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Especialización en Comunicación Política
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(Aquí saldrían las actualizaciones del blog y las nuevas entradas. Por ahora solo tengo esta. Está
algo desactualizado el blog)
La televisión y su influencia sobre la audiencia
Creado: 21 de mayo de 2014
Por: Camila Moreno Gómez
Estudiante del Pregrado de Comunicación Social
Universidad EAFIT
Frente a los medios de comunicación masiva han existido siempre posiciones divergentes. Muchos estudiosos han analizado y teorizado la influencia que los
medios de comunicación de masas tienen sobre la audiencia y la opinión pública, en muchas ocasiones cayendo en extremos, que van desde una postura
completamente apologética, en la cual se afirma que los medios son la salvación de la sociedad, hasta una postura crítica y apocalíptica que considera a los
medios de comunicación como un artefacto repugnante de manipulación, con el cual los diferentes poderes buscan controlar a las masas. (Eco, 1965)
En el capítulo “La Opinión Teledirigida” del libro Homo Videns (1997) de Giovanni Sartori, el autor adopta una postura crítica frente a la televisión, más
específicamente hacia los programas de carácter informativo que en ésta se transmiten, pues según él, “actualmente, el pueblo soberano ‹‹opina›› sobre todo
en función de cómo la televisión le induce a opinar” (p.66). Tal aseveración conduce a la formulación de ciertas preguntas que este ensayo busca contestar:
¿No estará cayendo Sartori en el peligro de los efectos directos?, ¿En realidad la televisión influye directamente sobre las decisiones de los espectadores
formando en éstos una opinión pública generalizada?, ¿Si será cierto lo que expone Sartori al afirmar que la imagen le quita toda autonomía a la opinión del
individuo?
Partiendo de lo anterior, se debe explicar que según Sartori (1997) con la llegada de la televisión el acto de discurrir establecido por la prensa y la radio es
suplantado por el acto de ver, ya que la única información que se tiene en cuenta en la televisión es aquella que puede ir acompañada de una imagen o video.
El autor asegura que este medio le quita a quien lo ve la posibilidad de discernir y resistirse, pues con él la autoridad es la imagen, ya que el ojo cree en lo que
ve y lo que se ve parece real y por lo tanto verdadero. De este modo, la imagen le dice al espectador qué es lo que tiene que creer, fabricando una opinión
pública heterónoma que pierde toda su autonomía.
Sin embargo, el presupuesto anterior resulta bastante elitista, pues sitúa al público en una posición de inferioridad, al insinuar que éste es ignorante e incapaz
de razonar y de distanciarse de lo que le muestra la imagen. Según Sartori mirar impide pensar, pero olvida que el espectador es un ser humano dotado de
inteligencia que cuenta con capacidades cognoscitivas suficientes que le permiten comprender y aprender cosas nuevas traduciendo su propia versión de lo
que ve.
Ahora bien, puede argumentarse entonces que Sartori pertenece a una línea de pensamiento basada en la noción de que los medios de comunicación son
instituciones que moldean las opiniones del público y que éste último es una masa de individuos indefensos que no pueden escapar a la manipulación
mediática. Este aspecto de la comunicación es llamado la teoría de los efectos directos o también conocida como el modelo de la aguja hipodérmica, según el
cual “cada miembro del auditorio es directamente impactado por el mensaje del medio, acompañado por el resto de los individuos en un auditorio de masas.
Una vez que el mensaje le ha llegado, la comunicación puede influir en él o no, según sea el mensaje lo suficientemente potente” (Wright, 1980, p.64).
Vale la pena anotar con respecto a lo anterior que, aunque la manipulación mediática es posible, jamás será tan potente como para producir efectos
automáticos y/o formar una opinión pública generalizada y uniformada (Maigret, 2003). La televisión no es un simple aparato que inyecta información, a partir
de ésta se origina todo un proceso de mediación y resignificación, pues a pesar de que el medio expone una parte de la “realidad” de cierta manera específica
con el fin de enganchar a la audiencia, en cada uno de los individuos se dan procesos de resignificación basados en las negociaciones, las interpretaciones, la
traducción, las formas de reconocimiento y el contexto personal.
Por otra parte, dicho modelo deja a un lado el papel fundamental que cumplen los líderes de opinión en el proceso de formación de la opinión pública. De
hecho, en su texto el autor señala que la televisión es explosiva porque destrona a los líderes intermedios de opinión y que además, la fuerza arrolladora de la
imagen rompe el sistema de equilibrios y retroacciones instaurado por los antecesores de la televisión (la prensa y la radio). Afirmar esto equivale a decir que
la televisión sustrae a los individuos del mundo social, lo cual es imposible.
Nunca se debe olvidar el contexto social en el cual se hallan los miembros de la audiencia pues la situación social del individuo influye en su respuesta y
actitud hacia los medios comunicacionales. Los individuos hacen parte de una red de grupos primarios y grupos secundarios. El grupo primario está compuesto
por el grupo de personas con los que el individuo tiene más posibilidad de tener interacciones cara a cara y está compuesto por la familia, compañeros de
trabajo o estudio, amigos muy cercanos o los miembros de una comunidad cerrada. Los grupos secundarios están compuestos por otros conocidos más
lejanos y hasta desconocidos que también pueden influir sobre las opiniones y actitudes de los individuos. Charles Wright afirma que estos grupos primarios y
secundarios “inevitablemente, afectan la forma como el individuo se expone a la comunicación de masas, cómo interpreta y reacciona ante una comunicación
dada y la profundidad con que su comportamiento es modificado o no en relación con el mensaje” (1980, p.65).
De este modo, un modelo más acertado de la comunicación es el modelo de los dos o más pasos, el cual desmonta el modelo de la aguja hipodérmica y baja a
los medios de su supremacía, pues ya no se considera que el medio afecte directamente al receptor, sino que en la distribución de la información se dan
procesos mucho más complejos. Ya que la recepción puede ser influida por el contexto y la situación social del individuo (Wright, 1980). En muchas ocasiones
los individuos tienden a recibir la información de los acontecimientos por medio de sus contactos personales mucho antes de haberla escuchado en los
medios, además las personas tienden a creer mucho más en las opiniones que escuchan por parte de sus líderes de opinión y allegados, que en la opinión que
un presentador les informa de manera poco personal en la televisión.
A modo de conclusión, se debe resaltar que no se trata aquí de afirmar que la televisión no puede influenciar en cierto grado el estado de la opinión pública,
porque de hecho si lo puede hacer. Tampoco se trata de decir que la presentación de las informaciones en la televisión no tiene ninguna pretensión de
manipulación, porque en muchos casos si tiene esa pretensión. No se busca negar que los programas informativos cada vez más estén tendiendo a la
espectacularización, ni mucho menos de esconder las múltiples falencias con que cuenta la televisión. Sin embargo, lo que se quiere refutar, es esa errónea
asunción de que los individuos de la audiencia son entes pasivos, incapaces de entender y de formarse sus propias ideas, se debe tener en cuenta que, como
lo dice Éric Maigret, el receptor también “dispone de capacidades de huida y contradicción” (2003, p.90), por lo tanto no es tan fácilmente controlado como
Sartori hace parecer. Además, los individuos que hacen parte de la audiencia no son un montón de seres atomizados, la audiencia hace parte de una
sociedad en la que se dan comunicaciones cara a cara e interacciones que pueden influir mucho más sobre las opiniones del individuo que cualquier cosa que
éste escuche en televisión.
Bibliografía
Eco, U. (1965). Apocalípticos e integrados. Barcelona, España: Editorial Lumen.
Sartori, G. (1997). Homo videns. España: Editorial Taurus Pensamiento.
Maigret, É. (2005). Sociología de la comunicación y de los medios. Bogotá, Colombia: Fondo de la Cultura Económica Ltda.
Wright, C. (1980). Comunicación de masas: una perspectiva sociológica. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Sobre la Especialización
-Presentación
-Plan de estudios
-perfil del egresado
-Planta docente
-Convenios
Presentación
Especialización en Comunicación Política
Universidad EAFIT
Registro SNIES 53664

Presentación del programa:
La Especialización en Comunicación Política es un programa de formación avanzada, que fundamenta su existencia en la necesidad de estudiar los modos,
espacios y agentes mediante los cuales se comunica la política en las sociedades actuales.
El término “Comunicación Política” surge en la década de los años 50 del siglo XX, y con él se denomina un campo de estudios enfocado al análisis de las
emergentes relaciones entre los gobiernos de las democracias liberales, los medios de comunicación y la ciudadanía, propiciadas por los cambios del entorno
político y social.
Como programa de Especialización, busca la cualificación analítica, creativa e interpretativa de los profesionales de las áreas de las ciencias políticas,
sociales, humanas y de la comunicación, desarrollando en éstos competencias y habilidades orientadas al planteamiento y la solución de problemas
relacionados con los nuevos y complejos vínculos producidos entre los actores políticos, los medios de comunicación y la sociedad.
Modalidad: Presencial
Título que otorga: Especialista en Comunicación Política
Horario: Martes y Jueves, de 5 a 9 p.m.
Duración: Dos semestres
Dirigido a
• Profesionales de todas las carreras interesados en tener una comprensión multidisciplinaria y global de la comunicación y su relación con lo político.
• Estudiantes de la línea de énfasis en Comunicación Política de los programas de Ciencias Políticas y Comunicación Social de la Universidad EAFIT.
• Politólogos, Comunicadores Sociales y demás profesionales de las ciencias y las artes que requieran abordar integralmente el estudio de la Comunicación
Política.
• Dirigentes políticos, funcionarios públicos, asesores políticos, profesionales y líderes sociales, adscritos, bien sea a partidos políticos e instituciones del
Estado, o a organizaciones no gubernamentales y del tercer sector, interesados en la reflexión y el uso de la comunicación en procesos políticos.
• Comunicadores sociales y periodistas adscritos a oficinas de prensa del sector público y a las oficinas de comunicación de organizaciones políticas y
sociales, cuyo trabajo consiste en la producción y la gestión de la información y la comunicación.
• Periodistas y profesionales de los medios de comunicación que trabajan en la producción del acontecer social de la ciudad, la región y el país.

Factores diferenciadores (convenios y redes a las que pertenece el Departamento que ofrece el programa, asociaciones a las que pertenezca,
Espacios asociados al programa (ejemplo para internacionalización).
1.
Convenios interinstitucionales. El Programa de toma como punto de partida los convenios interinstitucionales suscritos y vigentes de la Universidad
EAFIT con instituciones homólogas que brinden las condiciones de intercambio necesarias para avanzar en los procesos de formación de los
estudiantes y profesores del Programa
2.
Movilidad de docentes y estudiantes. Conforme a los desarrollos de investigación, docentes y estudiantes tendrán la posibilidad de participar en
eventos académicos internacionales donde expondrán los resultados de sus investigaciones.
Plan de estudios
MODULO 1: Comunicación Política

HL 0750 Comunicación política I: Esfera pública y sociedad
(3 créditos): Introducción a las teorías que han delimitado y problematizado el concepto de esfera pública en las sociedades antiguas y modernas. Incluye el
análisis de las relaciones y de las agendas temáticas que ponen en juego periodistas, políticos y ciudadanos en la vida pública.

HL 0756 Contexto I: Actores institucionales de la política
(2 créditos): Análisis de la comunicación política en el marco de los conceptos que fundamentan y/o reformulan la tradición de la democracia representativa y
los canales institucionales de la acción política. Incluye el estudio del sistema político desde procesos de continuidad y cambio, y desde los impactos de
dinámicas globales en la política institucional.
MODULO 2: Mediatización de la política

HL 0751 Comunicación política II: Medios y política
(3 créditos): Identificación de los procesos históricos y sociales mediante los cuales los medios de comunicación y el periodismo se han relacionado con la
política, y viceversa. Incluye el análisis de los valores y modelos periodísticos en juego para comunicar la política.

HL 0753 Taller de análisis I: Análisis del discurso político
(3 créditos): Análisis de la política como una actividad relacionada con la argumentación y la persuasión, la retórica y la propaganda. Incluye el estudio de los
procedimientos y estructuras de significación presentes de manera explícita e implícita en los mensajes que adquieren dimensiones políticas.
MODULO 3: Marketing y estrategia

HL 0752 Comunicación política III: Marketing político
(3 créditos): Análisis del proceso y de las herramientas mediante las cuales la política deviene mercado, esto es, las nuevas formas de gestión de la visibilidad
política que buscan redefinirla a partir de las lógicas del target, la personificación de los líderes políticos, las relaciones públicas, la comunicación publicitaria,
las encuestas de opinión y el protagonismo de los “expertos”, entre otros.

HL 0754 Taller de análisis II: Estrategias de comunicación
(2 créditos): Estudio y aplicación de las reglas y procedimientos utilizados para argumentar, con-vencer y movilizar. Incluye el análisis de las tácticas y las
estrategias retóricas, gestuales y corporales, los géneros discursivos y los soportes tecnológicos a través de los cuales los enunciadores de la política buscan
producir “efectos de sentido” en el auditorio al que se dirigen.
MODULO 4: Opinión pública y redes sociales

HL 0755 Taller de análisis III: Análisis de la opinión pública
(3 créditos): Análisis de las interacciones entre “actores” políticos, mediáticos y ciudadanos que tienen la capacidad de, o luchan por, expresarse en la esfera
pública. Incluye el estudio y la aplicación de métodos de análisis de la opinión pública y la recepción política, asociados a las encuestas y los barómetros, por
una parte, y a los grupos de discusión y la etnografía de los públicos, por la otra.

HL 0758 Contexto III: Tecnologías de la visibilidad
(2 créditos): Análisis de la comunicación política en el contexto de los cambios sufridos por las tecnologías de la información y la comunicación. Incluye el
estudio de los nuevos entornos mediáticos (internet, blogs, plataformas virtuales) y el análisis de los cambios sufridos en las audiencias de los medios y los
públicos de la política, entre otros aspectos.
Perfil del egresado
Perfil del egresado y Áreas de desempeño laboral
El Especialista en Comunicación Política estará capacitado para desempeñarse como:
• Asesor y/o diseñador de discursos, estrategias y planes de comunicación en instituciones de carácter público-gubernamental, organizaciones no
gubernamentales y del tercer sector, interesadas en producir y difundir procesos y estrategias de comunicación política.
• Director, gestor y/o consultor de organizaciones no gubernamentales que requieren de la comunicación para diseñar y movilizar asuntos de interés común en
la esfera pública.
• Estudioso de los lenguajes políticos, el comportamiento de la opinión pública y la persuasión política desde una dimensión reflexiva.
• Periodista de asuntos políticos y electorales.
Planta docente
Planta Docente
Planta docente





Adolfo León Maya Salazar. Magíster en Ciencia Política de la U. de A. Profesor del Departamento de Humanidades, Universidad EAFIT.
Ana Cristina Vélez López. Magíster en Ciencias Sociales de la U. de A. Profesor del Departamento de Humanidades, Universidad EAFIT.
Carlos Mario Correa Soto. Magíster en Literatura de la U. De A. Profesor del Departamento de Humanidades, Universidad EAFIT.
Jorge Alberto Giraldo Ramírez. Doctor en Filosofía de la U. de A. Decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades, Universidad EAFIT.
Jorge Iván Bonilla Vélez. Magíster en Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesor del Departamento de Humanidades, Universidad
EAFIT.

Juan Gonzalo Betancur Betancur. Especialista en Comunicación y Conflictos Armados de la Universidad Complutense. Profesor del Departamento de
Humanidades, Universidad EAFIT.

Liliana Vásquez Peláez. Comunicadora social, especialista en Comunicación Organizacional. Fundadora y directora de la corporación Planeación y
Comunicación para el desarrollo.

Santiago Leyva Botero. Candidato de Doctor en Administración Pública de la Universidad de Lancaster, Gran Bretaña. Profesor del Departamento de
Humanidades, Universidad EAFIT.

Sonia López Franco. Magíster en Lingüística Latinoamericana del Instituto Caro y Cuervo. Profesora del Departamento de Humanidades, Universidad
EAFIT.
Profesores invitados:

Carlos Andrés Pérez Múnera. Magíster en Estudios Políticos Aplicados. Candidato a Doctor en Comunicación Política. Docente universitario y
consultor político en áreas relacionadas con las campañas electorales, el marketing de gobierno y el manejo de crisis.


Catalina Montoya Londoño. Doctora en Comunicación Política. Analista de medios y asuntos internacionales. Profesora de la Universidad Javeriana.
Germán Rey. Doctor en Psicología. Consultor en temas de periodismo, política cultural y comunicación política; analista de medio y profesor de las
universidades Javeriana y Los Andes.

Juan Carlos Arenas Gómez. Sociólogo, magister en Ciencias Políticas. Actualmente es el director de la maestría en Ciencias Políticas de la
Universidad de Antioquia.

Mario Morales Rincón. Magister en Literatura. Analista de los nuevos entornos mediáticos: Internet, redes sociales y sus relaciones con la política y el
periodismo. Coordinador del énfasis de periodismo de la Universidad Javeriana.

