Download Descargar - RU

Document related concepts

Crisis financiera asiática wikipedia , lookup

Controles de capital wikipedia , lookup

Sistema monetario internacional wikipedia , lookup

Crisis financiera wikipedia , lookup

Wolfgang Streeck wikipedia , lookup

Transcript
Algunos diagnósticos de la crisis en 2008
Los terremotos que sacudieron las Bolsas durante el pasado
«septiembre negro» (UGRRR) han precipitado el fin de una era del
capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado.
Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes.
Regresa el Estado. El desplome de Wall Street es comparable, en la
esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la
caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano.
Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de economía: «Esta debacle
es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el
comunismo.» Se termina el período abierto en 1981 con la fórmula de
Ronald Reagan: «El Estado no es la solución, es el problema.»
La crisis del siglo: El fin de una era del capitalismo financiero, por
Ignacio Ramonet 30 septiembre de 2008
Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la búsqueda de
beneficios exorbitantes. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas en
corto abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos,
titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds…
La fiebre del provecho fácil se contagió a todo el planeta.
Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de
financiación que facilitó el alza de los precios. La globalización condujo
la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual,
inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de
euros, o sea seis veces el montante de la riqueza real mundial. Y de golpe,
esa gigantesca «burbuja» reventó.
Las intervenciones del Estado –las mayores, en volumen, de la historia
económica- demuestran que los mercados no son capaces de regularse
por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se
confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios
pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las
excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso
de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aún más
Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales
no tienen «plan B» para sacar provecho del descalabro. En particular las de
Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de
refundación y de audacia.
La crisis también parecía poner en evidencia la dificultad de Estados Unidos
(USA) para mantener su hegemonía mundial dada la necesidad de coordinar sus
políticas de rescate con la Unión Europea, Japón, China y otros países
“emergentes”, lo que finalmente derivo en la constitución del G20.
En tanto que en marzo de 2009 la comisión Stiglitz de la ONU proponía un
cambio en el sistema de reservas internacional basado en Derechos Especiales de
Giro que sustituiría al dólar como divisa internacional.
También se propuso un Consejo de Coordinación Económica Global ante el otro
hecho que se hacía evidente con la crisis: “el mercado no se autorregula”, como
ya lo había planteado Polanyi en la inmediata posguerra la idea del “mercado
autorregulado” es una ilusión.
¿Cuanto durará la crisis? «Veinte años si tenemos suerte, o
menos de diez si las autoridades actúan con mano firme.»
vaticinaba el editorialista neoliberal Martin Wolf.
Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven
Presidente lance un nuevo «New Deal» basado en un
neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la
esfera económica. Y aportará por fin mayor justicia social a los
ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más
salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá
terminado.
Casi todos los autores planteaban enormes dificultades para reducir la titulización o
financiarización como “nueva” característica del sistema financiero internacional, lo que
expresa la nueva correlación de fuerzas y el peso que tienen “los banqueros”, “corredores
de bolsa”, gerentes en general podríamos decir de las finanzas el nuevo sistema
internacional.
La existencia de un régimen de acumulación impulsado por las finanzas.
Como decía la Dra Giron ayer, los hedge funds, donde los fondos institucionales tienen un
peso importante, se convirtieron en las principales fuentes de financiamiento de deudas
soberanas europeas.
Los organismos multilaterales dejaron de jugar el papel de prestamistas mundiales y los
fondos privados de alto riego sustituyeron a estos organismos, lo que vuelve más difícil su
control, pues su inversión sólo tiene como móvil las altas ganancias en el corto plazo por lo
que se traslada a cualquier parte del mundo y se invierte en cualquier actividad que pueda
generar amplias ganancias, petróleo, alimentos, etc. Incluso el papel más estable que antes
tenía las IED hoy como mostró ayer Tsuyoshi también tiene hoy un alto contenido
especulativo, dando lugar a fusiones y absorciones que incrementan “la credibilidad” de las
empresas y con ello el precio de sus acciones, lo que las convierte también en captadoras
de ganancias financieras. El principio de valor para los accionistas y los financieros,
determina el número de opciones, la organización interna y la estrategia de las empresas
(Boyer, 2005; Ertük et al, 2008.).
