona que reporta a los diferentes socios, las actividades
y las decisiones tomadas.
Ellos se interesan en asuntos locales, pero también asuntos
nacionales, cada provincia tiene autonomía regional a menos que a
nivel nacional se decida que la acción debe ser común; en caso de
acción nacional cada provincia debe de asumirse sin cuestionarse a lo
que se decidió a nivel nacional.
Cada provincia a su vez tiene tres clases de centros, el primer centro
es el centro provincial. En este centro provincial existe un asistente
eclesiástico y me permito citarles partes de los estatutos, el asistente
eclesiástico no regía al a U, pero vigilaba que no se apartaría ni una
tilde de las normas marcadas por la iglesia, el asistente eclesiástico
tenía para lograr este fin, el derecho de voto respecto de todas las
disposiciones del consejo y era el vínculo ordinario de la unión entre el
prelado y la UCM.
El consejo director era entonces la autoridad suprema de la provincia,
estaba formada por tres personas escogidas por el obispo, esas
personas tenían su dirección durante tres años, pero el obispo estaba
con la plena libertad de reducir el tiempo de mandato o al contrario, de
alargarlo, es decir que había un carácter de control piramidal por parte
de la jerarquía que la hacía muy útil tener una asociación como la U.
Algo que es muy importante es que esas personas, directores, eran
desconocidos de los socios. ¿Por qué? Dos razones principalmente:
Primero, este carácter secreto del consejo permitía envolver a la
autoridad en una nube de misterio que impedía que se despreciase a
la autoridad por las naturales deficiencias de las personas y las
envidias.
Y el segundo es que al tener a personas desconocidas era más fácil
poder quitar o destruir la U, ya que ningún socio conocía a quien
realmente la dirigía a excepción de los mismos prelados.
Este consejo necesitaba un portavoz, ya que al no conocer a ninguno
de los directores el que mandaba las instrucciones era el canciller.
Este canciller no tenía ninguna manera de poder cambiar o alterar los
órdenes emitidos por el Consejo Directivo.
19
El carácter secreto tenía mucho que ver con la eficacia, muchas de las
presiones ejercida por parte de la iglesia se habían visto frustradas por
denuncias de algunos miembros o “por chisme de algunos miembros”.
Al tener un carácter secreto y al únicamente tener una versión que es
la versión del canciller, que es el único portavoz, había claridad en el
mensaje anunciado.
A su vez había cuerpos consultivos y existían comisiones. Todos los
socios estaban organizados en unidades de cinco miembros con un
jefe a la cabeza.
El jefe es un jefe de compañía, cada compañía de la U funcionaba
como un grupo autónomo. Los socios debían tener convicciones
firmes, conducta irreprochable, actividad y discreción, habían de hacer
profesional de fe católica y todos debían de protestar un juramento de
secreto y contraer un compromiso de honor de sujetarse a la
disciplina.
Los socios tenían la obligación de asistir a las juntas, dar una pequeña
cuota y sujetarse a las constituciones y a las órdenes superiores que
se les dieran de acuerdo a los fines de la Unión.
Ningún socio podía por autoridad propia invitar a alguien a que
perteneciera a la U. ¿Qué se tenía que hacer entonces? Se tenía que
proponer a un candidato, este candidato era investigado, de acuerdo a
la investigación se le mandaba un dictamen positivo o negativa, en
caso de que el dictamen fuera positivo se le daba una formación por
parte de un miembro más antiguo y a raíz de esta formación se le
preguntaba si quería o no entrar en la asociación. Una vez que
aceptaba estar en la asociación la comisión de fomento se hacía cargo
de darle su papel en una de esas unidades que son las compañías.
Existían cuatro grados en la Unión. Y aquí es donde más claramente
se ve la similitud de entre las organizaciones secretas tradicionales y
la U. Esta idea de que de acuerdo al grado es que tengo el
conocimiento de lo que es realmente la asociación a la cual
pertenezco, porque un miembro de la U de grado más bajo veía en la
20
U como una asociación espiritual, entre más subía de grado más tenía
acceso a ciertas reuniones donde se trataban temas políticos.
El mismo Phillipe hablaba de masonería católica y la utilizaba en su
argumentación para poder criticar la asociación. En el primer grado de
la U se daba a conocer la Unión como sociedad educadora de los
católicos para la acción social, sobre la triple base de discreción,
disciplina y caridad.
En el segundo grado se mostraba a la UCM como un centro de acción
social y se revelaba al socio los procedimientos que para esta acción
empleaba la propia asociación, así como las diferentes obras que
dependían de ella.
En el tercer grado ya se tenía la acción política o la acción nacional.
En este grado todos los miembros del tercer grado conocían lo que era
la U.
El cuarto grado, que es el grado más elevado, eran las personas
quienes tenían acceso a los estatutos.
Obviamente los prelados tenían el mismo acceso a todos los datos
que los miembros del cuarto grado.
Y por eso es que personas como Adalberto Abascal van a ser tan
fundamentales por ser personal del cuarto grado, y por eso es que si
alguno de ustedes ha leído la autobiografía de Salvador Abascal, se
da cuenta de que cuando Salvador Abascal hace referencia a la U dice
que su papá lo regañó y que también se enojó mucho con el obispo
que le había hablado de la existencia de la asociación.
Los socios para conocerse disponían de un sistema de identificación
basado en signos distintivos en el lenguaje personal o en una serie de
claves que podían utilizar. El primero era ponerse un alfiler con cabeza
dorada en la solapa que utilizaban.
Después había una serie de señas mudas para poder identificarse,
como llevarse la mano al corazón, tocarse tres veces el corazón, y la
persona que tenía el otro alfiler tenía que cruzar los brazos para
21
reconocerse. Si uno empezaba un diálogo había también una serie de
claves.
¿Pertenece usted a la Asociación del Espíritu Santo? Y a esta
pregunta había que contestar: Gracias a Dios.
O también ¿conoce usted la Unión Comercial Mutualista? Y a la cual
se tenía que contestar: La UCM.
Con esas claves ya los diferentes miembros podían empezar un
diálogo más ameno sobre la U.
Todos los socios debían tener reuniones en lugares seguros y siempre
algo muy importante que cuidó la U es tener una excusa o un pretexto
verosímil. Una noche de rezo, una repetición de canto eran
estratagemas que utilizaban para poder reunirse, y la manera de poder
controlar que las personas que entraran eran realmente de la U era
muy sencillo. Había un portero, y este portero tenía una clave y para
poder entrar se necesitaba dar santo y seña, y de acuerdo al
cumplimiento se podía permitir la entrada al recinto.
¿Cómo funcionaba la U? La U tiene tres grandes finalidades. Lo
primero es defender la iglesia y los católicos. Lo segundo es
implementar el orden social cristiano en el país y finalmente lograr la
independencia y la soberanía de México.
Un programa muy alentador, pero que iba totalmente en contra del
proyecto revolucionario.
Aquí, gracias al secreto, y gracias a los juramentos y la preparación de
los cuadros que siempre intentaban trabajar con personajes muy
influyentes, los miembros de la U utilizaban la disciplina. Es decir, que
en caso de que hubiese un debate entre dos miembros de la U se
reunía una Comisión, y de acuerdo a esta Comisión, si fallaba a favor
o en contra de uno de los miembros aún y si el miembro que no
hubiera tenido la razón, la única manera de que se mantuviera en la U
es si aceptaba y acataba sin protestar, ni murmurar la decisión
tomada.
22
El segundo es la caridad, la caridad que es consolar al triste, ayudar al
necesitado, que es la famosa caridad cristiana. Y aquí es muy
importante porque la U retomó algo muy similar a lo que hacía la
masonería. Es decir, en caso de que un socio necesitado tuviera, por
ejemplo, problemas financieros o necesitaría un trabajo los miembros
de la U lo ayudaban, eso es muy importante. Es decir, que el bien
personal estaba favorecido por el bien de la sociedad, y había una
ayuda clarísima hacia los miembros de la U que tuvieran problemas
financieros. Un caso muy famoso es el del mismo Adalberto Abascal,
quien siempre recibió apoyo financiero por parte de los miembros de la
U.
