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Poder Judicial de la Nación
REFORMA DEL SISTEMA FINANCIERO EN USA: “REGLA VOLCKER”
USO OFICIAL
por Francisco Oyuela
En su discurso presidencial del 21 de enero de 2010 sobre el “Estado de la
Unión”, ante el Congreso de los EE.UU., después de un año de gestión sin modificar
el sistema financiero, el Presidente Obama culpó nuevamente a los bancos de la
crisis.
En el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos de 2010 se expresó que
Obama está librando “una batalla populista contra los bancos”. Producto de las
encuestas de noviembre de 2009 en su país, estimando el 40% de los estadounidenses
que "los grandes bancos y Wall Street se llevaban toda la ayuda, mientras que los
norteamericanos no recibían nada". Obama sentenció que: "nunca más los
norteamericanos que pagan impuestos volverán a ser secuestrados por bancos que son
muy grandes para caer".
También influyeron en la reacción los testimonios de los banqueros en sus
audiencias ante el Senado, donde señalaron que la función del Banco Central es
prevenir los riesgos sistémicos, y ser prestamista de última instancia, recordando que
el Banco de Inglaterra fue el prestamista de última instancia por excelencia, más que
ningún otro Banco Central. También se recordó la época del Glass-Steagall Act de los
años 30, que separó la banca comercial de la banca de inversión. (ver Humprey, T.M.
“El concepto de prestamista de última instancia en la historia”, en Boletín de Celma,
enero-febrero de 1990, pág. 9).
La cuestión consiste entonces en determinar cómo debe ser el rol de la banca
en el financiamiento de la economía. Algunos autores, como Rives Lange y
Contamine Raynaud, en el derecho francés (Droit Bancaire, 4ª Ed., París, 1986,
pág.5) acentúan la primacía de un derecho económico, criterio ampliamente
desarrollado por A. Rojo en el Derecho español. Garrigues considera que se presenta
en un doble aspecto, el primero regido predominantemente por normas de derecho
público y lo mismo sostiene nuestra C.S.N. en reiterada jurisprudencia. Debe tenerse
también en cuenta que el Banco Central de los Estados Unidos (La Reserva Federal) a
diferencia de la Argentina, es privado.
A partir de ese momento, comenzó a gestarse la “Regla Volcker”, y otras
medidas complementarias del asesor presidencial actual Paul Volcker, a quien el
presidente Jimmy Carter tuvo al frente de la Reserva Federal en 1979, y que se
lanzaron en el discurso del 21 de enero de 2010, basado en considerar como solución
establecer un límite al tamaño de los bancos.
El presidente del Banco Barclays consideró: "Si se limita el tamaño de los
bancos, habrá impactos negativos sobre el empleo y la economía, y amenaza a las
soluciones supranacionales.”
El presidente del Deutsche Bank expresó que un sistema financiero
fragmentado es incompatible con los requerimientos de un régimen globalizado de
comercio y producción, y acabará perjudicando a la economía real.
En el Financial Times, de Londres, Martin Wolf plantea si las ideas de Volcker
son atinadas y prudentes, no le queda claro que las propuestas resulten prácticas. Es
que limitar y restringir la actividad de las entidades o reducir su tamaño no ataca la
raíz del problema que es la concentración del riesgo y un desordenado sistema de
control.
El presidente del Bundesbank y miembro del consejo de Gobierno del Banco
Central Europeo señaló: "Necesitamos que se mantenga más capital para hacer frente
a las operaciones más arriesgadas".
En el Foro Económico Mundial de Davos de 2010, Howard Lutnick expresó:
"Es muy popular dispararle a las entidades, pero olvidando que son ellas el principal
motor de la economía, que proveen la liquidez y el financiamiento para que la gente
haga crecer sus empresas”. El director general del Banco de Pagos Internacionales de
Basilea señaló la necesidad de "hacer frente a los riesgos sistémicos". Esta es la
verdadera cuestión, la prevención de los riesgos sistémicos por las autoridades de
contralor, vigilar el cumplimiento y ejecución de las Normas de Basilea y extender su
aplicación a la banca de inversión..
Por el gobierno español su vicepresidenta, Elena Salgado, consideró que la
reforma debe ser multilateral. No puede haber reglas distintas en cada país" y
coincidió con Emilio Botín. "Hay que valorar la concentración de riesgos"
Los líderes empresariales en ese encuentro advirtieron a los gobiernos
occidentales que tomar medidas enérgicas sobre la industria financiera, sin
coordinarlas, podría obstaculizar la frágil recuperación económica. Soros mencionó
que “el plan le parece prematuro”.
Nicolas Sarkozy exigió “entidades financieras que manejen depósitos, den
crédito y financien la economía real. No deben remunerar excesivamente a sus
ejecutivos, buscar utilidades desmesuradas, jugar con el riesgo ni especular con
derivativos”.
En opinión de Palma Cané la crisis se desató por el exceso de apalancamiento
del sector inmobiliario –tanto de individuos como de empresas- generado, a su vez,
por un proceso de distribución del crédito que eliminaba el riesgo de las entidades.
Una vez colocada una emisión, la entidad se hacía nuevamente de efectivo y
retomaba el ciclo de préstamo laxo, emisión de estructurado, distribución en el
mercado secundario y nuevo ingreso de cash, el proceso podía seguir
indefinidamente. (www.iprofesional.com)
En EE.UU. existe una maraña de entidades que supervisan y presentan un
confuso esquema de responsabilidades, con toda la falta de eficiencia que ello
implica. La supervisión del sistema debiera concentrarse en un solo organismo de
control, siendo necesario, además, analizar la conveniencia de separar dicha entidad
de la autoridad monetaria (FED), la cual se concentraría en la formulación de la
política monetaria, con su doble objetivo de crecimiento y nivel de empleo.
La condición necesaria para implementar este esbozo de reformas, cuya base no
es aumentar, sino mejorar las regulaciones, es que a nivel mundial los cambios vayan
en igual sentido. El Comité de Estabilidad Financiera del G20 debiera ser el
responsable de esta fundamental tarea. De no lograrse esta necesaria coordinación, sin
duda el sistema de EE.UU. perdería competitividad. Coinciden en la apreciación las
tres máximas autoridades económicas de la administración americana: el Secretario
del Tesoro Thimoty Geitnner, el Presidente de la Fed Ben Bernake y el Director del
Consejo de Asesores Económicos Larry Summers. Sería deseable que en el trámite
legislativo prime la racionalidad económica por sobre los intereses políticos, en el
sentido de “castigar” al sistema financiero por estar fuertemente cuestionado por la
sociedad norteamericana.
La nueva arquitectura financiera internacional, para el Presidente del Banco
Central Europeo significa mejor regulación, no necesariamente mucha más
regulación, y valoró al Consejo de Estabilidad Financiera y al Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea, organismos del Banco de Pagos Internacionales (BPI), que
actúa de banco para los bancos centrales.
