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SANTO TOMÁS DE AQUINO (1224-1274) Como ya se ha visto en su contexto filosófico, Santo Tomás es un autor fundamentalmente aristotélico. De modo que partimos de su aceptación del pensamiento de estagirita, con algunas revisiones sobre aspectos como la eternidad del mundo, el carácter mortal del alma o la doble verdad. 1.- Relaciones entre razón y fe: 1.1.- Posiciones sobre el problema: El planteamiento de este problema arranca con la Patrística y es claramente medieval. En el siglo XIII se dan varias posiciones respecto al problema, que Santo Tomás va a criticar: Oposición. Fe y razón son incompatibles. La fe es autosuficiente y no necesita a la razón (Tertuliano “Creo porque es absurdo”). La crítica tomista se basa en que Dios crea al hombre dotado de razón para que sirva de ella y llegue a la verdad. Confusión. La verdad es única y llega mediante la revelación y el razonamiento conjuntamente.. Es la solución de Agustín de Hipona quien dice que el hombre puede conocer la verdad mediante la razón, pero necesita la ayuda de la “Iluminación divina”. No se distingue entre Filosofía y Teología. El agustinismo del s XIII se basará en un rechazo a Aristóteles por su incompatibilidad con el cristianismo. Santo Tomás lo critica sobre la base de que Aristóteles, con el solo uso de la razón, no podía llegar a más Separación. Posición del Averroismo latino. Fe y razón son fuentes distintas y autónomas lo que les lleva a tener que postular la doble verdad. Santo Tomás se opondrá porque viola el principio de no contradicción 1.2.- Distinción entre filosofía y teología: El planteamiento de Santo Tomás será considerar una clara distinción entre filosofía y teología: cada una posee objetos y métodos diferentes y son autónomas la una de la otra. El entendimiento, a través de los sentidos, proporciona unos conocimientos válidos que dan lugar a la ciencia y a la filosofía. La fe permite al hombre admitir unas verdades reveladas, procedentes de la autoridad de Dios; de modo que las verdades de la teología tienen su origen en la fe en Dios. Por tanto, no existen dos verdades, la verdad es única pero a ella se llega por dos conocidos caminos. No es posible la doble verdad. Sus conflictos entre fe y razón son aparentes, se reducen a confusiones lingüísticas debido a que la razón ha rebasado sus límites. El mensaje revelado es inteligible por ir dirigido al hombre. Reconoce que existe una colaboración entre razón y fe, no oposición ni exclusividad: la filosofía ayuda a la teología con la elaboración de razonamientos que permiten su explicación y trasmisión; la teología ayuda a la filosofía porque sirve de criterio externo para verificar un conocimiento y porque abre horizontes nuevos y fortalece el conocimiento de Dios. Es más, Santo Tomás reconoce que existen un conjunto de verdades que son accesibles tanto por medio de la razón como de la fe. A estas verdades las denomina los “preámbulos de fe”, y son accesibles tanto por medio de una como de otra, y ambas colaboran en su explicitación. 2.- La teología: Santo Tomás se aleja en este punto de Aristóteles porque éste consideraba al Primer Motor causa final de un universo en el que materia y forma son etrnas, de modo que no ejerce papel creador ni es provedente hacia este universo 2.1.- La existencia de Dios La existencia de Dios es el primer dato de la revelación, sin embargo necesita demostración ya que no es un dato de evidencia para la razón. Esto se debe a que, como aristotélico, considera que todo conocimiento parte de los sentidos, pero en ellos no se manifiesta la existencia de Dios sino de forma vaga y confusa. Las pruebas que se habían dado hasta ese momento eran de carácter a priorístico. Es especialmente relevante el “argumento ontológico” propuesto por San Anselmo, que parte de la presencia en la mente del concepto y, dada su perfección, hay que deducir de ello su existencia. Santo Tomás, con su teoría “empírica” del conocimiento, no puede admitir que se forme un concepto en la mente previamente a la captación sensible del objeto. Él optará por argumentos a posteriori, que de los efectos a las causas. 2.1.1.- Las cinco vías: Las famosas “cinco vías” proceden de diversos autores y Santo Tomás las sistetizará. Son argumentaciones a posteriori que se basan todas ellas en la misma estructura: Parten de un hecho observable. Aplican el proceso de causalidad. Niegan este proceso al infinito. Conclusión: atributo divino 2.2.- La naturaleza o esencia de Dios: Por medio de las vías, Santo Tomás descubre a Dios como causas de los seres finitos. No obstante, la esencia de Dios es más difícil de alcanzar por la inmensa diferencia respecto de nosotros. Podemos llegar a algunos de sus atributos por tres medios: Vía de la negación: Se niegan de Dios las imperfecciones de las criaturas (no es corpóreo, cambiante ni compuesto) Vía de la afirmación: Se afirman de Dios las perfecciones de las criaturas (bondad, sabiduría) Vía de la eminencia: Reconocemos la infinita distancia entre Dios y las criaturas, de modo que los atributos antes deducidos se dan en Dios de forma infinita y absoluta. 