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C O L U M N A
V E R T E B R A L
Presentado por:
Jaime Venegas Ostios
Óscar Julián Castro Gómez
Presentado a:
Jhon Petter Muñoz
Trabajo presentado como requisito para la materia
de Seminario electivo – Bio mecánica
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
FACULTAD DE EDUCACION FISICA, LICENCIATURA EN DEPORTE
BOGOTA, 15 de Abril de 2008
L A
C O L U M N A
V E R T E B R A L
La estructura ósea de la columna
vertebral
está
formada
por
veinticuatro vértebras articuladas y
nueve o diez fusionadas en una
sola.
La columna se divide en:
7 vértebras cervicales (cuello)
12 vértebras dorsales (tórax)
5 vértebras lumbares (zona inferior
de la espalda)
5 sacras (cintura pélvica posterior
llamado sacro)
4 coccígeas (parte final de la columna llamado cóccix)
Las vértebras cervicales, dorsales y lumbares son independientes “libres”, las pélvicas
se unen formando 2 elementos el sacro y el cóccix, sin articulación entre ellas.
Esta distribución siempre es así, salvo en las anomalías denominadas:
Lumbalización. La primera vértebra sacra se presenta como una vértebra
independiente.
Sacralización. La última vértebra lumbar se fusiona con el hueso sacro.
VERTEBRAS
LIBRES
CARACTERES
COMUNES
Cuerpo
El cuerpo ocupa la parte anterior y tiene la forma de un cilindro con dos caras y una
circunferencia. De las dos caras, una es superior y la otra inferior. Son planas y
horizontales. Una y otra presentan en su centro una superficie acribillada de agujeritos,
circunscrita por una zona anular ligeramente prominente y formada de tejido
compacto. La circunferencia, cóncava en sentido vertical por delante y por los lados,
presenta un canal horizontal, dirigido de uno al otro lado. Por detrás es plana o hasta
excavada en sentido transversal, para constituir la pared anterior de agujero vertebral.
En su parte media se ven numerosos orificios destinados a conductos venosos, que
proceden del cuerpo vertebral.
Agujero Vertebral
Está comprendido entre la cara posterior del cuerpo vertebral y la apófisis espinosa.
Tiene la forma de un triangulo de ángulos más o menos redondeados.
Apófisis Espinosa
Impar y media se dirige hacia atrás bajo la forma de una larga espina, de la cual recibe
el nombre. Se distinguen en ella la base, que la une a la vértebra; el vértice, a veces
ligeramente desviado a derecha o a izquierda; dos caras laterales izquierda y derecha,
en relación con los músculos espinales; un borde superior, más o menos cortante; un
borde inferior, generalmente más grueso que el precedente y también mucho más
corto.
Apófisis Transversas
En número de dos, una derecha y otra izquierda, se dirigen transversalmente hacia
fuera, y de ahí el nombre que llevan. En cada una de ellas hemos de considerar: la
base, que la une a la vértebra; el vértice, que es libre; dos caras, anterior y posterior, y
dos bordes, superior e inferior.
Apófisis Articulares
Son dos eminencias destinadas a la articulación de las vértebras entre sí. Son en
número de cuatro: dos ascendentes y dos descendentes. Colocadas simétricamente a
cada lado del agujero vertebral, unas y otras sobresalen hacia arriba o hacia abajo del
nivel del arco óseo que limita este orificio.
Láminas Vertebrales
En número de dos: derechas e izquierda. Aplanadas y cuadriláteras, forman la mayor
parte de la pared posterolateral del agujero raquídeo. Hemos de distinguir en cada una
de ellas: la cara anterior, que mira a la medula; la cara posterior, cubierta por los
músculos espinales; dos bordes, superior e inferior; la extremidad interna, que se
confunde con la base de la apófisis espinosa, y la extremidad externa, que se suelda,
ya con la apófisis transversa, ya con las apófisis articulares. Las láminas vertebrales
son ligeramente oblicuas hacia abajo y atrás.