El líder conservador británico Cameron dijo que es necesario que el Reino
Unido cambie el sistema regulador de los mercados financieros para finalizar el
sistema tripartito y centralizarlo en el Banco de Inglaterra.
Lo expuesto revela la inquietud de los gobiernos de mejorar los sistemas de
prevención y rápida reacción frente a las crisis financieras, que reconocen como
inevitables y mantener su carácter de prestamistas de última instancia. (Burgard, J.J.,
La Banque en France, Paris, 1989).
Foro sobre Estabilidad Financiera
Este Foro fue una búsqueda válida de una solución razonable. Los gobernadores
de bancos centrales aprobaron en febrero 99 la recomendación de crear un Foro sobre
Estabilidad Financiera. Los objetivos del Foro comprenden mejoras en el
funcionamiento de los mercados financieros y reducción del riesgo sistémico a través
de un mejor intercambio de información y una mayor cooperación internacional entre
las autoridades encargadas de mantener la estabilidad financiera. El Foro se reunió
por primera vez en la sede del FMI. y asumió el carácter de observador del CMFI.
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El Foro cuenta con 42 miembros, que comprenden 25 representantes de alto
nivel de autoridades nacionales encargadas de la estabilidad financiera en 11
importantes centros financieros internacionales (Alemania, Australia, Canadá,
Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Italia, Japón, Holanda, el Reino Unido y
Singapur); 6 representantes de alto nivel de 4 instituciones financieras
internacionales (el Banco de Pagos Internacionales, el FMI, la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), y el Banco Mundial); 7
representantes de alto nivel de 3 organismos internacionales de regulación y
supervisión (el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, la Organización
Internacional de Comisiones de Valores y la Asociación Internacional de
Supervisores de Seguros); 1 representante de cada 1 de los 2 comités de expertos de
bancos centrales (el Comité sobre el sistema financiero mundial y el Comité de
sistemas de pago y liquidación), y 1 representante del Banco Central Europeo y su
presidente.
El nuevo Consejo ha publicado ya una guía de cómo transformar el sistema de
retribuciones de los ejecutivos, en el que aboga por reforzar la independencia de los
Consejos de Administración para negociar estos contratos, se plantea alargar el plazo
de los objetivos para fijar las compensaciones y se exige transparencia total sobre las
remuneraciones.
Ahora, los supervisores (en este caso los bancos centrales) tendrán que tomar en
cuenta si se cumplen estas recomendaciones al vigilar la gestión de riesgos de las
entidades financieras. Y, en caso contrario, tendrán la potestad de plantear a la
entidad que eleve las reservas de capital para hacer frente a las consecuencias de
decisiones arriesgadas. El Consejo comprobará si los supervisores aplican este nuevo
esquema a partir de 2010.
El Consejo también evaluará cómo funcionan las propuestas del Banco
Internacional de Pagos, a través del Comité de Basilea II, para evitar que un colapso
en los mercados de crédito y títulos de deuda, como el que ha ocurrido ahora, deje sin
capital a los bancos y sin liquidez al sistema financiero.
El comité publica en 2010, normas para elevar los requerimientos legales de
capital mínimo (ahora el 4% de los activos para llevarlo posiblemente al 10%),
establecer qué títulos (básicamente acciones ordinarias) pueden considerarse capital
de máxima calidad y extender las provisiones anticíclicas para crear reservas de
liquidez cuando el crédito crece. Y revisará el efecto del actual sistema de
calificaciones, monopolizado por tres agencias privadas de USA, en la multiplicación
del riesgo excesivo.
Como complejidad del tema, Mario Rapaport comenta que Greenspan sostuvo
permanentemente, que es imposible reconocer si las burbujas existen o no hasta que
estallan, y que cuando ello ocurre, una inyección de liquidez soluciona el problema y
normaliza la situación.
En un discurso del 30 de agosto de 2002, explicaba que carecía de experiencia
para enfrentar una burbuja de tal magnitud, sin precedente en los Estados Unidos en
las últimas décadas. “No hay datos –decía–, no hay un análisis preciso que muestre
que el mercado ha entrado en una burbuja. Por último, aun cuando una burbuja pudiera reconocerse, lo único que la política monetaria sería capaz de hacer consistiría
en aumentar extremadamente las tasas, lo que causaría una recesión, pero eso es precisamente lo que se trata de evitar cuando interviene el Banco Central.” No hay, sobre
todo –subrayaba Greenspan– política monetaria alguna que limite el tamaño de una
burbuja.
El economista británico Willem H. Buiter ensayó, por su parte, una explicación
en la que critica explícitamente a la Reserva Federal por estar bajo la influencia de los
grandes banqueros privados. “No necesariamente –señala Buiter– porque las autoridades financieras y monetarias fueran corruptas”, pero los banqueros centrales y los
bancos mantienen relaciones demasiado estrechas, y los primeros interiorizan, la percepción de la realidad de las entidades a las que se supone tienen que supervisar y regular.
La ausencia de intervención del Banco Central de los EE.UU. es claramente una
falla de regulación.
Cuando el 15 de septiembre 2008 se desató la crisis, con la quiebra de Lehman
Brothers, el valor de la liquidez disponible comparada con la situación actual indica
una enorme destrucción de riqueza monetaria.
Adviértase que los activos tóxicos, en septiembre 2008 equivalían a 716 veces
la masa global de billetes dólares circulantes. En febrero 2009 valen cero dólares (u$s
0) porque ninguna firma de auditores locales o internacionales -en su sano juicio- se
animarían a valuar estos activos con otro valor que cero. En cambio la cantidad de
billetes dólares circulantes ha crecido 1,8 veces de u$s 837,6 mil millones a u$s
1.507,7 mil millones por las emisiones de salvatajes hechas por Bush y Obama. Por el
contrario, la proporción de depósitos a plazo, descendió de 15 a 11,2 veces como
consecuencia de la desconfianza de los ahorristas y la caída en la velocidad de
circulación del dólar. Los ciudadanos vuelven a ahorrar sin confiar en los bancos,
atesoran billetes y no se endeudan.
Tanto Henry Paulson, secretario del Tesoro de George W.Bush, como Timothy
Geithner, nuevo secretario de Barack Obama, bosquejaron un programa TARP
(Troubled Assets Relief Program) destinados a comprar a los bancos los papeles
tóxicos para retirarlos del mercado. Pero luego cambiaron el plan por la idea de
recapitalizar 3 o 4 grandes bancos y salvar 2 o 3 grandes industrias. Eso ocurrió
porque nadie sabía dónde estaban los activos tóxicos.
Por primera vez en la historia del capitalismo, los papeles que representan una
propiedad privada se ignora en qué bancos o entidades financieras están
contabilizados. El Banco de Inglaterra estima que esta situación volátil podría durar 5
años (www.iprofesional.com).
