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Transcript
40 PRINCIPALES
Juan José Castillo Falcón
Jesús Borrego Brenes
Grupo T 3 1º Magisterio de Primaria
LA PINTURA RENACENTISTA
CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO
La pintura renacentista está plena de religiosidad, sin embargo,
cada artista busca su propio estilo, en donde el retrato y la
representación del paisaje tienen mucha importancia. Durante el
renacimiento surgen diversas escuelas, estas adquieren el nombre de
la ciudad donde se desarrollan, entre estas se citan: la Escuela
Florentina, la Veneciana, la de Siena, la de Umbría, la de Parma, la de
Verona, la de Padua, la de Milán y la de Carrara.
Los pintores también se agrupan, pero por generaciones, así, tenemos
los del Quattrocento (1400) y los del Cinquecento (1500). Hay otra
clasificación muy utilizada para caracterizar las obras pictóricas del
renacimiento, la cual es:
Renacimiento Temprano: que abarca desde el año 1420 hasta el año
1500 y cuyos representantes más significativos son Fran Angélico de
Fiesole, Masaccio, Piero della Francesca y Sandro Botticelli, entre
muchos otros, con pinturas verdaderamente grandiosas.
Alto Renacimiento: que comprende el período que va desde el año
1500 hasta el año de 1527, en el cual se destacaron famosos pintores:
Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Tiziano, Pablo Veronés, Tintoreto,
Rafael Sanzio, Juan Van Eyck, Alberto Durero, Jean Cousin y el Greco.
CARACTERÍSTICAS DE LA PINTURA
Es narrativa: expone historias y sucesos, reales o ficticios, sacados de la
religión, de la mitología o de la historia.
Es realista: las figuras humanas o de animales, y los objetos inanimados están
reproducidos con el mayor cuidado porque se parezcan en todo a sus modelos
reales.
El cuadro se presenta como un escenario: un espacio cúbico, sugerido por
medio de los recursos que enseña la perspectiva geométrica recién
descubierta y dan la ilusión de profundidad.
El punto de vista del pintor suele estar en el centro del cuadro. La composición
está sometida a esquemas intelectuales, es decir, razonados. Suele preferirse
la forma simétrica en la distribución de las figuras.
En cuanto a los esquemas de composición preferidos, el triangular (con el
vértice arriba o invertido) y el rectangular con la división del espacio en
segmentos áureos. En algunos casos, los triángulos son dos combinados.
En general, es una pintura dibujística, que se fundamenta en el poder definidor
y expresivo de la línea, y considera el color como un accidente de la materia de
importancia secundaria. Las formas se cierran con un dibujo de trazo continuo
y su separación del fondo es absoluta.
Se da interés preferente al cuerpo humano, en particular al desnudo, cuya
anatomía se estudia y copia cuidadosamente.
A partir del siglo XV, se usará en vez del temple, la técnica del óleo, inventada
por los pintores flamencos, que facilitará el desarrollo de la pintura de
caballete.
LA RELIGIÓN EN EL RENACIMIENTO
Así como la Edad Media fue una constante visión
de Dios y una interpretación de la vida como renuncia y
preparación para la muerte, el Renacimiento fue un amor
extremado a la vida terrena, a la belleza y a la Naturaleza.
Pero no se crea que esta concepción fuese puramente
materialista y excluyera la creencia en Dios. La Fe, la
Religión, incluso la vocación sacerdotal, durante el
Renacimiento, no fueron incompatibles con los goces del
mundo. Así como durante la Edad Media el arte se inspiró
siempre en motivos religiosos, casi siempre en la literatura,
ahora el arte encontró modelos vivos y reales en los
grandes hombres y en el paisaje como aditamento a
escenas humanas. El artista, enamorado del hombre,
descubrió o redescubrió la belleza del desnudo que había
sido severamente prohibido durante los siglos anteriores.
El Juicio Final o la Creación de Miguel Angel, hubiesen causado una
terrible impresión durante el siglo XIII, pero cuando estas maravillosas
pinturas fueron contempladas por un Papa renacentista no sólo fueron
toleradas a pesar de sus desnudos, sino alabadas y admiradas.