Pedínculos
Son dos porciones óseas delgadas y estrechas que a uno y a otro lado, unen la base
de la apófisis transversa y las dos apófisis articulares correspondientes a la parte
posterior y lateral del cuerpo vertebral. Los bordes inferior y superior son curvos, lo
que hace que cada pedínculo presente dos escotaduras una superior y una inferior.
Estas escotaduras, superponiéndose regularmente con las vértebras vecinas, forman
a cada lado de la columna vertebral una serie de agujeros, llamados agujeros de
conjunción, por los que salen los nervios raquídeos.
CARACTERES PECULIARES DE LAS
VÉRTEBRAS DE CADA REGIÓN
Cada elemento de la vértebra trae consigo un carácter morfológico que permite
reconocer la región a que pertenece la vértebra.
Las vértebras cervicales, las dorsales y las lumbares se distinguen, respectivamente,
por los caracteres siguientes.
Vértebras Cervicales
El cuerpo, alargado transversalmente, presenta como caracteres distintivos:
1. Por delante, en la línea media: una pequeña prominencia vertical.
2. En las extremidades laterales de su cara superior, dos pequeñas eminencias,
ganchos o apófisis semilunares.
3. En los extremos laterales de su cara inferior, dos pequeñas escotaduras que, en el
esqueleto armado, están en relación con los ganchos de la vértebra subyacente. El
agujero es triangular, de base anterior. La apófisis espinosa es corta, poco inclinada,
tiene un canal en su borde inferior y esta bifurcada (dividida) en su vértice.
Las apófisis transversas están implantadas a cada lado del cuerpo. Tienen un canal en
su cara superior, son bituberculosas en su vértice y en su base existe un agujero,
llamado agujero transverso. Las apófisis están es cada lado colocadas exactamente
una encima de la otra. Sus carillas miran hacia atrás y arriba en las apófisis
superiores, hacia delante y abajo en las apófisis inferiores. Las láminas son
cuadriláteras, más anchas que altas y dirigidas oblicuamente hacia abajo y atrás. Los
pedículos se implantan en el cuerpo vertebral en un punto algo menos distante de su
cara superior que de la inferior. Las dos escotaduras no son exactamente iguales: la
inferior es algo más profunda que la superior.
Vértebras Dorsales
El cuerpo vertebral presenta en cada lado y cerca de la extremidad anterior del
pedículo dos semicarrillas articulares, superior e inferior, para la cabeza de las
costillas. El agujero raquídeo es relativamente pequeño e irregularmente circular. La
apófisis es muy larga, prismática, triangular y fuertemente inclinada hacia atrás. Las
apófisis transversas nacen por detrás del pedículo. Su vértice es más o menos
redondeado, y en su cara anterior se ve una pequeña carilla articular para la
tuberosidad de la costilla correspondiente. Las apófisis articulares superiores, muy
marcadas, se dirigen verticalmente por encima de la base de las apófisis transversas;
sus carillas miran hacia atrás y un poco hacia fuera. Las inferiores quedan reducidas a
simples carillas articulares situadas en la cara anterior de las laminas; miran hacia
delante y un poco hacia dentro. Las láminas son cuadriláteras, tan altas como anchas.
Los Pedínculos unen el cuerpo vertebral a las apófisis transversas y a las
articulaciones. De las dos escotaduras, la inferior es mucho más profunda que la
superior.
Vértebras Lumbares
El cuerpo es voluminoso. El diámetro transverso es mayor que el antero posterior. El
agujero es triangular. La apófisis espinosa es de cuadrilátera, y muy desarrollada de
posición horizontal. Las apófisis transversas (apófisis costiformes) están relativamente
poco desarrolladas. Se desprenden de la parte media del pedínculo. Las apófisis
articulares tienen una dirección vertical. Las carillas articulares superiores tienen forma
de canales verticales, mirando hacia atrás y adentro y las inferiores, la forma de
eminencias verticales, representando porciones de un cuerpo cilindroide y mirando
hacia delante y afuera. En la parte posteroexterna de las apófisis articulares superiores
se ve un tubérculo más o menos desarrollado, el tubérculo mamilar. Las láminas son
cuadriláteras, más altas que anchas. Los pedínculos tienen una dirección
anteroposterior. Las escotaduras son muy desiguales, las inferiores son tres o cuatro
veces más considerables que las superiores.