Incluso el consumo de los hogares depende en gran medida de la riqueza
financiera, lo que les facilita el acceso al crédito, aún cuando se estancan los
salarios reales. En este modelo, una austeridad salarial puede implicar un
aumento en los beneficios y el aumento de precios de las acciones justifica
un auge en el gasto del consumidor . Dando lugar a un régimen de
acumulación guiado por las finanzas.
La transformación del capitalismo en los últimos 30 años
modifico de manera sustantiva la relación capital/trabajo
con la modificación significativa de ambos. En esa
transformación ha jugado un papel central y orientador la
idea de restablecimiento de un mercado autorregulado
impulsado por la ideología neoliberal que se expresó en la
desregulación del sistema financiero internacional junto con
una política de liberalización comercial, al mismo tiempo se
reducía la participación directa del Estado en la economía con
un amplísimo proceso de privatizaciones que prácticamente
eliminó las empresas paraestatales, lo que cambió
significativamente las relaciones de propiedad a favor de los
grades capitales buena parte de ellos transnacionalizados.
Hoy sabemos que las declaraciones que hicieron de manera reitera
durante 2008 y 2009 acerca de que la crisis financiera actual marcaba el
fin del ciclo de políticas neoliberales, no se concretaron. Estas
expectativas levantadas al calor de los acontecimientos veía en la intensa
intervención estatal el fin del libre mercado.
En efecto, en un primer momento con la intervención del Estado,
mediante políticas monetarias expansivas, y el salvataje de instituciones
financieras que se pensaba “eran tan grandes que no podían caer” se
detuvo el desplome de la economía mundial.
Pero la etapa más difícil apenas se iniciaba pues una vez evitado el
derrumbe se tendría que reordenar el sistema mundial para dar cause a
un nuevo tipo de sistema financiero que permitiera el transito de una
economía de rentistas a una economía de producción más incluyente,
sostenible y democrática, el proceso no se veía fácil ni rápido.
Pero la reestructuración no se realizado en este sentido, por lo que cabe
esperar que las crisis seguirán apareciendo.
Lo hecho hasta ahora deja en claro que no ha sido suficiente
para revertir las causas estructurales de la crisis, misma que no
se ha superado a pesar de que se haya reiniciado el
crecimiento, pues las bases de éste aún son muy frágiles y el
margen de maniobra de los Estados es más reducido.
Vale la pena preguntarse de ¿qué manera se tendría que
utilizar el gasto público para, no sólo reactivar sino también
reorientar el crecimiento? ¿En qué medida la camisa de fuerza
en que se han convertido los equilibrios monetarios que
sostienen al sistema financiero internacional se han convertido
en un obstáculo a esta reconversión?
En un mundo interdependiente y globalizado en donde todas las
naciones luchan por obtener mayor competitividad en el mercado
mundial y ampliar la base de su acumulación a través de la captura de
flujos internacionales de capital, ¿cómo conseguir al mismo tiempo
limitar la circulación de estos flujos –en buena medida especulativos— e
incidir en su orientación a la esfera productiva? ¿La reforma impulsada
por Obama al sistema financiero estadounidense se proponía limitar la
“autonomización” del capital financiero? ¿En qué medida estas reformas
modificaron la estructura del sistema financiero o sólo estaban
destinadas a contener la difusión del riesgo? Finalmente la búsqueda de
los equilibrios monetarios macroeconómicos ha limitado la soberanía y
restringe las posibilidades de impulso a una competitividad basada en la
innovación y no en el manejo monetario –tipo de cambio y tasa de
interés—que terminan restringiendo el crecimiento.
En los países emergentes la interrogante es si la crisis abre la posibilidad
de impulsar políticas más orientadas a la expansión de ramas
económicas vinculadas al mercado interno.