La estrategia desplegada por Barack Obama está contagiada por la presión
lobbista de núcleos del Partido Demócrata. Algunos de sus colaboradores fueron los
mismos personajes que -en el gobierno de Clinton- crearon las condiciones legales
para esta operatoria.
Pero las medidas que más afectan a los mercados es que sólo salvan a grandes
bancos que no fueron los de mejor desempeño, por eso al proceso lo llaman “vulture
capitalism” (capitalismo buitre) y el gobierno norteamericano ha sancionado un
fenomenal déficit que supera el 12 % del PIB. China ha pedido garantías de
mantenimiento del valor en los bonos del Tesoro. Han caído los ahorros del Estado y
el gobierno no tiene margen para financiamiento, lo cual está incubando una burbuja
de bonos del Tesoro. La solución no es sencilla.
La supuesta caída del capitalismo no pasa de ser un “wishful thinking” de los
enemigos de la propiedad privada y la libre iniciativa. En el mundo entero, nadie
sensato propone una forma de planificación central como la de la ex Unión Soviética,
ni una economía dirigida como la del nacionalsocialismo, ni una estatización de la
actividad económica como ocurrió en la Inglaterra laborista de posguerra (19451955). Las medidas tienden a fortalecer el sistema capitalista, respaldando las
empresas sin sustituirlas por empresas públicas.
Lo que sí corresponde es que el capitalismo esté sujeto a reglas de rígido
cumplimiento y se desenvuelva dentro de un marco moral, porque sólo con esa base
la propiedad privada y la libre iniciativa pueden adquirir valor social.
Decía Chesterton: “La diferencia ideológica actual -y la de todos los siglos- no
ha sido entre capitalismo y socialismo, sino entre lo grande y lo pequeño. Grandes
son los gobiernos, grandes son las empresas públicas, grandes son los bancos
internacionales y grandes las corporaciones hiper-apalancadas. Pequeños son los
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trabajadores por cuenta propia, pequeñas son las familias, pequeñas son las
explotaciones agrícolas personales y pequeñas son las empresas atendidas por sus
dueños. Entonces ¿qué más me da que todas las tierras del Condado sean propiedad
del Estado o sean propiedad de un monopolio dirigido por el duque de Wellington?”
(www.economiaparatodos.com.ar).
El sistema capitalista es un sistema de propiedad privada de personas
individuales, basado en reglas morales, que requiere: a) Amplia difusión de la
propiedad privada, registrada. b) Seguridad jurídica en la posesión pacífica de los
bienes. c) Respeto irrestricto a la palabra empeñada. (ver Banco de Pagos
Internacionales) 79º Informe Anual 2009.
Aniversario del Foro Económico Mundial de Davos celebrado en 2010
Bajo el lema: "Mejorar el estado del mundo: Repensar, Rediseñar, Reconstruir",
se reunieron más de 2.500 representantes de gobiernos y empresas, académicos y
miembros del mundo de la cultura de más de 90 países del mundo
(www.elmundo.es).
El presidente estadounidense emprendió una campaña para someter al sistema
financiero a una regulación estricta, un marco que impida que los bancos asuman
demasiados riesgos en los mercados financieros con su dinero y que sean demasiado
grandes para caer.
Además de abordar la reforma del sistema financiero, el Foro de Davos planteó
seis preguntas que surgen en un momento de frágil recuperación económica: ¿Cómo
crear un marco de valores? ¿Cómo fortalecer la cohesión económica y el bienestar
social? ¿Cómo mitigar los riesgos globales y los fallos del sistema? ¿Cómo asegurar
la sostenibilidad? ¿Cómo mejorar la seguridad? ¿Cómo fundar instituciones eficaces?
El debate se centra en cómo retirar las ayudas públicas sin afectar las bases de la
recuperación económica.
"La cooperación de los múltiples actores internacionales para mejorar el estado
del mundo se encuentra en el corazón de la misión del Foro", afirmó Klaus Schwab,
presidente y fundador del Foro de Davos. "Tenemos que repensar nuestros valores,
vivimos juntos en una sociedad global con muchas culturas diferentes (...) tenemos
que reconstruir nuestras instituciones". En Davos estuvieron presentes unos 1.400
altos cargos de "las mil empresas más importantes del mundo", según informó el
propio Foro. Presidentes y consejeros delegados de multinacionales como Google,
Coca-Cola, Volkswagen, Deutsche Bank y ArcelorMittal, entre otras acudieron a la
cita. Todos ellos preocupados por la reforma legal del sistema financiero
internacional.
Entre los españoles Francisco González, presidente del BBVA y Ana Patricia
Botín, Consejera del Santander. El presidente español participa por primera vez en el
Foro, que coincide además con la Presidencia española de turno de la Unión Europea.
Acudió a dos citas: 'Repensar la zona euro', que comparte con el presidente del Banco
Central Europeo, Jean Claude Trichet; y 'Rediseño de la gobernanza global'. Abordó
cómo puede la Unión Europea, cuyo déficit presupuestario está previsto que alcance
el 7% del PIB en 2010, arreglar sus finanzas públicas al mismo tiempo que mantiene
el ritmo de su recuperación económica.
Li Keqiang, el Viceprimer ministro chino acudió al Foro rumbo de desbancar a
Japón como la segunda economía del mundo. La superpotencia creció un 8,7% en
2009, aunque según el Fondo Monetario Internacional (FMI) volverá a los
espectaculares dos dígitos en 2010. George Soros advierte del riesgo de una gran
'burbuja' china.
Los presidentes de Brasil que no pudo asistir personalmente, México y
Colombia, se dirigieron a Davos en un momento de recuperación económica
moderada: a pesar del impulso de las economías en desarrollo frente a la fragilidad
occidental gracias a las exportaciones, Latinoamérica será la zona que crezca más
lentamente en 2010 de las regiones en desarrollo, según las últimas previsiones del
FMI., por eso buscaron un sistema eficaz para la promoción de sus economías.
Bill Gates sostuvo que la recuperación de Estados Unidos tomará años y que los
impuestos tendrán que subir para equilibrar el presupuesto federal. Hablando en Good
Morning America, Gates advirtió contra la fuerte intervención del Gobierno e insto a
enfocar la política en temas de largo plazo como la educación para combatir los
efectos de la recesión y la necesidad de la reforma del sistema.
“El presupuesto está muy fuera de balance. E incluso cuando la economía se
recupere, sin cambios en las políticas fiscales y de bienestar social, no se logrará el
equilibrio. En algún momento, los mercados financieros verán eso y habrá problemas.
Los impuestos van a tener que subir y la ayuda social se va a tener que moderar”. (De
igual concepción puede verse a Crockett, A., The Future of Banking Regulation, en
Euromoney del 30.9.95 y Janet Yellen, en Remarks, en la Convención sobre
Recientes Innovaciones en el Sistema Financiero, del 17.4.96 disponible en la
Biblioteca de Lexis Banking.