DIAGRAMA PARA RECONOCER LA REGIÓN
A QUE PERTENECE LA VÉRTEBRA
Sobre la base de las apófisis
transversas
¿Tiene agujero?
Si
V. Cervical
No
V. Dorsal o Lumbar
Sobre la parte lateral
¿Tiene carillas articulares?
Si
V. Dorsal
No
V. Lumbar
Vértebras
Las vértebras sostienen la mayor parte del peso
que recae sobre la columna. El cuerpo de cada
vértebra está unido a un anillo óseo que consta de
varias partes. Una proyección ósea a cada lado
del cuerpo vertebral llamada pedículo sostiene el
arco que protege al conducto raquídeo. Las
láminas son las partes de las vértebras que
forman la parte posterior del arco óseo que rodea
y cubre al conducto raquídeo. Existe una apófisis
transversa a cada lado del arco donde algunos de
los músculos de la columna vertebral se fijan a las
vértebras. La apófisis espinosa es la porción ósea
del cuerpo vertebral que puede apreciarse como
una serie de protuberancias en el centro del cuello
y de la espalda de una persona.
Disco intervertebral
Los discos situados entre cada par de vértebras funcionan como amortiguadores y
como articulaciones. Están diseñados para absorber las cargas que soporta la
columna vertebral al tiempo que permiten el movimiento de los cuerpos vertebrales
entre sí.
Constan de un anillo exterior fuerte de fibras llamado anillo fibroso y de un centro
blando llamado núcleo pulposo. La capa exterior (anillo) ayuda a mantener intacto el
núcleo interior del disco. El anillo está formado por fibras muy resistentes que
conectan entre sí las vértebras. El núcleo del disco tiene un alto contenido de agua
que lo mantiene húmedo.
Carilla
Las carillas conectan los arcos óseos de cada uno de los cuerpos vertebrales. Hay dos
carillas entre cada par de vértebras, una a cada lado. Cada vértebra está conectada
con las situadas inmediatamente por encima y por debajo de ella mediante carillas,
diseñadas para permitir el giro de los cuerpos vertebrales entre sí.
Agujero intervertebral
El agujero intervertebral es la abertura por la que salen las raíces nerviosas de la
columna vertebral para dirigirse al resto del cuerpo. Hay dos agujeros intervertebrales
situados entre cada par de vértebras, uno a cada lado. El agujero crea un paso
protector para los nervios que transportan señales entre la médula espinal y el resto
del organismo.
Médula espinal y raíces nerviosas
La médula espinal se extiende desde la base del cerebro hasta la región situada entre
la parte inferior de la primera vértebra lumbar y la parte superior de la segunda
vértebra lumbar. La médula espinal termina dividiéndose en nervios individuales que
salen hacia la parte inferior del cuerpo y las piernas. Este grupo de nervios al final de
la médula espinal se llama cola de caballo. Por un tramo corto, los grupos de nervios
pasan por el conducto raquídeo antes de salir por el agujero intervertebral.
La duramadre es la membrana protectora que cubre la médula espinal. Forma un saco
hermético en torno a la médula espinal y los nervios vertebrales, y la médula espinal
está rodeada de líquido cefalorraquídeo dentro de este saco.
Los nervios de cada zona de la médula espinal se conectan con partes específicas del
organismo. Los nervios de la columna cervical van a la parte superior del tórax y a los
brazos. Los nervios también transportan señales eléctricas de regreso al cerebro,
creando sensaciones. El daño a los nervios, a las raíces nerviosas o a la médula
espinal puede provocar síntomas tales como dolor, hormigueo, entumecimiento y
debilidad.