Tenemos entonces tres tipos de acciones, el de la defensa de la
iglesia. Y aquí en esta cuestión de la defensa de la iglesia viene algo
que es muy interesante. La U no quiere enlazarse con un partido, la U
no quiere enlazarse con grupos. No quiere ser pública, porque al ser
pública puede ser criticada.
Entonces lo que van a hacer es algo muy sencillo. Era necesario para
los católicos participar en la política, y la idea básica de la asociación
es ejercer un control total sobre toda clase de agrupaciones tanto
sociales como política sin que ellas se den cuenta. Cómo no van a ser.
Por ejemplo, van a tomar el control de la Asociación Nacional de
Padres de Familia. Bueno, eso de acuerdo a lo que encontramos en el
archivo secreto.
Aquí, lo que van a hacer es, crear comités de instrucción que impidan
que las ideas de la Revolución puedan aplicarse en las escuelas. En el
caso, por ejemplo, de Morelia, que es donde tienen más éxito, van a
lograr hacer que renuncie un alcalde, van a lograr destruir un periódico
que la gente va dejar de comprar.
Y entre otros logros, por ejemplo, van a crear escuelas pensionistas,
escuelas gratuitas, cuarteles y aquí lo que van a hacer es que, van a
organizar colectas para recuperar dinero y si bien hasta 1919 su sector
de acción es, principalmente, la arquidiócesis de Morelia, con el
regreso de los diferentes obispos y la aceptación en octubre de 1920
de la U, su acción se va a hacer a nivel nacional.
23
La preocupación social también va a ser atendida por la U y la U va a
empezar a ganar el control de las asociaciones sociales y de las
asociaciones religiosas.
En lo que es la acción nacional o política, aquí hay éxitos notables.
El primer ensayo de acción política se hizo a finales de 1918, en las
elecciones municipales de Morelia. En secreto se estudio una
candidatura, se redactó un manifiesto y dos días antes de las
elecciones se publicó el manifiesto. La candidatura y todos los socios
de la U, que eran entonces como 60, se convirtieron en
propagandistas, en apariencia sin vínculos ni organización.
El día de las elecciones se tomaron la casilla y de esta manera, se
logró el control de la junta computadora por más que los nuestros
estuvieron ahí en minoría. El éxito fue completo.
Era evidente que el lugar donde más éxito iba a tener la U, era la
propia arquidiócesis de Michoacán por dos razones: primero, el peso
de Luis María Martínez y Luis María Martínez se va a convertir en el
auxiliar de Leopoldo Ruiz y Flores, que era el arzobispo de Morelia.
La U tuvo éxitos también a nivel nacional, logró instalar a cuatro
diputados, logró instalar a presidentes municipales en Acámbaro, en
Zinapecuaro, en Aguascalientes, en Zamora.
Aquí lo importante es que la U tiene problemas para saber
exactamente cuál es lo importante de su acción por el mismo carácter
secreto, es decir, al ser una asociación secreta, al ser sus miembros
secretos, pues es difícil a veces medirlo y va a crear un nuevo puesto
en la asociación, que es el puesto de visitador y el primer visitador va
a ser Adalberto Abascal, que supuestamente va a ser visitador de lo
caballeros de Colón, pero en realidad era visitador de la U.
Dice Salvador Abascal –y con esto después voy a cerrar- que el
establecimiento de la UCM, su rápida difusión, su sólido
perfeccionamiento y los resultados que había producido a pesar de los
defectos de nuestro carácter mexicano y de las críticas circunstancias
de la República, hacían pensar a sus miembros que esta obra era obra
de Dios e infundía la esperanza de que con las bendiciones celestiales
24
se produciría en el porvenir frutos de vida para la iglesia y para la
patria.
La situación es tal que, algunos obispos en 1930, decía que le iba a
tomar 70 años al catolicismo retomar el control político del país y en
2000, con la llegada al poder del PAN, podemos ver que la U tuvo
cierto éxito.
La cercanía del conclave de 1922, la división entre las fuerzas
liberales, lideradas por Gaspari y las conservadoras, bajo la tutela de
Meri del Val, provocó que la curia optara por la vía prudente en cuanto
a la asociación.
En este contexto de división, la postura fue suprimir la sociedad
reservada, réplica católica de las sectas liberales que habían
transformado a México a lo largo del siglo XIX, entre las cuales que
habían destacar a las diferentes logias masónicas y fue una de las
primeras propuestas de acción subterránea de los católicos liderada
por Luis María Martínez, quien iba a ser el principal jerarca de la
iglesia católica mexicana en la década de los años 30 y 50, fue él
quien logró el verdadero modus vivendi.
Sin embargo esta condena no se llevó a cabo por la expulsión misma
del Delegado Apostólico en 1923, la suspensión del culto católico, el
inicio del conflicto cristero iba a marcar una ruptura entre los líderes
radicales y laicos de la U, respaldados por Luis María Martínez que
iban a pelear contra los respaldados por Pascual Díaz y la liga
religiosa.
Cierro con una cita, por tratarse de una asociación de resistencia
católica, por la seguridad tanto de sus afiliados como por la
salvaguarda de sus objetivos y de sus estrategias, la U mantuvo en
secreto sus actividades, aparentándose al menos en el hermetismo,
con las sociedades secretas prohibidas por el Código de Derecho
Canónigo, habiéndose radicalizado las posturas de algunos de sus
miembros, el Papa Pío XI decretó su extinción en 1929, muchas
gracias.
Srita. María Eugenia Chauol: Gracias, maestro.
25
La última ponencia de esta tarde nos la presenta el doctor Franco
Savarino Roggero, el título de la ponencia es Iglesia, Nacionalismo y
Estado Nacional, Encuentros y Desencuentros en México y en Italia,
1919-1929.
El doctor Savarino es doctor en historia de las Américas por la
Universidad de Génova y doctor en historia por la UNAM, coordinador
para América Latina del Centro Jalisco, de Estudi Historigi de Italia, ha
publicado artículos y libros sobre la historia contemporánea de México,
particularmente el período 1890-1940.
Es coautor con Andrea Mutolo, del libro Los Orígenes de la Ciudad del
Vaticano, Estado e Iglesia en Italia, 1913, 1943, publicado por
INDOSOC y es coordinador de la obra Del Conflicto a la Conciliación,
Iglesia y Estado en México, Siglo XX.
Su interés académico se orienta hacia el análisis de la laisicidad y los
procesos de secularización, así como las relaciones iglesia estado en
la época contemporánea.
Desde hace más de una década se desempeña como profesor
investigador titular en la Escuela Nacional de Antropología e Historia,
le damos la palabra al doctor.
Sr. Francisco Savarino Roggero: Muchas gracias a los
organizadores por haberme invitado, voy hablar de un tema que
abarca el mismo período histórico que trataron mis colegas, con una
visión más de conjunto, una visión comparativa entre lo que ocurre en
Italia, básicamente durante el pontificado de Pío XI.
Es una reflexión comparativa que pretende señalar algunos aspectos
del choque y encuentro entre ideologías y religiones, nacionalismo y
socialismo nacional por un lado y catolicismo del otro.
Comenzamos con los antecedentes en los dos países, en Italia la sede
del papado, el Movimiento de Unificación Nacional que lleva el nombre
de Orgimento, llevó a la formación el primer estado italiano unitario en
1861, este proceso tuvo que enfrentar la resistencia de la iglesia, esta
se opuso a las leyes de secularización implementadas por varios
estados italianos en la primera mitad del Siglo XIX, especialmente las
26
de Piamonte, veía con recelo la presencia de elementos radicales y
masónicos entre las filas de los patriotas, como los Carbonari, Maldini
y Garibaldi.
