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UNIVERSIDAD JOSE CARLOS MARIATEGUI
LECCIÓN Nº 07
OCEANOS
OBJETIVO: Analizar las características de la hidrósfera terrestre, en interrelación con la
vida humana y como fuente de recursos naturales para uso de las actividades económicas
humanas.
1. LOS OCÉANOS
Las aguas cubren casi el 72 % de toda la superficie de la tierra, formando una masa
continua, a la que damos el nombre de mar. Como los continentes y las islas, donde
vive el hombre, se elevan sobre el nivel del mar, nos hemos acostumbrado a dar
nombres distintos a los grandes volúmenes de agua que los separan, pero en la
realidad de la naturaleza hay sólo un gran océano cuyas aguas circulan de unas
zonas a otras, y el cual rodea todas las tierras emergidas.
A pesar de ser imposible establecer una división exacta entre los océanos, se
acostumbra a distinguir cuatro océanos, tomando como base de la división la
configuración de las grandes depresiones oceánicas. Los tres grandes océanos son:
Pacífico, Atlántico e Índico. Muchos geógrafos aceptan un cuarto océano, el Ártico al
cual bordean las costas septentrionales de los continentes del hemisferio norte.
El llamado océano Antártico, que muchos venían considerando como un quinto
océano, no es aceptado actualmente como tal, pues constituye solamente la zona
donde se unen, en la cercanías del círculo polar antártico, bordeando el continente de
la Antártica, los océanos Atlánticos, Pacíficos e Indico.
Los océanos poseen una gran importancia para el sostenimiento de la vida sobre la
tierra. Hasta donde sabemos, la tierra es el único planeta que posee mar. El mar es el
depósito final de todas las aguas y el agua es tan importante para la vida, que cerca
del 70 % del organismo humano está constituido por agua. Cada día se evapora gran
cantidad de agua de los océanos que luego cae en forma de lluvia y nieve,
completando el ciclo del agua en la atmósfera; casi una tercera parte de esa agua se
precipita sobre las tierras.
Además de ser la fuente principal del vapor de agua de la atmósfera, los océanos
realizan otras funciones importantes.
1) Regulan las temperaturas y las precipitaciones en forma tan favorable que las
regiones de clima marítimo resultan muy beneficiadas.
2) Aunque en los primeros tiempos de la humanidad el mar era una barrera que
separaba a los pueblos, hoy es el medio más asequible de comunicación y de
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comercio. El transporte por mar empleando los buques modernos, es el más
barato.
3) La fauna marina ha contribuido a la alimentación del hombre desde los tiempos
primitivos.
El pacífico es el mayor de los océanos. Abarca casi la mitad de todas las aguas. Su
área, de 165 millones de kilómetros cuadrados, es mayor que la de todos los
continentes juntos. El Pacífico posee una configuración ovalada y sus dimensiones
son tan enormes que un buque situado hacia su centro se encuentra a casi 5000
kilómetros de distancia de cualquier masa continental. Hacia el norte el Pacífico se
estrecha, hasta casi quedar cerrado entre la América del Norte y Asia, pero hacia el
sur se ensancha separando Australia de la América del Sur.
Las gigantes dimensiones del Pacífico han hecho pensar que se formó por un enorme
desprendimiento de parte de las materias que constituían originalmente la tierra. Una
hipótesis sostiene que se desprendió de la tierra debió corresponder a la zona donde
hoy se encuentra el Pacífico.
Las grandes depresiones de la corteza terrestre se encuentran en el Pacífico, donde
han sido descubiertas varias fosas de más de 9Km de profundidad; la de las
Marianas, con 10899 m, es la mayor de todas.
El océano Atlántico, de dimensiones menores que el Pacífico, posee mayor
importancia desde el punto de vista de las comunicaciones y el comercio. El Atlántico
tiene un área de unos 82 millones de kilómetros cuadrados, o sea, cubre más de la
sexta parte de la superficie terrestre. Se prolonga de norte a sur entre Europa y África,
al este, y las Américas al oeste; hacia el Ecuador presenta su porción más estrecha,
que lo divide en dos grandes cuencas, denominadas Atlántico del Norte y Atlántico
Sur. Hacia el eje central del Atlántico, desde Islandia al norte hasta cerca de la
Antártida al sur, se alarga una enorme cordillera submarina, algunas de cuyas rimas
se elevan sobre el nivel de las aguas, dando origen a las islas Azores, Ascensión,
Tristán de Cunha y otras.
La actividad marítima es muy grande en las aguas del Atlántico. En torno a sus costas
y a las de sus mares (del Norte, Báltico, Mediterráneo, Golfo de México y Caribe) se
encuentran los puertos de mayor movimiento comercial del mundo, unidos por las
rutas de navegación más frecuentadas que las de los restantes océanos.