World Economico Forum Davos
El tratamiento del tema tuvo oportunidad de llevarse a cabo en razón de
coincidir con la reunión del Foro Económico Mundial que se celebra anualmente en
Davos. Davos (en italiano Tavate) es una ciudad y comuna Suiza del cantón de los
Grisones, situada en el distrito de Prättigau/Davos, círculo de Davos. A partir del
01/01/2009 tras la fusión con la comuna de Wiesen, Davos se convirtió en la comuna
más grande de Suiza, quitándole el puesto a la comuna valesana de Bagnes. Entre
1928 y 1929 se realizó en la ciudad un encuentro entre los filósofos Martin Heidegger
y Ernst Cassirer en el que debatieron acerca de la conveniencia en la continuidad o no
del pensamiento kantiano.
El Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) es una fundación
sin fines de lucro con sede en Ginebra, pero que organiza su asamblea anual en
Davos. El evento fue iniciado en 1971 por Klaus M. Schwab, un profesor de
Economía. La organización incluye entre los pilares del debate la construcción de
instituciones eficaces, el fortalecimiento de la seguridad y la sustentabilidad, y el
refuerzo del bienestar social y económico.
Un primer documento de trabajo del Foro Económico Mundial apuntó a evaluar
los principales riesgos que amenazan al planeta una vez que la tormenta financiera
comienza a remitir. Así, se señaló que el peor escenario económico posible estaría
motivado por déficits fiscales y una deuda pública insostenibles. Standard & Poor's
situó en vigilancia negativa su nota sobre la deuda a largo plazo de Japón, el país más
endeudado del globo.
La cumbre de Davos de 2010 arrancó con un ambiente de mayor optimismo que
el que reinaba el año 2009, cuando las consecuencias de la bancarrota de Lehman
Brothers todavía amenazaban con poner en jaque a la economía mundial durante
muchos años. Según una encuesta realizada por la consultora PwC, el 65% de los
presidentes y consejeros delegados del planeta considera que su país ya se está
recuperando de la recesión o lo va a hacer durante el próximo semestre. Esta
circunstancia alienta y estimula el análisis de la reforma.
Los españoles se encontraron entre los encuestados más pesimistas: tres de cada
cuatro creen que no habrá recuperación por bastante tiempo.
El nivel de optimismo sigue un orden decreciente que parte de los países
emergentes, continúa en USA, después en Europa en conjunto y, por último, en
España. En términos globales los directivos que cuentan con una recuperación a corto
plazo alcanzan el 31%, diez puntos más que en 2009.
La cuestión compleja
Es evidente a nivel global que las cuestiones sobre reforma del derecho
económico son de interés primordial para la política y la sociedad. La aceleración y el
carácter del crecimiento económico, de una mejor calidad de vida para el ciudadano
medio y de la estabilidad de los sistemas económico y financiero son un imperativo
insoslayable para el siglo XXI. Esta coyuntura requiere un derecho bancario viable y
sistemas de derecho comercial y financiero de considerable sofistificación y elevada
integridad y transparencia. Para que lo jurídico tenga relación con estos urgentes
requisitos y represente un aporte valioso, el sistema de educación jurídica también
debe adquirir papel activo en el desarrollo de las áreas del derecho comercial,
financiero y económico. (Joseph J. Norton, Professor of Banking Law, Universidad
de Londres).
Es evidente a nivel global que, desde el colapso del Sistema de Bretton Woods,
los mercados financieros de todo el mundo se tornaron y continúan tornándose cada
vez más interconectados e interdependientes. En este contexto, muchos países se
encuentran en un estado de gran transformación en cuanto a la naturaleza de sus
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economías y de sus mercados financieros. Los enfoques tradicionales de la educación
jurídica deben facilitar la transición al desarrollo de un nuevo derecho bancario para
el siglo XXI.
La relación entre el derecho y la banca es un proceso evolutivo con una rica
matriz de leyes públicas y privadas, nacionales e internacionales, reglamentaciones y
jurisprudencia, que cambian con gran velocidad, de manera espectacular, ante las
nuevas realidades económicas y jurídicas, y son motivo permanente de debate
político y tratamiento en los foros internacionales, siendo materia de supervisión
regional e internacional, en una gradual integración y armonización, en busca de
mayor transparencia y estabilidad.
La reciente crisis financiera internacional motiva la comprensión de cuales
pueden ser las soluciones a estos problemas en búsqueda de una mejor regulación y
armonización internacionales de la legislación aplicable a la economía y las finanzas,
y de allí la importancia de seguir la evolución de los acontecimientos que se producen
globalmente con ese objetivo.
Un modelo de reforma
El plan para limitar el tamaño y las actividades especulativas de los bancos y las
entidades financieras provocó una caída inmediata en Wall Street, que cerró con
pérdidas en el índice Dow Jones, la mayor caída desde el último 30 de octubre de
2009.
El momento del anuncio se produjo la misma semana en que los seis grandes
grupos bancarios del país informaron que habían cerrado sus ejercicios anuales con
grandes beneficios -lo que confirma que ya están lejos del abismo- y con millonarios
bonos para sus directivos -lo que concita la ira del pueblo que sufre la estrechez
económica. Aunque el sistema financiero es ahora mucho más sólido sigue operando
exactamente bajo las mismas reglas.
El plan busca evitar que un banco pueda ser propietario, invertir o patrocinar un
fondo de riesgo (hedge funds) o especular en bolsa con su propio dinero. En esencia,
se aspira a que los bancos separen de forma más clara el sector de inversiones del
resto de actividades financieras. Es decir, que se prohíba a los bancos poseer o
invertir en dichos fondos e impedir la creación de megabancos, evitando que se
produzcan fusiones en el sistema financiero evitando el surgimiento de instituciones
“demasiado grandes para hundirse”, una situación que obliga al Estado a salir a su
rescate, al considerar que con su quiebra pueden poner en peligro todo el sistema
financiero del país.
El caso es que sin riesgo no hay industria bancaria. Wall Street recibió el
anuncio con temor y pérdidas en las principales firmas como Citigroup (-5,49%) y
Morgan Stanley (-4,21%), así como Goldman Sachs, que bajó un 4,12%. Esa última
entidad había anunciado que en 2009 obtuvo una ganancia de US$ 3.385 millones,
una cifra que resultó seis veces mayor que el beneficio logrado en 2008. Los
inversores creen que la regulación del sector bancario que promueve la Casa Blanca
afectará sus ganancias y que las medidas populistas contra la industria financiera
pueden perjudicar la frágil recuperación global. Las propuestas podrían terminar con
el liberalismo bancario que promovió Clinton en los noventa.