2.3.- Dios es creador: Cada una de las vías de la existencia confluyen en un aspecto del mundo que no tiene en sí explicación suficiente y que remite a Dios. Al demostrar la existencia de Dios por medio de la causalidad, lo establece como creador, lo que le permiten diferenciar el Ser (Dios ) y los seres (las criaturas). Dios crea de la nada; en ello se distancia de Aristóteles (que consideraba eterno el universo y admitía una materia primera). Y la creación es fruto de un acto de la inteligencia y la voluntad divina. 3.- Filosofía de la naturaleza y metafísica: 3.1.- La distinción entre esencia y existencia: Según el aquinate, el pensamiento griego no lograba explicar la existencia porque no se planteaba de dónde procede la materia, por qué hay un ser en lugar de nada. Para responder a ello, recurre a la creación, a la que ha llegado a través de las vías. Qué Dios es el creador significa que Dios es esencia existente, acto puro, inmaterial y simplicidad absoluta. Que un ser es creado significa que es contingente (existe pero podría no existir), su existencia no depende de él. En los seres creados cabe distinguir Esencia, lo que las cosas son, lo que las define, por ejemplo animal racional. Esta esencia se comporta como potencia respecto al existir Existencia, perfección que hace que las cosas sean, es la actualización de la esencia, es acto La esencia no implica la existencia en el caso de las criaturas. Es decir, son contingentes, por lo que necesitan de la acción creadora de Dios para pasar de la potencia (esencia) al acto (existencia). En cambio, la esencia de Dios sí supone su existencia; es un Ser Necesario; pero nosotros no tenemos medios para alcanzar directamente la esencia de Dios (por eso no es evidente para nosotros). 3.2.- Individuación: Para lograr diferenciar individuos en la especie (que tienen la misma esencia), Santo Tomás admite que el principio de individuación es la materia. Dado que ésta es indeterminada, será la materia “signata cuantitate” (marcada por una cantidad, es decir, preparada para una forma) la que haga que un individuo se diferencie de otro. 3.3.- Analogía y participación: ¿Qué relación existe entre Dios y las criaturas? Éstas no son partes de Dios porque Dios no tiene partes (rechazo al panteísmo). No se puede tampoco entender el ser en sentido unívoco respecto a Dios. Así pues, Santo Tomás adoptará la noción aristotélica de la analogía del Ser , finita para las criaturas e infinita para Dios. Los entes creados participan en la analogía del ser de Dios; y esa participación es en diferentes agrados según la capacidad de ser de cada esencia. De modo que hay seres más perfectos que otros. 4.-La antropología: Santo Tomás,al contrario que el agustinismo, no admite el dualismo y considera que el hombre es un compuesto hilemórfico, una sola sustancia con un cuerpo (materia) y un alma (forma). El alma necesita de un cuerpo para ejercer sus funciones orgánicas y sensitivas, aunque realiza otras ella sola (voluntad, entendimiento). El alma posee unas características: Sustancia inmaterial que tiene existencia propia fuera del cuerpo. Inmortal, sobrevive al cuerpo. Es espiritual porque realiza la función intelectual (que es inmaterial). por eso, aunque esté hecha para estar unida al cuerpo, cuando éste muere, no le sigue. Por tanto, lo que le es propio es el entendimiento; y, al contrario que Aristóteles, no entiende que el entendimiento agente sea común a la especie, sino que, junto con su carácter inmaterial, es también individual. Única. Frente a los agustinianos que afirmaban su pluralidad y partes. Creada. Cada alma es creada por Dios según un plan trazado por él desde el principio. Dotada de entendimiento y voluntad. Dios dota a cada alma de voluntad y entendimiento. Estas facultades no son orgánicas Al igual que Aristóteles admite que el alma realiza diversas funciones, según el organismo: Función vegetativa (plantas): Alimentación, reproducción y crecimiento. Función sensitiva (animales): Sensación, locomoción y apetitos. Función racional: Entendimiento y voluntad. 5.- Teoría del conocimiento: 5.1.- El proceso de abstracción: El planteamiento tomista del conocimiento es plenamente aristotélico. Considera quie todo conocimiento humano arranca de lo sensible y nada hay en el entendimiento que no haya estado previamente en los sentidos; pero los sentidos sólo captan individuos particulares y concretos, ¿cómo se llega a la elaboración de conceptos? Santo Tomás acepta en elo la abstracción arsitotélica y recoge un proceso de conocimiento que es el siguiente: Conocimiento sensible. Punto de partida de todo conocimiento. El ser humano capta la realidad a través de los sentidos externos y posteriormente serán los sentidos internos (sentido común, imaginación, memoria) quienes formen una imagen de la realidad o fantasma. Conocimiento abstracto. El entendimiento ejecuta dos operaciones: El entendimiento agente realiza la abstracción por la que se tomán aspectos comunes a una diversidad de seres u objetos. El entendimiento paciente forma conceptos universales a partir de la información obtenida por el entendimiento agente Por tanto, lo primero que capta n los sentidos es lo individual; pero lo primero que capta el entendimiento es el universal y sólo queda individuado a través de la materia. 