El océano Índico separa a África, Australia y Asia. Su configuración es casi circular, y
su área es de unos 73 millones de kilómetros cuadrados. Es una importante vía de
comunicación entre Europa y Asia. Desde fines del siglo XV fue visitado por los
barcos europeos, que bordeaban África por el cabo de Buena Esperanza; esta ruta se
ha acortado en los tiempos modernos con la construcción del canal de Suez.
El Ártico es el más pequeño de los océanos. Su área es de unos 14 millones de
kilómetros cuadrados. Su cuenca es casi circular. El auge de la aviación, que permite
vencer las heladas regiones árticas, ha dado gran importancia a este océano, cuyas
aguas se mantienen cubiertas, en gran parte, por el hielo durante todo el año. Desde
el punto de vista de la aviación, se cree que en el futuro el Ártico podrá ser el “mar
mediterráneo mundial”. En los últimos años los científicos y militares de los Estados
Unidos, Canadá y Rusia, han prestado gran atención al Ártico y han fomentado en
sus inmediaciones, observatorios y bases aéreas.
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2. LOS MARES
Los océanos abarcan, aproximadamente, 346 millones de kilómetros cuadrados de la
superficie de nuestro planeta; pero hay otros 14 millones de kilómetros cuadrados que
corresponden a los mares.
Los mares son extensiones de agua situadas en las márgenes de los océanos y
separados e éstos, bien por la configuración de la costa o por el relieve submarino.
Los geógrafos distinguen dos tipos principales de mares: epicontinentales y
mediterráneos.
Los mares epicontinentales son los que cubren partes de la plataforma continental y,
por ello, poseen poca profundidad. La había de Hudson, en la América del Norte; el
Mar Báltico, en Europa, y el golfo Pérsico, en Asia, son mares de esta clase.
Los mares mediterráneos ocupan grandes cuencas rodeadas casi complemente de
tierras, y se comunican con los océanos solamente por medio de estrechos. Entre
estos mares figuran el Mediterráneo, que separa a Europa de África y de Asia; el
Mediterráneo Americano, formado por el golfo de México y el Mar Caribe, en cuyo
centro se encuentra Cuba; y los Mares Negro y Rojo.
3. LA PLATAFORMA CONTINENTAL
Las áreas emergidas de los continentes no descansan directamente sobre las
grandes profundidades marinas. En tomo a las áreas continentales se extienden
mares que casi nunca alcanzan más de 200 metros de profundidad, los cuales cubren
una faja continental sumergida. Las porciones del continente cubiertas por las aguas
del mar forman la plataforma continental.
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La anchura de la plataforma varía, pues en amplia cuando bordea regiones llanas y
estrecha cuando hay altas montañas junto a la costa. La plataforma posee un relieve
muy semejante al de la zona continental próxima, y está cubierta por depósitos
procedentes de las áreas emergidas.
La luz solar, que penetra en las aguas que cubren la plataforma, y las materias
nutritivas que proceden de las tierras, contribuyen a que la vida vegetal y animal sea
muy activa en los mares de las plataformas, donde se encuentran las mayores zonas
pesqueras del mundo.
Entre el borde marítimo de la plataforma y las profundidades marinas hay un desnivel
violento, denominado zócalo o talud continental, el cual señala el verdadero límite del
continente.
La plataforma y los zócalos ocupan alrededor del 17% de los oceánicos.
4. EL FONDO DE LOS OCÉANOS
Hasta comienzos del presente siglo se conocía muy poco del relieve de los fondos
marinos, pero después de la adopción de los medios automáticos de sondeo,
empleando el sonido y aparatos registradores electrónicos, ha sido posible descubrir
numerosos accidentes en el relieve submarino.
Partiendo del límite inferior del zócalo continentes hay extensas llanuras pelágicas,
situadas los 3 y los 6 Km. de profundidad, las cuales abarcan el 80 % de los fondos
oceánicos. Estas llanuras se encuentran divididas en cuencas extensas por
cordilleras que se elevan sobre el fondo del mar.
A más de 6 Km. de profundidad se encuentran en el fondo de los océanos trincheras
y fosas abisales. Estos abismos, que alcanzan hasta 10 Km. de profundidad, no están
hacia el centro de los océanos, sino cerca de los continentes y de los arcos de islas,
próximos a los zócalos. Sólo el 1 % de los fondos marinos está ocupado por estas
profundidades extremas.
La mayor profundidad oceánica conocidas se encuentra en el océano Pacífico, en las
islas Marianas. La mayor profundidad del Atlántico está cerca de Puerto Rico y mide
8340 m.
Una de las grandes fosas oceánicas es la Barlett, en el Caribe, Mide 1 600 Km. de
largo y alcanza una profundidad de 6 300 m.