El plan procura también prohibir que los bancos puedan invertir su propio
dinero en los mercados financieros. Estas operaciones, llamadas “proprietary
trading”, han creado conflictos de intereses. Por otra parte, desde 1994, las entidades
no pueden tener más del 10% del total de los depósitos garantizados por la FDIC,
fondo de garantía que respalda las colocaciones individuales hasta u$s 250.000). El
plan procura que ese límite se aplique a los demás depósitos y a la gran mayoría de
los activos. Esta última medida afectaría a la mayoría de las entidades, aunque
Citigroup, Bank of America y JPMorgan alcanzan o superan el límite del 10% de los
depósitos totales.
La normativa no tiene nada de novedosa. En 1933, durante la Gran Depresión,
el Congreso había separado la banca de inversión de la banca comercial, ésa fue una
de las provisiones fundamentales de la Ley Glass-Steagall (que toma su nombre de
los dos legisladores, Carter Glass y Henry Steagall que la promovieron). En 1999 la
Ley Gramm-Leach-Bliley anuló esas provisiones. Fue el triunfo de un movimiento
liberalizador del sector bancario capitaneado por el entonces presidente de la Reserva
Federal, Alan Greenspan. El resultado fue entidades que realizaban banca comercial
minorista, de inversión y también aseguradoras. En el fondo, se aspira a que los
bancos separen de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades
financieras. La propuesta tiene que ser aprobada por el Congreso.
Un componente muy importante del derecho bancario en el siglo XXI
necesariamente implicará una conceptualización internacional e interdisciplinaria del
modo en que las fuerzas del mercado y de la regulación puedan interconectarse en
forma compatible, para brindar un entorno jurídico apropiado para la definitiva
constitución de una nueva asociación entre los diversos entes reguladores de
entidades financieras entre si y luego en forma combinada con otros entes
reguladores, con sectores de entidades financieras y con las principales entidades
financieras internacionales.
También forma parte del cuestionamiento la posibilidad de que se den más
facultades a la Reserva Federal para supervisar a los bancos de inversión. Ya existe
consenso sobre la necesidad de fortalecer la supervisión regulatoria de los bancos de
inversión, actualmente monitoreados por la Comisión de Valores de Estados Unidos
(SEC). Sin embargo, las diferencias de opinión de las varias instituciones que
actualmente están involucradas en la supervisión continúan en torno a qué autoridad
debe ser consolidada en la Fed, y qué significaría en términos de mayores estándares
de capital y liquidez, que afectan las ganancias de los bancos de inversión.
Existe el planteo de si la Fed debería de tener autoridad para intervenir y
proteger al sistema financiero en caso de que su estabilidad se vea amenazada. Para
ello, debería recibir los poderes necesarios para extraer información de los bancos de
inversión relacionada con sus operaciones, y dar los pasos para evitar riesgos
sistémicos antes de que se genere una nueva crisis financiera.
Sin embargo, la regulación no debiera de reemplazar la disciplina del mercado
para asegurarse de que el sistema financiero se mantenga equilibrado. La Fed puso en
riesgo el dinero de los contribuyentes cuando financió el rescate de Bear Stearns por
JPMorgan Chase & Co, y los participantes del mercado consideran que podría hacerlo
nuevamente si enfrenta condiciones similares. Sin embargo, esta tarea de entregar
dinero de emergencia para apoyar a los bancos de inversión no se compadece con una
regulación supervisada, y la Fed quiere eliminar esa posibilidad buscando mayores
estándares de capital, liquidez y control del riesgo.
Todas las instituciones que actúan en los mercados de capital deberían operar
bajo un mismo marco. Actualmente los bancos comerciales son regulados por la Fed
y se enfrentan a reglas y requerimientos de capital más onerosos que los bancos de
inversión, pese a que generalmente compiten en mercados similares. Si un banco de
inversión puede plantear a la Fed que se declarará en bancarrota a menos que obtenga
financiamiento, la Fed debería tener facultades de supervisión proporcionales.
La Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) supervisa los cuatro
mayores bancos de inversión -Goldman Sachs GS.N, Lehman Brothers LEH.N,
Merrill Lynch MER.N y Morgan Stanley MS.N en lo que respecta a los niveles de
liquidez y capital. No obstante, el programa de supervisión de la SEC es voluntario y
su presidente ha estado pidiendo al Congreso que determine qué regulador debería
supervisar los bancos de inversión y hacer obligatoria esa supervisión. Los cambios
requerirían de nuevas leyes pero mientras tanto la Fed y la SEC cooperan para
fortalecer el sistema y podría hacerlo así mientras continúa el proceso legislativo.
La teoría austríaca del ciclo económico
Según Adrián Ravier, Economista de la Fundación Friedrich A. von Hayek,
entre 2001 y 2002, la burbuja bursátil formada en torno a las compañías tecnológicas
se desinfló. El titular de la Fed, Alan Greenspan, pretendió evitar la recesión
recortando sucesivamente las tasas de interés desde el seis por ciento en 2002 hasta el
uno por ciento en 2004. Para von Hayek, en el ciclo de negocios a una política
monetaria expansiva le sigue una primera etapa de crecimiento económico y grandes
beneficios empresariales.
La reducción de tasas entre 2002 y 2004 fue puramente artificial porque no
respondió a un mayor ahorro de la economía estadounidense sino a una expansión
crediticia de la Reserva Federal. Gracias a esas tasas, muchas firmas pudieron
emprender proyectos de inversión que, en condiciones normales, habrían resultado
inviables. Debido a una legislación favorable para el sector inmobiliario, este rubro
concentró la mayor parte de las inversiones. Se formó así la "burbuja hipotecaria".
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Millones de personas aprovecharon la situación para comprar viviendas. El aumento
de la demanda impulsó la construcción residencial (en Estados Unidos, se
construyeron más de 4,6 millones de nuevos hogares entre 2003 y 2006) y fuertes
alzas de precios de las ya existentes (el incremento alcanzó el 40 por ciento, entre
2002 y 2006). Con el tiempo, parte de la expansión crediticia se volcó a otros
sectores. La burbuja dejó de ser puramente hipotecaria para convertirse también en
bursátil. Entre 2003 y 2006, el Dow Jones creció sin considerar los dividendos, un 45
por ciento.
En su "Teoría del Dinero y del Crédito" de 1912, Von Mises advertía: "llegará
un momento en que ya no será posible seguir aumentando la circulación de medios
fiduciarios. Entonces, se producirá la catástrofe, con las peores consecuencias, y la
reacción contra la tendencia alcista del mercado será tanto más fuerte cuanto más
largo haya sido el período durante el cual el tipo de interés de los préstamos estuvo
por debajo del tipo natural de interés y cuanto mayor haya sido el alargamiento de los
procesos indirectos de producción no justificados por la situación del mercado de
capital".
Durante la etapa de expansión, debido a la política de "dinero fácil" de la Fed,
numerosos bancos otorgaron créditos a tasas bajas sin analizar correctamente el
riesgo crediticio. Pero en 2004, en un discurso ante el Congreso de los Estados
Unidos, Alan Greenspan manifestó la necesidad de elevar la tasa de interés para
prevenir los primeros síntomas de inflación y desalentar la toma de nuevas hipotecas
para la compra de viviendas. La tasa de referencia trepó del 1 hasta el 5,25 por ciento.