LA COLUMNA CERVICAL
La columna cervical está formada por las primeras siete vértebras de
la columna vertebral. Se inicia inmediatamente por debajo del cráneo
y termina en lo alto de la columna torácica. La columna cervical tiene
forma de "C" hacia atrás (curva lordótica) y tiene mucha más
movilidad que las regiones torácica y lumbar de la columna. A
diferencia de otras regiones de la columna vertebral, la columna
cervical tiene unas aberturas especiales en cada vértebra para las
arterias que transportan sangre al cerebro.
Cada vértebra tiene una forma especial de modo que cuando se
apilan, la médula espinal queda protegida de cualquier daño por los
huesos de toda la columna vertebral. La médula espinal forma parte del sistema
nervioso central y es una prolongación directa del cerebro. Consta de una gran
colección de nervios y transporta mensajes del cerebro al resto del cuerpo.
Los dos primeros cuerpos vertebrales de la columna cervical se llaman atlas y áxis. El
atlas lleva el nombre del dios mitológico griego que sostenía el peso del mundo en los
hombros y es el cuerpo vertebral que sostiene el peso de la cabeza. Las vértebras
atlas y áxis de la columna cervical son diferentes de todas las demás vértebras porque
están diseñadas principalmente para la rotación. El atlas tiene el arco delantero
(anterior) grueso y el arco trasero (posterior) delgado, con dos masas prominentes.
El áxis esta debajo del atlas y tiene una protuberancia ósea llamada apófisis
odontoides que sobresale a través de un orificio del atlas. Este mecanismo permite el
giro de la cabeza de un lado a otro. Hay unos ligamentos especiales entre estas dos
vértebras que permiten la rotación entre estos dos huesos.
La columna vertebral tiene tres tipos de curvas
Cifótica: que se refiere a la curva hacia afuera de la columna dorsal (al nivel de las
costillas).
Lordótica: que se refiere a la curva hacia adentro de la parte lumbar de la columna
(localizada exactamente por encima de los glúteos).
Escoliótica: que se refiere a la curvatura hacia los lados de la columna, la cual es
siempre anormal.
Es normal que se presente un pequeño grado de curvatura cifótica y lordótica. La
exageración de la curvatura cifótica se describe como hombros circulares o curvados y
el término médico es enfermedad de Scheuermann. La exageración de la curvatura
lordótica se denomina, a menudo, con el término médico lordosis. Esta curvatura hace
que las nalgas parezcan más prominentes. Un niño que presenta una lordosis
marcada, cuando está acostado sobre su espalda en una superficie dura, muestra un
espacio entre la parte baja de la espalda y la superficie en la que se encuentra
recostado.
Si la curva lordótica es flexible, es decir, que vuelve a su forma normal cuando el niño
se inclina hacia adelante, es un signo de importancia médica mínima; pero si la curva
es fija, se debe realizar una evaluación médica y una intervención.
Los Defectos Posturales
La mala postura es un desequilibrio del sistema músculo - esquelético que produce un
mayor gasto de energía del cuerpo, ya sea cuando éste se encuentra en actividad o en
reposo, provocando cansancio y/o dolor. Las personas al tratar de reestablecer el
equilibrio de sus cuerpos, adoptan nuevas posiciones, ocasionando mayores
deformidades, en vez de apaciguar los efectos de una mala postura. Estas
deformidades pueden ser incapacitantes desde el punto de vista estético y de orden
funcional.
La mala postura en las personas es causada generalmente por problemas congénitos,
genéticos, infecciosos, posturales o idiopáticos (originados en sí mismo). Las
deformaciones en la columna también se pueden deber a enfermedades
degenerativas o malos hábitos. Las posturas inadecuadas en las personas, debido a
cargas en la espalda, pueden causar dolores musculares en cuello, hombros y
espalda, y provocar agotamiento.
DEFORMACIONES DE
LA COLUMNA VERTEBRAL
CIFOSIS
Es una flexión exagerada de la columna hacia delante. La columna torácica presenta
una flexión hacia delante normal de hasta 40º, por lo que en estos casos la cifosis es
normal o fisiológica. Una columna vertebral normal observada desde atrás se ve
derecha. Sin embargo, una columna vertebral afectada por cifosis presenta cierta
curvatura hacia delante (mas de 40º) en las vértebras de la parte superior de la
espalda, semejante a una "joroba".La cifosis puede coexistir con escoliosis, lo que se
denomina cifoescoliosis.