Desconfiaba del lenguaje a menudo subversivo de estos y temía por la
suerte del Estado Pontificio, objetivo final del movimiento unificador.
La revolución de 1848 y la ocupación de Roma el año siguiente por
parte de los insurgentes republicanos que obligó al Papa a huir de la
ciudad fueron la señal para un giro más conservador de la iglesia en
su actitud hacia Italia que perduró durante todo el pontificado de Pío
IX.
La ocupación de Roma por parte de las tropas italianas en 1870
aumentó el rechazó eclesiástico al Estado Italiano simbolizado en el
non expedit y la excomunión a los Reyes de Saboya.
La iglesia establecía así los fundamentos de una cuestión romana
destinada a pesar sobre la vida del joven estado nacional hasta el
siglo venidero.
La situación difícil que vivía la iglesia en Italia era de importancia
fundamental para todo el mundo católico.
La curia romana, en efecto, era casi completamente italiana en su
composición, por consiguiente Italia influía considerablemente en las
actitudes y la orientación política de la Santa Sede.
Además la oposición entre el Estado y la iglesia en Italia tuvo
importante consecuencia para la historia intelectual, pues durante el
cuarto de siglo que duró el conflicto entre 1850-1875 y aún después
hasta el arreglo definitivo de 1929, Italia fue una verdadera fábrica de
ideas alrededor de las relaciones entre religión y política, catolicismo y
libertad, iglesia y estado. El lugar donde se forjaban modelos teóricos
sobre las relaciones entre los dos poderes.
Las aperturas fueron paulatinas entre finales del siglo y comienzo del
XX.
27
Estimulada por la rerum novarum la sociedad católica comenzó a
movilizarse y expandió su radio de acción entre los gremios laborales,
la educación y entre los jóvenes.
La acción católica se funda en 1905 en Italia.
La prohibición a los católicos de participar en la política nacional fue
suavizada y la presión del Vaticano sobre el Estado usurpador fue
disminuyendo, aún que los Papas siguieron firmes en resolver la
tendencia de 1870.
Lo que despejó el camino hacia una solución fue una serie de
acontecimientos ocurridos entre 1913 y 1921, primero fueron las
elecciones con sufragio ampliado universal masculino de 1913 donde
el apoyo eclesiástico se tornaba fundamental para evitar el temible
avance del socialismo.
Segundo, la Primera Guerra Mundial que reclamaba el apoyo activo de
la iglesia italiana en el esfuerzo bélico nacional y ponía el Papado
pacifista de Benedicto XV en una situación difícil.
Y tercero, el desbordamiento político de la postguerra, con el ingreso
en las elecciones de un fuerte partido católico de masas, frente a un
partidos socialista belicoso, también atractivo para las masas y fuerzas
liberales reducidas a la defensiva.
Ante el estado nacional la iglesia italiana al finalizar la guerra se
encontraba en mejores posiciones que en el siglo anterior, sobre todo
el movimiento nacionalista italiano agrupado alrededor de la
Asociación Nacionalista Italiana había dejado atrás el anticlericarismo
y consideraba a la iglesia del catolicismo como elementos de fuerza de
la nación.
La Guerra Mundial que estalló en 1914 convulsionó el panorama
político y revolvió los planes previos de todas las fuerzas políticas.
Durante la guerra se produjo un acercamiento ulterior del mundo
católico al estado en nombre de la unidad patriótica, catolicismo y
nacionalismo que ya se habían acercado antes de la guerra
encontraban aquí un matrimonio destinado a producir importantes
28
consecuencias, en la inmediata postguerra la situación política en Italia
sufrió un cambio repentino y radical con la irrupción de dos partidos de
masas en la contienda electoral de 1919, el Partido Socialista y el
recién estrenado Partido Popular Católico, entre las dos a finalizar el
proceso electoral sumaban 256 diputados electos, sobre un total de
508, es decir, la mitad del Parlamento Italiano.
Con estas cifras no era ya posible la formación de ningún gobierno sin
el apoyo o la abstención de uno de los dos partidos, la era de
liberalismo decimonónico había llegado a su fin.
Las elecciones de 1919 se llevan a cabo además en un periodo
sumamente difícil y agitado. Al finalizar la guerra que había costado
casi 700 mil vidas, el país parecía precipitarse hacia un abismo, crisis
económica, desempleo, problemas de los excombatientes, agitación
obrera, debilidad diplomática, incidentes internacionales, los
socialistas mirando al ejemplo de Rusia, amenazaban con desatar una
revolución Bolche Vike, y el estado liberal se veía día tras día más
impotente para controlar la situación y mantener el orden.
Para 1919, en suma, la situación se presentaba incierta y preocupante
para la iglesia y para el mundo católico italiano.
Pasamos al caso de México. Antecedentes en México.
En México se presenta una situación en parte diferente, la
secularización del estado se lleva a cabo no mediante un reformismo
ilustrado desde arriba, sino a través de una guerra civil, de donde sale
victorioso un partido liberal con tendencias francamente anticlericales.
La iglesia no se opone a la construcción del Estado nacional, por el
contrario en el nacionalismo mexicano, en su versión católica un dique
para defender el país de la presión de los protestantes del norte. Con
esta idea que los anglosajones son todos protestantes, que señalaba
el padre Olimón.
Se opone al nacionalismo liberal, porque quiere mantener su
presencia hegemónica en la sociedad, especialmente en el sector de
la educación y conservar sus bienes.
29
El fracaso de Maximiliano en dos sentidos: Revelación del carácter
liberal del imperio y derrota militar del Partido Conservador y la
restauración de una República vuelta aún más anticlerical le quitan a
la iglesia las esperanzas de restaurar su predominio y paulatinamente
la iglesia se resigna, volviéndose menos amenazante para el proyecto
nacional. Se implementan las Leyes de Reforma y la iglesia pierde
posiciones en la sociedad.
Le tocará a Porfirio Díaz durante su larga dictadura reconciliar la
iglesia al Estado. Posteriormente se criticará a Díaz por su apertura
excesiva a la iglesia, pero a finales del siglo XIX se había vuelto
evidente como un país católico volcado hacia el crecimiento
económico, no podía darse el lujo de seguir en pie de lucha contra el
clero o declararse anticristiano, máxime si la iglesia mexicana no daba
ya señales de representar una amenaza para el Estado nacional.
Con Porfirio Díaz el clero tuvo una relación cordial. El régimen, incluso,
le encargó a la iglesia colaborar en la obra de modernización del país,
especialmente en el campo educativo, pero también en la
evangelización de los grupos indígenas marginales.
En Yucatán, por ejemplo, el sometimiento de los grupos mayas,
independiente del este peninsular fue llevado a cabo con la ayuda de
sacerdotes que seguían a las tropas y a los funcionarios del gobierno.
También en México la Rerun Nobarum alentó la formación de gremios
laborales y asociaciones católicas en todo el territorio de la República.
Se celebraron congresos católicos, aumentó la participación de los
prelados en actos públicos y se construyeron nuevos templos.
En vísperas del derrumbe del régimen, en la primera década del siglo
XX, la iglesia podía darse casi por satisfecha, pues había recobrado
fuerza y espacios, y estaba de hecho integrada en un proyecto
nacional.
Quedaban pendientes, sin embargo, dos elementos problemáticos, el
mantenimiento de la legislación anticlerical y la radicalización de
algunas minorías liberales, masónicas, anarquistas o socialistas que
criticaban el excesivo peso que estaba ocupando la iglesia en el país.
30
El abierto compromiso de la iglesia católica con la dictadura
desarrollista de Díaz implicaba que cuando el régimen entrara en crisis
se generarían problemas que para 1910 eran aun difícil de anticipar.