En el fondo de los mares abundan los depósitos de distintas clases. La plataforma de
los continentes y de las islas está cubierta por depósitos transportados por los ríos
desde las tierras. En estos depósitos terrígenos, los fragmentos mayores de rocas,
por ser más pesados aparecen a pocos kilómetros de la costa, pero la arena y las
arcillas son transportadas a distancias mucho mayores.
Los componentes de los depósitos que cubren la plataforma van disminuyendo de
tamaño según aumenta la distancia de las tierras.
Los fondos oceánicos están cubiertos por limos que no se han originado en la tierra,
sino que están formados por los restos de la infinita cantidad de animales y plantas,
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que viven en el mar. Este es el origen de los enormes depósitos calizos que abundan
en el fondo océanos; por su origen marino son denominados depósitos pelágicos.
En las mayores profundidades, especialmente en el océano Pacífico, hay capas de
arcillas rojas, que se cree tienen su origen en las explosiones volcánicas, y en los
meteoros que durante la larga historia de la tierra se han estrellado contra nuestro
planeta.
En los últimos años ha progresado notablemente el conocimiento de los fondos
oceánicos, debido a la utilización de equipos electrónicos de sondeo. Las grandes
potencias marítimas, especialmente Estados Unidos y la Gran Bretaña, han
construido mapas hidrográficos que señalan las profundidades marinas,
especialmente en las cercanías de las costas.
La utilización de las cartas marinas nos facilita la comprensión de la variedad de los
accidentes del relieve submarino.
5. ISLAS
La continuidad de las cuencas oceánicas es interrumpida, a veces por islas que se
elevan sobre el nivel del mar. Las islas son definidas como irregularidades del fondo
del océano, lo suficientemente altas para surgir por encima de las aguas oceánicas.
Muchas islas están separadas de los continentes por canales poco profundos, tal es
el caso de las Islas Británicas en Europa; de Terranova en América del Norte; Ceilán,
en Asia, las cuales son denominadas islas continentales. Bastaría un descenso de
las aguas del mar para que estas islas pasaran a formar parte de los continentes
respectivos.
Otras islas se elevan en medio de los océanos y por ello se les denomina islas
oceánicas. Son de origen volcánico como las Islas Hawai, Tahití y otras.
Un tercer tipo de islas constituyen cimas de altísimas cordilleras que se elevan sobre
el mar. Son las llamadas islas orogénicas, cuyo origen es semejante a las
montañas. Son los archipiélagos de las Antillas, Las Filipinas, el Japón.
Algunas islas pequeñas se deben a
la acción de las olas, que separan
ciertas porciones de la costa. Otras
islas se forman por la acumulación
frente a la costa de sedimentos
transportados por las olas y los
ríos. En los mares calientes de las
regiones tropicales abundan las
islas formadas por la acumulación
de los esqueletos calizos de los
corales. Son los atolones coralinos
que tienen la forma de una anillo de
tierra rodeando una laguna central.
Las principales islas de la tierra son: Groenlandia, Las Islas Británicas, Japón y Cuba.
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6. LAS COSTAS
Son las zonas donde las tierras y los mares se ponen en contacto. En los mapas
parece como una línea, pero en la realidad es una faja de anchura variable sujeta a
las influencias de la tierra y del mar.
6.1. EVOLUCIÓN DE LAS COSTAS
Las costas son escenarios de perpetuos cambios. A ellos contribuyen muchos
factores como las olas y las corrientes que, al chocar contra las tierras van
disgregando las rocas y la acción erosiva constante de los fragmentos de rocas
arrojadas sobre la costa por las olas, van formando playas. Las corrientes
transportan la arena marina desde las zonas salientes a aquellas donde hay
entrantes y aguas tranquilas donde las depositan.
Cualquiera sea el tipo original de una costa, la tendencia de la evolución es a
convertir el litoral en una línea recta. Este ciclo nunca se realiza en forma
completa pues las fuerzas que actúan en la evolución del relieve nunca
descansan y dan lugar a nuevas irregularidades.
6.2. LAS BAHIAS
Una bahía en una penetración del mar en tierra, donde las embarcaciones
pueden anclar sin correr el peligro de que una tormenta las destruya.
Muchas bahías han sido adaptadas para el tráfico marino y a ellas llegan
regularmente los buques para cargar y descargar mercancías y pasajeros. Estas
bahías se llaman Puertos.
Una buena bahía debe reunir muchos requisitos: tener una entrada amplia y
profunda para los buques de gran tonelaje; debe ser extensa y poseer suficiente
profundidad para admitir muchos buques a la vez; sus costas no deben ser
elevadas para facilitar la construcción de muelles; debe estar libre de hielos y
servir a una amplia región del interior del continente para el transporte de
mercaderías.
El noreste norteamericano ha progresado por tener las mejores bahía de
América, con Nueva York.