Omar Rincón Rodríguez. Master en Televisión y Cine. Director del Centro de Competencia en Comunicación para América Latina (c3) de la Fundación
Friedrich Ebert; profesor de la Universidad de Los Andes.
Convenios
Convenios
Algunos de los convenios de cooperación recientes son:
1.
Convenio entre la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal –HEC- y la Universidad Eafit para programar, planear y desarrollar programas y
proyectos académicos de tipo científico o tecnológico.
2.
Convenio de cooperación interinstitucional entre la Universidad EAFIT y la Universidad de Oklahoma para potenciar intercambios a nivel de postgrado y
de pasantías de profesores.
3.
Acuerdo de entendimiento donde la Universidad EAFIT y la Universidad de Maryland Baltimore County, manifiestan su voluntad de promover el
intercambio de empleados, investigadores y estudiantes para realización de investigaciones colaborativas y/o intercambios académicos.
4.
Convenio marco de cooperación académica, científica y cultural entre la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad EAFIT, para promover la
investigación científica y la formación para la docencia.
5.
Convenio General de Cooperación académica e intercambio técnico, científico y cultural entre la Universidad Federal de Rio de Janeiro y la Universidad
EAFIT.
6.
Convenio Marco de Cooperación entre la Universidad del Valle y la Universidad EAFIT.
7.
Convenio de Cooperación Académica Interinstitucional entre la Universidad de los Andes (Bogotá) y la Universidad EAFIT (Medellín).
8.
Convenio Marco de Cooperación entre la Universidad Externado de Colombia y la Universidad EAFIT.
9.
Convenio Específico de Cooperación Institucional entre la Universidad de Antioquia y la Universidad EAFIT, para establecer las bases para la mutua
cooperación en la realización de estudios de posgrado para sus docentes.
10.
Convenio Marco de Colaboración Universitaria Internacional entre la Universidad de Murcia (España) y la Universidad EAFIT (Medellín – Colombia).
11.
Convenio Marco de Cooperación Técnico – Científico – Cultural entre la Universidad Do Vale de Rio Dos Sinos (UNISINOS) y la Universidad EAFIT.
12.
Acuerdo de Cooperación entre el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos – ONU HABITAT y la Universidad EAFIT.
13.
Convenio específico de cooperación para la movilidad de docentes y estudiantes con el Consortium for Comparative research on Regional Integration
and Social Cohesion –RISC-.
14.
Convenio específico de cooperación para la movilidad de docentes y estudiantes con la Universidad de Verona y la Universitá La Sapienza di Roma.
15.
Acuerdo de cooperación para gestionar apoyo mutuo a actividades académicas con la Red de Postgrados de investigación Latinos en Administración y
Estudios Organizacionales –Red Pilares-.
16.
Convenio de investigación con CERMA-MASIPO, Escuela de Altos Estudios de la Universidad de París.
Artículos
(Está muy desactualizado todo, me encargaré de conseguir nuevos textos)
Por: María Camila Sánchez Zuluaga
Estudiante Pregrado de Comunicación Social
Universidad EAFIT
CREADO EL MARTES 8 ABRIL, 2014
¿Se ha preguntado alguna vez, por qué no le hacen a usted esa encuesta de candidatos que presentan en la televisión? Acaso, ¿Comprende perfectamente
esos resultados estadísticos que abarcan la opinión pública sobre las candidaturas políticas? Sí, usted no traga entero, pero ¿Es consciente que cada cifra
implica una cantidad de supuestos no mencionados?
Desde una perspectiva de análisis de las encuestas de opinión, es válido afirmar que la opinión pública puede presentarse de manera tergiversada.
A algo similar se refería Bourdieu en la conferencia impartida en Noroit (Arras) en enero de 1972, y publicada en Les temps modernes. Este sociólogo a partir
de tres postulados implícitos en las encuestas de opinión devela el funcionamiento y funciones de la misma, pero no desde aspectos meramente técnicos, sino
a partir del abordaje de un trasfondo de cosas que suelen permanecer ocultas, y que en este caso, poderosos intereses no quieren que se sepan.
Bourdieu abarca los siguientes 3 aspectos:
1.
Toda encuesta de opinión supone que todo el mundo puede tener una opinión
2.
Todas las opiniones tienen el mismo peso
3.
Hay un acuerdo o consenso sobre las preguntas que se plantean
Cada aspecto lo desglosa y así devela su tesis.
Su tesis principal radica en que dichos postulados implican distorsiones en los resultados de las encuestas de opinión y en sí en la opinión pública, aun cuando
éstas cumplen con todas las condiciones de rigor metodológico en la recolección de datos. A través de un análisis profundo de aspectos sociales, de
comportamiento e ideologías, el autor revela y concluye que la opinión pública de los sondeos se realiza a la medida de los gobernantes que la patrocinan. Por
lo que es evidente que la opinión pública en dichas encuestas puede presentarse de manera tergiversada.
Esta conclusión es realmente valiosa, incluso 42 años después de su formulación; su estudio y reflexión hace referencia a que las preguntas en las encuestas
favorecen la imagen de los gobernantes respecto a sus electores, se infiere que los sondeos están manipulados por quienes los realizan, debido a que la forma
en que se estructuran las preguntas condicionan los tipos de respuestas de las mismas, en otras palabras las preguntas están diseñadas para obtener
resultados específicos que demuestren lo que los gobernantes quieren mostrar.
Los sesgos se vuelven base fundamental de cada planteamiento impartiendo posiciones y resultados, para al final presentar una cifra que define el
pensamiento de una mayoría con el objetivo de incitar al demás público a pensar de una determinada forma, pero dejando a un lado cualquier tipo de
interpretación e incluso a veces haciendo que los ciudadanos improvisen respuestas.
Se habla entonces de la manipulación de una cantidad de opiniones individuales, en contextos diferentes que al final por obra de quién realiza y paga la
encuesta presenta el resultado esperado de cierta Opinión Pública Agregada a la comunidad, legitimando una política y reforzando las relaciones de fuerza
que la hacen posible; todo con el fin de mantener ese status quo, que aunque incluya partes contrapuestas, en un momento dado, es decir el deseado por la
firma para emitir los resultados presenta una situación de supuesto ‘’equilibrio’’, a pesar de que los factores individuales varíen.
A esto Bourdieu lo llama imponer una ilusión de Opinión Pública, lo que traduciría; presentar una especie de ’’resultados’’ realizados de forma engañosa (con
sesgos evidentes) para sostener un posible equilibrio global en cuanto a un tema de Opinión Pública deseado.
Aunque el autor no lo mencione directamente, el voto es la forma en que para los políticos y gobernantes se representa efectivamente la Opinión Pública, es
necesario entonces que ellos la conozcan para saber cómo los ve la ciudadanía, pero también y en consecuencia, las encuestas de opinión deben presentar
cifras que les convengan para establecer una Opinión Pública Agregada general a su favor.
Al pensar este análisis y en referencia a la tergiversación; desde la vida social actual, cabe preguntarnos ¿qué tan efectivas e imparciales son las firmas
encuestadoras que nos presentan los resultados de aspectos relacionados a las elecciones?, también ¿cuál es su verdadera intención con todo ese estudio? si
el ignorar o no los ‘’no saben o no responden’’, si verdaderamente es una muestra aleatoria y representativa la que toman en cuenta o si simplemente se
abarca un grupo con una opinión o posición ya declarada. Pero con mayor relevancia debemos preguntarnos a la hora de responder o leer los resultados de
una pregunta ¿si la forma en que se encuentra planteada en la encuesta o si la misma encuesta está exenta de sesgos?
Cuando Bourdieu dice que las encuestas de opinión son un instrumento de acción política, revela todo ese contenido que hay detrás de ellas. ‘’La estrategia de
candidatos consiste en plantear mal las cuestiones y en jugar al máximo con el disimulo de las divergencias para ganarse los votos indecisos, reflejado en esas
preguntas, que unos miden en centímetros y otros en kilómetros’’ (Bourdieu, 1999)
La tergiversación de dichas encuestas, radica no solo por el interés de quién la realiza, sino también en las posibles posiciones que tomamos y que son
posibles tomar a través de sus respuestas; Lo que evidencia el efecto de politización, la elección de grupos políticos y de forma constante la imposición de una
problemática. Es ahí donde radica el juego de intereses de la encuesta de opinión y es a esto a lo que nos sometemos cuando la respondemos, seamos o no
conscientes de ello.
Cuando se expresa una opinión, lo hacemos de forma aislada, no se tiene en cuenta la cantidad de variables que hay dentro de ella; sólo se acopla a una
respuesta ya estructurada por alguien y que en ciertos casos es la única opción que se asemeja a lo que pensamos, aunque no sea totalmente lo que
queremos expresar. Se vuelve impreciso todo este asunto de la opinión pública en el momento en que respondemos, pero cuando las cifras son presentadas
como conclusión de un estudio, todas esas imprecisiones se dejan a un lado y se concentran en una media de la Opinión Pública, que evidentemente en las
encuestas de opinión actúa de forma Agregada.
El falseamiento o tergiversación de la opinión pública puede variar dependiendo de las acciones tomadas en la elaboración, desarrollo y presentación de las
encuestas, estar atentos no es suficiente para ignorar dicho sesgo, pero un primer paso es no creer ciegamente en lo que nos es presentado
estadísticamente; una cifra puede hacerse pasar por la opinión de miles de personas, pero dentro de cada opinión seguro habrá muchas más cifras que son
ignoradas por ideales y en consecución al sometimiento principal de la encuesta; según Bourdieu a causa de un gobernante, pero realmente pueden ser
opositores, interesados, familiares, empresas, inversores, entre otros los que pueden influir en dicha información.
Aunque tengamos acceso a la opinión pública, no sobra estar atento a todo el procedimiento técnico que acarrea una encuesta, tampoco a la demanda
particular a la que parece estar subordinada, pero sobre todo a la hora de creer en los resultados pensar en todo lo que se ignora, en qué dicen y cómo lo
dicen.
“Esta opinión pública es un puro y simple artefacto cuya función es disimular que el estado de la opinión en un momento dado es un sistema de fuerzas, de
tensiones y que no hay nada más inadecuado para representar el estado de la opinión que un porcentaje”. Bourdieu (1999)
Bibliografía:
P. Bourdieu (1999), Questions de sociologie, París, Minuit. Versión en castellano de Enrique Martín Criado, en: Cuestiones de Sociología, Istmo,MadridEspaña, pp. 220-232, Col. Fundamentos, no. 166
Lo que dicen los medios del Proceso de Paz
Síntesis de Lo que dicen los medios del Proceso de Paz, febrero 6 – 8 de 2013, artículo de el portal www.verdadabierta.com
Resumen semanal de las noticias más importantes sobre las negociaciones de paz entre la guerrilla de las Farc y el gobierno colombiano.
Respecto a la actual negociación de paz entre el gobierno Colombiano y la guerrilla de las Farc, el presidente Juan Manuel Santos distingue que el propósito
de las negociaciones es de lograr finalmente la paz y de marcar distancias con respecto al gobierno anterior, al igual que contribuir a la buena imagen del país
a nivel internacional.
Sobre los progresos, Santos señala que a pesar del ritmo lento, se podrían lograr en el tema agrario, aunque se refirió a varios retos que deberán enfrentarse
como el cumplimiento de los acuerdos pactados en el marco de una política de Estado, manejar el tema del narcotráfico, verificar el cese bilateral y ofrecer
resultados en materia de restitución.
Pese a los diálogos, la falta de información entregada al público esta haciendo perder la confianza y la esperanza de la sociedad de que se llegará a un
acuerdo en algún tiempo cercano.
A partir de esto Camilo González, director de Indepaz, plantea que debería existir un “canal de comunicación conjunto de la mesa que informe sobre los
avances”, así como mayor claridad sobre el contenido del acuerdo base, pues esa falta de claridad, según González, lo aprovechan algunos para criticar el
proceso. Concluye González señalando que “entre más informada este la gente mayor confianza van a tener sobre el proceso”.
http://www.verdadabierta.com/component/content/article/52-farc/4431-lo-que-dicen-los-medios-del-proceso-de-paz-febrero-6-8-de-2013/
¿De dónde vienen las audiencias?
CREADO EL MARTES 28 AGOSTO, 2012
Itinerarios de la investigación sobre recepción-audiencias en Colombia[1]
Por:Jorge Iván Bonilla Vélez.
Este trabajo pretende reconstruir la historia ―pasada y reciente― de los estudios de recepción-audiencias en Colombia[2] con el fin de mostrar, siguiendo una
línea periódica, cómo y desde dónde se han redefinido los temas y problemas que son objeto de preocupación de este (sub)campo de investigación de la
comunicación.[3] ¿Cuál es nuestro “deber de la memoria” con los estudios de recepción y audiencias? ¿Desde qué lugares de enunciación teóricometodológica se han llevado a cabo? ¿Qué continuidades, desplazamientos y rupturas presentan las agendas de investigación, reflexión y discusión sobre los
estudios de recepción-audiencias en el país?
Para dar cuenta de los anteriores interrogantes, el texto brinda un breve itinerario por los principales enfoques investigativos sobre la recepción-audiencias en
Colombia durante las últimas cinco décadas. Cuatro puntos conforman este recorrido. El primero plantea que los estudios de recepción-audiencias en el país
son anteriores a la década del ochenta del siglo XX. Estos surgen durante los años sesenta y setenta, de la mano del proyecto científico-político del cambio
social. Hablamos de una época de fuerte presencia de la sociología empírica funcionalista y del paradigma pluralista liberal de la Mass Communication
Research[4], cuyos enfoques para estudiar el impacto de las nuevas tecnologías de información y comunicación en los públicos campesinos estaba dirigido a
la aplicación de las teorías del cambio social. Su propósito era medir la eficiencia y la eficacia tanto del modelo educativo-cultural de las Escuelas Radiofónicas,
creadas en 1947 con el auspicio del gobierno de los Estados Unidos, como de la implementación de nuevas tecnologías productivas en el campo, orientado a
la modernización de las conciencias de los sectores rurales del país (Anzola & Cooper, 1985). ¿Por qué es importante re-abrir esta página, generalmente no
mencionada en los estudios de recepción colombianos, y qué tipo de estudios sobre los públicos y las audiencias campesinas eran estos? En páginas
siguientes retomaremos este interrogante.
El segundo punto afirma que lo fundacional durante años ochenta del siglo XX para los estudios de recepción-audiencias está en la ruptura que se produce
con el paradigma pluralista liberal, pero también con el marxismo más unidireccional, para asumir el lugar del “otro” en los procesos de comunicación y en las
prácticas culturales (Martín-Barbero, 1981). Se trata de un rompimiento que pone el acento, ya no en los procedimientos de modernización de las mentes y
corazones de los campesinos, por la vía de la difusión, la cohesión y el consentimiento social institucionalizado, sino en los procesos complejos de vivir
lamodernidad en América Latina, lo que lleva a prestar una especial atención a la problemática de la cultura popular, esto es, a los usos ordinarios y cotidianos
de la cultura, a ésta en cuanto espacio de lucha, mixtura y significación, y al conflicto social como “lugar” desde donde re-pensar los procesos de comunicación
y, por tanto, los procesos de recepción (Martín-Barbero, 1987). Para los estudios de recepción-audiencias, los años ochenta serán fundacionales por esta
ruptura, y porque además aclimatarán una serie de discusiones y agendas de investigación relacionadas con el lugar de lo “otro” ―lo popular― en nuestros
modos de experimentar cotidianamente la democracia, el espesor de nuestras violencias y las tramas de nuestras modernidades, vinculadas a los modos de
ver y de narrar el melodrama, por ejemplo.
¿Por qué “lo popular” dejó de ser el centro de los estudios de la recepción por parte de la comunidad académica de la comunicación en el país? El tercer punto
plantea que la pérdida de centralidad de lo popular va de la mano de la inclusión de otras agendas temáticas que comenzarán a “gobernar” el panorama
investigativo durante la década final del siglo XX. Nos referimos al protagonismo que adquiere, no sólo la preocupación por el consumo cultural y las políticas
culturales asociadas a éste, sino el interés por dar cuenta de otras modalidades de experimentar el conflicto social y de reconocer las diversas demandas que
los ciudadanos le hacen a la democracia, asociadas, esta vez, a las identidades juveniles, la heterogeneidad de las culturas urbanas y las subjetividades
sociales (Maffesoli, 1990; García Canclini, 1991, 1992; Feixa, 1998). Esto proporcionará una nueva terminología asociada a lo híbrido, lo subjetivo, lo
desterritorializado y lo postmoderno, que además comenzará a allanar el camino para lo que será el ingreso de una nueva insti tucionalidad académica: el
campo de los estudios culturales que, convertidos en programas de posgrado desde la primera década del siglo XXI, asumirán algunos de los otrora temas de
lo popular, pero con el nominador de lo subalterno o, en todo caso, de lo poscolonial. ¿Qué consecuencias tuvo esta institucionalización del campo de
los estudios culturales para los estudios de recepción?
Pero el desplazamiento no solamente fue de la recepción al consumo, o de lo popular a la subjetividad y la identidad. La primera década del XXI será testigo
de otro desplazamiento: de los sujetos populares a los sujetos infantiles-adolescentes-juveniles; todo lo cual apunta a la centralidad que adquiere en la agenda
investigativa los estudios sobre los hábitos de consumo y las modalidades de recepción de las audiencias infantiles-juveniles con respecto, sobre todo, a la
televisión. El cuarto punto señala entonces que lo que caracteriza la etapa más reciente de los estudios de la recepción-audiencias en el país, es el
protagonismo de una creciente ola pedagógica interesada en conocer los hábitos, las competencias y las prácticas de televidencia de la población infantil y
juvenil con el fin de intervenir en la formación de televidentes activos, por la vía de la educación para la recepción o, en todo caso, de la recepción crítica de
medios (López de la Roche, Martín-Barbero, Rueda & Valencia, 2000). Hablamos de una etapa en la que, por cierto, el péndulo académico de la recepción
parece haber vuelto a oscilar hacia el “poder” mediático, esto es, una época donde el interés por estudiar el poderoso influjo de las tecnologías de información
y comunicación intenta retornar a casa con fuerza.
Los años 50, 60 y 70: El “descubrimiento” de la audiencia
¿Son los estudios de la recepción una perspectiva de investigación que se instala en el país durante las tres úl timas décadas? Una respuesta a este
interrogante la ofrece una ponencia de la investigadora colombiana Elizabeth Fox, que retoma los resultados principales de un informe sobre el estado de la
investigación en comunicación en Colombia, el cual recogía información de dos décadas, 1957-1977. Luego de revisar 431 documentos ―de los cuales 172
correspondían a trabajos de grado de licenciatura― el equipo de investigación produjo algunos hallazgos relevantes. Por un lado, Fox advertía la existencia de:
“tres temas principales que abarcan las investigaciones de comunicación en el país: el estudio de los medios masivos, sus características, estructuras, efectos
y posibilidades de uso en programas de desarrollo; el análisis de las audiencias, sus características y potencial de respuesta y participación en programas de
comunicación; y el estudio de los procesos de difusión, adopción y el papel de la comunicación en la modernización y el desarrollo rural” (Fox, 1981, p. 146).
Por otro lado, señalaba que aproximadamente el 52% de los trabajos analizados habían sido llevados a cabo por institutos de desarrollo tecnológico y por
centros de investigación y capacitación no universitarios, entre los cuales figuraban el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, el centro de Acción Cultural
Popular, ACPO, y el Fondo de Capacitación Popular del otrora Instituto de Radio y Televisión de Colombia, INRAVISIÓN; todos ellos orientados a
la investigación aplicada, y financiados por “agencias de cambio” externas al país como la Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos, AID,
el Instituto lingüístico de Verano, los Cuerpos de Paz y las Fundaciones Ford y Rockefeller, entre otras (Fox, 1981, p. 145). El diagnóstico ofrecía, además, un
panorama sobre el estado de la investigación dentro del campo de estudios de la comunicación en el país hasta ese momento caracterizado por estar lejos de
la academia y más cerca de instituciones orientadas a promover, optimizar y evaluar programas de intervención social, en el marco de la denominada
comunicación para el cambio social dirigido.
¿A qué tipo de estudios de audiencias se refería este informe? Es aquí donde entra otro diagnóstico sobre el estado de la investigación en comunicación en
Colombia que precisa los criterios y actualiza los aportes de Elizabeth Fox y su equipo. Elaborado por Patricia Anzola y Patricio Cooper (1985), este nuevo
estudio toma un periodo de tiempo que va de 1957 hasta 1984, en el que se incluyen 314 documentos, entre ensayos, reflexiones teóricas e informes de
investigación empírica basados, estos últimos, ya fuera en las técnicas del cuestionario, el panel de opinión, la sistematización y evaluación de experiencias, o
la observación participante. El aporte de este trabajo está no sólo en la descripción que allí se hace de cada uno de los materiales analizados, sino en la
interpretación de las tendencias generales y los cambios sufridos por la investigación en comunicación hasta ese momento. Y aunque en el índice temático no
se hace alusión a descriptores tales como audiencia, recepción opúblicos, el material analizado sirve para responder la pregunta arriba formulada y para
complementar los resultados del primer estudio mencionado.
Revisando los hallazgos de Anzola y Cooper, entre 1959 y 1976 se pueden contabilizar alrededor de 37 investigaciones empíricas dirigidas a conocer y
evaluar, no sólo la tipología de los “mensajes” de la comunicación de masas, sino también las variables relacionadas con su impacto, tales como la importancia
de las redes sociales primarias en la (re)producción de los valores y las creencias de las personas (Gutiérrez & McNamara, 1968; Braun, 1975); la presencia
de líderes de opinión comunitarios en los procesos de incorporación grupal de las nuevas tecnologías (Amaya, 1959; Rogers & Van Es, 1964; Gómez, 1967,
Bernal, 1970); los usos de los canales de comunicación para la adopción de nuevas actitudes (Ocampo, 1974; Arevalo & Victoria, 1975); el contexto
sociocultural y los factores demográficos de sexo, edad y escolaridad que intervienen en la recepción de los mensajes y la adopción de innovaciones
(Deutschmann & Fals Borda, 1962; Alba & Rincón, 1970; Arevalo & Robayo, 1974); el perfil de la audiencia campesina que sintoniza la radiodifusión educativa
y sus preferencias de programación (Gómez & Gutiérrez, 1970; Gómez, Niño, Perilla & Umaña, 1970); así como el efecto de “movilidad multiplicadora” de los
medios, sobre todo la radio, en la adopción de los estilos de vida modernos planificados en los sectores de incidencia (Ferrer, 1959; Primrose, 1965; Bernal,
1971).
En esta modalidad de investigación empírica, programas como las escuelas radiofónicas de Radio Sutatenza o la revolución tecnológica en el campo,