La revolución maderista, iniciada como una revolución política para
atraer la democracia efectiva al país abre inicialmente nuevos
espacios para el mundo católico, florecen sindicalismos católicos, y se
forma por primera vez un partido político de inspiración católica: el
Partido Católico Nacional. Que compite con éxito en las elecciones de
1912.
La situación precipita, sin embargo, durante este año y el siguiente. La
pérdida de prestigio de Madero lleva al Cuartelazo de 1913, y a la
muerte violenta del Presidente y a la instauración de la dictadura
militar de Victoriano Huerta.
La dictadura huertista durante su breve vida obtuvo el apoyo, entre
otros, de diversos sectores católicos y de una parte de la jerarquía
eclesiástica, que consideraban al nuevo régimen menos malo que el
caos y la ineficiencia maderista anterior.
Por lo demás, Huerta a pesar del modo violento e ilegitimo de su
escala al poder logró inicialmente consensos amplios en la sociedad,
no sólo de católicos y ex porfiristas. No era una mera vuelta al antiguo
régimen.
Gracias también al apoyo norteamericano la rebelión constitucionalista
de Venustiano Carranza en el norte derrotó finalmente a Victoriano
Huerta en 1914.
La nueva oleada revolucionaria no traía buenas nuevas para la iglesia.
Los ataques a prelados e iglesias perpetrados por las tropas
carrancistas anunciaban el carácter anticlerical de este movimiento.
Los constitucionalistas acusaban a la iglesia y al Partido Católico
Nacional de haber apoyado a Huerta y de ser bastiones del antiguo
régimen.
El nacionalismo que expresaban volvían a las fuentes anticlericales del
nacionalismo liberal decimonónico con el ánimo de no solamente
restaurar una república laica, sino construir un Estado comprometido
31
en lo social y por lo tanto resuelto a disminuir la influencia eclesiástica
entre el pueblo mexicano.
La nueva Constitución del 17 fue redactada con este espíritu y sentó
las bases para la acción sucesiva del Estado nacional mexicano
surgido del proceso revolucionario.
Hacia 1919, cuando Carranza es derrotado y muerto en la rebelión
militar, a pesar de que el nuevo gobernante del país, Álvaro Obregón,
se muestre pragmático y relativamente tolerante, todavía no hay
señales a la vista de una reconciliación efectiva del Estado con la
iglesia.
Ahora pasamos a comparar más de cerca de las dos experiencias
nacionales.
Para 1919, en ambos países: Italia y México, se experimentan
cambios repentinos, que replantean radicalmente las relaciones entre
el estado liberal de Simonónico y la iglesia católica.
La Revolución Nacional en México y la Primera Guerra Mundial en
Italia, son acontecimientos de magnitud descomunal, que obligan a
ambos actores (el estado y la iglesia) a revisar sus posiciones y
suponen un cambio tanto de las fuerzas católicas, así como entre los
movimientos nacionalistas.
Sin embargo, en los dos países experimentan dos rutas diferentes:
una que llevará al enfrentamiento de la Guerra Civil y la otra, que
llevará a la conciliación y en cierta medida a una colaboración.
¿De qué manera y por qué se llega a una situación tan opuesta en las
dos naciones católicas?
Las relaciones de fuerza y la coyuntura son dos elementos clave, para
entender lo que ocurre en estos años. En Italia la iglesia tiene un peso
mayor por su infraestructura más pesada, más obispos, más
sacerdotes, más seminarios, más instituciones y organizaciones con
impacto social, y está por encima de todo, la presencia física de la
curia romana y del Papa.
32
En México la iglesia no tiene una fuerza comparable. Como resultado
la iglesia italiana es un adversario mucho más difícil de enfrentar por
parte del Estado con respecto a la iglesia mexicana ante el estado
mexicano.
No hay que olvidar de más que el papado es parte de la historia de
Italia desde los primeros siglos del cristianismo y que el Papa había
sido un príncipe italiano del renacimiento.
La iglesia católica era sí universal, pero tenía un carácter italiano
característico, era más difícil aquí considerar la identidad extranjera
anti nacional como ocurre en ciertos momentos en México.
Los factores coyunturales son también importantes.
En Italia la crisis de las élites y del sistema político liberal de
Simonónico se manifiesta de una forma diferente que México, porque
existe una movilización organizada de masas, del proletariado y de las
clases medias en dos grandes partidos políticos: el partido socialista,
inspiración marxista y el partido popular católico. Estos dos partidos
invaden el espacio político en las elecciones de 1919, causando un
verdadero terremoto estructural, tanto el estado liberal como la iglesia
se ven obligados a enfrentar la nueva situación.
Los socialistas se tornan peligrosos, porque con el ejemplo de Rusia
buscan una salida revolucionaria a sus ambiciones políticas.
Los católicos preocupan a las viejas fuerzas laicas liberales y a la vez
a la iglesia, que observa el crecimiento y una organización que no
puede controlar.
Los socialistas desconfían de los métodos parlamentarios y apuntan a
la Revolución.
Los católicos por su lado, muestran dificultades para formar una
mayoría y expresar un liderazgo a la altura de la situación, ésta no
favorece la voluntad del Vaticano, de volver a la mesa de
negociaciones con el estado italiano, porque los socialistas son
netamente anti-clericales.
33
Los liberales siguen con su viejo anti-clericalismo del siglo anterior y
los católicos populares no están dispuestos a seguir obedientes la
política del Vaticano; ningún actor político en XIX está dispuesto a
negociar en los términos que plantea el Vaticano.
Lo que rompe, finalmente, este esquema es la erupción de la lucha
política de nueva fuerza política, que es el fascismo. El fascismo
inicialmente, es una formación de la izquierda radical intervencionista,
sus programas son anti-clericales, reflejando los componentes
socialistas, republicanos, sindicalistas y futuristas que contienen, junto
con el anti-clericalismo de su jefe Benito Mussolini.
Desde 1920 al nuevo movimiento fascista, vertebrado en la masa de
los ex combatientes, contribuye a la escalada de la violencia política
con métodos y estrategias militares sacadas de la experiencia de la
guerra, es la época de las camisas negras que atacan no solamente a
los socialistas sino a los católicos también.
Para la iglesia, el nuevo movimiento se torna interesante en 1921,
cuando se convierte en partido, Partido Fascista, inicia una evolución
hacia el centro político desde la izquierda al centro, al incorporar
elementos de derecho menos anti-clericales, sobre todo, Mussolini
expresa públicamente su disponibilidad hacia la iglesia, con tal que
ésta abandone al Partido Popular y no prohíba a los católicos alistarse
con los fascistas.
Agitando el espectro bolchevismo y más aún, de una temible alianza
entre socialistas y católicos, y tendiendo la mano directamente a la
jerarquía eclesiástica, Mussolini logra atraer consensos moderados y
de orden de su Partido Radical Revolucionario, la toma del poder
acontece como sabemos el 28 de octubre de 1922 con la marcha
sobre Roma.
La política de Mussolini hacia la iglesia fue atrevida y a la vez
pragmática, rompió finalmente los viejos tabúes anticlericales de la
época liberal, puso en la mesa la cuestión romana y enfrentó
directamente el problema del a exclusión del catolicismo y de la iglesia
de la vida nacional, rebasando ampliamente la vieja estrategia
gradualista de Giovani Jolisti, con esta política de incorporación las
masas católicas no se sentirían más extrañas a la nación italiana, el
34
estado nacional ganaría en legitimidad y seguridad frente a su historia
y a su pueblo.
Mussolini buscaba en este acuerdo básicamente reforzar a su
movimiento, obtener una legitimidad frente a la historia italiana y
gracias a la aprobación de la iglesia católica.
Además para entender su postura voy a citar un artículo que él
publicó, envió a un periódico francés en 1934 Le Fígaro, en donde
explica su política ya después de su conciliación, escribe Mussolini en
este periódico: toda la historia de la civilización occidental desde el
Imperio Romano hasta nuestros días nos muestra que cada vez que
un estado entra en conflicto con la religión siempre el estado sale
derrotado en la lucha.