7. LAS AGUAS MARINAS
7.1. COMPOSICIÓN
El agua del mar, que cubre casi las tres cuartas partes de la superficie terrestre,
es amarga y salada, y su densidad es mayor que la del agua de los ríos y de casi
todos los lagos. Originalmente no fue así, pues al formarse los océanos primitivos
sus aguas, que provenían de las primeras lluvias, eran muy semejantes a nuestra
agua dulce. Las lluvias han llevado hasta los océanos, durante millones de años,
enormes cantidades de minerales disueltos, procedentes de las tierras. Se
calcula que hay en las aguas oceánicas el equivalente de la quinta parte de todos
los minerales contenidos en la corteza terrestre.
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Cada día se evapora una gran cantidad de agua de los mares; el vapor de agua,
al elevarse, deja los minerales en los océanos y regresa a las tierras en forma de
lluvia, la que disuelve más materias minerales y las transporta a los océanos. Si
se evaporaran todas las aguas del mar, los fondos oceánicos quedarían cubiertos
por una capa mineral de más de 70 metros de espesor.
Los minerales que contiene el agua del mar equivalen al 3.5% de su volumen.
Los principales son la sal común (cloruro de sodio), que es el más abundante,
magnesio, azufre, calcio, potasio, silicio y bromo. También contiene hierro, cobre,
estaño, plata, níquel, oro y prácticamente todos los minerales conocidos en la
superficie terrestre.
De los minerales contenidos en las aguas del mar se extraen comercialmente
tres: la sal común, que es obtenida desde las primeras épocas históricas; el
bromo, destinado a mejorar la calidad de la gasolina, y el, magnesio, metal ligero
que se utiliza en la fabricación de aviones. Además de los cuerpos sólidos, las
aguas del mar contienen en suspensión diferentes gases, entre ellos oxígeno,
nitrógeno y anhídrido carbónico.
7.2. COLOR DE LAS AGUAS
El color del mar es, generalmente, azul porque las aguas reflejan mejor los rayos
azules de la luz solar que los restantes; pero el color del mar varía según las
circunstancias.
Cuando la salinidad de las aguas aumenta, su color se hace más intensamente
azul, como ocurre en los mares tropicales; en tanto que en los mares polares las
aguas lucen verdes. El color del mar varía en un mismo lugar de una hora a otra,
según la temperatura y el color del cielo.
El color del fondo influye también en el color de las aguas que lo cubren.
Igualmente pueden variar el color de las aguas del mar las materias
transportadas por los ríos, como ocurre en el Mar Amarillo, llamado así por las
arcillas que arrastran los ríos que en él desaguan. El Mar Rojo debe su color y su
nombre a las algas marinas, que abundan en sus aguas.
En algunas áreas de la superficie del mar se observan algunas noches
fosforescencias muy bellas, producidas por un número infinito de pequeños
organismos luminosos que flotan sobre la superficie del océano. Este fenómeno
es muy común en las aguas del Mar Caribe.
7.3. SALINIDAD Y DENSIDAD DE LAS AGUAS DEL MAR
De todos los minerales contenidos por las aguas del mar, la sal común (cloruro
de sodio) es el más abundante, pues representa alrededor del 70% del total. Al
cloruro de sodio se debe el sabor salado del agua del mar, mientras el sabor
amargo lo originan las sales de magnesio.
La salinidad del mar varía de acuerdo con distintos factores. Los mares tropicales
poco profundos, donde la evaporación es muy activa, son más salados que los
mares polares, donde los hielos de los glaciares aportan, al fundirse, grandes
cantidades de agua dulce. También son menos salados los mares donde
desaguan muchos ríos cuyas aguas hacen disminuir la proporción de salinidad
del mar.
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7.4. TEMPERATURA DE LAS AGUAS
La temperatura de las aguas depende de la cantidad de insolación que recibe su
superficie; pero como el agua demora más también en calentarse y enfriarse que
la tierra, la temperatura de los océanos es más uniforme que la de las tierras. A
esto se debe el carácter moderado de los climas marítimos. En las regiones
ecuatoriales las aguas superficiales rara vez alcanzan temperaturas superiores a
29° C. Esta temperatura va disminuyendo hacia las regiones polares, donde
desciende hasta 1.5° C bajo cero, temperatura en la cual el agua de mar se
congela, convirtiéndose en hielo. En general se estima que en las tres cuartas
partes del área de los océanos las diferencias de temperatura no pasan de 5° C
durante todo el año.
Como el sol es la fuente del calor de las aguas del mar, la temperatura
disminuye según aumenta la profundidad. Al principio, la disminución de la
temperatura es muy rápida; así, en los mares tropicales, donde la temperatura
superficial es mayor, a los 500 metros se ha reducido a la mitad, pero luego el
descenso se va haciendo más lento y debajo de los 4 000 m se sostiene entre 1°
y 1.5° C. Se ha observado que a partir del límite exterior del zócalo continental,
la temperatura de las aguas que cubren las grandes profundidades tiende a
estabilizarse. Los movimientos de las aguas del mar afectan las temperaturas
superficiales, especialmente las corrientes marinas. Pero se ha observado
también que otras corrientes muy profundas de aguas frías, que se mueven
desde las regiones polares hacia el ecuador, enfrían considerablemente las
aguas de los abismos oceánicos, donde se han registrado temperaturas de 0° C.