implementada por el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, a lo largo y ancho del país, jugaron un papel determinante en la aclimatación de un tipo de
estudios orientados al “descubrimiento” de la audiencia. Y esto de la mano de expertos nacionales y extranjeros formados en universidades de los Estados
Unidos (Columbia University, Michigan State University, Stanford University, Massachusetts Institute of Technology, entre otras), especialistas en las
“novedosas” teorías de la modernización dirigidas a liderar el paso de las sociedades tradicionales a las sociedades modernas; a asegurar el estilo de vida de
la democracia occidental, en un contexto de guerra fría; y a probar el modelo de difusión de innovaciones para salir, por fin, de la era del mito y del atraso, lo
que luego será objeto de una intensa crítica en América Latina en general, cuyas resonancias se sentirán posteriormente en la s otras preguntas por la
recepción, esto es, en las preguntas orientadas a cómo asumir las diferencias que no se agotan en el atraso (Martín Barbero, 1987).
El hecho de que hayan sido estudios empírico-funcionalistas no invalida, sin embargo, el aporte que hizo esta generación anterior de investigadores de la
comunicación en Colombia a los estudios de los receptores de la comunicación de masas, por la vía de la tradición pluralista liberal. Allí no todo se reducía a la
medición de los “efectos” mediáticos en auditorios pasivos, sin relaciones sociales ni contextos situacionales. También eran trabajos que habían incorporado
en sus estudios de caso y aplicaciones metodológicas en “el terreno”, teorías sociológicas, algunas de las cuales se referían a la necesidad de estudiar las
redes de interacciones sociales dentro de las cuales se mueven los miembros del auditorio de masas (Lazarsfeld, Berelson & Gaudet, 1948; Wright, 1959); que
se preguntaban por la exposición a los mensajes de los medios a partir de variables mediadoras como, por ejemplo, la influencia interpersonal y la presencia
activa de líderes de opinión en las comunidades en tanto “agentes de cambio” entre el contexto sociocultural, los medios de comunicación y el grupo social
(Merton, 1949; Lazarsfeld & Katz, 1955); o que indagaban por las estructuras sociales predominantes que intervenían en la difusión, la adopción o el rechazo
de las ideas innovadoras para el cambio social (Rogers, 1963).
Re-abrir esta página oculta de los estudios de recepción-audiencias en Colombia es importante por, al menos, tres razones. Primero, porque permite
vislumbrar que se trataba de estudios que no obedecían, como se suele afirmar, al modelo de “la aguja hipodérmica” para abordar las relaciones de la
comunicación de masas con sus auditorios en contextos socioculturales orientados hacia el desarrollo. Su perspectiva funcionalista de conocer al “otro” para
actuar mejor sobre él, era básicamente sociológica y se basaba en las capacidades de la comunicación en los procesos de cambio social dirigido, por lo que
allí también cabía una mirada situacional y cultural de los receptores con respecto al contexto social y a las tecnologías de información y comunicación. Que
esa mirada haya sido objeto de revisión y crítica, es otra cosa.
Segundo, porque es una tradición investigativa cuyo legado epistémico persiste como fantasma hasta nuestros días. De hecho, algunos de los estudios
contemporáneos que promueven la recepción crítica de medios desde enfoques como la sociología de la educación, la comunicación-cultura o los estudios
culturales, suelen coincidir, guardando las proporciones, con sus antecesores[5] en aspectos metodológicos que acuden, ya sea al uso de técnicas de
investigación cuantitativa que incluyen muestras representativas y variables demográficas de sexo, edad, ocupación, condición socioeconómica y escolaridad
mediante las que se pretende dar cuenta de hábitos, preferencias y prácticas de consumo de medios de comunicación, o bien porque acuden a la aplicación de
talleres, entrevistas y grupos focales con las poblaciones objeto de estudio para profundizar en los resultados arrojados por las técnicas cuantitativas.
Tercero, porque permite “dibujar” uno de los oponentes ―el otro será el marxismo radical y su concepción unidireccional de la comunicación de masas― sobre
el cual se levantarán los estudios de recepción en Colombia durante la década de los años ochenta del siglo XX. Mientras que para la tradición funcionalista la
cuestión de las audiencias apuntaba a los modos de adopción de las tecnologías de información y comunicación en función del cambio social
institucionalizado, es decir, de los valores de la democracia, la cultura cívica y la modernización, que por lo demás no eran objeto de discusión, para la nueva
etapa de estos estudios, tanto en Colombia como en América latina, el interés es otro: instalar la discusión sobre la dimensi ón conflictiva de la cultura, mostrar
la relevancia de los procesos simbólicos en la política y asumir una comprensión cultural e histórica de la comunicación, más allá de los medios (Schmucler,
1975; Pasquali, 1979; Martín-Barbero, 1981, 1987; Beltrán, 1982; Ford, Rivera & Romano, 1985; García Canclini, 1987; Brunner, 1988).
Los años 80: Rupturas y desplazamientos en las miradas del “otro”
En una célebre conferencia ―retos a la investigación en comunicación en América Latina―, pronunciada en Bogotá el último día de julio de 1980, en el marco
de la II Asamblea General de ALAIC, el entonces presidente de la naciente asociación, Jesús Martín Barbero, se encargará de detonar las estructuras sobre
las cuales se había edificado la concepción de la comunicación en la región latinoamericana. Allí, el autor planteaba, entre otros asuntos, la necesidad de
ofrecer otra lectura, es decir, una ruptura con respecto a la racionalidad instrumental de concebir la recepción: “porque lo que el método funcionalista impide
pensar ―decía él― es la historia y la dominación, precisamente lo que racionaliza, es decir, oculta y justifica. Lo que no cabe definitivamente en ese modelo
es la contradicción y el conflicto” (Martín-Barbero, 1981, p. 268).
La crítica de Martín-Barbero apuntaba precisamente a entender la recepción, no como una “etapa” de llegada, sino como un “lugar” desde d onde re-pensar el
proceso mismo de la comunicación. Esto, por supuesto, llevaba un agudo cuestionamiento a la concepción instrumentalista de los métodos de investigación
que, en nombre de la especificidad de los objetos de estudio, producían una fragmentación de los procesos de comunicación en pedazos de un territorio ya
repartido: aquí el emisor, allá elreceptor; aquí el mensaje, allá la significación. Por lo tanto, era necesario producir:
“Un desplazamiento metodológico que nos de acceso a la lectura que los diferentes grupos populares llevan a cabo. Lectura en la que tratan de abrirse
camino otras voces, una palabra que introduce “ruido” y que burla y subvierte a su modo las relaciones de poder. Y ese “a su modo” está indicando la
existencia de otra “gramática”, de otra lógica en la producción de sentido, en la actividad de construcción que se realiza en la decodificación. Con lo que esto
implica a su vez de reto a la imaginación metodológica para poner a punto unos procedimientos que no dejen por fuera esa actividad, como lo hacen
irremediablemente las entrevistas y los cuestionarios a que estamos acostumbrados” (Martín-Barbero, 1981, p. 271-272).
Esta propuesta de Martín-Barbero se dirigía a un escenario mucho más complejo que el de la recepción. De hecho, más que un interés por la recepción, el
suyo era un intento por revalorizar la cultura popular desde la capacidad de los sujetos populares para producir sentido diferenciado, de réplica y resistencia, al
producido por la cultura hegemónica. Se trataba de una apuesta teórica y política con resonancia no sólo en Colombia, sino en América Latina, que era
consecuentemente reiterada desde la segunda mitad de los años setenta, y que contenía, a nuestro modo de ver, un doble propósito. De un lado, buscaba
instalar en la agenda de los estudios de la comunicación la pregunta por lo popular, no como un “objeto” de estudio, sino como un “lugar” desde donde
repensar las prácticas culturales, así como los procesos de producción y consumo de los sectores subalternos. De ahí su insistencia para pasar de la
comunicación a la cultura, esto es, su llamado a perder el objeto para ganar el proceso(Martín-Barbero, 1984).
Apuesta que, de otro lado, intentaba posicionar en el debate académico latinoamericano una concepción de la comunicación en tanto campo-proceso desde el
cual era posible abordar la producción del –y las luchas por– el sentido. Por eso su interés en resituar la producción simbólica como espacio de conflictividad
en el que hay dominación, pero también resistencia. Esto explica sus críticas permanentes en cada evento académico, en cada publicación de la época, tanto
al difusionismo modernizador, y su reduccionismo de los sujetos sociales a simples receptores de mensajes, como al textualismo estructuralista –el sujeto
como resultado del texto–, y a la teoría crítica, centrada en una concepción de la sociedad de masas en tanto recipiente siempreexpuesto a la manipulación y
la dominación de los poderosos. De ahí que, según el mismo autor:
“La otra ruptura clave se produce en la toma de conciencia de la actividad de los dominados en cuanto cómplices de la dominación pero también en cuanto
sujetos de la decodificación y la réplica a los discursos del amo. Respecto a la dimensión de complicidad es toda la problemática del mal llamado “receptor” la
que está siendo replanteada radicalmente”. (Martín-Barbero, 1981, 271).
Lo interesante de esta propuesta era además su contemporaneidad con algunos de los debates de época, promovidos no sólo por l os estudios culturales
británicos atentos también al reposicionamiento de la cultura como un campo de conflictos, sino por la propia “escuela” latinoamericana interesada en reubicar
el debate sobre la cultura, la identidad y la modernidad en el continente. Esto implicaba una revisión de conceptos fundamentales para los estudios de la
comunicación como la ideología, la cultura popular, la cultura de masas y la experiencia de vivir la modernidad, pero además una coincidencia en las
referencias bibliográficas de autores como Antonio Gramsci, Walter Benjamin, Michel De Certeau, Pablo Freire y Raymond Williams, entre otros.
Ahora bien, más allá de la complementariedad entre el pensamiento de Martín-Barbero y otros investigadores ubicados en países como México, Argentina,
Brasil y Chile, por ejemplo[6], que fueron configurando un escenario común latinoamericano para re-pensar la investigación en comunicación, ¿qué impacto
tuvo y qué conexiones estableció este “lugar” de mirada entre la comunidad académica de los estudios de la comunicación en Colombia?
Algunas de estas resonancias se aprecian, por ejemplo, en el itinerario desarrollado por el Centro de Investigación y Educación Popular, CINEP, de la
Compañía de Jesús, que en 1979 conformaría un equipo de trabajo en medios audiovisuales para reforzar la acción de educación popular en este campo[7].
Aunque en los primeros tres años, este equipo dirigió su atención hacia el análisis de contenido de la información de prensa sobre asuntos de coyuntura
económica nacional, o sobre la guerra civil en Nicaragua (Guerrero & Marmentini, 1978), es a partir de 1982 y hasta el final de la década de los ochenta, en
que el trabajo del CINEP tomará otro rumbo, esta vez de la mano de un grupo de investigadores dedicado a elaborar propuestas de estudio, participar en
debates académicos, publicar informes de coyuntura político-cultural-comunicativa y/o realizar investigaciones alrededor de la comunicación y la cultura
popular[8].
De esos años, merece la pena destacar los trabajos realizados por el CINEP sobre los usos populares de lo masivo (Cadavid, 1983); las reflexiones sobre la
presencia de lo popular en la televisión colombiana (Martínez, 1983a, 1983b); las investigaciones en torno a las prácticas populares en la cultura (Riaño, 1984);
las propuestas de reubicar las relaciones entre medios de comunicación y violencia desde una perspectiva cultural (Cadavid, 1989); y también el estudio sobre
la telenovela en Colombia (Rodríguez & Téllez, 1989) elaborado como parte de una investigación más amplia sobre los modos de apropiación de la telenovela,
dirigida por Jesús Martín-Barbero, que involucraba a equipos de investigación de la Universidad del Valle, la Universidad Pontificia Bolivariana y el CINEP.
Escucha académica de la que también comenzaría a formar parte la revista Signo y Pensamiento. Fundada en 1982 en el seno de la Facultad de
Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana, esta revista pronto se convertiría en un interesante espacio para aclimatar los emergentes asuntos
de la comunicación, la educación y la cultura popular. Precisamente allí hizo su estreno académico el psicólogo Germán Rey con una entrevista, realizada en
compañía de la profesora Mariluz Restrepo, a Eliseo Verón, en la que el investigador argentino proponía una aproximación a los discursos sociales, no desde
los textos, sino desde los modos en que se éstos son producidos por el lector, esto es, leídos, apropiados y “tomados a cargo” (Rey & Restrepo, 1983, p. 2231).
Signo y Pensamiento será, por tanto, un lugar clave para la difusión en Colombia de los nuevos debates latinoamericanos sobre la comunicación. En sus
ediciones concurrirán no sólo los artículos y ponencias de los académicos regionales del momento, sino también algunas traducciones estratégicamente
seleccionadas de autores como Michel De Certau, Mikel Dufrenne y Paul Ricoeur, efectuadas por el filósofo Jaime Rubio, que entrarán a potenciar la
perspectiva teórica y metodológica de resituar las teorías de la comunicación a partir de reconsiderar las prácticas de la cultura.
Hablamos de la aclimatación de un punto de vista complejo sobre los procesos de comunicación que tuvo lugar en algunos centros de investigación y de
enseñanza de la comunicación que, incluso, debió enfrentar mediante debates y artículos académicos a dos de las “investigaciones” más ruidosas de la
década. Ambas dedicadas a abordar la recepción desde los efectos, a partir de comprobar el pernicioso influjo de la televisión en las condu ctas violentas de la
población colombiana más vulnerable a la comunicación de masas: los niños (Domínguez, 1985) y los delincuentes (Castro, 1988).
En este contexto de época se ubica el trabajo pionero sobre la telenovela en Colombia, coordinado por Jesús Martín-Barbero y Sonia Muñoz desde la
Universidad del Valle, el cual hacía parte de un proyecto latinoamericano sobre el melodrama, iniciado a comienzos de 1986,[9] en el que se reunían equipos
de investigación de México, Perú y Brasil. Y que en el caso colombiano contaría además con la participación de Clemencia Rodríguez y Patricia Téllez del
CINEP (Rodríguez & Téllez, 1989), así como de Federico Medina y Marta Montoya de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (Medina & Montoya,
1989). El libroTelevisión y melodrama (Martín-Barbero & Muñoz, 1992) recogería los frutos más amplios y elaborados de este proyecto de investigación, sobre
todo porque allí se condensaría la propuesta de aquellos años: una lectura de los procesos de producción, recepción y consumo de la telenovela, a partir no
sólo del objeto que se mira (el género melodrama), sino del contexto desde dónde la telenovela era mirada; y esto a partir de los modos de ver y los usos que
mujeres, hombres y jóvenes situados en clases sociales, familias, barrios y espacios socio-culturales de la ciudad de Cali hacían de ésta.
A la hora de los balances, lo cierto es que durante los años ochenta las investigaciones orientadas a la recepción-audiencias en el país fueron más bien pocas.
Este renovado modo de mirar a los sujetos y los procesos de la comunicación produjo su impacto más en los planes de estudio de las principales Facultades
de Comunicación Social de la época, que en el desarrollo investigativo de los profesores de esas Facultades. Aunque hubo debate, la investigación
propiamente dicha fue escasa, sobre todo porque en los años ochenta la institucionalización de la investigación en el campo de la comunicación apenas
iniciaba el lento desplazamiento de la “institucionalidad blanda” (Brunner & Sunkel, 1993) propia de los institutos de desarrollo tecnológico y de los centros de
investigación/capacitación no universitarios de los años sesenta y setenta, a la “institucionalidad universitaria”, con sus precariedades en la formación
investigativa de los profesores y en la destinación de tiempos y recursos para la investigación.
Los años 90: Del sujeto popular al consumo cultural
¿Por qué “lo popular” dejó de ser el centro de los estudios de la recepción en la comunidad académica de la comunicación en el país? La pérdida de
centralidad de lo popular como un concepto asociado a la resistencia, la contrahegemonía o la identidad va de la mano de la inclusión de otras agendas
temáticas que comenzarán a “gobernar” el panorama investigativo a partir de la década final del siglo XX, no sólo en Colombia sino en América Latina en
general (Franco, 1997). Nos referimos, por un lado, al interés que adquiere el estudio sobre el consumo cultural en escenarios urbanos, a partir no sólo de la
oferta y el equipamiento cultural (Ramírez & Muñoz, 1995), sino de la tipología de los públicos consumidores de las industrias culturales nacionales (Rey, Melo,
López & Gutiérrez, 2003; Rey, 2008) y regionales (Muñoz, 1995; Narváez, 1998; Ramírez, 2000)[10] y de la necesaria articulación entre éstos y las industrias
desde una dimensión clave: las políticas culturales. Y por otro lado, a la atención que comienzan a merecer otras modalidades de vivir el conflicto social y de
experimentar otras demandas ciudadanas a la democracia, asociadas, esta vez, a las culturas, subjetividades y sensibilidades juveniles (Serrano, 1996;
Muñoz, 1998).
La recepción entre la comunidad académica de El consumo sirve para pensar (1991), Culturas híbridas. Estrategias para salir y entrar a la modernidad (1992)
y Consumidores y ciudadanos (1995) de Néstor García Canclini, así como de El tiempo de las tribus (1990) de Michel Maffesoli y del documento de
trabajo Consumo cultural en Chile: la elite, lo masivo y lo popular (1990), elaborado por Carlos Catalán y Guillermo Sunkel, unidos al “nuevo” itinerario
investigativo emprendido por Jesús Martín-Barbero (1994) sobre la ciudad como escenario de prácticas culturales, políticas y comunicativas, se convertirá en
un insumo importante para asumir este desplazamiento de la cultura popular al consumo cultural. Sobre todo, porque se trataba de estudios que conectaban
con una nueva terminología para designar lo popular, vinculada a lo híbrido, lo subjetivo, lo desterritorializado, lo postmoderno, lo globalizado y lo
ciudadano/sociedad civil (Franco, 1997); lo que además comenzará a allanar el camino para lo que será el ingreso de una nueva instituci onalidad académica
en el país: el campo de los estudios culturales que, convertidos en programas de posgrado desde la primera década del siglo XXI (Pontificia Universidad
Javeriana, 2002; Universidad de Los Andes, 2004; Universidad Nacional, 2005) asumirán en clave política, estética y cultural algunos de los otrora temas de lo
popular, pero con el nominador de lo subalterno o, en todo caso, de lo poscolonial.
El desplazamiento de la recepción (de medios) al consumo (de bienes y prácticas culturales) que se instala desde mitades de la década de los noventa, y
también durante los primeros años del siglo XXI, centrará entonces su atención, menos en la “lectura” que hacen las audiencias de los textos-mensajes-objetos
mediáticos, y más en los lugares sociales desde donde son leídos, usados, interpretados y apropiados los bienes culturales y las tecnologías de información y
comunicación. En este sentido, trabajos como El libro, el ojo y la pantalla. Consumo cultural en Cali (Muñoz, 1995) se convertirán en referentes de época. Lo
significativo de este trabajo está no sólo en la combinación de estrategias metodológicas para dar cuenta del consumo cultural (equipamiento, usos, hábitos y
gustos), sino en la capacidad para vislumbrar modos de ver, narrar y experimentar los cambios generacionales, sociales y culturales en poblaciones
específicas de la ciudad de Cali, atravesadas por diferencias socioeconómicas y culturales, a la vez que articuladas por los ámbitos de lo público (la calle, el
barrio, la ciudad) y lo privado (la casa y la familia).
Pero no sólo los estudios académicos participarán de este desplazamiento. También el Ministerio de Cultura y el Convenio Andrés Bello comenzarán a jugar
un papel importante en la aclimatación del debate sobre las relaciones entre el consumo de bienes culturales y las industrias que los producen, con el fin de
rediseñar políticas públicas en el campo de la cultura. Así, desde principios del nuevo siglo aparecerán estudios[11] orientados, bien sea a explorar las
dimensiones económicas y sociales de las industrias culturales, o a indagar por la percepción de los colombianos sobre la noción de cultura, por sus hábitos de
consumo cultural, competencias artísticas e imaginarios de identidad nacional. Entre los primeros estudios vale la pena mencionar El impacto económico de las
industrias culturales en Colombia (Rey, Melo, López & Gutiérrez, 2003), cuyo mérito radica no sólo en el desplazamiento conceptual que hace de los medios
de comunicación a las industrias culturales, sino en el interés por incidir en el diseño de políticas culturales, y esto a partir de explorar-examinar-medir tanto los
modelos de producción, ofertas de programación, características de acceso, cobertura y ganancias de la industria cultural (prensa, radio, televisión, cine, sector
fonográfico) como los niveles de consumo, lectura, gustos, preferencias y penetración de estas industrias en el país.
Entre el segundo grupo, cabe destacar la Encuesta Nacional de Cultura, realizada por el Ministerio de Cultura en 2002. Aplicada a 1090 colombianos en 90
municipios del país, la encuesta buscaba explorar el consumo cultural dentro de un rango que contemplara desde las manifestac iones de la denominada
cultura “culta” hasta las masivas y las populares, lo que a la vez generó un interesante debate entre la mirada más democrática de Germán Rey (2002) y la
posición más elitista de Héctor Abad (2002) en torno a la cuestión del gusto, la mediatización de la cultura y los criterios para decidir qué es cultura y quiénes
son los sujetos poseedores de la misma. De este grupo también hace parte La Encuesta de Consumo Cultural. Realizada desde el 2005 por el Departamento
Administrativo Nacional de Estadística, DANE, esta encuesta indaga en hogares del país la asistencia a espectáculos y escenarios culturales, el consumo de
medios audiovisuales y música, así como la formación cultural y el uso del tiempo libre por parte de la población.
La primera década del siglo XXI. Educación para la recepción
La primera década del XXI será testigo de otro desplazamiento: de los sujetos populares a los sujetos infantiles-adolescentes-juveniles. Nos referimos a la
centralidad que adquiere la agenda investigativa sobre los hábitos de consumo y las modalidades de recepción de las audiencias infantiles en particular y de
los públicos escolares en general –niños, adolescentes y jóvenes– con respecto a las tecnologías de información y comunicación, con un marcado énfasis en
la televisión a partir de sus relaciones con la escuela (Benavides, 1998; Sandoval & Ardila, 2003; (Bustamante, Aranguren & Chacón, 2004; Monroy, Valencia,
Copete & Bustos, 2008, entre otros) o con el ámbito doméstico de la familia (Rincón, Pérez & Viasús, 2002; Astroz, Cataño, Ramírez & Rodríguez, 2004;
González & Gómez, 2004; Vásquez, Pinilla, Cárdenas, Robayo & Martínez, 2004; Castro, 2007, entre otros).
Según el capítulo sobre el estado de la investigación de recepción-audiencias en Colombia, publicado en este mismo libro, en la última década se pueden