Cuando la Cifosis es reductible, según el diagnóstico médico, los pacientes son
sometidos a ejercicios correctivos de auto-estiramiento, hombros en retropulsión y
extensión cervical. Además de la recomendable práctica de voleibol, básquet y/o
natación, en algunos casos es necesario el uso del arnés en forma de ocho para
mantener los hombros hacia atrás. En casos más severos se puede recurrir a un corsé
o a una operación quirúrgica.
Cómo se produce
En la mayoría de los casos se debe a la adopción prolongada de posturas
inadecuadas o a que falta potencia en la musculatura paravertebral.
En una pequeña proporción de los adolescentes con hipercifosis, la deformación no se
debe a los vicios posturales ni a la falta de musculatura, sino a una anomalía en el
proceso de osificación de las vértebras dorsales, conocida como enfermedad de
Scheuermann. Realmente no es una enfermedad, sino sólo una variante de la
normalidad. Antiguamente se creía que causaba dolor de espalda, pero se ha
demostrado que no es así. Ni lo causa en el adolescente ni aumenta el riesgo de
padecerlo en el futuro.
Por último, existen otras causas de hipercifosis que no son realmente patologías
mecánicas del raquis, como infecciones tuberculosas de la vértebra, o aplastamientos
vertebrales por osteoporosis.
Síntomas
Lo habitual es que no cause dolores y sólo sea una observación estética. Observando
al sujeto de perfil, se percibe el aumento de la curvatura, en forma de "joroba" o
"chepa".
La debilidad de la musculatura que suele provocar la hipercifosis puede causar
contracturas musculares y dolores más fácilmente que la variación de la forma en sí
misma, que no tiene importancia.
Diagnóstico
Habitualmente, la hipercifosis puede observarse directamente. Una radiografía permite
confirmarla y determinar sus causas. A veces, con este último objetivo es necesario
hacer una gammagrafía ósea.
Tratamiento
La corrección de los vicios posturales y el ejercicio adecuado, adaptado por el médico
al caso específico de cada paciente, suele ser suficiente para corregir la hipercifosis y
prevenir o tratar los dolores que puedan existir.
Excepcionalmente, algunos médicos recomiendan un corsé en casos especialmente
deformantes o progresivos de la enfermedad de Scheuermann detectados antes de
que termine el crecimiento. En esos casos, es necesario evitar la atrofia muscular que
conlleva el uso constante del corsé, por lo que hay que quitarlo con la periodicidad que
presciba el médico para que el niño haga ejercicios o natación.
ESCOLIOSIS
La Escoliosis es una deformidad de la columna vertebral, la cual según el grado de
desviación o curvatura produce asimetría torácica.
La Escoliosis es un trastorno que hace que su columna vertebral se curve hacia los
lados. Usualmente, no produce dolor. Si junto a la escoliosis se presenta algún dolor
en la espalda, quiere decir que también hay una enfermedad en la columna o en los
nervios. La Escoliosis generalmente comienza, cuando el niño está entre los 8 y los 10
años de edad, pero sólo es notoria cuando llega a la adolescencia.
En la Escoliosis Estructurada se presenta la curva permanente acompañada de
rotación de los cuerpos vertebrales. En la No Estructurada, la curva desaparece con
los movimientos de inclinación lateral del tronco. Así tenemos las escoliosis adoptadas
por una mala postura, ya sea al sentarse o pararse, y las escoliosis provocadas por la
asimetría de miembros inferiores (cuando un miembro inferior es más corto que el
otro).
Síntomas
Curvatura anormal de la columna hacia un lado (lateral).
Hombros y cadera no alineados.
Curva compensatoria.
Dolor de espalda o dolor en la parte baja de la espalda.
Fatiga.
Falta de aliento.