Los cambios en las temperaturas debidos a la profundidad, no son idénticos en
los mares mediterráne06. Esto se debe al relieve de sus cuencas. En el
Mediterráneo europeo las aguas conservan hasta la mayor profundidad una
temperatura de 12.4° C. pues como el fondo del estrecho de Gibraltar se eleva a
menos de 400 m de la superficie, no dejar penetrar en el Mediterráneo las aguas
más frías de las profundidades del Atlántico.
Los hielos en el mar. En los mares polares se congelan grandes masas de
aguas superficiales durante los meses invernales. Estos bancos de hielo
alcanzan varios metros de espesor y muchos kilómetros cuadrados de extensión.
Debido a que el agua de mar requiere, para congelarse, temperaturas más bajas
que las del agua dulce, las aguas menos saladas próximas a las costas se
congelan primero. Estos hielos polares, al formarse en placas aisladas, son
llamados floes por los marinos; pero cuando se unen cubriendo extensas áreas
de la superficie del mar son denominados pack por los ingleses y banquise por
los franceses. La llegada del verano disloca la banquise
polar, y grandes masas de hielo son arrastradas por las
corrientes hacia los mares de las latitudes medias.
Estos hielos a la deriva no deben ser confundidos con
los icebergs, que son aún más peligrosos.
Los icebergs (montañas de hielo) son grandes masas
de hielo desprendidas de por agua dulce congelada.
Las dimensiones de los icebergs son enormes y como
sólo una pequeña parte de su volumen aparece sobre
la superficie del agua, un iceberg, que parece tener 80
metros de altura, tiene otros 560 metros debajo de la
superficie del mar.
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8. LA VIDA EN EL MAR
Cuando solamente tenemos acceso a una pequeña porción de los vastos espacios
marítimos, nos es difícil imaginar la variedad y la abundancia de la vida en el mar.
En las aguas oceánicas viven desde los seres unicelulares más pequeños, hasta la
ballena azul, que es el mayor de los animales.
Los habitantes del océano se caracterizan por su gran fecundidad. Las diatomeas se
reproducen con mayor rapidez que la flora terrestre y a menudo duplican su número
cada dos días; el bacalao hembra pone cinco millones de huevos de una vez y si
todos los huevos de bacalao se convirtieran en peces adultos, a los seis años
colmarían el Atlántico, la liebre marina, más fecunda aún que el bacalao, pone 41000
huevos por minuto hasta un total de 500 000 millones en una sola temporada; pero
como la vida en el mar se sostiene en medio de una lucha feroz, en la cual unas
especies atacan sin cesar a otras, proporcionalmente muy pocos individuos de cada
especie logran arribar a la edad adulta, lo que mantiene el equilibrio de las especies
marinas.
La flora del mar. Los vegetales solamente se encuentran cerca de la superficie del
mar, pues como necesitan luz y oxígeno, es difícil que vivan debajo de los ochenta
metros de profundidad.
En la vegetación marítima figuran especies microscópicas que flotan libremente en los
mares, como parte del plankton. Son muy abundantes las diatomeas, que representan
el inicio del ciclo alimenticio en el mar, las peridineas, parecidas a las diatomeas, se
encuentran en los mares tropicales, las algas verdes y numerosas especies más.
Las plantas fijas son casi todas algas, que presentan tamaños, formas y colores
variados. Las algas oscuras, como los sargazos, pueden alcanzar centenares de
metros de largo. Hay también algas azules y rojas.
Las algas fijas, denominadas hierbas del mar, viven sujetas a las
rocas costeras o al fondo de los mares poco profundos,
formando verdaderas praderas submarinas. Los agricultores de
las zonas costeras las utilizan como abono, por su gran riqueza
en minerales. También se extraen de las algas yodo, sodio y
otros productos. En los últimos años se ha venido
experimentando con algas para producir alimentos de bajo costo
que puedan ser utilizados por el hombre.
La fauna marina. La variedad de la fauna marina es enorme, y todavía no la
conocemos sino parcialmente. En el estudio de la fauna del mar se emplean dos
métodos principales de clasificación:
1) Atendiendo a la forma en que se mueven los animales marinos; y
2) Tomando como base las zonas en que viven.
De acuerdo con sus movimientos, los animales del mar son divididos en tres grandes
grupos:
1) Los pequeños animales que, junto con los vegetales, huevos y larvas, andan
errantes por los mares a merced de las olas y corriente (plankton).