Un combate contra la religión es un combate contra lo inalcanzable,
contra lo intangible, es una guerra abierta al espíritu donde este es
más profundo y más íntimo y ya está comprobado que durante una
lucha semejante, las armas que puede usar el estado, aún las más
filosas resultan impotentes a provocar heridas mortales a la iglesia,
esta se sale siempre victoriosa de los conflictos más encarnizados, fin
de la cita.
Ningún político de la era liberal habría podido expresarse con estas
palabras, la carga de la herencia anticlerical y laicista del Siglo XIX
tenía un efecto de inhibición.
Mussolini en cambio quien proviene de la militancia socialista y del
sindicalismo, no tiene ninguna reserva y procede a plantear
francamente los términos de la real política, es decir, reconocer los
límites del poder del estado frente a la institución religiosa y por ende
la necesidad de negociar con esta los ámbitos de competencia.
La iglesia por su lado en la persona de Pío XI se ve finalmente
aparecer un interlocutor político capaz de abrir espacios de diálogo y
tomar decisiones audaces.
El improbable encuentro entre este pontífice y un hombre como
Mussolini, revolucionario profesional, ateo declarado, con un pasado
de implacable come curas, se debe además de las personalidades
35
peculiares de ambos, a un conjunto de circunstancias específicas que
contiene una paradoja histórica.
La iglesia católica es capaz de negociar el fin de la cuestión hermana
con los gobiernos liberales y logra hacerlo solamente cuando estos
son reemplazados por un régimen dictatorial que suprime las
libertades y apunta a construir un estado omnipotente inspirado en
valores no cristianos, la voluntad de poder el escepticismo, el culto del
estado y de la nación, egocentrismo, la guerra, etc.
Las circunstancias que favorecen este encuentro son ante todo la
amenaza bolchevique, la iglesia considera en los años 20 que el
comunismo ruso es el enemigo número 1 del cristianismo a nivel
mundial.
Lo que estaba ocurriendo en Italia en 1919 y 1921 parecía confirmar
los temores de la iglesia, que el comunismo pesaba sobre Europa
como una especie de pesadilla barbárica, por ello el movimiento nuevo
como el fascismo que atacaba violentamente a los rojos impidiéndoles
instaurar una república soviética suscitaba simpatía, más tarde
Mussolini ya convertido en dictador explotará hábilmente el miedo
recurrente de la iglesia al comunismo ateo, difundiendo información
sobre la persecución anticristiana en la URSS y, sobre todo, en
México, principalmente durante las negociaciones con el Vaticano
entre 1927 y 1928, escrito un artículo sobre este tema, hay una
campaña de prensa que lanza Mussolini en Italia en estos años,
dándole mucho énfasis a la violencia que se desata en México durante
el conflicto religioso.
Luego el fracaso de las negociaciones con los gobiernos liberales y la
conciencia de los límites que existían al diálogo contra la tradición
liberal y la desilusión con el partido popular considerado confuso,
demasiado independiente de la iglesia y no apto para promover un
avance un avance objetivo del catolicismo en Italia.
En fin, el modelo de sociedad orgánica y corporativa que proponía el
fascismo tenía ciertos puntos en común con la visión de la sociedad
cristiana, new corporativa que promovía la iglesia.
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Sin duda, entre 1922 y 1929 no eran aún previsibles los desarrollos
totalitarios y belicosos que llevaría Mussolini a alinearse a régimen
nacional socialista de Hitler en 1938 y finalmente a la guerra en 1940.
El fascismo, entonces, era visto no solamente por la iglesia como un
fenómeno nuevo esencialmente pragmático, ideológicamente elástico
o indefinido y, por lo tanto, influenciable, además de transitorio.
Al convertirse en nuevo régimen en interlocutor fuerte, la iglesia fue
atraída a abrir las negociaciones, el modus vivendi que se estableció
de inmediato entre la iglesia y régimen que perduró hasta finales de
los años 30, ayudó a frenar la deriva del fascismo hacia sus vertientes
paganas y aseguró a la iglesia y a la cultura religiosa católica un
espacio vital de supervivencia durante el periodo difícil de dictadura
totalitaria.
Solamente es una relación bastante cordial la que se desarrolla entre
el régimen y la iglesia a lo largo de los años 20 y 30´s, con una fuerte
interrupción en 1931, por la pugna, por la educación de los jóvenes. El
régimen pretende monopolizar completamente la educación de los
jóvenes, la iglesia se opone a esta pretensión defendiendo la acción
católica.
Es el momento en que el Papa define a Mussolini al fascismo esta
idolatría pagana, un culto pagano, es la única crítica fuerte que le hace
Pío XI al fascismo.
Diferente se nos presenta la situación en México. Aquí en 1919 con la
muerte de Carranza se consolida un régimen nacionalista
revolucionario que hereda la actitud anticlerical del constitucionalismo
victorioso en la guerra civil. En pocas palabras si en Italia la guerra
acerca al estado la iglesia y elimina el anticlericarismo de la agenda
nacionalista, en México sucede lo opuesto. La revolución provoca un
alejamiento entre las dos instituciones y acrecienta el anticlericarismo
decimonónico, las masas católicas se sienten excluidas y desarrollan
una actitud francamente antigubernamental.
Los efectos más dramáticos de esa situación no se perciben de
inmediato, porque Obregón es pragmático como el Mussolini de los
años 20, su gobierno establece una relación pacífica con la iglesia,
37
aunque no es removida la legislación anticlerical y los artículos
anticlericales de la Carta Magna.
La situación, como sabemos, empeora con su sucesor en la
Presidencia, Plutarco Elías Calles, que es, en cambio, más similar al
Mussolini de antes de 1915, o sea, extremadamente anticlerical.
Pero más allá de la influencia y de la personalidad de sui géneris de
este Presidente, de Calles, son las circunstancias históricas que llevan
a un enfrentamiento directo y violento entre el Estado y la iglesia. La
inestabilidad política interna, el conflicto petrolero, las dificultades
internacionales de régimen llevan a Elías Calles a considerar a la
iglesia como uno de los principales enemigos.
La coyuntura hace caucionar todos los factores de anticlericarismo
presentes en forma latente o manifiesta, la herencia revolucionaria, la
masonería, los sindicatos, los lazos internacionales del clero México y
la actitud hostil del Vaticano.
Los obispos se dividen sobre la estrategia a seguir y ven como la
situación se les escapa de las manos, también porque muchos son
expulsados, como hemos visto.
Por su lado, los católicos se movilizan en forma espontánea.
Bueno, voy a brincarme toda la cuestión de la cristiana que
conocemos muy bien, los católicos mexicanos tratan de organizarse
por su cuenta en varias formas, en 1934 muchos confluirán en el
sinarquismo, inspirándose en experiencias fascistas europeas.
Y por su lado, la Santa Sede, digamos, en Italia se declara satisfecha
con lo ganado y confiando en el régimen fascista como un escudo
protector redobla su condena a régimen anticristiano de México en el
contexto de la lucha al comunismo, que llega al zenit en la época de la
Guerra Civil Española, son varios los documentos pontificios que
mencionan a México y también México es mencionado en la famosa
encíclica divine y redentores de 1937, donde Pío XI lanza una
condena tremenda contra el comunismo.
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En conclusión, finalmente a manera de conclusión podemos
considerar que ambos países se observa un desenlace diferente de
una trayectoria histórica en parte similar caracterizada por la atención
estructural entre el estado nacional y la iglesia católica.
La crisis social y cultural desatada por la Revolución en México y por
la Guerra Mundial en Italia, lleva a un replanteamiento de la posición
del catolicismo y de la iglesia en ambos países. Esto significa en
México una nueva oleada de anticlericarismo, el inicio de un fuerte
enfrentamiento ideológico que culminará en el conflicto religioso y a un
estado de tensión permanente entre católicos, nacionalistas, la iglesia
y el estado por más de dos décadas.