Debilidad muscular (disminución de la fuerza muscular, a pesar del ejercicio) en la
espalda.
LORDOSIS
La lordosis es lo contrario a la cifosis. Se trata de una flexión de la columna hacia
atrás, que puede corresponder a la postura normal en la columna cervical y lumbar
para compensar la cifosis torácica, pero que también puede tratarse de una situación
anormal cuando es muy pronunciada. También puede aparecer en la columna lumbar
como compensación de la cifosis patológica en la columna torácica. La escoliosis
idiopática suele acompañar una lordosis relativa de la columna torácica (pérdida de la
cifosis fisiológica).
Causas de la lordosis
La lordosis casi siempre es una deformidad para compensar una deformidad primaria
en cifosis en cualquier segmento de la columna vertebral. También es la respuesta
lógica a las deformidades fijas en la flexión a nivel de la cadera. En la columna torácica
se observa como una pérdida relativa de la cifosis normal en la escoliosis idiopática.
Lordosis juvenil benigna (no tan importante médicamente)
Acondroplasia
Espondilolistesia
Disquitis
Puede haber otras causas para la lordosis, además de las mencionadas. La
posibilidad de incidencia de las mismas no está determinada por el orden en que éstas
se presentan. Entre las causas de este síntoma se pueden citar enfermedades y
medicamentos poco comunes. Además, las causas pueden variar según la edad y el
sexo de la persona y las características específicas del síntoma, tales como calidad, y
enfermedades asociadas.
Síntomas:
La característica clínica principal de este trastorno es la prominencia de las nalgas.
Los síntomas variarán si la lordosis se presenta junto con otros defectos como por
ejemplo, la distrofia muscular, la displasia del desarrollo de la cadera u otros trastornos
neuromusculares.
Por lo general, la lordosis no está asociada con el dolor de espalda, el dolor de piernas
ni cambios en los hábitos de evacuación intestinal y de la vejiga. Los síntomas de la
lordosis pueden parecerse a los de otros trastornos o deformidades de la columna, o
pueden presentarse como consecuencia de una lesión o de una infección.
ESPONDILOLISTESIS
Otra clase de deformación de la columna, se produce
cuando una vértebra se desplaza hacia adelante con
relación a una vértebra adyacente (por lo general en la
columna lumbar). Existen dos tipos según se deslice
hacia adelante ("anterolistesis") o hacia atrás
("retrolistesis"), y se clasifica en cuatro grados en función
del grado de desplazamiento.
Cómo se produce
Lo más frecuente es que sea una complicación de una
espondilolisis previa, al separarse los dos trozos
separados de la lámina de la vértebra.
En otros casos, la articulación facetaria en un segmento concreto (habitualmente la
cuarta o quinta lumbar) que la hace tener un tamaño distinto a la de los demás
segmentos, por lo que la vértebra no queda alineada con las demás. Ese distinto
tamaño puede deberse a una malformación de la articulación o a su desgaste. En el
primer caso, la espondilolistesis se observa desde la infancia, en el segundo, la
vértebra se va deslizando a medida que el sujeto envejece y la articulación se va
desgastando.
En otros casos, la causa es un accidente o traumatismo importante, que causa el
desplazamiento de la vértebra, con o sin fractura.
A veces, a lo largo de los años el grado de deslizamiento puede ir progresando.
Síntomas
Los síntomas que acompañan a una espondilolistesis incluyen lumbago, dolor en los
muslos y/o piernas, espasmos musculares, debilidad, y/o tensión en músculos y
tendones. Algunas personas no presentan síntomas y descubren la existencia del
trastorno en una radiografía que lo revela. En casos avanzados, el paciente puede
parecer inclinado hacia atrás con un abdomen que sobresale, un torso más corto y
marcha de pato.
En general, las espondilolistesis de grados I y II no suelen ser causa de dolores. Son
un hallazgo casual en una radiografía y está demostrado que es un error operarlas si
no provocan problemas.
Aunque no siempre lo hacen, las espondilolistesis de grado III o IV pueden provocar
dolor de espalda. Si llegan a provocar compresión nerviosa también pueden causar
pérdida de fuerza importante o progresiva, o dolor irradiado a las piernas.