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2) Los que se mueven utilizando sus propios medios de locomoción, entre los cuales
predominan los peces (nekton); y
3) Los moluscos y otros animales que viven arrastrándose u ocultos en el fondo de
los mares (benthos).
La fauna marina varía mucho de una región a otra, de acuerdo con las diferencias de
temperatura, salinidad, presión y profundidad de las aguas. Según las regiones
donde vive la fauna marina es dividida en:
1) Litoral, que abarca los animales que viven en las aguas que cubren las
plataformas continentales e insulares.
2) Pelágica, constituida por las especies que viven en alta mar; y
3) Abisal, o de las profundidades oceánicas.
La fauna litoral comprende mamíferos; como las focas y morsas de los
mares fríos; aves, como los pingüinos, y peces de gran valor comercial
como el bacalao, el salmón, el pargo y las sardinas, y crustáceos, como
la langosta y el cangrejo.
La fauna pelágica es muy y variada. Incluye desde masas enormes de
plankton.
9. MOVIMIENTOS MARINOS
Las aguas del mar nunca están en completa calma. Los principales movimientos de
las aguas del mar son las olas, las mareas y las corrientes, las cuales se deben a
distintas causas.
9.1. OLAS
Las olas son movimientos superficiales de las aguas del mar, producidas por los
vientos. La fricción del viento, al rozar la superficie del agua, produce
ondulaciones que pueden convertirse en olas si la intensidad del viento va en
aumento. Por fuerte que sea el viento, el oleaje nunca afecta a las aguas más
allá de los 20 ó 30 metros de profundidad.
Las olas que se observan en alta mar son, casi siempre, del
tipo de oscilación. En las olas de oscilación la masa del
agua no es transportada, aunque a simple vista lo parezca;
lo que se transmite en ellas es el movimiento, es decir, la
forma de la ola. Si las olas de oscilación que mueven la
superficie de los océanos trasladaran grandes masas de
agua, la navegación marítima sería imposible.
Las olas de oscilación se mueven delante del viento que las impulsa, cambiando
de altura y dirección según el viento cambia de fuerza y dirección. En los
océanos, lejos de las costas, las olas de oscilación alcanzan hasta cien metros
de longitud como promedio: en el hemisferio meridional, como hay menos tierras
que intercepten los fuertes vientos registrados durante las tormentas, se han
observado olas hasta 850 metros de longitud. La altura promedio de las olas
varía entre 10 y 15 metros, pero en el hemisferio meridional llega hasta 25
metros.
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Cuando la ola de oscilación se acerca a una costa, donde el mar tiene poca
profundidad, su porción inferior encuentra resistencia en el fondo, mientras la
porción superior es impulsada hacia adelante con gran velocidad. Esto produce
un acortamiento en la longitud de la ola y un aumento de su altura. La porción
superior de la ola acaba por rizarse, dando origen a los rompientes, que avanzan
hacia la costa. De esta manera la ola de oscilación se convierte en ola de
traslación.
El agua llevada hasta la costa por la ola de traslación regresa como resaca,
formando una corriente de retroceso por debajo de las olas de traslación, que
continúan avanzando hacia la costa.
Si las olas impulsadas por fuertes vientos van a chocar, contra una costa que
presente altos acantilados, se quiebran contra el obstáculo, proyectando enormes
columnas de espuma. De este modo las olas han rebasado faros de 60 metros
de altura durante algunas tempestades.
Las olas son un activo agente de erosión, pues modifican continuamente las
características de las costas, como tuvimos oportunidad de ver.
Además de las olas de oscilación y traslación ya estudiadas hay otros tipos de
olas que ocurren con menos frecuencia, tales como las olas originadas por los
huracanes, las olas sísmicas o tsunamis, las estacionarias y las de contacto.
9.2. MAREAS
Si nos encontramos cerca del mar nos es fácil
observar que, a ciertas horas, el nivel de las aguas
asciende cubriendo una faja del litoral, para
descender luego, dejándola al descubierto. Estos
ascensos y descensos periódicos del nivel de las
aguas del mar se denominan mareas. Las mareas se
deben a la atracción que el sol, y especialmente la
luna, ejercen sobre las aguas del mar.
Sabemos que todos los cuerpos del espacio se atraen entre sí por la fuerza de la
gravitación. Esta fuerza, que mantiene a la tierra girando en torno al sol y a la
luna girando en torno a la tierra, es la que produce las mareas.
Aunque la masa del sol es 27 millones de veces mayor que la de la luna, su
atracción sobre las aguas del mar es menor que la ejerce la luna, debido a que
se encuentra a una distancia de la tierra casi 400 veces mayor que la distancia
que nos separa de nuestro satélite. La luna por su relativa cercanía, atrae con
mayor fuerza las aguas del mar y es principal causante de las mareas. La
atracción del sol es sólo unos 2/5 de la que ejerce la luna.