La contracción del crédito no sólo redujo la demanda de propiedades y sus
precios sino que también elevó las cuotas de aquellos que habían comprado sus
viviendas a tasa variable. Los bancos comenzaron a experimentar grandes aumentos
en la morosidad y los efectos se extendieron al mercado bursátil, manifestándose
desde principios de 2007 en las caídas de bolsas de todo el mundo. Las instituciones
financieras, incapaces de recuperar el valor de los créditos otorgados, salieron a
liquidar activos financieros agravando el derrumbe de los precios.
Según la teoría austríaca, las crisis económicas no son únicamente un efecto
financiero o de "bolsas", sino que el efecto es real (no neutro) incluso en el largo
plazo. Durante la fase de expansión, las tasas artificialmente bajas han generado
inversiones de un plazo mayor al conveniente, dada la tasa natural de mercado. Si
esto se mantiene por varios años, los errores de inversión se acumulan.
Desde 2004, cuando la Fed contrajo la oferta monetaria, muchos proyectos, aún
no completados, dejan de ser rentables. Y los recursos que se han invertido en ellos
no pueden utilizarse en otros proyectos. El empresario que proyectó un astillero no
puede transformarlo en una fábrica de autos. Prácticamente toda la inversión resulta
perdida. En este contexto, muchas empresas reducen sus actividades y despiden
trabajadores. Así es como la tasa de desempleo en los Estados Unidos alcanzó el
récord de los últimos diez años.
La Fed puede tomar una decisión similar a la que tomó Greenspan en 2002. Es
decir, reducir artificialmente las tasas de interés y generar un nuevo auge económico.
Sin embargo, estas medidas llevarán a otro episodio similar en algunos años. Algunos
analistas llaman a regular los mercados y abandonar la "liberalización financiera". No
obstante, se puede haber llegado a esta crisis por intentar las políticas de Keynes.
Causas de la crisis financiera internacional. Informe del Congreso de los Estados
Unidos
El parlamento estadounidense tiene a estudio un informe para el análisis y
determinación de las causas de la crisis internacional. Con las normas de regulación
de capital bancario en función del riesgo de los activos, más conocidas como Normas
de Basilea, se exige un 8% de capital ponderado por el riesgo de los activos. Ello
implicaría una relación de apalancamiento (activos /capital) de 12.5 veces como
mínimo y que, según el tipo de activo, podría llegar a cerca de 20. Los fondos de
cobertura, conocidos como “hedge funds” tienen un apalancamiento de 60 (un peso
de capital responde por 60 pesos de activos de riesgo). Esta relación determina que, si
los activos del fondo bajan sólo un 1.7%, variación exigua para un mercado
levemente tensionado, el fondo pierde todo su capital.
Quizá la burbuja de las empresas tecnológicas, también llamadas punto com, a
inicios de este siglo fue la más irracional, cuando en un mes se duplicaba o triplicaba
el valor de las acciones de estas compañías y hasta se decuplicaba en tres meses.
Luego de la explosión de las punto com, la tasa de referencia bajó de 6 % anual en
enero de 2001 a 1.75% en diciembre de ese mismo año, para luego seguir bajando y
mantenerse en el 1% anual hasta mediados de 2004, cerca de dos años y medio. Con
el aumento posterior de las tasas de interés, se convirtió en mortal para la mayoría de
los deudores. Con los bancos sentados sobre su escasa liquidez, teniendo que afrontar
grandes pérdidas por la desvalorización de sus activos y desconociendo la real
situación económica de sus competidores, los préstamos interbancarios se detuvieron
y congelaron de esa forma el crédito. Si hay una medida que sobresale en la gran
cantidad de acciones de intervención en los mercados que tomaron los gobiernos
centrales, es sin duda el salvataje al Citibank por su magnitud y por el mensaje
implícito.
La FED, junto con la Agencia de Seguros de Depósitos Bancarios (FDIC)
gestaron un plan de salvataje por el cual garantizaron u$s 306 mil millones de activos
tóxicos del Citigroup, garantía que la entidad pagó otorgando un 7% de su capital, y
además la FED invirtió u$s 20 mil millones en acciones preferidas con un dividendo
fijo del 8% anual y si fuera necesario otorgará financiamiento para asegurar la
liquidez de los activos involucrados. Los recursos provienen del programa de compra
de activos en problemas (TARP), se suman a los 25.000 millones que el Citi ya había
recibido del mismo programa. A su vez, el banco deberá reorganizar sus hipotecas de
acuerdo a las instrucciones de la Agencia de Seguros de Depósitos (FDIC). El día
posterior a la instrumentación de la ayuda, la acción del Citi subió un 57% y marcó
una fuerte diferencia con los anteriores salvatajes, donde los accionistas de las
entidades perdieron todo su capital. En el caso del Citi, la FED compró parte de su
capital y reforzó las posibilidades del banco y de las futuras ganancias que gozarán
sus accionistas. Y este es el gran mensaje de la FED y del sistema: no se dejará caer
ningún gran banco y se protegerá a sus accionistas.
Puede decirse que los líderes mundiales no estuvieron a la altura de las
circunstancias. Luego de una de las mayores bajas históricas del Dow Jones, la
Cámara de Representantes del Congreso Estadounidense rechazó el paquete de ayuda
de 700.000 millones de dólares presentado por el gobierno, una actitud que mostró el
desconocimiento de muchos legisladores sobre la intensidad de la crisis y la
necesidad de aplicar medidas para paliarla. Posteriormente fue aprobada por el
Senado y luego en una segunda vuelta por Representantes. Pero quizá la Unión
Europea es la que lidera la falta de sintonía con la gravedad de la crisis, no sólo por la
renuencia del Banco Central Europeo en bajar las tasas de interés para fomentar la
economía sino por la dificultad en realizar acuerdos globales para enfrentar la crisis.
Una de las señales erradas fue la reunión de los principales líderes de Alemania,
Reino Unido, Francia e Italia en la cual se decidió apoyar a los bancos en problemas,
pero no en forma conjunta, sino que cada país lo resolvería con sus propios medios.
Al día siguiente, surgió la necesidad de rescatar al banco alemán Hipo Real State, y el
gobierno de Angela Merkel decidió garantizar la totalidad de los depósitos en los
bancos alemanes. Conocida esta noticia los depósitos comenzaron a fluir hacia
Alemania desde el resto de la Unión Europea, obligando a Francia, España e Italia a
garantizar también sus depósitos para evitar la huída. Días después, se decidió instalar
un sistema de garantías para los 27 países de la Unión. El Banco Central Europeo no
posee una de las funciones esenciales de cualquier banco central, que es la de ser
prestamista de última instancia, como si la Unión Europea hubiese estado inmunizada
de cualquier problema sistémico (García, Alfredo T., "Los mercados financieros en
las entrañas de la crisis económica de los países centrales", La revista del CCC
Septiembre/Diciembre
2008,
n°
4,
Actualizado:
2009-01-14
(www.centrocultural.coop).