Riesgos
La espondilolistesis de grado III o IV puede llegar a producir compresión nerviosa.
Por otra parte, la compresión puede aparecer después de la cirugía, cuando al operar
se decide recolocar las vértebras -es decir, no sólo fijarlas sino realinearlas-. Por eso,
hoy en día, cuando no hay más remedio que operar se tiende a ser lo menos agresivo
posible.
Diagnóstico
Para diagnosticar la espondilolistesis y cuantificar su grado es necesario hacer
radiografías.
Si se sospecha que se está iniciando una compresión nerviosa, puede tener sentido
usar pruebas neurofisiológicas.
Tratamiento
Las espondilolistesis de grados I y II no suelen dar problemas, y está demostrado que
es un error operarlas cuando no los causan. El ejercicio físico adaptado a cada
paciente en función del nivel de la columna en la que esté la espondilolistesis, su tipo y
grado, puede ser eficaz para detener su eventual progresión.
La mayoría de las espondilolistesis que causan dolor responden a los tratamientos
conservadores sin que sea necesario operarlas.
La cirugía sólo es necesaria en las espondilolistesis de grado III y IV en las que se
demuestra que el deslizamiento provoca compresión nerviosa causando pérdida de
fuerza importante o progresiva, o dolor irradiado a las piernas. Cuando está indicada,
se suele hacer una artrodesis.
Algunas de las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible
establecen que, salvo en los casos en los que un accidente o traumatismo importante
es la causa de la espondilolistesis, la cirugía no suele plantearse como opción en los
primeros 3 meses de síntomas.
ESPONDILOLISIS
Consiste en la rotura de la lámina de la vértebra, de forma que la articulación facetaria
queda separada del resto. La vértebra que se afecta más frecuentemente es la quinta
lumbar, seguida por la cuarta. En la mayoría de los casos en los que la espondilolisis
afecta la cuarta lumbar existe una sacralización de la quinta lumbar.
Cómo se produce
En la mayoría de los casos, no se trata de una verdadera rotura, sino que el hueso no
llega a formarse. En estos casos, la separación entre la articulación facetaria y el resto
de la lámina existe desde el nacimiento y se mantiene constantemente a lo largo de la
vida.
En otros casos, en los que el hueso se forma correctamente, la lámina vertebral se
rompe a consecuencia de caídas o traumatismos repetidos. Eso ocurre típicamente en
deportistas y suele tardar entre 6 y 9 meses en repararse espontáneamente.
Síntomas
Con frecuencia, la espondilolisis no causa ningún dolor ni síntoma, y es sólo un
hallazgo casual en una radiografía. Eso ocurre especialmente en las espondilolisis que
aparecen como consecuencia de un defecto de formación del hueso.
Las espondilolisis que aparecen como consecuencia de una fractura o traumatismos
repetidos pueden causar dolor en la zona vertebral.
Por tanto, la demostración de que existe una espondilolisis en un paciente con dolor
de espalda no significa necesariamente que sea la causa de su dolor. De hecho, sólo
se considera que lo es cuando se debe a una fractura reciente.
Riesgos
Cuando la espondilolisis existe en ambos lados (izquierdo y derecho), la vértebra se
puede deslizar hacia delante o hacia atrás, apareciendo una espondilolistesis.
Sin embargo, esto no siempre ocurre y con frecuencia se observan espondilolisis en
sujetos sanos sin ningún dolor ni molestia.
Diagnóstico
Para diagnosticar la espondilolisis es necesario hacer una radiografía.
También puede tener sentido hacer una gammagrafía ósea. Tiene sentido hacerla:
Para confirmar la existencia de la espondilolisis cuando la imagen radiográfica no es
clara o conviene descartar enfermedades generales (como infecciones o tumores).
Para distinguir si la espondilolisis se debe a la falta de formación del hueso o a su
rotura. Si se debe a la falta de formación de hueso, la gammagrafía es normal. En las
espondilolisis por rotura del hueso, la gammagrafía detecta esa rotura durante 7 días a
partir del momento en el que se produce.