Numerosas anécdotas recuerdan la reverencia con que eran tratados
los artistas. Carlos I de España, dueño de media Europa, se agachó
para recoger un pincel que se le había caído al Ticiano mientras
pintaba en su presencia. Miguel Angel tenía siempre mesa y cama
puestas en el palacio de los Médicis. La admiración por el genio era
total y plena. Así, era frecuente que los artesanos suspendieran todas
sus actividades y cesara el trabajo en la ciudad cuando se inauguraba
una estatua o el poeta favorito anunciaba que iba a recitar una poesía
inédita. Pico de la Mirándola, caballero perfecto, que murió en plena
juventud, se enorgullecía de poder echar una moneda al aire en el
interior de la catedral y conseguir que fuera a chocar contra su altísima
bóveda. El Renacimiento fue un constante torneo de fuerzas, belleza,
ingenio, audacia y valor. Las potencias humanas, físicas y espirituales,
fueron tensadas al máximo y vibraron con una amplitud desconocida
hasta el momento. Las luminarias del Renacimiento alumbraron los
siglos XV y XVI, y los posteriores vivieron de su impulso hasta la
Revolución Francesa. Incluso ésta y todo el movimiento liberal son hijos
del Renacimiento.
COMENTARIOS
LEONARDO DA VINCI

Leonardo da Vinci (1452-1519), artista florentino y uno de los grandes maestros
del renacimiento, famoso como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico.
Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fue la clave tanto de su
comportamiento artístico como científico. Sus innovaciones en el campo de la
pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo
después de su muerte; sus investigaciones científicas —sobre todo en las áreas
de anatomía, óptica e hidráulica— anticiparon muchos de los avances de la
ciencia moderna.
LA ÚLTIMA CENA, DE LEONARDO DA VINCI
Las innovaciones estilísticas de Leonardo se hacen patentes en La última cena, en la que recrea un tema
tradicional de manera completamente nueva. En lugar de mostrar a los doce apóstoles aislados, los presenta
agrupados de tres en tres dentro de una dinámica composición. Cristo —en el momento de anunciar la traición
de uno de ellos— sentado en el centro y teniendo como fondo un triple ventanal en el que un paisaje se
difumina en la distancia, representa un núcleo de serenidad, mientras que los rostros y gestos de los discípulos
exteriorizan el drama que supone este momento. Leonardo reintroduce, con la monumentalidad de la escena y
el volumen de las figuras, un estilo que ya había iniciado 30 años antes Masaccio.
La mesa con los trece personajes se enmarca en una arquitectura clásica representada con exactitud a través
de la perspectiva lineal , concretamente central, de manera que parece ampliar el espacio del refectorio como
si fuera un trampantojo salvo por la diferente altura del punto de vista y el monumental formato de las figuras.
Ello se logra a través de la representación del pavimento, de la mesa, los tapices laterales, las tres ventanas
del fondo o, en fin, los casetones del techo. Esta construcción en perspectiva es lo más destacado del cuadro.
La escena parece estar bañada por la luz de las tres ventanas del fondo, en las que se vislumbra un cielo
crepuscular, de igual manera que por la luz que entraría a través de la ventana verdadera del refectorio. Dicha
luminosidad, así como el fresco colorido, han quedado resaltados a través de la última restauración
BOTTICELLI
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Sandro Botticelli (1445-1510), uno de los pintores más destacados del
renacimiento florentino. Desarrolló un estilo personalísimo,
caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la
fuerza expresiva de sus líneas.
Nació en Florencia, hijo de un curtidor, y su verdadero nombre era
Alessandro di Mariano Filipepi. El apelativo por el que se le conoce
(diminutivo italiano de la palabra botijo) era probablemente el apodo de
su hermano mayor o el nombre del orfebre del que fuera aprendiz. Más
tarde fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador
Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea, y
también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio.
Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a
trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Medici,
para los que pintó retratos
VIRGEN DEL MAGNIFICAT
(MADONNA DEL MAGNIFICAT)
Sandro Botticelli, 1481 Temple sobre tabla - Renacimiento (118 cm × 118 cm) Galería Uffizi, Florencia, Italia . La Virgen del
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Magnificat es un cuadro destacado del maestro renacentista Italiano Sandro Botticelli. Se conserva en la Galería de los Uffizi, de
Florencia (Italia). Está realizado al temple sobre tabla. Fue pintado en 1481, desconociéndose la ubicación originaria de este cuadro.
Se trata de un tondo o cuadro circular, con un diámetro de 118 centímetros. Este formato da lugar a experimentaciones compositivas.
La escena se enmarca sin problemas gracias al ritmo de la línea, siendo una obra en la que predominan las curvas (en los rizos, los
brazos, las manos, el río). No obstante, sí aparece un poco forzada la introducción del ángel de la extrema izquierda, que corona a la
Virgen.
La obra representa a la Virgen María coronada por dos ángeles. Ella se sitúa en el centro, ricamente ataviada y con la cabeza
cubierta por velos transparentes y preciosas telas, sus rubios cabellos se entretejen con el chal anudado sobre el pecho. En la
profusión de oro y detalles de velos y telas se ve la influencia de Filippo Lippi.
Dos ángeles la atienden, vestidos como pajes, sujetando el tintero con la tinta.
En el brazo de la Virgen está el Niño, que observa a la madre, mientras con la mano izquierda aferra una granada, símbolo de la
resurrección.
En el fondo hay una vista campestre a través de una ventana de forma circular, cuyo marco de piedra comprime a las figuras que
están en el primer plano, que secundan el movimiento circular de la tabla, de esta manera las figuras parecen emerger de la
superficie del cuadro, como si la imagen estuviese reflejada en un espejo convexo u "ojo de buey". La composición aparece así
deformada, como si estuviese comprimida dentro de un espejo convexo, que, a pesar de los datos realistas, aumenta la sensación
que produce de visión mental. La composición queda airosa gracias a la disposición de los dos ángeles que sirven de atril al libro que
conducen a través de una diagonal ideal hacia el paisaje del fondo.
Los colores son cálidos, luminosos. Transmite así una atmósfera de espiritualidad ideal y lírica. Continúa la tendencia, ya vista en su
obra Alegoría de la Primavera de contornos suaves y fluidos y pliegues de una gran sensibilidad. La gran atención que presta a los
detalles remite a una labor de orfebrería, como puede verse en la corona, el velo ondeando o las orlas de los mantos.
La pintura representaría a la familia de Pedro de Cosme de Médici, señor de Florencia desde 1492.
En esta obra busca, según André Chastel conjugar el naturalismo clásico con el espiritualismo cristiano. Es una de las obras más
conocidas de Botticelli, por su gran eficacia y la calidad de una pintura excelente, si bien ha podido influir en la percepción vulgar del
artista como pintor amanerado y un poco insulso.
MIGUEL ÁNGEL
Miguel Ángel fue arquitecto, pintor, escultor y
poeta. Nació 6 de marzo de 1475 en el pueblo
de Caprese, de esencia florentino mantuvo sus
lazos con Florencia su arte y su cultura. La
mayor parte de su madurez la pasó en Roma,
trabajando en los encargos de los continuados
papas. Su deseo fue ser enterrado en Florencia
en la iglesia de Santa Crose y así fue después
de su fallecimiento.
BÓVEDA DE LA CAPILLA SIXTINA
Se conoce como la bóveda de la Capilla Sixtina al conjunto de
pinturas al fresco realizadas para decorar la bóveda de la Capilla
Sixtina, en la Ciudad del Vaticano (Roma). Fue pintada entre
1508 y 1512 por Miguel Ángel y es una de las obras pictóricas
más complejas y más bellas de toda la historia del arte,
encargada por el papa Julio II para sustituir la pintura que había
en aquel momento a base de un fondo azul con estrellas
doradas, que había sido realizada por Piero Matteo d'Amelia,
según la tradición de los templos paleocristianos.
En la bóveda de cañón rebajada, el artista diseñó una
complicada arquitectura simulada donde incluyó el desarrollo de
historias del Génesis, narradas desde el extremo del altar hasta
la puerta de entrada de la capilla en más de 500m2 de espacio.