En Italia el desenlace de la crisis fue más feliz, la irrupción en la
escena del fascismo permite la ruptura de los frenos y prejuicios del
siglo anterior, la disponibilidad inaudita de Mussolini, el ex campeón
del anticlericalismo en la Partido Socialista es aceptada por la iglesia,
lleva un intercambio de favores beneficioso para ambos, y ya en el
marco de una “real politic” despeja el camino para la negociación. Esta
culmina finalmente en 1929 en la conciliación, que incluye la firma del
Concordato y de un tratado que crea el Estado Independiente del
Vaticano, que todavía existe en nuestros días, mientras que el régimen
dictatorial que promovió los pactos en el 29 desaparece en 1943.
La iglesia italiana y el Vaticano salen de la Segunda Guerra Mundial
fortalecidos frente a un poder civil debilitado y desgarrado en busca de
una nueva definición político-institucional.
El largo predominio de la democracia cristiana en la política italiana, la
consecuencia de lo ocurrido en los años 20’s durante la dictadura, y le
otorga cierta razón a las voces que criticaban, críticas que
denunciaron, en su momento, la claudicación del laicismo ante la
iglesia.
La trayectoria a largo plazo en México, en cambio, favorece al Estado
laico y a su pilar político el Partido Revolucionario Institucional, que
mantiene sus posiciones frente a una iglesia debilitada sin ambiciones
de revancha, situación que perdurara hasta la última década del siglo
XX, cuando al parecer se cumplen profecías de reconquista católica,
algo así.
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Es todo.
Sra. María Eugenia Chaoul: Damos las gracias a nuestros panelistas.
Y ahora toca el tiempo de las preguntas y respuestas, entonces si
tienen algo que preguntarles ellos las contestarían.
Pregunta: Gracias. Para el maestro Solís. Si tuviera la gentileza de
explicar algo que en lo particular a mí no me quedó muy claro.
Probablemente comprendí mal, pero usted habló que para estos años
la acción social es sinónimo de acción política. Entonces yo también
entiendo que si sigo este razonamiento el terreno de la política es
sinónimo del terreno de lo social.
Entonces cómo entender a las organizaciones católicas femeninas que
surgen en este periodo, y que tienen como objetivo justamente el ser
un mecanismo para difundir los preceptos de la doctrina social.
Me refiero concretamente a la Asociación de Damas Católicas, quien
en su Artículo Cuarto mencionan que sus funciones se dedicarán
únicamente al terreno de lo social, siendo ajenas a la política.
Entonces yo me pregunto ¿no será que con política se refiere
únicamente a una cuestión electoral?
Sr. Ives Solís: En este caso que es el de la U sí se diferencia la
acción social y la acción política. La acción política es Acción Nacional
y Acción Nacional es el sinónimo para el mundo católico de la acción
política. Aquí el vínculo entre el nombre de un partido que no asume
del todo su origen católico, que es el Partido Acción Nacional
retomando los mismos conceptos de acción política.
Y la acción social, como bien lo dice, no forzosamente es sinónimo de
acción política, aún y si hay un vínculo claro entre acción política y
acción social en este caso particular de la U.
Aquí es la acción social de ayuda al prójimo y la acción social de velar
para el bienestar del necesitado y el grado superior de acción es, la
acción nacional que es sinónimo de acción política.
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Pregunta: Otra pregunta para el maestro Ives Solís.
Respecto de la U, se puede considerar esta organización como un
antecedente directo de lo que fue las legiones, sobre todo, tomando en
cuenta las similitudes que ambas tuvieron como organización
reservada y sobre todo, también si se ha detectado que haya habido
continuidad entre los participantes de ambas organizaciones.
Y también quisiera, si se pudiera ahondar un poco, ¿qué tanto afectó
ese conflicto entre la U y la Liga Nacional de Defensa de la Libertad
Religiosa, en cuanto a la coordinación de los católicos en la lucha
contra el Estado durante la Guerra Cristera.
Y una pregunta para el profesor Savarino, si nos pudiera explicar un
poco, quizás hay se excede un poco del periodo que usted estudia,
pero la relación entre la iglesia y lo que fue la República Social Italiana
del régimen de Salum. Eso sería todo.
Sr. Ives Solís: Bueno, definitivamente, lo que se ve en el archivo es
un vínculo entre estos movimientos, el vínculo más claro es con el
sinarquismo “El Yunque” por una razón obvia, que es la de la familia
Abascal, pero también hay una relación con la región como muy bien
lo hace notar sobre la similitud de la organización.
Aquí lo interesante es que, tras la condenación de 1929, los miembros
de la U ya no pueden actuar de manera tan abierta y apoyada por la
jerarquía, sin embargo, hay un seguimiento que podemos hacer a los
diferentes miembros. Aquí el problema es el rastreo, porque al ser una
sociedad secreta, únicamente hay algunas unidades que tienen
registrado a sus miembros y los miembros más famosos son, bueno,
en este caso: Anacleto Flores, Luis María Martínez y Adalberto
Abascal, así que la dinastía Abascal, hasta ahorita es el menos
estudiado.
Entonces, aquí claramente para el historiador hay la posibilidad en el
archivo histórico de buscar esta información en todo el archivo secreto
y toda la cuestión de la delegación apostólica.
41
Y en cuanto a la relación entre los miembros de la U y la liga, algunos
documentos que están aquí en el CESU, justamente, hablan de la U y
de la separación entre los miembros de la U y los miembros de la liga.
Y aquí de nuevo, por ejemplo, Anacleto va a participar en la liga,
mientas que Adalberto no tiene esta participación y la ruptura, de
hecho, yo diría más allá de los grupos, sino que se lleva a nivel de la
propia jerarquía, porque Pascual Díaz y Luis María Martínez van a
romper las relaciones y Pascual Díaz se va a volver “un enemigo del
nuevo comité que se forma durante el periodo de creación del modus
vivendi”.
Pero, claramente, esta ruptura va afectar a las fuerzas católicas y
explica que en 1935, 1936, cuando la visita de Piani y después cuando
los católicos van a ver a Pacheli en Estados Unidos, nadie quiera que
ningún miembro de la liga pueda hablar con Pacheli y lo van a hacer
de nuevo a través de la Unión de los Padres de Familia.
Sr. Franco Savarino Roggero: Respecto a la República Social hay
que partir del hecho, que la iglesia ya con Pio XI comienza a enfriar
sus relaciones con el régimen de Mussolini desde 1938, sobre todo,
por el giro pro-Hitler, que toma el régimen de Mussolini que no es
aceptable para la iglesia, sobre todo, porque se incluyen leyes anticemitas en Italia, en ese año.
Pio se muere en 1939, su sucesor Pio XII sigue con esta policía de
relaciones de mucho más frías con el régimen, el régimen como
sabemos, se colapsa en 1943, en julio, y al final de ese año se forma
una nueva república que se llama República Social Italiana bajo
control alemán, esa república dura hasta la primavera de 1945.
Qué ocurre con la iglesia, pues el Vaticano abandona completamente
a Mussolini, el Vaticano se encuentra de hecho fuera del territorio de la
República Social, es la parte que se ha quedado con la monarquía y
que será pronto ocupada por los anglo americanos.
Mussolini también enfría mucho las relaciones con la iglesia, ya
durante la guerra hay declaraciones que se pueden encontrar en el
libro sobre los orígenes del Vaticano, que muestran progresivamente
la decepción, el coraje del dictador por la ingratitud de la iglesia,
42
Mussolini estaba consciente de que a la iglesia le había hecho un gran
favor firmando los acuerdos del 29 y no estaba recibiendo una
retribución a cambio, un apoyo más sustantivo.