Un rapidísimo recuento de las alternativas planteadas
durante 2008 y parte de 2009 nos conduce a
interrogarnos por qué estas no se aplicaron y finalmente
se han impulsado las políticas más conservadoras y
excluyentes.
Se debatió el nuevo papel que debía jugar el FMI y la
mayor presencia de los países emergentes BRIC. Ya el en
2010 acá Samuel Lichtensztejn planteaba la inviabilidad
de que algún sistema alternativo que pudiera jugar el
papel FMI, ni la CEE, ni EEUU, ni China y apuntaba la
dificultad para gestionar a salida de la crisis a nivel
mundial. En efecto hoy el papel del FMI se ha reducido,
pero no para bien, en la economía mundial pues sin
necesidad de su intervención directa se ha gestado lo
que Wesley ayer denominó el Consenso de Wall Street ,
Canasta de divisas para reducir la influencia del dólar como:
moneda de cambio internacional, moneda de reserva, medida de
valor, equivalente general, dinero-crédito, beneficiaria del
endeudamiento mundial y de los derechos de señoreaje
financiando con el incremento de reservas sus déficit’s
Ayer la Dra. Alicia Girón planteaba como el dólar no sólo se ha
mantenido como moneda de reserva y comercio internacional,
sino también cómo “desplazó al “euro” como posible jugador.
La imposibilidad del euro de jugar por lo pronto –corto plazo-como parte de las divisas internacionales , porque el Banco
Europeo no tienen dentro de sus funciones ser de pagador de
última instancia, y por tanto no puede cancelar las “deudas
soberanas-nacionales”, no contaba con un fondo de cobertura de
riesgos, ni para “ayudar a los países miembro”, y además para
hacer frente a esta ampliación del uso del euro como divisa
mundial.
Así como en los años veinte y treinta del siglo XX las naciones se
vieron obligadas a elegir entre proteger las tasas de cambio o a sus
ciudadanos elevando a tal punto las tensiones que dieron lugar al
surgimiento del fascismo.
En la actualidad “el equilibrio de fuerzas” entre las potencias y la
lucha dólar/euro, apunta a un “punto muerto” en la reestructuración
mundial del sistema financiero, en el corto plazo se opta por salidas
conservadoras que no resuelven el problema de fondo pero trasfieren
los costos del ajuste a las naciones y a sus ciudadanos (por lo pronto
en Grecia, España, Portugal en Alemania e Inglaterra se han iniciado
políticas de ajuste para hacer frente a la deuda soberana.
La respuesta hasta ahora en Europa a la disyuntiva de proteger al
Euro o a los ciudadanos ha sido proteger la tasa de cambio, ante las
protestas ciudadanas, la tendencia a la represión y militarización
puede acentuarse. Se trata de una salida conservadora.
Hoy se transfiere el costo de la crisis a cada nación: la
griega, la española y portuguesa , el Reino Unido lo que ha
obligado a que en cada uno de los países se realicen las
trasferencias de los costos a sus poblaciones “salvar al
euro” a significado reducir los déficit una vez saneados los
bancos que siguen obteniendo las mayores ganancias.
El resultado es una economía global altamente
monopolizada, proceso que acentuó la centralización y
concentración de capitales, base de la desigualdad entre
las naciones y al interior de las mismas.
“Una secuencia de crisis monetarias ligo a los Balcanes indigentes con los ricos
Estados Unidos por medio del sistema internacional de crédito, dispositivo elástico
que transmitía las tensiones provocadas por las monedas imperfectamente
recuperadas desde Europa Oriental a Europa Occidental, en un primer momento, y
desde Europa occidental a Estados Unidos más tarde, todos sufrieron los efectos de
la prematura estabilización de las monedas europeas. El desplome final había
comenzado”…
El primer choque se produjo en el ámbito nacional… la reducción de los recursos
monetarios, en economías completamente monetizadas, significaron una
dislocación… las diversas capas de la población se veían afectadas de un modo
completamente distinto y con frecuencia opuesto: la clase media fue literalmente
pauperizada mientras que los tiburones de las finanzas amasaban, por el contrario,
fortunas escandalosas (cualquier semejanza con lo que ocurre hoy con el 1% de la
población más rica del mundo no es pura coincidencia). Había entrado en escena un
factor de incalculable fuerza integrado y desintegradora: La “fuga de capitales”… su
papel fatal se hizo patente en el derrocamiento de los gobiernos de la izquierda… y
en la formación de un movimiento fascista en Alemania… La moneda se había
convertido en el eje de las políticas nacionales... las instituciones se usaron para
frenar la vida y el comercio con el fin de mantener un sistema monetario estable”.