La contribución del G-20 en la reforma del sistema financiero
El G-20 aportó 1,1 billones de dólares adicionales a la economía mundial. Los
líderes de 21 países representando el 88% del PIB mundial destinaron 750.000
millones de dólares a los países en dificultades y apoyaron el comercio mundial con
250.000 millones de dólares. La canciller alemana y el presidente francés dejaron en
claro que no se conformarían con una mera declaración de intenciones. La postura del
eje franco-alemán se interpretó mayoritariamente como un desafío al supuesto frente
anglosajón en la solución del problema y la regulación.
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Poder Judicial de la Nación
Europa aceptó triplicar los recursos del Fondo Monetario Internacional hasta
750.000 millones de dólares y que el FMI emitiera nuevos derechos especiales de
giro por valor de otros 250.000 millones de dólares para atender las necesidades de
los países con riesgo de quiebra de la balanza de pagos. Esa partida, en la que cada
país gestionaría los fondos que considere oportuno, intentará facilitar a las empresas
las líneas de crédito a la exportación de garantías de cobro. El acuerdo suscrito
importó un aporte de 50.000 millones de dólares para protección social, impulso del
comercio y desarrollo de los países con menos ingresos (Bernardo de Miguel,
www.cincodias.com).
No se cuestiona que hay que mejorar la regulación del sistema financiero para
que no se repitan los inconvenientes sufridos. EEUU no se debe limitar a salvar al
sector financiero en la actualidad y luego dejarlo como estaba, ya que existe el riesgo
de que el problema se vuelva a repetir, sino que debe crear un nuevo marco para que
la innovación financiera no vuelva a causar dificultades.
El problema no es de fácil solución. Stiglitz propone que los incentivos de los
directivos sean a largo plazo, puesto que de lo contrario los premian para que
simplemente hagan apuestas. Esto es complicado de desarrollar, ya que los directivos
tendrían que permanecer muchos años en una compañía para cobrar incentivos. Y si
únicamente se aplica al sector financiero faltarán directivos en este sector que
preferirán incentivos más rápidos en otros sectores. Otra propuesta de Stiglitz es
lograr frenar las burbujas de activos. Se sabe como se comportan y se podrían adoptar
mecanismos para frenarlas. Pero tiene un riesgo. ¿Y si no es una burbuja? Y si
simplemente se frena artificialmente un crecimiento que podría crear mucho empleo?
O peor, y si se crean mercados financieros paralelos, capaces de provocar catástrofes
aún mayores, debido a que los Estados tengan poca información sobre ellos? Es
complicado limitar el flujo de dinero. Por ejemplo cuando un Estado quiere impedir
por decreto que su moneda se devalúe, surgen dos mercados, el oficial y el paralelo.
La mayoría de los expertos está de acuerdo en que hay que mejorar la regulación de
los mercados financieros. Hay incluso consenso entre gente de ideologías políticas
distintas. Pero la cuestión es cómo deben regularse estos mercados).
El presidente del Banco Central Europeo insistió en la necesaria reforma del
sistema tan frágil existente y planteó la necesidad de tratarla en la del G-20 de junio
2010 en Canadá. La oposición conservadora del Reino Unido aseguró que no hará
nada que perjudique unilateralmente a la «City» londinense o a los bancos y que
cualquier acuerdo pasará por el G-20.
Las cifras de crecimiento (5,7%) del último trimestre de 2009 de EEUU
resultaron alentadoras. Las empresas frenaron los recortes y aumentaron el gasto
creando una base para el crecimiento, pero existen profundos problemas de
desempleo y mínimo crecimiento del ingreso familiar. La recuperación será
asimétrica. Asia ya está cerca de la recuperación total. El caso de Europa también es
particular, con un mercado único y una supervisión nacional que exige una mejor
coordinación. Una mayor demanda interna en China, como ya empezó a estimular
Beijin, junto a un mayor ahorro en EEUU, ayudará a reequilibrar la demanda mundial
y asegurar una economía global más sana.
Principales puntos de la reforma financiera del Gobierno de los Estados Unidos.
Contenido del informe de 89 páginas titulado "Reconstruyendo la Regulación y
la Supervisión Financiera"
Fortalecimiento de la Reserva Federal (FED)
Se encarga a la Reserva Federal la tarea de regular y supervisar el
funcionamiento de las entidades que tienen un tamaño tan grande, que su quiebra
puede poner en peligro la estabilidad del sistema financiero.
La Reserva Federal también deberá vigilar más de cerca los riesgos sistémicos
de los mercados financieros.
La FED pedirá informes a las entidades financieras para ver si cumplen con los
requerimientos de capital mínimos exigidos.
La FED tendrá capacidad de supervisar las matrices y filiales de todas las
empresas financieras, incluidas aquellas que pertenecen a mercados no regulados o
que se encuentran en el extranjero.
Medidas que afectan a las firmas financieras.
Se establece la creación de un Consejo de Supervisión de los Servicios
Financieros, que coordinará las actividades de los diferentes órganos reguladores.
Los reguladores establecerán unas directrices sobre las bonificaciones de los
altos directivos, cuya remuneración deberá estar fijada en función de la creación de
valor para el accionista a largo plazo. Además, se invita a reconsiderar la utilidad de
los llamados "paracaídas de oro", las indemnizaciones millonarias que reciben en
caso de ser despedidos.
Se crea una nueva agencia, el Supervisor Nacional Bancario, encargado de
supervisar expresamente el funcionamiento de los bancos comerciales nacionales.
Se invita al resto de entidades financieras no bancarias, como las filiales de
grupos industriales o las firmas de medios de pago, como los que emiten tarjetas de
crédito, a reconvertirse en bancos tradicionales sometidos a la supervisión federal.
Los fondos de capital riesgo, las sociedades privadas de inversión y los fondos
de inversión libre o alto riesgo tendrán que registrarse ante la Comisión de Valores
estadounidense, y facilitar los datos que ésta les requiera, incluso de los activos que
poseen fuera de balance.
Se crea un mecanismo que permite al Gobierno tomar el control de una entidad
que se encuentra en peligro o al borde del colapso. Esta medida puede ser invocada
por el Tesoro, la FED, la SEC o el Fondo de Garantía de Depósitos.
Regulación de los Mercados Financieros
Se establece un marco legal para los mercados que antes carecían de regulación
(over the counter), como los derivados y de titulización. Estos mercados pasarán a
depender de la Fed, que establecerá una Cámara de Compensación y Liquidación,
como ocurre con los mercados tradicionales.
Se endurece la ley para los casos de los consumidores que operan con productos
derivados y sofisticados de manera "Inapropiada".