contabilizar unas 74 investigaciones, la mitad de las cuales evidencian esta nueva tendencia investigativa de época. Así, lo que caracteriza la etapa más
reciente de los estudios de la recepción-audiencias en el país es el protagonismo de una creciente ola pedagógica, interesada en conocer los hábitos, las
competencias y las prácticas de televidencia de las poblaciones infantil y juvenil –en la mayoría de los casos escolarizada– con el fin de intervenir en la
formación de televidentes activos, por la vía de la educación para la recepción, siguiendo para esto las orientaciones de la recepción crítica de medios
propuesta por el chileno Valerio Fuenzalida (1984) y la perspectiva de la televidencia y el modelo de la mediación múltiple del investigador mexicano Guillermo
Orozco (1991, 1996).[12] Y esto en un contexto académico e institucional en el que algunas entidades del Estado (Comisión Nacional de Televisión)[13],
organismos de cooperación multilateral (Naciones Unidas, Unicef) y organizaciones del tercer sector (Fundación Restrepo Barco, Consorcio por la Infancia,
entre otros) comenzarán a jugar un papel decisivo en la definición de los temas y problemas sobre los cuales se ocuparán los estudios de recepción en
Colombia.
En cuanto a lo metodológico, nos encontramos con un número importante de estudios que suelen acudir al uso de cuestionarios con muestras representativas
y variables demográficas –sexo, edad, ocupación, condición socioeconómica, escolaridad– con los que se pretende dar cuenta de los hábitos, las preferencias
y las prácticas de consumo de medios de comunicación (Moreno, 1998; Bernal, López & Medina, 2003; López, Ramos, Rubiano & Verdugo, 2004; López
Jiménez, 2004; Arango & González, 2009, entre otros). Mientras que otros estudios pretenden complementar, o desbordar, lo cuantitativo mediante la
realización de talleres, observación participante, entrevistas, grupos de discusión y técnicas de rescate de la memoria mediante dibujos y docudramas con las
poblaciones objeto de estudio para profundizar en los resultados arrojados por las técnicas cuantitativas, o para generar nuevos hallazgos e interpretaciones
mediante dinámicas de conversación basadas, en algunos casos, en la perspectiva etnográfica (Calle & Garavito, 2002; Aranguren, Bustamante & Chacón,
2008; Vargas, Rojas & Barrera, 2008; Cadavid & Moreno, 2009, entre otros).
Así mismo es preciso señalar las coincidencias de tipo conceptual con la tradición más behaviorista de los estudios de la comunicación que subyace en no
pocos estudios sobre audiencias televisivas colombianas que, en nombre de la recepción crítica de medios, han revitalizado la pregunta consuetudinaria por la
“influencia” y los “efectos” de la comunicación de masas, esta vez en clave de valores morales y modelos pedagógicos para implementar en la escuela y la
casa con el fin de redimir al receptor frente a los influjos perniciosos de los medios (Lopez Jiménez, 2003; Rentería, Mena, Sarri a & Gil, 2004; Sandoval &
Ardila, 2003; Vargas & Barrera, 2004, entre otros).
En este panorama hegemónico de los estudios de recepción-audiencias, vale la pena destacar algunos trabajos que por su alcance teórico y rigurosidad
metodológica se salen del molde pedagógico, aunque su “sujeto de estudio” sean las audiencias infantiles y los escenarios escolares. Uno de ellos es la
investigación Los niños como audiencias, dirigido por Maritza López de la Roche (López de la Roche, Martín-Barbero, Rueda & Valencia, 2000). Esta
investigación, que estudia las relaciones de los niños con los medios de comunicación, diseña una metodología de técnicas mixtas (cuestionarios sobre
consumo cultural, dibujos infantiles, sicodramas, entrevistas, talleres) por medio de las cuales se indaga por el consumo de medios y las representaciones
socioculturales de grupos socioculturalmente diferenciados, ubicados en zonas urbanas y rurales del país; y esto con el fin de explorar no sólo la conformación
de imaginarios infantiles provenientes de los medios, sino las mediaciones familiares, locales y a distancia presentes en los modos representar al mundo y
representarse ellos mismos.
Otro trabajo en una perspectiva similar es Noticias y chocolates: saberes y sabores con los niños y las niñas (López de la Roche, López & Arboleda, 2008), que
es una investigación sobre las “lecturas” que hacen los niños de 7 a 12 años de edad, de colegios y escuelas de Bogotá, Cali, Puerto Tejada y de una zona
rural llamada Resguardo de Guambía de programas informativos y de opinión. Lo interesante de esta investigación, que se publica como material pedagógico
conformado por cinco módulos-taller, es que ingresa en el campo de estudios de recepción infantil desde sus relaciones con la televisión informativa.
Ahora bien, que la apuesta pedagógica en los estudios de recepción sea la más hegemónica no quiere decir que haya sido la úni ca. A este respecto, es
importante mencionar algunos trabajos que han incursionado en la problemática del conflicto armado interno, ya sea a partir de analizar procesos de recepción
de noticias de guerra y paz entre diferentes “comunidades de interpretación” en el país (Barón & Valencia, 2001), o desde el papel que las nuevas tecnologías,
como Internet, están jugando como lugares virtuales donde también se libran las “batallas por la significación”.
Esto último es lo que se aprecia en un trabajo pionero sobre los estudios de recepción de los sitios web producidas por los actores armados legales e ilegales
del conflicto armado en el país. Titulado Internet, guerra y paz en Colombia (Barón, Rodríguez, Wiesner & Martínez, 2002) este estudio muestra la tensión
entre unas promesas democratizadoras de la red, que conviven con los usos tácticos de ocupación virtual de ésta por los actores armados, lo que hace difuso
ese “pacto de lectura” entre productores y receptores para asumir a internet como lugar de deliberación pública, y no de uso propagandístico. Siguiendo el
modelo de codificación/decodificación, elaborado por Stuart Hall (1980), el trabajo se aproxima al modo en que un grupo de in ternautas en Bogotá, Medellín,
Cali y Barranquilla se aproximan a las páginas web del ejército, la guerrilla y los paramilitares, observando allí modalidades de interpretación dominante,
negociada y/u oposicional.
Hablamos de una década en la que también ha sido posible descubrir nuevas vetas en el estudio de la recepción-audiencias. Una de éstas es el filón abierto
por estudios que están reconstruyendo la biografía social de las tecnologías (Kopytoff, 1986) a partir de sus relaciones con el espacio doméstico, la familia y el
hogar, articulando para ello la mirada histórica con la comunicativa y cultural, en una apuesta que intenta vincular los estudios de recepción a las memorias de
la domesticación de las tecnologías en la vida privada del hogar y pública de la ciudad (Silverstone, 1996). Este es el caso de la investigación denominada Más
televisores que televisión: espacios domésticos y televisión en Cali entre 1954 y 1970 (Rodríguez & Rodríguez, 2008), que gira en torno a la llegada de la
televisión a Cali y a su presencia cotidiana. Otro de estos filones es el trabajo de Rocío Gómez y Julián González (2008) sobre el consumo, uso y apropiación
de internet por parte de los jóvenes, explorando allí dimensiones relacionadas con la subjetividad y los estilos de vida en r edes sociales virtuales
como Facebook y Second Life.
Reflexiones finales: ayer, hoy y mañana
¿En la última década que deja este recorrido? Aquí habría que decir que la investigación académica de recepción-audiencias en Colombia se ha convertido en
un objeto de estudio más definido, más empírico, más objetivado. Sin duda alguna, la institucionalización del campo de estudios de la comunicación ha
contribuido a la realización de un mayor número de investigaciones en esta área. Hoy las universidades destinan tiempos para la investigación, las reglas de
juego institucional son más explícitas y los profesores cuentan con la posibilidad de acceder a recursos que, aunque escasos, permiten realizar más
investigación empírica. También la presencia de entidades de carácter público y/o privado que financian la investigación ha posibilitado que durante la primera
década del siglo XXI este (sub) campo de estudios tenga más trabajos que mostrar.
Buena parte de estos trabajos aplican técnicas de investigación empírica que preguntan quiénes son, qué hacen, qué consumen l as audiencias. Algunos de
estos estudios suelen combinar estrategias de investigación cuantitativas (sondeos, cuestionarios) con técnicas cualitativas (entrevistas, grupos de discusión,
relatos de vida y talleres, entre otros), enmarcadas en algunos casos en la perspectiva de la etnografía de la audiencia[14].
Ahora bien, que asistamos a un interés protagónico por investigar las audiencias con un marcado énfasis en lo infantil y lo juvenil también merece la pena
discutirse. De hecho, la agenda promovida por las entidades públicas, privadas y de cooperación internacional ha incidido en esto. No sólo porque estas
entidades han influido en la agenda de lo investigable, desembolsando los recursos, sino porque política y conceptualmente infancia y juventud son
consideradas poblaciones en riesgo y vulnerables ante factores relacionados con la violencia, las drogas, el maltrato, la crisis familiar, etc. Todo lo cual ayuda a
explicar por qué tanta preocupación por la televisión y por la necesidad de que los jóvenes y los niños aprendan a “domesticar” el aparato.
Lo paradójico de esta situación es que no son pocos los estudios más recientes en el país que, en nombre de la recepción crítica de medios, han retornado a la
figura del “receptor”, ubicándolo en el lugar de alguien que emite respuestas a los materiales que los investigadores le presentan a través de cuestionarios,
entrevistas, grupos de discusión, es decir, a una concepción de las “audiencias” como sujetos que existen en la medida en que “responden” a preguntas
preparadas por otros (Nightingale, 1999). Así, es la audiencia la que queda congelada a su rol de emitir respuestas: aprende a ver lo que el otro –el
investigador– le enseña a ver, pero a condición de ocupar siempre el lugar que le corresponde como audiencia (Rancière, 2010, p. 9-28).
Y con esto lo que se evidencia es la pérdida del vínculo político en los estudios de la recepción-audiencias, lo que está siendo sustituido por el vínculo
pedagógico. De las perspectivas política y cultural como lugares de cruce para explorar conflictividades, resistencias, modos de ver y, sobre todo, para
subvertir el orden natural (Certeau, 2000) que destina a los sujetos sociales a ocupar espacios predeterminados que no deben rebasar, estamos pasando a la
perspectiva pedagógica, y con ello al concepto de instrucción como el mejor camino para mantener a las audiencias en su condición de tales, así lleven el
adjetivo de críticas, activas o ciudadanas. ¿O será más bien que estamos asistiendo a una politización de este tipo de estudios, por otras vías?
Aquí habría que plantear que la diferencia entre la mirada política y la mirada pedagógica radica en que para la primera l os sujetos son interlocutores que
pueden – es deseable que lo hagan– ocupar los espacios de otros, las competencias de otros, mientras que para la segunda los interlocutores no existen, lo
que hay son sujetos que no saben y, por tanto, que deben aprender pero permaneciendo en su sitio, esto es, en su rol de “receptores” (Rancière, 2010, p. 2752). Con una aclaración: ya no se trata de “modernizar a los campesinos”, ni de educar al pueblo en las ideas del cambio social di rigido, sino de “educar a la
niñez y la juventud” para que hagan un uso “correcto” de la televisión. O, en todo caso, de “domesticar” el aparato para que sea una adecuada herramienta
tecnológica en el aula y, por supuesto, de “actualizar” a los maestros en competencias pedagógicas para que lo hagan. Y esto en el marco de un modelo que
hace de la instrucción la principal vía para mostrarle a los sujetos receptores cómo debe ser su relación con las tecnologías. ¿No es esto lo que se puede
apreciar en buena parte de las investigaciones auspiciadas por la Comisión Nacional de Televisión en Colombia?
Atrapados en la televisión, se ha perdido de vista la importancia de los otros medios de comunicación en una época de converg encias tecnológicas. Apenas
recientemente se empieza a vislumbrar el protagonismo de las redes sociales y la tecnología digital en las transformaciones de las audiencias. Algunos de
estos estudios han empezado a desplazar la mirada de la televisión como tecnología “aislada” en el hogar o la escuela para co nsiderarla relacionalmente
inscrita en una cultura técnica y de consumo, que es tanto doméstica, local, nacional e internacional como simultáneamente privada y pública (Morley, 2008).
Otros han empezado a “migrar” de las concepciones de la audiencia como un objeto de investigación que ofrece respuestas a los materiales que consumen
para explorarlas inscritas en una situación cultural compleja y en un sistema tele-tecnológico de intercambios y redes de información (Silverstone, 1996) desde
las cuales se disputa, comparte y produce el sentido.
Por eso, no basta con decir que lo nuestro son las “mediaciones”, las “interacciones”, el “giro cultural”, el “empoderamiento del otro”, la “educación para la
recepción”, etc., cuando lo que hacemos es territorializar poblaciones, dividir objetos, encerrar sujetos pero, sobre todo, “investigar por encargo” las agendas
institucionales de las agencias financiadoras. ¿No valdría la pena erosionar esas divisiones, a riesgo de quedarnos sin terri torios definidos? O, más bien, ¿qué
tipo de entornos investigativos deberíamos construir hoy con vista a los estudios de la recepción y audiencias del futuro?
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[1] Una versión inicial de este texto fue publicada en la revista Comunicación y Sociedad de la Universidad de Guadalajara, México. Véase Bonilla, J. (2011).
“Re-visitando los estudios de recepción-audiencias en Colombia”, Comunicación y Sociedad, 16, 75-103.
* Jorge Iván Bonilla Vélez. Universidad EAFIT, Colombia.
Correo electrónico: [email protected]
[2] En el balance pionero sobre los estudios de recepción y consumo en Colombia, Jesús Martín Barbero y Patricia Téllez establecen un itinerario cronológico
desde donde abordan la génesis, las continuidades y rupturas de este (sub)campo de estudios. En primer lugar, los autores plantean que los estudios de
recepción surgen al despuntar la década de los ochenta del siglo XX, ligados, sobre todo, a la pregunta por el papel de la televisión en dos situaciones claves
de la vida nacional: “la fragilidad de la democracia y el espesor de la violencia” (Martín-Barbero & Téllez, 2004). En segundo lugar, plantean cómo durante la
década de los noventa los estudios de recepción-audiencias sufren un desplazamiento hacia el consumo, lo que permitirá la entrada de temas relacionados
con las culturas urbanas juveniles, las prácticas de consumo en la ciudad, los públicos de las industrias culturales y las políticas de cultura. Por último, aluden a
la “nueva” agenda investigativa de principios del siglo XXI, en la que predomina, no sólo las temáticas de la infancia, la escuela, la televisión y la familia, sino
los enfoques de la denominada educación para la recepción, en un contexto donde las preguntas por la recepción hacen de lo pedagógico, quizás su apuesta
principal. El propósito de este trabajo no es actualizar los hallazgos del mencionado balance, sino introducir otras lecturas a los mismos resultados y,
posiblemente, diferentes interpretaciones a los materiales encontrados.
[3] Más que un recuento de “todos” los estudios de recepción-audiencias, nuestra mirada recaerá sobre aquellos que han abierto brecha, que han marcado
tendencia o que han sido ―y son― un interesante ejemplo del clima investigativo de época.
[4] Un debate bien interesante sobre el itinerario de la tradición pluralista liberal en el estudio de las audiencias de los medios puede encontrarse en la
discusión sostenida entre James Curran y David Morley (Curran, Morley & Walkedine, 1998) por cuanto ayuda a entender que la investigación funcionalista
norteamericana no estuvo siempre “dominada” por el modelo hipodérmico, como se suele pensar. Leer este debate en clave local fue muy útil para dar cuenta
de la génesis de la que estamos hablando.
[5] Pero esto no sólo sucede en los estudios de recepción. Esta tradición investigativa también ha hecho conexión con algunas de las reflexiones sobre la
movilización y el cambio social contemporáneas que están a la base de modelos de actuación colectiva como el denominado “modelo de comunicación macrointencional” de Bernardo Toro (1993), que prácticamente sigue los aportes del funcionalismo empírico estadounidense, con algunas variantes de la
comunicación-cultura, en cuanto a las funciones de la comunicación en la sociedad: producir agenda, generar encuentro, propiciar nuevos canales de
expresión, etc. También las nuevas corrientes de la comunicación para el cambio social arrastran el legado de la tradición pluralista liberal de la comunicación,
aunque no lo reconozcan; y lo hacen empezando por el lugar que le dan a la comunicación como agente de cambio social, esta vez con nuevas palabras:
gobernabilidad, empoderamiento, autonomía, etc.
[6] Nos referimos a un espacio público de discusión de época que se puede encontrar entre el pensamiento de Martín-Barbero y el de autores como Néstor
García Canclini, Carlos Monsivais, José Joaquín Brunner, Beatriz Sarlo, Nelly Richard, Aníbal Ford, Oscar Landi, Eliseo Verón, Rosa María Alfaro, Ana María
Fadul, Jorge González, Jesús Galindo y Guillermo Bonfil, entre otros.
[7] El equipo estaba conformado, entre otros, por Jaime Heredia, Pedro Santana, Vanessa Marmentini y Hernando Martínez Pardo. Véase González, 1998, p.
104.
[8] Esto se aprecia, por ejemplo, en los trabajos de dos reconocidas investigadoras de la época, Patricia Anzola y Amparo Cadavid. De prestar atención al
contenido y al discurso de los medios sobre distintas problemáticas (la imagen de la mujer en los medios, la cobertura informativa sobre asuntos fronterizos, el
impacto de la programación televisiva en estudiantes de primaria, entre otros), estas investigadoras van introduciendo en sus trabajos la necesidad de
comprender los usos populares de lo masivo, que es lo que se puede apreciar en un estudio que juntas realizan sobre la imagen de la mujer en los medios.
Allí, ambas proponen “desplazar el objeto de estudio de las imágenes al análisis de los usos que hacen las mujeres de los grupos populares de los mensajes
publicitarios que reciben”. (Anzola & Cadavid, 1983, p. 2).
[9] De hecho los primeros artículos de Jesús Martín-Barbero y Sonia Muñoz sobre esta temática fueron publicados dos años después en el número 5 de la
revista Estudios sobre las Culturas Contemporáneas de la Universidad de Colima, con los títulos “Matrices culturales de la Telenovela” (Martín-Barbero, 1988)
y “Apuntes sobre dos modos de ver telenovelas” (Muñoz, 1988).
[10] En este punto es necesario resaltar el programa investigativo sobre las industrias culturales, el consumo mediático y la organización del trabajo
periodístico en la región del Eje Cafetero desarrollado por la Universidad de Manizales desde finales de la década de los noventa. Los trabajos sobre
audiencias y consumo de medios elaborados por los profesores de esta universidad merecen la pena destacarse por su permanencia y constancia.
[11] El tema es que estos estudios no han tenido la permanencia necesaria para diseñar políticas culturales y comparar tendencias en el tiempo. Por ejemplo,
la Encuesta Nacional de Cultura (Gutiérrez, 2002) no se ha seguido realizando y El impacto económico de las industrias culturales en Colombia (Rey, Melo,
López & Gutiérrez, 2003) está desactualizado.
[12] También es común encontrar referencias a José Manuel Pérez Tornero (1994) y sus trabajos sobre la comunicación en la escuela, así como a David
Buckingham (2005) y sus investigaciones relacionadas con la infancia y los medios de comunicación. Entre los autores colombianos figura Maritza López de la
Roche, profesora e investigadora de la Universidad del Valle. Ella ha abierto en el país la ruta investigativa sobre la audiencia, el consumo y la recepción de los
públicos infantiles desde una perspectiva cultural y ciudadana que merece la pena destacarse por lo novedosa.
[13] Entre 2002 y 2009, la Comisión Nacional de Televisión financió 25 investigaciones sobre la televisión con un énfasis marcado en la recepción televisiva y
la formación de audiencias criticas. En el 2010 promovió la realización del Diplomado enTelevidencia Crítica con Participación Ciudadana, en convenio con la
Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN, y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, así como el proyecto de formación en recepción
crítica denominado Mirando cómo miramos, liderado por la Universidad Santiago de Cali.
[14] Aunque hay algunos de estos estudios que hacen pasar por trabajo etnográfico lo que en realidad es focus groups,entrevistas o talleres. Un reduccionismo
de este tipo es el que se puede apreciar en el siguiente texto: “Para realizar esta investigación se efectuó una exploración sociodemográfica, por medio de una
encuesta que arrojó un análisis cuantitativo, lo que posibilitó el estudio etnográfico posterior por medio de entrevistas, y dejó algunos resultados sometidos,
luego, al análisis cualitativo” (Barrios, 2009, p. 271).
En marzo de 2011, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos presentó el Proyecto de Ley “por el cual se regula el servicio público de la educación
superior”, que propone una reforma del régimen de educación superior en Colombia, regulado por la Ley 30 de Educación superior, de 1992.
Análisis a propósito de la influencia mediática en la modificación a la reforma de la Ley 30 de
Educación Superior
En marzo de 2011, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos presentó el Proyecto de Ley “por el cual se regula el servicio público de la educación
superior”, que propone una reforma del régimen de educación superior en Colombia, regulado por la Ley 30 de Educación superior, de 1992.
Por: Agustín Patiño Orozco
David Ricardo Murcia
Daniel Valencia Yepes
(Estudiantes pregrado Comunicación Social y Ciencias Políticas. Noviembre 2011)
Resumen
Frente al problema de la educación superior, los actores en conflicto se han disputado la forma de definirlo discursivamente y de proponer los temas en
discusión. El gobierno ha insistido en el tema recursos con el objetivo de ampliar las fuentes de ingresos financieros para la universidad y así aumentar la
cobertura. Los gremios universitarios, por su parte, han enfatizado en los temas autonomía universitaria y calidad, mientras que la comunidad académica y
estudiantil ha abogado por los temas acceso a la educación y equidad social.
Análisis
de
Comunicación
la
Social
Opinión
y
Pública
Ciencias
Políticas
EAFIT
2011
En 144 artículos, la propuesta de Reforma a la Ley 30 o Ley de Educación Superior habla de temas como régimen financiero, articulación con entidades del
sector educativo y con entidades relacionadas del orden nacional, régimen estudiantil, políticas de bienestar, investigación, innovación y desarrollo e
internacionalización,
entre
otros.
Tras la presentación del Proyecto de Ley, se inició un debate nacional en el cual participan el gremio universitario, la comunidad académica y estudiantil de
distintas universidades del país, el ministerio de educación en cabeza de la ministra Maria Fernanda Campo, y varios columnistas de opinión de medios de
comunicación de cobertura nacional.
A continuación nos proponemos analizar el tratamiento que se le ha dado a la Reforma a la Ley 30 en los principales medios escritos de Colombia, y en las
publicaciones web de las tres principales universidades del país. Se busca analizar los discursos que se evidencian en estos espacios, ya sean del gobierno,