Qué pasa con la iglesia italiana del Norte, ahí el líder es el Arzobispo
de Milán, Ildefonso Schuster, que previamente había tenido cierto
acercamiento con el régimen, sobre todo durante la guerra de Etiopía
y la guerra civil en España, las homilías de Shuster en esas
oportunidades son muy nacionalistas, apoyó al régimen durante la
invasión de Etiopía y alabó la victoria en España en 1939, pero
después de esa fecha se alinea a una actitud mucho más fría hacia el
régimen y con el toda la jerarquía eclesiástica italiana prácticamente
abandona al régimen sin pasar a la posición, pero manteniéndose
cerca de los fieles, protegiendo a los católicos de la guerra,
considerando que estalla una guerra civil en esos dos años, Italia del
Norte está desangrada por la guerra civil, más aún que por el frente de
guerra.
Y a nivel de sacerdotes se dividen, hay sacerdotes en la guerrilla
antifascista y sacerdotes que se quedan con las milicias de Mussolini
siguiendo al ejército republicano, es más o menos la situación que
ocurre en esos años.
Pregunta: Un poco para los tres ponentes, pero sobre todo, al
Maestro Solís, se ha hablado de la inspiración o del modelo para
contraponerse a él de parte de las logias masónicas y del
carbonarismo y de organizaciones secretas para organizarse
secretamente pues esta fracción del catolicismo, pero no sé si en un
momento dado podría abundarse con justicia del papel de inspiración
por parte del propio fascismo hacia estos movimientos reaccionarios
dentro de la iglesia católica y no solamente meramente como
ejemplificadores o una batalla en la prensa, sino apoyos, suena a, por
lo menos a mi, cuando al saber la organización, el tipo de organización
en compañías como se ha mencionado, me recuerda, no sé al
escuadrismo fascista, y qué tanto influye, hay esa… el fascismo y sus
formas organizativas con lo que será esta… la presencia del
falangismo en España que sí parece ser más…
Sr. Ives Solís: Bueno voy a contestar la primera parte de la pregunta y
después Franco que es más experto en la cuestión del fascismo.
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Bueno en el caso de la U la referencia es claramente con las logias
masónicas, por los años en la cual se crea, se crea en 1915, su ámbito
político es claramente declarado en 17 y en 1920 se hacen los
estatutos que se encuentran ahorita en el Archivo Secreto Vaticano.
Sin embargo creo que la organización política de los católicos en los
años 20 y más durante la Cristiada, después de la Cristiada, en los
sectores de las ciudades, sí hay claramente puntos comunes con
administraciones fascistas, pero yo creo que aquí Franco podría más
establecer los vínculos lógicos.
Sr. Francisco Savarino Roggero: El fascismo Italiano representa el
modelo internacional para todos los fascismos de esa época y
representa un modelo atractivo, lo he explicado un poco en mi
ponencia para la iglesia porque tienen enemigos en común. El
fascismo es antiliberal y es anticomunista y para la iglesia el
comunismo es el enemigo número uno a vencer.
Aunque el fascismo parte en Italia de un origen no cristiano incluso,
son muchos ateos, masones, hay muchos masones en el partido
fascista, la misma circunstancias de tener enemigos en común, de
tener una visión del mundo espiritualista, etc., llevan a una
convergencia, la iglesia muy pragmáticamente apoya a los fascismos
en general cuando estos se muestran disponibles hacia ella.
En España se forma una versión más católica de fascismo desde el
comienzo, no tiene ese origen anticlerical, el palanquismo, José
Antonio es católico lo declara abiertamente.
Otra cosa es las JONS, las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista,
son más parecidas al fascismo de Mussolini.
Y de España a América Latina se proyecta un tipo de fascismo de
matriz católica que acentúa mucho los aspectos de religión,
conservación y anticomunismo, se pierden muchos elementos
originarios, se depura, digamos, de la componente socialista y se
vuelve más de derecha, en pocas palabras.
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Lo que ocurre es que cuando el fascismo italiano se asoma al mundo
hispánico, al mundo de España y de América Latina, los fascistas se
sorprenden, porque dicen estos no son fascistas.
Yo he visto muchos documentos, he estudiado el archivo de
Relaciones exteriores de Roma y en ningún movimiento mexicano por
ejemplo recibe una buen comentario por parte de los viajeros y
diplomáticos italianos, el sinarquismo es desechado como cosas de
reaccionaria, no fascista, tampoco las famosas camisas doradas no
son considerados fascistas por los italianos.
Pero hay un afán imitativo viendo desde el lado Latinoamericano se
busca en el fascismo una fuente de inspiración para organizarse
política y hacer frente al embate de las fuerzas enemigas de la iglesia
y del catolicismo que son la masonería, el liberalismo y finalmente el
comunismo que es el punto de convergencia de todos estos enemigos.
Entonces, por ejemplo, encontré muchas cartas en los documentos de
católicos mexicanos que escriben a Mussolini obviamente trámite en la
embajada de Italia y le preguntan si es posible que envíen ayuda,
incluso un jefe de la liga, encontré una carta de él que pide ayuda
económica para organizar movimiento fascista, combatir contra el
gobierno Bolche Vike, así lo decía.
Pero es un malentendido realmente, los fascistas italianos son otra
cosa. Los católicos mexicanos, el fascismo bajo la óptica de 1929 el
fascismo amigo de la iglesia, la declaración de Pío XI, de que
Mussolini es el hombre de la providencia, entonces hay una distorsión,
se ve al fascismo más católico de lo que es realmente aquí en el
mundo hispánico.
Pregunta: Buenas noches. Antes que nada felicitar al panel, felicitar a
la mesa, porque fue realmente una interacción muy rica y un espectro
muy amplio y al mismo tiempo claro y profundo del que presentaron.
Yo me quisiera dirigir a don Manuel Nolasco, Olimón Nolasco. Me
quisiera dirigir a él como una voz autorizada y conocedora no sólo de
la historiografía sino desde luego con una profunda percepción
teológica, un extraordinario bagaje teológico y que normalmente ha
salido al paso a lo largo de los años a las críticas generalmente
45
infundadas de muy dudosa cientificidad realizadas por distintos grupos
jacobinos, masones, marxistas, como decía el profesor, en fin, grupos
anticlericales.
Me llamó la atención que el año pasado, sin embargo, padre, dejó
usted la impresión en la opinión pública de no haberle contestado a
Francisco Moreno con motivo de la publicación de sus obra
francamente anticlerical.
Sí nos preocupa, aunque en nuestros grupos y en nuestras
organizaciones y en nuestras parroquias nosotros, y en nuestras
esferas, porque somos profesores, quizás, en fin, porque tenemos una
cierta incidencia en la academia procuramos desde luego defender las
posiciones de nuestra iglesia y del clero cuando son defendibles, y
creo que en la sensibilidad mexicana quedó una herida abierta por
esta obra de muy dudosa calidad histórica de este señor, con todo
respeto, y no quiero faltar a la caridad, pero es un señor que nos llama
a los creyentes retardatarios, al clero lo califica de retardatario. Es uno
más de estos sujetos que considera que todos los males de México,
empezando por el económico, se deben a la participación de la iglesia
desde la Colonia. Y usted sabe que existe una corriente de
pensamiento en ese sentido que tenemos que desdecir porque no es
cierta, como se ha demostrado en ésta y en otros foros muy
importantes.
Entonces lo grave es que estas afirmaciones a priori quedan en la
opinión pública, hieren la sensibilidad de los creyentes, y voces
autorizadas como la de usted quizá no tuvieron en ese momento el
tiempo, la oportunidad o el foro para neutralizar, responder, replicar,
porque claro esta clase de críticas vinculan a la iglesia con el poder.