Durante los períodos de luna nueva y luna llena, cuando la tierra se encuentra en
línea recta con el sol y la luna la atracción de ambos astros se une, y las mareas
son más fuertes, por lo que se les llama mareas vivas. En cambio, durante los
cuartos creciente y menguante, la influencia del sol tiende a debilitar la de la luna
y las mareas son mucho menos intensas, correspondiendo estos períodos a las
llamadas mareas muertas.
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La atracción de la luna se ejerce sobre el área de los océanos, que en ese
momento se encuentre frente a nuestro satélite: allí, el nivel de las aguas alcanza
su mayor altura, denominada marea alta o flujo. Mientras esto ocurre en la
porción del océano situado frente a la luna, en la zona opuesta directamente a la
luna se está produciendo otra marea alta, debida a la fuerza centrífuga originada
por la rotación terrestre. Entre ambas mareas altas se observan dos mareas
bajas o reflujos, donde el agua alcanza su nivel más bajo.
Las mareas vienen a ser olas gigantescas, en las cuales la distancia de cresta, o
sea su longitud, equivale a la mitad de la circunferencia terrestre. Las mareas
mueven un volumen enorme de agua en los océanos.
Efectos de las mareas
Las mareas pueden tener efectos beneficiosos o no, según las circunstancias.
En algunas áreas costeras desalojan el exceso de sedimentos transportados por
los ríos, manteniendo así libre el acceso a las bahías; en otras, depositan los
sedimentos frente a la entrada de las bahías, haciendo necesarias frecuentes
obras de dragado.
Al penetrar en las desembocaduras de algunos ríos, las mareas elevan el nivel
de las aguas en los estuarios, lo que facilita la navegación, como ocurre en
Londres, Hamburgo, Bilbao, Rotterdam y Burdeos; pero los efectos de las
mareas son perjudiciales cuando penetran en un canal o en un río estrechos,
pues forman fuertes corrientes que ponen en peligro las embarcaciones
pequeñas.
Las corrientes litorales, provocadas por las mareas vivas, pueden lanzar las
embarcaciones contra las costas si hay un descuido por parte de la tripulación.
En alta mar, en cambio, apenas es perceptible la ola de marea, pues el ascenso
y descenso del nivel de las aguas es de poco más de un metro.
9.3. CORRIENTES
Las olas de las mareas son movimientos del mar los cuales apenas se producen
desplazamientos del agua. En cambio, las corrientes marinas transportan el agua
de unos lugares a otros de los océanos y mares.
En los océanos y mares hay distintos tipos de corrientes:
1) Las olas de traslación producen corrientes de retroceso cerca de las costas.
2) Las mareas producen corrientes de marea unto al litoral.
3) Las diferencias de temperatura en las aguas oceánicas producen corrientes
frías que avanzan desde las regiones polares hacía el ecuador a grandes
profundidades.
4) La diferencia de presión sobre distintas áreas de los océanos puede provocar
corrientes; la diferencia de salinidad entre las aguas de los ríos, las aguas del
mar provocan corrientes en las desembocaduras.
Las corrientes indicadas poseen caracteres muy limitados o afectan
relativamente poco las actividades humanas. Las corrientes más importantes
son las denominadas planetarias.
Las corrientes planetarias. Las corrientes planetarias son los movimientos
más importantes del mar, desde el punto de vista geográfico. Estas corrientes
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se mueven constantemente en los océanos siguiendo cursos bastante
regulares. Por lo cual se acostumbra a llamarlas ríos oceánicos.
Las corrientes planetarias no pueden ser observadas fácilmente, pero pueden
ser localizadas por las diferencias de temperatura y de color que presentan sus
aguas en relación con las que atraviesan. En el estudio de las corrientes se
emplean potadores que permiten conocer su velocidad y dirección.
La causa principal de las corrientes planetarias son los vientos planetarios
especialmente los alisios y los vientos del oeste.
El origen de las corrientes planetarias se explica de la siguiente manera:
cuando el viento sopla sobre el mar: aunque sea levemente, produce una
acción, que ondula la superficie de las aguas y llega a producir olas de
oscilación.
Pero si el viento continúa soplando durante varios días en la misma dirección
acabará por poner en movimiento una cantidad de agua proporcional a la
fuerza con que sopla. De esta manera surgirá una corriente, cuya duración
dependerá del período durante el cual sople el viento.
La zona de nuestro planeta donde los vientos son más constantes durante todo
el año es la comprendida entre las calmas subtropicales y las calmas
ecuatoriales. Allí, como sabemos, soplan los vientos alisios cuya dirección varía
relativamente poco durante el año. Los alisios al soplar desde las calmas
subtropicales a las ecuatoriales, originan en ambos hemisferios grandes
corrientes oceánicas que se mueven de este a oeste a una velocidad de unos
60. Km por día. Son éstas las llamadas corrientes ecuatoriales una de las
cuales corresponde al hemisferio norte y otra al hemisferio sur.