gremios
universitarios,
comunidad
académica
y
medios
de
comunicación.
Encausamos nuestra indagación con la pregunta: ¿Qué causó el retiro de la figura ánimo de lucro del proyecto de reforma a la ley que nos atañe? Según
nuestro análisis, la presión mediática ejercida por el gremio universitario, en cabeza de la ASCÚN, SUE, la Universidad Nacional de Colombia, y la Universidad
Jorge Tadeo Lozano, fue la principal causante el retiro de la figura ánimo de lucro del proyecto de reforma a la ley 30. Para esto nos apoyamos en el
seguimiento de agenda mediática entre marzo y agosto de 2011.
A continuación veremos el sustento analítico de nuestras aseveraciones. La polémica se ha centrado principalmente en los temas financiación y cobertura, ya
que estos fueron los que motivaron la propuesta del gobierno. Los gremios universitarios, por su parte, han enfatizado en los temas autonomía universitaria y
calidad,
mientras
que
la
comunidad
académica
y
estudiantil
ha
abogado
por
los
temas
acceso
a
la
educación
y
equidad
social.
Por gremios universitarios entenderemos el sistema administrativo de las universidades y las asociaciones universitarias a ni vel nacional como la Asociación
Colombiana de Universidades ASCÚN y el Sistema Universitario Estatal SUE. La comunidad académica y estudiantil sería entonces el conjunto de
académicos,
profesores
y
estudiantes
universitarios
del
país.
Los actores se han disputado la forma de definir el problema de la educación en Colombia y los temas en discusión. El gobierno ha insistido en el tema
recursos, en el sentido de ampliar las fuentes de ingresos financieros para aumentar la cobertura. Para ello, la reforma incluía en primera instancia, la
introducción del ánimo de lucro en la educación superior.
Esto significaba que la educación no sería entendida como bien público, sino como servicio público, de modo que pasaba de ser un deber estatal, a un medio
para el lucro privado. No obstante esto resolvía la principal preocupación del ejecutivo frente a la cobertura.
Al respecto se generó un gran debate, en el cual participaron los actores ya mencionados, y los medios de comunicación. Los gremios universitarios y la
comunidad académica presionaron al gobierno frente a los temas autonomía y calidad, en el sentido de que el aumento de cobertura con la aparición de la
figura del ánimo de lucro, iría en detrimento de la calidad de la educación. La autonomía, por su parte, se vería vulnerada en tanto que el Ministerio de
Educación tendría más poder para vigilar y sancionar y se le entregaría más poder a un organismo ejecutivo, sin controles por parte de los órganos judiciales.
El 24 de junio de 2011 tuvo lugar en la ciudad de Bogotá una reunión de la ministra de educación Maria Fernanda Campo y los gremios universitarios en
cabeza de ASCÚN y la SUE . En ella se discutieron principalmente los temas de financiación y autonomía. Tres meses después, el gremio presentó un modelo
de financiación alternativo, que contemplaba la exención de impuestos y recortes al gasto .
Pese a la presión de los gremios universitarios, el ministerio de educación insistía en los argumentos financieros, y pedía el planteamiento de modelos
alternativos de financiación. Esto nos sugiere que cada actor tiene su propia perspectiva del estado de la situación, y se disputa la facultad de definir la
problemática según sus intereses. Para demostrar esto, expondremos a continuación un análisis de la agenda mediática entre ma rzo y agosto de 2011,
valiéndonos
de
la
metodología
del
análisis
crítico
del
discurso.
A continuación presentaremos un análisis del tratamiento que dieron distintos medios de comunicación de la discusión sobre la reforma a la ley de educación
superior. Los medios analizados son los diarios de circulación nacional El Tiempo y El Espectador, la Revista Semana, la agencia de Noticias de la Universidad
Nacional, el sitio web de la Universidad de Antioquia y el blog informativo de la Universidad del Valle “¿Hacia dónde va la universidad?”.
El
Tiempo
Este medio no dedica ni una editorial en el tiempo que seleccionamos como periodo de análisis a esta temática, por lo que no podemos decir que haya una
opinión firme del periódico; sin embargo, no por ello debemos ignorar que en los diferentes artículos informativos se trasluce una clara postura del medio, a
pesar que no esté dispuesto responder por ello de manera oficial. Al fin y al cabo dio su aval para la publicación y por principio general del ACD no hay
mensaje inocente.
Pudimos observar en El Tiempo dos instancias temporales, la primera en que comprende el periodo en que el gobierno defendía con ahínco la posibilidad de
lucro en las instituciones de educación superior; periodo que comprende desde el inicio de nuestra pesquisa (marzo de 2011), hasta junio (inclusive). Después
de lo cual se inicia en julio una serie de artículos que ponen en sistemático jaque la opción, antes muy defendida por el eje cutivo, del ánimo de lucro, estadio
que
termina
con
el
retiro
de
dicha
pretensión
por
parte
de
la
casa
de
Nariño.
De esta primera instancia vemos como el gobierno convencido de la abundancia de beneficios que su propuesta dará, pide a toda la comunidad (académicos,
directivas y estudiantado) adentrarse en el propuesta que se les hace, para que así pueda darse un debate cuerdo. En el artículo Gobierno llama a
universidades a debatir reforma , se observa cómo se pone al gobierno en posición de defensa ante los ataques de protestas vi olentas que quieren
desacreditar la propuesta del Ministerio de Educación, y también es perceptible como el gobierno apoyado en el medio desacredita estas revueltas
estudiantiles al verlas como brotes de las FARC. Pero lo que más se evidencia es el deseo del gobierno por mostrar su postura como redundante en bienestar
para la educación nacional. A pesar de que el tiempo matice las pretensiones del gobierno citando posturas opositoras, como las de Moisés Wasserman e Iván
Enrique
Ramos
por
ejemplo.
En la segunda parte que distinguimos, las voces de los opositores se muestran con más fuerza, a la vez el periódico se muestra un poco más crítico con la
renuencia del gobierno a abandonar el ánimo de lucro ; hasta que se deja ver como el gobierno inicia su regulación en el artículo “Esta reforma va a recoger el
sentir de la comunidad académica” , donde si bien no se abandona la opción del ánimo de lucro se abre la otrora rígida barrera en la que e l gobierno se había
puesto. Una cosa para notar es: que en el retiro de ánimo de lucro el gobierno jamás acepta que esta opción tenga algo de malo, lo que se deja ver es un
fervoroso deseo de que el proyecto de reforma se apruebe, por ello deciden desde la casa de Nariño, que retirando el punto má s objetado la propuesta de
reforma de ley tendrá un final feliz .
Semana
Luego de revisar y analizar algunas de las publicaciones a propósito de la reforma a la Ley 30 de Educación Superior que hizo Revista Semana, un medio
históricamente liberal y uno de los más influyentes en el país, encontramos que se trata principalmente de artículos en los que se informa lo que ha ocurrido en
torno al anuncio de la reforma a la Ley 30 y las reacciones que ha generado este y que dieron pie al debate.
Algunos de estos artículos, publicados antes de que fuera anunciado el retiro de la figura ánimo de lucro, son presentados a manera de información o noticia,
no como columna de opinión o editorial, lo que podría verse como cierta neutralidad del medio que no asume una postura, aunqu e, sin duda esta sí puede
intuirse por el hecho de incluirlos en su espacio. Los artículos, que tienen una extensión más larga que la mayoría de noticias publicadas por este medio, tratan
de poner en contexto la situación, hablan de cifras, de la situación actual de la educación en el país, de lo que ha pasado con el anuncio de la reforma a la Ley
30,
las
propuestas
de
esta
y
las
respuestas
del
sector
educativo.
En las publicaciones de Semana, aunque no son opinión o editorial, se deja entrever una postura crítica frente la reforma de la ley, aunque en algunos puntos
coincide con ella. En los artículos se mencionan puntos positivos de la reforma y son citadas autoridades académicas que han participado en el debate, donde
reconocen apartes de la reforma que pueden considerarse como “positivos”, por ejemplo: Gobierno y universidades coinciden en la necesidad de reformar el
sector, para que responda a las nuevas dinámicas sociales, económicas, tecnológicas, demográficas y culturales que vive el país, muy diferentes a las que
existían
hace
18
años
cuando
se
promulgó
la
ley
.
No obstante, José Fernando Isaza, rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN),
destaca
varios
puntos
de
la
propuesta
que
considera
positivos
en
temas
como
la
internacionalización
y
los
créditos
educativos:
“Es un avance significativo el reconocimiento del Gobierno de que no es posible que un estudiante pueda pagar la totalidad de un crédito sin un subsidio”,
afirma
Isaza
.
Aún haciendo estos reconocimientos la posición crítica es predominante, pues en la misma noticia habla claramente de “propuestas polémicas” y hace
afirmaciones del tipo: “de todas maneras, son más las inquietudes que deja la propuesta” , entra otras. Y al mencionar específicamente los puntos que han
generado mayor discusión, al resaltarlos y explicarlos, citan los argumentos de dos de las autoridades que más han influido en contra en el debate sobre esta
ley, como Moises Wasserman, rector de la Universidad Nacional y José Fernando Isaza, rector de la universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de la
Asociación
de
Universidades
Colombianas
ASCÚN.
Así pues, Semana asume una postura crítica frente a la reforma y los argumentos del gobierno que la defienden, pero lo hace d e una manera más o menos
indirecta por medio de artículos informativos y utilizando los argumentos citados de algunos de los principales opositores, no hablando desde su editorial.
El
Espectador
El Espectador, un diario que nace con el partido liberal y defiende derechos liberales, en cuanto a la reforma de la Ley 30 de Educación Superior, publicó
durante este período algunas noticias y artículos informativos, pero dedicó sus secciones de opinión y editorial principalmente a este tema y abrió un espacio
que propició la discusión, el debate y la crítica respecto a la propuesta del gobierno, como contundentemente lo hicieron Moises Wasserman, rector de la
Universidad Nacional y José Fernando Isaza, rector de la universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de la ASCÚN; Mario Moral es y Mauricio García
Villegas, columnistas de este medio. Hay que aclarar que no hubo polarización y que también hubo espacio para que personas que están a favor de que la
reforma sea llevada a cabo dieran sus argumentos y expusieran su opinión, como es el caso de la columnista Ana Milena Muñoz de Gaviria.
Las noticias publicadas principalmente informaban sobre la presentación de la reforma a la ley, las marchas y protestas que habría en las principales
universidades de todo el país debido a esta y, algunos disturbios que ocurrieron durante manifestaciones en contra de la reforma. En la forma de presentar
algunas noticias, no se utiliza un discurso cargado, ni se evidencia una postura arbitraria; el tono trata de conservarse como informativo y se trata más de
exponer
la
situación
que
de
tomar
partido,
por
ejemplo:
“Ley que reforma la Ley 30: En un par de semanas, el Ministerio de Educación tendría listo el proyecto de ley que reforma la Ley 30” .
“Protestas por reforma a Ley 30: La reforma a la Ley 30 ha despertado protestas en universidades de todo el país. Hoy habrá marchas en diferentes ciudades
con
el
mismo
fin”
.
Empero, en la sección de opinión de El Espectador se dio un espacio para que las autoridades universitarias y otros columnistas dieran una pelea con
argumentos
que
contradicen
los
supuestos
beneficios
que
el
gobierno
afirmaba
vendrían
con
la
reforma.
Aunque lo que dicen los columnistas nos necesariamente representa la opinión del periódico, el hecho de que esa sección de este medio se hubiera convertido
en un muy importante espacio de debate, crítica y discusión, y un espacio que además posibilitó un acercamiento con el gobierno para hablar sobre el tema y
que pareciera haber contribuido a ejercer presión sobre este, puede revelar en parte la posición del medio. Además, el haber utilizado por medio de citas los
argumentos dados por los principales opositores a la reforma, las autoridades académicas, es una forma de estar más del lado de estos que de la propuesta
del
Ejecutivo
Lo que sí evidencia su postura de forma más clara, es lo que escribe El Espectador en su editorial dedicada a esta cuestión. En ella expone la situación actual
de la educación e incluso reconoce algunos puntos buenos o positivos que tiene la reforma, como por ejemplo cuando menciona que “Esta propuesta es
valiosa, pues los dineros serían devueltos, en cuotas bastante diferidas, no a las cuentas nacionales, sino directamente a la universidad que se encargó de
formarlos, para que ésta tenga un flujo de recursos adicionales para las siguientes generaciones (…) Un verdadero pacto social”; y “Aunque hay quienes dudan
de
la
viabilidad
política
de
este
punto(…),
sería
sin
duda
un
avance.”
.
Pero hace otras afirmaciones al final del texto en las que el desacuerdo y la crítica a la propuesta del gobierno se hacen ma nifiestas, cuando menciona: “A
pesar de las interesantes iniciativas, que vale la pena revisar, éstas serán insuficientes para recaudar los recursos necesarios para generar el conocimiento y
las capacidades adecuadas para impulsar el desarrollo del país. Se quedarán cortos también los tres puntos porcentuales de aumento en el presupuesto que
anunció el Gobierno para completar en 2019. Dineros que, por lo demás, deben ser estables y no, como se sugiere con la reforma, hacer parte de fondos
comunes, en especial si éstos son administrados por instituciones que han salido mal libradas en los índices de transparencia, como Colciencias” .
Así pues, El Espectador, demuestra una postura crítica y de discusión más contundente, al expresar sus cuestionamientos en la editorial del medio y al abrir en
su espacio de opinión un debate fuerte en torno al tema. Esto por medio de los ACD realizados y dedicados a este espacio, lo hemos podido corroborar.
Medios
Universitarios
El tratamiento que hicieron los medios universitarios de nuestro tema en cuestión fue amplio. Para nuestro estudio tomamos información de las tres principales
universidades públicas del país. En concreto se consideraron artículos de la agencia de noticias de la Universidad Nacional, del sitio web de la Universidad de
Antioquia,
y
de
un
blog
informativo
sobre
la
reforma
a
la
ley
de
educación
superior
de
la
Universidad
del
Valle.
El 30 de Marzo de 2011, agencia de noticias de la Universidad Nacional publica Intenso debate genera reforma a la Ley 30, en el cual se reúnen las opiniones
de algunos miembros de gremios universitarios, representantes de la Universidad Nacional, la Universidad de Los Andes, la Universidad Tecnológica de
Pereira, y la representación presidencial en el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia.
Estas opiniones fueron tomadas durante una reunión para el debate de la reforma entre los gremios universitarios y el gobierno, en la cual la Asociación
Colombiana de Universidades ASCÚN y el Sistema Universitario Estatal SUE se comprometen a presentar una contrapropuesta a la reforma que contemple un
modelo
alternativo
de
financiación.
En este artículo, la orientación argumentativa de los universitarios está más ligada a la administración que a la academia, ya que su discurso destaca el
concepto de autonomía administrativa por sobre los demás. La representación presidencial, por su parte, habla desde un punto de vista eminentemente
financiero.
El 30 de Abril de 2011, la Universidad del Valle pública en su sitio web La Reforma a la Ley 30 nos toca un artículo en el que invita a la comunidad universitaria
a participar en los espacios que dispone la universidad para la “discusión, reflexión y análisis que se convocan a nivel naci onal para la construcción de
alternativas a la propuesta de reforma a la Ley 30”.
Para ello, la Universidad del Valle dispuso del blog informativo llamado “¿Hacia dónde va la universidad?” y el foro virtual, “Análisis de la Propuesta de Reforma
a la Educación Superior”. El que se dispongan espacios en la web nos hace pensar en el alto grado de interés que tiene la Universidad del Valle en que la
reflexión
sobre
la
educación
superior
parta
de
las
bases
del
sistema
educativo:
los
estudiantes.
Esto se hace evidente, pues el artículo señala que: “los documentos dispuestos en el blog enfocan la situación desde diferentes perspectivas, arrojando luz
para que los artículos propuestos como reforma a la Educación Superior, sean comprensibles y se entienda cómo afectarán la educación superior concebida
como bien público. Se ofrece el contexto crítico que permite analizar cuál es el sentido y en qué dirección van las propuestas. El blog se dirige primordialmente
a
los
estudiantes”.
Aquí hay que decir que en el ciberespacio se presentó un fenómeno de debate no menos importante que a nivel de la prensa escrita, pues numerosos videos y
artículos circularon por las redes sociales, algunos de ellos producidos por estudiantes. Alrededor de esto se generó un destacable movimiento de opinión
pública,
que
sin
embargo
no
abordamos
en
este
artículo
por
motivos
de
extensión.
El 24 de Julio de 2011, La agencia de noticias de la Universidad Nacional publica Universidades presentaron contrapropuesta de reforma a Ley 30, en el cual
se
describe
una
nueva
reunión
entre
los
gremios
universitarios
y
el
Ministerio
de
Educación.
Las estrategias discursivas se apoyan en la definición de los subtemas de la reforma que se ponen en cuestión. El ministerio de Educación disimula el conjunto
de problemas de la educación superior, y se centra únicamente en financiación. Desde allí se elaboró la reforma, que contempla la aparición instituciones con
ánimo
de
lucro.
Frente a ello, los gremios universitarios protestan en especial por la autonomía, motivo que desarrollan en su contra propuesta. Frente a la demanda del
gobierno de plantear soluciones de financiación, la contrarreforma contiene además un modelo alternativo de financiación en el corto plazo, que contempla la
exención de impuestos y el recorte al gasto.
En Agosto de 2011, se publica el artículo Equidad crea equidad, de Oscar López Pulecio, columnista de opinión y candidato a la rectoría de la Universidad del
Valle. En el artículo, se hace especial énfasis en término de equidad y se hace diferencia entre educación como bien público y como un servicio público. La
primera es un derecho ligado a la ciudadanía, por lo que es tarea del estado velar por su cumplimiento. La segunda entendido como un servicio del mercado,
de
forma
que
la
educación
se
convierte
en
un
bien
de
consumo.
Este artículo es de especial interés porque supone un señalamiento a todas luces incómodo para el gobierno y en especial para el ministerio de educación.
Pulecio afirma que el hecho de que la concentración del ingreso sea evidente en la concentración del acceso a educación de al ta calidad, crea más
desigualdad social, lo cual es inconcebible desde una ideología igualitarista. Para el gobierno, con su discurso apoyado en los argumentos financieros, es
incómodo aceptar que la Reforma a la Ley de Educación Superior no tiene una inspiración igualitarista e incluyente, lo que iría más acorde al espíritu
constitucional
del
estado.
Vemos entonces cómo la definición del problema de la educación es de vital importancia, y qué implicaciones tiene que el gobierno insista en los temas
financiación y cobertura; los gremios universitarios en autonomía universitaria y calidad; y la comunidad académica y estudiantil en el acceso a la educación y
equidad social.
En Agosto de 2011, se publican en el sitio web de la Universidad de Antioquia los artículos “No queremos coartar la libertad de las personas que pertenecen a
esta institución”, una entrevista al rector y vicerrector de dicha institución sobre los problemas de orden público que afrontaban; y De todas maneras vamos a
perder,
de
Juan
Esteban
Vélez
Villegas,
profesor
de
la
Facultad
de
Ciencias
Económicas
de
la
Universidad
de
Antioquia.
En el primero, queremos destacar la opinión del rector Alberto Uribe Correa cuando se le cuestiona por los problemas de orden público al interior de la
Universidad, los cuales fueron ampliamente cubiertos por los medios de comunicación locales y nacionales: Yo creo que actualmente el tema fundamental para
el mundo académico de este país es esa reforma (Ley 30) Eso es mucho más importante que cualquier otro debate -que también tienen todo el derecho de
proponer-, y los sigo llamando y convocando a que lo hagamos trascender. Desviar nuestra atención de ese debate nos hace más vulnerabl es ante la reforma.
Sobre el artículo del profesor Vélez, destacamos su especial interés en los temas calidad y orden público. Sobre el primero dice: Al incrementar
aceleradamente la cobertura, sin aumentar la infraestructura física, o la planta profesoral, lo que se obtiene es un deterior o gradual de la calidad, y con ello, el
principal
argumento
de
defensa
de
la
universidad
pública.
En segunda instancia, critica el alto valor que tienen para la sociedad los conceptos de orden público y seguridad. Al respecto afirma: Cada vez que se
producen disturbios, no importa quien tenga la razón, o que tan justas sean las reivindicaciones que se piden (…) finalmente los motivos de la protesta se y lo
que queda no es más que la percepción de que las universidades públicas son un espacio caótico, lleno de revoltosos y caldo de cultivo de quien sabe qué tipo
de ideas peligrosas.19
En cuanto a los artículos precedentes, queremos resaltar que enfatizan en la importancia de la reflexión en torno a la ley 30 y el tema calidad, pero además
denuncian la relevancia que se le dio en medios como El Tiempo a los problemas de orden público, la intervención de la fuerza pública dentro del campus de la
Universidad de Antioquia durante el tercer trimestre de 2011 y las protestas estudiantiles. Nos interesa resaltar que para la opinión pública, el tema de la
educación superior pasó en varias oportunidades de ser un problema relacionado con la reforma a la Ley 30 a uno relacionado con el orden público.
Volviendo a nuestra pregunta, es evidente ahora cómo los actores se han disputado la forma de definir el problema de la educa ción en Colombia y los temas
en discusión. El gobierno insistió en el tema recursos con el objetivo de ampliar las fuentes de ingresos financieros para la universidad y así aumentar la
cobertura. Desde ese punto de vista, se propuso la introducción del ánimo de lucro en la educación superior.
Los círculos académicos señalaron que esto supondría un cambio el la concepción de la educación pública, pues no sería entendida como bien público, sino
como servicio público, de modo que pasaba de ser un deber estatal, a un medio para el lucro privado. Además se hizo hincapié en los temas acceso igualitario
y equidad social, frente a los cuales el gobierno no tenía respuestas en su reforma, ni debatió de forma amplia. En lugar de eso, se ignoraron estas
reivindicaciones
pues
la
reforma
resolvía
las
principales
preocupaciones
del
ejecutivo:
la
cobertura
y
financiación.
Por su parte, los gremios universitarios ejercieron presión para que se eliminara el ánimo de lucro de la reforma, esto a través de las reuniones con
representantes gubernamentales y la ministra de educación Maria Fernanda Canpo, relatadas por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, además
de medios escritos como la revista Semana, la cual reprodujo las opiniones de Moises Wasserman, rector de la Universidad Naci onal y José Fernando Isaza,
rector de la universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de ASCÚN.