El ascenso del fascismo se había iniciado.
)
Karl Polanyi. La Gran transformación. Critica del liberalismo económico. Ed. La piqueta, Madrid, España, 1989 P.56-61
Así como en la década de los veinte se creó el espejismo de que
la vuelta al patrón oro restablecería el crecimiento y el equilibrio.
Las medidas adoptadas para proteger la moneda tenían la
intensión manifiesta de liberalizar el comercio, pero provocaban su
estrangulamiento, al igual que hoy.
De manera semejante el FMI en las Perspectivas para la
economía mundial en julio de 2010 sostenía: “los riesgos a la baja
han aumentado drásticamente en medio del resurgimiento de las
turbulencias financieras. En este contexto, los nuevos pronósticos
dependen de la implementación de políticas orientadas a
restablecer la confianza y la estabilidad, particularmente en la
zona del euro.
A nivel más general, las medidas de política económica aplicadas por
las economías avanzadas deberían centrarse en una consolidación
fiscal que inspire confianza, en especial en políticas encaminadas a
reforzar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, como las
reformas de los sistemas tributarios y de prestaciones.
Las medidas fiscales, respaldadas por condiciones monetarias
acomodaticias, deberían complementarse con una reforma del sector
financiero y reformas estructurales para fortalecer el crecimiento y la
competitividad”.
En suma volver a las políticas ortodoxas de equilibrio para intentar
reestablecer la confianza como camino al crecimiento de mediano
plazo, aunque esas medidas son las que contraen en el crecimiento,
y como en la década de los veinte del siglo pasado, las políticas
restrictivas con una perspectiva conservadora pretenden garantizar el
equilibrio y el retorno del libre cambio.
“… el trastorno social que hizo perder la confianza en la estabilidad inherente del
medio monetario (hoy diríamos del sistema financiero) también destruyó la
ingenua idea de que podía existir una soberanía financiera en una economía
interdependiente en sus sistemas de pagos. A partir de ese momento era
evidente que las crisis interiores ligadas al sistema financiero se suscitaban y se
retroalimentaban de las relaciones comerciales y financieras con el exterior.
(Polanky Op cit p.65)
No obstante, la criminalización de las migraciones y la búsqueda de chivos
expiatorios” como los trabajadores del estado en Estados Unidos, o de los
controladores aéreos en España, o el aumento de la población de adultos
mayores y el alargamiento de la esperanza de vida para el reajuste de las
pensiones, es más o menos evidente que los reajustes conservadores requieren
cada vez más el uso de la fuerza. El ajuste del fondo salarial parece llegar a un
tope aunque se aumente el endeudamiento de las familias. ¿cuánto más podrá
sostenerse esta reestructuración conservadora…?
A diferencia de los años treinta y sobre todo de la posguerra, no existe hoy una
movilización de los sectores populares organizada y no existe una alternativa
socialista que pueda hacer el contrapeso a esta reestructuración conservadora…
pero por cuánto tiempo se podrá mantener esta situación…???
Se ha dicho de manera reiterada que la crisis financiera que
estallo en 2008 se propagó a nivel mundial por diferentes vías
de contagio, como si no fuese producto de un proceso de
globalización y liberalización financiera que vinculo a todas las
economías creando un “nuevo sistema capitalista mundial” que
Gabriel Palma ha definido como el “capitalismo de los rentistas”.
