Download Orar en 3ra Semana de Resurrección 2008

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Un gran maestro del siglo XX, dijo:
“Los cristianos del futuro serán
místicos o no serán cristianos”
Y apenas comenzado el siglo XXI,
tenemos que afirmar eso mismo,
pero añadiendo que:
“todo cristiano para el hoy de la fe
será un mistagogo o no será cristiano”.
En EMAÚS, los fundadores de la Iglesia,
exponen con sencillez
el modelo mistagógico
que consolida la Comunidad
de Amigos y Amigas en el Señor.
Ignacio propone 5 aspectos dinámicos para la contemplación de la Resurrección.
Así, el que contempla, se implica a fondo en la centralidad del Evangelio y de la Vida.
Para contemplar la resurrección, se comienza con VER, OIR y SENTIR, luego se pasa a
CONSIDERAR los EFECTOS Verdaderos y los EFECTOS de Santidad, fruto de la
Resurrección, y finalmente se pasa a MIRAR el OFICIO de CONSOLAR que el Señor TRAE.
En EMAÚS, los EFECTOS Verdaderos y Santos tienen que ver con la MISTAGOGÍA, es decir,
con la pedagogía para proponer, para acompañar, formar; la calidad humana para cuidar y
corregir a los hermanos; también tiene que ver con el modo de gobernar la comunidad, y
especialmente, con el modo de ganar y enamorar a todos de cara a la misión. Una pedagogía
que atiende cada aspecto de la vida:
1) Se acercó y se puso a caminar con ellos.
2) Preguntó de qué iban hablando … No supuso. Solamente les escuchó.
3) Después de escuchar, interpeló y aportó a lo que ellos planteaban.
4) Con el ademán de seguir su camino provocó le pidieran quedarse con ellos.
5) Entró para quedarse con Ellos.
6) Bendijo el pan y al dárselo, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya no estaba.
7) Su corazón ardía. Y regresaron a la comunidad y comunicaron la noticia.
LO RECONOCIERON AL PARTIR EL PAN (Lucas 24,13-35)
Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que distaba
sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y
sucedió que, mientras ellos conversaban y se hacían preguntas, el mismo Jesús en persona se
acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces
de reconocerlo.
El les dijo: «¿De qué vienen conversando por el camino?» Ellos se detuvieron entristecidos, y
uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no
sabe las cosas que estos días han pasado allí?».
Él les preguntó: «¿Qué ha pasado?» Ellos contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un
profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y ante todo el pueblo; y cómo nuestros
sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros
esperábamos que él fuera el libertador de Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres
días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han
sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron
diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él estaba vivo.
Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían
dicho, pero a él no le vieron».
[ Comienza la oración ]
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué torpes son para comprender y qué duros de corazón para
creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todo eso y
así entrara en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas,
les explicó lo que decían de él las Escrituras.
Al llegar al pueblo a donde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le
insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo». Y entró
para quedarse con ellos.
Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y
lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Jesús desapareció
de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a
los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha
aparecido a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y
cómo le habían conocido en la fracción del pan. Palabra del Señor.
[ Comienza la oración ]
[ Continúo ]
Me sereno para que esta cita con Dios tenga lugar.
Me acomodo con una postura, implicando todo mi ser.
Por espacio de unos 10 minutos, al ritmo de la respiración,
voy saboreando la palabra o frase del Padrenuestro que se grabó en mí
[Una y otra vez repito este ejercicio]
[ Continúo la oración  ]
NOTA: La oración preparatoria me ayuda a experimentar libertad de apegos.
La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mí.
NOTA: Este paso merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10 minutos.
[ Sigo adelante ]
(Si me ayuda, puedo decir varias veces la petición)
[ Sigo adelante ]
Haciéndome presente
en cada momento
del Itinerario de Emaús.
Y reflexiono
para sacar algún provecho.
[ Y continúo la oración ]
Cómo la Divinidad se manifiesta
tan espléndida en la resurrección,
por sus EFECTOS Verdaderos y Santos
que nos propone como modelo:
1) Se acercó y se puso a caminar con ellos.
2) Preguntó de qué iban hablando y Escuchó.
3) Después de escuchar, interpeló y aportó.
4) Provocó que le pidieran entrar.
5) Entró para quedarse con Ellos.
6) Bendijo el pan y al dárselo, lo reconocieron.
7) Sintieron que su corazón ardía. Y regresaron
a la comunidad y comunicaron la noticia.
[ Y continúo la oración ]
[ Y continúo la oración ]
Señor: Meditando en tu llamada y en mi deseo de seguirte he descubierto que el ideal de mi vida
entera eres Tú y que el ideal de mi modo de proceder es el modo de proceder tuyo. Por eso fijo mis
ojos en Ti -los ojos de la fe-, para contemplar tu figura tal como aparece en el evangelio...
Señor, que yo pueda sentir con tus sentimientos, los sentimientos de tu corazón con que amabas al
Padre y a los hombres... Yo quiero imitarte en esta disposición de amor y de entrega …
Enséñame, Señor, tu modo de tratar con los discípulos, con los niños, con los fariseos, con los
pecadores o con Pilatos y Herodes... Comunícame la delicadeza con que tratabas a tus amigos.
Enséñame a ser compasivo con los que sufren: con los pobres, los enfermos, los huérfanos, los
ancianos, las viudas... Quiero saber cómo manifestabas tus emociones, incluso hasta llorar...
Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro para llamarle a tu seguimiento o levantarle de su
caída, como miraste al joven rico que no se decidió a irse contigo, como miraste a las gentes que
andaban como ovejas sin pastor...
Enséñanos tu modo de proceder, para que sea nuestro modo de proceder y así podamos realizar el
ideal de ser seguidores tuyos, colaboradores tuyos en la obra de la evangelización y salvación.
Pido a María …, que forme en mí y en todos nosotros, otros tantos Jesús como Tú.
( PEDRO ARRUPE - resumen)
[ Comienza el Cierre de la oración ]
Para centrar la experiencia vivida en la Oración,
respondo en forma sencilla las siguientes interrogantes:
[ Termino con la oración siguiente ]