Finalmente, el 23 de agosto, el gobierno cede ante las demandas: se retira la figura del ánimo de lucro de la Reforma a la Ley de Educación Superior. Se gana
la batalla discursiva sobre la definición de la educación como bien público y no como servicio público. Esto nos anima a señalar que la presión mediática
ejercida por los gremios universitarios es la principal causante el retiro de la figura ánimo de lucro del proyecto de reforma a la ley 30.
Bibliografía
1.
2.
3.
4.
Reforma
El
a
país
Lo
privado
Nueva
la
de
educación
las
en
apoyo
Ley
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La
Reforma
a
6.
Intenso
debate
genera
superior
maravillas
de
lo
¡A
público
Educación
la
30
a
Ana
Superior
Ley
reforma
Elespectador.com
bordo!
la
nos
Ley
Mario
Milena
Moisés
toca
30
13
Muñoz
13
de
UDELVALLE
D.C.,
mar.
de
Mar
Mar
Edición
–
2011
2011
107
–
2011
–
2011
16
16
30
2011
Mar
Gaviria
Wasserman
Bogotá
Mar
Morales
–
1:00
am
10:00
pm
–
–
10:00
Abril
30
Agencia
pm
10:00
de
de
Noticias
pm
2011
UN
-
7. Universidades presentaron contrapropuesta de reforma a Ley 30 Bogotá D.C., jun. 24 de 2011 – Agencia de Noticias UN – Luego
8.
“Esta
reforma
va
a
recoger
El
9.
el
sentir
de
la
comunidad
académica”
tiempo:
Gobierno
insiste
en
creación
El
de
07/Jul./2011
universidades
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Tiempo:
10.
Universidad
11.
entre
Equidad
crea
lucro.
16/Jul./2011.
ojos
Sábado
equidad
30
Julio
UDELVALLE
2011
ago
2011
12. “No queremos coartar la libertad de las personas que pertenecen a esta institución” UDEA DOMINGO, 07 DE AGOSTO DE 2011
13.
Reforma
a
El
14.
la
educación
no
tendrá
planes
Tiempo:
De
todas
maneras
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ánimo
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23/Agt.
vamos
a
perder
15. Universidad y el apartheid educativo Mauricio García Villegas 26 Ago 2011 – 11:00 pm
Medios comunitarios como “traductores” de la realidad
24 octubre de 2012
Medios comunitarios como “traductores” de la realidad con base en el modelo de comunicación en dos escalones
Ensayo a partir del documento opinión pública y comunicación política: el doble flujo de la comunicación revisitado
lucro
/2011
23
Ago
2011
Por: Ana Isabel Rivera Posada
Siempre se ha dicho que los medios de comunicación, sin distinciones, son “traductores” de la realidad. Mal que bien, los masivos apenas si cumplen tal labor
al reproducir, en muchos casos, solamente informando, sin análisis alguno, los hechos y noticias que ocurren a nivel local y nacional. Mi hipótesis para este
corto ensayo, a partir del documento Opinión pública y comunicación política: el doble flujo de la comunicación revisitado(García, D’Adamo, Freidenberg,
1998), es que por su carácter, su especificidad y sus valores locales, son precisamente los medios de comunicación comunitarios los que ejercen esa labor de
líderes de opinión, tal como lo señala el documento, que puede ser lo mismo que reeditores o “traductores”. Más adelante me referiré a este planteamiento.
Destaco del documento, al recordarme procesos locales, los conceptos iniciales sobre la formación de la opinión pública, como fruto de un proceso con dos
escenarios, uno primario y otro ya el de la sociedad de masas. Comparto, además, la referencia que hace a Kimball Young (p. 2), en la que señala que en
Estados Unidos “la opinión pública surgía de la asociación de ciudadanos de una aldea o comunidad determinada con el objetivo de llegar a algún acuerdo con
relación a las cuestiones públicas. Los ciudadanos se reunían para discutir los problemas de la comunidad. La temática se limitaba a problemas locales o
morales, es decir, temas de discusión vinculados con la educación, los impuestos, el funcionamiento de las instituciones públicas o las obras públicas. Sobre la
base de estas discusiones debía alcanzarse algún tipo de consenso y, sobre la base de este consenso, determinarse un curso común de acción”.
Nada más cercano y parecido, para mí, a la forma como hoy funciona en Medellín el Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo. Las formas de
participación en la ciudad eran diferentes antes del 2005, pues los llamados líderes comunales “negociaban” las obras para sus barrios o sectores con el
político de turno y eran decisiones verticales, de corte clientelista, que no tenían en cuenta a la población que supuestamente representaban. Hoy el
Presupuesto Participativo, en esta segunda administración municipal, permite que la población de las 16 comunas y los 5 corregimientos de Medellín, a través
de delegados de organizaciones y elegidos en asambleas barriales y veredales, se reúna para analizar sus diagnósticos de necesidades, primero; luego
priorice cuáles son las principales y cuáles deben resolverse con más urgencia; posteriormente, defina qué montos de inversión le dará a estas líneas
estratégicas y por último, determine las iniciativas en las que se invertirán dichos dineros.
Este proceso, lo relaciono también con otro aparte del documento, en el que se habla de una dimensión dinámica, la formulación de Foote y Hart (p. 5),
quienes identifican 5 fases colectivas en el proceso de opinión pública: una fase del problema en la que las personas participantes “no han determinado qué es
lo que quieren” para llegar a una definición y reconocimiento del problema; una fase propuesta, en la que se formulan unas líneas de acción en respuesta al
problema identificado; una fase política, que se manifiesta en el “debate activo”; una fase programática, cuando se lleva a cabo la acción y una fase de
valoración en la que se evalúa la eficacia.
En relación con el documento y lo que planteo del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo, las tres últimas fases serían en este programa
las más importantes. Me explico: en la fase propuesta es cuando los actores sociales de las distintas comunas defienden las inici ativas, presentan sus
argumentos y tal como lo señala el documento, “los miembros más activos del público buscan consenso entre los menos activos” (p. 6); en la fase
programática se ejecutan los proyectos, que en este caso concreto se da un año después de planteada la iniciativa (las propuestas se elaboran, se viabilizan y
se aprueban para la siguiente vigencia fiscal, por ejemplo este 2011 se planea para ejecutar en el 2012) y en la fase de valoración se debería evaluar, pero
para el caso que menciono del PP, esta es una de las mayores faltantes pues generalmente se falla en la evaluación, en el seguimiento y las acciones de
veeduría que deberían ejercer las comunidades.
Sin embargo, con el modelo con el que más me identifico de los planteados en el documento y que relacioné inmediatamente con las acciones de los medios
de comunicación comunitarios es la propuesta teórica de “flujo de la comunicación en dos escalones”, presentado por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, quienes
descubren “el papel de la influencia personal sobre la influencia de la comunicación de masas en la esfera política” (p. 9). Para las zonas rurales de la ciudad
es bastante usual que, tal como lo plantea el documento, algunas personas tiendan más al “intercambio informal de ideas con otras personas, que al uso
directo de los medios de comunicación de masas” (p. 9 y 10). Dicen los académicos señalados que en los grupos siempre hay personas más activas, más
interesadas en los asuntos públicos y muchos más dados a expresar abiertamente sus posiciones y opiniones al respecto y a estos los llaman “líderes de
opinión” (p. 10). Es así, tal como lo señala el documento, que estos líderes reciben la información de los medios y puede decirse que la reeditan para
“traducirla” y entregarla a esos otros sujetos menos activos y con menos disposición a enterarse, informarse o formarse a través de los medios de
comunicación.
Mi hipótesis para este corto ensayo es que en las pequeñas comunidades, son los medios de comunicación comunitarios (prensa, televisión, r adio, webs) los
que cumplen esas labores de “líderes de opinión” planteadas por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet. De por sí, las comunidades pequeñas, de corte rural, algo
endógenas (no salen de sí mismas) cuentan con pocos, escasos o nulos medios de comunicación locales. Si por casualidad existe algún medio de
comunicación local, que no sea masivo, es justo el medio comunitario el que acoge la mayor parte de usuarios, lectores o receptores. No tengo datos exactos,
pero sé por conversaciones con muchos lugareños que, por ejemplo en el Corregimiento de Santa Elena la gente lee, en ese orden, Q’hubo y el Periódico
Viviendo Santa Elena. Q’hubo es un medio de circulación diaria, mientras que Viviendo Santa Elena circula cada mes y cuando circula, una vez al mes y por
una semana aproximadamente, desplaza al medio masivo. La diferencia está en los contenidos y en los tratamientos periodísticos: Q´hubo les permite
enterarse del día a día, de los hechos que alimentan el morbo, de lo que está más allá de las fronteras del corregimiento y Viviendo Santa Elena es el medio en
el que se ven representados, aparece la gente que conocen, los temas que les interesan de lo local y cercano y las cosas que les preocupan.
Volviendo a la hipótesis, los medios comunitarios son líderes de opinión al ser claros traductores de la realidad. ¿En qué consiste esa labor de “traducción”? La
labor sine qua non de los medios comunitarios de comunicación es ayudar a las comunidades a comprender lo que ocurre en sus territorios, desde todos los
puntos de vista posibles. Esto porque los medios masivos jamás se ocupan de esas labores de pedagogía local, lo que significa que la tarea le queda, sí o sí, a
los medios locales. Ese, por lo menos, es el deber ser de los medios comunitarios y aunque muchos no lo intenten siquiera, esa es la razón de ser de estos
medios locales. Hay que desvirtuar rumores; aclarar dudas e incertidumbres; aterrizar conceptos y asuntos muy técnicos que la gente no entiende en los
términos de los funcionarios y contratistas; desmenuzar informaciones pesadas y poco digeribles; presentar opciones para pensar y analizar en términos
sencillos; hacer campañas; mostrar todas las caras de un hecho que impacte a esa población; generar debate de manera ética y responsable y poner sobre la
mesa todos los puntos de vista de todo lo que cruce, afecte, impacte o interese a esos habitantes.
Clarísimo es para mí que los medios comunitarios entonces son “líderes de opinión”, porque, además por la cercanía de sus periodistas, que pueden ser
miembros más de la misma comunidad, la gente los ve, puede tocarlos, interactuar con ellos, preguntar, interpelar, sugerir, asumirlos como confidentes y
depositar en ellos la confianza que no le entregarían a ningún político. Y adicional a esto, los ve en su esfuerzo diario de hacer investigación, de estar donde
están las noticias, de verificar las informaciones, de ocuparse de los asuntos de interés general y de la comunidad y eso ya genera credibilidad.
Esa relación, representa también en algunos casos, posibilidad de influenciar, lo que encarna una gran responsabilidad con la información que se publica, la
cual debe ser elaborada con toda la transparencia, ética, criterio y rectitud para no dañar, para no generar violencia, para educar, para evitar conductas
inapropiadas de esa sociedad.
Y aquí es interesante mencionar un último aspecto y es que precisamente por su marginalidad, por la falta de recursos tecnológicos y la ausencia de
posibilidades de radio y televisión comunitarias, algunas comunidades rurales, como Santa Elena por ejemplo, dependen mucho aún de la palabra escrita, tal
como lo señala en el documento la referencia a Sartori. Valioso e importante que se mencione que “lo escrito necesita interpretación” (p. 19) y es ahí donde
está el mayor reto de los medios comunitarios, especialmente si son impresos. Esa interpretación debe ponerla a disposición el medio, no direccionada ni
manipulada pero sí ampliamente documentada para que sea la comunidad receptora de esos medios la que decida qué interpretación darle a esa información,
puesta en contexto de la mejor y más profesional manera en el medio de comunicación.
Más bien, propongo, un trabajo de pedagogía permanente desde los medios de comunicación ciudadanos y comunitarios para aprovechar su condición de
“líderes de opinión”, de modo que se conviertan en la posibilidad de “traducción” de la realidad, pero también de interpretación, comprensión y asimilación de
los fenómenos que ocurren en determinado territorio.
Referencias bibliográficas
García, Virginia, Orlando D’Adamo y Flavia Freidenberg. Opinión pública y comunicación política: el doble flujo de la comunicación revisitado. 1998.
Young, Kimball. Psicología social de la opinión pública y de los medios de comunicación. Buenos Aires, 1956. Paidós.
Foote, N. y Hart, C. Public opinion and collective behavior, en M. Sherif y M. Wilson (comps), Groups relations at the crossroads, Nueva York, 1956. Harper and
Bross.
Lazarsfeld, P; Berelson, B.; Gaudet, H. The people´s choice. New York, 1944. Columbia University Press.
El Periódico Viviendo Santa Elena distribuye 3.000 ejemplares en las 12 veredas del corregimiento. Se calculan, según estudios, un promedio de 4 lectores por
periódico, es decir que estaríamos hablando de un total aproximado de 12 mil lectores. A estos se suman los que se envían mediante correos electrónicos y las
entradas a la web para ver las ediciones anteriores publicadas
Sartori, G. Homovidens. Madrid, 1998. Taurus.
¿Qué tanto influyen los medios masivos?
24 de octubre de 2012
Por:
Juliana Rendón
Diego Alejandro Zuluaga
(Estudiantes de Medios y Política del Énfasis en Comunicación Política).
¿Qué tanto nos influyen los medios masivos?
¿Cuál es la real influencia de los medios en las decisiones de la sociedad? ¿Nos dicen los medios la verdad? ¿Ellos nos ester eotipan? Son preguntas
comunes en la sociedad occidental desde que la información ha sido mediada. Respuestas a ello se dieron muchas en el siglo pasado, en el cual más que en
ningún otro se fue acrecentando la importancia de los medios. Tres documentos de gran interés nos dan su mirada de esta relación de amor y odio que existe
muchas veces entre ciudadanos y medios de comunicación, ¿Qué Agenda cumple la prensa? De Maxwell McCombs y Donald Shaw, La influencia y efectos
de los medios masivos de Denis McQuail y Periódicos de Walter Lippman.
Los dos primeros hacen un recuento histórico de cómo ha cambiado la percepción de la influencia de medios en nuestras decisiones. En los años 30 se decía
que éstos marcaban de forma directa nuestro comportamiento a corto plazo y se les atribuía un poder gigante, argumento que se superó en los años 70 donde
se dejó claro que son muchas las variables existentes cuando se hacen estudios sobre medios, así que es mejor hacer investigaciones a largo plazo sobre
cambios más estructurales de la sociedad.
Según lo anterior concuerdan también los textos en decir que los medios influyen más en la imposición de la agenda pública, en decirnos sobre qué temas
pensar, por qué preocuparnos, de qué debatir, pero no nos dicen exactamente en qué pensar, generando esto último, transformaciones de valores políticos y
expectativas de la sociedad, lenta e imperceptiblemente pero muy importantes. Para McQuail los cambios más importantes se dan en la política y la educación,
cambios a veces reacios, pero que a largo plazo nos transforman y determinan, sobre todo en la derivación del conocimiento que proporcionan los medios y la
representación que nos dan sobre lo que es el mundo.
McCombs, Shaw y McQuail también teorizan sobre las reales intenciones de los medios al generar noticias. McQuail argumenta que en los medios se debe
hablar de efectos y no de efectividad ya que no tienen objetivos claros a lograr en la sociedad propiciando muchas veces resultados improvistos. McCombs y
Shaw nos exponen por otra parte que los medios determinan o le dan cierta importancia a algunos temas y que la selección de las noticias no es objetiva.
¿Cómo unir estos dos puntos de vista?, pues en los dos argumentos existen bases muy sólidas, los medios no están pensando tod o el tiempo en cómo sus
actuaciones repercutirán en las decisiones de sus destinatarios, pero tampoco son totalmente objetivos y no siempre dicen toda la verdad.
Walter Lippman desarrolla también el tema exponiendo que los medios no dicen la verdad, tan sólo una parte de ella y en algunas ocasiones ni eso. Los
medios de comunicación por lo tanto no pueden identificarse como los portadores de la verdad en la sociedad, sino como un reg istro fragmentado de lo que
pasa en la realidad, funcionando como informes de los aspectos que se han impuesto en la sociedad.
Para los autores es importante también reflexionar sobre el comportamiento y las reacciones de la sociedad civil frente a los medios. Al respecto McQuail
plantea que por lo general las personas buscan confirmar por medios independientes lo que se le dice, argumento que puede generar controversia, ya que una
de los llamados de atención más comunes a los ciudadanos occidentales, supuestamente democráticos, es que no se informan ampl iamente sobre los temas
importantes e influyentes de su sociedad. También queda de referente como Lippman afirma que los ciudadanos deberían saber que lo visto en los medios es
tan solo un reflejo de la realidad y que si se quiere construir una ciudadanía realmente democrática debe informarse mejor y tener una postura crítica frente a
estos.
Aunque los textos analizados son de épocas distantes a la actual y no tienen en cuenta particularidades de lo que hoy son los medios de comunicación,
hacen reevaluar miradas extremas sobre la influencia de los medios en los ciudadanos, incitan al debate, la discusión y a la investigación sobre este tema
esencial para la comprensión de la realidad mediada en que estamos inmersos.
Queda como conclusión básica que los medios de comunicación tienen un papel muy relevante en la construcción de la verdad en la sociedad democrática
aunque en realidad no la posean, que son un actor influyente en los gobernantes y en los gobernados, pero son externos a estos dos y por lo tanto no definen
completamente sus prioridades.
John Jairo Roldan, segundo poder político de Bello, ahora a la cámara
5 de marzo de 2012
Álvaro Pérez
Estudiante del pregrado en Ciencias Políticas con énfasis en comunicaciòn política-2011– Universidad EAFIT
John Jairo Roldán es más conocido por haber perdido dos veces la alcaldía de Bello frente a la gente de Oscar Suárez Mira. En las elecciones de 2003, ocupó
el segundo lugar con 17.660 votos, después de Olga Suarez (hermana de Oscar), quien ganó las elecciones de ese año; y para 2007 frente al hoy alcalde
Oscar Andrés Pérez, por tan solo 189 votos, y con una votación 48.619 votos. Para algunos analistas estas dos derrotas le enseñaron que era mejor unirse en
coalición a la gente de Suárez, que luchar contra ellos. Sin embargo, el mismo candidato desmiente esta posibilidad, asegurando que en Bello no existe
alianza, ni monopolio político alguno.
El aspirante al congreso reconoce que Bello es un municipio que cuenta con aproximadamente 298.000 personas habilitadas para votar, en el cual convergen
dos grandes fuerzas electorales: por un lado la del conservador Oscar Suarez, y por el otro la fuerza liberal de John Jairo Roldan. Su tesis se justifica con base
en las pasadas elecciones de 2007 en las que el candidato de Suarez -Oscar Pérez-, logra obtener la alcaldía del municipio con 48.808 votos, y Roldan como
segunda fuerza obtiene 48.619 votos.
Para cuando el nuevo alcalde de Bello empieza a ejercer su cargo en 2008, este cuenta con tan solo un apoyo de 8 de los 19 Concejales de Bello, mientras
que Roldan cuenta con una mayoría de 11, de los cuales 2 pertenecen al Partido de la U. Para finales del 2008, 2 de los 11 concejales de Roldan cambian su
respaldo a favor del alcalde, y este último pasa a tener apoyo mayoritario en el Concejo, lo que al interior del municipio se hizo ver como una alianza entre
ambas fuerzas, pero según Roldan, eso fue tan solo un episodio coyuntural.
De esta manera el desmiente la alianza según la cual, en las futuras elecciones tanto a la alcaldía como al congreso serian repartidas entre las fuerzas
políticas de Bello, en donde la conservadora Olga Suarez -hermana de Oscar Suarez- sería la candidata al Senado, John Jairo Roldan a la Cámara y Edgar
Callejas del Partido de la U sería el candidato que todos apoyarían a las futuras elecciones a la alcaldía de Bello.
Sobre la importancia o no de la lealtad partidista, John Jairo Roldan reflexiona que “un partido malo no hace malo a un candidato bueno, y un candidato malo
no se vuelve bueno en un partido bueno”, de esta manera es como el candidato trata de explicar que en política las alianzas partidistas son necesarias y
fundamentales para hacerse al poder, y cree que “los partidos tienen que tener apertura mas no indisciplina, pero eso sí, dichas alianzas deben estar mediadas
por la empatía”.
Pero aunque el candidato asegura que tal alianza nunca ha existido, también señala que los cálculos político mencionados no se alejan mucho de las
posibilidades y no resultan improbables. Igualmente señala que hoy día Bello es el único municipio de Antioquia, exceptuando a Medellín, que cuenta con
candidatos oriundos con posibilidades de llegar tanto a la Cámara y al Senado, ya que para el Itagüí con Nidia Marcela (formula de Olga Suarez de Bello), y
Envigado con Víctor Yepes (formula de Eugenio Prieto de Medellín) tienen mucho menos opciones por las divisiones internas que se viven en estos
municipios entre los partidos.
De esta manera se deja atrás, según Roldan, el gran mal que ha azotado al municipio y es el no haber elegido al congreso candidatos oriundos, y lo más
importante es que para estas elecciones Bello quiere votar Bello. De esta manera parece justificarse la posibilidad de la existencia de la alianza, y su
supuesta conveniencia para un municipio como Bello. El departamento de Antioquia para las presentes elecciones cuenta con aproximadamente 25
aspirantes al senado y 151 a la Cámara. De ahí el importante papel que juega Bello en la política regional. Pues con un senador y hasta tres representantes
Bello tendría voz propia.
Haciendo gala de su matemática política, Roldán da pistas de qué resultados podría traer la contienda electoral del 14 de Marzo de 2010, a la cámara, para él,
la unión entre el Partido conservador y Alas Equipo Colombia tendrá 7 puestos; Cambio Radical contará con 2, el Polo Democrático obtendrá 1, el Partido de la
U gozará de 2, y finalmente el Partido Liberal alcanzará 5 escaños. Finalmente el candidato reconoce que la ASI-Compromiso Ciudadano por Colombia que
hoy lidera el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, es un fenómeno político nuevo que medirá por primera vez su capacidad electoral en la región, por tanto no
se sabe si logra despojar de alguno de los escaños a los partidos anteriormente citados, y por consiguiente considera que la meta del liberalismo en estas
elecciones es conservar sus cinco curules en la Cámara.
El liberalismo en Antioquia
“aspira a una curul en la Cámara de Representantes con el aval del Partido Liberal Colombiano, organización política de la que es militante y por la cual
demuestra un profundo sentimiento de respeto y lealtad con sus principios, estatutos y jerarquía organizacional, por lo cual reconoce al señor ex – presidente
de la República, doctor Cesar Gaviria Trujillo y al ex – ministro de Estado y hoy candidato Presidencial, doctor Rafael Pardo Rueda como los jefes naturales de
la colectividad de Uribe Uribe y Gaitán”.
Mirando la contienda liberal por la cámara en Antioquia de manera más amplia, se puede apreciar que las curules dentro del liberalismo en Antioquia estarán
disputadas principalmente por 8 candidatos, los cuales se dividen a su vez entre los que buscan reelegirse y los que aspiran por primera vez al Congreso.
Entre los primeros se encuentran:

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Carlos Piedrahita, quién es formula de Piedad Córdoba.
Oscar Hurtado, quién es formula de Yolanda Pinto.
Oscar Marín, quién cuenta con el respaldo de Eugenio Prieto.
Mauricio Parodi, quién es formula de Luis Fernando Duque.
Y entre los segundos encontramos:





Víctor Yepes, quién es de Envigado y viene con fuerza de la mano de Eugenio Prieto.
Iván Darío Agudelo, es del liberalismo de la Universidad de Medellín y cuenta con el apoyo de Jorge Morales.
Omar Hoyos, quien es de Medellín y se alió con Juan Manuel Galán.
John Jairo Roldan, que es de Bello y su fórmula es Jorge Morales.
John Fredy Toro, con el apoyo también de Luis Fernando Duque García.
Así para Roldán en el liberalismo en Bello pueden identificarse cuatro grandes fracciones:
a)
“Porque lo Nuestro es Bello”, liderada por John Jairo Roldan,
b)
“Bello Si”. Que tiene al ex alcalde Rodrigo Arango como cabeza visible, y es el jefe político del hoy representante a la Cámara y aspirante a la reelección,
Mauricio Parodi.
c)
“Liberales Unidos por Bello”. Liderada por el también ex alcalde Rodrigo Villa Osorio.
d)
“Matices Liberales”, la cual según él, es la más débil de todas y pertenece a Eugenio Prieto.
El perfil de Roldán
John Jairo Roldan nació en Yarumal Antioquia, pero ha vivido desde los 6 años en el municipio de Bello, y desde sus años escolares ha sido un participante
activo de la vida pública en la sociedad bellanita.
Ha realizado estudios en la Universidad Nacional de Colombia, donde obtuvo el título de Ingeniero Civil. Ha cursado una especialización en Gestión Pública en
la ESAP, y en Gerencia de Proyectos en la Universidad del Tolima.
Sus inicios en política se remontan a 1985, año en el que fue participante del directorio del Doctor Armando Villa Estrada, y a partir de entonces estuvo
vinculado a cuatro campañas a la alcaldía del Municipio; de las cuales como ya se dijo perdió como candidato las últimas dos.
Según su página oficial de campaña (www.roldanalacamara.com) el candidato “inicio su ascendente carrera pública primero como Secretario de Obras
Públicas de Bello en el año 1996. Luego, entre los años 1998-2000, se desempeño como Gerente de Proyectos Especiales en el IMPES y fue nuevamente
Secretario de Obras Públicas entre los años 2001-2002”.
Su empresa política
Roldán se concibe como un político de origen social perteneciente al partido liberal, pero no está en ninguna fracción del liberalismo, por tanto, según él, no
tiene jefes políticos. Para las elecciones de 2003, el candidato incursiona en la campaña política de su municipio creando la tendencia liberal “Porque lo
nuestro es Bello”, la cual es liderada y utilizada por él para poder aspirar al cargo público. En los años siguientes, está tendencia se ha consolidado como una
fuerte fracción del liberalismo en Bello, en la medida que ha logrado ubicar varios aliados en el Concejo Municipal de Bello.
Para postularse al Congreso de la República, cargo de representación regional, el candidato decide cambiar el nombre de su tendencia, la cual pasaría a
llamarse, Porque lo nuestro es Antioquia, y es definida por el mismo como:
“una tendencia política al interior del Partido Liberal Colombiano, con sede en el Municipio de Bello y un radio de acción que cubre los 125 municipios de
Antioquia. Conformada por un destacado grupo de personas, hombres y mujeres que se caracterizan por ser líderes, dirigentes políticos y sociales del
departamento, la cual nació en el año 2003 como una respuesta a la indiferencia de la clase política por atender a las necesidades de los Antioqueños y su
falta de liderazgo para gestionar los proyectos que demanda el progreso de Antioquia. Además del cansancio acumulado de las promesas incumplidas y la
falta de compromiso para dar solución a las demandas sociales de los ciudadanos”
El nicho de interés de su empresa política se circunscribe básicamente al sector de la educación, al medio ambiente y a la infraestructura física, la cual se
subdivide en vivienda, vías y transporte, instituciones educativas e instalaciones de salud. Lo cual se explica debido a su formación profesional como Ingeniero
Civil y su trayectoria como secretario de obras de Bello.
Territorialmente, su nicho electoral lo ubica básicamente en Bello, (tiene dos sedes de campaña) en donde cuenta con el apoyo de los concejales Luis Arturo
Sánchez, Luis Carlos Hernández y Wilson Palacio; en algunas comunas de Medellín (tiene una sede); en el Aburra norte donde cuenta con el apoyo de los
concejales de Girardota Joaquín Hernández y Yolima Caro; y en el Aburra sur; así como también el Bajo Cauca (tiene una sede); y quizá el que puede
convertirse en un gran fortín electoral y fuente de gran caudal de votos que lo lleven a ocupar una silla en el Congreso, Urabá, (tiene una sede), en donde
cuenta a su vez con el respaldo de 10 de los 17 concejales de Turbo, entre ellos los tres de la mesa directiva.
El candidato mostrando su manera de hacer política, y la manera como construye lealtades, explica que su éxito en política y lo que le ha permitido
mantenerse en el medio se debe a que nunca abandona a su gente, y siempre está ahí para resolver las necesidades de los suyos, y por tanto plantea que lo
difícil no es llegar a ocupar un cargo, sino que lo realmente difícil es mantenerse en el. El contacto que mantiene con su electorado es muy importante, y trata
de conservarlo asistiendo a novenas navideñas, compartiendo un pernil o unos buenos sancochos, al igual que siempre visitar a su gente y llevarle saludos.
Sus propuestas para una Antioquia más equitativa.
Las propuestas del aspirante John Jairo Roldan a la Cámara se resumen, según su sitio web, en: Trabajar por el progreso y el bienestar de los hombres y
mujeres de Antioquia, y por la consecución de los recursos necesarios para apoyar los proyectos que demanda el progreso de esta región del país, tales como:
la construcción de vivienda de interés social, infraestructura en vías y puentes, ampliación de la cobertura de agua potable y saneamiento básico, mayor
acceso a la educación superior de los jóvenes y el fortalecimiento del programa de cables aéreos. Asimismo, pretende trabajar por la construcción y
conservación de carreteras secundarias y terciarias en todos los municipios del departamento de Antioquia, mayor apoyo a la mujer cabeza de familia, a los
jóvenes y al desarrollo de sus potencialidades a través de subsidios para la educación y el otorgamiento de microcréditos para el desarrollo de proyectos
productivos.
John Fredy Toro, política desde Fredonia para el país
Pablo Bedoya
Estudiante de Ciencias Políticas con énfasis en comunicación política-2011- Universidad EAFIT
5 de marzo de 2012
La carrera política de John Fredy Toro se ha caracterizado por ser una de méritos desde abajo, con aplomo y de orígenes humildes. Reconocido desde sus
días de colegio como líder juvenil, un amigo lo invito a lanzarse como concejal de Fredonia, aún sin cumplir los 18 años. Lo logró en su primer intento con 380
votos, y más tarde repitió otros dos períodos con 800 y 900 sufragios. Durante esos años alternó el trasegar político con su carrera de derecho en la
universidad de Antioquia. A partir del 1996 empezó una carrera de cargos públicos por diferentes organizaciones de las que se destaca la personería de
Medellín, el EADE, y el IDEA.
Este abogado de la Universidad de Antioquia, especialista en Derecho administrativo, desde siempre ha estado adscrito al llamado Liberalismo Social, de la
mano de su orientador y jefe, José Prieto Mesa, un oriundo de Jericó, líder del liberalismo en Antioquia. Prieto Mesa vio en John Fredy un elemento clave en su
maquinaria cuando le sugirió a última hora inscribirse para las elecciones al concejo de Medellín para el período del 2003, al que llegó con un poco más de
4000 votos.
Durante su trabajo como concejal, John Fredy cuenta que se le reconoció por ser una persona seria, coherente y con criterio, de servicio a la comunidad. Muy
en las líneas de los que se opusieron a Fajardo en su alcaldía señala que en esa alcaldía atacó a las pirámides de la avenida oriental en el centro de Medellín;
al lenguaje que usaron durante su gestión cuando tildaban a los políticos de corruptos y de ladrones como si todos fueran eso, y al negocio de la compra de
Orbitel por UNE, sobre la cual comenta que “hicieron un negocio con Orbitel que fue un negocio mal hecho y la ciudad perdió plata: pagaron 63 millones de
dólares por una empresa para acabarla”. Por otro lado dejando ver que no todo fue oposición, señala apoyó a Sergio Fajardo en obras como las bibliotecas,
los colegios de EPM, las becas para los universitarios y los restaurantes escolares.
Su primer percance en materia electoral sucedió para las elecciones del 2007 cuando obtuvo la sexta votación dentro del liberalismo (6016 votos), por encima
de muchos que hoy son concejales de otros partidos, pero por las reglas impuestas por la cifra repartidora creada por la reforma política de 2003 simplemente
no le alcanzó al partido para una curul más. De haber militado en otro partido, hubiera logrado su segunda curul, pero eso, según él, no lo trasnochó. Asegura
que su caudal político viene en evidente ascenso y por eso se ha embarcado en este nuevo proyecto político a la cámara. Ahora trabaja como llave a la
cámara del senador Luis Fernando Duque García, cuatro veces representante a la Cámara y una senador, confiando consolidar conjuntamente un equipo en
el Congreso para las próximas elecciones.
Durante su campaña, John Fredy adelanta la divulgación de un programa de corte social, con un par de propuestas que el candidato le gusta enfatizar. Su
propuesta bandera, que viene jalonando desde sus tiempos en el concejo de Medellín (2003-2007), promueve una reforma en la estructura de las tarifas de los
servicios públicos, especialmente la energía, de tal manera que sus incrementos acumulados no sigan desbordando los índices de inflación.
John Fredy es contundente con este tema, y denuncia:
“Los servicios públicos son un negocio en el que se abusa de los usuarios porque las empresas, gracias a la regulación establecida, pueden abusar de los
usuarios sin que los usuarios se den cuenta. En la tarifa hay un porcentaje de perdidas en el que los usuarios tienen que pagar por las perdidas que genera la
empresa, y hay otros porcentajes que corresponden a una serie de arandelas que nada tienen que ver con el consumo y que están cargados directamente a
los ciudadanos; a lo técnico y la complejidad, nadie le mete el diente porque es un tema muy enredado, y lo hacen enredado, precisamente para eso, para que
la gente no lo entienda. Porqué tenemos que pagar el 15.5% por perdidas, así la empresa pierda o no pierda? Por qué tenemos que pagar unos porcentajes
que corresponden a otra serie de circunstancias en relación con la eficiencia de las empresas, así nosotros no tengamos una empresa eficiente? Los
colombianos debemos pagar por los servicios públicos lo que cuesta el servicio de los servicios públicos”.
También impulsa una gran reforma al sistema de seguridad social en salud, una propuesta vieja según el candidato. Declara que el sector salud está en crisis
desde hace mucho tiempo, pues según él, es un sistema copiado del modelo chileno, el cual está reevaluado.
“La salud en Colombia no puede seguir girando alrededor del negocio, agrega John Fredy, y tiene que ser un servicio a la comunidad, un servicio social de un
Estado Social de Derecho. Hay que cambiar la estructura de sistema de salud en Colombia, no puede ser pañitos de agua tibia, que unos recursos por un lado,
que unos recursos por el otro. Una restructuración a la salud de fondo”.
En la sede de Prado Centro, que funciona todo el año y nunca cierra, se realizan las actividades de las campañas de John Fredy Toro y del candidato al
senado Luis Fernando Duque García. Este último apoya también en Bello la campaña del candidato Mauricio Parodi. La sede la define el mismo aspirante Toro
como una empresa política; su funcionamiento y su estructura está orientada y diseñada a largo plazo. Con personal de celadores, mensajeros, secretario
general, ejecutivo, los equipos de trabajo de cada candidato trabajan de lunes a viernes, todo el año, hasta sábados y domingos por estos días. No importa si
no es época de elecciones la empresa electoral no cierra sus puertas, lo cual ellos definen como vocación de servicio y un compromiso con la comunidad; y
términos más realistas como un espacio para gestionar para sus dirigentes y amigos.
Dentro de las actividades de su campaña realizan visitas a los municipios y reuniones con los líderes y la comunidad. Visitan los barrios de Medellín, van a las
universidades, participan en foros en calidad de invitados, tienen presencia en la red y poseen página web. Tres zonas fuertes serían sus nichos: suroeste,
especialmente en Fredonia, Jericó, Santa Barbara, entre otros; el occidente, Medellín y el área metropolitana. Son fuertes en Belén, Manrique, Guayabal y
Buenos Aires, donde tiene permanente contacto con líderes barriales y la comunidad.
John Fredy sostiene que en la política, el fin no justifica los medios, no todo se vale. Para llegar no se puede pasar por encima de algo. Pero, lo que si se vale
es formar una tradición y una maquinaria política que le permita ir creciendo. Su propuesta política le apunta a temas sensibles electoralmente como la salud y
el control a los costos de los servicios públicos. En general se puede entender como un político en medio de una empresa política creciente, que ha construido
con sus jefes, un nicho y una organización electoral de bases de carácter competitivo. Sus propuestas, suenan de corte social, y su visión del liberalismo es la
que este puede ser nuevamente en Colombia “el redentor” de las clases más desprotegidas.
“Un líder moderno, popular y de avanzada”
RICARDO RESTREPO GÓMEZ
Estudiante del pregrado en Ciencias Políticascon énfasis en Comunicación Política -2011– Universidad EAFIT
Este político conservador con más de 20 años de experiencia, se caracteriza por su trabajo de base y por su avanzar progresivo en las filas de la política
tradicional antioqueña de la mano de Fabio Valencia Cossio en primera instancia, y más tarde de uno de los actuales jefes del conservatismo antioqueño, el
político bellanita Oscar Suárez Mira. La política le ha dado la posibilidad de saltar de sus orígenes en un barrio humilde de Medellín, a ser hoy por hoy, una de
las figuras más fulgurantes del conservatismo paisa.
Desde el año 1990 en el barrio Boyacá las Brisas ubicado en la comuna numero 5 de Medellín, se inicio Germán Blanco Álvarez. En aquellas épocas éste, un
joven nacido y criado en una familia humilde descubrió, en sus mismas palabras, que “el trabajo comunitario, con planeación e inclusión era la mejor forma
para combatir las desigualdades sociales.”
Siguiendo el ejemplo de su madre, quien fue a su vez una importante líder comunitaria, se preocupó por empezar a establecer su propio liderazgo barrial. en
las comunas 5, 6 y 7 de Medellín. Como el señala:
“Yo tengo la fortuna de haber nacido en uno de los barrios más humildes de la ciudad de Medellín, de gente con unos valores y unos principios
impresionantes…es un barrio aledaño al municipio de Bello, los habitantes de este barrio desde muy temprana edad o se desplazaban a estudiar al municipio
de Bello o (…a desarrollar…) cualquiera de sus actividades deportivas, culturales, personales (…las cuales…) se hacían más en el municipio de Bello que en
la misma ciudad de Medellín.”
Este liderazgo barrial los llevó a saltar escalas y a establecer contactos con el gran cacique del conservatismo antioqueño de los noventa, y hoy ministro, el
político Fabio Valencia Cossio, quien vio en él un excelente prospecto político. Fabio Valencia lo apadrinó dándole la oportunidad de ocupar el cargo de
Secretario de Gobierno en el municipio de Támesis en el año 1992, cuando recién culminaba sus estudios de Derecho en la Universidad Autónoma
Latinoamericana. Su padrino político también lo catapultó más adelante a ocupar el cargo de director de EDA y de EDATEL. Más adelante también ocupó en
los años 1999 y 2000 el cargo de gerente del Seguro Social de Antioquia
Dentro de sus labores se destaca también sus vínculos con el deporte. Blanco se ha caracterizado por ser miembro de organizaciones deportivas en el
campo competitivo y posteriormente en lo ejecutivo, éste interés por el deporte lo lleva a ser parte de la Liga Antioqueña de Futbol de Salón y posteriormente
de la junta directiva de la misma. Fue además miembro de la comisión disciplinaria y miembro del comité ejecutivo de la Corporación Deportiva Los Paisitas.
Todo este bagaje y experiencia política lo motivaron a participar de las elecciones para la Asamblea Departamental de Antioquia en el año 2001 en las listas
del partido conservador. Para esta ocasión Germán obtiene 43.000 votos, la mayor votación a nivel departamental y nacional para un candidato a las
Asambleas departamentales por el partido conservador. En el periodo inmediatamente siguiente, Germán Blanco vuelve a postularse como candidato por el
partido conservador para la Asamblea Departamental de Antioquia, obteniendo en estas elecciones una cifra superior a los 17.000 votos.
La notoria disminución en la cantidad de votos para este político comparado con su primera postulación a la Asamblea Departamental de Antioquia, la
analizaron los miembros de su equipo de trabajo, concluyendo que la disminución fue causa de la reforma política de 2003, la cual, en sus propias palabras,
modificó la forma en la que se votaba tradicionalmente, quitando
la fotografía y el nombre de todos los candidatos a los diferentes cargos de elección popular.
Adicionalmente, con el nuevo sistema electoral se institucionalizó el voto preferente, el cual según los miembros del equipo político de Germán Blanco era poco
claro y generaba que una gran cantidad de votos fueran anulados, disminuyendo así el caudal electoral de los candidatos. En l a segunda oportunidad que
ocupó la curul en la Asamblea Departamental de Antioquia, Germán Blanco fue elegido como presidente de esta institución en el año 2006 y presidente de las
comisiones internas de presupuesto, paz y códigos.
Producto de su paso por este cuerpo colegiado en las dos ocasiones, Germán Blanco impulsó diversas ordenanzas en temas de su interés y su competencia,
como lo son: el deporte, la educación y la salud.
Posteriormente, este político tradicional lanza su candidatura para ser miembro del Directorio conservador de Medellín y de Antioquia, alcanzando la
Presidencia de dicho directorio pues obtuvo la mayor votación con más de 14.000 votos.
Su gestión en términos políticos fue calificada positivamente por sus copartidarios pues logró regresar la dignidad conservadora al cumplir los tres objetivos
que se había propuesto: Primero, conseguir una sede para el conservativismo en Antioquia; Segundo, dejar instalados y funcionando más de 60 directorios
municipales; y tercero, cristalizar la unión azul con el reintegro de Equipo Colombia a sus filas.
Este último punto fue el más importante, pues agrupó bajo las mismas banderas a colectividades de raíz conservadora que se ha bían separado, reintegrando
al partido líderes de gran importancia como Fabio Valencia Cosio y su equipo “los corajudos”, Manuel Ramiro Velásquez y su equipo “progresista”, y por último
a Oscar Suarez Mira y su equipo que podría denominarse “los suaristas”.
En el año 2009 Germán Blanco propone su proyecto político de llegar a la Cámara de Representantes, pero al no tener eco en la hora fracción conservadora
conocida como “el coraje”, decide romper su militancia de más de 20 años, alejándose así de los protegidos de Valencia Cossio, y entrando a formar equipo
con la fracción al mando de Oscar Suarez Mira.
“Yo me voy de lleno a trabajar con usted (…Oscar Suarez…), siempre y cuando me apoyen mi proyecto político que es el de la Cámara, donde no vine a hacer
alianzas, sino a formar un equipo de largo alcance y reconociendo a Oscar Suarez como máximo dirigente del equipo y del proyecto”
Para lograr dicho objetivo el grupo ha dispuesto una gran organización logística bajo el apoyo de Suárez Mira, quien ha puesto sus sedes de campaña en todo