Los cambios que vivimos en últimos treinta años además de
reconfigurar el capitalismo mundial crearon nuevas formas de
subordinación entre los países centrales y los periféricos,
cambiando también la dinámica al interior de estos. De tal
manera, que la forma que adopta la crisis en cada país esta
estrechamente asociada a la manera en que las economías
nacionales se insertaron en la economía mundial y su salida
también estará determinada por la reconfiguración que asumió
el capitalismo en cada país y región.
La transformación del capitalismo en los últimos 30 años
modifico de manera sustantiva la relación capital/trabajo
con la modificación significativa de ambos. En esa
transformación ha jugado un papel central y orientador la
idea de restablecimiento de un mercado autorregulado
impulsado por la ideología neoliberal que se expresó en la
desregulación del sistema financiero internacional junto con
una política de liberalización comercial, al mismo tiempo se
reducía la participación directa del Estado en la economía con
un amplísimo proceso de privatizaciones que prácticamente
eliminó las empresas paraestatales, lo que cambió
significativamente las relaciones de propiedad a favor de los
grades capitales buena parte de ellos transnacionalizados.
La transformación de la planta productiva mundial que se registró desde la
década de lo años setenta implicó la destrucción y sustitución de una masa
inmensa de valor, convertida en chatarra, por el cambio tecnológico,
nuevas instalaciones, maquinas, equipo e infraestructura se han creado,
junto a una plétora de nuevos productos hijos de la informática y
cibernética y biotecnología cuyos resultados aun no se despliegan del
todo. Junto a ello se reorganizó la producción creando redes productivas a
nivel mundial, sustituyendo las plantas fondistas de gran escala por la
flexibilidad que garantiza la “calidad total” “justo a tiempo” y con diseños
especializados para nichos diversos.
Esta reconversión se dio de una manera conservadora unida a procesos de
centralización y concentración de capitales, transfiriendo el costo de la
innovación al mercado laboral, pero sin duda ha sido una vía exitosa desde
la perspectiva del gran capital para recuperar una tendencia ascendente
de la masa de ganancia y de su tasa pues aunque se ha empleado a menos
obreros, la explotación se ha intensificado, incluso con el alargamiento de
la jornada de trabajo que ha adquirido la forma de flexibilización laboral o
pagando a la fuerza de trabajo por debajo de su valor (anulando las
prestaciones sociales).
Si por una parte estas transformaciones implicaban un
aumento del capital constante y con ello fortalecían la
tendencia decreciente de al tasa de ganancia, los
mecanismos y contratendencias también se pusieron en
marcha: la desvalorización de la fuerza de trabajo, bajo la
forma de trabajo flexible o precario, se aceleraron los
procesos de concentración y centralización de capitales, se
aceleró la circulación y sobre todo se generaron
innovaciones financieras que junto con su liberalización
aumentaron de manera significativa el crédito o
apalancamiento de todos los agentes económicos. En la
producción se aceleraron los ciclos de rotación y
obsolescencia pero sobre todo se modificó el capital
comprometido en las fases productiva, comercial y
financiera.
Como ya planteaba Marx, el sistema de crédito se uso para
compensar las cuotas de ganancia, disminuyendo los gastos de
circulación, acelerando la circulación misma: “el crédito acelera
la velocidad de la metamorfosis de las mercancías y por tanto la
velocidad de la circulación… y también de la metamorfosis del
capital y por tanto acelera el proceso de reproducción en
general”.