Lo vinculan con…
FALLA DE AUDIO
…doble estándar, que se aplica a un estándar a los ricos, a los cuales
se les permite hasta el divorcio, no el divorcio, pero sí la disolución del
vínculo matrimonial. Hablan de un doble estándar, y también claro nos
estamos dando cuenta de que hablando en términos sociológicos hay
una serie de congregaciones de otras denominaciones que ya están
46
compitiendo con la iglesia católica y que nos están ganando
segmentos importantes de estas comunidades.
Es decir, estamos esperando muchos católicos, muchos creyentes una
actitud bastante más preactiva que responda, sobre todo a los
infundios y al anticlericalismo carente de toda validez intelectual.
Gracias.
Sr. Manuel Olimón Nolasco: Aunque su intervención no fue directa a
esto, le voy a decir lo siguiente, que tal vez no tuvo la suficiente
difusión.
El año pasado, más bien, a comienzos de 2007 publiqué, me publicó
la Conferencia del Episcopado Mexicano, un, le llamo “libro”, porque
es librito, porque es más que folleto y menos que libro, de más o
menos 67 páginas, precisamente, que se llamó “México ante Dios una
crítica desde la historia” a propósito de ese volumen.
La verdad es, que yo pensé que no valdría la pena responder a ese
volumen de 600 hojas, que ni siquiera atina a veces con las fechas o
las citas que coloca a pie de página, que se ve que se las hicieron, él
le ha de haber dicho a alguien, ahí ponle citas y resulta que en alguna
cita cuando voy a confrontar el libro citado, resulta que la página que
aparece ahí es la dedicatoria.
Sin embargo, algunos amigos y concretamente, el arzobispo de
Puebla Monseñor Huesca y el de Morelia, los dos: por qué no escribes
algo.
Entonces, con cierta resistencia pero escribí algo. Ese librito que, por
cierto, la sociedad de historia eclesiástica mexicana me pidió, que en
su próximo número que va a salir de su revista, una revista muy buena
que se llama “Historia desconocida” vuelva aparecer este texto, que
ahí está respondido en lo que puede responderse sus posturas.
Concretamente, un pequeño capítulo de este libro no tuve que hacerlo
yo, porque la doctora Josefina Vázquez, una historiadora, sobre todo
de Relaciones Estados Unidos-México de primera categoría, ya había
publicado antes en la revista “Letras Libres” una respuesta a una serie
que se llama exactamente “Verdades y mentiras de la invasión
47
norteamericana”. Entonces, incluso, le dije a ella, que dado que ya lo
había escrito que si podía yo, hacer como un refrito de su texto.
Pero a la hora de redactar esto, vi que ya en el año de 1986, hace ya
bastante, cuando salió aquel que se llamaba “México negro” acerca de
la cuestión petrolera, en la revista de aquí de la Pontificia, que se
llama “Efemérides Mexicana” había hecho ya una reseña de ese libro
donde uno de los puntos que señalaba era su falla muy grande en
materia de cuestión clerical.
Entonces, está por ahí a la mano y hubo, yo intento varias veces,
incluso, a través de personas muy bien relacionadas en el ámbito de la
cultura, tener un encuentro personal, incluso, todavía vivía don Juan
Sánchez Navarro y don Juan Sánchez Navarro nos invitó a los dos a
un desayuno en el Club de Industriales, pero él no se presentó.
Y cuando casualmente me lo encontré en un programa de televisión,
con Denise Maerker o una de estas, yo nunca había visto a Denise
perder el control del programa, porque, bueno.
En primer lugar, a mí me habían dicho que era un hombre guapo, muy
erudito, que hablaba muy bien y cuando lo vi, me pareció un viejito
agachado. Dije, pues con este viejito creo que más bien voy a tratarlo
así, como se trataría a un viejito.
Y ya me habló ese mismo día, bueno fue ahí una confrontación muy
peculiar, breve, pero me habló un amigo mío que vive en San Antonio,
Texas, esa misma noche y que es psiquiatra y me dice: vi dos veces el
programa para hacer un psicoanálisis de cómo estaban ustedes ahí
hablando.
Dice: primero empezaste hablándole de usted, con mucho respeto y
después te convertiste como su papá y lo estabas regañando hasta
con el dedo, bueno esos ridículos tiene uno que hacer, en estos casos,
pero les repito, me costó trabajo porque digamos la formación que nos
dieron a nosotros ya como historiadores profesionales, es que la
apologética y la polémica no son como los métodos sino la
comprensión de los hechos, pero considero que en algunos casos un
tanto limítrofes sí habrá que acudir a estas situaciones aún cuando
sean en algún caso casi chistosas, porque este amigo psiquiatra, muy
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acostumbrado pues a los análisis de las personas, es que la vi dos
veces y la segunda vez la vi sin sonido, es muy interesante ver la
televisión sin sonido, porque lo único que ve uno son las
gesticulaciones y entonces ahí es donde se nota si uno está tomando
el papel del papá o del enemigo o de la mamá o del hijo, mucho más
fácilmente, pero ahí está.
La Conferencia Episcopal publicó y ahora ya va a salir, ya ayer fue la
revisión de pruebas.
Por otra parte, miren, en este trabajo que hice ahora y en otros que he
publicado por ahí, he tratado de encontrar y ahí también respondo un
poco, como el uso de la analogía como la analogía como parte de
nuestro trabajo histórico no deja de ser riesgoso, porque el que algo se
parezca a otra cosa, no necesariamente quiere decir que depende de
aquello.
Entonces una manera como se enseñó la historia en las escuelas en
México durante mucho tiempo, es que algo nació en Francia, pasó a
España y luego llegó a México y por ejemplo las referencias que hizo
muy brevemente, pero muy atinadamente Lupita Jiménez ayer sobre
el origen por ejemplo de la teoría de la soberanía popular que tenían
los próceres mexicanos, no procede de los enciclopedistas franceses,
sino de la tradición hispánica, teológico-política que rigió en la primera
parte de nuestro virreinato.
Entonces hay que tener siempre cuidado de no hacer depender un
movimiento que nunca será autónomo.
Algo que descubría por ejemplo al trabajar sobre Monseñor Munguía,
es que existe la república de las letras, es decir, que hay libros que
circulan y el libro toma como vida autónoma, a mi una vez me
mandaron una carta de Australia que allá habían leído un artículo que
yo había publicado en Australia, porque como que le salen alas a los
libros y viajan por todo el mundo.
Entonces por ejemplo Monseñor Munguía tiene unas fuentes de su
postura que las puede uno encontrar en algunos libros europeos
porque circulaban los libros europeos y luego por ejemplo esto que
citaban hoy en la mañana del regalismo, también hay una editorial
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francesa Scharbulé y luego la viuda de Scharbulé y luego los
sucesores de la viuda de Scharbulé que estuvo constantemente
mandando a México libros galicanos y liberales.
Entonces tomaban y ahora por ejemplo al encontrarme aquí con las
fuentes de Azpeitia, veo que se leyó ese famosísimo de liberalismo es
pecado y luego a estos tribunos españoles, no es que haya
dependencia, sino que hay una comunidad de los letrados que unos a
otros se leen, se citan, dialogan o al revés, discuten y finalmente ya no
sabe uno quien por eso dicen que, y con esto termino, ya estoy
exagerando, que el día del juicio se van aclarar algunas cosas, cada
hijo va a ir con su padre y cada libro con su autor y va a haber unas
sorpresas verdaderamente extraordinarias.
Presentador: Terminamos nuestra mesa con la entrega de los
respectivos reconocimientos a los ponentes por parte del Rector de la
Universidad Pontificia, el doctor Alfredo Vargas.
Y también les informo que las conferencias que se han tenido tanto el
día de ayer como hoy se encuentran en la versión estenográfica en la
página Web de la Universidad Pontificia, cuya dirección es
www.pontificia.edu.mx y ahí pueden acceder a esta versión
estenográfica de las conferencias.
Con esto concluimos el trabajo de este día, mañana lo reiniciaremos a
las 9:30 de la mañana.
Muchas gracias y buenas noches.
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