Las corrientes ecuatoriales, impulsadas por los alisios, no pueden continuar
invariablemente su dirección de este a oeste, pues encuentran a su paso
continentes e islas. Esta interferencia de las tierras emergidas obliga a las
corrientes ecuatoriales a variar sus cursos; en el hemisferio norte y en el
hemisferio meridional se desvían hacia el sur.
Mientras las corrientes se mueven paralelamente al ecuador, la rotación de la
tierra las afecta poco, pero al penetrar en las latitudes medias, la rotación
terrestre las desvía al igual que hace con los vientos planetarios. En el
hemisferio norte las corrientes se desvían hacia la derecha y en el hemisferio
sur, hacia la izquierda. En su nueva dirección de oeste a este, las corrientes
son impulsadas en ambos hemisferios por los vientos predominantes del oeste,
hasta que alcanzan las costas occidentales de los continentes; allí bajo la
influencia de la rotación terrestre, toman de nuevo la dirección de los alisios.
En cada uno de los tres grandes océanos, Atlántico, Pacífico e Indico, las
corrientes presentan variaciones particulares aunque en general poseen las
características señaladas.
En el norte del océano Índico las corrientes marinas cambian su dirección
según la época del año, lo cual se debe a la acción de los monzones. Esta es
una prueba decisiva de que los vientos son la causa principal de las corrientes.
Las corrientes planetarias se mueven en las bajas latitudes con relativa
rapidez, pero en las latitudes medias y altas son menos precisas y sus
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movimientos son más lentos; se les denomina derivas. Las derivas procedentes
de las regiones polares se convierten en corrientes frías cuando se aproximan
a las áreas continentales.
Influencia de las corrientes planetarias sobre el clima
Las corrientes planetarias influyen en la navegación, pues facilitan la marcha
de los buques cuando navegan en su dirección. y la dificultan cuando la
navegación se realiza contra la corriente. Esta influencia era mucho mayor en
la época de la navegación a vela.
Las corrientes han contribuido a la distribución de las formas de vida sobre las
tierras, pues facilitan la dispersión de especies vegetales y animales.
En el clima es donde se revela más la influencia de las corrientes sobre las
áreas terrestres. La circulación general de las corrientes planetarias tiende a
llevar las aguas oceánicas de las bajas latitudes hacia las regiones más frías
del norte y del sur de nuestro planeta; de igual manera, parte de las aguas frías
de las regiones polares son transportadas por las corrientes que parten del
Ártico y de los mares helados que bordean la Antártida.
Por la acción de los corrientes como factor modificador del clima, regiones que
se encuentran a igual latitud poseen climas diferentes.
Las aguas calientes, transportadas desde las regiones por el Gulf Stream,
hacen menos frío el clima de la Gran Bretaña, y su deriva hacen que no se
hielen los mares de Noruega durante el invierno, suavizando su clima; en
cambio, la corriente del labrador enfría intensamente el clima de la costa
oriental de Canadá y de la región de Nueva Inglaterra en Estados Unidos. A
esto se debe que mientras en Terranova los inviernos son muy fríos, en la Gran
Bretaña son mucho más soportables.
Las corrientes también influyen en las precipitaciones. El desierto de la costa
del Pacífico, desde Perú hasta Chile, en la América del Sur, se debe tanto a los
Andes, que impiden el paso de la humedad procedente de la vertiente oriental
del continente, como a la corriente fría de Humbolt, que al enfriar el aire, impide
la evaporación de las aguas del Pacífico y por lo tanto, no se producen lluvias
en la extensa faja costera, donde se encuentra el desierto de Atacama,
considerando como la región más seca del mundo.
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AUTOEVALUACIÓN Nº 07
1.- ¿Cuáles son los 4 océanos de la tierra y cuál no existe?
2.- Las cuatro funciones principales que realizan los océanos.
3.- Tipos principales de mares.
4.- ¿Qué es la plataforma y el talud continental?
5.- Accidentes que presentan los fondos marinos.
6.- Tipos de islas existentes.
7.- ¿Qué proceso evolutivo siguen las costas?
8.- Importancia que tienen las bahías en las actividades económicas del
hombre.
9.- ¿De qué depende la temperatura de las aguas de mar?
10. Ubicación y tipo de flora existente en el mar.
11.- ¿Como es la fauna litoral, pelágica y abisal del mar?
12.- Diferencia las olas de oscilación de las olas de traslación.
13.- Define los siguientes términos marinos: altura, longitud, depresión,
cresta, rompiente, resaca.
14.- Características, causas y consecuencias de las mareas.
15 - Influencia de las corrientes marinas sobre el clima
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