También constataba, sustituye al dinero-oro, por papel moneda
o asientos contables reduciendo el fondo de reserva de bancos y
naciones y eleva el riesgo de enormes especulaciones, como la
registrada en 1847. “…el crédito permite desdoblar con un
mayor intervalo entre sí los actos de compra y venta, sirviendo
por tanto de base a la especulación, contrayendo el fondo de
reserva…
Marx, Karl. El capital, Tomo III, Fondo de Cultura Económica, México,
1974, 9ª reimpresión, p. 414 Marx, Karl. ibidem
“la expansión del crédito permite… la transformación del capitalista realmente
en activo en un simple gerente, administrador de capital ajeno y de los
propietarios de capital en simples propietarios, en simples capitalistas de
dinero. Aun cuando los dividendos que perciben incluyan el interés y el
beneficio del empresario, es decir la ganancia total… esta ganancia se percibe
como simple remuneración de la propiedad del capital, separada por entero de
la función que desempeña en el proceso real de reproducción…”
De allí, que sea esta forma de capital-dinero la forma fetichizada de capital por
excelencia. “En el capital a interés aparece, por tanto, en toda su desnudez este
fetiche automático del valor que se valoriza a si mismo del dinero que alumbra
dinero, sin que bajo esta forma se descubra en lo más mínimo las huellas de su
nacimiento… Como ocurre con la fuerza de trabajo, el valor de uso del dinero se
convierte aquí en fuente de valor, de más valor que el que en el mismo se
contiene. El fetichismo del capital y la idea del capital como un fetiche aparecen
consumados aquí. En la fórmula D—D’ tenemos la forma más absurda del
capital, la inversión y materialización de las relaciones de producción elevadas a
la más alta potencia…” op. cit p. 415
A fines de los años setenta se propagó la liberalización financiera, dando
lugar a la constitución de verdaderos mercados de capital, como sistemas
abiertos donde empresas traban de allegarse “fondos propios” –es decir
directamente en la banca internacional o colocando acciones en la bolsa) y
posteriormente también los y gobiernos, y las tasas de interés se usaron
como precios de mercado para atraer flujos de capital –fruto de la oferta y
demanda para los distintos segmentos de capital— este sistema abierto
característico del sistema anglosajón “se observan numerosas sociedades
cotizadas, una base de accionistas numerosa y dispersa; un mercado de
capitales líquido, donde la propiedad y los derechos de control con
frecuencia son negociados; claridad y transparencia en los derechos de los
accionistas; separación de la propiedad y el control; pocas participaciones
cruzadas; un ambiente en el que las ofertas públicas de compra hostiles
son frecuentes y un poder bancario débil”
Guillén Romo, Héctor. “La crisis financiera de los prestamos subprime” en
Comercio Exterior, vol 59, num. 12, México, diciembre, 2009, p.949
A partir de la década de los ochenta este sistema financiero
empezó a predominar, como destaca Guillén se trata de un
cambio de lógica financiera y de regulación del capitalismo en
el que los mercados bursátiles tienden a volverse
preponderantes al punto que pueden presionar para impulsar
una serie de reformas estructurales e institucionales
tendientes a favorecer la negociación de los títulos y la
trasferencia del riesgo, lo que condujo a la creación de
nuevos productos financieros cada vez más complejos y
opacos.
También creo una nueva relación entre los bancos y los
mercados financieros, sobre todo a partir de la titularización o
titulización (como la traduce el FMI la palabra securitization)
que consiste en volver activo un pasivo, convierte un
préstamo de largo plazo, ilíquido, en un activo suscrito por
agente o empresa financiera o banco, transformándolo en
producto financiero que puede negociarse en el mercado
Las empresas también pasaron a ser parte de los activos
financieros: sus acciones se subastan, se crean, compran, venden,
fusionan, son absorbidas o adquiridas a partir de decisiones
bursátiles que solo consideran la rentabilidad, casi siempre de
corto plazo y el beneficio para los accionistas, es así como la lógica
bursátil, financiera termina subordinando a la lógica productiva, de
la que no se desliga totalmente, pero si se autonomiza.
Las ganancias se orientan más a la compra de acciones y bonos de
alta rentabilidad que al incremento de la productividad, en lugar
de que el sistema financiero sirvan a la economía, la economía
sirve al sistema financiero.
Para las empresas resulta indispensable reducir sus costos de
operación lo que se ha traducido en un ataque al salario y a las
relaciones laborales, al volverse la masa de ingresos insuficiente
para absorber la producción fue compensada con la generalización
del crédito, el crédito al consumo permitió mantener la
desconexión entre salarios-ingresos-consumo.