Las entidades que se dediquen a la titulización de créditos deberán retener una
participación en estos productos.
Se urge a la SEC a mejorar la transparencia de los mercados de titulización y a
regular de manera más intensa la operativa de las firmas de calificación de riesgo, que
deberá revelar la existencia de conflicto de intereses.
Para la protección de los consumidores y de los inversores.
Se crea una nueva agencia, la Agencia para la Protección de la Financiación al
Consumo, orientada a los productos que se distribuyen entre las economías
domesticas como hipotecas, tarjetas de crédito.
La nueva agencia tendrá capacidad de regular para frenar el uso de prácticas
injustas o abusivas,
La Comisión Federal de Comercio obtiene una mayor autoridad sobre el sector
bancario, en áreas como la protección de datos.
Se crea un panel de expertos encargado de vigilar las prácticas de las industrias
emergentes (www.us.starmedia.finanzas.com).
Al cierre del Foro Económico Mundial (WEF) de Davos, el 31 de enero de
2010, Josef Ackermann, resumió como conclusión del consenso de una mayor
regulación jurídica del mercado de capitales: "Todos sabemos que hay que hacer algo
para restaurar la confianza, pero es absolutamente necesaria una armonización a nivel
mundial de las reglamentaciones y la fiscalidad".
World Economic Forum, Davos enero 2011: George Soros advierte de los riesgos
de desintegración en Europa por el Euro
Las polémicas declaraciones de Soros fueron realizadas en la segunda jornada
del Foro de Davos de 2011, durante el cual no se aportaron nuevas soluciones. El
multimillonario inversor de origen húngaro fue muy crítico al referirse a las políticas
llevadas a cabo por los gobiernos de la zona euro, tendientes a preservar la divisa
europea. Según George Soros, éstas amenazan con la desintegración política de
Europa.
“Existe un acuerdo político por parte de los países de la Eurozona para
resguardar dicha moneda, sin embargo, esta persistencia podría provocar una crisis de
integración política debido a que existen fuertes disparidades entre la Eurozona de
crecimiento sostenido y la Eurozona que se encuentra fuertemente endeudada,
sostuvo Soros”
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En una entrevista para la cadena británica BBC, en el marco del Foro de Davos,
el conocido multimillonario especulador fue poco optimista acerca del futuro de la
zona euro, enfatizando que si los gobiernos europeos desean realmente preservar el
euro: “habrá que buscar más alternativas, pues el problema de la moneda es una
hecho y hay que plantear soluciones para resolverlo”
En pocas palabras, Foros aseguró que poco y nada se ha conseguido respecto a
los objetivos iniciales planteados a diez años de la implantación de la moneda única
europea . “Se pensó que el euro llevaría a Europa a la integración política, y por el
contrario, la ha llevado más bien a la desintegración política. Ahora Europa se
encuentra dividida en dos, entre Estados que tienen y Estados que no tienen”. Si esta
situación no se resuelve a tiempo, esta tendencia se agudizará y el problema se
volverá políticamente insostenible. Con el paso del tiempo el escenario europeo se
partirá económicamente en dos, por un lado la de los países con crecimiento
económico veloz, y por otro, la de los países de lento crecimiento. No obstante, no
todo el panorama parece gris en la zona euro, según Soros, la última crisis permitió
crear un mecanismo de rescate hasta ahora inexistente en el Banco Central Europeo:
un tesoro común. (economíamundial.com)
World Economic Forum, Davos 2012: América Latina analizada como ejemplo
En este foro se dijeron cosas no muy optimistas. Las conclusiones de este año
fueron que la situación económica es peligrosa. Que nos enfrentamos a un mundo
más desafiante. Que las respuestas gubernamentales han sido débiles. Y que se está
aplicando la medicina equivocada. Además se dijo que ya es hora de ver a los
indignados. Estas palabras seguirán teniendo resonancia en un mundo que aún no
encuentra su rumbo económico correcto.
La Dodd Frank Act de regulación del sistema financiero, como respuesta del
Gobierno del presidente Obama a la crisis de 2008, promulgada con bombos y
platillos en USA el 11 de julio de 2010, en un texto de centenares de páginas, fue
criticada y considerada por Alan Greenspan como ¨la mayor distorsión en la
regulación del mercado¨ de los últimos cuarenta años, y no superadora de las Normas
de Basilea I y Basilea II.
Se resaltó que la buena salud de la economía de América Latina debe ser
utilizada para proteger a la región contra la crisis financiera internacional, que hace
tambalear a Europa y que, tarde o temprano, afectará al subcontinente, sugirieron
ministros y analistas en el Foro Económico Mundial de Davos de 2012..
Es probable que este sea el primer año en que la situación en América Latina es
analizada en Davos como un ejemplo a seguir y no como un cúmulo de problemas
por resolver, los que ahora aparecen concentrados en las economías de la Unión
Europea, atrapadas en una crisis de deuda soberana, liderando Chile el índice de
competitividad en el bloque.
Políticos, empresarios y académicos en la primera sesión del Foro de Davos
2012, que estuvo dedicada a América Latina y en la que, si bien hubo elogios a la
estabilidad macroeconómica en la gran mayoría de países de la región, también se
advirtió claramente que aún no se han tendido las bases para un crecimiento
sostenible en el futuro.
El secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, aseguró que los precios
de las materias primas han sido históricamente un “termómetro fundamental del
crecimiento” y que esta situación se repite ahora por los altos precios que estos
productos tienen en los mercados internacionales. Pero advirtió que “sería un grave
error pensar que este único factor permitirá sostener el crecimiento en el futuro”.
El profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México Guillermo Ortiz,
consideró que una de las lecciones más importantes aprendidas por los países
latinoamericanos se refiere al “reforzamiento de los sistemas financieros nacionales,
que ahora permite que podamos soportar la crisis europea”. (www.weforum.org)
Sobre las inversiones en la extracción de recursos naturales, una cuestión que
ha originado protestas y levantamientos populares en la historia reciente de varios
países latinoamericanos, se sostuvo que la “clave del éxito es aprovechar el ‘boom’
de las materias primas en un contexto de democracia, entendida por libertades
personales”.
El discurso de Obama del Estado de la Unión, pronunciado en la víspera del
Foro Económico Mundial de Davos 2012, se centró en canalizar el enojo de la clase
media ante la desigualdad y elevar los impuestos incluyendo el reclamo de un
impuesto mínimo para los millonarios, conocido como impuesto Buffet porque es
defendido por el multimillonario Warren Buffet, y apoyado en Davos por George
Soros y su fondo de inversión. El presidente Obama reiteró sus promesas de una
estricta regulación bancaria. Jacob Frenkel, presidente de JP Morgan Chase
Internacional expresó: ¨Cuando se trata de los bancos, no existe un mecanismo en el
que una economía moderna pueda crecer sin bancos fuertes y un sector financiero
fuerte.¨