el Valle de Aburra, a disposición de su hermana la candidata al Senado Olga Suarez Mira y del mismo Blanco. Con esto asegura una fuerte presencia en
Medellín, Sabaneta, Copacabana, Girardota y en su nuevo fortín electoral: Bello, en donde cuenta con dos sedes, gracias a su nueva alianza con los Suárez
Mira.
A la par, el candidato y su equipo dispusieron de sedes en casi el 70% de municipios en donde tienen influencia. Estas sedes están destinadas para la
atención del público y para las reuniones de los líderes con su gente, además de manejar todo el tema publicitario. En la sede principal ubicada en la Avenida
Suárez en Bello se desarrolla todo el tema organizacional, logístico y operativo de la campaña.
Igualmente, el candidato cuenta con una fuerte presencia en municipios del Suroeste antioqueño como Támesis, Fredonia, Jardín y Bolívar; en el Occidente en
Cañas Gordas, Frontino y Sabanalarga; en el Norte en Valdivia, Caucasia y Nechi; en el Oriente en Rionegro y San Carlos; y otros tantos municipios más.
También cuenta con el apoyo de casi 80 ex alcaldes de todas las regiones del departamento de Antioquia y de casi 120 concejales de todos los municipios.
Entre las personalidades más relevantes que apoyan su proyecto se encuentran los concejales de Bello: Nabor Castaño (Presidente del concejo), Henry
Gómez (vicepresidente del concejo) y Francisco Vélez. En Copacabana cuenta con el apoyo de los concejales Guillermo Acevedo, Carlos Vanegas, Luis
Alfonso Valencia, Alejandro Arango, Juan Londoño y Darío Tobon. Al mismo tiempo es apoyado por seis concejales en Sabaneta, dos más en Girardota y uno
en Barbosa. Constituyendo así una de las más poderosas maquinarias electorales de las que se tenga noticia en la política antioqueña de este momento.
Su proyecto a desarrollar en el Congreso de la República se centrará en sus cuatro ejes programáticos:
SALUD COMO PRIORIDAD Y DERECHO FUNDAMENTAL PARA
UNA VIDA DIGNA
• Atención en la salud oportuna, humana y segura para todos
• Atención prioritaria en salud sin necesidad de tutela
• Una cultura preventiva impulsando y fortaleciendo recursos
nacionales y programas intersectoriales de educación en salud
• Mayores recursos para atender los factores de riesgo en salud
mental
EDUCACIÓN LA MEJOR HERENCIA PARA NUESTROS HIJOS
•
Defender
la
educación
como
un
servicio
público
• Fomento de la articulación de la educación básica secundaria con la
educación
superior
• Fortalecimiento del programa de restaurantes escolares
• Defensa del régimen pensional del magisterio y estatuto único
• Impulso de aulas virtuales en las instituciones educativas
• Educación técnica, tecnológica y universitaria como prioridad en las
subregiones antioqueñas.
ANTIOQUIA
PIONERO
EN
EL
DESARROLLO
DE
INFRAESTRUCTURA
• Impulso y gestión de recursos nacionales para la ejecución de mega
proyectos
en
Antioquia
• Desarrollo vial de Antioquia como una política pública para la
conectividad, productividad y generación de empleo
EQUIDAD SOCIAL Y AMBIENTAL
• Defensa de la familia como núcleo central de la sociedad por la vida
• Gestión de políticas y recursos para disminuir los niveles de pobreza
y
desempleo
• Apoyo a las organizaciones comunitarias (adulto mayor, jóvenes,
mujeres, discapacitados, comunidades afro descendientes, entre
otros). Para que estas sean constructoras del tejido y el desarrollo
social.
• Aumento de los niveles de potabilización del agua en todos los
municipios
antioqueños
• Protección del medio ambiente para contrarrestar el recalentamiento
global
• Dignificar la labor del profesional impulsando la creación del Salario
Mínimo
para
técnicos,
tecnólogos
y
profesionales
• Promover el deporte como una política de primer orden para el
estado
Germán Reyes, la carta fuerte del Polo a la Cámara por Antioquia
CREADO EL MIÉRCOLES 8 FEBRERO, 2012
Nectalí Cano Oliveros
Estudiante Especialización en Comunicación Política-2010- Universidad EAFIT
Radiografía a un médico cuya empresa política se mueve, más que por maquinarias, por el voto de opinión.
Germán Reyes Forero es un médico jubilado del Seguro Social que en marzo de 2006 obtuvo su curul en la Cámara de Representantes por Antioquia y por el
Polo Democrático.
Integró una lista en la que se sumaron a su nombre y trabajo “líderes sociales de diferentes sectores”, como lo define Reyes, con el cual alcanzaron “58 mil
votos, lo que nos permitió pasar sobrados el umbral, que era de 37 mil”.
Sin embargo, llama la atención que de sus 58 mil votos, el primero de la lista haya obtenido sólo un 1% más que los votos que fueron sólo por la lista (Germán
Reyes 11.510 – 19.81% y sólo por la lista 10.921 – 18.80%), logrando una diferencia de más del 5% con la segunda en votos en la lista, María Teresa Muñoz,
que obtuvo el 13.73% de los votos, equivalentes a 7.978 papeletas.
Por el contexto político en el que se dieron las elecciones, con un alto número de electores atestiguando cómo Álvaro Uribe Vélez había cambiado las reglas
de juego y se encaminaba hacia la reelección, y por los resultados obtenidos por la lista del Polo Democrático, es fácil entender que el voto de opinión fue vital
en la llegada de Germán Reyes al Congreso.
“Hubo muchos pueblos en los que obtuve votos, pero nunca fui a ellos. Seguramente educadores o personas del sector de la salud votaron por mí”, cuenta
Reyes, quien sabe que el voto de opinión representa “un alto porcentaje de mis electores”, pero no se anima a ponerle un número.
Un hombre de izquierda
El médico Hernán Gaviria, director de Cajanal en Antioquia, cuenta que desde hace más de 35 años Reyes nunca ha faltado a una marcha del 1º de Mayo:
“Cumple con su fiel promesa con la clase obrera, con la que ha estado por más de 20 años, cuando desde el Instituto de los Seguros Sociales confrontó a sus
directivos en defensa del gremio médico y de sus trabajadores”, explica.
Y anota: “Por Metrosalud [instituto adscrito a la Administración Municipal de Medellín] no ha llegado a pasar un sólo gerente al que Germán no le haya
reclamado”.
Desde su inicio se ha distinguido por su trabajo social, pues hace más de 35 años, cuando aún era estudiante de Medicina, iba a la vereda el Alto de Los
Fernández, en el Municipio de Fredonia, a acompañar las luchas de los campesinos.
Formado políticamente en la Universidad de Antioquia, lo atrajo la “lucha obrero-campesina” y los ideales políticos del también médico Héctor Abad Gómez, en
especial porque compartía con él aquello de que “aquel que de Medicina sólo sabe, ni Medicina sabe”.
Así, desde el movimiento estudiantil, se asumió como un hombre de izquierda.
30 años rumbo al Polo
Al definir la empresa política que permitió que alcanzara su curul y con la que intentará repetir en 2010, uno se encuentra con un proyecto que se sustenta más
en el voto de opinión que en una organización fuerte y con esquemas claros.
Reyes dice que la de 2006 “fue una campaña de partido. Nos asumimos como oposición y por esto nos rodeamos y acompañamos a Carlos Gaviria Díaz”.
Su lista estaba compuesta por líderes del sector social. Ahora dice: “Buscamos y abrimos las puertas a nuevos liderazgos de sectores sociales para sumarse a
la lista del Polo Democrático”.
La apuesta del Polo para la Cámara en Antioquia es tener por lo menos “dos representantes a pesar de las dificultades organizativas y financieras, sobre todo
por el desprestigio de las bancadas de gobierno, pues muchos de ellos están investigados por parapolítica y otros en la cárcel”, explica Reyes.
Mientras muchos proyectos políticos se reagrupan y buscan cómo actuar después de la reforma política, Reyes considera que éstas “no nos afectan en
nuestra manera de hacer política, pero será clave que el Polo continúe unido en su proyecto de permitir el encuentro de múltiples tendencias de izquierda,
pues el Polo es la suma de más de 30 años de luchas y tendencias que se encontraron en este horizonte político, en el cual ha sido fundamental la imagen y la
presencia de Carlos Gaviria para darnos credibilidad, peso y representación social”.
Médico de luchas médicas
El área de trabajo donde centra su accionar político es la salud y la seguridad social. Allí es clave su experiencia, pues como presidente de la Asociación
Médica de Antioquia (Asmedas) participó del Consejo Territorial en Seguridad Social y Salud y en la discusión de la Ley 100 de 1993.
Los grupos con los que mantiene contacto y que son clave en su accionar político son Asmedas, la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia (Andec),
asociaciones de odontólogos, de bacteriólogos y de otras especialidades del sector salud, la Federación Médica Nacional, la Academia Nacional de Medicina,
la Cooperativa Médica de Antioquia (Comedan) y otras organizaciones de usuarios del servicio de salud y de pensionados.
Mantiene estrecho contacto “con el sindicalismo en general frente a temas como la dignidad del trabajo, las pensiones y los riesgos profesionales” y en general
con “todo el movimiento social”, en especial con su presencia en Antioquia de la mano con el diputado Jorge Gómez, el concejal de Medellín Carlos Ballesteros
y concejales en el Carmen de Viboral, Marinilla, Fredonia, Andes, Itagüí y Sabaneta.
Gestión para la región
Para Reyes es importante mantener el diálogo con la Federación de Municipios para buscar los recursos para las regiones.
Dice que desde su participación en la Comisión Cuarta de la Cámara (que discute el Plan Nacional de Desarrollo y el presupuesto nacional) busca incidir en la
consecución de recursos para los municipios, pero “generalmente no es posible desde el presupuesto nacional ya que éste prácticamente viene amarrado”.
Frente a su participación en la bancada antioqueña señala que “a pesar de que somos de partido de gobierno y partido de oposición, consensuamos cosas
para el departamento como el tema de la prórroga de la vigencia de la estampilla de la Universidad de Antioquia, la consecución de recursos para el
Politécnico Jaime Isaza Cadavid y la posibilidad de que Edatel pueda ofrecer telefonía digital, incluido en la última ley de TICs”.
Reconoce que “a veces nos ponemos de acuerdo en temas y, aunque resulte paradójico, la bancada está de acuerdo como región pero a la hora de la
votación yo me quedo solo porque el resto de bancada se va con la posición del Gobierno Nacional, pues el Congreso se define desde la Casa de Nariño, por
encima de bancadas electorales”.
Un ejemplo fue la discusión del Sistema General de Participación: “Hay una puja permanente entre la representación regional y el Gobierno Nacional, ya que
éste aspira a consolidar la recentralización del gasto. Ya van dos actos legislativos que recortan las transferencias y los demás representantes antioqueños
apoyaron la propuesta del gobierno y por eso los municipios hoy reciben menos recursos de los que recibían cuando se creó la Constitución de 1991”.
Dice que no recurre a la búsqueda de recursos en los fondos de cofinanciación “porque es muy difícil acceder a ellos si uno no hace parte del partido de
gobierno”. Cree en la posibilidad de gestionar recursos por cooperación internacional.
Estructura de la empresa política
Reyes ubica su electorado en el sector de la salud, las organizaciones de usuarios del servicio de salud, los maestros, pensionados, sindicatos y la rama
judicial.
Fruto de reuniones con ellos y de sus demandas impulsó “un acto legislativo de reforma constitucional para vincular a los empleados públicos que están en
condición de provisionales desde 2004 hacia atrás, sin necesidad de haber participado del concurso nacional. Es un compromiso que adquirí con los
sindicatos, pero infortunadamente esta medida no pudo traducirse en algo justo para que ellos pudieran conservar sus plazas laborales”.
Sobre el trabajo dentro de su partido explica que “hay conflictos porque el nuestro es un partido de tendencias, pero tratamos de tener una posición coherente
y única después de realizar la discusión interna” y juntos mantienen las relaciones con las JAC y los líderes barriales.
“Yo hablo en forma permanente con algunas Juntas de Acción Comunal en el Carmen de Viboral, Fredonia y Medellín. Sin embargo, con otras con las que no
tenemos relación le apuntamos a lograr que militantes del Polo Democrático que residan en esas zonas se acerquen las JAC y hagan parte de ellas”.
Reyes le da vital importancia a la comunicación permanente con los públicos de interés por lo que “redacto cada semana un comunicado de prensa sobre un
tema coyuntural (como el referendo o el desempleo) y un artículo de análisis de un tema de interés público (como agua potable o las condiciones de los
servicios de salud) y participo en foros y eventos académicos”.
Reyes ha logrado acercarse a otros sectores como el minero, el estudiantil y los ambientalistas, pero cuando se intenta analizar su estructura de empresa
política hay la sensación de inexperiencia, desorden y falta de estructura organizativa y financiera.
Al tiempo, se nota en él la absoluta convicción de que repetirá curul y de que quizás logren otro representante por Antioquia desde el Polo, por el desprestigio
de otros partidos tradicionales y porque tienen alta confianza en el voto de opinión.
Óscar Arboleda Palacio, hombre de peso en el distrito lechero antioqueño
7 de febrero
Sulman del Pilar Hincapié Rojas
Estudiante especialización en Comunicación Política – 2010-Universidad EAFIT-
El Norte, el Occidente y Medellín son las regiones de Antioquia donde se concentra el poder electoral de este abogado que nació a la política en la facción del
Partido Conservador que se llamó Unionismo.
El representante Óscar Arboleda Palacio, quien aspira a repetir curul, nació en San Pedro de los Milagros (Antioquia), el 17 de septiembre de 1943, es decir,
tiene 66 años. Ocupó por dos períodos consecutivos una silla por este departamento bajo las banderas políticas de Alas Equipo Colombia, movimiento que
lidera el ex senador y actual gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos. Ha definido e impulsado diferentes proyectos de ley y actos legislativos como la Ley
de justicia y Paz, la Ley de Bancadas, la Reelección Presidencial Inmediata y fue ponente de la Reforma Política, entre otros.
Temas de interés
En sus campañas siempre hace énfasis en la cobertura total en materia de salud y educación, vivienda de interés social, deporte, recreación y ayuda a
personas con discapacidad. Desde su ingreso a la Cámara baja del Congreso ha pertenecido a la Comisión Primera Constitucional.
No solo su vida pública ha girado en torno a su posición como representante a la Cámara, también desempeñó importantes cargos en su departamento:
concejal en distintos municipios, diputado, secretario de Tránsito de Medellín, secretario de Hacienda de la misma ciudad, secretario de Educación y Cultura de
Antioquia, y secretario de Obras Públicas de Antioquia, entre los principales. Pero también, vicepresidente del Directorio Conservador de Antioquia, secretario
de la Confederación Andina de Ganaderos y gobernador encargado en cuatro oportunidades.
Fue educador de primaria y secundaria, rector de varios liceos y docente universitario. El partido que avaló su candidatura para el período 2002-2006 en la
Cámara fue Equipo Colombia. Los temas principales que impulsó como congresista para la región fueron: proyectos viales y propuestas y proyectos para
fortalecer el agro y la educación pública. No hay información sobre parientes próximos que trabajen con alguna rama del Estado, ni de personas jurídicas o
naturales que financiaron su campaña, como tampoco de antecedentes penales o disciplinarios en su contra.
Fortín electoral
El caudal electoral de Arboleda Palacio proviene de las zonas lecheras del Norte de Antioquia. También de los municipios del Occidente y el Suroeste del
departamento. Las poblaciones donde registró una mayor votación en las últimas elecciones fueron: Medellín con 10.542 votos, Santa Rosa de Osos con
5.282, Andes con 2.354, San Pedro de los Milagros con 2.339 y Angosturas con 1.644 sufragios.
Se le reconoce como dirigente del Unionismo con mucha participación en los distritos lecheros del Norte de Antioquia donde tiene alta influencia la cooperativa
lechera Colanta, que gerencia su compañero de luchas políticas Genaro Pérez Gutiérrez.
Siempre ha manifestado que desde el Congreso se debe trabajar unidos y respaldar las propuestas del presidente Álvaro Uribe, para llegar así a un consenso
entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Cuotas burocráticas en entidades oficiales regionales y nacionales El Unionismo, hoy Equipo Colombia, que lidera Luis Alfredo Ramos Botero y del cual hace
parte Arboleda Palacio, durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana tuvo una amplia representación burocrática.
Contó con la embajada ante la OEA y con gran participación en el Ministerio de Transporte, en Ferrovías, así como en el Instituto de los Seguros Sociales. En
Medellín, el movimiento político participó con mucho poder en la administración del ex alcalde Luis Pérez Gutiérrez y contó con la gran mayoría del Concejo
Municipal. Así mismo, tuvo la Secretaría de Gobierno, Planeación Municipal, Control Interno, Salud, la Subsecretaría de Fomento y Turismo, y la gerencia del
Aeropuerto Olaya Herrera.
Óscar Arboleda se apoyó en las administraciones municipales que controla el Unionismo en el norte de Antioquia para aumentar su poder político en los
últimos años. Las mismas, por otro lado, que soportaron a nivel nacional a Luis Alfredo Ramos Botero.
Cómo llegó al poder
Óscar Arboleda fue dirigente gremial de Fendipetróleos en Antioquia en los años 90, participó en el comité de administración de la cooperativa lechera Colanta
y fue secretario de Educación Departamental de Antioquia durante el gobierno de Alberto Builes Ortega. Ya en el Congreso, en el año 2006, como miembro de
la Comisión Primera, participó en varias ponencias sobre la reforma política, la ley de facultades al Presidente para expedir el Estatuto Antiterrorista, la Ley de
Bancadas, la Ley de Congelación del Número de Curules de los Representantes a la Cámara, el Acto Legislativo de Reelección Presidencial Inmediata y la Ley
de Justicia y Paz.
También adelantó el estudio y la presentación de la reforma a la Ley de Contratación Pública o Ley 80. Su propuesta programática al Congreso hizo énfasis en
la revolución educativa, la salud con calidad y la cobertura universal; el crecimiento del programa Familias en Acción con subsidio para la alimentación y
educación de sus hijos; la atención a reinsertados, personas en situación de desplazamiento forzado y familias guardabosques, entre otras.
Es decir, proyectos que iban en consonancia con las políticas del gobierno Uribe. Cumpliendo un anhelo de mesas directivas de la Cámara, el ex presidente de
la Corporación Óscar Arboleda Palacio lideró la presentación de un proyecto de ley que separa a los representantes de las funciones administrativas para
concentrarse en los asuntos puramente legislativos.
Después de hacer trámite en las dos cámaras, el texto del articulado fue conciliado por el senador Eduardo Enríquez Maya y el representante Óscar Arboleda
Palacio, que modificó entonces la Ley 5ª de 1992.
El eje de esta modificación establece la elección, a partir del 20 de julio de 2010, por la plenaria y para un período de dos años, del director administrativo de la
Cámara de Representantes.
De acuerdo con la iniciativa, los aspirantes al cargo deberán inscribirse previamente ante la Comisión de Acreditación Documental y cumplir los requisitos
exigidos: ser profesional con un mínimo de cinco años de experiencia administrativa de nivel directivo e idoneidad en las áreas administrativa, financiera y de
sistemas. Tendrá el mismo rango de su homólogo en el Senado de la República y podrá ser removido del cargo por la plenaria, previa evaluación de su
desempeño.
Sulman del Pilar Hincapié Rojas
Estudiante especialización en Comunicación Política – 2010-Universidad EAFIT-
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Sugeridos
(Aquí tengo pensado subir textos relacionados con comunicación política para sugerirlos a
través de fb y twitter. Por ahora no tengo nada :D )
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