Desde 1508 hasta el otoño de 1512 estuvo trabajando Miguel
Ángel en su realización solo, sin ayudantes. El 1 de noviembre de
1512 se celebró la primera misa en la capilla, después de
acabada la pintura de la bóveda.[]
RAFAEL
Raffaello Sanzio, también conocido como Rafael de
Urbino o simplemente Rafael (nació en Urbino, actual Italia,
6 de abril de 1483 – † Roma, 6 de abril de 1520 ), fue un
pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. Es célebre por
la perfección y gracia de sus pinturas y dibujos. Junto con
Miguel Ángel y Leonardo da Vinci forma el trío de los grandes
maestros del período. A pesar de su muerte prematura fue
inmensamente productivo, creando así, una inusual pero
gran colección de pinturas. La cual en gran parte se
conserva, sobre todo, en los Museos Vaticanos. Estos
albergan Las Estancias de Rafael, que fue el trabajo central
y a la vez, el más grande de su carrera, quedando sin
terminar a causa de su muerte
LAS ESTANCIAS DE RAFAEL
Las Estancias de Rafael (en italiano, Stanze di Raffaello) son
cuatro habitaciones o salas situadas en el segundo piso del
Palacio Apostólico (Ciudad del Vaticano). Fueron decoradas con
frescos del pintor renacentista italiano Rafael y sus discípulos en
el periodo entre 1508 y 1524. Se conoce el nombre de los
principales discípulos y colaboradores de Rafael, en esta y otras
obras: Giulio Romano, Giovanni da Udine, Gianfrancesco Penni y
Perin del Vaga. Junto a los frescos de la Capilla Sixtina, obra de
Miguel Ángel, constituyen el ciclo de frescos que marcan el Alto
Renacimiento en Roma.
En agosto de 1508 Donato d'Angelo Bramante llamó a su
paisano de Urbino, Rafael, para que realizara trabajos de
decoración en Roma. El papa Julio II situó sus dependencias
privadas sobre lo que habían sido las habitaciones del papa
Borgia, Alejandro VI. Dichas salas estaban decoradas con frescos
de Pietro Perugino, de Sodoma y otros. Julio II ordenó que los
rasparan y encargó a Rafael que decorase las cuatro estancias.
Se encuentran en la tercera planta, sobre el lado meridional del
patio del Belvedere.
Físicamente, el orden de las cuatro salas, desde
el este hacia el oeste, tal como un visitante
entraría en el apartamento es: Sala de
Constantino, Sala de Heliodoro, Sala de la
Signatura y Sala del Incendio del Borgo. No
obstante, otro es el orden cronológico en que
se pintaron los frescos.
Después de la muerte del papa Julio II en
1513, con dos habitaciones ya decoradas, el
papa León X continuó el programa. A la muerte
de Rafael, en 1520, sus ayudantes
Gianfrancesco Penni, Giulio Romano y
Raffaellino del Colle acabaron el proyecto con
los frescos de la Sala de Constantino.
ARTISTAS DEL RENACIMIENTO (OBRAS
RELIGIOSAS)
ZURBARÁN
. El lienzo Aparición del apóstol san Pedro a san Pedro Nolasco
(1629, 179 × 223 cm, Museo del Prado, Madrid) es obra del
pintor español Francisco de Zurbarán. Representa a san Pedro
Nolasco, fundador de la orden de la Merced, vestido con el hábito
blanco de los mercedarios y arrodillado ante la visión del apóstol
san Pedro crucificado cabeza abajo.
Pertenece a una serie de cuadros sobre santos, que destacan por el
tratamiento de las telas y por la minuciosidad en los detalles.
RA ANGELICO


La Anunciación
El monje dominico Fra Angelico pintó varias versiones de
La Anunciación, entre las que se encuentra ésta que
pertenece al Museo del Prado. En el fondo se ve a Adán
y Eva expulsados del paraíso. La predela debajo de la
tabla principal presenta escenas bíblicas.