Para hacer el seguimiento del progreso de la cicatrización del hueso, en las
espondilolisis debidas a su rotura por traumatismos repetidos en deportistas. Eso
puede servir para definir el momento a partir del cuál pueden volver a entrenar.
Tratamiento
En los casos en los que la espondilolisis se debe a un defecto de formación del hueso
y no hay espondilolistesis asociada, no hay que hacer nada. En estos casos, la
espondilolistesis no es una enfermedad, sino sólo un hallazgo casual.
En los casos en los que la espondilolisis se debe a una rotura del hueso, por fractura o
traumatismos repetidos, es conveniente reducir o suspender los esfuerzos hasta que
se recupere -incluyendo los entrenamientos intensos en el caso de los deportistas.
El corsé puede indicarse en los pacientes en los que la espondilolisis se debe a la
rotura del hueso -y no a su falta de formación-, el dolor persiste a pesar de la
reducción de la actividad y el tratamiento. En estos casos, es necesario tomar medidas
para evitar la atrofia muscular y retirar el corsé progresivamente tan pronto como sea
posible.
LATIGAZO CERVICAL
Qué es
Consiste en la lesión cervical producida por una sucesiva flexión y extensión brusca y
excesiva del cuello. Esa combinación puede causar sucesivamente un esguince
cervical en la fase de flexión y, sobretodo, una lesión de la articulación facetaria de la
columna cervical en la fase de extensión.
Cómo se produce
Típicamente por un accidente de coche en el que se padece un choque frontal. El
impacto frontal induce la flexión excesiva del cuello y, justo después, la fuerza de
reacción causa su total extensión. Además, todo ello se produce muy rápidamente, sin
que dé tiempo a que la musculatura ejerza su función protectora.
Antiguamente, la extensión del cuello podía ser tan excesiva que podía producir
fracturas de las vértebras cervicales e incluso afectación de la médula y muerte. Los
coches modernos están provistos de reposa cabezas en los asientos justamente para
limitar la amplitud de la extensión del cuello y evitar ese riesgo.
Síntomas
El latigazo cervical causa dolor local intenso en la zona del cuello, con contractura
muscular y limitación dolorosa de la movilidad. Puede acompañarse de vértigo o
sensación de inestabilidad, y dolor referido a la nuca o el brazo.
Riesgos
No tiene ningún riesgo para la vida ni la función, pero el dolor puede cronificarse.
Diagnóstico.
Suele hacerse mediante la historia clínica y la exploración física. La radiografía sólo
sirve para descartar la existencia de fracturas o luxaciones en las vértebras cervicales.
Tratamiento
En una primera fase se pueden usar los mismos tratamientos que se indican en el
dolor de espalda común. Existen muchos tratamientos y los que han demostrado ser
eficaces se combinan en una pauta progresiva.
Inicialmente suele ser suficiente usar fármacos o realizar una intervención
neurorreflejoterápica si el dolor persiste pese a los fármacos durante más de 14 días.
El latigazo cervical que causa una afectación importante de la articulación facetaria es
una de las indicaciones concretas de la rizolisis, que consiste en destruir los nervios
presentes en la articulación para evitar que sigan transmitiendo dolor. Antes de
hacerlo, hay que comprobar que ese es el origen del dolor y que su realización será
eficaz, con la sistemática que se describe en el apartado correspondiente. Por otra
parte, es posible que el efecto de la rizolisis sea transitorio y sea necesario repetirla en
el futuro.
BIBLIOGRAFIA
MEDICINA PARA LA AUTOORGANIZACIÓN
“DOLOR CERVICAL”
Dr. Pablo Rubén Koval (Médico Especialista)
Paginas Web
www.allaboutarthritis.com
www.webdelaespalda.org
www.artroweb.com/areapacientes/cervical
www.ligareumatologicaandaluza.org
www.scare.org.co
www.hetah.net/medicina/columna.xml
www.lasguias.com