5.2.- El problema de los universales: En torno a lo anterior, se presenta a Santo Tomás el gran problema medieval de los universales, cuyo origen está en el estudio de Boecio sobre el Isagoge de Profiriro (neoplatónico). La tradición agustiniana platónica (realismo) defendía que los universales son “ante rem”; es decir, previos e independientes de las cosas, porque son las ideas ejemplares con las que Dios crea el mundo. La tradición aristotélica (realismo moderado) considera que son reales, pero no independientes, porque son las esencias de las cosas. En esta línea se sitúa Santo Tomás. Pero profundizando en un triple sentido para el universal: Ante rerum. Los universales se dan en la mente divina (ideas ejemplares) y son por tanto anteriores a las cosas. In re. Los universales son las formas de los individuos (géneros y especies) y por ello están en las cosas mismas. Post rerum. El ser humano conoce los universales mediante el proceso de abstracción que comienza en las cosas. 6.- Ética Santo Tomás, siguiendo a Aristóteles considera que la Felicidad es el fin último del hombre (ética teleológica y eudemonista), y ha de consistir en la actividad más elevada que se pueda dar en el hombre y que le distingue de los demás seres; es decir, la actividad contemplativa. El objeto más elevado de dicha contemplación es Dios, de modo que el fin último y más elevado para el hombre será la visión de Dios (aunque no en un sentido voluntarista como San Agustín, sino intelectualista). De igual modo, mantiene la noción y distinción de las virtudes del estagirita: Teóricas. Se alcanza la felicidad a través de la contemplación divina. Morales. Se fijan con el hábito y consisten en escoger mediante la razón las acciones buenas. Ahora bien, Santo Tomás interpreta las acciones morales y las virtudes desde la perspectiva de la ley natural. Dios ha creado el mundo a partir de las ideas que posee en su mente, que constituyen la ley divina inaccesible para el hombre, pero que nos es trasmitida a través de la ley eterna contenida en la Sagrada Escritura y en la Revelación. Al crear al ser humano imprime en él una ley moral llamada ley natural, que es la participación de la criatura racional en la ley divina y que contiene unas inclinaciones que la razón capta como buenas y que no son determinaciones que supriman nuestra libertad, sino disposiciones que prescriben ciertos principios. La base de estos principios es única “El bien ha de hacerse y el mal ha de evitarse”, y de éste derivan otros tres: La tendencia a la conservación de la propia vida y de la especie. La tendencia a procrear. La tendencia al conocimiento de la verdad y la vida en sociedad A ley natural recoge las virtudes, es universal, evidente e inmutable, y se aplica de forma individual a través de la conciencia. 7.- Política. El pensamiento político tomista parte del paradigma connatural (el hombre es un ser social por naturaleza) aristotélico; de este modo, admite la distinción aristotélica entre sociedades justas (monarquía, aristocracia y democracia) y degradadas (tiranía, oligarquía y demagogia). Ahora bien, se alejo del estagirita porque advirtió de los peligros de una monarquía convertida en tiranías; por ello, propuso como mejor gobierno posible una combinación equilibrada de las tres formas justas. Además, su planteamiento está marcado por los acontecimientos de su época, marcada por los enfrentamientos entre el Papado y el Imperio en relación al poder terrenal en el ámbito cristiano. Para abordar este tema, Santo Tomás apela a que el fin del hombre no es sólo natural, sino también sobrenatural. El Estado debe atender al bien común, satisfaciendo las necesidades de sus miembros y procurando su defensa; pero debe también atender a ese fin sobrenatural que es la felicidad. Dado que este fin sobrepasa sus capacidades y limitaciones, queda justificada la subordinación del Estado a la Iglesia, que es la que se encarga de orientar al hombre hacia ese fin sobrenatural y logra que lleve una vida virtuosa. Conforme a su noción de ley divina y ley natural, plantea un cuarto tipo de ley, la ley positiva, que es la ley escrita concreta y particular de cada Estado. La ley positiva es una exigencia de la ley natural: el hombre es un ser social por naturaleza y la vida social requiere unas leyes escritas. Las normas positivas han de inspirarse por tanto en las normas naturales y no ir contra ellas.