MASACCIO

La expulsión del Paraíso (c. 1427) es uno de los seis
frescos que Masaccio pintó en la capilla Brancacci
de Santa Maria del Carmine, Florencia. El carácter
innovador de estas obras reside en sus figuras de
aspecto casi escultórico y en su fuerza dramática y
emocional.
PIERO DELLA
FRANCESCA
El bautismo de Cristo (c. 1445, National Gallery, Londres) presenta una
composición estática y una paleta sencilla y brillante. Piero della Francesca
pretendía otorgar a la composición una pureza propia de la geometría, tema
sobre el que escribió diversos tratados.
REMBRANDT
El Descendimiento de la cruz es un cuadro del pintor neerlandés Rembrandt.
Fue ejecutado en 1633. Se trata de una pintura al óleo sobre tabla, que mide
89,4 centímetros de alto y 65,2 cm de ancho. Se conserva en la Alte
Pinakothek de Múnich (Alemania).
Forma parte de un ciclo de siete obras sobre la Pasión realizadas a petición
de Federico Enrique de Orange, gobernador de los Países Bajos.
Rembrandt utiliza el claroscuro para subrayar lo humano del sufrimiento y el
carácter detestable de la muerte. Resalta la mortecina claridad de la sábana
mortuoria y de la pálida piel de Cristo.
ADRIAEN ISENBRANT
Descanso en la huida a Egipto
GIOVANNI BELLINI
La Virgen rodeada de santos
Bellini pintó La Virgen rodeada de santos para la iglesia de
San Zaccaria de Venecia en el apogeo de su carrera, en 1505.
Es el más destacado de todos los retablos que el artista realizó
a lo largo de su vida, un enorme conjunto de 4,92 x 2,32
LUIS DE MORALES
La Virgen con el Niño
El pintor español Luis de Morales realizó
varios cuadros con este mismo tema. De
todos ello sobresale el de la imagen (fechado
hacia 1550), que se conserva en el Museo
del Prado de Madrid. En él aparece la Virgen
sentada con el Niño en brazos, en una
postura suave y maternal que recuerda
ligeramente los modelos rafaelescos.
LUCAS VAN LEYDEN
El Juicio Final es una obra del pintor flamenco Lucas van Leyden. Fue realizado en el año
1526. Se trata de un tríptico que mide, en cuanto a la tabla central, 269,5 cm de alto y 185
cm de ancho; las alas laterales tienen unas dimensiones de 265 de alto y 76,5 cm de ancho.
Encargado para la iglesia de San Pedro de Leiden, se conserva actualmente en el Museo
Stedelijk de la misma ciudad.
El centro del retablo está dominado por Cristo como juez, por encima del cual aparece una
paloma en representación del Espíritu Santo y más arriba aún Dios Padre. A ambos lados de
Jesucristo hay dos elementos que simbolizan la condenación o la inocencia: a la izquierda se
ve un lirio (inocente) a la derecha una espada (culpable).
José de Ribera
Martirio de san Sebastián
El artista del barroco español José de Ribera, pintó numerosos temas
religiosos, a menudo martirios, bajo una luz de gran dramatismo. Por lo
general evitaba representar la sangre y prefería mostrar la escena
anterior o posterior al suplicio. Este lienzo del Martirio de san
Sebastián (1651) se encuentra en el Museo di Capodimonte de
Nápoles
MARTIN VAN HEEMSKERCK: CRISTO VARÓN DE
DOLORES
EL GRECO: LA CURACIÓN DEL CIEGO
TINTORETTO: SAN MARCOS LIBERANDO AL
ESCLAVO
TIZIANO: ASUNCIÓN DE LA VIRGEN
ALBERTO DURERO: ADORACIÓN DE LOS MAGOS
LUCAS CRANACH EL VIEJO: EL CARDENAL
ALBERTO DE BRANDEMBURGO ANTE CRISTO
CRUCIFICADO
ANDREA DEL SARTO: VIRGEN CON NIÑO Y SAN
JUAN NIÑO
MURILLO: LA VIRGEN DEL ROSARIO
CARAVAGGIO: LA CRUCIFIXIÓN DE SAN PEDRO